Las promesas incumplidas de la democracia

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    Revista Electrnica de Psicologa Poltica Ao 6 N 17 Agosto 2008

    LAS PROMESAS INCUMPLIDAS DE LA DEMOCRACIA1

    Lic. Mauro Forlani2

    ResumenEl presente trabajo intenta profundizar las promesas incumplidas de la democraciaestipuladas por Bobbio(1985)remarcando la permanencia de los vicios comoestructurales que los clsicos de la democracia pretendieron eliminar.El devenir de la democracia moderna hizo aicos la esperanza de la teora clsicade una voluntad general homognea y transparente basada en el gobierno delpueblo, con la permanencia de las oligarquas e intereses facciosos adems de laincorporacin de camarillas de tcnicos en manejo de la cosa pblica.

    All donde el sueo democrtico prevea un rgimen integrado por el deseo deciudadanos virtuosos y cvicos el desarrollo histrico de la democracia moderna, seencontr con ciudadanos apticos y desinteresados en la cosa pblica. Si laesperanza democrtica prevea la desaparicin de los poderes invisibles una vezeliminada la monarqua absoluta, por contrapartida el desarrollo de la democraciareal permanecieron las zonas oscuras en el poder, adems del aumento de laestructura burocrtica atravesada por privilegios particulares y corporativos endesmedro del pregonado bien comn.El trabajo da cuenta de esto, pero actualizando la tesis de Bobbio (op.cit) a lascondiciones actuales signadas por una creciente diferenciacin y fragmentacin dela sociedad civil, crisis de representacin de los rganos legislativos y surgimiento

    de liderazgos mediticos capaces de aunar voluntades slo de manera voltil,mientras la globalizacin socava la soberana estatal.

    The unfulfilled promises of Democracy

    AbstractThis paper attempts to look into the unfulfilled promises of democracy stated byBobbio (1985) highlighting the permanence of structural vices that the classics ofdemocracy have sought to eliminate.Modern democracy has evolved towards the permanence of oligarchies andseditious interests, as well as towards the incorporation of cliques of technicians incharge of public affairs, which has shattered the hope of applying the classic theoryof a general, homogeneous and transparent power based on the government of thepeople,.Wherein the dream of democracy anticipated a system integrated by the desire ofvirtuous and civic citizens, the historical development of modern democracy foundapathetic citizens, wholly unconcerned about public affairs.If somehow the democratic hope predicted the disappearance of the invisiblepowers once absolute monarchy had been removed, conversely, and in oppositionto the development ofrealdemocracy, the dark areas remained in power as much

    1Trabajo recibido el 16/04/08 y aceptado el 24/07/08.

    2Docente del Departamento de Ciencia Poltica del Instituto de Formacin Docente Continua San

    L i A ti C l t i f li3@ h

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    as the increase in bureaucratic structure laden with individual and corporateprivileges at the expense of the so acclaimed common good.The paper accounts for this, but it mainly aims at updating the thesis of the Bobbio(1985) to current conditions marked by a growing differentiation and fragmentation

    of civil society, crisis of representation of legislative bodies and the emergence ofmedia leaders capable of uniting wills unsteadily, as globalization undermines thestate sovereignty.

    Introduccin no pedida

    Comienzo confesando la dificultad de explayarme en una introduccin cuyo tema,Las promesas incumplidas de la democracia, al paso de los aos de su edicin,se ha convertido en un clsico de la teora poltica.Si en una introduccin general se exponen las ideas centrales sobre la que versa

    una obra, hacer alusin sobre los rasgos primordiales de cada una las promesasestipuladas por Bobbio parece un poco redundante. El lector tranquilamente, si leyla tesis del maestro turins, podra ir directamente al desarrollo del presente trabajoy ver si hay o no algo nuevo bajo el sol.

    Dicho esto entonces, igual me hago cargo de explicitar alguno de los argumentoscentrales que trata el presente trabajo, ms all de la obra original.Bobbio parte en su tesis de una teora democrtica presentada como homognea,aqu insertamos una diferenciacin mnima entre la teora democrtica-popular y laliberal que lejos de debilitar la constatacin entre los ideales de la democracia y latosca materia ayuda a fortalecer la cuestin.

    Una segunda cuestin es que Bobbio da cuenta de las promesas incumplidas de lademocracia dentro del los lmites del denominado Estado-Nacin. En este trabajotambin, pero teniendo en cuenta los efectos de las fuerzas y procesos de ladenominada globalizacin, conjuntamente con la fragmentacin de lasorganizaciones e identidades al interior de las estructuras estatales, remarcandoque los citados vicios de la democracia, mas que vicios u obstculos hacen a lascondiciones estructurales de cualquier rgimen democrtico.

    Bobbio como antdoto a los obstculos de la democracia apela a la idea dedemocratizacin de las organizaciones que conforman la sociedad civil, insertandolas prcticas democrticas desde instituciones como la escuela y la fbrica paraalcanzar incluso las grandes multinacionales y el aparato burocrtico. Lo que seconsidera pasar de la democracia poltica a la democracia social.Desde estas lneas se concuerda con la necesidad de expandir la democracia a lasesferas de la sociedad, pero siendo concientes, como nos ha enseado la historia,que la estructura madre de toda democracia, es decir el Estado, que inclusopudiendo alcanzar dimensiones supranacionales, convivir con los obstculos y losvicios que impone la tosca materia.Nos guste o no, mas all de cualquier juicio de valor las promesas de la democraciaeran, son y sern imposibles de cumplir.

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    Sociedad Pluralista

    La democracia moderna nace de una cosmovisin individualista de la sociedad, alcontrario de la visin antigua en el que la totalidad es primera a las partes.

    En la polis griega, la repblica romana, o en el orden feudal existen derechos ygarantas, pero estos se piensan considerando el equilibrio, la armona de lasociedad en su conjunto. Las libertades y los derechos, no pertenecen a cada unode los individuos, sino a los diferentes sectores que conforman la comunidad.

    La concepcin demcrata-individualista de la sociedad piensa en un orden, o en undes-orden, depende de cada autor, denominado estado de naturaleza anterior a laconformacin de toda sociedad, en la cual los individuos poseen derechosinalienables propias de la naturaleza humana, como son el derecho a la vida, a lapropiedad y a la libertad.Esta concepcin atomista no es una originalidad estricta del contractualismo, sinoque es el corolario de un pensamiento que se remonta al estoicismo de Seneca, elderecho romano, y que durante el cristianismo asume particular intensidad,conducindose en la historia con el renacimiento, el humanismo, y la reforma (1).

    Esta constitucin histrica de la subjetividad, en el plano de la ideas llega hasta lademocracia individualista, pero esta concepcin no se nutre slo del plano histricoy de las ideas.La democracia liberal en su faceta prescriptiva, normativa construye, inventa elEstado de Derecho, pero pensado a partir de una realidad emprica concreta. Lavisin individualista de la sociedad obtiene constatacin en las relaciones

    mercantiles y comerciales nacientes, y en la percepcin de un hombre modernoradicalmente distinto al hombre antiguo.El hombre moderno, es un sujeto egosta, vido de ganancias, guiado por el apetitomercantil, preocupado por ello en su inters particular, ms (infinitamente ms) queen el inters general. Clebre distincin que realizara Benjamn Constans en sulibertad de los antiguos y libertad de los modernos (2).

    Sin embargo, lo que era un pacto de individuos libre e iguales en la conformacinde un Estado de Derecho transparente, prohibiendo la existencia de los cuerposintermedios, propias del orden medieval-estamental, con el correr de la modernidadconcluye en su contrario.

