Taller: Las Pataletas (estudiantes de Universidad Interamericana de Panamá)
Las Pataletas
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Ivonne Adriana Reyes Neira
LAS PATALETAS
Los niños hacen pataletas
cuando sienten mucha ira y
no saben qué hacer con
ella, cuando se frustran y
pierden el control de sí
mismos, cuando sienten un
dolor muy grande y no
pueden manejarlo.
También reaccionan con berrinches
Cuando están cansados o tensos,
o ante una frustración que sienten
por sus propias limitaciones o
por las que les imponen.
El buen manejo de las rabietas
les enseña a los niños a conocer
sus propias emociones y a expresarlas.
Los niños/as no generan pataletas
con intenciones de dañar o
molestar a los adultos sino que son
parte de su proceso
de adaptación. Las pataletas
pueden presentarse por diferentes
razones: deseos no satisfechos,
formas de expresar rabia y/o
irritabilidad, como método para conseguir algo, entre otros.
Casi la totalidad de los niños pequeños
tienen este tipo de episodios en ocasiones,
especialmente entre los 2a 3 años, y si son
bien enfrentados irán disminuyendo en
intensidad y frecuencia hacia los 4 o 5
años.
Entre los 2 y 3 años, los niños/as están en una etapa del
desarrollo en que inician cierta independencia de sus padres y
el decir "no" responde a su búsqueda de autonomía. Con
frecuencia desean más independencia de la que sus
habilidades y seguridad permiten y desconocen sus limitaciones.
Quieren tomar el control y tomar decisiones, pero no saben
hace transacciones y toleran mal las restricciones. Además no
saben expresar sus sentimientos verbalmente por lo que
interiorizan su rabia o frustración con llanto o retraimiento y a
veces con pataletas.
Si bien estas expresiones de
emociones no son agradables, no
debemos considerarlas peligrosas e
incluso serán útiles para el desarrollo
del niño, pues constituyen una válvula
de escape de tensiones, facilitando el
cansancio y el sueño posterior.
Generalmente, al despertar, estará
calmado y de humor agradable. Si está enfermo, o existe
demasiada tensión entre la gente que lo rodea, la frustración
puede reiniciarse fácilmente. Los niños ansiosos, enfermos,
temperamentales, con poco descanso o en ambientes
tensionados tienden a tener pataletas más frecuentes.
Porque solo hacen pataletas con sus
padres, y cuando lo cuida alguien
más se porta bien? El niño/a solo
desarrollara las pataletas en
presencia de sus padres o personas
más allegadas porque está
poniendo a prueba la existencia de
límites y reglas, lo que no hará con personas que no conoce.
Cuando su desafío va muy lejos y es restringido responde con
una pataleta. No debemos considerar que desea
conscientemente hacerle la vida ingrata a sus padres y
ciertamente no prefiere a los extraños. Esta
explosión emocional ante nuestros ojos,
irónicamente, significa que tienen confianza en
nosotros.
¿Cómo debo actuar ante una pataleta?
Lo más importante es mantener la calma. Como padres somos
modelos para nuestros hijos y en la medida que gritemos o
reaccionemos con rabia no lograremos cambios favorables.
Una atmosfera tranquila ayudad a recuperar el control y en
particular tomarlo, abrazarlo o hacer comentarios distractores
del tipo "mira qué lindo pajarito ", pueden evitar
una gran pataleta. El sentido común y l humor
son fundamentales para que el niño acepte
órdenes. "vas a bañarte " no es lo mismo que "
hagamos una carrera al baño”.
Evite largas y complicadas explicaciones de las reglas.
Justificarlas ante un pequeño de 2 ó 3 años solo servirá para
confundirlo y no le permitirá tener claro que cosas son
fundamentales y cuales son debatibles. Al crecer podrá
explicársele las razones de nuestra regla en forma breve y clara.
