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Lección 2. El ciclo del agua. Precipitación. Escorrentía superficial. Evapotranspiración. Infiltración. Balances. INTRODUCCION Probablemente, uno de los principales motivos que han conducido a la actual situación de déficit hídrico en algunos casos, y de deterioro de la calidad del agua en la mayor parte de los casos, haya sido una preocupante ignorancia sobre los mecanismos y los principios físicos que rigen el movimiento de las aguas subterráneas. Esta ignorancia, que está justificada en los usuarios, también ha estado presente en las administraciones públicas y, singularmente, en aquellas con competencias en política hidráulica. Pueden argumentarse diversas razones para tratar de justificar esta carencia de conocimientos pero, sin duda, una de las principales es la herencia cultural secular que consideraba las aguas subterráneas como algo misterioso, casi esotérico, para cuyo estudio se necesitaban condiciones extrasensoriales sólo al alcance de los zahoríes o radioestesistas. Esta aproximación a las aguas subterráneas, practicada no sólo por particulares sino por la propia administración, está felizmente superada por una pujante ciencia hidrogeológica que se plantea el difícil reto de poner orden en la gestión de los recursos hídricos subterráneos. Otra de las razones de esta ignorancia ha sido lo que el profesor Davis denominó hidroesquizofrenia, en referencia al absoluto divorcio entre aguas superficiales y subterráneas, a favor de las primeras y con notable desprecio hacia las segundas. En las últimas décadas, el agua es motivo de preocupación social, ocupa grandes espacios en los medios de comunicación y es objeto de numerosos debates; sin embargo, es habitual detectar frecuentes y numerosos errores conceptuales que inducen a confusión y que no ayudan a que la sociedad comprenda el problema en toda su extensión. SOBRE LA UNIDAD DEL CICLO DEL AGUA Y LA UTILIZACION DE AGUAS SUBTERRANEAS Uno de los conceptos básicos en Hidrología es el Ciclo Hidrológico, que supone un movimiento o transferencia de masas de agua, de forma continua, en diferentes estadios o etapas. El carácter cíclico de este movimiento permite abordarlo desde cualquiera de sus estapas, por ejemplo, desde el agua contenida en estado de vapor en la atmósfera. Parte de este vapor se condensa, dando origen a las precipitaciones en forma líquida (lluvia) o sólida (nieve esencialmente). Parte de la precipitación no llega a alcanzar la superficie de la tierra, por evaporación, y otra es retenida en las hojas de los árboles, edificaciones, carreteras -intercepción- volviendo a la atmósfera de nuevo en forma de vapor. Del agua que alcanza la superficie de la tierra, una pequeña porción es retenida en las irregularidades del terreno -almacenamiento superficial-, parte se une y escurre hacia los ríos -escorrentía superficial- que irá a parar al mar o a los lagos, para evaporarse posteriormente o infiltrarse parcialmente en el terreno. Otra porción de la precipitación se infiltra en el terreno, en los poros y fisuras, con una porción de la misma que percola en profundidad y otra que es retenida para posterior evaporación y uso en las actividades biológicas de los seres vivos -transpiración-; al conjunto de ambas se le denomina evapotranspiración. El agua así infiltrada surgirá por manantiales, directamente en cauces de superficie, en lagos o mares directamente, o será extraida por el hombre, parte de la cual vuelve a evaporarse o trasnpirarse, otra se infiltra y otra escurre por los cauces al mar. Este ciclo se puede complicar cuanto se quiera. Una molécula de agua puede volver inmediatamente a la atmósfera o tardar milenios, o no llegar nunca, al reciclarse continuamente dentro de lagunos de los ciclos parciales (por ejmeplo, bombeo - infiltración - bombeo - infiltración..). Es opinión bastante extendida entre los hidrólogos que la cantidad de agua total sobre la tierra se ha mantenido prácticamente constante, al menos durante los últimos tiempos geológicos. El hombre siempre ha pretendido intervenir en el ciclo hidrológico, con el fin de proteger sus intereses. En este sentido, en la actualidad, la mayor parte de los cursos principales de superficie tienen modificado su régimen natural (construcción de embalses de superficie), y

