Las nuevas dimensiones de la igualdad -...

22
* Este texto corresponde al segundo capítulo del libro Osadía de la Prudencia, un nuevo sentido del progreso, autores Ernesto Ottone y Crisóstomo Pizarro, Brevarios del Fondo de Cultura Económica, Santiago, Chile 2003. Los autores agradecen la importante contribución de Martín Hopenhayn en la elaboración de este capítulo. Parte de su contenido se incluye en Martín Hopenhayn y Ernesto Ottone (2000), El Gran Eslabón, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. Agradecen también la contribución de Luis Fidel Yáñez al tema de los derechos humanos y sociales. ** Chileno. Sociólogo por la Universidad Católoca de Valparaiso y Doctor en Ciencias Políticas por la Universiad de Paris III. Actualmente es asesor principal del Presidente Ricardo Lagos en calidad de Director de Análisis Estratégico de la Presidencia de la República de Chile. 1 Cohen (1998); Rosanvallon (1995); Rifkin (1996); Touraine (1997) y otros. Las nuevas dimensiones de la igualdad * Ernesto Ottone ** Nunca las relaciones entre los conceptos de ciudadanía, cohesión social e igualdad habían aparecido con tanta fuerza en la literatura sociológica, en el debate político y en las agencias de cooperación para el desarrollo. No es casual: vivimos en un mundo donde la cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias de la globalización y de la tercera revolución industrial, y la “marca democratizadora” de esta globalización, contra regímenes de facto y discriminaciones, pone en el tapete el tema de la ciudadanía. Pero hay una relación contradictoria entre esos términos. Por una parte, la ciudadanía se convierte en el tema del día: a la democracia moderna acompaña una normatividad fuerte en derechos humanos. Se tiende a un orden extensivo de ciudadanos. Pero no ocurre lo mismo en materia de cohesión e igualdad sociales, donde los futurólogos extrapolan tendencias actuales y auguran un sombrío porvenir de desempleo tecnológico, debilitamiento de vínculos sociales, fractura del Estado nación y aumento en la brecha de ingresos 1 . Por otro lado, en el campo de la ciudadanía surgen redefiniciones importantes, derivadas del fenómeno combinado de globalización y tercera revolución industrial. La era de la aldea global, como pronos-

Transcript of Las nuevas dimensiones de la igualdad -...

Page 1: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

* Este texto corresponde al segundo capítulo del libro Osadía de la Prudencia, unnuevo sentido del progreso, autores Ernesto Ottone y Crisóstomo Pizarro,Brevarios del Fondo de Cultura Económica, Santiago, Chile 2003.Los autores agradecen la importante contribución de Martín Hopenhayn en laelaboración de este capítulo. Parte de su contenido se incluye en MartínHopenhayn y Ernesto Ottone (2000), El Gran Eslabón, Fondo de CulturaEconómica, Buenos Aires. Agradecen también la contribución de Luis FidelYáñez al tema de los derechos humanos y sociales.

** Chileno. Sociólogo por la Universidad Católoca de Valparaiso y Doctor enCiencias Políticas por la Universiad de Paris III. Actualmente es asesor principaldel Presidente Ricardo Lagos en calidad de Director de Análisis Estratégico dela Presidencia de la República de Chile.

1 Cohen (1998); Rosanvallon (1995); Rifkin (1996); Touraine (1997) y otros.

Las nuevas dimensiones de la igualdad*

Ernesto Ottone**

Nunca las relaciones entre los conceptos de ciudadanía, cohesiónsocial e igualdad habían aparecido con tanta fuerza en la literaturasociológica, en el debate político y en las agencias de cooperaciónpara el desarrollo. No es casual: vivimos en un mundo donde lacohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias de laglobalización y de la tercera revolución industrial, y la “marcademocratizadora” de esta globalización, contra regímenes de facto ydiscriminaciones, pone en el tapete el tema de la ciudadanía.

Pero hay una relación contradictoria entre esos términos. Por unaparte, la ciudadanía se convierte en el tema del día: a la democraciamoderna acompaña una normatividad fuerte en derechos humanos.Se tiende a un orden extensivo de ciudadanos. Pero no ocurre lomismo en materia de cohesión e igualdad sociales, donde losfuturólogos extrapolan tendencias actuales y auguran un sombríoporvenir de desempleo tecnológico, debilitamiento de vínculossociales, fractura del Estado nación y aumento en la brecha deingresos1.

Por otro lado, en el campo de la ciudadanía surgen redefinicionesimportantes, derivadas del fenómeno combinado de globalización ytercera revolución industrial. La era de la aldea global, como pronos-

Page 2: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH156 [Vol. 40

ticara McLuhan, privilegia en la economía el componenteconocimiento-información; la política se torna mediática e imponeotra imagen de lo público; la fluidez de la circulación del dinero, lainformación, las imágenes y los símbolos diluyen la idea de nacióno de fronteras nacionales, y gana espacio el consumo material (debienes y servicios) y simbólico (de conocimientos, información,imágenes, íconos). Dadas estas condiciones, se afirma incluso queestamos pasando de la identidad basada en el trabajo y la producción,a la identidad basada en el consumo y la comunicación.

Todos estos cambios alteran roles, hábitos y deseos, y tambiénformas de ejercicio ciudadano que ya no se restringen a derechos ydeberes consagrados constitucionalmente, sino que se expanden aprácticas cotidianas como la interlocución a distancia, el uso de lainformación para conquistas personales o grupales, la redefinicióndel consumidor y sus derechos y el uso del espacio mediático paradevenir actor frente a otros actores. Las promesas de interacción adistancia y de información infinita coexisten paradójicamente con latendencia a la exclusión, la pérdida de cohesión y la desigualdad enlas sociedades nacionales, con un aumento de la brecha entre losrecursos productivos de países industrializados vis à vis países endesarrollo. Los derechos sociales y económicos tienen dificultadespara materializarse en compromisos reales entre el Estado y lasociedad, sobre todo con la fisura del Estado de Bienestar en Europay sus réplicas parciales en países en desarrollo.

Por otra parte, la globalización conlleva mayor conciencia de ladiferencia de identidad cultural, sea porque ésta se difunde en losmedios de comunicación, sea porque hay culturas que reaccionanviolentamente ante la ola de la “cultura-mundo” y generan conflictosregionales que a su vez inundan las pantallas. Aumentan asípresiones y logros en materia de afirmación cultural, y las demandaspor derechos sociales y económicos chocan con mercados laboralesrestringidos por el “fin del fordismo” pero también por los ajustes deeconomías nacionales abiertas al mundo.

