Las románticas ruinas del monasterio cisterciense de Bonaval se encuentran perdidas en un valle...

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Las románticas ruinas del monasterio cisterciense de Bonaval se encuentran perdidas en un valle serrano de la provincia de Guadalajara, cerca de Retiendas, en la comarca de Tamajón, a las puertas ya de la Sierra Negra del Ocejón. Se llega andando desde la carretera que va de Retiendas a Valdesotos. Siempre es un agradable paseo el que se hace por un camino de tierra entre robles. La llegada y la visita merecen la pena. Imágenes de Bonaval | Texto de Bonaval | Monasterios de Guadalajara Ruinas del Monasterio de Bonaval, cerca de Retiendas (del libro Monasterios Medievales de Guadalajara , AACHE Ediciones ) El Monasterio El nombre de este monasterio alude claramente al entorno geográfico en que asienta: un breve y estrecho valle, encajonado entre las altas sierras que se desgajan hacia el Sur desde el macizo central de la Somosierra. Un breve arroyo lo nutre: previamente ha pasado lamiendo las edificaciones del lugar de Retiendas, y poco después de regar las hurtas monacales da en el río Jarama. Justo en el punto en que el estrecho valle del arroyo de Retiendas se abre en el más ancho de Jarama, y escoltado de álamos, de densos encinares y altas crestas pizarrosas, asienta el monasterio que fuera antaño de monjes cistercienses, y hoy es solo un montón de ruinas cargadas, eso sí, de la belleza y la melancolía con que el tiempo pretérito deja impregnados estos lugares. Puede señalarse la fecha concreta de 1164 como la de fundación de este cenobio. En ese año, el rey Alfonso VIII de Castilla, muy aficionado a la naciente Orden monacal de San Bernardo, concedió aquel buen valle a unos pocos monjes cistercienses, a los que ponía como condición que lo habitasen velut precarium (como de prestado) y que en ese lugar cumplieran con la doble misión que estos monasterios medievales tenían en la estrategia político- militar de los reyes castellanos: la de repoblar su entorno, y servir de barrera en caso de una, ya improbable, nueva invasión agarena. Pocos años después, en 1175, y por escritura fechada en Fitero, uno de los más antiguos e importantes cenobios bernardos del territorio hispano, Alfonso VIII cedía definitiva y completamente Bonaval a la orden de los monjes blancos, y a su abad don Nuño en representación de todos ellos, tanto de los presentes como futuros monjes que allí vivan. Los primeros pobladores fueron venidos del Monasterio de Valbuena, en Palencia. En esta carta, que podríamos llamar "de fundación", Alfonso VII, junto con su mujer doña Leonor, hace merced a don Nuño Abad y monjes de la Orden Cisterciense, del

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Las románticas ruinas del monasterio cisterciense de Bonaval se encuentran perdidas en un valle serrano de la provincia de Guadalajara, cerca de Retiendas, en la comarca de Tamajón, a las puertas ya de la Sierra Negra del Ocejón. Se llega andando desde la carretera que va de Retiendas a Valdesotos. Siempre es un agradable paseo el que se hace por un camino de tierra entre robles. La llegada y la visita merecen la pena.

Imágenes de Bonaval | Texto de Bonaval | Monasterios de Guadalajara

Ruinas del Monasterio de Bonaval, cerca de Retiendas(del libro Monasterios Medievales de Guadalajara, AACHE Ediciones)

