Las Reinas de La Trocha

download Las Reinas de La Trocha

of 39

Transcript of Las Reinas de La Trocha

LAS REINAS DE LA TROCHA El valor patrimonial de los buses escalera o chivas en el municipio de Pensilvania y sus corregimientos aledaos.

DAVID ANDRS VALENCIA SALAZAR

TRABAJO DE GRADO

DIRECTOR FABIO RINCN C.

UNIVERSIDAD DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS JURDICAS Y SOCIALES PROGRAMA CIENCIAS SOCIALES MANIZALES 2010 1

TABLA DE CONTENIDO

1. INTRODUCCIN......3

2. CAPITULO I Hacia la Trocha4

3. CAPITULO II En la Trocha...14

4. CAPITULO III Sobre las Reinas...23

5. FICHA TECNICA DEL DOCUMENTAL....37 6. BIBLIOGRAFA.38

2

INTRODUCCIN

En el siguiente texto se ven representadas las bases conceptuales, tericas, epistemolgicas y metodolgicas que orientaron la descripcin y la interpretacin realizada a travs de la etnografa audiovisual Las Reinas de la Trocha. Esta monografa escrita y el mencionado audiovisual representan los dos resultados esperados de este trabajo de grado. En el primer captulo de esta monografa titulado Hacia la Trocha, se da espacio para que el lector comprenda de donde surgi, cmo se formul y cul fue el problema de investigacin planteado en este proyecto etnogrfico. De igual manera, en este apartado se exponen los objetivos planteados y adems se desarrollan y presentan los sustentos tericos y conceptuales desde los cuales nos posicionamos para ver nuestro objeto y/o sujetos de estudio. El siguiente captulo denominado En la trocha, expresa nuestro posicionamiento epistemolgico sobre el dato visual recolectado en campo, obtenido principalmente a travs del mtodo etnogrfico de las ciencias sociales. Asimismo, se da una explicacin de la estrategia y del procedimiento metodolgico llevado a cabo tanto en la recoleccin de datos como en la sistematizacin de la informacin (principalmente del dato visual). Finalmente, en el capitulo rotulado Sobre las Reinas, se quiso abordar a manera de ensayo aquellos elementos descriptivos e interpretativos que fueron tomando rumbo a partir de la misma realizacin de la etnografa audiovisual; lo cual nos ha parecido pertinente en la medida en que una descripcin densa requiere de todas las fuentes y de todos los lenguajes posibles para decantar significados e intencionalidades, tanto de quien es investigado como de quien investiga. Por ltimo, se aconseja al lector de esta monografa no dejar de observar la parte audiovisual de este proyecto, titulada Las Reinas de la Trocha; ya que es el elemento transversal de esta investigacin, sin el cual no se llegara a una comprensin y a una aprehensin completa de este trabajo.

3

CAPITULO I Hacia la trocha

El departamento de Caldas esta ubicado geogrficamente en una zona altamente montaosa, por eso no resulta extrao que en tiempos de la colonizacin antioquea el medio de transporte por excelencia haya sido la mula y que tiempo ms tarde con la construccin de carreteras y caminos y la utilizacin de otras tecnologas, vehculos como los yepaos y las chivas pasaran a ocupar ese espacio. La chiva o bus escalera es reconocida por ser un medio de transporte que hace parte de la cotidianidad en la vida de los habitantes del eje cafetero, especialmente de aquellos que habitan en sus zonas rurales. Tanto as que se podra llegar a afirmar que en casi todos los municipios del departamento de Caldas es comn encontrarse por lo menos con una chiva que transite por sus calles y carreteras, llegando as este vehculo a constituirse como una parte importante de la expresin cultural de cada uno de sus pueblos. Dada su recurrencia y su carcter popular en la regin, se planto una investigacin etnogrfica que diera cuenta del valor patrimonial que encierran los buses escalera en la vida rural de Caldas. Es decir, se pretendi observar (en un contexto rural) lo que alrededor de la chiva pudiese considerarse como expresin de una identidad cultural. En resumen, se busc realizar un ejercicio descriptivo de la chiva como un objeto cultural patrimonial propio de las zonas rurales del departamento de Caldas, haciendo uso del modelo de descripcin densa de Clifford Geertz y apoyndose en la etnografa visual como mtodo investigativo. Cabe sealar aqu, que este proyecto delimit su campo de accin a las zonas rurales, pues es all donde presupuestamos se encuentra el contexto cultural por excelencia, o al menos, el contexto que nos interes de las chivas. Se consider entonces el municipio de Pensilvania y sus corregimientos aledaos para la realizacin de este trabajo, pues es el lugar en donde existe el mayor nmero de estos vehculos en el departamento. Con esto definido, es ahora necesario aclarar que nos interesaron los usos que se le dan a dichos vehculos en un contexto rural, entendiendo por usos 4

rurales, todas aquellas manifestaciones en que las personas regularmente encuentran til la chiva, apropindose de ella fsica y/o simblicamente. Por consiguiente el trabajo busc responder la siguiente pregunta: Cules son los usos rurales de la chiva que dan cuenta de su valor patrimonial, como expresin de una identidad cultural en el municipio de Pensilvania y sus corregimientos aledaos? Habr que reconocer la existencia de otros elementos en los que se pueda advertir lo patrimonial de la chiva, sin embargo, este trabajo se delimit y apunt a lo que aqu entendemos por usos rurales. A continuacin pretendemos ir exponiendo nuestras categoras o unidades de anlisis, las cuales se tuvieron en cuenta para llegar a decantar aquellos usos que regularmente se le dan a la chiva en un contexto rural. En primer lugar, al abordar el aspecto de la Forma de la chiva, hicimos referencia a los elementos que la constituyen como una unidad, es decir, a la organizacin tanto de los elementos expuestos como de los elementos sugeridos (Munro, 1962) del vehculo. Dicho esto nos interes indagar sobre los materiales y sus partes, los tamaos y los diseos, el color y el decorado. Por otra parte, nos interes la funcin que cumple la escalera como un medio de transporte que implica Flujos culturales de carga. Es as que fue importante examinar cmo y qu se transporta en estos vehculos. Asimismo fue importante tener en cuenta los Hitos geogrficos por donde se desplaza la chiva, es decir, los lugares de referencia en los que encuentra vida til. De esta manera fue imprescindible explorar las carreteras y caminos; los pueblos, corregimientos y veredas; plazas, paraderos y talleres. Por ltimo, fueron los carroceros, decoradores, conductores y pasajeros aquellos sobre los que apunt especialmente esta investigacin, ya que son los sujetos que en primera instancia se apropian de estos vehculos. De tal forma fue imperativo describir como cada uno de ellos dota de significado a los buses escalera. Es a partir de estas categoras que se pretendi llegar a responder al objetivo general de este proyecto, el cual es, caracterizar los usos rurales que le dan valor patrimonial a la chiva en Pensilvania Caldas y sus corregimientos aledaos. Si bien no existe ningn decreto o resolucin de carcter nacional que declare a las chivas o escaleras como patrimonio cultural de la nacin, este 5

vehculo al ser un medio de transporte tan representativo de la cultura colombiana y caldense no se escapa de ser abordado y examinado por las ciencias sociales, pues al hacer parte de un repertorio cultural se vuelve un objeto con todo un contenido por desentramar. La apropiacin que las sociedades hacen de dichos repertorios, entre ellos la chiva, deben ser temas analizados desde diferentes miradas que aboguen por conocer, reconocer y reivindicar los sentidos que una comunidad les otorgan como expresiones de su cultura (material e inmaterial). La consolidacin de este conocimiento sobre el patrimonio local es importante, en la medida en que contribuye tambin al conocimiento de las manifestaciones culturales de la regin, las cuales a su vez se ligan a contextos culturales ms amplios como el eje cafetero. Habr que aadir que la poblacin del municipio de Pensilvania y de sus corregimientos aledaos fue la directamente implicada en esta investigacin, sin embargo, indirectamente atae a otras comunidades rurales del resto del eje cafetero y de Antioquia, ya que la chiva tambin hace parte del repertorio cultural de cada una de sus poblaciones. Por medio de esta clase de investigaciones, se busca generar un reconocimiento de las caractersticas culturales, propias y ajenas, que por lo general pasan desapercibidas y son subestimadas por el comn de los caldenses, precisamente por ser tan inmediatas y cercanas a su cotidianidad. Asimismo, se busca que este conocimiento se transmita a otros interlocutores, con el propsito de que se contine haciendo conciencia de la diversidad cultural que caracteriza a esta regin del pas. De esta manera se vuelven imperantes los estudios que reivindiquen, visibilicen y exploren en el patrimonio cultural su capacidad de representar los modos de vida de una sociedad. Es en esa medida, que el proyecto pretende estar aportando un grano de arena al conocimiento sobre el patrimonio cultural del departamento de Caldas. Alrededor de la chiva se busc advertir todas aquellas manifestaciones que articularan conceptos tales como identidad, cultura y patrimonio; haciendo de esta manera prcticas las herramientas tericas y metodolgicas aportadas por las ciencias sociales, al ser stas aplicadas a la descripcin densa de contextos locales de significado. Por otro lado, fue a partir de los trabajos tericos y metodolgicos desarrollados en el colectivo de investigacin FOCUS (Laboratorio de Anlisis y Produccin Audiovisual desde las Ciencias Sociales) de la 6

