Las reinvenciones de Berlín (1871-2012)

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1 Universitat Rovira i Virgili Facultad de Letras Máster en Sociedades Históricas y Formas Políticas en Europa Curso: La cuestión regional en Europa Profesor: Aarón Gutiérrez Palomero Estudiante: Ysrrael Camero Las reinvenciones de Berlín (1871-2012) El núcleo primigenio de la ciudad de Berlín se encuentra enclavado a las orillas del río Spree. Su valle, de escasos 5 kilómetros de ancho, se encontraba ubicado en la encrucijada entre dos importantes rutas comerciales, aquella que se proyectaba desde Sajonia hasta Bohemia y la que se desarrollaba entre los ríos Elba y Oder. En dicha confluencia regional, a mediados del siglo XIII aparecieron dos pequeños núcleos urbanos, Cölln en 1237, sobre una isla en medio del Spree, y Berlín, en 1244, sobre su orilla. Progresivamente ambos pueblos se fundieron en una sola ciudad en 1307. Esta población se encuentra en el centro de Brandeburgo, marcando el espacio de su hinterland cultural y socioeconómico. A pesar de convertirse en la capital del Estado de Brandeburgo en 1415 su conversión de una pequeña aldea en una ciudad moderna se inició en el siglo XVII. El desarrollo de Berlín está, de esta manera, imbricado con la expansión de Brandeburgo-Prusia y con la dinastía imperial de los Hohenzollern. La política de expansión de Prusia impulsó la consolidación urbana de Berlín. Federico Guillermo, el Gran Elector, luego de ascender al trono en 1640, ordenó una transformación urbana de importantes dimensiones, no sólo se fortificó la urbe, sino que se pavimentaron sus calles y se colocó alumbrado público. El ingeniero del electorado, Johann Gregor Memhardt, y Johann Arnold Nering, fueron los responsables de las obras concluidas en 1683. La fortificación, asegurando las defensas urbanas, se extendió más allá del núcleo original de Berlín-Cölln, a Werder, convertido desde ese momento en Friederichswerder. Luego se sumaría a éste núcleo primigenio un nuevo asentamiento “al otro lado del lecho del Spree hasta Oberbaum” 1 , el barrio de 1 Abenstein y Fiedler, p. 18.

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La ciudad de Berlín ha sido creada, inventada, reconstruida, demolida y vuelta a reconstruir desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XXI. Acá un trabajo que realicé sobre las transformaciones de Berlín entre 1871 y 2012.

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Universitat Rovira i Virgili Facultad de Letras Máster en Sociedades Históricas y Formas Políticas en Europa Curso: La cuestión regional en Europa Profesor: Aarón Gutiérrez Palomero Estudiante: Ysrrael Camero

Las reinvenciones de Berlín (1871-2012)

El núcleo primigenio de la ciudad de Berlín se encuentra enclavado a las

orillas del río Spree. Su valle, de escasos 5 kilómetros de ancho, se encontraba

ubicado en la encrucijada entre dos importantes rutas comerciales, aquella que

se proyectaba desde Sajonia hasta Bohemia y la que se desarrollaba entre los

ríos Elba y Oder. En dicha confluencia regional, a mediados del siglo XIII

aparecieron dos pequeños núcleos urbanos, Cölln en 1237, sobre una isla en

medio del Spree, y Berlín, en 1244, sobre su orilla. Progresivamente ambos

pueblos se fundieron en una sola ciudad en 1307. Esta población se encuentra

en el centro de Brandeburgo, marcando el espacio de su hinterland cultural y

socioeconómico.

A pesar de convertirse en la capital del Estado de Brandeburgo en 1415 su

conversión de una pequeña aldea en una ciudad moderna se inició en el siglo

XVII. El desarrollo de Berlín está, de esta manera, imbricado con la expansión

de Brandeburgo-Prusia y con la dinastía imperial de los Hohenzollern.

La política de expansión de Prusia impulsó la consolidación urbana de

Berlín. Federico Guillermo, el Gran Elector, luego de ascender al trono en 1640,

ordenó una transformación urbana de importantes dimensiones, no sólo se

fortificó la urbe, sino que se pavimentaron sus calles y se colocó alumbrado

público. El ingeniero del electorado, Johann Gregor Memhardt, y Johann

Arnold Nering, fueron los responsables de las obras concluidas en 1683. La

fortificación, asegurando las defensas urbanas, se extendió más allá del núcleo

original de Berlín-Cölln, a Werder, convertido desde ese momento en

Friederichswerder. Luego se sumaría a éste núcleo primigenio un nuevo

asentamiento “al otro lado del lecho del Spree hasta Oberbaum”1, el barrio de

1 Abenstein y Fiedler, p. 18.

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Neu-Cölln, así como Dorotheenstadt (que será en el futuro parte del Tiergarten)

y Friederichstadt, al sur de Unter den Linden.

Con la política de apertura para los refugiados de otras partes de Europa la

población de la ciudad se elevó para 1697 a 22 mil habitantes. De igual manera

se convirtió en centro de recepción de oleadas migratorias provenientes del Este

entre los siglos XVIII y XIX, lo que contribuyó a impulsar la conversión de la

ciudad en encrucijada urbana del desarrollo industrial de Europa central y de

los estados alemanes, divididos hasta 1871.

A lo largo del siglo XIX Berlín se configuró progresivamente como una

moderna ciudad industrial y como expresión del largo proceso de unificación de

los estados alemanes alrededor de la hegemonía prusiana. En 1834 se funda en

Berlín la Unión Aduanera, cuatro años después circula el ferrocarril por primera

vez en la ciudad, empezando su recorrido en Postdam, transcurriendo por

Zehlendorf, y finalizando en la estación de Postdamer Platz.

El conglomerado diverso de unidades políticas que regía el destino de los

alemanes giraba en torno a dos grandes Estados, al Este la militarizada Prusia,

al sur la conservadora Austria de los Habsburgo, que a su vez era cabeza de un

inmenso imperio plurinacional, el Imperio Austrohúngaro. Por otro lado, dos

modelos de unificación se irán configurando en el siglo XIX. El aplastamiento

de la “Revolución de marzo” de 1848 por parte de soldados prusianos y

austríacos representó la derrota de la idea democrático-liberal de unificación.

