Lección 1 - Seguros en Cristo

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PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN Esta sección es para usted, el maestro. Los pasajes de la columna “Versículos de referencia” son para su estudio personal en la preparación de esta lección. La decisión de compartirlos o no con sus estudiantes queda a su criterio personal. OBJETIVOS DE LA LECCIÓN: Presentar nuestros privilegios como creyentes en Cristo. Presentar a Jesucristo como la fuente de nuestras vidas y el digno objeto de nuestra adoración. Presentar la Biblia como la fuente de verdad y el medio que Dios nos ha dado para crecer en Él. ESTA LECCIÓN DEBERÁ AYUDAR A LOS ESTUDIANTES A: Darse cuenta del privilegio de adorar a Dios por medio de Jesucristo. Aprender algunas de las formas en que pueden expresar sus alabanzas al Señor. Seguir confiando en la Palabra de Dios. PERSPECTIVA PARA EL MAESTRO: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y Nuestros privilegios como creyentes en Cristo Jesús. Lección 1

Transcript of Lección 1 - Seguros en Cristo

PREPARACIÓN DE LA LECCIÓN

Esta sección es para usted, el maestro.

Los pasajes de la columna “Versículos de referencia” son para su estudio

personal en la preparación de esta lección. La decisión de compartirlos o

no con sus estudiantes queda a su criterio personal.

OBJETIVOS DE LA LECCIÓN:

Presentar nuestros privilegios como creyentes en Cristo.

Presentar a Jesucristo como la fuente de nuestras vidas y el digno

objeto de nuestra adoración.

Presentar la Biblia como la fuente de verdad y el medio que Dios nos ha

dado para crecer en Él.

ESTA LECCIÓN DEBERÁ AYUDAR A LOS ESTUDIANTES A:

Darse cuenta del privilegio de adorar a Dios por medio de Jesucristo.

Aprender algunas de las formas en que pueden expresar sus alabanzas

al Señor.

Seguir confiando en la Palabra de Dios.

PERSPECTIVA PARA EL MAESTRO:

“El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la

sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado

que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a

todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y

Nuestros privilegios

como creyentes en Cristo Jesús.

Lección

1

al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de

los siglos” (Apocalipsis 5:12-13).

En el momento de salvación fuimos incluidos en esa multitud que alabará

a nuestro Señor para siempre en el cielo. Y mientras estemos en esta tierra,

tenemos el privilegio de adorarlo aquí. De hecho, esta es la razón por la

cual fuimos redimidos: Para adorar y alabar a nuestro Creador ahora y para

siempre. Y en la medida que nuestro corazón esté lleno de alabanza por el

amor que Dios nos ha manifestado, ese mismo amor se desbordará en un

deseo de hablar a otros acerca de su gracia salvadora y su amor.

Toda nuestra alabanza y todo nuestro servicio fluye de Él y regresa a Él.

Jesucristo es nuestra fuente, el manantial de la vida del creyente. Ojalá

encontremos mucho gozo como resultado de compartir con nuestros

estudiantes por medio de la enseñanza. Sean éstos nuevos creyentes o

personas con muchos años en la fe, este estudio de los privilegios del

creyente deberá despertar en ellos gozo y gratitud para nuestro Señor,

quien es el único digno.

Y si algunos a los que estamos enseñando no han puesto aún su fe en

Cristo, que el testimonio de Él en nuestra vida les produzca sed de conocer

a nuestro Libertador. “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas.

A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36).

PARA ENSEÑAR A LOS ALUMNOS

(Columna de en medio únicamente)

BOSQUEJO DE LA LECCIÓN:

A. Introducción

Por medio de Cristo hemos recibido el regalo de la vida eterna.

Nuestra deuda de pecado fue pagada totalmente, al costo de su sangre,

derramada por nosotros en la cruz.

Nuestra vida eterna comenzó en el momento en que pusimos nuestra

confianza en Él.

Y pasaremos el resto de nuestra vida aquí en la tierra aprendiendo la

grandeza de lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo.

Por medio del estudio su Palabra, queremos aprender a adorarlo y

servirlo.

Eso es lo que Dios desea que hagamos ahora y por toda la eternidad:

Adorar y servir al Señor Jesús.

B. Estamos reunidos aquí como creyentes en Cristo Jesús.

Al poner nuestra fe en Jesucristo, llegamos a ser miembros de su familia.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio

potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de

sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”

(Juan 1:12-13).

