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  • Vivienda, Vol. 13, Nm. 1,Mxico, enero/junio de 1988, pp. 82-99

    Productividad yrelaciones laboralesen la industriade la construccin

    PRISCILLA CONNOLLY

    I. INTRODUCCION

    La industria de la construccin en Mxico renecaractersticas especiales que la distinguen de lasindustrias homlogas, no slo en los pases indus-trializados sino tambin en las naciones subdesarro-lladas o en vas de desarrollo. De estas caractersti-cas, podemos identificar tres que generalmente sonconsideradas como atributos positivos.

    En primer trmino, coincidimos con Germidis(1972, 15) en que la alta tasa de crecimiento soste-nido por la construccin mexicana es excepcional.Su producto casi se ha duplicado por dcadas du-rante los ltimos cincuenta aos; crecimiento sinparalelo no slo en relacin con otras industrias deconstruccin nacionales sino, inclusive, con otrasramas de la economa mexicana. As, la industriade la construccin mexicana ha pasado a ocupar unpapel importante en la economa nacional: contri-buye en aproximadamente 6 por ciento al productoto interno bruto y en ms de la mitad de la forma-cin bruta de capital fijo; ocupa a casi el 6 por cien-to de la poblacin econmicamente activa total ocasi el 20 por ciento de la industrial y contribuyeen un 10 por ciento al consumo intermedio. Losindicadores anteriores se refieren nicamente a la

    actividad constructora registrada en las cuentasnacionales. Toda la construccin realizada por au-toconstructores y maestros albailes por su cuenta,escapa a los formularios de los censos, pero consi-derando los datos sobre el consumo de cemento, suvalor debe equivaler a por lo menos la tercera partede la construccin contabilizada en la estadsticanacional. Si se incluye el sector no registrado de laconstruccin, la importancia de la rama dentro dela economa nacional aumentara, entonces, en un30 por ciento.

    El segundo rasgo significativo de la construccinmexicana es que es uno de los pocos sectores de laeconoma nacional que est casi totalmente en ma-nos de mexicanos. En este sentido, se diferencia deotras industrias de construccin latinoamericanas.Por ejemplo, en Argentina, entre 85 y el 90 porciento de las grandes compaas constructoras sonextranjeras y controlan aproximadamente el 13 porciento del mercado total (Vitelle 1978, 67 a 68).En Venezuela, tambin, se detecta la presencia decontratistas extranjeras para la realizacin de gran-des obras pblicas, as como la operacin de em-presas de propiedad estatal (Brumlik 1984, 4-45).El auge constructivo en el Medio Oriente, por suparte, ha representado una bonanza extraordinaria

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    para las grandes constructoras europeas y japonesas(Mechkat 1983, 4-4). El consorcio escandinavoSCANDA y muchas otras de las empresas europeascompensan la retraccin de sus respectivos merca-dos internos mediante la contratacin de enormesproyectos de ingeniera civil en pases de Asia,Africa y Amrica Latina. Pero no es Mxico. Aqu,si bien una parte de la industria de materiales deconstruccin est en manos de capitales extranjeros(y ms del 60 por ciento de la maquinaria utilizadaes importada), el negocio de la contratacin es es-trictamente nacional. La nica excepcin sera elcaso de algunos sub-contratos muy especializados,como por ejemplo, el dragado martimo.

    Como tercera caracterstica de la industria de laconstruccin mexicana, se puede sealar la curiosacombinacin de un muy alto grado de concentra-cin con la ausencia de procesos notables de cen-tralizacin. Desde sus inicios, tanto el capital fijocomo el producto de la industria constructiva me-xicana han sido altamente concentrados en algunaspocas empresas grandes. Estas empresas tambintienden a especializarse en proyectos de ingenieracivil y construccin industrial. En 1979, las 12 em-presas mayores acapararon el 31 por ciento de losproyectos industriales, a 9 empresas les correspon-di el 25 por ciento de las obras pesadas. Estocontrasta con el alto grado de dispersin del capitaly del producto entre las empresas medianas y chi-cas, encargadas principalmente de la edificacin.Al parecer, la asimilacin de empresas pequeaspor grandes no es muy comn sino, por el contra-rio, hay una constante proliferacin de empresas detamao reducido. Muchas veces, por cierto, stasson creadas como filiales en propiedad de firmasms grandes. As, la jerarqua de las empresas semantiene ms o menos estable; no se da una cen-tralizacin, como en otras ramas.

    En contraste con los rasgos "positivos", otras ca-ractersticas menos halagadoras se presentan tam-bin en la industria de la construccin mexicana.Dos de ellas constituyen el tema central de este tra-bajo: la baja productividad y las abismales condi-ciones laborales prevalecientes en la industria.

    De acuerdo con el criterio adoptado para medirla productividad,' la industria de la construccinmexicana alcanza el 60 70 por ciento de la pro-ductividad media industrial en Mxico. De mayor

    Durante los ltimos cincuenta aos, la industria de la cons-truccin mexicana ha mantenido un crecimiento excep-cional.

    significado, los aumentos de productividad en larama constructiva, salvo en la dcada de los sesen-ta, han sido casi nulos. Inclusive, segn las cuentasnacionales de 1970 a 1980, es decir, an durantelos aos de mximo crecimiento en la industria, semanifiestan descensos en la productividad.

