Libro Alcaldes Digital

La trascendencia de Arandas a través de sus presidentes municipales

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“La lectura es una conversación con

los hombres más ilustres de los siglos

pasados”: René Descartes

El Gobierno Ciudadano de Arandas, Jalisco, preocu-

pado por rescatar también el patrimonio histórico de

los arandenses, ha tenido a bien realizar un traba-

jo de investigación y de conjunto de voluntades para

que aquellos que en su tiempo tuvieron las riendas de

la administración pública municipal, nuestros ex pre-

sidentes municipales, nos platiquen desde su óptica

cuáles fueron las circunstancias, anécdotas, logros y

beneficios de su administración.


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Así mismo, la administración del Gobierno Ciu-

dadano de Arandas tiene a bien redactar de mane-

ra sencilla el quehacer que nos ha mantenido duran-

te este tiempo, en el que se nos dio la oportunidad de

servir a los arandenses.

También expusimos cuál es la perspectiva de cada

uno para que nuestro Arandas continúe siendo uno de

los polos de desarrollo más importantes del Estado de

Jalisco.

El esfuerzo ha sido grande, pero el triunfo de éste es

mayor. Nosotros, nuestros hijos y nietos tendremos esta

historia narrativa, contada por quienes la vivieron.

A nuestros ex presidentes, gracias, gracias por aten-

der esta petición. A los arandenses, guarden este lega-

do como un esfuerzo más del Gobierno Ciudadano

de Arandas, que en esta ocasión tuvo la oportunidad,

una vez más, de servir.

José Luis Valle Magaña

Presidente Municipal de Arandas, Jalisco.


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Comité organizador:

José Luis Valle MagañaPresidente municipal de Arandas 2010-2012

LCP Juan Leonardo Hernández GuerroPresidente del Patronato de la Expoferia Arandas 2012

Mtro. Víctor García LópezRegidor del H. Ayuntamiento Constitucional de Arandas 2010-2012

Ing. Juan Antonio López MartínezJefe de proyecto de promoción y vinculación del plantel Arandas del CONALEP

Producción de la obra:

Realización de entrevistas, redacción, maquetado y cuidado de la obra

Lic. Sergio Lozano HernándezLic. José María Lozano Jiménez

Producción y realización de contenidos audiovisuales:

Visión Libre, fotografía y video profesionalLic. Elbia Morales ArredondoJulio César Valle Lozano

©2011. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción to-tal o parcial de esta obra por cualquier medio, sin el permiso expre-so de sus editores.


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La realidad que hoy se vive en Arandas, desde hace

ya mucho tiempo, es una realidad de progreso. En

esta ciudad ahora se respiran aires de esperanza, pues

a pesar de los obstáculos el rumbo se mantiene hacia

adelante, buscando siempre el crecimiento de una so-

ciedad que le ha sabido sacar provecho a lo que tiene,

así como a las carencias.

Nuestro escudo heráldico, con la sabiduría que re-

fleja la manera de sentir y pensar de quienes nos an-

teceden en la historia, representa de la mejor manera

esa filosofía arandense. “Tierra Pobre, Gente Labo-

riosa”. Efectivamente, a través de distintos momentos

complicados de la historia, la gente de Arandas tra-

baja su destino, construye su progreso y decide tener

éxito en cada proyecto y aventura. Desde los albores

Introducción


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del tiempo de esta tierra colorada, hasta megaproyec-

tos como la carretera de cuatro carriles que nos une

con Tepatitlán y Guadalajara, pasando por toda la

infraestructura municipal y el desarrollo reciente de

la industria, para beneficio siempre de la gente que

con su calor y hospitalidad le dan identidad a un mu-

nicipio en el que, como reza nuestro himno no ofi-

cial, las mujeres parecen manzanas y huelen a prisco.

Arandas es la combinación de su gente. De sus tra-

diciones, de barrer las calles y banquetas por la ma-

ñana, tomarse una agüita de canela antes de que sal-

ga el sol, pasear por la plaza principal y descansar

bajo la sombra de sus árboles, o beber un aromático

café con vista al centro. Arandas es la gente que tra-

baja, que ríe, que descansa, que juega y se divierte. Es

sus ríos, sus puentes y sus templos. Arandas es su te-

quila, su gastronomía y su clima.

Pero también es importante decir que Arandas es

un paraíso que adoran quienes aquí viven, y añoran

los que por distintas circunstancias hacen su vida en

otro lugar, aunque siempre con la imagen del templo

de San José grabada en la mente, y el aroma de la tie-

rra mojada con las primeras lluvias impregnado en el


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corazón.

