El Lazarillo de Tormes es una novela española anónima del Siglo XVI puramente humanista escrita en primera persona y en donde el humanismo se centra en la vida del día a día de un niño, Lázaro de Tormes a través de su vida. Es un gráfico irónico continuo y despiadado de la sociedad española del momento, de la que se exponen sus vicios y actitudes irónicas e hipócritas utilizando personajes a través de la historia como los clérigos, amos y el mismo narrador. El autor establece la clara intención de desarrollar su novela desde el punto de vista humanista para hacer una crítica social mediante el uso de ironías sobre la vida cotidiana de sus personajes. En este ensayo señalare algunas de las ironías que nos presenta el autor como: La ironía del mismo protagonista, la de los amos y la del mismo autor.

El protagonista de la novela el Lazarillo de Tormes de por si representa una ironía al ser un personaje no tradicional a los de la época. Un personaje de la clase baja y vagabundo, pero astuto, sagaz y antihéroe que dependía para poder subsistir ir de amo en amo para satisfacer su hambruna. Desarrollar ironía del protagonista

Desarrollar siguiente párrafo de los amos

Los nueve amos que tuvo el Lazarillo de Tormes: 1) el ciego, 2) el clérigo, 3) el hidalgo, 4) el escudero, 5) el Fraile, 6) el buldero, 7) el maestro de pintar panderos, 8) el alguacil y 9) el arcipreste, nos presenta la ironía de los amos de pretender y/o aparentar ayudar a Lázaro de salir de su miseria sin la intención de querer hacerlo. Vemos el lado obscuro del humanismo en donde se nos revela las carencias del ser humano y la falta de incomprensión, avaricia, mezquindad, insensibilidad y en cierto modo frialdad de todos sus amos hacia a él. Demostrándonos, la cruda realidad humana de una forma jocosa y burlona según Lázaro va cambiando de amo en amo buscando su felicidad que ellos (los amos) no le van a dar.

CIEGO En la historia el ciego nos presenta su ironía de pretender querer ayudar a Lázaro en su dolor cuando el ciego intenta lavarle las heridas a Lázaro. Vemos como El ciego le dice a Lázaro: “Lo que te enfermó te sana y da salud”, le dice a Lázaro, cuando le lava con vino las heridas que le ha hecho propinándole un jarrazo.

CLERIGO El autor lanza una dura crítica al presentar al Clérigo Maqueda como un mezquino y avaro, Su falta de misericordia, comprensión y amor al prójimo contra los más necesitados, violenta todo postulado de la época que el clero profesaba y quebrantando todo principio básico del significado de lo que es ser cristiano. Esta cruda ironía en donde el clero se burla de la hambruna de un ser humano, se nos presenta de una forma casual y coloquial. Este estilo casual y coloquial es muy común y usado por los humanistas de la época, en donde se trata de resaltar la condición del ser humano con todos sus defectos y desenmascarando al clero de su perfección y sentido de divinidad. Este humanismo en los personajes de la novela que se ven a través de toda la historia, corresponde al movimiento humanista de la época al presentarnos al clérigo de Maqueda en donde hipocritamente alienta y consuela a Lazaro de su miseria. Cabe señalar que el hambre y la crítica al clero son temas muy desarrollados en esta novela en donde se expresa clara y convincentemente la esencia del humanismo que representa Lazaro en la novela. Vemos como el clérigo de Maqueda le dice a Lázaro: “Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo”, al darle de comer los huesos que el antes había roído.

· El escudero: “Pues vente tras mí, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy», sabiendo que, con él, Lázaro pasará hambre.

Ironía del autor

El autor dirige su ironía hacia Lázaro adulto. Al comenzar el prólogo dice: “Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca oídas ni vistas”, donde señaladas no tiene sentido elogioso, sino que se refiere “comentadas, criticadas”.

Es como una sub-división de las aparencias logradas por la clase clerical; se llega al punto de la falsa religiosidad y la corrupción. Esto se puede ver claramente en los personajes del buldero y el alguacil que lo acompañaba.