Las Poeticas de Bajo El Volcan

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LOS UNIVERSITARIOS Nueva época 12 Hay autores cuyo destino literario se justifica ple- namente a través de la escritura de un solo libro. Y Cyrill Connoly tenía razón en Los enemigos de la promesa : la obligación moral y estética de un es- critor es aspirar a una gran obra de arte que logre doblegar el paso del tiempo. Así sucedió con Mal- colm Lowry, cuya novela Bajo el volcán justifica no sólo el resto de su obra sino su vida entera. Tal vez por ello sea interesante especular sobre las motivaciones, las expectativas, las influencias, los anhelos, las experiencias y las estéticas que llevaron a Lowry a concentrar todo su talento en esa obra magnífica y monumental que es Bajo el volcán y que tan bien describe la tragedia íntima de todo un país, México, a través de la experien- cia personal de un artista como Malcolm Lowry. Siempre me han interesado las imágenes o los momentos de iluminación que dieron pie a que algún autor desarrollara toda una filosofía, un li- bro sin igual o mejor aún una gran novela. Edward Gibbon recordaba con absoluta precisión el mo- mento en que se le ocurrió la idea de escribir The Decline and Fall of the Roman Empire : fue un día en que recorriendo las ruinas del Capitolio en Roma, vio a un grupo de frailes cantando las ora- ciones de la tarde en el templo de Júpiter. Esa ima- gen, el mundo pagano invadido por el mundo cristiano, le sirvió de inspiración para escribir su extraordinaria obra. Pero todo parece indicar que la escritura de Bajo el volcán no ocurrió precisamente así. La génesis de Bajo el volcán resulta, a mi parecer, más com- plicada y con mayor vinculación a la escritura de una novela como el Ulises que James Joyce con- cibiera originalmente, allá por 1906, como un cuento en el que un tal Mr. Hunter, a quien iden- tificaba como a un judío nacido en Dublín, vaga- ba por la ciudad en busca de su hijo. Ese cuento estaba previsto para quedar incluido en Dubline- ses. Pero, como Joyce le comentara a su hermano Stanislaus, el proyecto se quedó en el tintero du- rante un buen tiempo y no fue sino casi diez años después, en 1915, que retomó la idea, preparó un esquema y puso manos a la obra para escribir el Ulises, que se convertiría en la novela de mayor influencia del siglo XX. Algo semejante, aunque de ninguna manera igual, le ocurrió a Malcolm Lowry durante el pri- mer viaje que hizo a México con su esposa Jan Gabrial en 1936, una vez establecidos en la ciudad de Cuernavaca. Un domingo cualquiera decidie- ron hacer una pequeña excursión al barrio aledaño de Chapultepec. Lo que sucedió durante ese breve paseo motivó a Lowry a escribir el cuento en el que se halla la génesis de Bajo el volcán, en el cual apa- recen ya tres de los personajes principales aun- que con unos nexos completamente diferentes a los que cada uno de ellos asumiría en la novela. El Cónsul desempeñará el papel del protagonista pero no será la pareja de Yvonne sino su padre, Las poéticas de Bajo el volcán Hernán Lara Zavala Las fotografías que ilustran este ensayo fueron amablemente proporcionadas a Los Universitarios por el traductor al español de Bajo el volcán: Raúl Ortiz y Ortiz, quien con gran gene- rosidad ofreció esta serie de fotos iné- ditas de su archivo personal. The Lake District. Junio, 1957

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  • L O S U N I V E R S I T A R I O SN u e v a p o c a

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    Hay autores cuyo destino literario se justifica ple-namente a travs de la escritura de un solo libro.Y Cyrill Connoly tena razn en Los enemigos dela promesa: la obligacin moral y esttica de un es-critor es aspirar a una gran obra de arte que logredoblegar el paso del tiempo. As sucedi con Mal-colm Lowry, cuya novela Bajo el volcn justificano slo el resto de su obra sino su vida entera.

    Tal vez por ello sea interesante especular sobrelas motivaciones, las expectativas, las influencias,los anhelos, las experiencias y las estticas quellevaron a Lowry a concentrar todo su talento enesa obra magnfica y monumental que es Bajo elvolcn y que tan bien describe la tragedia ntimade todo un pas, Mxico, a travs de la experien-cia personal de un artista como Malcolm Lowry.

    Siempre me han interesado las imgenes o losmomentos de iluminacin que dieron pie a quealgn autor desarrollara toda una filosofa, un li-bro sin igual o mejor an una gran novela. EdwardGibbon recordaba con absoluta precisin el mo-mento en que se le ocurri la idea de escribir TheDecline and Fall of the Roman Empire : fue un daen que recorriendo las ruinas del Capitolio enRoma, vio a un grupo de frailes cantando las ora-ciones de la tarde en el templo de Jpiter. Esa ima-gen, el mundo pagano invadido por el mundocristiano, le sirvi de inspiracin para escribir suextraordinaria obra.