Universidad de Caldas, lo que nos convoc a proponer un trabajo de grado que tuviera la viabilidad para ser abordado desde la etnografa visual como mtodo investigativo. Por ende este trabajo respondi al inters acadmico, cientfico y personal de articular mtodos y tcnicas de etnografa visual a las construcciones descriptivas e interpretativas que se originaron en el transcurso de la investigacin. De esa manera se exploraron las posibilidades que brindan los medios audiovisuales tanto para la recoleccin, anlisis y descripcin de contenidos etnogrficos, as como para una difusin ms incluyente del conocimiento antropolgico. A pesar que las investigaciones serias y concienzudas sobre los buses escalera son pocas (pues la mayora de textos manejan superficial y aisladamente el tema de las chivas) tuvimos la oportunidad de toparnos con ciertos antecedentes y fuentes de informacin que nos fueron muy valiosas, pues de alguna manera orientaron el camino de este proyecto investigativo. Algunos de dichos referentes han abordado la chiva como uno de los eslabones en la historia de los medios de transporte en Colombia, otros la han visto como un medio de expresin del arte y la cultura popular, unos como una figura artesanal nacional y habr que aadir aquellos que la han tratado como un atractivo turstico de la feria de las flores en Medelln (Fundacin Camiones de Escalera). Germn Ferro en su texto A lomo de mula (cuya portada es una fotografa de los primeros camiones de carga en el pas) dedica una seccin al camin, en donde reconoce su importancia como un medio de transporte clave en el desarrollo econmico de Colombia. En este tambin se hace alusin al papel que jug el camionero en la cadena econmica de las empresas de transporte terrestre, cuya importancia desplazo desde las primeras dcadas del siglo XX a las empresas fluviales y ferroviarias (FERRO, 1994). A pesar de que las chivas hacen parte de la familia de los camiones, estos no son destacados por Ferro, sin embargo, l nos da un panorama detallado del desarrollo de los medios de transporte y su incidencia en la economa del pas. Mientras tanto autores como Camilo Caldern en Las chivas de Pitalito y Daro Ruiz Gmez en El camin escalera le dan cabida a este vehculo en tanto expresin popular. El primero se pronuncia sobre la importancia de las chivas en las producciones de cermica, reflejo de su apropiacin por parte de los artesanos colombianos. En ellos reconoce un proceso investigativo que ha invitado a ceramistas, como Cecilia Vargas, a adentrarse en el mundo 7

de los personajes, los gestos y todo lo que constituye un viaje en chiva, con la intencin de que esto pueda ser retratado en sus obras (CALDERN, 1992). Ruiz Gmez por su parte, nos habla sobre lo potico y evocativo que tienen los camiones escalera, como l los denomina, en tanto poseen su propia lgica esttica y metafrica al salir del anonimato cuando se les atribuyen significados que van mas all de su simple objetualizacin. El camin es as un producto cultural propio, ya que se inserta claramente en un sistema de objetos. Por eso va ms all del uso, o sea de la funcin, y en un alarde creativo se convierte en una referencia simblica. As la cosa-vehculo se transforma en un ready made -aquel rescate mgico que Marcel Duchamp hace de los objetos sacndolos del anonimato-, donde a la impersonalidad de la mquina se le concede la difana virtud de lo domestico, de lo familiar. (RUIZ GMEZ, 1986:27) Juan Luis Meja Arango en su libro En el recodo de todo camino, hace un recuento de los vehculos populares que caracterizan las distintas regiones de Colombia. En el texto existe un apartado especial sobre las chivas y todas sus presentaciones en los distintos lugares de la geografa colombiana. Arango nos hace un recorrido histrico en gran parte de los vehculos populares del pas, mostrndonos el desarrollo de las caractersticas tiles y estticas de cada uno de ellos (MEJA ARANGO, 1998). Estos antecedentes hicieron que nuestro problema de investigacin se preguntarse por las escaleras, no como un elemento cultural valorado y representado desde afuera en una figura artesanal o en un atractivo de ferias, sino como la expresin de una identidad cultural que posea una significacin propia en el entorno de la vida rural. Fue entonces que nuestro enfoque investigativo se dirigido a indagar y a profundizar por los contenidos identitarios y patrimoniales que encierran las chivas rurales. Seremos claros al sealar que no fue de nuestra incumbencia aquella perspectiva normativa y poltica sobre lo patrimonial y lo identitario, en contraste nos intereso su enfoque simblico y representacional. Mientras que la informacin que habla especficamente sobre la chiva es poca, lo que se ha enunciado sobre identidad y patrimonio ha sido vasto. Por lo que fue importante un proceso de depuracin o seleccin de aquellos referentes tericos que acompaaron el rumbo de esta investigacin. Fue as como nos posicionamos principalmente desde tres pilares conceptuales: el concepto de cultura, el de identidad y el de patrimonio; 8

fueron estos instrumentos los que permitieron vislumbrar la pertinencia antropolgica de describir los usos rurales de las escaleras. Reiterando que nos referimos por usos a todas aquellas manifestaciones en que las personas regularmente encuentran til la chiva, apropindose de ella fsica y/o simblicamente. Cuando hacemos referencia a la significacin del bus escalera, empezamos a subrayar sus mbitos de percepcin y apropiacin (ROSAS MANTECN, 1998) en los contextos rurales. De ese modo los diferenciamos de otras formas de concebir y darle significado a este vehculo, por ejemplo, en las zonas urbanas con las llamadas chiva-tour. Innegablemente por significacin estamos haciendo referencia y tomando como instrumento terico el enfoque de la antropologa simblica propuesta por Clifford Geertz, quien expresa categricamente sobre el objeto antropolgico: El concepto de cultura que propugno y cuya utilidad procuran demostrar los ensayos que siguen es esencialmente semitico. Creyendo con Max Weber que el hombre es una animal inserto en tramas de significacin que l mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el anlisis de la cultura ha de ser por tanto, no una ciencia experimental que busca leyes sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones. Lo que busco es la explicacin, interpretando expresiones sociales que son enigmticas en la superficie. (GEERTZ, 1992:20) As pues, pensamos la cultura (en minscula) como un sistema de significados socialmente construidos y por ende dinmicos que dan sentido a la existencia en una sociedad. Significados que sirven como un marco de referencia para la percepcin y la interpretacin de la realidad, permitiendo especular de ese modo, que las personas regularmente piensan, sienten y ven las cosas desde el punto de vista de su grupo de pertenencia (GIMNES, 1997). De tal forma fue que delimitamos nuestro campo de trabajo a las zonas rurales, es decir, a los significados o valores de sentido que se le dan a la chiva en dichos contextos; presupuestando entonces que los usos rurales de este medio de transporte tendan a atribuirle unos significados sociales definidos. As vista, la chiva la comprendimos como un smbolo compartido que se significaba pblicamente desde su cotidianidad; consecuentemente pensamos que deba existir una apropiacin cultural en tanto objeto fsico asible, concreto, palpable y poco ambiguo; y en tanto objeto ideolgico que representa, construye y moldea las percepciones de los modos de vida que 9

la encuentran til. Estimbamos entonces que la unin de estas apropiaciones llenaban de significado y de sentido al vehculo, la chiva as, no solo transportaba pasajeros y carga, tambin transportaba todo un contenido cultural por desentramar. Tenamos claro que aquellos significados culturales que queramos describir de las escaleras posean su propio trasegar histrico, pues al ser estos transmitidos y re-significados socialmente los deberamos concebir como construcciones culturales dinmicas y fluidas. De tal forma pensamos que la valoracin actual de la chiva tambin ha sido el resultado de la suma de valores que la han antecedido. El poseer una vida til desde principios del siglo XX supone que su presencia no ha sido pasajera ni casual, sino que ha servido a motivaciones sociales que le han otorgado un valor. Es as como el bus escalera lo empezamos a concebir como parte de todo un repertorio cultural que ha sido y sigue siendo apropiado actualmente en la vida rural del eje cafetero. En este orden de ideas, presumamos un proceso de retroalimentacin que implicaba, por una parte, reconocer cmo en la vida rural se apropia y se configura un medio de transporte, y por otra, cmo ese medio de transporte configura la vida rural. Esto nos llevaba a concebir la chiva como parte de una materialidad cultural que reforzaba el sentido de pertenencia a una sociedad. En palabras de J. Larrain el acceso a ciertos bienes materiales, el consumo de ciertas mercancas, puede tambin llegar a ser un medio de acceso a un grupo imaginado representado por esos bienes; puede llegar a ser una manera de obtener reconocimiento. Las cosas materiales hacen pertenecer o dan el sentido de pertenencia en una comunidad deseada. En esta medida ellas contribuyen a modelar las identidades personales al simbolizar una identidad colectiva o cultural a la cual se quiere acceder. (LARRAIN, 2001:27-28). De esa manera, en la relacin reciproca que se da entre la chiva y la vida rural, empezamos a hacernos una idea de la carga identitaria que este vehculo sobrelleva. Entendiendo por identidad el acto de reconocer consciente o inconscientemente las diferencias y las similitudes en referencia a algn grupo social (ARIAS DUQUE, 2006), de ah que se piense en un nosotros a partir de los contrastes que establecemos frente a los que denominamos como los otros. La identidad vista de esta manera se constituye como un proceso de autoreconocimiento, afectado por como percibo un nosotros y por como nos perciben los otros.

