LF2013 - H.Lobo - Crónica del Laberinto Negro [Por EnOcH]

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Crnica del

Un Tomo Prohibido de Sabidura Acerca del Wyrmque es una compilacin de narraciones y documento provenientes de mltiples fuentes cuyo origen se sita en diferentes tiempos y lugares, reunidos por manos hacendosas y exhaustivamente comentado para ayudar en la iluminacin de nefitos e iniciados.

Crnica del Laberinto NegroEstudiado, compilado y comentado por Frater I*I, Guardin del Orbe Oscuro y Contemplador del Abismo. Primera edicin: C RedBletter Press, San Francisco. El Editor no asume ningn tipo de responsabilidad por los daos fsicos o espirituales que resulten del abuso de los secretos csmicos revelados en el interior. La verdad no se ocultar ms. Esta edicin; C Llewballah Publicacions. Las cartas del Centurin han sido extradas de La Historia de los Britones y apndices por Nennius tambin denominada Miscelnea historia britnica. Los extractos de Fabule el Cantae Scotti provienen de la obra original Crnicas del Laberinto Negro, C 1735, por Lord Alfred Craven. El proceso del Moje Negro se obtuvo de la Biblioteca del Vaticano y se imprimi sin permiso. Ex Disputanden Re Supernibus Ab Probati Quaestori Adversarique proviene de La peregrinacin del joven aprendiz Quaestor, que a su vez proviene de la obra original Crnica por Lord Craven. El profesor Webley y el extrao caso del misterio oriental fueron originalmente publicados en Glove Hoof Quaererly, vol. Iii, numero 5, ediciones Stanley Kirowan; reimpresa por cortesia de de Grandin. Los textos de Laird de Demborough han sido extraidos de la coleccin personal de Frater I*I.

Crnica del

Indice Prefacio de la edicin de 1995 Prefacio de la edicin de 1970 Introduccin Libro I: la era de la calamidad1: Carta de un centurin 2: Fabulae et Cantae Scotti

iv vi I6 18 30 43 56 67 68 72

Libro II: la era de la consuncin3: El proceso del Monje Negro 4: Ex Disputandem Re Supernibus Ab Pobati Quaestori Adversarique

Libro III: la era de la corrupcin5: El profesor Webley y el extrao caso del misterioso oriental 6: Los ritos de Laird de Demborough en la Abadia Phelegma Parte i: El rito de Conocimiento y Conversacion con los Maeljin Incarna y la Evocacin y Union del Impulso Parte ii: Liber O.O.O: De los Grados de Iniciacin. Sus Ttulos y Deberes. Con Referencia a los Desafos Encontrados dentro del Laberinto de la Espiral Negra Parte iii: Liber C.C.C: De la Sucesin de las Eras, Las Llaves Evocatorias de los impulsos, y de los Maeljin Incarna Relacionados

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Epilogo Notas

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Prefacio a la edicin de 1995

El libro que tienes entre las manos constituye la ultima entrega de la reimpresin de los clsicos de la Literatura Mgica, que recoge las mejores obras sobre esoterismo religioso y mstico, y las presenta en un formato moderno, perfectamente documentado y ameno. La mayor satisfaccin que produce el trabajar en esta obra es el reconocimiento que se recibe por parte de la mayora de los msticos de todas partes del mundo, de la tradicin en su conjunto, que se encuentra en su pleno resurgimiento en este siglo, generalmente considerado como la era ms pobre espiritualmente hablando. El objetivo a conseguir por el editor ha sido siempre el ennoblecimiento del alma, que puede ser cultivado a travs de la meditacin acerca de los diversos y a veces incluso conflictivos puntos de vista de personas de distintos lugares de procedencia. Cosa que no se puede afirmar de este trabajo. Lo que sigue, es, a juicio del editor, uno de los ms repugnantes ejemplos de intento de justificacin acerca de los excesos perpetrados por aquellos a los que Alister Crowley se refiri como la Hermandad Oscura, o la Senda de la mano izquierda. Leer este libro es semejante a tratar de navegar por el laberinto que se esfuerza en describir. En este viaje, el recopilador se revela a s mismo como un sujeto sin ningn escrpulo, carente de cualquier sentimiento humano e incapaz de mostrar siquiera el ms superficial talento literario. Su conocimiento acerca de la Historia, es, en el mejor de los casos, incompleto, y en el peor, apcrifo. Su propia perspectiva vacila a lo largo de la obra, ejemplificando el porqu no debera afrontarse un trabajo de investigacin bajo los efectos de alucingenos. Lo poco de verdad metafsica que se encierra en la obra, es presentado de una manera tan retorcida, que degrada lo que realmente trata de defender. En pocas palabras, este trabajo no es ms que algo parecido a pornografa esotrica.

Prefacio a la edicin de 1995

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Esta reimpresin slo ha sido publica debido al increble aumento de la demanda por parte de lo que este editor considera como los ms repugnantes y marginales elementos que impregnan la subcultura ocultistas ms serias. La nota final requiere una especial atencin. Su inclusin slo puede ser considerada como una broma de psimo gusto, probablemente a expensas del editor original, quien desapareci poco despus de que este volumen se publicara. No puede ser tomada en serio, puesto que tanto las actividades como el paradero de quien las realiza, incluso durante este periodo tan catico, se reducen al folclore. La prominencia de semejante personaje, se podra hablar incluso de deificacin, por parte de los medios ms amarillistas es sintomtica de la confusin que lleva a la mayora de la gente a tratar de evadirse de la responsabilidad inherente a la mejora espiritual. Mientras que es obvio que se puede hacer acopio de importantes conocimientos, e incluso un cierto grado de iluminacin, a travs de una cautelosa simpata hacia el diablo, esta clase de adoracin ciega tan slo puede conducir a la enfermedad mental y la ruina. Aqu en Publicaciones Llewballah nunca hemos eludido el deber de todo mstico de conocer al mal cara a cara. Es esto lo que lector har cada vez que abra este volumen. Se antoja superfluo advertir al lector de que no realice ninguno de los rituales que aqu se contienen, pero la mera existencia del libro, as como la actual demanda del mismo, aconseja la necesidad de tal advertencia. Babaji Ashley Simes Redactor Jefe de reediciones Publicaciones Llewballah Prefacio 1995

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Prefacio a la edicin de 1970

Mi primer encuentro con la entidad conocida como Frater I*I se produjo durante el Verano del amor en el ahora famoso garito situado en Los ngeles, Whiskey-a-Gogo. Esa noche escuchaba al moderno tecnochamn Jim Morrison y su grupo, The Doors, practicando su arte, lo que vena a consistir, a mi modesto entender, en la ruptura y destruccin de todas las barreras psicolgicas de la audiencia. Los pulsantes ritmos del Sr. Densmore proporcionaban el impulso espiritual que nos empujaba fuera de nuestros cuerpos, fuera del club incluso, lanzndonos a un vuelo interior que el Sr. Krieger sustentaba con una armona agridulce; despus, el Sr. Manzarek nos atraa hasta labernticas complejidades de abstraccin y nos dejaba, a la deriva, hasta que la poderosa voz del Sr. Morrison nos traa de vuelta al aqu y ahora. El nmero final vino a ser un apocalptico viaje a travs del siniestro inframundo de la inconsciencia posmoderna, culminando por un solemne poema en prosa que dejaba al descubierto el salvajismo edpico de la libido ms primaria. Debo confesar que esta actuacin me alcanz tan profundamente que parece que experiment lo que es conocido en jerga como una ida de olla: abrumado por la emocin, ca al suelo sollozando y entre convulsiones, emitiendo de cuando en cuando un ocasional aullido de profunda angustia. Supongo que deb ser echado del club; mi siguiente recuerdo coherente era ya yaca en un callejn cercano poco despus de que cerrara, apestando a alcohol y orina. Pareca que haba sido objetivo de la fauna local, a juzgar por la desaparicin de mi cartera, as como del chaleco de cuero y mis botas de piel de serpiente. Antes de que pudiera asimilar todo esto, me di cuenta de que alguien me observaba desde la sombra del callejn. Esta persona; pequea, delgada, y cargada de hombros, vesta de negro y con cierto aire oriental que chocaba con sus rasgos atezados, dio un paso adelante y se present como Frater Eye Eye (N. Del T.: Frater Doble Ojo.

Prefacio a la edicin de 1970

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Dejo la grafa original para no propiciar la confusin del lector, puesto que ms adelante se alude a la misma persona como Frater I*I) Apiadndose de m, puesto que me encontraba en tan lamentable estado, me invit a su refugio, un desaliado stano donde me ofreci camomila y vitamina B. Segn mi cabeza se iba despejando, me di cuenta de que me hallaba en mitad de lo que probablemente fuera la mayor biblioteca ocultista de este hemisferio. El apartamento al completo estaba abarrotado desde el suelo hasta el techo con antiguos tomos y crujientes pergaminos. Conversamos sobre todo tipo de asuntos relacionados con lo arcano hasta bien entrada la maana. Frater I*I pareca estar versado acerca de la materia, en todos sus aspectos: desde la infraestructura del conocimiento Hermtico, hasta diversos y siniestros cultos asiticos, pasando por los bailes de los chamanes primitivos. Segn nuestro discurso tomaba esta ltima direccin, me mir con sus oscuros ojos y me pregunt con cierto matiz mordaz lo que pensaba de la actuacin del Sr. Morrison. Me sent tremendamente incmodo al darme cuenta de que si l haba visto la actuacin, tambin habra reparado en mi crisis histrica. Balbuc alguna rplica ininteligible. No temas reconocer lo que eres me dijo la experiencia se produjo hace ya unas pocas horas, pero an ests experimentando la iniciacin. Lo buscaste o no, has indagado en tu interior y has visto la verdad. Has abierto los ojos, has visto la entrada al Primer Crculo, lo has conseguido, joder! Pero ahora tu aprendizaje depende de cmo reacciones. No puedes ignorar a las tinieblas, forman parte de ti. Ignorar la sombra slo le otorga ms poder y le permite alimentarse de tu alma. Esta es la fosa absoluta, y has de zambullirte en ella y permanecer en ella, para que no caigas en las garras de Foebok y te convierta en un esclavo del Miedo Aunque no tena la ms mnima idea de cmo responder a su arrebato, algo se revolvi en mis tripas al escuchar el tono de voz de Frater I*I. La bilis inund mi garganta, y entonces mi cerebro se quebr, inundando mi cabeza con toda la intensidad de mi anterior crisis, ahora limpio y libre de todo tipo de sustancias alucingenas. Reviv hasta el ms escabroso detalle de todas las humillaciones y agonas sufridas por m y mi familia, torturas tan intensas que carecan de palabras; las visualic como un eje sobre el que mi propia alma se retorca, un nudo canceroso que amenazaba con tragarme en un acto de autodestruccin. Saba que podra haber muerto en ese momento; toda voluntad de vivir y toda conciencia de m mismo desapreci por completo, sumindome en una sima abisal de desesperacin. La nica cosa que me protegi fue el propio Frater I*I, quien me condujo fuera de aquel psicodrama laberntico gracias al sonido de su voz; fue su gua la que devan mi camino a travs del nudo del odio y me hizo encontrar la verdad ms all del dolor. Me sumerg en una nueva compresin. Haba alcanzado un estado que jams habra conseguido ni con aos de terapia intensiva. En la siguiente semanas en las que visit con frecuencia a Frater I*I, le somet a un profundo interrogatorio acerca de las tcnicas que us para guiarme a travs del mal viaje, y las alusiones arcanas que trufaban su conversacin. Sus explicaciones forman el volumen que ahora posees. A travs de sus narraciones,

