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LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL AUTORES Cristian Andrés Córdoba Hernández María Fernanda León López Juan Alexander Roa Lozano UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA SEDE IBAGUE FACULTAD DE DERECHO PROGRAMA DERECHO IBAGUÉ 2018

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LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

AUTORES

Cristian Andrés Córdoba Hernández

María Fernanda León López

Juan Alexander Roa Lozano

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA SEDE IBAGUE

FACULTAD DE DERECHO

PROGRAMA DERECHO

IBAGUÉ

2018

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LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

AUTORES

Cristian Andrés Córdoba Hernández

María Fernanda León López

Juan Alexander Roa López

Presentado para optar al título de: Abogado

Director:

MAGISTER EN DERECHO CONSTITUCIONAL JORGE ANDRES PAEZ

QUIÑONES

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA SEDE IBAGUE

FACULTAD DE DERECHO

PROGRAMA DE DERECHO

IBAGUÉ

2018

Esta obra está bajo una licencia de Creative

Commons Reconocimiento-NoComercial-

CompartirIgual 4.0 Internacional.

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TABLA DE CONTENIDOS

I. INTRODUCCIÓN

II. LA HISTORIA DEL DEBIDO PROCESO

III. EL DEBIDO PROCESO EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL

IV. EL DERECHO AL DEBIDO PROCESO

V. EL DEBIDO PROCESO EN LAS ACTUACIONES ADMINISTRATIVAS

VI. LAS MODALIDADES DEL DERECHO AL DEBIDO PROCESO

VII. NÚCLEO ESENCIAL DEL DEBIDO PROCESO

VIII. LA NULIDAD PROCESAL

IX. PRINCIPIOS DE LAS NULIDADES

X. CAUSALES DE NULIDAD

XI. COMENTARIO FINAL

XII. LA NULIDAD PROCESAL EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE

CONSTITUCIONAL

XIII. EXEPCIONALIDAD EN LAS NULIDADES DE LAS PROVIDENCIA DE

LA CORTE CONSTITUCIONAL

XIV. CONCLUSIONES

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I. INTRODUCCION

Las nulidades procesales sin lugar a dudas se constituyen como el principal

medio de defensa con el que cuenten las partes para el respeto del derecho al

debido proceso, de allí que sean estas una vital pieza de un derecho

consagrado como fundamental tanto en la Constitución Política de 1991 como

en instrumentos de orden internacional; es entonces como el derecho al debido

proceso cobra una vital importancia dentro de cualquier procedimiento judicial,

ahora entonces cobrar un interés mayúsculo de cara a las sentencias emitidas

por la Corte Constitucional dada la trascendencia de sus decisiones dentro del

ordenamiento jurídico colombiano, es como pese a no tener una normatividad

clara frente a las nulidades que se pueden dar dentro de las diferentes

providencias emitidas por el máximo tribunal constitucional colombiano en

tanto se hace una expresa remisión al derecho al debido proceso, sea

necesario estudiar en primer medida la noción del derecho al debido proceso

en Colombia, por una segunda parte tratar la teoría de las nulidades en el

derecho procesal para finalmente hacer un análisis jurisprudencial de las reglas

frente a la nulidad de las sentencias de la Corte Constitucional.

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I. LA HISTORIA DEL DEBIDO PROCESO

Debemos empezar diciendo que el origen del debido proceso se da a partir de la

coyuntura social y política de una época específica, en esta medida Ferrer (2014)

nos empezara mencionando:

Los ingleses lo sabían bien: el poder corrompe, y el poder absoluto, tiende a corromper

absolutamente, de allí su necesidad de controlarlo. Los orígenes del debido proceso se

remontan históricamente al medioevo británico, y surgen como una protección contra las

arbitrariedades del poder despótico de la monarquía del Rey Juan Sin Tierra o Juan I de

Inglaterra, quien tras la derrota sufrida en 1214 en Bouvines, Francia, no sólo terminó con

sus perspectivas de un imperio continental británico, sino que también debilitó de tal

manera su despótico poder, que permitió que un grupo de barones, obispos y ciudadanos

exigieran el respeto de una serie de derechos feudales, entre ellos, el derecho a no ser

juzgado arbitrariamente. Estas prerrogativas fueron arrancadas a la corona, y redactadas

en el año 1215 en lo que se conoce como Carta Magna (Magna charta libertatum). (p. 156)

En consecuencia, el artículo que buscaba la garantía del debido proceso dentro de

la Carta Magna mencionaba:

Ningún hombre libre será aprehendido ni encarcelado ni despojado de sus bienes ni

desterrado o de cualquier forma desposeído de su buen nombre, ni nosotros iremos sobre

él, ni mandaremos ir sobre él, si no media juicio en legal forma efectuado por sus pares o

conforme a la ley del país

Del anterior precepto podemos ver como su descripción giraba en torno a la

protección del derecho a la libertad, por lo tanto, este tendría implicaciones sobre

el derecho penal, sin embargo, también tendría una connotación de estirpe civil,

por cuanto como ya pudimos observar, este hace referencia directa a los bienes

de las personas, sin lugar a dudas los dos principales derechos que las filosofías

liberales y doctrinas modernas propugnarían por su protección.

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Sin lugar a dudas la Carta Magna inglesa, se constituye como el primer referente

normativo en el que se invoca la protección del debido proceso en la era moderna,

bajo ese entendido, es relevante señalar como a partir de ese momento crítico, las

poblaciones y los asociados al Estado propugnaron por un sistema que permitiera

un mínimo de garantías judiciales, en virtud del gran poder que ostentaba el rey

por aquellas época, característica propia de los sistema monárquicos, es por ello

que en un principio se buscó constituir dos garantías básicas, que permitieran el

acceso al debido proceso, puede verse así:

La Carta Magna fue evolucionando, de lo general a lo particular; al principio,

adoptando la noción del law of the land hasta consagrarse en 1354, bajo el reinado

del Rey Eduardo III, la idea del due process of law (debido proceso legal). En este

último sentido, lo que el texto consagra son dos garantías fundamentales: la de ser

juzgado por los pares; y, según las leyes del país. La primera se refiere al derecho

medieval de ser enjuiciado por los demás miembros pertenecientes al mismo oficio

o corporación que el acusado, y más tarde, al juicio por jurados, lo que impedía

condenas dictadas por el Rey o comisiones especiales de su dependencia; en tanto

que la segunda, garantizaba que el juicio se realizara “conforme a la ley del país”,

es decir, de acuerdo a las leyes, y no a los caprichos del soberano. Ambas garantías

se constituían en los pilares de lo que luego se consolidaría y perfeccionaría hasta

conformar lo que hoy conocemos como debido proceso. (Ferrer, 2014, p. 157)

De esta forma la Carta Magna se erige como el primer gran precedente histórico

que permitió, el control al poder público, de esta manera Cuello (2005) dirá:

Podemos considerar a la Carta Magna como la razón del desaparecimiento de la

“monarquía sin control”, de la monarquía totalitaria e irresponsable. Pero también el

recorrido histórico realizado nos permite afirmar que es producto del feudalismo que le

“aporta la idea de las costumbres, de los derechos adquiridos deben ser respetados” y el

de la Common law, que había sido difundida por los jueces itinerantes establecidos por

Enrique II y logro imponer “el respeto a normas protectoras que están por encima del

mismo rey”. (p. 498)

ahora pues, servirá de otro gran antecedente histórico para la asunción del debido

proceso como derecho, la revolución francesa, la cual tenia una margen sitial muy

parecido al presentado en la isla británica, ya que se presentaba un Estado

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monárquico el cual concentraba gran parte de los poderes públicos y los procesos

de índole judicial, se veían regidos por la imparcialidad y arbitrariedad de sus

administradores de justicia, en esta medida la declaración de los derechos del

hombre y del ciudadano se erige como otro gran referente histórico del debido

proceso como derecho y garantía dentro de los Estado moderno, así puede

decirse:

Abandonando la isla británica, y dirigiendo este breve recorrido histórico hacia el continente

europeo, hallamos que para el año 1789, Francia redacta la Declaración de los Derechos

del Hombre y del Ciudadano, donde se consagra el mismo principio protectorio del

individuo, aunque, acotado a la libertad personal, sin tomar en cuenta la protección de los

derechos civiles (honor y propiedad, como en Inglaterra) al proclamar que “Ningún hombre

puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento, excepto en los casos

determinados por la ley, y de acuerdo con las formas por ésta prescritas”. (Ferrer, 2014, p.

157)

pese a la gran importancia que tendrá la declaración francesa en los

ordenamientos jurídicos contemporáneos en donde se busca garantizar el respeto

de los poderes institucionales al debido proceso, vale mencionar que dentro del

contexto americano la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica,

será otro gran antecedente para el desarrollo del debido proceso como derecho,

en este sentido las enmiendas norteamericanas fueron una punta de lanza para

los demás Estados americanos próximos a independizarse, ahora pues respecto

del derecho se encontrara consignado como un derecho de índole constitucional,

punto que no es para nada vacuo, por cuanto el momento histórico particular dota

a este derecho como una verdadera garantía que impida la arbitrariedad y la

injusticia dentro de los Estado:

Si nos trasladamos al continente americano, debemos retrotraernos a tres años

antes de la Revolución Francesa. En efecto, en los Estados Unidos de

Norteamérica, sus Padres Fundadores ya habían acuñado para 1786 una

Constitución, sólo que ésta, más que inclinada a controlar el poder, se dirigía a

crear las instituciones políticas para ejercerlo.5 De hecho, la Constitución

norteamericana, no contaba inicialmente con la garantía del debido proceso (o due

process of law), sino que fue incorporada mediante la Quinta Enmienda en 1789 a

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instancias de Madison, bajo la siguiente formula “a nadie (…) se le privará de la

vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal”.6 Varias décadas

después, y como consecuencia de la victoria del Norte sobre el Sur en la guerra

civil norteamericana, en 1868 fue aprobada la Decimocuarta Enmienda, que

protegía los derechos de los antiguos esclavos frente a los Estados, estableciendo

que: “Ningún Estado podrá (…) privar a cualquier persona de la vida, libertad o

propiedad sin el debido proceso de ley”.7 La nueva enmienda se oponía a

prácticas esclavistas, pero en especial, a interpretaciones como la dada años antes

por la Corte Federal en el resonante caso “Dred Scott vs. Sanford” de 1856, donde

se estableció que los negros esclavos y sus descendientes no eran ciudadanos,

por lo que carecían de derechos, libertades e inmunidades, es decir para esta

Corte, un esclavo era una no-persona. Con la Quinta Enmienda, que aquí

mencionamos, esta interpretación ya no sería posible. (Ferrer,2014, p. 157)

De esta forma puede citarse estos tres como los principales referentes históricos

que permitieron la asunción del debido proceso como derecho, de esta manera es

posible identificar rasgos y características en común de los anteriores

precedentes; la primera de ella será la reacción a la concentración de poderes de

parte de los Estados monárquicos, en este sentido el propio sistema monárquico

per se, tiene el control de todos los poderes públicos, lo cual posibilitaba las

arbitrariedades respecto de la aplicación de las normas e imposición de sanciones,

por ello se logró el control a estos poderes y que su margen de acción fuera

regulado por las normas contenidas dentro del sistema jurídico .

Por otra parte, serán también momentos históricos de transición, en donde el

pueblo a buscado el cambio de sistemas políticos, donde se buscaba derrotar los

efectos monárquicos y el ascenso de las burguesías al poder.

En esta medida una vez abordado los principales referentes históricos en razón al

debido proceso como derecho, será necesario revisar los principales postulados

internacionales que propugnan por la garantía del debido proceso como derecho

dentro de los Estados contemporáneos.

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II. EL DEBIDO PROCESO EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL

Con el inicio del siglo XX se despierta una serie de eventos históricos que

propiciaron la aparición de Estados totalitarios, que ignoraban un mínimo de

garantías y derechos dentro de los mismo, es por ello que la comunidad

internacional entendiendo su papel de garante de derechos en el mundo, centro

sus esfuerzos en la consignación de normas que pudieran garantizar un

determinado numero de derechos que salvaguarden la dignidad del ser humano,

es por ello que el debido proceso toma especial relevancia dentro de los

instrumentos internacionales, que buscan garantizar un mínimo de justicia dentro

de los Estados miembros, bajo el anterior postulado Ferrer( 2014) nos

mencionara:

Estos sangrientos e irracionales episodios y regímenes políticos, también influyeron en la

garantía que estamos analizando, pues como reacción a ellos, se promovió la

internacionalización de la protección de los derechos fundamentales de las personas, y en

especial, la limitación de la discrecionalidad y arbitrariedad del poder, por medio de las

reglas del debido proceso a las que debe someterse toda autoridad, como una forma

genérica de tutela de todos los derechos. En un primer momento encontramos, dos

instrumentos internacionales8 que lo garantizan. La Declaración Americana de los

Derechos y Deberes del Hombre, de 1948, cuyo artículo XVIII, establece que ‘‘Toda

persona gozará de la garantía de concurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos y

a disponer de un procedimiento sencillo y breve que ampare contra actos de autoridad que

violen sus derechos’’; y en el mismo año, se redactó la Declaración Universal de Derechos

Humanos, cuyo artículo 10 reconoce que ‘‘Toda persona tiene derecho, en condiciones de

plena igualdad, a ser oída públicamente por un tribunal independiente e imparcial…’’

Posteriormente a la Declaración Universal de los Derechos Humanos surge el

pacto internacional de los derechos civiles y políticos donde se destaca:

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‘‘Todas las personas son iguales ante los tribunales, teniendo derecho a ser oídas

públicamente con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e

imparcial, establecido, tanto en materia penal como civil’’ Este Pacto da un paso

más que la Declaración Universal, y exige la publicidad del procedimiento, con

excepciones vinculadas a la protección de la intimidad de pleitos matrimoniales y

aquellos que incumban a menores. (Ferrer, 2014, p 158)

Finalmente en el contexto americano será importante resaltar la importancia de la

Convención Americana de Derechos Humanos, de esta manera sin embrago es

de mencionar como todas estos instrumentos internacionales buscan erigirse

como verdaderos referentes normativos dentro de los ordenamiento jurídicos

nacionales, sobre todo en el sentido de buscar una universalización de la justicia

la cual impida las arbitrariedades dentro de los Estados, volviendo al pacto de San

José, este busca innovar dentro del derecho al debido proceso por cuanto a este

siempre se le ha ligado al derecho penal, premisa que es errada por cuanto el

derecho al debido proceso es un derecho que no responde a ramas jurídicas en

específico sino será un derecho aplicable a cualquier clase de procedimiento, en

este sentido el artículo 8 de la Convención dirá:

Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo

razonable por un juez imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación

de cualquier acusación penal (…) o en la determinación de sus derechos y obligaciones de

orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. (Convención Americana de Derechos

Humanos, art 8)

En este mismo sentido, será el derecho al debido proceso una prerrogativa que

permita la legitimidad del Estado, por cuanto se convertirá en un control al

accionar estatal en pro del asociado, de esta manera los poderes estatales

estarán supeditados a los procedimientos previstos en cada legislación, en hilo

con el anterior planteamiento Ferrer (2014) mencionara:

Ahora bien, hemos visto cómo desde las primeras garantías sobre la libertad

y la propiedad occidente ha ido progresando en el reconocimiento de la dignidad

humana y sujetando la discrecionalidad estatal al imperio de las leyes, elaborando

un instrumento legal, como lo es el debido proceso, el cual legitima el ejercicio del

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poder en las democracias. Pero no basta con la existencia de normas tutelares de

los derechos redactados en diversos instrumentos, sino que también es necesario

que quienes detentan el poder se comprometan formalmente a acatarlas, y,

además, que existan sanciones efectivas para casos de incumplimiento. (p 159)

De esta manera, es importante resaltar como todos estos instrumentos

internacionales con la promulgación de la Constitución Política de 1991 mediante

el articulo 93 y 94 pasan a ser parte del bloque de constitucionalidad, noción que

busca que los pactos, convenios y declaraciones que versen sobre derechos

humanos estén en jerarquía normativa equiparable a la misma Carta Política.

