L.E. Thayer (2009) Inmigrantes Ecuatorianos, Colombianos y Peruanos en España, La Transformación...

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1 ISSN 0717-7097 América Latina 8 Revista del Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina 2º Semestre 2008/1º Semestre 2009/Universidad ARCIS Juan Carlos Gómez Leyton Philip Oxhorn Margarita Pastene ESTADO, MERCADO Guillermo Davinson Y SOCIEDAD CIVIL Sandra López Alonso Velasco José P. Lagos Abraham Abugattas PROTECCIÓN ESTATAL, Atilio Boron DEMOCRACIA Sandra Riquelme Y DERECHOS HUMANOS María Cecilia Azconegui PROCESOS Jorge Martínez MIRGRATORIOS Sònia Lahoz EN AMÉRICA LATINA Luis Eduardo Thayer C.

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    ISSN 0717-7097

    Amrica Latina 8 Revista del Doctorado en Procesos Sociales y Polticos en Amrica Latina

    2 Semestre 2008/1 Semestre 2009/Universidad ARCIS

    Juan Carlos Gmez Leyton Philip Oxhorn Margarita Pastene ESTADO, MERCADO Guillermo Davinson

    Y SOCIEDAD CIVIL Sandra Lpez Alonso Velasco

    Jos P. Lagos Abraham Abugattas

    PROTECCIN ESTATAL, Atilio Boron DEMOCRACIA Sandra Riquelme Y DERECHOS HUMANOS Mara Cecilia Azconegui

    PROCESOS Jorge Martnez MIRGRATORIOS Snia Lahoz EN AMRICA LATINA Luis Eduardo Thayer C.

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    REVISTA DEL DOCTORADO EN PROCESOS SOCIALES Y POLTICOS EN AMRICA LATINA

    ESTADO, MERCADO Y SOCIEDAD CIVIL

    PROTECCIN ESTATAL, DEMOCRACIA Y DERECHOS

    HUMANOS

    PROCESOS MIGRATORIOS EN AMRICA LATINA

    Editorial ARCIS Santiago de Chile, 2009

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    Rector Universidad ARCIS

    Carlos Margotta Trincado

    Director Responsable de Revista Amrica Latina y PROSPAL

    Juan Carlos Gmez Leyton

    Comit Editorial:

    Toms Moulian, Carlos Ossandn, Manuel Antonio Garretn, Igor Goicovic, Juan Carlos

    Gmez Leyton, Mario Garcs, lvaro Cuadra, Hctor Vega, Magdalena Valdivieso

    Consejo Editorial:

    Carlos Moreira (Uruguay), Fernando Mayorga (Bolivia), Diego Ras (Argentina), Diego

    Reynoso (Argentina), Lucio Oliver (Mxico), Carlos Figueroa (Mxico), Cesar Zuco

    (Brasil), Cecilia Lesgart (Argentina), Ral Prada (Bolivia), Luis Tapia (Bolivia), Maristella

    Svampa (Argentina)

    Registro Intelectual N 162.620

    ISSN: 0717-7097

    Universidad ARCIS, 2008-2009

    Doctorado en Procesos Sociales y Polticos en Amrica Latina

    Libertad 53

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    Director: Juan Carlos Gmez Leyton

    Edicin: Zulema Escalante Lara

    Coordinador de Ventas y Distribucin: Vctor Hugo Robles

    Santiago-Chile

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    INMIGRANTES ECUATORIANOS, COLOMBIANOS Y PERUANOS EN ESPAA:

    LA TRANSFORMACIN DEL TIEMPO, EL ESPACIO Y LA IDENTIDAD

    Luis Eduardo Thayer C.

    Resumen

    El objetivo de este artculo es proponer una perspectiva terica eficiente y

    original para estudiar los flujos migratorios intra e interregionales que se

    producen en Latinoamrica. Las nociones de expropiacin del tiempo y

    apropiacin del espacio, constituyen la base con que se busca en evidencia las

    contradicciones que suscita la presencia de inmigrantes en las sociedades

    receptoras. Para ello, el artculo sintetiza el marco analtico y los principales

    resultados de una investigacin realizada entre 2003 y 2007 sobre la

    incorporacin de inmigrantes ecuatorianos, colombianos y peruanos a la

    Comunidad Autnoma de Madrid.

    Palabras Claves: inmigracin, espacio, tiempo e identidad

    Introduccin

    El problema de las migraciones en Amrica Latina

    La actual organizacin global del capitalismo ha modificado las condiciones en las

    que se producen los flujos migratorios internacionales. La re-estructuracin transnacional

    de la produccin ha intensificado la circulacin de capital, bienes, servicios y smbolos, lo

    que ha cambiado el carcter y el sentido de la migracin del trabajo. La globalizacin de

    los mercados, que ha seguido a la total mercantilizacin de los recursos y fuerzas

    productivas, enmarca y explica de manera general las migraciones contemporneas. Es por

    ello que la principal novedad de los actuales flujos migratorios consiste en la novedad de

    las condiciones en las que se producen.

    De manera ms particular se pueden reconocer algunas dinmicas que dan cuenta de

    este vnculo entre flujos migratorios y articulacin global del capitalismo. Desde el punto

    de vista de las sociedades de destino, cada vez es ms evidente la consolidacin de una

    demanda estructural de fuerza de trabajo extranjera, producto del incremento en la calidad

    de vida y la consecuente segmentacin de los mercados de trabajo (Piore, 1979). Una

    realidad que afecta fundamental, pero no exclusivamente a las sociedades del primer

    mundo. Esto ha llevado a los Estados demandantes, en alianza con el capital, a intensificar

    su agenda de programas de reclutamiento de trabajadores en pases del tercer mundo. Por lo

    general estos programas buscan cubrir empleos en servicios y labores de baja cualificacin

    que son rechazados por la fuerza de trabajo nativa. La cada vez ms intensa competencia

    internacional, los elevados costos, y la imposibilidad de deslocalizar muchos puestos de

    trabajo, hace que en los pases industrializados la produccin en algunos sectores clave

    como la agricultura, la construccin y los servicios sociales y personales, se vean en la

    obligacin de reducir costos mediante la importacin de trabajadores desde el tercer

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    mundo, importando eso s, no solo al trabajador sino adems las condiciones laborales que

    este tena en su pas de origen.

    Desde el punto de vista de las sociedades de procedencia de los migrantes, uno de

    los principales fenmenos que muestra el vnculo entre la transnacinoalizacin de la

    produccin y la generacin de flujos migratorios, est relacionado con las consecuencias de

    la inversin extranjera directa en pases subdesarrollados, proveniente de pases

    industrializadas. Al absorber parte importante de la poblacin activa, estas inversiones

    provocan la decadencia y posterior desaparicin de las fuentes tradicionales de produccin

    y subsistencia (agricultura a pequea escala, comercio minorista, microempresas familiares,

    etc.). Las polticas de ajuste, los planes de reorganizacin y la gestin flexible del trabajo,

    generan recortes de puestos de trabajo, y hacen que a mediano plazo, la fuerza de trabajo

    utilizada por las inversiones productivas quede desempleada y no pueda volver a la extinta

    economa tradicional. Es as que este tipo de inversin produce en el mediano plazo una

    fuerza de trabajo desocupada y dispuesta para emigrar (Sassen, 1993; 2007). Este proceso,

    por su parte, es sntoma de una intensificacin mundial de las desigualdades econmicas

    entre zonas donde se concentran las actividades ms productivas, basadas en el diseo, la

    gestin y control de procesos, y zonas donde se concentran las actividades menos

    productivas, intensas en trabajo, y pobres en la produccin de valor.

    En Amrica Latina, la implementacin por parte de los Estados de programas de

    ajuste estructural de orientacin neoliberal, ha provocado profundas crisis econmicas,

    polticas y sociales. La destruccin masiva de puestos de trabajo, el incremento de las tasas

    de pobreza, y la desconfianza en la capacidad de las instituciones sociales y polticas para

    sostener expectativas mnimas para el desarrollo de proyectos personales de futuro, ha

    redundado en un salto exponencial del nmero de emigrantes que produce la regin. Ya en

    2005 se estimaba que esta cifra alcanz los 26 millones (Solimano, 2008), de los cuales 3

    millones residiran en otros pases de la regin (Martnez, 2008). Esto sin considerar a los

    indocumentados.

    La cercana geogrfica y los vnculos sociales, econmicos y culturales que

    histricamente han existido entre los pases de Amrica Latina; las mayores facilidades

    materiales para desplazarse de un pas a otro, y la simultnea intensificacin de los

    controles policiales y al endurecimiento de las polticas migratorias de las regiones de

    destino tradicionales (EEUU y Europa), han contribuido por una parte, al aumento del

    nmero de inmigrantes que deciden permanecer por perodos prolongados en otros pases

    de la regin, y por otra a la consolidacin de redes sociales transnacionales que motivan

    patrones de inmigracin temporal. Estos procesos estn provocando una transformacin de

    hecho, en las estructuras sociales, en las comunidades polticas, en las identidades

    nacionales y en las culturas locales de los pases receptores y de los emisores. Situacin que

    ha debilitado el poder explicativo de las categoras con que histricamente las ciencias

    sociales han concebido y definido estas formaciones (Levitt y Glick-Schiller, 2007; Glick

    Schiller, et.al., 1992). Por otra parte, el alto grado de concentracin de los inmigrantes en

    los grandes centros urbanos sumado a la ausencia, o a la total ineficacia de polticas de

    integracin social de los inmigrantes en los pases receptores, est contribuyendo a la

    formacin de un escenario propicio para la emergencia de sentimientos nacionalistas,

    respuestas discriminatorias y manifestaciones xenfobas en contra de los trabajadores

    extranjeros y sus familias.

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    El futuro de la vida cotidiana y de la convivencia en las ciudades receptoras de

    inmigrantes, depende en gran medida de la capacidad de comprensin que el conjunto de la

    sociedad tenga de su nueva realidad. Estudiarla en su estado actual es el nico camino que

    puede conducir a su comprensin y a una eventual prediccin de las consecuencias que en

    el mediano plazo tendrn en el mundo desarrollado y en los pases latinoamericanos.