Conviene acompañar al niño al
efectuar alguna cosa que no quiere
hacer. Por ejemplo, ordenar
juguetes, ofreciéndonos a ayuda, lo
que permite verificar el
cumplimiento. Esto tiene especial relevancia si es una orden que
está relacionada con la seguridad del niño. Cada vez que se
presente la pataleta, déjelo, no intente detenerlo, esto agravara
la situación. Cuando este tranquilo explíquele que no puede
obtener lo que desea.
Háblele de las consecuencias que
esto acarraría, utilizando un
lenguaje referencial: " no puedes
jugar con fósforos porque de
hacerlo podrías encenderlos y
producir un incendio que podría
ocasionarte daño en tu cuerpo "
(muéstrale el cuerpo mientras hace
esta descripción, los niños necesitan mucho del lenguaje
referencial).
No olvide que la pataleta tiene algo de
actuación y nosotros somos el público, por
lo que si nos alejamos o dejamos al niño solo
por unos minutos comprenderá que ese recurso es poco
efectivo y buscara otro.
Los límites son fundamentales porque dan certidumbre a los
niños y disminuyen sus niveles de ansiedad. Si cede a las
exigencias, estará forzando las pataletas. Siempre se debe
responder de igual manera ante situaciones similares y todos los
adultos de su entorno deberán reaccionar igual.
Hay que esperar varios "no" diarios de
parte de un niño/a, no sería normal
que nunca nos desafíen. Debemos
establecer niveles de importancia
ante sus deseos y nuestras reglas.
Existirán situaciones de menor
seriedad en que es conveniente que
se salga con la suya, por ejemplo
dejarlo elegir la ropa aunque no
estemos de acuerdo. En otras ocasiones, por ejemplo, cuando
hay algún tipo de riesgo, no podrá hacer
su voluntad y si es preciso habrá que
tomarlo firme pero con cariño. No
podemos esperar que estos hechos los
acepte de inmediato y deberemos ser
constantes y pacientes hasta lograr la
aceptación de la conducta deseada.
Limites, No significa castigo, ni menos golpes o maltratos.
serenidad, lo mejor que puede hacer un padres cuando su hijo
llora sin parar, grita, da patadas y se tira al piso, todo al mismo
tiempo, es mantenerse calmado e ignorar la situación, guardar
silencio y conservar en su rostro una expresión de indiferencia.
Las primeras pataletas no suelen ser intencionales, pero si el niño
descubre que al hacerlas las personas que están a su alrededor
corren a ayudarlo, a solucionar sus problemas, el continuara
utilizándolas para lograr sus objetivos.
Mantenga la calma no le suplique a su hijo que se
detenga, no le grite, tampoco lo zarandee, y no intente
hablar con él o hacerlo entrar en razón. Nada de esto
servirá para detener la pataleta. Por el contrario, seguirá
el escándalo. Quédese en el mismo lugar donde está su
hijo, no lo deje solo; es importante que lo acompañe,
probablemente usted este asustado con la reacción de
su hijo/a, pero el también puede estarlo con sus propias
emociones y su propia fuerza. La presencia del adulto también
le indica que no es rechazado por sus sentimientos, que lo
aceptan tal como es. El problema nos son las emociones, es la
inadecuada expresión de las mismas.
Si él decide lanzar objetos o golpear las cosas, dígale con calma
que no lo haga. Explíquele que hablaran cuando esté tranquilo.
Pronuncie estas frases con firmeza y una única vez. Si el niño se
puede hacer daño, muévanlo para que haga el berrinche en
un lugar seguro. Es bueno dejar que el niño logre calmarse por sí
mismo, así aprende a manejar sus sentimientos y a sentirse
menos inseguro frente a los mismos.
Brinde consuelo al terminar una pataleta, siéntese al lado del
niño o abrácelo y trate de reflexionar con él, ayúdelo a
entender que le paso, como se sintió y que hubiera podido
hacer diferente. Hable con él, lleguen a algún acuerdo y
cúmplalo. No lo regañe y tampoco sea demasiado
complaciente, no le compre el objeto por el cual empezó la
pataleta, tampoco le entregue algo que usted le había
quitado. Por lo general después de una descarga tan fuerte de
sentimientos, los niños están muy perceptivos.