10

Por lo tanto, concebimos la identidad como una actitud colectiva y reflexiva que los individuos y los grupos crean sobre sus formas compartidas de ver el mundo, por eso hablamos de identidad cultural y no de identidad personal. Del mismo modo como poseen unas bases ideologicas, las identidades culturales se construyen a partir de la apropiacin, por parte de los actores sociales, de determinados repertorios culturales [tal como la chiva] considerados simultneamente como diferenciadores (hacia afuera) y definidores (hacia dentro). Es decir, la identidad no es ms que la cultura interiorizada por los sujetos (GIMNES, 1997:5) Consideramos entonces la chiva como un elemento caracterstico del repertorio cultural en la vida rural cafetera, la cual se ha ganado un lugar en la cotidianidad de una sociedad que la encuentra til en las montaosas cabeceras municipales y corregimientos del departamento de Caldas. Es as como pensamos que en estas zonas la chiva se ha tornado prxima a la cotidianidad y a la historia de sus habitantes, logrando instituirse como una expresin propia de la identidad rural; es de esa manera que enfocamos nuestra mirada a la chiva como un bien patrimonial. Todo lo que se aprende y transmite socialmente es cultura, pero no patrimonio. Los bienes patrimoniales constituyen una seleccin de los bienes culturales. De tal manera el patrimonio est compuesto por los elementos y las expresiones ms relevantes y significativas culturalmente. El patrimonio, entonces, remite a smbolos y representaciones, a los lugares de la memoria, es decir, a la identidad. Desde este punto de vista el patrimonio posee un valor tnico y simblico, pues constituye la expresin de la identidad de un pueblo, sus formas de vida. Las seas y los rasgos identificatorios, que unen al interior del grupo y marcan la diferencia frente al exterior, configuran el patrimonio. (ARVALO, 2004:929) La chiva como expresin de la vida rural podra entonces ser leda como se lee un texto, advirtiendo en ella unos significados profundos que son reconocidos y compartidos socialmente. Concebimos que estos significados nos podran dar seales de cmo una cultura piensa y siente el mundo de manera particular y cmo se relaciona desde ah con otros pueblos y otras miradas. Por lo tanto esta investigacin se arm terica y conceptualmente para poder develar lo que hay en la chiva de bien patrimonial, esto es, estar en la capacidad de asociar la materialidad del vehculo con las formas interiorizadas de ver el mundo en la vida rural. En otras palabras, estar a la

11

altura de asociar la cultura interiorizada en los individuos con la cultura materializada en los buces escalera. De manera que el patrimonio remite a una realidad icnica (expresin material), simblica (ms all de la cosificacin y la objetualidad) y colectiva (expresin no particular, sino de la experiencia grupal); porque el patrimonio cultural de una sociedad est constituido por el conjunto de bienes materiales, sociales e ideacionales (tangibles e intangibles) que se transmiten de una generacin a otra e identifican a los individuos en relacin contrastiva con otras realidades sociales. (ARVALO, 2004:930) Por consiguiente, no creimos que posicionarnos desde la clsica dicotoma del patrimonio fuera una opcin valida para abordar las chivas, puesto que veiamos en ellas un juego de elementos culturales materiales e inmateriales que se retroalimentaban y les daban un significado completo. Es as como se apunt a una investigacin que integrara lo material y lo inmaterial en la descripcin de la chiva como un bien patrimonial. Esta complementariedad implic una interpretacin integral del significado de este vehculo, ya que el objeto de estudio no fue la chiva como objeto per se, sino todas las manifestaciones sociales que involucraba como parte de un repertorio cultural. En consecuencia partimos de pensar la chiva como un patrimonio mixto, el cual entonces se significaba como un todo. En esa medida no discrepamos con la aparente contradiccin que reconoce Barbosa en la terminologa creada por la Unesco para definir el patrimonio inmaterial: se entiende por patrimonio cultural inmaterial las prcticas, representaciones y expresiones, los conocimientos y las tcnicas que procuran a las comunidades, los grupos e individuos un sentimiento de identidad y continuidad. Los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales asociados a esas prcticas forman parte integrante de este patrimonio () podra definirse el patrimonio intangible como el conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folclrica, es decir, las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradicin. Estas tradiciones se transmiten oralmente o mediante gestos y se modifican con el transcurso del tiempo a travs de un proceso de recreacin colectiva. Se incluyen en ellas las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la msica, los bailes, los rituales, las fiestas, la medicina tradicional y la farmacopea, las artes culinarias y todas las habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales de la cultura, tales como las herramientas y el hbitat. (LOPEZ BARBOSA, 2004:1,2) 12

Es as como creemos, retomando a Barbosa, que existen representaciones objetuales o materiales del patrimonio cultural inmaterial; en otras palabras, el patrimonio cultural inmaterial puede llegar a ser representado a travs de sus huellas materiales. En consecuencia, concebir el valor patrimonial de las chivas, implic reconocer tanto la apropiacin fsica (material) como la apropiacin simblica (inmaterial) que un pueblo hace de ellas.

13

CAPITULO II En la trocha

Lo que en realidad encara el etngrafo (salvo cuando est entregado a la ms automtica de las rutinas que es la recoleccin de datos) es una multiplicidad de estructuras conceptuales complejas, muchas de las cuales estn superpuestas o enlazadas entre s, estructuras que son al mismo tiempo extraas, irregulares, no explcitas, y a las cuales el etngrafo debe ingeniarse de alguna manera, para captarlas primero y para explicarlas despus. Y esto ocurre hasta en los niveles de trabajo ms vulgares y rutinarios de su actividad: entrevistar a informantes, observar ritos, elicitar trminos de parentesco, establecer lmites de propiedad, hacer censo de casa escribir su diario. (GEERTZ, 1992:24)

En esta investigacin siempre cremos que la metodologa no deba ser ese proceso rgido e intocable, por el contrario, pensamos en un proceso flexible y en constante construccin y negociacin, tanto por parte del investigador como por parte de los sujetos estudiados. Este hecho no implic dejar de lado lo sistemtico y lo riguroso de la investigacin, no obstante, en todo momento se procuro establecer el mejor camino que nos condujese a cumplir con nuestros fines. Ms bien con ello, pretendimos estar atentos de las posibilidades y las limitaciones que implica el trabajo antropolgico en campo. Este proyecto se aferr al mtodo etnogrfico como la forma de generar, directamente en terreno, un dialogo de saberes con nuestros sujetos de estudio. El trabajo etnogrfico entendido entonces, como aquella labor que permite introducirnos en la densidad de los significados culturales, a travs de una interaccin permanente con los sujetos de estudio, quienes son los creadores, los portadores y los comunicadores directos de dichos significados. Lo anterior implic reconocer en los habitantes de Pensilvania interlocutores vlidos, que posean informacin y conocimiento valioso para nuestra investigacin.

14

En ese sentido siempre fuimos conscientes de que slo un nativo podra hacer interpretaciones de primer orden de su cultura (GEERTZ, 1992:28), entonces a lo que podamos aspirar como investigadores era a realizar interpretaciones de segundo y tercer orden; entendidas como una labor que consista en observar la observacin del otro (DURN RAMIREZ, 2004:54). Asimismo, nuestra mirada como antroplogos la dirigimos hacia aquellos puntos ciegos que no puede ver el observador de primer orden por razones de posicin (DURN RAMREZ, 2004). De esta manera, la observacin del antroplogo se posiciona en un intersticio que juega entre una mirada desde afuera (denominada etic) y una mirada desde adentro de la cultura (denominada emic) (BARFIELD, 2001). Por lo tanto en nuestro trabajo etnogrfico se privilegi la informacin de primera mano, para ello tuvimos en cuenta diferentes tcnicas como la observacin participante, las entrevistas semi-estructuradas y los relatos de vida. Es imprescindible sealar en este punto, que la orientacin de este trabajo etnogrfico parti de la presencia de las cmaras fotogrficas y de video como los medios por los que optamos aqu, para aprehender y dialogar con las distintas realidades sociales de nuestros sujetos de estudio. Habr que aclarar que no nos interes lo audio-visual como una forma de ilustrar o de respaldar el discurso antropolgico, sino que nos interes la imagen y el sonido como una forma de construir los datos sobre una cultura. En otras palabras, nos valimos de lo audiovisual como una tcnica de investigacin, como una herramienta de campo y como un objeto de conocimiento, en consecuencia, concebimos la etnografa visual como un mtodo capaz de generar su propio discurso antropolgico. La descripcin etnogrfica a travs de lo audio-visual, hace que la cmara forme parte de nuestro proceso investigativo como antroplogos, pues modifica la experiencia etnogrfica, la relacin del investigador en campo, la interaccin con los participantes y la construccin y anlisis de los datos (ARDVOL, 1998:224). Es decir: la cuestin no est tanto en el medio utilizado, sino en el modo en cmo se ha utilizado y en el proceso de produccin que ha seguido (ARDVOL, 1998:220). Por lo tanto, se fragu generar un conocimiento antropolgico en tanto recolectamos, describimos, construimos y difundimos nuestro objeto de estudio por medio del audiovisual; de esta forma asentimos con muchos tericos que exaltan el asombroso poder de sntesis de la fotografa y del video (CARMN, 1999).

15

El uso de los medios audiovisuales en antropologa posee una historia que data aproximadamente desde finales del siglo XIX con Alfred Haddon, Baldwin Spencer, Franz Boas, Margaret Mead y Gregory Bateson quienes fueron pioneros en utilizar dichos medios en sus trabajos de campo. Estos autores, segn Hernndez citando a Paul Henley, concibieron las cmaras como los microscopios de las ciencias sociales, los cuales podan aportar una descripcin objetiva de cualquier aspecto de una cultura (HERNNDEZ, 2006). Debemos tener presente entonces, que los medios audiovisuales tambin reflejan diferentes posicionamientos tericos y posturas polticas dependiendo del contexto histrico, geogrfico e intelectual en el cual se empleen. Fue a partir del llamado giro interpretativo de las ciencias sociales, que cambio el uso y el enfoque de dichos medios en antropologa. Por consiguiente, pensamos que hacer descripcin densa a partir de lo audiovisual lleva a reconocer la cmara, no como una herramienta que capta objetivamente una realidad, sino como un instrumento intersubjetivo que sirve a una intencionalidad, tanto de quien se encuentra detrs de ella como de quien se encuentra en frente. La cmara permite representar entonces, parafraseando a Roland Barthes: lo que el investigado quiere que vean, aquello que el investigador quiere ver y lo que el investigado cree que el investigador quiere ver (BARTHES, 1990). La realidad que el investigador social pretende describir no es una entidad ya dada para captarla; es una entidad que emerge con la observacin. (DURN RAMREZ, 2004:55) En una etnografa visual la cmara debe estar calibrada por una teora, una epistemologa y unos objetivos. Es decir, en el caso de nuestra etnografa sobre los usos rurales de la chiva, los medios audiovisuales sirvieron para enfocar aquellas expresiones patrimoniales, identitarias y culturales que encontramos alrededor de los buces escalera. La mirada de la cmara se vuelve as una mirada terica (ARDVOL, 1998:231) Para el tiempo en que iniciamos nuestro trabajo de campo ya se tenan planteados de antemano unos objetivos bien claros, a partir de los cuales obturabamos siempre buscando responder a esas intencionalidades. Nunca tuvimos un guion previo, no obstante, existi una metodologa anticipada en la que la presencia de la cmara jug parte fundamental de todo el proceso investigativo