Jesucristo es la cabeza de su familia, y el dueño de cada uno de

nosotros.

Él es el dueño y cabeza de este grupo de creyentes reunidos aquí.

Y Él es la cabeza de cada grupo de creyentes en todo el mundo.

Jesucristo está con nosotros en este momento y siempre.

En Mateo 28:20 Jesús les dijo a sus seguidores: “He aquí yo estoy con

vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Sea que estemos reunidos o que estemos solos, Él está con nosotros.

C. Fuimos salvos por medio de Jesucristo, y vivimos como creyentes

en Cristo por su poder.

Hoy estaremos hablando acerca de las cosas que hacemos como

creyentes en Cristo.

El poder y capacidad para realizarlas no viene de nosotros, sino de

Jesús, la fuente de nuestra vida.

En Juan 15:4-5, Jesús les dijo a sus discípulos: “Permaneced en mí, y

yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo,

si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis

en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en

mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada

podéis hacer.”

El poder para vivir nuestra nueva vida en Cristo viene de Él.

Cualquier cosa que tratemos de hacer por nuestras propias fuerzas [a

cuenta nuestra], aparte de Él, es inútil.

Así como fuimos salvos por medio de Cristo, también vivimos por medio

de Él.

Todo el poder viene de Él y toda la alabanza le pertenece a Él.

D. Podemos adorar al Señor por medio del canto.

Podemos expresar nuestra alabanza a Dios cantando1.

Considere:

El hombre no inventó la música, ¡la inventó Dios!

En el libro de Job, Dios nos dice que mientras Él estaba creando la

tierra, los ángeles espectadores (sus mensajeros, a quienes Él creó

para su servicio) cantaban sus alabanzas y gritaban de alegría.

Cantaremos sus alabanzas para siempre en el cielo.

No tenemos que ser grandes cantantes, Dios sólo quiere un corazón de

adoración.

Podemos cantar en voz alta o en nuestro corazón, en cualquier momento

del día o de la noche.

Ya se han escrito muchos grandes himnos.

Al escoger las canciones, busque las que estén de acuerdo con lo que

Dios nos ha dicho en su Palabra.

Seleccione las canciones que expresen lo que Dios ha dicho en cuanto

a:

Su carácter

Sus grandes obras

Su regalo de salvación por medio de Jesucristo

Las bendiciones de conocer a Jesucristo

Incluso puede que a usted le nazca escribir sus propias canciones.

Como creyentes, entonamos nuestras canciones para Dios.

Él acepta nuestras canciones por Jesucristo.

E. Dios nos ha dado el privilegio de orar.

Orar es simplemente hablar con Dios2 .

Él es nuestro Padre, y quiere que hablemos con Él acerca de todo.

Considere:

Nosotros queremos que nuestros hijos hablen con nosotros. Así es

como desarrollamos una relación con ellos.

Sin embargo, algunas veces nos podemos cansar de su conversación

constante.

Pero Dios nunca se cansa de que nosotros nos acerquemos a Él.

Dios quiere que hablemos con Él todo el tiempo.

¡Qué privilegio tenemos de hablar directamente con el Creador del

universo!

Podemos ir a Él en cualquier momento, de día o de noche.

Cuando hablemos con Dios debemos orar en el nombre de Jesús.

Oramos en su nombre porque sabemos que la única manera en que

podemos acercarnos a Dios es a través de Jesús.

Lea Juan 14:6.

Jesús vertió su sangre para abrir un camino por el cual pudiéramos

acercarnos a Dios.

Cuando nos acercamos a Él, orando en el nombre de Jesús, es como si

estuviéramos acompañando a Jesús para hablar con Dios.

Dios nos acepta y nos escucha gracias al Señor Jesús en quien

confiamos.

Al final de la oración decimos “amén”.

Esto significa, “así sea”.

En otras palabras, creemos que Dios nos ha escuchado y que hará lo

que sea mejor.

F. Adoramos y alabamos a Dios.

Sólo Dios es digno de alabanza y adoración3.

Al orar, podemos expresarle personalmente nuestra alabanza por su

bondad.

Piense en las cosas que hemos aprendido acerca de su carácter y

naturaleza:

Dios se comunica con el hombre.

Es eterno.

Está en todo lugar al mismo tiempo; Sabe todas las cosas.