Además, con el colapso soviético y la hegemonía delneoliberalismo, estamos saliendo de dos décadas de desprestigio dela igualdad como ideología y como valor. Después de la Guerra Fríay bajo un modelo que se pretendió único, pierde fuerza la bandera dela igualdad, se debilita el imperativo de los derechos sociales ytiende a imponerse una idea normativa de libertad en cuyo altar cabe

Page 3: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

157Revista IIDH2004]

inmolar toda intervención estatal redistributiva. Los derechos civilesde autonomía frente al poder parecen así incompatibles con losderechos sociales, que requieren una intervención del Estado. Laidea misma de Estado de Bienestar adquiere mala fama ante el idealdel sujeto económicamente libre y del individualismo posesivo. Elprincipio de indivisibilidad de los derechos se ve golpeado así por loshechos y por la ideología.

Esta tendencia se ve menguada por sombrías perspectivas encohesión social. Pero la pérdida de cohesión no sólo obedece arecientes tendencias al desempleo masivo, la exclusión del “mundointeligente”, la brecha salarial y la concentración de riqueza.También hay tendencias que minan la cohesión social: la movilidadocupacional, que socavó la solidaridad grupal; la movilidadgeográfica, que socavó la solidaridad de barrio; la movilidadfamiliar, que socavó los núcleos familiares de protección, y lareciente recomposición de la política, que parece generar una ola de“desafección” ciudadana frente al sistema político.

Avanzar en derechos de tercera generación (económicos, socialesy culturales), en cohesión e igualdad sociales, no implica un retornoal comunitarismo premoderno. La globalización avanza con latercera revolución industrial y resulta impensable un repliegue. Hayque pensar la complejidad que impone un ordenamiento global y unainterdependencia en que dinero, bienes, información y activos detodo tipo circulan velozmente. Frente a la complejidad que talcirculación provoca, el reto es superar la fragmentación y acortar lasbrechas sociales mediante formas de cohesión e igualdad tambiéncomplejas.

Una tesis en boga es que si se materializan como inalienables nosólo los derechos civiles y políticos, sino también los económicos,sociales y culturales (en adelante, DESC), se puede avanzar haciamayor integración social e igualdad. De allí que el reclamo por “másciudadanía” no sólo pretenda aggiornarla en un mundo mediático yuna sociedad del conocimiento, sino reflotar la idea del ciudadanoportador de derechos inalienables. Por esta vía parece factibleproveer fundamento ético a políticas sociales y de desarrollo querespondan al contenido de los DESC.

Page 4: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH158 [Vol. 40

2 Al formular su crítica a la visión de Marshall sobre la evolución de los derechosciviles, políticos, económicos y sociales, Ferrajoli ha insistido en la necesidadde distinguir entre derechos humanos y derechos del ciudadano. Se trata delhecho contingente de la consagración o no por parte del derecho positivo de losllamados derechos humanos. La legislación positiva puede no ser tan extensivahasta el grado de reconocer toda la amplia gama de los derechos humanos atodas las personas. También es muy relevante diferenciar entre los derechos delibertad, definidos como derechos/expectativas negativas, que establecenprohibiciones para los poderes públicos, y los derechos sociales, definidos comoderechos/expectativas positivas, que establecen deberes de prestaciones de lospoderes públicos. Esta segunda distinción sería de una naturaleza estructural yno contingente. Los derechos expectativas comprenden la libertad personal,política, de pensamiento, de opinión, de prensa, religiosa, a la inviolabilidad deldomicilio y de la correspondencia, a la intimidad, las garantías procesales y elhabeas corpus. Los derechos de libertad están virtualmente en conflicto con elEstado y también con el mercado. A diferencia del derecho de propiedad y detodos los derechos patrimoniales, no son transables, son inalienables. Losderechos de libertad representan un límite a los poderes públicos y al mercado.Los derechos sociales que consisten en expectativas positivas correlativas de

Ciudadanía e igualdad socialEn la democracia moderna la ciudadanía se ha entendido como la

posesión de derechos inalienables de los sujetos que componen lasociedad política y como obligación de deberes y respeto de losderechos de los demás. Los denominados derechos civiles limitan laacción del Estado y garantizan la libertad de las personas en materiade exclusiva soberanía de las mismas. Los derechos ciudadanostambién incluyen el derecho de incidir políticamente, delegandorepresentatividad o compitiendo por el poder político. Así losderechos humanos se extendieron desde las libertades fundamentalesal derecho de sufragio, a elegir y ser elegido para cargos derepresentación política. Además y como expresión de los derechoshumanos, las legislaciones modernas incluyen los denominadosderechos económicos y sociales. Observamos también una crecienteconciencia acerca de la importancia que debe concederse a losderechos relacionados con el desarrollo y libre expresión de la vidacultural. Estos derechos responden a valores de igualdad, solidaridady no discriminación. En virtud de ellos y en cuanto expresión dederechos humanos universales, indivisibles e interdependientes conlos civiles y políticos, los ciudadanos pueden llegar a disfrutarefectivamente de derechos básicos de carácter social, económico ycultural. Entre ellos se ha reconocido y consagrado, entre otros, losderechos al trabajo, a un nivel de vida adecuado, a la salud, laalimentación, el vestido, la vivienda, la educación y la seguridadsocial2.

Page 5: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

159Revista IIDH2004]

Los DESC imponen al Estado el impulso de políticas parapromoverlos entre quienes no los poseen. El Estado decide y regulaentonces la necesidad de incrementar redistribuir y organizar losrecursos de modo más eficiente, sobre todo en beneficio de grupos opersonas que, por sus condiciones desiguales y desventajosas deinserción social, tienen menos posibilidades de ejercerlos. Paralograr la plena vigencia y universalidad de los DESC en lassociedades nacionales, los Estados tienden a buscar formas quereduzcan las desigualdades de origen y las dinámicas que lasrefuerzan.

Los derechos ciudadanos, considerados en su totalidad,constituyen un límite a la autoridad del Estado y a la acción delmercado. En el primer caso, porque los derechos civiles y políticosprescriben campos inalienables de autonomía (que no debensometerse a la coacción del Estado), y prescriben también derechosde participación y representación en la vida política. En el segundo,porque los desproscriben niveles de desigualdad que el mercado, ensu libre funcionamiento, puede generar o reforzar, toda vez que esasdesigualdades inhiban el pleno ejercicio de dichos derechos en lossectores más desfavorecidos por la dinámica del mercado.

