Lectura 2 Introducción al cambio sistémico

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www.ship2b.org Lectura 2 Introducción al cambio sistémico Material desarrollado por Con la colaboración de Andrés Dussan Documento con licencia Creative Commons de Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual: No se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original.

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Lectura 2 Introducción al cambio

sistémico

Material desarrollado por

Con la colaboración de Andrés Dussan

 

Documento con licencia Creative Commons de Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual: No se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original.

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Lectura 2 Introducción al cambio sistémico

Cuando hablamos de innovación social, hablamos de solucionar mejor un problema o reto social. Para ello es clave entender muy bien cuál es ese reto, en qué consiste realmente y cuál es la mejor forma de abordarlo. El pensamiento sistémico (systems thinking en Inglés) es una disciplina que trata de entender lo que hay detrás de un problema aparente, las causas reales y las relaciones e influencias complejas que están perpetuando un problema, y que pueden ser la clave para resolverlo. En este documento veremos un caso de innovación social a partir de un análisis sistémico, y a continuación aportaremos algunas claves y herramientas para aplicar esta lógica a cualquier reto social.

1. El caso del doctor Gilles Julien – o cómo nació la pediatría social

1.1 La sospecha: ¿por qué hay tantos niños con infecciones de oído?

Cuando el doctor Gilles Julien se encontraba a punto de firmar la receta médica se detuvo un segundo, miró a su joven paciente y a su madre, y tomó una decisión que le cambió la vida. No la firmó. Tomó el papel entre sus manos, la guardó discretamente y le preguntó a la mujer: "¿Me permitiría acompañarla a su casa? Hay algo que me gustaría verificar antes de recetar medicamentos a su hijo."

Gilles había firmado muchas recetas como esta, todas indicando antibióticos para controlar la infección en el oído interno que parecía afectar a tantos niños en esa localidad al norte del Canadá. Pero sus pacientes continuaban regresando con los mismos síntomas. En la universidad, como estudiante de pediatría, le habían enseñado a diferenciar los signos de los síntomas, y estos de las enfermedades. Se sentía confiado diagnosticando, recetando y comunicando el diagnóstico. Pero ahora no se sentía satisfecho y le preocupaba que a lo mejor no estaba actuando sobre las causes mas profundas de las enfermedades de sus pacientes. ¿Por qué había tantos niños y niñas con infecciones en los oídos? Había llegado el momento de hacer algo que no le habían enseñado en la universidad. Salir de su consultorio y adentrarse en el mundo de sus pacientes. La mujer aceptó su sugerencia y se dirigieron a su casa.

1.2. Un descubrimiento... y un nuevo reto que abordar

Una vez dentro Gilles observó una casa pequeña, una habitación que integraba la

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cocina, el comedor y la sala de estancia con la televisión y la radio encendidas, un lavabo y una o dos habitaciones.

El padre del niño se encontraba en casa, miraba la televisión mientras fumaba un cigarrillo. Aunque era una casa sencilla, se encontraba en buen estado y se notaba que la familia no estaba pasando penurias.

Gilles realizó visitas a sus otros pacientes y fue anotando sus observaciones en una pequeña libreta. Las casas, la escuela, el parque. Visitó todos los lugares que

los niños visitaban. Formuló hipótesis y poco a poco las fue eliminando. Hasta que un día, sentado en la sala de uno de sus pacientes tuvo una revelación. Se levantó apresuradamente, se despidió y salió corriendo hacia su consultorio. Navegó por internet, consultó con varios colegas y se recostó en su silla con una expresión de sorpresa en su cara.

¿Podría ser el humo del cigarrillo? Sus pequeños pacientes no solo sufrían de infecciones en el oído. Sufrían de una enfermedad mas compleja. Lo del oído podría ser otro síntoma. Pero todavía tenía mucho por comprobar. En seguida hizo otra cosa que no había aprendido en la universidad, se fue a hablar con los profesores de los colegios, con los policías y los trabajadores sociales. Con todas aquellas personas que tenían contacto regular con las vidas de los niños. Con ellas pudo constatar que la comunidad estaba viviendo una época con alto desempleo y que muchos padres se encontraban en casa. Fumar dentro de la casa era habitual y en invierno las ventanas se mantenían cerradas para reducir las cuentas de la electricidad. ¡Altas concentraciones de humo en espacios pequeños estaban afectando el oído de los mas pequeños!

