Letras Incendiadas 10

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Letras Incendiadas Sobre literatura y otros actos demenciales Potosí 6 de junio del 2015 - Año 2 Número 10 La Pluralidad Gonzalo Lema Concierto de Silencios - Utopía Armando Sánchez Conan Doyle y la deducción como ciencia en la literatura Daniel Medinaceli

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  • Letras IncendiadasSobre literatura y otros actos demenciales

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    La Pluralidad Gonzalo Lema

    Concierto de Silencios - Utopa Armando Snchez

    Conan Doyle y la deduccin como ciencia en la literatura

    Daniel Medinaceli

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    Ensayo

    Frente a la vieja idea del hombre uni-versal, el siglo XX, abrindonos los ojos, nos revel que la realidad contiene al hombre plural, muy distinto en cada rincn del mundo. La comprensin de esta afirmacin conlleva a otra an ms reveladora: el dilogo universal no pue-de ser el monlogo de la razn sino el dilogo de los muchos hombres y de las muchas culturas. Si estamos de acuerdo en el reconocimiento de e s t e hecho contundente, bien podramos afirmar enton-ces que uni-versalidad es, o de-b e r a s e r , p l u -r a l i -dad. M u c h o s problemas sociales se di-suelven cuando la gente, dirigentes o sociedad, compren-de sin retortijones que la diferencia entre los hombres y las sociedades es quizs la ma-yor riqueza de la humanidad: el otro, los otros. El milenario afn de uniformizar la realidad social, pese a tanto palo aplicado con ese fin, nun-ca ha prosperado y no tiene ninguna posibilidad de hacerlo. El desarrollo de la cultura cristiana fue un ejercicio criminal desde ese punto de vista: toda la humanidad posible deba profesar la fe catlica y el disidente ser arrojado al suplicio o al fuego. Pero no slo se pretendi im-poner la fe religiosa: paralelamente, los enfervorizados militantes de un credo ideolgico aspiraron a lo mismo con tanta o igual fiereza que los Torquemada. En el mismo siglo que alumbr el descubrimiento de la huma-nidad plural, la intolerancia de orden ideolgico cre los campos de concentra-cin, ech mano a la tortura y gener la loca idea de que todos debemos pensar y sentir lo mismo. Eso es imposible, ya lo sabemos. Sin embargo, se arremete, una y otra vez, con tal propsito. Octavio Paz, el mexi-cano de todos, indica que el cristianis-mo y el marxismo tienen en comn un nexo que se llama Historia. Ambas doctrinas nacen del devenir histrico

    y ambas centran sus posibilidades en la accin sobre la humanidad. Para cumplir con su labor, el revoluciona-rio tiene que desalojar a Dios de este mundo, limpiar el cielo y los corazo-nes de la gente. Al mismo tiempo, la iglesia considera que la felicidad eter-na no se lograr gracias a la absoluta planificacin del Estado que profesa el

    marxismo. La desgracia te-rrenal nacer pobrsimo, por ejemplo- casi asegura el ingreso al paraso. El Estado no es Dios, ni viceversa, por su-puesto. Conviene destacar que en esta

    pluralidad reconocida se debe quitar de cuajo la idea de cualquier supremaca de una cultura respecto a otra. Si cul-tura significa inventiva, espontaneidad, diversidad, pues se afirma como cierto el genio de los pueblos. Es decir: el va-lor irremplazable del creador. Un gran ejemplo anida en la lengua. Los pue-blos la hablan, la recrean, se sirven de

    ella para la poesa, la reli-gin, la poltica y, bsica-mente, para acumular su

    sabidura. L a s

    len-

    guas v i v e n

    j u n t o con sus

    bases rea-les. Nadie quiere can-

    tar en espe-ranto, ver-

    dad? Ni crear poesa. Distinto

    es que todos los cientficos del mundo

    se comprendan con re-tazos de las lenguas por-

    que uno invent algo y el otro descubri tambin algo y alguno sistematiz un tema Los cientfi-cos quieren que se de-sarrolle la ciencia, no tienen ms pretensin. Y menos afirmar que una cultura, que una lengua, es mejor que otra. A priori, tra-bajan para el bien general. Pero la his-toria de la humani-dad indica que unos pueblos pretenden,

    de varias formas, dominar a los dems.