El Monasterio

El nombre de este monasterio alude claramente al entorno geográfico en que asienta: un breve y estrecho valle, encajonado entre las altas sierras que se desgajan hacia el Sur desde el macizo central de la Somosierra. Un breve arroyo lo nutre: previamente ha pasado lamiendo las edificaciones del lugar de Retiendas, y poco después de regar las hurtas monacales da en el río Jarama. Justo en el punto en que el estrecho valle del arroyo de Retiendas se abre en el más ancho de Jarama, y escoltado de álamos, de densos encinares y altas crestas pizarrosas, asienta el monasterio que fuera antaño de monjes cistercienses, y hoy es solo un montón de ruinas cargadas, eso sí, de la belleza y la melancolía con que el tiempo pretérito deja impregnados estos lugares.Puede señalarse la fecha concreta de 1164 como la de fundación de este cenobio. En ese año, el rey Alfonso VIII de Castilla, muy aficionado a la naciente Orden monacal de San Bernardo, concedió aquel buen valle a unos pocos monjes cistercienses, a los que ponía como condición que lo habitasen velut precarium (como de prestado) y que en ese lugar cumplieran con la doble misión que estos monasterios medievales tenían en la estrategia político- militar de los reyes castellanos: la de repoblar su entorno, y servir de barrera en caso de una, ya improbable, nueva invasión agarena. Pocos años después, en 1175, y por escritura fechada en Fitero, uno de los más antiguos e importantes cenobios bernardos del territorio hispano, Alfonso VIII cedía definitiva y completamente Bonaval a la orden de los monjes blancos, y a su abad don Nuño en representación de todos ellos, tanto de los presentes como futuros monjes que allí vivan. Los primeros pobladores fueron venidos del Monasterio de Valbuena, en Palencia.En esta carta, que podríamos llamar "de fundación", Alfonso VII, junto con su mujer doña Leonor, hace merced a don Nuño Abad y monjes de la Orden Cisterciense, del Monasterio de Santa María de Bonaval, en el que desde algunos años antes habitaban, para que lo poseyeran perpetuamente, con todos sus pechos, derechos y demás pertenencias. Poco antes habían "apeado, delineado y dividido" las posesiones territoriales del cenobio, para que fuera de todos públicamente conocido. Y se hizo de la siguiente manera: desde la Yglesia de Arretiendas (Retiendas), directamente asta el Molino del lugar de Tamajón situado en la Sierra, y por la otra parte desde la misma Yglesia, en derechura hasta el camino de Guadalaxara, como corrían las aguas en el término de la villa de Uzeda, y a la otra parte desde el Valle de Sotos (Valdesotos), hasta la sierra de Elvira, y de dicho valle a la Serranía, transitando más allá de ella, hasta el valle de Muratel (Muriel, en el Sorbe), dándoles todas las tierras, heredades, labradas y por labrar, aguas, prados, pastos, haciendas, rentas y demás derechos que se incluyen en los referidos términos. Les dio también el lugar de Carranque con todas sus pertenencias,