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se actúa de forma cada vez más acusada sobre los embalses subterráneos. El hombre trata también de intervenir en otras fases del ciclo, como es por ejemplo en la generación de lluvia artificial. La deforestación, aunque se carece aún de perspectiva, actúa de forma muy negativa, generando desertización. De todo lo expuesto, y simplificando de forma notable el problema, podríamos diferenciar la existencia de un ciclo rápido y de un ciclo lento. El ciclo rápido sería: precipitación - escorrentía superficial - río - mar - evaporación - precipitación. El ciclo lento sería: precipitación - infiltración - circulación en el manto acuífero (muy lenta) - manantial - río - mar - evaporación - precipitación. Mientras que el rápido puede durar pocos días, o algunos meses a lo sumo, el ciclo lento puede durar varios años, e incluso milenios, como consecuencia de la baja velocidad de circulación de las aguas en el interior de los acuíferos. Cuando se trata de obtener recursos del ciclo, las mejores oportunidades nacen de la consideración del conjunto de recursos de agua (superficiales, subterráneas, residuales tratadas, desalinizadas,...), en sus circunstancias naturales o modificados por obras hidráulicas, para asignar objetivos de puesta a disposición de agua en cantidad y calidad, en su lugar y tiempo, respetando restricciones técnicas, económicas y legales, y también políticas y culturales, y salvaguardando el medio ambiente. Es lo que se denomina uso conjunto, que está muy relacionado con los conceptos de utilización racional y gestión de los recursos de agua, y con la adecuación de la demanda de agua (Custodio, 1997). Como ya se ha comentado, la explotación de las aguas subteráneas contrasta con la frecuente propensión de los organismos públicos hacia las grandes obras hidráulicas para la gestión de las aguas superficiales (Llamas, 1991), cuando realmente las aguas subterráneas poseen características que las hacen especialmente atractivas, asequibles, evaluables y merecedoras de conservación, protección y restauración. Estas características, según Custodio (1997) son las siguientes: ♦ General notable almacenamiento asociado, que hace que su cantidad y calidad estén

menos afectadas por la variabilidad de la pluviometría, y sean reservas de gran valor estratégico en sequías y situaciones de emergencia

♦ Regularidad de su composición química, radioquímica, biológica y de temperatura, así como ausencia de turbidez si las captaciones están bien construidas

♦ Mayor protección temporal frente a procesos contaminantes accidentales, lo queporporciona la posibilidad de continuar disponiendo de agua adecuada durante un periodo extendido de tiempo, mientras se adoptan las medidas paliativas y correctoras necesarias

♦ Frecuente dsiponibilidad en el lugar o cerca de donde se produce la demanda, con elementos de captación y transporte que suponen inversiones normañlmente moderadas y graduales frenete a las de las grandes obras de regulación, captación y tratamiento de aguas superficiales

♦ Menor dependencia en cuanto a calidad y cantidad de acciones exteriores de carácter catastrófico o provocadas intencionadamente o a causa de un conflicto

♦ Menor dependencia de procesos tecnológicos complejos, que están sujetos a fallos de funcionamiento y diseño, y a errores humanos de operación

♦ Reconocimiento, evaluavción y control con frecuencia más seguros y sencillos, y que requieren menor longitud de series de datos de base, aunque para llegar a propuestas preliminares aparentemente se requiera un mayor tiempo y esfuerzo de estudio, personal experto y superar un conjunto de deformaciones y prejuicios en el conocimiento popular, que alcanza con frecuencia a las personas con responsabilidades en las administraciones y órganos de gestión

♦ Relativa fácil predicción del comportamiento ante escenarios diversos de accioes futuras, dado el gran almacén asociado; para las aguas superficiales esa predicción tiene mayor incertidumbre al ser muy sensibles y no conocerse previamente la aportación pluviométrica futura

♦ Gestión más local, sin las restricciones y conflictos de organización e institucionales frecuentes en las grandes entidades