Gilles se encontraba eufórico, si detenía el humo sus pacientes no regresarían una y otra vez con el mismo problema. Pero su euforia no duró mucho. ¿Cómo iba a lograrlo? ¿Cómo convencer a alguien de que deje de fumar? ¿Como convencer a miles de personas a dejar de hacerlo? Esto tampoco se lo habían enseñado en la universidad. Era hora de tomar responsabilidad y actuar como un líder. Si, él, ese muchacho tímido a quien le sudaban las manos cada vez que hablaba frente a mas de dos personas. Quien había rehuido cualquier oportunidad de participar en algo fuera de sus estudios. Era su turno y si no lo intentaba no se lo perdonaría.

1.3. Una solución simple y creativa

En los meses siguientes Gilles habló con los padres de sus pacientes, pero la mayoría no lo tomaron en serio. ¿Cómo conseguir que lo tomaran en serio? ¿Cómo

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llegar a los miles de hogares que lo necesitaban? Tuvo que regresar a la casa de sus pacientes para observar y hablar con los padres y madres. Tenía que encontrar algo y alguien en lo que ellos confiaran y convertirlo en su aliado. Le tomó un buen tiempo descubrirlo, quizá porque se encontraba frente a sus narices, o mejor dicho a sus oídos. Demasiado obvio para tomarlo en serio. Cada vez que se reunía con los padres les pedía tímidamente si podrían apagar la televisión mientras hablaban. Le molestaba conversar de algo importante mientras la mirada de su interlocutor se perdía en las imágenes. Algunas veces lo consiguió, pero lo que nunca pudo conseguir fue que apagaran la radio. ¡La radio! Aquellos quienes tenían en sus manos el poder de solucionar el problema, estaban constantemente escuchando la radio, esperando por cualquier aviso de una oportunidad de trabajo.

Encontrar y convencer a la emisora líder no fue difícil. La emisora estaba ansiosa por encontrar contenidos que la acercaran a su audiencia. Idearon un programa semanal donde un experto, el mismo Gilles, hablaría sobre los temas de salud mas relevantes. Y lo demás es historia. Poco a poco comenzaron a reducirse los pacientes con problemas en el oído. Aunque nunca completamente. Gilles se encontraba satisfecho y preocupado al mismo

tiempo. Había encontrado una respuesta menos costosa y mas efectiva para el tratamiento de las infecciones del oído entre los menores de edad. Una respuesta que minimizaba el uso de antibióticos, algo que se estaba convirtiendo en un terrible problema, ya que de tanto usarse los pacientes estaban creando resistencia a ellos. Esto estaba muy bien, pero hacía falta algo más. Había abierto una puerta muy grande frente a si. Este era tan solo uno de los muchos problemas que podrían estar mal diagnosticados.

Fue entonces cuando Gilles decidió crear una nueva rama de la medicina, la pediatría social. Tenía mucho trabajo por delante.  1

2. Introducción al cambio sistémico

El caso del Dr. Gilles Julien y de cómo abordó el problema para acabar innovando en la pediatría y generando la disciplina de la pediatría social es un buen ejemplo de análisis sistémico de un problema. Hablar de cambio sistémico es hablar de cambio duradero, de un cambio que resuelve problemas, no síntomas. De cambio que ha identificado y actúa sobre las causas en la raíz del problema. Pero también es hablar de soluciones creativas, innovadoras, que vuelcan las fuerzas que sustentan los problemas, para su solución. Soluciones que optimizan los recursos disponibles y minimizan los costes. Soluciones que movilizan a las

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comunidades afectadas en la solución, y que a menudo requieren la participación de múltiples actores.

El cambio sistémico parece muy complejo y lo es. Pero también es sencillo. Toma tiempo, dedicación y pasión, porque requiere un análisis profundo que a veces puede tardar tiempo. Pero esta inversión merece la pena, ya que detectando las causas y patrones inherentes a un reto social, podremos idear soluciones que no sean simplemente reactivas o adaptativas, sino que nos permitan prevenir, e incluso erradicar el problema en sí. Cualquier otra solución es frustrante para el innovador social, porque no evita la reaparición del problema, por lo tanto para él o ella es ineludible.