III. El DERECHO AL DEBIDO PROCESO

Para iniciar queremos destacar como el derecho al debido proceso no es nuevo en

el ordenamiento jurídico colombiano, por ello no es dable decir que este se

constituyó como verdadero derecho en la Constitución Política de 1991, ya que

otras Constituciones ya habían contemplado tal como una prerrogativa del

ciudadano, de esta forma Cuello (2005) dirá:

Nuestro país no ha sido ajeno a la asignación constitucional del debido proceso. Ya en la

constitución de la Republica de Colombia de 1821, en diferentes disposiciones se regulan

diferentes aspectos atañederos al debido proceso y que por largo tiempo se conocieron

como garantías constitucionales, como lo son los contemplados en los artículos 158, 159,

160, 161, 162, 163 y 164.

A su vez la Constitución Política de 1886 consagraba en su artículo 23:

Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al acto que se imputa,

ante tribunal competente, y observando la plenitud de las formas propias de cada juicio.

En materia criminal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se aplicará de

preferencia a la restrictiva o desfavorable. (Const.,1886, art.,23)

Sin embargo, basta advertir que pese a ser un artículo de índole Constitucional,

por la inane fuerza normativa que se le concedía a la Constitución en aquel

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entonces dependía del legislador concretar tales postulados mediante la ley

además de no contarse con un mecanismo expedito para la garantía de su

cumplimiento.

Es como el Constituyente de 1991, entendiendo la importancia del debido proceso

dentro de los ordenamientos jurídicos, consagro en su artículo 29 el derecho

fundamental al debido proceso, el cual dice:

El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas.

Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al acto que se le imputa,

ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas propias de

cada juicio.

En materia penal, la ley más permisiva o favorable aun cuando sea posterior, se aplicará

de preferencia a las restrictiva o desfavorable.

Toda persona se presume inocente mientras no se le haya declarado judicialmente

culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa, a la asistencia de un abogado

escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento; a un debido proceso

público sin dilaciones injustificadas; a presentar pruebas y controvertir las que se alleguen

en su contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el

mismo hecho.

Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso.

Ahora puede verse como realmente la Constitución de 1991 evoluciono el

concepto del debido proceso en comparación con la Constitución de 1886, no solo

respecto de su fuerza normativa, porque sin lugar a dubitaciones la Carta más

reciente previo el mecanismo de la acción de tutela para garantizar el

cumplimiento de los derechos fundamentales, entre ellos el debido proceso, sin

embargo no fue solo un cambio de fuerza normativa sino que se buscó mejorar la

estructura y los componentes del mismo, de esta manera Quinche(2015)

menciona:

Se trataba obviamente de una formula corta, parcial, insuficiente, cuidadosa de una liviana

legalidad, que contrasta abiertamente con el artículo 29 de la Constitución de 1991, más

completo, mejor estructurado, en el que el principio de legalidad, es apenas otra de las

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garantías previstas- el texto de la Carta de 1991 en el plano estructural ofrece cuando

menos tres zonas comprensivas […](p.228)

Una vez mencionado el artículo 29 constitucional, sin lugar a dudas podremos dar

diversas definiciones del debido proceso como derecho, así pues, Cuello (2005) lo

define:

El debido proceso hace parte de esos principios y garantías, pero no los comprende a

todos. El debido proceso es un derecho fundamental, de contenido formal y material, de

desarrollo legislativo, que conforman los sistemas y principios procesales, las garantías

constitucionales de la administración de justicia y de las actuaciones administrativas, bajo

la egida de la plenitud de las formas propias de cada juicio, de carácter público, ante juez

natural, sin dilaciones injustificadas, con la posibilidad de aportar y controvertir pruebas,

impugnar sentencia condenatoria, no ser juzgado dos veces por el mismo hecho; y

además, en materia penal, de la legalidad del delito y de la pena, de la aplicación de la

favorabilidad, el derecho a la defensa y a la presunción de inocencia.( p 509)

Ahora entendiendo el derecho al debido proceso como un derecho de índole

universal Quinche (2015) hace un especial énfasis a las normas de derecho

internacional que contemplan el debido proceso como garantía dentro de los

Estados:

Como se dijo, bajo la expresión “debido proceso” habrá de ser comprendida toda una serie

de garantías, derechos y protecciones, que establece el sistema jurídico en favor de las

personas. En este sentido, tanto las normas de derecho internacional, como las del sistema

interno, establecen verdaderos “listados” de garantías en favor de los individuos.se trata asi

de garantías simplemente enumerativas, en la medida en que la evolución de los tiempos,

la practica judicial y las necesidades de protección de los sujetos, hacen que las distintas

enunciaciones sean apenas un referente. Tal la comprensión que sobre este derecho tiene

el sistema interamericano, para el cual “para que exista” debido proceso legal es preciso

que un justiciable pueda hacer valer sus derechos y defender sus intereses en forma

efectiva y en condiciones de igualdad con otros justiciables. Al efecto, es útil recordar que

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el proceso es un medio para asegurar, en la mayor medida posible, la solución judicial de

una controversia. (p 229)

Por otra parte, Younes (2014) conceptuara sobre el debido proceso:

Es el conjunto de garantías que, de cara a los procesos judiciales, particularmente frente a

los enjuiciamientos penales, debe tener toda persona, y forman parte de lo que hoy se

conoce como derecho constitucional procesal. En otros términos, se trata de garantías

básicas que toda Constitución debe reconocer a quien se procesa judicialmente, y aun

frente a procesos administrativos. (p. 160)

Pese a las menciones de las anteriores definiciones siempre ha surgido un

problema respecto de identificar la naturaleza jurídica del derecho al debido

proceso, por ello Nisimblat (2016) dirá:

El debido proceso es un derecho, no un principio. Y es de carácter sustancial. Es, además,

fundamental, de rango constitucional, y por lo tanto de aplicación inmediata (art.85 de la

Constitución nacional). ha sido definido por afirmación o negación: “toda persona tiene

derecho a un proceso justo” o bien “toda persona tiene derecho a no ser juzgada sino

conforme a las reglas preestablecidas”(p.1)

Teniendo en cuenta esto, es importante mencionar como el derecho al debido

proceso se establece como un verdadero limite a los poderes estatales y además

legitiman el accionar estatal, de esta forma, se es imperioso mencionar lo dicho

por Quinche (2015) en razón del fin del debido proceso en el Estado Social de

Derecho colombiano:

Este es el más importante de los derechos de defensa, pues permite la real afirmación del

principio de dignidad, frente al omnímodo poder administrativo y judicial del Estado. Este

derecho genéricamente designado como “debido proceso legal”, como derecho a

“protección judicial”, o a “garantías judiciales”, involucre una serie diversa de derechos,

garantías y protecciones, adoptadas tanto por los sistemas internos, como por el derecho

internacional de los derechos humanos con la idea de preservar la dignidad de las

personas, o para decirlo con la Corte Constitucional. “el debido proceso es un derecho de

estructura compleja que se compone de un conjunto de reglas y principios que, articulados,

garantizan que la acción punitiva del estado ni resulte arbitraria”. Se hace aquí la

presentación general del tema desde el sistema internacional de protección (i), para luego

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referir las características del derecho al sistema colombiano (ii). Finalmente se describen

algunas garantías del debido proceso, distintas de las contenidas en el artículo 29 de la

Carta Política (ii). (p 228-229)

Sin lugar a dudas el derecho al debido proceso será una prerrogativa que tengan

los asociados para cuando asistan a un procedimiento judicial, estén protegidos

por la realización de los procedimientos judiciales contemplados en el

ordenamiento jurídico, a su vez esto posibilitará la legitimidad del accionar del

Estado y será un límite al poder público.

Ahora pues, una vez entendido el concepto de debido proceso de manera

genérica es importante especificar los elementos de los cuales se compone el

derecho, así pues, de una lectura concienzuda podemos establecer distintos

presupuestos para la garantía del debido proceso en Colombia, en esta medida

Younes (2015) mencionara como elementos de este:

a) Legalidad de las penas o derecho de toda persona a no ser condenada sino por los hechos

que estén previstos como infracción penal al momento de su comisión.

b) Legalidad de la sanción o derecho de las personas a no ser sancionadas, sino como

aquellas sanciones expresamente consagradas en la ley (nullumpoena sine lege)

c) Legalidad del juicio o derecho de toda persona a ser juzgada con arreglo al procedimiento

previsto en la ley y ante juez nacional y competente.

d) Legalidad del juicio o derecho de toda persona a ser juzgada con arreglo al procedimiento

previsto en la ley y ante juez nacional y competente. (p. 160-161)

Sin embargo, pese a lo relacionado anteriormente consideramos que realmente el

debido proceso no es un derecho de uso exclusivo en la jurisdicción penal sino es

un verdadero derecho que irradia todo el ordenamiento jurídico, tanto así que

partiendo de una interpretación sistemática y tomando la Convención Americana

de Derechos Humanos será un derecho para cada una de las áreas del derecho

así “o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,

fiscal o de cualquier otro carácter.”, ahora pues partiendo de que será un derecho

a seguir dentro de todo el orden jurídico lo será a fortiori en el derecho

constitucional y en las sentencias de la Corte Constitucional, esta como máximo

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tribunal constitucional y por ende máximo protector de los derechos

fundamentales.

Por otra parte es importante mencionar como dentro del artículo constitucional del

debido proceso, se encuentran desde la doctrina de Quinche (2015) dividido en

tres zonas, en efecto esta división busca esgrimir el área de influencia que tiene el

debido proceso en Colombia, así pues una primera zona estará guiada hacia el

debido proceso dentro de las actuaciones administrativas, una segunda como

garantía en general para los procedimiento judiciales y finalmente la cláusula de

exclusión de las pruebas judiciales.

IV. EL DEBIDO PROCESO EN LAS ACTUACIONES ADMINISTRATIVAS

Al respecto Quinche (2015) dirá:

Durante dos siglos en Colombia, la comprensión del debido proceso estuvo circunscrita

únicamente a las actuaciones administrativas. Respecto de estas, lo único que preveía el

sistema era la eventualidad de la acción disciplinaria, de dudosa eficacia. En este sentido,

asuntos tan sensibles como el trámite de solicitudes, permisos, autorizaciones y cuestiones

similares ante la administración (como los procedimientos de reclutamiento, la obtención de

licencia, las actuaciones de policía, etc.); las actuaciones de derecho administrativo

sancionatorio (como los procedimientos disciplinarios, las responsabilidades fiscales o

aduaneras, las sanciones de policía); las gestiones y trámites ante empresas prestadoras

de servicios públicos; las relaciones de poder y de administración en la relación educativa

en colegios y universidades, comenzaron a ser objeto, por primera vez, de protección

constitucional, con lo cual, la nómina de garantías previstas tan solo para los trámites

judiciales, fue trasladada a las actuaciones en el sector público y a parte de las actuaciones

del sector privado.(p 236)

Ahora también expresara Younes (2014):

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Como innovación se nota que la garantía del debido proceso se predica ahora de manera

expresa, no solo frente a los jueces, sino también frente a los funcionarios públicos. El

Consejo de Estado subraya entre las ventajas de la aplicación del debido proceso a la

administración que esta tenga la posibilidad de contar con mayores elementos para tomar

una decisión y su legitimidad puesto que permite el análisis de los intereses envueltos en

cada caso […](p.162)

De esta forma un derecho que en sus orígenes tenía como fin el control de la

función judicial de cara a la Constitución de 1991 y el Constituyente primario, dicho

limite se amplifico a las autoridades estatales de todos los órdenes entendiendo

como finalmente todos y cada uno de ellos, en últimas son representaciones del

Estado, por tanto, en virtud de la función pública que estos ejercen deberán

someter sus accionares al debido proceso.

V. LAS MODALIDADES DEL DERECHO AL DEBIDO PROCESO

De esta forma, este segundo gran modo de ver el derecho al debido proceso se

encontrará compuesto por un grupo de diferentes protecciones que contempla el

derecho:

Principio de legalidad

El principio de legalidad como obligación que tiene el Estado para imponer

sanciones siempre y cuando la conducta antijuridica este plasmada con antelación

a la realización de la conducta en el ordenamiento jurídico, ello es sin dudas como

una verdadera garantía que tienen los asociados para conocer las sanciones por

sus conductas que contraríen la ley, así según Quinche (2015):

a) Como principio rector del ejercicio del poder, esta garantía es el desarrollo de lo normado

en el artículo 121 de la Carta, según el cual “ninguna autoridad del Estado podrá ejercer

funciones distintas a las que le atribuyen la Constitución y la ley”.

b) Como principio rector del derecho sancionatorio, la garantía se despliega en dos planos: la

legalidad de la infracción (nullum crimen sine praevia lege), es decir, que tan solo puede

ser considerado como delito o infraccion el hecho previamente descrito en la ley como tal y

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la legalidad de la pena (nulla poena sine praevia lege), que implica que no puede ser

adjudicada una sanción que no haya sido prevista previamente en la ley.(p.239)

EL DERECHO A JUEZ O TRIBUNAL COMPETENTE

Podemos decir frente a este derecho la Corte Constitucional:

Es consustancial al juez natural que previamente se defina quienes son los jueces

competentes, que estos tengan carácter institucional y que una vez asignada-

debidamente- la competencia para un caso específico, no le sea revocable el conocimiento

del caso, salvo que se trate de modificaciones de competencias al interior de una

institución. (Corte Constitucional, SU-1148 de 2001)

Por lo anterior, el derecho a un juez competente será otra garantía en favor de los

asociados, así pues, el debido proceso exige que el ordenamiento jurídico atribuya

competencias claras a sus autoridades judiciales para el juzgamiento de sus

conductas, por ello este derecho prescribe de forma expresa cualquier creación de

tribunales con posterioridad a la ocurrencia de los hechos.

EL DERECHO A LA PLENITUD DE LAS FORMAS DEL JUICIO

Respecto de esta garantía Quinche (2015):

Respecto del trámite, la norma sobre debido proceso indica que se tiene el derecho a ser

juzgado “con observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio”.

Clásicamente se enuncia esta garantía bajo la expresión nemo dannetur nisi per legale,

que significa, que nadie podrá ser judicializado ni sancionado, sino en virtud de juicio legal.

También se la comprende como el principio de legalidad de las formas de juicio, e implica

el derecho que tienen las personas a que el trámite judicial de los procesos en los que se

vean envueltos sea hecho de conformidad con la cuerda procesal prevista en la ley. (p.241)

En este sentido, como otra garantía judicial del debido proceso, este deberá

observar las etapas procesales contempladas en el ordenamiento jurídico, sin que

le sea posible al operador judicial modificar el procedimiento establecido con

anterioridad.

