Letras de Cambio (26 junio 2011)

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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 26 DE JUNIO DE 2011 DE CAMBIO [ Letras ] La otra Morelia Reportaje gráfico SERGIO YEYO PIMENTEL | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 Un poco de etnografía Algo acerca del bezote SONIA IGLESIAS Y CABRERA | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 Destapando la cloaca: sobre el nuevo libro de Manuel Noctis ALEX BARRIOS| PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 Recordar ¿es vivir? / y II ESPERANZA ROMÁN VALADEZ| PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN ARTURO CHÁVEZ CARMONA| PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 SERGIO YEYO PIMENTEL

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Suplemento del diario Cambio de Michoacán.

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LetrasSUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 26 DE JUNIO DE 2011

DE CAMBIO[Letras]La otra MoreliaReportaje gráficoSERGIO YEYO PIMENTEL | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4

Un poco deetnografíaAlgo acercadel bezoteSONIA IGLESIAS Y CABRERA | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2

Destapando lacloaca: sobre elnuevo libro deManuel NoctisALEX BARRIOS| PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4

Recordar¿es vivir? / y IIESPERANZA ROMÁN VALADEZ| PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5

CREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN ARTURO CHÁVEZ CARMONA| PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8

SERGIO YEYO PIMENTEL

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2 2 2 2 2 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011

Un poco de etnografíaEl bezote, bezolera, barbote o labretePOR SONIA IGLESIAS Y CABRERAPOR SONIA IGLESIAS Y CABRERAPOR SONIA IGLESIAS Y CABRERAPOR SONIA IGLESIAS Y CABRERAPOR SONIA IGLESIAS Y CABRERA

Las insignias que caracterizaban a los caciqueseran, en general, las comunes a los indivi-duos de más alta jerarquía social: el bezote,las orejeras, las guirnaldas y plumajes parala cabeza (rojos, a diferencia de los del cazoncique eran verdes), los collares, en particularlos de huesos de pescado pero también deturquesas, los brazaletes, etc.Relación de Michoacán (3.1)

l bezote, ese atractivo objeto de ornatoempleado por multitud de culturas através del mundo, se coloca en losorificios que se practican en el labiosuperior, inferior, cerca de las esquinas

de la boca, o en combinación latera y cen-tral inferior. Se elabora de diferentes ma-teriales, como piedra, hueso, madera, concha,marfil, vidrio, cobre, y demás. Su tamañoy sus diseños varían de acuerdo al gusto yla cosmovisión de los grupos que lo emplean.Se pueden hacer de una sola pieza, o de variaspartes ensambladas combinando diversosmateriales en cada una de ellas. El uso delbezote tiene de 8,000 a 10,000 años deantigüedad, y aún en nuestros días se sigueempleando en algunas etnias. Ha sido unacostumbre tradicional entre grupos de África,Medio Oriente, islas del Pacífico, Japón, elnoroeste de los Estados Unidos, AméricaCentral y América del Sur. Todos los pueblosque han usado bezotes lo han hecho porrazones simbólicas de diferente índole. Paraalgunos el bezote ha sido un marcador deestatus social, oficio, sexo, edad, o de per-tenencia grupal. Es decir, su uso siempreha tenido una connotación cosmológica ypolítica. La inicial función del bezote fue laasociación simbólica de las élites en el po-der con los dioses sagrados de la mitolo-gía. Por ejemplo el uso del bezote en for-ma de águila que acostumbraban los líderesaztecas, obedecía a que fue esta ave quienlos guiara, desde la legendaria Aztlán, hastasu lugar de asentamiento definitivo en laisleta de la laguna, donde edificarían la hermosaciudad de Tenochtitlan. O como el círculode bezotes bajo el labio inferior que usanlos suya del Mato Grosso en Brasil, cuyaposición corresponde a ciertos astros delCielo reguladores de la continuidad de lasestaciones. Vayamos ahora a precisar lasignificación que tuvieron los bezotes enalgunas culturas de nuestro basto mundo.