    Pero todo parece indicar que la escritura de Bajo

    el volcn no ocurri precisamente as. La gnesisde Bajo el volcn resulta, a mi parecer, ms com-plicada y con mayor vinculacin a la escritura deuna novela como el Ulises que James Joyce con-cibiera originalmente, all por 1906, como uncuento en el que un tal Mr. Hunter, a quien iden-tificaba como a un judo nacido en Dubln, vaga-ba por la ciudad en busca de su hijo. Ese cuentoestaba previsto para quedar incluido en Dubline-ses. Pero, como Joyce le comentara a su hermanoStanislaus, el proyecto se qued en el tintero du-rante un buen tiempo y no fue sino casi diez aosdespus, en 1915, que retom la idea, preparun esquema y puso manos a la obra para escribirel Ulises, que se convertira en la novela de mayorinfluencia del siglo XX.

    Algo semejante, aunque de ninguna maneraigual, le ocurri a Malcolm Lowry durante el pri-mer viaje que hizo a Mxico con su esposa JanGabrial en 1936, una vez establecidos en la ciudadde Cuernavaca. Un domingo cualquiera decidie-ron hacer una pequea excursin al barrio aledaode Chapultepec. Lo que sucedi durante ese brevepaseo motiv a Lowry a escribir el cuento en el quese halla la gnesis de Bajo el volcn, en el cual apa-recen ya tres de los personajes principales aun-que con unos nexos completamente diferentes alos que cada uno de ellos asumira en la novela.El Cnsul desempear el papel del protagonistapero no ser la pareja de Yvonne sino su padre,

    Las poticasde Bajo el volcn

    Hernn Lara Zavala

    Las fotografas que ilustran este ensayofueron amablemente proporcionadasa Los Universitarios por el traductoral espaol de Bajo el volcn: RalOrtiz y Ortiz, quien con gran gene-rosidad ofreci esta serie de fotos in-ditas de su archivo personal.

    The Lake District. Junio, 1957

  • mientras que Hugh ser el pretendiente omarido.

    Lo que es de llamar la atencin en estebreve cuento cuyo borrador original tie-ne exactamente veinticuatro cuartillas, se-gn pude constatar personalmente en elfondo reservado de la Biblioteca de la Uni-versidad de British Columbia es que enl ya estaban contenidas la mayor parte delos elementos mticos y simblicos, as comolas imgenes, de los que se iba a nutrir Lowrypara escribir su novela. All figuraba ya, enprimersimo plano, el volcn Popocatpetl,que le servira para darle ttulo a la novelay que le otorgar su dimensin mtica a lanarracin. En el cuento el Popocatpetl sedescribe con aspecto siniestro, una especiede Moby Dick que pareca invitarlos a lavez que se meca de un lado a otro del hori-zonte a un nico e irremediable desastre.All est tambin Iztacchuatl, la mujer dor-mida, parte complementaria del mito infer-nal as como del mito amoroso que privaren la novela. Tambin se menciona la Con-quista, el imperio de Maximiliano, la guerrade Espaa, el Casino de la Selva, la calle Ni-caragua, las cantinas con sus nombres chus-cos y excntricos como Todos contentos yyo tambin, el mezcal, el pulque, el doctorVigil, las barrancas, el perro muerto, el ca-ballo con el 7 en la grupa, los zopilotes, lapolica corrupta, los escorpiones y el anun-cio de Las manos de Orlac que muestra lasmanos ensangrentadas de un asesino. Elcuento cierra con la pattica imagen de unindio viejo y cojo que saca a otro an msviejo y decrpito en andas, mediante un me-capal, que evoca la imagen de Mxico comopas cargando el peso de su propia historia.

    Como se puede desprender de la lecturade este cuento, la epifana y el germen detoda la novela se da cuando el Cnsul lehace notar a Hugh el robo del que ha sidoobjeto el indio agonizante por parte de unpelado que viaja en el camin. De estemomento de revelacin, que ser traslada-do al captulo VII (nmero fatal en la caba-lstica de Lowry) de la novela de maneraampliada, surgir el resto de la historia. Eldilema se plantea cuando nos volvemos apreguntar: Qu hizo Lowry para conver-

    tir este interesante pero limitado cuento alas dimensiones catedralicias de una nove-la? Cules fueron las motivaciones estti-cas, polticas y religiosas y las influenciasque le permitieron dar ese salto cualitativoy cuantitativo, que hicieron al cuento ger-minar en una novela de la fuerza de Bajoel volcn ?

    Bajo el volcn responde a una poticaque yo definira como la del criptgra-fo, que sera el tipo de artista que se nutrede todo lo que lo rodea porque percibe elmundo como si se tratara de un gran arcanocuyo sentido tiene que desentraar. Para-djicamente este tipo de artista se muevea base de alegoras, parbolas, smbolos,

    emblemas, alusiones en donde detrs deun hecho concreto o una situacin espec-fica yace un significado ulterior accesibletan slo a los iniciados. Se trata del artistacomo gran devorador de los secretos delmundo que l contempla como si tuvierauna base mgica, esotrica, llena de plie-gues y oscuridades. Douglas Day mencionaque Lowry se senta atrapado en una redgigantesca de correspondencias csmicasque lo ataban a coincidencias y catstrofespredeterminadas.