    El estancamiento de la productividad, por s,no es necesariamente un problema; de hecho, unade las multicitadas ventajas de la industria de laconstruccin es su alta demanda de mano de obrano-calificada. Sin embargo, cuando la baja produc-tividad se convierte en altos precios de construc-cin, tal como las inusitadas alzas recientes en estosrenglones, nos hace suponer la falta de un mayordesarrollo tcnico en los procesos productivos deesta rama sobre todo en relacin con la edifica-cin de vivienda popular. En este sentido, es noto-rio que el ndice de precios de la construccin casisiempre excede la tasa de inflacin general y, toda-va por encima del aumento de los precios genera-les de la construccin, se ubica el de la vivienda deinters popular (SPP 1986, 84, 85, 90 y 91). Porqu, es menester preguntar, la industria de laconstruccin nacional no ha sido capaz de aprove-char la ampliacin, regularizacin y uniformidad

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    La gran demanda de vivienda de inters social ha provocado la construccin de grandes conjuntos habitacionales.

    de la demanda de vivienda derivada de los progra-mas habitacionales del Sector Pblico? Estos pro-gramas fueron puestos en marcha desde mediadosde la dcada de los sesenta e intensificados desde ladcada siguiente hasta la fecha; pero, lejos de res-ponder con una racionalizacin o industrializacinque hubiese permitido la produccin de ms vivien-da, ms barata y de mejor calidad, encontramosque, por el contrario, la industria de la construc-cin produce una vivienda cada vez ms cara y demenor calidad y cantidad unitaria (Garca y Perl1982). Tambin podramos preguntar por qu, enlos momentos de relativa escasez de la mano deobra durante el auge de 1979 a 81, por ejemplo

    (Mertens 1972) la industria de la construccinno introdujo tcnicas de produccin ms mecani-zadas?

    Creemos que la respuesta a estas preguntas y aotras similares tenga que ver, en ltima instancia,con una quinta caracterstica de la industria de laconstruccin mexicana: las psimas condicioneslaborales presentes en su proceso de produccin.La muerte de hasta 10 trabajadores ocurrida en lasobras del metro el pasado 19 de septiembre (de1986) y la reciente sepultura clandestina de loscadveres de 14 trabajadores, aplastados por el de-rrumbe de una obra pblica en el estado de Tabas-

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    co (Exclsior 23.09.86 p. 2 E) no son incidentes ais-lados. Los riesgos de trabajo en la construccin sonaltsimos, la tasa de accidentes se ha calculado en16 por cada 100 trabajadores (Mertens 1 982a49 a 50). Pero esto no es todo. Tanto la estadsticanacional sobre sueldos y salarios (vg. SPP 1981)como los estudios sobre el sector de la construc-cin, en particular (Mertens 1982b, 6), coincidenen sealar a los obreros de la construccin entre lospeor pagados. Igual que la productividad, el salariopromedio en la industria de la construccin rarasveces supera al 75 por ciento del salario promedioindustrial general, aun durante los momentos derelativo auge en el ramo (Bortz et. al. 1985, 97 y105; Mertens 1982b, 6). Tambin se sealan a losobreros de la construccin como los ms despro-tegidos por sistemas de seguridad social y, engeneral, los ms "explotados" de todos los trabaja-dores noagrcolas (Germidis, 1974; Mertens 1982a,49). Descripciones en mayor detalle de las difcilescondiciones de trabajo sufridas por estos obreroshan sido documentadas en estudios de casos hechospor Slim (1984) y alumnas de la UAM-Azcapotzal-co (Cornejo, 1986; Snchez, 1986).

    Las reflexiones que se presentan a continuacintratan de abrir unas pistas para explicar cmo lacalidad de la vida de los trabajadores de la construc-cin (dentro y fuera de la obra) tiene que ver conla productividad en la industria de la construcciny, por ende, con el precio y la calidad de su pro-ducto: viviendas, hospitales, escuelas, puentes, etc.Bajo el mismo tipo de reflexin, podemos empezara entender por qu los edificios industriales o lasgrandes obras de ingeniera civil lucen tan esplndi-dos en contraste con la vivienda popular. Tambin,quiz podemos plantear que el aparente conflictode intereses entre los trabajadores de la construc-cin (quienes buscan aumentar el precio de la ma-no de obra) y los usuarios de la vivienda (quienesbuscan pagar lo menos posible por este concepto)no es tal. A largo plazo, los dos sectores se vernbeneficiados por una reorganizacin de la indus-tria de la construccin, tendiente a mejorar tantolas condiciones laborales como la calidad de losedificios.

    El ordenamiento del anlisis responde a las inte-rrogantes siguientes: tericamente, qu factoresconduciran al desarrollo de las fuerzas productivasindustriales? y cmo operan estos factores de

    Se estima que de cada 100 obreros, 16 sufren gravsimosaccidentes de trabajo.

    manera excepcional en el caso de la industria de laconstruccin mexicana? Las respuestas a estas pre-guntas pueden encontrarse en diferentes niveles deexplicacin. Un primer nivel el ms usual, juntocon el problema del suelo, en el anlisis de la indus-tria de la construccin ser el efecto de la de-manda sobre el desarrollo de la industria. Creemos,sin embargo, que el motor fundamental del incre-mento histrico en la fuerza productiva del trabajono est por el lado del mercado sino en el procesode produccin mismo: en las relaciones sociales deltrabajo. Este segundo nivel del anlisis ocupa laltima seccin del presente ensayo: los mecanismosque, al nivel de cada empresa individual, impulsenla tranformacin del proceso productivo en aras deuna mayor productividad.

