Leer en un mundo de pantallas

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Por Natalia Blanc│La Nación. Viernes 17 de mayo de 2013│http://www.lanacion.com.ar/1582340-leer-en-un-mundo-de-pantallas

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Leer en un mundo de pantallas

Si en la mayoría de los hogares argentinos sef recuentan más las pantallas que los libros,como revelan estudios recientes, no deberíasorprender que los chicos que viven rodeadosde televisores, celulares y computadoraspref ieran los medios tecnológicos a losgráf icos. Tampoco, que lean y escriban ensoportes digitales antes que en papel. Estatendencia ha modif icado el ejercicio de leer y ha dado lugar a nuevas f ormas denarrativa y de adquisición del conocimiento, entre otras importantes transformaciones.

Así opina Roxana Morduchowicz, autora del libro Los adolescentes del siglo XXI(Fondo de Cultura Económica), basado en las conclusiones de una encuesta nacionalsobre consumos culturales del Ministerio de Educación de la Nación. Con esta posturacoinciden destacados especialistas extranjeros, como Néstor García Canclini y MartínJesús Barbero, que estudian el impacto de las tecnologías en la sociedad.

"Los sondeos de consumos culturales se repiten cada cinco años porque se estimaque en ese lapso pueden surgir importantes modif icaciones de actitudes y conductas-explicó Morduchowicz, responsable del diseño y la dirección de las investigacionesde 2006 y 2011-. Al tratarse de estudios cuantitativos (el último abarcó a 1200adolescentes entre 11 y 17 años de todo el país), t ienen la enorme virtud de f uncionarcomo una radiograf ía: indican qué leen, qué escriben, qué ven, qué escuchan, pordónde navegan. Apuntamos al consumo cultural en el tiempo libre para conocer quéeligen los chicos cuando pueden elegir."

El panorama de 2011 ref lejó la rapidez con la que se concretan los cambiostecnológicos y la velocidad con la que se instalan entre los más jóvenes. Dice lainvestigadora: "Hace cinco años ningún chico hablaba de redes sociales. Hoy el 95 porciento tiene un perf il en Facebook. Hace cinco años, los jóvenes escuchaban músicacon CD y hoy la mayoría utiliza el teléfono o la computadora. En 2006 muchos todavíaveían películas en DVD y hoy, muy pocos. Hace cinco años, el uno por ciento tenía uni-Pod y en la actualidad es el soporte más común. Incluso el celular, que antes teníamenos del 50 por ciento de los encuestados, ahora no le f alta a ningún joven".

Estos resultados conf irman una presunción de padres y docentes: "El mundo de losadolescentes es visual; un universo de pantallas", af irma Morduchowicz, doctora enComunicación por la Universidad de París y especialista en Educación. "Trespantallas -la del televisor, el celular y la computadora- enmarcan la vida diaria de losadolescentes. Los chicos pasan con ellas la mayor parte de su tiempo libre."

Lectores diferentes

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Una cuestión que llamó la atención de los encuestadores f ue por qué los chicos seconsideran a sí mismos lectores si sólo la mitad dice que en su casa hay muchoslibros (más de seis títulos) que no son para la escuela. Y sólo tres de cada dieztienen alguno de esos libros en su habitación.

"¿Cómo es el vínculo de los adolescentes del siglo XXI con la lectura? -plantea laautora-. La mayoría de los jóvenes (siete de cada diez) dice que le gusta leer, auncuando no ubica los libros entre sus preferencias. En el último año, el 85 por ciento delos chicos leyó libros para la escuela. Pero sólo la mitad eligió alguno que no f uera deestudio. Y de ellos, la mayoría terminó sólo uno o dos títulos en todo el año. Loslibros son los únicos bienes culturales que los chicos consideran 'viejos', posiblementepor su lectura lineal y en blanco y negro. Para los adolescentes, los libros estánasociados con la escuela. La lectura de libros es una práctica en esencia solitaria yexcluyente: se lee en soledad y sin realizar ninguna otra actividad en simultáneo(navegar por Internet o hablar por el celular)."