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Crnica del Laberinto Negro

Frater I*I, ha seguido el rastro de la formacin y posterior desarrollo de una tradicin mstica secreta, conocida por varios nombres en diversos perodos, pero unidos por el mismo conocimiento. La iniciacin en tal tradicin se realiza a travs de experiencias semejantes a la ma, en la que la oscura sombra del subconsciente del iniciado es desafiada y superada. Cada grado de iniciacin est vinculado al paso a travs de uno de los brazos de un enorme laberinto conocido como el Laberinto Negro, situada en el Templo Oscuro, ms all del tiempo y del espacio. Segn uno progresa a lo largo de la espiral hacia el centro, es probado respecto a aquella cualidades y facultades que permiten abrazar el secreto de secretos que aguarda en el corazn del laberinto. Durante los aos siguientes, recib, de forma irregular, fragmentos del manuscrito en los que Frater I*I haba recogido una rudimentaria cronologa de esta tradicin a travs de una multitud de documentos histricos, que cuidadosamente haba analizado y estudiado. La informacin contenida en este trabajo puede tener un profundo impacto sobre diversas escuelas de pensamiento; metafsicas y antropolgicas. Frater I*I me prometi entregarme un apndice que actualizaba la cronologa, pero a da de hoy, an no lo he recibido. He tomado la decisin de publicarlo cuando, a la vista de las noticias de esta tarde, me he dado cuenta de que nuestro pas est en camino de desafiar a su propia sombra colectiva. Entre los extremos del orden social establecido y la liberacin de la revolucin contracultural, encontramos la lucha social, establecida y perpetuada por los autnticos nudos gordianos de la negacin de la realidad. El estado, engordado gracias a la abusiva burocracia, se ha convertido en un motor de destruccin que no puede (o no quiere) distinguir entre amigos y enemigos. Nos hemos refugiado en la Revolucin del amor, pero incluso esta inocencia no puede hacer frente a los eslganes garabateados en sangre en la pantalla de la televisin. Como planeta, vivimos a la sombra de la absoluta aniquilacin; como raza, nuestro paso a travs de esta era depender de si podemos aprender las lecciones del Laberinto Negro, a cuyo fin ofrezco este volumen como gua a travs del laberinto de crisis que conforma nuestro tiempo. Egbert Reeve, RedBletter Press San Francisco, 1970

Introduccin

En 1735, Lord Alfred Graven public a Crnica del Laberinto Negro, el precedente del libro que ahora ests leyendo. La intencin declarada de su trabajo, presentado al Rey Jorge II antes de su publicacin, fue poner al descubierto una red de intriga y conspiracin que apuntaba a la familia real britnica en concreto, y contra la integridad de la nacin inglesa en general. Lord Craven, guerrero retirado, y erudito de estilo peculiar, se haba ocupado durante la mayor parte de su vida profesional a la proteccin de la corona contra Carlos Eduardo, (el advenedizo, que buscaba reclamar el trono de la lnea Estuardo) y resulto gravemente herido en la primera insurreccin jacobita unos veinte aos atrs. La primera mitad de su trabajo es una obra maestra que rivaliza con muchos tratados de la conspiracin actuales, intercalado parlamentario, siguiendo el estilo de la Gran Inquisicin. Esta conspiracin, a la que Craven denomina Laberinto Negro, se extenda por todas las Islas Britnicas y ms all, implicando a la mayora de Europa as como las colonias americanas; en esta conspiracin cualquier sospecha era transformada de inmediato por Craven en una evidencia condenatoria. Sealaba su origen en Escocia, aunque no se detena ah; la segunda mitad de su trabajo analizaba la Historia, en un intento por vincular la malicia de los escoceses y sus aliados conspiradores a la actuaciones de oscuras entidades cuyo orgenes se perdan en las nieblas de la Prehistoria. Jung, su doctrina central es sorprendentemente familiar; cada uno ha de identificar y afrontar su Sombra particular, el aspecto oscuro de su propia personalidad, para despus abrazarla y reconciliarse con ella, obteniendo de esta forma el equilibrio y fuerza interior.

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Crnica del Laberinto NegroUna vez echo esto, se ha de realizar la misma operacin respecto del mundo por completo, consiguiendo que reconcilie a su vez con su sombra personificado como el Wyrm, el gran Corruptor. Desafortunadamente para Lord Craven, su propia Sombra, su odio paranoico hacia todo lo escocs, le ceg ante las consecuencias de sus propios actos. Jorge II era, por parte de su abuela Sofa, Princesa de Hanover, descendiente del Rey Jaime I, el intrprete de las escrituras antiguamente conocido como Jaime VI, Rey de Escocia. Enfurecido por la arrogancia y horrorizado por las vividas descripciones contenidas en la Crnica acerca de los antepasados medievales escoceses y su degeneracin creciente, el rey orden que todas las copias del libro fueran quemadas y que Lord Craven fuera decapitado por traicin. La desgracia permaneci unida al apellido Craven durante al menos un siglo. El recopilador del presente volumen se hizo con una copia de la Crnica del Laberinto Negro en una librera de dudosa reputacin en Nueva York all por el 1960. Ciertos apellidos implicados por Craven en la intriga bizantina que diseo inspiraron parte del defectuoso entendimiento de su propia herencia. La obra culmina con la compleja comprensin de los principios fundamentales de la tradicin mstica del Wyrm. Durante el curso de su explicacin, lo que el autor considera como su Danza de Reconocimiento, fue contactado por ciertos espritus llamados Perdiciones que lo condujeron hasta la siniestras ruinas de la Abada Phelegma. El resultado de su peregrinacin espiritual transform la vida del autor, que adopt una nueva identidad, y que constituye el Captulo Sexto de este libro. Fue el ahogamiento en estos documentos lo que le lev a ver la necesidad de una versin moderna de esta Crnica del Laberinto Negro. Tras un ftil intento de conseguir validar la Crnica desde un punto de vista acadmico, el autor estuvo ms que satisfecho de mantener correspondencia con el Profesor de Antropologa Comparativa de la Universidad de Edimburgo, W.Richard MacLish. Sin la saba gua del Profesor MacLish, la recopilacin y traduccin de los siguientes documentos nunca podra haberse llevado acabo. Despus de tratar sin xito de establecer una rama de la Orden Pretnica (como la orden del Wyrm es conocida) en Nueva York, se dirigi hacia el oeste, donde mentes ms abiertas se reunan en busca de la verdad. En San Francisco dio con Don Egbert Reeve, cuyo deseo de iluminacin espiritual en conjuncin con sus negocios de publicaciones independientes hicieron de la edicin moderna de la Crnica de la Espiral Negra, una realidad. Don Reeve no es slo un buen amigo sino parte de la familia; su nombre se deriva de Redb galico-picto, herencia que comparte con el autor. Sin su desinteresado inters y amable asistencia, junto con los generosos recursos de su RedBletter Press, este volumen nunca habra visto la luz. Frater I*I, Guardian del Orbe Oscuro y Contemplador del Abismo San Francisco, 1968

Libro i:

Era

dE La

CaLamidad

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Captulo Primero: Cartas de un Centurin

El contenido de este captulo ha sido recogido del Museo Britnico Harleiano MS 3859, a veces referido como La Historia de los Britanos y apndices de Nennius, comnmente conocido por los eruditos actuales como Miscelnea histrica britnica. El ltimo ttulo es el ms apropiado, puesto que es poco ms que una coleccin catica de documentos sin inventariar o catalogar, y contiene, entre otras cosas, oraciones en Latn, parte del sermn de San Agustn de Hippo, y una oscura geografa Escitia. Adquirido por la Biblioteca Harleiana en 1729, ha sido datada sobre la segunda mitad del siglo dcimo y atribuida al scriptorium de San David. El volumen original de la Crnica del Laberinto Negro finaliza con una confusa versin de lo que se narra a continuacin, probablemente debido a que Lord Craven tom como base traducciones de segunda y tercera mano, puesto que tena vetado el acceso a la Biblioteca de Harleiana a causa de su conducta polticamente incorrecta. Frater I*I se ha esforzado en realizar una versin ms moderna, pero la psima condicin en que se encontraba el manuscrito permite tan slo un texto fragmentario. Nuestro narrador, Titus Germanicus, fue un centurin acuartelado en Corstopitum (la actual Crobridge), cerca del Muro de Adriano alrededor del 200 d.C. Sus esfuerzos por llevar la frontera un poco ms al norte sin duda provenan del deseo del Emperador Sptimo Severo por ver la frontera romana redear por completo las Islas Britnicas. El origen germnico que se deriva del apellido de Titus (y mencionado despus en el documento) es poco usual, puesto que la ciudadana no recaa sobre los hombres libres no romanos hasta el edicto de Caracalla, promulgado algunos aos despus. Caius Estulitius Incitatus era el Legatus a quien se diriga estas cartas.

Cartas de un Centurin

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[S]alve, Legatus! De acuerdo con vuestras rdenes, me dispongo a comunicaros este informe de los ltimos sucesos acaecidos junto al muro1 : an defiende territorio del Imperio, pero a no poco precio, me temo. La tribu salvaje de Caledonia2 an acosan la frontera, a pesar de las desproporcionadas sumas de dinero que regularmente pagamos a sus reyes y jefes. An a riesgo de desafiaros a vos y a vuestros antepasados, sugerira que el Imperio cesara en tales pagos a aquellos que no tienen control sobre sus sbditos. [E]n lugar de este mtodo, recomendara una estrategia ms afectiva basada en la experiencia que he ido adquiriendo en los aos desde que fui destinado a este puesto. He aprendido algo acerca de las enemistades tribales y las luchas de poder que existen en Caledonia, y estoy seguro de que podra ser explotadas en nuestro beneficio, para mantener la frontera intacta. [G]racias a algunos informadores nativos, he averiguado que Caledonia est habitada no slo por las tribus goidlicas de los celtas, con los que ya somos familiares, sino por otra raza, no necesariamente amistosa con aquellos. [D]esde que el divino Adriano contruyera el gran muro que se extiende a lo largo de la frontera, el Imperio se ha visto inundado por informes acerca de fieros y salvajes guerreros, desnudos y cubiertos de pies a cabeza por tatuajes de color azul, que surgen de la nada y a menudo arrastran a nuestros valientes muchachos de las murallas ayudades de garfios, para despus celebrar un festn con su carne, ante los horrorizados ojos de sus compaeros3. [E]stos pictos, as llamados por su aspecto, dominan las regiones del noroeste de Caledonia, desde las que realizan incursiones en los territorios de los galicos (como se denominan a las tribus goidcas) adems de a las fortalezas romanas. Propongo enfrentar a estos pictos contra los galicos, y cultivar un odio an mayor entre estos dos pueblos. [P]ara lograrlo, he invitado a Brennus, el alto rey picto, a parlamentar en Eboracum4. All le propondr que se ale junto a Roma contra los galicos. Si los podemos mantener el uno contra el otro, no tendrn los suficientes hombres o energa para seguir acosando el muro, y el resto de Britania podr seguir desfrutando de la Pax Romana. [T]itus Germanucus, Centurin, CVIII cohorte. [S]alve, Legatus! [T]emo que tengo que comunicaros que la negociacin en Eboracum concluy sin xito. El rey Brennus de los pictos5, a pesar de su conducta reservada y esquiva (tan en contraste con la mayora de los lderes brbaros), no acept mi propuesta. Desafortunadamente, haba subestimado la completa anarqua que se extiende ms all del muro. Es probable que cualquier pacto que estos salvajes pudieran firmar con nosotros no fuera respetado por todas las tribus pictas que supuestamente de deben lealtad. [E]s extrao que aprendiera esto del propio Brennus, que habla con toda franqueza acerca del triste estado de su reino. Resulta un hombre peculiar; revestido de una sobria nobleza incluso a pesar de sus cejas inclinadas, anchas fosas nasales y su basta mandbula lampia. Su cabeza apenas llegaba a mi hombro y pesara al menos la mitad que yo, pero. Era tan gil y nervudo como una pantera. Vestido solamente con un pantaln y sus tatuajes azules, armado con una lanza corta sin adornos y una sencilla daga de fabricacin celta, caminaba con toda la tranquilidad entre los romanos reunidos como si tuviera un ciento de los suyos a su lado. [A] pesar de que aparentaba la grandeza de todo un monarca civilizado, se refera a su pueblo de un modo distanciado, casi ajeno; supuse que las familias gobernantes del