La “ciudadanía social” no es secundaria en relación con laciudadanía civil o la ciudadanía política. Desde el punto de vistaético los derechos son indivisibles y no jerarquizables. Desde elpráctico, la ciudadanía social puede promover mayor ejercicio dederechos civiles y políticos. En la medida que los DESC prescriben,

deberes positivos, de prestaciones obligatorias, son aquellos donde es másdeficiente la elaboración jurídica de garantías constitucionales y financierasefectivas para su cumplimiento. Su tutela es menos simple y eficaz que la de losderechos/expectativas negativas correlativas al deber de los poderes públicos deno hacer, de prohibir. Los derechos sociales, en cambio, imponen a lasautoridades el deber de dar cumplimiento a las prestaciones definidas comoobligatorias. Sin embargo, la violación de los derechos sociales no asume elcarácter de actos inválidos desde el punto de vista legal, administrativo yjudicial. No son objeto de anulación jurídica. Su violación representa unacarencia de los actos requeridos para su reconocimiento real. Éste exigiríamodalidades de coerción que no existen o si las hay son difíciles de llevar a lapráctica. La realización de estos derechos plantea problemas económicos ypolíticos. Su tutela requiere de ingentes recursos financieros y una mediaciónburocrática que puede generar discrecionalidad, clientelismo y hasta corrupción.Ver Luigi Ferrajoli, en “De los derechos del ciudadano a los derechos de lapersona”, en Derechos y garantías. La ley del más débil (1999), Trotta, Madrid,pp. 97-125.

Page 6: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH160 [Vol. 40

como deber estatal, promover mayor integración a trabajo,educación, información, conocimiento y a redes de protección einteracción sociales, permiten mejorar la capacidad ciudadana paraparticipar en instituciones políticas, en el diálogo público,asociaciones civiles e intercambio cultural.

En síntesis, si la ciudadanía se define por la posesión de eseconjunto de derechos, una sociedad de ciudadanos implica un límitea la coacción y a la desigualdad. Los derechos civiles y políticosexigen Estados de Derecho vigentes y formas de participación yrepresentación políticas que permitan opciones a todos los quequieren participar de la vida pública y de los procesos decisorios.Los DESC, por otro lado, dependen para su realización del nivel debienestar social que se pueda lograr según la productividad media deuna sociedad y la capacidad del Estado para incidir, directa oindirectamente, sobre el reparto de recursos.

Hay tres consideraciones que sitúan mejor los desafíos actualesde la ciudadanía en relación con la igualdad. La consolidación de lademocracia, junto a la necesidad de “relanzar el desarrollo”, otorgaespecial importancia a la concertación política entre diversos actorespara enfrentar el futuro, con proyectos de desarrollo sostenible. Lafuerza de esta idea concertacionista sitúa en primer plano losderechos de segunda generación, que habilitan para participar endecisiones y proyectos desde la política y el Estado. Pero a la vez sonclaras las limitaciones del “concertacionismo” si se trata deincorporar a una mesa de diálogo público a sectores que no“agregan” sus demandas ni operan con las nuevas “lógicas” de lapolítica y la administración pública.

Si la institucionalización de la democracia tiende hoy a girar entorno a una concertación ampliada, esto contrasta con la falta depresencia pública y de acceso a decisiones de una parte importantede la población. No acceden al diálogo público sectores marginadosdel desarrollo productivo, periféricos en la red territorial y pocorepresentables por los partidos políticos.

Por otro lado, emergen movimientos que son nuevas formas dereclamar derechos y ejercerlos. Los movimientos sociales de gruposque no acceden al poder del Estado ni se sienten representados por elsistema político afectan más al espacio público cuanto más sevinculan con la ciudadanía: la resonancia de estos movimientos es

Page 7: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

161Revista IIDH2004]

mayor si su mensaje se relaciona con el reclamo por derechospostergados, como pueden ser los derechos a tierra, justicia, lengua,transparencia pública o protección social. Es el caso de losmovimientos por los derechos humanos y los desaparecidos,marchas contra el hambre y la corrupción, movimientos contra ladiscriminación y el abuso de mujeres y de niños, etc.

En segundo lugar, el acceso desigual a la justicia según lacondición social también plantea un problema de derechos humanosy tiene múltiples facetas: la falta de confianza ciudadana enorganismos de justicia, protección y seguridad; las deterioradascondiciones carcelarias y las demoras de procesos penales; la falta deacceso a una defensa justa de jóvenes de bajos ingresos y, en muchoscasos, su permanencia bajo arresto por la postergación de susprocesos, y la percepción de impunidad que se tiene acerca dealgunos sectores cuyos delitos van desde la violación a los derechoshumanos hasta la corrupción y el narcotráfico.

En esto, los jóvenes de poblaciones populares constituyen unsegmento vulnerable. Variables de edad, sociabilidad y precariedadde acceso a la justicia los llevan a percibirse ciudadanos de cuartacategoría. Y surge una reacción de escepticismo respecto de laecuanimidad del sistema judicial, con las conductas consiguientes:trasgresión a la ley, búsqueda de “atajos” para procurar lo que serequiere, re-socialización en la cultura del delito, asunción de lajusticia en las propias manos, etc. Es claro el efecto disruptivo quetiene este aspecto.

La tercera consideración es que las cuentas pendientes en materiade igualdad de derechos sociales y oportunidades para todos noimpiden que surjan nuevas formas de ciudadanía en sociedades de“información”, de “gestión” y de “informatización”. En esta óptica,el ejercicio ciudadano ya no se remite sólo a disponer de derechospolíticos, civiles y sociales, sino también a participar en condicionesde mayor igualdad en el intercambio comunicativo, en el consumocultural, en el manejo de la información y en el acceso a espaciospúblicos. Un “ciudadano” en una sociedad de la información y de lagestión es el que dispone de conocimientos y de bienes necesariospara participar como actor en los flujos de información, en lacirculación de conocimientos y en el diálogo mediático y paraadaptarse a nuevos procesos de gestión y organización.

