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Nº38 Mayo de 2008 2 Pesos La Comuna Revista teórica y política del Partido Revolucionario de los Trabajadores ORIENTAR Y ORGANIZAR A LA CLASE OBRERA Y AL PUEBLO

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Nº38 � Mayo de 20082 Pesos

La ComunaRevista teórica y política delPartido Revolucionario de los Trabajadores�ORIENTAR Y ORGANIZAR

A LA CLASE OBRERAY AL PUEBLO

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EDITORIALl número 38 de La Comuna con-tinúa introduciendo un debateque consideramos impresindible

seguir dando en la clase obrera y lasvanguardias revolucionarias: avanzarrápidamente en insertar todo elproyecto revolucionario en el pro-letariado y el pueblo, para que esapolítica en-cuentre los cauces para sudesarrollo.El segundo artículo desgrna el tema

de la "globalización" mostrando quela misma no es otra cosa que imperi-alismo y que con ella se pretendeocultar el verdadero carácter de ladominación burguesa con la conquistade nuevos mercados y anexiones. Seadueñan de los Estados para ponerlosal servicio de la ganancia. No esinocente la utilización del término"globalización", ya que da la idea deque "todo" tiende a igualarse, peropor el contrario, no todo se iguala, haydiferencias fundamentales que tien-den a acentuarse.En tercer lugar, publicamos una

nueva nota que aborda el tema delpartido revolucionario, desarrollán-dose las tareas de la vanguardia,planteando qué es "hacer" la revolu-ción todos los días, impulsando con laacción política las fuerzas y las her-ramientas políticas organizativas en laclase y en el pueblo, para construirorganización desde las bases materi-ales revolucionarias. Por último reproducimos el artículoTRES FUENTES Y TRES PARTESINTEGRANTES DEL MARXISMO, untexto perteneciente a los clásicos, queconsideramos de vital importancia eneste momento de la lucha de clases ennues-tro país.

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La ComunaRevista teórica y política delPartido Revolucionariode los Trabajadores

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Cuántas veces en la vida cotidiana senos presenta esta situación con un hijo,con un padre, o un amigo; situacionesque se presentan ante nosotros impre-

vistas, o no tomadas en cuenta con la seriedadnecesaria?

La paciencia o la impaciencia, por sí solas,no dicen nada si no está claro el contexto en quese da esta disyuntiva. Posiblemente la pacienciao la impaciencia, en la mayoría de los casos, asípresentadas, son solamente advertencias quepor lo general paralizan las acciones para latransformación de los acontecimientos.

LUCHA DE CLASES Y PACIENCIA

A modo de ejemplo: en la década de los 90el sector dominante de la oligarquía financiera,con el gobierno de Menen, tomó iniciativa ypasó a una ofensiva generalizada en el procesode adecuación de las instituciones del Estado alos procesos de concentración económica y decentralización del capital.

La pérdida de fuentes de trabajo fue un he-cho dramático para nuestro pueblo. No es quelas calamidades que generó el capitalismo seatenuaron en otras facetas; el salario era mise-rable, existía inflación a pesar del uno a uno,pero lo determinante para esa época fue la pér-dida de las fuentes de trabajo. Ese elementocondicionó la lucha fuertemente. Aunque huboenfrentamientos con la clase obrera, como elcaso de ferroviarios y las empresas privatizadasen general, el signo que marcó la época fue lapérdida.

Recordemos que en aquellos años, el ele-mento fundamental de dominación de la demo-cracia burguesa navegaba por aguas no turbulen-tas. El engaño era entonces su arma estratégica.

“La revolución productiva”, fue una consig-na muy sentida ante el fracaso y la estampidadel alfonsinismo, ese era su caballito de batalla.

Sin embargo, al poco tiempo del gobiernomenemista, perder el trabajo en la vida de un

hombre implicaba graves problemas de familia,afecciones espirituales, degradación generaliza-da. El sector dominante de la burguesía mono-polista extorsionó a la clase obrera y al pueblodurante ese período, en donde el engaño aúnejercía su peso y la movilización de la clase obre-ra y el pueblo sólo se daba en forma incipientey aislada, también como producto de la derrotapolítica de la vanguardia.

