Lectoescritura

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Lectoescritura- enseñanza en espacios propicios Leer y escribir son procesos de orden mental y cognitivo. Son aspectos de la vida que intentan compartir ideas de nuestras mentes. Por ello es necesario que las personas conozcan el mundo de las letras. Para que así puedan manifestar sus pensamientos e ideas que construyen una visualización ante la vida. A pesar de los impulsos y los esfuerzos que se hacen para enseñar a leer y escribir a los niños, ellos prefieren ver la televisión o jugar, y sólo conciben a éstas como una tarea de la escuela. Tal vez, la lectoescritura en la escuela es muy convencional a la hora de enseñarla, y ya es hora de ponerle fin a eso, porque sino nuestros niños no contarán con la suficiente “madera” para llevar el mundo de las letras en su diario vivir. Por esta razón la autora del libro “El aprendizaje de la lectura y la escritura en los años preescolares” en el capítulo 1: “Creencias en la instrucción de la lectoescritura en el nivel preescolar; tres enfoques diferentes”, expresa desde sus investigaciones, lecturas, experiencias, contacto con los niños y todas esas creencias acerca de la enseñanza de la lectura y escritura las estrategias que utilizan tres maestras con la fundamentación que ellas le imprimen a sus prácticas y creen que son importantes para llevar al niño a grandes logros en estas habilidades, y que reflexionaremos a continuación. El maestro debe orientar al niño en su proceso comunicativo, es así como éste propicia o logra que el niño sienta motivación o gusto por la lectura y la escritura, y no una simple tarea escolar. El maestro debe permitirles experimentar lo funcional o significativa que es la comunicación e interacción con las demás personas. El niño al poder interactuar en este campo de estas habilidades se va apropiando de ella, desarrollándola cada vez más. Cómo se logra lo anterior?, proporcionando espacios abiertos de intervención de la lectura y la escritura, el hecho de implementar estrategias preoperatorias no estimulará o

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Lectoescritura- enseñanza en espacios propicios

Leer y escribir son procesos de orden mental y cognitivo. Son aspectos de la vida que intentan compartir ideas de nuestras mentes. Por ello es necesario que las personas conozcan el mundo de las letras. Para que así puedan manifestar sus pensamientos e ideas que construyen una visualización ante la vida.

A pesar de los impulsos y los esfuerzos que se hacen para enseñar a leer y escribir a los niños, ellos prefieren ver la televisión o jugar, y sólo conciben a éstas como una tarea de la escuela.

Tal vez, la lectoescritura en la escuela es muy convencional a la hora de enseñarla, y ya es hora de ponerle fin a eso, porque sino nuestros niños no contarán con la suficiente “madera” para llevar el mundo de las letras en su diario vivir.

Por esta razón la autora del libro “El aprendizaje de la lectura y la escritura en los años preescolares” en el capítulo 1: “Creencias en la instrucción de la lectoescritura en el nivel preescolar; tres enfoques diferentes”, expresa desde sus investigaciones, lecturas, experiencias, contacto con los niños y todas esas creencias acerca de la enseñanza de la lectura y escritura las estrategias que utilizan tres maestras con la fundamentación que ellas le imprimen a sus prácticas y creen que son importantes para llevar al niño a grandes logros en estas habilidades, y que reflexionaremos a continuación.

El maestro debe orientar al niño en su proceso comunicativo, es así como éste propicia o logra que el niño sienta motivación o gusto por la lectura y la escritura, y no una simple tarea escolar. El maestro debe permitirles experimentar lo funcional o significativa que es la comunicación e interacción con las demás personas. El niño al poder interactuar en este campo de estas habilidades se va apropiando de ella, desarrollándola cada vez más.

Cómo se logra lo anterior?, proporcionando espacios abiertos de intervención de la lectura y la escritura, el hecho de implementar estrategias preoperatorias no estimulará o desarrollarán el hábito de estas habilidades, sino la capacidad de ellos sentirse verdaderos escritores o lectores, aunque no lo hagan a la manera convencional o en la forma adulta. Espacios como: lecturas protagonizadas por ellos mismos, creación de cuentos, cartas dirigidas, lista de objetos o acciones de su interés, entre otras, posibilitarán estos ambientes llamados actividades de alfabetización que adquirirán como experiencias significativas.

La maestra Rosaura, referida en este primer capítulo del libro, permite a los niños, en su proceso de aprendizaje, que construyan su propio sistema escrito y que le proporcionen una función, desde sus propias nociones, que escriban como ellos creen que es y compartan con los demás; en el caso de las cartas que expresan o comunican afecto, así como otras formas de escritura. Sí los estudiantes hacen planas con oraciones que no están contextualizadas o no son comunes para ellos, no le encontraran sentido alguno.

La idea que los niños conocen aspectos del sistema escrito antes de adquirir una formación formal, lo planteó Mason (1980), él identificó que los niños pasan por tres niveles: identificar y nombrar letras, luego identificar palabras de su entorno que vean con mayor frecuencia en el

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caso de Coca-Cola, Postobón, sus comic favoritos, etc. Y más tarde relacionan palabra con sonido. Por otra parte, Ferreiro y Teberosky (1079) consideran que también hay niveles, pero en cambio, se plantea la idea que el niño relaciona la longitud de la escritura al tamaño, al tamaño del objeto.