    Cuando Lowry lleg a Mxico tena,pues, en su haber una novela, unos cuantoscuentos y estaba en proceso de escribir InBallast to the White Sea. Su viaje a nuestro

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    Lowry en la ciudad de Cuernavaca

  • pas pudo deberse a una mera casualidaden el sentido de que por vivir en los Es-tados Unidos tena que salir del pas pararenovar su visa y, como haba ledo La ser-piente emplumada de D.H. Lawrenceuno de sus dolos literarios decidicruzar la frontera en compaa de Jan, suesposa, con el doble objetivo de cubrir eltrmite y al mismo tiempo seguir los pa-sos de Lawrence. Slo que si contempla-mos esta circunstancia como sola Lowry,ese viaje result parte de un destino que lollev a una tierra mtica y lejana, llena deesos simbolismos y esos arcanos que tantole interesaban y que l tendra que ir desen-traando para usarlos como parte de su no-

    vela. Lo que quiz nunca imagin fue quel se iba a identificar con el destino trgicode todo un pas y lo iba a hacer suyo comosola apropiarse de todo aquello que llama-ba su atencin. Fue en esa circunstanciaque se produjo la pequea excursin quedio lugar a que Lowry escribiera el cuentoBajo el volcn. Douglas Day comentaque seguramente ese breve relato tuvouna primera aproximacin novelsticatres meses despus. Pero el hecho real esque la novela tard diez aos en cuajar, coninnumerables versiones y rechazos por par-te de las editoriales que conducan a nue-vas revisiones. Hubo incluso un conato dedestruccin por fuego durante la poca en

    la que Lowry vivi con Margerie en Van-couver.

    As que para buscar las poticas de Lo-wry ser necesario dividirlas desde el ini-cio en dos: las externas a la personalidad delautor y aquellas otras que de alguna ma-nera pertenecen a su imaginario ms nti-mo. Empecemos por las primeras.

    Lowry sin duda era un hombre culto.Egresado de Saint Catherines College,Cambridge, en donde no destac mayor-mente y en donde hasta la fecha, comobien lo ha sealado Gordon Bowker en lanueva biografa de Lowry titulada Pursu-ed by Furies, todava no se le concede ma-yor mrito ni reconocimiento literario.Sin embargo, desde su juventud, haba si-do un voraz y apasionado lector. No creoque otro escritor haya recibido tantas y tandiversas influencias precisamente por laproclividad que tena Lowry a mimetizar-se con todo aquello con lo que se identifi-caba. Day y Bowker mencionan a escritorestan dismbolos como Dante, los drama-turgos isabelinos, y en particular Shakes-peare y Christopher Marlowe, Milton,Goethe, Poe, Melville, Gogol, Henry Ja-mes, Baudelaire, Lewis Carroll, JosephConrad, Rimbaud, Thomas Mann, Am-brose Bierce, Hart Crane, Knut Hamn-sun, Eugene ONeill, Jean Cocteau, T. S.Eliot y tantos ms.

    A propsito he rehuido las influenciasms importantes porque me gustara de-tenerme en ellas con un poco ms de cal-ma. No hay duda de que quien dej lamayor huella en la vida y en la obra deMalcolm Lowry fue el escritor norteame-ricano Conrad Aiken, que fungi desdesu temprana juventud, cuando tena ape-nas diecinueve aos y estaba a punto deingresar a Saint Catherines College, comosu preceptor y tutor. Aiken se le habarevelado a Lowry meses antes como unmodelo literario a seguir. Blue Voyage, lanovela de Aiken, cay en sus manos, comootro de los tantos designios del azar quele ocurrieron a lo largo de su vida, graciasa su hermano Russell que la haba sacadode la biblioteca pblica de Inglewood,donde vivan, pues era un asiduo lector

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  • de novelas de mar. A Russell el libro no leinteres mayormente debido a sus piro-tecnias verbales y se lo pas a su hermanoconsiderndolo ms de su gusto. Mal-colm se prend de ella y, segn consignaBowker, sacudi su inmadura psiquecomo un relmpago. La influencia queejerci Aiken sobre Lowry sobrepasa conmucho el aspecto meramente literario.En principio result una especie de figu-ra paterna que supla todas las limitantesartsticas de Arthur Lowry, su padre le-gtimo. Por su parte, Aiken asumi deinmediato la dependencia de Lowry y loadopt como a un hijo. Pero al paso deltiempo se estableci entre ellos una es-pecie de complicidad y competencia quefue en aumento en todos los niveles, des-de el econmico hasta el intelectual; unoy otro se daban y se quitaban no slo his-torias y referencias sino que incluso les gus-taba luchar fsicamente para ver quinvenca a quin. Aiken y Lowry establecie-ron as una especie de relacin simbi-tica que muchas veces pareca ms bienparasitaria por parte de Malcolm. Sin dudagran parte de la tcnica literaria de Lowryprovino de Aiken, sobre todo en lo quetoca a la estructura de la novela, al usodel monlogo interior y de la corrientede conciencia y, como comenta DouglasDay, a la idea que tena Aiken de lo quedebera interesarles a ambos como nove-listas: no tanto las acciones de sus prota-gonistas sino lo que pensaban y lo quesentan. Lo curioso es que Aiken poe-ta, cuentista, novelista y crtico, que enprincipio era un escritor mucho ms do-tado que el propio Lowry, sobre todo encuanto a su espontaneidad verbal, expe-riencia y aliento potico y que conside-raba que su discpulo ingls no pasara deser ms que un amateur con cierto talen-to nunca lleg a escribir una novela delas dimensiones de Bajo el volcn. Lowry,en efecto, era menos gil, con una prosams densa, asociaciones ms rebuscadasy vuelos lricos ms limitados e inclusosu concepcin de la novela como gneroera ms conservadora pues se hallaba mscercana de las convenciones del siglo XIX

    que de las del vanguardismo del sigloXX que Aiken buscaba emular tan afano-samente.