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y en Uceda les hizo dueños de ciertas viñas con un huerto, y otra tierra que estaba contigua a otra que pertenecía a Fernando Martínez.Como se ve, la extensión de las tierras monasteriales era, ya en sus comienzos, bastante grande. Con el tiempo fue creciendo todavía, aunque nunca llegó a un grado excesivo. Muchos particulares, en la difícil hora de salvar su alma por todos los medios, se hacían rumbosos al testamentar, y dejaban tierras y bienes para los monjes. Así, en 1228, don García de Alfariela donaba a Bonaval todo quanto y avíe en Sotojo, casas y viñas y heredades, y huertos y molinos, assí como don García lo avíe con sus entradas y con sus salidas, donación que fue confirmada por el "concilio de Hita" en aquel mismo año.Por parte de las personas reales, recibió de Alfonso IX, en 1224, una nueva heredad, esta vez en Alcazariella, señalándola con todo cuidado sus términos y fronteras. En 1253, Alfonso X, junto a su mujer doña Violante, confirmó todos los privilegios y donaciones de sus antepasados. Incluso el que Enrique I dio en Segovia, a 17 de febrero de 1216, eximiéndole de pagar portazgo o pasaje, lo mismo que hará, en 1218, Fernando III, acogiendo bajo su protección a Monasterio, abad y monjes, así como a sus renteros, pastores y ganados, para los que da permiso puedan pastar en cualquier parte de su reino, y pasen todos los puertos y caminos sin pagar las tasas acostumbradas. Todo ello sería confirmado nuevamente por Juan II, en 1417.La vida de esta abadía continuó en su tono discreto, metódico y feliz, ocupada en construir su templo, claustro y viviendas, administrar sus posesiones, y servir de ejemplo, unas veces bueno, otras no tanto, a las sencillas gentes de la región, agria y difícil, de la serranía de Tamajón. Tuvieron, como es lógico, sus pleitos y discusiones, muy especialmente con el Concejo de Uceda, a propósito de ciertas heredades en aquel término. En 1459 se hizo la reconciliación de unos y otros, siendo abad don Diego.Llegada la hora de las reformas y primeros ajustes de la Orden, Bonaval vio reconocida su poca importancia, al perder su carácter de abadía, ser incorporada a la Congregación Cisterciense de Castilla, y quedar sujeta, en forma de priorato, a la jurisdicción de los bernardos de Monte Sión, en Toledo. Poco a poco fue adquiriendo el carácter sumiso y humilde de "residencia para ancianos" de la orden cisterciense, en donde se preparaban a bien morir, al tiempo que descansaban de su más o menos ajetreada vida, los más veteranos monjes blancos de Castilla. Su clima y su tranquilidad fueron alabados incluso por los historiadores de otras órdenes religiosas.En 1713, acabada la guerra de Sucesión con la victoria del Borbón Felipe, V de su nombre en España, le fue nuevamente reconocido a Bonaval su exención de pagos al Estado, confirmándole su posesión de territorios anejos, en Carranque, y en Uceda: todo para que continuasen, como desde hacía más de 500 años venían cumpliendo, con oraciones y ruegos a Dios por las personas reales.Aunque no sufrió grandemente en la guerra de la Independencia, por haber sido aquel territorio poco castigado de la francesada, no pudo resistir, sin embargo, el embate del trienio liberal que en 1821 acabó con algunos venerables cenobios, entre ellos el de Bonaval. Los monjes se retiraron a su casa madre, en Toledo, y el edificio fue vendido a particulares, que no se preocuparon en absoluto de su conservación, viniendo a la ruina en que hoy le vemos.Su archivo se dispersó en su mayoría; sus libros, sus joyas, sus pertenencias más diversas cayeron en manos (por no decir garras) de anticuarios y oportunistas, y solamente algunas piezas artísticas pasaron a la parroquia de Retiendas, donde hoy se veneran. Entre ellas contamos un Crucificado de toscas y populares maneras, y una deliciosa imagen gótica, sedente, tallada en alabastro, que tienen por milagrosa en el pueblo, y que representa un importante documento artístico del arte del siglo XV en sus finales. Nada más, si no son algunos capiteles repartidos por casas y en la fuente del pueblo, queda de Bonaval.

El edificio

Las ruinas del monasterio cisterciense de Bonaval son muy expresivas de la arquitectura de esta orden monacal en la Edad Media, y a pesar de su lamentable estado de ruina y abandono, merece la pena realizar, incluso a pie, desde Retiendas, el viaje que permite contemplarlas en todo su sabor.De la antigua abadía solamente quedan los restos de su iglesia, y algunos paredones inexpresivos de lo que fueran las dependencias monacales (celdas, refectorio, salones, etc.) aunque sin poder especificar el uso de ellos, pues nada más que muros y desmochados vanos quedan.El templo de Bonaval, sin embargo, es un ejemplar arquitectónico de gran interés que pasamos a describir y valorar, pues a la curiosidad de la disposición de su planta, de su inacabada estructura, y de la valiente y hermosa pureza de sus formas en bóvedas y muros, añade la abundancia de elementos decorativos, puramente cistercienses, que conviene resaltar.

