Le preguntaron a Don Julián Marías*: –¿Se considera usted un feminista? Siempre me ha...
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Le preguntaron a Don Julián Marías*:–¿Se considera usted un feminista? Siempre me ha interesado la mujer. No, feminista no. ¿Sabes lo que respondió Valle Inclán a esta pregunta?: “No, no, yo soy mujeriego”, dijo. Yo tampoco soy mujeriego, pero tengo entusiasmo por la mujer. La mujer es por lo menos tan persona como el hombre, pero son dos personalidades muy distintas y su razón vital también lo es. La mujer ve la realidad de otro modo. Y eso es la gracia de la Humanidad, lo valioso.En el siglo pasado, los papeles estaban muy bien definidos. Había hombres, había mujeres. La vida humana transcurría según dos pautas bien diferenciadas y coordinadas, y había lo que podríamos llamar «esferas de influencia» reconocidas. Algo parecido ocurría con las influencias respectivas de hombres y mujeres. Sí, claro —se dirá—, pero las mujeres estaban reducidas a las «3 K» de Guillermo II ("Kirche, Kinder, Küche", iglesia, niños, cocina). Pero ¿es que esto era verdad? Es evidente que la estructura social del mundo europeo ha dependido de la existencia de criados, y lo más grave socialmente que ha pasado en estos decenios últimos ha sido la desaparición de las criadas. A veces he dicho que ese es el tema de nuestro tiempo, del nuestro, que no es 1923, cuando Ortega publicó su famoso libro. Mejor dicho, ha sido el tema del tiempo que pasó hace cosa de quince años. Ya ha desaparecido hasta como tema. * Filósofo y ensayista español, discípulo de Ortega y Gasset
Sigue Don Julián Marías:Con graves consecuencias, que no hemos empezado siquiera a investigar, porque hay otras cosas más espectaculares. Pero más importantes que esta, socialmente, pocas. Es evidente que la estructura de la familia, su tamaño, los aspectos profesionales, las relaciones de los padres con los hijos y del matrimonio entre sí, el número de hijos, la permanencia en la casa de los abuelos, el empleo del tiempo, la administración del ocio, todo esto está condicionado en inmensa proporción por la desaparición del servicio doméstico. Y entiendo por servicio doméstico el tradicional, con la criada interna, que vivía en casa, que amanecía y anochecía en casa; que tenía una jornada ilimitada aunque no fuese demasiado larga, aunque tuviese largos periodos de descanso; que tenía una dimensión de quasi-esclavitud, sin duda; que tenía otra dimensión de explotación; que tenía otra de adopción familiar, de participación en la vida de la familia, de ascenso social, de educación: una larga serie de cosas buenas y malas. ¡A cuántas criaditas he enseñado yo a leer y a escribir, cuando era niño, en la casa paterna —y materna, claro—, con cuántas he asado castañas y patatas!
Rol
Tradicional
de la
MUJER
¿Qué significa la presencia de la mujer en el mundo de lo público?¿Este rol afecta su identidad?
El rol de la mujer en el mundo de lo público está abierto a su intervención en la vida ciudadana y en su capacidad para participar en la generación de ingresos a la economía familiar y a impactar en la Economía Nacional. Esto sin abandonar su función de “cuidadora” compartida con quienes conviven con ella en la vida familiar.
Este nuevo rol satisface su autoestima, su autonomía y le permite tener su propio proyecto de vida, que no solo contempla su rol de esposa y madre, sino su realización como sujeta de derechos. Su identidad no está solo relacionada con su vida familiar, sino también con su realización como persona con competencias profesionales y laborales bien definidas.
El modelo socioeconómico actual y los roles familiares en la sociedad de mercado y consumo.
La vida familiar ha perdido su reto de generar y fortalecer los vínculos de afecto entre sus miembros: Hijas e hijos, sin padre. No hay figura masculina en muchos hogares.Mujer cabeza de familia, algunos pocos varones con la responsabilidad del hogar Abuelos y abuelas responsables de sus nietas y nietos
Este es un nuevo modelo de sociedad, que ha afectado el tradicional esquema de familia y produce una patología social que se manifiesta en violencia, jóvenes sin futuro…
¿ Cuál es el rol adecuado para la mujer del Siglo XXI?
La mujer en la sociedad actual tiene la gran oportunidad de ser reconocida como sujeta de derechos en un contexto de equidad que se va construyendo en todos los grupos sociales.Esto conlleva profundos cambios en el sistema social familiar:
No se trata de responsabilizar a la mujer de todas las tares de cuidado, sino de hacer una redistribución del cuidado en la vida familiar;
Esta redistribución le permite a la mujer participar en la vida de la ciudad y realizar sus potencialidades y habilidades profesionales.
Le exige desarrollar sus talentos y habilidades en favor de un mundo más humano y justo, más competente y diverso.
