lB - Jalisco · CAPITULO V FEDERALISMO . Saber federal. La divergencia sobre los orígenes del...

664

Transcript of lB - Jalisco · CAPITULO V FEDERALISMO . Saber federal. La divergencia sobre los orígenes del...

  • AUTOR

    RED NACIONAL DE BIBLIOTECASPUBLICAS

    j "-' .~,

    00086"-------

    /:320. s i /R!-l·8/:.L 9 7Li·REYES HEROLESry ~ESUSEL LIBERALISMO MEXICANO\).3

    000861..1-

    /320.51/R48/1974REYES HEROLES~ JESUSEL LIBERALISMO MEXICANO\1.3

    '----

  • SECCIÓN DE OBRAS DE POLÍTICA

    EL LIBERALISMO MEXICANO

    lB

  • JESUS REYES HEROLES

    EL LIBERALISMO

    MEXICANO

    111

    LA lN.TEGRACION DE LAS IDEAS

    FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

    ~IÉXICO

  • Primera edición (UNAM), 1961Segunda edición (Fondo de Cultura Económica), 197-+

    l ! ...-L..-

    !I

    ,"'fiC,;-¡';;) . / .. :.. --""(5 '~~l2::::

    -/l') --/ ',.",.. :PRIiCIO $

    --...--~-

    © Jesús Reyes Heroles

    FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

    Av. de la Universidad 975, México 12, D. F.

    Impreso en México

  • CONTENIDO

    CAPITULO 1

    Proemio.

    IGUALDAD ANTE LA LEY

    Entre la igualdad y los fueros. - Más allá del fuero y de laigualdad legal. - Las ideas al triunfo de Ayutla.-la Ley sobreadministración de justicia. . La controversia sobre el fuero ecle-siástico: El Gobierno es supremo; Se desconoce al aliado; Dosórbitas soberanas; ¿Quién manda en la República? - La ratifi-cación de la Ley Juárez. . La igualdad en la Constitución.

    CAPITULO 11

    SECULARIZACIÓN

    Estado-Iglesia: El patronato no arreglado; El patronato penodiente; Una visión anticipada: la idea secularizante de El Penosador Mexicano,' La cautela de El Observador y la reacción deEl Indicador; La disertación de Mora. - Los diez meses de Gó-mez Farías: Secularizaciones parciales; Enseñanza libre; El Es-tado deja de ser brazo secular de la Iglesia; Los bienes de laIglesia: las diversas tendencias; Las reflexiones de Mora; Privael patronato.

    CAPITULO IJI

    SECULARIZACIóN

    Estado-Iglesia: Patronato previo concordato; Los puntos devista de El Cosmopolita.-Escaramuzas entre los dos poderes;El Congreso: mayoría, minoría y segundo proyecto. - Sociedad-Iglesia: El segundo intento de Gómez Farías y las resistencias:conservadores, moderados y jóvenes impacientes; las peripecias

    página

    IX

    1

    67

    147

  • página

    de los gobiernos moderados; Munguía, Melchor Ocampo y elgobierno de Zacatecas; Ayutla y los primeros pasos; Los jesui-tas; Desamortización; La potestad civil y el culto; Obvencionesparroquiales, registro civil y cementerios; El juramento de laConstitución. - El proceso culmina: La Reforma y su contenido;Estabilidad de la Reforma; Constitución y Reforma.

    CAPíTULO IV

    LAS LIBERTADES.

    El Pensador: la intolerancia, inseguridad de creyentes. - La li-bertad de conciencia y el liberalismo ilustrado. - Rocafuerte yEl Gallo Pitagórico. - Tolerancia privada. - Tolerancia y colo-nización. - Los tres ángulos de la libertad. - E! Constituyente1856-57: Las corrientes y sus puntos de vista; Un restauradory tres defensores del artículo 15; Zarco radical; Surge la tesisde la omisión y la discusión se extravía; La omisión fundada;La alternativa de Lafragua; Hay pueblo; E! cambio de Zarco;Arriaga aclara.-La cuestión pendiente. - La oposición fueradel Congreso. - Libertad implícita y explícita.

    CAPITULO V

    FEDERALISMO .

    Saber federal. La divergencia sobre los orígenes del federa-lismo mexicano y el liberalismo ilustrado. - El diálogo en elConstituyente de 1842. - E! examen analítico de Otero. - Elfederalismo connatural y Sismondi. - Los conflictos de pode-res.-E! avance de 1847. - Se perfecciona el avance en la Cons-titución de 1857. - Retorna la divergencia. - Nota sobre lainfluencia europea y norteamericana en el Derecho Públicomexicano.

    CAPITULO VI

    PROTECCIóN y LIBRECAMBIO .

    La industrialización alamanista : Su inspiración colonial; El Ban-co de Avío; Las primeras ideas y sus métodos; E! segundomomento; La extinción del Banco de Avío; La tenaza: falta decapitales y consumos. - Librecambio en el liberalismo ilustra-do. - Tadeo Ortiz. - El caso Antuñano. - Proteccionismo liberal:Enjuiciamiento del Banco de Avío; La heterodoxia. - Preguerray crisis. - La heterodoxia razonada. - El eclecticismo de Prieto. -

    255

    335

    419

  • Dos libros en la última recaída santanista. - Los hombres deAyutla. - Proteccionismo en El Monitor Republicano. - Larecapitulación polémica de Matías Romero.

    CAPíTULO VII

    LIBERALISMO SOCIAL .

    Las primeras ideas: La realidad yucateca y Vicente María Ve-lásguez; Dos utopías agrarias: Francisco Severo Maldonado yEl Pensador Mexicano; El agrarismo de Lorenzo de Zavala yFrancisco García; La no disposición a consumir de los mexi-canos. - Movimientos instintivos: Comunismo agrario; La gue-rra social yucateca; Petición de una ley agraria. - Gobernantespreocupados: La circular de Arizcorreta; La autocolonización deLuis de la Rosa; El Acta de Jacala; Conflicto y manifiesto dedon Juan Alvarez. - La idea social de la propiedad en el Con-greso Constituyente: El artículo 17 del proyecto de Constitu-ción; Un visionario prisionero del Derecho: Discurso leídopor Vallarta; Las adiciones de Castillo Velasco; Ponciano Arria-ga y el estado de la tierra; Iniciativa de Ley Orgánica de Olvera;La confluencia de ideas; El eco del Congreso: Díaz Barriga yJosé María Iglesias; El último intento agrario liberal.

    CAPíTULO VIII

    LIBERALISMO SOCIAL .

    La legislación liberal en materia de propiedad: La crítica deOcampo; Las leyes y su interpretación; La concentración y susestímulos; La cuestión social; Feudalismo industrial; Procura-dores de pobres; Proletarios. - El liberalismo social de IgnacioRamírez: Don Simplicio; En el Constituyente; Su ininterrum-pido radicalismo social.

    539

    627

  • PROEMIO

    Con este tercer tomo concluye nuestra investigación sobre elliberalismo mexicano. En el primero, el énfasis se puso en el as-pecto teórico, dado que nos ocupábamos del origen de las ideas.En el segundo cargamos el acento en las grandes coordenadas denuestra historia, pues el objetivo fue describir la sociedad fluctuan-te. En este tercer tomo adquiere preponderancia el estudio de lasideas, puesto que nos dedicamos a examinar su integración.

    Repetimos, sin embargo, que en el liberalismo mexicano es di-fícil escindir resultado y proceso, tanto en lo histórico como en loideológico. Al mismo tiempo que se va integrando el cuadro deideas, éste va influyendo en la realidad y siendo receptivo a ésta,transforma y se transforma. Si queremos medir el liberalismo porsus efectos, los frutos están a la vista: una forma política que seadapta a la realidad en que actúa, pero influyéndola, sirviendo demóvil ideológico, para alcanzar etapas superiores. Por ello la nacio-nalidad forjada en una gran parte del proceso liberal, adquiere susperfiles y el proceso conduce a un resultado absolutamente nacional.En este preciso sentido hablamos de continuidad del liberalismomexicano; pero entendiéndose como encadenamiento, no reducciónde nuestro proceso histórico a la idea liberal: idea y realidad seapoyan y configuran mutuamente; a veces las ideas son metas queimpulsan el país; en ocasiones, el esquema racional se acopla a unarealidad que no puede deformarse mediante la ortopedia dog-mática.

    Para apreciar el liberalismo mexicano basta ver sus rendimien-tos: las instituciones y libertades de nuestro régimen constitucional;la separación entre la Iglesia y el Estado; la existencia de una so-

  • x JESÚS REYES HEROLES

    ciedad secular con un Estado que no recurre a la compulsión paraobtener el cumplimiento de conductas forzosas exigidas por compro-misos extralegales y extrasociales, y que tampoco se inhibe paraejercer su supremacía frente a cuerpos, grupos o privilegios. Nuestrasociedad es libre y abierta aun a su propia automodificación. Gra-das a los liberales no tenemos una oligarquía constante, hereditaria,que maniate la posibilidad nacional de autotransformación. La li-bertad nacional, como capacidad de acción, sólo se halla restringidapor la propia necesidad: como que la libertad no se da en abstracto.

    Pero no sólo debemos al liberalismo la existencia de una so-ciedad libre y abierta: heredamos de él, también, individuos libresa integrar en una sociedad libre y responsables de su propia libertady de la de los demás. pues la libertad de la sociedad es un tejido delas libertades individuales y colectivas. Tenemos una sociedad librey abierta que heredamos. La convivencia en ella no sólo es factible,sino sencilla, siempre y cuando respetemos una elemental regla deljuego liberal: no obligar a nadie a compartir la búsqueda del abso-luto en que podamos creer. Si algo prueba la historia son los malesque derivan de pretender forzar a los hombres a ser libres o felices.

    En este libro se ve cómo los distintos conceptos o temas se vanensamblando, hasta constituir toda una estructura ideológica. Sóloes posible un individuo libre en una sociedad libre. Por ende, sóloes posible una sociedad libre si la forman individuos libres. Lascorrelaciones y equivalencias surgen evidentes: la libertad de con-ciencia es la secularización de la conciencia. La secularización de lasociedad es su liberación. Las diferentes líneas de pensamiento con-vergen a integrar un solo cuadro de ideas.

    En el proceso histórico mexicano, liberalismo y democracia lle-gan a enlazarse y hasta identificarse, dotándonos de institucionesdemocráticas y liberales. Los críticos de los resultados y del procesoliberal mexicano ponen en su debe el propósito de implantar unademocracia no ponderada. Si se hubiese restringido el voto única-mente a los propietarios o, lo que es peor, no se les hubiese otorgadoa los analfabetos, habríamos, se dice, logrado una democracia res-tringida, desde luego, pero democracia. Y lo paradójico resulta quequienes sostienen, así, una tesis antidemocrática, critiquen, a nombrede la democracia, su universalización en México.