    Tanto un demcrata de vena liberal, como puede ser un Madison, como undemcrata en sentido intenso, mas bien popular, como puede ser un Rousseau,ambos despotricaron contra los cuerpos intermedios, las facciones y los sectores,puesto que conspiraban contra un dicierniento eficaz del bien comn o con laejecucin leal de la voluntad general (3).En las democracias actuales lo que ocurre es exactamente lo contrario, por todaspartes florecen grupos, cristalizados desde la misma sociedad civil que se orientana articular demandas a la estructura estatal (Bobbio).

    Es razonable reconocer, que la diversidad de grupos e intereses ya tenan vida entiempos de Madison o de Hamilton por ejemplo, pero ellos crean que el diseo

    institucional implantado en las nuevas democracias, asentadas en vastos territoriosalcanzara para impedir la ingerencia de las distintas facciones (4).No obstante el mismo proceso de modernizacin trajo aparejado la marginalidad el

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    nutrientes de vital importancia en la formacin de los partidos de masas con laampliacin de la ciudadana o en la constitucin de los sindicatos de masas queterminaron desbarrancando o colmando las estructuras polticas de lasdemocracias como haban sido pensadas.

    Desde mediados de la dcada del 60 del siglo pasado la creciente multiplicacin dediversos grupos, sectores y partidos, conlleva a la legitimacin desde la mismasociedad civil, porque la democracia del modo como haba sido ideada no alcanza,no es suficiente para refleja la multiplicidad y variedad de intereses que trajoaparejado, sociedades complejas y crecientemente diferenciadas en sus funcionesy especializacin.

    La reivindicacin de los intereses.

    Ante la imposibilidad de implementar la democracia directa como la de los antiguos,la democracia moderna apel al mecanismo de representacin sustrado del ordenestamental medieval.De las posturas demcratas en pugna: la demcrata-popular pregonaba por elmandato imperativo y la revocatoria del representante en caso de incumplimiento, yla demcrata-liberal se pronunciaba por una representacin libre-fiduciaria, fue estaltima, sabemos, la que result exitosa y perdur en el tiempo.

    Desde la versin demcrata-popular, pensemos en Rousseau, en Jefferson y enThomas Paine, el mayor peligro de violacin o trasgresin de la voluntad generalprovena de los mismos representantes. De all la necesidad de controlarlosmediante el mandato imperativo.Desde el pensamiento demo-liberal, citemos a Sieyes, Madison, Adams, Hamilton,Tocqueville y los mismos utilitaristas el temor a quebrantar el bien pblico provenadesde la faccin que pudiera articular una mayora, de all la necesidad de liberar aldiputado de las ataduras de sus respectivas circunscripciones. El representantelibre, segn esta concepcin, estaba en mejores condiciones, votando de acuerdo asu sano juicio, de sus convicciones personales, de interpretar y de velar por losintereses de la nacin.

    Dice Bobbio: Jams una norma constitucional ha sido tan violada como laprohibicin del mandato imperativo, jams un principio ha sido tan menospreciadocomo el de la representacin poltica.

    Con respecto al fenmeno de la representacin poltica del bien comn, de lavoluntad general, o la voz del pueblo o como se la quiera llamar, es todo unproblema si fijamos la vista terica en la democracias representativas originarias,aun sin la presencia de corporaciones y partidos de las dimensiones de lademocracia posterior como describe Bobbio.An considerando que la voluntad general exista, o se la pueda conocer, la

    representacin, su representacin es todo un problema.Atenindonos a la representacin fiduciaria que fue la que naturalmente predominen todo sistema democrtico los representantes pueden: violar o traicionar la

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    inters general, y finalmente los representantes, an sabiendo, conociendo cual esel inters general del pueblo, pueden considerarla equivocada y conducirse, guiarsepor lo que consideran el verdadero inters popular (C. Strasser,1990,VI).

    Si a estos problemas en la representacin le agregamos las profundastransformaciones de las estructuras de mediacin poltica con la ampliacin de lademocracia y la consagracin del voto universal, la cosa se complica todava ms.Se pasa de partidos aristocrticos, parlamentarios, con una muy dbil vinculacincon la sociedad civil, a partidos de masas, obreros, fuertemente ideologizados,provistos de inmensas capacidades de movilizacin militante.La democracia representativa, recordemos, se gesta sobre sociedadespredominantemente agrcolas, rurales, que preocupados en demasa por susasuntos privados, delegaban las cuestiones pblicas a los diputados querepresentaba a toda la Nacin.La nueva democracia indirecta del siglo XX se asienta sobre una sociedad

    industrializada, urbanizada, donde los individuos aislados del anterior modelodemocrtico pierden relevancia por la aparicin de nuevos agentes colectivos,donde asumen vital protagonismo las organizaciones nucleadas alrededor deltrabajo, es decir los sindicatos, y las cmaras empresarias.

    Los partidos, prestan en este nuevo escenario, otra modalidad de representacin yde gestin del bien pblico democrtico, por lo que gradualmente dejan de serresistidos como facciones, y aceptados como conductores de la unidad del puebloen su conjunto y cristalizado en el gobierno, capaces de articular, los distintosintereses y organizaciones de la sociedad. El denominado Estado de Bienestaranclado en el pacto neo-corporativo, es el resultado de tal aceptacin.

    De todos modos el Estado de Compromiso y el acuerdo de grandesorganizaciones, nada tiene que ver con los ideales de una representacin polticatransparente de la voluntad ciudadana pensada por la teora democrtica. La toscamateria impone la representacin de intereses sobre la voluntad general.

    En lo que se refiere a la disciplina partidaria entendida por Bobbio como un smilmoderno del mandato imperativo (5), se podra distinguir la siguiente cuestin.Con el advenimiento en el sistema democrtico de los partidos de clase, y losabemos por Michels, la disciplina partidaria no est vinculada a disposiciones queprovengan desde las bases sino desde las cpulas. El flujo de las decisiones noes ascendente sino descendente (6). Con lo cual el mandato imperativo de lademocracia de partidos es totalmente distinto y antagnico al propugnado por losprimeros demcratas-populares y resistido por los demcratas-liberales. Y esto,entre otras cuestiones, se explica porque los lderes polticos necesitan libertad, yun margen de accin suficiente frente a las bases y los principios del partido, parapoder negociar, conciliar distintos intereses y demandas sectoriales, con el fin deotorgarle gobernabilidad a la gestin pblica (7).La democracia liberal, debi soportar la llegada de la democracia de partidos(Manin), pero estos, actuaron a su vez como barrera para evitar el desmadre queuna clase mayoritaria tomara el poder (y en una sociedad fordista naciente la

    mayora o al menos la primera minora lo configura el sector obrero).De todos modos, ms all de la diferente modalidad, aqu planteada, que puedeasumir el mandato imperativo, lo cierto es que ha quedado lejos aquella imagen del

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    la postura democrtica-liberal original, la cruda realidad impone la disciplina degrupo, del sector partidario.

    Ahora bien, y para ir dndole forma final a este apartado, es conocido por todos que

    el modelo pluralista de negociacin y de canalizacin burocrtico-institucional de losconflictos, viene en franca picada, a partir de los denominados problemas deingobernabilidad de las democracias, desde los aos setenta.Las democracias de partidos con el advenimiento de la sociedad de servicios, sehan visto minadas sus capacidades de representacin por un doble proceso: en elmarco interno del Estado, por la multiplicacin y el florecimiento de ms y msgrupos, e intereses, de los mas diversos que sobrepasan la tradicional escisinclasista, y desde el plano externo por una globalizacin de rasgospredominantemente tecnolgicos- financieros que arrastran a los ciudadanos(aldemos) a problemas, hasta aqu de difcil solucin, de marginalidad, exclusin yprecariedad laboral.