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    II. CAMBIOS EN LA PRODUCTIVIDAD PORCAMBIOS DE PRODUCTO

    Por el lado de la demanda, un tipo de factor queva emparejado con el aumento en la productividaddel trabajo industrial, en general, es la introduccinde cambios de producto. Dichos cambios puedentomar la forma de dos procesos, a saber: el cambioo sustitucin total del objeto producido por otro(palacios municipales en lugar de iglesias, carreterasen vez de ferrocarriles) y el cambio de un elementoo componente del objeto producido (techos de losade concreto en vez de bveda catalana, por ejem-plo).

    1. Cambio total de producto

    La industria de la construccin en Mxico operaprincipalmente bajo la modalidad del contratismo,o "por encargo". Las empresas constructoras depen-den casi totalmente de la demanda de sus clientes.En cuanto a las caractersticas de su producto, porlo tanto, tampoco actan como impulsor de loscambios de producto.

    La situacin relativa a los cambios de productoes diferente para los sectores de la industria quecontrata la iniciativa privada que para aquellas fir-mas que tienen al Estado como su principal cliente.Estas ltimas, las empresas de mayor envergaduraespecializadas en obra pesada, ingeniera civil yconstruccin industrial deben responder a la de-manda cambiante del sector pblico, de acuerdocon las necesidades coyunturales de la poltica eco-nmica. Por lo tanto, estas empresas han tenidoque ser bastante verstiles en cuanto a la organiza-cin de sus procesos productivos. No es lo mismoconstruir carreteras y obras de riego, como en losaos treinta y cuarenta, que presas, tneles de dre-naje profundo y sistemas de transporte colectivo,como en las dcadas posteriores. En cambio, lasempresas medianas y chicas, especializadas en laedificacin, han tenido que responder a una deman-da mucho menos variable; basta observar los edifi-cios construidos desde hace cuarenta aos a la fe-cha para constatar lo poco que, en esencia, se hantransformado. Lo anterior quiz ayuda a explicar laenorme diferencia entre la capacidad tcnica dealgunas empresas dedicadas a la obra pesada y laprimitiva tecnologa utilizada en la edificacin.

    En las ltimas dcadas del presente siglo, en Mxico las em-presas constructoras han tenido que responder a nuevasnecesidades como es el sistema de drenaje profundo.

    2. Cambios de especificacin

    Igual que en el caso de los cambios de producto,es notable la poca injerencia de la industria de laconstruccin en la determinacin de las especifica-ciones de su producto. La nica excepcin sera laconstructora especulativa: la que construye sincliente previo con miras a vender su producto en elmercado. Esta figura, sin embargo, casi no se hadesarrollado en Mxico, a diferencia de otros pa-ses. En Inglaterra, por ejemplo, el "constructor es-peculativo" que empez a operar desde el siglodieciocho, ha sido el responsable de la produccinde parte sustancial del acervo habitacional en esepas (Burnett 1978; Ball 1981, 161). En Mxico, el

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    "constructor especulativo" existe en la forma delarquitecto o maestro albail que construyen casaspara vender en un terreno de su propiedad o el co-lono que finca algunos cuartos para rentar. Tam-bin, en los ltimos aos, empiezan a operar algu-nos promotores inmobiliarios que venden lotes ycondominios con viviendas ya construidas. Empe-ro, difcilmente podrn sealarse estas figuras co-mo agentes dominantes en la produccin habitacio-nal en este pas.

    El que el agente productor no determine las es-pecificaciones de su producto no necesariamenteimplica trabas para la introduccin de nuevos ma-teriales o componentes que pudieran redituar enuna mayor productividad. De hecho, los construc-tores especulativos tampoco se han destacado porsus innovaciones tcnicas en todo momento (Bur-nett 1978, 26). En el caso mexicano, no obstante,es relativamente fcil detectar instancias de cmola elaboracin de las especificaciones por parte delcliente pueden obstaculizar la introduccin de nue-vos materiales o componentes. Un ejemplo de ellosern los manuales de especificaciones y normasimpuestos por el sector pblico. Si bien la estipu-lacin de determinadas marcas de materiales e ins-

    talaciones, as como los procedimientos para suinstalacin, puede garantizar un cierto control decalidad, al mismo tiempo aumenta la inercia encontra de la introduccin de nuevos productos.(Vase, por ejemplo, el manual de especificacionesProntuario del residente de obras del IMSS, s/f., olos diseos prototipos de los organismos financie-ros de vivienda). Tambin habr que consideraraqu el papel del arquitecto, que puede o no serinstrumento de cambios tecnolgicos. En la medidaen que el arquitecto reproduzca sin modificacinlas especificaciones tradicionales guiado, en lamayora de los casos por sus pesados tomos dePlazola o por la literatura comercial de los pro-ductores de materiales no puede sino actuar encontra de innovaciones tcnicas tendientes a aumen-tar la productividad en la construccin.

    Las consideraciones anteriores ayudan a com-prender cmo algunas caractersticas del mercadode la construccin en Mxico pueden obstaculizarlos cambios de productividad en esta rama. Estascaractersticas, por supuesto, estn relacionadascon otras consideraciones ms generales sobre lademanda de construccin en este pas que han sidoampliamente tratadas en otros textos (vanse, entre

    En Mxico, la elaboracin de las especificaciones por parte del cliente pueden obstaculizar la introduccin de nuevos mate-riales o componentes,

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    otros, COPEVI 1977; Fidel 1984; Ball y Connolly1985; Ziccardi 1987). La alta y creciente impor-tancia de la demanda del sector pblico y, porconsiguiente, el desarrollo interrumpido y fluctuan-te del producto de la construccin de acuerdo conlos ciclos de inversin sexenal son, quiz, los aspec-tos que ms han reclamado la atencin de los inves-tigadores. Sin embargo, estos factores por si solos,no pueden explicar el bajo nivel de productividaden la industria constructiva, ni mucho menos lasgrandes diferencias de desarrollo tcnico, manifies-tas a su interior, entre las empresas dedicadas a laedificacin y las especializadas en obra civil. Talexplicacin necesariamente tiene que buscarse alnivel de la produccin, y en las fuerzas sociales quetransforman las fuerzas productivas industriales.