    En verdad que existen imperfecciones democráticas en el cursode nuestro proceso histórico. ¿Pero no habrían sido mayores y másagudas si hubiéramos empezado por restringirla constitucional-mente? ¿No ha servido, acaso, el ideal de la democracia universal,

  • PROEMIO XI

    consignado como norma imperativa, para presionar hacia su mejorlogro? Por otra parte, no debe olvidarse que democracia no es sóloel voto, el sufragio; hay dos representaciones: la democrática y laautocrática. Los métodos cambian, el contenido persiste; lo esenciales que el Estado represente a la sociedad y con el voto está la po-sibilidad de acceso a los puestos públicos. y por nacimiento o for-tuna, ¿se ha encontrado limitado este acceso? La igualdad ante laley, es decir, la extinción de privilegios legales y el libre acceso alos puestos públicos, han actuado en nuestro país como un termos-tato de las deficiencias democráticas y ambos principios dimanande la idea liberal. La Revolución Mexicana la completó y ensanchó,cuando con la no reelección culminó una realización histórica libe-ral. Al liberalismo debemos que a golpes de sangre y paciencia sehaya impedido la formación --como en otros países de origen simi-lar- de una oligarquía hereditaria. A la Revolución, con la no re-elección, que nuestra historia no sea una sucesión de oligarquíasvitalicias, sólo limitada por la duración física de sus integrantes.México tiene, pues, una gran movilidad política y social que, con-fiamos, puede defenderse por sí misma de las tendencias incipientesque en contrario se presentan.

    Especial papel desempeña en este enlace entre democracia yliberalismo la lucha en contra de los fueros. Ciertamente que el en-sayo de los privilegios de Sieyes -obra clásica contra los privilegiosfeudales- influye. Pero el contorno de la lucha es distinto en nues-tro país. No es una nueva burguesía erguida contra privilegiosfeudales -aristocracia, ejército y clero-, pues no hay aquella bur-guesía. La lucha contra los privilegios adquiere, por ello, un sen-tido popular en México. Ella se combina con una idea de igualdadsocial. La lucha contra los privilegios resulta anticolonial. Es en-frentarse a supervivencias coloniales. Es buscar el acceso de los na-tivos a los puestos directivos, con este trasfondo: un alto clero pen-insular que oprime e impide el acceso de un bajo clero autóctono;un ejército -alto- con españoles seguidos por criollos, '1ue oprimea una oficialidad y tropa mestiza e indígena; una alta burocracia,centralizada, peninsular en sus orígenes. Esto da a la lucha contralos fueros, -expresión gráfica de los privilegios en el ámbitojurisdiccional- un amplio sentido social igualitario, ajeno a un pro-ceso histórico de elevación de una nueva clase. Es un sentido biendistinto del que tiene en Occidente la lucha en contra de los privi-legios. Por eso Antuñano es una excepción: pugna por afectar pri-vilegios para formar una clase -burguesía industrial- '1ue no exis-

  • XII JESÚS REYES HEROLES

    te, apartándose así del modelo histórico: una nueva clase que en-cuentra en los privilegios un obstáculo a su crecimietno y conso-lidación.

    ¿y qué decir del federalismo, que se identifica con el libera-lismo? La ignorancia y la mala fe sembraron el lugar común de unfederalismo importado, sin siquiera conocerlo, en contra de nues-tras tradiciones y realidades, viniendo a desunir lo unido en lafórmula sacramental. La verdad es bien distinta. La idea federal en1824 -y ello creemos haberlo demostrado- ni siquiera fue adop-tada por nuestros liberales. Las realidades se les anticiparon y laimpusieron. El federalismo fue el leve hilo que mantuvo unido 10que se estaba disgregando; sin él, nuestro rostro habría sido biendistinto. Y cuando en la larga sociedad fluctuante prescindimosdel federalismo, la historia nos fue adversa.

    También en materia federal somos deudores de nuestros pri-meros liberales. Centralismo y federalismo no son los términos deuna contienda verbalista y estéril. jFlaco servicio haríamos a libe-rales y conservadores si, por una palabra, los viéramos trabados enuna pelea que parecía interminable! La contienda fue por lo quela palabra significaba. La contienda fue, además, lógica en extre-mo: eran intereses centralizados e intereses descentralizados, y elfederalismo el instrumento de los segundos, que constituían lasclases medias dispersas en el país y los portadores de la idea liberal.La palabra representaba un sistema y éste nos era tan necesario, que,como se ha dicho, de no haber existido, 10 habríamos inventado.y que no se hable de la centralización de nuestros días para de-mostrar lo artificial del federalismo. Porque dicha centralizaciónha ocurrido a pesar del federalismo. ¿Adónde habríamos ido sineste freno? No se olvide que la centralización nos viene de uncomplicado fenómeno de concentración económica, social y demo-gráfica, que, inexorablemente, se refleja en lo político. Nuestro sis-tema federal ha resultado insuficiente para impedir las tendenciasreales de nuestro desarrollo económico hacia la centralización. Noha estorbado, sino estimulado, en cambio, la permanencia de laspeculiaridades regionales y su integración nacional. Y sigue siendoun aliciente y un método para luchar en contra de la centralizacióny, sobre todo, contrarrestarla.

    El liberalismo mexicano acusa en su haber fundamentalmenteun significado político: libertades, secularización, federalismo, igual-dad ante la ley. Este significado político ha calado hondo en nuestrahistoria; la primacía del liberalismo mexicano es lo político, que

  • PROEMIO XIII

    clásicamente lo constituye, pero matizado por la realidad y el estilode nuestros hombres.

    Hay que tener en cuenta que los liberales mexicanos, de 1824en adelante, en materia política, luchan por cambiar y mantener.Quieren modificar: el status existente en materia de relaciones Es-tado-Iglesia y sociedad civil-Iglesia, hasta obtener la secularizaciónde la sociedad; la intolerancia religiosa, obteniendo la ]ibertad deconciencia; la desigualdad ante la ley, aboliendo los. fueros y privi-legios. Por el contrario, desean mantener o restaui ar -esto últimoen el período de vigencia de las Siete Leyes y las Bases Orgánicas-la forma federal consignada en el texto de 1824, buscando even-tualmente su perfeccionamiento. Como se comprenderá, la luchadirigida a modificar es sustancialmente distinta de aquella que buscamantener o restaurar. De aquí la naturaleza diferente de los capí-tulos de este libro, que van desde el puramente teórico y probatorio-como lo es el relativo al federalismo-- hasta el que se refiere,preponderantemente, a una práctica de gobierno -proteccionismo--pasando por la exposición de la reiterada preocupación por el pro-blema social, qqe no cuajó en una política definida.

    Como puede verse, tanto en federalismo como en seculariza-ción, no deja de estar dotado el liberalismo mexicano de maticesoriginales, y más original resulta en lo que es heterodoxo: en mate-ria económica, cuando las realidades nacionales 10 hacen apartarsedel librecambio, siendo aquí la heterodoxia la que se impone, y enmateria social, cuando las propias realidades lo incitan a adquirircaracterísticas ajenas al típico liberalismo.

    Las ideas fecundan la realidad al traducirse en actos. Pero haymovimientos instintivos que desbordan las ideas, cambian su sen-tido y amplían, de esta manera, los principios. Singularmente clarose ve ello en la gestación de la secularización de la sociedad mexi-cana. Los movimientos populares de esencia agraria tienen un as-pecto anticlerical, nada teórico, sino práctico y concreto: reducirlas obvenciones parroquiales, las cargas; los campesinos plantean,junto al problema de la tierra, la incidencia sobre ellos del régimenque priva en materia de relaciones Iglesia-sociedad. Y estas peti-ciones populares concretas fortalecen los principios postulados porlos teóricos, ensanchándolos, ciñéndolos a la realidad y comprobán-dolos.

    Circula todavía la tesis de la originalidad por ignorancia denuestros liberales. Los liberales mexicanos, al iniciarse el procesohistórico ideológico, ignoraban, en rigor, el liberalismo. Por ello

  • XIV JESÚS REYES HEROLES

    cayeron en las heterodoxias. Conforme el proceso se fue desarro-llando, fueron conociendo más la doctrina y dejaron de ser origina-les para ser liberales. La tesis sólo revela desconocimiento de lasideas y pensamiento de nuestros liberales. En efecto, si algo se veen esta obra es el bagaje doctrinal que en política, economía, dere-cho y cuestiones sociales exhiben los liberales. Sólo que las ideolo-gías no se importan en bloque; se asimila lo que en ellas hay deasimilable y esto se adapta. Al respecto, no pequeña lección es laque nos proporciona la experiencia liberal mexicana al mantenerseequidistante de las fórmulas por rígidas antihistóricas y de las quepor exceso de flexibilidad inducen al oportunismo.

    En materia social, las realidades nacionales y cierta confluen-cia doctrinaria hicieron a muchos liberales apartarse del clásico in-dividualismo, sobre todo en materia de propiedad de la tierra. EsOtero, conociendo a Sismondi, al igual que don Lorenzo de Zavala,este último aficionándose a Owen. Es Ponciano Arriaga, creandoprocuradurías de pobres y viendo en la Constitución la ley de latierra. Son comunidades indígenas que luchan por mantener su for-ma de tenencia de la tierra. Son las rebeliones claramente agrariasque surgen después de la guerra con los Estados Unidos; comosi la derrota dejara en libertad fuerzas y energías espirituales ape-nas contenidas y que una vez desatadas, van a persistir. Es el dra-mático Tierra es guerra de nuestra historia, que a hombres permea-bles a las realidades les hace comprender que más allá del libera-lismo político hay una idea social que deben recoger para conjugarprecisamente libertad y justicia.

    No tratamos de atribuir al liberalismo mexicano cualidadesque no le pertenecen. Con las suyas le basta y sobra, tanto en ideas,como en realizaciones. Unicamente pretendemos situar el liberalis-mo en el amplio contexto de la historia nacional y con ello propor-cionar un elemento que ayude a realizar semejante tarea en relacióncon la Revolución Mexicana. Recuérdese que detrás de la historiasiempre hay historia, y algunas de las raíces de la Revolución seclavan en el suelo de la historia de México y de la propia proble-mática del país.

    La revolución social fue la Revolución Mexicana. El liberalismoen sus límites cronológicos no la hizo. La corriente social que den-tro del liberalismo existió fue dejada de lado. Pero lo sorpren-dente son los planteamientos sociales que hubo dentro del granmovimiento liberal mexicano. Las utopías, los intentos legislativos,las descripciones del problema de la tierra, fueron dejando un re-

  • PROEMIO xv

    siduo en las ideas nacionales. Hubo un proyecto de artículo 17 enel Constituyente 1856-57, que fue, más que derrotado, abandonado,por argumentos no de fondo, sino jurídico-formales. ¿Ese intentosocial no nos ayuda a entender la eclosión revolucionaria posterior?

    La Revolución Mexicana, como todo movimiento históricoideológico, no tiene una explicación única. No es una línea, sinouna confluencia de líneas. Es una síntesis de ideas nativas o forá-neas y de problemas que venían de atrás o que nacieron con el por-firismo. La Revolución integra a México en un nuevo cuadro deideas, incluso con contradicciones dentro de dicho cuadro. La ex-plicación es múltiple y en ella el liberalismo mexicano es sólo unade sus fuentes. Hay pues, un espíritu y un impulso, y cabe pensarsi el hecho de que en 1857 estuviéramos a punto de implantar cons-titucionalmente un liberalismo social, permitió que llegáramos aéste en 1917.