    En un sistema econmico, automatizado y autonomizado de las regulacionesestatales, el sistema poltico, por as decirlo, va corriendo detrs de aquel, sesubordina en su actuacin y al mismo tiempo se desprende de la trama social. Lospartidos y los sindicatos, partes elementales del sistema poltico, ven reducidos demodo drstico su funcin de articuladores de proyectos colectivos populares, des-legitimados, dando lugar a nuevas estructuras de relegitimacin desde la mismasociedad civil, como los movimientos sociales, las ONGs, grupos de autoayuda,vecinales entre otros.

    En este cuadro de situacin florecen en las democracias actuales, liderazgos de

    emergencia, capaces al menos en forma momentnea y voltil, de unificaridentidades diversas, proyectndose desde los medios de comunicacin moderna,sobre todo desde la televisin.Los partidos polticos, extreman sus caractersticas partidocraticas, convertidos encastas y cscaras vacas cuyos integrantes luchan por el poder y slo por el poder,convertidos en meros apndices de los nuevos liderazgos, se termina dedesdibujar, de derrumbar toda idea de inters general preexistente que los actorespolticos deban conjurar, reflejar, respetar (8).

    La persistencia de las oligarquas.La persistencia de las oligarquas es el problema de Rousseau que su ContratoSocial intent solucionar con la eliminacin de la distincin entre gobernantes ygobernados. Pero, como lo ha analizado Strasser, al ginebrino el problema se leescapa de las manos, no hay forma que su teora de la no representacin de lavoluntad general, cierre.La representacin termina siendo necesaria para ejecutar las decisiones con mayorrapidez y eficacia, de all la necesidad de contar con gobernantes idneos para lafuncin pblica. Aunque se asuma el costo, que la representacin trae consigo detraicin a la voluntad general, siendo aquella un vicio inherente e inevitable.

    Porque el representante sigue primero su propio inters, segundo el del grupo alque pertenece y finalmente la voluntad general, que es la mas dbil (Rousseau).

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    Para Jeremias Bentham, James Mill y Jhon Stuart Mill, lo que haba sido motivo dediscusin de los demcratas del siglo XVIII; representacin si, representacin n,en la conformacin de la democracia en grandes territorios, resulta una obviedadque la democracia para funcionar necesita manifestarse de forma indirecta y

    representativa, entonces es imposible la democracia directa al estilo ateniense.El problema, es que los vicios de representacin continan presentes, puesto que siel hombre segn la concepcin utilitarista acta para satisfacer el deseo y evitar eldolor, y el placer humano se satisface en la acumulacin de dinero y riqueza quepuede proveer el mercado, es natural que los funcionarios pblicos en el poderpersigan su propio inters, en desmedro muchas veces, de la comunidad en suconjunto..Entonces si se requiere preservar al gobierno de su abuso sistemtico, surge lanecesidad de establecer y fortalecer una serie de herramientas institucionalescapaces de poner coto a las ambiciones naturales de los representantes. Por lo que

    se consideran necesarios: elecciones peridicas, competencia entrerepresentantes, voto secreto, libertad de expresin, de opinin, de asociacin entreotros mecanismos institucionales. Estos con el fin de controlar al gobierno, yobligarlo a que se atengan a las preferencias del electorado.

    Sin embargo, el funcionamiento de la democracia demuestra que por ms que selimite, se controle al gobierno, por ms que Rousseau haya intentado convertir asus integrantes en meros administradores de la voluntad general, y Mill y compaareasegurar que se cumplan con las preferencias del pueblo, la cruda realidadmuestra que la democracia representativa, configura y se define como un sistemade dominacin.

    Por izquierda, desde Marx, Lenin pasando por Gramsci y por derecha Pareto,Mosca observaron que la democracia implica la existencia de una minora en elpoder que dirige a la mayora (9).Recordemos a Mosca que establece como ley universal que en toda sociedad conun mnimo de complejidad y desarrollo civilizatorio mas all de los distintosregmenes, existe una sociedad dividida en dos: los que mandan y los queobedecen, los que dirigen y los dirigidos (10).

    Si nos fijamos en Marx la divisin en la dominacin tiene que ver con la sociedad declases, existiendo el Estado Democrtico como un aparato de dominacin de laburguesa sobre el proletariado.En tanto Michels y Max Weber con el advenimiento de la sociedad de masas,altamente organizada y burocratizada la dominacin adquirir rasgos an mspalpables.

    Mas adelante en el tiempo, Joseph Shumpeter fue tajante, al observar al rey msdesnudo que nunca, la democracia no poda ser jams un sistema tal como lohaban pensado los clsicos, en el que el electorado define y decide lascontroversias polticas primero, y luego eligen un conjunto de representantes paraque las concreten.Es exactamente al revs, los representantes primero elegidos, son los que una vez

    en el gobierno deciden las polticas a seguir.La democracia queda de este modo restringida a un mtodo por el cual loselectores eligen entre una variedad de lites en competencia quienes acceden al

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    Aunque, y ya para ir dando forma final a este apartado, hay que aceptar comoempricamente correcta la tesis pluralista de que el poder no se halla encajonadoen el gobierno, sino que se encuentra diseminado en una variedad de grupos e

    intereses de la mas diversa naturaleza (11).No es menos verdico el hecho de que los grupos compiten o ingresan enconflictos distributivos en tren de conseguir beneficios para sus seguidores, ni queel gobierno pueda independizarse demasiado de los intereses de la ciudadana so-pena de ser destituido en las elecciones subsiguientes (Dahl.1989. p 269).Sin embargo en el da a da la sala de mquinas no es manejada por el pueblo, yaque en definitiva quienes deciden en forma cotidiana, en una democracia complejacomo la actual, son las cpulas, los dirigentes de cada una de las organizaciones,corporaciones, partidos y grupos de presin, adems obviamente de losrepresentantes del pueblo, si aun cabe la expresin (C. Strasser.1990.p93-9) En fin,la oligarqua.

    El Aumento del Aparato

    Bobbio dice que la burocracia era un imprevisto en la teora democrtica clsica.Era un imprevisto el aumento del aparato estatal como respuesta al surgimiento,que trajese una sociedad industrializada y compleja, de corporaciones yorganizaciones de masas, y de las demandas y presiones de esas mismasorganizaciones.Sin embargo ya Tocqueville prevea y tema que el avance imparable de la

    democracia y la igualdad acarrease consigo un aumento sobredimensionado delaparato estatal, que se expandiera por toda la sociedad civil poniendo en peligro laslibertades y derechos civiles, adems del auto-desarrollo cvico, propiamente dicho.

    Sabemos, fue Jhon Stuart Mill quien bebiendo de las fuentes escritas toquevillanascriticara a la burocracia pblica (haciendo particular hincapi en su teora al aparatoestatal de la Rusia zarista).Los antdotos de Mill en pos de establecer lmites a un Estado sobredimensionadogiraron entorno a la difusin, como ya vimos en parte, de los mecanismosdemocrticos de competencia partidaria y a una mayor participacin ciudadana queposibilitara el desarrollo personal y cvico de los individuos.

    Sabemos, tambin, por Max Weber, que las soluciones democrticas millianas,traeran consigo ms burocracia, no menos (12).

    Weber, fue testigo de como la progresiva y creciente extensin de la ciudadana acada vez ms capas de la poblacin traa consigo como contrapartida un aumentodel aparato burocrtico que se inmiscua de modo simultneo en ms mbitos de lavida social e individual.La existencia, la extensin y la ampliacin de la burocracia era el costo que debanasumir las democracias modernas so-pena de caer en el dilantismo, la paralizaciny la ineficacia por la ausencia de coordinacin (13).