    III. EL MOTOR GENERAL DEL AUMENTO ENLA PRODUCTIVIDAD INDUSTRIAL

    La inexorable revolucin de las fuerzas productivasen el capitalismo es el resultado de dos procesossimultneos, o ms bien, de un solo proceso que seexpresa en dos planos: el econmico y el poltico.

    En el plano econmico, la bsqueda individualde mayores ganancias se traduce, de la competenciaen el mercado, a la generalizacin del aumento deproductividad. Cada empresa procura reducir susprecios de produccin exprimiendo ms la fuerza detrabajo que emplea. Esto se logra, ya sea a travsde una explotacin extensiva del obrero alargan-do su jornada de trabajo o pagndole menos porhora o bien, mediante aumentos en la intensidaddel trabajo haciendo que el obrero produzca msen menos tiempo. Esto ltimo no es ms que elaumento en la productividad del trabajo. Si se con-sidera solamente un ciclo de produccin, el empre-sario puede quedarse con las ganancias logradas porhaber reducido su precio de produccin individual.A la larga, sin embargo, la competencia para vendersus productos en el mercado obliga a todos los em-presarios de la rama y de otras tambin a buscarla manera de bajar sus precios de venta. Esto leobliga a reducir sus precios de produccin median-te aumentos en la productividad de la fuerza detrabajo que emplea; esto es, siempre y cuando noexista la otra alternativa de recortar el salario oprolongar la jornada de trabajo porque, el proceso,imperfectamente esbozado arriba, slo puede expli-car la potencia del capitalismo para transformar

    los procesos productivos cuando es acompaadopor otra tendencia, igualmente potente: la luchapoltica de los obreros, no slo para resistir el dete-rioro salarial sino, inclusive, lograr mejoras en suremuneracin y condiciones laborales. La reivin-dicacin salarial, de hecho, obliga al patrn a bus-car maneras de "economizar" su ocupacin de ma-no de obra aumentando la productividad de lamisma.

    Gracias al aumento en la productividad de sutrabajo, los obreros pueden percibir iguales o ma-yores sueldos sin mermar ganancias del capital; gra-cias a la organizacin y lucha histrica de la clasetrabajadora, el capital se ha visto obligado a aumen-tar la productividad del trabajo que emplea. La va-riable independiente de esta ecuacin cambia deacuerdo con el lado de la mesa negociadora enque uno est. De todas formas, nadie negara lacorrelacin directa entre productividad y salario.El que ambos estn tan bajos en una rama eneste caso la construccin se debe a que los dosprocesos gemelos arriba descritos estn ausentes, oestn imperfectamente presentes en este sector.

    En primer lugar, la disminucin generalizada enel precio de produccin debido a la competenciaentre capitales no se da cabalmente en el caso de laconstruccin mexicana, debido a la relacin tenuey oscura que existe entre los precios de mercadoofrecido por una empresa y sus precios de produc-cin, as como entre estos ltimos y sus ganancias.'Hay que acordar que la competencia entre empre-sas se da al nivel del presupuesto elaborado antesde cumplirse el ciclo de produccin, en base (su-puestamente) de los costos de produccin espera-dos. Dejemos de lado el problema de la no-com-petitividad por prcticas de corrupcin, concursoscerrados o por el ejercicio de autnticos mono-polio lios, situaciones todas que son fcilmenteidentificables en Mxico. Lo cierto es que los crite-rios utilizados en la elaboracin de todo presupues-to, tanto de precio alzado como de precio unitario,poco tienen que ver con los precios de produccinreales; y menos an en periodos de alta inflacin.Los presupuestos se basan ms bien en las normasestablecidas fuera del marco empresarial: los aran-celes de los organismos pblicos y los precios unita-rios publicados en el Diario Oficial, por ejemplo.

    Tampoco hay una derivacin muy directa en unaobra determinada de las ganancias obtenidas a tra-

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    La industria de la construccin de Mxico se tiene que apegar a los aranceles de los. organismos pblicos y los precios unita-rios publicados en el Diario Oficial.

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    vs de la productividad lograda en ella. Las ganan-cias generalmente dependen ms de conceptostales como el precio negociado en la compra demateriales cuyos precios pueden ser muy varia-bles dentro del sistema de adquisicin al mayoreovigente en Mxico o el pago puntual del antici-po por el cliente. Tambin intervienen factoresextra-econmicos como el clima. De hecho, puedeexistir una gran discrepancia entre las ganancias lo-gradas en una obra y otra sin que ella obedezca adiferencias en los costos de produccin en un sitioy el otro.