Fueron épocas en donde había que tener pacien-cia, había que cuidar la fuente de trabajo. Más deuna generación de trabajadores, por el solo hecho deir a trabajar, tenía un plus como ser humano anteuna población, masivamente hostigada.

El odio a las injusticias, a la opresión y a laexplotación por esos años iban por dentro. Unaprocesión de pensamientos y acciones dolorosasque todavía no se podían plasmar por el riesgode perder el puesto de trabajo. Recordemosaquel popular dicho: “y… por lo menos estoytrabajando”, que fue dominante y pesó en elcondicionamiento para la lucha.

Una acumulación de expresiones de protes-tas, que comenzaron con el Santiagazo, siguie-ron con Cultralcó, la aparición de expresionespopulares autoconvocadas, fueron recalentan-do el estado de ánimo de las masas.

Podríamos decir que se estaba perdiendo lapaciencia en forma generalizada. La lucha declases, a pesar de todas las extorsiones delpoder, tomaba cuerpo.

En el año 2001, la pérdida de paciencia porparte del pueblo originó la caída de cinco presi-dentes y un aprendizaje del verdadero papel quejuegan las instituciones de la burguesía. Fue ungrito revolucionario, un peldaño ascendente denuestra historia, que iba a poner a la burguesíamonopolista en un estado de alerta.

La presidencia de Duhalde, la presidenciade Kirchner, bajo el condicionamiento de unpueblo movilizado y la salida a escena de otrosector monopolista, obligaron a esos gobiernosa reflotar el engaño para sobrevivir como clase,para quebrar la inestabilidad.

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¿HAY QUE PERDERLA PACIENCIA?

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El proyecto en danza de este sectorburgués dominante no se hizo esperar.

Había que crear el escenario para producir unrobo más, a la clase obrera principalmente, y atodo el pueblo en general.

La desocupación descendió, se abrieronpuestos de trabajo y por un período históricosiguió primando la consigna, repetida del ante-rior período, en donde la fuente de trabajo era lodeterminante. Bajo ese lema el bloque domi-nante consumó un nuevo proceso de concen-tración a favor de las transnacionales, a la vezque realizó uno de los más feroces robos a laclase trabajadora, sobre todo a los obreros de laindustria monopolista, gracias a la explotación yla productividad lograda con salarios miserablesy condiciones laborales infrahumanas.

Las nuevas camadas de obreros vienen conotra impronta, diferente a la de sus padres.

La extorsión por la pérdida de la fuente detrabajo que hizo el poder de los monopolios enestas circunstancias pesa, pero no es determi-nante, lo determinante es lo miserable delsalario.

Se inicia una época en donde la clase obreracomienza a asimilar que este proyecto burguéssólo puede cerrar si el salario se mantiene en elplano de la indignidad del hombre.

Fue así que el contexto comenzó a cambiarde tal forma que, la extorsión que realizaron porcasi quince años, hoy comienza a correrles encontra.

La lucha de clases se expresa, sobre todocon más claridad, en las nuevas generacionesproletarias donde los valores que manejan sonen un plano de una acumulación de luchacapaces de voltear a cinco presidentes y en uncontexto de protesta permanente.

SUMAR A MILLONES AL CAMPODE LA REVOLUCIÓN

…¿Cambiar radicalmente las cosas?... Hoyla situación es otra y, en este contexto, la apari-ción de la clase obrera industrial como protago-nista fundamental del actual proceso de despojoa todo nuestro pueblo, le incorpora un ingre-diente atizador al proceso de movilización per-manente contra la oligarquía financiera.

La existencia ya de una vanguardia prole-taria dispuesta a dar la lucha se va extendien-do en todo el país, a la vez que expresiones po-pulares de los más diversos sectores no ceden en

sus reclamos. Las clases están en un período defogueo de fuerzas, de disputas, de constantesidas y vueltas.