16

En nuestro trabajo de campo los medios audiovisuales devinieron como cmaras participantes (JURE, 2000) estructuradas y estructurantes (BOURDIEU & WACQUANT, 1995) de la relacin observador-observado. Es decir, devenan como cmaras participantes pasivas en tanto esperbamos desprevenidamente el momento en que se produca una accin para filmarla. Por otro lado, devenan como cmaras participantes activas en tanto ramos provocadores de la misma accin, por ejemplo en el momento de las entrevistas. En el medio antropolgico visual, se suele aducir que cuando utilizamos medios audiovisuales en el trabajo de campo, la cmara es parte de nuestra mirada, actitud y relacin con el otro, y el producto obtenido es tanto un registro del objeto de investigacin como un medio de acceso a nuestra propia visin sobre l. (MOYA, ALVAREZ, CAMPANO, LANZENI, & TORRES AGERO, 2006:118) El texto antropolgico y el cine etnogrfico (como productos o resultados de una investigacin) son expresiones en dos lenguajes diferentes, pero igualmente vlidos como medios de construccin y difusion del conocimiento, en la medida en que cada uno se vale de s mismo para concretarse (HERNNDEZ, 2006). Del mismo modo habr que recordar a Angel Montes del Castillo cuando afirma: () ni las palabras son los hechos (cuentan los hechos con palabras), ni las imgenes son los hechos (cuentan los hechos con imgenes) (MONTES DEL CASTILLO, 2001:81). Por consiguiente, el reconocer al antroplogo como autor y la antropologa como una ciencia interpretativa y reflexiva, nos lleva a poscicionarnos desde la siguiente premisa de Cristian Jure: () la realidad es una construccin social, la imagen registrada es producto de un encuentro entre el realizador y quienes son filmados, ese encuentro es la realidad que se registra. A partir de all los filmes del cine-verdad no son documentos de la realidad donde el observador simula no estar, sino que son el testimonio de un encuentro, de un proceso donde interactan observador y observado. De este modo en el registro del encuentro flmico est no slo el sujeto filmado sino tambin quien lo observa y la presencia de la mquina que los registra. (Cristian Jure) (JURE, 2000). El advenimiento de los medios audiovisuales en el quehacer antropologico no ha sido casual, pues el estar inmersos en la denominada era de la informacin ha hecho que se tornen aun ms prximos a nuestra labor, sobre 17

todo por la posibilidad que brindan de difundir nuestros trabajos de una manera ms inmediata y masiva. Ademas, esta forma de comunicar el conocimiento antropolgico permite una mayor inclusin de pblico, ya que el audiovisual esta codificado en un lenguaje menos rgido y ms accecible que los tradicionales medios de comunicacin acadmica del conocimiento. Pensamos entonces, en una metodologa que articulara estos medios audiovisuales a las tcnicas antropolgicas tradicionales, como los diarios de campo, la observacin participante y las entrevistas semi-estructuradas. De esta manera nos inclinamos por la etnografa visual como una opcin metodolgica viable y de gran inters exploratorio en nuestro trabajo. As pues, exploramos la descripcin densa propuesta por Geertz, aquella que distingue un guio de un tic y los guios verdaderos de los guios fingidos (GEERTZ, 1992), en un trabajo donde se articularon las imgenes y los sonidos en un solo discurso antropolgico. Teniendo claras estas bases epistemolgicas del dato visual en campo, nos concierne ahora explicar nuestro procedimiento metodolgico, el cual se puede dividir en cuatro fases. Las tres primeras referidas a la recoleccin de datos y la ltima a la sistematizacin de la informacin. Cabe aclarar que los datos recolectados en campo, pretendieron siempre dar cuenta de las distintas formas en que los habitantes rurales se apropian fsica y/o simblicamente de los buces escalera. En esa medida, nos intereso describir audiovisualmente todo el proceso de construccin cultural de una chiva; desde los aspectos artesanales y tcnicos del carrocero, hasta los elementos estticos y simblicos aportados por los decoradores, conductores y campesinos. Es importante sealar que en nuestros primeros acercamientos a campo, se evit la presencia de las cmaras fotogrficas y de video, debido al impacto y al recelo que estas pudieron haber generado en un principio con nuestros sujetos de estudio. Ellas solo se emplearon despus de haber socializado y convenido el proyecto con las personas directamente involucradas en ste. Por ende se requiri un trabajo de campo preliminar, haciendo uso exclusivamente del diario de campo. El tiempo de estas primeras aproximaciones sin cmaras fue corto, ya que la afinidad generada con ellos y su actitud abierta permiti prontamente la aceptacin de la filmadora en la cotidianidad del taller. 18

En ese momento la presencia de la cmara se tornaba imprescindible, pues el carrocero y decorador del pueblo precisamente se encontraba remodelando una chiva. La construccin de este vehculo fue entonces la excusa perfecta para iniciar el trabajo de campo con el carrocero y decorador de escaleras de Pensilvania. Sobre nuestra estrategia metodolgica. Una de las partes claves de esta investigacin fue describir la labor de los carroceros, quienes son los encargados de construir y ensamblar el cuerpo de madera del bus escalera. Ello nos llevo a que en el primer mes y medio de trabajo de campo nos enfocramos estrictamente en describir este proceso, al mismo tiempo que fuimos describiendo por medio de lo audiovisual los materiales y el entorno en donde se desenvuelven las personas que construyen chivas en Pensilvania. Por su lado, con la labor del decorador de escaleras nos enfocamos en resaltar lo iconogrfico de su trabajo. Para ello resaltamos los elementos recurrentes de su produccin artstica. Es as que nos interes registrar visualmente tanto las pinturas, como el discurso detrs de ellas en voz del mismo realizador. Describimos y caracterizamos visualmente el proceso, las formas y las temticas recurrentes en las que se inspiran los decoradores para realizar su trabajo. Mientras presencibamos el proceso de construccin y decoracin de la chiva fuimos estableciendo una relacin cada vez ms cercana con el protagonista de tales tareas. Esto a la vez que generaba un ambiente distendido, permita que l nos expresara y nos contara, de manera cada vez ms elocuente y profunda, sobre su especialidad en las chivas. Estas charlas cotidianas que surgan mientras l trabajaba en la escalera, fueron la base para realizar cuestionamientos e interrogantes cada vez ms inteligentes y pertinentes sobre las chivas. Pues, como de todos es conocido las buenas respuestas solo se obtienen despus de realizar buenas preguntas. Cabe sealar que esta primera fase slo finaliz despus de la entrevista a profundidad al carrocero-decorador. El cuestionario del cual partimos para realizar la entrevista fue el resultado del tiempo que compartimos y durante el cual conocimos tanto a la persona como su labor.

19

La duracin de esta primera fase fue de aproximadamente tres meses de trabajo campo visitando continuamente el taller. Nuestra presencia y la de las cmaras en este lugar, se fue tornando as cada vez mas familiar para todo el gremio, especialmente para los ayudantes y los conductores de chivas quienes pasaban gran parte de su tiempo all. Esto nos permiti reconocer a los conductores ms interesados en contribuir con la investigacin, en la medida en que ellos, curiosos tanto por la decoracin de la nueva chiva como por nuestra presencia con las cmaras, comenzaron a acercarse y a realizar espontneamente sus aportes y consejos para la realizacin del audiovisual. Es as como pensamos, en este caso, que la presencia de la cmara ayud a tender ese puente comunicativo con nuestros sujetos de estudio. Despus de haber conocido las partes materiales y estticas de la chiva, buscamos conocer las partes ms importantes para el conductor. En esta segunda fase, que duro un mes aproximadamente, nos interes conocer la intima relacin que crea el sujeto con su vehculo. En esta fase del trabajo de campo, ya con la complicidad de la mayora de conductores del pueblo, iniciamos nuestras rutas en escalera por los corregimientos y veredas aledaas a Pensilvania. En estos viajes tuvimos chance de estar presentes con nuestras cmaras, para as conocer toda la cotidianidad de los conductores en la trocha. Haber tenido experiencia como arrumador y ayudante, as como poseer un gran conocimiento y elocuencia sobre el tema, fueron los parmetros que tuvimos en cuenta para seleccionar a la persona que representara la voz de los conductores. Casualmente nos topamos con el vocero legal de este gremio en Pensilvania. Posteriormente en la tercera fase de recoleccin de datos, nos concentramos en realizar una descripcin audiovisual de lo que conlleva un viaje en chiva en el contexto estudiado. Nos enfocamos entonces en resaltar, desde una mirada etic, lo que consideramos particular de los distintos tipos de viaje que se realizan en estos vehculos. Fue as que buscamos dar cuenta de aquellos productos que regularmente se transportan en chivas, destacando con ello cmo la escalera soluciona situaciones cotidianas relacionadas con las necesidades socio-econmicas de las personas del lugar. Por tanto, inspeccionamos audiovisualmente las distintas cargas que llevan las chivas ya fuesen pasajeros, mercados, materiales o animales. Para esto 20

registramos a manera de descripcin el proceso que conlleva cada uno de estos viajes y las modificaciones que implica en el vehculo. En este mismo periodo tambin se fueron explorando los hitos geogrficos por donde transcurren las rutas en chiva. Se busc entonces contextualizar espacialmente las actividades anteriormente mencionadas registrando los paraderos, las calles reales, los mercados, plazas, grutas y todos aquellos lugares de referencia en donde encuentra vida til la escalera. Finalmente, en esta fase de recoleccin de datos nos concentramos en dar cuenta de los sujetos que cotidianamente hacen uso de la chiva. Para ello centramos nuestra atencin en describir cmo los campesinos de las zonas rurales ms distantes de la cabecera municipal, encuentran til estos vehculos. Cabe anotar que en la realizacin de cada entrevista a profundidad, se hizo nfasis en cmo cada uno de los personajes, desde su cotidianidad, encontraba til la chiva, es decir, como se apropiaban ellos fsica y/o simblicamente del bus escalera.