    El objetivo de este artculo es contribuir al conocimiento sobre el proceso de

    incorporacin de inmigrantes a las sociedades receptoras, a partir de una propuesta analtica

    original. Para ello expondr primero los lineamientos tericos de un marco analtico para

    investigar la incorporacin de los inmigrantes extranjeros1, y a continuacin repasar

    algunas de las conclusiones ms significativas de una investigacin realizada entre 2003 y

    2007, sobre el proceso de incorporacin de inmigrantes colombianos, ecuatorianos y

    peruanos en la Comunidad Autnoma de Madrid, Espaa. Antes de esto, quisiera hacer

    algunas precisiones que creo, tienen que estar en la base y el espritu de la produccin

    intelectual orientada a pensar y explicar las migraciones desde Latinoamrica. Creo que un

    cuerpo terico y metodolgico eficiente para abordar desde aqu el estudio de las

    migraciones debe hacerse cargo al menos de ocho problemas.

    En primer lugar, es necesario dirigir el foco de atencin hacia las localidades

    emisoras de inmigrantes latinoamericanos para dar cuenta de las consecuencias que la

    emigracin ha tenido y est teniendo en ellas. No solo es importante conocer el impacto que

    est generando en la regin la prdida de capital humano a travs de la fuga de cerebros.

    Adems es de particular inters estudiar el efecto local de las remesas y la reconfiguracin

    de las estructuras sociales tradicionales. El incremento de la emigracin latinoamericana ha

    generado una creciente dependencia econmica de las remesas de los emigrados, para las

    familias migrantes y su entorno inmediato, pero tambin para el equilibrio macroeconmico

    de muchos pases de la regin (Guarnizo, 2004)2.

    En segundo lugar, creo pertinente dar cuenta de la experiencia, las estrategias de

    incorporacin y de la subjetividad de los migrantes latinoamericanos que se han dirigido

    hacia regiones industrializadas. Desde una perspectiva poltica esto puede entenderse como

    una preocupacin por la configuracin de una ciudadana externa en los pases emisores de

    migrantes (Baubck, 2006). En tercer lugar, es necesario producir ms informacin que

    explique las causas de los flujos migratorios entre pases de la regin, para poder dar cuenta

    de su singularidad y de sus diferencias respecto de los flujos hacia los pases desarrollados.

    Esto ayudar a evitar que se utilicen de manera automtica y acrtica, marcos tericos

    producidos para explicar los flujos migratorios desde el tercer al primer mundo, para

    explicar los flujos intrarregionales y sus consecuencias. Cabe recordar que todas las teoras

    explicativas sobre las causas que motivan los flujos migratorios, han sido producidas para

    explicar los flujos desde pases subdesarrollados hacia pases industrializados. Hay una

    deuda terica importante en cuanto a la explicacin de flujos migratorios entre pases con

    niveles de desarrollo similar, como puede ser, por ejemplo, el caso de Per y Chile.

    1 Para una primera aproximacin a este marco analtico ver Thayer, 2007. 2 En Ecuador y Per, por poner solo dos ejemplos cercanos, la segunda fuente de ingreso de divisas durante

    2004 fueron las remesas de los emigrantes: $1.600 y $1.300 millones de dlares respectivamente. En el

    primero, solo fueron superadas por las exportaciones de petrleo, y superaron los ingresos por exportacin de

    pltanos. En el segundo, solo la minera report ms ingresos que las remesas, las que fueron mayores que las

    divisas reportadas por la segunda industria nacional: la pesquera. En pases ms pequeos y pobres como

    Repblica Dominicana, El Salvador, Hait, Honduras o Nicaragua las remesas son la primera fuente de

    ingresos de divisas y representan, segn datos de la CEPAL entre el 10% y el 25% del PIB (Martnez, 2008).

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    En cuarto lugar, existe la necesidad de dar cuenta de las trayectorias transnacionales

    de ida y vuelta que estn desde hace algn tiempo transformando la lgica misma de las

    migraciones, y con ello, el significado de los lmites fronterizos, de las soberanas estatales,

    de las identidades nacionales, de las fronteras culturales y de las estructuras sociales de la

    regin. En quinto lugar, hay que ampliar en la informacin sobre el estado de la integracin

    social de los inmigrantes de pases latinoamericanos que han decidido instalarse

    definitivamente en otros pases de la regin. En esta lnea, es de particular relevancia

    ampliar el conocimiento sobre las relaciones de dominacin, el estudio de la xenofobia y la

    lgica de la discriminacin, que se da entre latinoamericanos autctonos e inmigrantes. En

    sexto lugar, resulta cada vez ms evidente que la migracin latinoamericana est

    transformando el significado que la condicin de mujer ha tenido hasta ahora en muchas

    sociedades de la regin. La investigacin en esta materia debiera poder dar cuenta del

    impacto que tiene la migracin, para las estructuras locales de dominacin basadas en el

    gnero.

    En sptimo lugar, creo que quienes desarrollemos investigaciones en este campo,

    debemos intentar articular un enfoque multidisciplinar, ya sea abrindonos hacia disciplinas

    vecinas o conformando equipos interdisciplinarios. Quienes hayan investigado los flujos

    migratorios, o se hayan detenido a reflexionar sobre esta cuestin desde un enfoque

    estrictamente disciplinar, habrn constatado que cada vez que se cree tener capturado el

    objeto de estudio, ste se escurre por la ventana de la disciplina vecina. Por ltimo, me

    parece ineludible para la investigacin el situar los flujos migratorios en un proceso mayor

    de globalizacin de los factores de produccin en el marco de la expansin del capitalismo.

    Como acabo de mencionar es precisamente esto lo que hace que las migraciones

    contemporneas constituyan una novedad histrica respecto de los flujos que se dieron

    hasta la dcada del 70. En este sentido, me parece que hay que estar atento a la posicin que

    ocupa Latinoamrica en la divisin internacional del trabajo, y a las formas de integracin a

    la economa global que se estn articulando desde aqu.

    En relacin con esto resulta pertinente desarrollar un enfoque crtico sobre las

    condiciones en las que se producen las migraciones en la actualidad y las consecuencias

    que provocan. Cuando pienso en un enfoque crtico para abordar los flujos migratorios lo

    hago desde una mirada que por un lado, permita mostrar las relaciones de dominacin sobre

    las cuales se configuran las migraciones contemporneas, y por otro, que pueda interpretar

    en las propias trayectorias migratorias los factores de superacin y transformacin de esas

    relaciones desiguales. Naturalmente que esto no implica proponer que los migrantes son

    algo as como un nuevo sujeto revolucionario, sino ms bien asumir que son un nuevo actor

    social que est transformando de hecho las sociedades a las que se vincula, a veces como

    consecuencia de un proceso reivindicativo, y siempre como un efecto espontneo de su

    presencia en los lugares de destino, o de su ausencia en los de procedencia.

    Migracin, trabajo y ciudadana

    Propuesta analtica para el estudio de la incorporacin de los inmigrantes

    Cada vez es ms evidente que en las sociedades receptoras de inmigrantes existe

    una tensin entre una economa que los necesita y una sociedad que no los quiere. Esta

    tensin pone en evidencia una contradiccin entre la condicin de trabajador inmigrante y

    la de ciudadano extranjero. Esta paradoja, dira yo, inherente a la relacin entre el

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    inmigrante y la sociedad receptora, consiste en que ste es aceptado como trabajador

    precisamente en virtud de los rasgos por los cuales es rechazado como ciudadano.

    En efecto, todo inmigrante que accede al mercado de trabajo se supone que posee

    condiciones particulares que lo distinguen del trabajador nativo y que lo convierten en un

    sujeto propicio para la realizacin de cierto tipo de labores: el hecho de pertenecer a un pas

    con menor nivel de desarrollo o de una antigua colonia; ser reconocido como racial o

    tnicamente diferente; hablar un idioma distinto, o con un acento diferente; provenir de un

    contexto social en crisis, etc., son algunas de las marcas que convierten al inmigrante

    simultneamente en un sujeto deseable en trminos econmicos, e indeseable en trminos

    polticos y sociales. Es debido a los mismos rasgos que el inmigrante resulta funcional

    como trabajador y disfuncional como ciudadano.

    A partir de este supuesto desarroll una propuesta de investigacin basada en dos

    primicias iniciales: la primera es que las sociedades receptoras pretenden construir el

    proceso de incorporacin de los inmigrantes sobre la base de dos lgicas contradictorias. La

    segunda, que la experiencia migratoria tiene consecuencias significativas para la

    configuracin y reformulacin de la identidad personal y colectiva de los inmigrantes, y

    que a la vez influye en la imagen que la sociedad receptora tiene de s misma.

    En cuanto a lo primero, la propuesta se basa en una distincin entre la incorporacin

    de los inmigrantes al tiempo y al espacio de la sociedad receptora. Si en la dimensin

    temporal de su entrada podemos decir que los inmigrantes son objeto de una dinmica de

    expropiacin de su tiempo; en la dimensin espacial de su incorporacin, es la sociedad la

    que pasa a ser regulada y transformada por la presencia de los inmigrantes. Esto implica

    que se convierten en sujetos de una apropiacin del espacio local.

    La dualidad entre la expropiacin del tiempo de los inmigrantes, y la apropiacin

    del espacio est asociada a una contradiccin entre el inters de la sociedad receptora y el

    inters de los inmigrantes. Si lo primero supone que los inmigrantes responden a una

    demanda de su tiempo originada por el aparato productivo de la sociedad de destino; lo

    segundo, que son ellos quienes ejercen una demanda sobre la sociedad receptora. La

    presencia de los inmigrantes obliga a la sociedad local a satisfacer esta nueva demanda

    transformando o adaptando las condiciones de su oferta espacial y de servicios. El doble

    papel que cumplen los inmigrantes, a la vez como objetos de una demanda local de su

    tiempo y como sujetos de una demanda ejercida sobre los espacios locales, establece el

    marco interpretativo bsico para comprender su experiencia.

    Con esta interpretacin recogemos por una parte la idea, bastante consensuada entre

    los especialistas, de que entre trabajadores autctonos e inmigrantes no existe, en trminos

    generales una relacin de competencia por los mismos puestos de trabajo, pues ambos

    grupos seran objeto de una demanda segmentada al interior del mercado laboral. En

    sentido contrario, y ms derivado de intuiciones y observaciones propias que de la

    bibliografa especializada, suponemos que en el mbito extra-laboral las relaciones entre

    autctonos y extranjeros operan, aqu s, sobre una dinmica de competencia entre unos y

    otros. Las situaciones cotidianas en que los inmigrantes salen de su contexto laboral,

    estaran marcadas por unas relaciones competitivas con la poblacin autctona

    acostumbrada a ser, hasta la aparicin de los inmigrantes, la exclusiva usuaria de la

    infraestructura urbana y de servicios sociales.