En el seno del pueblo, el proletariado indus-trial foguea a estas generaciones que no se limi-tan por la amenaza de la pérdida del trabajo.Entienden e intuyen que este proyecto burguéslos necesita, y comienza un período de extor-sión hacia el poder.

LOS REVOLUCIONARIOSY LA PACIENCIA

Planteadas las cosas de este modo, enten-demos que el estado de lucha y movilización vaganando el espíritu de las masas. Es un momen-to de un estado de agitación, permanente y con-tinuo; en ese estado, los revolucionarios debe-mos poner el plano de la paciencia en otro pel-daño de análisis.

No entender ya la paciencia como un ele-mento sólo de acumulación permanente defuerzas, sino entenderla en un plano en dondetambién comienza a pesar la correlación defuerzas frente al enemigo común del pueblo,la oligarquía financiera y sus gobiernos e insti-tuciones.

La paciencia contempla la lucha por elpoder y la paciencia radica en continuar un pro-ceso de organización política de masas capaz deir cambiando la correlación de fuerzas y volcar-las a favor de la Revolución.

La paciencia ya no está dada sólo por la po-sesión de la fuente de trabajo que, como decí-amos antes, era el punto fuerte del proyecto bur-gués dominante en la época de los 80 y los 90.La paciencia no es sinónimo de quietud o retro-ceso, es sinónimo de inteligencia y sagacidadsi la misma permite sumar a millones al campode la Revolución.��

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LA IDEOLOGÍA Y LA POLÍTICA

la humanidad hoy le tocapadecer la etapa más dolorosay compleja que se halla cono-

cido en toda su historia. Nos encontrtamos en un sistema

social que toca a las puertas de sucolapso total, cruel y despiadado, elcapitalismo monopolista de estadotrasnacionalizado (en un estadíoanárquico, virulento) ha sido capaz degenerar un sinnúmero de contradic-ciones que estallan geométricamentecada día, cada hora, cada minuto,trastocándolo todo permanentemente,creando una relación del hombre con lanaturaleza que frena e imposibilita quese realice en su razón de ser, que enúltima instancia es la vida socialmentefeliz, en la permanente e infinita bús-queda de desarrollarse, mejorar, investi-gar, avanzar en nuestra relación armóni-ca con la naturaleza por lo que nos da ypor lo que le devolvemos. ¿ O qué en-tendemos por la libertad del hombre ?.

La actual etapa del capitalismo exa-serbó a tal punto la explotación delhombre por el hombre e hizo de laganancia el más preciado de sus dog-mas, que colocó hoy a la burguesía amilímetros nada más del abismo. Elresto lo debe hacer la Revolución. Es lagran tarea de los pueblos.

Por ello en este mar de contradic-ciones, el primer deber de los revolu-

cionarios es tener bien en claro la ca-racterización de los tiempos que vivi-mos, contemplando una premisa funda-mental y principal: la lucha de clases, yen ella la lucha por el poder, paradoscontra viento y marea desde el prole-tariado.

Partiendo desde estos principioscomprenderemos la política y sabremosapuntar certeramente en la lucha políti-ca del día a día sin dejarnos obnubilarpor esas millones de contradiccionesque desde una mirada superficial termi-naríamos colocándolas a todas en unmismo plano.

Pués de no ser así, no habremosentendido que todo está en permanentemovimiento, que lo que era ayer de unamanera hoy siga siendo así necesaria-

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mente, y terminaríamos siendoexclavos de las millones de con-

tradicciones que nos produce el anar-quismo capitalista en su fase actual, yno nos hace libres, independientes yseguros en nuestro pensamiento en lalucha por el poder.

O mejor dicho, no estaríamosluchando por el poder. Es decir, nosvolvemos dogmáticos como la bur-guesía, caemos en sus redes y hacemosde la ideología un principismo, unareligión, cuando lo primero que nosenseña el pensamiento científico espara analizar la relidad, para transfor-marla y no para gritar desaforadosfrente a un gran muro. Porque para de-rribarlo hacen falta más que histéricasdeclamaciones, incapaces de mover tansolo un granito de arena de semejantepared.