    El entramado racional-burocrtico moderno se desarrolla con la proliferacinrepresentativa de grupos de presin, de corporaciones y organizaciones

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    gigantescas, desarrollo que termina por reemplazar el protagonismo poltico que nohacia demasiado tiempo ocupaba el parlamento.El recinto parlamentario pierde importancia, puesto que las demandas de losintereses sectoriales prenden y se aglutinan en la telaraa de la burocracia pblica.

    Burocracia pblica, que sobre todo tras la segunda guerra mundial aumenta yredimensiona sus funciones con el denominado Estado de Bienestar (14).Estado de Bienestar que por su intervencin en el mercado, garantiza prosperidadmaterial y seguridad laboral para la mayora de la poblacin, lo que no es pocacosa a la luz del creciente empobrecimiento y los bolsones de miseria de las queson vctimas las sociedades de las democracias actuales, igualmente en trminosde de calidad democrtica deja mucho que desear.Presionando hacia abajo sobre la sociedad poltica convertido en un Estadosobredimensionado que ejerce un poder paternalista, socava, aplasta y conspiratoda posibilidad de autodesarrollo, autogobierno, autolegislacin del demos.En clave milliana, la participacin activa, el desarrollo moral y la dignidad humana

    se ven amenazados por la expansin de la estructura estatal. Por arribaconfigurando un Estado autonomizado de la ciudadana, atravesado por intereses yprivilegios. Constituida por una burocracia pblica colonizada por corporaciones ygrupos de poder, en vinculaciones oscuras y secretas, donde predomina elclientelismo y las prcticas prebendarias conformando una verdadera maraa decompromisos y lealtades particulares que termina por perjudicar al conjunto de lasociedad.

    A partir de la crisis del Estado de Servicios, los ataques a la burocracia- y conargumentos razonables- se vieron intensificados desde corrientes neoliberales yneodemocrticas. Las primeras bregando por el recorte del Estado, otorgando

    preeminencia al mercado, las segundas pugnando por una diseminacin de lapoltica en manos de la propia ciudadana. Igual es necesario reconocer, nos gusteo no, que la burocracia, mas o menos descentralizada y desconcentrada, mas omenos transparente, mas o menos eficiente o ineficiente, es parte congnita,inherente de la democracia actual y la del porvenir mientras se halle en sociedadesinterconectadas complejas y racionalizadas como las que tenemos hoy.

    El Poder Invisible

    Otras de las promesas no cumplidas de la democracia es la persistencia del poderinvisible.Es bien conocido que la democracia naci bajo la perspectiva de erradicar parasiempre de la sociedad humana el poder invisible, para dar vida a un gobiernocuyas acciones deberan haber sido realizadas en pblico () Una de las razonesde la superioridad de la democracia con respecto a los Estados Absolutos quehaban reivindicado los arcana imperio,() est basada en la conviccin de que elgobierno democrtico pudiese finalmente dar vida a la transparencia del poder, alpoder sin mscaras(Bobbio)Sin embargo la tosca materia conserv, mantuvo la existencia de poderes

    invisibles. Muchas veces con la finalidad de mantener la gobernabilidad o elequilibrio democrtico se apela a la utilizacin de mecanismos oscuros, ingresandoen una contradiccin con los valores y prcticas genuinas que debera poseer una

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    democracia, pero con el objetivo de conservar la vitalidad del rgimen del gobiernoen su totalidad (15).

    Si la ciudadana no puede controlar al poder poltico, a la inversa los gobernantes

    han aumentado su vigilancia sobre sus ciudadanos. Como enuncia Bobbio: Elideal del poderoso siempre a sido el ver cualquier gesto y escuchar cualquierpalabra de sus sujetos (posiblemente sin ser vistos ni escuchados): hoy este idealest al alcance de la mano. Ningn dspota, ningn monarca absoluto de la EdadModerna, aunque estuviese rodeado de mil espas, logr tener toda la informacinsobre sus sbditos que el ms democrtico de los gobiernos puede obtener delusos de los cerebros electrnicos () la tendencia ya no hacia el mximo controldel poder por parte de los ciudadanos, sino por el contrario, hacia el mximo controlde los sbditos por parte del poder.

    Esta tendencia de control de los ciudadanos por parte del poder poltico se ha

    acentuado en los ltimos aos a partir del accionar unilateral (fuera del marco de laONU) de la potencia hegemnica Norteamrica contra el terrorismo en el mapainternacional.El control a la ciudadana, en la democracia de Estados Unidos y otros pasesaliados lanzados a la guerra preventiva, ha perdido todo tipo de sutilezas, trayendoconsigo graves consecuencias en materia de derechos y libertades individuales.Nada imposibilita prever que si la escalada de violencia prosigue y se exacerba, yasea vinculada al fenmeno terrorista, como a problemas de marginalidad einmigracin ilegal, sern los mismos ciudadanos de las democracias occidentaleslos que demanden a gritos un mayor control, incluso de sus propias vidas a cambiode seguridad.

    El gobierno de los tcnicos

    Saint simon y Comte aspiraban a una sociedad regida por la ciencia. La cienciagarantizara el orden, el progreso, la felicidad y la paz en la relaciones entre loshombres.Max Weber critica esta concepcin de corte iluminista, de fe en la ciencia de lospadres de la sociologa, sosteniendo que la expansin del conocimiento cientfico yla progresiva racionalizacin de la sociedad socavan toda posibilidad creativa y

    auto-desarrollo de las personas.

    La ciencia es antittica a preceptos bsicos de la democracia que sostiene quetodo ciudadano es capaz por si mismo de decidir las leyes que regirn su conducta,y que slo la voluntad del pueblo puede determinar cual es el inters del pueblo(vase G Sartori, 1987, C XIV .TII).

    El gobierno de la ciencia, o mejor dicho el gobierno cientfico de la sociedadinstaura otra especie de servidumbre, una servidumbre moderna, reemplazando elmodelo feudal, al presentar al hombre como un ser pasivo, susceptible de sertratado como un mero objeto al que se le puede prefijar de antemano el camino a

    seguir en la bsqueda de la felicidad.

    Y hay ms la ciencia como esa cosa etrea trasladada al gobierno no existe sino

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    toma decisiones por sobre la mayora no especialista, conformndose al decir deStrasser una aristocracia del saber.La democracia como forma de gobierno supone la participacin, la ingerencia, y lasdecisiones de los muchos, la tecnocracia, en cambio, el gobierno de una minora de

    expertos (Bobbio).

    Ahora bien, el desarrollo de las democracias modernas, la creciente complejidad deun tejido social, poltico y econmico cada vez ms interconectado, exige lanecesidad de expertos, tcnicos en la aplicacin de las polticas pblicas.El poder del demos en sociedades poco diferenciadas pierde intensidad con elproceso de industrializacin de las economas modernas.Durante la democracia clsica, el demos decida de modo directo sobre las polticasy las leyes que lo gobernaban (aunque cierto la ejecucin de las decisiones eradelegado en algunas autoridades, pero dotadas stas, al fin al cabo, de un grado deindependencia limitado respecto a lo previamente concensuado) y durante la

    democracia representativa moderna, si bien el gobierno de demos se ejerce demodo indirecto, las decisiones todava lucen cierta simplicidad.

