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  • Ir.3 Para el estudio de la salud en su relaci n con el proceso de produccin

    El anlisis de la investigacin latinoamericana sobre salud y trabajo y de sus propuestas metodolgicas permite ubicar una serie de elementos teri-co-metodolgicos y tcTlicos importantes para el estudio del nexo biops-quico! de la colectividad trabajadora en su relacin con el proceso de pro-duccin. Adems aclara cules son los problemas y las carencias que todava estn por resolver. En esta parte se pretende construir un planteamiento terico-metodolgico-tcnico que ordene en un conjunto coherente aque-1Ios elementos) as como llenar algunos de los vacos detectados. Dado que la cuestin menos problematizada en la literatura existente, excepcin he-cha de la producida por la corriente de medicina social, es la salud, se har un nfasis especial en ella. Asimismo la explicitacin de una concepcin terica respecto a la relacin salud-trabajo tiene fundamentalmente por objetivo servir como marco global para la con struccin de la propuesta metodolgico-tcnica, que es la parte donde existe una necesidad urgente de in tegracin de una serie de elementos sueltos, todos tiles pero no pen-sados en funcin de la constitucin de un in strumental investigador ade-cuado para el estudio de la salud en su relacin con el proceso de produc-cin.

    LA HISTORICIDAD DEL NEXO BIOPSQUICO H UMANO i

    Mientras que en la mayor parte de la literatura cientfico-social la salud est vista tal como la define la medicin a dominante o como un simple indi-cador del impacto del t rabajo sobre los obreros, le ha correspondido a la medicina social impugnar esa concepcin y avanzar hacia una nueva. Tan es as , que para esta corriente de pensamiento el anlisis del trabajo en su relacin con la salud no fue el punto de partida sino el punto de llegada, cuando plante la necesidad de entender la salud-enfermedad no slo como un proceso biopsquico sino ante todo como un proceso social. U na vez detectada la necesidad del estudio de la salud-enfermedad en cuanto proceso social , sin embargo, se ha producido una serie de confusiones res-pecto a cmo constituirla como objeto cientfico especfico. De esta ma ne-ra, encon tramos desde el simple enunciado de su carcter social, pero sin acompaarlo de una reconceptualizacin y reconstruccin de ella como objeto cientfico , hasta la pretensin de convertirla en el objeto de la explo-

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  • racin de la esencia de lo human02 pasando por una conceptualizacin de la enfermedad como equivalente a la enajenacin y, por tanto, de la salud como la desenajenacin. 3

    Al margen de las confusiones, lo especificamente nuevo que ha surgido del estudio de la salud-enfermedad en cuanto proceso social, es plantear el nexo biopsquico como la expresin concreta en la corporeidad humana del proceso histrico en un momento determinado. Esta concepcin tiene como piedra angular la identificacin de la historicidad de los procesos biolgicos y psquicos humanos. Es decir que plantea una ruptura a pro-fundidad con el pensamiento mdico, cuyo postulado fundamental es el carcter ahistrico de la biologa humana4 y, aunque ms ambiguamente y con menos capacidad de hegemonizar el pensamiento cientfico, de los procesos psquicos. ~

    La exploracin del nexo biopsquico humano histricamente especfico requiere necesariamente de la construccin de un nuevo objeto de conoci-mienw, dado que este nexo no es pensable ni estudiable a travs del objeto "salud-enfermedad" establecido por la medicina dominante, y menos an del objeto "enfermedad". A fin de llegar a establecer este nuevo objeto es necesario hacer algunas precisiones respecto a qu significa ubicar en el c::ntro de la preocupacin la historicidad de los procesos biopsquicos humanos. As, una primera cuestin se refiere a cmo pensar el hecho de que la biologa humana adquiere historicidad, contrario a lo que general-mente se piensa. Esto involucra, por una parte, un interrogante respecto al nivel de complejidad a partir del cual esto ocurre y, por la otra, la recu-peracin de la nocin de "estereotipos de adaptacin" 0, segn la expre-sin de Tambellini, "modos de andar por la vida". 6 De esta manera, no es a nivel de los procesos celulares o subcelulares donde se manifiesta ms claramente la historicidad de lo biolgico sino a los niveles de integracin mayores y, especialmente, al nivel de complejidad que representa el cuer-po humano; cuestin que JIeva inmediatamente a los modos de andar por la vida y los esterotipos de adaptacin. Respecto a stos habra que adver-tir de entrada que la concepcin de adaptacin que da la clave para enten-der la historicidad de la biologa humana no es aquella de adaptacin como eterno retorno -o de vuelta a lo "normal"- basada en la concep-cin fisiolgica del steady-state. 7 Por el contrario, lo que est involucrado es la capacidad del cuerpo de responder con plasticidad ante sus condicio-nes especficas de desarrollo, lo que se traduce en cambios especficos en los procesos corporales8 que se expresan como formas biolgicas caracte-rsticas.

    Los procesos de adaptacin generalmente son conceptuados como proce-sos " fisiolgicos normales " capaces de proteger al organismo en trminos de su sobrevivencia. Sin embargo, esta visin tan teida por un pensa-miento teleolgico9 pierde de vista que muchos de los procesos de adapta-cin no slo significan la sobrevivencia en condiciones corporales precarias

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  • sino que, incluso, pueden convertirse en su contrario, o sea, en destructo-res de la integridad corporal. Un ejemplo revelador de este hecho es la reac-cin de estrs, el proceso de adaptacin tal vez ms caracterstico de la sociedad canitalista. lo As, a pesar de que sea la manera de poner el or-ganismo en alerta, movilizndolo para 4Ihuir o pelear ante un peligro", su repeticin frecuente o su conversin en estrs crnico se convierte en un proceso destructor de una serie de estructuras y procesos corporales. 11 El hecho de que no se conozca el o los mecanismos especficos a travs de los cuales esto ocurrel'l no quita veracidad a las observaciones epidemio-lgicas que lo muestran. 13 Es ms, no deja de ser significativo que sea precisamente el acercamiento epidemiolgico (esto es, el estudio de los grupos humanos) el que logra revelarlo, dado que confirma que es en stos donde se manifiesta ms claramente el nexo biopsquico histricamente es-pecfico. Los procesos particulares de adaptacin confieren, entonces, las caractersticas a este nexo, que se convierte en el sustrato general que de-termina la conformacin del proceso de desgaste y del perfil patolgico de un grupo humano.

    La segunda acotacin que es necesario hacer se refiere a cmo se con-ceptualiza la subsuncin de lo biolgico en lo social, o, lo que es lo mismo, a la produccin social de las formas biolgicas humanas. A pesar de que los procesos de adaptacin se dan en los individuos, ello no impide que las condiciones que los producen sean sociales, por cuanto emergen del modo especfico como los hombres se apropian de la naturaleza por medio de una determinada organizacin social. Es decir, estn lejos los tiempos -si es que alguna vez existieron estas 41 robinsonadas" - en que los hom-bres se enfrentaban solos a un mundo natural y su capacidad de adapta-cin determinaba su sobrevivencia y un proceso de selecCin de los ms 4Iaptos". Desde hace mucho, pues, el "ambiente" de los seres humanos es ante todo un producto social, que adems se presenta bajo modalidades distintas -homogneas hacia su interior y heterogneas hacia el exte-rior- ante uno y otro grupo. De ah que los "modos de andar por la vi-da" sean caractersticos de las colectividades y no de los individuos. O sea, si bien se puede dar el caso aislado , que "responde" atpicamente ante su "ambiente", esto no invalida en absoluto la existencia de un "estereotipo de adaptacin" del grupo al cual pertenece. Por otra parte, estos casos in-dividuales no pueden ser la base sobre la cual se construya una concepcin del nexo biopsquico humano.

    Estas precisiones nos permiten acercarnos a la construccin del nuevo objeto cientfico y simultneamente apuntan hacia la centralidad del estu-dio de la relacin proceso de trabajo-salud para generar conocimiento res-pecto a este objeto. En la medida en que los estereotipos de adaptacin ca-racterizan a las colectividades humanas, es en stas donde podemos estudiar el nexo biopsquico histricamente especfico, y no en los individuos aisla-dos. Sin embargo, no es suficiente definir que el nuevo objeto de conoci-

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  • miento es el proceso biopsquico histrico de las colectividades humanas, sino que adems es preciso aadir que es el de los grupos definidos por su insercin social especfica. As pues, 10 significativo no es oponer al in-dividuo (uno solo) con el grupo (muchos) sino relevar que, en la medida en que la insercin social del grupo determina los modos de andar por la vida, es la colectividad constituida a partir de su ubicacin social la que encarna el nexo biopsquico histricamente especfico. Esto a su vez nos lleva a plantear como problema central una concepcin respecto a cules son los elementos esenciales que definen esta insercin social y que deter-minan las " condiciones ambientales" ante las cuales emergen los modos de andar por la vida. Arribamos aqu a la centralidad del concepto de " proceso de trabajo".

    La posibilidad de definir los elementos esenciales de la insercin social evidentemente involucra optar por una teora de lo social, ya que cada una de estas teoras fundamenta de manera distinta este problema llegando a teorizaciones diferentes. La problemtica que nos ocupa, si bien ha sido abordada por el estructural-funcionalismo, ha tenido un desarrollo mucho ms fecundo desde el enfoque del materialismo histrico, 14 que se segui-r, tambin, en este trabajo. El fundamento terico especfico de optar por el concepto "proceso de trabajo" en su acepcin marxista como categora central en el anlisis de la produccin social del nexo biopsquico humano es que permite dar cuenta de las formas sociales especficas bajo las cuales se da la relacin entre el hombre y la naturaleza. Es decir, ubica la clave del entendimiento del carcter social del proceso biopsquico humano en el proceso a travs del cual el homhre se apropia de la naturaleza transfor-mndola y transformndose a s mismo, o sea, en el proceso de trabajo. 15 Se plantea, pues, que es en el metabolismo entre el hombre y la naturaleza donde surge lo que hemos llamado las "condiciones ambientales" de las colectividades humanas, a travs y ante las cuales se constituyen los modos de andar por la vida. Pero justamente porque este metabolismo ocurre bajo formas sociales especficas, que significan determinados medios de produccin y relaciones particulares entre los hombres, de los hombres con los medios de produccin y con el producto, estas "condiciones am-bientales" son la sntesis de estas formas sociales y no las cont:liciones na-turales ahistricas.