Page 8: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH162 [Vol. 40

3 CEPAL-UNESCO han definido los códigos de la modernidad como “elconjunto de conocimientos y destrezas necesarios para participar en la vida

Para desarrollar estas potencialidades hace falta distribuir activosque se pueden adquirir en distintas fuentes de producción y difusiónde conocimientos: expresión de demandas y opiniones en los mediosde comunicación y aprovechamiento de su flexibilidad; manejo decódigos y destrezas cognoscitivas de la vida moderna para adquiririnformación estratégica en función de proyectos propios; manejo deposibilidades comunicativas y ejercicio de derechos para defender sudiferencia cultural y desarrollar su identidad de grupo o de territorio,y capacidad organizativa y de gestión para adaptarse a situaciones decreciente flexibilización en el trabajo y en la vida cotidiana y hacerrespetar sus proyectos vitales. Junto a la demanda de vivienda, deatención en salud y de diversificación del consumo, se agrega lademanda de información, de conocimientos útiles, de transparenciaen las decisiones, de mejor comunicación en la empresa y en lasociedad y de mecanismos de visibilidad pública e interlocución conotros.

En este nuevo campo de ejercicio de la ciudadanía, elprotagonismo depende de la disposición de conocimientos ytécnicas, y del acceso a redes, flujos, proyectos “competitivos”, etc.Según esto, la progresiva centralidad del conocimiento y laeducación para el desarrollo inciden en la dinámica de un ordendemocrático, pues la base material y simbólica de las democracias yano descansa exclusivamente en un tipo de economía o deinstitucionalidad política, sino también en el uso ampliado delconocimiento, la información y la comunicación. En este marco, loscódigos de modernidad permiten mayor capacidad de adaptación aescenarios productivos, mayor intercambio en la sociedad y accesomás igualitario a la vida pública. Aggiornaria el viejo anhelo de lamodernidad ilustrada: construir ciudadanos, formar recursoshumanos productivos y promover el desarrollo de la personaautónoma. El desafío no es fácil: vivimos a medio camino entre elsubdesarrollo y la sociedad de la información y el conocimiento. Nopodemos soslayar ni las formas históricas ni las emergentes de laciudadanía. Pero si aspiramos a formar parte activa del mundoglobalizado en materia de competitividad económica y decomunicación y presencia cultural, no podemos postergar laformación de las capacidades necesarias para el desempeño eficaz enla sociedad del conocimiento3.

Page 9: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

163Revista IIDH2004]

Brechas y paradojas entre la integración simbólica y ladesintegración material

Nuestro desarrollo, desde la segunda posguerra hasta fines de lossetenta, ha asociado la integración social a procesos virtuosos en quelos grupos sociales acceden a las dinámicas y beneficios delprogreso. En integración habrían confluido varios fenómenos:participación de la población activa en empleos modernos, másproductivos y con mejor salario; acceso a mejor educación y amayores posibilidades de movilidad socio-ocupacional; poder deconsumo más difundido y acceso a una gama creciente de bienes yservicios; mejor inserción territorial, vale decir acceso a vivienda yhábitat de calidad y a asentamientos conectados con lainfraestructura moderna, y acceso institucionalizado a servicios desalud y seguridad social.

Se consiguió, en promedio, alta y sostenida tasa de crecimiento,con saltos positivos en escolaridad, urbanización, reducción deltamaño de la familia, acceso a servicios básicos, participación en elconsumo y acceso a medios de comunicación. Si consideramosindicadores de bienestar como los utilizados por el PNUD en susInformes de Desarrollo Humano, llegamos a un balance positivo: losniveles educativos, la expectativa de vida y los niveles medios deingreso tuvieron resultados auspiciosos en treinta años decrecimiento. Pero otros indicadores atemperan esa visión:distribución del ingreso, siempre bajo el promedio mundial;inestabilidad política y debilidad del sistema democrático; alto nivelde heterogeneidad estructural y persistencia de altas tasas deinformalidad laboral y de marginalidad habitacional debido a laurbanización acelerada; persistencia de un amplio contingente depobres y formación de subculturas impermeables a lamodernización.

Nunca se logró la plena integración social, y en esto convieneevitar la mistificación del pasado. Más aún, las tendencias históricas

pública y desenvolverse productivamente en la sociedad moderna.”[Capacidades que] “suelen definirse como las requeridas para el manejo de lasoperaciones aritméticas básicas; la lectura y comprensión de un texto escrito; lacomunicación escrita; la observación, descripción y análisis crítico del entorno;la recepción e interpretación de los mensajes de los medios de comunicaciónmodernos, y la participación en el diseño y la ejecución de trabajos en grupo.”(CEPAL/OREALC 1992, p. 157.) Cabe agregar aquí destrezas emergentes comouso de computadoras, manejo de redes a distancia, capacidad de adaptación anuevas formas de organización, capacidad de gestión, y otras.

Page 10: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

se truncaron parcialmente por la crisis del modelo sustitutivo y porla adaptación traumática a la apertura económica. De otra parte, ladécada perdida impactó duramente la condición social de los gruposmás pobres y también de buena parte de la clase media. Pese a laparcial recuperación observada en la última década, la distribucióndel ingreso apenas ha mejorado.

Por otra parte, no ha desaparecido la informalidad laboral,apoyada en ingresos bajos y baja capitalización, y se constituye ensector que absorbe masas de trabajadores que van quedando almargen de la modernización productiva o a jóvenes con bajacapacitación que ingresan al mercado del trabajo; el sector ruraltradicional se torna cada vez más marginal respecto del resto, y lasociedad se fragmenta por la acumulación de estos fenómenos, conimpactos inquietantes en términos de inseguridad ciudadana, apatíapolítica e incremento de la violencia.

Junto a estos rasgos, hay elementos alentadores. Disminuyen lamorbilidad y la mortalidad infantil. La educación presenta másproblemas de calidad que de cobertura, lo cual implica que ésta haaumentado, de modo que cobran más relieve otros desafíoseducativos. La difusión de los medios de comunicación permite quela gran mayoría esté mejor informada y tenga mayor acceso a laproducción cultural y al debate político. Hay más conciencia yvigencia de los derechos civiles y políticos, mayor valorización delpluralismo político y cultural, y el tema de la ciudadanía y de losderechos sociales y culturales adquiere renovados bríos.

