Las Tradiciones de Escritura Del País Vasco Comparadas Con Las de Las Regiones Limítrofes

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    En el trabajo se comparan los documentos del Pas Vasco con los del entorno geogrfico paradeterminar las principales caractersticas de las distintas tradiciones de escritura y establecer posi-bles afinidades. Se concluye que la tradicin del Pas Vasco es de filiacin netamente castellana,lo que permite deducir que las desviaciones respecto al estndar tienen fundamento lingstico,reflejo de los usos autctonos de los escribientes.

    Palabras Clave: Documentos. Espaol norteo. Grafemtica. Historia del espaol. Lingsticavascorromnica. Paleografa. Romance y euskera. Tradiciones de escritura.

    Azterlan honetan Euskal Herriko dokumentuak geografia ingurunekoekin alderatzen dira idaz-kera tradizio desberdinen ezaugarri nagusiak zehaztu eta litezkeen kidetasunak finkatzeko asmoz.Ondorioen arabera, Euskal Herriko tradizioa gaztelaniazko filiazio garbikoa da, eta hortik ondorioz-ta daiteke gertatzen diren estandarrarekiko desbideratzeek hizkuntza dutela oinarri, idazlarien ber-tako moldeen agergarri direla.

    Giltza-Hitzak: Dokumentuak. Iparreko espainiera. Grafematika. Espainieraren historia. Euskal-erromantze linguistika. Paleografia. Erromantzea eta euskara. Idazkera tradizioak.

    On compare, dans ce travail, les documents du Pays Basque avec ceux de lenvironnementgographique pour dterminer les principales caractristiques des diffrentes traditions dcritureet tablir dventuelles affinits. On conclut que la tradition du Pays Basque est de filiation nette-ment castillane, ce qui permet de dduire que les dviations concernant le standard ont une baselinguistique, reflet des usages autochtones des auteurs.

    Mots Cl : Documents. Espagnol du Nord. Graphmatique. Histoire de lespagnol. Linguistiquebasco-romane. Palographie. Romance et euskera. Traditions dcriture.

    Las tradiciones de escritura delPas Vasco comparadas con las delas regiones limtrofes(The traditions of writing of the Basque Country compared with those of the bordering regions)

    Snchez-Prieto Borja, Pedro Univ. de Alcal-GITHE. Fac. de Filologa. Colegio de San Jos deCaracciolos. San Julin, 1. 28801 Alcal de [email protected]

    Torrens lvarez, M JessConsejo Superior de Investigaciones Cientficas. Centro de CienciasHumanas y Sociales-ILLA. Albasanz, 26-28. 28037 [email protected]

    BIBLID [1137-4454 (2008), 23; 481-502]

    Oihenart. 23, 2008, 481-502

    Recep.: 28.12.2007Acep.: 15.09.2008

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    Nuestras primeras palabras han de ser de agradecimiento a los organizado-res de estas Jornadas de Lingstica Vasco-Romnica por su invitacin a partici-par, dada nuestra escasa familiaridad con el castellano del Pas Vasco y nuestraignorancia casi absoluta del euskera. De hecho, cuando Carmen Isasi nos invit,nuestra primera reaccin fue de sorpresa, y si aceptamos fue porque conocien-do a Carmen sabamos que podamos contar con su ayuda para todo lo necesa-rio. Ella y sus colaboradores, en particular Sara Gmez Seibane, pusieron ense-guida a nuestra disposicin materiales de gran valor, en concreto, los facsmilesde una serie de documentos del Pas Vasco de finales del siglo XIII al XVI, de lastres provincias vascas. Y dos libros todava en pruebas, que recogen documen-tacin bilbana, el primero de los siglos XVI y XVII, y el segundo del siglo XVIII(damos las referencias ms adelante). Ni que decir tiene que sin estos materia-les difcilmente habramos podido presentar esta ponencia. No podemos menosque agradecer a Carmen y a Sara su generosidad.

    1. OBJETIVOS

    Si aceptamos, fue tambin porque habiendo trabajado en la elaboracin deun amplio corpus documental que incluye numerosos documentos medievales yde los siglos XVI y XVII de las regiones norteas, nos pareci que poda tener inte-rs comparar los documentos del Pas Vasco con los de las regiones limtrofes.Nuestro objetivo es cotejar lo que sabemos sobre la documentacin del Pas Vas-co, que no es otra cosa que lo que hemos podido aprender de muchos de loscolegas participantes en estas Jornadas, con las tradiciones documentales delentorno geogrfico, con el fin de establecer si no filiaciones entre esta tradicio-nes de escritura s, al menos, afinidades. El establecimiento de estas afinidadestal vez sea una pequea aportacin con vistas a trazar la historia del castellanodel Pas Vasco, lo que ser slo posible tras el examen de las fuentes documen-tales.

    La pregunta bsica que podemos hacernos es qu similitudes hay entre losdocumentos emitidos en el Pas Vasco y los de otras zonas circundantes, comoNavarra, La Rioja, Burgos o Cantabria? Este planteamiento nace de lo sealadohasta ahora por diversos autores sobre el carcter castellano del romance delPas Vasco. Se han quejado, y con razn, los estudiosos de este mbito geogr-fico del poco inters por el romance del Pas Vasco que han demostrado los his-toriadores de la lengua espaola. Ciertamente, la ausencia casi absoluta dedocumentacin autctona de un amplio perodo medieval ha contribuido a estaescasa atencin, comparada con la dedicada a las zonas limtrofes. Esta caren-cia de fuentes documentales es un hecho poderosamente llamativo, pues la epi-grafa latina de la zona permite asegurar, como se han encargado de sealarinvestigadores como Joaqun Gorrochategui o Mara Teresa Echenique, que exis-ti una temprana y ms profunda romanizacin del Pas Vasco de lo que tradi-cionalmente se ha sostenido, no slo hacia el norte aquitano, sino tambin haciael sur, lo que en consecuencia permite vislumbrar, en palabras de Echenique(1998: 46), un territorio vinculado culturalmente en etapas histricas, tanto dia-tpica como cronolgicamente. Al mismo tiempo, el tratamiento lingstico de

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    la onomstica y toponimia latinas demuestra que los indgenas de estas regio-nes eran vascos (Gorrochategui 1999).

    Frente al perodo tardoantiguo, que ofrece materiales epigrficos de granvalor -si bien es cierto que con muy desigual reparto geogrfico1-, los documen-tos son prcticamente inexistentes hasta la Baja Edad Media. Eso no significaque no tengamos noticias del Pas Vasco durante estos largos siglos, sino que losdatos para reconstruir la historia, tambin la lingstica, proceden necesaria-mente de fuentes indirectas o de documentacin escrita fuera de las actualesprovincias vascas, concretamente de los territorios colindantes con el espacioeuskrico, como La Rioja, Burgos o Aragn.