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Se trata de un templo de reducidas dimensiones, de planta rectangular, con tres naves, y dos tramos solamente en cada una de ellas. Primitivamente debió tener tres tramos, pero un derrumbamiento y el parovechamiento del espacio del tramo de los pies para construir en él parte del conveto, la dejó reducida a lo que hoy se ve. La cabecera es triple, como corresponde a un monasterio masculino, al objeto de que pudieran decirse al menos tres misas al mismo tiempo, una en cada uno de los altares de dicha cabecera. Hoy solo se conserva en pie dicha cabecera, con sus tres ábsides cubiertos, la nave meridional, y los muros del resto del templo. Adosada al ábside del Evangelio aparece una pequeña estancia de bóveda de cañón apuntada, que corresponde a la antigua sacristía.Todo él construído con piedra caliza de color blanquecino, ofrece pureza en las líneas y riqueza en la ornamentación de los capiteles. La portada meridional, y principal, es de arco apuntado, muy abocinada, teniendo su hueco por escolta cuatro columnas a cada lado, coronadas de capiteles de decoración vegetal (algunos ya faltan), de los que parten las arquivoltas molduradas, cobijadas todas ellas por una cinta externa de puntas de diamante. Sobre el cuerpo de la puerta se alza, grandioso, un ventanal que en funciones de rosetón iluminaba el primer tramo de templo, con valor de crucero. Este ventanal es ajimezado, y al exterior se decora por chambrana formada por arcos pequeños, y apuntados, en hueco, lo que le confiere un enorme interés dentro del conjunto de la decoración arquitectónica de filiación cisterciense.La planta del ábside mayor es cuadrada en su presbiterio, y poligonal de tres lados en su remate. Los ábsides laterales son de planta rectangular. Se comunican entre sí los tres espacios por puerta abiertas en el espesor de los muros. La bóveda del ábside central es sexpartita, y los mismo que los ábsides laterales se forman por ojivas de medio punto. También las naves se cubrían de bóvedas nervadas, con los nervios muy marcados. Solamente el lado meridional del crucero se cubre de bóveda de cañón apuntada. Todas las bóvedas y sus correspondientes nervaturas apoyan en pilares adosados a los muros y soportes entre las naves. Lo hacen a través de de una cornisa que a su vez es soportada por grupos de capiteles, en los que sorprenden la limpieza de la talla, siempre con decoración vegetal minuciosa y elegante, propia de la primera mitad del siglo XIII, lo que nos permite fechar la construcción.El ábside central y el del lado del Evangelio se iluminan a través de esbeltos ventanales apuntados, estrechos, con gran derrame interior, formados al exterior por columnillas, pequeños capiteles, arquivoltas muy finas y chambranas externas de puntas de diamante.Es de anotar también la existencia de una torre adosada al muro meridional del templo, y que ofrece una escalera de caracol en su interior que permite hoy subir hasta los bordes de los muros y las bóvedas que quedan. Es esta una excursión, en cualquier modo, peligrosa. Pero la admiración de Bonaval y las ruinas de su antiguo monasterio bien merecen el viaje y la visita detenida.

Consejos para la visita

Aisladas sus poéticas ruinas en medio de un paisaje de idílica belleza. En las cercanías del pueblo de Retiendas, en plena Serranía del Ocejón. Puede llegarse hasta allí en automóvil, a través de un camino de firme muy irregular que parte desde un puente a un kilómetro de Retiendas, en la carretera que va a la presa de El Vado. El camino, de unos 4 Kms. de longitud, suele estar en muy malas condiciones durante el invierno. Pero en cualquier época lo recomendable es hacer el recorrido a pie. Merece la pena, pues atraviesa un denso encinar, y así no se macula el entorno con el gas de los automóviles. Se puede visitar la iglesia monacal, su primitiva sacristía, y los restos del convento, invadidos por la maleza. Puede subirse a las bóvedas a través de la escalera de caracol de sus torres. Siempre con el máximo cuidado.

Plano del monasterio cisterciense de Bonaval(del libro Monasterios Medievales de Guadalajara, AACHE Ediciones)

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Todavía puede el viajero contemplarbuena parte del antiguo monasterio de Bonaval,aislado y solitario en un valle de la Serranía del Ocejón.Con este plano del monasterio se pued eidentificarla iglesia, y las dependencias del cenobio.