    Ser con la llegada de la sociedad de masas y la conformacin del Estado deBienestar anclado en una economa industrial- fordista, que las polticas pblicasadquieran una abrumadora complejidad que har que los ciudadanos comunes yano puedan, ya no sean capaces de discernir con claridad cuales sirven en mayorgrado a sus intereses (16).Y hay ms: en un mundo globalizado como el que tenemos hoy, donde en elciberespacio sobrevuelan lites financieras de todo tenor, autonomizadas deregulacin estatal, los tcnicos y en especfico una categora de ellos, los

    economistas establecidos en consultoras, institutos superiores de educacin, enorganismos nacionales e internacionales se presentan ante el poder poltico y antelas democracias como indispensables. Siendo los nicos capaces de leer elfuncionamiento de las leyes del mercado global, los tcnicos se presentan comouna nueva especie de filsofos-reyes platnicos modernos capaces de llegar a laverdad y de conducir a las mayoras a la vida buena.

    La democracia implica deliberacin, discusin y conflicto de valores, cosmovisionesy modos de actuar entre integrantes autnomos y en vinculacin simtrica, lo quetambin conlleva cierta lentitud en la aplicacin, en la puesta en prctica de lasdecisiones.El gobierno de los tcnicos, se muestra gil, dinmico, al mismo tiempo que sepresenta neutro, a-valorativo y no contaminado en lo ideolgico, cuyas decisionesfluyen, se dirigen, se canalizan en dimensin vertical, desde los expertos hacia lasmayoras no educadas.

    El ciudadano no educado

    Otra de las promesas incumplidas de la democracia, dice Bobbio se refiere a la

    educacin cvica de la ciudadana.Una democracia vigorosa depende para su realizacin de una ciudadanainformada, ilustrada sobre la cosa pblica.

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    Bobbio seala que J.S Mill breg por la ampliacin de la ciudadana y la extensindel sufragio a las clases trabajadoras, entre otras cuestiones, porque laparticipacin cvica, se supona, tiene un gran valor pedaggico. Lo que en otraspalabras se dira, el ciudadano aprende a participar, participando.

    El valor educativo de la participacin permite al ciudadano salirse delensimismamiento individual que impone una sociedad de mercado, para hacerseconciente de que es miembro y participante activo de una comunidad.Sin embargo, seala Bobbio, en la actualidad an las democracias msconsolidadas muestran como signos preocupantes como la apata y el desinterspoltico mancha buena parte de la ciudadana.

    El fenmeno actual de la apata moderna hunde sus races en la conformacin yorigen de las mismas democracias representativas modernas.Igualmente, se torna obligatorio remontarse hasta Maquiavelo, autor con el que el

    republicanismo clsico alcanza su vena ms democrtica, si deseamos analizar laimportancia de la educacin cvica.

    El autor del Prncipe y los Discursos, al tiempo que llama al pueblo a liberarse de lapasividad que inculca el cristianismo brega por una ciudadana activa, virtuosaidentificada con el bien de la comunidad.Si bien sienta su propuesta sobre el equilibrio que supone el gobierno mixto, pugnapor el compromiso cvico y una participacin amplia del pueblo.A contramano de la concepcin dominante de la poca, que tema que laparticipacin popular engendrara un espectculo de luchas tumultuosas ydesorden, Maquiavelo rescata del conflicto y la discusin poltica el valor

    pedaggico, cvico, la educacin poltica para el pueblo. (D.Held, 1992. p60-5)El pueblo entonces, al igual que se sostuviera algunos siglos posteriores con Mill,aprende a participar, participando.

    La contra-cara del espritu cvico republicano, se sabe, se halla en la doctrina liberalde Locke.Segn esta concepcin, antes de la existencia de toda comunidad y ordenamientopoltico posible, los individuos gozan de derechos naturales, inalienables, elderecho a la propiedad, a la vida y a la libertad que el Estado -ste no yaconformado como producto de la evolucin organicista sino como resultado delpacto entre individuos-debe garantizar.El bien comn no se alcanza reprimiendo el inters individual en una participacinciudadana activa abrazando el inters de la patria.El bienestar pblico es el resultado de la libre persecucin individual, y el terrenoque posibilita el acuerdo entre inters particular y el inters pblico se halla en elmercado, en la vida econmica (Manen,1990,161-2).Entonces la actividad poltica ms que fomentar la virtud cvica, debe servir comomarco que garantice la persecucin de los fines privados en la sociedad civil.

    Adems de permitir la liberacin de los deseos individuales, la nueva sociedadcomercial, al decir de Mostesquieu, permite la dulcificacin de las costumbres, a

    partir de que las vinculaciones mercantiles entre los miembros de la sociedad civil-y las diferentes sociedades civiles- permite el conocimiento mutuo de los pueblos yayuda a erradicar los prejuicios de nacionalidad que alimentan las guerras.

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    Llegado a este punto hay que decir que: el ciudadano antiguo, el ciudadanovirtuoso entregado apasionadamente al bienestar de la comunidad de Maquiaveloha devenido en la sociedad moderna liberal, en burgus.Aunque Rousseau, se halla esmerado, en salvar, en rescatar al hombre de los

    vicios modernos, en la bsqueda de una voluntad general, sin embargo, su teoranunca termina de encajar en la nueva vida urbana y comercial.

    Del otro lado del atlntico, Rousseau va a revivir en Jefferson. Este ataca a la granciudad, por considerarla enemiga de la virtud, al mismo tiempo que pugna por lamayor participacin directa posible del pueblo.Sabemos, que en Amrica al igual que en Europa, se instaur la repblica delinters desplazando a la vieja republica de la virtud (Strasser,1999, pag62). Seimpuso el realismo de los federalistas que en coincidencia con el liberalismoeuropeo de Montesquieu y Adam Smitch, sealaron que las instituciones no podanmodificar las pasiones egostas modernas, las instituciones deban servir para

    canalizar el torrente de intereses particulares en provecho del bien comn (VerBotana, La tradicin Republicana. CII. p74-5).

    La apata cvica y el individualismo de la sociedad moderna parecieron moderarsecon la irrupcin de los partidos de masas, con fuerte impronta ideolgica a fines delsiglo XIX, a partir de los altos volmenes de participacin y militancia en loscuadros obreros, que posibilitaron la concrecin del sufragio universal y laconquistas sociales a mediados del siglo XX en prcticamente todos los pasesconsiderados democrticos.

    No obstante, el mismo desenvolvimiento del Estado de Bienestar sustentado en

    altos salarios, dinamiza una sociedad de consumo que al paso de los aoscontribuye a difuminar la identidad colectiva de la clase trabajadora.En este marco, el ascenso social tanto de los obreros como de sus hijosprofesionales no se logra ya en la participacin activa en el partido o el sindicato,sino de manera individual en una economa que asegura el pleno empleo.Se debilitan los lazos de solidaridad, de cooperacin, de relaciones fraternales entorno de proyectos colectivos de vida.Finalmente, la globalizacin, la desarticulacin del Estado de Bienestar y la crisis delas organizaciones e identidades populares le dan el golpe final a la participacinpoltica. Es ms, la poltica pierde sentido, no se sabe para que sirve.En este marco de disolucin de los viejos clivajes y puntos de referencia, laciudadana se retrotrae sobre el mbito privado, conjuntamente con unindividualismo irresponsable, consumista y hedonista en sectores de la poblacin,al mismo tiempo que mayoras populares caen en la infra-ciudadana que suponela prdida de derechos de toda naturaleza, conseguidos en instancias brevesparticipativas y revolucionarias.

