LCDE011 Glen Parrish - Plaza Para Un Planeta

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Transcript of LCDE011 Glen Parrish - Plaza Para Un Planeta

LTIMAS OBRAS PUBLICADAS

EN ESTA COLECCIN

6 Planeta rebelde Ralph Barby

7 Piloto de la IV galaxia Marcus Sidreo

8 Los superseres Glenn Parrish

9 Planeta de mujeres Keith Luger

10 Muecos de muerte Marcus Sidreo

GLENN PARRISH

PLAZA PARA UN PLANETA

LA CONQUISTA DEL ESPACIO n. 11

Publicacin semanal.

Aparece los VIERNES.

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.

BARCELONA - BOGOTA - BUENOS AIRES - CARACAS MEXICO RO DE JANEIRODepsito Legal B. 29.091 1970

Impreso en Espaa - Printed in Spain

1.a edicin: setiembre, 1970 GLENN PARRISH 1970

sobre la parte literaria

MIGUEL GARCA - 1970 sobre la cubiertaConcedidos derechos exclusivos a favor

de EDITORIAL BRUGUERA. S. A.

Mora la Nueva, 2. Barcelona (Espaa)

Todos los personajes y entidades privadas que aparecen en esta novela, as como las situaciones de la misma, son fruto exclusivamente de la imaginacin del autor, por lo que cualquier semejanza con personajes, entidades o hechos pasados o actuales, ser simple coincidencia.

Impreso en los Talleres Grficos de Editorial Bruguera, S.A.Mora la Nueva, 2 Barcelona 1970

CAPTULO PRIMEROLa suerte de Raymond Anderson para los negocios era proverbial entre quienes le conocan. Algunos, exagerando la nota, decan que era un rey Midas, que converta en oro todo lo que tocaba. No era para tanto.Ciertamente, Anderson tena unos cuantos negocios, de gran rendimiento. Pero sus mayores beneficios los obtena en la Bolsa, cuyas fluctuaciones saba adivinar como si se tratase de un brujo.Ello le permita comprar cuando haba que comprar y viceversa. Resultado: cada vez que entraba en juego, sala forrado de dinero.Por si fuese poco, tena una esposa joven y bella que lo idolatraba. Ciertamente, Anderson no poda pedir nada ms en este mundo. Salud, dinero y amor. La mejor combinacin para conseguir la felicidad.La buena suerte de Anderson se trunc el da en que un desconocido le peg cuatro tiros, uno tras otro, as como suena, hasta completar en la prctica lo que muchas veces no es sino una frase hecha. Como consecuencia de la violenta introduccin de aquellos cuatro trocitos de metal en su organismo, Raymond Anderson dej de ser un hombre afortunado para convertirse en un cadver.La polica acus en un principio a su bella secretaria personal, Diana Forbes, de la cual haba tenido bastantes celos la viuda del interfecto. No obstante, al no existir pruebas concluyentes, Diana Forbes fue exculpada del asesinato.Las investigaciones prosiguieron, pero todos los esfuerzos de la polica resultaron intiles. Hubo agente que asegur con amargo sarcasmo que el difunto se haba suicidado a plazos de un balazo cada uno, pero su hiptesis, naturalmente, no fue tenida en cuenta.A la viuda, Lisa Anderson, no le satisficieron poco ni mucho las actuaciones de la polica y, en vista de que no se adelantaba nada, decidi obrar por su cuenta y riesgo y contrat a un detective privado.* * *Aquel da, en que se haba tomado unas vacaciones de diez o doce horas para dedicarse a la pesca en el mar, Vic Stanton pesc algo muy diferente de lo que haba esperado capturar con su caa, sus anzuelos y sus cebos.Stanton era un hombre joven, de unos treinta y dos aos, que aparentaba seis menos, merced al tratamiento que segua desde los veinte y que le permitira aparentar ochenta cuando hubiese cumplido el siglo y medio de existencia. Meda casi metro noventa y pesaba ochenta y ocho kilos e, inteligencia aparte, que la posea en gran cantidad, rebosaba vitalidad por todos los poros de su cuerpo.Pero tambin le gustaba de cuando en cuando haraganear un poco. Entonces, saltaba a su bote y se alejaba a un par de millas de la costa, para pasarse la mayor parte del da pescando.El bote era movido por un pequeo motorcito fuera borda y Stanton le colocaba una pequea toldilla de vivos colores, a fin de resguardarse de los potentes rayos del sol. Con un sombrero de paja y unos pantalones cortos por toda indumentaria, vigilando de cuando en cuando el flotador de la caa de pescar, se senta el hombre ms feliz del mundo.Un aparato de radio emita msica suave, de fondo. Stanton dejaba ir el tiempo plcidamente, cuando, de repente, un vivo destello hiri sus pupilas.Stanton abandon en el acto su lnguida postura. Qu era aquello que brillaba de modo tan distinto al de las olas en movimiento?A los pocos momentos lo distingui con claridad. Era una botella que suba y bajaba en el mar, siguiendo el comps de las olas.No se tratar del mensaje de un nufrago se dijo de buen humor.La corriente traa la botella hacia el bote. A los pocos momentos, Stanton pudo alargar la mano y coger la botella con toda facilidad.Entonces vio que, en efecto, haba un mensaje en el interior del envase vidriado. Tambin haba algo ms.Un hombrecillo. Un ser humano. Una figura diminuta que se agitaba y saltaba frenticamente dentro de la botella, golpeando con sus minsculos puos las paredes de vidrio transparente.Stanton parpade.Estoy soando fue lo primero que dijo en alta voz.

Para despertarse, se inclin sobre la borda y se arroj al rostro con la mano unas cuantas gotas de agua. La frescura del lquido le convenci de que, efectivamente, estaba despierto.Cogi la botella de nuevo. El diminuto prisionero continuaba sus frenticos saltos.Stanton acerc la botella a su oreja. Entonces, percibi una voz debilsima que deca:Squeme de aqu, por favor! Squemeeeee...!Stanton empez a pensar en historias fantsticas de genios encerrados en una botella o redoma mgica. l haba encontrado uno y ahora, al liberarlo, sera su esclavo y le concedera todo cuanto le pidiese.Pero, no eran fantasas todas aquellas narraciones, ms propias de las mil y una noches que de un mundo supertecnificado en los principios del siglo XXI?Squeme, squeme! segua gritando el minsculo, prisionero.Stanton no se haba recuperado todava de su sorpresa. Durante unos segundos, vacil acerca de lo que deba hacer.Acerc la botella a su cara. El prisionero tena las cejas un tanto picudas y nariz ganchuda. Vesta una camisa a cuadros y pantalones de color claro.Para ser un genio, pens Stanton, su indumentaria era harto corriente y muy poco parecida a la convencional de corte oriental en tales casos.Debe de ser que los genios modernizan sus vestimentas.El genio sac la lengua y le hizo gestos de burla con las manos. Stanton se ech a rer.Quieres provocarme para que te saque, eh? dijo de buen humor. Est bien, muchacho.