    Es precisamente esta documentacin altomedieval relativa a las tres provin-cias vascas contenida en cartularios como los de San Milln o Valpuesta, diplo-mas reales o textos eclesisticos, que est siendo objeto de estudio por ngelesLbano Zumalacrregui2, quien llega a la conclusin de que en cuanto al aspec-to fontico y lxico, el romance que figura en los textos documentales de lava,Guipzcoa y Vizcaya est lejos, en principio, de ser considerado como propio,exclusivo y autctono del territorio (2006: 3020).

    Lo mismo puede decirse de la caracterizacin del romance de los siglos XIV -XVI en el Pas Vasco, como ha puesto de relieve C. Isasi, as como otros miem-bros del grupo de investigacin Seminario Alfonso Irigoien, en numerosos traba-jos basados en el anlisis minucioso de la documentacin principalmente viz-cana. La variedad romance que se manifiesta en esos documentos es el caste-llano, pero en l

    se van perfilando algunos rasgos que, asumiendo el riesgo del calificativo, sepodran considerar peculiares, aunque no exclusivos [...], y que coinciden conlos de mbitos dialectales prximos y tambin en muchos casos con los del mis-mo castellano del norte de Castilla la Vieja (Isasi 2006: 213)3.

    La bsqueda de un marco ms amplio en el que insertar el castellano del PasVasco nace de un principio metodolgico elemental, pues slo la comparacin per-mite situar y valorar en su justa medida el grado de especificidad o exclusividad delos datos ofrecidos por la documentacin. Ese marco de comparacin no puede ser

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    1. Frente a dos inscripciones solamente en Gipuzkoa (una en Oyarzun, antiguo territorio de Vas-cones, y otra en Zegama, ambas, por tanto, en los mrgenes provinciales) y catorce en Bizkaia (lamayora en la zona de la ra de Gernika y alrededores), Alava ha dado hasta ahora 175 documentoscatalogados, con ncleos de distribucin significativos en Trevio, la antigua ciudad romana deVeleia (med. Irua), la zona de la llanada oriental y el valle de Arana limtrofe con la zona navarra dela Tierra Estella. En estas inscripciones alavesas cuento unos 145 individuos ms o menos identifi-cables. En Navarra ascienden los individuos identificados a 217, segn el listado reciente de C. Cas-tillo sobre la onomstica personal de Navarra (Gorrochategui 1999).

    2. Se trata del corpus onomstico Toponimia medieval en el Pas Vasco (Lbano Zumalacrregui1995, 1997 y 1999).

    3. A la misma conclusin llegan Cristina Oss Marcaida (1993) a partir del estudio de los docu-mentos de Concejo de Segura, Guipzcoa (1290-1450), e Isabel Echevarra Isuzquiza (1999), sobrela toponimia carranzana (datos tomados de Lbano Zumalacrregui 2006).

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    otro que el de las variedades dialectales norteas, esto es, no slo el castellanonorteo, muy especialmente el del norte de la provincia de Burgos, cuya peculia-ridad respecto al castellano del sur de la provincia ya seal Gonzlez Oll en 1964(El habla de La Bureba...), sino tambin del navarro y aragons o navarro-aragonspor el oriente, as como el riojano, con un grado de especificidad ciertamentepequeo, como tambin lo fue el del romance de Cantabria, cuyas caractersticasestn ms cerca de lo que podramos llamar sin ms castellano.

    Desde luego, nuestro objetivo no es determinar el lugar que ocupa el caste-llano del Pas Vasco en contraste con la variedad navarra, riojana, burgalesa ocntabra, sino mucho ms limitado y preciso: intentar ver si hay una tradicin deescritura vasca, o varias, y si sta se diferencia claramente de las de su entorno.Naturalmente ello implica pronunciarse tambin sobre las de las reas limtro-fes, alguna de las cuales, concretamente la navarra, ha sido objeto de ms pro-fundo anlisis por el profesor Cierbide en estas mismas Jornadas.

    2. CUESTIONES DE MTODO. LOS DOCUMENTOS Y LA LENGUA DE USO

    Para delimitar la investigacin importa preguntarse por la representatividadde los documentos respecto de la lengua de uso. Somos de los que piensan quela dialectologa histrica (y la historia de la lengua) tienen un fundamento emp-rico, y sin ese fundamento emprico, dado por los documentos, poco se puedeavanzar. Pero al mismo tiempo, la formulacin de cualquier hiptesis histricasobre la lengua de un territorio slo puede hacerse de una manera retrospecti-va, es decir, acudiendo a la lengua de llegada como trmino de comparacin. Asse pronunci ya Menndez Pidal, y de manera mucho ms clara Frago o Fer-nndez-Ordez, y a la necesidad de transitar estas dos vas complementariasde reconstruccin de una lengua en el pasado tambin se refiere Echeniquepara el caso concreto de la historia lingstica vascorromnica (2006: 26).

    Se nos presenta como evidente que los documentos antes que testimonio dela lengua de uso lo son de la tradicin de escritura en la que se insertan. Y quela manifestacin de los rasgos lingsticos de quien escribe est pasada por elfiltro de los usos de esa tradicin, aprendidos.

    Por otro lado, el concepto de documento no se agota en el testimonio notarial,ni la nica prctica de la escritura es la administrativa. Entendido en sentido lato,el documento presenta mltiples manifestaciones que amplan el campo social deuso de la escritura en otras pocas. Y nos plantea cuestiones de gran inters sobrela realidad lingstica en un espacio geogrfico. Para la manifestacin de la varie-dad castellana del Pas Vasco o Navarra, cabe destacar cartas privadas de inmi-grantes a Indias (como ha sealado el profesor Frago en estas mismas Jornadas).

    3. PARA UNA COMPARACIN ENTRE LOS DOCUMENTOS VASCOS Y SU ENTORNO

    No cabe duda de que si dispusiramos de colecciones documentalesamplias, variadas, llevadas a cabo con criterios unitarios y con posibilidad de

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    acceder al facsmil, el trabajo de comparacin entre los documentos del PasVasco y los de su entorno sera ms fcil de lo que es.

    3.1. La documentacin vasca

    Poca consideracin en la filologa espaola ha tenido tradicionalmente ladocumentacin vasca medieval y de los siglos XVI y XVII. Cabe destacar en lasltimas dcadas los meritorios trabajos de Ramn Santiago, Juan Antonio Fragoy sobre todo Carmen Isasi e investigadores de su equipo, como ya hemos sea-lado, que han permitido establecer un elenco de peculiaridades o desviacionesrespecto del castellano estndar tardomedieval y posterior. No deja de ser cier-to que hay lagunas notables en la documentacin. Seguramente, el mayor impe-dimento para nuestro propsito es el enorme vaco representado por el siglo XIII,porque como dice Carmen Isasi, los datos concernientes a esta poca tan tar-da [siglos XVI y XVII] no permiten extraer conclusiones sobre etapas anterioresno atestiguadas (Isasi 2006: 213), a lo que hay que aadir el grave inconve-niente que supone para el conocimiento de la historia entrecruzada del roman-ce y el euskera el hecho de que ste se documente por escrito en fecha an mstarda, el siglo XVI. En palabras de Echenique (2006: 26),

    si no resulta tarea fcil reconstruir la historia de cualquier lengua por la sen-cilla razn de que solo contamos con textos escritos para pocas pasadas, mscomplejo an es llegar a perfilar la historia entrecruzada de lenguas distintas atravs de los testimonios documentados que, siendo incompletos y limitadospara las lenguas romnicas, son casi inexistentes (apenas restos aislados) en elcaso de la lengua vasca hasta el siglo XVI.