Sobre la sistematizacin del dato visual. El proceso de sistematizacin de la informacin se inici desde la misma fase de recoleccin de datos, es decir, cada da de trabajo de campo donde se recolectaba informacin audiovisual ineludiblemente estaba acompaado de una sesin en la que se realizaba el pietaje de dicha informacin obtenida. Al referirnos al pietaje hacemos referencia a aquel procedimiento de examinar minuciosamente lo grabado, caracterizar sus contenidos y ubicarlos en el tiempo de la cinta (Patrimonio flmico colombiano, 2009). Esta catalogacin se hizo teniendo en cuenta nuestras unidades de anlisis (forma, flujos culturales, hitos geogrficos y sujetos) y sirvi para localizarlas y saber su duracin en el material audiovisual que se fue recolectando. Este proceso fue de gran utilidad puesto que nos permita ir sabiendo las falencias, tanto tcnicas como metodolgicas de la informacin recolectada. Esta pre-visualizacin de los datos nos permita tambin estar al tanto de la narrativa que iba adquiriendo el material aun sin edicin, asimismo nos facilitaba saber que informacin nos haca falta y cul deba ser mejorada.

21

Este procedimiento fue de gran utilidad a la hora de la edicin de la etnografa audiovisual, puesto que los datos que correspondan a cada una de las unidades de anlisis, ya haban sido previamente localizados y caracterizados en el material recolectado. En esta fase se dio inicio a un proceso de fraccionamiento de toda la informacin recolectada, ya que se agruparon los datos segn daban cuenta de: 1) la forma que le dan a la chiva, 2) los flujos culturales, 3) los lugares de referencia por donde transcurre el vehculo y 4) los sujetos que se apropian cotidianamente de la escalera. Despus de la seleccin y la edicin del material que hizo parte de cada categora o unidad de anlisis, se procedi a crear la narrativa definitiva de nuestra etnografa audiovisual. sta se concret gracias a la realizacin del guion, el cual fue un proceso que consisti en dar un orden final a los datos recolectados; con el fin de alcanzar una sola continuidad narrativa que diera cuenta del objetivo general de este proyecto. Es as, como nuestra descripcin antropolgica sobre las chivas se ve profundamente reflejada a travs de la narrativa que posee el audiovisual. No obstante, antes de definir el resultado final de nuestra etnografa se estableci una triangulacin de los datos, exponiendo el audiovisual a personas originarias de Pensilvania, a otros antroplogos y socilogos y a espectadores del comn. De lo anterior se recibieron crticas y observaciones que retroalimentaron y ayudaron a la refinacin final del audiovisual. Nos pareci supremamente conveniente y tico para la investigacin, atender especialmente las observaciones realizadas por las personas originarias del contexto estudiado, pues desde el punto de vista antropolgico, son quienes realizan las interpretaciones ms cercanas a su cultura. Es as como se privilegiaron las crticas y observaciones emic del audiovisual, antes que las consideraciones de personas diferentes a los sujetos implicados en el estudio. El resultado final de esta investigacin cualitativa, es un audiovisual etnogrfico titulado Las Reinas de la Trocha el cual ha procurado comunicar al espectador aquellos usos rurales que le dan valor patrimonial a la chiva en Pensilvania Caldas y sus corregimientos aledaos. Es as que, parafraseando a Dunav Kuzmanich quien cita a Graham Green, pretendemos que este trabajo sea una monografa que se lea en el tiempo que dura el audiovisual (KUZMANICH, 2008). 22

CAPITULO III Sobre las Reinas

Pensilvania es un municipio que hace parte del departamento de Caldas, el cual se encuentra ubicado en la zona oriental de este territorio limitando geogrfica y culturalmente con sus vecinos municipios del departamento de Antioquia. Pensilvania se halla a cuatro horas de distancia de la capital caldense, para llegar all se debe emprender el viaje por la carretera principal que conduce hacia Bogot, detenerse en el sector llamado Petaqueros y desviarse por una carretera secundaria que recorre varios corregimientos y que conduce primero al municipio de Manzanares, para despus finalizar en nuestro destino Pensilvania. Hay que sealar que esta carretera secundaria es explotada comercialmente por empresas privadas de transporte como Empresa Arauca, ya que este trayecto se encuentra totalmente pavimentado. Al contrario, lo que se consideran las carreteras terciarias o cuaternarias, es decir, las que parten de los pueblos o cabeceras municipales como Pensilvania hacia los corregimientos y las veredas, son aquellas que denominamos como trochas, en otras palabras, carreteras sin pavimentar. Vale decir que nuestro trasegar investigativo no solo nos llevo a explorar este municipio, sino tambin gran cantidad de corregimientos y veredas aledaas tales como Los Pomos, Santa Teresa, El Rio, La Florida, Puerto Venus (Antioquia), entre otras. Sin embargo, centramos nuestra atencin en las cuatro principales rutas que realizan diariamente las escaleras o chivas de Pensilvania hacia los corregimientos de Arboleda, Pueblo nuevo, San Daniel y la ruta que va hasta el municipio de Saman. Con el nombre de escaleras hacemos referencia a estos tipos de vehculos hechos con carrocera de madera, comnmente llamados chivas. En Antioquia y en el oriente caldense son ms conocidas por el primer apelativo, sin embargo, en otras zonas del departamento de Caldas es ms difundido el segundo. Para este texto hacemos uso de estos dos trminos indiscriminadamente. 23

Son las trochas las que hacen parte del monopolio de las rutas de las chivas en Pensilvania, es ms, ni los jepaos tienen tanta relevancia en ellas como las escaleras. Esto es debido a las grandes distancias de recorrido entre pueblo y pueblo, por eso los viajes deben hacerse con una cantidad considerable de pasajeros y de carga; para que valga la pena econmicamente el trayecto. Igualmente, en las zonas ms rurales, es decir, en los corregimientos y las veredas, el nmero de habitantes es mucho mayor que en la cabecera municipal por lo que es necesario vehculos de gran capacidad que puedan cumplir con las necesidades de movilidad de dichas personas en el campo. Indudablemente en las trochas de Pensilvania las escaleras mandan por encima de los jepaos, en este punto es oportuno resaltar entre dichos vehculos una marcada diferenciacin, basada no solo en su capacidad de carga sino tambin en su gnero, es decir, se habla de las chivas haciendo referencia al gnero femenino y de los jepaos al gnero masculino. Esto se puede percibir claramente en los nombres con que los conductores bautizan a sus vehculos, en el momento en que les estampan un nombre propio en el frente de la chiva o del jepao; sacndoles as de su anonimato. Entre estos nombres sobresalen lo siguientes: La Pastora, La Guarne, La Pecosa, La Menta, La Diesel y la Reina. Esta ltima llam nuestra atencin ya que en el frente de los jepaos tambin es comn encontrarse con el nombre de El Rey. Esta relacin de nombres con el contexto, llevo a bautizar nuestra etnografa audiovisual como Las Reinas de la Trocha. Las escaleras aunque de nombres femeninos solo son conducidas y trabajadas por hombres, ya que la labor de carrocero, conductor y ayudante de chivas es un trabajo manual que requiere sobre todo de fuerza. Asimismo, la labor de decoracin de escaleras aunque precisa mas de tcnica que de otra cosa, tambin es ejercida generalmente por hombres. Es as que lo femenino de las escaleras solo se queda en sus nombres, porque en el fondo las chivas se relacionan con una labor asociada a la fuerza y a la rudeza masculina. Las escaleras del oriente caldense, del mismo modo que las antioqueas, adems de ser bautizadas se caracterizan por ser del tipo cuadradas. Por su parte, las chivas que se encuentran comnmente en el norte de Caldas y en su capital, Manizales, se caracterizan por ser del tipo redondas. Esta diferencia se aprecia en el acabado del techo de la chiva, es decir, las 24

primeras terminan en ngulo mientras que el techo de las segundas termina en curva. Las escaleras de Pensilvania son reconocidas por ser unas de las ms bellas en el departamento de Caldas, destacndose sobre otras chivas por su tipo de decoracin y engalles. Lo primero se refiere al trabajo que realiza el decorador de chivas con la brocha, el pincel, y el comps en los laterales de madera, en la parte trasera o cola y en el frente del vehculo. Mientras tanto, el engalle es el trabajo que realiza el dueo o conductor de la chiva, el cual consiste en engalanar el vehculo con figuras de santos, plegarias, muecos, calcomanas, espejos, farolas, pitos, entre otros aditamentos. Uno de esos gallos que no puede faltar, es una buena consola de audio capaz de estremecer cualquier odo, ya sea el del pasajero o el de cualquier otra persona que se encuentre en su camino. Esta es una de las principales caractersticas de una buena engallada. De esa manera un viaje en chiva tambin se convierte en un viaje por las msicas populares de Colombia, a travs de la programacin musical que emiten las emisoras de los pueblos. Y ahora con la llegada de nuevas tecnologas como el mp3, los viajes en escalera se han tornado en un popurr que nos lleva por todos los gustos musicales del conductor, quien se toma su tiempo para hacer las veces de disc jokey. Actualmente transitan por las trochas de Pensilvania 18 de estas coloridas y sonoras escaleras, las cuales se reparten aleatoriamente el orden de las ocho rutas que existen hacia los diferentes corregimientos y veredas. Esto se hace para que no haya un beneficio econmico desigual entre colegas, ya que unas rutas son ms concurridas que otras. De igual manera, para que exista aun ms equidad entre ellos, cada escalera debe descansar una semana de por medio, para as brindarle la oportunidad a otra que tiene su misma ruta. Estos tiempos de descanso son aprovechados por los conductores y especialmente por sus ayudantes para realizar el mantenimiento mecnico de las chivas, ya que los viajes por estas trochas siempre implican en el vehculo reparaciones semanales. Los conductores cumplen con una ruta cada semana y as completan este ciclo de rutas cada cuatro meses. En el pueblo, ser dueo o poseer econmicamente parte de una escalera, es un negocio que brinda bastante estabilidad econmica. El valor de una chiva oscila entre ciento cincuenta y ciento ochenta millones de pesos, razn por la 25