Conviven optimismo y pesimismo. Hay desencanto ante elcolapso de proyectos nacionales que poblaron el futuro y elimaginario colectivo con expectativas de integración social. Adiferencia de los tiempos del desarrollismo y del proyecto socialista,nada hay en la agenda política y en la visión de futuro que lleve apensar en un rápido cambio en materia de integración social. No seresuelve automáticamente la desigualdad con indicadores econó-micos exitosos, persiste la informalidad laboral, la marginalidad ysub-culturización se consolida en las ciudades grandes e intermedias,parece aumentar la vulnerabilidad física y social de numerososcontingentes, la violencia se incrementa en los hechos y en lapercepción ciudadana, crece la desafección política y se hace cadavez más difícil adherir a valores compartidos o a redes de apoyomutuo. Todos ellos son indicadores de merma de cohesión social.

Revista IIDH164 [Vol. 40

Page 11: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

165Revista IIDH2004]

4 El neologismo empoderamiento viene del inglés empowerment.

Pero en cambio circulan discursos en que se redefine unainserción social al alcance de cualquiera: formas de gestión en losniveles micro y macro para el gerente de una gran empresa o para lamicroempresa; nuevos medios de información y comunicación, quepueden hacer de cada cual un ciudadano activo, emisor de mensajesy productor de información; reivindicación del capital social y“empoderamiento” de la comunidad, mecanismos claves dedesarrollo social y “gerencial” de grupos carenciados4; valoración dela diversidad cultural que hace de todos, o de cada grupo, un aporteúnico al tejido societal; eficiencia y focalización en políticas socialespara optimizar la inversión en los más desprotegidos; reformasadministrativas que acercan nivel central y nivel local y el policy-making a la comunidad. La inserción social parece consagrada eneste discurso que va colocando en un mismo mapa la euforia de lasnuevas tecnologías, los emergentes criterios de ingeniería y gestiónsociales, las virtudes expansivas de la competitividad “sistémica” yla adhesión a valores del pluralismo (democracia política, cultural yde género).

A esta paradoja entre ánimos apocalípticos y entusiastas se sumaotra: la brecha entre integración simbólica y desintegración material.La modernización pone en tela de juicio la imagen clásica deintegración social. Los mitos del desarrollo y la modernización,hasta los años setenta, asociaban estrechamente la integraciónsimbólica y la material. El acceso a vivienda, empleo moderno coningreso creciente, servicios de salud e infraestructura urbana seasociaba a mayor participación política, interconexión cultural yeducación formal. La sociedad de masas anunciaba la sincronía entreampliación del consumo y socialización de todos en la lectura y laescritura, información actualizada y uso “opinante” de espaciospúblicos.

Este vínculo en el imaginario del desarrollo hoy está roto, o másbien atrofiado, del lado de la integración material y muy acrecentadopor el lado del consumo simbólico. De una parte, el bienestar socialno se difunde en grado proporcional al crecimiento económico, elnúmero de pobres no acaba de disminuir y el consumo se estratificaal ritmo en que se diversifica; pero se expande el acceso a bienessimbólicos que proveen la educación formal, la televisión y la

Page 12: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH166 [Vol. 40

información actualizada. Si la globalización acelera la circulacióndel dinero y de las imágenes por vía de la microelectrónica, lo ciertoes que el dinero circula concentrándose y la imagen diseminándose.La globalización impacta así sobre las sociedades nacionalesexacerbando simultáneamente su segmentación social y su aperturacomunicacional, y alterando fuertemente expectativas y patrones decomportamiento.

El individuo medio de una sociedad periférica se ve obligado adisociar entre un menú de consumo simbólico y otro, restringido, deacceso y participación en el progreso material. Lejos parece lareconciliación, que se esperaba de la modernización clásica, entreintegración material (por distribución de los beneficios delcrecimiento) y simbólica (por la política, la educación y los medios).Pero contamos con infinidad de opciones de gratificación simbólica.La caricatura del día sitúa manos vacías junto a ojos colmados conimágenes del mundo.

¿Significa esto más desintegración u otra dosificación de loscomponentes de la integración social? La pobreza no disminuye,pero sí aumentan la matrícula escolar, la densidad de televisores ycomputadores (los primeros, en casi todos los hogares pobres; lossegundos, expandiéndose desde la clase alta hacia la media), lalibertad política y de valores y las expectativas de consumo. Labrecha entre desintegración “dura” (material) e integración “blanda”(simbólica) alimenta la convivencia de desencanto y entusiasmo. Secritica la segmentación social, pero la defensa de la diversidadcultural despierta adhesiones. La informalidad laboral es un factorestructural de reproducción de la pobreza, pero hablamos deautogestión y “acceso a destrezas estratégicas” que los nuevostiempos pueden poner al alcance de todos. A la vez que la integraciónsocial material parece agotar todos sus viejos recursos, nuevosímpetus de integración simbólica irrumpen desde la industriacultural, la democracia política y los nuevos movimientos cívicos.Llámese intercomunicación a distancia, apertura de espaciospúblicos o autodeterminación de sujetos sociales, lo cierto es queparecen darse de muy diverso modo nuevas formas de integraciónsimbólica.

Señales auspiciosas y dramáticas se interfieren. Si bien elfloreciente complejo cultural industrial parece prometer nuevosímpetus de integración simbólica, éstos se estrellan contra el muro

Page 13: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

167Revista IIDH2004]

opaco de la distribución no equitativa de bienes, servicios, activos yconocimientos. De una parte, el abaratamiento de nuevos bienes yservicios de la industria cultural, y su ductilidad para penetrardistintos ambientes se alza como promesa de mayor integración;pero, por otra parte, las nuevas formas de analfabetismo cibernéticoamenazan amplios contingentes de niños y jóvenes latinoamericanosque no acceden a ninguna forma de informatización.

En el campo de la transmisión de saberes hay una diversificaciónde acceso a la educación y el conocimiento. Pero esta nueva formade canalizar talentos en formas socialmente reconocidas se estrellacontra otro muro: la estratificación social de la calidad de laeducación, lo que abona el terreno para visiones sobre un futuro másinjusto y desigual. Pero al mismo tiempo existe la posibilidadcontraria, pues los nuevos desarrollos tecnológicos, si se combinancon una efectiva expansión de la ciudadanía, pueden seraprovechados para enriquecer el trabajo, generar más conexión entresegmentos socioeconómicos y actores socioculturales y orientar lossaltos en productividad con criterios de promoción social.