    Así como no queremos dotar al liberalismo mexicano de atri-butos que no le pertenecen ni necesita, tampoco queremos que se lecarguen pecados que no cometió: tal, por ejemplo, el que se le im-pute la concentración de la tierra. ¿Es posible que a unos cuantosdías de los grandes debates sobre la tierra, sobre su problemáticay los métodos liberales, el Congreso 1856-57 aprobara un rampanteindividualismo? Vemos cómo la concentración de la tierra existecon anterioridad al triunfo liberal. Los despojos de las comunidadesindígenas son queja constante; las rebeliones agrarias son síntomaevidente de aquella situación. Y la concentración se realiza mástarde en el porfirismo, no como un resultado inexorable de leyesde contenido individualista, sino mediante una acción deliberadaque chicaneó en la interpretación de algunas leyes y acabó modifi-cándolas, creando una legislación encaminada a obtener la concen-tración. Son los criterios agrarios de los noventas, son las leyes de1883 y 1894 dirigidas a facilitar los despojos, y son, por último,nuevos factores y nuevos estímulos que fomentan la concentraciónde la tierra, les que convierten a ésta en un valor innegable y hacenapetecible su acumulación. La política ferrocarrilera, el proteccio-nismo agrícola, una banca que para otorgar los créditos quiere sol-vencia y, por último, inversiones extranjeras que hacen que los na-tivos vean en la propiedad de la tierra un valor para negociar.

    Durante el porfirismo se crean nuevos intereses. Una clase po-derosa va a surgir al amparo de o en conjunción con una nueva olí-garquíapolítica. La aristocracia territorial, endeble, va a ser susti-tuida por una nueva clase propietaria que, si bien toma de su ante-

  • XVI JESÚS REYES HEROLES

    cesora los vicios -el absentismo, la explotación del hombre, etc.-,no hereda su debilidad. La clase pudiente va a gobernar, al amparode la Constitución liberal de 1857 y de las Leyes de Reforma. Peroésta es sólo la forma de gobierno. El sistema es distinto, opuesto enverdad: sin repudiar expresamente al liberalismo, sino bien a~ .con-trario, glorificándolo en solemnidades y monumentos, el porfirisrnoen sus distintas etapas se separa completamente de los objetivos.libe-rales. Se niega de facto una trayectoria histórico-política, una ideo-logía que formalmente se respeta y se asienta que sigue pri~an~o.Las realidades, lo cotidiano, subvierten los principios constitucio-nales. Se realiza la subversión más efectiva: el cambio de los hechos,de las prácticas, sin negar expresamente los principios. No sólo sedetiene una revolución. que ya podía continuar como evolución, na-cida con nuestra propia nacionalidad, sino que se invierte el acae-cer histórico imbuyéndole un sentido contrario. Por eso, bien pron-to un positivismo aburguesante, un progreso que no se mide enfunción de sus efectos sociales, y una paz no orgánica, sino imp~esta, sustituyen viejos ideales y viejos anhelos. La idea social del libe-ralismo mexicano subsiste en el subsuelo; los pecados que contraesta idea se cometen, bien pronto van a ser cobrados. El porfirismov~ola los principios políticos del liberalismo y niega la corriente s~cial que, al menos, había atemperado en nuestro país el dogmatls-mo individualista.

    El proceso histórico real del liberalismo mexicano dejó super-vivencias feudales. Apenas triunfante, después de rudas luchas enque no se pudo derruir todo lo que se debía, viene el porfirismo,que no sólo interrumpe la destrucción, sino que busca y obtiene unnuevo apuntalamiento para los elementos añejos. Los señores feu-dales, contra los que luchó la Revolución Mexicana, en algunos ca-sos vienen de atrás y en otros casos son nuevos, son porfirianos ?tux.tepecanos. E.st.os últimos surgidos al amparo de la política te~~l'tonal del porfmsmo, que deliberadamente busca la concentraClonde la. propiedad. Pero unos y otros representan una reminiscenciafe~da~ y contra ellos se yergue la Revolución. Los liberales queríananiquilar un orden: el colonial. Eran antifeudales anticoloniales;. ,mientras d?tninaron, buscaban remover, animados por el movimien-to; era la idea transformadora. El pofirismo, el mantenimiento deun orden ~ue se llegó a creer inmutable, con sólo una duda y untemor: ,la lnmortalidad del caudillo y el vacío que a su muerte sepresenna.

  • PROEMIO XVII

    Verdad es que en el porfirismo vemos hombres que venían delliberalismo, comenzando por el propio caudillo. Pero el porfirismose integró con numerosos desprendimientos de los partidos en pug-na que justificaban su concurrencia por un objetivo que creían supe-rior: la paz. Hubo conservadores y liberales porfiristas, interven-cionistas y antiintervencionistas y, descendiendo a las facciones, jua-ristas, lerdistas e iglesistas. Ciertamente, sin que descuellen mucho,sí se perciben, en la oligarquía tuxtepecana, hijos de quienes habíanforjado el liberalismo. Algunos de ellos disfrutando de la nuevasituación y creyendo que ella era consecuencia lógica, continuacióno culminación de aquello por lo que sus padres habían luchado.Nada autoriza, sin embargo, la validez de tan subjetiva interpreta-ción. Ni en teoría, pues otras fuentes sustituyeron, a poco de ini-ciado el porfirismo, las ideas liberales; ni en la práctica, en que,sin escatimar honras fúnebres, el porfirismo actúa como enterradordel liberalismo. Con un mínimo de información y capacidad refle-xiva ella tiene que desecharse.

    El porfirismo, enjuiciado en su totalidad como fenómeno quedura treinta años, no es un descendiente legítimo del liberalismo.Si cronológicamente lo sucede, históricamente lo suplanta. Nuevosmóviles económicos y un objetivo político distinto dan fisonomíabien diversa a ambas etapas históricas de México. Los liberales fue-ron un movimiento, persiguiendo una ideología, venciendo enemi-gos que se resistían. El porfirismo aglutinó a los enemigos de ayermediante intereses para mantener un orden que se creía perpetuo.Las filosofías inquietas, llenas de fe en la actividad del hombre, deestirpe jusnaturalista que guían a los liberales, son sustituidas poruna filosofía positivista tomada, además, en su vertiente oligárqui-ca. Por tanto, no debe buscarse una sucesión normal, legítima, entreliberalismo y porfirismo y una continuidad, sino una sustitución yuna verdadera discontinuidad. Si el afán de innovar y modificarconduce a los liberales, el propósito de conservar conduce al porfi-rismo. Por instinto de conservación se sabe que los cambios, por le-ves que sean, pueden hacer tambalear toda la estructura.

    Pero no obstante los intereses creados al amparo del porfirismo,que sustentaban la negación real de nuestra evolución liberal, laidea agraria subsiste, los principios de justicia social se mantieneny a través de la Revolución Mexicana rompen el límite que dentrodel proceso liberal habían tenido, el "no es tiempo", frecuente va-lladar a propósitos de progreso en México.

  • XVIII JESÚS REYES HEROLES

    Como decíamos antes, el liberalismo social mexicano no triunfósi nos atenemos a sus límites históricos. Ello era imposible, y ya esadmirable que haya surgido el mero conflicto, el mero debate. Peroen los procesos histórico-ideológicos, los límites siempre son con-vencionales, y por consiguiente, elásticos: una época tiene raícesque provienen de las precedentes y proyecciones que alcanzan a lassubsecuentes. Una corriente fracasada dentro de sus límites tempo-rales emerge posteriormente y contribuye a configurar una etapaulterior. Y los sedimentos dejados por el liberalismo social mexicanoinfluyeron en la Revolución Mexicana. El liberalismo no encontróla solución al problema de la tierra; lo importante es que la hayaatisbado. Ahora bien, si el régimen político de la Revolución Me-xicana, como federalismo, libertades, secularización, es herencia li-beral, la corriente social del liberalismo mexicano constituye unainfluencia para la Revolución Mexicana, una explicación históricaque no excluye, sino supone e incluso implica otras. Nada más ninada menos.

    Esto apoya nuestro aserto de que la Revolución Mexicana nofue producto de generación espontánea y nos lleva a creer que lapreocupación histórica de los mexicanos ante el problema socialconstituye una experiencia y una fuerza innata que ayuda a enfren-tarse al problema, esquivando "las soluciones desesperadas".

    ¿Podemoscomprender el itinerario de México sin captar la idealiberal? El conocimiento de ella, en polémica histórica o como par-te de una síntesis posterior, resulta indispensable para comprenderel curso de nuestra historia y, dentro de él, el momento actual. Vis-to el liberalismo como velocidad adquirida, juega un papel aún en elpresente de México. Hay todavía problemas a que nos enfrentamoscon el enfoque liberal y, por supuesto, actitudes en la vida nacionalque encuentran su fundamento en la conciencia histórica liberal.

    No pretendemos que el liberalismo mexicano haya conciliadolibertad y justicia social. Sus hombres intuyeron, eso si, que no po-día haber plena libertad sin justicia social y que difícilmente sepodía llegar a ésta sin libertad. Tampoco pudieron nuestros libe-rales armonizar libertad y economía ordenada, objetivo que aunen nuestros días no es fácil obtener; pero sí captaron. que la .libertadno era un obstáculo para que la colectividad pública pudiera inter-venir en el proceso económico persiguiendo objetivos superiores. Através del proteccionismo -y lo de menos es que haya sido a travésde él, pues difícilmente, dada nuestra. evolución económica, podíaser en. otro aspecto- los liberales se percataron de que una· cosa

  • PROEMIO XIX

    eran las libertades espirituales y otra cosa bien distinta y de diversovalor el librecambio. El que en materia económica los liberales me-xicanos se plantearan la posibilidad de apartarse del librecambio,no tiene más significado que el afirmar el derecho y la posibilidadde la heterodoxia en materia económica y, por lo consiguiente, ladistinción entre el liberalismo político y el económico.

    Hay una extensa literatura que no ve la transformación de lasociedad como un rompimiento con el pasado, como una interrup-ción o, mejor dicho, como una inversión del proceso histórico; porel contrario, la modificación resulta etapa de la evolución y la ideade la continuidad histórica se rescata con un nuevo sentido: impul-sar la reforma, dando raíces al cambio. La innovación no es con-traria a la continuidad. No hay una oposición entre el ideal trans-formador y la secuencia del proceso histórico. El revolucionario, paraluchar y construir, no tiene que echar por la borda el pasado. Laidea revolucionaria es vista como el perfeccionamiento, la integra-ción cabal de la evolución histórica, de la historia misma.