CAMINO OLVIDADO -

Rutas de Tamajón

Coche Bicicleta Andando Itinerario

NO 2 Hrs 4 Hrs Tamajón - Retiendas - Tamajón

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Fotografías

Descripción:

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   Proponemos al viajero que deje volar por unos instantes la imaginación, para así adentrarse en la senda que un día recorrieron los monjes cistercienses de la abadía de Bonaval y los frailes del convento franciscano de Tamajón, en su celosa misión de velar por la salvación eterna de sus pobladores, entonces castellanos nuevos.

  El itinerario forma parte del G.R.-10 (sendero de gran recorrido que une Puçol con la sierra de Francia).

   Salimos desde la Plaza Mayor de Tamajón, por una travesía hacia la calle de la Picota. A la derecha, un gran escudo preside la noble casa de los Montufar.

   Cruzamos la calle de la Picota y seguimos la travesía, girando a la izquierda. Estamos en el antiguo emplazamiento de Tamajón.

  En la Callejuela de la Muela, se intuye lo que en otros tiempos fueron calles y casas.

   Salimos al camino de la Calzada. Tras pasar la antigua fragua; un pequeño puente "las puentecillas"cruza el arroyo de las Damas. Siguiendo el camino, en un altillo se encontraba una de las cuatro cruces que presidían cada una de las entradas a Tamajón, y de las que únicamente se conserva la situada en la carretera de la Virgen.

    Paseas ahora encajado entre encinas y paredes de parcelas antaño cultivadas. A la derecha en el alto, vemos el depósito y la boca del túnel. Tras una media hora de camino, una retorcida encina nos deja ver, a la derecha, la casa-almacén del Guarda del polvorín. El polvorín se encontraba detrás de la casa, entre las encinas. Llegamos a la cantera, explotada durante la construcción del pantano del Vado. Cruzamos el arroyo y unos metros más adelante vemos, en lo alto de una loma, el Castillejo, antiguo emplazamiento árabe, del que se conserva una pared. Pasamos el molino de las Huertas( propiedad privada) y llegamos a la raya de separación de los términos municipales de Tamajón y Retiendas.

   El ruido del agua nos acompaña a partir de ahora; este agua de arroyos y manantiales fue canalizada para regar las huertas de Retiendas. La vegetación se hace muy espesa y nos impide apreciar lo que en su día fueron fértiles huertas.

   Llegamos a Retiendas, tras dos horas de camino. El paisaje calizo de Tamajón da paso a las terreras rojizas en Retiendas, barrio anexionado a Tamajón hasta el S. XIX. Una vez aquí no podemos dejar de visitar las ruinas del Monasterio Cisterciense de Bonaval, fundado en 1164 por Alfonso VIII. Su lamentable estado no nos impide imaginar su esplendor medieval. Además no puede pasarnos desapercibido el bello espectáculo natural, a los pies del río Jarama.

Una Guía de los Monasterios de Castilla-La Mancha

A partir de esta página, que sirve de índice, encontrará el lector las imágenes y descripciones de los más interesantes monasterios y conventos que existen o han existido en el territorio de Castilla-La Mancha. De cada uno figura su breve historia, así como la memoria de sus habitantes, y la imagen y descripción de sus mejores obras de arte, o de su propia estructura. Con base a estos edificios, que son esencia de una historia religiosa y social de esta tierra, podrá el viajero formarse algunas rutas y maquetarse algunos interesantes viajes de descubrimiento por ruinas y sacras memorias.

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Provincia Población MonasterioAlbacete Albacete Convento de la EncarnaciónAlbacete Yeste Convento de San FranciscoCiudad Real Almagro Calatravas de la AsunciónCiudad Real Almagro Convento de Jesuitas