    A la luz de lo acontecido decimos que, an asumiendo una postura democrticaque pugne por una ciudadana activa e informada, se tendr que aceptar como undefecto con-natural de la realidad poltica -la cruda realidad- la presencia osubsistencia de ciudadanos pasivos y desinteresados por la cosa pblica desde el

    momento en que la modernidad trajo consigo la vida privada separada de lapoltica, separacin que no posea el mundo antiguo -ciudadano total-.El ciudadano de las democracias actuales y las del porvenir, puede elegir no

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    lleno a sus asuntos particulares, siendo la violacin de tal derecho un ataque contraprincipios fundamentales de la teora democrtica en su parte liberal.

    El Escaso Rendimiento

    La voz liberal de la democracia, entre los derechos y libertades civiles -la libertadde expresin, de opinin y de palabra en su cara negativa -tuvieron el propsito deproteger a los individuos de las invasiones del gobierno, adhiriendo al principioliberal segn el cual una parte de la vida de los individuos debe escapar a lasdecisiones colectivas.Sin embargo cuando estos derechos se vinculan con los de asociacin y dereclamo al gobierno asumen una cara positiva que vincula la expresin individualcon la colectiva, consagra un medio de accin, que posibilita llevar a cabodemandas de los ciudadanos sobre los representantes. (B. Manin.1991. p 16)

    La ampliacin de la ciudadana y la democratizacin de cada vez ms capas,estratos de la poblacin ampla tambin el espectro de demandas sobre el sistemademocrtico de diversos grupos, intereses y organizaciones.De este modo llegamos a una situacin de una avalancha de demandas, depeticiones y presiones que desean ser satisfechas con rapidez, que ningn sistemademocrtico por eficiente que sea es capaz de responder. De aqu resulta eldenominado sobrecargo que produce la ingobernabilidad de la democraciaAdems, la rapidez con la que se presentan las demandas al gobierno por parte delos ciudadanos, est en contraste con la lentitud de los complejos procedimientosdel sistema poltico democrtico, por medio de los cuales la clase poltica debetomar las decisiones adecuadas. De sta manera se crea una verdadera y propiaruptura entre el mecanismo de recepcin y el de emisin, el primero con un ritmocada vez mas acelerado, el segundo con uno cada vez mas lento(N.Bobbio).

    El poder en un orden democrtico se halla diseminado en distintas esferas. En elejecutivo, en el congreso, en la burocracia, en la tecnocracia, en las organizacionespolticas, sociales y econmicas que deben tener en cuenta una relacin de relativaarmona al momento de la toma de las decisiones. Cosa que no necesariamenteocurre.Y es sin duda en el Parlamento, el lugar de aletargamiento, donde las decisiones

    suelen sufrir el mayor estancamiento, producto de largos debates, de idas y vueltasinter-cmaras, descontando que las mismas decisiones puedan llegar a serrevisadas por el poder judicial o por el pueblo mismo mediante mecanismos dereferndum o consultan popular.

    Al contrario del carcter parsimonioso, del que adolece la democracia, dice Bobbio,un sistema autocrtico es capaz de controlar la demanda habiendo sofocado laautonoma de la sociedad civil, y es mucho ms rpido en la respuesta en cuantono tiene que respetar los complejos procedimientos decisionales como los delsistema parlamentario.

    Las soluciones al problema de la ingobernabilidad de la democracia han remarcadola tendencia ya existente hacia el fortalecimiento de los rganos ejecutivos ytecnocrticos y a un debilitamiento de las esferas representativas deliberativas

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    conjuntamente con las propuestas neoliberales en torno a la reduccin del gastopblico y al desmantelamiento del Estado de Servicios.

    Los autores clsicos crticos de la democracia como Aristteles y Platn,

    reprocharon la forma de gobierno democrtica, entre otros motivos, porque creabauna situacin de intensos conflictos sectoriales, disputas fraccionales queconducan necesariamente a la concentracin del poder en la tirana o despotismo.Las poliarquas contemporneas de ser alabadas por la teora pluralista porquegeneraban una situacin de relativo equilibrio, terminaron exacerbando susdemandas sectoriales y los conflictos de intereses se multiplicaron generando elproblema ya enunciado de ingobernabilidad. La solucin?. No la tirana estrictade los antiguos, pero si la concentracin del poder en presidencialismos fuertes yen super-primeros ministros, relegando el papel de los parlamentos. Despus dehaber entrado en crisis, por la fragmentacin y dispersin de las demandas y losconflictos, la Democracia de Servicios es reemplazada por la tirana del ajuste

    neoliberal

    El Espacio LimitadoAfirma Bobbio: si la democracia no ha logrado derrotar totalmente al poderoligrquico, mucho menos ha conseguido ocupar todos los espacios en los que seejerce un poder que toma decisiones obligatorias para un completo grupo social

    Es conocido por todos que el diseo del Estado moderno presente hoy, insertadosobre vastas dimensiones territoriales y poblaciones gigantescas, adems de lacomplejidad de la trama social que obliga a un gobierno estable y especializado,torna imposible una democracia de modo directa como la de la polis griega.Se afirma que en la polis griega era posible efectivamente el autogobierno, la auto-legislacin del demos porque si bien la democracia griega posea magistrados ycierta verticalidad, una rotacin fluida y completa en los cargos permita que losciudadanos se autogobernaran en el sentido de que todos gobernaban y a su vezeran gobernados (17).

    Hoy en los grandes Estados-Naciones implica una locura pensar siquiera que todoso la mayora de los ciudadanos estn todo el tiempo o aun por turnos dedicados a

    gobernar por las consecuencias calamitosas en trminos de funcionamiento y encostos materiales para un pas (Strasser,1991, T II p157)Dado que la autolegislacin y autodeterminacin es imposible en los sistemasrepresentativos actuales, Bobbio, y al menos en estas cuestiones coincide con lapostura neodemocratica, brega por una ampliacin de la democracia, diseminada atodas las organizaciones que conforman la sociedad.Frente a la imposibilidad de practicar la democracia directa por lo compleja,diferenciada y multifactica de la sociedad actual, se pugna por regenerar el goraen las organizaciones donde los individuos pasan la mayor parte de su tiempo:pasar de la democracia poltica a la democracia social.El autogobierno, la autodeterminacin, la igualdad poltica de las personas que

    garanticen la posibilidad de participar en forma activa en las decisiones que losafectan, comenzara en la fbrica, en la escuela, para extenderse a asociacionesque representan intereses (sindicatos y cmaras empresarias) alcanzando incluso

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    Ahora bien, en pequeas organizaciones, como en la fbrica, en la cooperativa,pequeas ONG, vecinales en tanto y en cuanto la participacin directa en lasdecisiones que ataen al conjunto puede adquirir cierta viabilidad, donde exista un

    desarrollo embrionario de jerarqua, y los miembros de la institucin tengan laposibilidad de disponer de un control cercano, ntimo de los dirigentes, se podrallevar a cabo, con obstculos es cierto, prcticas autolegislativas que permitan a laspersonas disfrutar de un mayor control de sus propios proyectos (18). Aqu sepuede decir si se permite la expresin, que Tocqueville aparece en vivo, revive.

    Sin embargo, el progresivo desarrollo de las organizaciones, de modo deconvertirse en mquinas eficientes en la competencia por recursos, conduce a unaumento de la jerarquizacin conllevando a la oligarquizacin y verticalizacin delas mismas pagando el costo de la disolucin del autogobierno en sentidoatenience, tal como lo venimos sealando.

    El desarrollo histrico de los partidos polticos y los sindicatos as lo amerita. YTocqueville se ha transformado en Michels (19).La gran empresa (20) en la competencia de mercado, pagara los mismos costos ycon mayor razn aun una democratizacin en sentido estricto de la burocraciapblica, la paralizara para dar soluciones a las distintas presiones teniendoconsecuencias negativas para el funcionamiento del sistema democrtico en sutotalidad (Pasquino Gianfranco, 1999).