Page 19: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

EL DERECHO DE DEFENSA

Es importante resaltar como desde nuestro concepto este se constituye como el

elemento más importante dentro del debido proceso y realmente como un derecho

aplicable a cualquier área del ordenamiento jurídico, por cuanto este se encontrará

presente en cualquier acto procesal, de esta forma este señala:

Señala expresamente el enunciado que “quien sea sindicato tiene derecho a la asistencia

de un abogado escogido por él, o de oficio durante la investigación o juzgamiento”. Como

muchas veces a sido señalado, el proceso judicial está constituido por una serie de actos y

de hechos procesales, en el que las partes se atacan o defienden probando. Por lo mismo

en el ejercicio de la defensa, las pruebas son el elemento central. La afectación del

derecho a la defensa puede revestir las más variadas formas, como las de impedir el

acceso a los recursos, evitar el decreto, la practica o la valoración de las pruebas, suprimir

o eludir el contradictorio, carácter de representación judicial donde resulte necesaria, no

efectuar los actos de notificación obligatorios, etc. (Quinche, 2015, p. 244)

EL DERECHO A UN DEBIDO PROCESO PUBLICO Y SIN DELACIONES

INJUSTIFICADAS

Ahora vale señalar como todo proceso judicial debe tener un fin, de esta forma si

ello no sucediera podría atentarse contra el propio fin de las acciones judiciales,

que no es más que poner fin a una controversia determinada, de esta manera

puede decirse:

Toda persona tiene derecho a que los trámites judiciales en que participa como

demandante, demandado e incluso como tercero, no se vean afectados por retrasos

injustificados...” dado que la resolución tardía de las controversias judiciales equivale a una

falta de tutela judicial efectiva” todo ello en el ámbito de “una razonable dimensión temporal

del procedimiento necesario para resolver y ejecutar lo resuelto” (Quinche, 2015, p. 245)

EL DERECHO A PROBAR Y A EJERCER EL CONTRADICTORIO

Este sin lugar a dudas será otro derecho de notoria relevancia dentro del debido

proceso, por cuanto debemos señalar que finalmente la aplicación de una norma o

derecho dependerá en ultimas de material probatorio que obre en el accionar

Page 20: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

procesal, en virtud de que estas se constituirán como razones para que pueda

adoptar una u otra decisión, por ello debe expresarse:

La Corte Constitucional ha considerado que el principio de contradicción es el fundamento para

la realización del derecho de defensa y que involucra tres posibilidades para el imputado.

- Interrogar a los testigos que intervienen en su contra

- Presentar testigos que declaren a su favor

- Participar en condiciones de igualdad en todo el proceso de contradicción y debate (p.

246)

PRINCIPIO DE COSA JUZGADA

En relación con el principio de un proceso público y sin dilaciones injustificadas, la

cosa jugada busca que no se desplieguen nuevos procesos sobre los mismo

hechos, lo cual imposibilite la resolución de determinado conflicto, por ello una vez

adelantada la actuación procesal, la cual culmine en la expedición de una

providencia que ponga fin al proceso, no podrá volver a discutirse sobre los

hechos planteados en el accionar procesal, de esta manera puede decirse:

En desarrollo del principio de seguridad jurídica, ninguna persona podrá ser juzgada o aun

dos o más veces por el mismo hecho, siempre que en el nuevo proceso concurran ciertos

elementos que la jurisprudencia y a doctrina califican de concurrentes para determinar si

frente a un mismo hecho se pueden ventilar dos o más procesos sucesivos. (Nisimblat,

2015, p. 47)

Una vez vistos los principales componentes del derecho al debido proceso,

entendiendo este ultimo como un derecho de carácter fundamental, de cual se

podrá solicitar su protección mediante la acción constitucional por excelencia, la

Tutela, es menester por la gran trascendencia que tiene la jurisprudencia de la

Corte Constitucional como máxima interprete de la Carta Política y con ello los

derechos fundamentales contenidos en ella, hacer una breve referencia a la teoría

del núcleo esencial de los derechos fundamentales y en este caso su relación con

el debido proceso.

Page 21: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

VI. NUCLEO ESENCIAL DEL DEBIDO PROCESO

Ahora bien, los derechos fundamentales tendrán una especial prevalencia dentro

del ordenamiento jurídico colombiano, es tanto así que podrán tener una

protección de manera expedita como lo es la acción de tutela, sin embargo cabe

resaltar que tampoco podrán ser considerados como derechos absolutos, en esta

medida en el caso del debido proceso, el legislador tendrá un mandato para

regular y definir las formas propias sin desatender el tenor constitucional del

derecho, es por ello, que para evitar la desnaturalización de los derechos

fundamentales en los Estados constitucionales, se han venido aplicando la teoría

del núcleo esencial de los derechos fundamentales, al respecto Vila( 2012) dirá:

El núcleo o contenido esencial de un derecho fundamental es, por lo tanto, aquello que lo

identifica como tal, que expresa su naturaleza distintiva respecto de los demás. El núcleo

esencial puede definirse, entonces, como el ámbito intangible del derecho cuyo respeto se

impone a las autoridades y a los particulares. Al núcleo esencial perteneces aquellos

elementos sin los cuales el derecho deja de ser lo que es. (p. 487)

En este sentido para delimitar el núcleo esencial de determinado derecho Vila

(2012) considera ciertas directrices para su definición:

[…] como criterios insustituibles, el fin perseguido por el Estado Social de Derecho y la

razón justificativa de las restricciones impuestas a los derechos, en el entendido de que

ambos criterios apuntan hacia el disfrute pleno de las libertades por parte de los

destinatarios, así, para lograr ese propósito, haya sido necesario el sacrificio temporal de

algunos aspectos que hacen parte del derecho pero que no constituyen núcleo esencial.

En los casos dudosos, el intérprete deberá guiarse por el principio pro favor libertatis, pues

ha de tener presente que la restricción es lo excepcional y lo excepcional debe justificarse

sin dejar margen a la duda. (p. 487)

Ahora pues en la jurisprudencia de la Corte Constitucional, es importante resaltar

como existe un componente mínimo de acciones para que se dé la aplicación de

debido proceso, por ello será necesario entender este derecho de cara al modelo

constitucional, en esta medida la Corte ha descrito este derecho como:

Así pues, la vigencia de un Estado Social de Derecho impone la facultad jurisdiccional de

tomar decisiones obligatorias, las cuales, para que sean aceptadas, deben adoptarse con

Page 22: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

fundamento en reglas que determinan cuales autoridades están autorizadas para tomar las

decisiones obligatorias y cuáles son los procedimientos para obtener una decisión judicial.

Esas reglas son las que recogen un conjunto de actos procesales sucesivos y coordinados

que integran unos principios fundantes y unos derechos fundamentales que hacen del

debido proceso una verdadera garantía en el derecho. En efecto, el debido proceso es una

institucionalización del principio de legalidad, del derecho de defensa, que se ha

considerado por la Constitución (art. 29) como un derecho fundamental que se

complementa con otros principios dispersos en la Carta fundamental, tales como artículos

12, 13, 28, 31, 228, 230. Y, uno de estos principios es el del Juez competente. (Corte

Constitucional, sentencia T-416 de 1998)

Ahora este núcleo esencial se sustentará en el derecho de defensa como

posibilidad de los asociados de valer sus derechos e intereses, de esta forma dirá

la Corte:

En definitiva, la protección al debido proceso tiene como núcleo esencial la de hacer valer

ante los jueces los derechos e intereses de las personas, mediante la defensa

contradictoria, y de obtener, en fin, una respuesta fundada en derecho (Corte

Constitucional, sentencia T-416 de 1998)

De esta forma podemos ver como el debido proceso se fundamenta respecto del

proceso en dos sentidos, el primero será a todas las actuaciones que se surtan

dentro del mismo estén conforme al procedimiento previstos además de la

garantía del derecho de defensa en cada accionar procesal, una vez finalizada

esta instancia será necesario que con base a lo ocurrido en el proceso el juez

profiera providencia debidamente motivada.

De esta manera la Corte resalta como núcleo esencial del debido proceso, la

garantía del derecho defensa con ello la posibilidad de controvertir gran parte de

los actos procesales dentro de determinado procedimiento, sin lugar a dudas esta

será la principal garantía de los asociados frente a la facultad y monopolio de la

justicia a cargo del Estado, con posterioridad la Corte Constitucional respecto del

debido proceso dirá:

El derecho al debido proceso o debido proceso sustancial se descompone en varias garantías

que tutelan diferentes intereses de los sujetos procesales. De un lado está el interés de

Page 23: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

asegurar el derecho de defensa y contradicción del inculpado y garantizar la presunción sobre

su inocencia, de otro merecen también tutela los derechos o intereses públicos o privados que

se ven lesionados por la comisión de los delitos, a la par que es necesario permitir el

esclarecimiento de la verdad real. Algunos de los derechos sustanciales tutelados por las

normas superiores relativas al debido proceso son prevalentes por su misma naturaleza. Tal el

derecho a no ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se imputa, o el

principio de favorabilidad, los cuales no admiten limitaciones. Otros derechos, en cambio, y tal

es el caso del derecho de defensa y de contradicción, pueden verse limitados para garantizar

intereses legítimos alternos, siempre y cuando su núcleo esencial no resulte desconocido, y las

limitaciones establecidas sean razonables y proporcionadas. (Corte Constitucional, sentencia

C-154 de 2004)

De esta forma podemos ver como el debido proceso se fundamenta respecto del

proceso en dos sentidos, el primero será a todas las actuaciones que se surtan

dentro del mismo estén conforme al procedimiento previstos además de la

garantía del derecho de defensa en cada accionar procesal, una vez finalizada

esta instancia será necesario que con base a lo ocurrido en el proceso el juez

profiera providencia debidamente motivada.

De esta forma concluirá la Corte mediante otra jurisprudencia reconocerá como

elementos del debido proceso, el derecho a la jurisdicción, el derecho al juez

natural, el derecho de defensa, proceso público, independencia del juez e

imparcialidad, respecto de cada uno menciona la Corte:

a) El derecho a la jurisdicción, que a su vez implica los derechos al libre e igualitario acceso

ante los jueces y autoridades administrativas, a obtener decisiones motivadas, a impugnar las

decisiones ante autoridades de jerarquía superior, y al cumplimiento de lo decidido en el fallo.

b) El derecho al juez natural, identificado este con el funcionario que tiene la capacidad

o aptitud legal para ejercer jurisdicción en determinado proceso o actuación de acuerdo con

la naturaleza de los hechos, la calidad de las personas y la división del trabajo establecida

por la Constitución y la ley.

Page 24: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

c) El derecho a la defensa, entendido como el empleo de todos los medios legítimos y

adecuados para ser oído y obtener una decisión favorable. De este derecho hacen parte, el

derecho al tiempo y a los medios adecuados para la preparación de la defensa; los derechos

a la asistencia de un abogado cuando se requiera, a la igualdad ante la ley procesal, el

derecho a la buena fe y a la lealtad de todas las demás personas que intervienen en el

proceso.

d) El derecho a un proceso público, desarrollado dentro de un tiempo razonable, lo cual exige

que el proceso o la actuación no se vea sometido a dilaciones injustificadas o inexplicables.

e) El derecho a la independencia del juez, que solo tiene efectivo reconocimiento cuando

los servidores públicos a los cuales confía la Constitución la tarea de administrar justicia,

ejercen funciones separadas de aquellas atribuidas al ejecutivo y al legislativo.

f) El derecho a la independencia e imparcialidad del juez o funcionario, quienes siempre

deberán decidir con fundamento en los hechos, de acuerdo con los imperativos del orden

jurídico, sin designios anticipados ni prevenciones, presiones o influencias ilícitas. (Corte

Constitucional, sentencia C-980 de 2010).

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VII. LA NULIDAD PROCESAL

sin lugar a dudas la nulidad procesal, es la institución jurídica -procesal más

importante para la protección del derecho constitucional y fundamental del debido

proceso, en este sentido el legislado a optado por la creación de esta institución

como el medio para que dentro del proceso se pueda velar por el respeto de las

formalidades, procedimientos, derechos e intereses dentro de un proceso

determinado, así pues respecto de la importancia de la nulidad en relación al texto

constitucional, López(2017) dirá:

Para garantizar el cumplimiento de la norma que consagra el derecho fundamental al

debido proceso, en los diversos ordenamientos procesales se tipifican como causales de

nulidad de las actuaciones judiciales las circunstancias que, en consideración del

legislador, se erigen en vicios tales que impiden que exista aquel. (p. 909)

Ahora entonces, la nulidad como ya se anotó, busca concretizar el derecho

fundamental al debido proceso en las distintas regulaciones procesales, para con

ello dar cumplimiento a lo previsto en el artículo 29 constitucional, esto pues es

entendido como una institución de referencia directa al debido proceso como

principio rector de cualquier accionar procesal, es como en específico frente a la

nulidad, esta será definida por Rivera (2016) como:

La nulidad es la invalidez jurídica de la relación procesal, por falta de presupuestos para su

constitución, o de actos realizados en el proceso, imperfecta o irregularmente por

inobservancia de condiciones de forma, de modo o de tiempo, señalados por la ley como

esenciales para que la actuación procesal produzca efecto. (p. 383)

En este sentido, la nulidad buscara retrotraer el procedimiento ya realizado, ello

con el fin de garantizar los derechos de quien se ve afectado con ese actuar que

va en contravía de las normas procesales contempladas en el ordenamiento

jurídico, sin embargo, es de recibo mencionar como para la declaración de una

nulidad dentro del proceso, deberá contemplarse una serie de principios que

buscan el ejercicio armónico de la nulidad procesal con los demás principios del

sistema procesal, ello con el fin de no desconocer otros postulados también

Page 26: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

fundamentados en normas procesales y con ello lograr un perfecto equilibrio entre

ambos, así pues mencionara como principios de las nulidades procesales

Canosa(2009):

De lo explicado se deduce que son los principios básicos reguladores del régimen de

nulidades procesales: los de especificidad, protección y saneamiento. Primero consiste en

la consagración positiva del sistema taxativo, según el cual, no hay suficiente para

constituir una nulidad sin norma previa que la señale; el segundo estriba en la necesidad

de establecer la nulidad de proteger al litigante cuyo derecho le fue conculcado o vulnerado

por causa del vicio, y por, ultimo, el saneamiento consiste en el medio jurídico que hace

desaparecer la nulidad por obra del conocimiento expreso o tácito de la parte afectada, a

quien el vicio ha debido inferir agravia, pues si a pesar de la nulidad no hubo quebranto,

resultaría inane invalidar lo actuado, circunstancia que la doctrina extranjera se conoce con

el nombre de principio de trascendencia, según el cual, no hay nulidad sin perjuicio,[…] (p.

27)

Sin lugar a dudas, estos principios van encaminados a una garantía plena del

derecho al debido proceso y no por el contrario, se convierta en óbice para el

acceso a la administración de justicia y con ello tener un fallo judicial que ponga fin

a una controversia determinada, por ejemplo el legislador en su función de

promulgar las normas de índole procesal atendiendo a los parámetros

constitucionales ha dado una enunciación de que presupuestos se consideran

atentatorios del debido proceso, de esta forma :

La Constitución encuentra su cabal concreción al ser desarrollada en los diversos estatutos

y en estos se determinó que tan solo unas formas pueden entrañar desmedro en el

ejercicio del derecho de defensa, siendo consagradas taxativamente como causales de

nulidad, (en la terminología carneluttiana), las formas vinculadas. (López, 2017, p. 913)

Por otra parte, la nulidad procesal deberá ser considerada como de carácter

excepcional dentro de cualquier proceso, por ello deberá evaluarse de manera

exhaustiva los principios reguladores de esta materia, para así el juez finalmente

decida su procedencia o no, en este mismo sentido López (2017) reitera:

Además la orientación del sistema procesal civil, a todas luces atinada, se enfoca a que no

obstante que en determinados casos pueda estructurarse la causal de nulidad o , a

Page 27: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

empezar a darse la simiente de la misma, permitir que el juez y las partes puedan

precaver que se llegue a consolidar la nulidad o incluso, estructurada esta, se la pueda

sanear todo lo cual lleva a la conclusión que la declaratoria de nulidad dentro de un

proceso únicamente en casos excepcionales pueda darse, de ahí que no sea exagerado

sostener del análisis que en adelante se hace el artículo 136 del CGP, pues lo que se

busca a toda costa es facilitar el saneamiento de la mayoría de causales de nulidad.(914)

Hechas estas acotaciones, es importante resaltar como la nulidad procesal es una

institución jurídica, completamente distinta a la nulidad sustancial, tema que en

ocasiones da para confusiones y que en este punto queremos señalar, para dar

más claridad frente al tema, por ello Canosa (2009) las diferencia las nulidades

sustanciales de las procesales en:

las primeras miran a los actos y declaraciones de voluntad, en cuanto estos carezcan de

alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según

la especie de estos o la calidad o estado de las partes y las segundas atañen a

irregularidades en el proceso judicial. En las primeras está comprendido el concepto de

validez y en las segundas ese concepto no entra en juego sino únicamente si el

procedimiento encaminado a hacer efectivo un derecho está o no viciado. Por eso una

nulidad o vicio de carácter adjetivo, no toca, en canto a su validez, el acto o contrato cuya

efectividad se quiere hacer valer en un proceso judicial que es o se declare nulo por

irregularidades en su tramitación. Esta ha sido doctrina de la Corte. (p.915)

a renglón seguido continua el mismo autor:

Ante la claridad de conceptos anteriores, no queda duda alguna acerca de que la nulidad

sustancial, que se refiere a la validez del acto o negocio jurídico en nada incide sobre la

validez del proceso y la nulidad procesal, que se refiere exclusivamente a la actuación y

cuya declaratoria ninguna incidencia, a su vez, tiene sobre la validez del negocio jurídico

base de la relación debatida dentro del juicio, son fenómenos diversos. (Canosa, 2009, p

915-916)

Ciertamente ante la importancia de los principios que regulan la nulidad procesal

como institución estatuida por el legislador en sintonía con la Carta Constitucional,

nos es imperioso hacer una breve mención a cada uno de ellos, para con

posterioridad entender como estos se darán en cualquier clase de procedimiento,

incluso el constitucional:

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VIII. PRINCIPIOS DE LAS NULIDADES

Los principios de las nulidades procesales, serán aquellas directrices que permiten

identificar cuando se podrá declarar una nulidad de este tipo dentro de un proceso,

estos principios están encaminados a ser armónicos entre los distintos postulados

constitucionales y una interpretación sistemática, de cada una de las normas

sobre debido proceso, sobre todo haciendo referencia a la economía procesal, en

fin de garantizar un juicio público y sin dilaciones injustificadas, de esta manera

serán los principio de protección, taxatividad y convalidación, aquellos que

permitan integrar el debido proceso y el plazo razonable para un decisión judicial,

o el simple actuar dilatado de las partes.

