La+Tibieza+Espiritual

6
La tibieza espiritual: una forma de falta de fe La tibieza se considera la enfermedad más peligrosa de la vida espiritual. Existía en el cristianismo del primer siglo y existe todavía en la actualidad. Se podría definir la tibieza como una carencia de fervor en el amor. Al comenzar se amaba, pero ese amor ha decaído. Algo similar sucede en algunos matrimonios. Al principio sienten un gran amor o por lo menos creen que es un gran amor; pero con el tiempo, ese fervor decae, haciendo reinar, en el interior de la vida de la pareja, la tibieza, y terminando esta por apagar el amor. La tibieza consiste pues, en un relajamiento espiritual: frena las energías de la voluntad y retarda pesadamente los movimientos del vivir cristiano. Se caracteriza por la aridez del espíritu frente a las cosas de Dios. Muchas veces, es una aridez consciente, como quien estando en un cuarto donde hace mucho frío y teniendo un fuego en la chimenea, la persona no se acerca a él. Siente el frío, pero no tiene el ánimo ni el coraje para acercarse al calentador. Síntomas: - Desaliento o frialdad de la indiferencia: Se apodera de la voluntad en forma paulatina hasta hacerla caer en un estado de terrible indiferencia. - La relajación del espíritu: El joven y el adulto vanidosos y hambrientos de notoriedad, se convierten, especialmente, en presas fáciles de este letargo o conformismo. - El individuo se conforma con valores, actitudes y comportamientos lejanos del ideal cristiano. Entre las posibles clases de conformismo podemos distinguir el conformismo de las costumbres y el de las ideas. Pero los actos pecaminosos no son peores que la ociosidad. Si no incurrimos en hacer el mal, pero nos reclinamos cómodamente en nuestras sillas, y permanecemos inertes olvidando hacer el bien, caemos también en una forma de tibieza espiritual. 1

Transcript of La+Tibieza+Espiritual

Page 1: La+Tibieza+Espiritual

La tibieza espiritual: una forma de falta de fe

La tibieza se considera la enfermedad más peligrosa de la vida espiritual. Existía en el

cristianismo del primer siglo y existe todavía en la actualidad. Se podría definir la tibieza como

una carencia de fervor en el amor. Al comenzar se amaba, pero ese amor ha decaído. Algo

similar sucede en algunos matrimonios. Al principio sienten un gran amor o por lo menos creen

que es un gran amor; pero con el tiempo, ese fervor decae, haciendo reinar, en el interior de la

vida de la pareja, la tibieza, y terminando esta por apagar el amor.

La tibieza consiste pues, en un relajamiento espiritual: frena las energías de la voluntad y

retarda pesadamente los movimientos del vivir cristiano. Se caracteriza por la aridez del espíritu

frente a las cosas de Dios. Muchas veces, es una aridez consciente, como quien estando en un

cuarto donde hace mucho frío y teniendo un fuego en la chimenea, la persona no se acerca a

él. Siente el frío, pero no tiene el ánimo ni el coraje para acercarse al calentador.

Síntomas:

- Desaliento o frialdad de la indiferencia: Se apodera de la voluntad en forma paulatina hasta

hacerla caer en un estado de terrible indiferencia.

- La relajación del espíritu: El joven y el adulto vanidosos y hambrientos de notoriedad, se

convierten, especialmente, en presas fáciles de este letargo o conformismo.

- El individuo se conforma con valores, actitudes y comportamientos lejanos del ideal cristiano.

Entre las posibles clases de conformismo podemos distinguir el conformismo de las costumbres

y el de las ideas. Pero los actos pecaminosos no son peores que la ociosidad. Si no incurrimos

en hacer el mal, pero nos reclinamos cómodamente en nuestras sillas, y permanecemos inertes

olvidando hacer el bien, caemos también en una forma de tibieza espiritual.

- La necesidad de satisfacciones inferiores: La persona siente un gran disgusto al hacer las

cosas que anteriormente le llenaban de satisfacción: la oración, leer la Biblia, evangelizar,

mostrar los frutos del espíritu etc. Empieza a claudicar y cambia sus valores por otros menos

valiosos.

- Cuando la persona consagrada no vive por convicción interna sino por miedo a defraudar la

imagen proyectada por otros en ella; cuando se hacen las cosas solo por ganarse la estima de

alguien, cuando el valor y la convicción personal son deficientes...la persona actúa por respeto

humano, por el qué dirán, y eso es un cristianismo de apariencias. Un cristianismo que se trata

de aparentar un día a la semana... pero no se vive con convicción el resto de la semana.