    A partir de lo anterior resulta verosmil plantear la hiptesis de que en el proceso de

    incorporacin de los inmigrantes a una sociedad, su entrada al tiempo local los instala en

    una posicin de subordinacin respecto de la poblacin autctona, mientras que su

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    aparicin en el espacio los instala en un plano de igualdad respecto de aquella. Aqu estara,

    creo, el origen de la violencia y la discriminacin manifiesta dirigida hacia los inmigrantes.

    La presencia igualitaria de los inmigrantes en el espacio, rompera la expectativa de

    subordinacin con que la poblacin nativa se aproxima al inmigrante, y que condiciona su

    aceptacin. Dicho ms claramente es en la dimensin del espacio de recepcin y no en la

    del tiempo, donde se activan los mecanismos discriminatorios y la violencia xenfoba

    contra los inmigrantes.

    Esto nos conduce a la segunda dimensin de nuestro anlisis: El problema de la

    identidad. El supuesto del que partimos es que la incorporacin de los inmigrantes a una

    sociedad cualquiera, impulsa un proceso de re-configuracin de la identidad tanto de los

    inmigrantes como de la sociedad.

    El centro de la cuestin est en el desajuste entre la imagen que los inmigrantes

    tienen de s mismos, y la imagen con que la sociedad se identifica, y con el papel que los

    inmigrantes habran de desempear en ella. La coincidencia o el desfase entre las

    expectativas que los inmigrantes tiene para s, y las que la sociedad tiene para con ellos, es

    el territorio en el que se decidir si al final del camino estos sujetos se vincularn con la

    sociedad receptora sobre la base de un sentido de pertenencia o de una situacin de

    exclusin y marginacin social. El hecho de que los inmigrantes lleguen o no a pertenecer a

    la sociedad receptora, depende de la imagen que la sociedad tiene de s misma, y de cmo

    encaja en esa imagen la presencia de los inmigrantes como sujetos autnomos e iguales. En

    este sentido el reconocimiento del que sean objeto los inmigrantes, determinar el destino

    de su proceso de incorporacin.

    En lo que viene ahondaremos en los supuestos tericos de las dinmicas de

    expropiacin del tiempo y apropiacin del espacio, y en el impacto que tienen para la

    reproduccin de la dominacin que se ejerce sobre los inmigrantes y para la construccin

    de su identidad.

    La incorporacin al tiempo local: la expropiacin

    La operacin de expropiacin del tiempo de los inmigrantes se da,

    fundamentalmente, en su entrada a la estructura productiva y al mercado de trabajo local.

    Partamos por reconocer que el trabajo es un proceso fundamental tanto para la produccin

    de la sociedad como para la produccin del sujeto. El investigador mexicano Enrique De La

    Garza lo plantea del siguiente modo: Es actividad transformadora de la naturaleza, que se extiende al hombre mismo en su fsico, pero sobre todo en su conciencia () puede tener un sustrato subjetivo pero es tambin construccin social. El trabajo como actividad es, por

    lo tanto, objetivo y subjetivo () no se reduce a las actividades fsicas, ni siquiera a las mentales, que desempea el trabajador, porque es una relacin social; como tal, interaccin

    inmediata o mediata con otros hombres que ponen en juego relaciones de poder (De La Garza, 2000: 32).

    De manera que el trabajo produce a la sociedad en tres sentidos. Primero, en su

    dimensin objetiva como resultado de la suma de los bienes y servicios que resultan del

    proceso de trabajo. Visto desde un plano general y agregado este resultado objetivo del

    trabajo constituye la base material de la sociedad, su infraestructura fsica. Segundo, el

    trabajo produce subjetividades, esto es, formas de conciencia individual. El desempeo de

    actividades productivas sita a los sujetos en una determinada perspectiva que condiciona

    su visin del mundo. Tercero, el trabajo produce relaciones sociales entre los sujetos. Es

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    decir, instala en una misma relacin a los seres implicados en el proceso de trabajo. Esto no

    solo los vincula entre s sino adems, los produce como grupo. El trabajo contribuye con

    ello a la conformacin de una conciencia colectiva, la que sumada a la conciencia

    individual configuran a la sociedad en un sentido simblico, Marx dira que, en este

    sentido, se produce a la sociedad como ser genrico (Marx, 1995). Esta definicin del trabajo como actividad productiva en tres dimensiones es

    fundamental para comprender lo que entendemos por expropiacin del tiempo. Para

    explicarlo recurriremos al concepto de enajenacin del trabajo que propuso Marx en sus

    Manuscritos de 1844 (op. cit.). Marx plantea que la enajenacin del trabajo opera en los mismos tres sentidos, uno

    objetivo, otro subjetivo y otro social. En el primero de ellos la enajenacin afecta la

    relacin del trabajador con el objeto que produce, y consiste en que el trabajador se separa

    del objeto que ha producido, de modo que deja de reconocerse en el resultado de su trabajo.

    El supuesto sobre el que se articula esta idea es que originalmente, productor y objeto

    producido se pertenecen uno al otro, son en esencia, parte de lo mismo. Lo que los vincula

    en este momento original es el propio proceso de produccin. Podemos decir que para

    Marx el proceso productivo es simultneamente la produccin del objeto resultante y del

    sujeto productor (op. cit.).

    De esta primera forma de la enajenacin se deduce la segunda, ahora en el plano

    subjetivo. Si sujeto y objeto se producen originalmente de manera simultnea y forman en

    esencia, parte de lo mismo, la separacin entre uno y otro supone una divisin al interior

    mismo del sujeto: Cmo podra el trabajador enfrentarse con el producto de su actividad como con algo extrao si en el acto mismo de la produccin no se hiciera ya ajeno a s

    mismo? (op. cit.: 108). Esta segunda forma de enajenacin opera en la conciencia del trabajador como desconocimiento de s mismo en la actividad que realiza. Lo sintomtico

    de esta segunda dimensin de la enajenacin, es que el trabajador solo se siente en s fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de s (op. cit.:109). La no identificacin entre el trabajador y su actividad laboral es la consecuencia de la separacin del trabajador respecto

    de s mismo en la actividad productiva. El supuesto que impera aqu es que originalmente el

    proceso productivo establece una continuidad subjetiva entre actividad productiva y

    trabajador. La enajenacin en este segundo sentido consistira en la ruptura de esa

    continuidad.

    Por ltimo, Marx reconoce que al separarse primero el sujeto productor del objeto

    producido, y segundo el sujeto de su actividad, el trabajador se separa del resto de la

    sociedad (humanidad dira Marx) que l mismo contribuye a crear. Esta tercera operacin

    provoca que el trabajador quede sujeto a su necesidad individual y separado de su

    condicin genrica o colectiva: es slo en la elaboracin del mundo objetivo en donde el hombre se afirma realmente como un ser genrico. Esta produccin es su vida genrica

    activa. Mediante ella aparece la naturaleza como su obra y su realidad. El objeto del

    trabajo es por eso la objetivacin de la vida genrica del hombre (op. cit.:112, destacado en el original). Esta separacin del trabajador con la sociedad que este produce con su

    trabajo, deja convertido al trabajo en un simple medio de existencia individual (op. cit.) Lo que me interesa resaltar aqu es esta tercera forma de enajenacin, pues es este

    tipo de relacin la que pienso que define claramente el proceso de incorporacin de los

    inmigrantes al tiempo de la sociedad receptora. Esta concepcin nos permite por una parte

    considerar a los inmigrantes como productores de la sociedad local esto es, como parte de

    sta, y simultneamente, como sujetos que han sido separados de la sociedad, toda vez que

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    no son reconocidos como constitutivos de ese ser genrico. Es decir, que nos permite observar la reduccin de los inmigrantes a pura fuerza de trabajo. La expropiacin del

    tiempo de la que son objeto los inmigrantes consiste precisamente en ello, en que se los

    separa de la sociedad que producen con su actividad laboral. El tiempo propio que le

    transfieren a la sociedad en el proceso de trabajo, una vez que ha sido transferido, deja de

    pertenecerles, pues dejan de ser reconocidos como sujetos pertenecientes a la sociedad. Se

    los separa de la sociedad que producen con su propio tiempo.

    Es precisamente en esto en lo que podemos distinguir la expropiacin del tiempo de

    los inmigrantes, de la que experimenta un trabajador nativo. Este ltimo lo experimenta

    toda vez que es separado de los objetos y el valor que produce con su tiempo, o de la

    imagen de s mismo en el proceso de produccin. No lo vive, sin embargo, en el sentido

    que lo hace el trabajador inmigrante, a este se lo separa adems, de la sociedad que produce

    con su tiempo.

    En consecuencia, la expropiacin del tiempo de los inmigrantes es la lgica que

    sostiene la posicin subordinada que ocupan en la estructura social. Si se los reconociera

    como parte de la sociedad, entonces no habra una trayectoria predefinida que los condujera

    y mantuviera en la posicin subordinada a la que estn sujetos. Un reconocimiento social

    de la pertenencia de los inmigrantes al ser genrico local, legitimara su acceso igualitario,

    no solo al mercado laboral, sino tambin al conjunto de bienes sociales, materiales y

    simblicos que dan consistencia a la ciudadana local. Veamos ahora cmo es que en la

    dinmica de incorporacin al espacio esta lgica impuesta a los inmigrantes, puede verse

    cuestionada.

    La incorporacin al espacio local: la apropiacin

    El proceso de incorporacin de los inmigrantes al espacio local tampoco es simple,

    se da tambin en los planos material y simblico. La apropiacin del espacio en un sentido

    material consiste en la ocupacin fsica de los lugares pblicos (aunque tambin privados)

    por parte de los inmigrantes. Esta forma de apropiacin define la presencia de estos sujetos

    en la sociedad local desde su dimensin puramente fenomenolgica. La apropiacin del

    espacio en un sentido simblico, consiste en un proceso subjetivo mediante el cual los

    inmigrantes pasan a reconocerse en el espacio local, y a convertirlo con ello, en un conjunto

    de lugares percibidos como propios. En sus recorridos espaciales van desarrollando as, un

    sentido de propiedad de los lugares, a la vez que de pertenencia a estos.