cual es habitual que posean varios dueos, de manera que en Pensilvania no es raro encontrar familias ligadas econmicamente a travs de un bien comn como la escalera. Por lo tanto, ser dueo de una chiva proporciona un grado considerable de prestigio social, del mismo modo que ser conductor o ayudante implica un gran reconocimiento en las veredas y en los corregimientos. Estos personajes se vuelven figuras pblicas de las cuales la mayora de habitantes depende para viajar y transportar sus mercancas en el campo, en consecuencia siempre es conveniente para el campesino fomentar una buena relacin con ellos. Se hace visible entonces una cadena laboral la cual encabeza el dueo de la escalera, pasa por el conductor (dueo en ciertos casos), seguido por el ayudante quien se encarga de cobrar los pasajes y hacer la mecnica del carro y que finaliza en el rango ms bajo, sea el de arrumador o vultiador quien es el encargado de organizar y distribuir la carga dentro de la escalera y arriba en el capacete. La figura del decorador de escaleras es un poco ms discreta e inadvertida, ya que l solo se entiende en esta cadena con el dueo del carro. Por lo regular las personas relacionan la decoracin de la chiva con el gusto particular del conductor, sin embargo, la labor del decorador es la que gua por sobre todo la apariencia de estos vehculos. Tanto la decoracin como las mismas escaleras de Pensilvania tienen sus orgenes en Antioquia, ya que las primeras chivas en llegar al pueblo procedieron aproximadamente en los aos 50s desde Medelln y en algunos otros casos desde la ciudad de Manizales. Es ms, en esos aos el primer decorador en trabajar en las chivas del pueblo fue Juan Echavarra, quien es uno de los precursores de esta labor en tierras antioqueas. Asimismo el decorador actual del pueblo proviene de dicha escuela y tradicin paisa, pues su oficio lo aprendi pasando aos como ayudante de los mejores decoradores de escaleras en Medelln como lo son los nacionalmente famosos Tarzn y Pingino. Este decorador se encuentra radicado en Pensilvania desde hace ms de 25 aos, en los cuales ha ejercido tanto su trabajo en la decoracin como su oficio en la carrocera, es decir, la construccin del cuerpo o la estructura en madera de la escalera. No es comn toparse con alguien que posea esta doble profesin, no obstante, en este momento solo se dedica a su

26

verdadera pasin que es la decoracin, ya que desde hace varios aos reside en el pueblo otro carrocero. La labor de carrocera y decoracin de escaleras es un oficio que se aprende tal cual se estudia una carrera en una universidad solo que en este caso no se habla de estudiantes sino de ayudantes. De esta manera el ayudante requiere un adiestramiento de aproximadamente cuatro a cinco aos trabajando al lado de un profesional, tiempo en el cual se van aprendiendo las tcnicas y el manejo de las herramientas, los gajes y las maas del oficio. El punto de partida del trabajo en la carrocera de escaleras es el chass o el esqueleto del carro, dichos esqueletos metlicos provienen en gran medida de buses que se encuentran aportas de terminar su vida til en las grandes ciudades. Estos vehculos son desnudados de su laminaje y de su silletera hasta dejarlos en el chasis, el cual ms adelante es re-utilizado y sirve como la base sobre la cual ir montada la estructura en madera de la chiva. Por eso se dice que la escalera es un hibrido ya que resulta de revivir a travs de la madera el esqueleto de un vehculo en desuso, en Pensilvania sobresalen los chass de Dodge 70 y 80. Es a partir de all que la madera tipo comino o abarco es utilizada para vestir de nuevo el carro, esta vez al estilo chiva; este estilo se caracteriza por ser una estructura compuesta solo de madera y de herrajes. El hecho de que el material preponderante de las escaleras sea la madera no es un hecho casual, ya que es uno de los pocos materiales que posee la cualidad de escualizar fcilmente en las trochas. Los conductores definen este trmino como la capacidad que posee la madera de doblarse y volver a su forma original. Esta flexibilidad es supremamente necesaria, ya que las trochas a las que se ven enfrentadas las chivas, poseen gran cantidad de huecos profundos conocidos como negativos. Es por eso que los buses cerrados aunque quieran enfrentar estas carreteras por lo regular no salen triunfantes en el intento, ms de una vez se ha dado el caso en que las escaleras deben dirigirse hacia la trocha para remolcar buses que han quedado atascados en negativos, en pantanos o que simplemente han quedado varados por lo agreste del terreno. La carrocera de la escalera se caracteriza tambin por la construccin abierta de uno de sus laterales, ya que por all es por donde entran los pasajeros, la carga e incluso los animales. Tener un lateral descubierto es sinnimo de acogida, pues siempre cabe alguien ms, aquel que no se suba a la chiva es porque no encuentra de donde aferrarse ms no porque el

27

sobrecupo as lo impida. Esta es una de las diferencias tajantes entre los buces cerrados y los buces escalera. Otra caracterstica principal del estilo de la carrocera de la chiva es que debe ser pensada para el trabajo de la decoracin. Por lo tanto se debe contar adems del espacio en sus laterales y frente, con una lmina en la parte trasera del vehculo la cual sirva como lienzo para que la inspiracin del decorador quede all plasmada. A este espacio en la parte trasera de la chiva se le conoce como el paisaje. La decoracin de escaleras es un arte que en un principio se aprende plagiando al maestro, intentando que el estilo del decorado sea muy similar al de l. Con el paso del tiempo se va conquistando la experiencia necesaria para adquirir un estilo propio, y es ah donde el decorador empieza a improvisar y a innovar en su oficio. El trabajo de decoracin se refiere principalmente al manejo de la brocha gorda en el proceso de los fondos de pintura, a la habilidad con el pincel en lo referente al dibujo en el paisaje y a la destreza con el comps en el proceso del acabado de los laterales de la chiva. Esta ltima tcnica es la que ms le da prestigio al trabajo del decorador, ya que es la cualidad esttica que ms se valora en una escalera. Los colores mayormente empleados en la decoracin son el amarillo, verde, azul, blanco, rojo, rosado y caf. Una buena decoracin depende tanto del estado de nimo del decorador para combinar estos colores, como del tiempo que se le haya dado para realizar un trabajo meticuloso, ya que los apuros son un enemigo del detalle en la decoracin de escaleras. Uno de esos detalles particulares que solo se plasman en ciertas ocasiones es la decoracin de los telares interiores de la chiva, ya que esto es un trabajo especial que no se hace en todas las escaleras. Este encargo consiste en decorar con mini-paisajes aquellos laterales que tienen a la vista los pasajeros a lado y lado del interior del vehculo. Es un trabajo que se hace segn la calidad de los honorarios recibidos o segn la amistad entre el decorador y el dueo del carro. Algunos dueos de chivas viajan horas desde sus lugares de origen solo para que su vehculo sea trabajado por su decorador de confianza. La relacin entre ellos regularmente perdura por mucho tiempo, pues aproximadamente cada tres aos se retoca la pintura y cada diez se vuelve a decorar, ya que esa es la vida til promedio de la madera de la carrocera de una chiva. 28

Aunque la decoracin de escaleras se realiza siguiendo unos parmetros estticos y tcnicos bien definidos, en este arte se pueden percibir ciertas tendencias las cuales llevan a relacionar y a diferenciar escuelas y estilos en la decoracin de chivas. Por ejemplo las escaleras antioqueas y del oriente caldense tienden a identificarse por la gran cantidad de dibujos hechos a base de comps y de regla, mientras que las del norte de Caldas y las del departamento del Risaralda se caracterizan por verse ms desnudas en su decorado, es decir, sobresalen ms en sus laterales el color de la pintura de fondo que la misma decoracin con el comps. En este trabajo de la decoracin se puede apreciar cmo se conjugan dos expresiones artsticas bien claras, por un lado se ve representada una literalidad de la imagen expuesta en el paisaje de estos vehculos, mientras que por el otro, se exhiben los conceptos abstractos de una decoracin hecha a base de comps en sus laterales. Es en ese sentido que el decorador de chivas considera su oficio como una manifestacin artstica ms y en realidad as lo es. l, tal cual un artista de academia, adems de requerir una tcnica necesita de cualidades como la creatividad, la innovacin y la improvisacin para realizar una buena obra. Actualmente el arte de la decoracin de escaleras se ha visto influenciado por el uso de nuevas tecnologas, tal es el caso del escaneo de los paisajes. En algunas ciudades el paisaje que va en la parte trasera de la chiva est siendo hecho a travs de diseos en computadora, los cuales se estampan en el vehculo tal cual como se pega una lmina en un lbum de figuras. Sin embargo, para profesionales que llevan muchos aos en este oficio, las personas que hacen este tipo de trabajo nunca podrn llamarse a s mismos decoradores de escaleras. Mientras tanto para el trabajo con el comps no se ha encontrado remplazo an, ya que esta tcnica sigue siendo uno de los rasgos ms representativos de la decoracin de una verdadera chiva, tanto as, que se afirma: de no existir comps no existira la decoracin. As como se necesita de tiempo de preparacin para llegar ser un buen decorador, de igual manera se necesita de todo un proceso que requiere de aos de experiencia para llegar a ser conductor de escaleras.