Congregaciones enteras pueden estar en esta condición, como fue el caso de Laodicea en los

días de Juan. Vida fácil, comodidad y placer eran cosas a las que aquellos cristianos estaban

acostumbrados.

1

Page 2: La+Tibieza+Espiritual

La Biblia nos dice: Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán

persecución. ¿Por qué entonces parece adormecida la persecución en nuestros días?. El único

motivo es que la iglesia se ha conformado a las reglas del mundo y por lo tanto no despierta

oposición.

“Si el cristianismo es aparentemente tan popular en el mundo, ello se debe tan sólo al espíritu

de transigencia, a que las grandes verdades de la Palabra de Dios son miradas con indiferencia

y a la poca piedad vital que hay en la iglesia. Revivan la fe y el poder de la iglesia primitiva y el

espíritu de persecución revivirá también, y el fuego de persecución volverá a encenderse. (The

Great Controversy, pág 52)

- El horror al sacrificio: En las vidas tibias, automáticamente queda fuera el espíritu de sacrificio.

Todo cuanto implique sacrificio, renuncia, esfuerzo o lucha, queda descargado.

Otros síntomas:

- Fiebre de un temperamento iracundo / Inflamación de la lengua chismosa y calumniosa / Mal

aliento del lenguaje profano / Palpitaciones de un corazón mundano / Falta de energía para

trabajar por Cristo y por la verdad / Cabeza hinchada de orgullo / Laringitis que nos impide orar

y compartir la fe con otros.

Esta enfermedad se vuelve degenerante porque no nace de un día para otro. Todo comienza

por detalles mínimos hasta llegarse a convertir en un hábito. Se vive con tranquilidad, y no se

hace nada para salir de ella. La tibieza se convierte así en un proceso donde la conciencia se

va apagando poco a poco hasta llegar al punto donde ya no reclama, donde todo lo justifica,

donde ya sólo se ve la propia conveniencia.

Muchas de nuestras iglesias han dejado de ser hospitales para los enfermos espirituales y se

han convertido en funeraria para los muertos espirituales. Muchas, así como dijera Jesús en

Mateo 23:27, están llenas "de huesos muertos y de toda inmundicia". Muchas otras son tan

frías entre sus miembros como un congelador, abundando en ellas la crítica y la falta de

misericordia.

 "Vibran iniquidad y vileza en Las iglesias; sin embargo, sus miembros profesan ser cristianos,

la profesión que hacen, sus oraciones y sus exhortaciones, son abominación a la vista de

Dios... el manto de la religión cubre los mayores crímenes e iniquidades. " Primeros Escritos,

Pág. 274.

 "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente. Por cuanto eres

tibio, y no frío ni caliente te vomitaré de mi boca.  Porque tú dices: Yo soy rico y me he

enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado,

miserable, pobre, ciego y desnudo. Por lo tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado

en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la

vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y castigo a

2

Page 3: La+Tibieza+Espiritual

todos los que amo; sé pues celoso y arrepiéntete. He aqui yo estoy a la puerta y llamo, si

alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Al que venciere,

le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi

Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Apocalipsis 3:

15-22)

 En otras palabras, los cristianos invocan el nombre de Cristo, nombre que da vida; sin

embargo, muchos de ellos yacen muertos o agonizantes. La iglesia de Sardis padecía de este

mismo mal, encubría sus pecados. "Tienes nombre de que vives, y estás muerto". Apocalipsis

3:1, No es necesario ser un asesino, un ladrón, un traficante de drogas, un adúltero o un

criminal para ser transgresor de la ley de Dios. Podemos ofenderle, siguiendo como doctrinas

mandamientos de hombres. El que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto se hace

culpable de todos. (Santiago 2:10)

 Todos hemos sido infectados con el virus del pecado, y si no aplicamos el tratamiento, este

virus nos llevará a la muerte eterna (Romanos 3:23; 6:23)

Cuando descuidamos la fe, dejamos de comer el pan de vida, dejamos de creer en Jesús y de

beber el agua de la vida; como resultado, enfermamos espiritualmente. No existe una cura

inmediata para la enfermedad espiritual. Jesús es el único remedio. Él es el médico supremo.

La iglesia es un hospital que necesita de los remedios divinos. Cristo nos ama a cada uno de

nosotros y anhela ayudarnos. También está dispuesto a visitarnos en nuestra propia casa. En

Apocalipsis 3: 20 leemos que él está a la puerta y llama. ¿Le permitiremos entrar?