Forceje un poco y sac el tapn. Entonces, el genio dio un salto hacia arriba, se agarr con ambas manos al gollete y sac la cabeza y los hombros al exterior.Ocurri algo fantstico. A medida que sala de la botella, el individuo recobraba su tamao normal, ligeramente inferior al de Stanton. Segundos ms tarde, haba dos hombres en el bote y una botella vaca.Stanton estuvo unos segundos contemplando al individuo con la boca abierta de par en par. Luego, de repente, dio media vuelta, sac el cuerpo fuera del bote, meti la cabeza en el mar y estuvo as hasta que not la falta de aire en sus pulmones.Eh, que te vas a ahogar! grit el genio.Stanton se sent de nuevo en el banco y sacudi la cabeza, chorreante de agua.No estoy soando dijo.Claro que no ests soando exclam el genio. Todo lo que te ocurre es pura realidad, amigo. Por cierto, cmo te llamas?Stanton, Vic Stanton. Y t?Soy Toit, de la raza de los xilf contest el genio orgullosamente. Alarg la mano y dijo: Gracias por haberme sacado de mi encierro, terrestre.Stanton sinti que creca ms su asombro.Te... terrestre repiti. Qu... qu quieres decir con eso? Acaso t no lo eres?Toit sacudi la cabeza.No, no soy terrestre. He nacido en el planeta de los xilf, pero sta es otra historia, que quiz conozcas algn da. De todas formas, debes saber que a partir de este momento, estoy enteramente a tu servicio, siempre que ello no interfiera la misin que tengo encomendada para cumplir en tu planeta.Stanton escuchaba al individuo con la boca abierta. Si no lo hubiera visto minutos antes encerrado en la botella, habra dicho que se trataba de un manitico.Tienes que cumplir... una misin en la Tierra? pregunt.S, pero no temas, no es una misin peligrosa para vosotros contest Toit. Me llevars a tierra, supongo.S, claro... Oye, Toit.Dime, Vic.Cmo... cmo hiciste para meterte en la botella?Toit sonri de mala gana.Te vas a rer de m cuando lo sepas, Vic.No, Toit, no me reir. Anda, cuntame, estoy terriblemente intrigado...Encontr la botella mediada de licor y me met adentro a beberme el resto del fondo, cuando ya la haba vaciado casi por completo. Me emborrach miserablemente... y cuando eso le sucede a un xilf, se vuelve invisible. Mientras tanto, los nios de la casa donde encontr la botella, decidieron jugar a los nufragos y metieron un papel en la botella. Despus de taparla bien, la arrojaron al mar.Contigo en su interior.S. Por fortuna, el encierro ha durado pocos das y mi misin no ha sufrido perjuicios. De lo contrario, no s qu cosas tan terribles habra dicho mi jefe, Vic!Quin es tu jefe, Toit?No hagas preguntas rezong el enigmtico sujeto. Anda, llvame a tierra.Stanton frunci el ceo.Toit, si mal no recuerdo, habas declarado ponerte a mi servicio incondicionalmente. Cmo, entonces, te atreves a darme rdenes?Por supuesto, no puedo darte rdenes, pero, es que te vas a pasar la vida en el mar?Un xilf como t, capaz de meterse en una botella, no es capaz de volar solito hasta la orilla?Vic, qu te has credo? exclam Toit indignadamente. Los xilf somos, ciertamente, polimrficos, pero ello no significa que podamos volar como los pjaros.Polimrfico significa que puedes adoptar varias formas. Eres incapaz de convertirte en un pjaro?De lo que soy incapaz es de volar como un pjaro, aunque adopte su forma. Mi peso no vara en absoluto, comprendes?Vaya resopl Stanton. Entonces, tendras que haberte hundido en el mar con la botella.Porque estuve haciendo esfuerzo mental todo el rato para mantenerme a flote explic Toit.Stanton sacudi la cabeza. Aquellas respuestas no le convencan en absoluto.A lo mejor es que todava te dura la ligereza del alcohol apunt irnicamente.Quiz sea eso admiti Toit con expresin pensativa. El licor produce efectos extraos en nuestros organismos, sobre todo, teniendo en cuenta, que es desconocido en nuestro planeta.S, eso debe de ser dijo Stanton con aire trivial. Bueno, voy a poner en marcha el motor y regresaremos a tierra. Dnde vives cuando resides en la Tierra, Toit?En ninguna parte, as que, si no tienes inconveniente, me alojar en tu casa a partir de este momento.Tendr que cerrar con llave el licor sonri Stanton.Toit hizo una mueca.He quedado curado de mi aficin al alcohol para una buena temporada manifest. Oye, Vic, cul es tu oficio?Detective privado. Investigador, si te gusta ms esta otra definicin.Eso significa que curioseas en la vida de los dems, verdad?Hombre, ms o menos... pero nunca por propia iniciativa, sino por mandato de otras personas.Y cobrando.Claro. Uno tiene que vivir, Toit.Detective privado repiti el xilf pensativamente. Qu casualidad tan afortunada! Resultara curioso que mi amo me ayudase a realizar la misin para la cual fui enviado a este planeta.Cmo dices, Toit? pregunt Stanton, que no haba entendido bien las palabras del xilf.No, nada, nada... Anda, vmonos a casita. Cuando tengo aspecto terrestre, estoy sujeto a vuestras mismas necesidades... y ahora estoy rabiando de hambre despus de casi una semana sin probar bocado!CAPTULO IIStanton guard silencio unos segundos, mientras escrutaba el semblante de la bella dama que tena frente a s en su despacho. La seora Anderson vesta con un gusto exquisito y era preciso admitir que el luto realzaba de un modo admirable su escultural belleza.Ahora est muy apenada por la prdida de su esposo, pero es joven, muy hermosa y va a heredar una colosal fortuna, as que pronto se consolar. Es la vida, pens el detective.Y en alta voz:As que usted desea que me encargue de la investigacin, seora Anderson.La viuda coloc sobre la mesa un cheque.Diez mil dlares como anticipo. Le pagar veinticinco mil ms, cuando demuestre la culpabilidad de Diana Forbes manifest.Qu le hace pensar que la seorita Forbes es la asesina de su esposo?Los ojos de Lisa Anderson centellearon.Nadie sino ella puede haber sido contest. Coqueteaba con mi esposo descaradamente, a fin de conseguir que se separase de m y convertirse ella en su mujer. Mi esposo me era absolutamente fiel y ella, cuando vio que no poda conseguir sus propsitos, lo asesin.La polica declar que no haba pruebas para acusarla.Encuntrelas usted.No es tan fcil como parece, seora Anderson. Es que se cree que los policas son tontos? Cuando soltaron a Diana Forbes, es porque no haba indicios racionales de culpabilidad.La seora Anderson ech el busto hacia adelante.S? Y qu me dice del milln de dlares que los abogados de mi esposo van a entregar a Diana Forbes? Se lo van a dar sin que la mencione siquiera en el testamento. No le parece ese otro buen motivo para asesinarlo, viendo que no poda conseguirlo a l personalmente?Ha dicho un milln de dlares, seora?Ni un centavo menos. Lisa seal el visfono que haba sobre la mesa. Llame a Hubert, Hubert & Marrison, que es la firma de abogados que atendan los intereses de mi marido, y le confirmarn cuanto acabo de decir.Est bien, la creo, seora; pero, por qu tiene que recibir Diana un milln de dlares?Lisa pareci concentrarse un momento.No estoy muy segura dijo. En cierta ocasin, sorprend una extraa conversacin telefnica de mi marido con una persona desconocida que, desde luego, no era Diana Forbes. Mi marido dijo al otro que si le pasaba algo, ya haba quien continuara su labor y que dejara los medios suficientes para ello a una persona determinada. Yo le pregunt luego de qu se trataba, pero Raymond no quiso contestarme. A pesar de que siempre me cont todos sus problemas, en esta ocasin se neg rotundamente e incluso se enfad cuando insist. Para m concluy la seora Anderson, est claro; la persona mencionada no puede ser otra que Diana Forbes.Pero usted no oy claramente ese nombre.Por supuesto que no. Sin embargo, a qu otra persona poda referirse?Stanton sonri.Seora Anderson, si mal no recuerdo, su esposo era hombre con numerosas amistades dijo.Es cierto. Y tambin le dar otro dato, que tal vez pueda servirle en sus investigaciones, seor Stanton. Aquella noche, Ray durmi muy mal. Soaba en alta voz, cosa que no ocurra nunca. No entend bien lo que dijo: slo consegu captar una palabra que me pareci un nombre de persona, aunque muy raro, es cierto.Qu nombre, seora Anderson?Mohgr... Dijo los mohgrs. Es una banda de forajidos, seor Stanton?No tengo la menor idea ni he odo jams ese nombre, pero investigar prometi el detective.Lisa se puso en pie.Gracias, seor Stanton dijo. Tengo la seguridad de que acabar demostrando la culpabilidad de Diana Forbes.* * *El cielo nos asista! son una voz en el despacho cuando Lisa Anderson lo hubo abandonado.Stanton se volvi. Toit asomaba medio cuerpo fuera de un jarrn de gran valor artstico, situado sobre un pedestal de mrmol. El detective hizo un gesto de desagrado.Sal de ah gru. Podras romperme el jarrn.Toit hizo fuerza con las manos en el borde del jarrn y salt fuera. Mientras caa, recobr su tamao normal.Stanton se pas una mano por los ojos. Todava no haba podido acostumbrarse a los cambios de forma del xilf.Has odo la conversacin, Toit?S, y lo repito de nuevo. El cielo nos asista!Te veo muy alarmado, Toit.Ya puedes decirlo, Vic. Estoy seguro de que el asesinato de Anderson est relacionado con mi misin.Stanton se qued parado.Cmo dices?Lo he odo bien claramente, Vic contest el xilf. Anderson mencion en sueos a los mohgrs. Y yo estoy precisamente en la Tierra para luchar contra ellos!Caramba! exclam el detective, pasmado. Eso es nuevo para m.Y tanto, como que no te lo habra dicho, de no ser porque esa hermosa viuda ha mencionado a nuestros ms encarnizados rivales.Stanton resping.Toit, espero que no vayas a convertir nuestro planeta en un campo de batalla dijo.Oh, quin sabe? No depende todo de m, sino de los mohgrs. Si ellos se enteran de que estoy en la Tierra, me buscarn ahincadamente, para eliminarme... como hicieron con Anderson.Cmo? Qu quieres decir, Toit? grit el detective.Sencillamente, que Anderson era un xilf, como yo contest Toit con rotundo acento.* * * Acompaado de Toit, Stanton descendi a la calle y se meti en el automvil, que ya haba hecho salir del estacionamiento subterrneo.El xilf se sent a su lado. Stanton insert en su lugar la llave de contacto, dio media vuelta y luego marc varias cifras, presionando unas cuantas teclas numeradas que haba en determinado punto del tablero de mandos.Al terminar de marcar la ltima cifra, que en realidad no era sino una clave determinada, presion el acelerador y el vehculo se puso en movimiento.Los motores de gasolina haban sido desechados haca mucho tiempo. Ahora se usaba como fuerza motriz la energa radiante.Era, en realidad, electricidad enviada a travs de las ondas, desde un satlite. Cada automvil tena una lnea de energa, que slo actuaba cuando se sealaba la clave correspondiente, como una vulgar llamada telefnica.Ello haba acabado con la contaminacin de la atmsfera. Rpidos, cmodos y seguros, los automviles de principios del siglo XXI iban provistos, adems, de radar antichoque, que accionaba los frenos automticamente apenas se produca la inminencia de una colisinEl coche se desliz suavemente sobre unos canales programados automticamente. Al cabo de media hora, Stanton detuvo el vehculo en las inmediaciones de un edificio de doscientos pisos.Ah vive Diana Forbes dijo.Toit se reclin en el asiento.La mohgr murmur.Crees que ella sea una mohgr?Por supuesto. Descubri que Anderson era un xilf y lo mat. Naturalmente, procur no dejar pruebas de su crimen.Pero si Anderson era polimrfico como t, cmo no pudo cambiar de forma cuando vio que ella lo iba a matar?La sorpresa, a veces, puede influir en nuestro mecanismo mental de transformacin explic Toit. Esto, naturalmente, retrasa el proceso de cambio de forma que, en circunstancias ordinarias, es instantneo, y se produce apenas el sujeto elige la nueva forma deseada.Podras convertirte en una serpiente si te lo pidiera, Toit?Por favor, Vic; podas haber elegido un animal de figura ms agradable.Stanton se ech a rer.Dispnseme, Toit. Oye, los mohgrs, son tambin polimrficos?Desde luego, Vic.Me gustara verte en tu estado original, Toit.Ni lo suees. Te horripilara, Vic, y no digo nada de los mohgrs. Comparados con ellos, los xilfs somos los campeones de belleza de la galaxia.Stanton volvi a rer. Luego dijo:Toit, si Diana Forbes es una mohgr, no habra medio de comprobarlo?Pues..., s, pero aqu carezco de los instrumentos precisos. No te vayas a creer que a pesar de nuestras facultades polimrficas no necesitamos a veces instrumentos, Vic.Me lo imagino. Lo que ya no entiendo es cmo consegus esos cambios de forma.Somos una raza muy vieja, Vic contest el xilf sentenciosamente, y cuando una raza envejece, no tiene ms que dos alternativas: extinguirse o procurar la supervivencia La vejez, tambin, concede experiencia, esto es lgico, y en el transcurso de los siglos aprendimos a hacer que la mente dominase por completo al cuerpo.Entiendo, aunque eso no se compagina muy bien con tus cadas en picado sobre la mesa a las horas de las comidas.Toit solt una ruidosa carcajada.Mi mente domina al cuerpo, es cierto dijo. Yo podra pasar meses enteros sin alimento, pero, muchacho, es que vuestros manjares son una fuente continua de tentaciones para un xilf... y puesto que he adoptado vuestra figura, por qu no aprovecharme de lo bueno que se deriva de ser un terrestre?No deja de ser un razonamiento lgico convino Stanton.De pronto, Toit lanz una exclamacin:Mrala, ah est.Una hermosa joven sala en aquel momento de la casa. Stanton admir la figura de Diana Forbes, alta y delgada y de pelo dorado oscuro, como un casco de bronce. Vesta una blusa blanca, sin espalda, y pantalones cortos y ajustados. En la mano llevaba un bolso a juego.Diana entr en un automvil detenido junto a la casa. Momentos despus se separaba del bordillo de la acera.Sigmosla, Vic dijo Toit.Stanton puso su auto en marcha.Me pregunto quin es el amo aqu dijo con una punta de irona, si el que dijo que iba a ser mi fiel servidor toda la vida o...Vamos, Vic dijo Toit en tono de buen humor, no te sulfures. Lo nico que quiero es ayudarte a conseguir un xito en tu carrera profesional.CAPTULO IIIEl observatorio estaba sumido en las profundidades del espacio, pero tena el planeta a la vista.Sus poderosos sistemas de antideteccin le hacan completamente inmune a los radares terrestres, y al mismo tiempo, lo invisivilizaban de una manera absoluta. Para los habitantes de la Tierra, aquel observatorio era como si no existiera.Y, sin embargo, llevaba en el espacio cientos de aos, completamente inmvil, habitado por seres pertenecientes a una raza csmica que aguardaban con infinita paciencia el momento de su triunfo.Para ellos, el tiempo no contaba. La vida de un terrestre era como una hora en su cmputo temporal. Eran seres completamente distintos en todos los aspectos y no slo en el puramente formal.En el interior de la nave haba una brillantsima iluminacin que no era, sin embargo, percibida desde el exterior. Slo en la gran cabina de mandos reinaba cierta penumbra, con objeto de apreciar mejor visualmente lo que suceda en el espacio exterior.A veces, una nave terrestre adoptaba una rbita de colisin. Los delicados y perfeccionadsimos detectores del observatorio funcionaban automticamente y lo apartaban de la rbita del aparato terrestre, regresando a su posicin apenas pasado el peligro.A bordo del inmenso observatorio haba un comandante. No tena nombre, al igual que todos los tripulantes del observatorio, y era ms conocido por la cifra que designaba su rango oficial.Era el nmero Uno. Sus decisiones, profundamente meditadas cuando resultaba preciso, eran inapelables.El nmero Uno estaba en aquellos momentos en su cabina de mando, contemplando algunos de los instrumentos que reflejaban las observaciones que otros tripulantes realizaban a bordo. Debajo de ellos, a setenta mil kilmetros de distancia, se vea una bola de plata movindose lentamente en el espacio.Era el planeta Tierra.Una luz brill de repente en el cuadro de mandos. Las sensibles pupilas del nmero Uno captaron en el acto aquel centelleo.Habla Uno. Informe.Posicin autobomba son una voz en la cabina. Sin novedad. Contina en el mismo sitio.Porcentaje de aumento?Cero cero coma uno por ciento a las veinticuatro horas.Resulta un poco lento, no cree, Setenta?As pienso yo, Uno, pero no podemos acrecentar el porcentaje sin riesgo de averiguar alguno de los elementos transformados de la autobomba.Es posible, pero creo que merecera la pena correr ese riesgo durante un perodo de siete veces veinticuatro horas. Setenta, se atrevera usted a aumentar el porcentaje en una dcima parte del actual? Eso nos permitira una ganancia de dos horas y veinticuatro minutos cada perodo de veinticuatro horas.Lo intentar, Uno contest Setenta.