    Partiendo de esta concepción, los mexicanos estamos lejos denecesitar manumitirnos de nuestra historia; para afirmar nuestropresente y, sobre todo, nuestro futuro, no tenemos por qué romperlo que nos vincula con el pasado. No es la historia la que nos es-torba, pues bien distante está de ser -una rémora. Al contrario, ali-gera los esfuerzos, nos puede brindar más de una luz y savia sufi-ciente para nutrir la imaginación y estimular una realista y prudenteaudacia. No se trata de buscar precedentes para no tener que pensary, mucho menos, de justificar con el pasado un cómodo conformis-mo. El que en el pasado busca precedentes para resolver problemascontemporáneos, simultáneamente oscurece su época y esteriliza lahistoria. Refugiarse en el pasado para eludir el presente es tan ne-gativo como prescindir de la historia en la comprensión de nuestrosdías. Quien vive en la historia se hace, en fórmula unamuniana,sordo al silencio; pero los que no quieren oir la historia, en su sor-dera llevan la penitencia. Podemos recoger de nuestra historia unimpulso que ajuste los afanes de actividad a la lección que nosdieron quienes supieron vencer en el pasado, sacrificando frecuen-temente la rapidez en el triunfo de sus principios a la firmeza en sulogro. Tenemos un capital histórico que debemos conservar y acre-centar. Prescindir de él es dilapidar lo que con tesón nos dejaronnuestros mayores; es olvidar que nuestra generación no es hija desí misma.

  • 1111111111111111111111111111111111111111111111111111111111111I

  • CAPITULO I

    IGUALDAD ANTE LA LEY

    Entre la igualdad y los fueros .. Más allá del fuero y de la igualdad legal.Las ideas al triunfo de Ayutla.-La ley sobre administración de justicia. - Lacontroversia sobre el fuero eclesiástico: El gobierno es supremo; Se desco-noce al aliado; Dos órbitas soberanas; ¿Quién manda en la República? .

    La ratificación de la Ley Juárez. - La igualdad en la Constitución.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY

    "Pero donde quiera que el clero pretenda mez-clarse en la política, ya prestando a los gobiernossu influencia para oprimir, ya poniéndose en pug-na con el poder civil por cuestiones en que s610se trata de intereses materiales, sufren a untiempo la respetabilidad del clero, la causa delEstado y la de la religi6n."

    ENTRE LA IGUALDAD Y LOS FUEROS

    Al describir las grandes coordenadas del vasto movimiento his-tórico político del liberalismo mexicano, nos referimos expresamen-te al papel desempeñado por la lucha en contra de los privilegiosdel clero y del ejército. Se trata de las ideas e intereses esencialesque condujeron a sostener la necesidad de abolir los privilegios le-gales, los fueros. Puede decirse que, si bien la lucha en la sociedadfluctuante se polarizó en torno a federalismo-centralismo, ella seconcretó en torno al mantenimiento o supresión de los privilegios.

    En los orígenes del liberalismo mexicano no siempre se abordacon claridad el problema. Los' fueros repugnan, pero no es fácilpostular su abolición, y es que en ello no hay término medio: o sedesea superar el estado colonial y llegar a la igualdad legal y ala supremacía de la sociedad civil, o se pretende el mantenimientodel orden colonial y su perfeccionamiento sobre la base desu con-tinuidad, al margen de la independencia política nacional. En este

    1 El Siglo Di,z , N.,1I,. número 2,)63, U de enero de 18'6. Articulo: "mclero y Jos movimiefttc>s reaccionarios".

  • 4 JESÚS REYES HEROLES

    segundo caso, se ve cómo Francisco Severo Maldonado" sostiene lageneralidad de la Ley: "La leyes una misma para todos los ciuda-danos, ya mande, ya vede, ya premie, ya castigue"; pero no obstanteello, Severo Maldonado, que ve a la potestad eclesiástica en el ordenpolítico "como una emanación del poder ejecutivo", asienta que lanación le conferirá a la Iglesia "toda la porción de jurisdiccióntemporal que fuere necesaria" para el cumplimiento de su ministe-rio. Y dentro de su idea que podríamos calificar de corporativa,multiplica los fueros, o mejor dicho, los generaliza:

    Art. t46.-Estando clasificada toda la población de cada lugar encorporaciones político-militares, compuestas de todos los individuosde un mismo estado, profesión o modo de vivir, cada ciudadano serájuzgado por individuos de su misma corporación, el minero por mine-ros, el mercader por mercaderes, el labrador por labradores, el artesanopor artesanos, el clérigo por clérigos, etc., de manera que 10 que hastaaquí ha pasado por un fuero particular, o privilegio, formará en 10sucesivo un punto de derecho común.

    Dos años después, El Pensador Mexicano aboga por la igual-dad con una razón decisiva: la generalidad de la ley. O hay leyeso hay excepciones: "O no se han de decretar las leyes, o una vezdecretadas, se han de hacer obedecer por todos, sin excepción; por-que donde cabe la excepción, no cabe la igualdad, y donde faltela igualdad, falta la justicia"."

    Con este argumento, ayudado por la idea de justicia, dentrode la concepción secularizante y partiendo de la premisa de la to-lerancia, básica para El Pensador, éste sostiene la igualdad antela ley y, por consiguiente, la supresión de las jurisdicciones privile-giadas, viéndose su pensamiento expresamente consignado cuandoen el artículo 29 de su utópica constitución instaura un tribunalsupremo de justicia formado de cinco individuos "ante quienes nohabrá fuero privilegiado y juzgarán en competencia de jurisdiccio-nes y sobre delitos cometidos por cualesquiera autoridades".'

    2 Contrato de Asoriación para la Reptib/ira de los Estados Unidos del Anáhllar,por un ciudadano del Estado de Xalisco. Segunda edición, revisada y corregida porel autor. Guadalajara, en la imprenta de la viuda de D. José Fruto Romero, 1823.pp. 10, 18 Y 21.

    3 JOSÉ JOAQuíN FEllNÁNDEZ DE LIzARDI: Conversaciones familiares del payo 1el secristé», México, mayo de 1825, Oficina de don Mariano Ontiveros. Tomo 11,duodécima conversscién, pp. 4 'Y. S.

    • Op. cit., décimasexta conversacíén, p. 10.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 5

    El combate en contra de los privilegios legales enlaza libera-lismo y democracia en México. El liberalismo ilustrado se une aldemocrático o ambos confluyen en una misma corriente, en virtudde la lucha en contra de los fueros. La propia lógica interna delmovimiento y la naturaleza de su objetivo político preponderante,conducen al liberalismo ilustrado a confluir con el democrático pro-pugnando por la abolición de los privilegios legales. Sin embargo,puede decirse que ambas corrientes, la del liberalismo ilustrado yla del liberalismo democrático, se ayuntan en esta materia por razo-nes distintas y buscando objetivos diversos.

    Para el liberalismo democrático, la supresión de los fuerosdimana de su propia naturaleza ideológica. Es el igualitarismo, elprincipio de igualdad ante la ley, norma democrática fundamental,lo que impulsa esta corriente. En cambio, para el liberalismo ilus-trado, la supresión de los fueros es, por una parte, una necesidaden el propósito de defender el federalismo consignado por la Cons-titución de 1824, y por otra, un principio elemental -requisito--para afirmar la supremacía de la sociedad civil.

    De aquí deriva el planteamiento diverso de e.ste problema yel enjuiciamiento también distinto de la naturaleza de los fuerosy de la conveniencia de su supresión. El Correo de la FederaciónMexicana, primero, y más tarde El Fénix de la Libertad y La Opo-sición, sostienen la pelea fundamental en contra de las clases privi-legiadas, rebasando concepciones puramente formales.

    El liberalismo democrático, a través de estos tres periódicos,apoyará la lucha contra los fueros en la igualdad ante -la ley, nosin dotarla de un contenido social. Para El Fénix de la Libertad,el fuero eclesiástico y el fuero militar, al constituir clases privile-giadas, interrumpen "la igualdad civil que debe ser compañera in-separable de la Iibertad"," Es más, para este periódico la existenciade los fueros pone en contradicción a la Constitución de 1824 conlos elementos monárquicos que subsisten. Los fueros destruyen laigualdad y constituyen una causa de revolución. Para La Oposición,más tarde, los fueros, considerados en sí mismos, son monstruososy subversivos en la práctica. 'Ellos impiden, además, la subsistenciade cualquier gobierno y son detestables por la desigualdad en que sefundan. El sistema democrático y representativo tiene por·una de sus

    s Tomo l. a.úmeto 34. 31 de marzo de 1832. Iaxico. impreso por IgnacioCumplido. pp. 144.

  • 6 JESÚS REYES HEROLES

    bases principales "la igualdad legal". Por consiguiente, urge suconsignación, desterrando los fueros.'

    El propósito que anima a los liberales, de suprimir los fueros,de combatir las clases privilegiadas, que ideológicamente es muyimportante, con frecuencia se oculta, como meta política concretadel partido liberal, y en algunos casos no se aborda. Así porejemplo, durante la administración de Gómez Farías, que hemoscaracterizado como avance forzado, en lo tocante a la aboliciónde los fueros al igual que a la obtención de la tolerancia, el avancese difiere en virtud de estar contenidos ambos principios -intole-rancia y fueros del ejército y de la Iglesia- en el texto constitucio-nal. Y es que, el sentido transaccional implicado por el texto de1824 contiene como concesión a los grupos liberales la consigna-ción del federalismo, que es instrumento político para el acceso alpoder de las clases liberales dispersas en la República y, a cambiode ello, a las clases representativas del orden colonial se les deja laintolerancia religiosa y la consignación de los fueros de la Iglesiay el ejército.

    En estas condiciones, así como para los liberales se dificultabael luchar abiertamente por la tolerancia o libertad de conciencia,igualmente les resultaba difícil la lucha por la abolición de los fue-ros, pues la obtención de tal reforma exigía la modificación deltexto constitucional, con el .riesgo consiguiente de perder todo lopositivo que éste consignaba y fundamentalmente el establecimientode la forma federal.

    Pero si como meta política la lucha se enfrentaba a un obs-táculo difícil de vencer, como propósito ideológico el deseo de su-primir los fueros y reducir a las clases privilegiadas es manifiesto.El liberalismo ilustrado, por razones de afirmar la supremacía de lasociedad civil, del Estado; el liberalismo democrático, por su mismaraíz ideológica, que lo dota de un sentido igualitario. Y es precisa-mente esta lucha contra los fueros la que, como antes decíamos,hermana el liberalismo ilustrado con el democrático.

    Hemos vistotcómo Lorenzo de Zavala, en su Viaje a los Es-taJos Unidos, reacciona violentamente contra una aristocracia de

    6 Ú O/Jositió", primera época, Tomo I. México, impresa por Juan Ojeda.]834. Números IS. 16 28. de 4 y S de diciembre de 1834 y 31 de enero de 183S.respectivamen~.

    7 V&se: El Liberalismo Nexi~""o. Tomo 11. ú So(ieÚil Pllmlltlllle, pp.266-27S.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 7

    privilegio, de leyes excepcionales, que ve mortífera para la socíe-dad; cómo Mora, al describir el programa del partido del progre-so en la administración 1833-34, incluye la abolición de los privi-legios del clero y la milicia, viendo en los grupos aforados uninstrumento que debilita el espíritu nacional, contrario a la moralpública, que choca con la independencia y libertad personal, queembaraza el curso de la justicia, estorba el orden administrativo,se opone a la prosperidad y riqueza pública y niega la supremacía dela sociedad civil.

    y los liberales mexicanos recalcan los argumentos de buenaadministración. Mora emplea éstos al dar a conocer el programade la administración 1833-34 y se ve frecuentemente recurrir a lacondenación que ya el Conde de Revillagigedo había hecho desdeel punto de vista administrativo de "la multitud de fueros". Revi-llagigedo no sólo señalaba los males, los perjuicios derivados deesta multitud de fueros, sino que también postulaba su reducción:

    En mi concepto, los fueros privilegiados deberían ceñirse única-mente, a las materias de oficio, en que se requiere un particular cono-cimiento práctico, para decidir con acierto; pero en los delitos y casoscomunes, debería ser también común el juez y la decisi6n.~

    Este argumento administrativo sirve en algunos casos para ocultarel propósito político-jurídico que induce a perseguir la abolición delos fueros, propósito que, -sin embargo, se manifiesta permanente-mente y poco a poco va adquiriendo nuevos ángulos, redondeándose,por así decirlo, desde un punto de vista ideológico.