Para ayudarte a enfrentar la complejidad del cambio sistémico te proponemos 6 factores a tener en cuenta: la pirámide, la alcachofa, el mapa, múltiples soluciones, la red y la narrativa.

2.1 La pirámide

En todo camino que comencemos nos encontraremos con una o más pirámides. Muchas de las soluciones de ayer y de hoy fallan porque organizan a las necesidades y las organizaciones humanas de manera piramidal. Toda pirámide permite solo un elemento en su punta. Una visión, una solución y generalmente una persona a cargo. Por ejemplo, la pirámide de las necesidades humanas de Maslow nos dice que el primer paso en cualquier solución es satisfacer las necesidades fisiológicas de las personas (el frío, el hambre, la sed…), luego las de seguridad (la paz, el refugio…), seguidas por las de afiliación (la pertenencia a un grupo, los amigos…), reconocimiento y por último la autorrealización. Pero si queremos lograr un cambio sistémico debemos olvidar esta pirámide y buscar soluciones que involucren todas las necesidades básicas de manera simultanea. Hay muchos ejemplos de proyectos sociales que han fracasado precisamente por no tener en cuenta que las personas que viven en pobreza o que no tienen necesidades fisiológicas bien cubiertas (como e acceso al agua potable) también tienen necesidades más sofisticadas, como la dignidad, el reconocimiento de sus iguales o un espacio de libertad personal.

El cambio sistémico no admite esta sobre-simplificación de la realidad, sino que entiende que ésta es diversa, distribuida y que por tanto siempre hay más de una solución para un mismo problema.

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2.2 La alcachofa

Hablemos ahora de la alcachofa. Me encantan las alcachofas porque para llegar a su corazón vamos quitando y comiendo hoja por hoja. Y también porque cuando llegamos al corazón y lo observamos con una lupa, vemos que se trata de miles de pequeñas hojas. Los problemas humanos son como las alcachofas. Las hojas de afuera son gruesas, grandes y fuertes: los signos de un problema. Después vienen hojas más pequeñas y suaves: los síntomas. Y después

viene el corazón: el problema. Dentro del corazón encontramos muchas hojas pequeñísimas: las causas profundas del problema. Y eso es lo que necesitamos entender para poder realizar un cambio sistémico. Por tanto cuando analizamos un problema desde un punto de vista sistémico debemos preguntarnos si aquello que hemos identificado como problema es realmente el problema o si es simplemente una señal o un síntoma. Una manera de saber si hemos llegado al corazón de la alcachofa es preguntarnos: ¿qué puede estar causando esto que he identificado como problema? Muchas veces en la raíz de un problema hay factores culturales, morales, legales… cuya influencia no es necesariamente evidente.

2.3 El mapa sistémico

El mapa sistémico es el ejercicio de ir comiendo lentamente la alcachofa e ir identificando y anotando los diversos elementos que afectan el problema y la manera en que lo hacen. En el caso del doctor Julien podemos hacer el siguiente análisis. El llanto del niño es un signo de un problema. Cuando le tomamos la temperatura y observamos mas de 38 grados, hemos encontrado un síntoma. Pero este síntoma se presenta en muchas enfermedades, desde una gripe hasta una peritonitis. Por lo tanto debemos seguir comiendo la alcachofa y encontrar otros síntomas. Si

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observamos un enrojecimiento de la oreja y obtenemos un grito del niño al tocarla, encontramos otro síntoma. Cuando sumamos todos nuestros síntomas llegamos a un problema aparente: infección en el oído interno. Aparente porque aún es superficial. Hemos llegado al corazón, pero aún debemos encontrar las causas profundas. Aún podemos preguntarnos: ¿qué está causando que tantos niños tengan infecciones de oído de forma recurrente? ¿Hay algún patrón común detrás de este problema? Como ya hemos visto en el caso, el humo en la casa es el verdadero problema.