    Pese a esto, no se puede soslayar la evi-dente ascendencia que James Joyce, y enparticular el Ulises, tuvo tanto sobre Aikencomo sobre Lowry principalmente en Bajoel volcn. Lowry ley la novela durante suviaje a Granada con Aiken y descubri va-rios recursos de suma utilidad para el dise-o de Bajo el volcn. Y aunque nunca negtal influencia tambin sola comentar queevit a toda costa caer en los excesos ver-bales y estilsticos de Joyce.

    Cul fue la deuda de Bajo el volcn conel Ulises ? Acaso la ms evidente sea la uti-

    lizacin de un personaje que debe encar-nar un aspecto mtico sacado de la tradi-cin clsica para desarrollar la trama de lanovela y darle un sentido de trascendenciaa lo que le ocurre. Joyce se sirvi del mitode Ulises y Lowry del mito de Fausto. Laconstruccin de Bajo el volcn, dividida endoce captulos, recuerda tambin de ma-nera tajante la estructura del Ulises. Y aun-que Joyce divide su novela en dieciocho ca-ptulos, su estructura est diseada pararelatar una jornada que va de las ocho de lamaana a las dos de la madrugada interca-lando lo que l llama la Telemaquia queocupa los tres primeros captulos ms larutina de Bloom durante todo un da y

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  • parte de la noche. De manera semejante,Lowry divide su novela en doce captulos,uno por cada hora, de las siete de la maa-na a las siete de la noche. Como en Joyce,cuyos captulos se focalizan a travs de dis-tintos personajes principalmente a travsde los ojos de Stephen y Bloom, aunquetambin intervienen otros narradores y enel ltimo captulo prevalece la visin deMolly en una especie de estilo indirectolibre que con frecuencia se convierte enmonlogo interior, en Lowry la novela senarra mediante las visiones alternas del Cn-sul, de Hugh y de Yvonne con excepcindel primer captulo, narrado a travs de losojos de Jacques Laruelle, un ao despusde la muerte del Cnsul.

    Una influencia semejante se percibeen cuanto al desdoblamiento del autor endos personajes como Bloom y Stephen enel Ulises, que representan la juventud y lamadurez de Joyce. De manera similar elCnsul y Hugh son los alter egos del propioLowry. Y as como las vivencias de juventudde Joyce se las atribuye a Stephen con supedantera y su conviccin de artista, tam-bin Lowry delega en Hugh sus experien-cias marinas de juventud y la fascinacinque ejerci sobre l la obra del escritor no-ruego Nordhal Grieg, y deja para Geoffrey,el Cnsul, las opiniones de madurez de

    Lowry, combinadas, por cierto, con las delpropio Aiken.

    Adems de la influencia de Joyce, Low-ry reconoca tambin el rico y contagio-so influjo de D.H. Lawrence a quien leydesde muy joven y que fue quien lo intro-dujo al mundo de Mxico. Lowry segura-mente encontr en esa obra ms de unatractivo, sobre todo en esa especie de mis-ticismo lrico, simblico y sensual tan ca-racterstico de Lawrence y que marc atantos novelistas de la primera parte del si-glo XX. Me parece que en el caso de Lowryexista una indudable afinidad de tempe-ramento con Lawrence sobre todo en loque toca al manejo de la simbologa y auna suerte de vitalidad anmica que es muypatente en ambos escritores. En el casoespecfico de Bajo el volcn esta influenciase detecta claramente en la corrida de to-ros a la que asisten Hugh, Geoffrey e Yvonneen el captulo IX, que recuerda en ms deun sentido el primer captulo de La ser-piente emplumada.

    Otra influencia que no se puede sosla-yar, aunque sea mucho ms general, es lade Franz Kafka en lo que toca al mundoabsurdo, delirante, aterrado y ebrio enel caso de Lowry as como al uso de lasfuerzas que escapan a todo control y quepropician el miedo a una autoridad omni-

    potente que fija destinos y convoca des-gracias, a una suerte de justicia divina y ar-bitraria que en cualquier momento puedeactuar contra nosotros y que pone en telade juicio nuestros actos aun sin necesidad deque exista motivo de culpa alguna. Estainfluencia est en cierto modo combina-da con el enorme impacto que le causaronlas pelculas del cine expresionista alemnque incorpora a su novela para darle a cier-tos pasajes un efecto gtico a la vez quecinematogrfico. En la biografa de GordonBowker se comenta que durante el viajeque Lowry hiciera a Alemania para estudiarla lengua, antes de ingresar a la Universi-dad de Cambridge, vea con frecuenciapelculas mudas. Particularmente revela-dor le result el film Sonnenaufgang , pues,aunque slo lo vio una vez, su influenciaresult tan determinante como la de cual-quier gran libro. Enorme importancia ejer-cieron tambin El gabinete del doctor Ca-ligari o Las manos de Orlac, ambas delaustraco Robert Wine, que de algn modomarcaron estilstica y temticamente el de-sarrollo de su novela tanto por los efectosde horror como por lo que Aiken llamabael efecto isabelino, que consista en efec-tuar cortes rpidos manteniendo un mismoescenario, alternando fragmentos poticosy prossticos y usando indiscriminadamen-te citas y motivos de otros grandes autores.En Bajo el volcn se hace frecuente alusin aLas manos de Orlac con Peter Lorre, dirigidapor Karl Freund, que es una readaptacinirnica de la versin original que le sirvia Lowry como smbolo de las manos en-sangrentadas del pelado las cuales, segnsu propia opinin, significaban la culpa co-lectiva de la humanidad.