Ciudad Real Almagro Convento de San Agustín

Cuenca Uclés Monasterio de la Orden de SantiagoCuenca Villaescusa de Haro Convento de Santo DomingoCuenca Huete Convento de la MercedGuadalajara Guadalajara Conventos de CarmelitasGuadalajara Buenafuente del Sistal Monasterio de monjas cisterciensesGuadalajara Hita Monasterio benedictino de SopetránGuadalajara Córcoles-Sacedón Monasterio cisterciense de MonsaludGuadalajara Retiendas Monasterio cisterciense de BonavalGuadalajara Valfermoso de las Monjas Monasterio benedictino de San JuanGuadalajara Tendilla Ruinas de Santa AnaGuadalajara Peñalver Ruinas de La SalcedaGuadalajara Lupiana Monasterio jerónimo de San BartoloméGuadalajara Trillo Ruinas de OvilaToledo Toledo San Juan de los ReyesToledo Toledo Carmelitas de San JoséToledo Toledo San ClementeToledo Toledo San Pedro MártirToledo Toledo Santo Domingo el AntiguoToledo Ocaña Convento de Santo DomingoToledo Talavera Convento de Carmelitas

Guadalajara I (España): Retiendas, Tamajón Y Valdesotos

 (08/04/2007) Guadalajara I (España): Retiendas, Tamajón y Valdesotos.

La provincia de Guadalajara, presenta un amplio abanico de áreas altamente interesantes desde el punto de vista geológico (en el artículo anterior fueron los edificios de tobas calcáreas en Brihuega): Retiendas -El Vado -Tamajón -Valdesotos (Carbonífero, Ordovícico y Terciario), Puebla de Valles (acarcavamiento), Riba de Santiuste - Imón - Santamera (Triásico-Jurásico), Renales - Cortes de Tajuña - Turmiel - Maranchón (Jurásico-Cretácico), Pozo de Almoguera (silificaciones), la zona sur en su límite con la provincia de Cuenca (la evolución Cretácico-Neógeno, concretamente la cuenca central), sólo por citar algunos de los incontables lugares que despiertan interés desde el punto de vista

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estratigráfico, petrológico y estructural en cuanto a la geología se refiere; desde punto de vista histórico es una de las provincias donde se produjeron acontecimientos que resultan significativos dentro de la Historia de España (D. Antonio Herrera Casado, es una de las personas que más se ha preocupado por estudiar y escribir sobre la historia de esta provincia).

En esta ocasión, me centraré en el área comprendida por Retiendas , Tamajón , El Vado y Valdesotos . Los materiales que afloran en esta zona varían desde el Terciario, hasta el Carbonífero (Stephaniense) cuya identificación constituye el fin de este recorrido, para ello, he recurrido a un texto de principios del siglo XX (Pérez Cossio, Alejandro (1920). El terreno carbonifero de Tamajón, Retiendas y Valdesotos

en la provincia de Guadalajara. Boletín Geológico del Instituto de España. Tomo LXI, 3ª serie.), que habla de las "manchas" de carbón en esta zona.

La primera parada se realiza en las proximidades de Puebla de Valles a fin de observar los procesos de acarcavamiento a gran escala que se producen sobre materiales del Terciario. Se trata de

cantos redondeados a subredondeados de tamaño centimétrico incluidos en una matriz arcillosa que se extiende no solo por la localidad de Puebla de Vallés sino por El Vado y Retiendas .

Estos materiales, compuestos por arcillas de coloración rojiza con gran cantidad de cantos, apuntan a un origen cuyo régimen energético debió ser muy alto, y no debió corresponder a un episodio aislado de transporte masivo, sino a un fenómeno que debió durar en el tiempo. Podemos pensar en un clima semiárido con períodos de grandes avenidas, arrastrando materiales procedentes de las áreas madre localizadas en las zonas elevadas. A este tipo de formación rojiza compuesto por cantos incluidos en una matriz arcillosa, se le conoce con el nombre de "rañas".

La siguiente parada, se realiza en las proximidades de Tamajón , concretamente de camino hacia la Presa del El Vado . En este punto podremos observar fenómenos sobre calizas, análogas a las de la

Ciudad Encantada de Cuenca (Cretácico), causadas por los mismos agentes y formadas por los mismos procesos -si queremos jugar a decubrir formas conocidas en las rocas como en el caso de la Ciudad Encantada, tenemos un escenario proyectivo equivalente (nunca se sabe, se podrían añadir a las 10 láminas del test de Rorschach y dos más, la I+ y la III+ que algunos autores introdujeron después para otro tipo de exámenes).