    Stephen Castles y Alastair Davidson en su libro Citizenship and Migration: Globalization and the Politics of Belonging (2000) utilizan los conceptos de home-building y de place-making, para dar cuenta del proceso de construccin de un sentido de pertenencia al lugar, por parte de los inmigrantes. Con el concepto de home-building buscan explicar una dinmica reconstruccin del arraigo en el lugar de recepcin. Habra

    aqu un proceso subjetivo de construccin de un sentimiento de estar en el hogar [...] los inmigrantes buscaran construir un lugar que ellos puedan nuevamente llamar hogar (op. cit.:129, t.p.). Creo que es posible situar la idea de home-building en la concepcin de apropiacin del espacio en un sentido simblico.

    El proceso de place-making que los autores toman del trabajo que el investigador Robert Pascoe realiz sobre la comunidad italiana en Australia (Pascoe, 1992), se define

    como el conjunto de consecuencias urbanas objetivas y fenomenolgicas, derivadas del

    proceso de construccin de una comunidad de inmigrantes en un contexto local. Esta

  • 12

    construccin espacial de la comunidad se articulara a travs de tres prcticas: nombrar los

    lugares del contexto receptor con nombres alusivos a lugares del contexto de procedencia;

    realizar rituales o actos pblicos que refuerzan la pertenencia y la cohesin grupal; y

    establecer instituciones orientadas a cubrir las necesidades de los inmigrantes y a potenciar

    las relaciones sociales. Con ello los distintos grupos construyen una presencia ciudadana, a

    la vez que proveen al colectivo de una serie de servicios necesarios (Castles y Davidson

    2000). Esta dinmica de place-making sera una suerte de extensin fsica al lugar, del proceso de home-building (op. cit.). La distincin que se puede establecer entre ambos procesos de apropiacin espacial, es que mientras el place-making es visible, el home-building ocurre en el plano subjetivo. La apropiacin del espacio, en trminos materiales supone una transformacin

    objetiva de los lugares, cambiando su fisonoma ante los ojos de la sociedad autctona. La

    apropiacin en sentido simblico, afecta a la forma que tienen los propios inmigrantes de

    concebir y abordar el espacio. Este segundo proceso alimenta y potencia al primero: sin una

    apropiacin simblica del espacio, la aparicin pblica de los inmigrantes consistira en una

    presencia dcil y moldeable por la voluntad hegemnica de la sociedad receptora. Un

    espacio que no es ocupado con un sentido de pertenencia y de propiedad, no constituye un

    espacio completamente apropiado, sino un lugar contingentemente usado por sujetos que no

    pertenecen a l.

    El asentamiento espacial de los inmigrantes, por lo general no es visto con buenos

    ojos por la poblacin autctona, la percepcin de que el espacio local est siendo

    acaparado o invadido por grupos de inmigrantes, es interpretado desde la sociedad como una amenaza para el bienestar pblico (Castles y Miller, 1993). Lo significativo del

    ejercicio de apropiacin del espacio es que este tiene como consecuencia potencial, la

    transformacin de los lugares por parte de los inmigrantes, ms all de las expectativas de

    la poblacin autctona. Esto revierte los controles sociales y los significados

    preestablecidos por la sociedad local para espacios especficos. Al sostener esto estamos

    asumiendo dos supuestos en referencia a la configuracin del espacio en la sociedad.

    El primero consiste en asumir que el espacio no es una dimensin determinada por

    la planificacin. En este sentido los habitantes del espacio son sus productores y no meros

    usuarios de una realidad prediseada que los precede y que condiciona su comportamiento.

    La idea de produccin del espacio que asumimos aqu, implica que este es el resultado de

    relaciones sociales que ocurren espacialmente. Con esto nos alejamos de lo que De La

    Haba y Santamara (2004) denominan la razn espacial. Utopa que promueven los planificadores y urbanistas que aspiran a prefigurar la accin social en el espacio, a partir

    del diseo urbano. De este modo, se atribuyen al espacio condiciones determinantes del

    comportamiento social.

    El segundo supuesto, derivado de este, consiste en que la aparicin de los sujetos en

    el espacio no reproduce necesariamente las relaciones sociales producidas en otras esferas.

    Al contrario, en el espacio se generan dinmicas novedosas y originales, que tienen la

    facultad potencial de cuestionar y reformular no solo la propia organizacin del espacio,

    sino incluso la que impera en las otras dimensiones de la vida social. La apropiacin del

    espacio es por lo tanto, una forma de participar en la produccin de la sociedad, desde el

    espacio.

    Evitamos as la idea de que el espacio es una variable dependiente de la

    configuracin subjetiva producida por procesos sociales extra espaciales (Bourdieu, 1999).

    De paso nos distanciamos de afirmaciones del tipo: El espacio es la expresin de la

  • 13

    sociedad, o el soporte material de las prcticas sociales producidas temporalmente (Castells, 2001). Desde este punto de vista asumir, por ejemplo, que el espacio tiene un

    sesgo de clase, implica que ese sesgo no es una propiedad del espacio, sino una condicin externa que define la existencia de los sujetos en el espacio. Cabra esperar desde

    esta perspectiva que cualquier modificacin de ese sesgo de clase, tuviera que provenir de

    esferas distintas de la espacial, y solo podra reproducirse espacialmente una vez que ya se

    haya consumado en otro sitio. Lo que quiero sostener, al contrario, es que el espacio

    constituye una dimensin productiva y no meramente reproductiva de los procesos sociales.

    Ms aun creo que los procesos y relaciones espaciales son una fuente primaria para la

    produccin de la subjetividad y para la organizacin de la estructura social.

    Mi hiptesis sobre la apropiacin del espacio pretende establecer que la

    incorporacin de los inmigrantes al espacio supone una contradiccin de hecho de las

    condiciones de subordinacin a las que se ven sometidos en su incorporacin al tiempo

    local. Entendemos que si bien, en el espacio se pueden expresar las diferencias sociales

    producidas en otras esferas, tambin es posible resignificar esas diferencias y las

    subjetividades que las sostienen en y desde el espacio. Para decirlo ms claramente: las

    relaciones en los espacios locales poseen la facultad potencial de modificar las

    desigualdades, las diferencias, los significados y las injusticias sociales producidas

    originalmente en otras esferas de la vida social. Martnez Veiga, plantea con claridad la

    idea que queremos expresar aqu: aun estando de acuerdo con que el espacio est construido socialmente, hay que aadir otro aspecto: la sociedad est construida

    espacialmente (Martnez, 2001: 148). Si bien es aceptable que existen significados anteriores al espacio que eventualmente influyen en su configuracin, tambin lo es, que

    estos significados previos no agotan, ni mucho menos, la accin espacial. La apropiacin

    espacial por parte de los inmigrantes debe ser entendida por lo tanto, como una apropiacin

    de la posicin de productores del espacio y a la vez de la condicin de productores de la

    sociedad en su conjunto.

    Para terminar, digamos que la apropiacin del espacio por parte de los inmigrantes

    produce una relacin conflictiva con la poblacin nativa. Pues ni su presencia fsica est

    completamente legitimada, ni mucho menos est reconocida su condicin de sujetos

    pertenecientes al lugar. Esto es as por un hecho muy evidente: La apropiacin material y

    simblica del espacio, supone la articulacin de una situacin de igualdad entre inmigrantes

    y autctonos. Esto rompe la lgica jerrquica de las relaciones intergrupales. Reconocer la

    legitimidad de la apropiacin que ejercen los inmigrantes, implicara para la poblacin

    nativa asumir su condicin igualitaria respecto de los primeros. Es por ello esperable que la

    sola presencia pblica de los inmigrantes, que escenifica una posicin de igualdad con la

    poblacin nativa, motive en esta ltima, actitudes de rechazo y discriminacin orientadas a

    restituir el orden jerrquico esperado.

  • 14

    La construccin de la identidad migrante

    Cuando el inmigrante entiende que su presencia igualitaria en los espacios y

    servicios pblicos es legtima, y a la vez percibe que la sociedad receptora no lo reconoce

    como tal, experimenta directamente el desajuste existente entre la expectativa que la

    sociedad tiene para con l, y la expectativa que l tiene para s mismo en la sociedad. Para

    abordar este problema de manera exhaustiva sera necesario dar cuenta por una parte del

    sentido que la sociedad receptora le da a la entrada de los inmigrantes, y por otra del que le

    dan estos ltimos a su trayectoria. Por espacio y pertinencia aqu nos encargaremos solo de

    lo segundo. Para ello es necesario esclarecer la relacin de identidad que existe entre el

    inmigrante y la sociedad.

    Los planteamientos de George H. Mead sobre el concepto de persona (self) son un

    adecuado punto de partida. Para Mead la persona surge de la relacin que establece el m y

    el yo. Mientras el m es la percepcin que el sujeto tiene de s mismo construida a partir de

    la interiorizacin de las expectativas que el contexto de referencia tiene para l, el yo es una

    reaccin subjetiva no calculable ante situaciones inesperadas. Si el yo es la reaccin del organismo a las actitudes de los otros; el mi es la serie de actitudes organizadas de los

    otros que adopta uno mismo. Las actitudes de los otros constituyen el mi organizado, y

    luego uno reacciona hacia ellas como un yo (Mead, 1999: 202). Por mucho que el yo sea concebido como un factor de incertidumbre frente al

    predecible m, la accin del primero no llega muy lejos. La persona, segn Mead, acta

    esencialmente como un m, dejando en un rol secundario y potencial ms que efectivo, la

    actividad creativa e impredecible del yo: solo cuando adopta la actitud del otro, puede el individuo realizarse a s mismo como persona (op. cit.: 218). De este modo aunque Mead ofrezca con su visin del yo, una salida al crculo cerrado conformado por la accin de la

    persona, (dominada por el mi) y la expectativa de la comunidad (constitutiva del mi), no

    lleva esta oferta hasta sus ltimas consecuencias. El yo queda reducido a una mera categora formal.