Poco más de dos décadas después se impondría la lógica prusiana, marcada por

el autoritarismo y el militarismo.

El crecimiento demográfico del Berlín industrial se acelera a mediados del

siglo XIX. Un período de bonanza económica y crecimiento, el Gründerzeit, se

extiende aproximadamente entre 1840 y 1873. Para 1861 la ciudad supera el

medio millón de habitantes, alcanzando su superficie municipal los 59,2 km2,

incorporando Wedding, Moabit, Tempelhof y Schöneberg. Los primeros raíles

para coches tirados por caballos son instalados en 1865 (Pferdebahn). Tres años

después es fundada Allgemeine Berliner Omnibus AG, empresa de omnibuses.

Se expanden los bloques de viviendas alquiladas donde se irá instalando la

nueva población obrera.

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Pero el momento del gran despegue de Berlín ocurrirá luego de la

unificación alemana. Desde su conversión en capital del Imperio Alemán en

1871 hasta la actualidad Berlín ha sido asimismo recurrente espacio para la

experimentación urbana y arquitectónica. Generación tras generación ha sido

una ciudad recreada, rediseñada, sometida a la voluntad de transformación del

poder y sus ensoñaciones.

1. Berlín prusiana e Imperial (1871-1918)

El 18 de enero de 1871, en Versalles, es fundado el Imperio alemán. Berlín se

convierte en Reichshauptstadt, la capital imperial. La ciudad recibió el 16 de

junio del mismo año a las tropas triunfantes. Este evento constituyó el cierre de

un camino de hegemonía prusiana sobre los alemanes y el inicio de la

capitalidad berlinesa que se extendería, con una importante interrupción

durante la Guerra Fría, hasta la actualidad.

De Prusia se decía que no era un país que tenía un ejército, sino que era un

ejército que tenía un país. Esta frase, más allá de ser una caricaturización refleja

también una percepción generalizada que deriva de la propia historia de la

expansión prusiana sobre Alemania, y sobre la construcción misma de la

Alemania moderna. Para el momento de la unificación un quinto de la población

del Berlín, como capital de Prusia, es miembro del ejército. El escenario urbano

está marcado tanto por la huella imperial de los Hohenzollern como por los

cuarteles militares.

Las consecuencias de la guerra franco-prusiana fueron importantes para el

desarrollo urbano de Berlín, que contaba en el momento de la unificación con

826 mil habitantes. Inmediatamente después de su declaración como capita del

nuevo estado los precios de las tierras urbanas se incrementaron por cincuenta,

iniciándose una inmensa especulación urbana. El dinero derivado de la guerra

contribuyó igualemtne con el boom económico de la capital a partir de 1877.

La conversión de Berlín en una moderna ciudad industrial también había

contribuido a crear una estructura urbana jerarquizada y marcada por las

desigualdades, en ésta ciudad convivían grandes sedes del capitalismo

financiero e industrial con una creciente población proletaria, que se había

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venido ubicando en el oriente de la ciudad, especialmente en Prenzlauer Berg

durante el siglo XIX y posteriormente en Neukölln.

Berlín en 1871 (Cartoteca)

El poder imperial intentó transformar a Berlín en una capital que rivalizara

con Viena o con París en magnificencia, convertida en la vitrina de un nuevo

poder europeo. A finales de 1871 se abrió un concurso urbanístico para construir

la nueva sede del Parlamento alemán, ganado por Paul Wallot, arquitecto de

origen renano que había hecho carrera en Berlín previamente. Diseñó un

edificio renacentista que se construyó entre 1884 y 1894, en la Königsplatz,

junto a la Puerta de Brandemburgo.

En 1881 Berlín fue separada administrativamente de la Provincia de

Brandemburgo. Ese mismo año se colocaron las primeras líneas telefónicas y en

1882 se inició la sustitución del alumbrado a gas por un nuevo alumbrado

eléctrico. Berlín contaba ya para ese momento con una red de alcantarillados un

sistema de transporte urbano que combinaba metro con ferrocarriles, mientras

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se procedía a ensanchar sus calles y avenidas. La ampliación de la avenida más

popular del occidente de la ciudad, la Kudam o Kurfürstendamm, para

convertirla en una reminiscencia de los Campos Elíseos de París, fue una de

estas transformaciones dirigidas desde el poder imperial.

Para 1905 Berlín contaba con 2 millones de habitantes, su estructura laboral

era representativa de una importante transformación. Con 152 mil

“empresarios” autónomos, de los que 52 mil son mujeres, 92 mil empleados, de

los que 66 mil son hombres, junto con 45 mil trabajadores del comercio, la

industria y los servicios. En empresas con más de 3 empleados trabajan más de

700 mil personas. La ciudad tiene la mayor densidad de población de Europa en

relación con vivienda ocupada, llegando a 77 inquilinos por edificio ocupado.

El nivel de rentas refleja una sociedad desigual y jerarquizada, lo que tiene

también una expresión geográfica, 60 multimillonarios generan de renta

alrededor de 2 millones de marcos anuales, 159 mil grandes familias obtienen

100 mil, 38 mil berlineses tienen un nivel de renta anual que se mueve entre los

3 mil y los 12 mil marcos, 124 mil obtienen entre 1.200 y 3.000 marcos y

600.000 berlineses, fundamentalmente obreros, tienen una renta anual inferior

a los 1.200 marcos.

El peso demográfico de la población de origen judío era reducida, en 1910

llegaban apenas a 90 mil, pero ya varios apellidos de origen judío habían

marcado su presencia en la vida económica y académica de la ciudad: Ludwig

Loewe, Rudolf Mosse, Emil Rathenau, Von Bleichröder, entre otros.

En abril de 1912 es creada la Mancomunidad del Gran Berlín, agrupando a

374 unidades comunales, con 4 millones de habitantes, incorporando, aparte del

Berlín histórico (los distritos de Mitte, Tiergarten, Wedding, Prenzlauer Berg,

Friederichshain, Kreuzberg), a las ciudades de Charlottenburg, Schöneberg,

Deutsch-Wilsmerdorf, Neukölln Lichtenberg y Spandu, junto con los distritos

de Teltow y Niederbarnim.