Siguiendo un poco más hacia el norte, podemos descender en la serie estratigráfica hasta el Triásico, donde existen buenos afloramientos del Buntsanstein como el que podemos apreciar en la fotografía, constituido por las típicas areniscas rojas que presentan estratificación cruzada de surco, al igual, que en Riba de Santiuste donde los afloramientos son de mejor calidad. Estos depósitos se han interpretado como un sistema braided.

Como comentaba al principio de este artículo, el objetivo en esta zona se centraba en la identificación de unos niveles de carbón correspondientes al Stephaniense que afloran en las próximidades de

Retiendas . Para ello me he valido de bibliografía de principios del siglo XX: Pérez Cossio, Alejandro (1920). El terreno carbonifero de Tamajon, Retiendas y Valdesotos en la provincia de Guadalajara. Boletín Geológico del Instituto de España. Tomo LXI, 3ª serie.

Siglo XIX (1854). En este año, se cita por primera vez la existencia de "manchas" de carbón en estás tres localidades. Du Veneuill en el Boletín de la Sociedad Geológica de Francia, cita su existencia: "existen lechos de combustible en los términos de Retiendas, Valdesotos y Bonaval ... Una banda de caliza y arenisca perteneciente al tramo de la creta cloritosa y tra más estrecha de arenisca hullera, separan el terreno terciario lacustre de la cadena de Guadarrama.

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Con posterioridad, son los siguientes geólogos los que estudian la zona:

- Casiano del Prado: lo cita en la Memoria Geológica de la Provincia de Madrid.

- Aranzazu (1867). Identifica una capa que se extiende por los términos de Valdesotos, Tortuero, Valdepeñas y Alpedrete.

- Donaire (1874). Solo llega a identificar "una mancha" en el área de Valdesotos, ignorando su existencia en Retiendas, Bonaval y Tamajón.

- Pedro Palacios (1877). Estudia tres afloramientos:

· Valdesotos· Retiendas· Tamajón

Como Donaire, realiza una datación en base a los restos fósiles encontrados, concretamente, se funa en los restos fósiles vegetales encontrados en este tramo del Carbonífero.

- Carlos Castell. En la Memoría Geológica de Guadalajara, expone el estudio realizado sobre los tres puntos antes mencionado.

- Lucas Mallada, en la Explicación del Mapa Geológico de España, también hace alusión a estos tres puntos.

- En 1874, dentro de la Revista de la Universidad, se publica un estudio somero sobre la estratigrafía de Guadalajara, incluyendo en él las observaciones relativas al Carbonífero, asignando una edad Stephaniense a estas tres afloramientos, indicando un origen lacustre para ellas.

Esta "mancha" de carbón, se extiende por Tamajón, Bonaval, en la provincia de Madrid sobre el Silúrico, reapareciendo en la provincia de Cuenca.

Resumiendo, existen 3 puntos donde se identificaron estas "manchas" de carbón:

1. Tamajón: Se encuentra en el camino de Tamajón a Retiendas en el barranco de la Solana de las Huertas, 100 mts. antes del molino.

2. Retiendas: En las dos orillas del Jarama dentro del término de Retiendas. Yacen sobre el Silúrico y a techo se sitúa el Cretácico. Se localiza en el Barranco de las Colmenas, a 50 mts. del comienzo del camino del Vado y 200 mts. al N. del Barranco de Bonaval y 1,4 Kms. del Retiendas.

3. Valdesotos-Tortuero: En la orilla del Arroyo del Palancar, desde Cabeza de Uclilla hasta las proximidades de Valdesotos.

Los restos fósiles que estos sutores encontraron en el Carbonífero corresponden a los siguientes grupos:

- Filicales (helechos):

· Taeniopteris· Pecopteris

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- Stigmaria

- Sigilaria

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