    Pero, si bien estos planteamientos generales entran dentro delas grandes coordenadas políticas de la sociedad fluctuante, la inte-gración ideológica del liberalismo exige ver cómo gradualmente,ante acontecimientos concretos y junto a la descripción de los malesacusados por los fueros, se van formulando ideas que apoyan susupresión y que poco a poco estas formulaciones se enlazan con lospropósitos secularizantes.

    Siguiendo este principio de conectar el mantenimiento de los

    8 "lSIrtluió" ,.serf·Ma que el CUlltle tle RlfJillttgigetlo, tlio ti su su,.sor ", el",.o,MArfuls tle Brtl"ri/orle, sobr, ,1 gobierllo th ,sI' eOllli"elll, ", el li""pofile fue su Vim", -M&ico, 1831. l.,npreota de la Calle de las Escalerillas, a CUlOdel C. Agustín GuroJ, p. 27.

  • 8 JESÚS REYES HEROLES

    fueros con el culto exclusivo de una religión, Lorenzo de Zavala, alenjuiciar los acontecimientos de México en 1828-29,9 asienta:

    Los fueros eclesiástico y militar reconocidos en la constitución delos Estados Unidos Mexicanos, y el culto exclusivo de una religión, sonobstáculos a una justa libertad y el origen de sus desgracias.

    y no se queda ahí; ve también el sentido de clase privilegiadaque entraña la existencia de corporaciones aforadas:

    Los eclesiásticos y los militares son seres privilegiados que perte-necen a otra esfera, y no conocen los deberes de ciudadanos simplessino que se reputan como una clase superior a los demás.

    El resultado de esto, según Zavala, es obvio: ..... el poder ci-vil es casi nulo".

    Por otra parte, los intereses de las clases privilegiadas lasconducen no sólo a pugnar por el mantenimiento de los fueros queel texto constitucional les concede, sino a ampliarlos cuando elloresulta posible. Durante el lapso en que el país se caracteriza porel constitucionalismo oligárquico, esta tendencia es expresa. Desdelas Siete Leyes se ve a las clases oligárquicas pelear simultáneamen-te por el mantenimiento y ampliación de los fueros y por constituirla renta personal en elemento de la ciudadanía. En efecto, la pri-mera ley constitucional señalaba en la fracción 1 de su artículo 70.,como requisito de la ciudadanía el gozar de una renta anual por lomenos de 100 pesos, procedentes de capital, trabajo o industria.Para ser miembro del Supremo Poder Conservador se fijaba comorequisito el tener "un capital (físico o moral) que le produzca por10 menos tres mil pesos de renta anual". Para pertenecer a la Cá-mara de Diputados, un capital físico o moral que produjera por lomenos 1,500 pesos anuales y para senador, 2,500 pesos anuales.Para tener derecho a ser elegido Presidente de la República, se re-quería un capital que produjera anualmente 4,000 pesos de renta.18

    9 LORENZO DE z,.VALA: Opúsculos históricos de México: Juicio imparriaJ sobt-.los aconletimienlos de México en 1828 y 1829. New York, C. S. Van WínJde. Reim-preso en México; Oficina de Galván, a cargo de Mariano Arévalo, 18;0, pp. ;0-32.

    10 Bafts 1 Leyes Conslitucionales de la R,pliblica Mexicana, d.crelaáds PIH .1Congt'eso G"IHaJ de la Nación en el afio tIe 1836. México, 1837, Imprenta del¿gltil".

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 9

    Puede, sin embargo, decirse que bien pronto el liberalismomexicano, no sólo por la unión entre el Ilustrado y el democráticoenlaza la afirmación de la supremacía civil del Estado y la igualdadante la ley como principios que exigen la supresión de los fueros,sino que también conecta esta lucha con aquella que persigue lasecularización de la sociedad. Para 1835 el liberalismo ilustrado yel liberalismo democrático ya están enlazados, privando el segun.do y convirtiéndose en postulado del movimiento el principio deigualdad ante la ley. Poco después, la influencia bienhechora de Toe-queville convertirá el enlace en identidad.

    Ahora bien, el primer intento legal de abolición de los fuerosse presenta en la Constitución Yucateca de 1841. En efecto, el pro-yecto de Constitución presentado a la legislatura de Yucatán por suComisión de Reformas, el 23 de diciembre de 1940,11 es categóricoen el propósito de desterrar los fueros. En la exposición de moti-vos no se detiene en los escritores que han abordado el asunto"de los fueros privilegiados", entre otras razones "porque se hanpopularizado bastante las doctrinas que comprueban la necesidadde la supresión de los fueros". Al efecto, se cita al ingenuo y ra·dical traductor de Bentham, don Ramón Salas; pero no debe olvi-darse que Tocqueville está presente y en forma expresa. Se recurrea Benjamín Constant, transcribiéndose un fuerte alegato en contrade la justicia militar, para concluir:

    Mas ya que nos favorecen las circunstancias en que nos vemoscolocados por un favor especial de la Providencia, aprovechémonos deellas para dar a nuestros pueblos unas instituciones, qué nos hagande alguna manera acreedores a la indulgencia de nuestra posteridad.Destruyamos al efecto esas funestas excepciones de la iurisdicción ordi-uaria, concedidas por el despotismo con el detrimento positivo de lapronta e imparcial administración de justicia, y que han servido debase a la tiranía, para la destrucción de las garantías civiles y políticasde la República. Ceguemos esas viciosas fuentes de donde nacen l~ indioferencia de los afol'adoJ por la conservación del orden civil, lleván-dolos frecuentemente hasta hicer alarde de desconocer las leyes fun-

    lJ fue aprobado el 31 de marzo de 11141 en todas sus partes, excepción hechade los dos cónsules. que como asociados para relevar al Gobernador preveía el pro-yecto elaborado por don Manuel Crescencio Rejón en sus artículos 31, 32 Y 33. Pro-yecto de CO/Ht;ltt(ÍÓll pre.'-I'II!.ldo ,1 la /l'giJld!ul'a de Yut'alán, por 111 ComÍJión deReformllJ, pard Id ad"únÍJ/l'ilciÓII interior det Estado. Mérida, 1841, Imprenta de D.Lorenzo Seguí.

  • 10 JESÚS REYES HEROLES

    damentales del Estado y disponiéndolos a obedecer las providenciasque las atacan. Y en fin, acabemos con esos monstruosos f1,ivilegioJinventados por Ia ambici6n para reunir a los hombres en cuerposdistinguidos, darles una grande preferencia, volverlos indiferentes ocontrarios a la causa común, e interesados en el sostenimiento de unaauto,¡áad absoluta, como ha dicho muy bien otro escritor, al examinarlas razones en que pueden apoyarse los fueros eclesiástico y militar.

    El proyecto de Constitución, pues, contenía la abolición detoda clase de fueros y el texto.constitucional aprobado recoge cabal-mente esta idea en su artículo 73:

    No habrá más que un solo fuero para los asuntos comunes, civileso criminales, y no se podrá usar de medios coactivos temporales, niaplicar penas de este género por las autoridades eclesiásticas.u

    Como se ve, y concordando el proyecto con el artículo 73, losfueros son funestos como excepciones a la jurisdicción ordinaria,y concedidos en contra de la buena administración de justicia, o seala vieja tesis de Revillagigedo. Ellos, asimismo, han servido paracimentar la tiranía y apoyar la destrucción de las garantías civilesy políticas, constituyendo instrumentos de la autoridad absolutaPor otra parte, el artículo,73 de la Constitución Yucateca, al mismotiempo que suprime los fueros, prohibe el empleo de medios coac-tivos temporales por las autoridades eclesiásticas; es decir, despojaa éstas de autoridad estatal.

    Pero si bien las especiales condiciones que en Yucatán existían,permitían este inusitado avance, en el resto del país los intentosde conservación del staN q1l0 o ensanchamiento de los fueros, ge-neralmente persisten por la vía legislativa. las prédicas igualitariasno siempre. Frecuentemente se refugian en la exposición periodís-tica de las ideas.

    MAS ALtA DEL FUERO Y DE LA IGUALDAD LEGAL

    De la misma manera que las corrientes liberales añaden -LaOposición, El P'énix Je la Libettaa- al fundamento de su lucha

    12 CtJitslÍlllnÓ1l PolliitllJel 1!.muJo Je y"t4J"¡., sancionada en 31. marzo de1841. ldá'ida.de YucaÜD, ImpftDta de José Dolo_ Espioosa, 1841, p. U.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 11

    contra los privilegios -igualdad ante la ley-- un sentido social yeconómico -lucha contra la oligarquía, contra las desigualdadessociales--, que rebasa la pura concepción formal de la igualdad,las clases conservadoras también amplían el sentido de clases privi-legiadas, buscando incorporar a éstas la de la riqueza o postulandoabierta o disimuladamente, el gobierno de las clases pudientes, con-dicionando el voto o la representación a la renta.

    El Sig/o Diez y Nueve retoma la línea esencialmente adoptadapor El Fénix de la libertad y La Oposicién. En efecto, a raíz defirmadas las Bases de Tacubaya -28 de septiembre de 1841-, queestablecían que a lo más en dos meses se convocaría a un nuevoCongreso para "constituir a la nación", el 23 de octubre de 1841,dicho periódico publica los "Preliminares para una constitución", enque el sentimiento igualitario domina:

    La constitución de un país verdaderamente liberal no es otra cosaque el pacto que hace la sociedad que lo compone con objeto de obte-ner su felicidad. En todos los gobiernos puede haber una constituciónpero no en todos se dirigirá ésta a la felicidad del pueblo. En los queestén esclavizados, ya sea por una persona, ya por una corporación,las instituciones han de formaese naturalmente de modo que protejan losintereses del autócrata, de los oligarcas, o de los aristocráticos, y míen-tras se pcotejen esos intereses, más se perjudicarán los del pueblo. Asíque solamente en los gobiernos populares, cuando se halle bien enten-dida la libertad, se pueden encontrar constituciones realmente liberales,o lo que es 10 mismo, que de una manera directa favorezcan los intere-ses del pueblo.u

    Se admite que a veces puede ser útil, momentáneamente, "eldespotismo para sistemar mejor la libertad", cuando el país. se en-cuentra entre la amenaza de la opresión y la licencia. Se hace, sinembargo, la salvedad: "La acumulación de autoridad cuando no esabsolutamente necesaria, es otra de las cosas que debe evitar el quese halle a la cabeza del partido regenerador", señalando la necesi-dad de límites a la autoridad.