En todo caso, haga un enlace con el interconexionador automtico, que suspendera la aceleracin instantneamente en caso de riesgo. As volveramos de modo automtico al porcentaje seguro de crecimiento. Una excelente idea que pondr en prctica en el acto, Uno.Gracias, Setenta.Otra luz brill en el cuadro de mandos.Informe, Diecisiete pidi Uno.Acarreo y transformacin de suministros, con plena normalidad, sin desfases crticos son otra voz.Estupendo, Diecisiete, Ha hecho usted una buena labor.Gracias, UnoLa luz se apag. A los pocos momentos se encendi otra.Era de color verde, lo que significaba que el informe proceda directamente de la superficie del planeta observadoHable, Cuarenta y Dos dijo uno. Le escucho.Noticias poco agradables, Uno inform Cuarenta y Dos. La muerte del terrestre Anderson est siendo investigada por otros canales distintos.Interesante murmur Uno. Quin es el investigador?Un terrestre llamado Vic Stanton. Las acciones que ha realizado hasta ahora parecen sealar ciertos contactos con los xilfs.El nmero Uno abandon su expresin de impasibilidad, violentamente sobresaltado.Es cierto, Cuarenta y Dos?Se corre peligro de que mis sospechas sean realidad, Uno.No podemos permitir que nadie interfiera nuestros planes, Cuarenta y Dos. Anderson trat de hacerlo y por eso lo eliminamos.Sugiere que eliminemos tambin a Stanton?No lo sugiero; lo ordeno, Cuarenta y Dos.Tomo nota de su orden, Uno. La cumplir a la mayor brevedad posible.Informe apenas se haya producido esa eliminacin.S, Uno.* * *Diana Forbes haba ido a visitar a un tal profesor Sym Brunee, experto en geologa. A Stanton le pareca sumamente extraa la visita.Toit no estaba menos desconcertado.Por qu ha ido a ver a ese gelogo? pregunt el xilf.Oh, t que eres tan superinteligente podrs adivinarlo contest Stanton con irona.Tendr que concentrarme respondi Toit llanamente.Despus de permanecer una hora con Brunee, Diana haba regresado a su casa. Stanton se hallaba ahora en su apartamento, entregado a la fascinante labor de pasearse por la sala con una copa en la mano, un cigarrillo en la otra y la mente ocupada en aquel problema.Deba interrogar personalmente a Diana? Era conveniente una visita al profesor Brunee?Resultara til una entrevista con la viuda Anderson?Qu saba Lisa de los mohgrs?Toit asom de repente desde la parte posterior de un cuadro que representaba a unos indios haciendo fuego en una hoguera.Era una reproduccin de una vieja lmina dibujada por un artista que haba vivido en Estados Unidos al final del siglo XIX. Toit tena el rostro pintarrajeado y se cubra la cabeza con un penacho de plumas de vivos colores.Vic llam.El detective se volvi.Qu quieres, Toit? Pero, qu diablos haces ah vestido de piel roja?Toit se ech a rer.Perdona, no me haba dado cuenta. Se est tan bien en esa hoguera...Stanton emiti un gruido. Segua sin acostumbrarse a los continuos cambios de forma del xilf.Est bien, habla invit. Qu quieres?Se trata de Anderson. He reflexionado mucho, Vic.Has llegado a alguna conclusin?S, Vic. Anderson mencion a los mohgrs. Un terrestre no tiene por qu conocer su existencia, a menos que tenga un xilf a su lado, como te sucede a ti.Eso es verdad. Y...?Pero Anderson no tena a su lado a ningn xilf, sino a una mohgr.Diana Forbes.Exactamente. Diana es una mohgr y se enter que Anderson era un xilf. Por eso lo asesin.Toit, todava no has comprobado si Diana es una mohgr. Y en cuanto a afirmar que Anderson era un xilf... En qu te basas para ello?Lo supongo nada ms, pero podramos comprobarlo.De qu manera, Toit? Preguntndoselo a su viuda?No, ella no lo sabe. Pdele una fotografa. Ser suficiente, Vic.Stanton mir de hito en hito el estrafalario personaje, ahora que apareca con medio cuerpo oculto tras el cuadro y apoyados los codos en la parte superior del marco.Una fotografa? repiti.S, ser suficiente para que yo pueda comprobar si Anderson era un xilf.Cmo lo averiguars respecto de Diana Forbes?Cuando llegue el momento te lo dir. T ocpate de traerme la fotografa, estamos?Stanton consult su reloj.Hoy ya no podr ser dijo. Es demasiado tarde. Ir maana.Bueno, no importa. Gracias, Vic; me vuelvo a la hoguera. Ah se est muy calentito.Stanton vio aparecer a un indio ms en el cuadro. Mene la cabeza. En medio de todo, resultaban divertidas las repentinas transformaciones del xilf.De pronto, llamaron a la puerta.Dej el vaso a un lado y aplast el cigarrillo en un cenicero. Acto seguido, se dirigi a una mesa y presion un botn.La puerta se abri automticamente. Un hombre apareci en el umbral.Es usted el seor Stanton? pregunt.S. En qu puedo servirle, amigo?El individuo dio dos pasos, cruz el umbral y cerr la puerta.Lo siento dijo.Y sac una pistola, con la que apunt al cuerpo del detective.Stanton reaccion velozmente. Cuando el brazo del recin llegado se pona horizontal, se arroj a un lado y rod por el suelo, esquivando as el primer balazo.El intruso dijo algo entre dientes y tom puntera de nuevo. Entonces, una silla se estrell contra su cara y cay de espaldas.La pistola se le escap de sus dedos. Stanton se puso en pie.Su atacante gateaba para recobrar el arma. Stanton agarr un pesado jarrn y lo lanz hacia adelante con todas sus fuerzas.El jarrn alcanz su blanco justo cuando el intruso se revolva para hacer un nuevo disparo. Se oy un tremendo crujido y el jarrn se rompi en mil pedazos contra un crneo humano.El asesino cay nuevamente. Entonces ocurri algo horrible.El cuerpo del cado perdi su forma humana.Los ropajes estallaron por distintos puntos. Varios tentculos, de color amarillo grisceo, surgieron por los lugares donde el traje se haba desgarrado.La cara del cado sufri una espantosa transformacin. Aparecieron tres ojos facetados en hilera, y una nariz-boca en forma de pico crneo de un repulsivo color rojizo oscuro, marrn en algunos puntos. Cada tentculo estaba terminado en tres prolongaciones alargadas de tamao doble de un dedo humano.Stanton crey que iba a vomitar, tal fue el asco que le produjo aquel espectculo. Aqulla era la apariencia de un mohgr?Rehacindose un poco, grit:Toit! Toit...!El xilf apareci a los pocos instantes. Vio el cuerpo cado en el suelo y lanz una exclamacin.Rayos! Es un mohgr!CAPTULO IVToit se acerc al cado, ahora con su apariencia terrestre, y dio un par de vueltas en torno a su cuerpo.No hay duda, es un mohgr dijo, despus de unos minutos de atento examen.Y ha querido asesinarme. Dispar contra m se lament Stanton, mientras se serva una buena dosis de coac, a fin de hacer pasar el susto.De modo que ha querido asesinarte murmur Toit. Vic, esto se pone pero que muy feo, comprendes?No es necesario que me lo digas. Ahora me gustara saber cmo nos las vamos a arreglar para hacer desaparecer este horrible cuerpo.No te preocupes, eso queda de mi cuenta. Tienes alcohol en casa?Un poco en el botiqun del cuarto de bao...No es suficiente. Ve a la farmacia y trete un par de litros.Stanton se estremeci.No pensars incinerar esa horrible cosa aqu mismo dijo.Toit sonri.Por supuesto que no. Anda y haz lo que te digo.El detective obedeci. Media hora ms tarde volva a casa con un gran botelln en las manos.Toit le oy llegar y grit:Estoy en la cocina, Vic! Deja el alcohol en la puerta, pero no entres.O. K., Toit.El xilf apareci treinta minutos ms tarde, sonriente, como si no hubiera sucedido nada.Qu has hecho con el mohgr? pregunt Stanton.Si te lo cuento, tu estmago padecer respondi Toit. Lo nico que tienes que saber es que el mohgr ha desaparecido para siempre.Stanton pens en el triturador de basuras de la cocina. Toit asinti:S, por ah se ha ido, disuelto a trozos en el alcohol. Es una sustancia funesta para los mohgrs.Y para vosotros dijo el detective.La resistimos mejor sonri el xilf. Somos una raza an ms joven que la de los mohgrs.No lo entiendo muy bien, pero lo aceptar como bueno. Dime, Toit, te imaginas alguna razn por la cual el mohgr quiso matarme?Slo hay una, Vic.Dmela, te lo ruego.Es muy sencillo. Ests investigando el asesinato de Anderson y eso es algo que, al parecer, no gusta a los mohgrs. Te parece una razn convincente?Stanton se qued mirando a su amigo extraterrestre durante algunos segundos. Luego dijo:Me estoy preguntando una cosa, Toit. Si el mohgr tena un aspecto poco admirable, cul ser el tuyo?No intentes saber cosas que te quitaran el sueo durante muchos das sonri Toit. Y, a propsito, no dejes de ir a ver cuanto antes a la seora Anderson.Descuida, lo har maana por la maana. Pero una duda tortura mi mente, Toit.Puedo conocerla, Vic?Desde luego. Si Anderson era un xilf, cmo al morir no recobr su forma original, como ha sucedido con el mohgr?El primer proyectil alcanz su cerebro, con lo que la relajacin de la tensin con que mantena su forma terrestre no tuvo tiempo de producirse. Recuerda que le dispararon por detrs; ni se enter siquiera de que era atacado.Y el mohgr me vio lanzarle el jarrn.Esa es la diferencia, Vic.Stanton suspir.Si mi pobre abuelita levantara la cabeza... dijo, arrancando una carcajada completamente terrestre de labios de xilf.* * *