La nueva utopía del conocimiento no es casual ante el vacío queha dejado el imaginario del desarrollo y la brecha entre integraciónsimbólica e integración material. Por un lado, la difusión del accesoa conocimientos pertinentes permite distribuir socialmente lacompetitividad potencial de las personas, con lo cual aumenta lacompetitividad agregada de una sociedad y la equidad en el beneficiomaterial que dicha competitividad conlleva. Por otro lado, y en lamedida en que este acceso supone “recepción activa” y“discernimiento crítico” de los educandos, permite que las nuevasgeneraciones se incorporen a la modernidad con mayor concienciade la propia identidad. ¿Utopía aggiornata de una modernidaddemocrática, justa e ilustrada? Lo cierto: sobre la educación y elconocimiento recae, en gran medida, la esperanza de conciliar lacompetitividad económica, la equidad social y el aprendizaje delejercicio de la ciudadanía moderna.

Page 14: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH168 [Vol. 40

Igualdad compleja y derechos económicos, sociales yculturales

En este marco de mayor desigualdad material y mayorintegración simbólica, cabe pensar si esta asimetría impacta el nivelde integración y cohesión sociales. Según la tesis funcionalistatradicional, se puede pensar que la brecha entre baja integraciónmaterial y alta integración simbólica genera una crisis deexpectativas que puede erosionar la cohesión social. En otraspalabras, la exposición constante a la publicidad mediática, sumadaa más años de educación y mayor conciencia de las propiascapacidades y derechos, provocan mayor expectativa de movilidadsocial, consumo y bienestar material. Esta asimetría entre concienciay posibilidades reales genera frustración y crisis de expectativas, loque implica mayor conflictividad. Por otra parte, esta asimetríaprueba todo lo contrario: la integración simbólica “compensa” lafuerte desigualdad de acceso a bienes materiales. Esta idea cabe enun concepto en boga, la “igualdad compleja”: las desigualdades nose darían homogéneamente en todos los terrenos. Así, por ejemplo,en la educación y en el consumo de medios de comunicación no sereproduce, al menos en el mismo grado, la brecha de inequidad quesí se da en ingresos y gastos familiares. Igualdad compleja significaque no somos “igualmente desiguales” en todo, y que por lo mismose abren campos menos desiguales desde donde remontar ladesigualdad en los campos más críticos. De modo que si eneducación y consumo cultural (de los medios) se democratiza elacceso a información y conocimiento, esto capacita a sectores demenores ingresos para competir luego, con posibilidades demovilidad, en subsistemas más estratificados como el mercado deltrabajo y del poder.

La igualdad simbólica sería proactiva, medio privilegiado paramayor igualdad material. Siguiendo a Walzer, la igualdad se fundaríaen la asimetría entre acceso a bienes materiales y a bienessimbólicos. La idea de Luhman y Haberlas según la cual lassociedades se componen cada vez más de subsistemas relativamenteautónomos, permite pensar en esta noción de igualdad compleja ydesde allí “positivizar” la brecha entre alta integración simbólica ybaja integración material. Lo que justifica invertir para reducir

Page 15: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

169Revista IIDH2004]

5 V. gr. el impacto de la igualdad educativa para democratizar opciones en elmercado aboral.

6 Ver capítulo uno.

desigualdades donde mayor impacto sistémico puede tener lainversión: donde puedan darse círculos virtuosos entre subsistemas5.

Pero hay objeciones a la idea de igualdad compleja. Se arguye,por ejemplo, que los más pobres por ingreso y empleo productivoson también los menos provistos de capital simbólico: tienen menosaños de escolaridad6, menos acceso a nuevos medios decomunicación (sobre todo interactivos), a interlocución y poderpúblicos, a redes de promoción social y profesional. Resultaríanecesario no sólo el reclamo de equidad (mayor igualdad deoportunidades), sino de igualdad en sentido amplio: la igualdad deoportunidades no parece suficiente para lograr una sociedad másigualitaria, y hacen falta políticas que compensen a los menosmeritorios para lograr niveles aceptables de igualdad de resultados.La igualdad compleja implica, normativamente, intervenir endiversos eslabones donde se generan desigualdades, y no sólo en elimpulso “al inicio”. El solo mérito, como factor de movilidad social,generaría movilidad descendente y reproduciría la desigualdad deoportunidades. De allí la necesidad de políticas de compensación enla “desigualdad de trayectorias” y no sólo de oportunidades al inicio.

Ahora definimos la exclusión como la situación en que sepadecen inequidades en diversos subsistemas de la sociedad, desdeingresos laborales hasta educación y desde acceso al conocimientohasta acceso a servicios básicos. De modo que la igualdad complejapertenece a sociedades que padecen desigualdades sistémicas. Cabeinterrogarse, entonces, por la relación entre ciudadanía y exclusión.Porque si la ciudadanía incluye el pleno ejercicio de derechos civiles,políticos y DESC, y si por otro lado se le incorporan los nuevosmodos de interacción del mundo mediático y las nuevas formas degestión y asociación, ¿no cabe suponer que los excluidos lo sontambién de la mayor parte de los derechos ciudadanos y del ejerciciomoderno de la ciudadanía? ¿No son los excluidos quienes tienenmenos posibilidades de participación política, de visibilidad en elespacio público, de acceso a ingreso y empleo digno, de educación

Page 16: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH170 [Vol. 40

7 Norberto Bobbio, (1999). Autobiografía, Taurus, Buenos Aires, p. 151.

de calidad y buenos servicios sociales, de información oportunacomo usuarios de servicios y como consumidores, y de formar parteactiva en las redes electrónicas?

Si se entiende la libertad no sólo en sentido negativo, comoausencia de coacción, sino también en sentido positivo, como poderpara orientar la vida personal según deseos y proyectos propios, y sise entiende la igualdad en el sentido proactivo que ha planteado porejemplo Amartya Sen, para quien se mide menos en distribución deingresos y más en capacidad para concretar un proyecto de vidaelegido, ¿no estarían los excluidos privados simultáneamente delibertad positiva y de igualdad? Y si la libertad y la igualdad son doscaras de la ciudadanía (conforme lo prescribe la posesión dederechos civiles, políticos y DESC), las definiciones previas nosindican que el tradicional “trade-off” entre igualdad y libertad nosería tal, y que la igualdad (como distribución de capacidades), escondición para el ejercicio “positivo” de la libertad (como poder pararealizar proyectos propios).