Esta profesora además le proporciona espacios de discusión sobre la lectura que ella realiza en voz alta, generando la participación diversa sobre el contenido de la misma, también les da la oportunidad de leer cuentos a sus coetáneos. Así los niños encontraran un gusto por estas habilidades y querrán desarrollarlas o mejorarlas a lo largo de su proceso.

En este caso, la fundamentación es por parte de Vigostsky, quien recalca la importancia de la interacción social para el aprendizaje. Debemos hablarle al niño aun así no comprenda, le proporcionara el deseo de conversar y expresar sus deseos de forma oral.

En el caso de la maestra Sofía, quien confía en que leer y escribir no constituyen el propósito de la enseñanza en preescolar. Ella considera que ese nivel se debe preparar al niño para la adquisición de la lectura y la escritura, a través de actividades preoperatorias o de apresto como se define en el libro, como: trazar líneas, identificar espacios y formas, recortar, colorear, etc., y no presionarlos, pues esto podría perjudicar su proceso formativo (intelectual y emocional).

Esta estrategia defiende la idea de que los niños en preescolar aun no se encuentran maduros cognitivamente para enfrentar dicho proceso tan complejos, y aunque Gesell respalde esta idea sobre la maduración, el entrenamiento de las habilidades de lectoescritura por medio de actividades de apresto, que solo promueve el aprendizaje de coordinación visomotriz, percepción visual y de lateridad, motricidad gruesa y fina , de ritmo y control óculo-manual (Kephart ( 1960, en Williams, 1777)), percepción de figuras-fondo, percepción de la constancia de la forma, percepción de la posición en el espacio, percepción de la relación espacial (Frostig), no serian suficientes para promover la adquisición de la lecto-escritura. Uno no aprende a leer sino leyendo.

Aunque se esté consciente de que en preescolar actualmente debe trabajarse desde dimensiones determinado por la interacción con sus coetáneos, volviéndose de egocéntrico a socializado (vigostky) y permitirán la enseñanza de cualquier otro elemento académico., no se guarda la posibilidad de que el niño pueda ser capaz de adquirir estas habilidades como otras en esta etapa, para evitar cometer algún error se debe proveer al niño experiencias diversas que posibiliten la identificación de esta necesidad o de otras que deberían ser trabajadas.

No podemos olvidar que la enseñanza de la lectura y la escritura son otra forma de comunicar nuestras necesidades o compartir nuestras ideas a los demás, por lo tanto pertenecen a los fines de la educación en el preescolar (la interacción).

En el caso de Martha, una profesora con una buena preparación y quien consideraba de la misma manera que Sofía, que en preescolar no se debía enseñar a leer y escribir tuvo que retener sus ideas a fuerza o presión de los padres y la escuela que pedían la enseñanza de esta. Es así como esta profesora integra en su plan de estudio, actividades como: la aprehensión de decodificación. Además le permite desarrollar habilidades como el metalingüismo, la

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identificación de los sonidos que integran una palabra por medio del sonido que emite para luego escribirla. Y los libros de iniciación (nacho) tema muy discutido, puesto que solo permite al estudiante decodificar palabras sin entender el significado que a ellas le pertenecen. Por lo tanto no estimularían al niño en su proceso de aprendizaje de lectoescritura, ni en el reconocimiento de la letra-sonido que se pensaba lograr a través de estos libros, lo cual se conseguirán si en vez de esto se impartieran actividades como rondas, rimas y canciones.

Asimismo creemos que debemos tener cuidado con esta habilidad letra-sonido, porque a veces las maestras la utilizan para desarrollar la repetición monótona de las letras o las palabras. Por ejemplo al querer que los niños aprendan la relación del símbolo escrito con su sonido, repetimos inadecuadamente el símbolo, haciendo perder el sentido de éste.

En conclusión, debemos permitirle al niño que construya su propio aprendizaje en el contacto con su medio. Los maestros debemos proporcionarles herramientas, crear espacios para que ellos desde sus nociones previas, desarrollen y potencialicen aquellas habilidades tantas veces mencionadas y tener cuidado con las estrategias que pensamos aplicar porque, o todas ellas generan grandes resultados a la hora de la enseñanza, ni alcanzan el objetivo que pensábamos que conseguiríamos.

Actividades como los libros de iniciación a la lectura pueden generar habilidades metalingüísticas pero no son suficientes para la apropiación de la lectoescritura, si usamos actividades de aprestamiento éstas desarrollan la motricidad facilitadora de la escritura, pero por eso no escribirán y si empleamos libro donde se resalte el significado solamente no lograremos estimular el reconocimiento de la relación letra-sonido.

No desarrollemos una sola de ellas, impartamos varias opciones, dándoles a los niños diversas oportunidades para aprender, interactuar y recrearse a la vez.

Me parece un buen texto, ya que evidencia una buena lectura del documento referencial. Ojo con las observaciones, podrían contribuir a mejorar esta producción. ¡Adelante!