El inicio de la Gran Guerra en 1914 y la defensa de las particularidades

locales dificultaron la puesta en práctica efectiva de ésta Mancomunidad. A

pesar de esto en 1915 el Estado de Prusia vendió a dicha Mancomunidad 10 mil

hectáreas de bosque, lo que incluía la mayor parte del bosque de Grunewald, así

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como sectores importantes de los bosques de Tegel y Jungfernheide Müggelsee,

con la obligación de mantenerlo como una zona verde.

2. El Gran Berlín y la democracia de Weimar (1918-1933)

Entre 1914 y 1918 la juventud del continente llenó de sangre las trincheras

de una guerra interimperial, destruyendo conjuntamente las bases de la

civilización europea. La Revolución Rusa de 1917 marcó el gran hito de ruptura

política que separa el siglo XIX del siglo XX. El fin del mundo decimonónico

afectó profundamente a una Alemania que yacía derrotada en el campo de

batalla. No fue únicamente una derrota militar, sino fundamentalmente una

conmoción social que arrastró todo el sistema político alemán.

En noviembre estalló la revolución en Alemania. El 9 de ese mes dos

repúblicas fueron proclamadas, en el Reichstag el antiguo ministro imperial

Phillip Scheidemann proclamó la República; mientras que Karl Liebknecht, en

el Palacio Imperial, proclamaba la República Libre y Socialista Alemana. El

derrumbe del Imperio y la confrontación entre moderados y radicales derivaron

en una breve guerra civil por las calles de Berlín entre el 6 y el 12 de enero de

1919, la Revolución Espartaquista.

El 19 de enero de 1919 se realizaron elecciones al Reichstag de la naciente

democracia, la República de Weimar había iniciado su convulsionado

experimento. En Berlín el triunfo socialdemócrata fue contundente, obteniendo

46 diputados el SPD y 47 de los socialistas independientes, frente a 21 escaños

de los Demócratas y 16 escaños del Partido Nacional, conservador.

El 1º de octubre de 1920 entra en vigor la Ley para la creación del Municipio

del Gran Berlín, con un territorio de 880 kilómetros cuadrados y 3.800.000

habitantes, con 20 distritos administrativos, cada uno de los cuales enviaba a

sus miembros electos al concejo municipal berlinés. En estos momentos el

Berlín histórico venía retrocediendo en peso demográfico respecto a las regiones

externas de la ciudad. En el extrarradio vivían 1.750.000 ciudadanos, en

Charlottenburg 325 mil, en el barrio obrero de Neukölln alrededor de 262 mil,

100 mil habitantes en Schöneberg, Lichtteberg, Wilsmerdorf, alrededor de la

misma cantidad de Spandou y Steglitz. Berlín era una ciudad polarizada y

jerarquizada, donde coexistían barrios residenciales lujosos con grandes

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aglomeraciones obreras, junto con la pervivencia de pueblos con funciones y

usos agrícolas. Esta jerarquización y polarización se expresó en términos

conflictivos en el marco de la crisis de 1919 y durante la hiperinflación de 1923.

Ubersichstplan der Stadt Berlín (1920)

El período que transcurre entre 1924 y 1929 Alemania, y especialmente

Berlín, parece vivir una importante bonanza económica, a la que se sumará un

conjunto de experimentos culturales y sociales que convirtieron a Berlín en una

ciudad vanguardista de Europa, tanto en los terrenos artísticos, científicos como

tecnológicos y urbanísticos. Sobre la relación entre Berlín y la democracia de

Weimar reflexiona Eric Weitz:

“Weimar fue Berlín. Berlín fue Weimar. Con sus cuatro millones de habitantes la capital era, con mucho, la ciudad más importante de Alemania, la segunda más poblada de Europa, una megalópolis que dejaba encantados y aterrados a propios y extraños, que actuaba como un imán o provocaba un sentimiento de rechazo”2

Para 1924 circulaban ya en Berlín 70 mil automóviles, respecto a los 7 mil de

1914, lo que llevó a la instalación del primer semáforo en Potsdam Platz. Para

2 Eric Weitz, p. 57.

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junio de 1925 vivían en Berlín más de 4 millones de habitantes, de los que se

encontraban activos dos tercios, un millón de trabajadores obreros, 665 mil

funcionarios y empleados, 336 mil empleados en empresas autónomas y 132 mil

empleados del hogar. En la industria metalúrgica había cerca de 400 mil

personas trabajando, mientras que 80 mil empresas tenían contratados a otros

200 mil trabajadores. La electrificación urbana se extendía a lo largo de la

ciudad mientras se creaban nuevas urbanizaciones con zonas verdes, como la

Freie Scholle en Tegel, el poblado de Onkel Thomas Hütte en Zehlendorf, y la

famosa Colonia de la Herradura (Hufeisensiedlung).

Los arquitectos de la Alemania de Weimar desarrollaron en la ciudad

interesantes experimentos urbanos, sobre todo en lo que se refiere a nuevas

unidades habitacionales para los sectores obreros. Entre 1924 y 1929, período

de esplendor de la democracia alemana, en Berlín se construyeron 135 mil

viviendas. La Nueva Objetividad (Die Neue Sachlichkeit), nuevo movimiento

artístico sobrio, que atemperó los gustos expresionistas, tuvo su concreción

arquitectónica. La tensión entre la Nueva Objetividad y el Expresionismo

arquitectónico se encuentra detrás de edificios de Bruno Taut y Erich

Mendelsohn. La obra funcionalista de Walter Gropius también tuvo en el

escenario berlinés un paisaje para la transformación:

“Los tres, Taut, Mendelsohn y Gropius, prolíficos escritores además de arquitectos, creían a pies juntillas en que las estructuras que diseñaban –los bloques de viviendas de Taut, la Torre Einstein y los grandes almacenes de Mendelsohn, o el edificio Bauhaus, de Gropius, constituyen ejemplos más que notables– eran el anuncio de una nueva era, la época moderna, un mundo que podía ser creativo, risueño y dinámico, un mundo donde imperase la armonía entre la naturaleza y el ritmo frenético de vida de las ciudades industriales. Sus edificios son un excelso ejemplo del espíritu de Weimar.”3

Así, la nueva arquitectura pretendía ser el anuncio de una nueva civilidad,

siguiendo el relato de Weitz, en las nuevas edificaciones los arquitectos llegaron

a proyectar todas las infraestructuras necesarias para la vida urbana, el

esparcimiento, jardines, escuelas.