    La consecuencia de esto es que la teora de Mead resulta de utilidad para estudiar

    las coincidencias existentes entre la imagen que el medio construye del sujeto y la que ste

    tiene de s mismo, sin embargo, no nos permite analizar los desajustes entre las expectativas

    que la comunidad deposita en el sujeto y la aspiracin que el sujeto tiene para s mismo. Es

    por ello, una concepcin limitada para comprender cabalmente la experiencia migratoria,

    basada precisamente en ese desajuste. El hecho de que los inmigrantes se muevan en dos

    contextos de referencia distintos, el de procedencia y el de destino, hace que la imagen que

    estos sujetos elaboran de s mismos, sea ms compleja que aquella que se construye en cada

    uno de estos contextos por separado. Si consideramos que ambas sociedades contribuyen a

    formar la imagen que los inmigrantes tienen de s mismos, tenemos que asumir que ninguna

    puede agotar su complejidad. Cada una aporta lo suyo, y en ambas se desconocen los

    referentes que la otra aporta a esa imagen. Tanto la sociedad de procedencia como la de

    recepcin son ciegas a los aportes que la otra realiza a la identidad de los inmigrantes.

    Esta limitacin terica para explicar los posibles desfases entre la expectativa que el

    contexto tiene para con el sujeto, y la expectativa que ste tiene para s mismo, es salvada

    por la lectura que Axel Honneth (1997) realiza de Mead. Al introducir la nocin de lucha

    por el reconocimiento, Honneth reivindica al yo como una categora consistente: Honneth, usa la distincin entre el mi y el yo propuesta por Mead para fundamentar la idea de lucha por el reconocimiento. Mientras que el mi refleja las expectativas e imgenes que

  • 15

    los otros tienen de uno mismo, el yo busca activamente un reconocimiento amplio de sus derechos como parte de una comunidad ideal de futuro (Larrain, 2001:30). Para Honneth, la imagen que el sujeto tiene de s mismo est influida, pero no

    precedida como lo est para Mead, por la versin que el contexto construye de l. El m y el

    yo estn para el autor, en una permanente disputa por imponerse el uno al otro. Nos ofrece

    en este sentido, una lectura de Mead pasada por la dialctica hegeliana del amo y el

    esclavo, donde el sujeto es el resultado del choque entre su imagen de s mismo, y la

    imagen que el otro construye de l. La lucha por el reconocimiento se articula as, como

    una disputa entre el sujeto y su contexto, donde lo que est en juego es la propia

    constitucin del sujeto. Lo que hace el autor, en definitiva, es llevar el yo formal que

    propone Mead, a una posicin tanto o ms central, que la que ocupa el m en la teora de

    este ltimo.

    Existen para Honneth, tres mbitos en los que se da la lucha por el reconocimiento:

    primero el del respeto vinculado a los derechos sociales y de inclusin; segundo el de la

    confianza en s mismo y la seguridad personal, derivado del derecho a la integridad fsica y

    a la seguridad personal; tercero el de la autoestima derivada de la valoracin igualitaria de

    todas las prcticas culturales y creencias particulares. La negacin del reconocimiento en

    estos mbitos supone para el autor un menosprecio para el sujeto, con lo que aparece el peligro de la lesin, que puede sacudir la identidad de la persona en su totalidad (Honneth, 1997:160). Esto provoca en los sujetos un sentimiento de frustracin que al

    volverse colectivo, encuentra salida en la activacin de una lucha por el reconocimiento.

    Lucha, que segn el autor, es el origen de la protesta y la movilizacin social que vitaliza y

    transforma a las sociedades. En palabras de Larran: Las personas siempre estn luchando por expandir el rango de sus derechos, por el reconocimiento de esferas mayores de

    autonoma y respeto. Esta es la base del desarrollo de la sociedad, un proceso continuo en

    que las formas de reconocimiento se van ampliando tanto a nuevas formas de libertad

    como nuevos grupos de personas. (Larrain, 2001: 31). La idea de lucha por el reconocimiento que elabora Honneth nos interesa puesto

    que nos permite comprender la identidad no como una construccin meramente pasiva [] no slo como una expresin del reconocimiento libre de los otros, sino tambin como resultado de una lucha por ser reconocido por los otros. (Larran, 2001: 31). De este modo se asume que si bien el sujeto, y en particular el inmigrante, no se experimenta a s

    mismo directamente y de espaldas a su contexto, tampoco lo hace necesariamente

    adoptando pragmtica y a-crticamente la imagen que de l elabora el otro generalizado, tal

    como plantea Mead.

    Cuando la imagen que se construye socialmente de un sujeto desconoce cuestiones

    que para ste son definitorias de lo que es, entonces, el sujeto lucha por hacer valer su

    propia concepcin de s mismo ante la imagen que el otro generalizado construye de l. Lo

    contrario ocurre si la imagen exterior coincide con la posee el sujeto, en este caso el

    conflicto entre la expectativa que el sujeto tiene para s mismo y la que el contexto deposita

    en l encajan produciendo una integracin armnica y no conflictiva. La experiencia

    migratoria se caracteriza justamente por llevar a los sujetos a apartarse parcialmente de sus

    referentes colectivos histricos, propios de los lugares de procedencia, y a la vez moverse

    con naturalidad y adquirir tambin de manera parcial, unos referentes nuevos, propios de

    los lugares de recepcin. Tal como le ocurre al hombre marginal descrito por Park (1928)

    en el inmigrante construye una identidad tomando elementos de ms de un contexto,

  • 16

    atravesando el margen que separa los dos mundos que lo integran, pero que no lo

    completan.

    La relectura que Honneth hace de Mead ofrece los elementos tericos para plantear

    la hiptesis de que los inmigrantes viven en medio de dos versiones de su identidad

    colectiva, desajustadas de la propia. La lucha por el reconocimiento sera en este sentido

    una reivindicacin, manifiesta o latente, con la que se enfrentan por una parte, a la imagen

    que se construye de ellos en el contexto receptor, y por otra a la que se elabora desde sus

    pases de procedencia. Luchan en ambos sentidos por lograr ser reconocidos tal como ellos

    se conciben a s mismos. La probabilidad mayor o menor de conseguir sus propsitos, no

    altera las motivaciones que dan sentido a su experiencia. Podemos suponer sin embargo,

    que alguna probabilidad habrn de tener, o por lo menos habrn de creerlo, pues muchos se

    juegan la vida en funcin de esto, otros se juegan menos, pero todos apuestan por ello.

    Colombianos, ecuatorianos y peruanos en Madrid3

    El contexto terico en torno al problema de los flujos migratorios enfrenta la

    tendencia, crecientemente hegemnica en la disciplina, de poner cada vez ms en relieve,

    los vnculos transnacionales de los migrantes y de desplazar, manifiesta o veladamente, la

    idea tradicional de que los inmigrantes salen de un pas para radicarse definitivamente en

    otro. Pareciera ser que el descubrimiento de unas trayectorias migratorias de ida y vuelta, y

    la circulacin ocasionalmente sistemtica de bienes, dinero, smbolos, informacin al

    interior de las redes migratorias, hubiese borrado del mapa las trayectorias tradicionales de

    ida y permanencia. Aquellas en las que lo que buscan los sujetos, pero sobre todo lo que

    hacen, es salir de un pas para establecerse definitivamente en otro.

    Ante el sesgo que implica asumir a priori bien que las migraciones son

    transnacionales o bien que no lo son, creo que debe estar en el espritu de toda

    investigacin el proponer una mirada capaz de abordar el problema de la migracin desde

    una perspectiva abierta. Esto es, que no niegue ni suponga de antemano ni que los

    migrantes se mueven transnacionalmente ni que no lo hacen. Creo que la nica forma de

    conseguir esta apertura es con un marco analtico amplio y un diseo metodolgico

    flexible, que permitan por una parte, sostener y corroborar hiptesis verosmiles, y por otra,

    dejar abierta la puerta para que estas hiptesis sean reformuladas, no solo en el plano de las

    proposiciones sino tambin y sobre todo en el plano de los supuestos.

    3 En trminos metodolgicos la investigacin que origin los resultados que se presentan a continuacin, se articul sobre

    la base de tres tcnicas complementarias: primero, un trabajo exhaustivo de sistematizacin y anlisis de datos

    cuantitativos obtenidos de fuentes secundarias que permiti caracterizar objetivamente a la sociedad local y la situacin

    de los inmigrantes latinoamericanos en ella. A nivel del Estado central utilic los datos de los Anuarios Estadsticos de

    Espaa y los Anuarios de Extranjera que ofrecen el Ministerio del Trabajo y Asuntos Sociales y el Ministerio del Interior,

    respectivamente. Paralelamente recurr a los datos del padrn municipal procesados por el INE, y a un procesamiento

    propio con el programa de SPSS de la Encuestas de Poblacin Activa a partir de la base de datos publicada por ese

    organismo en forma de microdatos. A nivel de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid recurr a la informacin que sus distintos rganos dependientes publican, lo mismo que con los Estados de los tres pases de origen de los

    inmigrantes. Esto adems de las bases de datos que ofrecen organismos internacionales como la CEPAL, la OCDE, el

    FMI, la OIT, y el BM. Segundo, el examen de la transformacin de la identidad y el sentido de pertenencia, en base a las

    trayectorias personales se realiz mediante la tcnica de la entrevista en profundidad semi-estructurada. Tercero, abord

    los significados y discursos asociados a la configuracin de la identidad colectiva de los tres grupos nacionales, a partir de

    la tcnica del grupo de discusin. Concretamente realic 43 entrevistas en profundidad y 3 grupos de discusin uno para

    colectivo nacional.

  • 17

    Si bien mis hiptesis suponen que los inmigrantes colombianos, peruanos y

    ecuatorianos emigraron para instalarse definitivamente en Madrid (o al menos fuera de sus

    pases), la investigacin estuvo expuesta permanentemente a encontrar que estos

    inmigrantes buscaban construir trayectorias transnacionales, y por tanto orientaban su vida

    de un modo distinto al que estaba suponiendo en esas hiptesis. Con lo cual, estas

    proposiciones no solo habran sido refutadas sino que se habran mostrado impertinentes.

    Me permito parafrasear a Gastn Bacehlard en este punto, quien interpela a los

    investigadores a construir ciencia contra la ciencia, esto es, contra los dogmatismos institucionalizados en cada disciplina, pero tambin y sobre todo, contra las creencias y los

    supuestos del propio investigador.