    En una democracia pluralista de tipo polirquica como la de nuestro mundocontemporneo signada por la competencia inter-partidaria en busca de votos yrecursos para acceder al poder, por la competencia inter-empresaria en una

    economa de mercado con finalidad lucrativa, por la competencia, el conflictodistributivo, las divergencias y negociaciones en una variedad de grupos,organizaciones y asociaciones ante el poder poltico, conlleva necesariamente aprimar la eficacia, la rapidez, la productividad en la toma de las decisiones. Laslites se autonomizan y la auto-legislacin se desmorona.

    Pues bien, pensemos entonces en una democratizacin tal de la sociedad queimplicara la transformacin del sistema capitalista sustentado en la propiedadprivada a otro de propiedad social que condujera de forma drstica a la eliminacinde los conflictos de intereses de clases propios de la sociedad de mercado.En este marco, las instituciones polticas burguesas conjuntamente con lasorganizaciones-corporaciones- se disolveran. No sera necesario las legislaturas nilas judicaturas y el Estado y la administracin pblica tenderan a desaparecer,puesto que ya no seran necesarias para regular la confrontacin entre capital ytrabajo.La mera administracin de las cosas y el autogobierno democrtico caminaranjuntos.

    No obstante, la mera administracin de las cosas, necesita en experienciaconcreta de administradores, y estos no podran sino ser elegidos por el demos, sian queremos seguir refirindonos a un rgimen democrtico. Y aunque sean en

    principio, llamados o credos simples delegados o ejecutores de la voluntadgeneral, se generaran intereses personales, de cpula, de elites, poderesinvisibles, y ya estamos en presencia de la clsica divisin de Mosca de dirigentes y

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    Aunque hagamos reaparecer a Rousseau, con el mandato imperativo, este vuelvetoda negociacin, deliberacin o intercambio en un imposible y caemosnecesariamente en el carcter fiduciario de la representacin. Una representacinque an en una sociedad sin clases no alcance a reflejar un abanico de intereses

    agrupados y organizados en torno a distintas cuestiones: religiosas, raciales, denacionalidad, lealtades regionales, tnicas. Adems subsistiran las diferentesocupaciones y formas productivas sin contar las diferencias sobre perspectivasideolgicas, principios ticos y modos de percibir el mundo.Diferencias e intereses que muchas de ellas cristalizaran en la conformacin deorganizaciones, que mientras ms poderosas en trminos de representacin, mayorcapacidad de presin de negociacin tendrn ante el poder poltico. Poder polticoque a esta altura de las circunstancias ya tendra forma de Estado con unaburocracia desarrollada y una tecnocracia capaz de dar respuesta a problemas quecontinuaran siendo complejos. Y de nuevo intereses de cpula, de dirigenciascerradas a la participacin abierta, y de nuevo verticalismo y de nuevo oligarquas,

    y de nuevo la eficacia sobre la deliberacin y de nuevo se desmorona la auto-legislacin al estilo ateniense y nuevamente Michels sobre Tocqueville (21).

    Finalizando

    La teora democrtica, tanto en su versin radical como liberal, pensaron lademocracia sobre lmites del molde del Estado-Nacin.El proceso de globalizacin desde las ltimas dcadas del siglo XX si bien muestracomo datos positivos la generalizacin, la expansin de los regmenesdemocrticos a nivel mundial con el derrumbe de regmenes autoritarios de toda

    laya (dictadura militares, socialistas, teocrticas) por otra parte condiciona, y reducela capacidad de gestin de las democracias nacionales -las nuevas y las msconsolidadas-(22).

    Cuando el capital con la ayuda, con el sostn de la tecnologa ciberntica puedeviajar a velocidad de la luz en el sistema financiero transnacionalizado, lademocracia se debilita, porque es la poltica en s la que se halla disminuida comocapacidad de resolucin de los problemas que aquejan a la ciudadana.Cuando los Estados se han sometido a una carrera vertiginosa de desregulacintendientes a la flexibilizacin y reduccin de los costos laborales, cuando losEstados se han subordinado a recetas economicistas de corporacionesinternacionales que implicaron drsticas reducciones del gasto social con el fin deerradicar toda posible traba a la dinmica del mercado, salta por los aires el sujetomismo de la democracia. Es decir la ciudadana, porque los Estados no han sidocapaces de garantizarla en sus aspectos civiles, polticos y sociales, ante lacreciente pobreza y marginalidad en que se han sumergido sus poblaciones.

    Con tal escenario propio de las dos ltimas dcadas del siglo pasado, situacin quese acenta con el fracaso y la eclosin del modelos neoliberales cmo norecostarse sobre alternativas de una democracia ms amplia, pluralista y radical(23) bregando a favor de los movimientos sociales que luchan por una equitativadistribucin de la renta, por la fbricas recuperadas y autogestionadas por obreros,a favor de los nuevos movimiento contestatarios ecologistas y feministas, por losdenominados movimiento anti-institucionales, slo por nombrar algunos.

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    Cmo no apoyar las ideas democratizantes que bregan por una integracin inter-estatal o regional que conduzcan a conformar un ncleo o federacin de Estadosque globalicen y resignifiquen la poltica, de modo que las fuerzas descontroladas yautonomizadas de la economa que escapan al control por parte de las unidades

    nacionales puedan ser reguladas -adems por supuesto de las cuestionesvinculadas a energa, infraestructura, salud, alimentacin y la regulacin de lascomunicaciones-(24) O cmo no abrazar, incluso, la posibilidad de irrupcionesrevolucionarias de mayoras populares sumergidas en la pobreza ms escandalosamientras las clases acomodadas despilfarran suntuosidad, escenario tpico de lasdemocracias perifricas

    No obstante, si algn da se produjese una articulacin tal de las diversas luchasdemocrticas que condujesen a una irrupcin intensa, vertiginosa y revolucionariaque se llevase puesto por muerte sbita, por colapso los Estados, las estructurasburocrticas, las grandes corporaciones, centros financieros de poder alcanzando

    el desideratum de un gobierno democrtico mundial, estamos precavidos,sabemos que cuando la marea baje, se dilate, la Democracia Transnacional se lastendr que ver con los mismos problemas y obstculos-y es probablesintensificados- analizados por Bobbio que impone la cruda realidad la toscamateria.

    Notas

    (1)Carlos Strasser hace alusin a esta cuestin en su libro Para una teora de lademocracia Posible Vol I. pag 70. Tambin Alain Touraine en Podremos vivirjuntos".

    (2) Constans, Benjamn, Principios de Poltica, del espritu de conquista yusurpacin, De la Libertad de los antiguos comparada al de los modernos. En elclsico Dos Conceptos de Libertad de Isaac BerlinVer tambin en Aguilar, Enrique, Benjamn Constans y el debate sobre las doslibertades, en Libertas Nro 28. Tambin en Liberalismo y Democracia, 1989, 7-10de Norberto Bobbio.

    (3) Desde la vertiente demcrata -popular, el temor a que la voluntad general fuese

    violada provena preferentemente desde arriba, es decir de los representantes,puestos que estos, naturalmente tendan primero a priorizar sus interesesparticulares, o de grupo en desmedro del bienestar general. De all que, si laextensin de los Estados modernos no permitiesen la democracia directa, al menosfuesen controlados de cerca los representantes mediante la incorporacin delmandato imperativo y la revocatoria.En la vereda demcrata-liberal, el temor provena, sobre todo(temor que heredadodesde lejos, recordemos a Platn y Aristteles) de la tirana de la mayora, el miedoa las facciones provena desde abajo, de all la utilidad del gobiernorepresentativo, delegado y fiduciario, completado con todo el armaznconstitucional de divisin de poderes, sistema de frenos y contra-frenos inter-

    cmaras e inter-poderes que resguardara derechos y libertades filtrando laconformacin de facciones mayoritarias.