    Y la Cbala? En efecto, existen en la no-vela repetidas alusiones a la Cbala as comoal hecho de que el Cnsul se considerabams un estudioso de las artes ocultas queun artista y en varias ocasiones contemplael universo en trminos cabalsticos. Noobstante, en una carta a su discpulo y ami-go David Markson, el propio Lowry diceque hay que tener cuidado con la sobrein-terpretacin de la Cbala en su novela puesaplicada indiscriminadamente podra lle-

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  • var a conclusiones errneas. El comentarioms explcito de Lowry en torno a la uti-lizacin de la Cbala en Bajo el volcn semenciona en la carta a Jonathan Cape enrelacin con la bebida. Dice Lowry: En laCbala se compara el mal empleo de lospoderes mgicos con la embriaguez y el maluso del vino [...] William James, si es queno Freud, convendra conmigo en que laagona del ebrio encuentra su ms exactaanaloga potica en la agona del msticoque ha abusado de sus poderes. En estesentido el Cnsul, como Fausto, es una es-pecie de overreacher que busca ir ms allde su condicin humana desafiando al mis-mo orden divino.

    Si regresamos a nuestro punto de parti-da luego de haber recorrido las posibles in-fluencias externas que motivaron a Lowrya la escritura de Bajo el volcn y volvemos alcomentario de Douglas Day acerca de quela novela se escribi casi inmediatamentedespus del cuento, hay que recordar la re-lacin que hace Lowry en la multicitadacarta a Jonathan Cape donde comenta quevarios captulos efectivamente fueron es-critos entre 1936 y 1937. Sin embargo, enla nueva biografa de Bowker se hace un de-tallado recuento de las infinitas versionespor las que pas Lowry y las muchas altera-ciones que tuvo que hacer con cada nuevorechazo de los editores, que le permitie-ron ir puliendo y afinando la concepcinoriginal de la novela hasta el punto de ha-cerla irrebatible, como bien lo puso de ma-nifiesto al contestar el dictamen del lectorde Cape.

    Lo curioso, como lo han sealado am-bos, Douglas Day y Gordon Bowker, es queLowry inici su oficio de escritor con ungran estigma pues Ultramarina, su prime-ra novela, tuvo una influencia tan marcada,tanto por parte de Conrad Aiken como deNordhal Grieg, que en momentos llegacasi hasta el grado del plagio lo cual, juntocon otras vicisitudes de su carrera, le pro-dujo al autor un enorme complejo no muydistinto de otros que tena en el aspectosexual. En su novela Oscuro como la tum-ba donde yace mi amigo, Sigbjrn Wilder-ness, uno de los tantos alter egos del propio

    Lowry, dice evocando la escritura de Bajoel volcn:

    La composicin de El valle de la sombra de la

    muerte [lase Bajo el volcn], haba signifi-

    cado todo para l: la sensacin de convertir

    su mayor flaqueza aborreca esa expre-

    sin en su mayor fuerza y junto con Prim-

    rose [lase Margerie], con la ayuda de ella, la

    sensacin de que l que hasta entonces

    haba estado obsesionado por la sospecha de

    que nunca escribira nada original, de que

    estaba destinado a copiar toda su vida le

    haba hincado el diente a aquel tema atroz,

    la sensacin de que no slo estaba abriendo

    nuevos caminos, sino tambin construyen-

    do una terra nova, logrando algo extraordi-

    nario, en una ltima Tule del espritu.

    Comentadas, aunque brevemente, laspoticas externas de Lowry para construirsu novela, quisiera concentrarme ahoraen lo que yo llamara las poticas internas,que tienen que ver ms con la personali-dad del autor, con sus condiciones subje-tivas, con su mundo nico e irrepetible yque comprende esas debilidades que Lowrymismo reconoca y en donde radic tam-bin el origen de su propia fuerza.

    La ms evidente y la que le caus ma-yores problemas tanto a nivel personal

    como intelectual fue su ya legendaria dip-somana, sin duda parte sustancial de supersonalidad y que l pudo volcar en lanovela como ningn otro autor para cons-truir a partir de este tema una alegora dela cada del hombre. El Cnsul se pasatres cuartas partes de la novela bebiendo,lo cual ha impedido que muchos lectoresencuentren afinidad con el personaje ylogren identificarse con su tragedia. Sinembargo, precisamente esa idea del Cn-sul como hombre cado en la desgracia,le confiere grandeza a la novela y permiteque uno pueda identificarse con el perso-naje a pesar de no compartir su adiccina la bebida.