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Naturalmente, la utilización de las aguas subterráneas como fuente de suministro también tiene inconvenientes, aun cuando frecuentemente no se trata de efectos negativos propiamente dichos sino que son consecuencias conocidas y previsibles asociadas a la naturaleza de los acuíferos y de la propia explotación. A menudo, estos efectos desfavorables son el resultado de expectativas, previsiones o evaluaciones incorrectas y sesgadas derivadas del desconocimiento del comportamiento de las aguas subterráneas o de indebidas extrapolaciones de lo que se observa en los sistemas de aguas superficiales (Custodio, 1995). Entre estas desventajas se pueden mencionar las relacionadas con descensos de niveles debidos a fuertes explotaciones, singularmente importantes en los acuíferos costeros con riesgo de salinización, con cambios en la calidad y en la salinidad del agua, con problemas asociados a la gestión y administración de los recursos, incluyendo aspectos económicos y legislativos, e incluso con problemas de carácter social y cultural. Frente a estas problemas se hace necesario profundizar en el conocimiento de las aguas subterráneas para alcanzar modelos sostenibles de explotación, que permitan establecer mecanismos de protección y control. CALCULO DE LAS ENTRADAS Y SALIDAS DE AGUA DEL SUELO Como se ha visto en el balance hídrico, la cantidad de agua infiltrada se calcula por diferencia entre las entradas de agua (lluvia y riego) y las salidas por evapotranspiración. El cálculo de estas partidas no es tarea fácil y a menudo se aceptan estimaciones que pueden estar muy alejadas de la realidad, lo que conduce a notables errores en el cálculo del agua infiltrada. Por otra parte, el manejo deficiente de los parámetros involucrados puede implicar consecuencias ambientales importantes, como puede ser una mala dosificación de la cantidad de agua aplicada en regadío, por exceso (desfilfarro de recursos hídricos, arrastre de contaminantes hacia el acuífero) o por defecto (salinización del suelo). Por estas razones, es conveniente prestar especial atención a los métodos de cálculo y a su grado de significación. A continuación, se comentan diversos métodos que pueden ser aplicados para estimar la precipitación y la evapotranspiración.

CALCULO DE LA PRECIPITACION El cálculo de la precipitación caída sobre una cierta área se realiza a partir de los datos recogidos en estaciones meteorológicas y, normalmente, no plantean excesivas discusiones. Sin embargo, es muy frecuente cometer graves errores de cálculo, no tanto a causa de la mayor o menor bondad de los datos (cada vez más fiables) como por su falta de representatividad. Conviene tener en consideración dos aspectos fundamentales en el manejo de los datos de precipitación: el primero se refiere al reparto espacial de la lluvia, y el segundo a la intensidad de la precipitación. La lluvia no es un fenómeno homogéneo en el espacio sino que, con frecuencia, presenta notables diferencias incluso en distancias cortas, de manera que las medidas de las estaciones pluviométricas no necesariamente pueden ser extrapoladas sin error a áreas extensas. Cuando se trata de calcular la precipitación media sobre una cierta área se deben tener en cuenta, por tanto, los datos del máximo número posible de estaciones pluviométricas, y este cálculo será tanto más fiable cuanto mayor sea la densidad espacial de las estaciones de medida. El segundo aspecto a considerar es la duración e intensidad de las precipitaciones. Con frecuencia se trabaja con datos anuales o mensuales, que son la suma de diversos acontecimientos lluviosos de muy diferente intensidad y duración. Esta simplificación requiere asumir que todas las lluvias generan el mismo porcentaje de infiltración, sin tener en cuenta algunos factores determinantes como son el estado inicial de humedad del suelo o la cantidad de lluvia por unidad de tiempo. Realmente, no todas las lluvias generan infiltración y no necesariamente la tasa de infiltración aumenta con la cantidad de lluvia. Por

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estas razones, conviene discretizar en periodos cortos de tiempo la precipitación, y posiblemente no sea suficiente el tratamiento mensual, como se suele hacer en los balances de agua en el suelo. Medida de las precipitaciones Los pluviómetros miden la cantidad de precipitación, y los pluviógrafos la intensidad de las mismas. La fiabilidad de los datos obtenidos depende de la correcta ubicación de la estación, de su calibración y de la ausencia de errores accidentales. El cálculo de la precipitación media caída sobre un área se puede abordar de diferentes formas: Media aritmética Pm = (P1 + P2 +...+Pn / n Es un método poco preciso que puede ser utilizado para estudios de síntesis y sobre todo en áreas poco accidentadas y con distribución homogénea de las precipitacioes Método de los polígonos de Thiessen

Pm = P1 S1 + P2 S2 +...+ Pn Sn ) / S A partir de la curva hipsométrica Conocida la relación precipitación - altitud, a partir de la altitud media Método de las curvas isoyetas Las líneas isoyetas son líneas de igual precipitación P =