Dios es más grande que todo y más importante que todo; es la máxima

autoridad.

Dios es santo y justo; exige la muerte como pago por el pecado.

Dios es todopoderoso; nada es imposible para Él.

Es amoroso, lleno de gracia y de misericordia.

Dios es fiel; Siempre cumple su Palabra; Nunca cambia.

Piense en lo que ha hecho Dios por nosotros:

Vino a la tierra como hombre, en carne humana, para morir por nuestros

pecados.

Pagó la pena de muerte por nosotros.

Y, porque no tuvo pecado, se levantó de los muertos.

Podemos adorarle y alabarle por quien es Él y por lo que ha hecho.

G. Damos gracias a Dios.

Al hablar con Dios por medio de la oración, podemos darle gracias por

cosas específicas:

Podemos mirar atrás y darle gracias por lo que ha hecho en el pasado,

especialmente por nuestra salvación en Jesucristo.

Podemos agradecerle por lo que está haciendo en este momento en

nuestra vida, y en la vida de quienes conocemos y amamos.

También podemos darle gracias por lo que hará en el futuro.

Podemos mirar lo que ha prometido en su Palabra y darle gracias por fe.

H. Le pedimos a Dios por medio de Jesucristo.

Dios quiere que le pidamos las cosas.

No hay ni una petición que sea demasiado grande o pequeña para

llevársela a nuestro Padre Celestial.

Él tiene cuidado de nosotros y quiere que le llevemos todas nuestras

necesidades a Él.

Podemos pedirle que nos haga más como su Hijo, Jesucristo.

También podemos pedirle que nos ayude en nuestras necesidades y por

las necesidades de otros:

Crecimiento espiritual

Problemas cotidianos

Necesidades físicas

Debemos pedirle que nos ayude a llevarles sus Buenas Nuevas a

otros, especialmente a aquéllos que nunca las han oído.

Debemos pedirle a Dios que le muestre a la gente su necesidad de ser

salvos.

Podemos orar para que el Espíritu Santo les muestre su pecado y la

santidad de Dios.

Podemos orar por oportunidades para compartir la verdad de Dios con

ellos.

Podemos llevar todas estas peticiones a Dios.

Podemos orar como grupo, y podemos orar asolas.

Y cuando veamos que Dios responde nuestras oraciones, nos

podemos regocijar juntos.

I. Debemos testificar a otros creyentes acerca de lo que Dios está

haciendo en nuestra vida.

Honramos a Dios cuando les contamos a otros cómo Él está obrando en

nuestra propia vida.

Cuando nos reunimos los creyentes, podemos compartir algunas de las

cosas que Dios nos está enseñando personalmente:

Cómo está contestando nuestras oraciones

Cómo nos está revelando su voluntad

Cómo nos está capacitando para vivir esta vida nueva como creyentes

en Cristo

También podemos compartir nuestras necesidades y problemas los unos

con otros, para que nos apoyemos en oración.

J. Debemos testificarles a los que no son salvos.

Como creyentes en Jesucristo, tenemos el privilegio y la responsabilidad

de contarles a otros de Él.

Todos podemos compartir de la Palabra de Dios, y contar la verdadera

historia:

Quién es Dios.

Cómo el hombre ha roto la comunión con Él.

Cómo Dios ha hecho posible que la comunión sea restaurada por

medio de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo.

Aun como nuevo creyente, usted puede compartir estas cosas.

La historia de cómo usted llegó a conocer a Cristo como su Salvador es

un poderoso testimonio para alguien que no sea salvo.

K. Como creyentes continuaremos aprendiendo acerca de Dios por

medio del estudio de su Palabra.

La Biblia es el mensaje personal de Dios para cada uno de nosotros.

Dios quiere que leamos su Palabra.

Así es como Él se comunica con nosotros.

Ésta es la forma en que crecemos en Él.

Como creyentes en Cristo, tenemos el privilegio de ser enseñados por

Dios mismo, por medio de su Palabra.

Lea Juan 14:26.

Dios el Espíritu Santo nos ayuda a comprender lo que leemos en la

Palabra de Dios.

Como nuevo creyente es posible que usted se sienta abrumado por la

cantidad de material en la Biblia.

Usted no lo aprenderá todo de una vez.

El crecimiento y el entendimiento espiritual toman tiempo para

desarrollarse.