    Esta historia comenz muy pronto entre noso-

    tros y an vivimos con ella. La pacfica convivencia ms parece una frase hecha que una realidad. Sojuzgar al prjimo, prximo o lejano, no pa-rece avergonzar en ninguna medida a

    La pluralidadGonzalo Lema

    Direccin Letras Incendiadas Diagramacin Imagen Portada Logo Portada

    Daniel Medinaceli Adrin Guerra Tapia Mike Davis- http://marcianosmx.com/surrealismo-mike-davis/

    Giovanny Miranda

    quienes lo hacen. La democracia nor-teamericana es, irnicamente, la ms destacada en gran parte del mundo en esta lacra. Mientras su enorme socie-dad goza y se beneficia de su Estado de Derecho y sus grandes logros, otros pueblos sufren por sus bombas, sus ve-jmenes y una larga lista de violacin de derechos humanos individuales y colec-tivos. Es bueno tener conciencia de ello. Curiosamente, en la ribera del frente, no deja de sorprender que otros pueblos, prcticamente sin armas y sin recursos materiales, pero, eso s, con una poltica sagaz en el contexto, se den modos de vivir a costilla de los ingenuos. Claro es que sus argucias ideolgicas y retricas no se comparan con las bombas, pero ya est dicho que es indigno dominar a nadie. Causa ver-dadera sorpresa que lo logren sin ms instrumentos. Todo este camino largo de nuestra existencia ha sido acompaado por hombres y mujeres brillantes que, adems de defender la pluralidad y la esencial diferencia, han abogado sin cesar por la conciencia independien-te y el derecho de pensar por cuenta propia que nos asiste a todos. Parece una exageracin, pero est visto que inclusive esta caracterstica natural se la ha tenido que pelear con los dientes apretados. Junto al reconocimiento de una humanidad plural est el reconoci-miento de los individuos. Nunca fuimos masa, sino una suma de hombres buscando bienestar. Despus de todo, la definicin de pueblo ya revela aquello: pluralidad unificada en torno a un concepto poltico. El siglo XXI ha de consagrar definitivamente el respeto que cada uno de nosotros merece. La pluralidad visible de los pueblos, que an ahora se pone en duda o se ironi-za con crueldad, tambin se manifiesta en cada uno de los seres humanos. Si bien es cierto que formamos parte de una especie, es tambin cierto que no somos iguales sino ante la ley y ante la muerte. Acaso no es posible afirmar que cada quien carga su propia cruz? No slo eso: cada uno elabora su pro-pia visin de la vida. Los individuos se afanan y construyen sociedad, elaboran credos religiosos y polticos, hacen arte y hacen el amor. De all venimos todos.

    Cochabamba, abril-2014.

  • 3Letras Incendiadas

    Poesa y Cpsula

    Cpsulas Indecentes

    Conan Doyle y la deduccin como ciencia en LiteraturaDaniel Medinaceli

    Es verdad, para muchos Poe es el creador del cuento policaco y de misterio con su clsico personaje Lupin en los Crmenes de la Calle Morgue. Sin embargo no hay que negar el aporte de Arthur Conan Doyle quien con su personaje el clsico investigador britnico Sherlok Holmes introdujo el trmino de la deduccin como ciencia y llev a la novela policaca por mbitos inimaginables. Ante lo evidenciado nos animamos a mencionar que Sherlok Holmes eclips a su propio creador. Pero tambin otro aporte innegable de este autor recae precisamente en el hecho de que le dio tanta consistencia y fama a su personaje que si hablamos de literatura policiaca lo primero que asoma a nuestra mente es literatura inglesa. A nuestro modesto entender ah es donde recae el merito de inmortalidad de este escritor.

    Concierto de silencios

    Llor un silencioaturdido entre sombrascorriendo pentagramas,en desorden de armonasque tarde entendierael flash de aquel daque decan sinfonas

    Una pera de antao invadi de almatransitando rutinasen el sincopadode los tiempos.

    Nostalgias y nostalgiasen el conciertode los silencios.

    Utopa

    Una nia cabalgando vacoal perder la imagen de la vida

    se precipit en el silencio.

    Siendo ella una ilusa furtivalleg al suelo de las ilusiones.

    Vida sin muerte!en la negacin de su ser

    Y quin fue la nia?

    Una idea del pensamiento posada en el nicho

    genticodel recuerdo.

    Armando Snchez Velsquez

    Fig 1Fig 2

    Fig 1

    Fig 2