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EVAPORACION Se define la evaporación como el paso de agua líquida a fase gaseosa, desde agua

superficial libre o del suelo. La cantidad de evaporación depende fundamentalmente de los siguientes factores:

��Disponibilidad de energía (radiación solar) ��Capacidad de la atmósfera de recibir humedad (poder evaporante de la atmósfera) Los principales factores que controlan la evaporación son los siguientes: ��Radiación solar. Es, sin duda, el factor más importante. ��Temperatura del aire. Cuanto más frío está el aire mayor será la convección térmica

hacia el mismo y por tanto menos energía habrá disponible para la evaporación. Por otra parte, cuanto mayor sea la temperatura del aire, mayor es su presión de vapor de saturación.

��Humedad atmosférica. El aire seco se satura más tarde y tiene menor tensión de vapor (e), por lo que cuanto mayor es la humedad relativa menor será el déficit de saturación (D).

��Viento. El proceso de la evaporación implica un movimiento neto de agua hacia la atmósfera. Si el proceso perdura, las capas de aire más cercanas a la superficie libre se saturarán. Para que el flujo continúe, debe establecerse un gradiente depresiones de vapor en el aire. Por ello, cuanto mayor sea la renovación del aire, esto es el viento, mayor será la evaporación.

��Tamaño de la masa de agua ��Salinidad Estimación de la evaporación

La evaporación se puede calcular mediante fórmulas empíricas y semi-teóricas, mediante la realización de un balancee energético de la masa de agua o bien aplicando la ecuación de Penman, que es el método más preciso. No obstante, es recomendable utilizar métodos experimentales, a pesar de los inconvenientes que presentan. Las fórmulas empíricas no tienen en cuenta la disponibilidad energética y sólo dan una idea de la capacidad evaporante de la atmósfera, al contrario que el método del balance energético, de difícil aplicación, que ignora el poder evaporante de la atmósfera. La ecuación de Penman tiene en consideración ambas circunstancias y por ello es el método práctico más exacto. Determinación experimental La medida más frecuente de la evaporación se obtiene mediante los denominados tanques de evaporación, que pueden ser enterrados, flotantes y de superficie. Las condiciones de evaporación en los tanques no son las mismas que en una superficie mayor y hay que normalizar las medidas con el denominado coeficiente de tanque (0.7-0.8). Los tanques presentan problemas de mantenimiento y es necesario protegerlos con redes. Existen otros aparatos para medir la evaporación, como son los evaporímetros, como los de tipo Piché, que tienen una cápsula de evaporación y una escala de medida. También se han utilizado las denominadas vidrieras que realmente miden la cantidad de vapor generada aunque presentan la dificultad del efecto invernadero y de la anulación del viento. TRANSPIRACION La transpiración es la evaporación de agua por las plantas. El agua absorbida por las raíces cumple las siguientes funciones: incorporación a su estructura (1%), transporte de alimentos, eliminación de sales y refrigeración. La transpiración está controlada por los siguientes factores: disponibilidad energética (radiación solar), poder evaporante de la atmósfera, desarrollo y tipo de la cubierta vegetal, disponibilidad de agua en el suelo.

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EVAPOTRANSPIRACION El efecto conjunto de la evaporación y la transpiración se denomina evapotranspiración, que se puede definir como "la evaporación total de una superficie, sea directamente o a través de la transpiración, o ambos". A efectos prácticos se suelen diferenciar dos tipos de evapotranspiración: potencial y real. La evapotranspiración potencial (ETP) se define, según Thornthwaite como "la cantidad de agua transpirada por unidad de tiempo, por un cultivo herbáceo de pequeña talla (alfalfa de 30-50 cm de altura), cubriendo totalmente el suelo, de altura uniforme y nunca falto de agua". Estimación de la ETP Entre los métodos semiempíricos más utilizados están los de Thornthwaite, Blaney-Criddle y Jensen-Haise. Método de Thornthwaite