Habla el nmero Uno. Adelante, Treinta.Malas noticias, Uno. Cuarenta y Dos ha desaparecido. El terrestre objetivo sigue con vida.El nmero Uno hizo un gesto de desagrado.Eso significa que Cuarenta y Dos ha muerto. Tenemos enfrente un enemigo ms astuto de lo que pensbamos, Treinta.As es, Uno.El comandante del observatorio reflexion unos instantes.Si nuestro conocimiento de las costumbres terrestres no es intil dijo al cabo, el terrestre objetivo acabar relacionndose con la mujer que fue acusada falsamente de la muerte de Anderson. Es preciso acelerar ese conocimiento y atacar una vez estn reunidos los dos.Nada ms, Uno?Eso es todo, Treinta. Confo en tu discrecin para que causes la eliminacin simultnea de la pareja.As lo har, Uno.La comunicacin se cort. El nmero Uno volvi a establecer el contacto con otro departamento.Nmero Setenta? llam.Le oigo, Uno.Informe acerca del nuevo porcentaje de aumento de la autobomba, Setenta.Aumento satisfactorio, sin incremento del riesgo, Uno.Esplndido dijo el comandante del observatorio. Ganando dos horas y veinticuatro minutos cada perodo de veinticuatro horas, cul ser el avance global por perodos fraccionarios en incremento evolutivo coordinado?La respuesta se demor unos segundos.Tres perodos de veinticuatro horas, seor. Treinta y seis en un perodo de una revolucin anual del planeta Tierra en torno a su estrella termoluminosa.Excelente. En diez revoluciones, con ese incremento, ganaremos una.As es, en efecto.Gracias, Setenta. Ahora despacho un mensaje al Sector de Investigacin Cientfica. Vamos a ver si construimos nuevos aparatos suplementarios que nos permitan duplicar el perodo de avance. Eso es todo, Setenta.S, Uno* * *Stanton contempl unos momentos la fotografa y luego fij la vista en la mujer que tena frente a s.Mil gracias, seora Anderson dijo.Encuentro extrao que necesite usted una fotografa de mi difunto esposo adujo Lisa. Poda haber encontrado otras muchas en las revistas grficas.Necesitaba una fotografa original, no reproducida por segunda vez en cualquier otra parte contest Stanton.A pesar de todo, no lo entiendo.Usted me dio carta blanca para resolver el caso, no es cierto?Desde luego, pero...Stanton guard la fotografa en un bolsillo interior y se puso en pie.Tendr la explicacin en su momento, seora... manifest.A su gusto. No pretendo inmiscuirme en sus mtodos, por supuesto, pero..., ha averiguado ya algo acerca de la seorita Forbes?Estoy dando los primeros pasos en mi investigacin, seora respondi Stanton. A veces suelo tardar, pero nunca defraudo a mis clientes.As lo espero dijo Lisa.Stanton se dirigi hacia la puerta. En el momento de salir, se volvi hacia la dama y pregunt.Seora Anderson, por qu est usted tan segura de que Diana Forbes es la autora de la muerte de su esposo?El pecho de Lisa se agit violentamente.Ya le expliqu mis motivos contest. Creo que es una respuesta suficientemente explcita, no?Stanton hizo un gesto de duda.Yo no lo estimo as dijo, pero tambin respeto sus motivos. Ahora, conteste a una pregunta, por favor. Qu har usted si se demuestra concluyentemente que Diana Forbes no mat a su esposo?Como lo mat, esa pregunta est fuera de lugar repuso Lisa Anderson framente.* * *El profesor Brunee contempl la tarjeta de visita un instante y luego mir al propietario de la misma.Muy bien, seor Stanton dijo. Usted es investigador privado. En qu puedo servirle?Stanton se hallaba delante de un individuo de unos sesenta aos de edad temporal, pero que aparentaba quince menos. Brunee conservaba todo su pelo y tena un aspecto de robustez y fuerza fsica realmente impresionantes.Usted es gelogo de fama habl al cabo. Ayer vino una joven a visitarle. Su nombre es Diana Forbes.No creo que mis relaciones con la seorita Forbes sean motivo de su inters, seor Stanton respondi Brunee con glacial acento.Se equivoca, profesor. Por qu, si no, piensa que estoy aqu? Le dir una cosa: todo lo que me cuente quedar dentro de la ms estricta reserva profesional.Brunee vacil un momento. Luego contest:Est bien, le dir algo, no todo, porque, adems, no lo entendera. La seorita Forbes me hizo un donativo de un milln de dlares para investigaciones cientficas relacionadas con mi especialidad.Stanton se qued con la boca abierta.Un mill...! y de pronto, record los datos que le haba facilitado Lisa Anderson. Extrao comportamiento el de Diana Forbes, no cree?Brunee se encogi de hombros.Es una muchacha muy filantrpica contest.Desde luego, se necesita tener espritu filantrpico para regalar un milln, aunque sea en inters de la ciencia. Una ltima pregunta, profesor.Diga, seor Stanton.Solicit usted en alguna ocasin ese dinero al difunto seor Anderson?Por supuesto, pero, con buenas palabras, me envi al diablo.Stanton hizo un gesto con la cabeza.Eso es todo, profesor. Muchas gracias.Adis, seor Stanton.* * *Cuando lleg a su casa, Stanton encontr al xilf trabajando en un extrao artefacto que pareca una mezcla de picadora de carne con un organillo de mano.Toit tena una gran mesa llena de extraos artefactos y piezas, con las cuales pareca estar construyendo aquel rarsimo aparato, cuyo objeto no se le alcanzaba al investigador en absoluto.Qu diablos haces ah, Toit? pregunt, lleno de asombro.No te preocupes, Vic. Traes la fotografa de Anderson?Por supuesto. Est tomada por una cmara de relevado instantneo, as que no cabe la posibilidad de duplicidad en la copia de la imagen.Magnfico! Aunque has tardado demasiado, Vic. Qu diablos has estado haciendo?Oye, Toit, en qu crees t que trabajo yo para ganarme la vida? Tena otras cosas ms interesantes que hacer tambin, comprendes?Est bien, est bien, dame la fotografa y no te enojes dijo el xilf en tono conciliador.Tendr que llamarte al orden? gru Stanton malhumoradamente. Si mal no recuerdo, t eres el criado y yo el amo. O fue una fantasa ma?Es la realidad, pero, aunque no te lo creas, esto que hago es en tu propio beneficio. Por cierto, has tenido una llamada.S? Quin era, Toit?Una agraciada joven llamada Diana Forbes. Te espera a las tres de la tarde, Vic.Stanton se qued sin habla un momento. Luego, dubitativo, pregunt:Seguro que era ella, Toit?Segursimo. He podido ver su cara a travs del fonovisor.Comprendo murmur Stanton. Para qu querr verme esa muchacha?No lo s, pero yo, en tu lugar, ira prevenido... aconsej el xilf. Te acompaara, Vic, creme, pero yo tengo un trabaj enorme y no puedo descuidarlo un segundo.Tendr cuidado dijo el investigador. Toit, por favor, qu objeto tiene ese aparato que ests construyendo?Uno muy simple, a pesar de su aparente complicacin, Vic contest Toit. Comprobar, sencillamente, si Anderson era o no un xilf.CAPTULO VDespus de haber madurado un plan de aproximacin, Stanton decidi llegar a la residencia de Diana Forbes por la terraza. Aquella llamada poda ser una encerrona y no tena ganas de pasar un mal rato.Un helitaxi le dej en la terraza del enorme edificio, que se alzaba a ms de seiscientos metros sobre el suelo. Diana resida a cuarenta metros de la terraza, en uno de los pisos ms altos.El ascensor le dej en la planta inmediatamente superior a la de la muchacha. Stanton sali al pasillo y se dirigi hacia una puertecita estrecha situada en uno de los extremos del mismo.Con una ganza especial, abri la puertecita y se encontr en un tubo vertical, con peldaos de hierro adosados. Cerr la puerta y emprendi el descenso hasta llegar al rellano del piso inferior.A derecha e izquierda de l y tambin al frente y a su espalda, haba otros tubos anlogos, de trazado horizontal. Eran los conductos de aireacin del edificio.Stanton eligi el camino adecuado. A gatas, recorri un trecho de unos cuarenta metros, hasta alcanzar una rejilla de metal, que le permiti ver una cocina.Tante la rejilla. Estaba sujeta con unas presillas por la parte interior. Despus de aflojarlas, quit la rejilla y la dej dentro del tubo. Acto seguido se dej caer silenciosamente al interior de la cocina.Escuch un momento. No se oa el menor ruido.Consult su reloj. Diana Forbes no se quejara de su puntualidad. Faltaba un minuto para las tres.Avanz paso a paso hacia la puerta y abri una rendija de un centmetro. Entonces lleg una voz a sus tmpanos.Van a dar las tres. El detective est a punto de llegar.Nadie contest a aquellas palabras. Stanton movi ligeramente la cabeza y pudo divisar a Diana sentada negligentemente en un divn, con una pistola en la mano.La pistola tena una forma rara, sobre todo en el can, que pareca compuesto de discos pegados en fila. El tamao era superior a lo normal.Stanton apret los labios. El xilf haba tenido razn. Se trataba de una encerrona.Y cuando llegue sigui Diana, con burlona sonrisa, usted y l se irn al infierno, que dicen en este planeta.Aunque nos mate a los dos, no conseguir nada. Otros continuarn nuestra tarea y evitarn el crimen que pretenden cometer.Stanton crey desmayarse.Haba dos Dianas?Las voces sonaban de una manera absolutamente igual, si bien con tonos algo distintos: cnica la una, enrgica, aunque resignada, la otra.Con este crimen, como usted lo llama, nuestra raza conseguir sobrevivir.A costa de diez mil millones de seres humanos.La vida de uno de nosotros vale ms que todos esos seres inferiores contest Diana despectivamente. Qu le pasa al investigador? exclam de pronto. Tarda demasiado.Usted hizo la llamada, es todo lo que puedo decirle.Stanton crey entender. Abri un centmetro ms y pudo ver a Diana Forbes sentada frente a la que sostena la pistola.El parecido era fantstico. Ni siquiera dos hermanas gemelas habran sido tan semejantes. Daba la sensacin de que las dos mujeres haban sido vaciadas en un mismo molde y vestidas luego con una indumentaria exactamente igual.Stanton inspir con fuerza. Ahora ya saba la verdad..., pero estaba armado con un arma infalible.Abri la puerta de golpe y exclam:Me buscaba, Diana Forbes?* * *Sonaron dos gritos de tonos distintos. Uno era de alarma; de alegra el otro.S, le buscaba, Vic Stanton contest la Diana armada.Y levant la mano, apuntando con aquella extraa pistola al detective.Pero Stanton no se dej sorprender. Al mismo tiempo que hablaba, sac una pistola de largo can, cuyo gatillo apret apenas haba terminado de hablar la Diana armada.Un largo chorro de lquido, de un olor peculiar, brot del arma. El chorro lleg directamente a la cara de Diana, de cuyos labios se escap un tremendo grito.La pistola cay de sus manos. El grito se transform en un alarido espeluznante, semejante al ulular de una sirena que resonase en las entraas de la tierra.Diana perdi su forma. Sus ropajes estallaron. Su esbelta anatoma se convirti en un tronco alargado del que brotaban varios repugnantes tentculos, que se agitaban convulsivamente. Stanton apret el gatillo de nuevo y roci al mohgr con aquel lquido por segunda vez.El ser extraterrestre dio un salto convulsivo que le llev hasta casi el techo. Luego cay de bruces al suelo, se agit un poco y acab por quedarse quieto.Un profundo silencio sucedi a continuacin. Stanton y Diana intercambiaron una mirada.Ella dio un paso hacia el investigador. Stanton alarg la mano izquierda.Quieta orden secamente.Diana se par en el acto.Estire el brazo pidi Stanton.Ella obedeci. La blusa sin mangas que cubra su torso dejaba al aire brazos y espaldas.Stanton lanz una descarga de lquido al brazo. No ocurri nada. El aspecto de Diana Forbes continu siendo el mismo.Por qu hace eso? pregunt la joven, extraada.Stanton sonri.Vaya al bao y squese dijo. Cuando vuelva, traiga una manta, por favor.Momentos ms tarde, el cuerpo del mohgr quedaba oculto a la vista de los terrestres. Stanton haba localizado una botella y copas y llen dos, entregando una a la joven.El alcohol no la perjudica dijo. Usted es terrestre legtima.Lo haba dudado, seor Stanton?Quise prevenirme, eso es todo. Alguien desconfi de la llamada y me puso en guardia.Su criado personal, no?En efecto.Los colores volvan a la cara de Diana.Todava no he salido de mi asombro confes la muchacha. La capacidad transformativa de esos seres extraterrestres es algo increble. Para m, era como una especie de pesadilla. Me pareca estar hablando conmigo misma.Comprendo sonri Stanton. S, era un extrao espectculo ver a dos Diana Forbes hablndose frente a frente.Cmo supo que ella era la falsa?Estuve escuchando un rato antes de intervenir.Qu hubiera pasado si el alcohol no descubre la verdadera personalidad del extraterrestre?Tambin tengo una pistola normal, con balas.No descuida precaucin, a lo que veo.No me conviene en absoluto, dado mi oficio.Hay algo que no entiendo. Cmo saba el mohgr que usted acudira a mi llamada (en realidad fue l quien llam), si usted y yo no hemos tenido jams la menor relacin?Ahora estamos relacionados, seorita Forbes. El motivo de nuestra relacin es un crimen del cual fue usted declarada inocente.Diana se puso rgida.Apreciaba muchsimo al seor Anderson declar. Mi afecto era completamente honesto y puedo jurarle que no fui yo quien lo mat.