Leyendas de Guatemala como patrimonio cultural de la nación

“Los penitentes de la Recolección”

Patrimonio Cultural

• Son todos aquellos bienes culturales que la humanidad ha dejado a una nación o bien aquellos que son creados recientemente y que las sociedades le dan relevancia debido a su trascendencia histórica, científica, simbólica o estética.

• Se puede integrar entonces el Patrimonio de la Nación con los monumentos, esculturas, plazas, jardines, templos, edificios de carácter histórico, sitios arqueológicos, o bien todos aquellos lugares que han adquirido un interés artístico, científico o social.

Clasificación

• Patrimonio tangible Bienes inmuebles Bienes muebles

Gran Jaguar, parte del complejo arqueológico de TikalPatrimonio cultural tangible, inmueble

Palacio de los capitanes GeneralesAntigua Guatemala, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Cristo Negro de EsquipulasEscultura colonial

Pintura colonialPatrimonio cultural tangible mueble

• Patrimonio intangible:

La tradición oral. La tradición musical. La tradición medicinal. La tradición culinaria. La tradición artesanal. La tradición religiosa. La tradición de danza. Y la tradición de teatro.

Jocón Tradición culinaria

Chocolate Tradición culinaria

Rabinal AchiDanza Guatemalteca, Prehispanica

Música Patrimonio cultural intangible

Tradición Oral Patrimonio cultural intangible

¿Mito o Leyenda?

¿Qué es una leyenda?

• “la narración irreal, pero con huellas de verdad, ligada a un área o a una sociedad, sobre temas de héroes, de la historia patria, de seres mitológicos, de almas en pena, de seres sobrenaturales, o sobre los orígenes de hechos vacios.”

Leyendas de Guatemala

• Surgen de un sincretismo, mezclan lo profano y religioso, lo real y lo ficticio.

“Los rezadores del barrio de la Recolección”

• Sucedió antes del terremoto, por el barrio de La Recolección. Contaba el papá a su hijo que hubo varias noches de primeros viernes en las que se oían ruidos y pasos, y entre las gentes del barrio corrió la bola que no se podía salir a ver qué era lo que estaba pasando; pero, como no falta gente para todo, un patojo atrevido (pariente de ellos por cierto, y por eso es que el hijo sabía), decidió salir una noche; estuvo en vela, y cuando empezó a oír el ruido, como a eso de las doce de la noche, salió a mirar a la puerta de calle; entonces, dice el papá, que el patojo vio pasar frente a él una procesión que le paralizó del miedo; a cada lado de las aceras, hombres con capirote y con una vela encendida en las manos iban rezando: eran cientos; uno de los encapirotados se acercó a él y le entregó una candela.

• El muchacho la recibió asustadísimo y no se pudo mover un centímetro, hasta que entre los llanos del Sauce se perdió el último de los rezadores; el joven palidísimo apenas si pudo entrar a la casa; a la mañana siguiente vio con horror, que en lugar de la candela lo que tenía era un horrible hueso largo, un fémur. Aterrado llamó a su compañero de cuarto y le pidió consejo; el amigo le dijo que esperara la noche y que se lo devolviera; a la otra noche de primer viernes, y a la misma hora, aparecieron los encapuchados: el joven tenía el hueso en la mano, los encapirotados empezaron a pasar (¡cómo se oía su rezado!); al acercarse uno de ellos, el muchacho le tendió el hueso, pero el encapirotado le tomó de la mano, y a puro tiolucho se lo ganó; y nunca más se supo de él. El papá decía que se lo habían ganado los rezadores de la noche.

• Lara Figueroa, Celso. “Leyendas populares de aparecidos y ánimas en pena en Guatemala”. Artemis Edinter. Guatemala, 1996.

Contexto cultural

• Tradición religiosa• Cosmovisión prehispánica• Fusión religiosa• El pecado y el castigo

Contexto Social • Barrio la Recolección• Líneas familiares • Amonestaciones sociales• Función económica

Importancia de las Ciencias Sociales

• El estudio de la historia para la construcción de la identidad.

• Cuidado y rescate de bienes patrimoniales. • Aprendizaje vivencial.

“Un pueblo sin Historia es un pueblo sin identidad… un pueblo sin identidad es un

pueblo que no prospera..”

Muchas Gracias