    Uno de los mayores descalabros de Low-ry antes de la publicacin de Bajo el volcnfue sin duda la aparicin de la novela TheLost Weekend de Charles Jackson, que pusoen crisis la fe en su obra como la gran no-vela sobre el alcoholismo. El tema sin dudaera semejante pues ambas trataban de unpersonaje alcohlico, pero como el mismoLowry le coment a Jonathan Cape, en sunovela la fantasmagora inspirada en el al-cohol iba mucho ms all de un mero casode alcoholismo y se converta a la postre enuna empresa espiritual.

    En otro lado he afirmado que MalcolmLowry es un poeta del fuego. A partir del

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    Capri, 1947

  • propio ttulo, en Bajo el volcn existe unaconstante alusin a este elemento ya sea atravs del Popocatpetl, del demonio, dePrometeo, del infierno, de Fausto, del Fa-rolito, de la mquina infernal, etctera. Perola alusin ms constante al fuego se da atravs del alcohol y de las bebidas que con-sume el Cnsul. El licor es un aguardien-te, un agua de la vida como le dicen losescoceses al whisky y al mismo tiempoun agua de fuego que nos abraza las entra-as y exalta nuestra imaginacin. Comolo ha dicho Gaston Bachelard, el alcoholes parte de la actividad taumaturga del serhumano. Y es que el alcohol funciona comoun gran motor del inconsciente. En losdelirios alcohlicos el fuego aparece confrecuencia y no es raro que quien bebe al-cohol se sienta ardiendo entre llamas. Recor-demos que Bajo el volcn iba a representar,en lo que supuestamente sera la trilogade Lowry, la parte correspondiente al in-fierno. Y como l mismo le escribi a Jo-

    nathan Cape en defensa de su novela sobreThe Lost Weekend : Hay miles de escrito-res que pueden crear personajes convin-centes hasta la perfeccin pero muy pocosque puedan decir algo nuevo sobre el fue-go del infierno. Y lo que yo he escrito es algonuevo sobre el fuego del infierno. Noolvidemos que en el captulo II cuando sereencuentra con Yvonne y van por la callerumbo a casa, un abarrotero le grita al Cn-sul: You arediablo!.

    Pero el infierno ms terrible se le pre-senta al borracho cuando padece deliriumtremens. Lowry describe lo que significa lagran fraternidad del alcohol en el captuloV de la novela, en el que Geoffrey, el Cn-sul, decide romper amarras y busca la bote-lla de tequila que tiene oculta en el jardnpara iniciar la segunda etapa de su descen-so a los infiernos. En su borrachera trans-forma el jardn del Edn en una jungla dela cual espera que salga el aduanero Rou-sseau montado sobre un tigre para espanto

    de su vecino Quincy, con quien sostieneuna de las conversaciones ms hilarantesde la novela. Poco despus aparece el doc-tor Vigil que le dice la famosa frase en tor-no al alcoholismo: I think, mi amigo,sickness is not only in the body but in thatpart used to be call: soul (Yo creo, mi ami-go, que la enfermedad no se encuentra na-da ms en el cuerpo sino tambin en esaparte que se sola llamar el alma). Vigil in-vita al Cnsul y a Yvonne a Guanajuatodonde acaso el Cnsul podra encontrar susalvacin pero l declina y optan por ir a To-maln. Poco despus de eso el Cnsul sufreun ataque de delirium tremens, en el baode su casa, que lo pone a temblar como si es-tuviese en los mismsimos infiernos.

    Ms interesante resulta que el alcoholest relacionado no slo con el Cnsul ycon su permanente estado de ebriedad sinoque se vincula estrechamente con Mxicocomo pas al que Lowry llama en Oscuro co-mo la tumba donde yace mi amigo, tierra delos pulques y las chinches. Recordemosque en algn momento el Cnsul dice: elnombre de esta tierra es el infierno, y luegoaade: por supuesto que no est en Mxicosino en el corazn. Es claro que existe unaclara comunin entre el alcohol que bebeel Cnsul en Mxico y el infierno en el queviven tanto el Cnsul como el pas. El Cn-sul empieza bebiendo estricnina, luego bebewhisky, tequila y termina con mezcal. En laimaginacin del Cnsul el mezcal repre-senta la bebida diablica por excelencia. Enla carta a Jonathan Cape, Lowry mencionaque Bajo el volcn es una fantasmagora ins-pirada por el mezcal. Y es que para Lowryel mezcal era una bebida infernal dado quel le atribua (errneamente) poderes alu-cingenos pues la asociaba con la mescali-na (se extrae del peyote y no de un agave) lacual haca que su comportamiento se tor-nara pesadillesco y delirante. Cuando casial fin de la novela el Cnsul decide ir haciaParin va totalmente intoxicado por el mez-cal que hasta poco antes haba rehuido. Alromper esa limitante el Cnsul inicia sufranco descenso a los infiernos.