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Crnica del Laberinto Negroreino picto haban mantenido el poder entre sus manos durante tanto tiempo que haba acabado por desunir de sus propios sbditos. Tambin sospech que pudiera existir algo de endogamia entre los dirigentes, algo comn en las aristocracia salvaje. [C]asi todas estas especulaciones se vinieron abajo cuando tuve ocasin de observar a Brennus relacionndose con su sequito. Una media docena de guerreros pictos lo acompaaban como su guardia personal. Eran pequeos, ms pequeos incluso que Brannus, y cubran su piel de tatuajes similares. Aqu terminaba toda semejanza; mientras que su rey despeda un aura de nobleza salvaje y primaria, los dems eran especimenes burdos y canallescos, encorvados, de habla gutural, y piel escamosa y enferma. [M]encionas el triste estado de mi pueblo, me dijo Brennus, pero sabe esto, romano: estos hombres son los mejores que he encontrado. Sus cuerpos estn retorcidos por el mal que acecha en mi tierra, pero sus espritus an se conservan puros. S que sus corazones son leales a m, y que la sangre que en ellos fluye es la de los autnticos Aulladores Blancos6, no; y aqu Brennus se detuvo, en apariencia consumido por la rabia que slo contena gracias a una voluntad de acero. Se dio la vuelta en ademn de marcharse, se par, y sigui hablando de espaldas a m. Te gustara ganarnos como aliados, romano? nos prestaras tus lanzas en nuestra lucha contra los galicos? Entonces llama a algunos de tus hombres y haz que traigan sus monturas! As sabrs quienes estarn dispuestos a luchar junto a ti! Cuando ests listo, te conducir al corazn de territorio picto!. [Y] esto es todo, Legatus. Esta ser mi ultima misiva durante algn tiempo, pero mi siguiente informe seguramente ir acompaado de buenas noticias; pronto empujaremos a los celtas hacia el mar y redibujaremos la frontera romana hasta comprender toda Caledonia. [T]itus Germanucus, Centurin, CVIII cohorte.

Cartas de un Centurin

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Estas son las nicas cartas completas de Germanicus. Aunque nunca fueron enviadas a Roma, no es probable que Germanicus las llevara con l a tierras pictas. Frater I*I cree que fueron conservadas en Eboracum de algn modo, y obtenidas despus por Nennius o cualquier otro compilador annimo. Esta teora es corroborada por la diferencia de estado con la narracin que sigue. Mientras que las otras dos cartas haban sido escritas con cuidado sobre pergamino (la letra inicial de prrafo an sin terminar de ser iluminada), el siguiente texto lo escribe Germanicus a mano, y fue aadido a la contraportada de MS, probablemente para incluirlo posteriormente como un apndice. Lo que sigue puede haber sido el inicio de una serie de cartas a Incitatus, pero el estado fragmentario del texto deja esta pregunta sin responder. Casi con toda seguridad, estos escritos formaron parte del diario de Germanicus, con los que pretenda escribir su informe a Roma, Tras su triunfante regreso. [] Dejamos Eboracum y pasamos las ruinas de la Torre de Trajano7. Extraas miradas se sucedieron entre Brennus y sus hombres, e intercambiaron murmullos furtivos. Posteriormente, un explorador gals de nuestro grupo, que conoca algo de picto, nos relat como los hombres de Brennus le haban dicho en tono acusador: les llevas contigo y quizs recuerden. [] La campia tiene algo de espartana belleza. Vastos campos de brezos se extienden bajo el plomizo cielo; las colinas se inclinan con suavidad en algunos lugares, mientras que en otros se retuercen en extraos ngulos de roca desnuda. Pregunt a Brennus [] [] pero no creas que la tierra ha sido siempre como ves. Cuando mi pueblo vino aqu por primera vez, lo hizo andando, puesto que los mares an no haban dividido estos terrenos. La tierra se estaba deshaciendo de su manto de hielo, y cazbamos a los renos, bisontes y mamuts por las llanuras. No te sorprendas, romano!, porque el mo es un pueblo antiguo, y nuestros recuerdos llegan tan lejos como ni te puedes imaginar. Cuando los ocanos se levantaron, nos trasladamos a las colinas; por aquel entonces, frondosos bosques cubran la mayor parte del pas. Mi propio ttem; el Len, era abundante, as como el ciervo rojo, el jabal, y muchos otros animales, que se extinguieron junto con la propia tierra [] Las condiciones de vida de esta gente son deplorables. No poseen viviendas, sino que la mayora malvive en montones de tierra. Incluso he odo que aquellos que viven en las colinas lo hacen en cuevas y madrigueras, como los animales. Hay algunas estructuras de madera y piedra, donde Brennus nos permite alojarnos a nosotros y a nuestras monturas. Dentro de aquellas vemos herramientas y armas de bronce y acero, la mayora de ellas de origen goidlico. No obstante, algunas, en mi opinin, son producto de la artesana picta; crudamente trabajadas y adornadas con imgenes retorcidas de fantasiosas bestias.

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Crnica del Laberinto NegroFuera de estos lugares, ni siquiera estas tristes objetos son utilizados por la poblacin; la mayora de los sbditos de Brennus se las arreglan como pueden con poco ms que herramientas de madera y piedra, poco mejor que los trogloditas. [] El siguiente fragmento parece haber sido escrito inmediatamente despus del evento que describe, puesto que el texto, garabateado apresuradamente en apretado estilo latino, est desfigurado por quemaduras, manchas de sangre y de otras sustancias menos identificables. [] volcado, lloviendo chispas y derramando ascuas sobre la tienda, que es presa de las llamas en un instante. Agarrando mi [] asquerosos salvajes enanos, nos la han jugado; entonces fue cortado acompaado de un sonido desgarro [] relucientes hojas a la luz del fuego, brillantes caras de hombres que lloraban de miedo y dolor, gruidos de enormes [] sangre y ms sangre segn se clavaba mas profundamente mi gladius [] con un puado de grasiento pellejo, entonces se gir [] encarado a una pesadilla, de pequeos ojos de cerdo brillando ahtos de ira con un enfermo verde, y una orejas de murcilago grises y cubiertas de muescas de anteriores batallas; pero lo peor era la boca, abierta en un ngulo imposible casi de lado a lado, dividiendo la cara verticalmente, con mandbulas de colmillos que le brotaban por todas partes [] grave y gorgoteante en lo profundo de su garganta, dejando caer un lquido viscoso que levantaba columnas de humo all donde caa [] sobre su coriceo hombro, Brennus, extraamente transformado [] mirada salvaje se encontr con la ma a la misma

Cartas de un Centurin

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altura [] extremidades ms largas, provistas de ms masa muscular, su ancho pecho azul cubierto de brillantes cortes carmeses. Gruendo, se abalanz [] no demasiado aturdido por el impacto como para no apreciar la metamorfosis obrada en el rey picto: su cara estirada hasta semejarse al hocico de un perro, blanco pelaje creciendo de improviso por todo [] cortando, desgarrando, partiendo en dos con una furia ardiente ms intensa que la de propio sol, una furia que podra hacer que los dioses perdieran su [] con un ltimo y desesperado esfuerzo, liber su premio y lo levant, aun retorcindose, al oscuro cielo repleto de humo. Su aullido de victoria quebr la noche; entonces, hundi sus colmillos en [] El siguiente pasaje fue escrito despus, bajo condiciones menos adversas, haciendo que sea mucho ms fcil su lectura y traduccin [Digo, t] me puedes llamar romano, pero has de saber que nac en los bosques de Germania, que mi corazn se forjo en los helados fuegos del norte, y que soy de la estirpe de los berserker, los que a su vez lo son del lobo Fenris. Mucho antes de que me sentara en las escuelas romanas o levantara una espada romana, tos vitki y tas brujas me hablaron de las viejas tradiciones, acerca del conocimiento de las runas y de os cambiantes caminos de los Fenris. Tendras que hacer algo ms que eso para sorprenderme, oh, Rey de los Pictos La cara de Brennus continu con su expresin impasible. Su mirada no se alejaba de las ruinas del campamento, donde se haban prendido las hogueras para nuestros camaradas cados (he de llamar la atencin sobre el hecho de que no se encontraron todos los cuerpos de mis hombres). Como desees, dijo finalmente. Te hablaron tus parientes de los Di Triplecti, del Magnis Vermis8?. Claro que si! Nos referimos a l como Jormungandr, la Serpiente de Midgard. Se dice que su despertar traer el Ragnarok, el fin de todas las cosas. Y as ha sido; sus ojos se estrecharon mientras se volva hacia m. Para nosotros, al menos. Explicate. No pienses que vosotros (los romanos, quiero decir) habis sido los nicos que habis intentado invadir estas tierras. Antes que vosotros vinieron los celtas, hordas de ellos, cada una ms borracha y molesta que la ltima. No me malinterpretes, los pictos vivimos en paz con los celtas, y nadie puede igualar las canciones que cantamos juntos! Pero ellos continan creciendo, y los nuestros comienzan a escasear. Hacemos la guerra y luchamos duro por nuestras tierras, pero simplemente son muchos, y nos vemos empujados hacia las colinas. Puede que haya algo de justicia en esto. Puesto que, cuando nosotros los pictos llegamos aqu, siguiendo el rastro de los rinocerontes y mamuts, haba otros antes de nosotros. Otros a los que empujamos fuera de sus territorios, justo como ahora nos ocurre a nosotros. Escucha con atencin, puesto que resulta irnico: este pueblo del que te hablo era de seres ms pequeos que nosotros, con extraos rostros, ms parecidos a lagartos o a serpientes que a humanos. Llevaban aqu desde incluso antes de la llegada de los muros de hielo, y moraban en madrigueras subterrneas, justo como lo empieza a hacer mi pueblo. Cuando llegaron los celtas, nos aliamos contra el pueblo serpiente; cuando las legiones romanas marcharon sobre nosotros, nos unimos a los celtas para rechazarlas. Ves? El mundo se mueve en crculos, tal y como el Vermis muerde su cola.