    La plena Edad Media, perodo de formacin y consolidacin de las scriptaeromances, permanece ignota por la ausencia de documentacin autctona delPas Vasco, lo que limita considerablemente las posibilidades reales de compa-racin con las variedades circundantes, a lo que hay que aadir la inexistenciade testimonios del euskera.

    Gracias a Carmen Isasi y Sara Gmez Seibane hemos dispuesto de algunosdocumentos de las tres provincias vascas. De gran utilidad nos ha sido la tesisdoctoral de Romero Andonegi (2005)4, que incluye documentacin tardomedie-val y de los siglos XVI-XVII de la villa de Bermeo. Gracias tambin a la generosi-dad de los autores hemos podido ver en pruebas de imprenta la obra de SaraGmez, Carmen Isasi y Enriqueta Sesmero, Bilbao en sus documentos (1545-1694) (2007). Tambin nos ha sido de gran ayuda la de Sara Gmez y Jos LuisRamrez Luengo, El castellano de Bilbao en el siglo XVIII: materiales para su estu-dio (2007)5.

    Hemos partido de un principio quiz no suficientemente comprobado, lahomogeneidad de la documentacin vasca. Esta nos pareci una hiptesis

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    4. Y parcialmente publicada en 2007.5. Citamos estas dos obras por n de documento, Bilbao y ao.

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    necesaria, no porque pensemos que no hay variacin interna (que de hechola hay), sino por considerar que en el Pas Vasco hay una tradicin de es-critura prevalente entre los notarios pblicos, como la hay en otros territo-rios6.

    3.2. Documentacin del entorno geogrfico del Pas Vasco. El CODEA

    Como trmino de comparacin nos servirn los documentos que se integranen el Corpus de Documentos Espaoles Anteriores a 1700 (CODEA), que ela-boramos en la Universidad de Alcal, y que en su estado actual cuenta con cer-ca de 1700 unidades. De cada documento se ofrece transcripcin paleogrfica,presentacin crtica y facsmil. Esto ltimo justifica preferir este corpus, no slopor la posibilidad de comprobar las lecturas, sino porque, como diremos, el exa-men de los aspectos paleogrficos, contra lo que ha sido tradicional, no es aje-no a la investigacin filolgico-lingstica.

    Como dijimos ms arriba, las reas examinadas son Navarra, La Rioja, nortede Castilla (Burgos) y Cantabria. Nos ha parecido conveniente examinar tambinla documentacin de la provincia de Huesca, pues poda servirnos como trmi-no de comparacin de la documentacin navarra.

    4. CARACTERIZACIN DE LA DOCUMENTACIN VASCA

    La caracterizacin de la documentacin vasca no poda ser ntegra, sino sloorientada a la comparacin. Por ello nos hemos fijado en aquellos aspectos quenos han parecido ms relevantes, y que extraemos de los trabajos citados, de losdocumentos que hemos podido examinar en facsmil, as como de las dos colec-ciones inditas de Bilbao (especialmente de la dedicada a los siglos XV al XVII).

    4.1. Paleografa

    Con vistas a caracterizar la escritura documental de un escritorio o de unespacio geogrfico amplio, el primer nivel que ha de considerarse es el paleo-grfico, de acuerdo con el principio de triple correlacin entre paleografa, grafafontica. Lo que se observa en la documentacin de los notarios pblicos delPas Vasco es un predominio tardomedieval del ciclo de la gtica cursiva. Ya enel siglo XIII, en poca de Sancho IV, se puede constatar el arraigo de esta cursi-vidad caracterstica que tuvo manifestacin antes en la escritura cancillerescade Alfonso X, no ciertamente en los privilegios y cartas plomadas, pero s en tiposdocumentales menos solemnes, como el mandato, que cabe considerar comoun documento interno de la administracin.

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    6. El determinar los avatares de la escritura de manera acotada es tarea que habra de hacer-se escritorio por escritorio o escribana por escribana, es decir, examinando la prctica de los nota-rios de un concejo (como en el caso citado de Bermeo) o de un monasterio.

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    Este desarrollo de la cursividad se aprecia a lo largo del todo siglo XIV y alcan-za su apogeo con la escritura cortesana del siglo XV y con la procesal de lossiglos XV al XVIII.

    As sucede en la documentacin de Bermeo estudiada por Romero Andonegi(2005, 2007), quien va describiendo distintas escrituras, todas ellas dentro delciclo cursivo, hasta llegar al ciclo gtico influido por la humanstica. Natural-mente, la humanstica acaba por desplazar a la gtica, con una cronologa para-lela a la de Castilla.

    4.2. Grafemtica y fontica

    La dificultad de distinguir si algunos rasgos de escritura son meramente gr-ficos o tienen valor fontico aconseja tratar estos dos niveles conjuntamente. Ysin olvidar la correlacin con el nivel paleogrfico. As, el desarrollo cursivo semanifiesta en el empleo de la llamada s sigma, con lo que esto implica para ladistincin entre dentales y alveolares.

    4.2.1. Grafas de secuencias voclicas7

    I en vez de ie o ei: 27 Bermeo 1517 15v24 risgo, 29a Bermeo 1527 12r1 pli-go, 2 Bilbao 1551 303r37 dos sartenejos de fierro de frir, 6 Bilbao 1565270v68 dos sartanes de frir.

    U por ue: 18 Bermeo 1508ca. 227r29 respusta, 17 Bermeo 1508 223v1furon.

    Cabe aadir 26 Bermeo 1514 32r26 rigado, 29a Bermeo 1527 4r20 rega-dos (raigado).

    Nos ha llamado la atencin Bilbao 1338 del borto dAreguren e del selLecuiatu. Borto podra parecer lectura errnea por uerto, pero as lo ley sinmayor extraeza quien en el s. XVII (a juzgar por la letra) hizo el regesto (Cf. vuer-to en diferentes documentos espaoles del CODEA, especialmente en los deCantabria)8.

    Isasi (1997: 65, citada por Romero Andonegi, 2007), sin excluir como posiblecausa la torpeza escrituraria, seala el rechazo de los diptongos crecientes eneuskera, y la frecuente alteracin de los pertenecientes a voces romnicas en elcastellano hodierno de algunas reas vascas.

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    7. Para una descripcin ms completa de estos fenmenos en el corpus de Bermeo, v. el cap-tulo 5 de Romero Andonegi (2005).

    8. Menos probable nos parece interpretar borto como madroo, denominacin corriente en elcastellano norteo.

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    4.2.2. Grafas de tonas

    Al lado de las vacilaciones habituales, observamos: 9 Bermeo 1474 18v4foturos, 4 Bilbao 1564 2r59 jnoro de binos.