    Es preciso recuperar, tambin, el trabajo como la actividad especfica-mente humana; corno actividad consciente orientada a un fin, base de la creatividad. 16 Es, pues, la capacidad de crear intencionalmente nuevos objetos, pero tambin nuevas relaciones entre los hombres. Esta cualidad del trabajo es una de las claves para comprender la especificidad histrica de los proceso psicolgicos humanos. De esta manera, en la medida en que esta cualidad slo es potencialidad hasta realizarse, tiende constantemente a ser negada a la gran mayora de los trabajadores cuando el trabajo asu-me la forma explotada y enajenada. 17 Esta constante negacin de la ca-

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  • pacidad creativa del trahajo, entonces, explicara por qu la actividad es-pecficamente humana se vuelve destructora y no potenciadora de las capacidades humanas de los trabajadores. Sin embargo, por la misma ra-zn el proceso de trabajo se convierte en un terreno de contradiccin , por cuanto los trabajadores desarrollan una resistencia sostenida en contra de su propia deshumanizacin, que se manifiesta en la astucia y en la mano rebelde del trabajo. l'

    Los planteamientos generales respecto a la relacin entre el proceso de trahajo y la salud requieren ser desarrollados en dos sentidos a fin de poder servir como la base de una propuesta concreta para su estudio. Por una parte es necesario analizar las formas histricas que asume el proceso de trabajo en el capitalismo y, por la otra, lograr una teorizacin que propor-cione los conceptos necesarios para el anlisis concreto de dicha relacin. Es decir que hay que fijar las categoras analticas particulares capaces de dar cuenta de ella.

    EL PROCESO DE PRODUCCIN CAPITALISTA

    A fin de comprender las caractersticas que asume el proceso de trab .jo bajo el capitalismo, hay que recordar que su finalidad es la extraccin de plusvalor. Es preciso, pues, remitirse al concepto de proceso de produccin, con sus dos caras: el proceso de valorizacin (de produccin de plusvalor) yel proceso laboral (de produccin de bienes). A pesar de que ocurren si-multneamente, y en esta medida son un mismo proceso, son conceptual-mente diferenciables, lo que permite analizar la relacin entre ambos. As, en la medida en que el proceso laboral es el medio del proceso de valoriza-cin su conformacin concreta est determinada por las necesidades de s-te. 19 Es decir que, pese al carcter tcnico del proceso laboral, la clave para e!ltender cmo se constituye no es una lgica tecnolgica abstracta sino la lgica concreta del proceso de valorizacin, o sea, la estrategia em-pleada por el capital para extraer plusvalor en un mamen to histrico espe-cfico. De esta manera, el proceso laboral es la materializacin del proceso de valorizacin, tanto en lo que se refiere a su base tcnica como a la orga-nizaci.n y divisin del trabajo, y slo descifrable a partir del proceso de valorizacin. 20

    La pregunta respecto a qu determina la dinmica del proceso de valo-rizacin antecede, entonces, la cuestin de cmo se va constituyendo el proceso lahoral. La respuesta que se da con ms frecuencia se refiere a la competencia intercapitalista. Se dice que no basta con producir sino que es preciso hacerlo bajo condiciones que permiten vender el producto con ganancia. En esta explicacin aparece como el elemento clave la producti-vidad que, luego, generalmente se identifica con el desarrollo y la incor-poracin de nueva tecnologa. Sin embargo, la respuesta aparentemente

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  • secundaria pero que en realidad determina en gran medida la cuestin tec-nolgica, se refiere a la relacin entre capital y trabajo. Es decir, es necesa-rio tenu p~te que el proceso de produccin capitalista se desarrolla no slo en condiciones de competencia entre los capitalistas individuales sino ante todo en UD campo de lucha entre las fuerzas antagnicas del capital yel trabajo."

    Esta lucha se presenta en condiciones ordinarias (cuando no est plan-teado d cuesUonamiento global de la dominacin capitalista) como la dis-pura por el plusvalor pero, tambin, como la disputa por cmo generarlo, o sea. por cmo usar la fuerza de trabajo; cuestin indisolublemente ligada al conrrol sobre el proceso laboral. Ambas luchas tienen momentos de con-densacin, por ejemplo en las revisiones contractuales o en las moviliza-ciones obreras, pero se expresan tambin cotidianamente en los centros de trabajo. All se absorben en una sola, que es la conflictividad en el proceso laboral concreto. De modo que la disputa por cmo usar la fuerza de tra-bajo se convierte simultneamente en la palanca de la disputa por cmo distribuir el valor producido entre plusvalor y salario. De esta manera, si para el capital el proceso laboral es el medio del proceso de valorizacin, para el trabajo es el mbito primario de la lucha contra la explotacin. 22 Para ambos este proceso es inevitable y, por tanto, un espacio ineludible de confrontacin.

    La conformacin concreta del proceso laboral es uno de los elementos clave para la comprensin de los determinantes de la salud obrera, ya que permite desentraar de qu manera se constituye el nexo biopsquico de la colectividad involucrada en l. Resulta, pues, necesario descomponerlo en sus elementos constitutivos a fin de analizarlos para luego volver a re-construirlo como proceso global, rescatando su movimiento dinmico res-pecto a la salud obrera.

    Los elementos bsicos de todo proceso laboral son el objeto de trabajo, los instrumentos de trabajo y el trabajo mismo. 23 El anlisis de ellos tiene dos vertientes, una tcnica y otra social. Es preciso analizar no slo las ca-ractersticas fsicas, qumicas y mecnicas del objeto de trabajo sino tam-bin por qu y cmo llega a serlo, esto es, su vertiente social. De la misma manera, los instrumentos de trabajo o la tecnologa deben ser comprendi-dos, por una parte, en lo que se refiere a su conformacin tcnica y, por la otra, como la materializacin de una determinada relacin entre capital y trabajo.24 El trabajo mismo, finalmente, tiene que ser entendido como procesos corporales pero tambin como una expresin concreta de la rela-cin de explotacin a travs de su organizacin y divisin. 25 U na vez ex-tradas las caractersticas bsicas de los objetos e instrumentos de trabajo y del trabajo mismo, es preciso analizar la relacin entre ellos para re-construir la dinmica del proceso laboral. Es ms, slo as se puede llegar a una reconstruccin significativa del proceso laboral. Por ejemplo, el sig-nificado de la maquinaria slo resulta plenamente visible en relacin con

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  • la organizacin y divisin del trabajo que impone, de la misma manera como las caractersticas del objeto no se cumplen cabalmente ms que en la conformacin de los instrumentos que lo transforman yen el movimien-to (o no-movimiento) del obrero que se enfrenta a ambos. 26

    Si bien es cierto que la conformacin y dinmica de cada proceso labo-ral son nicas, se puede, sin embargo, decantar sus particularidades para hacer aparecer las caractersticas comunes entre uno y otro. De esta mane-ra es posible distinguir fases histricas, claramel)te diferenciables, de ma-duracin del proceso de produccin capitalista. Estas corresponden, vistas desde el proceso de valorizacin, a distintas estrategias de extraccin del plusvalor -basadas en su forma absoluta o relativa- y, vistas desde el proceso laboral, a formas diferentes de subsuncin del trabajo al capital. 27 A partir de este hecho se puede constituir una suerte de tipologa de proce-sos de produccin con etapas y subetapas. 28 Las dos grandes etapas son la de predominio de la extraccin del plu,valor absoluto y la de predomi-nio de la extraccin del plusvalor relativo, que en trminos del proceso la-boral corresponden a la subsuncin formal y a la subsuncin real del tra-bajo al capital respectivamente.

    Las subetapas se refieren ante todo a la conformacin del proceso labo-ral y se desprenden de las caractersticas de la base tcnica y de la organi-zacin y divisin del trabajo. O sea, ms que sustentarse sobre formas dis-tintas del plusvalor se distinguen por el modo concreto de lograrlo en el proceso laboral. Dentro de la primera fase tenemos, as, la cooperacin simple y la manufactura, y dentro de la segunda el maquinismo simple, el taylorismo, el fordismo y ia automatizacin de flujo continuo (de trans-formacin fsico-qumica) y discreta (de tran3formacin mecnica).29 Cada una de estas subetapas muestra en su interior bastante homogenei-dad en cuanto a la base tcnica y la organizacin y divisin del trabajo, mientras que entre una y otra hay diferencias notables.

    El motor de estas transformaciones del proceso de produccin capitalis-ta es, justamente, la competencia intercapitalista y la lucha entre capital y trabajo. En la medida en que representan cambios progresivos, sin re-torno a situaciones anteriores, las etapas y subetapas efectivamente se dan como una sucesin histrica, vistas desde el ordenamiento global del capi-talismo. Es decir, en cada una de las fases histricas tiende a predominar y organizar la produccin un tipo determinado de proceso de produccin. Sin embargo, resulta indispensable hacer dos acotaciones. La primera es que, aun siendo as, cada pas muestra una heterogeneidad mayor o me-nor de procesos laborales que significa la presencia simultnea de varios tipos de ellos articulados por el dominante .3o La 3egunda cuestin a tener presente es que, una vez establecido lo general de un tipo de proceso labl)-ral , es necesario volver al hecho de que cada proceso laboral concreto es un espado de lucha. O sea, e1 anlisis concreto de un prcceso laboral de-terminado resulta incompleto si no se consideran los matices que la con-

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  • frontacin cotidiana entre trabajo y capital le imprimes, y la heterogenei-dad tcnica en su interior.