Los mixtecos y el bezote sagrado

El bezote constituyó en el México prehispánicoun artículo de mucha valía exclusivo de lasclases aristocráticas y de la jerarquía mi-litar. Su uso se inició durante el PeríodoPostclásico en toda el área de Mesoaméri-ca, salvo en la cultura maya. En el idiomamixteco se le conocía con el nombre deyavuiindi dzaa, que significa «labio hora-dado». En la zona oaxaqueña el posclásicocomprende de 850 a 1521 d.C., período enque tuvo lugar el florecimiento de las ciu-dades-estado de Mitla, Zaachila, Titaltongoy otras más. Es la época cultural en que aparecela arquitectura de hermosas y complicadas

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grecas, la cerámica policroma, los códicesy los increíbles trabajos en metal que hi-cieron tan famosas a las culturas que seasentaron en lo que hoy conocemos comoel estado de Oaxaca.

Dentro de este contexto se encuentra lacultura mixteca de raigambre militarista,cuyo predominio en la región fue indiscu-tible. En la Mixteca, el uso del bezote surgióen el Postclásico Tardío (1300-1521) en elámbito del alto rango militar relacionadocon una innegable simbología religiosa, yaque los sacerdotes-guerreros representabana los dioses en la Tierra, y los bezotes queportaban los identificaban como pertene-cientes a la casta divina. Es necesario ha-cer notar que los bezotes solamente fueronutilizados por los humanos, ningún diosaparece luciendo estos emblemas en lasdiversas representaciones que de ellos se

hicieron. Posiblemente porque como nosdice la antropóloga Martha Carmona Macíasen su artículo «El bezote: Símbolo de po-der entre los antiguos mixtecas»:

…También podemos entender por qué nin-guna deidad aparece luciendo bezote.Sencillamente, porque no lo necesita. Ella esel poder, y sólo el hombre al que elige debemostrar la legitimación del mando que se leotorgó, por lo que éste usa un adorno-em-blema que lo simboliza ante los hombres.

Estos hermosos emblemas solían elaborarseen cristal de roca, ámbar, jade y oro. Losbezotes más impresionantes fueron labradosen cristal de roca, misma que por su dure-za requería de una sin igual maestría paratrabajarlo; debido a su transparencia el cristalsimbolizaba la pureza en toda su acepción.

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DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 33333

En lengua mixteca el cristal de roca reci-bía el nombre de yuu u yuhu. Son pocas laspiezas de cristal que han llegado a nosotros.Podemos mencionar un impresionante bezoteelaborado en cristal y oro, que se encuen-tra en el Museo de Historia en Viena, Aus-tria. Se trata de un faisán hecho de tres partesque representa al dios Xochipilli-Macuilxóchitl;el oro fue trabajado empleando la técnicade la cera fundida, y el cristal está hábil-mente tallado. Esta pieza formó parte de lacolección de los Habsburgo, de ahí que seencuentre en Viena.

El ámbar, cuyo nombre mixteco es yuunduta nuhu, «piedra sagrada de mar», tambiénse utilizaba para hacer bezotes. De esta resinase obtenían ámbares amarillos, amarillosmezclados con verde, y ámbares blanquecinosconsiderados de menor valor. El ámbarprovenía de la provincia de Tzinacantan,en el actual estado de Chiapas. El ámbaramarillo, el más valioso de los tres, simbolizabaal Sol, se relacionaba con el oro y con el diosXipe Tótec, Iha Nukuii para los mixtecos.

El jade o jadeíta fue una piedra sagradaen la época prehispánica asociada con losdioses del agua y, por ende, con el conceptode fecundidad. El yunn duta se obtenía dela región de Nejapa. En la tumba 7 de MonteAlbán, perteneciente a la cultura zapoteca,se encontró un bezote de oro y jadeíta, elcual representa la cabeza estilizada del pájarocoxcoxtli, identificado con el dios Xochipilli.El oro engastado al ave nos remite, simbó-licamente, a la fecundidad y al calor.

Los antiguos pobladores de Mesoamé-rica, afirmaban que el oro era una secrecióndel dios Sol, que al caer a la Tierra se convertíaen pepitas de oro que los hombres recogían.Los mixtecos lo llamaron dziñuhu cuaa, «elresplandeciente amarillo». De ahí quesimbolizara el poder máximo, representadoen la Tierra por el gobernante o yeheñuhundi,«ser temido por dios». Por ello, la posesióny el uso de bezotes de oro estuvieron ab-solutamente reglamentados y circunscritos

a las clases poderosas. Con oro los mixtecoscrearon piezas inigualables que podemosclasificar en tres tipos: bezotes de botón;de remate (simples y con colgantes); y decuerpo cilíndrico (de botón y con colgantes).De la producción de bezotes mixtecos destacanaquellos que representan aves, como losmencionados faisán y el coxcoxtli. Unahermosa pieza de la colección del MuseoNacional de Antropología representa al diosKoo Sau (Ehécatl), formada de tres piezasy elaborada con la técnica de la cera fundida;la cresta emplumada, de la cual cuelganalgunos cascabeles está hecha con la téc-nica de la falsa filigrana.