ETP = 1.6 Ld [10T /I ]a Ld = duración del día solar, en unidades de 12 horas T = temperatura media mensual del aire (ºC) I = índice térmico, calculado como suma de doce índices mensuales, i: a = 6.75 x 10-7 I3 - 7.71 x 10-5 I2 + 0.01792 I + 0.49239 Este método es de muy fácil aplicación ya que sólo requiere conocer la temperatura media y la latitud. Es especialmente adecuado para zonas climáticamente húmedas y da buenos resultados en áreas costeras mediterráneas. Método experimental Se puede hacer una buena aproximación a la evapotranspiración potencial mediante lisímetros a carga constante. La evapotranspiración real (ETR) esta limitada no sólo por los factores atmosféricos y radiativos sino también por el tipo de cultivo y la disponibilidad de humedad. Como se verá más adelante, el agua en el suelo se encuentra a presiones menores que la atmosférica. Estas presiones negativas deben ser vencidas por la ósmosis en la raíz de la planta. Se definen una serie de puntos de contenidos de humedad que responden a la biología de la planta, como son el punto de anaerobiosis, que es el contenido de humedad por encima del cual la actividad de las raíces cesa y mueren por asfixia, o el punto de marchitez, que es el contenido de humedad por debajo del cual las plantas no pueden extraer el agua del suelo. Después de una precipitación o un riego, el agua se redistribuye en el terreno y se alcanza la denominada capacidad de campo, teóricamente definida como aquella humedad para la cual cesa el movimiento del agua. La diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitez es el agua aprovechable por las plantas. Medida de la evapotranspiración real Se puede medir mediante fórmulas empíricas, balance del suelo o métodos experimentales. Las fórmulas empíricas más utilizadas son las de Turc y Coutagne INFILTRACION Se entiende por infiltración el flujo de agua desde el suelo hacia las zonas no saturada y saturada. El índice de infiltración (f) es el flujo de agua por unidad de tiempo y de área total. Los factores que afectan a la infiltración son: • tipo de cubierta vegetal • características hidráulicas del suelo • estado de humedad del suelo • intensidad de la lluvia o cantidad de agua de riego • calidad del agua • formación de costras superficiales • trabajos agrícolas El agua penetra en el suelo creándose dos zonas:

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Zona de transmisión, en la que el suelo se halla próximo a la saturación y sólo transmite el agua El frente mojante o frente de humectación, que es la zona donde la humedad varía rápidamente y que avanza, al tiempo que su amplitud aumenta Cálculo de la infiltración El cálculo de la infiltración se puede efectuar rigurosamente mediante la integración numérica de la ecuación de Richards, que tiene en cuenta las variaciones de humedad, tensión y conductividad hidráulica. También se puede calcular mediante fórmulas empíricas, entre las que una de las más utilizadas es la ecuación de Horton: ESCORRENTIA SUPERFICIAL Curva de gastos Q = f(h) Medidas: Escalas o limnímetros, limnígrafos, Aforos directos (molinetes, aforos químicos, flotadores). Hidrograma: Relación entre caudales y precipotaciones Análisis de hidrogramas Q1 = Q0 e�t α = coeficiente de agotamiento BALANCE HIDRICO El balance de masas de agua en cualquier sistema debe considerar las entradas, las salidas y la variación del almacenamiento, según la ecuación:

Entradas - Salidas = ± ∆V ± ε en donde ε� es el error de cierre. Si consideramos el balance de un acuífero o de parte del mismo, las entradas de agua al sistema son las siguientes:

Entradas = IP + IR + QTe + Qe + RA y las salidas:

Salidas = DR + ET + QTs + Qs + Qm + B El significado de los parámetros considerados es el siguiente:

IP Infiltración procedente de la precipitación IR Infiltración a partir de las aguas superficiales (incluido retorno) QTe Entradas subterráneas por los límites

Punta

Descenso

Agotamiento

Decrecida

Crecida

Curva de concentración

Caudales

Tiempo

Lluvia

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Qe Entradas subterráneas desde otros acuíferos DR Descargas directas del acuífero a los ríos ET Evapotranspiración QTs Salidas subterráneas por los límites Qs Salidas subterráneas a otros acuíferos Qm Salidas por manantiales B Bombeos (extracciones de agua subterránea) ∆V Variación del volumen de agua almacenada ε Error de cierre del balance

Si agrupamos estas partidas en sumandos homogéneos: (QTe + Qe - QTs - Qs) + (IR - DR - Qm) + (IP - ET) + (RA - B) = ±DV ±�

A B C D El sumando A corresponde al flujo subterráneo, tanto de entrada como de salida. Su estimación requiere la utilización de la ley de Darcy, que rige los mecanismos de flujo de agua subterráneo, y que considera entre otros parámetros la transmisividad y el gradiente hidráulico, lo que requiere un adecuado conocimiento del funcionamiento hidrogeológico del acuífero. El sumando B corresponde al flujo superficial, cuya caracterización no presenta demasiados problemas si se efectúan correctamente aforos en ríos y manantiales. El sumando C se refiere a las entradas y salidas de agua del suelo como consecuencia de la lluvia. Requiere determinar la evapotranspiración. En áreas de regadío hay que considerar también el agua aplicada en riegos. Más adelante se exponen las diversas metodologías aplicables pero conviene adelantar que se trata de una partida crucial y que presenta serios problemas de determinación. El sumando D engloba las entradas y salidas de agua subterránea por intervención sobre el ciclo hidrológico, como son la recarga artificial y especialmente los bombeos. El cálculo de esta partida se lleva a cabo mediante el inventario de los pozos y de su régimen de explotación. Se trata de un cálculo engorroso pero que puede alcanzar un buen grado de fiabilidad. Finalmente, el sumando D corresponde a la diferencia entre los volúmenes de agua inicial y final para el periodo considerado. Para su cálculo se requiere conocer la geometría del acuífero, sus variaciones piezométricas y el coeficiente de almacenamiento. Cuando el periodo considerado es muy largo, se puede aceptar que la variación de almacenamiento sea nula, siempre y cuando el sistema esté en equilibrio. Validez de los balances

La realización de un balance hídrico es una tarea dificultosa y que normalmente ofrece un notable rango de incertidumbre derivada de la dificultad intrínseca del cálculo de las partidas implicadas en el mismo. En todo caso, debe establecer órdenes de magnitud aceptables y, en cualquier caso, se deben expresar las limitaciones que se consideren oportunas.

Cuando sea posible, es aconsejable aplicar diversos métodos de aproximación para el cálculo de una misma partida.

Es usual realizar balances distintos para periodos secos y húmedos y también para el año medio.

Alimentaciónlateral

manantialesDrenaje por

Infiltraciónriego

BombeosInfiltración

lluviaDrenaje por

marjalerias

INTERFASE

Salidasal mar

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ENTRADAS Hm3/año SALIDAS Hm3/año Infiltración agua de lluvia 50 Bombeos 201

Retorno agua riego (agua superficial)

40 Manantiales 9

Retorno agua riego (agua subterránea)

60 Salidas al mar 39

Infiltración río Mijares 36 Drenaje marjalerías 27 Alimentación lateral 90

TOTAL 276 TOTAL 276 Cuantificación de las componentes del Balance en

la Plana de Castellón (ITGE, 1989-90)

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CARACTERISTICAS DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS ♦ Notable almacenamiento asociado, que hace que su cantidad y

calidad estén menos afectadas por la variabilidad de la pluviometría, y sean reservas de gran valor estratégico en sequías y situaciones de emergencia

♦ Regularidad de su composición química, radioquímica, biológica ♦ Mayor protección temporal frente a procesos contaminantes

accidentales ♦ Frecuente disponibilidad en el lugar o cerca de donde se produce la

demanda, con inversiones moderadas ♦ Menor dependencia en cuanto a calidad y cantidad de acciones

exteriores de carácter catastrófico o provocadas ♦ Menor dependencia de procesos tecnológicos complejos ♦ Reconocimiento, evaluación y control con frecuencia más seguros y

sencillos, ♦ Relativa fácil predicción del comportamiento ante escenarios diversos

de acciones futuras ♦ Gestión más local, sin las restricciones y conflictos de organización e

institucionales frecuentes en las grandes entidades Medida de las precipitaciones

Media aritmética Pm = (P1 + P2 +...+Pn / n Método de los polígonos de Thiessen

Pm = P1 S1 + P2 S2 +...+ Pn Sn ) / S

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A partir de la curva hipsométrica Conocida la relación precipitación - altitud, a partir de la altitud media Método de las curvas isoyetas Las líneas isoyetas son líneas de igual precipitación

ESCORRENTIA SUPERFICIAL Curva de gastos Q = f(h) Medidas: Escalas o limnímetros, limnígrafos, Aforos directos (molinetes, aforos químicos, flotadores). Hidrograma: Relación entre caudales y precipotaciones Análisis de hidrogramas Q1 = Q0 e�t � = coeficiente de agotamiento

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Caudales

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