    El planteamiento de que slo el anlisis del proceso de produccin per-mite dar cuenta de cmo se viene constituyendo el nexo biopsquico de una colectividad obrera todava resulta insuficiente. Falta, de esta mane-ra, un concepto para ir desde el proceso laboral concreto, analiz.ndolo como .. condiciones ambientales", hasta sus expresiones en el cuerpo obrero.

    A fin de resaltar la diferencia entre el modo como se representan esta cuestin la medicina del trabajo y la corriente de medicina social, es nece-sario hacer primero una distincin metodolgica bsica entre ambas. De esta manera, el mtodo de la primera, que es el del pensamiento mdico dominante, se basa en gran medida en las reducciones sucesivas del objeto de estud io particular, delimitando componentes cada vez menos comple-jos y estudindolos aisladamente. Y su construccin de conceptos est en funcin de ste . Este procedimiento tiene una ventaja innegable visto des-de la perspectiva experimental, ya que permite "controlar" todos los ele-men tos menos el que se pretende estudiar. Sin embargo, su debilidad es que supone la posibilidad de entender el conjunto a partir de la suma de sus partes. O sea, pierde de vista, o por lo menos no logra explicar satisfac-toriamente, mediante su propio planteamiento terico-metodolgico, las diferencias cualitativas entre los distintos niveles de complejidad. El mtodo de la medicina social busca lo contrario, ya que se propone com-prender el nexo biopsquico como proceso complejo con especificidad como tal, lo que excluye reducirlo a la suma de sus partes. O sea, no puede plantear reducciones sucesivas sino por el contrario la integracin cada vez ms compleja de los elementos en el marco de una dinmica global que imprime una nueva cualidad al conjunto. Sus conceptos deben, entonces, permitir captar esta complejidad.

    LAS CARGAS LABORALES Y EL PROCESO DE DESGASTE

    La medicina del trabajo usa la categora "riesgo" para dar cuenta de los elementos presen tes en el centro de trabajo que pueden daar el cuerpo del obrero. Define, de esta manera, a los riesgos como agentes nocivos aislados que pueden causar enfermedad. n Dado que casi siempre los conceptual iza en un esquema monocausal, ni siquiera llegan a ser los " factores de riesgo" del modelo epidemiolgico multicausaI que postula la necesidad de la presencia simultnea de varios de ellos para que se pro-duzca la enfermedad. La nocin de " riesgo" de la medicina del trabajo , que adems es distinta a la de los " grupos de riesgo" del Modelo Obre-ro ,33 consigna pues a elementos aislados entre s y de la dinmi ca global del proceso laboral. Resulta de esta manera insuficiente para el enfoque

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  • terico aqu propuesto. A fin de superar estos obstculos es necesano construir otra categora, que es la de "cargas laborales".

    La categora "carga laboral" pretende lograr una conceptualizacin ms precisa de lo que hemos consignado hasta ahora con la prenocin de "condiciones ambientales" en lo que se refiere al proceso laboral. De esta manera busca resaltar en el anlisis del proceso laboral a los elementos de ste que interactan dinmicamente entre s y con el cuerpo obrero, gene-rando aquellos procesos de adaptacin que se traducen en desgaste, enten-dido como prdida de la capacidad corporal y psquica potencial y/o efecti-va. Es decir, el concepto de carga posibilita un anlisis del proceso laboral que extrae y sintetiza los elementos que determinan importantemente el nexo biopsquico de la colectividad obrera y le confieren a sta un modo histrico especfico de "andar por la vida". Cabe sealar que esta nocin de "cargas laborales" se distingue de la utilizada en el mtodo LEST fun-damentalmente porque no se refiere a caractersticas estticas del puesto de trabajo particular sino al movimiento dinmico de los elementos del proceso laboral. 34

    En el proceso investigador ciertamente el primer acercamiento a las cargas es descomponerlas en tipos especficos, que incluso abarcan los ries-gos particulares. Sin embargo, esto no quiere decir que son la simple suma de stos, ya que slo adquieren significado pleno a partir de la dinmica global del proceso laboral. El segundo paso analtico, entonces, consiste en reconstruirlas con la lgica global de ste como punto de partida. AS, para aprehender mejor las cargas se pueden distinguir distintos tipos, agru-pndolas en fsicas, qumicas, biolgicas y mecnicas, por un lado, y fisiolgicas y psquicas, por el otro. Las primeras tienen una materialidad externa al cuerpo, que al interactuar con l se convierte en una nueva ma-terialidad interna. Las ltimas -las fisiolgicas y psquicas-, por el con-trario, slo adquieren materialidad en el cuerpo humano al expresarse en transformaciones de sus procesos internos; cuestin que resulta ms com-prensible si analizamos cada una de ellas.

    Las cargas fsicas pueden ser ejemplificadas por el ruido y el calor, que pueden ser detectados y hasta medidos sin involucrar al cuerpo humano y de esta manera tienen una materialidad externa a l. Al actuar sobre el cuerpo, o mejor dicho al interactuar con l, sufren un cambio de calidad, dado que dejan de contar como "ruido" o "calor" y se convierten en pro-cesos intracorporales complejos. Por ejemplo, el ruido acta sobre las 'clu-las del odo medio e interno pero, tambin, sobre el sistema nervioso y provoca cambios en algunos procesos fisiolgicos .35 De la misma manera, el calor deja de ser calor y se expresa desencadenando mecanismos de ter-morregulacin, como por ejemplo la sudoracin, y alteraciones hormona-les; o sea, en una serie de cambios en los procesos fisiolgicos que pueden ser pasajeros o no. 36 Las cargas qumicas (los polvos, humos, fibras, va-pores, lquidos, etctera) y biolgicas (los microorganismos) tienen carac

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  • tersticas semejantes. ya que, por un lado , tienen materialidad externa al cuerpo y. por el otro. adquieren importancia no en s mismos sino por las transformaciones que generan en su interaccin con los procesos corpora-les. Las cargas mecnicas son , por as decirlo, las ms visibles, ya que se convien en en una ruptura de continuidad instantnea del cuerpo; en con-tusiones, heridas, fracturas, etctera.

    Las cargas fisiolgicas y psquicas son, como ya se seal, distintas, porque DO tienen una visible materialidad externa al cuerpo humano. Por ejemplo - analizando algunas de las cargas fisiolgicas- un esfuerzo fsico pesado o una posicin incmoda no puede existir si no es a travs del cuerpo, de la misma manera como la rotacin de turnos es impensable al margen de homb res de carne y hueso sometidos a este rgimen de traba-jo. Empero, u na vez constatada la imposibilidad de conceptuar estas car-gas si no es en relacin con el cuerpo, su materialidad consiste, de nuevo, en procesos corporales transformados. El esfuerzo fsico pesado es consu-mo calrico incrementado, redistribucin de la sangre, gasto e hipertrofia de tejidos, etctera. 37 La rotacin de turnos en cuanto carga fisiolgica es, de la misma manera, ruptura de los ritmos fisiolgicos bsicos (los ci-clos circadianos) y desincronizacin. 38

    Las cargas psquicas, finalmente, tienen el mismo carcter que las fisio-lgicas por cuanto slo adquieren materialidad a travs de la corporeidad humana. Las cargas psquicas, pensadas sobre todo en funcin de sus ma-nifestaciones somtil:as y no tanto las psicodinmicas, pueden provisional-mente ser agrupadas en dos grandes grupm;:39 uno que abarca todo aquello que provoca una sobrecarga psquica (situaciones de tensin pro-longada) y otro que se refiere a la subcarga psquica (la imposibilidad de desarrollar y hacer uso de la capacidad psquica). " Ejemplos de las pri-meras, caractersticas del proceso laboral capitalista, pueden ser la aten-cin sostenida, la supervisin con presin, la conciencia de la peligrosidad del trabajo, los altos ritmos de trabajo, etctera. Pertenecen al segundo grupo cuestiones como la prdida del control sobre el trabajo al estar el obrero subordinado al movimiento de la mquina; la descalificacin del trabajo resultado de la separacin entre su concepcin y ejecucin; la par-celacin del trabajo que redunda en monotona y repetitividad; etctera.H Se advierte, claramente, que las cargas psquicas no tienen existencia ms que como relacin entre los hombres y de los hombres con las cosas y que slo adquieren materialidad en los procesos psquicos y corporales de ellos. En este sentido la monotona, la repetitividad y la descalificacin signifi-can la hipotrofia del pensamiento y de la creatividad, que adems se ex-presa en cambios en los corticoesteroides; de la misma manera como la. su-pervisin estricta o desptica o la conciencia de la peligrosidad del trabajo son tensin nerviosa prolongada sintetizada en la reaccin del estrs crni-ca y la fatiga nerviosa.

    En el caso de las cargas psquicas resalta con particular claridad que son

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  • socialmente producidas y que no pueden ser comprendidas como " ries-gos" aislados, o abstractos, al margen de las condiciones que las generan . Sin embargo, esto resulta cierto tambin para el resto de las cargas, inclu-yendo a aquellas que tienen materialidad externa a la corporeidad huma-na. O sea, si bien el ruido es ruido, y como tal origina transformaciones en los procesos biopsquicos, no es irrelevante preguntar por qu se produ-ce y por qu se mantiene a un determinado nivel. Al intentar responder a estas preguntas respecto a cualquier carga aparecen invariablemente dos hechos. Uno es que surge como expresin particular de la forma especfica de producir (de las caractersticas de la base tcnica y los objetos emplea-dos, per tambin de la organizacin y divisin del trabajo). El otro es que .la intensidad , 'i aun la presencia o no, de las cargas no es ajena a las rela-ciones de fuerza entre capital y trabajo en un centro de trabajo concreto y en la sociedad.

    Visto en esta perspectiva el descomponer y agrupar las cargas en distin-tos tipos no es, como ya se haba sealado, ms que un primer paso anal-tico, dado que no adquieren pleno significado si no es dentro de la dinmi-ca global del proceso laboral. El segundo paso en el proceso investigador necesariamente es la reconstruccin de las cargas laborales a travs del anlisis de la interaccin entre ellas en el marco de la lgica global del pro-ceso laboral -como proceso tcnico y escenario de lucha- determinado por el proceso de valorizacin.