3 Eric Weitz, p. 202.

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Colonia de la Herradura (Hufeisensiedlung)

Hay que dedicar especial atención a la novedosa urbanización de la Colonia

de la Herradura (Hufeisensiedlung), construida entre 1925 y 1933, por los

arquitectos Martin Wagner, director de la oficina de urbanismo de la ciudad, y

Bruno Taut, intentando armonizar las relaciones entre el individuo y la

comunidad, 2.317 viviendas, de las cuales 679 son unipersonales, como muestra

de una nueva arquitectura racional, con elementos estandarizados, menos

costosos. El edificio de la Bauhaus, construido entre 1925 y 1926 fue uno de los

más representativos de la nueva arquitectura que impregno la transformación

urbana de Alemania, y especialmente de Berlín, durante la democracia. La

Escuela de la Bauhaus marcó varios hitos fundamentales en la historia de la

ciudad, mostrando un nuevo espíritu urbano, no exento de polémica y

conflictividad.

En 1924 es abierto el aeropuerto de Tempelhof, apenas a 2 kilómetros del

centro de Berlín, abriendo aún más posibilidades al comercio, a la vida cultural

y al intercambio internacional de la ciudad. Entre 1924 y 1928 el tráfico aéreo se

eleva de 17 mil a 40 mil pasajeros, convirtiéndose éste aeropuerto en el centro

del tráfico aéreo europeo.

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Mientras tanto, desde principios de siglo hasta las década de los 30 se

ejecutó un progresivo desplazamiento del centro urbano hacia el oeste,

alrededor del Kurfürstendamm y de la Iglesia conmemorativa del Emperador

Guillermo II, se creó un sector para la burguesía adinerada, para el comercio de

lujo, con diversos cafés y cines. Frente al gigantismo y a esta ciudad burguesa se

había levantado también una urbe proletaria, “un amontonamiento de barracas,

de tugurios, de ‘conejeras’, de inmuebles insalubres”4.

Los responsables de la planificación urbana del Berlín de Weimar usan los

recursos públicos para enfrentar esta dualidad jerarquizada de la urbe, o al

menos para mejorar sustancialmente la calidad de vida de los proletarios

berlineses suavizando las aristas de dicha dualidad. La intervención pública será

clave durante el período.

La Berlín democrática también fue una metrópoli cultural para las

vanguardias europeas de entreguerras, por lo menos entre 1923 y 1930, período

en que vivió su máximo esplendor, entre la superación de la hiperinflación de

1923 y los devastadores efectos del crac de 1929.

Justamente será el crac de 1929 el que sentenciará el fin de la época de

esplendor cultural, urbanístico y político de la República de Weimar. Entre 1929

y 1933 la crisis económica, convertida en una crisis social tendrá un importante

impacto en la política: el ascenso de los nazis al poder será una verdadera

ruptura en la historia alemana, y en la de Berlín.

3. Berlín bajo el dominio nazi (1933-1945)

Las elecciones de 1933 revelan un escenario polarizado en Alemania, el

Partido Nacionalsocialista Alemán (NSDAP) es la agrupación más votada

superando al SPD, partido socialdemócrata que había sido principal sostén de la

democracia. El ascenso al cargo de Canciller de Adolf Hitler, del NSDAP, se

convierte rápidamente en una sentencia de muerte para las instituciones

democráticas y para la misma República de Weimar, ya debilitada por la crisis

económica derivada del crac y por los escenarios recurrentes de violencia.

Rápidamente el gobierno nazi deriva en una dictadura. El incendio del

4 Lionel Richard, “Una identidad contradictoria” en Berlín 1919-1933 gigantismo, crisis social y vanguardia: la máxima encarnación de la modernidad, p. 28.

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Reichstag funciona como la excusa perfecta para tomar el control total de todas

las instituciones de poder y adelantar la construcción de una hegemonía

totalitaria.

Hasta 1936, siguiendo lo referido por Delfante, Adolfo Hitler, prefería que

fuera la administración municipal la que desarrollara los planes para Berlín

pero, posteriormente, nombra a Albert Speer como inspector general de obras

recibiendo el encargo de poner en ejecución lo que el mismo Hitler había

pensado para la capital del Reich.

Así, la utopía totalitaria nazi tuvo expresiones arquitectónicas, aunque de

concreción muy escasa, dado que el Plan diseñado por Albert Speer apenas

inició sus obras en 1939.

Al coincidir con la guerra la transformación urbana de la ciudad fue

prácticamente postergada y los bombardeos bélicos, así como el derrumbe

mismo de la ciudad al caer el Tercer Reich en 1945 dejaron escasas huellas en

pie de la obsesión megalómana del nacionalsocialismo. A pesar de esto es

importante señalar las características de la ensoñación del poder:

“La base de este gran proyecto es un gran eje o nuevo cardo, cortado por un decumanus (Unter den Linden-Charlottenbourg Str.). El programa incluye, de manera un tanto desordenada, la nueva cancillería, el Memorial del Soldado, el alto mando, los ministerios, el Palacio del Mariscal del Reich, el cine de estreno, un cine popular (para 2.000 plazas), una nueva ópera, tres teatros, una sala de conciertos, un palacio de congresos (la Casa de las Naciones), un hotel (de 21 plantas y 1.500 camas), music-halls, grandes restaurantes de lujo, una piscina del tamaño de una terma romana, once ministerios convenientemente aislados, plazas porticadas con tiendas y almacenes (una amplia plaza con carteles luminosos), convertidos en verdaderos escaparates de la producción alemana”5

Se planifican grandes plazas y un gigantesco Domo con una sala para

150.000 espectadores. Siguiendo las sugerencias de Speer y Leibbrandt,

Director de Transportes del Reich y urbanista, se diseñan nuevos barrios

residenciales o industriales, una nueva línea de ferrocarril, 128 kilómetros de

red vial y una autopista de circunvalación de la ciudad.