    Ese anhelo por beber se relacionaba enel imaginario de Lowry con otros aspectos

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    Foto de pasaporte de Margerie Lowry. Pars, 1947

  • entre los que sobresale el paisaje y el am-biente que privaba en Mxico durante losaos que van de 1936 cuando se iniciala Guerra Civil Espaola a 1945 cuan-do culmina la Segunda Guerra Mundial.Lowry contemplaba Mxico, y en particu-lar Cuernavaca, como un paraso infernal,como la llam Ronald Walker. La ciudadde la eterna primavera, lugar exuberantelleno de plantas y flores, con un clima pre-suntamente comparable al del Edn eratambin el lugar de las barrancas, de los zo-pilotes y los buitres, de las cantinas, de laconquista, de la tragedia de Maximilianoy Carlota, de los pelados, de los sinar-quistas del Farolito en Parin que acaba-ran con la vida del Cnsul y sobre todo dela continua presencia del volcn acechan-te, mito que amarra toda la novela comola ballena blanca de Melville y que Lowryvislumbr desde el preciso momento deescribir su cuento, y que funge tambincomo el smbolo del hombre en espera deque su mujer amada despierte y vuelva al. Esa primera aproximacin del indiotirado a la mitad de la carretera y el pela-do robndole los pocos pesos que sus vic-timarios dejaron, dispar la imaginacinde Lowry para aduearse, como era su es-tilo, de ese paisaje paradjico y contradic-torio. Convirti el paisaje exterior en partede su mundo interior. Si Cuernavaca repre-sentaba el jardn del rbol de la vida de laCbala y de donde sern expulsados porigual el Cnsul e Yvonne, Tlaxcala repre-sentaba la traicin, Oaxaca los infiernos yGuanajuato la posibilidad de salvacin.

    El lector de Jonathan Cape llam el co-lor local mexicano acumulado a paladas atoda esta integracin del paisaje a la nove-la. Lowry lo rebati con gran pertinenciacuando dice: no logro ver de qu maneradebo concentrarme mucho ms en la in-capacidad del alcohlico para recuperarsecuando llega Yvonne sin riesgo de ser acusa-do de acumular color en la fantasmagoraproducida por el mezcal.

    He aqu la otra potica de la novela: ladel amor perdido, irrecuperable, finito, quesin duda se asocia con la ebriedad del per-sonaje as como con el lugar en donde vive.

    El amor es el eje alrededor del cual gira todala trama, le da sentido ulterior a la novela,y es el que logra sublimar el aspecto me-ramente dipsmano del personaje. Aqutambin resulta muy interesante observar lamente del novelista al crear a su personajeYvonne. En el primer tratamiento de la his-toria, Yvonne era la hija del Cnsul y no laesposa; se trataba de un mero personajeincidental sin ms funcin en el cuento queenfatizar la tragedia del indio ya que ella sevuelve al camin por la fobia que le pro-duce ver sangre. Pero a medida que Lowryafinaba el sentido de su novela descubre lasenormes posibilidades de utilizar el aban-dono de que fue objeto por parte de JanGabrial, su primera esposa, para incorpo-rarlo a su novela y construir una conmove-dora e irresoluble historia de amor. Yvonnesurge de la combinacin de Jan, su primeraesposa, y de Margerie, la segunda. Cito unavez ms a Gordon Bowker que en su mag-nfica biografa nos dice:

    Y mientras segua escribiendo [Lowry]

    aumentaba la tensin dramtica de la no-

    vela al combinar a Priscilla, la ex esposa

    infiel del Cnsul, con Yvonne, su hija, y

    al transformar a Hugh en el medio herma-

    no del Cnsul que tiene una relacin con

    ella. En el proceso ella se hace menos Jan,

    menos exigente, y ms aquiescente, como

    Margerie, en cuanto de la dipsomana del

    que fuera su esposo. Ahora es Yvonne, la

    esposa, quien busca la reconciliacin ms

    que el Cnsul. Es ella la que vuelve a Quauh-

    nahuac y se reencuentra con Hugh, el hom-

    bre optimista en el futuro, y se enfrenta a

    elegir entre l y el pesimista y reaccionario

    Cnsul.

    Una de las escenas ms emotivas y me-jor logradas en Bajo el volcn se da en elsegundo captulo cuando, luego de ente-rarnos del contenido de la carta que leescribiera el Cnsul a Yvonne y que nun-ca le envi Laruelle la descubre por

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    BAJO EL VOLCN

    Margerie Lowry

  • casualidad en el libro sobre los drama-turgos isabelinos en el curso del primercaptulo, seguimos a Yvonne por lascalles de una Cuernavaca llena de voces ydilogos extraos hasta que llega al bardel hotel Bellavista en donde luego de al-gunos titubeos se encuentra al Cnsul enla barra, como hablando solo, todava ves-tido de etiqueta y sin calcetines, a lassiete de la maana. De repente l levantala vista, enfoca y la ve como si se tratarade una alucinacin. Good God, dicepara s el Cnsul, impasible, y ni siquie-ra intenta besarla o abrazarla. A lo queYvonne le contesta: Surprise party. Ivecome back....

    A partir de esta escena se plantea el dile-ma amoroso del Cnsul, que es uno de losaspectos que nos mantendr en suspenso alo largo de toda la novela pues el regreso deYvonne debera implicar que puede de-jar de beber ya que el motivo principal desu angustia ha quedado resuelto. Con esaexpectativa avanzamos captulo a captulopara enterarnos de los antecedentes deambos, de las infidelidades de Yvonne conLaruelle y con Hugh, de la dipsomana y laimpotencia del Cnsul. Ah radica tam-bin parte de la grandeza de Bajo el volcnpues como toda la ancdota ocurre en ellapso de un solo da ese dilema no puede

    despejarse de inmediato. Tanto Yvonnecomo el Cnsul mueren ese 2 de noviem-bre de 1938, fecha en que se festeja el dade los muertos en Mxico, exactamente ala misma hora, siete de la noche, como lo ha-ban presagiado todos los arcanos que pro-liferan a lo largo de la novela. La muerte deYvonne se da a causa de un caballo que hasoltado el Cnsul que a su vez muere ase-sinado a manos de los sinarquistas que lotoman por espa. El captulo sobre la muer-te de Yvonne es el XI y el de la muerte delCnsul el XII aunque se supone que suce-den simultneamente.