    El pensamiente igualitario y antioligárquico es claro:

    Uno de los arbitrios para infundir confianu es evitar preferen-cias en las clases del estado. Aquella a que petteoece el que manda es

    13 El Siglo D;n 1 NMnti, .Aílo 1, lt6meIo 16.

  • 12 JESÚS REYES HEROLES

    la que se sobrepone a las otras. Se hace una revolución en que influyeeficazmente el clero, cuantas providencias se dan por los gobiernoshan de ser favorables a él y a los que con fanatismo le son adictos.Si ha influido el comercio, nada hay en que no quieran seguir influ-yendo los comerciantes. Si fue el ejército el influyente, todo, por de-cirlo así, se ha de militarizar. Si fue el pueblo bajo, cuanto exista hade oler a sansculotismo. Esas preferencias, que acaso sin pensar y comouna cosa natural hace el que gobierna, no sólo causan perjuicio de dis-gustar a las demás clases ocasionándoles celos, sino que alarman a lanación porque ésta cree, que lo que aquél procura es fortificar su par-tido para entronizar y afianzar su despotismo.

    El afán igualitario es persistente. El 27 de noviembre de 1841,14a menos de un mes de la fecha en que, de acuerdo con las Bases deTaeubaya, expira el plazo para la convocatoria, El Siglo Diez yNueve sostiene, con un publicista español, que: "Es necesario quelas diferentes clases se balanceen unas a otras, sin que ningunatome un ascendiente demasiado señalado". El contrato social, basede la sociedad civil, es explicado con Rousseau.

    La evolución entre la igualdad y los fueros se mantiene osci-lante entre la tendencia que, por razones diversas, busca desterraro reducir los fueros y aquella que no sólo pretende su continuación,sino, incluso, su ampliación. Junto a ello, esta evolución tambiénse mantiene en una contradicción constante: la aspiración a la igual-dad legal y a la consignación constitucional de ésta y la inclusiónde los fueros de la Iglesia y el ejército en el texto supremo.

    Claramente se perciben ambas situaciones en 1842 y 1843. En1842 la. contradicción constitucional, consistente en la consignación

    14 op. cit., número 51. El problema de la Constitución del país hace que esteperiódico recuerde y divulgue nociones de Derecho Público. En el número 19 -26de octubre-- se publica un artículo sobre jurisprudencia, que trata de las fuentes yelementos del derecho y de los conceptos de derecho y obligación; en el número 24,de la autoridad natural y la autoridad legal; en el número 37, de la justicia y su admi-nistració,,' en el número 42 aparece una "Diatriba" de las constituciones de 1824 y1836"; en el número 62, un importante artículo sobre soberanía del pueblo, cargadode nacionalismo, en el número 84, bajo el título de "Nueva Constitución de los me-xieanos". se formula una serie de interrogantes sobre conceptos políticos básicos entomo a las preguntas fundamentales: "¿Quién nos constituirá?", "¿Cómo nos consti-tuiremosI", Y la enumeración podría continuarse, habiendo sólo escogido aquellosarticulos de más sentido doctri~.Y en tlIl breve Jap~.

  • IGUALDA!) ANTE LA LEY

    de la igualdad legal y simultáneamente el mantenimiento de losfueros militar y elesiástico, resulta flagrante.

    En agosto 25 y 26 de 1842, mayoría y minoría de la ComisiónEspecial del Soberano Congreso Constituyente presentan, respecti-vamente, el proyecto de Constitución y el voto particular. Ambostextos consignan el principio de la igualdad; y aun cuando su acti-tud frente a los fueros es distinta, ambos los mantienen.

    En lo tocante a los fueros militar y eclesiástico, el proyecto dela mayoría los comprende expresamente como una salvedad:

    Art. 13l.-No habrá más fueros que el personal, concedido alos eclesiásticos y militares; mas cuando éstos aceptaren algún encargoo empleo de orden civil, quedarán sujetas sus causas y personas a laautoridad que designen las leyes.15

    Esta consignación no obsta para que establezca entre las ga-rantías individuales y como declaración constitucional "el goce per-petuo de los derechos naturales de libertad, igualdad, seguridad ypropiedad". La igualdad se traduce en la declaración de que nadiees esclavo en la República y en la generalidad de la ley, base de laigualdad ante la misma: "La ley es una para todos, y de ella ema-nan la potestad de los que mandan y las obligaciones de los queobedecen"."

    La situación de los fueros en el voto particular de la minoríaes menos simple. En su sección segunda, relativa a los derechosindividuales, establece: libertad personal, propiedad, seguridad eigualdad. Dentro de la seguridad -artículo 50., fracción XII-preceptúa que "por ningún delito se perderá el fuero común",agregando:

    Jamás podrán establecerse tribunales especiales ni procedimientossingulares que quiten a los acusados las guandas de las formas co-munes.17

    15 Pro1,tto ti, Co"sliJ.~ió" '1"' pr,senJa al Sobna"o Co",..,so Co"sJiI."nl,la mayor14 ti, s. Comisión Bsp,~ial 1 VoJo PM'liBJ. ti, la mi"ori". Mbico, 1842,impreso por l. Cumplido, p. 110.

    16 Op. eit., frllcción JI del articulo 70., p. 76.17 Op. eh., p. 17 de la parte correspondiente al Proyecto de Constituci6n de

    los Estados Unidos Mexicanos.

  • 14 JESÚS REYES HEROLES

    En la parte relativa a la igualdad y con fundamento en ésta,se suprimen los privilegios de orden económico, estancos, excep-tuando el del tabaco, y supervivencias coloniales de tipo gremial.En el artículo 12 y a propósito de los ciudadanos mexicanos, seestatuye que ninguna ley "podrá establecer empleos y dignidadeshereditarias, ni crear órdenes de nobleza, ni alguna otra clase deprivilegios políticos".

    Al hablar de los Estados de la Federación en el artículo 23,se señala:

    Todos los negocios civiles y criminales que esta constitución noreserva al conocimiento de la suprema corte, y que no estén compren-didos en el fuero personal de los militares y eclesiásticos, pertenecenal conocimiento de estos tribunales, y serán fenecidos en ellos hasta suúltima instancia y ejecución de la última sentencia.te

    En el artículo 35, fracción IV, se consigna como atribucióndel Congreso General "Decretar la fuerza, la organización y ser-vicio del ejército permanente, arreglar su fuero y organizar sustribunales", y en la fracción VI: "Dictar leyes sobre negocios ecle-siásticos".

    La fracción 1 del artículo 73, entre las atribuciones de la Su-prema Corte consigna la de "Dirimir las competencias que se sus-citen entre los tribunales de diversos Estados o fueros", En el artícu-lo 75 se establece que la Guardia Nacional "No tiene fuero".

    Concordando todas estas disposiciones y conociendo la filia-ción de quienes firman el voto particular, se puede concluir quelos fueros eclesiástico y del ejército permanente subsisten, en cuantono se derogan expresamente y en cuanto hay preceptos del proyectoque suponen su existencia, pero sujetos para su determinación yextensión y reglamentados en su funcionamiento por una ley a dic-tar. Esto es, se trata de un método discreto para poder ulteriormentereducir los fueros, abriéndose el camino para que gradualmente sedisminuya la competencia de las jurisdicciones privilegiadas.

    El proyecto de Constitución fue declarado sin lugar a votar,e114 de octubre, volviendo a la Comisión, que presentó un segundoproyecto de transacción, el 3 de noviembre. En éste, sobre igualdady generalidad de la ley, se reiteran las ideas contenidas en el pro-

    11 01'. cit., p. 23.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 15

    yecto de la mayoría. Del proyecto de la minoría se incorpora elprecepto que señalaba que por ningún delito se perdería el fuerocomún, retirándose, en cambio, la disposición de que jamás se po-drían establecer tribunales especiales ni procedimientos singularesque quitaran a los acusados las garantías de las formas comunes.Tocante a los fueros militar y eclesiástico, se escoge, con sumaprudencia, un camino parecido al adoptado por el proyecto de laminoría.

    Subsisten los dos fueros y a ello obedece que la fracción VIIdel artículo 94 señale entre las atribuciones de la Corte de Justicia"Dirimir las competencias que se susciten entre los tribunales y juz-gados de diversos departamentos o fueros". Y sobre todo, lo pre-ceptuado en el título que comprende las disposiciones generalessobre la administración de justicia, en cuyo artículo 121 se esta-blece:

    Los eclesiásticos y militares serán juzgados por los jueces de sufuero. en la manera que dispongan las leyes,19

    El ejército domina y no puede resignarse a las resolucionesde un Congreso cuya mayoría es liberal. Por ello lo disuelve, y confundamento en las Bases de Tacubaya, el 12 de octubre de 1842se dicta un decreto "restableciendo el fuero militar en toda la ex-tensión que le dieron los decretos de 9 de febrero de 1783 y 5 denoviembre de 1817". En él se previene que se pasen "todas lascausas civiles y criminales. pertenecientes a individuos del fuerode guerra, o a sus bienes que haya pendientes en todos los juzgadosordinarios, a las respectivas comandancias generales, pudiendo co-brar éstas los derechos de arancel"."

    19 El Siglo Diez 1 NIIIVI, número ~92, 17 de noviembre de 1&42.20 Col,((;ón dI los detrelOS, 1 órd,II's d, inlerés tomlÍlI, fll' dirló el gobi".""

    proflisiollaJ en I/irllla ae láJ &neJa' rlltll1M'/I. Imprenta de J. M. Lata. Máico,1850. Tomo 11. p. 112. Ciertamente que unos cuantos días después, el 19 de 110-viembre, se da una comunicací6n del Ministerio de Guerra y Marina en que se ele-clara "que los individuos del fuero de guerra en delitos comunes, deben ser castip·dos por las leyessenerales". de conformidad C04 el bando de ~. de noviembre de18~S y "por la igualdad que debe haber ante lu leyes en delitos comunes" (Op. e.il.,pp. 214-15).·J)ebe •.d~, sin emkrgo, que el ej~rcjto se desbordaba en el ejer-cicio de la función juidicial que su luero le confqf~. En efecto, la q>rn~~ del19 de noviembre de 1842 obedeci6 al decreto. de 1~. dellWZOde 1840. que.~que los Ja~ de "cualquier clase. sus c6mplices.q. ..... 1u leyea ao ....

  • 16 JESÚS REYES HBROLES

    Ahora bien, las Bases Orgánicas de la República Mexicana,de 12 de junio de 1843, abandonan ostensiblemente toda tendenciaigualitaria, consignándose los fueros como principios y no comoexcepciones. La fracción VIII del artículo 90. preceptúa:

    Nadie podrá ser juzgado ni sentenciado en sus causas civiles ycriminales sino por jueces de su propio fuero, y por leyes dadas y tri-bunales establecidos con anterioridad al hecho o delito de que se trate.Los militares y eclesiásticos continuarán sujetos a las autoridades aque lo están en la actualidad, según las leyes vigentes.u

    Es interesante hacer notar que el artículo correspondiente delproyecto de Bases Orgánicas --el 16- cubre la adición de laúltima parte de la fracción VIII, que consigna expresamente el fue-ro militar y edesíástico."