2.4. Más de una solución

Pero cuidado, encontrar la causas a la raíz de un problema no es suficiente. Tenemos que atrevernos a sugerir mas de una solución. Más de una historia de cambio. ¿Por qué? Es muy fácil enamorarse con nuestra primera idea, pero desafortunadamente casi siempre ésta suele ser poco creativa. Al forzarnos a hacer un ejercicio de fluidez y salir por lo menos con diez soluciones diferentes, vamos a poder encontrar la solución más creativa, la de más fácil implementación, la más efectiva.... De esta manera aumentamos las probabilidades de lograr el cambio. El doctor Julien podría haber ideado mil otras formas de solucionar el problema: campañas de publicidad, cursos a los padres, incentivos de todo tipo… pero finalmente encontró una manera de solucionar el problema que utilizaba los recursos existentes: la radio para movilizar a los padres en la solución del problema. Una solución sencilla, elegante y eficaz.

2.5 La red

¿Qué es la red? La red se construye con todos los mapas que hemos elaborado a lo largo de nuestra vida. La red es la respuesta del innovador social a la pirámide. Es una nueva manera de ver el mundo, como un sin-número de elementos que se relacionan unos con otros. Es una metáfora más cercana a cómo los seres humanos y la naturaleza nos relacionamos. Cada innovador social construye y participa en redes formadas por actores individuales y colectivos (personas y organizaciones que tienen algún tipo de interés, relación o capacidad de influencia en el tema que nos ocupa). Aporta y aprende de ellas. Las redes explican los grandes cambios de la humanidad. Las redes recuerdan los signos, síntomas y problemas, así como las causas y sus relaciones causa-efecto. Las redes identifican los principales actores, los que actúan sobre el problema. Y las redes nos permiten identificar los recursos que necesitamos para poner en práctica nuestras soluciones. En el caso del doctor Julien, su red contaba con sus pacientes y familias, sus colegas en la clínica, miembros de todos los servicios de la seguridad social en su región, y por ultimo las emisoras de radio local. Así pues hacer un mapa de tu red puede ser una buena manera de complementar tu mapa sistémico y de explorar nuevas vías de solución.

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2.6 La narrativa

Finalmente, para comunicar nuestras ideas de cambio sistémico es importante no caer en la tentación de compartir de manera exhaustiva todo nuestro proceso de análisis ya que esto solo le interesa a unos pocos. La sencillez es nuestra mejor aliada.

‘Había una vez un padre que amaba a sus hijos y no se daba cuenta de que al fumar dentro de casa les estaba enfermando. Un día el padre escuchó en la radio a su locutor favorito explicando que otros padres estaban haciendo lo mismo y que los hospitales estaban llenos de niños enfermos. El padre mira sus dedos amarillos de tanto fumar, siente vergüenza y toma la decisión de nunca volver a hacerlo’. Fin.

Toda innovación social se puede contener en una historia infantil. Pero llegar a esta historia toma tiempo, sudor y lágrimas.

3. Conclusiones

Como vemos el pensamiento sistémico es una herramienta compleja pero enormemente útil a la hora de plantearnos como abordar un reto social de manera efectiva e innovadora. El viaje hacia el corazón de la alcachofa puede llevar tiempo, y necesariamente requiere investigación, exploración, observación, y hablar con múltiples expertos y actores relacionados con el problema (la red) que nos permitan poco a poco ir construyendo ese mapa sistémico. Eso no significa que todos los proyectos sociales tengan que ser sistémicos. Por ejemplo, ante el problema de las infecciones de oído, se debe trabajar en paralelo la solución

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sistémica que evite la reproducción del problema, pero a la vez hay que tratar con antibióticos a los niños que ya sufren de una infección. Ante la crisis de los refugiados de Siria, una aproximación sistémica trataría de atajar los motivos por los cuales estas personas huyen de su país. Pero eso no significa que no haya que trabajar también en atender a aquellos que requieren de atención humanitaria. Lo importante es tener claro si estamos trabajando al nivel de los síntomas, del problema aparente o de las causas profundas. Las mejores innovaciones sociales trabajan a este último nivel, y de ahí la utilidad de esta herramienta.