En cambio, la lucha revoluciona-ria, la política revolucionaria, sí legenera a la burguesía contradiccionesque los desesperan, los atemorizan, lospierden y como van a contrapelo de lahistoria no les queda otra salida quecaer constantemente en el dogmatismo,y en las consecuencias que ésto generaa favor de la profundización de la luchade clases y el debilitamiento del enemigo.

Por ello el partido revolucionario esuna organización política cuyo papelcentral es el de orientador y organi-zador a traves de su política de laclase obrera y el pueblo.

No concebimos una organizaciónrevolucionaria como un partido ideo-lógico. Estamos asentados en una ideo-logía que a través de la acción, que esla política, y la conducta política de unpartido, nuestra ideología se ve plasma-da constantemente. Pero el objetivocentral de la política es marcar elcamino constantemente que lleve con

éxito al triunfo de la revolución, a ladestrucción del Estado de los monopo-lios, a la desaparición, como objetivofinal, de la explotación del hombre porel hombre.

Pero para hacer la política hay quecomprometerse en cada posición quebeneficie y elimine caminos innecesa-rios y que sea capaz de conducir a larevolución triunfante. Ahora bien, si noestamos pensando en ésto, si disfraza-dos de revolucionarios desvirtuamos larelación entre ideología y política, lógi-camente vamos a hacer de cada situa-ción o contradicción, la batalla final, elgran ruido que a nadie sorprende.

Tapando los verdaderos problemasde nuestro país, pululan por todos ladosciertos izquierdistas que son tan ideolo-gistas que frente a toda organizacióngenuina del pueblo, su primer intento,el acto reflejo que realizan es meterse yromper todo, porque según ellos, lasmasas están enagenadas y hay queeducarlas en lo ideológico...

No tienen mejor forma que con-traponer conceptos ideológicos (malempleados, por cierto) a una salidapolítica genuina, justa (¡qué es lo justo!,las clases tienen sus intereses concre-tos) , y en vez de alentar lo avanzado

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para que avance más, ponen trabas ysermones, supuestamente profundos,que lo único que hacen es alejar y con-fundir a las masas y desprestigiar a larevolución.

Los revolucionarios debemos meter-nos en los problemas, embarrarnosen política, que lleve a una acumu-lación de fuerzas en beneficio de laclase obrera, no poniendo el carrodelante del caballo. Ahí se encuentra laideología materializada, es decir, en lapolítica. Cuanto más confiamos en lapolítica y la llevamos a la práctica, másnos alejamos del dogmatismo y com-prenderemos a fondo la capacidad ina-gotable de las masas.

El reciente conflicto agrario es elmejor ejemplo de lo expresado anterior-mente. La izquierda oportunista y re-formista tomó dos posturas: una, atacóal sector del campo tildándolo de oli-garquía terrateniente, apoyando así laposición del gobierno que no hace otracosa con esta medida que avanzar en laconcentración monopólica, aplicandoretenciones altísimas, medida que nisiquiera se discutió en nuestro país sinoque fue una decisión impuesta por lasgrandes trasnacionales de la ali-mentación con fuertes intereses en laArgentina; trasnacionales que entre

otras cosas no sólo son a grandesrasgos las propietarias del 80% dela tierra sino los apropiadores de todo elvalor agregado de los productosagropecua-rios y sus derivados. La otrapostura fue pronunciarse neutrales,porque es una pelea entre capitalistas,y ellos están con los pobres.

Unos contra la oligarquía terrate-niente, que hace años o existe, perocomo existió el pretexto les viene comoanillo al dedo. ¿Cómo van a reconocerque están en el negocio de las migajasque le tiran los monopolios ?. La otrapostura, más pequeño-burguesa, tomapartido por la neutralidad como sifuerauna lucha de iguales a condicionesiguales por fuera del proeso de la luchade clases en la Argentina, sin importar-les siquiera si dividen o no al pueblo.