Es maravilloso saber que Cristo es aún la resurrección y la vida, y aunque hayamos muerto

espiritualmente podemos ser resucitados. "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,

aunque esté muerto, vivirá" dijo Jesús.

En el capítulo 11 de Juan, se encuentra el relato de la muerte de Lázaro. Jesús preguntó a sus

hermanas: ¿Dónde le pusisteis?. Ellas respondieron: "Ven y ve". Nuestra actitud debiera ser la

misma: Heme aquí Señor, muerto estoy ¡ayúdame!. El próximo acto de Jesús es muy

relevante. Se acercó a la entrada del sepulcro y ordenó: ¡quitad la piedra! Esta piedra bien

podría ser cualquier cosa o persona que se interponga entre nosotros y Cristo; entre nosotros y

la vida dinámica del cristiano, entre nosotros y el crecimiento de nuestro amor y unidad, entre

nosotros y la verdad, entre nosotros y nuestra conversión o la entrega total.

¿Qué es lo que nos impide salir de la tumba espiritual? ¿Una persona? ¿Una actitud negativa o

un pecado acariciado? ¿Es acaso el orgullo, el egoísmo, la pereza, la mundanalidad o la

rebeldía? Sea cual fuere la razón, Jesús habla a nuestros corazones en este momento y dice:

¡quitad la piedra!

Tal vez al igual que Marta respondamos: ¡Señor, hiedo ya!. He estado muerto por mucho

tiempo. ¿Acaso hay esperanza para mí? No permitamos que las dudas, o lo que parece un

3

Page 4: La+Tibieza+Espiritual

imposible se interponga en nuestro camino. No importa cuán pésima sea nuestra situación

¡quitemos la piedra! ¿Por qué hemos de permanecer en el sepulcro de la muerte espiritual si el

Dador de la vida está presto a socorrernos?. ¡quitemos la piedra!  El da el poder. La Biblia

declara que todo es posible sin estamos en Cristo que nos fortalece. Véase Filipenses 4:13.

Después que Jesús hubo orado, clamó a gran voz diciendo: ¡Lázaro ven fuera!. Cristo está

constantemente llamando a su pueblo a salir de algún sitio. Abraham fue llamado a salir de

Harán, Lot fuera de Sodoma; Israel fuera de Egipto, Lázaro fuera de la tumba y el remanente

de Dios ha sido llamado a abandonar la tibieza y a salir de Babilonia.

El Mensaje que Dios ha dada hoy a su pueblo remanente ha de ser proclamado a gran voz

Véase Apocalipsis 14: 6-7; Isaías 5 8: I No tenemos nada de que avergonzarnos. Y así como

Cristo dirigió su voz hacia la tumba la verdad de Dios en este tiempo es un testimonio directo

que rompe las cadenas de la muerte y lleva sanidad al corazón de Los hombres. Así como el

escalpelo del cirujano, la verdad tiene que cortar el cáncer del pecado a fin de restaurar la

salud.. Una vez somos resucitados a una nueva vida en Cristo, debemos asegurarnos que todo

lo que nos ataba a la tumba y a las costumbres de la vida antigua es desechado para que

nuestro andar con Cristo no sea estorbado de ninguna manera. Véase Romanos 13:12- 14 y 2

Corintios 13:5.

Hay que emprender el camino auténtico: el camino de la conversión, de la superación. Habrá

que desandar por donde uno se fue entibiando. Dios se esfuerza hoy por restaurar y revivificar

a muchos que están dispuestos a someterse a él, a aceptar su voluntad y a colaborar en la

gran obra de salvación. Habrá que volver a amar a Dios como se amó. Es decir, nacer de

nuevo. Un nuevo comienzo, un volver a arder como una llama, incendiando el corazón

nuevamente. "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa hacedlo todo para la gloria de

Dios."  1 Corintios 10:31

Removamos la piedra que nos mantiene en el sepulcro de la muerte espiritual, y no permitamos

que nada ni nadie nos separe de Cristo. El sigue siendo la resurrección y la vida. Creedlo.

Reclamadlo. Probadlo. Veréis que es una realidad, un don gratuito que todos podemos obtener.

Lázaro, ven fuera!

"Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo

vencí y me senté con mi Padre en su trono".

"Se fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida".

"El que persevere hasta el fin, ese será salvo"

4