    Fue esta voluntad de apertura la que me condujo a construir una propuesta analtica

    y metodolgica sobre la base de las categoras de espacio, tiempo e identidad. Donde el

    anlisis del espacio en el que habitan los inmigrantes, me permiti analizar sus vnculos

    con el lugar de recepcin, pero me oblig a describir su relacin con el de procedencia. El

    anlisis temporal de sus trayectorias me permiti dar cuenta de su presente y de qu manera

    encajan su tiempo con el tiempo de la sociedad espaola. Sin embargo, me oblig a

    describir su pasado, pero sobre todo a explorar sus proyectos de vida, y cmo aspiran a

    relacionarse en el futuro con su sociedad de procedencia. Por ltimo, el anlisis de la

    identidad personal y colectiva de los inmigrantes me permiti dar cuenta de las condiciones

    en las que construyen un sentido de pertenencia a la nueva sociedad, pero me oblig

    tambin a dar cuenta de su desarraigo, y su sentido de pertenencia a la sociedad de

    procedencia. El anlisis de estas tres dimensiones me permiti proponer unas hiptesis

    particulares pero me expuso a que se demostrasen impertinentes.

    Antes de exponer los resultados ms relevantes de la investigacin me interesa que

    el hecho de haber adoptado un marco analtico abierto y organizado en esas tres categoras

    amplias, me condujo, como no podra haber sido de otro modo, a resultados inesperados.

    Reformas neoliberales y crisis de futuro

    Ni en los objetivos ni en las hiptesis de trabajo me propuse mostrar los elementos

    explicativos sobre el origen del flujo de los inmigrantes colombianos, ecuatorianos y

    peruanos hacia Madrid. Sin embargo, la necesidad de explorar las condiciones en las que se

    enmarc la decisin de emigrar en cada colectivo, me llev a encontrar la siguiente

    regularidad: tanto en Colombia, como en Ecuador y en Per, el flujo migratorio estuvo

    precedido por profundas crisis sociales integrales.

    Aunque la investigacin no ofrece los elementos suficientes para determinar todas

    las causas de las crisis, s pone en evidencia que hubo un factor en comn en los tres pases:

    en todos ellos las crisis estuvieron precedidas por profundas reformas estructurales de

    orientacin neoliberal. Si bien no podemos considerar estas reformas como los nicos

    elementos determinantes de las respectivas crisis, su presencia sugiere que por su propia

    naturaleza y por la forma en que fueron implementadas contribuyeron de manera decisiva a

    originarlas. Con distinta preponderancia en cada caso, hubo tres consecuencias de esas

    crisis que se pueden vincular a la emergencia del flujo:

    Primero, la intensificacin de la desintegracin y la exclusin social -ya existentes-

    al momento de desatarse las crisis. Segundo, el empobrecimiento de grandes sectores

    urbanos de la poblacin, que hasta las crisis no formaban parte de los sectores ms

    degradados. Esto ya que la destruccin masiva de empleos y de la capacidad para

  • 18

    producirlos, afect muy severamente a parte importante de las capas medias urbanas de las

    sociedades que se vieron enfrentadas a la inminencia de su degradacin social. Y tercero,

    en los tres contextos se vieron seriamente daadas las perspectivas de futuro para el

    desarrollo de los proyectos vitales y laborales de la poblacin.

    La prdida de confianza en la sociedad y la perspectiva de inminente

    empobrecimiento en el mediano plazo, origin la destruccin de las proyecciones de vida

    en estas sociedades. Cuando una sociedad deja de ofrecer a sus miembros la posibilidad de

    proyectarse en ella lo que ocurre es que el futuro entra en crisis. Esto es lo que ocurri en

    Ecuador, Colombia y Per durante el periodo previo a la activacin de los respectivos

    flujos.

    Trayectorias transnacionales o incorporacin definitiva?

    El segundo resultado significativo que mostr la investigacin fue que la

    articulacin de vnculos materiales y simblicos entre Madrid y los lugares de procedencia

    en estos inmigrantes, forma parte de una etapa de los recorridos migratorios. No encontr

    evidencia clara de que esta etapa tienda a prolongarse en el tiempo, ni que las relaciones

    transnacionales se conviertan en una prctica sistemtica a lo largo de los aos.

    Naturalmente que la relativa novedad de la inmigracin latinoamericana en Madrid

    no permite ser concluyente al respecto. Para ello habr que esperar algunos aos y volver a

    examinar el tipo de vnculos transnacionales que perduran y el sentido que dan a ellos los

    inmigrantes. Sin embargo, a la luz de la experiencia del colectivo ms antiguo, el peruano,

    y de los inmigrantes ecuatorianos y colombianos que llegaron hace ms tiempo, podemos

    concluir que para estos, los espacios sociales transnacionales(Glick-Schiller, Basch y Blanc-Szanton, 1992) forman parte de su vida en la fase inicial en un proceso de

    incorporacin definitiva al contexto local de Madrid.

    Creo, en efecto, que estos inmigrantes buscan superar su condicin transnacional

    intentando reconducir su vida hacia espacios locales. En general lo hacen hacia la sociedad

    espaola en el corto y medio plazo, y hacia el pas de procedencia en el largo plazo. A

    partir de esta evidencia se puede sugerir que las investigaciones que se desarrollen en este

    campo, comiencen por cuestionar la realidad transnacional, en lugar de darla por supuesta.

    Y que en cualquier caso no eludan la necesidad de interrogarse sobre la proyeccin que los

    vnculos transnacionales tienen en el tiempo. Sin una respuesta afirmativa para esta

    interrogante, difcilmente se puede hablar de espacios sociales transnacionales como un nuevo fenmeno sociolgico (Levitt y Glick Schiller, 2007).

    Identidad colectiva latinoamericana

    En tercer lugar, una de las hiptesis iniciales planteaba la idea de que colombianos,

    ecuatorianos y peruanos construan una identidad colectiva en base a la solidaridad

    intragrupal y a la condicin comn de latinoamericanos. A la luz del anlisis del discurso

    podemos decir que en ninguno de los tres grupos existe un referente de identidad colectiva,

    basado en la idea de lo latinoamericano. Sin embargo, es necesario introducir dos matices:

    El primero es que los latinoamericanos buscan distinguirse socialmente de otros

    colectivos de inmigrantes, articulando un discurso de rechazo a los otros inmigrantes en virtud de su supuesto comportamiento y de su supuesta constitucin cultural. La condicin

  • 19

    de latinoamericano acta en este sentido como referente para la distincin social respecto

    de colectivos percibidos como ms estigmatizados4.

    El segundo matiz es que la condicin de inmigrante latinoamericano est asociada a

    una tica del trabajo que tambin aparece como mecanismo de distincin social, ahora no

    solo respecto de los otros inmigrantes sino tambin respecto de los espaoles y de los compatriotas no emigrados. Esta tica del trabajo se asocia principalmente al buen

    desempeo de la labor; a la responsabilidad con los horarios y las jornadas de trabajo; a la

    honestidad; y al desarrollo de habilidades comunicativas en funcin de no levantar

    suspicacias en los empleadores y compaeros de labor.

    Aunque la tica del trabajo opera como referente para la condicin de inmigrante

    latinoamericano, se configura por oposicin tanto a la condicin de los otros inmigrantes

    como de los otros latinoamericanos (no emigrados o no adaptados). Por lo tanto, no

    podemos decir que sea un referente articulador de la solidaridad intragrupal en base a la

    pertenencia continental de colombianos, ecuatorianos y peruanos. La tica del trabajo es

    ms bien una forma de distinguirse como buenos inmigrantes latinoamericanos, respecto

    de otros inmigrantes, otros latinoamericanos, y otros trabajadores.

    En necesario agregar, que si la identidad colectiva en base a la condicin

    latinoamericana no funciona como referente en Madrid, tampoco lo hace la condicin

    nacional de cada colectivo. En los tres grupos, las diferencias culturales, regionales y

    socioeconmicas internas, limitan la posibilidad de una solidaridad intragrupal entre

    compatriotas. En colombianos y ecuatorianos priman las distinciones regionales y las

    diferencias socioeconmicas. En el caso de los peruanos en cambio, la principal distincin

    interna, est dada por el estatus que otorga ser inmigrante antiguo frente a los de reciente

    llegada. Creo que la debilidad de los referentes nacionales para construir la identidad es

    consecuencia de la proyeccin a Madrid, de la fragmentacin social y las intensas

    desigualdades que histricamente han imperado en las tres sociedades de procedencia, y en

    la regin latinoamericana en su conjunto.

    Pertenencia social

    En cuarto lugar, y tambin en referencia a la identidad colectiva, otra de las

    hiptesis de trabajo planteaba que estos inmigrantes buscaban un reconocimiento social

    ms all de su rol instrumental de productores de bienes y servicios. Y que esta falta de

    reconocimiento suscitaba en ellos un descontento social que limitaba su sentido de

    pertenencia social. A la luz de los anlisis realizados se puede corroborar, tambin con

    matices, esta proposicin.

    Lo primero que es necesario decir al respecto, es que en el curso de las trayectorias

    migratorias, los miembros de los tres colectivos van abandonando paulatinamente los

    materiales identitarios basados en su cultura nacional, y en sustitucin van adoptando

    referentes vinculados a su condicin social de inmigrantes en Madrid. Hay aqu un proceso

    simultneo de debilitamiento del reconocimiento en la cultura nacional y de reforzamiento

    en nuevos referentes extrados de su experiencia migratoria. Se puede decir que los

    inmigrantes latinoamericanos pasan de construir su identidad colectiva en base a sus

    referentes culturales heredados, a hacerlo a partir de su rol social adquirido.

    4 Particularmente los latinoamericanos aluden a los inmigrantes marroques y a los rumanos.

  • 20

    Los materiales sociales a partir de los que construyen esta nueva identidad colectiva

    se basan en seis imgenes: la de trabajador inmigrante, que supone la realizacin de tareas

    que otros no hacen; la de contribuyente a la seguridad social, que ayuda a mantener el

    sistema sanitario y garantiza las pensiones de los jubilados locales; la de reproductores

    demogrficos, que permite la reproduccin demogrfica de la sociedad local; la de

    habitantes, que dinamizan la expansin urbana y del mercado inmobiliario; la de

    consumidores, que invierten sus recursos en la sociedad local incrementando la demanda de

    bienes y servicios producidos ah mismo; y finalmente la de explotados, pues se absorbe

    injusta y muchas veces ilegalmente el tiempo y la energa propias para el bienestar ajeno.

    La suma de estas seis imgenes de s mismos configuran una identidad colectiva

    basada en la condicin de productores de la sociedad local. Esta identidad de productores

    sociales hace que se vinculen con la sociedad receptora como con un objeto que

    contribuyen a producir, vnculo que constituye la base para la construccin de un

    sentimiento de pertenencia a ella.