Pero lo que esconden ambas pos-turas, y es lo que deberían admitir, esque de ninguna manera están embreta-dos en una lucha revolucionaria.

A unos, les preocupa en demasíaque el paro agrario debilite a la bur-guesía monopólica, a los otros les preo-cupa tomar una postura política, loshace dudar de sus basamentos ideol-ógicos.

Eso sí, si uno lee sus escritos, todassus definiciones ideológicas están car-gadas de verborragia anticapitalista,pero a la hora de embarrarse en políti-ca su religión no se los permite. Primeroel dogma sentimentalista, luego la sen-siblería hacia los males que aquejan alas masas, en tanto y en cuanto les con-venga.

Diría Marx: “Los individuos son tal ycomo manifiestan su vida”; con la luchade clases sucede algo similar: dependequé intereses de clase se representen yasí será en última instancia, la políticaque se lleve adelante.��

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n las últimas semanas se hanconocido noticias de alza-mientos populares en distin-tos países contra el aumen-

to del precio de los alimentos y las ham-brunas, que se han visto recrudecidascomo consecuencia.

También se han podido leer o escuchardistintos argumentos para explicar lo inex-plicable: que millones de seres humanosen el mundo no tengan garantizado, almenos, un plato de comida al día en plenosiglo XXI. Por ejemplo, el “izquierdista”presidente de Brasil, Lula Da Silva, comen-tó que el fenómeno tenía que ver con quea países como la India o China les va tanbien que sus habitantes ahora comen másy, por lo tanto, ello acarrea más demandaque oferta; mientras tanto soldados de esepaís, junto a soldados enviados por losgobiernos “populares” de Argentina, Uru-guay y Chile, reprimían las manifestacio-nes populares en Haití que dejaron, enprincipio, un saldo de cinco muertos.

El carácter intrínsecamente reaccionario yretrógrado del pensamiento expuesto por elPresidente del Brasil es indiscutible. Que mi-llones de personas quieran acceder a alimen-tarse significa un problema, no una solución.

Tal es el grado de deshumanización eirracionalidad al que arrastra el capitalismo,donde los alimentos son una mercancíamás, que sólo está disponible para los quepuedan pagar por ellos.

La crisis alimentaria tiene antece-dentes y causas actuales y no tanto. Desdemediados de la década del setenta, la pro-ducción mundial de alimentos ha sufrido unproceso de concentración monopólica alritmo de la concentración económica mun-dial. Ese proceso hoy ha desembocado engigantescas corporaciones trasnacionalesque controlan absolutamente toda la cade-na productiva de los alimentos, desde loslaboratorios y la investigación, pasando porla siembra, la cosecha, las plantas de ela-boración hasta la comercialización. (1)

Existen hoy día bolsas de materias pri-mas agrícolas donde la especulación y lausura, a través de los llamados contratos afuturo, hacen que la tonelada de arroz hayapasado a costar de 250 a 1050 dólares;una tonelada de trigo de 132 a 330; unatonelada de de maíz de 82 a 230; unatonelada de leche en polvo de 2200 a4800. Tal como lo plantea Lula, podría lle-gar a pensarse que esto sucede porque lademanda excede a la oferta.

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LA CRISIS ALIMENTARIALA CRISIS ALIMENTARIAES LA CRISISES LA CRISISCAPITALISTACAPITALISTA

8“Cargill nunca, en toda su historia,ha temido decirle a los gobiernos,

a cualquier nivel, lo que deben hacertanto privada como públicamente”.

Declaración de un directivo de Cargill,en el libro “Cargill, el gigante invisible” de Brewster Kneen.

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Sin embargo, desde 1961 hasta hoy,la producción mundial de cereales se tri-plicó, mientras que la población mundialse duplicó. Sólo en 2007 la producciónmundial creció un 4% respecto del añoanterior. El problema está en que millonesde esas hectáreas sembradas en el mun-do ya no están destinadas a alimentar alas personas sino a fabricar com-bustibles, proceso que las mismas multi-nacionales que han concentrado los agro-negocios a nivel mundial promueven, através de los gobiernos y los Estados a suservicio.