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    En la versin demcrata-liberal, el respeto por la propiedad privada, entre losderechos individuales, es central en la sociedad moderna mercantil, como condicinindispensable para conservar o aspirar al bienestar general. Vicios privados, bienespblicos declar Mendeville en su fbula de las abejas.

    De aqu se explica tambin el temor, la postura reticente de extender el derecho alvoto a los no propietarios, ante el peligro de socializacin que pudiera sufrir lapropiedad privada y la probable violacin de la dems libertades y garantas.

    Por otra parte en la versin demcrata radical o popular, la participacin directa, elautodesarrollo, el autogobierno, y la virtud cvica del demos o del ciudadanogarantiza la observancia de la voluntad general o del bien comn.

    Ver D Held en su Modelos de democracia, C Strasser en sus libros Teora de laDemocracia Posible VII, Democracia III, Democracia y Desigualdad y tambin enBobbio en su obra Liberalismo y Democracia

    (4) Ver en Natalio Botana en La tradicin republicana Sudamericana, Cap II. Larepblica en Amrica del Norte.

    (5) Expone Bobbio: Pero qu es lo que representa la disciplina de partido sino unaabierta violacin de la prohibicin de mandato imperativo?

    (6)Y como Bobbio tambin describe en pginas posteriores en este mismo trabajo.

    (7) Macpherson analiza esta cuestin en La democracia liberal y su poca (p78-85).

    Manin B dice al respecto Se ve as porque la democracia de partido,contrariamente a aquello que se ha sido afirmado tantas veces, no suprime elmargen de independencia de los gobernantes sobre los gobernados inherentes delrgimen representativo. No es, en este sentido, una forma mediatizada delautogobierno del pueblo (1991.p 26)

    (8) Cuando se dice que extreman sus caractersticas partidocrticas, nossostenemos en la tesis de Strasser, entendiendo la partidocracia como una de lasformas de gobierno que convive con una democracia posible.Y aclaro, una cuestin, extremar las caracterstica partidocrtica me refiero a quelos partidos en la denominada democracia de partidos parecan identificarse conla voluntad popular, con el autogobierno, caracterizada por el alto volumen demilitancia y participacin.Hoy en otro estadio de la democracia, marcado por el desinters y la apata de laciudadana y por una representacin vinculada a los medios de comunicacin, lospartidos no se saben para que sirven, salvo para conservar los trabajos de los queMax Weber llamaba los profesionales de la poltica, que viven de la poltica.

    (9) En la Democracia y sus crticos, Cap 19 Es inevitable la dominacin de unaminora de R. Dahl Teora de la Democracia, Tomo I en donde Sartori analiza a

    la corriente denominada elitista en al cap VI.

    (10)Bobbio en la introduccin que hace de la Clase Poltica cita a Gaetano Mosca

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    han llegado apenas a los principios de la civilizacin, hasta las mas cultas yfuertes, existen dos clases de personas: la de los gobernantes y la de losgobernados. La primera, que es siempre la menos numerosa, desempea todas lasfunciones polticas, monopoliza el poder y disfruta de las ventajas que a l van

    unidas, mientras que la segunda, mas numerosa, es dirigida y regulada por laprimera

    (11) Dems esta aclarar que los grupos se hallan en posiciones desiguales y con laglobalizacin ciertos sectores del capital a sacado varios cuerpos de ventaja alresto.

    (12) Aunque inmensa la bibliografa sobre Weber y la burocracia, es rescatable lasntesis de David Held por la claridad con que trata el tema en su Modelos deDemocracias, en Cap 5 Elitismo competitivo y la visin tecnocratica

    (13) Weber como Marx pensaba que la burocracia no era democrtica, puestos quesus funcionarios no eran responsables ante la poblacin afectada por susdecisiones. Pero le criticaba al marxismo que la llegada del socialismo notrascendera la dominacin burocrtica, sino todo lo contrario, conduciendo a lasdemocracias modernas a un nivel de burocratizacin superior al del sistemacapitalista.Weber apel a relanzar el parlamento como lugar de discusin, formacin delderes, y exposicin de valores contrapuestos, el parlamento entendido como unmbito de encanto que compensara el desencanto de la burocracia pblica.

    (14)El aumento del Estado produce un malhumor comn tanto a sectores deizquierda como de derecha. En la primera concepcin, porque observaresignadamente como la maraa institucional burguesa logra cooptar las huestesobreras quitndole toda capacidad de autonoma obnubiladas por el fetiche Estado-Nacin, retrasando de esta manera la revolucin soada. En tanto la derecha-liberal pro-mercado lamenta como la iniciativa privada sufre fuertescondicionamientos en nombre de una estructura burocrtica colosal que pregona elbien comn.

    (15) Fenmeno defendido por la teora de la Razn de Estado en tanto y encuanto, actuar en secreto para no hacer escndalo sirva para preservar el intersgeneral de la nacin.

    (16) En un mundo altamente racionalizado y burocratizado, como el de la nuevasociedad industrial una cuota razonabilidad posee la reflexin weberiana, encuanto a la presencia de una masa poco sabia con respecto a los temas complejosdel mundo moderno.

    (17) G Sartori, en Teora de la democracia. T I. CIV. Punto 3 El autogobierno y lopolticamente imposible

    (18) Veamos que dice D. Held refirindose a los problemas que podran generarsecon la democracia en las instituciones: siempre habr problemas de distribucin

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    diferencias de opinin, enfrentamientos de inters y problemas para reconciliar losrequisitos de la democracia con otros fines importantes: eficacia y liderazgo, porejemplo (p.312)

    (19) Vase por ejemplo H Kariel Las organizaciones voluntarias o asociaciones enla que confiaban los primeros tericos del pluralismose han convertido enjerarquas gobernadas oligrquicamente( The Decline of AmericanPluralism).Citado por G. Sartori pag194 Teora de la democracia TIMichels citado por Sartori p192 quien dice organizacin dice tendencia a laoligarquaLa maquinaria de la organizacin ..Invierte totalmente la posicin dellder respecto a las masas..Donde quiera que la organizacin es ms fuerte, allobservamos un menor grado de la democracia aplicada

    (20) Se coincide con Dahl quien sostiene que si queremos una democratizacin dela gran empresas, esta demandara algo as como las instituciones de la poliarqua,

    mientras que una pequea empresa las instituciones de la ciudad-estado (ver enLa democracia y sus crticos cap23).Y agrego, ya se sabe de los problemas en cuanto a la calidad democrtica de lasactuales poliarquas.

    (21) Al decir de Strasser: En otras palabras, los citados vicios no son contingenciasaccidentales sino que estn dictados por las circunstancias de la democracia odigamos, por el anclaje poltico, social, cultural, histrico, internacional determinado.Y sera voluntarismo que no fuesen as o que pudiera convertirse en su contrario(Strasser C, p80, en Democracia y Desigualdad)

    (22) Ver Daniel Garca Delgado en su Estado-Nacin y Globalizacin Cap I

    (23) Nos referimos al concepto de E. Laclau y Ch Mouffe, Hegemona y estrategiasocialista

    (24) En este sentido soplan otros aires en Amrica Latina a partir del comienzo delnuevo siglo con gobiernos de tendencias progresistas, de centro izquierda nacional-populares o crticos de las polticas ortodoxas o neoliberales de los 90 .

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