5 Charles Delfante, p. 384.

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Proyecto de Albert Speer para Berlín

Tres obras pueden ser considerados paradigmáticos de la nueva

arquitectura nazi, de su monumentalidad pero también de sus grandes

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limitaciones creativas, la nueva cancillería, los edificios construidos para los

Juegos Olímpicos de 1936 y el pabellón alemán de la Exposición Internacional

de París en 1937. Sobre la arquitectura del nacionalsocialismo señala el mismo

Delfante:

“Resulta grandiosa por sus dimensiones e insignificante por su imaginación. La profusión de signos y de referencias a la Antigüedad, aunque crea cierta unidad, hacen del proyecto un conjunto de escaso valor urbanístico, y si en algún momento existió una idea de composición, ésta resultó totalmente borrada por la banalidad y la grandilocuencia de las soluciones”6

Es interesante destacar el impacto urbanístico que los juegos olímpicos de

1936 trajeron en Berlín. El Conjunto Reichssportfeld sirvió a los nazis como

tribuna de los Juegos Olímpicos, siendo construido entre 1934 y 1936 según

proyecto de Werner March sobre una planta elíptica. El Plan original fue objeto

de múltiples intervenciones políticas por parte del partido nazi, siendo

inaugurado entre el 23 y el 24 de mayo de 1936. Werner March se inspiró en los

modelos arquitectónicos de la Antigüedad, como el Coliseo romano y en algunas

estructuras contemporáneas como lo es el Estadio Olímpico de Amsterdam.

La creación de una urbe aún más segregada, en la medida en que una parte

importante de la población, fundamentalmente judíos, cuyos barrios son

prácticamente vaciados al ser enviada su población al exterminio, es uno de los

aspectos más dramáticos de intervención pública sobre la ciudad de Berlín. Una

parte de su población es separada y eliminada, creando una forma de

amputación de la vida urbana de la ciudad.

4. De la destrucción de Berlín a la estabilidad dividida (1945-

1989)

Doce años duró el dominio de los nazis sobre Alemania. La guerra finalizará

con la destrucción y conquista de Berlín por parte de los Aliados. La resistencia

brindada por los alemanes frente al avance de los soviéticos sobre Berlín

contribuyó efectivamente con la destrucción de la ciudad. Podemos decir cosas

similares respecto a la destrucción de otras ciudades alemanas, como Dresde o

Munich, pero hay dos aspectos que harán de Berlín un caso especialmente

particular, en primer lugar, la pérdida de importancia de la ciudad en el nuevo

6 Charles Delfante, p. 386.

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escenario alemán, no sólo al perder la capitalidad sino al ubicarse prácticamente

en la periferia política; en segundo lugar, y profundamente vinculado con lo

primero, Berlín se convierte en una ciudad dividida, escindida por las tropas de

ocupación y por la Guerra Fría.

La conquista original de Berlín fue obra del Ejército soviético, pero las

negociaciones entre los aliados le otorgaron su especificidad a la ciudad durante

toda la Guerra Fría. Alemania será dividida en cuatro zonas, administradas por

las potencias triunfantes, la zona soviética, ubicada al este, las zonas británica,

francesa y estadounidense, ubicadas en el oeste. Similar destino tuvo la ciudad

de Berlín. De las cuatrizonas se pasa progresivamente a una bizona,

escindiéndose la ciudad en el marco de la Guerra Fría entre el Berlín Oriental y

el Berlín Occidental.

Las zonas de división de Berlín entre 1945 y 1949, podemos obser claramente en color rosado la separación entre las distintas zonas de ocupación.

Al hablar de una proceso de reconstrucción hemos de reflexionar sobre el

significado de las palabras, sobretodo en lo que se refiere a la intervención y a la

planificación urbana, las interrogantes sobre las que circulan los planes y

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proyectos derivan de una reflexión sobre el pasado de la ciudad, de su historia,

de su sociedad, así como del futuro proyectado. Cuando en 1945 las potencias

aliadas empiezan a administrar Berlín, y plantean la idea de reconstruir la

ciudad el debate no es meramente técnico sino fundamentalmente ideológico,

en la medida que habrían de pensar sobre el pasado nazi, la herencia prusiana y

Guillermina y sobre la imagen que del futuro brindaban las ruinas de la ciudad.

¿Crear una nueva Berlín o reconstruir a la antigua? He aquí el dilema

fundamental, que nos lleva a la expresión urbanística de una política de

memoria histórica. Similar reto se la planteará a la sociedad alemana luego de la

caída del Muro de Berlín y de la unificación en 1989.

La división va a determinar las características divergentes de su

reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial, así como de la

polarizada institucionalidad política, económica y social sobre la cual

descansaría su doble administración durante más de cuarenta años. Berlín se

convirtió en “vitrina”, en escenario de competencia entre dos sistemas, esa idea

de competencia y visibilidad marcó el proceso de reconstrucción y la gestión

urbana posterior.

El primer intento de reconstrucción fue organizado en principio de manera

conjunta por las cuatro potencias vencedoras en 1945, cuyas autoridades, luego

de reconocer las inmensas dificultades que implicaba la reconstrucción,

designaron a Hans Sharoun como Jefe de los Servicios Urbanísticos. El primer

instrumento urbanístico, el Kollektivplan, fue proyectado por Sharoun entre

1945 y 1946, quien construyó el documento bajo la asesoría ideológica de los

soviéticos. Siguiendo lo que señala Martínez Monedero:

“El Kollektivplan fue de capital trascendencia en el desarrollo de Berlín a partir de los años 50. Las ideas que aportaba este documento partían de la tabula rasa generalizada como sustrato sobre el que habría de proyectarse la “Stadt der Zukunft” (ciudad del futuro). (…) todo el trazado urbanístico y el patrimonio edilicio de la ciudad heredada desaparecían, y en su lugar nuevas vías rodadas de circulación rápida estructuraban la ciudad de norte a sur y de este a oeste, creando una retícula que como una imbricada red arterial se adaptaba sutilmente a las vías existentes”7