I. Principio de protección

Este primer principio rezara porque solo podrá invocar la nulidad procesal quien

haya sido afectado por el mal proceder o por la vulneración del debido proceso,

esto conlleva a contrario sensu que quien en un momento no se vio afectado por

el vicio, con posterioridad pretenda invocar la nulidad, con el fin de dilatar el

proceso, así dirá Canosa (2009):

En materia de nulidades, esta afincado, En el hecho de que la invalidez no puede ser

invocado sino por el litigante que no fue notificado, o que no estuvo debidamente

representado; ocurre cuando el demandante o el demandado acude al proceso por si solo

sin capacidad procesal o legitimatio ad procesum, o cuando a pesar de asistir al proceso

mediante un representante, este no ostenta dicha condición, por no habérsele otorgado por

la ley o por el contrato, o cuando interviene en el proceso por intermedio de procurador

judicial son poder suficiente para actuar en el respetivo proceso.(p 12)

Bajo este postulado, el mismo autor expresa:

Según este principio, solo le queda legitimado para alegar la nulidad quien a causa de la

irregularidad ha sufrido un perjuicio, o ha encontrado menoscabo de sus derechos, pues,

Page 29: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

“si a pesar de vicio el acto procesal cumplió su finalidad y no se violo el derecho, no es

posible entonces solicitar la invalidez del proceso, vale decir, no hay invalidez por invalidez,

solo si el yerro causo algún perjuicio al litigante. (p 21)

Bajo los anteriores planteamientos mencionara Escobar (2017) como este

principio es realmente un regulador de la institución procesal en comento:

[…]siempre que se aluda a la nulidad es preciso suponer una parte agraviada con el vicio,

que tiene en sus manos la posibilidad, ya de alegar la irregularidad con miras a que se

reponga lo anómalo, ya que refrendar lo actuado, lo que implica que no hay nulidad sin

interés, traducido en el perjuicio interrogado a quien lo invoca…” (p. 130-131)

Queremos destacar la importancia de la afectación a los intereses de una de las

partes por cuanto si realmente no se causa un perjuicio a una de ellas, no tendría

sentido propugnar por la declaratoria de nulidad en virtud de que esta última solo

generaría más dilación y tiempo perdido, lo cual vulneraria otros principios

procesales.

II. Principio de saneamiento o convalidación

Este principio busca que las partes sean auto responsables dentro del trámite

procesal de esta manera es imperiosos que quien sea afectado de un mal

procedimiento que se encuentra como causal de nulidad, esta misma sea alegada

por cuanto desde ese momento se consolidara la voluntad de la parte que se

siente perjudicada en sus intereses, es por ello que si llegase a guardar silencio,

este llevara a decir que la parte acepta el proceder irregular o que simplemente no

se siente afectado por tal proceder, para conceptuar mejor Canosa(2009) dice:

Dentro de los principios que regulan las nulidades se cuenta el de saneamiento, según el

cual-salvo contadas excepciones- la nulidad desaparece del proceso por virtud de la

voluntad expresa o implícita de la parte perjudicada con el vicio.

Así las cosas, el nuevo régimen procesal establece todo un sistema de saneacion con

miras a que el proceso no se convierta en un rey de burlas so pretexto de nulidades

Page 30: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

adjetivas, de manera que, si la parte perjudicada con la invalidez no la alega en el juicio

como su primer acto judicial, se sana con su silencio, y si después la alega, el juez debe

rechazarla de plano. Las nulidades procesales insaneables, es decir, las que se pueden

proponer en cualquier tiempo ora en revisión o ya como excepción en el proceso ejecutivo

correspondiente […] (p. 13-14)

Pese a la obligación inicial de las partes de alegar la nulidad que crean afecta sus

intereses dentro del proceso, podrá el juez al observar que se presenta alguna

causal de las contempladas por el ordenamiento jurídico, actuar inmediatamente

para sanear tal agravio procesal, basta recordar que será el juez como garante de

la justicia en el Estado, el principal interesado en el respeto de las garantías

procesales:

Ciertamente el papel saneador del juez es protuberante y son varias las normas que lo

resaltan, entre otras el artículo 42 que en su numeral 5 lo previene para que el emplee sus

poderes en orden a impedir nulidades y la ley 1285 de 2009 que reformo la estatutaria de

la administración de justicia en su artículo 25 que es norma nueva dispone: “agotada cada

etapa del proceso el juez ejercerá el control de legalidad para sanear los vicios que

acarrean nulidades dentro del proceso, los cuales, salvo que se trate de hechos nuevos, no

se podrán alegar en las etapas siguientes en aras de evitar dilaciones injustificadas”,

disposición que se incorpora al art-132 del CGP que señala: “control de legalidad. Agotada

cada etapa del proceso el juez deberá realizar control de legalidad para corregir o sanear

los vicios que configuran nulidades u potras irregularidades del proceso, las cuales, salvo

que se tate de hechos nuevos no se podrán alegar en las etapas siguientes, sin perjuicio

de lo previsto para los recursos de revisión y casación” destaca norma que impide

“guardar” la causal de nulidad para legarla según como marchen las cosas en el futuro.

(Blanco, 2017, p 914-915)

En este punto es de importancia resaltar que pese a que el juez puede de oficio

declarar una nulidad procesal, de ninguna manera puede considerarse esta

facultad jurisdiccional como de obligatoria y muchos menos como una disminución

de las cargas que tienen las partes a la hora de alegar la nulidad dentro del

proceso, es por ello que este poder del juez dentro del proceso deberá ser

considerada como facultativa y para nada obligatoria, sin lugar a dudas tal

planteamiento tiene una filosofía muy propias que es resaltada por López (2017):

Page 31: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

[…] que en este aspecto acertada e incuestionablemente tomo partido por la teoría del

finalismo en virtud de la cual, por regla general, el acto no pues ser anulado si se alcanzó

el objetivo con el fin perseguido sin menoscabo de la defensa de las partes, así

objetivamente quede tipificado como causal de nulidad en uno de los textos legales que

consagran.

En otros términos, el afán de legislador colombiano en busca de evitar en lo posible la

anulación de las actuaciones fue extremado y si la irregularidad-nulidad no cerceno el

ejercicio del derecho de defensa de las partes y se cumplió con el objetivo perseguido con

el proceso, auspicia el saneamiento de esos vicios tendencia que recogió y mantuvo con

buen criterio el CGP. (917)

Para finalizar, es de destacar como ante el silencio de una de las partes, tal

omisión se constituye como una acción positiva en favor del saneamiento de la

nulidad, y con ello la imposibilidad de solicitarla con posterioridad a la ocurrencia

del hecho que da motivo para la declaratoria de la misma, en este sentido Escobar

(2016) dirá:

Como fiel trasunto del principio dispositivo que insufla en buena medida la normativa civil,

las partes están facultadas para convalidar las actuaciones anómalas que se susciten en el

curso del proceso, siempre y cuando se cumplan dos condiciones que solo comprometan

sus derechos o intereses y además que dichas irregularidades sean subsanables… (p. 130)

De esta manera, este principio se constituye como uno de los principales para la

nulidad de cualquier proceso incluso el constitucional, en razón de que deberán

ser los partes sujetos activos en cualquier relación procesal so pena de ver

afectados sus intereses dentro de la litis.

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III. Principio de especificidad o taxatividad

Este principio se referirá a que solo podrán ser invocadas como causales de

nulidad aquellas que estén expresamente consignadas como tal por el legislador,

de esta manera Escobar (2016) dirá:

[…] La reglamentación de las nulidades se encuentra informada por el principio de la

especificidad, en desarrollo del cual el legislador enumera, con carácter taxativo, los

motivos que pueden dar lugar a la anulación total o parcial de toda clase de procesos…

(debe tenerse presente que el C.G.P establece ese principio, que también se denomina de

especificidad, en el inicio del artículo 133. Sin embargo, Henry Sanabria Santos recuerda

que existe “una excepción a la regla de la taxatividad… las sentencias huérfanas de

motivación…” (p. 130)

Por otra parte, nos mencionara Canosa (2009):

Conforme a este principio, no hay irregularidad con fuerza suficiente para invalidar el

proceso sin norma expresa que lo señale. Principio que se opuso tajantemente al llamado

antiprocesalismo del que se abusó en el código judicial, que facultaba al juez para decretar

según su criterio de nulidades que daban al traste con la estabilidad de los procesos, por la

observancia de las nimiedades, con claro quebranto del principio de preclusión y de lealtad

procesal. (p. 23)

Pese a ser esta una de las directrices principales de las nulidades procesales,

queremos hacer claridad que con respecto a las sentencias de la Corte

Constitucional, en virtud del decreto 2567 de 1991 en su artículo 47, no se

contempla este principio como eje de las nulidades en dichas providencia, en

razón de que la misma normatividad abre un aspecto de un sin número de

nulidades en razón de que realiza descripciones enumerativas de las causales

sino deja un espectro abierto, que se dará cuando se vulnere el debido proceso,

sin embargo también es de resaltar que dentro de las violaciones a este derecho,

podrán mencionarse como causales de nulidad las contempladas en los distintos

estatutos procesales, por un método interpretativo analógico que garantice la

efectividad del derecho al debido proceso. Resumiendo, la anterior disquisición,

Page 33: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

las nulidades en materia constitucional no se encuentran enumerados, pero el juez

podrá hacer uso de las contempladas en el estatuto procesal civil por analogía

para evitar los vacíos normativos, además de otras que no se encuentren

enunciadas, por la textura abierta del precepto normativo en comento.

Ante la importancia que toman las causales de nulidad contempladas en el

estatuto procesal civil, ley 1564 de 2012, en la medida que gran parte de los

demás estatutos procesales del ordenamiento jurídico y sobre todo en razón del

criterio analógico como fuente para llenar vacíos jurídicos o normas con

expresiones tan abiertas, es de vital importancia estudiar la causales de nulidad

contempladas en el artículo 133 del Código General del Proceso, las cuales en

determinados momentos podrán erigirse como causales dentro del proceso

constitucional.

IX. CAUSALES DE NULIDAD

En este punto, antes de abordar el estudio de cada una de las causales de

nulidades contempladas por el ordenamiento jurídico, es importante resaltar como

se da una remisión expresa de los principales estatutos procesales hacia la norma

procedimental civil, en esta medida esta última es entendida por el legislador como

la base conceptual para los demás procesos, caso de ello, es la remisión expresa

que realizan en código de procedimiento administrativo y de lo contencioso

administrativo en su artículo 208 contempla “Nulidades. Serán causales de nulidad

en todos los procesos las señaladas en el Código de procedimiento Civil y se

tramitarán como incidente.”, a su vez el articulo … del código procesal del trabajo

y la seguridad social conceptúa frente a las nulidades

En esta medida como ambos estatutos fueron concebidos bajo la vigencia del

código de procedimiento civil, es de señalar que como dicho estatuto procesal fue

derogado por la ley 1564 de 2012 o Código General del Proceso, deberá

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entenderse que se aplicaran las causales mencionadas en este último estatuto

procesal, el cual contempla como causales las siguientes:

1. Cuando el juez actué en el proceso después de declarar la falta de jurisdicción o de

competencia.

2. Cuando el juez procede contra providencia ejecutoriada del superior, revive un proceso

legalmente concluido o pretermite íntegramente la respectiva instancia.

3. Cuando se adelanta después de ocurrida cualquiera de las causales legales de

interrupción o de suspensión, o si, en estos casos, se reanuda antes de la oportunidad

debida.

4. Cuando es indebida la representación de alguna de las partes, o cuando quien actúa como

su apoderado judicial carece íntegramente de poder.

5. Cuando se omiten las oportunidades para solicitar decretar o practicar pruebas, o cuando

se omite la práctica de una prueba que de acuerdo con la ley sea obligatoria,

6. Cuando se omita la oportunidad para alegar de conclusión o para sustentar un recurso o

descorrer su traslado.

7. Cuando la sentencia se profiera por un juez distinto del que escucho los alegatos de

conclusión o la sustentación del recurso de apelación.

8. Cuando no se practica en legal forma la notificación del auto admisorio de la demanda a

personas determinadas, o el emplazamiento de las demás personas, aunque sean

indeterminadas que deban ser citadas como partes, o de aquellas que deban suceder en el

proceso a cualquiera de las partes, cuando la ley así lo ordena o no se cita en debida

forma al ministerio público o a cualquier otra persona o entidad que de acuerdo con la ley

debió ser citado.(ley 1564,2012,art.,134)

Ahora pues para un mejor entendimiento de estas causales, es necesario hacer

una breve referencia y explicación de cada una de ellas, en virtud de su inmensa

relevancia para la protección del derecho fundamental del debido proceso,

contemplado también en el artículo 47 del decreto 2567 de 1991.

A. Actuar careciendo de jurisdicción o de competencia

Con los postulados del Estado moderno, a este se le atribuyen una serie de

funciones que buscan garantizar un mínimo de libertades dentro de determinado

territorio, entre ellas estará el poder de administrar justicia por parte del Estado, de

Page 35: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

esta manera la jurisdicción y la competencia serán conceptos que permiten

desarrollar tales funciones, es por ello que cuando un funcionario actúa sin

siquiera una de estas, su proceder se enfrenta a una flagrante violación del debido

proceso, es por ello que compaginando con el estudio del debido proceso como

derecho fundamental, se puede notar como esta causal busca garantizar uno de

los elementos del debido proceso como lo es el principio de juez natural, es decir,

aquel juez que se encuentra preconstituido a una situación jurídica particular y se

encuentra facultado para administrar justicia respecto de ese punto, además de

ello dirá López(2017):

Se entiende por falta de jurisdicción el hecho de que el proceso sea conocido por una

autoridad judicial de rama diferente de la civil, por ejemplo: laboral, contencioso-

administrativo, familia, penal, mientras que la falta de competencia se presenta cuando el

conocimiento se corresponde a autoridad diferente, pero de la misma rama civil v.gr, que a

deba actuar el juez civil del circuito y no el juez civil municipal, o el juez civil municipal de

Cali y no el de Bogotá, o un tribunal en su sala civil y no un juez civil del circuito, conceptos

que siguen teniendo plena vigencia, pero que en lo que concierne en los efectos de la falta

de jurisdicción ha tenido u replanteamiento radical.(p.921)

Además de ello, Rojas (2009) menciona:

Sin embargo, con arreglo al significado que tiene en la legislación nacional la expresión

jurisdicción (inapropiado, desde luego), como un grupo de jueces encargados de impartir

justicia en un ramo determinado, se entiende que el juez carece de jurisdicción para

conocer de un determinado pleito cuando por disposiciones de la Constitución o la ley está

asignado a un juez de otra área. (p.368)

Sin lugar a dudas, esta será una de las causales que más denotaran la violación al

debido proceso, entendiendo además de ello que el ciudadano deberá tener

derecho a una justicia especializada, que propenda por un juicio justo y una

decisión tomada en derecho.

b. Pronunciarse contra las providencias ejecutoriadas del superior,

revivir procesos concluidos o pretermitir una instancia.