    Resulta fcilmente comprensible que las cargas de un mismo grupo se puedan potenciar entre s de tal modo que no slo se sumen sino que incre-mente!1 su efecto sobre los procesos biopsquicos humanos. Por ejemplo, la realizacin de un trabajo pesado en una posicin incmoda significa no slo la suma de los efectos desgastantes sobre el sistema msculo-esquelti-co y del gasto calrico derivado de cada uno de ellos, sino un incremento en ambos.'f2 De la misma manera, los qumicos tienen, en muchas oca-siones, efectos sinrgicos en el cuerpo; al estar presentes simultneamente resultan txicos en concentraciones ms bajas que aisladamente."3 En re-lacin con las cargas psquicas ocurre una situacin semejante, ya que, por ejemplo, se puede aguantar altos ritmos de trabajo sin mayores problemas mientras la tarea permite la toma de decisiones, pero cuando, por el con-trario, est vaciada de un contenido significativo resultan estresantes. H

    Sin embargo, es en la interaccin entre las cargas de los distintos grupos donde se empieza a vislumbrar plenamente la necesidad de analizadas en su conjunto y en el marco de la lgica global del proceso laboral. Por ejem-plo, tomando la cuestin ms reconocida de la salud de los trabajadores, o sea los accidentes, resulta evidente que la perspectiva que slo contempla "las condiciones (las cargas mecnicas) y los actos inseguros" (el "descui-do" del trabajador) tiene una capacidad explicativa baja y es, adems, mistificadora. Si por el contrario se analiza la dinmica del accidente des-de la lgica del proceso de produccin, aparecen nuevos elementos "cau-

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  • sales" y una articulacin wtalmente distinta entre ellos. Entendiendo a las cargas como los elemenws que sintetizan la mediacin entre el trabajo y el desgaste obrero, la dinmica del accidente casi siempre involucra a va-rias de ellas: la ~a mecnica, que interrumpe la integridad fsica corpo-ral , se desprende de las caractersticas de la maquinaria -relacin social materializada- o pero no acta aisladamente sino en combinacin con otras cargas que determinan la condicin en la cual el obrero se enfrenta a la mquina. Esta combinacin de cargas tiene en cada caso una confor-macin singular. Ejemplificando, pudiera ser un obrero trabajando en una posicin incmoda (carga fisiolgica), fatigado porque rota turnos (ca rga fisiolgica y psquica), aturdido por el ruido (carga fsica) y con ten-sin nen;osa por la presin de la supervisin y el alto ritmo de trabajo (cargas psquicas); atravesado, pues, por una serie de cargas que, sin em-bargo, no slo se suman sino que se potencian entre s y concretan el proceso de produccin de modo singular. El "acto inseguro" , es decir, la conducta equ ivocada o el 4 4descuido" del obrero, en estas condiciones dificil mente puede considerarse "culpa" de l - de la vctima- sino el producto de una combinacin de cargas determinada por la lgica global del proceso laboral.

    Otro ejemplo de la interaccin de las cargas en el marco de la lgica global del proceso laboral pudiera ser el modo como se potencian entre s una carga fsica como el ruido y algunas cargas psquicas. De nuevo hay que pensar en un obrero frente a una mquina - materializacin de una relacin histrica entre capital y trabajo- que genera ruido ella misma yen su contacto con el objeto de trabajo, y que impone un modo especfico de trabajar: el movimiento de unas partes del cuerpo y de otras no; el rit-mo; las operaciones rutinizadas, montonas y repetitivas. El ruido se tra-duce, aqu, en tensin nerviosa que se combina con los efectos de las car-gas psquicas, especficamente la sobrecarga cuantitativa y la subcarga cualitativa, provocando un aburrimiento irritable y fatigante.

    Al concepto de carga laboral tiene que aadirse otro ms -el de des-gaste- para que se pueda reconstruir en el pensamiento una representa-cin coherente de la relacin entre el proceso de produccin y el nexo bio-psquico de una colectividad obrera, o sea, de la forma histrica especfica como se da en ella el proceso biolgico y psquico. De esta manera, el con-cepto de 4 'desgaste" pennite consignar las transformaciones negativas, ori-ginadas por la interaccin dinmica de las cargas, en los procesos biops-quicos humanos. El desgaste puede ser definido, entonces, como la prdida de capacidad efectiva y/o potencial, biolgica y psquica. O sea, no se re-fiere a algn proceso particular aislado, sino al conjunto de los procesos biopsquicos . Resulta importante referirlo tanto a la capacidad efectiva como a la potencial, ya que en la medida en que los procesos biopsquicos no son estticos sino cambiantes -de ah su carcter histrico-, no tiene sentido intentar fijar una condicin ideal ptima y definir el desgaste como

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  • la desviacin de sta; tan es desgaste, pues, la destruccin abrupta o )enta de rganos como la imposibilidad de desarrollar una potencialidad psqui-ca o biolgica. Finalmente habra que aadir que la nocin de desgaste no necesariamente se refiere a procesos irreversibles, ya que frecuentemente se puede recuperar las prdidas de capacidad efectiva y/o desarrollar po-tencialidades antes hipotrofiadas.

    En la medida en que el desgaste se define como la prdida de capacidad potencial y/o efectiva biopsquica, puede o no expresarse en lo que la me-dicina reconoce como patologa. Adems es necesario considerar el des-gaste junto con los procesos reproductivos -de reposicin y desarrollo de la capacidad biopsquica- , principalmente determinados por las caracte-rsticas del momento reproductivo en las sociedades capitalistas. Es decir, en la medida en que el trabajo -como ya se haba dicho- bajo el capita-lismo es trabajo enajenado e implica el uso deformado y deformador tanto del cuerpo como de las potencialidades psquicas, se convierte en una acti-vidad cuyo componente desgastante es mucho mayor que el de reposicin y desarrollo de las capacidades. Es, pues, la combinacin entre el desgaste y la reproduccin lo que determina l,a constitucin de las formas histricas especficas biopsquicas humanas. Estas a su vez son el sustrato general que determina la generacin de una constelacin caracterstica de enfer-medades particulares, conocido como el perfll patolgico de un grupo so-cial. Es importante hacer esta aclaracin, ya que resalta como proceso ge-neral al nexo biopsquico y ubica a la "enfermedad" como proceso particular.

    La complejidad del desgaste supone que haya dificultades para mos-trarlo directamente , mxime porque en su mayor parte es inespecfico y no se expresa con claridad en elementos fcilmente observables o medi-bIes. Esto significa que las ms de las veces no es posible captarlo si no es a travs de alguna de sus dimensiones o por medio de una serie de indi-cadores. Los indicadores globales que ms frecuentemente se han usado son los signos y sntomas inespecficos, el perfll patolgico, los aos de vida til perdidos, el envejecimiento acelerado y la muerte prematura. Habra que recalcar que sobre todo los tres ltimos carecen de sentido a menos de que se presenten en relacin a un referente social, cuyo procedi-miento de seleccin debe ser explcito. Es decir, de nuevo habra que ad-vertir contra la nocin de una normalidad ahistrica concebida como el estado ideal a alcanzar. Otra manera de captar el desgaste, hasta ahora poco explorada por las dificultades tcnicas que implica, es a travs de los procesos que constituyen sus distintas dimensiones. En esta lnea lo ms interesante sera el establecimiento de "indicadores de proceso" que per-mitiran captar la presencia de elementos del proceso de desgaste sin tener que referirlos a un dao consumado O demostrable. Por ejemplo, uno de estos indicadores de proceso pudiera ser la reaccin prolongada de estrs y otros parmetros como el gasto e ingesta calricos.

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  • Finalmente habra que recalcar que los procesos de desgaste caracteri-zan a las colectividades humanas y no primariamente a los individuos. Esto es. si bien es cieno que el patrn de desgaste se expresa a travs de los indi,,;duos que integran a la colectividad no es sino en ella donde ad-quiere pleno significad o y visibilidad. Es as porque no depende de las ca-ractersticas individuales biopsquicas de cada quien sino de las con dicio-nes especificas a travs y ante las cuales la colectividad se constituye como tal. Esto adems apunta a un hecho de suma importancia, ya que significa que el proceso de desgaste no es una fatalidad ciega sino devenir, y por tanto moldeado por la accin de la propia colectividad. Esto implica, tam-bin, que el desgaste es un problema ineludible tanto para el trabajo como para el capital que, sin embargo, se plantea de modo distinto ante cada uno de eUos . De esta manera, para el capital es la cuestin de qu caracte-rsticas son las requeridas de la fuerza de trabajo mientras que para el tra-bajo es la cuestin de en qu condiciones desarrolla sus procesos vitales; para el primero es, pues, uno de los problemas de la produccin (de plu s-valor) mientras que para el segundo es el problema de la vida .

    La construccin terica de la relacin entre proceso de valorizacin, proceso laboral, cargas laborales y proceso de desgaste confiere cierta ca-pacidad de prediccin respecto a qu caracteriza el patrn de desgaste de un determinado grupo de trabajadores. Es decir, dado que las cargas labo-rales y, por tanto , el patrn de desgaste de un grupo obrero determinado se desprenden de la manera especfica como se articulan la base tcnica y la organizacin y divisin del trabajo, es posible decantar las particulari-dades de cada proceso laboral concreto y extraer las caractersticas genera-les de las cargas y el desgaste de las distintas etapas y subetapas tpicas del proceso de produccin capitalista. 45 D e esta manera, en la medida en que sabemos qu tipo de proceso laboral est presente en un centro de tra-bajo, se puede de entrada predecir cules son las principales cargas y los rasgos generales del patrn de desgaste. Sin embargo, esta tipologa de 44proceso laboral-cargas principales-patrn de desgaste" no permite to-mar en cuenta las modalidades especficas que imponen, por un lado, he-chos como el desfase tecnolgico dentro del proceso laboral y, por el otro, las caractersticas concretas de la organizacin de los obreros. Ambas cuestiones pueden resultar en modificaciones sustanciales en el patrn de desgaste que slo se vuelven visibles con los estudios concretos.