La idea de una reconstrucción conjunta de la ciudad finalizó en un rotundo

fracaso tras chocar frontalmente con la lógica de la Guerra Fría. En 1948 las

7 Miguel Martínez Monedero, p, 66.

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autoridades soviéticas iniciaron un Blockade que llevó a la división definitiva de

la ciudad. En ese momento, en materia de comunicaciones

“Berlín se comunicaba con el Oeste de Alemania de una manera bastante curiosa. Por carretera, las comunicaciones tenían abiertas tres vías de acceso: en Marienborn-Helmstedt por la autopista Berlín-Hannover; en Juchoeh-Toepen por la autopista hacia el sur de Alemania, y en Horst-Launberg por la carretera Berlín-Hamburgo. Los ferrocarriles y las compañías aéreas, éstas solo de potencias ocupantes, disponían asimismo de tres pasillos para viajar al y desde el Oeste y existían además dos vías fluviales, una hacia la cuenca del Ruhr (Mittellandkanal), otra hacia Hamburgo, el canal entre el Havel y el Elba”8

Los soviéticos pretendían que toda la ciudad pasara a su control, excluyendo

de su administración a los americanos, franceses e ingleses, por lo que cerraron

todos los accesos terrestres y fluviales al Oeste. El bloqueo contra Berlín

occidental para obligar el retiro de las otras potencias motivó como respuesta el

establecimiento del Puente Aéreo, que durante once meses aportó 1,8 millones

de toneladas en artículos de primera necesidad, realizándose 277.264 vuelos a

Berlín.

La parte occidental de la ciudad se encontraba entonces aislada de su

hinterland histórico y cultural y, más allá de la coyuntura de 1948, esto se

reforzará en 1961 con la construcción del Muro, creando una insularidad (o

peninsularidad) en su desarrollo socio-urbano.

Como vemos la idea de una reconstrucción conjunto chocó frontalmente con

las realidades de la Guerra Fría. Muy pocas estrategias de reconstrucción se

realizaron conjuntamente, la restauración de la Puerta de Brandenburgo entre

1956 y 1958, sin transformar la imagen simbólica del monumento. En el lado

occidental se realizó la reconstrucción del Reichstag, como una manera de

presionar a los soviéticos para conseguir una Alemania unificada.

Berlín Occidental, el sector capitalista: la reconstrucción del sector

occidental está vinculada con los recursos del Plan Marshall. Gracias a éstas

ayudas Hans Sharoun proyectó el Kulturforum. A lo largo de la

Kurfürstendamn se extendió un nuevo sector comercial, con exponentes de la

nueva modernidad berlinesa, construida con capital estadounidense, en

competencia con la RDA, la ciudad occidental se llenó de modernos edificios

8 Salvador de Brocá, p. 106.

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17

como los del Zentrum am Zoo (1955-57), los almacenes Bilka (1956), la Allianz-

Versicherung (1953-55), etc.

Los concursos arquitectónicos fue una estrategia muy usada en occidente

para beneficiarse de los principales arquitectos de la época. Muchos

concurrieron a Berlín durante la reconstrucción del barrio de Hansa

(Hansaviertel) en 1957, sobre esto Martínez Monedero expresa que

“La casi total destrucción de este antiguo barrio de manzanas cerradas del siglo XVIII provocaría la materialización casi directa de los principios urbanístivos esbozados entre los CIAM IV y su ‘Carta de Atenas’ de 1933, y el Kollektivplan de Scharoun”.9

Los nombres de los convocados para la construcción de nuevos bloques de

vivienda que sustituirían las manzanas residenciales destruidas por la guerra

nos habla de elementos de continuidad con la Alemania de Weimar así como un

ímpetu de modernidad y una visión de futuro muy evidente: Le Corbusier,

Walter Gropius, Oscar Niemeyer, etc. Con el proyecto desarrollado por Gerhard

Jobst y Willy Kreuer, de las manzanas cerradas se pasó a una nueva

Hansaviertel, una “nueva edificación abierta, fluida y moderna”, pero el

resultado final no deja de mostrar contradicciones “la calidad arquitectónica de

los edificios contrasta con la pérdida irreparable del tejido histórico”10.

El hecho de que, tras el bloqueo soviético, Berlín occidental se quedara sin

universidad, motivó la creación de la Technische Universität Berlin (TUB),

construida en 1948 en la céntrica Ernst-Reuter-Platz, bajo una arquitectura

nuevamente funcional, abierta y moderna. En 1973 se inauguró la Freien

Univerzität (FU), la segunda universidad de Berlín Occidental, construida

también con ayuda estadounidense.

El concurso Haupstadt Berlin de 1958 reactivó el tema de la capitalidad de

Berlín, al iniciar una intervención urbanística en el ámbito institucional en las

cercanías del Reichstag. Se impusieron nuevamente los conceptos modernos,

bajo los nombre de Spengeling, Pempelfort Scharoun y Le Corbusier. Apenas

tres años después, en 1961, con el levantamiento del Muro de Berlín, se postergó

sine die (por lo menos durante casi tres décadas) cualquier posibilidad de

capitalidad berlinesa o de unificación alemana.

9 Miguel Martínez Monedero, p. 75. 10 Miguel Martínez Monedero, p. 76.

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18

Berlín oriental, el sector socialista: la planificación soviética y sus formas

marcaron la reconstrucción del sector oriental de Berlín. En principio el afán de

ruptura con el pasado parece ser mucho más radical bajo el dominio soviético,

así como el ansia de marcar sus diferencias con la urbe vecina, capitalista. El

afianzamiento de una nueva Alemania Oriental, comunista, tendría también una

expresión urbanística.

La demolición del Stadtshloss y la construcción del Palast der Republik es

un reflejo de la reflexión que sobre la relación pasado-presente-futuro se

desarrolló en Alemania oriental. El Stadtshloss había sido el antiguo Palacio

usado como residencia de los reyes de Brandenburgo, no recibió daños

estructurales de importancia durante la guerra.