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Crnica del Laberinto Negro

La mencin del picto acerca de la serpientes bajo tierra despert en m memorias de cuentos escuchados en mi juventud. El comentario hizo que pensar en la vuelta a la Torre de Trajano me hiciera sentir incmodo. Imagin las colinas a nuestro alrededor acechando, oyndonos con atencin. Este pueblo serpiente estaba versado en la senda del Vermis, pero del Vermis antiguo, antes de que la locura embargara al Textor. Fue el antiguo Vermis quien mantuvo el equilibrio entre Textor y Feritas, entre el orden y el caos. O as nos lo ensearon. El Vermis an tena ancestrales fortalezas, Foevae, en esta tierra; lugares sagrados para el pueblo serpiente, por lo que creo que realmente no comprendan la locura del Textor o el cambio que haba obrado en el Vermis [] [] Recuerda la historia de la poca de Aagricola, tu predecesor, quien trat de subyugar las tierras de Celedonia. Recuerda eso; a pesar de que su nmero, armas y recursos eran ampliamente superiores, nuestros pequeos grupos de pictos y celtas equilibraban la balanza cortando sus lneas de suministros. Comprende que su odio y furia, que habitualmente genera tu imperio, es tanto una gran fuerza as como nuestra perdicin. Cuando era joven, mi odio hacia Roma era tal, que me llev a invocar una fuerza oscura. [] al menos un centurin que conozcamos, era uno de los muertos andantes, aquellos que arden a la luz del sol, y que sacian su sed con la sangre de los vivos. Entre su centuria se encontraban aquellos que los galicos denominan fomori, hombres que han sido posedos por espritus malignos hasta transformarse en armas del Vermis. Muchos entre mi gente creen que recibieron la ayuda del pueblo serpiente cuando atravesaron territorio picto, puesto que es imposible superar la vigilancia de los pictos.

Cartas de un Centurin

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En cualquier caso, avanzaron por las montaas Grampain y ms all, hacia el lejano norte donde se alza Fovea. All despertaron el ancestral poder del lugar, y abrieron el camino para que el Vermis asomara su cabeza sobre la tierra. En la hora ms oscura, la Bestia Bello, el violento rostro del Wyrm, reclam el corazn del propio Calgacus9, ahto de rabia, como Su primer trofeo. Puesto que si hubiera continuado con su guerra de guerrillas, la legin habra malgastado el tiempo en vagar de un lado a otro, y puede que Roma hubiera terminado por abandonar sus intenciones de subyugar a los salvajes de Caledonia. Pero la ira que es a la vez don y perdicin de mi gente, le impeli a abandonar la seguridad del Monte Grapius y plantar cara en una batalla abierta contra la legin del Agrcola. Cun sutil es el Vermis, enfrentando el Textor contra Feritas, romanos contra celtas, para as recoger los despojos de ambos! Cerca de un tercio de los celtas reunidos cay aquel da, y la Bestia Bello se bautiz con aquella carnicera. Aquellos que sobrevivieron se refugiaron en las montaas, con su corazn ardiendo de ira. Tal desastres slo fue la primera de la multitud de aflicciones que aguardaban a mi pueblo. La lucha de la Bestia Bello ampli el corte que haba realizado en el tejido del mundo, liberando a los espritus servidores que infestan Su reino. Estos espritus bullan en Fovea, donde habita la Bestia Bello, y descendan a las montaas para asolar la tierra. Al principio, sus ataques no eran directos, y se achacaban ms a la mala suerte. Estacin tras estacin, todo pareca enfermar y echarse a perder. La plagas y la pestilencia se cebaban en los campos, con la hambruna acehndonos. Entonces, ms all de las tierras de Damh Brugh, Crom Cruach y Moch Maugh10, llegaron noticias: malos presagios. Primero, el ganado comenz a alumbrar cras muertas, y los cuerpos de los becerros se mostraban retorcidos y deformados. Entonces, las cabras comenzaron a parir cras con tres, cinco, siete patas tres ojos o incluso dos cabezas. Cosas sin caras que pataleaban un par de veces para despus ahogarse. Mi abuelo, que fue rey en su tiempo, envi hombres a investigar. Lo que contaron a su regreso, encogi el corazn de todo mi pueblo. La gente de aquella tierra haba guardado un terrible secreto; no slo su ganado haba resultado maldito, sino tambin su propia descendencia. Los nios nacan monstruosos y contrahechos. La mayora de los que sobrevivan al nacimiento eran asesinados por sus propios padres, aunque algunos eran abandonados en los yermos. Fue un error. Mientras que cualquier recin nacido hubiera muerto antes del siguiente amanecer, esos monstruos obtuvieron nuevas fuerzas de los espritus (Pestes) que haban presidido su nacimiento. Sobrevivieron y se convirtieron en recios fomori, muchos

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Crnica del Laberinto Negrode los cuales an vagan por estas tierras. Encontraron aliados en el pueblo serpiente, y entre aquellos pictos cuyos corazones haban sido rodos por los Pestes. Segn las fuerzas del mal se multiplicaban, la plaga que asolaba a nuestra descendencia comenz a propagarse, hasta que pronto no hubo aldea que no sufriera este horror. Cuando dedujimos lo que estaba ocurriendo, un grupo de nuestros mejores guerreros se dirigi a Fovea. Pensamos que podramos derrotar a la Bestia Bello, llevando la batalla a su propia madriguera. Qu gran error! Cmo pudimos ser tan estpidos como para creer que la Bestia Bello pudiera ser derrotada tan fcilmente. Seguramente nos esperaba, y nosotros camos en su trampa. Slo uno consigui escapar. Los mejores y ms valientes de los Aulladores Blancos fueron conducidos al agujero donde aguardaba el propio Vermis11 , y all sus almas fueron retorcidas por el mal y la locura, sus cuerpos refundidos en formas monstruosas. Fueron vomitados de nuevo a nuestro mundo como burlas de nuestros guerreros, representando todo aquello a lo que odiamos. Sabemos de esto de la boca de aqul que consigui escapar. Fue cazado y devorado pos sus antiguos camaradas. Su nombre era Cororuc, y su recuerdo morir conmigo, a menos que los bardos celtas canten nuestras canciones cuando nadie ms . Y el rey de los pictos guard silencio. Me mantuve callado durante largo tiempo, mi mente confusa an. Finalmente pregnt: Por qu , entonces, me has trado hasta aqu?. [Brennus dijo] [] quizs pensaba que slo una mano romana poda deshacer lo que una mano romana haba hecho. No creo que tu imperio pueda ser tan corrupto si hombres como t se encuentran en sus filas. O quizs, y aqu se volvi a dibujar aquella sonrisa ladina que me hizo recordar su mscara de lobo brillando a travs del fuego y la sangre de la pasada noche, en mi desesperacin, confo en daar este imperio del mal conduciendo uno a uno a sus mejores hombres a la mismsima boca del infierno que se ha abierto aqu!. Las aves carroeras se dispersaron, asustadas ante el eco de nuestras lgubres carcajadas. [] Las pginas finales apenas pueden leerse, puesto que se encuentra an en peor estado que el fragmento que describe el ataque. Slo se pueden intuir algunas frases. [] ms all de las colinas, con la niebla elevndose hacia el cielo, como un gran muro gris que delimita el fin del mundo. El camino hacia abajo era traicionero y escarpado [] viscoso musgo que cubra las rocas, cuyos amplios rostros haban sido grabados con bestias de estilo picto, que parecan formar remolinos en la niebla [] hacia las entraas de la tierra. Resbaladizos muros de piedra casi pegados unos a otros [] un vasto laberinto de tneles y madrigueras, con muchos de sus pasillos demasiado pequeos y estrechos como para permitir el paso de cualquier forma vagamente humana [] le perd de vista en uno de los recodos [] Brennus!, grit, pero la nica respuesta fue un silbido sibilante [] frente ancha y escamosa, bajo la que brillaban unos ojos amarillo-verdosos a la luz de mi antorcha casi extinguida [] rodendome [] atndome tan fuerte que ni siquiera poda alcanzar [] no s dnde [] me lanzaron a un lugar diminuto, que heda a carne podrida [] el peasco que bloqueaba la entrada era demasiado grande para poder moverlo [] un enorme montn de lo que parecan ser cadveres [] aqu una espada celta rota, all, un peto de fino cuero, desgarrado como el papel, y all el penacho del casco de un legionario. Me acerqu al montn y algo se desliz raspando el tacn de mi bota [] incluso aunque le faltaba la mitad de

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la boca pude reconocer el cruel rictus de Drusus, el sargento bero. Nadie le ech de menos [] las cabezas de una docena de celtas, atadas por el cabello como un racimo podrido de uvas [] dedos, y trozos de dedos, todos alineados en ordenadas filas por alguna mano ociosa (quizs para contar los das?). En uno de los nudillos advert el anillo de bronce del que mi asistente se haba enorgullecido tanto. Dioses del cielo, en qu estaba pensando al aceptar traerle a una misin como esta? Pobre Quintillus. Moriste sin ni siquiera haber gozado de una rolliza mujer [] apartaron el peasco a un lado entr [] no las lustrosas nobles cabezas de lobo que una vez vi correr por los bosques donde yo naca, sino una monstruosidad con orejas de murcilago, como aquellos que nos atacaron en el campamento [] a travs de sus babeantes mandbulas, ladr algo que son como Ven! [] abajo pasillos an ms estrechos, en los que resonaban canturreos similares a sollozos [] hasta una multitud sibilante de ojos brillantes que titilaban en la oscuridad ms absoluta [] ahora casi ensordecido por el

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Crnica del Laberinto Negrosonido de gemidos [] con un toque tan fro como el hielo. Mi [] as fuertemente con miedo y [] se enroll en mi corazn, constrindolo hasta que pens que explotara [] de repente, una minscula llama, no mayor que la de una vela [] pude ver que el sonido plaidero provena de media docena de aullantes fmures, a travs de los cuales el aire era expulsado por una lustrosa vejiga o estmago [][] HAAAKAKAKAKA KKENNNGH! AHAAYII! FEEEEEBAK! y continuaba el siseo [] [] ULLOOOGHMOOLLAGH! BAASH! BAAASH! BAASH KAYEEEAAGH! [] [] iluminando el rostro de Brennus, golpeado y amoratado hasta el punto de que me cost reconocerlo, slo a pulgadas del mo [] dentro de mi cabeza AHAI BASHKAAI! Entonces, en un aceitoso y familiar tono Recuerda quin eres, Titus Germanicus! Recuerda la misin que tenas encomendada! [] [] arroyos y ros de sangre, fluyendo hasta un enorme ocano salobre, de un color parecido al de un vino oscuro. Das? horas? Apenas veo lo que escribo, y no s por qu continu [] Estos son los ltimos textos comprensibles del manuscrito de Germanicus. Poco despus de traducirlo, el siguiente documento apareci sin remite ni direccin, en el buzn de la residencia de San Francisco de Frater I*I Salve, Legate: Es un placer para m informaros de que el rey de los pictos ha sido eliminado de la lista de los mayores enemigos de Roma! Sin su lder, es ms que probable que la molestia picta cese, permitindonos centrarnos en los salvajes celtas. Los intentos iniciales acerca de la alianza picta se mostraron innecesarios, especialemente cuando record las conversaciones que mantuvimos aquellas noches en vuestra villa, sobre el vinoso Adritico. Espero remitiros en breve la cabeza del rey Brennus, el ltimo de los Aulladores Blancos para que entre a formar parte de la coleccin de vuestro seor, y que el fin de la estacin de lucha me permita encontrarme con vos de nuevo en vuestra villa, para poder compartir ese vino espeso y salobreo que poseis. Titus Germanicus, Eboracum12