Por supuesto, esta realidad no es obra de la casua-

lidad. Es fruto del trabajo de generaciones de aran-

denses decididos y dedicados; conscientes y compro-

metidos todos con hacer de Arandas un pedacito de

cielo en la tierra. Enamorados de su pueblo, en po-

cas palabras.

Contamos con un rico acervo cultural de investi-

gaciones históricas que narran los primeros pasos de

Arandas, desde la “casa” original que le vio nacer

hasta la época en que vivimos, gracias al trabajo de

Ramón Sánchez, Indalecio Ramírez y los cronistas

Alfonso Fonseca y José Guadalupe Romo, entre mu-

chos otros. Por supuesto, sus libros representan una

herencia invaluable, que nos pone en contacto con el

pasado que nos formó, para apreciar el presente que

nos toca desarrollar para mirar con el rostro en alto

hacia el futuro.

Sin embargo, es claro que en esas generaciones de

arandenses laboriosos y decididos de los que hablá-

bamos antes, destacan los líderes modernos que nos

han guiado al progreso.

Se trata de gente de altísimo valor y con sus nom-


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bres grabados para siempre en cada piedra de nues-

tra ciudad. Ellos sentaron las bases para convertirnos

en el Arandas de hoy; construyeron con sus manos

las columnas de nuestro progreso, tomaron las deci-

siones que mejor convenían a los intereses de toda

una comunidad y lucharon por su gente, su pueblo,

para garantizar el destino soñado por todos los aran-

denses.

Hablamos de nuestros alcaldes, hombres y muje-

res que fueron elegidos para dirigir la nave, llevar-

la a buen puerto y mostrarnos el camino. Líderes en

toda la extensión de la palabra; guías, formadores de

equipos de trabajo eficientes y gestores atinados que

supieron traer a Arandas mucho más de lo que nos

tocaba en la repartición nacional. Son nuestros pre-

sidentes quienes trabajaron, cada uno en su tiempo,

para ponernos en el mapa; primero del Estado, luego

del país y después del mundo entero.

Pocos municipios pueden dignarse de haber reci-

bido en distintas etapas visitas de precandidatos pre-

sidenciales e incluso de Presidentes de la República,

gobernadores, senadores, diputados, empresarios, ar-

tistas... Arandas sabe cómo hacer sentir bienvenidos


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a nuestros visitantes y dejarles un pedacito del clásico

sabor local, para que vuelvan.

Así es como nace la idea de este libro, y del video

que también se ha producido para la ocasión. No sólo

es un homenaje claro para nuestros presidentes, sino

que representa un documento vivo que nos narra, en

voz de los protagonistas, la historia moderna de un

municipio tan grande como éste. Y es que nos que-

da claro que no hay nadie mejor para llevarnos de la

mano por el sendero del crecimiento imparable que

ha mostrado Arandas desde hace décadas, que los ac-

tores principales de la obra.

Pensamos en construir un libro que recopilara el

testimonio real de los líderes de nuestra ciudad. Un

documento que recogiera, de su viva voz, la expe-

riencia de vida que representó su paso por la alcal-

día arandense. Buscamos compartir los retos que en-

frentaron durante sus administraciones, así como los

grandes logros y aprendizajes obtenidos en el cami-

no. Por supuesto, partimos de etapas clave para cada

uno: su infancia, la influencia familiar, los estudios

y vivencias que forjaron su carácter. También quisi-

mos conocer el momento en que deciden apostarle a


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un proyecto tan ambicioso como ser presidentes de

Arandas, junto con la reacción y apoyo de sus fami-

lias, amigos y colaboradores. Sabemos que todos ellos

siguen trabajando, desde sus trincheras, por el creci-

miento de Arandas, porque una vez que se erigieron

como líderes del municipio, para siempre tienen pre-

sente a su gente y a su tierra.

Conocer la historia de cada uno, contada por ellos

mismos, es la razón de que esta obra sea un aporte

de grandísima importancia para comprender nuestro

pasado reciente.

Por ello es que sólo aparecen en esta edición los pre-

sidentes de Arandas que aún viven, porque era esen-

cial platicar con ellos, escucharlos y compartir en las

letras de este libro la luz que les iluminó el rostro, a

todos, cuando recordaron su vida como alcaldes de

nuestro terruño.

El proyecto podrá crecer tanto como lo demande

e imagine la sociedad. Aún hay mucho qué decir de

todos aquellos que dedicaron capítulos esenciales de

sus vidas al desarrollo de Arandas, y sus historias tam-

bién deben ser contadas. Pero ese es tema de nuevos

proyectos, cuando lo que hoy nos ocupa es rendir un


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merecido homenaje en vida a estos arandenses ilus-

tres, a los que debemos tanto de lo que hoy gozamos.