Palacio de la República, en Berlín Oriental

Su destrucción no era técnicamente necesaria, pero fue simbólica e

ideológicamente trascendente, implica una ruptura con la historia previa, la

construcción en los años 70 del nuevo Palast der Republik que será sede del

Parlamento de la RDA parecía inaugurar una nueva época. Paradójicamente en

el período posterior a la Caída del Muro de Berlín la suerte del mismo Palast de

la Republik evidenció el cambio de época, fue desmontado pieza por pieza para

colocar en sustitución una réplica de la fachada del Stadtshloss que ahora tiene

en su seno un centro comercial. Esta demolición también fue polémica, al poner

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19

a reflexionar nuevamente a los alemanes sobre su relación con su pasado

inmediato.

A partir de la década de los sesenta hay una nueva reflexión, de ambos lados

del Muro, que permite la reconstrucción de edificios emblemáticos y de barrios

enteros más como búsqueda de continuidad con un pasado histórico que como

afán de ruptura y novedad. La reconstrucción del Nikolaiviertel en el Berlín

oriental y del Charlottenburgscloss en occidente pueden ser paradigmáticos.

A pesar de encontrarse en la periferia política de la nueva Alemania la

ciudad se encontró en tres momentos históricos en el centro de la dinámica

política de la Guerra Fría, del enfrentamiento entre los bloques de poder, entre

1948 y 1949 cuando su destino se jugó a través de un intento de bloqueo y el

establecimiento del Puente Aéreo, en 1961, durante la construcción del Muro y

en 1989 cuando dicha división se viene abajo anunciando el fin de todo el

período.

Población de Berlín (1939-1988) Berlín Occidental Berlín Oriental Año Total % mujeres Total % mujeres 1939a 4.323.700 54,2% 1946 1.967.700 59,6% 1.164.600 59,2% 1950 2.146.800 57,6% 1.189.500 57,4% 1960 2.204.200 57,6% 1.071.700 57,1% 1970 2.122.300 55,9% 1.085.400 55,3% 1980 1.899.300 54,6% 1.152.000 53,8% 1986 1.869.000 54% 1.236.000 53% 1988 2.047.100 53,3% 1.284.000 53% aNúmeros del Gran Berlín Fuente: John Borneman, Belonging in the two Berlins, p. 58

En 1984 Mikhail Gorbachov llega al poder la URSS. La perestroika y la

glasnost desatan una profunda conmoción en el entramado político del bloque

soviético. En 1989 el sistema era insostenible, y con su derrumbe la existencia

misma de la República Democrática Alemana quedó suspendida. En noviembre

de 1989 la circulación entre ambas Alemanias fue restablecida. Rápidamente el

Muro de Berlín se derrumbaría y ambas ciudades se reencontrarían. Se inicia

una nueva etapa de transformación urbana.

5. Berlín unificada y global (1990-2012)

El derrumbe del Muro (1989) y la unificación de Alemania significó para un

Berlín unido el retorno a su nueva condición de capital. La unificación de

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20

Alemania trajo consigo una radical transformación urbana de Berlín. La ciudad

fue repensada dentro de un conjunto de políticas públicas para eliminar

progresivamente la realidad polarizada durante la Guerra Fría. Nuevos

experimentos arquitectónicos y urbanísticos convirtieron a la ciudad en

territorio de innovación y experimentación, hasta convertirse en una nueva

ciudad global.

Peter Strieder, Concejal de Urbanismo de Berlín, señala que “Berlín ha sido

y es un escenario excepcional de la arquitectura internacional. Desde la caída

del Muro, arquitectos de todo el mundo han trabajado en y para Berlín. Ieoh

Ming Pei, Daniel Libeskind, Hans Kollhoff, Rem, Koolhaas, David chipperfield,

Axel Schultes, José Oriol Bohigas, Konrad Wohlhage…”11, agregando

posteriormente que en el Berlín posterior a la unificación “se reconoce la

estrecha relación de los conceptos sociales y la cultura política con un nuevo

lenguaje urbano en arquitectura y urbanismo”12. Wolfger Pöhlmann y Martin

Schumacher, Directores del Goethe-Institut de Madrid, reflexionan sobre la

transformación urbana de Berlín luego de 1989:

“Todo el centro de Berlín se convirtió en zona de obras. Donde antes estuvieron zonas de vigilancia de la guardia fronteriza, a un lado, y al otro las plataformas para los turistas que querían echar una ojeada por encima del Muro para ver las instalaciones fronterizas y la tristeza gris del socialismo, ahora se erguían miradores para observar las excavaciones y el denso bosque de grúas”13

Pero esta transformación urbana estuvo cargada de polémicas “al igual que

tras la caída del Tercer Reich, una vez más se planteó el problema de qué hacer

con los edificios representativos de la antigua ideología y con los símbolos

arquitectónicos del desaparecido sistema de la RDA”14. Construir una nueva

Berlín o la idea de restauración de la antigua ciudad se encuentra en el centro

del debate. Cristoph Strieder señala que

“Hasta 1989 las dos partes de la ciudad se habían ido formando a lo largo de zonas vacías, le Muro y el antiguo centro de Postdamer y Leipziger Platz, entre otros lugares. No sólo en el este se había borrado gran parte del plano histórico de la ciudad, sus plazas, sus calles o la manzana berlinesa con su altura característica. Por un lado la ciudad fue modificada con estrategias típicas del urbanismo y de la arquitectura de los años sesenta; por otro, las zonas vacías y la

11 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. I. 12 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. I. 13 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. II. 14 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. II.

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específica situación política de la ciudad habían facilitado espacios diversos donde poner en práctica un urbanismo apto para experimento y una arquitectura alternativa. El resultado fue una especie de patchwork, de ciudad fragmentada, cuyo aire diferente es el que provocaría la gran fascinación por Berlín en todo el mundo.