    El otro proceso indispensable para el desarrollode las fuerzas productivas, la militancia obrera, tam-bin brilla por su ausencia en la construccin mexi-cana. La debilidad de los sindicatos de esta ramaha sido ampliamente comentada (Germidis 1972;

    Mertens 1982a y 1982b) y documentada a travsde estudios de caso (Slim 1984; Snchez 1986).Los sindicatos de los trabajadores de la construc-cin existen; proliferan, de hecho. Los hay afilia-dos a la Confederacin Nacional de OrganizacionesPopulares, la Confederacin de Trabajadores Mexi-canos y la Confederacin Revolucionaria de Obre-ros y Campesinos. Pero las tasas de afiliacin sindi-cal y de acciones industriales estn entre las msbajas de todas las ramas ocupacionales y, an entrelos trabajadores afiliados, existe escasa concienciasindical. Si los obreros se enteran de la existenciadel sindicato es por el descuento de la cuota sindi-cal; raras veces saben ni quin es el representantesindical ni para qu sirve un sindicato. La presenciadel sindicato en la obra la atestigua slo la placaque se coloca cuando la empresa constructora o surepresentante haya pagado la "cuota" necesaria.

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    Tal mecanismo de extorsin puede contribuir aaumentar el precio de produccin de la construc-cin, pero en nada beneficia a los trabajadores.

    En general, la ausencia de un sindicalismo efecti-vo en la construccin mexicana no es la causa sinoel resultado del bajo grado de militancia obrera enesta rama. Esta falta de una organizacin obrera seha atribuido a ciertas caractersticas supuestamenteinherentes al trabajo en la construccin: el carc-ter nico del ciclo de produccin, la poca permanen-cia de los trabajadores en la obra y la escasa concen-tracin de mayor nmero de trabajadores en unmomento dado, la eventualidad del empleo mismo,el bajo nivel educativo y la poca experiencia deltrabajador como asalariado, por ejemplo (Germidis1972, 60; Mertens 1982a, 57 a 60; Winch 1986).Tales caractersticas, sin embargo, estn presentesen casi todas las industrias de construccin del mun-do y no necesariamente dan lugar a un bajo gradode sindicalizacin. En los Estados Unidos, por ejem-plo, los obreros de la construccin estn entre los

    ms sindicalizados; fueron los primeros sindicatosformados durante la primera mitad del siglo pasadoque incluyeron oficios de la construccin. As, paracomprender la docilidad del trabajador de la cons-truccin en Mxico, hay que abordar la situacinhistricamente especfica a este pas. Para ello esnecesario adentramos ms en el proceso productivopropio de la industria de la construccin mexicana.

    IV. CAMBIOS EN LOS PROCESOSPRODUCTIVOS

    A diferencia de los factores derivados del merca-do, el nivel del proceso productivo es donde, teri-camente, las empresas constructoras podrn tenermayor injerencia en la determinacin de la produc-tividad. Esencialmente son dos los mecanismos quepermiten elevar la productividad del trabajo: lareorganizacin del proceso laboral o de la coopera-cin en el trabajo y la sustitucin de mano de obrapor maquinaria.

    El sector de los obreros de la construccin es uno de los menos sindicalizados de Latinoamrica.

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    1. La reorganizacin del proceso laboral

    El aumento del grado de cooperacin en el tra-bajo o de la divisin del trabajo es la caractersticafundamental de la primera, segunda y, ahora, la ter-cera revolucin industrial. La transformacin de lamanufactura en industria implic que el productordirecto, el trabajador, dejara de encargarse de todoel proceso productivo, de principio a fin, para es-pecializarse en una sola tarea. Naci as la divisindel trabajo que culmina con la introduccin de lastcnicas fordistas y tayloristas, la cadena de pro-duccin y la fragmentacin del proceso productivo,caractersticas de la gran industria. En las ltimasdcadas, la restructuracin industrial al nivel mun-dial implica no slo la intensificacin de la divisindel trabajo, sino tambin la separacin fsica de lasdistintas fases de la produccin industrial, que sedistribuyen muchas veces en los cinco continentesdel mundo.

    La industria de la construccin en Mxico corn-bina los procesos de transformacin con el ensam-blaje de componentes ya fabricados. En lo que serefiere a los procesos de transformacin de ce-mento, arena, grava, varilla y alambrn en colum-nas, paredes o losas de concreto armado, por ejem-plo es notable el bajo nivel de fragmentacin delproceso de trabajo; un maestro albail u oficial consus ayudantes controla el proceso de principio afin. Lo mismo pasa, pero en menor grado, en lostrabajos de ensamblaje: el plomero o electricista seresponsabiliza de toda la instalacin que le corres-ponda, lo mismo que los trabajadores subcontrata-dos para determinados acabados o instalacionesespeciales. Estos procesos casi artesanales son, porsupuesto, mucho ms evidentes en la edificacin.En las obras industriales y de ingeniera civil, seencuentra un mayor nmero de oficios maquinis-tas, peones cuyo trabajo es ms especializado,ms repetitivo y menos identificable con el produc-to final o intermedio.

    La ausencia de formas de organizacin industria-les en la construccin mexicana, sobre todo en laedificacin, puede explicarse en el hecho de quela empresa constructora no lleva el control directosobre el proceso de trabajo. Quienes establecenlas normas de trabajo y la organizacin de tareasson los agentes intermediarios, notablemente, elmaestro de obras, el destajista y el subcontratista.

    La industria de la construccin en Mxico combina los pro-cesos de transformacin con el ensamblaje de compo-nentes ya fabricados.

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    En este sentido, son reveladores los estudios com-parativos realizados en obras pesadas y obras deedificacin. En las primeras, se ha observado laimportancia mayor del ingeniero, representantedirecto del contratista; esta figura, en el caso de lasconstrucciones que implican una mayor divisindel trabajo, disputa con el maestro el control delos procesos laborales

    La importancia de los agentes intermediarios, ca-ractersticos de las formas de contratacin mexica-nas, se hace sentir tambin en dos procesos adicio-nales, igualmente relevantes para la determinacinde la productividad del trabajo: la capacitacin y elreclutamiento de la mano de obra.