    LA CONSTRUCCIN OEL PROCESO OE INVESTIGACIN

    A partir de la discusin terica respecto a qu est implicado en la com-prensin de la salud obrera, aparece claramente la necesidad de replantear la construccin del proceso de investigacin respecto a ella. Es decir, si por una parte se quiere aprehender las distintas dimensiones del nuevo objeto

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  • cientfico y, por la otra, se pretende generar el conocimiento requerido para abrir paso a una nueva prctica respecto a la salud, se impone replan-tear la cuestin metodolgico-tcnica. Ante este problema se puede optar por dos distintas alternativas. Una se resume en la posicin que ve la nece-sidad de una reformulacin completa, argumentando que ante una nueva teorizacin se impone la construccin de otra metodologa con sus propi as tcnicas libres de la impronta de la teora distinta que las gener. +6 Esta posicin plantea dos dificultades serias -por lo menos en el campo que nos concierne- que son, por un lado, el hecho de que en la prctica inves-tigadora ha tendido hacia el formalismo metodolgicoH y, por el otro, que no da solucin a la cuestin de cmo incorporar el conocimiento exis-tente pero generado bajo una concepcin terica que no es la suya.

    La otra posicin -pragmtica si se quiere- es intentar la construccin del proceso de investigacin bajo un planteamiento metodolgico que per-mita recoger y rearticular tcnicas de investigacin ya existentes al tiempo que genera nuevas tcnicas bajo un marco interpretativo global distinto. 48 Es decir, esta posicin enfatiza mucho ms el qu es importante conocer que el cmo conocerlo, determinado el qu a partir del movimiento dinmi-co entre la teorizacin del fenmeno y la exploracin de los elementos que de ella se desprenden. Este procedimiento tiene una serie de ventajas, ya que no renuncia ni al conocimiento existente ni a priori a las tcnicas de investigacin que lo gener. Permite, pues, una rpida acumulacin de nuevos conocimientos, ya que depende ms d e la confrontacin constante entre la capacidad explicativa de su teorizacin y los problemas que pre-tende explicar y entre el conocimiento existente y su importancia para comprender cuestiones planteadas como esenciales dentro de su marco in -terpretativo. Adems t iene la ventaja prctica de que permite moverse con ms facilidad en el campo de lucha que se establece alrededor del conoci-miento "cientfico", cuando ste se usa como "prueba de verdad" en la confrontacin de clase.

    En las propuestas para la construccin del proceso investigador sobre el proceso de produccin y salud que se desarrollarn aqu, se opta por la segunda posicin. Es la ms adecuada por las razones sealadas arriba y por la manera especfica como se concreta la problemtica en nuestro caso particular. El reto que se tiene que enfrentar, entonces, es establecer un marco interpretativo capaz de superar la mera yuxtaposicin de los distin-tos cuerpos de conocimiento y tcnicas de investigacin y avanzar hacia su rearticulacin y una innovacin que permitan generar una compren-sin distinta de la realidad.

    El contexto cientfico involucrado tiene adems algunas caractersticas especiales, que deben ser consideradas. Estamos, as, ante un campo de conocimiento y de accin en el cual no h ay un claro dominio de uno u otro planteamiento terico-metodolgico. Esto se expresa, por un lado, en el h echo de que el acercamiento terico-metodolgico de la corriente de me-

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  • dicina social predomina en la investigacin e incluso ha logrado permear el discurso de las instituciones estatales involucradas,"9 pero la prctica de stas se desenvuelve dentro del marco, bastante empobrecido por cier-to, de la medicina del trabajo y la seguridad industrial. Esta situacin tie-ne una doble implicacin , ya que, por un lado, existen condiciones para avanzar hacia una nueva comprensin de la salud obrera y generar una nueva prClica al respecto, pero , por el otro, las luchas por la salud se desenvuelven parcial e inicialmente en el terreno impuesto por la legi sla-cin. o sea. el de la seguridad e higiene laboral. Se requiere, por esto , de una metooologa que genere conocimientos tanto pa ra avanzar en la nueva comprensin y prctica de la salud obrera como para su defensa in-mediata.

    El planteamiento terico expuesto respecto a la relacin entre el proceso de produccin y la salud colectiva prefigura como principio metodolgico central el establecimiento de la dinmica global que se da entre los distin-tos elementos involucrados. AS, ningn elemento aislado puede dar cuen-ta de cmo se constituye el proceso de desgaste de una colectividad obrera y cmo se expresa en su nexo biopsquico, ya que slo son comprensibles a partir del anlisis de las relaciones entre el proceso de valorizacin, el proceso laboral y las cargas laborales en el marco de la correlacin de fuer-zas entre capital y trabajo. Sin embargo, a fin de lograrlo resulta necesario explorar primero cada una de las dimensiones involucradas pero bajo un procedimiento que permita, a cada paso, su reconstruccin dentro de la dinmica global. Es decir , al mismo tiempo que se requiere del estudio de, por ejemplo, el proceso laboral concreto, la exploracin de sus elementos debe desprenderse tanto de su relacin con el proceso de valorizacin como con las cargas laborales y debe enriquecer, a su vez, la comprensin de stos. El proceso investigador, de esta manera, es un movimiento cons-tante entre descomponer el proceso global en sus partes constitutivas y re-componerlo depurando los elementos secundarios; movimiento cuya di-reccionalidad se desprende, de nuevo, de la concepcin terica de la relacin entre sus elementos.

    La segunda cuestin metodolgica general, que adquiere particular im-portancia en el contexto del tema que nos ocupa, se refiere al sujeto del proceso investigador. Es decir, si est planteada la generacin de conoci-miento sobre la salud desde el horizonte de visibilidad de la clase obrera y como base para la construccin de una nueva prctica, se impone un in-terrogante respecto a cul es el papel desempeado por los trabajadores en este proceso. La respuesta ms radical la ha dado, sin duda, el terico del Modelo Obrero italiano, I. Oddone, ya que sostiene que el sujeto prin-cipal e indispensable es la misma clase obrera bajo la figura del grupo obrero homogneo.50 Para sustanciar esta posicin plantea una razn te-rica y otra prctica. De esta manera sostiene la posicin terica de que slo la experiencia obrera, surgida de su ubicacin especfica en la sociedad,

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  • permite llegar a una comprensin verdadera de la realidad. Esto significa, segn Oddone, que la nica transformacin efectiva es aquella que surge de la accin directa basada en esta experiencia. Como ya se argu:nent, "1 las principales objeciones a este planteamiento son, por una parte, que se salta la necesidad de los momentos de teorizacin en el proceso de genera-cin de conocimiento y, po r la o tra, que hace de la experiencia del "grupo obrero homogneo" algo directamente equivalente a la experiencia de la clase obrera.

    A pesar de estos problemas el planteamiento del Modelo Obrero seala cuestiones que abordadas de otra manera deben tomarse en cuenta. AS, el conocimiento obrero respecto a su trabajo y su impacto sobre la salud es, sin duda, muy rico y ofrece adems una comprensin de la problemti-ca en gran medida rescatable nicamente a partir de la mirada obrera. Resulta imprescindible, entonces, tener acceso tanto a este conocimiento como a lo especficamente' 'otro" de la visin obrera. No obstante, esto implica sistematizarlo, no slo en el sentido de ordenarlo, sino extraer los elementos de conocimiento general que van ms all de las particularida-des de la situacin concreta. Esto a su vez requiere de un proceso de teorizacin que no se puede tomar prestado sin ms de las disciplinas cientficas dominantes sino que se construye, en nuestro caso, a partir del encuentro entre el conocimiento obrero y los planteamientos tericos so-bre la relacin entre el proceso de produccin y la salud colectiva. Si ste es el proceso se infiere la necesidad de que los trabajadores desempeen un papel activo en l; que no sean slo su objeto pasivo sino uno de sus sujetos , pero no el nico ya que no son espontneamente depositarios ni generadores de la indispensable concepcin terica.

    Por otra parte, el papel protagnico de los trabajadores en la transfor-macin de la realidad y en la construccin de una distinta prctica social, resulta innegable as como el sealamento respecto a la relacin necesaria entre el conocer y el transformar. Sin embargo, hay que matizar cmo se da el proceso a travs del cual esto ocurre. AS, de nueva cuenta hay que resaltar que no se trata de un proceso que cualquier grupo obrero empren-de espontneamente slo a partir de su propia experiencia, sino que de-pende de las condiciones especficas de su constitucin, que sintetizan tan-to su experiencia part icular como las condiciones generales de la clase. Cuentan, pues, cuestiones como el grado y las caractersticas de su organi-zacin; el grado de procesamiento colectivo de la experiencia propia y de otros destacamentos obreros, tanto respecto a las luchas emprendidas como al problema de la salud; la correlacin de fuerzas general y particu-lar entre capital y trabajo, etctera. Lo que estara en el fondo, entonces, es la acumulacin de capacidad colectiva para plaptearse problemas com-plejos y articular estrategias de transformacin. Estas, a su vez, generan un proceso de conocimiento especfi co ante los problemas y a travs de la lucha. Es decir que los trabajadores necesariamente son sujetos del proce-

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  • so de conocer rransfonnar, pero ste no es reductible al quehacer de los grupos obreros homogneos, dado que involucra tanto las caractersticas de la constitucin de la clase como al proceso de conocimiento general en el cual los cienficos desempean un papel crucial.