    4.2.3. Alteracin del timbre las tnicas

    27 Bermeo 1517 3v28 monestirio, 18 Bermeo 1508 ca. 227r25 diniros.

    4.2.4. Prtesis voclicas y su fenmeno contrario

    De la documentacin de Bermeo cabe destacar la alternancia de formas cony sin prefijo: 10 Bermeo 1495 1v2 23 Bermeo 1509 ca. 242r17 bastecimien-to.

    Mayor inters tiene la insercin voclica: en 9 Bermeo 1474 17v25 inistru-mento, 29a Bermeo 1527 8v16 regelas, 9v7 reguela y 7 Bermeo 1460 9r21 y26 Bermeo 1514 34v16 regolones renglones. En 20 Bilbao 1668 6v177 cala-ostro claustro. Frago Gracia (1999: 122) seala ejemplos de cartas de vascosen Amrica. Se describe como un fenmeno caracterstico de hablantes vascos.

    4.2.5. Prtesis de e ante rr

    La prtesis voclica ante vibrante mltiple es un rasgo tambin atribuible ala influencia del euskera: 11 Bermeo 1496 88r 2 erregateros. Por ultracorrec-cin tenemos afresis en 5 Bilbao 1565 267r65 reruelo (ant. ferreruelo).

    4.2.6. Grafas coa, goa

    Fenmeno largamente descrito es la presencia de quoa, coa, goa por qua,cua, gua, si bien es cierto que la abreviatura impide muchas veces valorar la for-ma del texto (Isasi 2002a: 1543, y Romero Andonegi 2005: 219). La mayor par-te de ejemplos los proporcionan quoal, quoando, quoanto, adems de goardar.Pero tambin hay otros casos, como igoalado, goa. A pesar de ser frecuentsi-mo en la documentacin de Bermeo, donde oa se da 171 veces frente a 70 deua, la distribucin en los textos no es homognea (Romero Andonegi 2005: 223).An es usual en los siglos XVI y XVII (sobre todo goardar): 1 Bilbao 1544 1v28goardasen, 2 Bilbao 1551 303r37 goardapolbo. Y todava en el siglo XVIII: 31 Bil-bao 1773 16r120 frgoas, 41 Bilbao 1774 6v147 goa. Ya se ha sealado quesu empleo no se limita al Pas Vasco, pues no es menos caracterstico de la scrip-ta navarra (Isasi 2002b: 137, Gmez Seibane 2005), e Isasi considera probablela influencia del euskera.

    4.2.7. y j

    Enorme inters tiene para la grafemtica histrica el que encontremos -y-all donde el castellano tiene, o esperaramos que tuviera, -j-, o viceversa. Isasi(2002c) y Romero Andonegi (2005: 228), a partir de casos como 9 Bermeo 1474

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    yerno-jerno, majores, jams-yams, apareyos, 11 Bermeo 1496 yusticia, yuez,ajuntamiento, etc., y otros testimonios en documentos vizcanos, alaveses y gui-puzcoanos, se preguntan si la altenancia es fontica o no. Naturalmente, no essolucin exclusiva de la documentacin vasca, pero la cronologa tarda nos ayu-da a plantear mejor la cuestin9. Merecer la pena preguntarse por su extensindurante la baja Edad Media en las regiones limtrofes del Pas Vasco.

    4.2.8. Las sibilantes

    Ya Isasi (1991) plante el problema de la valoracin de la s sigma, en vistade casos frecuentes de s por c-z con s alta o de doble curva. 9 Bilbao 1630, Tes-tamento de Domingo de Zuazaga, escribano de Bilbao, 192v-193r86-87 resada(8 veces); id. 194v89 sebada cebada; 18 Bilbao 1657 220r169 abitasin; 20Bilbao 1668 4v176 senando cenando, cosses cozes. Tambin hay ejemplos delo contrario. Romero Andonegi (2005: 255): 11 Bermeo 1496 87v13 pesquizi-dor, pezen pesen, vezugo, ozado, rezulta, etc.; 10 Bilbao 1637 11v99 iten unadena que peza mill y sesenta reales; 19 Bilbao 1657 232v173 eda seda. Yaun en 1724, 23 Bilbao 181r90 omicin omisin.

    La pronunciacin seseante del romance hablado por los vascos seguramen-te ayud a la generalizacin del seseo en Amrica (Frago 1999: 109).

    4.2.9. l y ll

    El empleo de las grafas l-ll muestra abundantes ejemplos de variacin endiversas tradiciones de escritura. Como es sabido, la escritura temprana ofrecenumerosos casos de l para la palatal (cavalo). La documentacin de Fernando IIIy Alfonso X muestra una estabilidad del reparto, aunque nunca absoluta, y enpoca de Sancho IV se observa una tendencia a ll por l. La valoracin de estasgrafas no est exenta de dificultades, pues en ciertos mbitos dialectales noson extraos los procesos de palatalizacin y despalatatizacin. Aparte de queel resultado de los grupos no es uniforme, y no faltan los casos de variacin (cla-vija, llavija, lavija). As las cosas, no resulta fcil evaluar los testimonios de l porll y viceversa en la documentacin del Pas Vasco. Sin embargo, Isasi y otros(Romero Andonegi 2005: 267) han llamado la atencin sobre la recurrencia dela palabra pilloto (y derivados). Tambin 20 Bilbao 1668 4v176 escalleras. Isasi(1995) habla de influencia de la palatalizacin caracterstica de reas del eus-kera.

    4.2.10. Alternancia entre velar y palatal

    2 Bilbao 1551 305v y 306r40-41: jamarra, jhamarra, chamarra (4 veces).

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    9. La grafa j para /y/ es frecuente en la documentacin temprana de Santander y norte de Bur-gos (Torreblanca 2002, Torrens, en prensa). Dobletes fonticos como yudgar-judgar o yurar-jurar sonabundantes en manuscritos castellanos del siglo XIII, como los cdices alfonses (Torrens 2002: 135-140).

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    4.2.11. Palatal nasal

    14 Bilbao 1648, informacin testifical: 11r137 y 18v143 espada des emba-ada desenvainada.

    4.2.12. -rr en posicin final de palabra

    Resulta llamativo un fenmeno apenas sealado en la bibliografa: la dupli-cacin de la rr en posicin implosiva. Recoge bastantes ejemplos Romero Ando-negi (2005: 273): confirrmado, arrmado, arrticulo, y muy especialmente en latoponimia vasca (Arrteaga, Olarrte), tambin en final de palabra (Vidaurr,ubiaurr).

    El fenmeno puede tener un fundamento fontico (ejemplos modernos enMichelena 1985). Vase lo que diremos sobre los documentos navarros msadelante (Snchez-Prieto Borja: 2006).

    4.2.13. Prdida de -b

    Frago (1999: 130) seala la generalizada elisin de /-b/ en las cartas de losvascos emigrados a Amrica.