En tanto que emblema exclusivo de losguerreros, la colocación del bezote requeríade un rito. Con una navajita de sílex muyafilada, se perforaba la parte situada entreel labio inferior y el mentón, justo dondese forma una pequeña depresión. Duranteel proceso, el guerrero debía mantenersevaliente y no dar muestras de dolor, a finde demostrar su valor. El bezote presen-taba dos aletas medio curvas, las cuales seintroducían en la perforación y se ajustabana la encía; sobresalía la cazoleta del bezotey el remate, que podía ser un simple botón,la representación tallada de un dios, o al-gún animal como los pájaros que hemosmencionado. Para que la herida no cicatrizasey se cerrase, se empleaban ciertas hierbassólo conocidas por los guerreros. Al hablar,el bezote se movía al ritmo de las dulces ysuaves palabras del idioma mixteco, comosi fuera el mismo dios el que estuviese ha-blando. A partir de entonces, los guerre-ros podían lucir sus bezotes con orgullo,pues significaba que habían peleado con honoren el campo de batalla y se merecían dichoemblema.

Los bezotes y los mexicas

Los pueblos mexicas gustaron de perforarsela nariz con el fin de colocarse en ella turquesas

y piedras preciosas. La perforación iba deun lado al otro del septum, cartílago delgadode la nariz. Dicha perforación corría a cargode los sacerdotes. Las narigueras de formatubular se llamaban «de barra»; otras, sugeríanla forma de las mariposas y parte de ellastapaban ligeramente la boca. Estas nariguerasde mariposa simbolizaban al dios XochipilliMacuilxóchitl, dios de las estaciones, lospájaros y las flores. Las narigueras colgantesy con rayos representaban a la diosa Co-yolxauhqui, La que se Pinta las Mejillas conCascabeles.

En los apéndices auriculares los señoresllevaban orejeras, colocadas en orificiosagrandados del lóbulo. La orejera, de for-ma cilíndrica, se insertaba en el orificio, detal manera que la parte frontal estaba pro-fusamente adornada de mil preciosidadesy formas.

Además, los mexicas emplearon los bezotescomo una marca de rango y posición so-cial. Los jefes de los comerciantes o pochtecasde la sociedad mexica del Período Posclásico,usaban como rasgo distintivo un bezote deámbar, conocido con el nombre de téntetl;los dirigentes militares y los grandes capitanesgustaban de llevar el tezácatl, bezote largo,y el tencolli o tencololli, que era un bezotecurvo; ambos tipos estaban hechos con ámbary demás materiales como el jade y el cris-tal de roca. Según nos relata Fray Bernar-dino de Sahagún, los nobles y los grandesseñores de la sociedad mexicana los lucíandurante las fiestas religiosas:

También traían un barbote de chalchíuitlengastado en oro, metido en la barba. Yatampoco usan éste. También traían barboteshechos de cristal, largos y dentro dellos unaplumas azules metidas que le hacen pare-cer zafiro. Traían el bezo agujerado, y porahí las traían colgadas, como que salían dentrode la carne.

Al igual que los mixtecos, los mexicas llevaban

Para algunos elbezote ha sidoun marcadorde estatussocial, oficio,sexo, edad, ode pertenenciagrupal. Esdecir, su usosiempre hatenido unaconnotacióncosmológica ypolítica.