La exigibilidad de los derechos sociales como condición deciudadanía apunta a posibilitar esa forma complementaria deigualdad y libertad. Por una parte, “la razón de ser de los derechossociales como a la educación, el derecho al trabajo, el derecho a lasalud, es una razón igualitaria”, pues “los tres tienden a aminorar ladesigualdad entre quienes tienen y quienes no tienen, o a poner unnúmero de individuos siempre mayor en condiciones de ser menosdesiguales respecto a individuos más afortunados por nacimiento ocondición social”7. Por otra parte, la indivisibilidad de los derechospermite transitar de la libertad negativa (derechos civiles, queproscriben excesos de coacción), a la libertad positiva (derechospolíticos y DESC, que capacitan para decidir sobre condiciones queinciden en la propia vida).

Pero la exigibilidad de los DESC también depende de recursospara su ejercicio. A diferencia de los derechos civiles, que obligan alEstado a no intervenir en ámbitos de competencia de los sujetos dela sociedad política, y de los derechos políticos, que se vinculan conun orden democrático-representativo, la realización de los DESCestá ligada, al menos en parte, al desarrollo económico. Por lo

Page 17: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

171Revista IIDH2004]

mismo, su exigencia no es inmediata y absoluta, sino dinámica ygradual. El reconocimiento y la protección efectiva de los DESC noocurren espontáneamente. Los DESC conjugan una normatividadgeneral con demandas concretas que la sociedad, o sectores de ella,plantean al Estado: mejores condiciones de trabajo, de educación, deacceso a la salud y a la vivienda, etc. El desarrollo económico generarecursos que permiten dar respuesta a estas demandas y cum-plimiento a los DESC. Para ello, parte de los recursos adicionalesque genera el crecimiento debe destinarse a su plena vigencia, perotambién a la organización más eficiente de los servicios quecanalizan esos recursos en beneficio de los grupos más afectados porla desigualdad general.

Cohesión e igualdad socialesComo plantea Max Weber, la pérdida de cohesión social es un

problema intrínseco a los procesos de modernización. La movilidadsocio-económica, ocupacional y geográfica, la ratio económica y lacomplejidad de los sistemas sociales, la secularización cultural y lapérdida de arraigo en la tradición, corroen la cohesión social. Frentea ello, la política y el Estado han sido fundamentales para construirformas “modernas” de cohesión: mediante un nuevo pacto socialProvidencia, crucial en la distribución de la riqueza y en la provisiónde empleo, o mediante códigos de comunicación y de interaccióncompartidos gracias a la educación universal y a los medios masivosde comunicación.

Pero el escenario global también muestra que se erosionan lasformas modernas de cohesión social. Las razones son múltiples: a) lacrisis del Estado Providencia o planificador y su dificultad paragarantizar bienestar y promover empleo; b) la dilución de fronterasnacionales y las dificultades que enfrenta el Estado nación paramantener clara identidad colectiva; c) la estratificación del acceso alconocimiento y a educación de calidad; d) el avance en lasecularización de valores y diversificación de estilos de vida por laapertura a un intercambio intenso y extenso de imágenes y mensajes;e) los efectos corrosivos de la tercera revolución industrial, queabren la brecha entre incluidos y excluidos, amenazan con grandescontingentes de desempleados tecnológicos, refuerzan con otroscontenidos la división internacional del trabajo y promueven un

Page 18: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH172 [Vol. 40

modelo de trabajador inteligente pero individualista; f) la brechaentre la expansión “democratizadora” de imágenes del mundo vs. laexpansión concentradora del dinero, que produce una crisis deexpectativas de resultado imprevisible, y g) el efecto de dos décadasde hegemonía neoliberal con una cultura económica que privilegia loprivado sobre lo público, lo individual sobre lo colectivo y elbeneficio personal sobre la solidaridad social.

Pero también en el sector de más recursos se observan actitudescontrarias a la cohesión social: las élites se excluyen de la vidaciudadana y se refugian en territorios cerrados; no interactúan conotros grupos, salvo como empleadores o ejecutivos; generan y pagansus propios sistemas educativos, priorizan vínculos con pares deotros países y no se vinculan con la sociedad propia.

Recuperar el espacio público, como lugar de encuentro donde seejerce igualdad simbólica y aprendizaje en la diferencia, es básicopara romper exclusiones de arriba y de abajo. El objeto de algunaspolíticas pasa entonces de lo social a lo público. En lo público seencuentra sentido de pertenencia que no se encuentra en políticassociales. Pero al mismo tiempo se requiere de políticas focalizadasy compensatorias para reducir las brechas sociales y paliar lapobreza. Importa el equilibrio entre ambos campos de intervención.Los ámbitos de intervención en el espacio público son muchos ycabe mencionar: la rehabilitación del uso de territorio y de la ciudad;el uso de bienes públicos apreciados en función de la comunidad;políticas para aumentar la seguridad y neutralizar la violencia;políticas modernas en educación pública; sistemas sanitarioseficientes y confiables; defensa del medio ambiente y de gruposculturales minoritarios.

El rescate del espacio público es parte de la extensión de laciudadanía, como la reducción de la desigualdad. Hoy pareceoportuno priorizar la ciudadanía social por su relación con la equidady el auge de derechos civiles y políticos de la última década. No sólotenemos democracia política en proceso de consolidación, sino unacultura democrática que aumenta e incluye el respeto a los derechosciviles y políticos. Así “no es extraño […] que la atención tienda atrasladarse hacia las garantías a los derechos de equidad dirigidos alograr una ciudadanía extendida en la que, además del respeto a los

Page 19: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

173Revista IIDH2004]

8 “La Igualdad de los Modernos”, CEPAL/IIDH, San José, 1997.

derechos civiles y políticos, los ciudadanos puedan gozar de susderechos económicos, sociales y culturales”8.

Pero la misma pérdida de cohesión social genera conciencia sobrela necesidad de revertir esto. Quienes alertan sobre desintegraciónsocial claman hoy también por el ejercicio de ciudadanía extensiva;es una vasta gama de actores, como gobiernos, academia,organizaciones sociales y ONG’s, movimientos culturales, Iglesias,organismos internacionales, etc. La euforia privatizadora está en fasede reflujo, en búsqueda de equilibrio entre los roles del Estado, delmercado y de la sociedad. La preocupación por “más sociedad” y notanto por “más mercado” ilustra este reflujo en que se empieza avalorar la cohesión social y la extensión de la ciudadanía tanto comola competitividad empresaria y la iniciativa privada.