    La consignación de los fueros en la fracción VIII del artículo9 de las Bases Orgánicas hace que este texto, entre las atribucionesde la Corte Suprema de Justicia, comprenda la de "dirimir lascompetencias que se susciten entre los tribunales y juzgados de di-versos departamentos y fueros".2S

    Las Bases Orgánicas condicionaban el derecho de ciudadanía,en su artículo 18, a una renta anual de 200 pesos, procedentes decapital físico, industria o trabajo personal honesto. Para ser dipu-

    de fuero especial serán juzgados militarmente en consejo ordinario de guerra, cuandosean aprehendidos por la jurisdicción militar, por la fuerza armada, Q por cualquierpe.rsooa privada, a no ser que obren en auxilio de los jueces ordinarios", siguiendoisual proced.im.iento a los individuos del fuero de guerra, con excepción de los jefes,que serian juzgados por el Consejo de Guerra de oficiales generales. (Col",¡ótl tleu,es , DerreJos. Edición del COtlsJiJ.'¡ou1. México, Imprenta en Palacio, 18S1,pp. de la 42S a la 427. Por comunicación de 28 de febrero de 1843 se declaró que:"•.• aun los individuos de fuero privilegiado lo han perdido en virtud de la leyde 13 de muzo de 1840, cuando se encuentran en su caso salvas siempre las debidasacepciones". (Cole"¡ó,, ••• J. M. Lara, Tomo II, p. 13S). Como se ve, para per-seguir a los ladroDe$ se les somete a ptoeedim.icnto militar; por (Oosiguiente, la pre-tendida .i&uaklad ante las Jeyes en delitos comunes, invocada por la comunicación de19 de .ooviembre de 1842, es bastante eogaiiosa.

    JI &ues OrgtÚl¡(tU tÚ l. Rep.bl¡,. Mexi'.tI., «ortlatlas por l. hotlOt'IIble /.tll.ugislMiu. M&ico, Imprenta de J. M. Laca, 1843, p. 4.

    a ho,edo ti, &ues tÚ Org.¡%I#i6. p.. la Rep.bli'. 1dIICi''''4, preSetlllltlo• l. bo.orllb/, / ••,. NMiouJ u&/sltlli1l. por 111 Co"'¡sió. tlO",brtttla al e/mo. )U.:deo,'. hrlp1'lmtadel ..I,.illl, 1843, p. 13.

    aAttfcWo ·18, .. 1iaCCi6a X.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 17

    tado se requería una renta anual efectiva de 1,200 pesos; parasenador "tener una renta anual notoria o sueldo que no baje de2,000 pesos, a excepción de los que se elijan para llenar el númeroasignado a las cuatro clases de agricultores, mineros, propietarioso comerciantes y fabricantes, los cuales deberán tener además unapropiedad raíz que no baje de 40 mil pesos". Como se ve, el carác-ter oligárquico de las Bases Orgánicas es manifiesto. Un comenta-rista de esa época señalaba que los cuatro millones de indígenasmexicanos -"entre los cuales apenas si hay nadie que pueda teneresperanzas de disfrutar en su vida de una renta anual de 200 pe-sos"- "habrán de quedar para siempre sin representantes en elgobierno" .240

    Sin embargo, donde con más claridad se ve esta ampliacióndel sentido del fuero, o mejor dicho, este propósito de enlazar elprivilegio legal a una ciudadanía privilegiada, condicionando estaúltima a la renta, es cuando, triunfante el Plan de San Luis Potosí,de 14 de diciembre de 1845, el gobierno de Paredes Arrillaga va aintentar, ya no detener la evolución política del país, sino invertirla,preconizando el gobierno de las clases pudientes. En efecto, se tratade constituir a la nación y la convocatoria de la asamblea estableceun congreso que debía integrarse con la representación de nueveclases, concediéndose, como hemos visto, a cada una de ellas unnúmero de representantes, ponderado por su riqueza." Este intento,que por así decirlo pone las cartas sobre la mesa, hace que sepierda hasta el último residuo de liberalismo ilustrado, máximecuando El Tiempo, como hemos visto, entre sus argumentos a favordel gobierno de las clases pudientes, recurre a Mora, publicando sudiscurso que afecta el derecho de la ciudadanía a la propiedad."

    Pero esta acción de las clases conservadoras engendra su reac-ción. Por una parte, el periódico Don Simplicio, precisamente en1845, destaca que el fuero militar es un instrumento de las clasesaltas del ejército en contra de las bajas, viendo a las clases no afo-radas como víctimas del fuero. En su primer número, Don Simpli-cío asienta:

    240 México, lo que fue y lo qlle es, por BRANTZ MAYEll. Fondo de CulturaEconémica. Méxicl', 1953, p. 444.

    2S . La Soáedad FIlie/liante, p. 343.26 El Tiempo, México, 1846, tmprenta de J. M. Lata. Tomo J, número 3,

    26 de~c:nero de 1846.

  • 18 JESÚS REYES HEROLES

    Yo no entiendo de silogismos, interrumpió el soldado; pero elejército mexicano sostendrá sus fueros. ¡Oh! sí le son muy útiles susfueros; por ellos el ínfimo soldado tiene el privilegio exclusivo deque 10 asesine un coronel verdugo, cuando no pueda ni quiera averi-guar el crimen del culpado; por ellos el soldado trabaja sin paga, orecibe una limosna so pena de la vida. iQué útiles son los fueros!27

    Por otra, en el voto particular de Otero, en 1847, se encuentratodo un alegato en contra de la idea de condicionar la ciudadaníao la representación popular a la propiedad y debe entenderse comouna reacción frente al gobierno de las clases pudientes.

    Desde el punto de vista de la igualdad y los fueros, el Actade Reformas, en su artículo 40. establece:

    Para asegurar los derechos del hombre que la Constitución reco-noce, una ley fijará las garantías de libertad, seguridad, propiedad eigualdad de que gozan todos los habitantes de la República, y estable-cerá los medios de hacerlas efectivas.28

    Dicho artículo obedece a la idea expresada por Otero en suvoto particular," de que, dadas las condiciones del país, sólo se pro-ponen "las modificaciones indispensables y más urgentes", pero,al mismo tiempo, "el medio mejor de facilitar otras nuevas paradespués, hasta llegar a aquel grado de perfección que las circuns-tancias no nos permiten emprender, pero cuya consecución se nosdeberá igualmente si sabemos prepararla desde ahora con la pre-visión, con la prudencia y con el tino que deben distinguir a loslegisladores de las naciones".

    De acuerdo con ello, Otero propone que el Acta de Reformascontenga "las bases de las garantías individuales", poniendo "lasgarantías del hombre bajo la égida del poder general". Se trata deestablecer declaraciones generales, en lo que no hay ningún proble-ma, "porque los principios dictados por la razón son los mismosen todos los países y bajo todos los climas". Se consignan, por con-

    27 Do" Simplüio. México, Imprenta de la Sociedad Literaria, 1845. Primerafpoca, Tomo 1, número 1.

    28 Coleuió" Je leyes y Je"eloS pllbli&ailos e" el do Je 1847, Edición delC011SIillt&io"ttl. México, 1852, Imprenta en Palacio, pp. 78-79.

    " El Repltbli&4"o. México, Imprenta de Ignacio Cumplido, 1847. Tomo 11,número 10', U de lbri1 de 1847.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 19

    siguiente, la propiedad, la seguridad y la igualdad. Ellas se deter-minan como garantías individuales y sobre bases estables, con unaidea primordial, la de que "la Constitución fije los derechos indivi-duales, asegure su inviolabilidad, dejando a una ley posterior, perogeneral y de un carácter muy elevado, el detallarlos". Por lo tanto,se consigna la igualdad y queda a una ley posterior el detallarla, loque, concordando con el método que Otero señalaba de consignarlo esencial en el Acta de Reformas, para después avanzar, nos daclaramente la pauta de lo que al respecto se pensaba. En plenaguerra no era oportuno suprimir los fueros. Pero la consignación enforma amplia de la igualdad y la posibilidad legal de reglamentadaulteriormente, abrían la puerta para el progreso.

    Por lo demás, como antes decíamos, Otero reacciona contrala idea de condicionar la representación o la ciudadanía a la rentay en su voto particular pone en relieve su sólido igualitarismo. Elderecho de ciudadanía, dice, se concede a todo mexicano que hayacumplido veinte años, que no haya sido condenado en proceso legala alguna pena infamante y tenga modo honesto de vivir. La idea,agrega, de exigir cierta renta, "idea recomendada por algunos escri-tores de acreditado liberalismo", no resulta aceptable, pues exigiríaestablecer toda una escala de cuotas según profesiones y localida-des, "lo cual sería tan embarazoso que se haría imposible". Y apropósito del Senado y de la tesis "de llamar allí a la clase propíe-taria", Otero expresa:

    ¿Pero esta idea es en efecto justa? Permítaseme, señor, decir queno, para que busquemos por otros medios esta institución que tan im-periosamente necesitamos. Me parece que en una república, la repre-sentación de ciertas clases que no tienen privilegios políticos, carecedel fundamento con que existe en otras instituciones, y sacrifica a unasola condición, a la de cierto amor al orden, todas las otras condicioneseminentes de sabiduría y patriotismo que se requieren en el cuerpoconservador.

    El pensamiento general de Otero sobre el particular es muyamplio; No puede ocuparse, dice, de hacer observaciones "sobrela influencia que la organización de la propiedad tiene en el ordenpolítico"; pero:

    La idea de CJl1e a los propietarios, por solo serlo, se entr~ ladirec:ción de los negocios, no me parece justa, ni conveniente, la sola

  • 2() JESÚS REYES HEROLES

    aristocracia de las democracias es la aristocracia del saber, de la virtud,de los servicios; y si bien ésta no se improvisa ni puede encontrarsefácilmente en una nación que combatida por las revoluciones ha vistoa la inmoralidad corromperlo todo, tampoco las constituciones sonobras de una sola generación; necesario es crear desde ahora lo que hade existir un día.

    No puede impedirse, sin . embargo, que ya en el CongresoConstituyente de 1847 se manifieste la tendencia a reducir los fue-ros. El liberal puro, Vicente Romero, presenta una proposición quecon reformas es aprobada el 21 de abril de 1847:

    Las iniciativas hechas sobre reformas de la Constitución de 1824por las legislaturas del año de 1830 al de 1832, del de 33 a principiosde 34, y del de 46 a 47 pasarán a la Comisión de Constitución paraque con la brevedad posible presente dictamen sobre ellas.3D

    Era éste un método hábil de suscitar la discusión, sobre todode los intentos de avance. Carlos María de Bustamante informasobre ese entonces que "el partido llamado de los puros" pretendedejar a la nación sin constituir, no proporcionando el quórum cuan-do ya concluido el proyecto de reformas sólo están pendientes dediscutir algunas adiciones propuestas por la mayoría de la Comi-sión. La justicia y exactitud de dicho proyecto, dice Bustamante,está ya acreditada; "más se pretende a todo trance que se deroguenlos artículos que establecieron intolerancia religiosa, y conservaciónde los fueros militar :v eclesiástico". En la maniobra, añade Busta-mante, están "los dos Romeros", Vicente y Eligió."