    4.3. Morfologa y sintaxis

    Dado que nuestro inters se centra en el nivel grafemtico, pues es el quemejor se presta a una comparacin entre tradiciones de escritura, nos limitare-mos a enumerar las peculiaridades de carcter gramatical ya expuestas porotros autores, principalmente Isasi y sus colaboradores. Si en el plano grfico yfontico se han destacado numerosas peculiaridades de los documentos delPas Vasco, son menos las de naturaleza gramatical. Varias de ellas, adems,son casos de pervivencia de fenmenos desaparecidos en el castellano de otrasreas, lo que ha llevado a algunos investigadores (Frago 1999, Ramrez Luengo2004, Isasi 2006) a caracterizar el castellano del Pas Vasco como arcaizante.La mayora de los rasgos siguientes estn recogidos en Isasi (2006).

    4.3.1. Posesivo so por su. 2 Bilbao 1551 304r38 Iten doze cuchares, a loscabos sendas figuros dorados, Vitoria 1310? 5 sso uoz (sealado por Isasi: 2006),ms los casos sealados por Frago (1999) en cartas de emigrantes vascos a Am-rica, y por Echenique (2006) en el testamento de Juan Sebastin Elcano.

    4.3.2. Pervivencia de la construccin artculo + posesivo + sustantivo (Frago1999, Isasi 2002, 2006, Echenique 2006, Gmez Seibane en este mismonmero).

    4.3.3. Pervivencia de 1 persona del futuro de subjuntivo en ro (Isasi 2002,2006, Ramrez Luengo 2004).

    4.3.4. Pervivencia de 1 persona del perfecto de indicativo en -i (Isasi 2002,2006).

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    4.3.5. Pervivencia de sis: 3 Bilbao 1554, 3r46 por sis e en nombre (ant.sise), muy frecuente tambin en el Fuero General de Navarra.

    4.3.6. Neutro de materia (Gmez Seibane 2003; para su extensin en Casti-lla, Fernndez-Ordez 2006).

    4.3.7. Futuro de indicativo por subjuntivo (Isasi 2002, Ramrez Luengo 2002,2004).

    4.3.8. Gerundios analgicos (Isasi 2002, 2006): 3 Bilbao 1554, 5v49tubindole o pudindolo hazer.

    4.3.9. Uso absoluto de cada (Isasi 2002, 2006).

    4.3.10. Preposicin faza < faz a (Isasi 2006).

    4.3.11. Para el castellano hablado hoy por vascos se han sealado no pocosrasgos, sobre todo gramaticales, como la ausencia de pronombre objeto: Ponesen duda o qu?, por Lo pones en duda... (Oederra 2005: 1110-1111). El fen-meno lo recoge Frago (1999) en documentos americanos, pero no aparece, quesepamos, en la documentacin vasca medieval o de los siglos XVI y XVII.

    4.4. Lxico

    En el lxico los estudiosos han ido recogiendo una serie de palabras de ori-gen euskrico. Como muestra, ya en un documento temprano, en carta de PeroYuez, escribano pblico de Vitoria, a 23 de enero de 1292, lava: 7 e por sse-ruiio queles ffezo quel mandauan que ffiziesse rueda o molino en el agua queentraua en la cauade Saluatierra. El empleo de rueda como sinnimo de moli-no se explica sin duda por el eusk. errota molino, del lat. ROTA rueda.

    Por su ausencia (hasta donde hemos visto), nos llama la atencin muga (muypresente en cambio en Navarra) [segn Aut. es voz usada en La Rioja y otras par-tes]. lava, Dominicas, 16 de 1519: ni los mojones ni lmites, apear y mojonar.

    Especial riqueza lxica ofrecen los inventarios, como se ha encargado deresaltar en este mismo nmero C. Isasi:

    2 Bilbao 1551 303r37 un pispot e tres pichelejos2 Bilbao 1551 303v38 ropa blanca de vndras e sbanas.2 Bilbao 1551 306r41 iten un sayuelo tane (dos veces).10 Bilbao 1637 11v99 iten una dena que peza mill y sesenta reales.11 Bilbao 1642 7v113 una atorra nueva de carnesuy (?). 12 Bilbao 1644 4v123 un izgrino.

    Algunos usos romances, sin ser imposibles en Castilla, nos llaman la aten-cin: 8 Bilbao 1615 2v77 y en la sepultura que tengo pegante al altar; id. 6v82pegante al camino de la huerta de Uribarri.

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    Otras palabras ajenas al romance de Castilla tienen una extensin norteams amplia, como 1 Bermeo 1297 17 ensemble (Romero Andonegi 2005: 234),comn a Navarra y Aragn.

    5. CARACTERIZACIN DE LAS TRADICIONES DE ESCRITURA DE LAS REASLIMTROFES CON EL PAS VASCO

    Enumeramos algunos de los principales rasgos de las tradiciones de escritu-ra de Navarra, Huesca, La Rioja, Cantabria y norte de Burgos. Los ejemplos estntomados de documentos de estas zonas conservados en la seccin Clero delArchivo Histrico Nacional y recogidos en nuestro CODEA. Citamos por el nme-ro de documento en CODEA y damos lugar, ao y lnea de texto.

    5.1. Navarra

    5.1.1. Grafemtica y fontica

    Variacin en vocalismo tnico: descomengamiento (n 979 Pamplona1265, 10).

    Afresis: por glisia (n 886 [Fitero] 1253, 38), rependir arrepentir (n 857[Fitero] 1272, 24)10.

    Grafa yll para la palatal lateral: coyllaos, aqueylla (n 884 [Fitero] 1234,2).

    Grafa yn para la palatal nasal: ayno (n 935 [Pamplona] 1369, 16). Grafas coa, goa: passim. Resultado mn (mpn) para MN: nompnadas (n 884 [Fitero] 1234, 5), femna

    (n 863 [Leire] 1262, 12). Pero (h)ombre (n 886 Fitero 1253, 26). Apcope: morant (n 983 Pamplona 1419, 1). Resultado -it- ~ -ch- para -CT-: 1234, dreyto (n 884 [Fitero] 1234, 6); dre-

    chos (n 850 [Fitero] 1250, 4). Resultado y-ll para LJ: abeyas abejas (n 886 [Fitero] 1253, 6); muller (n.

    853 [Fitero] 1266, 2). Prdida de yod: maor (n 853 [Fitero] 1266, 13), por mea la sierra por

    medio de la sierra (id.). final: ve vez (n 863 [Leire] 1262, 11). rr final de slaba y de palabra: Torr e Jesa (n 863 [Leire] 1262, 16), don

    Pere Navarr (n. 971 [Leire] 1331, 78); cerrca, errmano, embarrgo, etc. (n987 [s.l., s.a.]).

    Sonorizacin tras lquida: rependir (n 857 [Fitero] 1272, 24); v. nota 10.

    5.1.2. Morfologa y sintaxis

    Alteraciones de gnero: esta negocio (n 1299 Pamplona 1520, 6).

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    10. Esta forma no parece especfica de la documentacin navarra, pues en el CORDE se docu-menta rependimiento tambin en el Libro de los estados de don Juan Manuel, adems de en Berceo(habr que considerar, claro, la transmisin manuscrita de estas obras).

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    Plurales caractersticos de la scripta occitnica: los bayntz veilltz del rey (n1494 Estella 1272, 6).