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Destapando la cloacaR E S E Ñ AR E S E Ñ AR E S E Ñ AR E S E Ñ AR E S E Ñ A del libro What is the fucking problem? de Manuel Noctis. POR ALEX BARRIOSPOR ALEX BARRIOSPOR ALEX BARRIOSPOR ALEX BARRIOSPOR ALEX BARRIOS

entro del bagaje literario que pulula anuestro alrededor es inevitable encontrara aquellos escritores que pasan su exis-tencia tratando de decir (les) a sus lec-tores cómo deben llevar a cabo su vida,

o de cómo deben actuar ante las distintas cir-cunstancias que escenifican nuestra películapersonal. Ahora me llegan a la memoria per-sonajes tan carismáticos dentro del populoliterario porque en algún momento se les ocurrióhacerla de detectives para tratar de descubrirquien se robó el queso, o aquellos que inclu-so han experimentado ir más allá descifrandocómo se puede volar sobre el pantano; dosejemplos de escritores tan nefastamente con-vencidos de que son la neta, y no sólo ellos,sino que incluso aparecen también otros quecreen que han descubierto el rollo del meolloporque descifran códigos: como el de Da Vinci.

De estos casos hay muchos, tantos que in-cluso los encontramos enfangados en los grandescentros comerciales y tiendas de auto-servi-cio, pero a fin de cuentas qué (fregados) im-porta, por mí que ellos se rasquen el traserocon las ganancias que les reditúan sus publi-caciones (best sellers) baratas, mejor cono-cidas como fast food por su ligereza temáticay de escritura; y digo que a fin de cuentas queimporta, si en el caso contrario tenemos a losotros (y no los de la película), los que interactúanliterariamente de una manera diferente, los queno te dicen qué o cómo, sino los que te proponeny te dan alternativas para que tú decidas quejodidos hacer de tu vida y de tus lecturas –principalmente-. Habría que decir en este sentidoque la distinción no se enmaraña en la eternadiscusión de «lo comercial vs. lo independiente»,al contrario, la distinción es meramente decontenido, de propuesta, de temática, de fórmulasy de interacción entre escritor y lector, por-que no dejemos de lado que también este tipode determinantes provienen de los lectores.

En este contexto y para reafirmar todo elentredicho palabras arriba, ya lo había men-cionado de alguna forma Guillermo Fadanellien su texto Vagancia: hay lectores que buscanextraer de los libros enseñanzas para la vida,pero precisa que hay escritores que no escribenpara este tipo de lectores (Revista Moho, no.27)y en este punto es donde entra el caso de Ma-nuel Noctis; joven escritor originario de la ciudadde Morelia, Michoacán, que recientemente publicósu libro titulado What is the fucking problem?Una coedición de autor con la Tortillería Edi-torial. El libro está conformado por 13 relatosbreves que se transportan por los senderos dela degradación social; desde tiranetas a los personajespúblicos más desfachatados, hasta las más absurdasocurrencias suscitadas desde el común(des)perfecto de la ociosidad. Aquí el autor escontundente al mencionar que los relatos noson más que una gama de tripeos y debrayes,nada excepcional para ese tipo de lectores queles menciono líneas arriba (caso contrario a los

lectores que andan arriba con unas líneas) quebuscan en la literatura la palabra de dios.

Los textos de Manuel Noctis tienen vida, oscilanfrente a nosotros, nos dan la vuelta, nos danun zape y cuando tratamos de voltear para verqué ha pasado ya alguien le disparó a otro frentea nosotros. Los tripeos son de barrio, los debrayesprovienen de las comisuras urbanas. Todos juntoscon su toque de ironía hacen de este libro unconjunto de situaciones imperfectas (como lasque nos suceden a tod@s, y a diario), a fin decuentas ¿cuál es el jodido problema de que escribalo que yo escribo? Se pregunta el autor, con-siderando que no todo tiene que ser lineal, queno siempre se tiene que utilizar la misma fór-mula, que las estructuras pueden ser moldeablesy sobre todo, porque nuestro lenguaje es tanvasto que por ello se juega con él mismo. Aquíhay pues alternativas, hay cachonderías, haydrogas, hay sexo, hay alcohol, hay cumbias ytodo huele a tierra, meados y asfalto.

Manuel Noctis, What is the fucking problem?(Tortillería Editorial, 2010), 36 p. $40.00 (distribucióny ventas: www.elchorourbano.blogspot.com,[email protected])

D

a cabo una ceremonia para colocar el bezotepor primera vez, la cual recibía el nombrede netenxapotlaliztli, «horadación del labioinferior», la cual se llevaba a cabo a lamedianoche.