* * *Esos extraterrestres, los mohgrs, estn en nuestro planeta con un fin que desconozco manifest Stanton. Uno de ellos ya quiso matarme. Debe de haber ms y calcularon, imagino, que yo acabara visitndola a usted. Sencillamente, anticiparon esa toma de contacto para eliminamos a los dos.Diana se estremeci.Es horrible murmur. De modo que la seora Anderson sigue creyendo que fui yo quien mat a su esposo.En efecto, y desde su punto de vista, no le faltan razones para creerlo.Es una calumnia exclam Diana, con el pecho palpitante de indignacin. Ni yo mat a su esposo, ni tengo la menor idea de quin lo hizo.Pero el seor Anderson dio orden a sus abogados de que le entregaran a usted un milln de dlares.En efecto; y he recibido esa suma.La cual, inmediatamente, ha pasado a poder del profesor Brunee.Diana se asombr.Cmo lo sabe usted? pregunt.Ayer estuvo usted a visitar al profesor. Hoy he ido yo. Brunee ha admitido que usted le entreg un cheque por valor de un milln de dlares, con destino, segn l, a investigaciones geolgicas.Es cierto admiti la joven sin pestaear.igame, seorita Forbes. Usted es joven y hermosa. No dudo de sus sentimientos filantrpicos..., pero la muerte de Anderson la dej sin empleo. Resulta extrao que se desembarace as, tan tranquilamente de nada menos que de un milln de dlares.En mi caso, no me faltan motivos contest la joven.Cules son? Puede explicrmelos?Me creer usted?Stanton sonri.En estos das, he visto tantas y tan extraas cosas, que estoy dispuesto a creerme la fbula ms disparatada contest.Est bien. A pesar de todo, estimo que le parecer increble.Hable y yo juzgar si debo creerlo o no contest el investigador.De acuerdo. Los mohgrs han construido un artefacto, situado bajo el subsuelo de la Tierra, al cual ellos designan con el nombre de autobomba...Cmo! resping Stanton. Una bomba automvil, como las de los bomberos?No, hombre. Espere y tendr la explicacin. Es un artefacto que en s, es una fbrica que se construye a s misma, aprovechando las materias primas del subsuelo y construyndose ella misma las piezas que necesita. Por supuesto, tiene su propia central de energa, que es la que le proporciona la fuerza motriz necesaria para todas las operaciones de transformacin. Trabaja constantemente y crece da a da, sin parar ni un solo minuto.Stanton se hallaba pasmado,Pero... si eso es cierto, debera llamarse autofbrica, porque se fabrica a s misma, en lugar de autobomba.Seor Stanton, use la inteligencia. La fbrica, en realidad es una bomba, que crece da a da. Cuando llegue a un tamao determinado, explotar por s misma, por eso se llama autobomba.Rayos! Menudo estruendo se armar! exclam el detective.Diana mene la cabeza lentamente.Dudo mucho que lleguemos a orlo dijo con solemne acento, porque cuando esa bomba estalle, la Tierra saltar en mil pedazos y todos sus habitantes perecern instantneamente.CAPTULO VIStanton crea soar.Diana hablaba muy seriamente. Despus de haber visto las cosas de que un sujeto como Toit era capaz de hacer, despus de haber visto transformarse a los mohgrs, cualquier cosa era posible para el investigador.Para distraer un poco su aturdimiento, llam a Toit. El xilf protest, pero Stanton le hizo callar. Tena que deshacerse del cuerpo del mohgr muerto.Toit prometi acudir cuanto antes. Luego, Stanton hizo a la joven una pregunta lgica en tales circunstancias.Cmo se enter usted de la existencia de la autobomba?Me lo confes el seor Anderson, pocos das antes de su muerte. Lo que no he llegado a saber es cmo adquiri l la transformacin.Y le crey usted?En un principio, pens que se trataba de una broma. El seor Anderson tena un humor excelente y aunque era serio y formal para sus negocios, no era de los que tienen constantemente un ltigo en la mano.Comprendo dijo Stanton. Anderson lo averigu, aunque ignoramos el origen de su informacin. Usted era su secretaria personal, creo.Si, desde luego.En ese caso recordar a los ltimos visitantes de su patrn. Trate de hacer memoria sobre alguno que le parezca ahora sospechoso, a la luz; de los ltimos acontecimientos.Diana reflexion unos momentos. Luego dijo:La nica persona que se me ocurre es una tal Anita Korr.Quin es esa mujer?Lo ignoro. Solicit una entrevista en el antedespacho y la muchacha que trabajaba all me la pas a m. Consult con el seor Anderson y l la hizo entrar inmediatamente en su despacho.Mujer de negocios?No comerciales, precisamente contest Diana con toda intencin.Tena el aspecto de... Vamos, me entiende, no?Efectivamente, seor Stanton.Bien, dgame por qu sospecha de ella.No s cmo expresarme. Es una mujer guapa, vistosa, pero nada refinada. Cuando la atend, quiso soltar una risita de condescendencia, pero le sali un gallo horrible. Se disculp, diciendo que estaba muy acatarrada... y eso es todo lo que recuerdo.Le habl Anderson a usted de la entrevista con Anita Korr?No, en absoluto; ni siquiera me lo mencion en los pocos das que vivi despus de aquel incidente.Recordar usted el domicilio de la Korr.Por supuesto. Piensa ir a visitarla?No estar de ms murmur l pensativamente. Recuerda si iba perfumada?Con exceso, dira yo, aunque no se puede decir que usara Chanel n. 5Perfume barato, vamos.Ms que barato, estridente.Comprendo. Seorita Forbes, voy a darle un consejo.S, seor Stanton.Cmprese inmediatamente una pistola de agua, pero crguela con alcohol. Ignoro por qu este lquido afecta tanto a los mohgrs, pero no podemos dejar de tener en cuenta esta circunstancia. A la menor sospecha, dispare un chorro del alcohol a la persona que le parezca pueda tener intenciones hostiles contra usted. Si no es un mohgr..., tiempo tendr de disculparse, comprende?Lo har hoy mismo prometi la muchacha.En aquel momento llamaron a la puerta.Stanton se encarg de abrir. La figura del xilf apareci ante sus ojos.Has venido pronto, Toit dijo.El xilf sonri.Me transform en caballo contest. Tendras que haber visto las caras de la gente cuando me vea a todo galope por las calles.Tuvo que ser divertido, en efecto. Toit, te presento a Diana Forbes. Seorita, este es Toit, mi criado.Encantada dijo Diana.Es un placer, seorita salud Toit. Y pregunt: Dnde est el mohgr?Stanton le seal la manta.Ah lo tienes contest.Bien, me lo llevar a la cocina dijo Toit con indiferencia. Como la otra vez, tendrs que traerme alcohol, Vic.De acuerdo, Toit.* * *El nmero Treinta ha sido eliminado, nmero Uno. Uno.Tenemos unos enemigos muy inteligentes dijo preocupadamente el comandante del observatorio. Cmo se produjo la eliminacin, nmero Noventa?Por medio de un lquido que afecta a la tensin morfolgica, relajndola instantneamente. Para los humanos, en pequeas dosis, no es perjudicial, e incluso lo utilizan como desinfectante. Lo beben, mezclado o con otras sustancias aromticas y slo si se exceden sufren trastornos que, no obstante, ceden a las pocas horas. Tambin hay quienes se habitan a su ingestin y mueren intoxicados con el tiempo, pero son los menos y se necesitan largos aos para que se produzca la muerte.Est bien dijo el nmero Uno. Ordene a todos los agentes que se cubran con una proteccin adecuada, impermeable al lquido pernicioso. Transmtala en el acto y que se cumplimente sin demora.Bien, Uno, as se har.La comunicacin se cort. El nmero Uno llam a otro departamento del observatorio.Orden de aceleracin absoluta de los procesos de transformacin de materias primas que alimentan la autobomba dijo. Evitando los riesgos innecesarios, la autobomba deber ponerse en estado de funcionamiento en el plazo ms corto posible.Nmero Uno, si hacemos eso, la fragmentacin del planeta se har incompletamente.Pero se recuperar.Por supuesto, aunque en unos fragmentos gigantescos; quince o veinte, todo lo ms.No importa. Si eso sucediera, y debe suceder, los habitantes de la Tierra moriran y entonces no tendramos ya obstculos para proceder a una posterior fragmentacin total, hasta que esos restos quedasen convertidos en polvillos csmicos.Tendramos que planear despus ms autobombas, Uno.Lo haremos. Entonces nos sobrar tiempo y nadie podr estorbarnos.Eso s es cierto. Empezaremos la tarea inmediatamente, Uno.* * *Stanton aguard unos momentos despus de que hubo llamado a la puerta. Al fin, alguien abri desde el interior y le mir especulativamente.Usted dir habl Anita Korr con voz lnguida.Mi nombre es Vic Stanton se present el investigador. Deseo hablar con usted.Anita vacil un instante. Luego se ech a un lado.Pase dijo lacnicamenteEra una mujer alta, de formas opulentas, pero basta, tal como haba dicho Diana Forbes. Su pelo era estridentemente rubio y encima de su cara haba una espesa capa de maquillaje.De qu se trata? pregunt Anita, sentada en un divn, mientras cruzaba las piernas provocativamente.De la visita que hizo usted a Raymond Anderson pocos das antes de su muerte, seorita Korr contest el detective.Ah, s. Anita empez a mirarse las uas con indiferencia. El difunto y yo ramos muy amigos, pero no me pida ms detalles. Hay cosas de las que una dama no debe hablar, seor Stanton.Comprendo. Eran amigos, pero... por qu fue a verle?Anita sonri burlonamente.Negocios contest.Qu clase de negocios?Ella frot el ndice y el pulgar.Una peticin de fondos. Necesitaba dinero.Y se lo dio?Bueno...Me gustara creerla, seorita Korr.Anita se encogi de hombros.Me es indiferente que me crea o no repuso. Era esto todo lo que quera saber?No. Todava falta un poco. Se le ha curado ya el catarro?Qu catarro? pregunt ella, sorprendida.Cuando estuvo a visitar a Anderson, en el momento de despedirse, usted solt una risita, pero solt un gallo horroroso, y se disculp ante la secretaria, diciendo que estaba acatarrada.Los ojos de Anita chispearon de un modo singular.Stanton se percat en aquel momento de un detalle. La piel de la mujer brillaba extraamente. Su vestimenta era muy sucinta, lo que permita ver generosas porciones de su exuberante anatoma. No haba ni un solo centmetro cuadrado de piel que no brillase.A Stanton le record la pelcula de plstico que envuelve las frutas para una conservacin indefinida. Usaba Anita algo semejante?Una sbita idea se le ocurri en aquel momento. Fingiendo naturalidad, pregunt a la duea del piso si poda fumar.Por supuesto accedi Anita.Stanton meti la mano en el interior de su blusa y la sac armado con la pistola que disparaba chorros de lquido. Una dosis de alcohol puro fue a parar al amplio escote de la mujer.Eh! Qu hace usted? exclam Anita colricamente. Se ha vuelto loco? Salga de mi casa en el acto o llamar a la polica!Stanton se dijo que lo mejor era emprender una prudente retirada. Tal vez aquella capa brillante no era sino una crema de belleza para la piel. Murmurando confusas disculpas, guard la pistola y, corrido como una mona, abandon el piso.