    Pronombre li-lis: que lis dedes posadas (n 979 Pamplona 1265, 16). Posesivo lur: lures entradas (n 885 [Fitero] 1246, 4). Falta, al parecer, a para valor en donde: que es en las Fueyas (n 857 [Fite-

    ro] 1272, 15), corriente, en cambio, en Aragn, La Rioja, Burgos y Canta-bria, segn se observa en el CODEA.

    5.1.3. Lxico

    Tambin cabe sealar no pocas peculiaridades lxicas, aunque no exclusi-vas; en bastantes de ellas coincide con el oriente peninsular:

    mege (Pero Gmiz el mege) (n 884 [Fitero] 1234, 1). devantdita (n 851 [Fitero] 1237, 3). ensemble (n 852 [Fitero] 1238, 8). genoylla-genoilla estirpe (Leire 1262, 4). senes sin (n 886 [Fitero] 1253, 9). el moble e el terrible (n 863 [Leire] 1262, 13) destin testamento (n 887 Pamplona 1226, 5). a encens (n 861 [Fitero] 1302, 2). muga (por meo de muga a muga) (n 853 [Fitero] 1266, 14-15). rueda molino: la ruedas (sic) (n 853 1266, 18).

    Adems del carcter claramente diferenciado de la tradicin de escrituranavarra con respecto a la castellana, es de destacar su larga pervivencia. As,Juan Martnez de Villanueva escribe en Pamplona (n 983) el 7 noviembre de1419: 1 morant, 6 et passim quoal, 26 quoatro, 1 dito, 13 sobredito, 9 empe-ynar, 5 drechos, 5 amplo, 5 ata hasta, 5 nombrada, 2 muger, 40 ensemble.

    5.2. Huesca

    5.2.1. Grafemtica y fontica

    Prtesis de a: agoardar guardar (n 816 Convento de Montearagn 1260,14-15), arrecebieron (n 873 Jaca 1268, 18).

    Diptongo ua: fuant fuente (n 873 Jaca 1268, 5), buanos buenos (n 806Quicena 1275, 1).

    Forma vuerto (n 880 [Montearagn] 1290, 5). Grafas coa y goa: quoarto (n 974 [Montearagn] 1225, 8). Apcope: entregament (n 946 [Huesca] post 1312, 6). Prdida de yod: maor (n 816 Convento de Montearagn 1260, 16). Grafas ly - lly e yl yll para la palatal lateral: eyllos (n 974 [Montearagn]

    1225, 2); millyorada (n 873 Jaca 1268, 6). Grafa ny y ny para la palatal nasal: caynnamo (n 974 [Montearagn] 1225,

    6), vinya (n 873 Jaca 1268, 5). Resultado palatal lateral para L + yod: muiller (n 816 Convento de Monte-

    aragn 1260, 11), millyorada (n 873 Jaca 1268, 6).

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    it para CT: dreito (n 974 [Montearagn] 1225, 10), muitos (n 816 Conven-to de Montearagn 1260, 19).

    mn (mpn) para MN: acostumpnaron (n 974 [Montearagn] 1225, 10), cos-tumpne (n 1382 Jaca 1384, 11).

    Consevacin de los grupos cl-, pl-: plegados, clamada (n 873 Jaca 1268, 2). final: cru (n 878 [Montearagn] 1276, 17).

    5.2.2. Morfologa y sintaxis

    Confusiones de gnero: mio avuela (n 809 lugar de Robres 1260, 2). Pronombre li-lis: li convenr (n 874 Jaca 1396, 14). Posesivo lur: lures dreytos (n 848 Montearagn 1281, 5). Formas diptongadas del verbo ser: yes es, yera era (n 848 [Monteara-

    gn] 1281).

    5.2.3. Lxico

    trehdo (n 874 Jaca 1396, 3), trevudo (n 874 Jaca 1396, 5). judge juez (n 873 Jaca 1268, 15). avan(t)dito, -a (n 974 [Montearagn] 1225, 10). ren nada (n 875 [Montearagn] 1276, 7). gitar (n 806 Quicena 1275, 16). aguer [da] ltimo (n 875 [Montearagn] 1276, 20).

    Igual que en el caso de Navarra, la tradicin de escritura oscense pervive has-ta fecha tarda. Juan Garca escribe en Huesca en 1497: personalment, part, ple-gar, clamado, dito, captol, judge, dita.

    5.3. La Rioja

    Tambin con documentos plenamente romances ya hacia 1230, la tradicinriojana muestra menos peculiaridades que las de Navarra y Huesca.

    5.3.1. Grafemtica y fontica

    u final: conventu (n 536 [Monaterio de Caas] 1231, 4). Ntese, sinembargo, que el fenmeno aparece slo en este documento temprano.

    mn- (-mpn-) para MN: nomne (n 681 [Valbanera] 1238, 10), firmendumpne(n 615 Logroo 1286, 52).

    Afresis: repindiessen, repindiesse (n 681 [Valbanera] 1238, 22 y 23). Sonorizacin tras lquida: repindiessen (n 681 [Valbanera] 1238, 22 y 23).

    Vase, sin embargo, lo dicho sobre esta palabra.

    5.3.2. Morfologa y sintaxis

    Pronombre li-lis (n 681 [Valbanera] 1238, 6, 28). Determinantes en -i: esti (n 709 [Logroo] 1270, 6), esi (n 631 [Monaste-

    rio de Caas] 1287, 24), otri (n 615 Logroo 1286, 17).

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    Pretritos en -i: fizi (n 644 [Santa Mara de Njera] 1249, 10), pusi (n 669[Monasterio de Caas] 1291, 27).

    Pervivencia de 1 persona del futuro de subjuntivo en -ro: quisiero (n 631[Monasterio de Caas] 1287, 9).

    5.3.3. Lxico

    collazo terreno que labra el collazo (n 644 [Santa Mara de Njera] 1249, 2). ren nada (n 644 [Santa Mara de Njera] 1249, 9). brutiellos (n 644 [Santa Mara de Njera] 1249, 8). cabealeros (n 710 [Santa Mara de Njera] 1309, 1)11. tributo e encense (n 613 Monatererio de Santa Mara de Njera 1416, 1). custierazgos (n 611 Njera 1517, 23, 29 y 35)12.

    Salvo en el empleo de pronombres y demostrativos en i, la coincidencia conlos usos del castellano es prcticamente total a partir de aproximadamente1260. Los documentos riojanos estn dbilmente caracterizados frente a los deCastilla, al menos los del occidente.

    5.4. Cantabria

    5.4.1. Grafemtica y fontica

    Forma vuerto (n 701 [Santo Toribio] 1267, 6; n 724 Santo Toribio 1389, 4). Y j para L + yod: conceyo, concejo (n 705 [Santo Toribio de Libana]

    1285, 14). l implosiva leonesa: recaldo (n 593 [Santo Toribio] 1263, 3). Pervivencia de alguna palabra con ll-: llinderos (n 634 Santo Toribio 1348,

    8; n 724 Santo Toribio 1389, 5). Asimilacin de preposicin y pronombre: enna (n 591 [Santo Toribio de Li-

    bana] 1253, 7).