El uso del bezote fue estrictamente re-glamentado por Moctezuma Ilhuicamina(1398-1469) quinto tlatoani mexica, comonos informa Diego Durán, cronista de algunosaspectos de la sociedad mexica:

Salió determinada que sólo los grandes se-ñores pudiesen usar bezotes de oro y de pie-dras preciosas y de orejeras y nariceras deoro y piedras ricas, y no otros, ecepto (sic,español antiguo) que los valientes hombres,capitanes y soldados de valor y estima po-dían traer bezotes y orejeras y nariceras dehueso ó de palo, ó de otra materia baja y nopreciosa.

Los mexicas elaboraban bezotes de diver-sos materiales y piedras, y de muy varia-das y bellas formas. Por ejemplo, existía elbezote pequeño, tempilolli; el mediano, téntetl;el largo y gordo, tezacatl; y el curvo de-nominado tencololli. El bezote curvo de ámbarse llamaba apozonaltencolollo, como el queusaba Moctezuma Ilhuicamina y Axayácatl,y algunos grandes señores de la sociedadazteca. El bezote largo lo empleaban loshombres de alta posición militar por susvalerosas hazañas en la guerra y por el númerode prisioneros que hubiesen obtenido; a estebezote se le nombraba tezacatl. El bezotetezacatl de ámbar amarillo sólo podía llevarloel Tlacatécatl, el más alto puesto de la milicia.

Según los informantes de Fray Bernar-dino de Sahagún, un solo dios llevaba el bezote.Se trata de Tlacochcalco Yáutl, Enemigo enla Casa de las Flechas, advocación de Tez-catlipoca, Señor del Cielo y de la Tierra, origendel poder y dueño de las batallas. Su bezoteera largo, y, según Durán:

… en el labio bajo tenía un bezote de un verilcristalino en el cual estaba metido una plumaverde y otras veces acul que después de afueraparecía esmeralda o rubí, era este bezote comoun geme (medida de distancia entre el pulgary el índice) de largo… (Idem)

Según la mitología azteca fueron los diosesCintéotl, Macuilcalli, Chicunahui Itzcuintliy Nahualpilli, quienes enseñaron a los hombresa labrar las piedras preciosas y a hacer lasnariceras y los bezotes en obsidiana, ámbary cristal de roca.

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DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 55555

Recordar ¿es vivir? (y II)MUTACIONES MUTACIONES MUTACIONES MUTACIONES MUTACIONES :: POR ESPERANZA ROMÁN VALADEZ POR ESPERANZA ROMÁN VALADEZ POR ESPERANZA ROMÁN VALADEZ POR ESPERANZA ROMÁN VALADEZ POR ESPERANZA ROMÁN VALADEZ [email protected]

No podemos ejercer influencia alguna sobre elpasado, no podemos hacer que no haya sucedido,que resucite, o que cobre vida nuevamente, nien su figura material ni tampoco en su esencia.Sólo podemos modificar, mejorar o llenar de vidalas descripciones del pasado.Avishai Margalit

El presente es perpetuoOctavio Paz

a acción de recordar remite a la memo-ria del pasado, a traer al presente lo yano existente, es algo que se ejerce de formadistinta no sólo entre los varones y lasmujeres, no sólo es, pues, un asunto de

diferencia de género y de sexo, sino de indi-viduos, las diferencias entre las personas. Sushistorias, sus emociones, sus intereses, hacenque la percepción de su realidad sea en cadauna algo semejante pero no idéntico, por lotanto lo que se piense y sienta tampoco seráigual. Ello también explica por qué ante los acon-tecimientos compartidos, las versiones de lasy los involucrados no son iguales. No sólo elpresente sino también el pasado (ejercido comorecuerdo) manifiesta las diferencias en lasmaneras de ser, de pensar, de creer.

Consideramos, siguiendo el argumento deltexto comentado la semana anterior, que elasunto de recordar esta sumamente ligado ala ética, a la individual y a la colectiva, que laacción del recuerdo es ejercida por cada per-sona tomando en cuenta que cosas considera

importantes y porqué.Ahora bien, ¿por qué hablar acerca de la

eticidad de los recuerdos? ¿Reflexionar acer-ca de las implicaciones del pasado en el pre-sente de cada persona tiene consecuencias ensu vida? ¿Hay etapas en la vida humana en lasque se recuerde más que en otras? ¿Por qué?

Pensamos que la edad de las personas influyede manera determinante en la construcciónde sus recuerdos, que los intereses, de los cualesnos habla Avishai, van transformándose deacuerdo con la manera en la que el mundo vatambién sintiéndose y queriéndose distinto,la edad trae consigo que las mismas cosas sevayan percibiendo otras.