Esta causal se encontrará ligada indudablemente a otro de los elementos del

debido proceso, en esta medida si un proceso que ya ha terminado, volviere a

revivir será un atentado contra el principio de cosa juzgada, en este sentido es

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importante dar claridad sobre el asunto por ello es de mencionar lo dicho por

López (2017):

De la misma manera considera el legislador la actuación que adelanta el juez cuando

revive tramitaciones de procesos que han terminado en forma legal, porque esa actuación

es abiertamente contraria a la ley que señala la competencia del juez. En consecuencia, si

con posterioridad a la terminación de un proceso por desistimiento, transacción, perención

o sentencia, el juez pretende proseguir la actuación, salvo obviamente lo que tiene que ver

con su cumplimiento.

La norma se refiere a una actuación posterior que implique revivir un proceso ya terminado,

lo cual no excluye que el juez pueda realizar, válidamente, ciertos actos en orden al

cumplimiento de la procidencia ejecutoriada que la ley expresamente determina y otros que

en nada inciden sobre la causa que origino la finalización del proceso, como por ejemplo,

que se solicitara un desglose, una certificación o unas copias pues la disposición solo erige

en nulidad el hecho de que la nueva actuación cambie o modifique las relaciones jurídicas

definidas en el proceso finalizado sin que ello implique ni pueda haber ciertas tramitaciones

que no incidan en lo ya resuelto.

Por último , se contempla el caso de que se prescinda totalmente de una instancia, con lo

cual se viola en forma evidente el orden que todo proceso debe seguir, puesto que de

todos es sabido que dejar de tramitar, como lo dice el código, íntegramente una instancia,

constituye grave omisión, que debe ser sancionada declarando la nulidad de todo lo

actuado; empero , es de tal entidad el exabrupto, que resulta difícil que en la práctica

pueda darse la conducta.(925)

De esta manera el Código contempla tres supuestos que son atentatorios del

debido proceso y que hacen necesaria la declaratoria de nulidad del proceso,

indudablemente cada una de ellas son de tanta entidad vulneratoria que

impedirían el cauce normal del proceso y con ellos los fines del mismo, en cuanto

al proceder contra providencia ejecutoriada por el superior Rojas (2009)

mencionara:

No es conciliable, en una estructura jerarquizada como la del aparato judicial colombiano,

que la autoridad inferior se rebele en contra de su superior y desobedezca lo que esta ha

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dispuesto, pues por razones de lógica elemental está en el deber de cumplir y hacer

cumplir lo que el superior haya resuelto (p. 369)

c. Adelantar el proceso cuando está suspendido o interrumpido

Analizando esta causal, se entiende como indudablemente se produce el

desconocimiento del curso del proceso para una de las partes que termina viendo

afectados sus derecho e intereses dentro de la litis, es por ello que López (2017)

menciona:

En efecto, cuando se presenta una causal de interrupción del proceso (art.159), o de

suspensión (art.161), la actuación cumplida dentro de la vigencia de las mismas determina

la anulación de lo actuado en lo que con la prosecución del trámite del proceso concierne,

debido a que la competencia del juez se hallaba suspendida. (p. 929)

A su vez, en relación al debido proceso y uno de sus ejes esenciales, resaltando el

papel preponderante dentro de la teoría del núcleo esencial del derecho, será el

derecho de defensa el principal afectado por la continuidad del proceso cuando se

presenten alguna de estas dos situaciones, de esta manera Rojas (2015) dirá:

Encontrándose detenido el proceso por suspensión o interrupción, solo pueden realizarse

actuaciones encaminadas a restablecer la normalidad que permite reanudar el proceso,

(art.160 del CGP), o tomar medidas urgentes y de aseguramiento (art.159-2 del CGO).

Cualquiera otra actuación que se realice es susceptible de invalidación por el altísimo

riesgo que la situación comporta conculcar el derecho de defensa (art.133 del CGP). (p.

129)

Es lógico el anterior planteamiento, por cuanto, una de las partes desconocerá la

continuidad del trámite procesal, lo cual le impide la posibilidad de ejercer sus

derechos dentro del proceso.

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d. La indebida representación de las partes

En primera medida, es necesario aclarar que esta causal posee una doble

connotación, en el entendido de la posibilidad que tienen las personas de

comparecer al proceso por si mismas o deben hacerlo por conducto de otro y en

segunda medida, en referencia a la representación judicial dentro de un proceso,

de esta manera López (2017) menciona:

Esta causal se refiere al aspecto de la representación, tanto de la legal, o sea aquella a la

que están sometidos los incapaces, las personas jurídicas y los patrimonios autónomos,

como de la judicial, aun cuando en este caso se configura tan solo por carencia total de

poder para el respectivo proceso, lo que de entrada ubícala circunstancia como de casi

imposible estructuración, dado que requiere la “carencia total de poder” y si así sucede,

simplemente no existe el acto de apoderamiento de manera que es sencillo determinar e

impedir que intervenga como apoderado judicial quien carece de poder o al menos no lo

acredita documentalmente en el proceso, lo que deja a salvo la circunstancia de que se

podrá analizar la intervención desde la estrecha óptica de la agencia oficiosa.(p. 931,

López)

No obstante, a lo dicho anteriormente, debe mencionarse como cuando se trata de

apoderado judicial solo podrá reconocerse la nulidad cuando este carece

íntegramente de poder, al respecto Rivera (2017) expresara “Si el poder es

insuficiente y la irregularidad se presenta respecto del demandante, puede

alegarse esa circunstancia como excepción previa, pero no como nulidad” (p.

394), además de lo anterior mencionara Rojas (2015):

Pero su alcance difiere un poco si la irregularidad se refiere a la representación judicial,

pues mientras en la excepción previa se puede invocar cualquier informalidad o deficiencia

de dicha representación, la causal de nulidad solo se configura por ausencia total de poder

(art.133.4 del CGP). (p. 129)

Page 39: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

e. La supresión de términos probatorios y para alegatos.

Esta pues será otra causal que atentara de forma directa el derecho de defensa,

núcleo esencial del derecho al debido proceso, inclusive podrán constituirse como

un verdadero elemento del debido proceso, por ello dirá Rojas (2015):

Se trata de una irregularidad que afecta la defensa de las partes en cuanto cercena las

oportunidades instituidas para realizarla. La omisión de dichas oportunidades o términos,

aunque sea parcial engendra el vicio (art.133.5 del CGP), pues si el justiciable goza de un

término para realizar un acto, bien puede cumplirlo en el último momento de dicho termino,

y si este es recortado caprichosamente por el jue probablemente el justiciable no alcance a

ejecutar el acto. (p. 129)

De esta forma, esta nulidad comprende varios postulados y presupuestos que den

garantía al derecho de defensa, como componente esencial de derecho

fundamental del debido proceso, por ello Rivera (2017) lo descompone así:

Se trata de un conjunto de aspectos que la doctrina suele conocer como procedimiento

probatorio, es decir, la totalidad de las actividades procesales relacionadas con las pruebas

en sus diversas etapas y fases; comprenden, por lo tanto, la investigación, el

aseguramiento, la proposición o presentación, la admisión y el ordenamiento, la recepción

y practica de los diversos medios. (p 394)

Además de ello el mismo autor respecto de la actividad probatoria dirá:

La actividad probatoria en el proceso tiene diferentes fases o aspectos, que puedan

comprenderse en tres: 1) la fase de producción u obtención de la prueba, en la cual

colaboran el juez, las partes y los auxiliares, o sea los sujetos de la prueba y sus órganos;

esta fase se subdivide en: a) averiguación o investigación; b) aseguramiento; c)

proposición o presentación; d) admisión y ordenación; e) recepción y práctica, en la cual se

presenta, en ocasiones, la coerción para su realización, 2) la fase de asunción por el jue, 3)

la fase de su valoración o apreciación por el juez, en la cual colaboran las pares

defendiendo o contradiciendo su validez y sus resultados o eficacia.(p. 394)

Por último, es de destacar como realmente esta será la causal de nulidad con

mayor entidad respecto del derecho de defensa, ya que a todas luces el proceso

Page 40: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

se termina resolviendo con las pruebas aportadas por cada una de las partes

dentro del transcurso del mismo, por ello López (2017) menciona:

Estas son, ciertamente, oportunidades básicas con las que cuentan las partes para

defenderse adecuadamente. Si se impide el ejercicio del derecho a solicitar pruebas o para

alegar, se viola gravemente el derecho de defensa que se recuerda, se predica de todos

los intervinientes dentro del proceso, al igual de si se suprime las oportunidades para

solicitar pruebas o el decreto o la práctica de una prueba es obligatorio, aun cuando debo

advertir que con la implantación del proceso por audiencias, mal denominado oral, será

muy difícil que se estructure alguna de estas circunstancias, por la dinámica prevista para

su desarrollo.(933)

f. La sentencia proferida por el juez que no corresponde

Queremos mencionar en primera medida como esta fue una causal que se creó

con el Código General del Proceso, por cuanto su predecesor el Código de

Procedimiento civil no contenía esta causal, y es que esto se debe a una razón

lógica, la cual va encaminada a que conforme a los principios de inmediación y

concentración además el de oralidad, sea el juez un receptor directo de las

pruebas y alegatos presentados dentro de la audiencia, a partir de esta primer

premisa Rivera (2017) mencionara:

Recordemos que las actuaciones procesales cumplen en forma oral, publica y por el sistema

de audiencias, salvo las excepciones legales. En este sentido, la presencia del juez es

esencial. Por ello, el artículo 107 del Código General del Proceso estipula dos postulados:

a) Toda audiencia será presidida por el juez

b) La ausencia del juez genera nulidad de la respectiva actuación

c) Cuando se produzca cambio de juez que deba proferir sentencia, quien sustituya

deberá convocar a una audiencia especial con el solo fin de repetir la oportunidad para

alegar y una ve oídas las alegaciones podrá dictar sentencia. (p. 395)

Page 41: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

Es entonces como el legislador ha entendido, que el juez que no esté dentro de la

audiencia tendrá una percepción completamente diferente de las pruebas

allegadas al proceso y además de los fundamentos de derecho mencionados en

los alegatos de las partes, lo cual en ultimas influirá en la decisión que tome el

funcionario judicial en su respectiva providencia, por ello, López (2017) menciona:

Se restringe el alcance de la misma a la sentencia que se profiere por un juez diferente lo

que se hace que sea de muy rara estructuración la misma, por cuanto se presenta si existió

cambio de juez luego de los alegatos y antes de ser proferida la sentencia, de modo que si

se presenta esa situación, el nuevo juez que va a decidir, conoce como el que mas

escucho alegatos fue su antecesor, de modo que para impedir la estructuración de esta

causal de nulidad, seguramente dispondrá que se repita la audiencia en la que la etapa de

alegatos para evitar perder su tiempo profiriendo una sentencia que , con seguridad, la

parte a la que se le decidió favorablemente, alegara y deberá declarar ante lo ostensible de

ella, con ello que se genera otro problema adicional y es el de que como ya se conoce su

criterio posiblemente podrá ser recusado.(p. 934)

g. La indebida notificación a quien debe ser vinculado al proceso

Finalmente, otra garantía de la cual contaran los asociados a un Estado es su

garantía del derecho de defensa, por ello el medio primigenio para esta será la

posibilidad de conocer los procesos judiciales que se adelantan en su contra para

así poder desvirtuar los presupuestos que se presentan allí, de esta forma será a

notificación el medio para la consecución de este primer elemento del derecho de

defensa y en consecuencia del debido proceso, es como Rojas (2009) dirá:

La ritualidad legalmente establecida para notificar al demandado la admisión de la

demanda es la forma escogida por el sistema normativo para garantizar que realmente se

entere del curso del proceso en su contra con miras a que efectivamente puede ejercitar su

defensa respecto de los planteamientos formulados en la demanda. De modo que de no

observarse íntegramente las formalidades inherentes a dicho rito se pone en peligro el

propósito indicado, por lo que la actuación puede ser invalidada. (p 372-373)

Además de ello consignara, como en algunos dependiendo de las personas a

quien se deba notificar, la cuestión de estudio variara.

Page 42: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

Puede que el juez omita ordenar la citación de sujetos determinados o indeterminados

que deben ser escuchados como partes, lo que le permite al demandado plantear la

circunstancia como excepción previa. Pero si la irregularidad pasa inadvertida dentro del

traslado de la demanda, la actuación que se realice a continuación puede devenir invalida

por efectos del vicio. (Rojas, 2009 p. 373)

Agregando a lo anteriormente dicho López (2017) dirá:

Por cuanto la vinculación al demandado al proceso es asunto de particular importancia por

ser protuberante en el cumplimiento del debido proceso, la notificación de la demanda que

marca el momento en que se traba la relación jurídico procesal debe ser realizada

ajustándose a un todo a los previsto en la ley. (p.935)

De las precedentes menciones doctrinarias, puede advertirse como esta causal

puede tener dos variantes, una en referencia a las partes y otra a sujetos e

instituciones que por mención expresa de la ley sea de obligatorio cumplimiento su

citación, referente a ello expresara Rivera (2017):

a) En primer lugar, existe nulidad, cuando hay falta o defectuosa notificación o emplazamiento

de quienes deben ser citados al proceso. Estriba la razón de ser de la mencionada causal

de nulidad en preceptos de orden superior concretamente en la garantía constitucional del

derecho de defensa, como quiera que la Carta Política de la Nación establece que nadie

puede resultar vencido en una contienda judicial sin haber sido oído previamente, por

consiguiente, con acierto y claridad, la doctrina tiene sentado que “la indefensión es la

máxima nulidad” en que se puede incurrir.

b) En segundo lugar, consagra como causal de invalide del proceso el hecho de no citarse en

debida forma al ministerio público o cualquier otra persona o entidad, cuando de acuerdo

con la ley debe ser citado. (p. 395)

de esta manera la notificación se erige como el primer gran acto procesal por el

cual se garantiza el derecho al debido proceso, el cual en ultimas deberá ser

respetado en cualquier actuación de índole administrativa y judicial.