La mujer colombiana en el proceso de paz
La ausencia de la mujer en las conversaciones de paz es muy significativo, deja muchas dudas sobre lo que se está buscando y lo que se va a lograr:
Es un proceso de paz militar, pero no una propuesta de paz que aborde el verdadero conflicto que azota al país. Son más las víctimas de la violencia familiar que las del conflicto armado: mujeres, niñas, niños violad@s, maltratad@s, abandonada@s.... El proceso de paz, debe ser una apuesta en la que participa toda la sociedad: mujeres y varones, jóvenes, niñas y niños. Debe haber un compromiso nacional. En este compromiso las mujeres tienen su rol y los varones el suyo, en un diálogo permanente y con tareas que se complementan. El proceso de paz, no solo es militar, sino principalmente un proceso de superación de las pobrezas, de la inequidad y de la injusticia social.
La mujer colombiana en el proceso de paz
De acuerdo con Planeación Nacional y el DANE, en cifras redondas, en Colombia una persona se encuentra bajo la línea de pobreza cuando tiene ingresos por debajo de los $190.000 pesos mensuales.Así mismo, se considera que una persona está bajo la línea de pobreza extrema cuando tiene ingresos por debajo de $90.000 al mes.La Red Unidos establece las necesidades de las familias basados en el Índice de Pobreza Multidimensional, IMP., diseñado por la Universidad de Oxford y que contempla 9 dimensiones: salud, educación, identificación, nutrición, dinámica familias, bancarización, ingresos, habitabilidad y acceso a la justicia.Las mujeres cargan con el mayor peso del trabajo doméstico no remunerado, que no tiene un valor de mercado y, por ello, no reporta los beneficios económicos y sociales que el trabajo remunerado sí conlleva. Esta carga limita su acceso al mercado laboral y a la independencia económica.
La mujer colombiana en el proceso de paz
El acceso, uso y control de los recursos productivos, Incluidos la tierra, el crédito y la asistencia técnica, siguen estando muy condicionados por la persistencia de patrones discriminatorios en contra de las mujeres. Las mujeres enfrentan barreras específicas para acceder al mercado laboral, entre las que se encuentran de manera especial las responsabilidades familiares, los prejuicios sociales y las prácticas discriminatorias por parte de empleadores/as.Las pautas de segmentación laboral concentran a las mujeres en un número muy reducido de oficios considerados femeninos y, precisamente por ello, poco valorados, mal remunerados y desprotegidos en términos de seguridad y previsión social.Las mujeres están subrepresentadas en los espacios de toma de decisión, lo que conlleva la exclusión de sus necesidades específicas de las agendas políticas y económicas. CEPAL
La mujer colombiana en el proceso de paz
“La estructura de la pobreza va más allá del mercado (adquisición de bienes y servicios); existen forman intangiblesde pobreza, como el aislamiento social, la vulnerabilidad, la inseguridad y las relaciones de dependencia y subordinación en la satisfacción de las necesidades básicas, las cuales pueden ser vistas como mecanismos a travésde los cuales la pobreza se reproduce”
Kabeer (1991), tomado de página Web de AméricaLatina Genera http://www.americalatinagenera.org/tematica/pobreza.php
La mujer colombiana en el proceso de paz
Las pautas de segmentación laboral concentran a las mujeres en un número muy reducido de oficios considerados femeninos y, precisamente por ello, poco valorados, mal remunerados y desprotegidos en términos de seguridad y previsión social.Las mujeres están subrepresentadas en los espacios de toma de decisión, lo que conlleva la exclusión de sus necesidades específicas de las agendas políticas y económicas.Mediciones realizadas por la CEPAL muestran que, en Colombia, cuando se toma como unidad de análisis el hogar, los índices de pobreza de hombres y mujeres son muy similares. Sin embargo, cuando se mira al interior de los hogares, se develan formas específicas de pobreza femenina. Un dato indicativo en este sentido es el hecho de que el 40.9% de mujeres cónyuges que habitan en hogares no pobres urbanos no disponen de ingresos propios; es decir, se trata de hogares no pobres en los que habitan mujeres sin ingresos propios, lo que plantea la posibilidad de que haya mujeres pobres (sin acceso ni control sobre los recursos) en hogares no pobres. Esto nos remite a la importancia de la autonomía económica, es decir, al hecho de que las personas cuenten con ingresos propios que les permitan satisfacer sus necesidades de manera autónoma
Entonces, ¿Qué?
Entonces, las mujeres como gestoras de paz, tienes responsabilidades, entre otras:
Bajar el concepto de construcción de paz a la vida cotidiana. Promover conversatorios de paz, conocer la legislación de la paz, hacer análisis de coyuntura, divulgar documentos, proponer y realizar eventos. Transformar roles y patrones de convivencia. Educar a la familia para la paz. Redistribuir las tareas del cuidado familiar Asumir cargos directivos en el proceso de paz. Otros.
¡QUEREMOS PARTICIPAR EN EL PROCESO DE PAZ!!!!
¡Queremos participar en el proceso de
paz!!!!!!!!