El acto de recordar tiene también signifi-caciones muy variadas. Se recuerdan, por ejemplo,aquellas cosas que van necesitándose, o a vecesesas otras que aunque no queramos tener enla mente, en el presente, se nos detonan a partirde una palabra o un entorno (lugar, personas,etc . ) .

Recordar… ¿para qué? Bueno, el recuerdopuede ser ejercido incluso en contra de nues-tra voluntad, cuando, explicábamos antes, éstees detonado en el exterior. Puede ser inclusoun sueño quien nos conduzca a pensar en algoanterior, o en alguien, el hecho es que cuan-do la acción del recuerdo se hace consientepuede ser que ejerzamos aquella frase del oráculode Delfos: «Conócete a ti mismo». Saber quiénse es tiene que ver con contarnos nuestra propiahistoria, dejarnos unos instantes de conside-rar que el presente es el único tiempo deter-

L

minante y fundamental en nuestra vida, paracomenzar a explorar en «nuestro» pasado,entender que éste es indispensable para ex-plicar nuestra identidad.

Hay momentos y situaciones en la vidapsicológica de las personas en que el tema delos recuerdos es algo crucial para poder di-scernir entre lo que se quiere y lo que no, entrelo que se es y lo que se quiere llegar a ser, paraello es menester entender que «recordar» puededarnos una visión distinta acerca de lo quesentimos o vivimos. A veces tener la certezade que el presente no será siempre igual sólose logra si miramos hacia atrás. ¿Hacia qué atrás?,ello lo decidirá el azar o la voluntad, lo importantees entender que ver el pasado, bueno o malo,agradable o no, deseado o no, es, no ha deja-do de ser, somos en cierta forma lo que fui-m o s .

No es que se vuelva a vivir cuando se re-cuerda, aunque hay personas que queriendono dejar de tener o estar, se aferran a las co-sas anteriores y viven en la negación de su realidadpresente, o sustituyendo ésta por las nostalgiasdel pasado… Entender que el recuerdo es ne-cesario como una cosa que puede dar luz ennuestro autoconocimiento, no para revivir lode antes, las cosas nunca son iguales, sino paraentendernos, siendo éste uno de los primerospasos para comenzar la búsqueda de la felici-dad personal, regresar a donde se pertenece,pensarse a sí mismo no para vivir del pasadosino para comenzar a construir presentes y futurosposibles y distintos.

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6 6 6 6 6 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011

Por cosas que no vienen al caso contar,

en los últimos años he vivido pensando

que pronto voy a morir. No me aflige,

pero me ha hecho rondar el lugar

común de los atormentados: tengo

prisa. Prisa de qué, prisa para qué, no

lo sé, pero esta aquí, con su lujuria. Me

despierta temprano y algunas noches

no me deja dormir. Iba a decir: es

como un zumbido, pero no, es más bien

como un rumor que no deja de sonar

mientras caes a un vacío, cualquier

vacío. O sea, más inevitable, más

definitiva que miles de zumbidos. La

prisa me avienta a la calle a ver lo que

creo que vi. Los rastros de nosotros

como un milagro torcido; las piezas de

lo que tal vez sea un secreto

diseminado entre el asfalto; nuestras

futuras ruinas hechas puentes y

edificios. Sudo bajo este sol

apocalíptico y sufro feliz de

alucinaciones. Las cosas se mueven, las

cosas bailan. Benditas las cosas que

huyen para salvarse y bendita la prisa

que ha sido buena conmigo y me arrojó

a mis lobos para darme de comer de mí

mismo. Tengo fotos. Tengo pistas de

que quizá, hace tiempo que ya no estoy

aquí.

Vi en mi ciudad descabezada otro

mundo y no tengo más qué heredar por

el momento.

TEXTO Y FOTOS:SERGIO YEYO PIMENTEL

La nueva Morelia

Avioncitos.

Ángela.

Curita.

Arde su distancia.

Parvada. Paraguas. Fuego cielo.

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DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

La barbie 1. La nave 2.

La paciencia.

Torito cabrón. Desierto azul.

La trapecista estrella. Maniquí 3.

Pared 2.