Finalmente, es de importancia destacar el papel del saneamiento de las nulidades,

este como eje para la garantía de un juicio público sin dilaciones injustificadas con

ello evitando al máximo que sean las nulidades un óbice para el acceso a la

administración de justicia, es por ello que López (2017) mencionara:

Page 43: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

Pese a todas las causales de nulidad estudiadas tienen como común denominador las

posibilidad de originar invalidez total o parcial de la actuación, algunas de ellas permiten, si

se dan ciertos requisitos, su saneamiento, es decir, que no obstante la existencia del vicio y

su declaración, este deja de producir efectos si se ratifica la actuación indebida, o si se

presentan determinadas circunstancias que hacen nugatoria la irregularidad aun no

declarada, por cuanto no se vulnero el derecho de defensa, con lo cual se presta un valioso

servicio al principio de economía procesal.( p 939)

X. COMENTARIO FINAL

Una vez hecho este bosquejo en razón de delimitar el concepto de la nulidad

procesal y su relación directa con el debido proceso, ello en virtud de que será la

primera, la institución jurídica que buscara salvaguardar ese derecho fundamental,

de ese modo le es dotado al legislador la adopción mediante la ley, de criterios

enunciativos que buscan definir cuáles son estas, por ello ha sido el estatuto

procesal civil quien recoja las causales de nulidad para la mayoría de estatutos

procesales contemplados en el ordenamiento jurídico, ya que estos últimos harán

remisión al código rector en materia procesal. En esta medida, despiertan

interrogantes como el decreto 2567 de 1991 por el cual se regulan los procesos

ante la Corte Constitucional, contemplo un espectro de nulidades tan amplio al

mencionar como todas aquellas actividades procesales que vulneren el derecho al

debido proceso, el cual como tuvimos oportunidad de estudiar en la primera etapa

de este trabajo, está constituido por unos elementos especiales que propugnan

por una protección integral en materia de garantías procesales, pese a esa textura

abierta, la Corte se ha valido de la doctrina general de las nulidades para estipular

los requisitos de las mismas en materia constitucional ante tan precario marco

normativo, la Corte deberá hacer uso por analogía de las causales de nulidad ya

anotadas en el estatuto procesal civil y de su teoría general, todo ello en razón de

la amplitud conceptual del debido proceso que rige el artículo 49, por esto, será

Page 44: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

ahora necesario iniciar el estudio de la jurisprudencia de la Corte Constitucional en

materia de nulidades respecto de sus providencias, para así afincar cuáles serán

los presupuestos para la declaratoria de nulidad y ver cómo se desarrolla de

manera analógica lo ya conceptuado en este capítulo.

XI. LA NULIDAD PROCESAL EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE

CONSTITUCIONAL

La Corte Constitucional a partir de su nacimiento con la Constitución Política de

1991, se ha erigido como el máximo tribunal en materia constitucional, es por ello

que en aras del derecho fundamental al debido proceso y de regular los

procedimientos que se llevan antes esta, que se profirió el decreto 2067 de 1991

“por el cual se dicta el régimen procedimental de los juicios y actuaciones que

deban surtirse ante la Corte Constitucional”, de esta manera en referencia a las

nulidades que puedan darse dentro del trámite constitucional el artículo 49 de la

mencionada normatividad:

Contra las sentencias de la Corte Constitucional no procede recurso alguno.

La nulidad de los procesos ante la Corte Constitucional sólo podrá ser alegada

antes de proferido el fallo. Sólo las irregularidades que impliquen violación

del debido proceso podrán servir de base para que el pleno de la Corte anule

el proceso. (decreto,2067, art.,1991)

A lo anterior cabe reseñar como en un principio la normatividad contemplo

únicamente como momento para solicitar la declaratoria de nulidad con antelación

a la expedición de la providencia, en este punto la Corte Constitucional ha

entendido con ello que a prima facie este postulado en sí mismo atenta contra la

garantía del debido proceso, ello en razón a que si se presentase dicha nulidad

dentro de la sentencia que con posterioridad profiera el máximo tribunal

constitucional, esta no podría ser alegada bajo ninguna premisa, es por ello que la

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Corte ha sabido interpretar dicho artículo con el fin de garantizar los postulados del

derecho fundamental al debido proceso:

Según lo previsto en el artículo 49 del Decreto 2067, “la nulidad de los procesos ante la

Corte Constitucional sólo podrá ser alegada antes de proferido el fallo. Sólo las

irregularidades que impliquen violación del debido proceso podrán servir de base para que

el Pleno de la Corte anule el Proceso”. Con todo, con fundamento en ese artículo la Corte

ha admitido solicitudes de nulidad de procesos de constitucionalidad, no sólo por

actuaciones o hechos ocurridos antes de dictarse el fallo sino también por irregularidades

en la sentencia misma, siempre y cuando éstas impliquen violación del debido proceso,

pues esta Corporación ha precisado que tiene “el deber de declarar las nulidades que se

presenten en cualquier etapa del proceso. Y la sentencia es una de ellas”. Además, ha

determinado que, en estos casos, la nulidad deberá proponerse dentro de los tres días

siguientes a la notificación de la sentencia. (Corte Constitucional, Auto 151ª-03)

En segundo lugar, es importante resaltar como del concepto descriptivo que

adopta el mencionado artículo 49, es dable decir como este no contempla un

marco enunciativo y enumerativo de las causales que pueden afectar el debido

proceso en específico, es por ello que deja un margen de acción muy amplio para

que el juez constitucional considere que actuaciones son susceptibles de

declaratoria de nulidad de esta manera de lo estudiado con antelación puede

observarse como mediante esta amplitud conceptual se aboca el estudio de las

nulidades, desde cada uno de los elementos del debido proceso además de su

núcleo esencial, también definido por la Corte.

XII. EXEPCIONALIDAD EN LAS NULIDADES DE LAS PROVIDENCIA DE

LA CORTE CONSTITUCIONAL

Ante la inmensa importancia que tiene la jurisprudencia de la Corte Constitucional,

como máximo interprete y protector de la Constitución de 1991,esta última

entendida como el marco normativo de mayor jerarquía en el ordenamiento

jurídico y con ello, presupuesto para la validez de las demás normas que se

encuentran en el mundo jurídico colombiano, nuestro máximo tribunal

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Constitucional ha destacado el carácter excepcionalísimo en la prosperidad de una

nulidad dentro del trámite procesal constitucional y ello es así por cuanto esta se

encarga de la estabilidad del orden constitucional, además de los principios y

valores consignados en la Carta Política, de esta manera conceptúa la Corte:

4.- El carácter extraordinario de la nulidad de las sentencias proferidas por la Corte

Constitucional ha sido objeto de reiterados pronunciamientos por parte de esta Corporación.

Así, el Auto 001 de 2001 determinó que razones de seguridad jurídica y de prevalencia de

los postulados y valores consagrados en la Carta Política aconsejan que los dictados de la

Corte, guardiana de su integridad y supremacía, gocen de estabilidad, salvo que se

demuestre a plenitud su “palmaria e indudable transgresión a las prescripciones del Estatuto

Fundamental”. Por tanto, las nulidades de los procesos que se llevan en la Corte

Constitucional tienen un carácter extraordinario, “por lo cual deben ser interpretadas y

aplicadas de manera restrictiva, sin lugar a extensiones ni analogías”

5.- El artículo 49 del Decreto 2067 de 1991 dispone que sólo las irregularidades que

impliquen violación del debido proceso podrán servir de base para que la Sala Plena de la

Corte anule el proceso. De acuerdo con ello se trata de nulidades circunscritas de manera

expresa a las violaciones ostensibles y probadas del artículo 29 de la Constitución Política.

Estas situaciones son especialísimas y excepcionales, y sólo pueden provocar la nulidad del

proceso cuando los fundamentos expuestos por quien la alega muestran, de manera

indudable y cierta, que las reglas procesales aplicables a los procesos constitucionales, que

no son otras que las previstas en los Decretos 2067 y 2591 de 1991, han sido quebrantadas,

con notoria y flagrante vulneración del derecho al debido proceso. Pero ello no es suficiente,

la vulneración alegada tiene que ser significativa y trascendental respecto de la decisión

adoptada, es decir, debe tener unas repercusiones sustanciales, de lo contrario la petición

de nulidad está llamada a fracasar. (Corte Constitucional, Auto 151ª-03)

Queremos destacar como en este punto la Corte está utilizando el principio de

protección de las nulidades procesales como fundamento para la declaratoria de la

misma, sin embargo su contenido tiene una connotación diferente al emitido en la

teoría general de las nulidades procesales, por cuanto al ser las sentencias de la

Corte Constitucional, sobre todos las sentencias de constitucionalidad de contenido

Page 47: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

público y con efectos erga omnes, dicha afectación debe ser de tanta protuberancia

que ello implique la violación del mismo orden jurídico y por lo tanto deslegitime la

decisión del máximo tribunal, en esta medida el principio de protección se traduce

en términos procesales constitucionales, como que para que se produzca una

nulidad procesal dentro del trámite, esa actuación que se acusa debe vulnerar

directamente el derecho al debido proceso y además de ello, esta deberá ser de

una entidad tan mayúscula que sea imposible sostener la decisión adoptada o el

curso del proceso.

Véase en este punto como empiezan a adoptarse conceptos propios de las

nulidades a partir de la teoría general de las mismas, por ello para que se dé la

nulidad procesal en el contexto constitucional deberá darse un primer supuesto y es

la grave vulneración al debido proceso, acentuando que esta deberá ser notoria,

ello en virtud de que pese a que el principio de protección en materia general se

basa en el detrimento o afectación de los intereses de una de las partes, por el

contrario en materia constitucional no se hablara de esta clase de interés sino de un

interés general de toda la sociedad debido a los efectos que poseen esta clase de

juicios, que afectan a cada uno de los asociados al Estado por sus efecto erga

omnes, de allí se da el carácter de significativa y transcendental, además de ello la

Corte menciona:

6.- En lo tocante con la nulidad que encuentra su origen en la sentencia misma, aunque ni

las normas constitucionales ni el mencionado Decreto prevén causal alguna de nulidad, la

aplicación directa del artículo 29 superior, ha llevado a la Corte a reconocer la posibilidad de

su ocurrencia para aquellos casos en los cuales, en el momento mismo de votar, se produce

el desconocimiento del debido proceso, circunstancia que se circunscribe a los eventos de

violación del principio de publicidad, falta de quórum o de mayoría exigidos por la ley y, de

violación del principio de cosa juzgada constitucional. En estos casos, obviamente, la referida

nulidad debe proponerse con posterioridad al fallo, pero dentro de los tres días siguientes a

la notificación de la sentencia. (Corte Constitucional, Auto 151ª- de 2003)

Es entonces como este primer presupuesto para la declaratoria de nulidad de una

sentencia de constitucionalidad, será abordado y resuelto en el auto 151ª- de 2003,

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por el cual se estudia la Nulidad de la providencia C-551 de 2003 en donde por

cuestiones de quorum y tiempo en la sesiones se solicita su nulidad a la honorable

Corte Constitucional, por ello el máximo tribunal constitucional basado en la

importancia y significación de la supuesta violación al debido proceso deniega su

solicitud argumentando:

Reitera la Corte entonces que, en virtud de la estabilidad de los fallos de la Corte y del

carácter excepcional de la nulidad de los mismos, el incumplimiento alegado por los

ciudadanos debe ostentar una entidad tal que indudablemente afecte el derecho al debido

proceso de manera ostensible e intolerable. Ello obviamente no ocurre en este caso, pues

las supuestas violaciones no vician el quórum - pues hubo mayoría -, ni la votación con la

que se adoptó la decisión. Además, tampoco se viola la publicidad entre los magistrados,

pues todos conocían el proyecto en discusión y con su presencia en las sesiones podían

conocer también el estado del debate. Además, no son ciertos los hechos en que fundan su

petición de nulidad. (Corte Constitucional, Auto 151ª- de 2003)

Por otra parte, también es importante destacar como dentro de las actuaciones

procesales en los juicios de constitucionalidad, podrá darse la subsanación o

convalidación de la respectiva nulidad que se cree ha vulnerado el debido proceso,

por ello el artículo 45 del decreto 2067 de 1991 preceptúa:

Cuando la Corte encuentre vicios de procedimiento subsanables en la formación del acto

sujeto a su control, ordenará devolverlo a la autoridad que lo profirió para que dentro del

término que fije la Corte, de ser posible, enmiende el defecto observado. Subsanado el

vicio o vencido el término, la Corte procederá a decidir sobre la constitucionalidad del acto.

Dicho término no podrá ser superior a treinta días contados a partir del momento en que la

autoridad esté en capacidad de subsanarlo. (decreto2067,1991, art.,1991)

Ahora pues es de mencionar como la declaración de nulidad en virtud de las

garantías procesales en juicios constitucionales se radica como un mandato

imperativo, es por ello, que cuando el mismo juez constitucional observe la violación

del debido proceso podrá declara de oficio la nulidad so pretexto de la defensa de

la Constitución y el debido proceso, de esta forma en otra providencia de la Corte

Constitucional dirá:

Page 49: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

- Lo cierto, sin embargo, es que el trámite independiente de los procesos LAT-269 y LAT-

288, por ser una misma causa constitucional, si implicaría inexorablemente hacia el futuro,

la duplicación de diligencias constitucionales de manera innecesaria que si pueden incidir en

la celeridad y eficacia de los compromisos constitucionales de esta Corporación. De hecho,

para continuar el estudio del LAT-269 conforme a las indagaciones a las que ha llegado este

Tribunal, deben decretarse necesariamente nuevas pruebas, muchas de las cuáles ya

aparecen en el expediente LAT-288. Incluso de continuarse con el trámite constitucional de

ambos procesos, indiscutiblemente el resultado del LAT-288 sería el de verse abocado a

una sentencia de “estarse a lo resuelto”, en la medida en que en el proceso designado como

LAT- 269 se habría dado lugar sustancialmente al estudio del Convenio de la referencia.

(Corte Constitucional, Auto 179 de 2006)

De igual forma frente a la nulidad constitucional declarada de manera oficiosa

mencionara la Corte Constitucional en el auto 114 de 2013 lo siguiente:

1. La Corte Constitucional ha declarado en cuatro ocasiones la nulidad de oficio, en las

cuales ha tomado esa decisión de forma excepcional siempre y cuando el fallo observó un

error de tal magnitud y evidencia que vulnera los derechos al debido proceso además de

defensa de una de las partes del proceso.

En el Auto 050 del 17 de mayo del 2000 la Corte declaró de oficio la nulidad de la sentencia

T-157 de 22 de febrero de 2000 por encontrar que existía una incongruencia entre la parte

motiva y la parte resolutiva de la providencia. En esa oportunidad la Sala precisó que el

cambio del sentido de la ponencia sumado a un inadvertido error del Despacho había

generado el error de concordancia entre las consideraciones y la resolutiva de la sentencia.

En similar sentido, puede consultarse el Auto 015 de 29 de enero de 2007, en el que el pleno

de esta corporación declaró de oficio la nulidad de la sentencia T-974 de 24 de noviembre

de 2006, al verificar una ausencia de congruencia entre la parte motiva y parte parcial de la

resolutiva, al punto que las hacía contradictoria. De este modo mientras en las

consideraciones del fallo se afirmó categóricamente la improcedencia de la solicitud de

reintegro al cargo, incluso como mecanismo transitorio, en el resuelve de aquél se ordenó

“hasta tanto no se hayan resuelto las acciones que contra el acto de desvinculación tiene el

señor Parra Sánchez ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo”.

Page 50: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

Igualmente, mediante Auto 062 de 21 de junio de 2000, la Sala Plena decretó la nulidad de

oficio de la sentencia C-642 de 31 de mayo de 2000 por cuanto había sido aprobada por

cuatro magistrados de la corporación, olvidando que normativamente se exigía la votación

afirmativa de más de la mitad de los miembros de la Corte Constitucional, es decir, de cinco

de sus magistrados.

Por último, a través del Auto 82 del 5 de mayo de 2010, la Sala Plena declaró la nulidad de

Auto 333 de 2009, el cual rechazó por extemporáneo el recurso de súplica presentado contra

la providencia que a su vez rechazó una demanda ordinaria de constitucionalidad, porque

se presentó un error en el conteo del plazo que tiene el ciudadano para promover el referido

recurso extraordinario. (Corte Constitucional, Auto 114 de 2013)

De esta forma nótese como para la Corte se hace necesario articular la nulidad a

los demás principios procesales que rigen la materia, además de tomar acciones

positivas para la garantía del debido proceso, en este caso será pues la resolución

pronta frente a un proceso judicial, lo que posibilitará la declaración oficiosa hecha

por la Corte.