29

Esta es una labor a la que se llega solo despus de haber trabajado largo tiempo como arrumador y como ayudante. Aunque si se es hijo varn de un conductor de escaleras, estas etapas pueden ser obviadas y se puede ir aprendiendo este oficio desde muy temprana edad. Hay jvenes que van aprendiendo a manejar mientras estacionan y mueven la chiva en el parqueadero, aunque hay otros padres ms osados que dejan a sus hijos dar sus primeros pinos directamente en la trocha, incluso con carga y pasajeros a bordo. Este tipo de conductores que nunca tuvieron experiencia previa trabajando como arrumadores y ayudantes se les conoce con el remoquete de patas bravas, ya que por no poseer mucha experiencia previa y desconocer muchos trucos de su oficio sus vehculos requieren siempre un poco ms de reparacin que los del resto. Por el contrario las personas que ascienden de rango peldao por peldao, son aquellos que aprenden todos los gajes y las maas necesarias para ser un buen conductor. En especial hay que resaltar la etapa de ayudante en la cual se aprende a manejar, mecaniquear y a llevar las finanzas de una escalera. El ayudante debe ser una persona de extrema confianza para el conductor pues l se convierte en su mano derecha en la trocha, tanto para sortear los pasos malos, como para hacerle frente a las averas del carro en estas montaas. El conductor deposita en l tanta confianza que siempre se le perdonan los pequeos desfalcos que hace del dinero que cobra a los pasajeros, ya que cada conductor tambin lo hizo en su tiempo. Para ser conductor y ayudante de escalera se debe de ser una persona arriesgada que no le tema a las condiciones de la trocha, en especial a las temporadas de lluvia. En pocas invernales la montaa se vuelve tan traicionera que hasta el mismo pasajero lo piensa dos veces antes de emprender su trayecto en chiva. Sin embargo son estas mismas inclemencias del clima las que hacen brotar el sentido de solidaridad y de colegaje en el gremio. En el momento en que la trocha se vuelve ms inestable y constantemente se dan derrumbes y atascamientos, se planean los llamados convites, los cuales consisten en que cada conductor de escalera sede un ayudante para que este vaya a socorrer al vehculo que est atascado o si es el caso se dedique a palear el derrumbe y abrir de nuevo el paso por la carretera. En conclusin, la experiencia que el conductor posea en la trocha es lo que lo hace que un viaje sea ms o menos confiable, ya que para sortear estas 30

rutas se necesita de un ojo entrenado para prever los pasos malos y los negativos ms peligrosos, as como de una precisin milimtrica para calcular el paso del vehculo por los despeaderos, en los que a veces hasta las llantas deben sobresalir un poco del camino por falta de espacio en la carretera. Conductores con estas cualidades sobran en Pensilvania pero quien ms se destaca es el apodado Preparo, quien lleva ms de cincuenta aos manejando escaleras. Este personaje posee fama de ser el ms arriesgado en el pueblo, ya que nunca le ha importado la inclemencia del clima, el peso de la carga, o el mal estado de la trocha o de su vehculo para salir de viaje. Hasta los conductores ms antiguos del pueblo, ya retirados, como Augusto Gil, Joaqun Pamplona, Gustavo Gonzales, Anbal Arango, Marino Cardona y Gerardo Cusumba lo reconocen como un conductor legendario en el oriente de Caldas. Ellos tambin opinan que las chivas siguen siendo vehculos mucho ms seguros que los buses cerrados, ya que las escaleras son hechas en madera y que en ellas no se pueden alcanzar grandes velocidades debido a que las condiciones de la trocha no permiten manejar a ms de veinticinco kilmetros por hora. Aseguran que en un accidente no hay tantos fallecidos ni heridos como los que se dan con los buses cerrados en las grandes autopistas. En los aos 50s, cuando estos ex conductores todava manejaban, solo haban seis chivas en Pensilvania. Recuerdan de esa poca la llegada de los buses cerrados al pueblo y recalcan que antes de eso incluso empresas privadas de transporte, como Empresa Arauca, tenan sus propios buses al estilo chiva, los cuales hacan el recorrido entre las cabeceras municipales de Manzanares y Pensilvania. Como es por muchos conocido el oficio de conductor es un trabajo reconocido, agradecido y valorado en el pueblo, un ejemplo de ello, aparte del respeto y la admiracin que las personas adultas les demuestran a estos personajes tan arriesgados, es la forma en que los nios idealizan este trabajo, pues lo tienen como uno de sus sueos para lograr de adultos, tanto como llegar a ser futbolistas o doctores. Este respeto se sobreentiende porque conductores y pasajeros se necesitan mutuamente para subsistir en el campo. Las escaleras son el medio de transporte ms importante que tienen los habitantes de los corregimientos y las veredas con la cabecera municipal, de esa manera el campesino puede transportar lo que produce y comerciarlo en el pueblo, as como tambin reabastecer sus hogares en las zonas rurales. De tal forma estos vehculos se 31

convierten en uno de los eslabones claves que mueven la economa de estos territorios. Por lo regular el viaje del campesino a la cabecera municipal puede durar de dos a cuatro horas dependiendo del corregimiento o la vereda en la que viva. Sin embargo, estos horarios son poco fiables pues la duracin del recorrido en la escalera es tan flexible como la madera misma con las que estn hechas; todo depende del estado en el que se encuentre la escalera y la trocha, adems de la carga que se lleve o se recoja por el camino. El pasajero sabe que no debe llevar apuros, pues regularmente se da el caso de tener que esperar a que el capacete o techo de la chiva se cargue de caa de azcar o de bultos de caf para continuar la ruta. En dichas rutas es una obligacin detenerse en cada pueblo para recoger nuevos pasajeros y nueva carga, tambin son importantes las paradas en los llamados aguapaneleaderos que se encuentran en la trocha. En estos altos el pasajero aprovecha para bajar de la escalera, comer algo y tomarse un tiempo para descansar de la silletera de estos vehculos que por lo regular es ms de madera que cojn. Tambin es importante estar atentos de persignarse al pasar por las grutas que se encuentran a lado y lado de la trocha. Estos son monumentos que hacen tanto los campesinos como los conductores de escaleras en muestra de la devocin que le tienen a algn santo. Es comn encontrarse con grutas en las que los conductores han dejado depositadas all sus farolas fundidas como una muestra de fe al santo al cual le rezan por el bienestar de sus viajes en la trocha. Otras particularidades de los viajes en las escaleras de Pensilvania es que en ocasiones el vehculo llega a hacer las veces de ambulancia, en la cual se transportan enfermos, mujeres embarazadas y hasta cadveres que provienen de las zonas rurales ms alejadas. En otras situaciones se convierte en remolque para motos y gra para carros varados si es necesario. La chiva posee la facilidad de recibir a todos y de transportar casi cualquier cosa, incluso, el tercer lunes de cada mes cuando se realiza la feria en la cabecera municipal, las escaleras se transforman en una especie de corral de animales pues al vehculo se le remueven unas cuantas sillas y es en ese espacio en donde se transportan gallinas, cerdos, terneros y hasta vacas. La escalera al hacer parte de toda esta cotidianidad ha logrado instituirse como uno de los emblemas del pueblo, tanto as que en el desfile de 32

comparsas de las Fiestas del Hacha siempre se le rinde su homenaje. Los recuerdos o suvenires que se venden en estas fiestas resaltan sobre todo los tres principales smbolos de Pensilvania que son el hacha, el caf y sus escaleras. No obstante al apego que se le demuestra a las chivas, en el pueblo han ido ganando terreno las motocicletas como un medio de transporte particular, en especial para las personas que diariamente se desplazan de la cabecera municipal hacia los corregimientos y veredas. Sin embargo los motociclistas siguen dependiendo en cierta medida de la escalera, es decir, las personas por lo regular adaptan sus horarios de viaje al horario de salida de las chivas. Esto se hace porque el motociclista viaja previendo el caso de una avera o de algn otro inconveniente con su vehculo en la trocha, en esos casos la chiva que vendra detrs de ellos servira para remolcarlos y permitirles llegar a su destino. De no tener esta prevencin podran estar varados por muchas horas en la trocha hasta el paso de una escalera. A pesar de esto, las chivas siguen ostentando un papel importantsimo en la vida del campesino promedio, el cual no posee en esta geografa de montaa otro medio mecnico para transportarse ms que las escaleras. En este territorio caldense la chiva se ha convertido en uno de los pocos vehculos que ha sabido satisfacer ntegramente las necesidades de los campesinos, necesidades que estn ntimamente ligadas a la produccin agrcola, especialmente en lo que se refiere al cultivo del caf. Dicha empresa es la principal actividad econmica de los habitantes en estas montaas, por lo tanto, el servicio de transporte que brinda la chiva es imprescindible. Un ejemplo de la importancia de las escaleras dentro de este contexto cafetero es la capacidad que tienen de transportar, en un solo viaje, ms de diez toneladas de caf, lo que equivale a doscientos cincuenta sacos de este producto conducidos desde los distintos corregimientos y veredas hasta la cabecera municipal de Pensilvania. De esta manera se hace visible la estrecha relacin que guardan las escaleras y el caf, por lo tanto no es de extraar que la mejor poca para las chivas coincida con la temporada de cosecha. En estos periodos se garantizan buenos ingresos econmicos ya que por un lado los viajes se hacen con las escaleras colmadas hasta el capacete de bultos de caf, y por otro, con la llegada de dinero a los campesinos se garantiza que en las semanas siguientes a la cosecha las chivas estarn apiadas.

33

Con este trmino definen a las escaleras que viajan con una inmensa y poco usual cantidad de pasajeros, los cuales desbordan las dimensiones del vehculo y lo hacen ver tan atiborrado y tan compacto como una pia. Para este tipo de viajes el conductor debe contratar un ayudante de ms, pues uno solo no da abasto para tantos pasajeros. De acuerdo con todo lo expresado anteriormente, percibimos y podemos decir que la chiva hace parte del paisaje cultural cafetero, en la medida en que ella existe porque existe una relacin profunda de ella con la cotidianidad del campesino, con la produccin de caf y con la produccin de unas formas de sentir, de habitar y de ver el mundo en las zonas rurales del oriente caldense. De este modo las escaleras llegan a formar parte de ese repertorio cultural que poseen las veredas, los corregimientos y los pueblos cafeteros. Como parte de ese repertorio cultural la escalera se ve constantemente arropada por diversas apropiaciones rurales, ya sea como un objeto fsico que utiliza el pasajero para transportar sus productos y relacionarse socioeconmicamente con otras poblaciones, o ya sea a travs de una apropiacin en tanto objeto ideolgico que representa y moldea percepciones, tal y como refleja el decorador con su obra de arte y como la que establece el conductor con la engallada de su propia chiva. En estas manifestaciones se ven representadas las distintas formas en que un pueblo se apropia de una expresin cultural ya sea usndola, construyndola, bautizndola, pintndola, decorndola o engallndola. La unin de estas apropiaciones son las que llenan de significado y de sentido a las escaleras en Pensilvania, la chiva as, no solo transporta pasajeros y carga, tambin transporta toda una herencia y un contenido cultural que en este texto y en el audiovisual se tratan de advertir. Conocer cmo en la vida rural se apropia y se configura un medio de transporte, nos lleva a concluir que la chiva forma parte de una materialidad cultural que refuerza el sentido de pertenencia a la idiosincrasia del campesino. Es de esta manera que pensamos que la escalera, como expresin de una identidad cultural, posee una significacin propia en el entorno de la vida rural, diferente de cmo se perciben y se re-significan estos vehculos en los contextos urbanos con las llamadas chiva tours. Parafraseando a Arvalo, si reconocemos las chivas como una de las manifestaciones y una de las expresiones ms relevantes y significativas culturalmente para el campesino, asimismo estaremos reconociendo el gran valor tnico y simblico que ellas encarnan. En ese sentido la chiva se 34