    En relacin con la capacitacin, habr que dis-tinguir entre lo que se puede llamar la capacitacintradicional y la capacitacin o adiestramiento mo-dernos. La primera se refiere a la adquisicin deconocimientos ntegros necesarios para la produc-cin de la construccin o parte de ella: obra negra,instalacin hidrulica, por ejemplo. La calificativa"tradicional" se debe a que tales conocimientos seadquieren casi siempre en la obra: trabajando o"sobre la marcha", segn las palabras de albailesentrevistados al respecto. El pen no calificadofunge as como aprendiz, al trabajar, recibe unacapacitacin a cargo de su maestro, lo que en cier-

    Una de las caractersticas de la contratacin de mano deobra mexicana es la intervencin de agentes intermediarios.

    ta forma compensa o justifica su magro salario.Este sistema de capacitacin tradicional, con sufuerte dependencia de los maestros albailes y es-pecialistas, plantea dos tipos de limitaciones parael desarrollo de la productividad en la construccin.Primero, la produccin de mano de obra capacita-da est circunscrita a la disponibilidad de maestrosocupados. En segundo lugar, el maestro slo puedetransmitir conocimientos y habilidades para lo quel ya sabe hacer. Difcilmente puede capacitar pa-ra la instrumentacin de nuevos procedimientos deconstruccin. Notablemente, donde ms se realizala capacitacin tradicional es en la edificacin.

    La capacitacin "moderna", o por contraste, esel aprendizaje de habilidades intelectuales o manua-les para la realizacin de una determinada tarea dela manera ms eficiente posible. El proceso a vecesse reduce ala mera adquisicin de reflejos condi-cionados (ver Braverman 1974, 15). Para nada seaprenden conocimientos integrales sobre el procesode produccin, ni siquiera sobre el carcter del ob-jeto final producido. La capacitacin "moderna"se reduce, entonces, al entrenamiento formal yprctico para la realizacin de procesos de trabajoespecficos y fragmentados. Generalmente, la in-troduccin de una nueva tcnica de produccin,sobre todo una que implique el uso de maquinaria,requiere del entrenamiento formal de la mano deobra. Est claro que este tipo de adiestramiento,requerido por los operadores de gras, bombas ytaladros mecnicos, por ejemplo, se aplica princi-palmente en obra civil y construccin pesada.

    La otra instancia donde juegan un papel prepon-derante los agentes laborales intermediarios es elreclutamiento de la mano de obra. Estudios de casoen el Distrito Federal (Snchez 1986; Cornejo1986) coinciden en sealar al maestro de obra co-mo el nico responsable en este proceso, aunqueexiste una variedad de mecanismos para la incorpo-racin del trabajador al proceso productivo.' Enmuchos casos, el trabajador en busca de empleo sedirige al maestro en la obra; en otros, el maestro sedirige a la central camionera u otros centros estable-cidos para reclutar mano de obra. Con frecuencia,cuando se presenta una relativa escasez de mano deobra, el maestro se dirige a su lugar de origen, gene-ralmente en una zona rural, para reclutar a trabaja-dores entre sus paisanos, parientes y compadres.

  • Uno de los mecanismos que se utilizan para elevar la productividad es la sustitucin del trabajo humano por el de la maqui-

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    Las consideraciones anteriores pueden ofreceralguna explicacin de por qu la construccin me-xicana se resiste a la introduccin de formas decooperacin en el trabajo ms eficientes. Tambinhacen ver la necesidad, en este sentido, de distin-guir entre la industria de la edificacin y su co-gre-miada ms productiva, la ingeniera civil. La reorga-nizacin del proceso laboral no es, sin embargo, lanica ni la principal instancia para elevar la pro-ductividad. En seguida analizaremos el otro meca-nismo fundamental para lograr tal fin: la sustitu-cin del trabajo humano por maquinaria.2. La sustitucin de mano de obra por maquinaria

    El uso continuado de los procesos de produccinintensivos en mano de obra, aun cuando existe ma-quinaria para efectuar las mismas tareas, es un fe-nmeno ampliamente reconocido en la construc-cin mexicana. Las explicaciones acostumbradasde este "atraso tecnolgico", igual que las referen-

    tes a la baja militancia obrera, generalmente serefieren a la naturaleza de la actividad constructo-ra, en si: su estacionalidad, la falta de continuidaden los procesos productivos, el carcter nico desu producto, as como el efecto de la renta del sue-lo, son factores sealados como obstculos que seoponen a la inversin en capital fijo (vanse, porejemplo, COPEVI 1977, E4 a El O, Molina y otros1976). Aqu, queremos introducir otra explica-cin, que tiene que ver con la relacin entre el pre-cio de produccin, la productividad y el precio dela fuerza de trabajo. En especial, sugerimos que elbajo nivel de mecanizacin en la construccin tieneque ver con la manera en cmo se determina el sa-lario del obrero de la construccin; o, ms correc-tamente, con la manera en cmo no se determinaeste salario.