Es así que cualquier análisis quequiera explicar el problema del hambre enel mundo sin relacionarlo con el dominiodel capital trasnacional, donde se mezclanla producción, la comercialización y lasfinanzas como parte de un mismo esque-ma, es caer en explicaciones puramentetécnicas, en el mejor de los casos, o quedirectamente tienden a ocultar la verdad.Fijémonos sino en lo siguiente: si la genteno puede alimentarse, la rentabilidad delos monopolios debería verse afectada.Todo lo contrario. Cargill aumentó susganancias un 86% sólo en el primertrimestre de 2008; Archer Daniels Mid-land (ADM), 67 % en 2007; Monsanto,44% de aumento en 2007; Bunge, 49%;Syngenta, 28%; Du Pont, 19%; Nestlévio crecer sus ventas un 7% en el año;Unilever no dio a conocer cifras pero unmiembro de su directorio declaró: “No sa-crificamos ni nuestros márgenes ni nues-tra participación en el mercado”; Carre-four y Wal Mart declaran que la venta dealimentos son el principal factor que con-tribuye al aumento de sus ganancias.

El sistema capitalista, en su etapa decapitalismo de estado monopolista trasna-cional, es capaz de matar de hambre co-mo si se tratara de algo normal.

El negocio es lo que manda. Los ali-mentos son mercancía y el ser humanotambién. La anarquía del capitalismo estállevando a los pueblos del mundo a uncallejón, dentro del propio sistema, que notiene salida.

NUESTRO PAÍSY LOS ALIMENTOS

En el medio del conflicto agropecuariose pudo escuchar a alguien que planteóque el país estaba perdiendo una oportu-nidad histórica para aprovechar la crisisalimentaria mundial.

Más allá del cinismo de esta afirma-ción, sólo en el mundo ideal del que dijoeso, se puede pensar en una Argentinadonde todos sus habitantes nos veríamosbeneficiados porque producimos y expor-tamos alimentos.

Vale recordarle nada más que nuestropaís produce alimentos para más de 300millones de personas mientras mueren 25niños menores de un año por día, funda-mentalmente, a causa de la desnutriciónde sus madres, cifra que aumentó 7,5%sólo en el último año.

Pero además, el negocio de la expor-tación de alimentos, aquí como en el mun-do, está en manos de las mismas trasna-cionales y sus “socios” locales. Cinco em-presas controlan el 90% de las exporta-ciones agropecuarias. Ellas son Cargill,Bunge y Born, Dreyfus, Aceitera Gene-ral Deheza, del senador peronista RobertoUrquía, y Vicentín. La misma concentra-ción sucede con la exportación de carnes,leche, alimentos elaborados, etc.

Recientemente se dio a conocer unestudio comparativo entre las hectáreasexistentes por habitante y las que seríannecesarias para cubrir las necesidades desus habitantes. (2)

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En nuestro país hay 5,9 hectáreaspor habitante, pero cada uno consu-

mimos el equivalente a 2,3 ha. Esta reali-dad se viene profundizando año tras año yes el producto de la concentración econó-mica y centralización de capitales que nieste ni ningún gobierno anterior o quevenga, será capaz de detener si no se lesquita el poder del Estado a los monopolios.

Los mismos monopolios que fijan laspolíticas exclusivamente para acrecentarsus ganancias a costa del trabajo de todoel pueblo argentino.

Es necesaria una revolución socialista.Una revolución socialista nunca le echarála culpa a los pueblos de querer alimen-tarse mejor porque el ser humano y susnecesidades son lo primordial a resolver,desalojados del poder los monopolios quehoy se vanaglorian de sus escandalosasganancias mientras el hambre azota a mi-llones de seres humanos. Las aberra-ciones del capitalismo no pueden resol-verse con más capitalismo.��

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Notas:

(1) “Una docena de compañías claves, aliadas a unas 40 empresas medianas, dominan la cade-na alimenticia en cuya cúpula se encuentra el cártel de las seis trasnacionales de granos: Cargill,Continental CGC, Archer Danields Midland (ADM), Louis Dreyfus, André y Bunge and Born. Sudominio es prácticamente absoluto en el mundo de los cereales y los granos desde el trigo, maíz yavena, pasando por el sorgo, cebada y centeno, hasta las carnes, lácteos, aceites y grasascomestibles, frutas, vegetales, azúcar y especias. Un organigrama del cártel alimentario tendría a lacabeza a Archer Danields Midland, Unilever, Grand Metropolitan (Pillsbury), Cargill y Cadbury, que sesubdividiría en siete rubros:

1. Granos (Continental, Cargill, Bunge & Born, Louis Dreyfus, ADM-Topfer, André, Quaker Oats);2. Carnes (BP, Conagra, Cargill, Sara Lee, Hormel); 3. Lácteos (Nestlé, Borden, Kraft, M.E. Frank,Hoogwegt, Unilever); 4. Aceites y grasas comestibles (Unilever, ADM, Procter & Gamble); 5.Azúcar/cacao (Nestlé, Tate & Lyle, Cadbury); 6. Bebidas (Guiness, Bass, Seagram, Coca-Cola,Pepsi-Cola, Anheuser Busch); y 7. Distribución (Nestlé, Grand Metropolitan-Pillsbury, RJR Nabisco,Phillip Morris, Kellogg, General Mills, United Biscuit, BSN, Hillsdown Holdings, Ralston Purina,Safeway, Chiquita International)”. Alfredo Jalife-Rahme, diario La Jornada de México, 23/04/08.

(2) Mapa de la huella humana e índice de biocapacidad, diario Público.es, 6 de abril 2008.

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or “iniciativa de losgobiernos provincia-les y municipales” se

han creado gran cantidad deparques y zonas industria-les,que según dicen son para“impulsar el crecimiento local” y“recuperar la cultura del traba-jo”. En realidad, se trata de unaconducta coherente de partede los políticos del sistema,para allanar el terreno de losgrupos monopólicos en lasolución de los problemas deinfraestructura, rutas y autopis-tas, servicios y logística, laquita de impuestos municipa-les, provinciales y nacionales yhasta subsidiarles los salariosde los trabajadores, a cargo delestado nacional, que es lomismo que decir los pagamostodos los ciudadanos duranteaños, como el caso de GeneralMotors (GM) y el actual conve-nio con FIAT Córdoba, endonde el Estado subsidia con$400 el salario de todos losnuevos trabajadores, el Estadoprovincial paga toda la energíay la quita de los aportes patro-nales. Todo para garantizar,aún más , las súper gananciasde los grupos monopolicos.

Desde estos enclaves capi-talistas, verdaderos monumen-tos de su arrogante poder ma-terial y de dominación espiri-tual, la burguesía decide todo.

Cuándo y a quiénes votare-mos, las políticas que llevaránadelante los gobiernos que elpueblo ha elegido, quiénesserán los ministros, los diputa-dos, los intendentes, cuálesserán las políticas con los po-bres, los jubilados, la educa-ción, la salud, etc.

Cómo y dónde viviremos -me-jor dicho cómo sobrevire-mos los trabajadores y elpueblo- , cuál será nuestro sa-lario y por cuánto tiempo no sepodrá reclamar un aumento,cuántos “hijos” tendremos,cuánto tiempo nos darán paraestar con los nuestros, qué eslo racional y lo real, qué estabien o mal, qué es el progreso,si consumiremos aceite degirasol o de soja, cuál será elmodelo de auto de preferencia,si bolita o cuadrado, con o sincomputadora, cuál modelo decelular tendremos que compra-nos, qué modelo de ropa usa-remos, si “se vienen los colorespastel o los colores uvas” etc.

¿CÓMO TERMINARCON ESTO?

Sobre las condiciones detrabajo, de explotación, de o-probio que vivimos los traba-jadores cotidianamente en lasentrañas de esto que es el ca-pitalismo hoy, y las miserables

calamidades que desparramanen el pueblo, no nos deten-dremos, ya lo venimos desa-rrollado en nuestro periódico ElCombatiente y en La Comuna.