Captulo Segundo: Fabulae et Cantae Scotii

El volumen original de Lord Craven haca abundante uso del folclore escocs, como se recoga en la compilacin medieval Fabulae et Cantae Scotti, datada alrededor del siglo XII. Muchas de las citas de Craven no son ms que cuentos de hadas de Frater I*I estima de poca importancia para el presente volumen. Por otro lado hay que indicar que cualquier ejemplo de brusquedad y violencia entre los escoceses es citado como medio de realzar el propsito provocador de este libro. Su tenacidad a la hora de encontrar todo tipo de insultos hacia los escoceses, es digna de alabanza. La siguiente cita del poeta romano Prspero adorna el titular de la obra, y es especialmente interesante si lo ponemos en relacin con las revelaciones ofidias del anterior captulo. En qu negras cavernas cri esta sierpe que desde el polvo presume de alzar la testa? El objetivo principal de Craven era mostrar cmo, a travs de la Historia medieval, los escoceses (en concreto aquellos de descendencia picta) persistan en insinuarse en la clase gobernante, primero de la Escocia no-picta, ms tarde de la propia Inglaterra. Tras la cada del Imperio romano y en la Baja Edad Media, los pictos fueron decreciendo en nmero, y buscaron la manera de propagarse con desesperacin. Craven afirmaba que la tradicin nacional de vestir kilts era realmente una institucin picta, diseada como medio de favorecer la procreacin. Como apoyo de tal argumento citaba una cancin folclrica que segua cantando en su poca: E irs al pueblo de Damburrow Seas hombre o mujer, con los machos bien armados, Pues es bien seguro que volvern a alzarse desde el suelo reptando como serpientes por la hierba1

Fabulae et Cantae ScotiiAlrededor de los siglos IX y X, los pictos haban desaparecido casi por completo de la pginas de la Historia como pueblo en si. Esto se debi principalmente a la ascensin de Kenneth Mac Alpin, quien uni a pictos y escoceses en un nico reino. Craven afirma contrito que Mac Alpin era picto por parte de madre. Segn Lord Craven, la corrupcin de la lnea real britanica ocurri en los albores del siglo XIV. El Rey Eduardo Calzaslargas cuya atrocidades contra los escoceses fueron legendarias, envi a la esposa francesa de su hijo a Escocia, como delegado prescindible para mediar con las tribus rebeldes escocesas. Durante su estancia, fue violada (o al menos as lo afirma Craven) por un rebelde escocs de ascendencia picta, y, sin que lo supiera su marido, Eduardo II, engendr al nio que lo sucedera. La corrupcin inherente de la sangre picta no se manifest de manera inmediata, puesto que el reinado de Eduardo III se conoce como el cenit del cdigo de la caballera, pero mostr su mxima expresin unos cien aos despus en la retorcida y maligna forma de Ricardo III, como elocuentemente fue descrito por William Shakespeare. (Quiz Craven se tom muy a pecho la versin de la historia del Bardo. O quiz el Bardo tambin conoca la historia que cuenta Craven.) La Crnica de Craven dedica gran parte de sus pginas a uno de los descendientes de Ricardo III, Edmundo, Duque de Edimburgo, Hacendado de Roxburgh, Selkirk y Peebles (estas ltimas propiedades resultaron usurpadas por un malicioso noble escocs, presumiblemente de ascendencia no picta) . Aparentemente, tras recibir sus ttulos, Edmundo rpidamente degenero en un manipulador y conspirador bastante inepto, un horible hombrecillo, con un corazn tan negro como su ganado. Craven se refiere a Edmundo casi exclusivamente con el nombre con el que pas a la Historia, Edmundo la Vibora Negra. Aunque Craven afirma que Edmundo fue quemado por un Cazador de brujas, y no dej descendencia, lo cierto es que el apellido Blackadder (Vbora Negra) aparece durante toda la Historia britnica hasta que se desvanece en los campos de Europa durante la Primera Guerra Mundial, como as seala Frater I*I, Otra parte del legado de Craven que es necesario resear es en la que demuestra la preternatural vitalidad y fortaleza de las familias pictas que se cruzaron con el pueblo serpiente que Brennus describi en el anterior captulo. Respondiendo a las acusaciones de que los escoceses capturados por bandidos fronterizos estaban siendo torturados y ejecutados de forma inhumana, John Carey escribe a Lord Burghley en 1596: y mi buen Lord, para que vuestro honro quede satisfecho, que no es tan brbaro ni horrible como creis que sucedi; puesto que parece que habis sido mal informados respecto a que fue cortado en mltiples pedazos tras su muertepuesto que si hubiera sido cortado en mltiples pedazos, no podra haber sobrevivido todo un da, como ellos mismos relataron lo cual demuestra que no fue cortado en mltiples pedazos!2

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Crnica del Laberinto NegroLos dos documentos que comprenden el siguiente captulo fueron extrados por Lord Craven directamente de Fabulae et Cantae Scotii. El primero es un viejo cuento tradicional, y la mencin de San Ninian en la primera frase es digna de inters, puesto que el Venerable Bede nos afirm que los edificios de piedra como el que describe, eran extremadamente infrecuentes en Escocia por aquella poca. El segundo documento fue traducido por Lord Craven de un pergamino originalmente aadido a la copia de Fabulae perteneciente al Museo Harleiano. Segn el cuidador, haba sido colocado all durante la Alta Edad Media, y supuestamente se recogi de la carcasa momificada de un misionero que acab ahogado en un pantano, lo que hizo que se conservara su cuerpo.

Mucho tiempo antes de que San Columbia tratara de conducir a los pictos fuera de la idolatra, incluso antes de que San Ninian construyera su Candida Casa3, un misionero lleg a Damburrow para llevar la luz de la fe verdadera a los pueblos an no civilizados. La Historia ha olvidado su nombre, pero la leyenda afirma que vino en solitario cruzando las colinas de Northumbria, haciendo chasquear las cuentas de su rosario y susurrando sus oraciones en latn. Pater Noster, qui es in caelis, murmuraba, santificatur nomen tuum En el pueblo de Damburrow, hizo llamar a toda la gente y comenz a predicar la Palabra de Dios. Los aldeanos escuchaban con aire taciturno y sin mostrar emocin alguna. Al final del sermn, y abatido por una respuesta tan fra, se dirigi al lder de la aldea. No os inspira la Palabra de Dios?, clam. Est bien , replic el anciano. Entonces qu te parece si te digo que tengo planeado construir una iglesia aqu, para poder predicar la Palabra de Dios e instruir a tu pueblo en el camino del Seor?. Te digo que no te ser permitido. No me lo vas a permitir?. No he dicho eso. No eres t el anciano de la aldea?. Lo soy. Me prohbes hacer lo que te he dicho?. No. De acuerdo. Y as el misionero mand llamar hombres del sur; un arquitecto, carpinteros, y albailes, y cuando llegaron, comenzaron a trabajar. En una semana se terminaron los cimientos para la iglesia. Pero cuando el misionero y sus hombres se despertaron al da siguiente, se encontraron con que los cimientos haban desaparecido, y que los nico que haba en su lugar era un bancal de tierra con algo de hierba. Perplejo, el misionero llam al anciano de la aldea. Por qu no me dijiste que estaba construyendo en un cenagal?. Por que no estabas haciendo tal cosa. Este es un buen suelo para construir. De acuerdo.

La Primera Iglesia en Damburrow

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El misionero consult con su arquitecto y albailes, y todos estuvieron de acuerdo acerca de la solidez de la tierra, aunque nadie poda explicar la desaparicin de los cimientos. El trabajo comenz de nuevo, y en dos semanas se erigi el armazn de la futura iglesia. Pero las obras no tardaron mucho tiempo en verse acosadas por graves contratiempos. Los obreros se sentan cansados, y su trabajo se resenta, un hecho que muchos atribuan a la dificultad para dormir bien. Algunos se quejaban de que no podan pegar ojo a causa de terribles ruidos que provenan del fondo de la tierra. Adems, las herramientas, materiales y suministros se esfumaban por la noche. Contrariado, el misionero de nuevo se enfrento con el anciano. Deseas impedir el trabajo del Seor? No. T o tu gente habis robado tiles de la construccin?. No hemos hecho tal cosa. El misionero entrecerr los ojos y recorri con un vistazo las oscuras colinas que acechaban en derredor. Vive ms gente en esta regin?. No, respondi el anciano. Aqu no hay ms gente. De acuerdo. Y as continu el trabajo, pero lentamente, porque las cosas seguan desapareciendo cuando la oscuridad caa, y algunos de los obreros acabaron regresando a sus hogares, a causa del empeoramiento de su salud. Unos pocos insistieron en haber encontrado extraos rastros sobre la tierra, huellas que parecan haber sido dejadas por pequeas y deformadas manos y pies, con un ancho surco entre ambas, como si un cuerpo se hubiera arrastrado por el suelo. Susurros y murmullos supersticiosos comenzaron a brotar entre los hombres, pero el misionero trat de calmarlos.

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Crnica del Laberinto NegroNo temis, buenos hombres. Parece que los nios de la aldea estn divirtindose a nuestra costa con estas bromas crueles, pero no podemos dejar que esto nos detenga. Recordad que ante todo, est el trabajo del Seor!. Pero con el tiempo, la situacin empeor, y todos los hombres acabaron por marcharse, los canteros, los carpinteros, y hasta el arquitecto. Sin desanimarse, el misionero se dispuso a terminar la construccin por s mismo. Durante das trabaj en la obra, y muchos aldeanos acudieron a observarle. Algunos miraban con sarcasmo mientras que otros se maravillaban ante la intensidad con la que imprima cada martillazo, mientras recitaba sus cantos: In nomine Patri (BAM!), et Filii (BAM!), et Spiritu Sancti (BAM!). Finalmente complet el edificio, y el misionero rog a todos los habitantes de la aldea que acudieran a los primeros oficios. Pero el anciano de neg, dicindole al misionero Hace mucho tiempo que se prohibi que el trabajo que has llevado a cabo, se llevase a cabo, y toda esa piedra y madera ha de volver pronto a la tierra de donde se extrajo, puesto que es la propia tierra quien no permite tales cosas. El Paraso y la Salvacin que nos ofreces no son para nosotros, aunque suenen apetecibles. Furioso , el misionero regres a la nueva iglesia, para rezar en busca de la gua y fuerza necesaria para perseverar. Con tanto ahnco y tan alto implor que toda la aldea pudo orle a l y al pasar de cuentas del rosario, hasta la cada de la noche. Esa noche se escucharon terribles sonidos que parecan surgir del interior de la tierra, y todos en el pueblo se agazaparon junto a sus chimeneas. Aquellos pocos lo suficientemente valientes como echar un vistazo fuera de sus chozas juraron que haban visto a las oscuras colinas chocando entre s en la penumbra. Cuando amaneci, todos los aldeanos se reunieron y se dirigieron a la iglesia, mas todo lo que encontraron fue un gran sumidero donde estuviera levantado el edificio. Mientras miraban, se fue llenando lentamente de un agua aceitosa y salobre que se filtraba del subsuelo. Y as permanece hasta hoy. Se llama la Fosa Damburrow, y la leyenda afirma que cualquiera que se atreva a acercarse cuando la luna se levanta en el horizonte, an puede or los susurros en latn del misionero, que ahora seuenan de forma diferente, borboteando a travs de las aguas sucias y cenagosas: Pater noster, qui es in Malfea, Vermis Magnis est tuum nomen4