    Sin embargo, el hecho de sentir que no son reconocidos como miembros de la

    sociedad, sino solo como productores de bienes y servicios, coarta la completa realizacin

    de este sentido de pertenencia. Finalmente queda reducido, ms a una potencialidad que a

    una realidad contrastada. Podemos decir a partir de esto que el auto-reconocimiento de los

    inmigrantes como productores sociales, los orienta hacia la pertenencia a la sociedad local,

    pero el reconocimiento parcial del que son objeto, limita la concrecin de esta pertenencia.

    Es a partir de esto que podemos decir que mientras no se sientan reconocidos como parte de

    la sociedad receptora, sern objeto de la expropiacin de su tiempo objetivado en la

    sociedad.

    Como un segundo matiz, digamos que a partir de su experiencia, los inmigrantes

    latinoamericanos van definiendo lo que son, cada vez ms a partir sus experiencias

    individuales, y cada vez menos a partir de sus referentes colectivos. La identidad colectiva

    como tal pierde fuerza en contraposicin a la mayor relevancia que adquiere la identidad

    personal.

    Esto tiene como consecuencia, la ruptura del sentido de pertenencia a la comunidad

    de procedencia y a las prcticas asociadas a su reproduccin. La experiencia migratoria

    contribuye para que colombianos, ecuatorianos y peruanos, experimenten con mayor o

    menor intensidad, un proceso de autonomizacin primero, respecto de la comunidad de

    procedencia y luego, de la idea de comunidad como tal.

    Eso implica que los nuevos referentes colectivos toda vez que emergen, lo hacen a

    partir de una empata individual, y no de una historia o de una memoria colectivas. En este

    sentido, no existe una colectividad de inmigrantes como una entidad sui generis distinta de

    la sola suma de sus partes. El colectivo de inmigrantes latinoamericanos es solo la suma de

    las partes. Esta desintegracin interna hace que el malestar que sienten por la falta de

    reconocimiento como sujetos productores de la sociedad, en lugar de conducir a la

    formacin de un movimiento social reivindicativo en base a una identidad colectiva,

    conduzca espontneamente hacia un sentimiento de frustracin y malestar personal.

    Identidad personal: afectividad y trabajo

    La trayectoria migratoria implica para los latinoamericanos enfrentar una serie de

    situaciones nuevas que les obliga a reinterpretar su pasado y su biografa personal. La

  • 21

    bsqueda de una coherencia entre el presente migratorio y su pasado pre-migrante se da

    principalmente en dos mbitos: el laboral y el afectivo.

    En el mbito laboral, se pueden reconocer dos tipos de trayectorias: por un lado

    estn aquellos inmigrantes que en su pas de procedencia realizaron trabajos en los que se

    reconocan y con los que se sentan satisfechos, y que no pueden realizar en Madrid; por

    otro lado, estn los que en el pasado bien, realizaron las mismas actividades que

    desempean actualmente en Madrid, o bien, realizaron actividades que ya les resultaban

    frustrantes en sus pases de procedencia. Pues bien, si para los primeros resulta muy difcil

    establecer una continuidad entre su pasado y su presente, para los segundos construir este

    vnculo y reinterpretar su identidad personal a la luz de su nueva realidad, es un proceso

    bastante expedito.

    La reinterpretacin de la identidad personal a partir de la trayectoria laboral, pasa

    para los latinoamericanos frustrados, por un reconocimiento en las condiciones vida y en

    los signos de estatus social a los que puede acceder mediante el desempeo de aquella. En

    este sentido, el trabajo inmigrante por frustrante que sea, es incorporado en el relato de la

    identidad personal en virtud de la expectativa que el sujeto tiene de acceder a determinadas

    condiciones de vida.

    En trminos de la trayectoria afectiva tambin se puede establecer una distincin

    entre aquellos para los que la migracin ha supuesto la fragmentacin de lazos afectivos de

    fuerte dependencia, y aquellos que no contaban con una vida afectiva basada en lazos de

    dependencia.

    El anlisis nos mostr que para los primeros, los vnculos afectivos actan como

    materiales esenciales de su identidad personal, y por lo tanto, no pueden reinterpretarlos a

    partir de la distancia que impuso la emigracin. Para estos, la nica salida asimilable es la

    reagrupacin familiar. En el caso de los inmigrantes provenientes de situaciones afectivas

    dbiles o frustradas, la reinterpretacin de su pasado pasa por la aceptacin de que en su

    trayectoria migratoria, la vida afectiva tendr menos relevancia an, de la que tena en su

    vida premigratoria.

    Cabe decir que la dependencia subjetiva que tiene un inmigrante respecto de su

    pasado es ms fuerte en la dimensin afectiva que en la laboral. Cuando el presente

    migratorio no encaja coherentemente con un pasado afectivamente fuerte, la

    reinterpretacin de s mismo encuentra como nica salida la restitucin de los afectos

    desestabilizados mediante la reunin del ncleo afectivo. En cambio, un pasado

    laboralmente satisfactorio que no encaje con el presente migratorio, puede ser

    reinterpretado coherentemente a partir de la calidad de vida y al nivel del consumo a los

    que el sujeto espera acceder con su trabajo inmigrante.

    Ahora bien, el hecho de que el presente imponga a los inmigrantes una serie de

    condiciones que les obliga a emprender una reelaboracin de su identidad personal implica

    que asumen su condicin desde la perspectiva de la adaptacin a su nueva realidad, y que

    no tienen el control de su existencia. Ambas cosas hacen que el hecho de ser inmigrante no

    sea un referente en el que reconocerse en trminos personales. Si en la conformacin de su

    identidad colectiva ser inmigrante acta como un referente afirmativo, en trminos de la

    identidad personal es motivo de negacin. En lugar de reconocerse en su presente como

    inmigrantes, los latinoamericanos se reconocen en la condicin de luchadores.

    Esto se ve muy claramente al analizar las proyecciones de futuro de los inmigrantes,

    en las que la condicin de luchadores se define a partir de una voluntad explcita de dejar

    de ser inmigrantes. Lo que buscan es alejarse no solo de las condiciones sociales que

  • 22

    definen su presente migratorio, sino sobre todo buscan evitar que se repitan aquellas que les

    obligaron a emigrar en el pasado. La condicin de luchadores se actualiza en este sentido

    como una lucha por controlar la existencia.

    En trminos concretos las situaciones a las que aspiran son la seguridad y la

    autonoma. La primera tiene que ver con la expectativa de controlar las condiciones

    materiales de existencia y la necesidad. La trayectoria migratoria se orienta hacia la

    seguridad bien mediante el ahorro o bien mediante un incremento paulatino del control

    cotidiano de sus necesidades. La autonoma por su parte aparece como una voluntad de

    controlar al mximo el propio tiempo. Ello implica por una parte buscar la independencia

    laboral, y por otra la mayor disposicin de tiempo libre que sea posible.

    Incorporacin espacial

    Una sexta conclusin de la investigacin tiene que ver con la incorporacin al

    espacio local. Adems de haber constatado una incipiente separacin espacial entre

    espaoles y latinoamericanos, y un claro agrupamiento barrial por nacionalidades, lo que

    nos muestra que las redes de asentamiento espacial son de carcter nacional y no

    continental, hay un hecho de carcter subjetivo sumamente significativo:

    En cuanto a las motivaciones que condicionan los recorridos espaciales, la

    percepcin predominante entre los latinoamericanos es la orientacin de sus recorridos

    hacia la bsqueda de la dignidad y la calidad de vida. Esto supone que los barrios hacia los

    que se dirigirn definitivamente habrn de cumplir ciertas condiciones. Pero lo ms

    importante es que ellos mismos se ocuparn de que esas condiciones no se degraden ni se

    deterioren con el tiempo. De modo que la decisin de los latinoamericanos de establecerse

    definitivamente en determinado barrio, contribuye a su preservacin, e incluso a su

    rehabilitacin, y no, como sugiere el sentido comn, a su degradacin y a su decadencia.

    Esta lgica en los recorridos habitacionales de los inmigrantes latinoamericanos,

    tiene su correlato en las formas de socializacin que desarrollan en parques y plazas

    pblicas de la ciudad. La descripcin de sus trayectorias, nos muestran un trnsito desde

    una forma de socializacin comunitaria que tiene como escenario los grandes parques, a

    otra que tiene como escenario las plazas y el entorno del barrio.

    El encuentro que tiene lugar en los grandes parques tiene por un lado un sentido

    puramente instrumental. Consiste en poner a circular informacin funcional para la

    incorporacin inicial de los inmigrantes y eventualmente para su posterior trayectoria:

    ofertas y demandas de empleo, informacin sobre el arriendo de viviendas o habitaciones,

    informacin administrativa, sobre actividades de esparcimiento y ocio, etc. Por otro lado,

    en estos encuentros la reunin se orienta a la reproduccin de los lazos comunitarios y

    afectivos. El grupo se constituye as como un soporte para dejar salir los afectos, para

    compartir las penas y la nostalgia, para expresar la alegra o para organizar la fiesta. De este

    modo, la comunidad ya no se articula con un sentido instrumental, sino que sustantivo: se

    configura solo como una expresin de s misma.

    En las plazas y el entorno del barrio en cambio, la socializacin tiene una

    orientacin distinta. Aqu, el encuentro es una reunin de individuos, no hay, a partir de

    este, ni la emergencia ni la reproduccin de una entidad colectiva. Tampoco tiene un

    sentido instrumental. La reunin con los vecinos en la plaza consiste en un encuentro trivial

    que por lo general forma parte de los recorridos cotidianos de los sujetos. El inmigrante

  • 23

    aparece aqu, al menos eso es lo que busca, como un vecino ms, y ya no como miembro de

    un colectivo particular.

    El trnsito desde el gran parque, a la plaza del barrio es percibido tanto por

    colombianos, ecuatorianos y peruanos como el recorrido ptimo que deben seguir todos los

    inmigrantes. Por ello es que en su discurso justifican la apropiacin fsica de los parques

    como parte de la incorporacin inicial, pero la rechazan y sancionan si persiste una vez que

    las trayectorias avanzan en el tiempo.