Compare:

Un niño pequeño no puede alimentarse a sí mismo. Sus padres

deben alimentarlo para que crezca para ser fuerte. Poco a poco, con

el ánimo y ayuda de sus padres, y a medida que él crece, aprenderá

a hacerlo él mismo.

Con el creyente sucede lo mismo.

Usted necesitará mucha ayuda de creyentes más maduros.

Y entre más estudie la Palabra por su cuenta, más encontrará que Dios

el Espíritu Santo le dará entendimiento de lo que está estudiando.

A medida que madure en Cristo tendrá oportunidades de ayudar a los

nuevos creyentes.

L. Conclusión

Por medio de la Biblia, hemos aprendido acerca de Jesucristo y su

muerte, sepultura y resurrección.

Sabemos con seguridad que nuestros pecados han sido perdonados

porque hemos creído la verdad de la obra terminada de Jesucristo en la

cruz.

De la manera que fuimos salvos por la obra de Jesucristo en la cruz, así

también, sólo Cristo nos da el poder para vivir la vida cristiana.

¡Él es digno de nuestra alabanza!

Podemos alabarlo por medio del canto.

Por medio de Jesucristo podemos ir directamente a Dios en oración.

Podemos alabar a Dios a través de la oración, darle gracias por su

bondad para con nosotros y pedirle lo que necesitamos nosotros y por

las necesidades de otros.

Podemos contarnos los unos a los otros lo que Él está haciendo en

nuestra vida.

Y podemos contarles a las personas no salvas el maravilloso mensaje

de salvación.

Démosle gracias al Señor juntos por estos privilegios que hemos

recibido en Jesucristo.

PREGUNTAS:

1. ¿Quién es el dueño y cabeza de todo grupo de creyentes? Jesucristo.

2. ¿Quién nos da el poder y la capacidad para vivir nuestra nueva vida

como creyentes en Cristo? Jesucristo.

3. ¿Qué es la oración? Orar es hablar con Dios.

4. ¿Por qué oramos “en el nombre de Cristo”? Oramos en el nombre de

Cristo porque, por medio de su sangre derramada, abrió el camino para

que nosotros como pecadores pudiéramos hablar con nuestro santo y

justo Padre celestial.

5. Dios desea nuestra adoración. ¿De cuáles cosas podemos hablarle

cuando le adoramos? Podemos adorarle por su carácter y por lo que ha

hecho por nosotros en Jesucristo.

6. ¿Qué tipo de peticiones podemos llevar delante de Dios? (Esta

respuesta es abierta para la reflexión de sus alumnos).

7. Nombre algunas de las cosas por las que podemos dar gracias a Dios.

(Esta respuesta es abierta para la reflexión de sus alumnos).

8. Al reunirnos como creyentes, podemos dar testimonio los unos a los

otros de cómo Dios está obrando en nuestras vidas. ¿Qué tipo de

cosas podríamos compartir? (Esta respuesta es abierta para la reflexión

de sus alumnos).

9. Dios desea que todas las personas sean salvas. ¿Cómo podemos orar

por las personas perdidas? Podemos orar para que el Espíritu Santo

les muestre su pecado y la santidad de Dios, y por oportunidades para

compartir la verdad de Dios con ellas.

10. ¿Cómo continuamos creciendo como creyentes en Cristo? Por medio

de la lectura y el estudio de la Palabra de Dios.

11. ¿Quién nos ayuda a comprender la Palabra de Dios? Dios el Espíritu

Santo nos ayuda.

12. ¿Espera Dios que seamos instantáneamente maduros como creyentes

en Cristo? No, Él sabe que para poder crecer necesitamos tiempo en

su Palabra, la ayuda de su Espíritu y la ayuda de creyentes maduros.

Las notas para los discípulos:

1. Memorice Juan 1:12-13.

2. Escriba en sus propias palabras lo que significan estos versículos.

Luego tome tiempo para pensar en lo que significa para su vida.

3. Comience un diario de alabanza.

Escriba las cosas por las que quiera dar gracias a Dios. Pueden ser

acerca de su carácter, las bendiciones que Él da, o cualquier cosa

por la cual lo quiera alabar.

Use este diario en sus conversaciones con Dios.

4. Comience un diario de oración.

Marque la fecha en que primero habló con Dios acerca de algo, y

escriba una breve descripción del asunto. Deje un espacio para

registrar las respuestas a sus peticiones.