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Carta de un misioneroAmado Padre Misericordioso, Dej la abada de Iona hace varios meses, con alegra y determinacin en mi corazn, dirigindome hacia el noroeste en pos de las montaas de Caledonia, dispuesto a llevar la Buena Nueva a los salvajes incivilizados que habitan all. Los campesinos de las regiones cercanas a la abada me recibieron con hospitalidad, puesto que saban de nuestro buen hacer, y me trataron con tanta generosidad como podan permitirse. Segn mi viaje prosegua, me encontr con bienvenidas ms fras, e incluso en ocasiones mi noble propsito fue objeto de burla y mofa por los habitantes ms degenerados de estas pequeas aldeas. Pero mi fe era fuerte, y me mantuvo en el buen camino; no abandonara mi misin. Hablar ahora de los hechos que acaecieron ayer; me introduje en una regin conocida como Damburrow, un lugar que me haban asegurado contaba con una reputacin maligna. As pues, me fortifiqu repitiendo por tres veces mis oraciones y realizando por dos veces mis abluciones. La mayor parte del da transcurri son novedad, salvo por un ominoso sentimiento que atribua a la susodicha reputacin. Cuando el sol comenz a hundirse en el horizonte, me encontr con una situacin curiosa y triste a la vez. Cerca de la cima de una colina, no lejos del camino, una joven mujer (ms bien una muchacha) se afanaba en una labor ms propia de los hombres. La compasin me embarg al advertir que su figura, recortada por el crepsculo, mostraba un vientre tremendamente hinchado, casi de forma grotesca. Aceler mi paso, con la intencin de relevarla en

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Crnica del Laberinto Negrosu tarea y evitar que siquiera realizando esfuerzos en su delicada situacin. Armada slo con un cuchillo de cocina, talaba uno de los retorcidos rboles de la zona. La rama ms baja, a unos dos palmos del suelo, haba sido cortada a una distancia de aproximadamente un palmo dese el tronco, una tarea que posiblemente le hubiera llevado todo el da. Ahora se esforzaba en afilar la rama, detenindose de vez en cuando para comprobar la punta con su enrojecido pulgar. Segn me acercaba, me dio la impresin de que se alegraba ante la finalizacin de su tarea y lanz el cuchillo a un lado. Entonces encar el rbol con aire de firme determinacin en sus dulces rasgos, y , abrazando el tocn fuertemente con sus manos, se lanz contra la aguzada rama con tanta potencia que estuvo a punto de atravesar su vientre. Imagino que algn grito mudo brot de mis labios mientras saltaba hacia delante. La agarr por el pecho, intentando sacarla de la rama. Blasfem en su extraa lengua y se revolvi. Buscando de nuevo la posicin, aferr sus manos a la corteza del rbol y se empal una vez ms, en esta ocasin casi consiguiendo arrastrarme a m tambin. Esta vez la estaca de madera emergi por la parte posterior de su vientre, atravesando el fruto de su vientre. No hay palabras que describan el horror que llen mi pecho y que trep por mi garganta al ver su cuerpo colgar obscenamente, con sus heridas manando sangre y fluidos de su vientre de extraos colores, que tean el rbol y mis tnicas de un color rojo verdoso de aspecto enfermizo. Mientras su vida se le escapaba, hubiera jurado ver la spera expresin de su rostro endulzarse con paz y sosiego. Pas algo de tiempo hasta que reun el coraje suficiente como para acercarme a su cuerpo. Sea cual fuera el mal que haba infectado su corazn y que la haba conducido a tan terrible fin, al menos tenia el derecho a ser enterrada apropiadamente. A este fin

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cav un hoyo no muy profundo al lado de la carretera, y trat de cubrirlo con piedras. Pero cuando lleg el momento de trasladar el cadver, apreci que algo en su vientre se revolva y convulsionaba, y hu gritando entre las sombras. Me despert al da siguiente calado por el roco, y helado como consecuencia de haber dormido al raso. Slo me haba desviado un poco del camino, an a la vista de aquel horrible rbol. Desde mi nueva posicin, pude ver en uno de los giros del camino donde un carromato o carreta haba encallado, sobresalir una rueda en la cuneta. La estropeada cubierta haba sido tejida con el mimo patrn de colores que el vestido de la muchacha. Puesto que la luz del da haba alejado los miedos de mi, decid investigar. Dentro del carromato, yaca un cadver, que a juzgar por su postura, haba muerto de forma violenta; la cara retorcida en agona, las manos agarrando el vaco. Aunque semioculta entre las sombras y los enjambres de moscas, pude apreciar que se trataba de la hermana gemela de la muchacha, y que en vista de los contornos de su figura, pareca haber estado en el mismo estado de gracia que su pariente. Me di la vuelta para tomar aire y prepararme para otra visin dantesca, y me introduje en el interior del sombro carromato. Las piernas de la pobre chica se encontraban en un ngulo imposible, sobre un charco de sangre coagulada. A pesar de que la empapada falda se pegaba a su cadera, resultaba evidente que la parte inferior de su cuerpo haba sido desgarrada con tanta fuerza que la pelvis haba sido partida en dos. Mi estmago se revolvi en mi interior, y la comida pugn por salir fuera, pero no fue hasta que me di la vuelta debido a las nuseas, que el horror de la escena me invadi por completo. Benevolente Padre, cuando vengo a una tierra donde apenas nias son obligadas a mantener relaciones carnales incluso

26antes de su menstruacin, s que mi deber es ensearles acerca de la moral que predica Nuestro Seor y Salvador, y mostrarles cul es el camino de la rectitud. Y, Amable Padre, cuando en tales tierras encuentro evidencias de que semejante obscena prctica como es la del asesinato de los hijos no deseados se realiza, incluso el asesinato de aquellos hijos nonatos, s que mi tarea ser ms difcil, y por ello ms necesaria. Pero, Misericordioso Padre, he visto algo en esta tierra que ha socavado mi corazn, y jams volver a sentir la gua y la certeza de Vuestro Amor y Providencia. Existe en esta tierra un mal que incluso hara que Vuestro Hijo, Nuestro Seor y Salvador Jesucristo, tornara su rostro y llorara con desesperacin. No puede llevar Vuestra Palabra a esta gente, puesto que ahora no es ms que una burla para m, como seguramente tambin para ellos. Porque, cuando me apart de la horrorosa visin dentro del carromato, mi ojo repar en un rastro de sangre que atravesaba el camino y desapareca tras un roca junto a la cuneta. El origen de ese rastro era el propio carro, como si alguien hubiera avanzado lentamente desde all hasta el suelo, arrastrando su cuerpo deforme con pequeas manitas semejantes a garras. Y s que no existe fuerza humana que pudiera rasgar a la muchacha en dos, puesto que fue quebrada desde su interior. No rogar Vuestra clemencia por abandonar mi cometido, ni por tomar mi propia vida. S que las ms profundas simas del Infierno sern un bienvenido sosiego en comparacin con el horror de este mundo. (sin firma)

Libro ii:

Era

dE La

ConsunCin

Captulo Tercero: El Proceso del Monje Negro

Las leyendas acerca del Monje Negro pueden ser encontradas por toda Europa, y durante cada siglo de la poca Medieval. A travs de la investigacin de estas leyendas, Frater I*I, ha llegado a la conclusin de que la persona descrita en el documento de este captulo ha servido como modelo para muchos clrigos a travs de la Historia, cuya bsqueda por la verdad lo condujo ms all de la doble moral predicada por la decadente e hipcrita fe cristiana. La mayor acumulacin de leyendas sobre el Monje Negro se da en Inglaterra, al principio del siglo XV; hay muchas localizaciones en las Islas Britnicas que deben su nombre a estas leyendas. El profesor Maclish ha resultado de inestimable ayuda en la identificacin del Monje Negro como un escocs de ascendencia picta, quien alrededor de 1400, predic su fe por Inglaterra y Europa. El autor tambin se halla en deuda con la annima fuente del profesor que aport una copia del siguiente documento, que vincula de manera especfica al Monje con Gilles de Rais, la contrapartida histrica de la leyenda de Barbazul, que en tantos puntos guarda semejanza con la del Monje Negro. Dos cosas han de ser advertidas respecto al siguiente documento. Primero, la continua ausencia de nombre del por aquel entonces respetado Gilles de Rais. Debe recordarse que, en la poca del proceso, de Rais no era slo caballero, Lord y barn de la regin de Rais, sino que tambin haba servido como Comandante supremo de Francia, adems de ser famoso por haber sido compaero de armas de Juana de Arco. Aparte del respeto hacia sus hazaas y posicin, se pensaba que la insistencia del Monje Negro acerca de la situar a de Rais como centro de los crmenes en cuestin no era ms que fruto de la malicia de una mente malvada, y el nombre de Rais fue omitido de todos los documentos del proceso. Segundo, la referencia al denominado Phallum Vermiculum, un artefacto de manufactura pagana, antiqusimo y de naturaleza oscura. No fue encontrado entre las pertenencias de le Fif, y, salvo la misteriosa demostracin comprendida en el documento del proceso, es comnmente admitido por los telogos que el Phallum era otra de las invenciones de la perturbada imaginacin del Monje Negro.

Captulo Tres: El Proceso del Monje Negro

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E

Que el Seor me otorgue la fuerza y la determinacin necesarias para transcribir con claridad y sentido comn sobre el pergamino estas palabras que servirn de advertencia para futuros lectores, si el Seor decretase tales tribulaciones para las generaciones siguientes, del impenitente y descarado Mal que se expone en las pginas siguientes. Aqu se contiene la transcripcin del proceso eclesistico y la confesiones extradas del fraile Louis le Fif1 , Ahora conocido por todos los buenos cristianos como el Monje Negro, quien entr (o as lo asegura) al servicio del Seor a la edad de veinte aos como monje de la Orden Franciscana. Durante veinticinco aos recorri los caminos de Europa, desde los neblinosos pramos de Escocia a la desoladas montaas de los Crpatos. Como hermano que careca de residencia fija, sus actos fueron desconocidos para la Santa Madre Iglesia, pero en poco tiempo adquiri la condicin de leyenda entre el campesinado de los pueblos que atravesaba. Al principio su fama se debi a su talento como sanador y hombre santo, puesto que no era visto ms que aliviando el sufrimiento de la gente; limpiando a los enfermos y confortando a los apesadumbrados. Adems, se ocupaba de los hurfanos y de los nios de padres cados, llevndolos con l y consiguindoles un hogar en monasterios o en familias ms favorecidas. Con el tiempo, sin embargo, result que sus milagros no eran ms que los preludios de terribles maldiciones: los enfermos que parecan haber curado eran ms tarde golpeados con peores aflicciones, a menudo agonizando durante aos en su lecho de muerte; y aquellos cuyos problemas haba resuelto se vean visitados por diez veces ms desdichas. Aquellos nios que haba recogido jams fueron vistos de nuevo. Un nombre que ha sido eliminado de los documentos, y que sabemos que de manera errnea, es el de Gilles, barn de Rais, cuyos diablicos crmenes y atrocidades impas continan azotando a toda la Cristiandad, y cuya infamia se ha convertido en el origen de una oscura leyenda incluso en nuestro presente. Un ltimo comentario acerca de la omisin de todos los oficiales de la Inquisicin y delegados que intervinieron en el proceso. Tal actuacin se debe al ruego de la Santa Orden Dominica, cuando se supo que todos los Inquisidores presentes en este proceso haban sufrido terribles muertes accidentales o cado en desgracias que les haban acarreado la excomunin, en los aos posteriores. La autntica naturaleza del Mal descrito aqu es tal que devora el espritu de cualquiera que traba contacto con l, y se tragar

n el nombre del Seor, Amn.