    5.4.2. Morfologa y sintaxis

    Determinantes en i: esti (n 715 [Santo Toribio] 1284, 14). Pretritos en i: pusi (n 715 [Santo Toribio] 1284, 24). Pervivencia de 1 persona del futuro de subjuntivo en -ro: antes que finaro,

    quisiero... (n 715 [Santo Toribio] 1284, 3). Preposicin faa (n 634 Santo Toribio 1384, 9 y 10). Neutro de materia: cebada que sea bueno, seco e limpio de dar e de tomar

    (n 729 Santo Toribio 1500, 9).

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    11. En el CORDE se encuentra cabealero en el Fuero de Navarra, en el Fuero de Briviesca y enel Vidal Mayor; tambin en las Siete partidas (ms. I 766) y en las Ordenanzas reales de Castilla (Hue-te, lvaro de Castro, 1484).

    12. En el CORDE vemos custiero guarda de campo en el Fuero de Burgos (Philadelphia Ems.245), en el Libro de los fueros de Castilla y, muchsimos casos, en la documentacin de Campezo(lava).

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    5.4.3. Lxico

    en mus sobre carrera (n 698 [Santo Toribio 1267, 6), hpax en CODEA. al duxo de vaxo (n 729, Santo Toribio, 1500, 14), como el anterior, hpax. sueldos de martiniega e de humalga (n 721 [Santo Toribio] 1389, 13-14).

    5.5. Burgos

    En los documentos de San Salvador de Oa y otros escritorios del norte deBurgos, redactados en romance al menos desde 1229, observamos peculiari-dades que los diferencian de los documentos del sur de la provincia.

    5.5.1. Grafemtica y fontica

    u final: annu, sobrinu, fiju, maridu (n 168 [San Salvador de Oa] 1254, 5,6, 8, 9), todu (n 165 Oa 1274, 12).

    y para L + yod: fiyos (n 152 Oa 1244, 6), pero en el mismo documento fijo. Grafa k: ke (n 157 [San Salvador de Oa] 1249). Variacin pl ~ pr: plior (n 152 Oa 1244, 14). Evolucin de F-: calle de las arinas (n 718 Burgos 1315, 31).

    5.5.2. Morfologa y sintaxis

    Pervivencia de 1 persona del futuro de subjuntivo en -ro: dixiero (n 151Oa 1254, 6).

    5.5.3. Lxico

    en palmiento de Oa (n 155 [Santa Mara de la Muela] 1229, 12). cabeales (n 156 [Oa] 1247, 2).

    Mayor inters presenta un documento de 1237 (n 163) por el que DonMiguel, abad de Oa, libra a sus vasallos de la Nuez de Ro de Urbel de hacer lassernas. Como caractersticas ms llamativas del sistema de escritura puedensealarse las grafas para representar el fonema velar /k/ (Michael, mantecha,chasa, ke, keso, kada), el empleo de j para la mediopalatal (jo yo, ajudedes yajude ayudar, jugu yugo, jantar yantar). Asimismo, es abundante el uso de -ufinal en los sustantivos.

    Pero si hay un fenmeno que llama la atencin, es el empleo en tres ocasio-nes de do con valor de la conjuncin disyuntiva o, frente a la mayoritaria o: 4 elqui ouiere un bue do bestia, 8 si fueren los bues do las bestias, 8 El qui ouiereun bue do bestia. Este uso podra tener su explicacin en la conjuncin disyunti-va inclusiva vasca edo (frente a ala, generalmente con valor exclusivo)13, por loque podramos pensar en un hablante bilinge vascorromnico.

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    13. Agradecemos a todos los colegas participantes en las Jornadas sus opiniones, unas coinci-dentes y otras divergentes, con esta hiptesis. El tema ser objeto de estudio ms profundo en unprximo trabajo.

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    6. CONCLUSIONES

    Hemos visto cmo la documentacin del Pas Vasco se inserta en una tradi-cin de escritura que poco difiere de la de Castilla. Los usos paleogrficos, anuestro modo de ver los ms relevantes para la caracterizacin de una scripta,coinciden ms con Castilla que con la tradicin navarra. En Navarra, la falta deuna escritura cursiva marca una similitud con Aragn. Y, al contrario, la escritu-ra de los notarios pblicos vascos conoce una evolucin en la baja Edad Mediahacia los tipos ms cursivos, hasta terminar en los tipos cortesano y procesal. Elmodelo fue, sin duda, el de la cancillera castellana, por lo que en este puntopoco de localismo tiene esa documentacin tardomedieval y de los siglos XVI yXVI en el Pas Vasco.

    Tampoco puede decirse que los documentos del Pas Vasco estn fuerte-mente marcados frente a Castilla en los usos grficos. No hay rasgos escriptol-gicos tan peculiares como yl, yll, yn, ynn de Navarra, ni - final. Y menos an lasgrafas tan caractersticas de la scripta occitnica o gascona del tipo totz. El con-traste, pues, entre una tradicin de escritura muy caracterizada como es la Nava-rra, y tambin la de Huesca, con la que se empareja sta, salta a la vista. Y enellas se percibe su continuidad siquiera hasta avanzado el siglo XV. Tampoco lastradiciones escriturarias de La Rioja o de escritorios como el de Santo Toribio enCantabria son muy distintas de las de Castilla; de hecho, aqu la convergenciaera ya casi completa a finales del siglo XIII.

    Pero no puede negarse que, ms all de la configuracin bsica del sistemade escritura, la que marca la paleografa y la estructura grafmica, los docu-mentos del Pas Vasco muestran rasgos diferenciales con Castilla, bien por sucarcter indito o casi, bien por su frecuencia. Desde luego, las grafas coa, goa,aunque rastreables en Castilla, tienen una frecuencia altsima en el Pas Vasco,una frecuencia a todas luces realimentada por el uso oral, pues no de otro modopuede explicarse su documentacin espordica en el siglo XVIII. Tampoco es des-deable el testimonio de la -rr doble en posicin final. El que se d tambin enNavarra podra valorarse como una coincidencia escriptolgica sin ms. La con-clusin podra ser que estos rasgos se extienden desde Navarra, por la comu-nicacin histrica entre ambos territorios, pero no nos parece lo ms probable.La scripta navarra y la vizcana son relativamente estancas, y de filiacin dife-rente. Habr entonces que buscar una motivacin diferente, que, parece claro,est en el uso del romance del Pas Vasco:

    Por los estudios y mediciones que hayamos podido hacer, s parece que lasvibrantes vascas suelen presentar como media un nmero de oclusiones supe-rior a las que se suelen encontrar en las descritas en estudios del espaol (Oe-derra 2005: 1107).

    La motivacin, pues, para este empleo, para Navarra y el Pas Vasco, pareceestar en un rasgo de la lengua de uso.

    Valorados contra el fondo de una scripta que resueltamente es de filiacincastellana, algo querrn decir, segn nos ensean Frago e Isasi, las frecuentsi-

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    mas confusiones entre s y z, porque no podrn despacharse sin ms como con-fusiones grficas. Espordicamente las hay en muchos testimonios castellanos,pero con la intensidad que se muestran en los documentos vascos?