    En trminos hipotticos, una empresa individualsustituira mano de obra por maquinaria cuando lainversin que ello implique sea menor que el ahorro

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    logrado en el pago de salarios. Por supuesto, en lamedida en que aumenten estos ltimos, a raz delas reivindicaciones obreras, mayor ser la necesi-dad de invertir en maquinaria. Para el caso de laindustria de la construccin mexicana, ya hemosvisto la ausencia casi total de militancia obrera y laescasa funcionalidad de los sindicatos del ramo. Pe-ro esto no es todo; los salarios pagados a los obre-ros de la construccin ni siquiera son negociadosentre las empresas y los trabajadores. Existe un sa-lario base en la industria de la construccin cuyomonto es determinado en una instancia donde care-cen de injerencia directa tanto las empresas cons-tructoras como sus trabajadores.

    El hecho de que un minisalario general reguletodos los sueldos en la construccin es una afirma-cin basada en la observacin emprica y el anlisisde los salarios establecidos por oficio (Germidis1972, 63 a 75). De hecho, el trabajador ms nume-roso en la construccin, el pen no calificado, inva-riablemente percibe un salario general, aunque laequivalencia en cuanto al valor por hora de sutrabajo puede variar segn el tipo de obra de que setrata. En un estudio (Snchez 1986, 35) se observque, mientras en las obras de edificacin se trabaja-ba una jornada de 10 horas para ganar un sueldomnimo, en una obra pesada de ingeniera civil, lajornada era de 12 horas para percibir el mismo sala-rio diario. Los sueldos de los dems trabajadores,los semi-calificados y los especialistas por oficio,siempre guardan una proporcin constante. Comoregla general, el trabajador calificado, el albailoficial por ejemplo, gana dos veces el sueldo delpen.'

    Ahora bien, si un sueldo nico es lo que regulael precio de la fuerza de trabajo en la industria dela construccin (entre otras ramas de la economa),habr que preguntar qu es lo que determina dichosalario. Una cosa est clara: a pesar de los enuncia-dos constitucionales y de la Ley Federal del Traba-jo, el salario establecido nada tiene que ver con las"necesidades normales de un jefe de familia en elorden material, social y cultural". (Estimacionesrecientes sealan la necesidad de por lo menos dosminisalarios para adquirir la canasta bsica de con-sumo para una familia de cinco miembros (Rodr-guez y Dvila 1986).

    La insuficiencia del salario de los trabajadores es

    posible slo en la medida en que la fuerza de traba-jo se reproduzca en otra economa. Esto es ciertopara todos los niveles sociales y sectores econmi-cos: el trabajo domstico y la familia son indispen-sables para el mantenimiento y reproduccin delindividuo. En la industria de la construccin, empe-ro, la preeminencia de un salario se sustenta en elhecho de que una mayora de los trabajadores pro-viene del sector campesino y regresa a este sec-tor una vez terminado el trabajo. La relacin sim-bitica entre la construccin y la agricultura de sub-sistencia, en cuanto a las migraciones temporalesde la fuerza de trabajo, ha sido comentada en elcaso de las obras de Tabasco 2000 (Jacobs 1983,57 a 58). Tambin en la ciudad de Mxico, en tresobras estudiadas el 82, 74 y 60 por ciento de lostrabajadores eran migrantes temporales de zonasrurales de agricultura tradicional (Snchez, 1986).Es importante sealar, en relacin con este estudio,que en la obra de edificacin ms tradicional, elporcentaje de trabajadores migrantes fue mayor,mientras el porcentaje menor del 60 por cientocorresponde a la obra pesada del drenaje profundo.En este tipo de construccin, la mano de obra cam-pesina parece sustituirse por jvenes de origen ur-bano, muchas veces primognitos, quienes se venobligados a contribuir al sustento familiar y consi-deran el trabajo en la obra como una solucin tem-poral a una necesidad econmica apremiante.

    Las caractersticas inherentes de la construccinen si, las formas de contratacin en Mxico, la inje-rencia de agentes laborales intermedios, la falta desindicatos efectivos son factores todos que contri-buyen a frenar el desarrollo de las fuerzas produc-tivas en la construccin mexicana. La presencia deestos factores depende, sin embargo, de la disponi-bilidad de la fuerza de trabajo, agente fundamen-tal de la produccin. Mientras exista una gran masade campesinos empobrecidos, dispuestos a incorpo-rarse al trabajo en la construccin, desamparados ydesprotegidos por las organizaciones sindicales,difcilmente puede haber aumentos significativosde productividad en esta rama.

    V. CONSIDERACIONES FINALES

    Los factores que sealamos como causa del estan-camiento de la productividad pueden encontrar-se en las formas de operacin y organizacin que leson propias a la industria de la construccin mexi-

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    La renta del suelo es uno de los obstculos a los que se enfrentan las empresas constructoras.

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    cana. En otras palabras, se parte de la idea de quelas caractersticas de esta industria aqu nos con-cierne su productividad y aspectos relacionadosno pueden ser derivadas de un modelo universal decomportamiento, aplicable a toda industria de cons-truccin capitalista. Ciertamente, muchas delas situaciones que se sealan pueden encontrarseen industrias de construccin en diversos pases,como tambin habr otras circunstancias que no leson exclusivas a la industria de la construccin,sino que estn presentes en menor o mayor gradoen toda la industria mexicana. Insistimos, noobstante, en que la combinacin de factorespresentes en la industria de la construccin mexi-cana sea histricamente especfica y distintiva. Conello, queremos decir que los fenmenos analizadosno son inevitables; podran y deberan cambiarse.En este sentido es significativa la insistencia que sehace a lo largo del anlisis sobre la necesidad dedistinguir entre los diferentes sectores de la indus-

    tria, en particular, entre los procedimientos propiosde la ingeniera civil y los de la edificacin. Lasformas de organizar la produccin de la construc-cin no son predeterminadas ni inamovibles, comotampoco lo son la calidad y precio del producto.Para propiciar el cambio es indispensable conocerlas formas actuales. Esperamos que el presenteensayo pueda contribuir a tal conocimiento.