Los invitamos a disfrutar de este libro, a compartir-

lo y comentarlo. Es importante reconocer el trabajo

que realizó el selecto grupo de arandenses que han

dirigido la presidencia municipal, para heredarnos

una comunidad que sueña, y que despierta cada día

con la certeza de que esos sueños están ahí, a nues-

tro alcance.

Los presidentes que forman parte de esta obra son,

en orden cronológico de acuerdo a los periodos en

que fungieron como alcaldes de Arandas:

1.- Humberto Gazcón Orozco (1965-1967)

2.- María Guadalupe Ramírez (1977-1979)

3.- Jaime Antonio González Torres (1980-1982)

4.- Raúl Álvarez Pérez (1983-1985)

5.- Alfonso López García (1985)

6.- Guillermo Hernández Martínez (1986-1988)

7.- José Guadalupe Tejeda Vázquez (1989-1992;

1995-1997; 2007-2009)

8.- Juan Antonio González Hernández (1992-1995)

9.- Eduardo López Camarena (1998-2000)

10.- Jorge Díaz Pérez (2001-2003)


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11.- José Luis Magaña Coss y León (2004-2006)

12.- José Luis Valle Magaña (2010-2012)

Bienvenidos a su historia, nuestra historia.


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“Nadie ama a su pueblo porque es grande,

sino porque es su pueblo”:

Séneca.

Dice un dicho popular mexicano que nadie puede

dar lo que no tiene, y si lo aplicamos al caso concre-

to que nos ocupa, podríamos decir que nadie puede

querer lo que no conoce, y, lamentablemente, es muy

poco lo que conocemos los arandenses de nuestra his-

toria actual. Tal vez de los últimos cincuenta años de

nuestra historia arandina, sólo han visto la luz pocos

libros que muestren en alguna forma lo que ha sido

el acontecer de la vida de los que habitamos en esta

tierra roja en las últimas cinco décadas del transcurrir

de los años en nuestro hasta hace poco tiempo, apaci-

Prólogo


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ble pueblito bonito, que como dijera don Manuel Es-

perón “tiene la sangre que tiene Jalisco”.

Lamentablemente, pocas han sido las personas que

se han dedicado a escribir la historia actual, y más

pocas aún las que han buscado en la investigación

concienzuda y documental, el origen y la historia de

nuestra ciudad, concretándose en la mayor parte de

los casos los autores de publicaciones históricas sobre

Arandas, a reescribir lo que los primeros autores de

obras sobre nuestra tierra, Ramón Sánchez e Indale-

cio Ramirez, nos dijeron que había sido el caminar

histórico de nuestro terruño.

Por este motivo, me parece que la idea que nuestros

amigos el regidor Víctor García López y Juan Anto-

nio López Martínez, jefe de proyecto de promoción y

vinculación del plantel Arandas del CONALEP, pre-

sentaron al comité organizador de la Feria Arandas

2012, y que fue aceptado por los mismos de rendir

un homenaje a los presidentes municipales de nuestra

tierra colorada que aún viven, es una excelente opor-

tunidad que nos brindan de conocer de viva voz de

los protagonistas, su punto de vista sobre el momento

histórico que les tocó no sólo vivir, sino conducir de


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la vida de nuestro terruño.

Hablaba yo de historia de los últimos cincuenta

años, y curiosamente, los presidentes municipales que

tienen vida al momento, son precisamente, ciudada-

nos que gobernaron nuestro municipio en el mismo

lapso, ya que iniciamos en el periodo 1965–1967 en

que fue presidente municipal el licenciado Humber-

to Gascón Orozco, y finalizamos con el periodo 2010

– 2012 en que nos gobierna el C. Jose Luis Valle Ma-

gaña. Viven también los C.C. Profra. María Guada-

lupe Ramírez Ramírez, Jaime Antonio González to-

rres, Lic. Raúl Álvarez Pérez, Alfonso López García,

Guillermo Hernández Martínez, José Guadalupe Te-

jeda Vázquez, Lic. Juan Antonio González Hernán-

dez, Eduardo López Camarena, Jorge Díaz Pérez, y

L.C.P. José luis Magaña Coss y León, tratando de se-

guir el orden cronológico.