    El Cnsul, se salva como el Faustode Goethe o se condena como el Fausto deMarlowe? Yvonne asciende a los cielospara insertarse entre las Plyades comouna diosa mientras que el Cnsul es arro-jado al fondo de una barranca y tras de ltiran un perro muerto. Qu sucede? Lo-gran amarse y reunirse despus de la muer-te? O estn condenados a la separacineterna? Todo indicara que el Cnsul secondena. Pero a pesar del pesimismo quepriva en la novela que les impide a Yvon-ne y al Cnsul volverse a unir, no debe-mos olvidar que en el universo cifrado enque se mova Malcolm Lowry, todo obe-dece a un complejo sistema de relaciones yel hecho de que ambos personajes mueran

    simultneamente aunque en diferente lu-gar, como por una especie de designio di-vino, significa que por fin se dio un puntode unin entre ambos, pues de no ser assus respectivas muertes no responderanms que al caos y la disolucin. Para pro-barlo pensemos que en la concepcincircular que obsesionaba a Lowry en laconstruccin de sus novelas, el asesinatoy eventual descenso del Cnsul por labarranca debe conectarse con el epgrafede Goethe que Lowry coloca al inicio dela novela y que dice: Aquel que sin cesarva cuesta arriba [...] podr alcanzar la sal-vacin. Todo esto sugiere que existe unaliento de redencin para el Cnsul des-pus de su muerte.

    No quiero dejar de mencionar, porltimo, que junto con la embriaguez, elamor y el paisaje en la potica interna deLowry, debe considerarse adems, comoun rasgo distintivo que permea todo loque escribe, su agudo y particular senti-do del humor, que le permite, en prime-ra instancia, rerse de s mismo en tantoque sus protagonistas son proyeccionesde su propia personalidad. Tambin a tra-vs de su sentido del humor Lowry atem-pera el patetismo de ciertas situaciones,en particular las relacionadas con el alcoho-lismo, que a fuerza de la risa se convierten

    L O S U N I V E R S I T A R I O SN u e v a p o c a

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    Tlaxcala, 1946 Dollarton, 1946 Vancouver, 1949

  • en tragicmicas. Lowry estaba muy cons-ciente de este recurso y prueba de ello esla carta a Jonathan Cape donde esgrimecomo defensa contra algunos comenta-rios el poco sentido del humor del lectorque elabor el dictamen. Lowry mencio-na que tanto la parte de los Taskerson enel primer captulo, como el captulo VI,en el que Hugh afeita al Cnsul, debenleerse bajo una perspectiva humorstica.Tal parece que al igual que Franz Kafka,Lowry se rea de su propio texto a la horade leerlo en voz alta. Cabe tambin resal-tar los recursos de Lowry para propiciarla risa que van desde la parodia, la stiray la burla hasta los juegos de palabras, re-trucanos, equvocos, confusiones, citas ter-giversadas o fuera de contexto, falsas tra-ducciones del espaol y particularmente eltipo de risa que suscita la embriaguez al-cohlica y que Lowry pinta con extraor-dinaria fidelidad.

    Lowry compara su novela en varias oca-siones con una catedral churriguerescacomo la de Santa Prisca en Taxco. Y eso esBajo el volcn: una suerte de construccin

    ricamente ornamentada en la que se hanutilizado tanto sus poticas externas comolas internas. As era su temperamento ar-tstico. La novela est recargada, sin duda,pero no excedida pues all cada captulo,cada prrafo, cada palabra encaja con eltodo orgnico que Lowry busc con tantodenuedo, y en la medida que ms leemosla novela ms planos de profundidad en-contramos. Bajo el volcn se inspir en unaexcursin a Chapultepec, en Cuernavaca,para su concepcin y se llev diez aos yms de trece rechazos por parte de los edito-res para que pudiera ver la luz. No debemosimpacientarnos tanto con el lector de Jona-than Cape cuando le peda a Lowry que cor-tara ciertos captulos. Eso permiti queLowry se probara y le demostrara al mundode una vez por todas que su novela habaalcanzado por fin aquel grado de maestraque peda Connolly. Con Bajo el volcnMalcolm Lowry logr vencer a sus demo-nios, apaciguar a las furias y ordenar el caosen el que vivi la mayor parte de su vida.La novela no slo le otorg un lugar en elmundo sino que a la luz de ella podemos

    comprender mejor el resto de su obra. Elescritor mexicano scar Mata lo canonizllamndolo San Malcolm y no sin razn,pues como los mrtires de antao sacrificsu vida por lo nico en lo que crea: la lite-ratura. Brindemos pues por San Malcolm.Salud!

    BAJO EL VOLCN

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    Residencia en Sussex, Inglaterra, donde muri trgicamente Malcolm Lowry el 27 de junio de 1957