    Discriminacin latente y manifiesta

    En sptimo lugar, digamos que el discurso de los inmigrantes latinoamericanos

    sobre la discriminacin nos permite reconocer dos percepciones aparentemente opuestas.

    Una en que los inmigrantes reconocen manifestaciones abiertamente discriminatorias en su

    contra. Y otra, en la que se planteaba la ausencia de discriminacin en sus relaciones con

    los espaoles. Al profundizar en el anlisis encontramos que la percepcin de ausencia de

    discriminacin, se asocia a situaciones en las que la posicin del inmigrante est claramente

    subordinada a la del autctono. Justo lo contrario ocurre cuando se reconoce la existencia

    de una discriminacin abierta.

    Esta situacin me llev a concluir que la discriminacin hacia los latinoamericanos

    opera en dos planos uno latente y otro manifiesto. En el primer sentido se constituye como

    un conjunto de prcticas y supuestos orientados a mantener el status quo de una relacin de

    dominacin. En el segundo, a la restitucin de la desigualdad en situaciones contingentes

    de igualdad o de cercana social entre inmigrantes y autctonos. La discriminacin se hara

    manifiesta toda vez que se ve amenazada o cuestionada la relacin de dominacin entre

    latinoamericanos y espaoles.

    En cuanto a la discriminacin, podemos decir que las principales situaciones

    discriminatorias se dan a partir de la aparicin de los inmigrantes en los espacios pblicos

    de la ciudad. Una situacin en la que los inmigrantes se instalan en una clara posicin de

    igualdad respecto de los autctonos. Esto me permiti corroborar la hiptesis de que la

    entrada de los inmigrantes en el espacio local implica que estos se instalan en una posicin

    igualitaria respecto de los autctonos. Y que esta igualdad motiva expresiones

    discriminatorias toda vez que la expectativa de la poblacin autctona es que los

    inmigrantes ocupen una posicin subordinada. Sobre esto podemos decir que en general no

    basta con disear un marco legal que garantice la igualdad para que esta se d en la

    prctica, es indispensable para que la igualdad formal se plasme en las relaciones sociales,

    que la sociedad civil la entienda como algo legtimo.

    Segmentacin y subordinacin en el trabajo

    La octava conclusin confirma que la incorporacin de los inmigrantes

    latinoamericanos al mercado laboral local, tiende a ser divergente respecto de la posicin

    que ocupan los trabajadores autctonos. Esta divergencia se observa en la concentracin en

    sectores de actividad distintos, y en la distribucin desigual de cada colectivo en las

    ocupaciones de cada sector. Un indicador de esto lo encontramos en el hecho de que en

    aquellos sectores donde ms ha crecido el empleo de inmigrantes latinoamericanos en los

    ltimos aos, no registran un incremento del desempleo entre los espaoles.

  • 24

    Un signo que pone en evidencia la desigualdad en las condiciones laborales es la

    mayor inestabilidad laboral que afecta a los inmigrantes. El anlisis de la informacin

    estadstica disponible, nos mostr que las tasas de temporalidad eran significativamente

    mayores entre los latinoamericanos que entre espaoles, tanto en Espaa como en Madrid.

    Cabe agregar al respecto, que con los aos, la temporalidad de los inmigrantes tiende a

    reducirse, sin embargo, esta reduccin es insuficiente. Vimos que despus de siete aos

    trabajando en Madrid los extranjeros an estn sujetos a un nivel de temporalidad que

    duplica el de los trabajadores espaoles.

    Otra situacin que pone en evidencia que la condicin de latinoamericano conduce a

    una incorporacin divergente en el mercado laboral, tiene que ver con la ausencia de

    reconocimiento y la invalidez de las cualificaciones de estos trabajadores. Al comparar los

    niveles de educacin entre latinoamericanos y espaoles se observa que mientras los

    primeros se agrupan en mayor medida en los niveles intermedios de educacin, los

    segundos se concentran en los niveles inferior y superior. Es decir, es mayor la proporcin

    de espaoles entre los ms cualificados, pero tambin entre los menos cualificados. Y es

    ms la proporcin de latinoamericanos con niveles de educacin media. En un contexto

    igualitario esto tendra que traducirse en tres situaciones: primero, que los latinoamericanos

    debieran orientarse menos que los nativos hacia los puestos que requieren mayor

    especializacin profesional y mayores niveles de cualificacin; segundo, que los

    latinoamericanos tambin debieran orientarse menos que los espaoles hacia las

    ocupaciones que no requieren cualificacin alguna; y tercero, que los sudamericanos

    debieran dirigirse en mayor medida que los nativos a las ocupaciones que requieren

    cualificaciones intermedias. De estas tres cosas solo ocurre la primera.

    En conclusin, podemos decir que existe en el mercado laboral local una

    desigualdad entre latinoamericanos y espaoles que se sostiene por la condicin fornea de

    los primeros y no por su nivel de educacin. La falta de reconocimiento de las

    cualificaciones de estos inmigrantes implica un ejercicio de menosprecio del pasado y la

    historia del inmigrante, y de paso una sub-valoracin del valor acumulado en su experiencia

    y de su trayectoria.

    La centralidad de las redes

    En noveno lugar, el anlisis realizado confirm que las redes sociales son

    fundamentales tanto para la incorporacin inicial de los latinoamericanos al mercado

    laboral madrileo, como para su posterior trayectoria. Podemos distinguir al respecto dos

    niveles de operatividad de las redes sociales, uno transnacional y otro local.

    Las redes transnacionales son funcionales principalmente a la incorporacin inicial

    de los latinoamericanos al mercado laboral. Ofrecen informacin sobre posibilidades

    concretas de empleo, y proveen de contratos de trabajo, que sirven como salvoconducto

    para el ingreso a Espaa. La informacin que transmiten estas redes es, sin embargo, muy

    imprecisa, por lo que muchas veces los inmigrantes encuentran al llegar, condiciones

    laborales muy distintas de las que esperaban. Esto contribuye de manera decisiva a que los

    empleos que proveen las redes transnacionales sean normalmente transitorios para estos

    inmigrantes. Las redes locales por su parte, son funcionales tanto para la incorporacin

    inicial de aquellos que no cuentan con un capital social transnacional, como para el

    desarrollo posterior de las trayectorias de todos.

  • 25

    En cuanto un inmigrante cuenta con un escaso capital social inicial, busca

    introducirse en las redes locales mediante dos estrategias: acude a los espacios pblicos

    para establecer nuevos contactos, o busca ingresar a las redes por sus nodos institucionales

    ms visibles y abiertos (asociaciones de inmigrantes, ONGs, iglesias, etc.,). Ambas

    estrategias son complementarias, y aunque el inmigrante acceda a los nodos institucionales

    no dejar de implementar estrategias espaciales para ampliar el campo de opciones en la

    fase inicial de su trayectoria. En este sentido el inmigrante con un capital social inicial

    escaso, desarrolla una estrategia socio-espacial de acumulacin de capital.

    Respecto de la funcionalidad de las redes locales, una vez que el inmigrante ya se

    ha incorporado al mercado laboral, las estrategias se orientan cada vez menos a los espacios

    pblicos e institucionales, y cada vez ms a los contactos en el lugar de trabajo. Con el

    tiempo, los asuntos laborales se van localizando en el espacio del trabajo. Las estrategias

    urbanas pierden relevancia para los inmigrantes, toda vez que se presentan menos eficientes

    para mejorar la situacin laboral, que las estrategias centradas en el mbito del trabajo.

    Podemos concluir que en su incorporacin al mercado laboral madrileo, los

    latinoamericanos dan una creciente relevancia al capital socio-espacial que van

    adquiriendo, primero en los espacios pblicos y luego en el lugar de trabajo. Esto en

    contraposicin a las competencias temporales que, bien en forma de cualificaciones

    formales o del dominio de un oficio, se presentan como menos eficientes a la hora de

    conducir y controlar sus trayectorias laborales.

    La centralidad del capital socio-espacial hace que las trayectorias de los

    latinoamericanos estn marcadas por la fragmentacin en lugar de la linealidad. El hecho de

    que no les sean reconocidas las competencias acumuladas en el tiempo, coarta la

    posibilidad de que puedan desarrollar una trayectoria lineal y continua, tienden ms bien a

    saltar de una ocupacin a otra, e incluso de un sector a otro de manera indistinta e incierta.

    Si se mantienen en un sector u ocupacin esto no depende tanto de sus competencias como

    de las redes de contactos en que se insertan.

    Este tipo de trayectoria, coincide con el hecho de que el mercado laboral es

    percibido por los latinoamericanos como precario e incierto. Lo que contribuye a que

    asuman su trayectoria como una realidad inestable que est sujeta a un constate cambio,

    bien por voluntad propia o bien por la arbitrariedad de los empleadores. Estos inmigrantes

    muestran una importante capacidad para adaptarse a nuevas condiciones laborales y a la

    realizacin de nuevas tareas. Lo cual nos lleva a plantear que adoptan una actitud flexible y

    anticipativa frente a condiciones cambiantes, inestables e inciertas.

    Imagen del futuro

    Para terminar, es necesario aludir a la percepcin del futuro que poseen estos

    inmigrantes. En trminos generales colombianos, ecuatorianos y peruanos construyen una

    imagen del futuro a partir de tres elementos: la contingencia, los proyectos concretos y el

    objetivo final. La contingencia imprime incertidumbre a los recorridos; los proyectos dan

    continuidad a la contingencia, y el objetivo final es lo que le da sentido y coherencia al

    recorrido en su conjunto. Ya hemos dicho que este objetivo se orienta a lograr un control de

    la existencia basado en la seguridad y la autonoma.

    El hecho de que los proyectos estn sujetos a la contingencia implica que los

    inmigrantes asumen que sus recorridos estn abiertos en cuanto a la forma concreta en que

    su objetivo final se realizar. Es por ello que en su discurso, la opcin de quedarse en

  • 26

    Madrid o volver al lugar de procedencia aparece con cierta ambigedad: por una parte,

    como una voluntad expresa, pero por otra como algo que depende de lo que pueda ocurrir.

    Los proyectos concretos de estos inmigrantes nunca se presentan como definitivos, o al

    menos ellos saben que nunca lo son.

    Los latinoamericanos en este sentido se adaptan a la incertidumbre, la aceptan y

    actan como si fuera una condicin ineludible de su trayectoria. Sin embargo, en el largo

    plazo buscan la certeza y la estabilidad. Aunque puedan definirse como desar