    Por supuesto, que los usos escriturarios sean importados de Castilla no sig-nifica necesariamente que el castellano hablado en estos territorios tambin losea. Habr que preguntarse, entonces, el porqu de esa tradicin grfica clara-mente castellana.

    Las investigaciones histricas (Caro Baroja, Garca de Cortzar, Sayas...) dibu-jan para los primeros siglos de nuestra era una distribucin poblacional que, sim-plificada ahora por nosotros, opone las concentraciones urbanas romanizadasde la zona meridional y llana, el ager, al mundo rural y pastoril de habla vascadel saltus o rea montaosa y boscosa, con una zona de transicin entre ambas.Como resume Ricardo Cierbide (1995), la desintegracin del Imperio Romanodetuvo la romanizacin y aceler la ruralizacin, siendo a lo largo de la EdadMedia Navarra

    la nica entidad de Euskal Herria capaz de un cierto desarrollo cultural yste, como es sabido, fue hecho exclusivamente primero en latn y despus enromance occitano y de Navarra desde la Corte, Monasterios y Conventos, ascomo de los centros urbanos ms importantes. [...] Las dems zonas del pas noreunieron en esa poca las condiciones necesarias para el florecimiento de lasartes, las ciencias y las letras (p. 51).

    En la plena Edad Media, cuando el romance aflora con firmeza en la escritu-ra y se forjan las distintas tradiciones o scriptae romances en las cancilleras yen los centros monsticos y catedralicios, el territorio de las actuales provinciasvascas estaba dividido entre las rbitas polticas de los reinos de Navarra y,sobre todo, de Castilla (recordemos, adems, la actitud procastellana de buenaparte de la nobleza vasca los Mendoza y los Haro, a excepcin de los Gueva-ra, pronavarros), y desde el punto de vista eclesistico, se reparta en el siglo IXentre las dicesis de Pamplona, Calahorra, Bayona y Burgos (Encartaciones yValdegova) (Maaricua 1964). Mientras la parte oriental del Pas Vasco mirabaa Navarra, la parte occidental miraba desde siempre a Castilla.

    El Pas Vasco careca, en palabras de Cierbide (1996), de centros aglutina-dores e irradiadores de cultura, ya que Pamplona y Vitoria, las ciudades mspobladas, no dejaban de ser centros comerciales (p. 288). No parece descabe-llado suponer que el bilingismo vascorromnico se limitara a las urbes, en lasque el romance sera la lengua de cultura y la administracin, as como de lasrelaciones polticas y comerciales con el reino castellano; el euskera, que no lle-g a la manifestacin escrita hasta el siglo XVI, sera la lengua de las clasespopulares y, muy probablemente, la lengua nica de la amplia poblacin de per-fil agropecuario y territorialmente dispersa.

    La fundacin de las villas vizcanas ms importantes es muy tarda, y las lito-rales, como Bermeo, se fundan con el objetivo de constituirse en puertos de Cas-tilla. A partir del siglo XV y hasta el siglo XVIII los jvenes vascos de algunas fami-

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    lias acuden a instruirse a la Corte, lo que explica que muchos lleguen a ocuparpuestos relevantes en la Administracin; son asimismo muchos los vascos quese ponen al servicio de la Corona para la gran empresa del descubrimiento ycolonizacin de Amrica, y que dejarn su huella lingstica en el espaol atln-tico, como se ha encargado de resaltar J. A. Frago en numerosas ocasiones.

    Se entiende, entonces, que la escritura haga su aparicin tan tardamente enel Pas Vasco, y que la produccin notarial sea de filiacin puramente castella-na14. Por desgracia, a lo tardo de la documentacin se suman, en muchoscasos, desastres como incendios e inundaciones que han provocado la casi totalinexistencia de documentos del siglo XIII y la escasez de los del siglo XIV y aundel XV15. Y sin testimonios originales de la plena Edad Media, es difcil que pue-da concluirse algo sobre la continuidad o no en el Pas Vasco a lo largo de lossiglos de un romance autctono resultado de la romanizacin.

    La tradicin de escritura del Pas Vasco es, y concluimos, de filiacin neta-mente castellana, trada de fuera y moldeada desde sus arranques cercanos afines del siglo XIII bajo el peso de los usos cancillerescos (o de otros escritoriosseoriales). Precisamente por esto, podemos suponer que las desviaciones conrespecto al estndar tienen fundamento lingstico y que, por consiguiente, refle-jan los usos autctonos de los escribientes, usos que parecen deberse ante todoa la influencia del euskera. Esto, si cabe, es un acicate ms para examinar losdocumentos en busca de rasgos peculiares que nos permitan saber ms sobrelos efectos del bilingismo vascorromnico16.

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    14. De los notarios y escribanos del Pas Vasco tampoco es mucho lo que se sabe. Hasta 1379,ao en que el Seoro de Vizcaya se incorpora a la Corona de Castilla, los escribanos deban ser veci-nos de las villas y eran nombrados por el concejo o por el Seor; posteriormente, su creacin pasa ser comunal o real (Romero Andonegi 2007: 80-81). En el caso de Bermeo, la actuacin de escri-banos reales no se constata hasta 1422, y la presencia de diferentes escribanos de cmara del reyen la villa indica el contacto de escribanos bermeanos (nativos) con organismos de la corte (d.: 85).Tambin sabemos que las escribanas fueron en aumento a lo largo del siglo XIV, siendo necesariasu reduccin en el siglo XV por decisin real (d.: 81 y 85). En cuanto a su formacin, parece que elaprendizaje bajo el magisterio de un notario titular y la familiaridad con los formularios son comunesa otros notarios castellanos (d.: 103).

    15. Por ejemplo, de Bilbao, fundada en 1300, se sabe que sufri una gran inundacin en el sigloXV, un terrible incendio en 1571 y dos inundaciones ms en 1553 y 1593 (Sesmero Cutanda y Enr-quez Fernndez 2000), aparte de inundaciones ms recientes e igualmente devastadoras, como lade 1983, que afect a la mayora de los pergaminos custodiados en el Archivo Histrico Municipalde la villa, lo que oblig a los editores de la Coleccin Documental de dicho archivo, segn ellos mis-mos explican, a utilizar el Libro Copiador de Privilegios realizado en 1562 por el escribano Diego deOlbarri (Enrquez Fernndez, Hidalgo de Cisneros Amestoy y Martnez Lahidalga 1999).

    16. La pregunta que hemos de hacernos es si este bilingismo es la muestra de la pervivenciade un romance autctono en la zona. Quiz no sea disparatado traer a colacin la situacin lings-tica de Toledo tras la reconquista. Al rabe de los pobladores de la ciudad se superpone el roman-ce trado por los repobladores o stos encontraron ya un romance anterior a la reconquista? La ven-taja inicial para responder a esta pregunta es que en Toledo encontramos abundante documenta-cin de los siglos XII y XIII (Snchez-Prieto Borja 2007).

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