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8 8 8 8 8 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2011

Un pretextoArturo Chávez Carmona

R E L A T O S D E P O D E RR E L A T O S D E P O D E RR E L A T O S D E P O D E RR E L A T O S D E P O D E RR E L A T O S D E P O D E R

esde hace varios meses que el ángel no mevisita. La oscura dimensión en que vivopermanece sin cambio. El ángel de Dios, niÁngel José, ni el ángel del fruto del sueñode las vírgenes han regresado. Permanezco

así al margen de la hoja de papel, acariciando ellomo negro de las palabras, mirándolas a la dis-tancia, esperándolas. Encuentro un pequeño huecopor donde me cuelo y entonces van cayendo unaa una, intentando construir este relato. Un textodonde el motivo es la anomia del escritor y su di-ficultad para atrapar las frases necesarias que llenenuna hoja de papel y pretexten l escritura de un relato.Un relato ahora sin poder, sin fuerza para decir algode alguien, describir un pueblo, narrar una acción.Solo el pretexto de hacerme presen te, de que mirenque aun permanezco en este mundo de letras, palabras,frases, levantando la mano desde el otro lado dela pantalla de mi ordenador.

El que escribe pasó la mañana sin más cosas porhacer que revisar sus mensajes en los cuatro buzonesque posee, levantarse tres o cuatro veces a servirseagua fría para beber, comentar algunas cosas consu compañera de escritorio sobre la otra compa-ñera de escritorio. Mirar entre las ventanas de lasoficinas y saludar furtivamente ese rostro que siemprele ha llamado la atención y que por convenciónjamás va a proponerle otra cosa que tomar juntosuna taza de café. Miró que en uno de sus buzonesel editor le envía los últimos números del suple-mento literario donde publican sus relatos. Se sintióobligado a escribir otro, y enviarlo.

Lucas Ángel Sánchez de Dios trotaba en su ca-

Dballo colorado por las polvosas veredas del ranchode La Manga, en el municipio de La Huacana. Sudestino ya se había tornado negro después de queasesinó a tres fulanos más allá de Churumuco, alpie del Rio Balsas, donde los arrojó después de darlesdos balazos a cada uno. El polvo de la tarde se tostabacon el intenso calor de ese día, su caballo pedía yadescanso cuando avizoró un ranchito de apenastres casas a unos ciento cincuenta metros de dis-tancia. La gana del animal se encendió en los dos,jinete y montura. Al llegar, Lucas desmontó y elcaballo empezó a ramonear en los Pinzanes. Se dirigióa la puerta de la casa más próxima, toco tres ve-ces. Abrió una muchacha trigueña, de unos dieciséisaños, piel canela y ojos grandes. Le preguntó Lu-

cas si podría venderle algo de comida, agua y rastrojopara el caballo. La niña le dijo que sí, pero su abuelano estaba y no sabía si dejarlo pasar. El Ángel lamiró con sus ojos grises, profundamente, vio quetenía un par de labios carnosos, una grupa de yeguafina, y un par de senos redondos, bien puestos enun pecho fuerte. No te preocupes, le dijo, vamosde paso, te agradeceré con algo especial si nos atiendes.

La muchacha abrió la puerta y le indicó el cor-ral donde podría encerrar al caballo. Ya en la casalo invitó a sentarse cerca de la cocina, empezó a tortearechando unas tortillas gruesas, le ofreció la prime-ra memela a Lucas con chile martajado y picante.Al rato arrimó el queso añejo y los frijoles. Ángelcomió despacio, saboreando cada taco, cada bocado,mirando las caderas de la muchacha, una niña queya era mujer y pedía macho por todos los poros dela piel. Al terminar pidió un vaso de agua, ella learrimó el vaso y fue cuando Ángel no se contuvo,con su mano libre acarició el muslo de la hembra ylentamente subió la mano hasta la nalga. La niñapasó saliva y abrió grandes los ojos, sin embargolos cerró al instante des pues y le dijo: Ya sabía yoque usted vendría este día para hacerme mujer.Tiernamente la sentó en la mesa quitando de unmanotazo las cosas que quedaban ahí, de un jalónquitó los calzones y sin besarla metió un par de dedosde la mano en su raja para desflorarla primero. Apoco sacó su tranca y con furia le dio la primeraacometida hasta el fondo de su vagina virgen, y cincuentamás, una a una hasta que terminó. La niña solomurmuraba para sí misma, sin gritar: Ya sabía yoque usted vendría este día para hacerme mujer.