32

Crnica del Laberinto Negro

el alma de cualquiera que se atreva a mirarlo de frente. Por esa razn, sta, la nica copia existe del proceso contra el Fraile Louis le Fif, ser encerrada en una caja con triple cerradura y sellada con el Sello pontifical, y guardada en la cmara ms segura en el interior de la Biblioteca Papal, donde slo podr ser estudiada bajo las estrictas condiciones de la penitencia y oracin, ante la presencia de al menos tres Santos Cardenales. Que esto se cumpla segn la voluntad de Nuestro Misericordioso Seor y Salvador Jesucristo en este Primer da del mes de abril en el ao de nuestro Seor de 1464. Arzobispo [firma borrada]en

I.

provincia

cuanto

Sea

por de no

teniendo a su frente como obispo al Reverendo Padre Jaun de Malestroit, recientemente deleg y orden por Mandato Apostlico, al fraile Gui-

Tours,

se

la

presente en

demuestre la

sabido lo

catedral

contrario, de

que,

en

Nantes,

en

tanto

la

llaume M-2, erudito en las Santas Escrituras, de

Captulo Tres: El Proceso del Monje Negro

33

la

Inquisidor de la fe y hereja dentro del reino del

Orden

de

los

Dominicos,

ejercer

la

labor

de

susodicho obispado, lo que realiz con eficacia y por todos.

buen hacer; es un hecho comprobable y conocido

en el ao de Nuestro Seor 1439, en Maitines3, en hendido los bosques el fraile cercanos Louis le a Fif, Tiffauges, miembro fue del

II. Hecho:

que, en el ltimo da de junio

apres-

quito eclesistico del Comandante supremo G- de R-; as sucedi y as ha sido comprobado.

susodicho fraile se hallaba en posesin de barios

III. Hecho:

que, al tiempo de su arresto, el

artculos de naturaleza impa, a saber: los huesos y piel curtida de varias personas, la mayora de ellos ser llevadas como ornamento o vestido; documentos que contienen rituales de naturaleza hertica y blasfema: y la cabeza cercenada de Olivier Danios, cosidas y con engastes de oro, para

34

Crnica del Laberinto Negro

rel, nio de la dicesis de Nantes, de siete u ocho aos; as sucedi y as ha sido comprobado.

preso en la crcel de Tiffauges, y mientras que la corte se reuna, fue trasladado a Nantes, para comparecer ante los administradores de la JustiJean B-, Reverendo Padre Henri G-, Cardenal

IV.

Hecho:

que

el

susodicho

fraile

fue

cia de Dios; lo antes mencionados fraile M-, fraile Serge de B-, representante de la Orden Dominias sucedi y as ha sido comprobado. se

ca, y el clrigo de la corte el fraile Antoine dE;

V. Hecho:le mostr la

men, rehus hablar o confesar; as sucedi y as ha sido comprobado.

evidencia

que el susodicho fraile, cuando de su abominable

cri-

VI. Hecho: que, de acuerdo con la jurisprudencia eclesistica, el susodicho fraile fue encerrado en su celda por tres das sin posibilidad de recibir visitas o consejeros, y que al cuarto da

Captulo Tres: El Proceso del Monje Negro

35

fue liberado y le fueron enseando los instrumentos mediante los cuales le sera extrada la confesin; as sucedi y as ha sido comprobado.

VII. Hecho: que, tras contemplar los instrumentos de la Inquisicin, sus ojos se incendiaron, y frunci sus labios en una sonrisa como para demostrar que no tenia miedo de ellos, y continu sin hablar o confesar; as sucedi y as ha sido comprobado. VIII. Hecho; que al quinto da los instrumentos de la Inquisicin fueron aplicados al cuerpo del fraile Louis le Fif, e, incluso aunque sus aullidos podan ser escuchados por las calles de Nantes, sigui sin hablar o confesar; as sucedi y as ha sido comprobado. IX. Hecho: que el mencionado procedimiento fue repetido al siguiente da, y al siguiente, y por casi una semana despus, sin apreciable resultado, hasta que se decidi por los oficiales de la corte que tal curso de actuacin era ftil; as sucedi y as ha sido comprobado.

36

Crnica del Laberinto NegroX. Hecho:que al siguiente da le Fif acce-

di a hablar a la corte; as sucedi y as ha sido comprobado.

gado por la corte le Fif confes, con arrogancia

XI. Hecho:

que, que cuando fue interro-

y sin la menor seal de arrepentimiento, que la tarde en que fue apresado, en compaa de Lord Lombardo, Etienne Corrilaut, tambin conocido como hechicero castillo Poitou, de nombre y un italiano Francois la hereje, Prelati, diabolista haban y de R-, Jean de Riviere, Antoine de Palarne, un

trazado smbolos en la tierra en las afueras del tar la llamada de numerosos diablos y espritus malignos, as como la realizacin de otros actos supersticiosos y desviados, incluyendo la tortura, sodoma, as ha sido comprobado. y decapitacin de nios; as sucedi la y de Tiffauges con intencin de facili-

que Lord de R- le entreg la cabeza de Olivier por los servicios prestados; que, as sucedi y as a

XII.

Hecho:

que

fif

asegur

a

corte

Darel como muestra de su estima y recompensa sido comprobado.

ha

nocer tales cosas, el susodicho fraile apunt que por miembros del mencionado grupo en otras

XIII.

Hecho:

habiendo

dado

co-

muchas otras atrocidades haban sido realizadas ocasiones, para despus guardar silencio; as sucedi y as ha sido comprobado. de

XIV. Hecho:la necesidad los detalles de

obtener

inducir de los

que la corte decidi acerca mencionados a la confesin crme-

para

nes, y los instrumentos de la Inquisicin fueron una vez ms empleados; as sucedi y as ha sido comprobado.

das ms, durante los cuales se hizo llamar a Lord acusaciones, y la respuesta vino en forma de uno

XV. Hecho:

que esto continu por varios

de R- para informarle de semejantes maliciosas

Captulo Tres: El Proceso del Monje Negrode sus hombres, de la Milord Custache San Blanchet, un

37

sacerdote

disculp en nombre de Lord de R- por no acudir de desembarcar de en Bourges, para asistir a

dicesis

de

Malo,

quien

se

personalmente, explicando que su seor acababa convencin Milord los Estates General, aclar ya reunidos; Louis le la

Fif haba formado parte del squito de Lord de

Blanchet

tambin

que

R- por un tiempo, pero que haba sido expulsado nalidad los resultaba harto y difcil de a soportar por

cuando se descubri que su desagradable persobuenos hombres mujeres su servicio, y

ofreci las declaraciones de muchos de sus hombres para demostrarlo, con lo que la corte qued satisfecha; as sucedi y as ha sido comprobado4. y que ninguna confesin ms sera necesaria y que el proceso de extraccin cesara, le Fif inmediatamente se mostr locuaz una vez ms acerca

XVI. Hecho:

que, cuando la corte conclu-

38

Crnica del Laberinto Negrode los detalles de sus aberrantes actos; as sucedi y as ha sido comprobado.

do sobre la naturaleza de sus vctimas, le Fif le dijo a la corte que haban sido nios y nias, con edades que iban desde recin nacidos hasta preadolescentes, adems de explicar que mientras que practicaba sus ms viles artes casi exclusivamente con los del gnero femenino, de R- y Prelati parecan preferir nios jvenes, una preferencia que atribua a un estado de disonancia respecto a su edad5; as sucedi y as ha sido comprobado.

XVII. Hecho:

que, cuando fue pregunta-

gado acerca de su preferencia por las hembras, el mencionado fraile explic que su tarea en la tierra consista en hacer uso del Phallum Vermiculum, una obscena reliquia pagana fabricada para engendrar monstruosidades a travs de las relaciones carnales; as sucedi y as ha sido comprobado.

XVIII. Hecho:

que, cuando fue interro-

do sobre la ndole, uso y paradero de semejante objeto, el mencionado fraile se ri ofensivamente y levant su habito, y exponindose la a la corte y de por consiguiente burlndose de los procesos de la Justicia de Dios deteriorando santidad la corte con tal obscenidad y sacrilegio (el clrigo de la corte sealara que la anatoma de este horrible personaje resultaba grotesca, lejos de la moderacin con la que el Creador sabiamente haba dotado a los hombres y mujeres de virtud como nosotros, y que su obscenidad se vea acompaada de incrustaciones, espinas y protuberancias de dudosa funcin); as sucedi y as ha sido comprobado.

XIX. Hecho:

que, cuando fue interroga-

compostura

XX.

Hecho:del

que,

una el

vez

recuperada Serge

la de

tribunal,

cardenal

Captulo Tres: El Proceso del Monje Negro

39

B- convino en que la pregunta haba sido respondida con claridad, directamente otro y sin ambages, vulgariy manifest en trminos que no dejaron lugar a dudas que cualquier despliegue de dad conllevara un castigo merecido de severidad manifiesta; as sucedi y as ha sido comprobado.

a su vez con una sarcstica exigencia: que la anterior declaracin del Cardenal fuera puesta por escrito y sellada con el sello de su sacra autoridad; as sucedi y as ha sido comprobado.

XXI. Hecho:

que Louis le Fif respondi

te decidieron, a la luz de la cruda y vulgar naturaleza de este testimonio, y la recalcitrante conducta del acusado, que la discusin acerca de la mencionada reliquia pagana debera realizarse en lugar seguro, y para este fin los oficiales y el acusado se recluyeron en las oficinas privadas de Reverendo Padre Henri G-, adyacentes a la sala del proceso, con la intencin de contener la influencia corruptora del testimonio del fraile, y que de tal forma se evitara su propagacin ms all de la catedral y pudiera infectar a toda la cristiandad; as sucedi y as ha sido comprobado.

XXII. Hecho:

que los oficiales de la cor-

te

XXIII. Hecho:fue estimado para del como soportar

que el clrigo de la corcarente la de la y as suficiente tentadoras sucedi y groseras fraile;

santidad

ocasiones de pecar que sin duda se destilaran del testimonio mencionado as ha sido comprobado.

el fraile Jean B- emergi de las oficinas para demandar que le fuera procurada una mujer de la crcel, y que fuera llevada a las citadas oficinas; as sucedi y as ha sido comprobado.