Aseguran que les gusta leer pero no están apegados a los libros. Mucho menos si noson de lectura obligatoria para el colegio. "Cuando dicen que leen, no piensan sólo enlos medios gráf icos", asevera Morduchowicz. Entonces, ¿qué leen? ¿Textos enpantallas? "Efectivamente, lo que más leen es inf ormación en Internet. Seis de cadadiez chicos consideran sus búsquedas en la Web como lectura. El 30 por cientomenciona los blogs y perf iles en las redes sociales, y el 20 por ciento cita los diariosdigitales", completa la especialista.

Es por eso que tanto ella en su trabajo como García Canclini en el libro Lectores,espectadores e internautas (Gedisa) y la española Gemma Lluch, doctora en Filologíade la Universidad de Valencia, que estudia las narrativas paraliterarias y audiovisualespara adolescentes y las prácticas de lectura 2.0, hablan de nuevos lectores.

En "Leer ya no es lo que era" (texto que acompaña la Encuesta nacional de lectura.Informes y evaluaciones realizada en México en 2006), García Canclini plantea:

Quienes nos interesamos en promover la lectura nos interrogamos con f recuencia porqué se lee tan poco, a qué se debe que las nuevas generaciones lean menos, cómohacer que se lea más y no sólo best-sellers. Este artículo parte de una sospecha:quizá hay otras preguntas clave que no estamos enunciando y tal vez seanindispensables para entender lo que está sucediendo con la lectura.

Unos ejemplos: ¿realmente los jóvenes leen menos, o están leyendo en otros lugares,de otra manera y con f ines distintos? Y si no leen tanto como en otras épocas ¿porqué debieran leer más y qué valdría la pena que leyeran? ¿Se puede conseguir queaumente la lectura f ormando e incitando a los individuos, o la f recuencia y el t ipo de loque se lee depende de condicionamientos socioeconómicos y culturales? [.]

El punto de partida es averiguar cómo conviven ahora la cultura letrada, la cultura oraly la audiovisual. Efectivamente, los saberes y los imaginarios contemporáneos no seorganizan, desde hace al menos medio siglo, en torno de un eje letrado, ni el libro esel único f oco ordenador del conocimiento.

Crítica de la postura de quienes señalan Internet como responsable del escasointerés de los más jóvenes por los libros, Morduchowicz af irma: "Uno de los mayorestemores de la generación adulta, ya sean los padres o los docentes, es que, con el

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auge y la presencia de las pantallas en la vida de los adolescentes, ellos ya no leen.Los estudios de consumo de aquí y del mundo demuestran lo contrario: no es que leenmenos sino que lo hacen de manera dif erente, en otros soportes y con otros f ines.Internet ha revalorizado la lectura y la escritura: los chicos buscan información, ya seapara la tarea de la escuela, sobre su grupo musical o equipo de f útbol preferido.Participan en las redes sociales, en sitios interactivos. El blog de la autora deCrepúsculo, Stephenie Meyer, por ejemplo, está lleno de opiniones de adolescentesque comentan lo que ella escribe, le hacen preguntas, sugerencias. Hasta debatensobre la historia y los personajes".

Otro f enómeno similar en Internet son los sitios web que administra el español JavierRuescas, tomados literalmente por jóvenes y f anáticos lectores. El periodistamadrileño, de 25 años, autor de la trilogía Cuentos de Bereth (Editorial Versátil),Tempus Fugit. Ladrones de Almas (Alf aguara) y Play (Montena), lleva adelantewww.crepusculo-es.com (página en español sobre los libros de Meyer), que tiene másde 100.000 usuarios registrados. Ruescas es, además, redactor y f undador de larevista digital de literatura juvenil www.eltemplodelasmilpuertas.com , que of receartículos, entrevistas, reseñas y f oros de discusión sobre el género y recomiendatítulos (novedades y clásicos) en f ormato papel.

Un sitio ideal para que visiten padres e hijos es el de la revista digital Imaginaria (www.imaginaria.com.ar ), especializada en literatura inf antil y juvenil. Fundada en 1999por los escritores Roberto Sotelo y Eduardo Abel Giménez, tiene f recuencia quincenaly en su sumario se destacan noticias sobre el género, comentarios de libros, galeríade autores y textos para leer en pantalla. Entre los links recomendados está el de laAsociación de literatura inf antil y juvenil: www.alija.com.ar

"Para los chicos, la búsqueda de inf ormación es lectura. Y tienen razón -continúa laautora de Los adolescentes del siglo XXI-. Esto es un desaf ío para los adultos, quedeberíamos empezar a hablar de lecturas en plural. Porque no sólo hay dif erentesmaneras de leer sino que también hay dif erentes tipos de lectura y de lectores. Tododebe ser en plural. Incluso, los programas de lectura de los ministerios de Educaciónnacional y provinciales, que son muy buenos, deberían llamarse 'planes de lecturas'."