    Aclarados estos dos principios metodolgicos bsicos, interesa discutir con mayor detalle qu elementos del proceso de prodaccin, de las cargas y del desgaste son cruciales conocer y cmo estudiarlos. La primera cues tin tiene importancia especialmente en relacin con el proceso de produc cin, porque hay que vedo en funcin de la especificidad del objeto de estud io propuesto . Esto es, las dimensiones que son de inters para la comprensin del nexo biopsquico de una colectividad no necesariamente son las mismas de otras investigaciones sobre el proceso de produccin, que tienen por finalidad explicar otros problemas, como pueden ser, por ejemplo, las prcticas sindicales. El cmo estudiarlos, por otra parte, hace referencia a las tcnicas especficas para generar informacin sobre los ele-mentos relevantes, o sea, pretende analizar la utilidad de los instrumentos disponibles o en proceso de elaboracin para la prctica investigadora aqu propuesta. A fin de concretar al mximo esta discusin la desarrollaremos a propsito de la construccin del proceso investigador sobre el desgaste en SICAR TSA incluyendo referencias a soluciones alternativas, que no fueron usadas en este caso generalmente debido a las condiciones especfi-cas en las cuales se desarroll la investigacin.

    A MODO DE ILUSTRACIN: LA CONSTRUCCIN DE LA INVESTIGACIN DEL DESGASTE EN SICARTSJ-.

    La investigacin sobre el desg~ste obrero en SICAR TSA se pjante a raz de una creciente preocupacin de. los trabajadores por el deterioro, cada da ms visible, de su salud. Con el objeto de empezar a daJ: una respuesta sindical a este problema, el comit ejecutivo decidi realizar un estudio de salud en la empresa asesorado por i::-lVestigadores del tema. Los objetivos que se fijaron para el estudio fueron conoce!' las ccndiciones de trabajo en la empresa y su impacto sobre la salud para de ah generar una poltica sindical al respecto basada en elementos concretos de lucha y de moviliza-cin. El contexto especfic.o de la investigacin fijaba desde un inicio cier tas condicion~s para su realizacin. As, Jos investigadores no podamos entrar a la empresa ni tener acceso a la informacin generada por ella y por otras instituciones relevantes como el IMSS. Igualmente haba restric ciones importantes en cuanto a los recursos diagnsticos disponibles. Sin

    En la exposicin se discuten aquellos e1err.entos que tienen inters general para la construc-cin de un proceso de investigacin; en las notas se t'-xplican los detalles particulares del estudio especfico.

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  • embargo, se contaba con el recurso del apoyo casi irrestricto de los traba~ jadores y el libre acceso a toda la informacin sindical. Asimismo, se dis~ pona de la literatura especializada sobre la siderrgica.

    Los planteamientos terico-metodolgicos arriba expuestos permitan fijar a grandes rasgos qu interesaba estudiar para poder analizar el pro-blema de la salud en esta empresa en particular. As, a fin de tener una visin global de sta era necesario construir un proceso investigador que permitiera conocer las relaciones entre el proceso de valorizacin, el pro~ ceso laboral, las cargas laborales y el proceso de desgaste, en el marco de la correlacin de fuerza entre capital y trabajo.

    La primera consideracin para decidir qu tcnicas de investigacin usar se refera al tipo de informacin que permitira captar mejor los as-pectos relevantes del problema; cuestin inmediatamente relacionada, por una parte, con lo cualitativo y lo cuantitativo y, por la otra, con las distin~ tas unidades de anlisis. En la formulacin terica dada al problema desta~ ca la preeminencia de su carcter cualitativo, dado que se enfatizan, por un lado, la dinmica global de las relaciones a estudiar y, por el otro, los aspectos polticos. De ah surgi la necesidad de elegir instrumentos de ge-neracin de informacin aptos para captar estos procesos sin excluir la po-sibilidad de cuantificar algunos de sus elementos, particularmente los refe-ridos al desgaste, ya que interesaba conocer su magnitud y no slo sus caractersticas cualitativas.

    En base a estas consideraciones se opt por usar como uno de os instru~ mentas bsicos de investigacin una encuesta levantada en las reas de trabajo a travs de la discusin colectiva con grupos de trabajadores de cada una de ellas siguiendo algunos de los planteamientos del Modelo Obrer052 pero introduciendo varias modificaciones en el contenido y el anlisis de la informacin . Esta encuesta permita conocer las caractersti-cas del proceso laboral , las cargas laborales , los daos a la salud, las medi-das de proteccin existentes y las propuestas de los obreros respecto a las medidas de prevencin a instrumentar. Cabe resaltar que la encuesta co-lectiva adems ayud a sistematizar las preocupaciones obreras respecto al deterioro de su salud e impulsar propuestas concretas de acciones a to~ mar. Ocurri as porque las discusiones permitan a los obreros tener una idea ms precisa respecto a las relaciones entre su trabajo y su salud; al conocer qu es nocivo en el trabajo , resulta mucho ms evidente qu es lo que hay que cambiar y que efectivamente es posible transformar la situacin.

    Elegir la encuesta colectiva como uno de los instrumentos bsicos de generacin de informacin no resolva automticamente, empero, qu ele-mentos del problema captar con ella ni cmo analizarlos. De esta manera, se construy el contenido de las " preguntas-temas de discusin" en fun-cin de la formulacin terica previamente elaborada de las relaciones en-tre proceso laboral, cargas laborales y daos a la salud. En cuanto a la for-ma de la encuesta, se siguieron los sealamientos del Modelo Obrero sobre

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  • la necesidad de tener acceso al conocimiento obrero a travs del modo con-creto como Jos obreros se representan la realidad. La "encuesta-temas de discusin" resultan [e era, pues, semejante en forma a las utilizadas en las investigaciones realizadas con la metodologa ortodoxa del Modelo Obre-ro, pero con algunas modificaciones importantes en el contenido . Asimis-mo, en el proceso de anlisis sus resultados no fueron tomados como la nica fuente de conocimiento, sino que fueron confrontados y comple-mentados con informacin generada con otros procedimientos; cuestin que ser retomada adelante.

    El levantamiento de la encuesta se hizo siguiendo bastante de cerca el procedimiento del Modelo Obrero. De esta manera se formaron grupos de trabajadores en las diecisis reas de trabajo:i3 ms importantes. Despus de una discusin inicial sobre la finalidad, el contenido y la ma-nera de llenar la encuesta se pidi a los trabajadores interesados que parti-ciparan en una serie de reuniones de discusin y que colaboraran en la ve-rificacin de los resultados de stas en sus reas de trabajo y con sus compaeros. La discusin de las "preguntas-tema" generalmente reque-ra de tres o cuatro reuniones de unas dos horas. Durante las discusiones se validaron consensualmente los resultados, o sea, slo se registr lo que todos los participantes reconocan como verdadero. Los puntos dudosos fueron llevados a las reas de trabajo para su aclaracin , sea a travs de la observacin o en la discusin con otros trabajadores de stas.

    La parte de la encuesta referida al proceso laboral abarca la insercin del rea de trabajo en el proceso laboral global-especialmente en funcin de los ncleos que dan orden al conjunto-, el flujograma del rea, su dis-posicin espacial y sus subsegmentos. Estos elementos permiten tener una idea global respecto a las articulaciones externas e internas del rea, ya que dan un primer acercamiento a las transformaciones y el traslado del objeto de trabajo, a los instrumentos de trabajo usados para ello y al n-mero y tipo de obreros que intervienen:i4 y las caractersticas de sus ta-reas y de la relacin entre ellos. Posteriormente se profundiza en el anlisis del o de los objetos de trabajo y las materias auxiliares, los instrumentos de trabajo y la organizacin y divisin del trabajo. Respecto a Jos primeros se precisan sus cualidades fsicas y qumicas y su tamao. Los aspectos de los instrumentos de trabajo (maquinaria y equipo) que se recogen son su tipo en funcin de las operaciones realizadas (simples o complejas; regula-ridad del ciclo o no; su duracin), los mecanismos de control sobre ellas, la fuente energtica y el mecanismo de traslado del objeto. Respecto a la divisin y organizacin del trabajo se registra la reparticin de las tareas entre operacin y mantenimiento ; la reparticin de las tareas de un seg-mento entre los distintos trabajadores, el contenido de la tarea de cada quien y su relacin con las otras tareas; la reparticin de la toma de deci-siones sobre cmo realizar las tareas; el grado de destreza y conocimiento necesarios para realizar la tarea y el grado de responsabilidad en su ejecu-

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  • cin; el trabajo en grupo o individual; el tipo y carcter de la supervisin ; la organizacin del tiempo (turnos, rotacin, pausas) y su uso (ritmos); las formas salariales y la organizacin obrera propia en el rea de trabajo.

    A partir de la discusin de estos "temas" con los obreros se logra la re-construccin de la dinmica real del proceso laboral tanto en trminos de su funcionamiento normal como cuando hay trastornos en la produccin, o sea de su "segunda normalidad", ya que se puede saber lo que en reali-dad se hace y no lo que se supone que se hace. Asimismo, se aprecia que se puede tener acceso mucho ms fcilmente a la informacin relevante a travs de un procedimiento que parte del conjunto del proceso laboral y luego despliega sus elementos constitutivos, que con un procedimiento que recoge las individualidades y las suma para llegar al conjunto, como sera el caso de la reconstruccin del proceso laboral con una encuesta in-dividual a los obreros .

    La reconstruccin y anlisis del proceso laboral es el punto de partida de la segunda parte de la encuesta colectiva que se refiere a las cargas labo-rales. Su estudio no es ms que el anlisis del proceso laboral desde otro ngulo que permite resaltar la interaccin de sus elementos con el cuerpo y la mente obreros. En la encuesta colectiva las cargas fueron ordenadas de una manera semejante a los "grupos de riesgos" del Modelo Obrero, en la medida en que ste argumenta convincentemente que sintetizan la representacin obrera de la realidad fabril. $$ Sin embargo, el contenido de las "preguntas-tema de discusin" fue modificado en funcin de nues-tra t~orizacin. Asimismo se incluyeron algunos elementos que permiten una evaluacin semicuantitativa de la intensidad de las cargas, dado que la simple constatacin de su presencia o ausencia no es suficiente para apreciar sus implicaciones en los procesos de desgaste.