¿Cómo se entiende la cohesión social en el marco de este reclamopor más sociedad? Se busca combinar el perfeccionamiento delsistema democrático, el fortalecimiento de la sociedad como ámbitode cooperación y comunicación y la internalización de reglasdemocráticas en los distintos actores. La cohesión social no suponeformas premodernas, —como el comunitarismo, la homogeneidadde creencias y valores o la fuerza de la autoridad central— sinoentenderse en los siguientes sentidos: a) compromiso para respetarlas reglas procedimentales de la institucionalidad democrática y delEstado de Derecho; b) articulación de grupos sociales heterogéneosdentro de un sistema capaz de representar sus demandas y deinstitucionalizarlas políticamente y traducirlas en intervenciones queasignan recursos para la vigencia de los DESC; c) desarrollo demecanismos de la sociedad civil que fortalecen relaciones desolidaridad y responsabilidad al interior de grupos y entre distintosgrupos; d) difusión de una cultura pluralista para mejorar los nivelesde convivencia y comunicación, y e) filiación de grupos sociales aredes de apoyo o interacción que les permiten mayor participación eintegración (sindicatos, gremios, Iglesias, asociaciones civiles, etc.).

La cohesión contribuye a la igualdad mediante: a) promoción devalores de solidaridad y responsabilidad sociales, lo que generaclima propicio para transferir recursos hacia sectores carenciados; b)aumento de la capacidad de defensa de derechos sociales,

Page 20: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH174 [Vol. 40

económicos y culturales por parte de grupos desposeídos, lo que lesda mayor presencia en la pugna distributiva de activos que permitenrealizar tales derechos; y evitar la omnipresencia corporativa de losgrupos más fuertes que con un lenguaje muchas veces distributivistatienden a acumular beneficios para sectores con más fuerza políticaen desmedro de los grupos más débiles y de menos influencia; c)generación de mecanismos intrasocietales (no estatales ni demercado) de transferencia de activos por redes sociales einstituciones intermedias, y d) promoción de acuerdos en torno apolíticas de Estado para redistribución progresiva ligados al aumentode la productividad y al crecimiento económico.

La igualdad contribuye a la cohesión, pues: a) mayor igualdad deoportunidades previene la exclusión y la discriminación e inhibefactores de pérdida de cohesión; b) igualdad de oportunidadesinfunde adhesión a un sistema de reglas percibido comomeritocrático; c) mejor distribución de bienes según rasgosadscriptivos contribuye a que las adscripciones (género, etnia,grupos etarios) no redunden en fragmentación, facilitando lainstitucionalización por rasgos adscriptivos; d) mayor igualdadotorga legitimidad al Estado y a la gestión pública, lo que evitaingobernabilidad y conflicto social; e) la extensión de bienes yservicios para satisfacer necesidades básicas evita formas ilícitas deprocurarse dichos satisfactores (delincuencia, microtráfico dedrogas, etc.), generando así respeto por la Ley y un ambiente deseguridad ciudadana; f) una mejor distribución territorial deservicios e infraestructura permite revertir la segregación territorial(una causa principal de la falta de cohesión social), y g) una mejordistribución de oportunidades permite responder al problema de lallamada “pobreza dura”, a los grupos de extrema vulnerabilidad quela política social no logra apoyar.

La igualdad y la diferenciaHay una tensión propia de las democracias actuales. Por un lado

se busca recobrar o dinamizar la igualdad, entendida sobre todocomo inclusión de los excluidos, pero sin llevar a la homogeneidadcultural, a concentración del poder político o a la uniformidad degustos y estilos de vida. Por otro lado se trata de apoyar la diferencia,entendida como diversidad cultural, pluralismo en valores y mayor

Page 21: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

175Revista IIDH2004]

autonomía de los sujetos, pero sin que esto justifique la desigualdado la no inclusión de los excluidos.

Frente a ello, interesa compatibilizar políticas culturales quepermitan armonizar la libre determinación de los sujetos, y ladiferencia en cultura y valores que se sigue de esta defensa de laautonomía, con políticas económicas y sociales que reduzcan labrecha de ingreso, patrimonio, seguridad humana y capitalsimbólico. El desafío de compatibilizar igualdad de oportunidades yrespeto a las diferencias nos sitúa en el cruce entre el ejercicio de losderechos civiles, políticos, sociales y culturales. Civiles, porque setrata de la autonomía de sujetos individuales o colectivos paradecidir sobre su vida y valores. Políticos, porque se trata de darcabida en los procesos deliberantes y decisorios a distintos actoressociales y de un “reparto democrático” de esta participación.Sociales y culturales, porque se aspira a compatibilizar igualdad deoportunidades con respeto a las diferencias.

Hechas esas consideraciones, las políticas de igualdad se asocianal criterio de no-discriminación. Esto incluye políticas dediscriminación positiva ante minorías de corte socioeconómico,cultural, étnico, etario o de género que presentan mayorvulnerabilidad. Las políticas contra la discriminación de la diferencia(que promueven derechos civiles, políticos y culturales) secomplementan con políticas sociales enfocadas en los grupos queestén más discriminados, en condiciones más desventajosas paraafirmar su especificidad, satisfacer sus necesidades básicas ydesarrollar capacidades para ejercer positivamente su libertad. Ladiscriminación positiva, que acompaña a la focalización, extiendelos derechos particularmente a quienes menos los poseen. No sólo serefiere esto a derechos sociales como la educación, el trabajo, laasistencia social y la vivienda; también a los derechos departicipación en la vida pública, de respeto a prácticas culturales nopredominantes, de interlocución en el diálogo público, etc. En suma,se apunta así a un concepto de igualdad compleja pasado por el filtrode la nueva sensibilidad democrática, del multiculturalismo y delderecho a la diferencia, sin que ello avale condiciones de produccióny reproducción de la exclusión socioeconómica.

Page 22: Las nuevas dimensiones de la igualdad - UNAMhistorico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/iidh/cont/40/pr/pr8.pdf · cohesión y la igualdad social están en jaque ante las tendencias

Revista IIDH176 [Vol. 40

Campos de la igualdad y campos de la ciudadaníaEstos planteos permiten entender la igualdad compleja como un

concepto o valor a desglosar en un conjunto de componentes. Parailustrarlo, en el cuadro que se presenta a continuación secorrelacionan distintos objetos de reparto social con distintos tiposde igualdad y aspectos de la ciudadanía.

Igualdad compleja: Objetos y derechos