En la actualidad, el Plan Nacional de Lectura contempla básicamente f omento delibros en papel y de la narración oral, aunque of rece a los docentes programas decapacitación 2.0 como "Literatura y medios: puentes entre lo analógico y lo digital".Además, les explica dónde y cómo conseguir versiones digitales de clásicos de laliteratura universal.

"Autores como García Canclini y Barbero sostienen que vivimos en una sociedadmulticultural no sólo por las dif erentes etnias y religiones, sino también porque en unamisma sociedad conviven la cultura letrada, la audiovisual, la digital, la oral -continúaMorduchowicz-. Entonces, es necesario que los chicos manejen las tecnologías, perotambién que los adultos entiendan que todas las f ormas son válidas. Enseñar aapreciar una película o a navegar por la Web es hoy en día tan f undamental como leerun libro, un diario o una revista en papel."

Multipropósito y multitareaLos resultados de la encuesta nacional del Ministerio de Educación conf irman lo que

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padres y maestros ven a diario en los hogares y las aulas: apenas el 15 por ciento delos adolescentes utiliza un solo medio por vez; el 85 por ciento restante lo combinacon otros en f orma simultánea.

"Hablamos de una generación multimedia no por la variedad de medios y tecnologíasde los que disponen sino porque las usan al mismo tiempo. Mientras ven televisión,hablan por celular, navegan por Internet, escuchan música y hacen la tarea", describeMorduchowicz.

Ilustración: Pablo Vigo.

La modalidad de multiprocesos simultáneos, tal vez la única f orma válida para losadolescentes, provoca espanto y terror en muchos adultos. "Algunos creen que unaatención tan f ragmentada seguramente perjudicará la tarea escolar. No hay estudiosen el mundo, quizá porque es muy pronto, que digan que un chico que abre cincoventanas a la vez en distintos soportes o pantallas repruebe la escuela. Sí tienen unaatención dif erente. Para esta generación, el zapping no es una actitud f rente altelevisor, como hacemos los adultos con el control remoto, sino ante la vida. Hacenzapping permanentemente, abren ventanas sin cerrar las anteriores, los medios sesuperponen. Tienen una manera de aprender, de leer, de concebir el mundo, dif erentede los adultos de hoy, pero no por eso mejor, peor o menos profunda", asegura laespecialista.

El sociólogo Alberto Quevedo, integrante del consejo académico de Flacso, se ubicaen la misma línea, ya que considera que el concepto "multitasking (multif unción)f ormatea a los jóvenes en una destreza de la atención diversif icada" y que es,además, el modo de adquirir los bienes culturales.

Si bien el historiador f rancés Roger Chartier, director de estudios de la Escuela deEstudios Superiores en Ciencias Sociales de París, no cuestiona el uso intensivo delas pantallas que hacen los adolescentes, en sus investigaciones def ine las técnicasde lectura en soporte digital como "una f orma de zapping, de discontinuidad, desecuencias breves". En una entrevista para adncultura, realizada por GustavoSantiago, el autor de El mundo como representación declaró:

Estamos f rente a nuevas generaciones de lectores que han construido sus hábitosf rente a una inscripción textual que no tiene mucho que ver con la práctica clásica dellibro, del diario. En esos casos es probable que surjan dif icultades en la lectura poruna inapropiada aplicación a los textos impresos de la manera de leer que se haconstruido f rente a la pantalla y que supone la segmentación, la f ragmentación. Éstees un desaf ío f undamental, que debe considerar -y que ya considera- la escuela.

Los programas Conectar Igualdad, del gobierno nacional, y Plan Sarmiento, del

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gobierno porteño, responden al desaf ío que plantea Chartier: que la computadora (ytodo lo que esa tecnología implica) no quede f uera de la escuela.

Pantalla o papelLas transformaciones suscitadas por los hipertextos que leen chicos y grandes en laWeb (de la lectura lineal al hipervínculo) son, en la actualidad, tema de estudio desociólogos, historiadores, lingüistas, comunicadores, educadores y hasta editores yautores.