Notas del maestro

RESUMEN

Esta lección presenta algunos de los privilegios de los creyentes en Cristo:

Cantar

Orar

Adorar

Dar gracias

Pedir

Dar testimonio

Testificar

El énfasis está en el Señor Jesucristo, por quien hemos recibido estos grandes

privilegios de adoración y libre acceso a Dios.

1 Usted puede animar a sus estudiantes a participar en cantos de alabanza y

adoración durante su tiempo de estudio.

Puede darles himnarios o corarios.

O quizá algunos de ellos quieran componer sus propias canciones o

compartir con el grupo las canciones que conozcan.

Esto debe hacerse en una forma ordenada, pero también es bueno dar

libertad para alabar de manera espontánea. Puede que uno de los

estudiantes pida cantar una canción que hable del tema que se esté

estudiando.

El cantar le debe agregar ánimo y bendición a su tiempo juntos.

2 Los nuevos creyentes a menudo se sienten incómodos al orar en público.

Sea sensible a ellos. Hasta que usted conozca bien a cada persona, pida que

ore un voluntario, en lugar de escoger a un individuo.

Una forma de ayudar a las personas a orar en grupo es sugerir que se

ofrezcan oraciones de una frase, espontáneamente sin ningún orden

determinado, y que todos tengan la cabeza inclinada.

Evite que cada persona del grupo ore en turno. Puede que algunos aún se

sientan muy cohibidos.

Sin embargo, anime a otros, aparte de usted, a orar. Cuando alguno tenga

una petición, pregunte: ¿Alguien quiere orar por esta petición?

Si nosotros como maestros oramos de una manera sencilla, específica y

sincera, estaremos enseñando a nuestros alumnos a hacer lo mismo.

3 El libro de los Salmos es una excelente fuente de adoración y alabanza en

las Escrituras. En ningún otro lugar podemos encontrar tal panorama de

adoración específica elogiando el carácter de Dios y sus actos poderosos. Y

en ninguna otra parte hallamos una expresión tan abierta de las emociones y

los sentimientos del hombre, dirigidos en oración y adoración a Dios.

Anime a sus alumnos a leer los Salmos. Recuérdeles que fueron escritos en el

tiempo del Antiguo Testamento, antes de la venida de Jesucristo.

Oraciones para venganza [sobre] los enemigos, como las expresadas en los

Salmos, no son apropiadas para los creyentes en Cristo. Más bien debemos

pedir que Dios los perdone, así como somos perdonados en Cristo. Dios se

encargará de la venganza (Romanos 12:14-21).

Pero el carácter de Dios no cambia. Los Salmos son de gran ánimo y de

ayuda en nuestra alabanza y adoración a Dios.

Las notas para los discípulos son actividades opcionales que les puede

ofrecer a sus estudiantes para que las realicen en su propio tiempo fuera de

clase. No se pretende que sean asignadas como tareas, sino presentadas a

aquéllos que deseen crecer.

Anime a los estudiantes a hacerlas, pero no los presione.

Si hay tiempo libre al final de la clase, es posible que algunos de los alumnos

quieran compartir algo de estos estudios personales.

Versículos de referencia

Salmos 96; 100; 145

Isaías 43:7

Romanos 5:1-11

Apocalipsis 5

1 Corintios 8:6

Apocalipsis 5:9-10; 19:5-8; 22:3

Efesios 1:10, 22

Colosenses 1:18

Gálatas 2:20

Efesios 2:8-10

Colosenses 1:15-20

Colosenses 3:16

Job 38:6-7

Efesios 5:19-20

1 Tesalonicenses 5:17

Colosenses 4:2

Juan 14:13-14

Romanos 5:1-2

Hebreos 4:14-16; 6:19-20; 10:19-22

1 Corintios 14:15-16

1 Timoteo 6:15-16

Apocalipsis 4:11; 5:12

Salmo 145

Efesios 3:20-21

1 Tesalonicenses 5:18

2 Corintios 9:15

Filipenses 4:6-7

1 Pedro 5:7

Efesios 6:18

Santiago 5:16

Juan 16:8–11

2 Corintios 1:11

Efesios 4:29; 5:19

Apocalipsis 12:11

2 Corintios 5:14-21

2 Timoteo 3:16-17

1 Corintios 2:10-13

Hebreos 5:14

1 Pedro 2:2-3

Colosenses 2:6-7

1 Juan 5:11-13