Hoy queremos detenernosen la salida, en el cómo empe-zar terminar con todo esto.

Y el futuro esta en la claseque alberga en las entrañas deestos centros industriales.

Centenares de miles detrabajadores de distintas ramasde la producción, cotidiana-mente desarrollan sus activi-dades laborales en estos cen-tros industriales. Cotidiana-mente los trabajadores seencuentran con sus iguales.Iguales en las calamidades,necesidades y aspiraciones. Yen este ambiente donde seintenta permanentemente de-gradarnos como hombres, pre-tendiendo que compitamosentre nosotros, en donde seexacerba el individualismo, allíse nos presenta la posibili-dad de identificarnos comosemejantes, como hombresque organizados podemos eri-girnos como clase que disputela dominación y el poder a laoligarquía monopólica y liberea todo el pueblo trabajador.

Las luchas y paros por elsalario son cotidianos y encrecimiento, y en esto hemosaprendido mucho en los últi-

UNIR A LA CLASE Y AL PUEBLO TRABAJADOREN TORNO AL PROYECTO REVOLUCIONARIO

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mos años tomando lo mejor de la tradiciones yexperiencia de la clase, pero aún arrastramoslas limitaciones que nos imponen las cuatroparedes que rodean cada fábrica, aún predo-mina la visión sindical de la solución de nues-tros problemas económicos y políticos, todavíaseguimos atados a la lucha sectorial, derama y gremio.

La burguesía nos junta, nos amontona paraoptimizar la ganancia, mas allá de gremios odel sector industrial. Todo esto en el marco deuna tremenda crisis política de la burguesía,donde todo se cuestiona, ninguna de las pro-puestas del poder es aceptada, es más, es re-chazada de primera mano.

Se nos presenta la oportunidad políticade unir a la clase y a esta con el pueblo tra-bajador, en torno al proyecto revolucionariode la clase obrera y su partido.

La vanguardia del pueblo está en la bús-queda de una salida política y ésta, con el pro-yecto revolucionario en sus manos, puede sinninguna duda cambiar la calidad del enfren-tamiento y dar un salto en la lucha de clases anivel nacional.

En estos centros productivos está la fuerzacapaz de llenar ese vacío, esa sensación queactualmente predomina en todo el pueblo. Estoya no va más, algo hay que hacer, pero elpueblo sabe que le falta algo, que falta el actorque ordene la escena y complete los huecos deescenario.

La necesidad de la aparición política de laclase obrera es una responsabilidad política de

las vanguardias revolucionarias y eso lo debe-mos asimilar rápidamente.

Esto será posible en la medida que las van-guardias superemos las limitaciones que nosimpone la lucha reivindicativa y que a ésta, la in-corporemos como un todo único a la lucha po-lítica y al proyecto político de la clase obrera.

La tarea del Partido y las vanguardias obre-ras es posesionarnos políticamente frente a cadahecho político que afecte a la clase y el pueblo entodos los centros industriales. La propaganda delproyecto de poder de la clase y de su táctica,debe ser constante y permanente en cada una delas calles, en las paradas de colectivos, de estoscentros fabriles y los barrios que lo rodean.

Debemos impulsar reuniones de compa-ñeros de las distintas fábricas para debatir lanecesidad de la unidad de la clase y de estacon el pueblo, empezar a definir acciones enconjunto que pongan a la clase en la escenapolítica, que apunten a comenzar a construirverdaderos comité de dirección en el enfre-namiento contra la burguesía, en el terrenopolítico reivindicativo.

Sólo llevando adelante estas tareas políti-cas, veremos cómo “Nuestra revolución, en-cabezada por la clase productora, la clase pro-letaria, la clase sufriente en el capitalismo, es laclase más interesada en la historia de lahumanidad de marchar por un verdaderocamino de libertad para toda la población. Conesa libertad, y solamente con ella tendremos unfuturo digno para el hombre.“ (XIV° Congreso delPRT) .��