Francisco Albarello, doctor en Comunicación Social, centró su tesis de doctorado en elimpacto de las pantallas y volcó las conclusiones en el libro Leer/navegar en Internet.Las nuevas f ormas de lectura en la computadora (La Crujía). Consultado poradncultura, opinó: "Estos cambios pueden ser analizados desde dos enfoques: desdeel lugar del dispositivo de lectura y desde la perspectiva del lector".

En relación con el primer punto, el profesor de la Facultad de Comunicación y de laEscuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral explicó: "Sabemosque hemos pasado de una lectura limitada al texto impreso como dispositivoespecializado -es decir, con el que no se puede hacer mucho más que leer- apantallas multimedia con las que se pueden realizar muchas otras actividades. Loscambios en el nivel f ísico del acto de lectura no tienen que ver solamente con lascaracterísticas del texto digital sino también con el hecho de que usamos aparatosmultif unción convergentes. En mi investigación sobre la lectura en la computadora deescritorio (realizada entre 2003 y 2008), una de las conclusiones f ue que los jóveneseligen leer en pantalla porque allí pueden realizar muchas cosas a la vez, entre otras,leer. Pero esto, al mismo tiempo, es el principal f actor que hace a un tipo de lecturasuperf icial, dispersa, distraída. Entonces, el principal atractivo de la pantalla es a lavez la principal limitación para leer en f orma concentrada".

Autor del blog www.hiperlecturas.blogspot.com , Albarello dice que dependerá de lasmetas de lectura de cada individuo que resulte posible o no leer textos largos enpantalla sin perder la concentración. "Los jóvenes eligen los dispositivos digitales olos libros de acuerdo con sus diversos intereses de lectura. Tal vez elijan leer enforma concentrada en papel para un examen de la escuela o la f acultad, porquereconocen que de ese modo no se distraen con los estímulos de la pantalla. Perodeciden leer en ésta otro tipo de textos, más pragmáticos y breves como lasconversaciones a través de las redes sociales, y para esto no hay nada mejor que losdispositivos móviles (notebooks, netbooks, tablets y smartphones). Las redessociales como Facebook y Twittter representan hoy una mezcla de oralidad yescritura donde la velocidad de interacción (esto es, escritura y lectura a la vez)marca el ritmo de una conversación f ugaz e inf inita; los textos se entremezclan conlas imágenes y se hibridan los géneros textuales tradicionales. El concepto de lecturaha entrado en crisis: hoy asistimos a una lectura/navegación en la que es tanimportante el contenido de lo que se lee como las competencias digitales paraacceder a aquello que se lee."

Gemma Lluch, investigadora de la Universidad de Valencia (España), subraya lainf luencia del lenguaje audiovisual en la escritura: "Hay cambios en los textos,especialmente porque la escritura en las pantallas se realiza al mismo tiempo que lalectura. Es decir, el relato se narra mientras ocurren los hechos y otros lo leen. Por lo

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que la identif icación entre autor y lector es mucho mayor que en el papel. Pero másallá del texto, los cambios más importantes son los que ha aportado la Web 2.0 alacto de leer: como en épocas anteriores, la lectura volvió a ser pública y compartida".

Nativos y residentes digitales

Quienes todavía piensen que los chicos usan la computadora o se conectan a Internetsólo por los videojuegos desconocen qué sucede en realidad. El 75 por ciento de losencuestados dijo que utiliza la Web para entrar en alguna red social, donde tieneperf il propio y se comunica con sus amigos. Con respecto al t iempo que pasaconectado durante el día, el 55 por ciento respondió que lo hacía entre dos y cuatrohoras.

"En las pantallas, los adolescentes encuentran textualidades dif erentes. Las redessociales y en especial Facebook, que es el gran lugar de los jóvenes, supone un tipode escritura que no tiene las reglas de la escuela. En principio porque esf ragmentaria, quebrada, no respeta las reglas ortográf icas; sin embargo, haynarrativas que mezclan distintos recursos como palabras, imágenes, videos, música,ilustraciones -dice Quevedo-. Esto no es desechado por la escuela, que muchasveces, para actos o trabajos prácticos, recurre a chicos que tienen capacidad dearmar una estructura narrativa que no sea puramente textual."