XXIV.

Hecho:

que,

tras

cierto

tiempo,

puso habo la custodia de los oficiales de la corte

XXV. Hecho:

que el clrigo de la corte

40

Crnica del Laberinto Negroa Marie de Run, actualmente encarcelada bajo

mltiples acusaciones de brujera y satanismo y de echar a perder la cosecha de su marido y de haber vendido a sus hijos al servicio del demonio; as sucedi y as ha sido comprobado. examen

XXVI.que

oficinas el mencionado le Fif, en la compaa de los oficiales de la corte, a saber, el fraile Guillaume Orden M-, de erudito los Dominicos6, en las Santas el fraile Escrituras, Jean B-, de la

dur

Hecho:toda

la

que,

tarde,

tras

emergi

un

intensivo de las

Reverendo Padre Henri G-, y el Cardenal Serge de B-, representante de la Orden Dominica, quienes proclamaron que le Fif haba revelado la cia cierta la carencias de humanidad, as como la

el

enormidad de sus crmenes y demostrado a ciencrueldad y abominacin con los que haba azotalugares, y que la corte estaba satisfecha con su

do a las buenas gentes de Nantes y muchos otros testimonio; as sucedi y as ha sido comprobado.

onclusin:

mencionados crmenes, sacrilegios, blasfemias, excesos, atrocidades, y desviaciones7, con flagrante y consciente desaprecio por la decencia humana y la sociedad esta corte, cristiana, el fraile los Jean mencionados B-, Reverendo oficiales de

que,

tras

considerar

los

Henri G, Cardenal Serge de B-, representante de la Orden Dominica, presididos por el fraile Guillaume M-, erudito en las Santas Escrituras de la Orden Dominica, por delegacin del Reverendo Padre Jean de Malestroit, decretan y declaran que el Fraile Louis le Fif, el acusado, es sin asesino de hombres, mujeres y nios, duda un hereje y apstata, hechicero, malhechor, arruinador de cosechas y perpetrador de invocaciones y conversaciones con demonios y espritus malignos, provocador de tormentas y catstrofes, seductor de mujeres virtuosas, corruptor de la fe, aniquilador de nios retrasados y agresor de gacanalla,

Padre

Captulo Tres: El Proceso del Monje Negro

41

nado trar

de artes prohibidas, por las que se dejaba arrasDivina, una que y otra traicion vez, que los Diez ofendi Mandamientos, la grandeza

inocente8,

conjurador,

instigador

y

adepto

que traicion los ritos y observancias de nuestra Santa Madre Iglesia, que esparci la semilla del mayor cin de de los errores, nocivo para los creyentes Obispo

cristianos, y que viol con arrogancia la jurisdicNantes, del mencionado por cuya Reverendo conducta degenerada Padre,

incurrido en la sentencia de esta corte, a saber,

ha

que ser conducido de este a otro lugar, donde ser sometido a toda clase de castigo y mortificacin expiatoria, hasta que se arrepienta de sus pecados, en cuyo momento ser pblicamente

quemado hasta que no queden ms que cenizas, que sern esparcidas a los cuatro vientos; este e ma cierto, notorio y conocido. el veredicto de la corte, que se hace en esta for-

42

Crnica del Laberinto Negroeclaracin del Verdugo

El abajo firmante, sargento del ejercito de Nantes, a quien se le otorg la custodia y la autoridad para la ejecucin del infame hereje y asesino Louis le Fif, por la presente da testimonio de la realizacin de la mencionada ejecucin al obispado de Nantes. Tras varias semanas de las ms ingeniosas de torturas, no hubo muestra alguna de arrepentimiento por parte de Fif, y tras verlo conversar con su torturador de forma amistosa, se estim por la corte que se deba proceder a la ejecucin. Cuando se le condujo a la hoguera, le Fif fue el blanco de huevos podridos y fruta echada a perder, despojos y excrementos, lanzados por los buenos cristianos de la ciudad. No pareci importarle e incluso pude ver como lama estas substancias de su mejilla, saborendolas como si fueran dulces y apetitosas para l. Mientras se le aseguraba al poste de la hoguera, lanz una mirada hacia la balconada de la catedral, donde los oficiales de la corte observaban. Las gavillas de lea se prendieron bajo sus pues, y entonces habl Sabed que mi tiempo con vosotros ha expirado, y aunque marcho, mis crmenes no cesarn, puesto que el espritu que me gua an se encuentra en mi interior, alimentndose del poder que vosotros alimentis. Ahai, Ahora! Ahai, Mastrac! Soy el gusano, el gran dragn, al lado de quien vuestro Dios y demonio no ms que rias de padre e hijo, y vengo hasta vosotros para reflejar vuestra verdadera naturaleza y recordaros lo que sois. Consumo vuestros corazones usando el odio como cuchillo y el deseo como tenedor. Ahai, Ahora! Ahai, Carnala! Soy el devorador de almas, que se traga vuestras vidas en su hambre sin fin y que concibe monstruos en vuestras mujeres e hijas. Ahai, Vorus! Ahai, Calube! Esparcid mis cenizas a los cuatro vientos como deseis; as mis mandbulas se cerrarn sobre el mundo entero!9. Continu gritando durante algn tiempo, mucho ms tiempo del que la mayora de las brujas hubieran tardado en asfixiarse, espetando brbaros y malignos nombres a sus vencedores hasta que su cuerpo se consumi de tal forma que no le qued hlito con el que poder seguir hablando. As concluye el informe de esta destruccin, hechos de conocimiento pblico y acreditado. Sargento Stephen de Guillaume, Ejrcito del Seor de Nantes.

Captulo Cuarto: Ex Disputandem Re Supernibus Ab Probati Quaestori Adversarique de la Peregrinacin del Joven Aprendiz Quaestor

La peregrinacin del joven aprendiz Questor es un fascinante y desdichado ejemplo de lo que los primeros renacentistas denominaban obras de saln, obras para leer pero no para ser representadas (quizs el ms famoso exponente sea Sansn Agonista, de Milton). Publicada por vez primera en 1582, la Peregrinacin fue impresa en todos los pases de Europa occidental, pero se considera que la versin definitiva es la del francs Guy de Mer. El recopilador admite haberse permitido algunas concesiones lingsticas actuales en la presente traduccin, pues el francs formulista y oscuro empleado por de Mer, de ser traducido literalmente, convertira el texto al completo en algo demasiado obtuso y complicado para los lectores modernos. La Peregrinacin cuanta la historia de la insaciable curiosidad e inters por lo mstico de un joven que abandona su pueblo natal para errar por el mundo en pos de la iluminacin. En sus encuentros con una sucesin de hombres santos, monasterios, y rdenes esotricas, consigue echar abajo sus creencias a travs de la puesta de manifiesto de errores de sus filosofas, o plantando la duda en sus corazones. Segn pasa el tiempo, la bsqueda de Quaestor desemboca en algo similar a una pica aventura, repleta de combares mgicos, investigacin de sociedades secretas (muchas de las cuales anticipan los excesos de los Rosacruces unas pocas dcadas despus), y una salvaje persecucin a travs de una desconcertante variedad de exticos lugares situados en el plano astral, a las que se refiere en conjunto con los Reinos invisibles. Finalmente, su bsqueda le conducir a una cmara subterrnea en una ciudad ficticia del este de Europa. All ve, sobre un muro, una enorme placa de bronce grabada con un conjunto de letras inscritas en una cuadrcula (las denominadas llaves pretnicas), y sobre el muro situado enfrente de aqul, una intrincada espiral de nueve circunvoluciones. Aqu mantendr una conversacin con el Adversarius, una voz sin cuerpo que emana justo por encima de su hombro izquierdo, el cual ya se ha manifestado breve y misteriosamente en puntos cruciales a lo largo de escenas anteriores de la historia.

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Crnica del Laberinto NegroUna sociedad secreta aparece a lo largo de la narracin como el implacable enemigo de Quaestor, y, de hecho, de todos los autnticos buscadores de la iluminacin: la Orden de la Rosa. Citando la Peregrinacin como una prueba actual de la extensin de su conspiracin, Craven apunta indirectamente que l mismo ha establecido contacto con esta Orden. Aunque no puedan ser identificadas con la Orden de la Rosacruz, o rosacruces, la experiencia de Frater I*I puede atestiguar que este grupo realmente existe y contina actuando entre las sombras contra todos los autnticos iniciados. SE ha de llamar la atencin sobre los leves pero notables paralelismos entre este documento y los ms conocidos manifiestos rosacruces. De gravsima importancia es la revelacin de la trada Celestial, difundida mediante los rosacruces a virtualmente todo el ocultismo occidental en la forma degradada de la Cabbalah El profesor Maclish ha sido lo suficientemente generoso para compartir con Frater I*I sus propias observaciones acerca del texto medieval de Flavio, descendiente del Monje Negro. El clmax de la narracin de Flavio anticipa la confrontacin con el Adversarius casi punto por punto, pero aqulla se cumple tras una serie de trabajos y pruebas que el profesor Maclish ha identificado como una desmaada alegora sobre la Danza de la Espiral Negra. Esto slo es sealado de forma tangencial por de Mer. Cuya sociedad secreta carente de nombre utiliza una progresin jerrquica de nueve grados donde la iniciacin a cada grado corresponde con cada crculo de la Espiral. Esto se recapitula por el Adversarius al principio de la Disputa y es llevado a la prctica por Quaestor en el clmax.

Captulo Cuatro: Ex Disputandem...Quaestor: dnde me encuentro? Adversarius: donde habis estado siempre, en el centro de vuestro propio ser, en el corazn de todos los Misterios. Quaes: Por qu estoy aqu? Adver: vos, Quaestor, Maestro del Pentculo, Portador de la Hoja y Esgrimidor del Bculo, Contemplador de los Abismos, vos que habis vislumbrado en el interior del corazn de corazones, que habis bramado con el placer de Phrensy, que habis perseverado anta la misma Derrota, resuelto el Enigma de la Travesa y Bailado el Dueto de la Muerte; vuestra alma ha sido cercenada y dispersada, y aun as la Unin de vuestra autntica Voluntad con la Voluntad del Mundo1 ha unido las piezas y os ha trado hasta aqu. A pesar de que vos habis buscado la Gran Comprensin, el Secreto de Secretos; hablad ahora de vuestra vala para entrar en tal misterio. Quaes: he viajado lejos y atesorado mucho en la senda del conocimiento; porto los crculos de la tierra y el cielo en mi frente; mi vista penetra al firmamento y he discernido la tripe senda de lo Celestial. Adver: qu entiendes por Celestial? Quaes: esa palabra designada a aquello que se encuentra ms all del Abismo, las simas ms all de las que uno no puede ser conducido por la razn o intelecto, puesto que las mentes de los hombres son oscuras y obtusas, y no admiten tales sutilezas. Lo Celestial est ms all de lo comprensible directamente a travs de cualquiera de los Reinos, Visibles o Invisibles2, pero es reflejado en todos ellos, pues la fuente de todos ellos es. Adver: cmo puede ser conocido? Quaes: todas las enseanzas nos dicen que el hombre es un microcosmos, que todos los Reinos son reflejados en l, aunque levemente, tal

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como lo hace lo Celestial pero dbilmente reflejado en todos los Reinos del mundo. Para conocer este microcosmos es necesario, como yo