    NOTAS

    1. La asignacin de un valor nominal al concepto de "productivi-dad" enfrenta mltiples problemas, tanto por razones terico-metodolgicas como por la escasez de datos.

    El trmino marxista de productividad, o ms estrictamente, "lafuerza productiva del trabajo" es un concepto referido a un pro-ceso dinmico de cambio, no a una cantidad numricamentecuantificable (Marx, El capital, 1975, p. 382).

    La productividad tampoco tiene una definicin inequvoca en laeconometra. Los indicadores ms comunes son: nmero de tra-

    La gran mayora de los trabajadores de la construccin proviene del sector inmigrante campesino.

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    bajadores empleados, sueldos y salarios pagados o nmero dehoras o das trabajados en relacin con el producto interno brutoo el valor agregado censal. En la medida en que tales indicadoresse emplean para efectos de comparasin interna, es decir, conseries de datos elaborados con el mismo mtodo, no hay proble-ma. Pero aqu interviene un segundo problema: el de la escasezde datos.

    En Mxico, hasta 1970, la productividad slo se poda inferirutilizando dos fuentes independientes e incompatibles: la pobla-cin econmicamente activa por rama, derivada del censo de po-blacin y los datos sobre el valor agregado o producto, derivadosdel censo econmico. (Tanto Germidis (1972) como Strassman(1970) recurren a este tipo de indicador para analizar la produc-tividad en la construccin mexicana.) Slo a partir de 1970, conla introduccin del nuevo sistema de cuentas nacionales, es po-sible derivar indicadores de la productividad basados en unafuente nica. Por supuesto, la productividad resultante nadatiene que ver con las series de datos anteriores.

    2. La diferencia entre precios de produccin y precios de mercadoen la construccin, el hecho de que ambos precios estn pordebajo del valor del producto, as como la baja composicinorgnica del capital en esta rama, han sido explicados por variosautores va la teora marxista de la renta del suelo agrcola(vanse, por ejemplo, Lipietz 1974, 126 a 138 o Molina 1976).En tales explicaciones, se considera que la construccin seasemeja a la agricultura inglesa decimonnica analizada por Marxen el tercer tomo de El capital. Sin rechazar por la relevanciaque tiene la cuestin de la renta del suelo en el anlisis de laconstruccin y de la vivienda, pensamos que la aplicacin mec-nica de la teora de la renta de Marx, como sistema explicativode validez "universal", no es aceptable; ni para el caso de laagricultura ni mucho menos para la construccin. Las relacionesde propiedad y de trabajo analizadas por Marx en la construc-cin de sus conceptos de la renta del suelo son especficos a unpas y a un momento determinados: no son generalizables aotros momentos y lugares. En todo caso, y siguiendo el ordenmetodolgico establecido por Marx, en lugar de tratar de expli-car las caractersticas de la construccin por la existencia de larenta del suelo, creemos ms apropiado buscar una interpreta-cin de la renta del suelo a la luz de las caractersticas de laconstruccin.

    3. Fuera de las zonas urbanas del pas y, sobre todo, en las obraspesadas industriales y de ingeniera civil, el agente intermediarioresponsable del reclutamiento de la fuerza de trabajo casi siemprees el sindicato. Vase Hiernaux (1983) para el caso de los trabaja-dores de la construccin en Cd. Lzaro Crdenas, Michoacn.

    4. Al parecer, esta relacin acostumbrada de uno a dos entre elsalario del pen no-calificado y el trabajador calificado no selimita al Mxico contemporneo. El historiador ingls, EricHobsbawn, comenta: "El trabajador capacitado en el artesanadopre-industrial esperara ganar aproximadamente el doble delsueldo del jornalero comn, una diferencia salarial de gran anti-gedad y persistencia, ya que la podemos encontrar tanto en lasnormas salariales de Dicletes como en las de los jueces de dis-trito ingleses bajo Enrique VI o Carlos II, as como en la Italiadel siglo XVIII, en Francia, en los gremios de la construccin enBarcelona y, sin duda, en otros lugares" (Hobsbawn 1979,346).

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    Priscilla Connolly realiz sus estudios profesionales y de posgrado enla Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cambridge, Ingla-terra. De su actividad profesional destaca la participacin en progra-mas de vivienda del sector pblico, proyectos de vivienda por mediode autoconstruccin, as como investigacin y docencia universitaria.

    Desde 1979 ha colaborado en el CENVI (Centro Nacional de la Vi-vienda, A. C.) como socia fundadora. Actualmente y desde 1978 esprofesora-investigadora titular en el Departamento de Sociologa dela Universidad Autnoma Metropolitana de Azcapotzalco.

    Dentro de sus investigaciones ms recientes se incluyen estudiossobre el empleo urbano, la industria de la construccin y la polticade reconstruccin habitacional despus del sismo de 1985.

  • CRITERIOS YnYJURIDICOS

    vivienda, enero/junio de 1988 99

    Ley del INFONAVITConcordada y Comentada

    $6,000

    Criterios Jurdicos$4,000

    A la ventaEn Oficinas Centrales,

    Barranca del Muerto nm. 280,C. P. 01029, Mxico D. F.

    En las Delegaciones Regionales,acudir al Area de Orientacin y Promocin Social.