En este mismo sentido, la Corte Constitucional ha establecido como ya lo anotamos

con antelación, que los reparos hechos por nulidad de las actuaciones deberán

darse ante de proferir sentencia no son los únicos que podrán darse durante el

trámite, en razón de que la nulidad también podrá darse con la expedición de la

providencia, de esta forma cuando ello ocurra en virtud de los principios de

seguridad jurídica y cosa juzgada dispone de un término para señalar la

irregularidad que afecta el debido proceso:

En auto de la Sala Plena del 14 de junio de 2001, la Corte definió de la siguiente manera el

término para presentar una petición de nulidad: “La solicitud de nulidad de las sentencias

que profieran las Salas de Revisión de esta Corporación, debe ser presentada dentro de los

tres (3) días siguientes a la notificación de la misma; acto de notificación que cumple el juez

o tribunal que profirió el fallo de primera instancia; debiendo dejar constancia de la fecha de

Page 51: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

la notificación y del medio empleado y que el juez consideró más expedito y eficaz de

conformidad con lo previsto en el artículo 16 del Decreto 2591 de 1991.”

Desde esa oportunidad, la Corte ha reiterado que la solicitud de nulidad debe ser

interpuesta dentro de los tres (3) días siguientes a la notificación del fallo.

Además del anterior precedente jurisprudencial, es de anotarse como la

jurisprudencia de la Corte ha continuado con tal criterio, por ello en el auto 082 de

2010, la Corte dirá:

El Decreto 2067 de 1991, mediante el cual se dictó el régimen procedimental de los juicios

y actuaciones que deban surtirse ante la Corte Constitucional, preceptúa en el artículo 49

que contra las sentencias de esta corporación no procede recurso alguno, pero resulta

procedente alegar la nulidad en los juicios de constitucionalidad antes de proferido el fallo.

En esos eventos, esa norma señala: “Sólo las irregularidades que impliquen violación del

debido proceso podrán servir de base para que el pleno de la Corte anule el proceso.”

Como ha indicado la jurisprudencia de esta Corte, “tanto en los procesos de

constitucionalidad como en los de tutela es procedente alegar la nulidad, antes de que se

profiera el fallo, de manera extraordinaria, frente a irregularidades que afecten el debido

proceso. En ciertos eventos, ha aceptado que también puede invocarse después de

proferida la sentencia en sede de revisión” (auto 058 de marzo 17 de 2010, M. P. Nilson

Pinilla Pinilla).

Sin embargo, también recuerda la Corte como el trámite de la nulidad no puede

erigirse en motivos y razones para el cambio de postura dada en el fallo, esto pues

quiere decir que no puede ser el trámite de nulidad una instancia más dentro del

proceso constitucional en este caso de revisión de tutela, ello con el fin de proteger

los principios jurídicos de la cosa juzgada y la seguridad jurídica, así pues, dirá la

Corte:

En este sentido, con relación a la nulidad de las sentencias de esta Corporación, la citada

norma señala: “La nulidad de los procesos ante la Corte Constitucional sólo podrá ser alegada

Page 52: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

antes de proferido el fallo. Sólo las irregularidades que impliquen violación del debido proceso

podrán servir de base para que el pleno de la Corte anule el proceso.”

Ahora bien, a pesar de que las sentencias adoptadas por la Corte Constitucional, sea en su

Sala Plena o en sus Salas de Revisión, una vez ejecutoriadas están amparadas por el principio

de cosa juzgada, y aunque esta Corporación es el órgano límite en materia de

constitucionalidad, la Corte ha reconocido que también se puede alegar la nulidad después de

proferido el fallo. No obstante, valga aclarar que el hecho de que se pueda solicitar la nulidad

de una sentencia de la Corte Constitucional no significa que exista un recurso contra ella o que

surja una nueva oportunidad para continuar un debate ya concluido, pues en ese evento el

examen de la Corte debe limitarse a determinar si en el proceso o en la sentencia misma se

incurrió en violación del debido proceso. (Corte Constitucional, Auto 106 de 2009)

Además de lo anotado en este auto respecto de la imposibilidad del incidente de

nulidad dentro del proceso constitucional como recurso a la decisión tomada por la

Corte Constitucional, es importante mencionar como la Corte Constitucional

decanta como requisitos para la solicitud de nulidad en los tramites

constitucionales, ante la importancia radical del tema nos permitimos citar in

extenso:

Así, los presupuestos y reglas aplicables a la declaratoria de nulidad de las sentencias de la

Corte Constitucional, pueden ser resumidos así:

(i) La declaratorio de nulidad de una sentencia proferida por la Corte Constitucional sólo

procede de manera excepcional. En todo caso, esta decisión obedece a “[S]ituaciones

jurídicas especialísimas y excepcionales, que tan sólo pueden provocar la nulidad del

proceso cuando los fundamentos expuestos por quien la alega muestran, de manera

indudable y cierta, que las reglas procesales aplicables a los procesos constitucionales,

que no son otras que las previstas en los decretos 2067 y 2591 de 1991, han sido

quebrantadas, con notoria y flagrante vulneración del debido proceso. Ella tiene que ser

significativa y trascendental, en cuanto a la decisión adoptada, es decir, debe tener unas

repercusiones sustanciales, para que la petición de nulidad pueda prosperar.” (Negrilla

fuera de texto original).

Page 53: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

(ii) Bajo el entendido de que la solicitud de nulidad de una sentencia de la Corte Constitucional

sólo procede de manera excepcional, ésta debe cumplir los siguientes requisitos formales:

a. La solicitud debe presentarse dentro de los tres (3) días siguientes a la notificación de la

sentencia adoptada por la Corte. En consecuencia, vencido este término, se entiende que

todos los vicios que podrían derivar en la nulidad del fallo, quedan automáticamente saneados.

b. Sin embargo, si el vicio alegado se funda en situaciones ocurridas con anterioridad a la

adopción del fallo, en virtud de lo dispuesto en el artículo 49 del Decreto 2067 de 1991, la

solicitud de nulidad deberá presentarse antes de proferida la sentencia. En caso que las partes

que intervinieron en el proceso constitucional no eleven petición en ese sentido dentro de la

oportunidad prevista, se entiende que pierden su legitimidad para invocar la nulidad

posteriormente.

c. Pero, si el vicio se deriva de la propia sentencia, la solicitud de nulidad deberá ser

presentada dentro de los tres (3) días siguientes a su notificación.

d. Las solicitudes de nulidad de las sentencias proferidas por la Corte Constitucional deben

haber sido presentadas por quien tenga legitimidad para hacerlo, esto es, quien haya sido

parte en el proceso.

(iii) Cumplidos los anteriores requisitos formales, la solicitud de nulidad de una sentencia

proferida por la Corte Constitucional debe encontrarse ajustada a los siguientes límites y

argumentos:

a. Quien invoca la nulidad tiene la carga de demostrar, con base en argumentos serios y

coherentes, que la sentencia vulnera el derecho al debido proceso. Por tanto, dado que el

incidente de nulidad no es una nueva oportunidad para discutir los problemas jurídicos

planteados durante el trámite constitucional, no son suficientes razones o interpretaciones

diferentes a las indicadas en la sentencia, que obedezcan al disgusto e inconformidad del

solicitante con la decisión.

b. La solicitud de nulidad no puede estar encaminada a reabrir el debate probatorio decidido

por la Corte Constitucional en su sentencia. Esto por cuanto, es claro que el incidente de

nulidad no constituye una nueva instancia o un recurso mediante el cual se pueda proferir una

nueva decisión sobre la controversia jurídica dirimida en la sentencia.

Page 54: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

c. Como se indicó anteriormente, el fundamento esencial de la solicitud de nulidad debe ser

la afectación del derecho al debido proceso. En este sentido, es claro que los criterios de

forma, como la redacción, el estilo y la argumentación utilizada en la sentencia, no constituye

una afectación del derecho al debido proceso. Por consiguiente, de conformidad con la

jurisprudencia constitucional, la afectación de este derecho debe ser cualificada, esto es,

“[O]stensible, probada, significativa y trascendental, es decir, que tenga repercusiones

sustanciales y directas en la decisión”. (Negrilla y subraya del texto original).

Al respecto, esta Corte ha considerado que existe afectación del derecho al

debido proceso, por ejemplo, en los siguientes casos:

“- Cuando una Sala de Revisión cambia la jurisprudencia de la Corte. El

artículo 34 del decreto 2591 de 1991 establece que todo cambio de jurisprudencia

debe ser decidido por la Sala Plena; en consecuencia, si una de las salas de

revisión se apropia de esa función, se extralimita en el ejercicio de sus

competencias con una grave violación al debido proceso. Sin embargo, no toda

discrepancia implica cambio de jurisprudencia, puesto que ella debe

guardar relación directa con la ratio decidendi de la sentencia de la cual se

predica la modificación; en caso contrario, ´[L]as situaciones fácticas y jurídicas

analizadas en una sentencia de una Sala de Revisión y que sirven de fundamento

para proferir un fallo son intangibles, porque son connaturales a la libertad,

autonomía e independencia que posee el juez para evaluarlas y juzgarlas. ´”

- Cuando una decisión de la Corte es aprobada por una mayoría no

calificada según los criterios que exige la ley.

- Cuando existe incongruencia entre la parte motiva de una sentencia y la

parte resolutiva de la misma, que hace anfibológica o ininteligible la decisión

adoptada; igualmente, en aquellos eventos donde la sentencia se contradice

abiertamente, o cuando la decisión carece por completo de fundamentación.

- Cuando la parte resolutiva de una sentencia de tutela da órdenes a

particulares que no fueron vinculados o informados del proceso.

Page 55: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

- Cuando la sentencia proferida por una Sala de Revisión desconoce la cosa

juzgada constitucional, pues ello significa la extralimitación en el ejercicio de

sus atribuciones” (Negrilla fuera del texto original).

Adicionalmente, la Corte ha contemplado la configuración de una causal de nulidad de sus

sentencias cuando, de manera arbitraria, se dejan de analizar asuntos de relevancia

constitucional que tienen efectos transcendentales para el sentido de la decisión.

2.4 En conclusión, la solicitud de nulidad de una sentencia de la Corte Constitucional sólo

procede en el evento en que dicha decisión derive en la afectación del derecho al debido

proceso. Para el efecto, la solicitud en comento debe reunir los requisitos procedimentales y

sustanciales exigidos por la ley y la jurisprudencia que desarrollan la materia. (Corte

Constitucional, Auto 106 de 2009)

Debe destacarse como la Corte reitera la trascendencia que tenga la actuación para

que determine su nulidad dentro del proceso, esto pues es un requisito de vital

importancia para nuestro máximo tribunal constitucional por cuando destaca la gran

significación y trascendencia de la misma para finalmente declarar su nulidad, esto

pues como ya se avizoro con antelación busca la garantía del principio de

protección y trascendencia dentro del proceso, el cual que no es más que la

evidente y protuberante violación al debido proceso dentro del trámite judicial.

En segundo momento recordara la Corte que normativamente solo se concibe la

nulidad procesal en los juicios constitucionales, en las actuaciones anteriores a la

expedición de la providencia, sin embargo, recuerda su jurisprudencia en tanto que

puede existir nulidad con posterioridad a la sentencia y bajo esta premisa es

necesario dotar al interesado de los mecanismos idóneos para garantizar sus

garantías fundamentales. Por ello es que ha considerado la Corte Constitucional

que pese a que la disposición normativa pertinente no contempla como oportunidad

procesal para solicitar de manera sucedánea a la expedición de la sentencia, esta

Page 56: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

si podrá ser viable siempre y cuando el erro y la violación al debido proceso sea

con posterioridad a la expedición de la sentencia, sin embargo también delimitara

su solicitud a un determinado momento en el tiempo, el cual no podrá ser superior

a los tres días después de proferirse sentencia, en esta medida si no se llegase a

presentar dicha solicitud dentro del término, la nulidad se entenderá saneada,

nótese como se volverá a cumplir con uno de las directrices emitidas para la

regulación de las nulidades procesales, incluyendo también que si vencido dicho

termino no se es solicitado su nulidad, esta no podrá ser invocada con

posterioridad.

Ahora si bien ya hemos hecho gran alusión a la nulidad dada después de proferirse

audiencia, es de recibo mencionar como aquellas nulidades que se den dentro del

trascurso del proceso deberán ser alegadas de forma inmediata so pena de

entenderse por convalidadas y con ello perder la oportunidad de solicitarla con

posterioridad.

Ahora una vez cumplidos estos requisitos, el primero el de trascendencia y

significancia de la actuación que desemboque en la violación al debido proceso, y

el segundo, en cuanto quien pretenda que se declare la nulidad procesal ante la

Corte Constitucional dependiendo de su origen, si fuere antes de proferir sentencia,

tan pronto se presente la actuación que posibilite la nulidad y si es con la nulidad

en la sentencia deberá darse a más tardar 3 días después de haberse notificado la

misma, una vez cumplidas estas primeras exigencias según lo emitido por la Corte

Constitucional deberá estar guiada por una serie de límites y argumentos que

hagan viable la declaratoria de nulidad.

Por ello en primera medida deberán esgrimirse argumentos serios que permitan

probar la violación al debido proceso, sin que de ninguna manera esta se constituya

en una nueva instancia donde se realicen reproches al sentido de la sentencia o el

disgusto de las partes frente a la misma.

Page 57: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

En este mismo sentido la solicitud de nulidad tampoco podrá dar vía libre a rebatir

los aspectos probatorios con antelación a la expedición de la providencia,

recordando una vez más que esta solicitud no puede constituirse como una nueva

instancia dentro del proceso.

Por otra parte, las discusiones que se den dentro de la solicitud deberán ir

intrínsecamente ligadas a demostrar la vulneración del debido proceso, por ello los

errores gramaticales, estilo al escribir o argumentar no podrán ser objeto de

discusión sino solo aquellas que sustancialmente vulneren el derecho al debido

proceso.

En este sentido la Corte Constitucional ha mencionado como algunas vulneraciones

al derecho al debido proceso, por ejemplo cuando una sala de revisión cambia la

jurisprudencia de la Corte Constitucional, sin embargo es de hacer mención que

dicho cambio debe ser real, esto pues que modifique esencialmente el precedente

que ha venido desarrollando la Corte Constitucional, además de ello se dará nulidad

cuando la sentencia no esté suscrita por la mayoría decisoria según el tipo de

providencia, esto será en sala de tutela la decisión de 2 de 3 magistrados que

componen la sala de revisión, o cuando se trate de sentencias de unificación o

constitucionalidad, la mayoría está determinada por el voto en determinado sentido

de 5 magistrados de 9.

De esta manera también se constituirá como violación al debido proceso la

incongruencia entre la parte motiva y la parte resolutiva de la sentencia, por ello

deberá entenderse como tal una violación flagrante al debido proceso en la relación

con la obligación que tienen los jueces de motivas sus sentencias.

Otra causal de nulidad dada por la Corte Constitucional será la de dar órdenes a

personas o particulares que no fueron vinculados en el proceso, es por ello que

este se constituye en una afrenta al derecho de defensa núcleo esencial del debido

proceso, en esta medida si no se vincula a estas personas se le desconocería su

Page 58: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

derecho a presentar sus defensas pertinentes y controvertir lo dicho por el

accionantes en un primer momento, ejemplo de dicha causal estará dada en el auto

126ª- de 2008, en donde se declara la nulidad de los procesos llevados ante la

Corte por falta de notificación que posteriormente se desemboca en la no

comparecencia de Electricaribe al proceso:

1. Que en el caso de los expedientes T-1.632.511 y T-1.632.513 no reposan en ellos

las constancias de comunicaciones, envío o recibido de los oficios mediante los cuales se

ponen en conocimiento a ELECTRICARIBE S.A. las respectivas acciones de tutela, ni

tampoco obra constancia de la notificación de las sentencias a esa entidad.

2. Que en la medida que ELECTRICARIBE S.A. no compareció al proceso, las

anteriores constancias se solicitaron al Juzgado Tercero Civil Municipal mediante auto de

Sala del ocho (8) de agosto de 2007 para determinar si la iniciación de los procesos y las

sentencias fueron comunicadas en debida forma y se garantizó así el debido proceso de la

entidad demandada.

3. Que una vez vencido el termino probatorio el Jugado Tercero Civil Municipal no

remitió a esta Corporación las constancias solicitadas por lo que a través de auto de Sala

del veinticuatro (24) de septiembre de dos mil siete (2007), se requirió al referido despacho

las solicitudes, las cuales no fueron allegadas a este despacho.