    El primer grupo de riesgos -caracterizado segn los elementos presen-tes fuera y dentro de la fbrica- incluye principalmente las cargas fisicas como son la temperatura, la humedad, la ventilacin, el ruido, las vibra-ciones y la iluminacin. Respecto a ellas se recoge si son un problema o no; cmo se generan (su relacin con los objetos de trabajo, la maquinaria y las condiciones de las instalaciones); su intensidad y duracin aproxima-das; los lugares ms crticos; los trabajadores ms expuestos; y la influen-cia de la organizacin y divisin del trabajo sobre su intensidad y el tiempo de exposicin.

    El segundo grupo -caracterizado conforme a los elementos tpicos de la fbrica- abarca esencialmente las cargas qumicas, o sea, los polvos, fibras, humos, gases, lquidos y vapores, pero tambin las radiaciones. La discusin respecto a ellas es muy semejante a la del primer grupo. De esta manera, se determinan los tipos de qumicos presentes; su relacin sobre todo con los objetos de trabajo y materiales auxiliares y las condiciones de las instalaciones, pero tambin con los instrumentos de trabajo; sus con-centraciones aproximadas; los lugares ms crticos y qu obreros estn ex-

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  • puestos; las maneras como la organizacin y divisin del trabajo afectan su intensidad y el tiempo de exposicin.

    El tercer grupo se refiere a las cargas fisiolgicas relacionadas con las formas de uso del cuerpo , es decir, con el esfuerzo fisico realizado y con las posiciones de trabajo. De nuevo la informacin recogida se refiere a si estas cargas estn presentes o no; cal es su relacin con el objeto y los instrumentos de trabajo y la divisin y organizacin del trabajo; qu tra-bajadores tienen ms problemas; y cal es la magnitud y durante cuanto tiempo actan estas cargas.

    El cuarto grupo de riesgos, que en la encuesta original de Modelo Obrero abarca todo aquello que causa el cansancio no-muscular J se ha modificado y ampliado sustancialmente. De esta manera, se agrupan en ste los distintos tipos de cargas psquicas, retomando para la formulacin de las "preguntas-tema de discusin " una serie de elementos del Mtodo LEST" y los estudios de Gardell-Frankenhaeuser, 57 con la diferencia de que no se recogen en primera instancia respecto al puesto sino al rea de trabajo. Las cuestiones que se ponen a discusin en esta parte de la en-cuesta colectiva son la organizacin de la jornada (horarios, pausas, tur-nos, rotacin, guardias y tiempo extra); la peligrosidad del trabajo; la fre-cuencia de situaciones de emergencia y el grado de responsabilidad en su resolucin; los ritmos de trabajo; la presin de tiempo; el grado de aten-cin; el grado de movilidad dentro de la fbrica; la posibilidad de hablar con los compaeros de trabajo; la posibilidad de tomar iniciativas y deci-siones respecto a cmo realizar el trabajo; la posibilidad de trabajar en grupo; el contenido de la sup.ervisin; el grado de monotona y repetitivi-dad de la tarea (el grado de utilizacin de conocimientos y destrezas) y la posibilidad de realizar actividades de defensa colectiva en el rea de trabajo. Como se puede apreciar, las cargas aqu abordadas tienen relacin directa con la dinmica global del proceso laboral, ya que sintetizan las conse-cuencias, tal como se presentan ante los obreros, de la divisin yorganiza-cin del trabajo en sus relaciones con los instrumentos y objetos de traba-jo. As, aunque las cargas psquicas son el resultado ms directo de la organizacin y divisin del trabajo, expresan tambin los imperativos de la maquinaria y el objeto sobre el trabajo obrero . Una vez caracterizadas estas cargas para el rea de trabajo, interesa precisar su intensidad y su distribucin diferencial entre los trabajadores en funcin de sus respecti-vas tareas.

    El ltimo grupo de riesgos, que no est incluido en el Modelo Obrero original, se refiere a las cargas mecnicas, o sea, esencialmente a los ele-mentos causantes de traumatismos, ya que las otras causas de accidentes estn vistas con el resto de las cargas, por ejemplo, en el grupo dos respec-to a las intoxicaciones. Lo que interesa rescatar en la discusin de este gru-po es cales son las deficientes medidas de seguridad -que se acerca a lo que la seguridad industrial denomina "las condiciones inseguras" - y

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  • cul la dinmica de los accidentes. Tambin en este caso se trata, pues, de verlas en funcin de los instrumentos y el objeto de trabajo, y su organi-zacin y divisin, yel grado de exposicin de los diferentes grupos obreros de acuerdo a su insercin en el proceso laboral.

    Reconstruidos el proceso laboral y sus cargas, se abordan los daos a la salud -indicadores del desgaste- que se relacionan con ellos. A fin de ordenar la discusin al respecto se pregunta por los daos en funcin de cada uno de los "grupos de riesgos" , definiendo a los daos como moles-tias o enfermedades. Se enfatiza especialmente que se trata tanto de las molestias como de las enfermedades , con objeto de captar ms globalmen-te el desgaste y no encajarlo en una visin mdica. Cada uno de los daos se discute en funcin de su frecuencia aproximada entre los trabajadores del rea de trabajo y con una estimacin de su gravedad (causa incapaci-dad, ha requirido hospitalizacin, ha obligado a dejar el trabajo, se ha muerto alguien de esto). La razn de discutir los daos en funcin de cada grupo de cargas es que permite, por una parte, profundizar en la relacin especfica entre las cargas y, por el otro, rescatar con ms claridad la rela-cin de los daos con distintos tipos de cargas. Es decir, se aclara a los tra-bajadores durante el levantamiento de la encuesta que no hay nada que impida que el mismo tipo de molestias o enfermedades estn relacionadas con distintos "grupos de riesgo )} . De nuevo, esto tiene por finalidad resca-tar las observaciones de los trabajadores sin sesgarlas con el esquema m-dico.

    Por ltimo se discute en funcin de cada uno de los grupos de riesgos y daos a la salud las medidas de proteccin existentes y las medidas que proponen los trabajadores. Esto tiene un doble propsito, ya que permite, por una parte, generar una especie de "pliegos petitarias departamentales de salud J' como base para la accin sindical y, por la otra, tener un primer acercamiento a cul es la poltica de la empresa respecto a la cuestin de higiene y seguridad .

    En la medida en que el contenido de la encuesta colectiva se estructura en funcin de la formulacin terica sobre las relaciones entre el proceso de produccin , las cargas laborales y el proceso de desgaste, est garanti-zada la informacin necesaria para poder reconstruir cmo estas relacio-nes se dan en la situacin concreta, lo que a su vez permite una confron-tacin crtica con la teorizacin original. De esta manera, no se ponen a "prueba" slo las hiptesis especficas sino tambin el marco explicativo mismo en la investigacin. Por otra parte, al trabajar con "preguntas-tema de discusin" y no con preguntas cerradas hay un espacio amplio para que se exprese el conocimiento respecto a los problemas generado por la mirada obrera, evitando que se encaje en una visin predeterminada por el conocimiento cientfico dominante. El conocimiento obrero, orde-nado en la discusin colectiva, es entonces la otra vert ente de confronta-cin del marco explicativo derivado de las formulaciones tericas.

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  • A pesar de que ~a encuesta colectiva permite un acercamiento rico a la problemtica del desgaste obrero se decidi complementarla y confrontar sus resultados con informacin generada mediante otros instrumentos. Dado que nrnguna fuente proporciona simultneamente informacin so-bre el proceso laboral, las cargas laborales y el proceso de desgaste , result necesario usar varias de ellas para abordar cada una de estas vertientes. Respecto al proceso laboral lo ms deseable hubiera sido poder estudiarlo a travs de la observacin directa, utilizando un procedimiento semejante al de Gardell!:> para la evaluacin objetiva del proceso laboral, recogien-do por otra va los elementos discutidos en la encuesta. Es decir , la finali-dad de la observacin no sera estudiar otros elementos del proceso laboral sino validar lo vertido en la encuesta. Cabe recordar en este contexto el alto grado de coincidencia encontrado en los estudios de Gardell entre la evaluacin objetiva del proceso laboral realizada por un experto y la subje-tiva basada en encuestas con los obreros, $9 lo que seala que es innecesa-rio usar ambas. Ante la imposibilidad de entrar al centro de trabajo -si-tuacin que se presenta frecuentemente al investigador- se opt por confron tar la informacin de la encuesta con la literatura especializada so-bre la siderrgica60 y con los informes de la Secretara del Trabajo y Pre-visin Social (STPS).61 Ambas fuentes dan una visin mucho ms pobre del proceso laboral, pero permitieron confirmar una serie de cuestiones re-ponadas en la encuesta y no invalidaron ninguna.

    A fin de enriquecer la informacin sobre las cargas laborales hubo que recurrir de nuevo a las fuentes de informacin existentes. De esta manera se revis la literatura especializada sobre los "riesgos" en la industria si-derrgica ,62 lo que permiti verificar y precisar sobre todo cules son las cargas fsicas y qumicas caractersticas de ella. Asimismo, la revis in de los informes de las inspecciones de la STPS confirmaron las graves defi-ciencias de las instalaciones y el equipo de proteccin general. Por otra pane, los informes revelan no slo la mirada limitada de esta institucin sobre las condiciones de trabajo en su relacin con la salud, que ya se dis-cuti en el captulo anterior, 63 sino tambin su actuacin concreta en el conflicto obrero-patronal alrededor de la cuestin de la salud de los traba-jadores.