Después de 1989 se produjo una discusión apasionante sobre el futuro de esa ciudad fragmentada, sobre su textura general, y las propuestas del ayuntamiento para la planificación urbanística y el desarrollo de la ciudad. (…)

El proceso de discusión se realizó en foros públicos (Stadtforum) y en círculos especializados, y contó con la mayoría de los arquitectos más famosos del mundo (…)

Hubo fuertes polémicas sobre el nuevo modelo urbanístico, su pureza y claridad, las normas y materiales preferidos de edificación, la obligación de respetar la división de la ciudad en parcelas…, etc.”.

El resultado final fue el Planwerk Innenstadt que recibió su forma definitiva

en 1999. Es importante destacar el caso de la transformación de

Alexanderplatz:

“Un comprehensivo proceso de reordenamiento espacial ha acompañado la unificación de Berlín y su reconstitución como la capital de la Alemania unificada. Durante los 40 años de división, las dos Alemanias habían desarrollado gradualmente [una] ‘organización dual’. De igual manera, ambos Berlín se habían convertido en dos distintas y opuestas ciudades, donde cada una se comprendía sólo en relación a la otra. (…) Numerosos planes y proyectos fueron diseñados e implementados, a veces como una implícita respuesta a, y en competencia con, lo que se hacía en el otro lado.”15

15 Gisa Weszkalnys, Berlín, Alexanderplatzm transforming place in a unified Germany, p. 10. [traducción propia]

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Berlín (Plan de Ville) 1994

Siguiendo:

“El reordenamiento espacial afecta no solo a los lugares seleccionados para la nueva sede del gobierno, sino a la ciudad entera, y especialmente a su mitad oriental. Los nombres de las calles son cambiados, monumentos son desmantelados, edificios renovados o construidos nuevamente, de manera similar a como se hacía en otras ciudades post-socialistas. (…) Estos cambios espaciales también implican un reordenamiento temporal, incluyendo la eliminación de la memoria, la inscripción de historias y la proyección de nuevos futuros dentro del paisaje urbano. Muchos de los signos familiares del sistema sociopolítico previo desaparecen gradualmente y son remplazados por lo que sería, de alguna manera, una topografía desorientadora. Instituciones, infraestructuras, imaginarios y prácticas urbanas son alteradas.”16

Es dilatada la lista de nuevas construcciones que protagonizaron la

transformación urbana berlinesa: los Soportales de Leibniz (Leibniz-

Kollonaden), realizados entre 1997 y 2000; Las embajadas de los países

nórdicos (1997-1999) en Klingelhöferstrasse, 1-2; la Embajada de México (1998-

16 Gisa Weszkalnys, Berlín, Alexanderplatzm transforming place in a unified Germany, p. 10. [traducción propia]

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2000) en Kingelhöferstrasse, 3; La sede de la ciudad Estado de Bremen (1998-

1999) en Hiroshimastrasse, 22-26; la sede del Estado de Baden-Württemberg

(1998-2000) en Tiergartenstrasse, 15; el edificio de viviendas y comercios

DaimlerChrysler Potsdamer Platz, 1 (1994-1999). También podemos dedicarle

más atención a la nueva Potsdamer Platz como la bisagra entre el este y el oeste:

“El plan urbanístico de Hilmer & Sattler del año 1991 pretendía devolver a este solar emblemático y de tante historia la dimensión de una plaza metropolitana europea. (…) El proyecto del edificio (…) perseguía dos motivos iconográficos: reproducir la imagen de edificio de ladrillo de la tradición expresionista de los años veinte y convertirse en un volumen que reprodujera la jerarquía de la plaza y calle con sus alturas heterogéneas”17.

Agregamos los Parkside Apartments, Beisheim-Center (2000-2003) en

Henriette Herz-Park, como parte del proceso de rehabilitación del centro de la

ciudad con edificios de vivienda, ubicados al borde del parque Tiergarten. El

Bundeskanzleramt (1997-1999), la sede de la Cancillería, en Willi-Brandt-

Strasse, 1.

“Punto final de la Band des Bundes (cinta de la unión) en el oeste, que los mismos arquitectos proyectaron de un concurso urbanístico y que debía expresar la unión física, mental y simbólica de las dos partes de la ciudad, del este y del oeste”18.

El Edificio Paul Löbe (1997-2000) en Paul-Löbe-Allee, 2. Allí se encuentran

las oficinas de los diputados. Ubicada al norte del Reichstag, conforma junto con

la Cancillería y el edificio Marie-elisabeth-Lüders-Haus, la cinta del Bund, el

conjunto de las sedes de los Länder alemanes. “El histórico barrio Alsenviertel

fue destruido en su tiempo por los proyectos megalómanos de Hitler y Albert

Speer, quienes querían construir allí el centro de la capital mundial “Germania”,

un eje norte sur que provocó la demolición de grandes zonas del centro de

Berlín”19. El edificio de la prensa (1998-2000) en Reinhardstrasse, 53-59; el

Museo Judío de Berlín (1992-1999) en Linenstrasse, 13; la Treptower (1995-

1998), con oficinas y locales comerciales, entre Hoffmannstrasse y

Eichenstrasse. De esta manera: “La caída del Muro y los siguientes cambios

económicos y políticos están modificando la zona entre Puschkinallee,

17 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. 23. 18 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. 43. 19 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. 43.

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24

Eisenstrasse y el río Spree, que de ser un lugar de producción industrial ha

pasado a convertirse en un centro de servicios, oficinas y viviendas”20.

Reichstag moderno

Durante los años inmediatamente posteriores a la caída del Muro varias

ideas fundamentales cruzan la reconstrucción, la noción de que el crecimiento

poblacional sería el signo de los tiempos futuros, por otra parte, la

conceptualización de una ruptura del pasado dividido, lo que implica una

relación conflictiva y negadora con el pasado comunista, como se evidencia en la

demolición del Palacio de la República. Ambas nociones representan una

tensión y un conflicto a administrar socialmente, en su expresión urbanística.

En 1999, el 19 de abril, se cierra el traslado de la capital de Bonn a Berlín,

con la instalación del Parlamento Alemán en ésta última ciudad. En 2011 fue

aprobado el Stadtentwicklungsplan Zentren 3 para Berlín, el útimo ejercicio de

planificación de ésta moderna y globalizada urbe.

20 Berlín: espacio experimental de arquitectura…, p. 97.

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