4. Que considerando que no se pudo verificar que se le garantizó el derecho al debido

proceso, en particular el derecho de defensa, de ELECTRICARIBE S.A., este despacho el

nueve (9) de mayo desacumuló los expedientes T-1.632.511 y T-1.632.513, advirtiendo el

vicio de procedimiento que ocasiona nulidad.

5. Que una vez desacumulados los expedientes T-1.632.511 y T-1.632.513, y probado

que existe un vicio procesal que vulnera el debido proceso de la entidad accionada, la Sala

de Revisión procede a declarar la nulidad y a devolver el expediente al juez de instancia

para que subsane el vicio detectado. (Corte Constitucional, Auto 126ª- de 2008)

Finalmente a juicio de la Corte menciona la vulneración del principio de cosa

juzgada como causal para la vulneración del derecho fundamental al debido

Page 59: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

proceso, recuérdese como este será otro de los elementos importantes del derecho

ello en razón al carácter pluri-conceptual abordado en la primera parte de este

trabajo, con esto nos parece importante destacar el esfuerzo hecho por la Corte

Constitucional de destacar algunos supuestos en donde se puede dar la vulneración

al debido proceso, sobre todo por la textura tan abierta y especulativa hecha en el

artículo 49 del decreto 2067 de 1991.

Pese a la enunciación hecha por vía jurisprudencial de algunas causales de

nulidad que pueden ser contempladas como vulneradoras del debido proceso por

parte de la Corte Constitucional, no es de importancia menor aquellas

mencionadas por el estatuto procesal civil, ello sin lugar a duda principal rector en

materia de nulidades en el ordenamiento jurídico colombiano, al respecto la Corte

Constitucional en reiteradas oportunidades se ha valido de las mismas para

afincar como verdaderas actividades atentatorias del debido proceso a tales,

extrapolándolas del proceso civil al proceso constitucional, así pues en un proceso

ante la honorable Corte Constitucional, está en su parte argumentativa hizo una

remisión expresa al Código de procedimiento civil vigente en aquella época para la

determinación conceptual de la causa de nulidad del proceso, en este sentido cita:

Aunado a lo anterior, es preciso señalar que, en concordancia con la jurisprudencia

reiterada de esta Corporación y en armonía con los artículos 140 y 144 del Código de

Procedimiento Civil que han reconocido que la falta de vinculación de una parte o tercero

con eventual interés en el proceso genera una irregularidad que acarrea una vulneración

de los derechos de defensa y debido proceso; empero, esta irregularidad es saneable y

permite la convalidación incluso en sede de revisión.

Por esta razón es necesario vincular al Consejo de Estado Sección Segunda Subsección B,

entidad que el día veintitrés (23) de septiembre de dos mil diez (2010) profirió sentencia por

medio de la cual confirma la sentencia de treinta y uno (31) de enero de dos mil ocho (2008)

proferida por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca D, que negó las pretensiones de

la demanda incoada por Luís Enrique Nieto Romero contra la Corporación Autónoma

Regional Cundinamarca (CAR). (Corte Constitucional, auto 049 de 2011)

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Nótese como para la Corte en materia de Constitucionalidad las causales de

nulidad contempladas en el estatuto procesal civil también son perfectamente

aplicables al proceso constitucional, de esta manera el máximo tribunal

constitucional de nuestro país resuelve ese marco tan amplio dado en el artículo

49 del decreto 2067 de 1991 mediante criterios analógicos que imposibiliten de

una parte una amplitud conceptual excesiva y por otra un desbordamiento en la

capacidad argumentativa de la Corte que le permita llevar a supuestos que hagan

inviable el proceso constitucional por las constantes dilaciones que se puedan dar

en el mismo, de esta manera la Corte realiza una remisión a tales causales de

nulidad para con ello lograr identificar las causales de nulidad en materia procesal

constitucional, sin lugar a dudas puede anotarse como una vez más las

mencionadas en el estatuto procesal civil son la fiel esencia de la violación del

debido proceso, de allí su gran importancia dentro del ordenamiento jurídico.

Es entonces como ya se advirtió en algún punto del presente trabajo con la

expedición de la ley 1564 de 2012, se derogo de manera expresa el Código de

procedimiento Civil, sin embargo, pese a dicha declaratoria el estatuto procesal

civil continúo siendo parte importante en materia de nulidades en procesos

constitucionales, por ello con posterioridad anotara ahora la importancia del

Código General del Proceso y las causales de nulidad contempladas en el mismo:

En especial, llama la atención de la Sala que el municipio de Miraflores, a través de

apoderado, sostiene que no fue vinculado ni en primera, ni en segunda instancia, por lo

que consideró que “existe una nulidad, procesal de las contenidas en el artículo 133 del

C.G.P.” y cita el numeral 8 del referido artículo sobre la ausencia de notificación del auto

admisorio. Por lo tanto, pretende que se decrete la nulidad y considera que ésta debe ser

aceptada, pues no existe relación entre los hechos planteados por el actor y alguna acción

u omisión de la entidad territorial. A su juicio, muestra de ello es que los jueces de instancia

no vincularon, ni emitieron orden alguna contra el Municipio. En síntesis, solicita “declarar

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la nulidad según los presupuestos establecidos en el artículo 133 del C.G.P”.(Corte

Constitucional, Auto 248 de 2016)

Ahora entonces pese a mencionar al artículo 133 del Código General del Proceso

como eje para acusar como causales de nulidad dentro del proceso constitucional

las mencionadas en dicho artículo, también la Corte realizara otra remisión al

Código General del Proceso para determinar la insaneabilidad de determinadas

causales estipuladas por dicho estatuto, es como puede observarse:

De acuerdo con lo previsto en el artículo 133 del C.G.P., el proceso es nulo, en todo o en parte,

cuando no se ha notificado el auto admisorio de la demanda a todas las personas que tienen un

interés legítimo en la actuación procesal o que pueden resultar afectadas con la decisión. No

obstante, esta nulidad es saneable, en virtud del artículo 136 del C.G.P, cuando no se alega

oportunamente, se convalida, se origina en la suspensión del proceso y no se solicita en los 5

días siguientes o cuando el acto procesal cumplió su finalidad sin afectar el derecho a la defensa.

Ahora bien, el parágrafo del artículo 136 del C.G.P. también establece que no son saneables las

nulidades “por proceder contra providencia ejecutoriada del superior, revivir un proceso

legalmente concluido o pretermitir íntegramente la respectiva instancia”.(Corte Constitucional,

Auto 248 de 2016)

Para finalizar, es importante destacar como la Corte Constitucional aplica

directamente nociones y preceptos de contenido procesal civil para el trámite de

nulidad de alguna de sus providencias, de esta manera puede verse como se

menciona por el máximo tribunal constitucional:

Así, la Sala verifica que se configura una de las causales indicadas en el artículo 133 del

C.G.P., por la ausencia de notificación del auto admisorio de la tutela a la entidad territorial.

En efecto, el municipio no fue vinculado como parte en el proceso de la referencia, lo cual

puede representar una afectación a sus derechos al debido proceso y a la defensa porque

no ha tenido un conjunto de oportunidades para exponer sus argumentos frente a la

pretensión de amparo, impugnar decisiones y solicitar pruebas, entre otras facultades

procesales.

Page 62: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

Además, no se evidencia que en el trámite se haya subsanado dicha nulidad, a través de

las formas previstas en el artículo 136 del C.G.P., pues el accionante no guardó silencio

frente a la nulidad advertida. Al contrario, de forma clara y expresa el apoderado del

municipio solicitó la aplicación del artículo del Código General del Proceso que dispone la

anulación del proceso por falta de notificación del auto admisorio y llamó la atención sobre

la falta de participación que tuvo en primera y segunda instancia de tutela. (Corte

Constitucional, Auto 248 de 2016)

Con ello, se corrobora una vez más la tesis expuesta en este capítulo de como

gran parte de los conceptos mencionados en la teoría general de las nulidades

procesales en materia civil tiene plena aplicación dentro del trámite procesal, ello

en virtud de la protección del debido proceso como derecho fundamental, el cual

se ve concretizado en los mandatos hechos por el legislador en los estatutos

procesales de cada materia, sin embargo como ya se ha dicho, ha entendido el

legislado que en materia de nulidades de forma genérica deberá acudirse al

estatuto procesal civil para comprender su alcance en cualquier materia, desde

esta óptica y ante la amplitud conceptual del artículo 49 del decreto 2067 de 1991,

ha sido necesario por parte del máximo tribunal constitucional echar mano de las

nociones generales en otras áreas del derecho con el fin de la garantía del debido

proceso en el tramite constitucional, que siendo este el mayor órgano en lo

constitucional sea quien primero garantice tales derechos a la luz de la Carta

Política de 1991.

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XIII. CONCLUSIONES

El derecho al debido proceso en Colombia a partir de la promulgación de la

Constitución Política de 1991, este derecho es considerado como un derecho

fundamental, el cual podrá ser protegido por su importancia mediante la acción de

tutela.

En esta medida, en primer lugar, este derecho se distancia del que figuraba en la

Constitución de 1886, por cuanto este último se erigía como un concepto simplista

del derecho, por ello la Constitución de 1991 innovo el derecho y le otorgo una

especial prevalencia además de un mejor marco descriptivo.

Es como el derecho al debido proceso en Colombia se ha compuesto de otros

elementos normativos que predican una ampliación del espectro de protección de

esta manera pueden encontrarse como subprincipios del debido proceso: el

principio de legalidad, el principio de juez natural, el principio de publicitad en el

accionar judicial, el derecho a la independencia del juez, el derecho a la

imparcialidad del juez, el derecho a la jurisdicción y el derecho a la defensa.

De esta manera, en aras de delinear la verdadera efectividad del derecho en el

ordenamiento jurídico la Corte Constitucional ha mencionado la teoría del núcleo

esencial de los derechos fundamentales, es como a través de esta ha mencionado

los sub derechos del debido proceso sin los cuales el derecho fundamental

perdería su esencia, bajo la anterior premisa ha considerado el máximo tribunal

constitucional colombiano que el núcleo esencial del debido proceso estará guiado

por el derecho de defensa y en la posibilidad que tienen las personas de hacer

valer sus derechos e intereses ante los jueces.

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Ahora pues ingresando al segundo interregno, la nulidad procesal se constituye

como una defensa al debido proceso, es entonces como el legislador a at raves

del derecho fundamental al debido proceso, crea la nulidad procesal como una

verdadera institución jurídico procesal en garantía de dicho derecho fundamental.

En este sentido, las nulidades procesales deberán ser estudiadas de forma

armónica con el ordenamiento jurídico para que no se termine pervirtiendo su

finalidad, que no es otra que la defensa del debido proceso y la aplicación de los

procedimientos previstos por el ordenamiento jurídico, es como las nulidades

tendrán como directrices los principios de protección, saneamiento o

convalidación, y taxatividad de forma genérica en los marcos legislativos.

Es de agregar como las nulidades en materia legislativa para la solución en

procesos de índole ordinaria, se encontrarán enlistadas y determinadas por

causales claras, como las que ya estudiamos. Es entonces, donde el estatuto

procesal civil, hoy Código General del Proceso se erige como la norma pertinente

para la declaratoria de nulidad en gran parte de los procedimientos contemplados

por el ordenamiento jurídico, ello por la remisión expresa que realizan cada uno de

los estatutos procesales que terminar por redirigir al proceso de índole civil.

Por otra parte, al hablar de la nulidad de las providencias dadas en un juicio de

orden constitucional, como lo serán aquellos promovidos por la acción de tutela o

mediante la acción pública de inconstitucionalidad, estarán regidos por el decreto

2067 de 1991, de esta manera la anterior normatividad en su artículo 49

contemplara como nulidad del proceso, cualquier actuación que vulnere el derecho

al debido proceso.

Por ello, inicialmente el régimen de nulidades en materia procesal constitucional,

rompe con el ya planteado por el estatuto procesal civil, sobre todo al dejar un

espectro tan amplio como causal de nulidad al debido proceso, y en esta medida

no utilizar el principio de taxatividad y especificidad, utilizado en materia civil, en

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este mismo sentir el margen interpretativo del juez se amplía de manera

desbordada, es entonces como en un primer momento pueden acusarse como

violaciones al debido proceso cualquiera de los derechos que se ven incursos

dentro del derecho fundamental y a fortiori su núcleo esencial.

Es entonces que ante tal espectro interpretativo tan amplio y sin tener unas reglas

claras para la solicitud de nulidad constitucional, ha sido la Corte Constitucional la

encargada a través de su jurisprudencia de mencionar aquellos requisitos

indispensables para la prosperidad de la nulidad, por ello contempla unos requisitos

de orden formal y sustancial para la misma, como ya pudo ser observado con

antelación, además de unos términos perentorios para su formulación.

Además de ello, también la Corte Constitucional ha hecho uso de los principios en

materia civil para la prosperidad o no de las nulidades planteadas dentro y con

posterioridad al proceso constitucional, en esta medida el principio de protección y

de saneamiento y convalidación son perfectamente aplicables en materia de

nulidades en procesos de orden constitucional.

Finalmente, la Corte Constitucional ha entendido la gran importancia de las

causales de nulidad procesal contempladas en el estatuto procesal civil, al tal

punto de erigirse como unas verdaderas premisas que impiden la vulneración del

debido proceso en el ordenamiento jurídico colombiano, por ello en sus fallos ha

contemplado como causales de nulidad las esbozadas en el código de

procedimiento civil y el código general del proceso, haciendo una remisión expresa

a estos referentes normativos, aplicando como fuente de derecho la analogía para

no dejar ningún vacío en el ordenamiento jurídico, todo ello ante la precaria

descripción normativa contenida en el decreto 2067 de 1991.

XIV. REFERENCIAS

Page 66: LAS NULIDADES EN LAS SENTENCIAS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL ...

Canosa, Fernando (2009), las nulidades en el proceso civil, editorial doctrina y ley,

Bogotá

Corte Constitucional (20 de junio de 2016) auto 248 [ MP Gloria Stella Ortiz

Delgado]

Corte Constitucional (18 de diciembre de 2013) auto 219 [ MP Jorge Iván Palacio

Palacio]

Corte Constitucional (15 de junio de 2013) auto 114 [MP Luis Ernesto Vargas

Silva]

Corte Constitucional (10 de marzo de 2011) auto 049 [ MP Humberto Sierra Porto]

Corte Constitucional (5 de mayo de 2010) auto 082 [ MP Nilson Pinilla Pinilla]

Corte Constitucional (24 de febrero de 2009) auto 106 [ MP Jaime Araujo Rentería]

Corte Constitucional (15 de mayo de 2008) auto 126ª [ MP Mauricio González

Cuervo]

Corte Constitucional (20 de septiembre de 2007) auto 245 [MP Jaime Araujo

Rentería]

Corte Constitucional (12 de agosto de 2003) auto 151ª [MP Eduardo Montealegre

Lynnet]

Escobar, Edgar (2016), las excepciones y las nulidades en el código general del

proceso, librería jurídica Sánchez R, Medellín.

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López, Hernán (2017), Código General del proceso: parte general, editorial Dupre,

Bogotá.

Nisimblat, Natham (2016), derecho probatorio, Ediciones Doctrina y ley, Bogotá.

Quinche, Manuel (2015), derecho constitucional colombiano, Temis, Bogotá.

Rivera, Alfonso (2017), derecho procesal civil: parte general y pruebas, editorial

Leyer, Bogotá.

Rojas, Miguel (2014), el proceso civil a partir del código general del proceso,

ediciones Uniandes, Bogotá.

Rojas, Miguel (2007), el proceso civil colombiano, universidad externado, Bogotá.

Vila, Iván (2007), fundamentos de derecho constitucional contemporáneo, Legis,

Bogotá.

Younes, Diego (2012), derecho constitucional colombiano, Legis, Bogotá.