    A pesar de que no se pudieron realizar en la investigacin en SICAR T-SA, hubiera sido deseable hacer mediciones de algunas de las cargas, so-'bre todo para cuantificarlas y en especial las fsicas y qumicas. Asimismo, en condiciones ptimas podra acercarse a la medicin de las cargas fisiol-gicas64 y psquicas;65 cuestin que, sin embargo, implica dificultades tc-nicas bastante complejas. La finalidad de la cuantificacin sera, por una parte, disponer del tipo de datos exigidos en una eventual negociacin con la empresa y, por la otra, validar el conocimiento obrero. Sin embargo, cabe hacer varias consideraciones al respecto. Las mediciones no sustitu-yen al anlisis global de las relaciones entre el proceso de produccin y el

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  • proceso de desgaste, sino que se hacen para enriquecerlo. De esta m.ane:ra no son interpretables en funcin de s mismas o alguna norma abstracta. sino justamente a la luz de la dinmica global del proceso laboral . Igual-mente resulta necesario realizar las mediciones en funcin de la compren-sin de la dinmica del proceso laboral, ya que de otro modo pueden dar una representacin falsa de qu ocurre en l por estar hechas en lugares y momentos irrelevantes. - En el proceso de confrontacin y enriquecimiento de la informacin re-

    sulta especialmente importante la exploracin de las distintas vertientes del desgaste y su cuantificacin. En la investigacin de SICAR TSA se hi-cieron tres acercamientos complementarios al de la encuesta colectiva, usando distintas fuentes de informacin. De esta manera, se usaron los da-tos de los exmenes mdicos peridicos realizados por la empresa66 para construir el perfil de morbilidad general de los obreros y en funcin del tipo de trabajo, antigedad y edad;67 ios datos de accidentes corrigiendo los denominadores con base en el escalafn ;68 y los datos de rotacin-ex-pulsin segn tipo de actividad y reas de trabajo en base al escalafn y la nmina. 69 Esto permiti, por una parte, verificar la validez de la infor-macin de la encuesta colectiva y, por la otra, hacer un anlisis ms preci-so de la relacin entre el proceso laboral y el desgaste, especialmente a par-tir de la insercin especfica en ste y del incremento en la morbilidad en funcin del tiempo trabajado . Asimismo, el anlisis de la rotacin-expul-sin de los obreros abri la posibilidad de formular algunas hiptesis res-pecto a qu tipos de desgaste son obstculos absolutos para seguir en el trabajo siderrgico y, por tanto, acortan definitivamente la vida laboral de los obreros aun sin llevarlos a la muerte.

    Existen varias otras alternativas para enriquecer el anlisis del desgaste que sin embargo no fueron usadas debido a las limitaciones ya sealadas. As, el acceso a los expedientes clnicos del IMSS, con todo y las limitacio-nes que tienen, hubiera permitido hacer un anlisis semejante al hecho con los exmenes mdicos peridicos, pero con las ventajas de disponer de un volumen mayor de informacin y poder trabajar con una muestra re-presentativa. 70 Igualmente, hubiera sido importante realizar cierto tipo de exmenes clnicos. Finalmente hubiera sido de suma importancia hacer un seguimiento en el tiempo del perfil de morbilidad de los obreros (estu-dio prospectivo)11 tanto para resolver los problemas de las temporalidades distintas del estudio de las caractersticas del proceso laboral y las cargas yel proceso de desgaste, como para precisar su impacto sobre la duracin de la vida laboral de los trabajadores. Es adems la nica manera de con-trolar el llamado "efecto del obrero sano" .12 Sin embargo, el anlisis de la morbilidad en funcin de antigedad y tipo y rea de trabajo compensa parcialmente esta informacin .

    La segunda gran vertiente de acercamiento al problema, que represen-ta otro eje analtico del proceso laboral (las cargas laborales y el desgaste)

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  • es la exploracin de las caractersticas del proceso de valorizacin y la rela-cin de fuerza entre capital y trabajo. Esto es, siguiendo la teorizacin res-pecto a las relaciones entre el proceso de produccin y el nexo biopsquico de una colec\;dad obrera, falta insertar el anlisis del proceso laboral, las cargas y el desgaste en la d inmica que les imponen las dimensiones eco-nmica y poltica. Cienamente una manera de conocerlas es justamente por medio de la "lectura" del proceso laboral concreto y sus cargas, dado que las expresan y materializan. Sin embargo, conviene hacer un anlisis especfico de ellas para mostrar cmo el proceso laboral se va conformando a travs de la estrategia de generacin de plusvalor de cara a la resistencia obrera.

    Ensayamos varias maneras de abordar estas dimensiones en el proceso concreto de investigacin. AS, se explor el "proceso de valorizacin" como "estrategia de generacin de plusvalor", ya que permita captar mejor su contenido especfico y su ubicacin ineludible en el campo de lu-cha de clases y en la compet'.:;ncia intercapitalista. Por otra pane, a fin de conocer el "trabajo" en cuanto protagonista obrero colectivo, era necesa-rio precisar las caractersticas de su proceso de constitucin especfica pero en el contexto general de la clase obrera mexicana. Finalmente, dado que la confrontacin de clase no ocurre en un campo abstracto de fuerzas, re-sultaba indispensable abarcar en el anlisis la actuacin de las instancias estatales involucradas en el tema, incluyendo al sindicalismo oficial.

    Para el anlisis de la estrategia de generacin de plusvalor se exploraron tres vertientes, a saber, el desarrollo de la productividad, el desarrollo de los salarios y la gestin de la fuerza de trabajo en la fbrica. Para acercarse a stas se us informacin cuantitativa y cualitativa de fuentes secunda-rias. En base a la informacin cuantitativa se calcularon la tasa aproxima-da de explotacin,73 los incrementos en la intensidad del trabaj0 74 y la de-presin salarial75 y su peso en los costos de produccin. 76 En cuanto a la gestin de la fuerza de trabajo en la fbrica se hizo un primer acercamien-to a partir del contrato colectivo, centrando la atencin en los contenidos referidos al control patronal sobre el uso de la fuerza de trabajo. Sin em-bargo, en la medida en que ste es uno de los terrenos ms agudos de con-frontacin entre capital y trabajo, fue retomado en el anlisis de los con-flictos laborales y fue adems analizado a la luz de informacin de la encuesta colectiva respecto a la organizacin y divisin del trabajo. A fin de ubicar la cuestin de la competencia intercapitalista, que en el caso es-pecfico de la industria siderrgica est matizada por su papel estratgico en el desarrollo industrial, se revisaron en base a documentos algunos as-pectos de la "crisis mundial del acero" y de la reconversin de la siderur-gia mexicana. 17

    Los elementos recogidos, esencialmente a travs de estudios anterio-res/s para conocer el proceso de constitucin del obrero colectivo en SI-CAR TSA fueron su origen social, experiencia laboral previa, caractersti-

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  • cas educativas y edad, pero ante todo su historia de organizacin y de lucha. Para esto se analiz el contrato colectivo -expresin formalizada de los logros y reveses de las luchas reivindicativas-, distinguiendo entre lo referido al precio de la fuerza de trabajo y lo referido a su US0 ;19 cuestin que adems contribuye a iluminar la correlacin de fu erzas entre capital y trabajo respecto al control sobre el proceso laboral. Asimismo, se analizaron los conflictos directos en la empresa, dado que expresan las preocupaciones presentes y hacen madurar las nuevas preocupaciones obre-ras; procesan, pues, de modo condensado la experiencia colectiva respecto a cmo y para qu luchar. Pero los conflictos ponen adems al descubierto las estrategias patronales y las estatales. Son , as , momentos especialmente reveladores cuando se pretende conocer las caractersticas especficas de la confrontacin entre capital y trabajo .

    Finalmente se intent analizar cmo estas vertientes se entretejen en la cuestin concreta de la salud obrera; cmo cada uno de los protagonistas despliega sus estrategias al respecto. Para esto se us, de nuevo, esencial-mente informacin documentalso y en el ltimo conflicto la "observacin participante" (no como estrategia de investigacin sino por las exigencias generadas por la propia investigacin). De esta manera, se revisaron los contenidos del contrato colectivo respecto a la salud obrera; la poltica de la empresa en cuestin de higiene y seguridad industrial tal como se expre-sa en 16 que hace y , muy importantemente, en lo que deja de hacer; el ma-nejo por parte de las instituciones estatales (el IMSS y la STPS) de sus fa-cultades en la materia; y la concepcin y accin sindical respecto a la defensa de la salud. Asimismo, se analiz especialmente cul ha sido la di-nmica alrededor de la salud en los momentos de movilizacin o conflicto formalizado en las huelgas.

    Siguiendo este tipo de proceso investigador se dispone al momento de la interpretacin, por un lado, de informacin especfica y bastante deta-llada respecto a la conformacin del proceso laboral , las cargas laborales y el proceso de desgaste y, por el otro, de los elementos ms importantes del proceso de valorizacin y de las caractersticas especficas de la relacin entre capital y trabajo. La confrontacin y la retroalimentacin entre estas dimensiones permite reconstruir-conocer la relacin dinmica entre el proceso de produccin y el proceso de desgaste en el marco de la confron-tacin de clase. H abra que subrayar que no se trata de "llenar" el marco terico con los hechos "empricos" que caben , sino justamente de' con-fron tarlos entre s y analizar la capacidad explicativa de las relaciones esta-blecidas en la formul acin terica. Esto significa, por una parte , anal izar si la informacih considerada relevante a partir de esta formulacin efecti-vamente permite una reconstruccin significativa (separa lo circunstancial de lo esencial) de las relaciones que se quieren conocer y, por la otra, si las relaciones de determinacin que ella propone se cumplen . Por ej emplo, si decimos que la conformacin del proceso laboral est determinada por

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  • la estrategia de generacin de plusvalor debe ser posible "leer" a sta en la base tkr:Jca c:s-pa:fica y en la organizacin y divisin del trabajo.

    y finalmente. si se sostiene, como es mi caso, que la propuesta terico-metodolgico- cnica de la corriente de medicina social permite conocer la realidad a mayor profundidad y dar cuenta de los elementos esenciales que detaminan el proceso de desgaste de una colectividad obrera, el cono-cimiento generado en su proceso investigador tiene que superar el logrado con la propuesta de la higiene y seguridad industrial; cuestin que adems plantea como problema ineludible qu direccionalidad imprime a la ac-cin transformadora de la realidad y a quin ubica como sujeto de sta.

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