* * *No ha dado resultado, Toit.El xilf no contest. Estaba muy atareado dando los ltimos toques a su aparato.He dicho que no ha dado resultado! grit Stanton.Toit se sobresalt.Eh? Ah, qu decas? S, ya recuerdo. No ha dado resultado. No ha dado resultado... qu es lo que no ha dado resultado, Vic?Un chorro de alcohol lanzado al escote de Anita Korr.Qu descarado! rio el xilf. Y por qu haba de dar resultado, Vic?Si ella hubiera resultado ser una mohgr, el alcohol habra hecho perder su forma en el acto, no es as?Claro, pero tienes que tener en cuenta una cosa, Vic dijo Toit sin abandonar su trabajo.Qu es? pregunt el investigador.Muy sencillo. Los mohgrs no son tontos.Eso ya lo s yo contest Stanton malhumoradamente.Adems, quin te ha dicho que la Korr es un mohgr? Oye exclam Toit riendo a mandbula batiente, si hablo en verso y todo! Qu bonita letra para una cancin moderna, verdad? La Korr es una mohgr, que re con buen humor y a nadie niega un favor. Eh, qu te parece?Digna de la horca refunfu Stanton. Se me ocurri que ella poda ser un mohgr porque quiso rer una vez y solt un terrible graznido. Tal vez se relaj la tensin de sus cuerdas vocales Cmo tienen la voz los mohgrs?Horrible, en efecto, y parece un graznido. Es posible que, en efecto, Anita sea un mohgr.Pero entonces, cmo diablos no le afect el alcohol?Ya te he dicho antes que no son tontos.S. Qu ms?Oye, cuando llueve, no te pones t un impermeable?Pues claro que s... Toit, el brillo de su piel! chill Stanton. Ahora usan una pelcula transparente que les hace inmunes al alcohol!Di mejor que llevan un impermeable, Vic. Inmunes no lo son en modo alguno, si se sabe cmo tratarlos.Se te ha ocurrido alguna idea, Toit? pregunt Stanton esperanzadamente.El xilf suspendi su tarea de pronto y lanz el destornillador a un lado.Ya est exclam.Ya est, qu, Toit?El aparato va a permitirnos comprobar si Anderson era o no un xilf.Toit, es que t no sabes reconocer a los de tu especie aunque estn disfrazados?Si no hubieras visto la pistola en manos de la otra Diana Forbes, no habras credo que el mohgr que haba tomado su forma no era la autntica Diana? Pero hay un procedimiento infalible, Vic.Explcate, Toit pidi Stanton.Toit sac la fotografa de Anderson y la coloc en uno de los extremos del aparato, que ahora pareca una gran ampliadora fotogrfica. Mientras conectaba la mquina a la corriente, dijo:Debes saber, apreciado patrn, que nosotros, los xilfs, despedimos una ligersima radiacin corporal, imperceptible por los medios comunes y que no se puede captar tampoco con la vista. Pero en cambio, esa radiacin se fija en vuestras placas fotogrficas, quedando como una especie de halo o aureola en torno a la figura retratada, si es la de un xilf. En oscuro en el negativo, por supuesto, y ms claro en el positivo.Y este trasto har aparecer el halo.En efecto.Toit dio el contacto. La fotografa de Anderson continu normal, sin la menor alteracin.El xilf no se inmut.No, evidentemente, Anderson no era un xilf diagnostic.Pero, entonces, cmo demonios conoca la existencia de la autobomba? exclam Stanton.Toit bostez.Con esta figura, estoy sujeto a vuestras debilidades fsicas. Tengo hambre y sueo, s as que maana nos dir Anita Korr todo lo que hoy no ha querido decirte a ti contest.CAPTULO VIISe ve que Anita debe de ganar mucho dinero coment Stanton, mientras contemplaba la lujosa residencia, situada en el centro de un ameno jardn, adornado con una piscina y profusin de grandes rboles.Toit solt una risita.Ganar dinero? No seas ingenuo. Lo fabrica, sencillamente. Como yo, Vic. Mira....Toit hizo un gesto con la mano. Dos billetes de cien dlares aparecieron instantneamente.Stanto se alarm.Toit! Esconde eso inmediatamente! Quieres que te atrapen y acabes con veinte aos de condena sobre tus costillas?Hombre, era slo una demostracin de mis habilidades...En este planeta, hay habilidades que no se pueden realizar, so pena de acabar mal gru el detective.Los billetes desaparecieron. Suaviz su gesto, Stanton quiso saber cmo haba realizado Toit el truco.Oh contest el xilf con acento intrascendente. No haba tales billetes, como puedes suponer; ni tampoco transform dos pedazos de papel, sobre los que no tendra control polimrfico. Eran... prolongaciones de mi organismo.Claro, pero qu hubiera pasado si hubieses tenido que pagar dinero?Fabriqu los billetes con trozos sobrantes de mi cuerpo. No te sobran a ti en ocasiones las uas y el pelo?Tienes respuesta para todo refunfu Stanton. Vamos.Se acercaron a la casa, pero, en aquel momento, vieron un automvil que se detena. Una esbelta joven se ape del vehculo, dio dos pasos hacia la entrada del jardn y luego, al ver a la pareja, se detuvo en seco.Vaya! dijo el xilf. Mira quin est ah, Vic!Stanton se acerc a la joven.Qu hace usted aqu, seorita Forbes? pregunt.Tengo la impresin que los motivos de haber venido a esta casa no son muy distintos de los suyos respondi Diana. Me equivoco, seor Stanton?No, en absoluto. Qu espera conseguir aqu?El nombre del asesino del seor Anderson.Stanton y Diana se miraron todava un segundo, mientras el xilf esperaba pacientemente a un lado. Al cabo, Stanton dijo.Bien, vamos.Avanzaron hacia la casa, cuyas ventanas se vean iluminadas. De repente, Stanton concibi una idea:Toit, ve por la trasera. Es preciso impedir que Anita pueda escapar.De acuerdo.Toit se convirti en un furioso torbellino que en un segundo gan la parte posterior de la casa. En aquel momento, alguien mir a travs de una ventana.Anita divis a la pareja y ech a correr hacia la puerta trasera. La abri y se encontr de manos a boca con el xilf.Inmediatamente, dio media vuelta y trat de escapar por otro lado. En el mismo momento, algo se enrosc en sus piernas y la hizo caer al suelo.Sulteme! chill.Toit rio con fuerza. Haba lanzado una prolongacin de su cuerpo en forma de soga rematada en un lazo y la mujer estaba ahora en su poder.Vamos, preciosa, levntate orden.Anita obedeci, con la furia retratada en el semblante. Empujada por Toit, cuyas fuerzas, a pesar de su apariencia ms bien corriente, eran considerables, camin hacia la parte delantera.Toit abri la puerta y seal con la mano a la duea de la residencia:La prisionera est servida!Stanton y Diana entraron en la casa. El detective contempl con admiracin a Toit, cuya mano izquierda sostena el lazo que ahora cea el cuerpo de Anita, a la vez que le sujetaba los brazos.Ha sido una buena labor, Toit elogi.El seor es muy bueno conmigo respondi Toit con fingido tono de respetuoso mayordomo.Acto seguido, Stanton se encar con Anita.No pretendemos hacerle dao, seorita, cranos; lo nico que queremos es que nos diga una cosa.Concretamente, el lugar donde ustedes, los mohgrs, han situado su autobomba aadi Diana.Los ojos de Anita brillaron con furia poco disimulada.No entiendo absolutamente de lo que me estn hablando contest.El dedo ndice de Toit resbal por la piel de uno de sus brazos.Est protegida, Vic inform.Muy bien contest el detective. En ese caso, no nos queda otro remedio que actuar. Tienes preparado el disolvente?Qu es lo que van a hacer conmigo? chill Anita.Usted es un mohgr acus Stanton implacable. El alcohol es perniciossimo para los individuos de su raza y por eso han aprendido a proteger su cuerpo con una pelcula impermeable. Bien, despus de lo que he dicho, no se imagina el resto?Anita se debati furiosamente. Empeo intil; el lazo del xilf la mantena perfectamente sujeta al silln.Toit dijo:Vic, estaba pensando...S, Toit?El disolvente no es seguro. Tengo otra idea mejor. Una simple cuchilla de afeitar.Yo buscar en el bao se ofreci Diana.La muchacha regres momento despus con una cuchillita en la mano. Toit la tom con dos dedos y luego, pellizcando un poco de carne del hombro de la prisionera, hizo una incisin de medio milmetro de profundidad, por cuatro o cinco centmetros de longitud.Acto seguido, tir un poco y despeg de la piel de Anita una pelcula completamente transparente, de unos treinta o cuarenta centmetros cuadrados. La cara de la mujer estaba completamente gris.Es un mohgrs confirm Toit.Tranquilamente, Stanton sac su pistola cargada con alcohol y acerc la boca del can a la carne desnuda.Hablamos? dijo framente.Anita titube. Diana se encar con ella.Tan mal le va en este planeta? pregunt. Los terrestres tenemos nuestros defectos, desde luego, pero no se vive tan mal como para querer destruirlo.Sera cosa de hacer estudios con objeto de evitar que el alcohol daara su organismo terci el xilf. Entonces, podra conservar indefinidamente su figura, Anita.Usted tiene la figura de una mujer guapa. Podra vivir en la Tierra tan ricamente... y no me diga que no tiene experiencia agreg Stanton.Me convertira en traidora a los mos declar Anita hoscamente.Pero salvara las vidas de miles de millones de seres que no les han causados el menor dao.Los mohgrs tienen que sobrevivir insisti la prisionera.Acaso no pueden coexistir con nosotros?La tensin para mantener nuestra figura humana, acaba fatigndonos extraordinariamente y, adems, acorta mucho nuestro promedio de vida. Hay que tener en cuenta que no slo ejercemos tensin para tener figura humana, sino para vivir en una atmsfera que, en nuestra figura ordinaria, nos es hostil.Vaya, eso no lo saba yo murmur Stanton, admirado.Anita continu:Un mohgr puede vivir varias horas en esta atmsfera, sin proteccin de ninguna clase, pero acaba sucumbiendo. Ahora, la tensin que mi mente ejerce sobre mi cuerpo, afecta tambin al sistema respiratorio y le obliga a actuar de manera que pueda utilizar sin perjuicio la atmsfera terrestre. De otro modo, tendra que usar escafandra continuamente.Bien intervino el xilf, pero hay mtodos que podran permitir una relajacin de su mente sin por ello perder ninguna de las cualidades de su organismo humano. Ciertamente, creo que acabara convirtindola definitivamente en una terrestre... y hasta acabara tomando un par de copas de cuando en cuando. Usted cree? pregunt Anita esperanzadamente.El xilf sonri.Incluso podra repararla un poco dijo. En su figura actual, resulta demasiado... curvilnea, un poco basta, comprende?Hubo una pausa de silencio.Stanton y Diana contemplaban vidamente al mohgr.Cedera?