Así como algunos especialistas dividen la actitud f rente a la tecnología con losconceptos "nativos digitales" o "inmigrantes digitales", el sociólogo es partidario deotra clasif icación: residentes y usuarios. "Los usuarios son como yo: llego a mitrabajo, prendo la computadora, la utilizo, navego, pero cuando termino, la apago ylisto. No estoy conectado. Uso la tecnología porque es una herramienta para trabajar,pero nada más. Los residentes, como mi hija de 19 años, están conectados todo eldía. Residen en el mundo de la tecnología."

Usuario tecnológico pero no f anático, Quevedo conf iesa que f ue su hija quien loconvenció de que Twitter es más interesante que Facebook: "El desaf ío de los 140caracteres genera escrituras donde se valora la ironía, el humor, la inteligencia del

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autor. Roberto Arlt decía que un buen artículo es el que empieza con un cross a lamandíbula. Los tuiteros sólo tienen golpes a la mandíbula como desaf ío. Larestricción opera como un desaf ío a la creatividad. Hay que poder escribir 140caracteres y ser original. En eso se enganchan más los pibes que los adultos".

Autores de libros inf antiles como Fernando de Vedia (Las increíbles historias deMorton Fosa es f avorito entre los f anáticos de las historias de terror) tienen en cuentalos cambios de hábitos provocados por la tecnología cuando piensan en sus jóveneslectores. De Vedia los describe así: "Son nativos digitales, que nacieron en una épocadominada por la imagen, Internet, el teléfono móvil, el chat, Facebook, YouTube ytelevisión con cientos de señales. Que leen más que nunca, pero de maneraf ragmentada y no necesariamente libros; que escriben más que nunca pero nocuentos sino con los dos pulgares. A ellos, la escuela y los libros les permiten viajar,conocer otros mundos, otras vidas, aprender y alimentar la imaginación".

Su página web ( www.fernandodevedia.com ) es un buen ejemplo de un sitio pensadopara chicos internautas: es interactiva (los navegantes pueden escribir el f inal de uncuento, por ejemplo); t iene un diseño atractivo, con actividades para el aula, vínculospara saltear la lectura lineal, videos, dibujos, f otos y hasta organiza sorteos. Hay,además, un link al blog del autor, que se presenta como un espacio para el f omentode la lectura y la creatividad.

Otros escritores, como Ana María Shua y Liliana Bodoc, no creen que la lectura enpantalla modif ique, por ahora, la producción literaria: "Cuando apareció la imprenta,muchos f undamentalistas de la caligraf ía exquisita consideraron el nuevo soportecomo un f ranco deterioro de la relación palabra-escritura. Algo semejante se repitecon relación a estos nuevos soportes -dice Bodoc-. Yo sigo eligiendo los libros, peroentiendo que es necesario apropiarse de estas nuevas e inevitables circunstancias.Los f uturos lectores harán lecturas más intertextuales, más interactivas y, sobre todo,más caóticas si las comparamos con nuestra estricta organización capitular. Laliteratura va a encontrar su casa en este nuevo mundo y seguirá imponiendo su graciasobre la mediocridad".

Para Shua, "este tema, que es sin duda f ascinante y está produciendo enormescambios sociales, por el momento no tiene gran inf luencia sobre la literatura. Laspersonas a quienes interesa la f icción son hoy, igual que siempre, una pequeñaminoría. El soporte no inf luye sobre los contenidos. La Eneida se puede leer en unpapiro, en un códice, en un libro, en un Kindle o en una tablet. Es cierto que lasrenovaciones tecnológicas provocan cambios también en la literatura, y no sólocambios de paisaje. La novela, por ejemplo, es hija de la imprenta. Todavía nosabemos qué novedades literarias traerá la revolución inf ormática".

Los adolescentes del siglo XXI

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Roxana MorduchowiczFondo de Cultura EconómicaSubtitulado Los consumos culturales en un mundo de pantallas, el libro reúne losresultados de una encuesta nacional del Ministerio de Educación entre 1200 jóvenesde todo el país. La autora, que dirigió el estudio, plantea como conclusión que loschicos tienen hábitos de lectura dif erentes

Leer/navegar en Internet

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Francisco AlbarelloLa CrujíaEl autor investigó para su tesis de doctorado en Comunicación los cambios en losmodos de lectura que generan las pantallas. Su análisis está centrado en dosenfoques: las motivaciones del lector y el impacto de los dispositivos de lectura en lacomprensión y atención.