concibe como un rasgo cultural que identifica a la sociedad campesina y que marca a su vez una diferencia frente a las sociedades de las grandes urbes en Colombia. Ser consientes de ello nos llevara a definir o por lo menos a concebir las escaleras como un patrimonio cultural de las zonas rurales en el eje cafetero. (ARVALO, 2004) Asociar la materialidad de estos vehculos con unas formas interiorizadas de ver el mundo en la vida rural, nos ha llevado a considerar las chivas como un bien patrimonial mixto en la medida en que en ellas encontramos un juego de elementos culturales, tanto materiales como inmateriales, que se retroalimentan, le dan un significado completo y llenan de vida a las chivas en Pensilvania. Es por eso que los aspectos materiales de las chivas no pueden describirse e interpretarse sin la luz develadora de las practicas, conocimientos, costumbres, representaciones y expresiones inmateriales que giran alrededor de estos vehiculos, las cuales han emanado de toda una tradicion y de una identidad cultural ligada a la idiosincrasia del campo. Ser concientes del contenido cultural que encierran las escaleras, conlleva tambin a reconocer el dilema que implica la dependencia de stas a la trocha. Este dilema consiste en que, por un lado se reconocen los riesgos que envuelven las carreteras destapadas, pero por el otro se debe reconocer que la pavimentacin de la trocha tendra innegables impactos en la cotidianidad de las chivas rurales, uno de ellos sera la llegada de las empresas de transporte privado a sus rutas. Es as como creemos que si en un futuro se pavimentan las trochas, la vida de las escaleras del campo se ver desplazada y se transformar en la vida de las chiva tours de las grandes ciudades. Posiblemente eso conlleve a que la tradicional decoracin y engallada de las escaleras se transforme en algo ms sobrio o que simplemente tienda a desaparecer para darle cabida a los avisos publicitarios de las empresas de tours. Por otro lado, no se puede pensar en las chivas como una expresin cultural esttica e inalterable pues la capacidad camalenica de ellas y el ingenio de la gente que las trabaja, nos ensea cmo actualmente se han ido adaptando y re-significando tambin estos vehculos en las zonas rurales. Esto se percibe en cmo se han incorporado a la decoracin de escaleras iconografas cada vez ms mediticas y globales, por ejemplo, ahora podemos ver dibujados en los paisajes de las escaleras el metro de Medelln, la torre Eiffel o el puente de Brooklyn de Estados Unidos.

35

Sin embargo todava se le puede augurar muchos aos de vida a las chivas rurales, a su decoracin con el comps y a que perduren en estos lienzos rodantes los retratos del campesino acompaado por su mula, la plaza del pueblo o el santo de devocin del conductor. En pocas palabras, podemos decir que en el oriente caldense la chiva o escalera sigue representando un legado de la vida campesina y un legado de las races paisas de sus habitantes, en ese sentido las escaleras adems de representar un bien patrimoniable en estas zonas rurales, representan tambin una prueba viva de la colonizacin cultural de los antioqueos en Caldas. Esta es una de las impresiones ms fuertes que nos ha dejado nuestro trasegar investigativo, la cual esperamos haya sido bien argumentada a travs del texto y logre ser bien representada a travs del audiovisual. Es por eso que se invita al lector a no dejar pasar por alto la etnografa audiovisual titulada Las Reinas de la Trocha, la cual es el elemento transversal de esta investigacin. Por ltimo, cabe aclarar que este texto al igual que el audiovisual no pretenden servir como fines en s mismos, sino que con suerte, servirn como medios para describir y reflexionar sentidos y significaciones, conservar y transmitir memorias, conocer y reconocer las distintas formas de habitar de la cultura cafetera en sus cotidianidades rurales.

36

FICHA TCNICA DEL DOCUMENTAL Ttulo del documental: Las Reinas de la Trocha Director: David Andrs Valencia Salazar E-mail: [email protected] Ao de produccin: 2010 Localizacin de rodaje: Pensilvania, Caldas, Colombia Pas de produccin: Colombia Duracin: 43 minutos Formato de rodaje: Mini Dv casera (Panasonic Mini Dv NV-GS4) Programa de edicin: Adobe Premiere Pro CS3 Formato de proyeccin: DVD Idioma dilogos: espaol Idioma subttulos disponibles: ingls Sinopsis: Las Reinas de la Trocha es un film documental que muestra la carga simblica que transportan las chivas o buses escalera en las zonas rurales, las cuales se perciben como una expresin cultural propia de la idiosincrasia campesina en los pueblos, corregimientos y veredas cafeteras.

Bio-filmografa del director: David Andrs Valencia Salazar es un antroplogo que hace parte del colectivo de investigacin FOCUS (Laboratorio de Anlisis y Produccin Audiovisual desde las Ciencias Sociales) el cual se especializa en la investigacin social a travs de los medios audiovisuales, especficamente en lo referente al cine de gnero documental y etnogrfico. Como experiencia previa a Las Reinas de la Trocha se puede nombrar el documental-denuncia Viviendo la Comuna la cual se realizo entre los aos 2009 y 20010 en la ciudad de Manizales. Proyecciones, festivales, premios: -Mejor Documental Primera Feria Audiovisual y Cinematogrfica de Caldas. -Proyeccin Segundo Festival de Cine de Pensilvania. 37

BIBLIOGRAFA

ARDVOL, E. (1998 ). Por una antropologa de la mirada. Revista de dialectologa y tradiciones populares Tomo 53 Cuaderno 2 , 217-240. ARVALO, J. M. (2004). La tradicin, el patrimonio y la identidad. Revista de Estudios Extremeos , 925-955. ARIAS DUQUE, D. (2006). Patrimonio cultural de Caldas como constructor de identidad (Trabajo de grado: para optar el ttulo de profesional en licenciatura en ciencias sociales - Universidad de Caldas). Manizales. BARFIELD, T. (2001). Diccionario de Antropologa. Barcelona: Bellatera. BARTHES, R. (1982). La cmara Lcida. Barcelona: Paidos Comunicacin. Ibrica. BOURDIEU, P., & WACQUANT, L. (1995). Respuestas por una antropologa reflexiva. Mxico: Grijalbo. CALDERN, C. (1992). Las chivas de Pitalito. Lmpara No 117, vol 30 , 11-13. CARMN, M. (1999). Naya Ciudad Virtual de Antropologa y Arqueologa. Recuperado el 10 de Mayo de 2009, de Naya Ciudad Virtual de Antropologa y Arqueologa: http://www.antropologia.com.ar/articulos/visual05.htm DURN RAMREZ, J. (2004). La nueva teora social y la investigacin cualitativa: un paradigma renovado. Acta Universitaria Vol. 14 No.3 , 50-57. FERRO MEDINA, G. (1994). A lomo de mula. Santaf de Bogot: Bancaf. FUNDACIN CAMIONES DE ESCALERA. (s.f.). Recuperado el 10 de Abril de 2009, de Fundacin Camiones de Escalera: http://www.camionesdeescalera.org/index.php GEERTZ, C. (1992). La interpretacin de las culturas. Barcelona: Gedisa. GIMNEZ, G. (s.f.). Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Recuperado el 10 de Abril de 2009, de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes: sic.conaculta.gob.mx/documentos/834.doc

38

GIMNEZ, G. (1997). Materiales para una teora de las identidades sociales. Frontera Norte Vol. 9, no.18 , 9-28. HERNNDEZ, R. (2006). Argumentos para una epistemologa del dato visual. Cinta de Moebio: Revista electrnica de Epistemologa de Ciencias Sociales No. 26 . JURE, C. (2000). Naya Ciudad Virtual de Antropologa y Arqueologa. Recuperado el 15 de Mayo de 2009, de Naya Ciudad Virtual de Antropologa y Arqueologa: http://www.naya.org.ar/congreso2000/ponencias/Cristian_Jure.htm LARRAIN, J. (2001). Cap. 1 El concepto de identidad (pg. 21-48). Santiago de Chile: Lom. LPEZ BARBOSA, F. (3 de Mayo de 2004). Red Nacional de Museos. Recuperado el 11 de Abril de 2009, de Red Nacional de Museos: http://www.museoscolombianos.gov.co/documentos/Fernando%20Lspez.pdf MEJA ARANGO, J. L. (1998). En el recodo de todo camino. Santaf de Bogot: Bancaf. MONTES DEL CASTILLO, . (2001). Films etnogrficos : la construccin audiovisual de las otras culturas. Comunicar No.16 , 79-87. MOYA, M., LVAREZ, C., CAMPANO, P., LANZENI, D., & TORRES AGERO, S. (2006). Antropologa e imagen desde la periferia. Revista Chilena de Antropologa Visual No.16 , 111-120. MUNRO, T. (1962). La forma en las artes: panorama de morfologa esttica. Buenos Aires: Ediciones 3. PATRIMONIO FLMICO COLOMBIANO. (2009). Recuperado el 25 de Mayo de 2009, de Patrimonio flmico colombiano: http://www.patrimoniofilmico.org.co/info/directrices.htm ROSAS MANTECN, A. (1998). El patrimonio cultural. Estudios contemporneos. Presentacin. Alteridades , 3-9. RUIZ GMEZ, D. (1986). El camin de escalera. Lampara No 100, Vol 24 , 23-35.

39