* * *Para Stanton, haba dos cosas que era preciso averiguar, pero una de ellas con urgencia: el emplazamiento de la autobomba que amenazaba con hacer saltar el planeta en mil pedazos.La otra cosa que ignoraba era el medio empleado por los mohgrs para llegar a la Tierra, pero era algo que poda esperar perfectamente.Y bien dijo Diana, dnde est la autobomba?Anita se mordi los labios. Era evidente que todava no se resolva a hablar.Teme represalias? pregunt el detective.Nosotros la protegeremos asegur Toit.Anita mir al xilf.Me garantiza una transformacin definitiva? pregunt.No ser fcil, pero creo que lo conseguir. Y no lo har tampoco en veinticuatro horas. De todos modos, acabar por lograrlo.Le creo dijo Anita confiadamente. Est bien, para llegar a la autobomba es preciso ir...BANG! BANG! BANG!Las tres detonaciones sonaron muy juntas. La cabeza de Anita oscil violentamente, despidiendo chorros de sangre por las sienes perforadas por los proyectiles.Diana chill agudamente. Stanton, reaccionando con rapidez, agarr su brazo y tir de ella, lanzndola al suelo.El xilf se alej de un salto al otro lado de la estancia. El revlver que empuaba una mano enguantada, que asomaba por una de las ventanas, continu haciendo fuego hasta agotar las municiones.Anita se derrumb pesadamente al suelo. Stanton se levant y corri hacia la ventana, divisando a una mujer que hua a la carrera hacia un automvil parado al borde de la acera.El detective maldijo entre dientes. Antes de que pudiera realizar alguna accin efectiva, la mujer subi a su coche, arranc y desapareci de aquel lugar en contados segundos.CAPTULO VIIITenemos que irnos de aqu dijo Stanton. Los disparos han armado demasiado ruido. Pudiste ver la cara del asesino? pregunt Toit.Era una mujer contest el detective.Caramba! exclam Toit. Una noticia sorprendente.Stanton agarr la mano de Diana, que apareca lvida, a causa del susto recibido.Vmonos, pronto.Echaron a correr hacia la puerta y salieron al jardn. A lo lejos, se escuchaba ya el inconfundible sonido de una sirena policial.Mi coche dijo Diana.Stanton se volvi hacia el xilf.Usa t el mo. Yo voy a acompaar a Diana.Est bien.Stanton se sent tras los mandos. Inmediatamente, lanz un grito de rabia:Han destrozado el sistema de conexin de energa radiante!Diana se dispona a sentarse en aquel momento y se enderez, terriblemente asustada.Nos atraparn...Eso es lo de menos gru l. Lo que me interesaba era seguir a la asesina.Mire exclam ella de pronto, ah viene Toit.El xilf retroceda a la carrera. Stanton sali a su encuentro.Tu automvil no funciona inform Toit llanamente.Lo mismo le sucede al de Diana. La asesina obr con astucia dijo Stanton.Qu haremos ahora se lament Diana.El sonido de la sirena estaba cada vez ms cerca. De repente, un automvil policial apareci por una bocacalle cercana y rod a gran velocidad hacia la acera.Toit, no se te ocurre ninguna idea para salir de este atolladero? pregunt el detective.S. Espera un momento.El xilf se transform en un caballo negro enfurecido, que empez a dar saltos y corvetas, a la vez que relinchaba estruendosamente. Los policas, que acababan de salir de su coche, se quedaron estupefactos.Sujtalo! grit uno.Es un caballo sin domar dijo el otro.Para Stanton, la escena habra sido cmica, de no mediar un asesinato. Los policas, con las pistolas en la mano, hacan esfuerzos desesperados para huir de las acometidas del cuadrpedo.Sbitamente, Toit empez a coces contra el coche policial. El estruendo era horroroso.Los policas juraban a ms y mejor. Cuando una coz del enloquecido caballo destroz el parabrisas del coche, sus exclamaciones llegaron a lmites increbles.El ltimo par de coces de Toit acab por volcar el automvil de patrulla. Luego, un par de nada suaves empujones, lanzaron por tierra a los dos agentes, dejndolos aturdidos e incapaces de reaccionar por unos momentos.Vamos grit el caballo. Subid a mi grupa.Uno de los policas se haba sentado en el suelo. Oy hablar al cuadrpedo y se desmay.Stanton corri hacia el caballo, llevando de la mano a la muchacha. Un miembro flexible naci en el costado del animal, agarr a Diana por la cintura y la coloc en la grupa. Stanton fue izado a los lomos de la misma manera.El tentculo desapareci. Toit grit:Vic, agrrate a mis crines!Stanton obedeci. Inmediatamente, Toit arranc con un furioso galope, en medio de la estupefaccin de cuantos haban contemplado la escena.De repente, otro automvil policial apareci por la calle prxima, cerrando el paso a los fugitivos. El conductor fren y, en unin de su compaero, se dispuso a evitar la huida de la pareja.Toit se detuvo casi en seco a cuatro pasos de los policas. Estos apuntaban con sus armas a la pareja que iba a lomos del cuadrpedo.Aprtense! habl el caballo. No ven que estn estorbando? Y guarden esas pistolas; no tengo ganas de que me hagan un agujero en mi preciosa piel!Los policas se quedaron atnitos al ver que aquella voz sala de la boca de un caballo. Toit sigui:Se ha cometido un asesinato en aquella casa, pero no hemos sido nosotros. Un caballo honrado no asesina a las personas!Piaf fuertemente y, de pronto, lanz un agudo relincho. Luego arranc de nuevo a correr, dio un salto gigantesco, pas por encima del coche policial, pero, en lugar de caer, despleg un par de alas de gigantescas dimensiones y vol a gran velocidad hacia las alturas, como un nuevo Pegaso.Los policas se miraron, llenos de pasmo.Has... has visto lo que... lo que yo he visto, Joe?El otro polica se ech a llorar.Timothy, me veo en un manicomio dijo. Nadie nos creer lo que hemos presenciado...* * *Su automvil y el de la seorita Forbes estaban abandonados cerca del lugar donde se cometi el crimen.Stanton se encogi de hombros.A m me lo robaron declar.Y a m tambin aadi Diana.El inspector Meeker contempl a la pareja con suspicacia.No se puede robar un automvil movido por energa radiante aleg,Stanton solt una risita.Que no? Djeme el suyo y ver cmo, en menos de diez minutos, salgo arreando con l, sin necesidad de usar llave de contacto.El polica estaba desconcertado.La verdad es que no hay pruebas contra ustedes manifest. Sin embargo, la seorita Forbes ya estuvo mezclada en un caso de asesinato.Del cual fui declarada inocente afirm ella.Lo s. Pero da la casualidad de que hemos averiguado que la difunta era amiga del seor Anderson.Cree que no lo saba yo? pregunt Diana. Precisamente fui yo quien la recibi en su ltima visita al seor Anderson. Pero la estancia del seor Stanton y ma en aquellos parajes fue meramente casual.Sencillamente, habamos acordado reunimos all para dar un paseo agreg el detective. El tiempo es muy hermoso e invita a pasear.Los policas aseguran que los fugitivos se parecan mucho a ustedes insisti Meeker.Era de noche y la falta de luz se presta fcilmente a confusiones aleg Stanton.El polica hubiese querido mencionar el caballo que hablaba y volaba, pero temi hacer el ridculo.Qu me dicen de los destrozos de los contactos de sus automviles? pregunt.Siempre hay salvajes que disfrutan destruyendo, inspector. Es un desahogo psquico con el cual se liberan de inhibiciones momentneas contest Diana.Meeker, malhumorado, se puso en pie. Haba sido una gestin infructuosa.Tena la sospecha de que aquella pareja estaba relacionada de algn modo con el asesinato de Anita Korr, pero no poda probarlo en manera alguna.Perkins! llam Stanton.Toit, impecablemente vestido de mayordomo, con chaleco de peto rayado y mangas negras, se present en la sala.Seor? dijo respetuosamente.Acompae al inspector, Perkins.Como ordene el seor. Por aqu, inspector...Momentos despus, estaban los tres solos. Toit se ech a rer.Ha mencionado el caballo volador? pregunt.No contest Stanton, pero no se fa.Se acerc a la ventana. Momentos despus, vio a Meeker salir a la calle y hablar con un individuo que esperaba junto a un automvil.El individuo asinti. Meeker se meti en el coche y el conductor lo hizo arrancar en el acto.Ha dejado un vigilante dijo Stanton momentos despus.Es lo correcto manifest Toit con indiferencia. Sospechan de vosotros.Pero no somos los asesinos exclam Diana vehementemente. Fue una mujer...Cuya identidad creo conocer dijo Stanton de manera sorprendente.Diana y el xilf le miraron con inters.Hable pidi ella.Quin es? exclam el xilf.Stanton sonri.Dnde apareci muerto Raymond Anderson? pregunt.En el despacho de su residencia privada dijo Diana.Anderson apareci muerto de cuatro balazos, uno de ellos en la nuca. Estaba sentado en el momento de morir y apareci cado sobre la mesa de trabajo.S confirm la joven.Usted fue a visitarle a las siete de la tarde para llevarle unos documentos que l quera examinar en su casa.Es cierto.Se march treinta minutos despus.S, as ocurri.Detrs de la mesa de trabajo de Anderson hay una gran ventana que da al jardn. El mayordomo de los Anderson asegur que usted tom su coche y sali en el acto.Efectivamente.Por lo tanto, no pudo haber dado la vuelta a la casa para disparar contra Anderson a travs de la ventana.Siempre lo he sostenido contest Diana.Bien, en tal caso sonri Stanton, y teniendo en cuenta la persona que mat a Anita Korr, la solucin al enigma es bien fcil.Lisa Anderson! exclam el xilf.Exactamente corrobor Stanton.Diana estaba atnita.Ella? Pero, si estaba enamoradsima de su marido! exclam.Cuando el amor rebasa unos lmites prudenciales, se convierte en celos dijo el detective con acento sentencioso.Es probable que tengas razn convino Toit. Pero si fue as, por qu Lisa Anderson te busc para que probases la culpabilidad de Diana?A mi entender, ello obedece a unos motivos bien definidos: los celos. Pero al mismo tiempo, sospecho una cosa.Qu es, Vic? pregunt Diana.Sencillamente: Lisa Anderson es un mohgr.Eso es un disparate! Un mohgr no podr sentir celos de Diana! exclam Toit.Que no? Es que ya no recuerdas que habamos persuadido a Anita para que hablase, prometindole dejarla definitivamente con su actual figura e incluso mejorndosela?Pero si fue Lisa la que mat a Anita, no lo hizo por celos.O s. Anita estaba relacionada con su marido de un modo u otro... y adems, era un mohgr.De todas formas intervino Diana, los celos, en el caso de Anita, deben quedar excluidos.Venganza apunt el xilf.No, seguridad propia y de todos los mohgrs afirm Stanton.Bien dijo Toit, qu es lo que piensas hacer ahora?Interrogar a la seora Anderson, por supuesto contest el detective con voz firme.Y si resultase ser un mohgr? pregunt Diana.Le hara que me respondiese a dos preguntas: una, dnde se halla la autobomba.Y la segunda?Cmo vinieron los mohgrs a la Tierra? Hay alguna especie de centro de control o puesto de mando en alguna parte? Tienen algn jefe o estado mayor que dirige sus operaciones? Hay archivos que sealen dnde estn los mohgrs que pululan por ah con figura humana? Cuntos mohgrs hay en el planeta?Muchas preguntas son dijo Diana, meneando la cabeza dubitativamente.Muchas, en efecto coment Stanton, pero es preciso hacerlas.Irs solo o necesitas compaa? solicit Toit.No, ir solo contest el detective. Por cierto, Diana, an no le he preguntado cundo iniciar el profesor Brunee sus trabajos geolgicos.No puedo asegurarle nada, Vic. Le dej plena libertad al respecto.Comprendo. Bien, no s cundo volver, de modo que no se preocupen por m si tardo.Silbando alegremente, el detective se encamin hacia la puerta. Toit mene la cabeza y dijo:Es un chico estupendo. La clase de amo que todo Toit rescatado del fondo de una botella deseara tener.Diana le mir con cierto recelo.Toit, en esta casa, cul de los dos es el amo? pregunt.El xilf se ech a rer.Una pregunta sumamente comprometedora dijo, sin querer aadir una sola palabra ms sobre el particular.CAPTULO IXLos terrestres averiguaron que ahora nos protegemos contra el lquido nocivo. El nmero Cincuenta se vio obligado a eliminar al nmero Ciento Cinco.Motivos? pregunt el nmero Uno.Ciento Cinco flaqueaba. Le prometan conservar indefinidamente su figura terrestre.Y nos hubiera delatado.S, Uno.Cincuenta hizo bien aprob el comandante del observatorio. Sesenta y Ocho, cree usted que los terrestres estn en condiciones de cumplir lo que prometan a Ciento Cinco?Con algunas reservas, sin embargo, creo que s, Uno.Eso es peligroso, Sesenta y Cinco.As lo entiendo yo, Uno.Ser preciso guardar silencio al respecto, entendido?S, Uno.Pero no entiendo. Qu ventajas puede tener un mohgr si se convierte definitivamente en terrestre? Vivira infinitamente menos...Algunos se sienten atrados hacia la figura terrestre. Les agrada ms que la propia.Un mimetismo absurdo y antipatriota calific duramente el nmero Uno. Ser preciso extirparlo de raz, aunque haya que tomar medidas tajantes.Desde luego. No obstante, si nuestra permanencia en el planeta dura mucho tiempo, podrn producirse algunas defecciones que no favoreceran ciertamente nuestra causa.Comprendo, Sesenta y Cinco. Ahora mismo ordenar una revisin psquica de todos los agentes que tenemos en el planeta. Aquel que muestre seales de debilidad, ser tratado de modo que no vuelva a recaer en tan funestas aficiones.Lo que interesara sera activar el proceso de la autobomba, Uno. El tiempo, es preciso reconocerlo, trabaja en contra de nuestros intereses.Nos equivocamos un poco reconoci el nmero Uno. Cremos que nuestra raza sera completamente inmune a los atractivos de la vida en este planeta y por eso trazamos un plan de accin con un plazo de ejecucin excesivamente largo. No obstante, procuraremos abreviarlo en lo posible.Est bien, Uno. Algo ms?Eso es todo, por ahora, Sesenta y Cinco. Le felicito por sus informes, y felicite tambin al nmero Cincuenta.As lo har, Uno.La comunicacin se cort. El nmero Uno llam luego al departamento de Geoingeniera.Activen el proceso de la autobomba cuanto sea posible. Necesito que alcance su fase crtica dentro de una semana.Haremos todo cuanto est en nuestras manos, nmero Uno contest el encargado del departamento. Sin embargo, no me comprometo a garantizar nada, ya que es una alteracin de los planes que se sale excesivamente de la lnea programada.Lo s, pero no tenemos ms remedio que adelantarlo cuanto se pueda. Avseme apenas haya alguna novedad al respecto.S, Uno.