    Bajo el gobierno de José Joaquín Herrera se da un paso confines prácticos en el problema: el Ministerio de Guerra libra órde-nes a los comandantes generales de los Estados y se dirige el 9 de

    30 ISIDRO MONTlEL y DUAIlTE: Derecho PlÍblico Mexi~ano, Compilafión fJlIe~o"liene impOrld/llt'J dO~Nme1llos •.. México, Imprenta del Gobierno Federal. 1882.Tomo 11, p. 375. Hay otro indicio anterior: el 13 de octubre de 1846 se declara queJos asuntos del fuero privilegiado que están radicados en la Suprema Corte de Justiciasigan en eIJa hasta su conclusión, pero que en lo sucesivo no conocerá de otros que"10$ que le someta la constitución de 1824" (tAllA: Coleccián de leyes y decretos . . .desde enero de 1844. México, Imprenta en Palacio, 1851, p. 467).

    31 El Nuevo Bernal Dlaz del Castillo o sea Historia de la i"I'asiól1 de losanglo¡,¡¡",mtd1lDs ,ti··Mélt;'D.Estrito por eJ lic~jadoCAllLos MARÍA DE BUSTA-MAN'rs.~t8.,.lrnp_ta deYicente Garda 'forres, Tomo U,pp.. 194-19'.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 21

    julio de 1848 al Ministerio de Relaciones para que excite ¡l losgobernadores a fin de que, a través de los prefectos o subprefectosy autoridades locales reúnan "una noticia circunstanciada de todoslos individuos que disfruten del fuero de guerra".32 Es decir, seintenta censar a quienes gozan del fuero militar.

    Por decreto de 10. de diciembre de 1848 se procede al arreglodel ejército," reduciéndose éste y quedando, por consiguiente, in-dividuos pertenecientes a la milicia cívica extinguida, en receso. Aesto obedece la circular de diciembre 31 de 1850, dándose a éstos,salvo excepciones y en virtud de que "se han suscitado dudas res-pecto al fuero de que gozan", licencia absoluta. De esta manerase deja "en entera libertad a la jurisdicción ordinaria para juz-garlos","

    El 17 de marzo de 1853, Manuel María Lombardini declaraque, abriéndose los pliegos para la elección de Presidente, ha re-sultado por 18 votos electo Antonio López de Santa Anna." Y docedías después, el 19 de marzo, se decretó: "Se restablece el fuerode guerra en los mismos términos en que 10 estaba en 1844". El30 de marzo se dicta otro decreto en aclaración del anterior, expe-dido "en favor del fuero de guerra", con el fin "de fijar su ver-dadero espíritu" y que simplemente dispone: "Se declara vigenteen todas sus partes el decreto de 12 de octubre de 1842 que resta-bleció el fuero militar en toda la extensión que le dieron los de-cretos de 9 de febrero de 1793 y 5 de noviembre de 1817".'!6

    No sólo se restablece el fuero militar, sino que por decretode Santa Anna, de 16 de diciembre de 1853, cesan los fueros quegozaban los diputados y senadores." El 12 de enero de 1854 se

    3' CoJe(~ión de Leyes y Decretos pNb/itaáos en el aRo de 1848. Edición delConstitucional. México, Imprenta en Palacio, 1852, pp. 232·231.

    33 Coleuión del Constitllcional, año de 1847. México, Imprenta en Palacio,1852. De la p. 220 a la 235. La reorganización la inicia el Presidente Peña y Peñapor decreto de 5 de noviembre de 1847 (Colección cit., pp. 205·212).

    " Coleuión de Decretos . . . año de 1850. Imprenta J. M. Laca. Primera Partedel Semanario Judicial. 1850, p. 187.

    as Legislación MexÍtatl4, de enero de 1852 a abril de 1853. Imprenta de JuanR. Navarro. México, 185', pp. 105·6.

    36 .Op, cil., pp. 115·118. Por error en la edición, se dice "5 de noviembre de1847", en lugar de "1817".

    ,7 ".Att. 10. El fuero({ue la

  • 22 JESÚS REYES HEROLES

    hace extensivo el decreto de 16 de diciembre de 1853 "a todos losfuncionarios de los antiguos Estados a quienes se concedía por susconstituciones y leyes particulares"." Y por decreto de 14 de enerode 1854, se establece que las compañías auxiliares del ejército, crea-das por decreto de 21 de noviembre de 1853, "disfrutarán del fuerode la milicia activa" .39

    LAS IDEAS AL TRIUNFO DE AYUTLA.-LA LEY SOBRE

    ADMINISTRACION DE JUSTICIA

    Esta es la situación que priva al triunfo del Plan de Ayuda:de plena restauración de los fueros y ensanchamiento del militar.El ambiente en las filas liberales en materia de igualdad y aboli-ción de fueros es general. Síntoma de dicho ambiente es un discursodel joven Vallarta.

    El 16 de septiembre de 1855, a dos meses de que aparecierala Ley sobre Administración de Justicia, Vallarta con su demolibe-ralismo cabal, da el sentido integral de la igualdad. Predomina enél la idea democrática:

    Yo quiero, señores, la democracia en todo su desarrollo práctico,con toda su influencia política, con todo su alcance social; porque sólola democracia así entendida, sabrá dar solución a nuestro gran pro-blema nacional, y sabrá Jl)arcar el hasta aquí a nuestro inaudito des-orden: yo quiero la democracia pura, sin mezcla de heterogéneos ele-mentos, porque sólo ella es potente a contener nuestra ruina: yo quierola democracia pura, sin ajenas combinaciones, porque amo a esa insti-tución que hace al hombre hermano del hombre, que sólo reconoceel mérito personal, que sólo acata la virtud individual, que proclama launidad de la gran familia humana, que realiza los mandatos del Horn-bre-Dios.w

    38 Op. dI., de enero a mayo de 1854, pp. 13 Y 14.39 op. cit., pp. 27-28. Por circular del Ministerio de Justicia, Negocios Ecle-

    siásticos e Instrucción Pública, se dispone que los prefectos del distrito no gozaránde fuero militar en asuntos de su oficio (Op. cit., de enero a diCiembre de 1855,p. 80).

    40 IGNACIO L. VALLARTA: Obras Completas, segunda serie. Primera Parte: Tra-bajos publicados en forma de folletos. Edición arreglada por el Lic. Alejandro Va·lIarta. México, Imprenta de José Joaquln Terrazas e .hijas, 1897. Tomo VI, "Dis-t'UfSO pronunciado el día 16 de septiembre de 1855 en la rlaza principal de Gua-dalajara", pp.l4-~l.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 23

    Presenta las pruebas de por qué es indispensable la democra-cia en México. En primer lugar, porque:

    ... en México existen, y siempre han existido, fueros que dan aentender o que la justicia de la ley no es igual para todos los hombres,o que entre éstos hay unos que son distintos de los otros, puesto queno pueden regirse por la misma justicia ...

    En segundo lugar, por la concentración de la propiedad terri-torial. A ello hay que agregar "la amortización de los capitales, quehace morir de hambre a los pueblos", el monopolio y "la contri-bución indirecta que pesa toda sobre el pobre consumidor".

    La idea democrática es captada en toda su amplitud y su prin-cipio fundamental, la igualdad ante la ley, reclamado no sólo porla lógica, sino también por las necesidades nacionales. El rigor ló-gico es, sin embargo, lo que constituye la idea democrática en untodo inescindible:

    Ahora bien:" si estoy hasta la evidencia persuadido de que laigualdad ante la ley, es una exigencia social imperiosa, porque la jus-ticia la reclama, nuestro común origen la pide a voz en cuello y lasclases abatidas de la sociedad, sabiendo ya algo de lo que pasa en laesfera de la ciencia, la disputan a cañonazos; una lógica estricta meobliga a pedir la abolición de fueros. Republicanos de conviccionesincompletas. O negad la verdad del principio o aceptad la legitimidadde la consecuencia: la lógica no contenta intereses bastardos con absur-das transacciones.

    Lo que asienta con respecto a la igualdad ante la ley, es apli-cable a los otros principios de la escuela democrática. Vallartaacepta, "por las exigencias de la lógica", "todas las doctrinas de laescuela democrática". Condena la transacción de la Constituci6nde 1824 y está consciente de que asiste a una revolución que tras-trocará todo el orden existente.

    Como antes decíamos, la categórica posición de Vallarta es unclaro indicio del clima que domina en el país. Sin embargo, la acciónpolítica gubernamental es prudente. Es cierto que se puede decirque la supresión de los fueros y el deseo de igualdad constituyenel primer impulso del gobierno emanado de Ayutla. Pero no através de medidas frontales. Los objetivos se constriñen temporal-mente a la luz de las resistencias. No se abandona el avance,

  • 24 JESÚS REYES HEROLES

    se limita. Prueba palmaria de ello se encuentra en la Ley sobreAdministración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de laNación, del Distrito y Territorios, que decreta don Juan Alvarezcomo Presidente de la República y comunica y refrenda Juárez comoMinistro de Justicia y Negocios Eclesiásticos.

    La Ley sobre Administración de Justicia tiene un carácter tran-sitorio. En su artículo 10. establece que en tanto "se arregla defi-nitivamente la administración de justicia en la nación", se observa-rán las reglas que sobre el ramo regían al 31 de diciembre de1852. Además de su característica de ley transitoria, hay la inten-ción de que sea de transacción, en cuanto no se comprenden todoslos propósitos de reforma en materia de fueros. La Ley sobre Ad-ministración de Justicia es el primer paso en la secularización dela sociedad y en la implantación de la igualdad ante la ley. Es puen-te entre ambos objetivos, aun cuando teóricamente asume un ca-rácter preponderante el afán de igualdad.

    En la parte conducente este ordenamiento dispone:

    Art. 42.-Se suprimen los tribunales especiales, con excepción delos eclesiásticos y militares. Los tribunales eclesiásticos cesarán de co-nocer en los negocios civiles, y continuarán conociendo de los delitoscomunes de individuos de su fuero, mientras se expide una ley quearregle ese punto. Los tribunales militares cesarán también de conocerde los negocios civiles, y conocerán tan sólo de los delitos puramentemilitares o mixtos de los individuos sujetos al fuero de guerra. Lasdisposiciones que comprende este artículo, son generales para toda larepública, y los Estados no podrán variarlas y modificarlas.u

    El artículo 42 excluye de los fueros eclesiástico y militar lascontroversias de orden civil. Deja provisionalmente en el fueroeclesiástico lo que concierne al orden penal de los miembros de laiglesia y los delitos puramente militares o mixtos -término esteúltimo susceptible de interpretaciones-- en el fuero de guerra.Además, se federalizan las disposiciones contenidas en el artículo42, anticipando posibles colisiones de competencias entre la Fede-ración y los Estados.

    41 LegisJafi6n Mexiffl1lll o sea Colección Completa de las Leyes, Decretos yCitculates que. se .han expedido desde la consumación de la Independencia. Enero adiciembEe @ 18", p. "9.

  • IGUALDAD ANTE LA LEY 25

    1

    I

    A lo anterior debe añadirse que la Ley sobre Administraciónde Justicia:

    1) .-Suprime en su artículo 43 las auditorías de guerra de lascomandancias generales y establece que' 'los jueces ordi-narios asesorarán a los tribunales milita