* * *Est seguro de que la seora Anderson se encontraba en su casa el da del asesinato de su esposo?Segursimo, seor Stanton contest Will Grubbs, mayordomo de los Anderson. No puede haber error al respecto.Usted vio que la seorita Forbes sala de la casa media hora despus de haber llegado. No cabe la posibilidad de que hubiera vuelto subrepticiamente?Podra ser, pero no lo creo. En ese caso, tendra que haber entrado por la parte posterior del parque, pero al borde de la tapia tiene un sistema de alarma que funciona constantemente, est o no abierta la puerta exterior.Comprendo. Diana no pudo ser, luego entonces, lo hizo alguien que estaba dentro de la casa.Grubbs guard silencio. De pronto llamaron a la puerta.El mayordomo se precipit a abrir. Lisa Anderson apareci en el umbral.Buenas tardes, Grubbs salud cortsmente. Creo que tenemos visita.En efecto, seora; el seor Stanton vino a verla y al enterarse de su ausencia, decidi esperar a la seora.Gracias, Grubbs, puede retirarse; yo atender personalmente al seor Stanton.El mayordomo se alej. Stanton y Lisa quedaron frente a frente.No cre ser objeto de investigacin en mi propia casa dijo ella en tono de reproche.Investigo un asesinato contest el detective framente. Es natural que realice todas las pesquisas necesarias para culminar mi labor de un modo plenamente satisfactorio.Bien, as lo creo yo. Pero resulta que he llegado a la conclusin de que no es necesario que contine su trabajo. Comet un error al creer que Diana Forbes asesin a mi marido. Estimo que es inocente y, por lo tanto, le ruego que no contine sus investigaciones, seor Stanton.El detective se qued perplejo al or aquellas palabras. Consigui reaccionar y dijo:Si usted lo prefiere as, yo no tengo nada que objetar, seora Anderson. Le enviar un cheque por el sobrante de la suma que usted me anticip en el momento de contratar mis servicios, junto con la minuta correspondiente.No es necesario, puede quedarse con el dinero, seor Stanton.Acostumbro a cobrar solamente lo justo declar l, framente. Mir un instante a la hermosa mujer y advirti en su piel un brillo inusitado que le confirm en sus sospechas: Ha sido un placer, a pesar de todo, seora Anderson.Inclin la cabeza en seal de saludo y se dirigi hacia la puerta. Lisa le correspondi con un gesto anlogo, mucho ms moderado, sin embargo.Momentos despus, Stanton haca arrancar su coche, ya reparado, y emprenda el regreso a su casa.* * *Has vuelto antes de lo que esperbamos dijo el xilf, entregndole una copa llena. Diana le contemplaba en silencio.Ha sido una gestin demasiado rpida, en efecto convino Stanton. Apenas pude hacer otra cosa que escuchar mi despido.Cmo? exclam la muchacha.As es. Lisa Anderson me ha dicho que abandone el caso.Por qu, Vic?Stanton bebi un trago. Luego dijo:Lisa es un mohgr. Naturalmente, no les interesa que yo siga investigando.Pero..., eso es absurdo! Cmo puede Lisa...?La seora Anderson era celosa, no?S, bastante. Yo creo, de todas formas, que ms que tratar de probar mi culpabilidad, quera que usted encontrase el verdadero asesino.Y ahora no le interesa que lo encuentre.Es desconcertante, en efecto dijo el xilf.No lo es, si se piensa que Lisa Anderson s viva en el momento del asesinato de su esposo. Ahora es un ser extraterrestre el que ocupa su puesto.Eso es verdad, pero no resuelve el problema principal dijo Diana.Cul es? pregunt Stanton.La identidad del asesino.Hubo un momento de silencio. Mirando aparentemente a la copa que tena en la mano, Stanton se haba concentrado en sus reflexiones.Diana dijo al cabo, qu hizo Lisa Anderson despus de los funerales?Se march de la ciudad. Dijo que quera pasar a solas su pena.Adnde se fue? Lo sabe usted?Los Anderson tenan una residencia en el campo, en un lugar muy solitario. Solan ir all algunos finales de semana o cuando l se senta demasiado fatigado de su trabajo.Lisa Anderson es un mohgr, no cabe ya duda alguna. En cuanto a Anderson, hemos quedado que tambin lo era...Sabemos que no fue un xilf objet Toit, pero, un mohgr, imposible.Toit, no seas tonto gru el detective. Tena una suerte loca en sus jugadas de Bolsa. Eso slo lo puede hacer quien posee facultades mentales no comunes a los terrestres.Diablos! exclam el xilf. Puede que tengas razn. Pero, entonces, por qu lo asesinaron?Stanton acab su copa.Puede que la propia seora Anderson nos diga algo al respecto contest.Lisa? Ya no hablar ms asegur Diana.Es posible que tengas razn, pero no hablar ms por la sencilla razn de que est muerta. Me refiero a la autntica, no al mohgr que ahora ocupa su puesto.Toit se estremeci.Oye, Vic, sabes que estoy pensando que es muy posible que tengas razn? exclam.La tengo dijo Stanton con voz firme. Y vamos a comprobarlo haciendo una visita a la residencia campestre de los Anderson. Diana, sabr guiamos?Por supuesto accedi la muchacha.* * *Era preciso reconocer que Anderson haba sabido elegir bien el lugar. El panorama era sumamente atractivo y la soledad que reinaba deba de ser un magnfico sedante para los nervios torturados de un hombre de gran actividad en los negocios.Stanton detuvo su coche y los tres se apearon en el acto.Quiz tengamos que cavar alguna tumba dijo el detective.Diana se estremeci.La enterraron aqu?Si ha muerto, no hay lugar mejor para ocultar un cadver. Vamos.La casa apareca en silencio y con las ventanas cerradas. Stanton no se molest en llamar siquiera.Por medio de una ganza, abri la puerta. Cruz el umbral y ote el panorama interior durante unos instantes.Vamos a revisar la casa primeramente dijo.El edificio era de planta y piso. Las habitaciones inferiores estaban completamente desiertas.Stanton examin la biblioteca-despacho. Buscaba alguna pista que le ayudase a conseguir la solucin del enigma.De pronto, oy un grito de Diana:Vic, venga pronto.El joven ech a correr hacia la cocina. Toit lleg desde un saln cercano.Qu sucede, Diana? pregunt el detective.Ella seal el enorme frigorfico, abierto de par en par y repleto de provisiones.Qu le parece? pregunt.Lgico. Los Anderson necesitaban comida cuando venan a pasar sus fines de semana.De verdad? La ltima vez que estuvieron aqu fue hace dos meses, cuatro das antes de la muerte de l. Si Lisa hubiese estado aqu una temporada, reponindose, el frigorfico tendra que estar casi vaco.Y ahora aparece lleno, como si alguien habitase la casa dijo l preocupndose. Puesto que el mohgr que representa el papel de Lisa no viene por aqu, para qu tanta comida?De pronto oyeron unos ruidos que parecan provenir del piso superior.Tres pares de ojos miraron hacia arriba simultneamente. Los golpes se repetan con un ritmo singular.Punto..., punto..., punto... murmur Stanton raya..., raya..., raya..., punto..., punto... punto... SOS! grit.Alguien pide socorro dijo Diana excitadamente.Stanton gir sobre sus talones y abandon la cocina, seguido de cerca por Diana y el xilf. Subieron al piso superior y oyeron ms golpes en una puerta.Por favor...! son una voz femenina. Estoy presa. branme...Es Lisa Anderson! exclam Diana, en el colmo del asombro.Stanton se precipit hacia la puerta.Seora Anderson! grit. No tema, ahora mismo la rescataremos.Alguien solloz de gratitud al otro lado de la puerta. Momentos despus, Stanton acoga en sus brazos a una hermosa mujer, deshecha fsica y moralmente.CAPTULO XDiana prepar caf. En la taza de Lisa puso unas gotas de coac, lo que reanim a la mujer notablemente.No acabo de creer en mi buena suerte dijo Lisa, una vez recobrada en parte. He pasado unos das horribles en esta prisin... Ella haba colocado rejas en las ventanas y la cerradura especial de la puerta me impeda el escapar...Ella? repiti Stanton. Quin es, seora Anderson?Mi doble contest ella. Es exactamente igual a m en todos los aspectos. Viene cada dos o tres das, me deja algo de comida y vuelve a marcharse...Resulta extrao dijo el xilf preocupadamente. Para el mohgr, lo ms sencillo habra sido matarla a usted. Por qu no lo ha hecho?Lisa se encogi de hombros.No tengo la menor idea respondi. Slo s que cuando me traa la comida, me miraba fijamente y entonces yo caa en una especie de trance, como si me hipnotizase o algo por el estilo.Seguramente, trataba de adquirir detalles de su vida anterior, para no cometer errores en lo sucesivo apunt Stanton.Es muy probable que haya sido as concord Diana. Recuerdo que cuando vino aquel mohgr que tom mi aspecto, estuve unos momentos inconsciente, pero no s lo que pas durante aquellos pocos minutos. No puedo acordarme, por ms esfuerzos que hago.Indudablemente, el mohgr quiere ocupar el puesto de la seora Anderson definitivamente... intervino Toit. Lo que ya no me explico son los motivos.No hay dificultad alguna en conocerlos... dijo Stanton. Los mohgrs estn en nuestro planeta y necesitan adoptar, en muchas ocasiones, personalidades de cierto relieve para poder llevar a cabo sus acciones con ms facilidad. Pero ahora vamos a discutir otro asunto.Stanton se encar con la dama.Seora Anderson, fue usted o fue el mohgr quien me encarg probase la culpabilidad de la seorita Forbes?Fui yo, naturalmente, aunque ahora me arrepiento de ello contest Diana.Estaba usted en su casa el da de la muerte de su esposo?Haba salido, pero volv poco despus. El mayordomo pareci bastante sorprendido cuando le pregunt por mi marido, cosa que me extra bastante. Me respondi que mi marido estaba trabajando en su despacho y luego, cuando vi que tardaba, fui a llamarle para la cena y...Lisa se interrumpi, visiblemente afectada por la pena. Stanton se hallaba sumido en profundas reflexiones.Estoy seguro dijo al cabo, que el mohgr ya estaba all y haba tomado el aspecto de la seora Anderson. Eso fue lo que caus el desconcierto al mayordomo.Y, probablemente, el seor Anderson descubri la verdad y por eso el mohgr lo mat apunt Diana.No es se el motivo fundamental contradijo el detective. El seor Anderson era un mohgr y, probablemente, se encontr muy a gusto en este planeta y se neg a secundar los proyectos de sus congneres. Por eso lleg la orden de ejecucin y..., quin mejor para llevarla a cabo que un mohgr con la apariencia de su esposa?Lisa se qued aterrada al or aquellas palabras. Stanton continu:Seora Anderson, beba licores su esposo?No, jams; era completamente abstemio contest ella.Cunto tiempo llevaban de casados?Poco ms de cinco aos, seor Stanton.Todo coincide. El mohgr que lo asesin y que ahora vive con el aspecto de la seora Anderson, esper a que ella salies