Tres partidos políticos: Revolucionario Institucio-

nal, Acción Nacional y Convergencia por la Demo-

cracia han sido el origen de los presidentes munici-

pales homenajeados, lo que hace que este evento sea

una verdadera muestra de la civilidad y madurez po-

lítica que han alcanzado tanto los arandenses como


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sus autoridades, ya que se da en una apertura de re-

conocimiento a todos los pensamientos políticos que

al momento han podido obtener la confianza de la

ciudadanía para ser elegidos como los responsables

de la conducción de la vida municipal.

La mayoría, fueron electos directamente para cu-

brir con esta responsabilidad, algunos otros, fueron

electos como regidores y por circunstancias especia-

les, debieron tomar las riendas del municipio, pero

todos, tenemos la seguridad, en su momento dieron

lo mejor de sí para buscar el engrandecimiento de

nuestra ciudad, y todos colaboraron, cual más cual

menos, en el fortalecimiento del importante munici-

pio jalisciense en que tenemos la fortuna de haber

nacido y crecido y que como reza el lema de nuestro

escudo heráldico, está formado por gente trabajado-

ra que vive en una tierra pobre, pero que a fuerza de

trabajo y constancia, se ha convertido en uno de los

más progresistas municipios, no sólo de la región al-

teña, sino de todo el Estado jalisciense.

Momentos históricos y de trascendencia tenemos

entre nuestros homenajeados, como pudieran ser los

casos de la primera y única mujer en regir los desti-


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nos de Arandas, que por coincidencia, es también la

primera que no surge de las filas de la oligarquía tra-

dicional; el primer presidente municipal no surgido

de las filas priístas, así como la alternancia en el po-

der entre PRI y PAN, terminando con la elección del

representante de un partido sin una presencia consi-

derable de militantes en el municipio, pero donde la

decisión de los arandenses ha sido determinante para

los mencionados momentos históricos.

Algunos se preocuparon por fortalecer la educa-

ción en nuestra tierra, y díganlo si no la existencia de

planteles educativos en todos los niveles existentes en

Arandas, otros, lucharon por mejorar la comunica-

ción en nuestro municipio, tanto con carreteras pavi-

mentadas como con caminos asfaltados, empedrados

o simplemente de terracería. Hubo quienes constru-

yeron los centros deportivos, o intensificaron la elec-

trificación del municipio, también los que se han pre-

ocupado por la imagen urbana de nuestra ciudad y

sus delegaciones, así como los que promovieron la

cultura.

Creo yo que todos dieron su apoyo al fortalecimien-

to de las industrias, así como al auge del comercio, de


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la agricultura, de la ganadería, e importante así mis-

mo, el apoyo que en su momento dio cada uno de ellos

para la promoción turística de nuestra tierra, y dígan-

lo si no los dos homenajes rendidos a don Manuel Es-

perón, precisamente por el primero y el último de los

presidentes municipales mencionados líneas arriba, o

el excelente evento realizado en el Teatro Degollado

de la capital de nuestro Estado para homenajear a los

músicos distinguidos oriundos de nuestro municipio,

y que hicieron que el nombre de Arandas fuera más

conocido por todos los mexicanos al estar cubiertos

por los medios de comunicación de todos los niveles

presentes en los mismos.

Desde luego, como humanos, nuestros presidentes

municipales, al igual que los grandes aciertos que les

reconocemos, pudieron haber tenido errores, pero no

es para hablar de estos últimos que los reúnen los di-

rectivos del comité de la feria en este homenaje. Los

detractores de nuestros presidentes, ya se han encar-

gado de correr la voz de sus errores como los partida-

rios de los mismos lo han hecho con sus logros y no es

la idea de los ideólogos de este homenaje el que se dé

un punto de vista de nadie sobre aciertos y desacier-


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tos. Estamos conscientes de que nadie en esta vida so-

mos, como dice la canción “moneditas de oro” para

caer bien a todos.

Pero, entonces, ¿cuál es la idea de este homenaje?

La respuesta es simple: experimentar una nueva ma-

nera de escribir la historia. Dejar que los mismos pro-

tagonistas responsables del devenir político de nues-

tra tierra colorada en los últimos cincuenta años y

que aún sobreviven al tiempo, sean los que den su

punto de vista sobre su actuación, con una serie de

preguntas idénticas para todos y cada uno de ellos,

mismas que serán entregadas a la ciudadanía aran-

dense, siendo esta la que dará su punto de vista sobre

las respuestas de nuestros expresidentes.

Nos parece excelente la visión de los promotores de

este homenaje, para que así, no sea la simpatía o la

antipatía de los homenajeados hacia las personas que

deban escribir sobre los mismos, la que haga que se

les absuelva o se les condene históricamente, sino que

los arandenses todos, residentes en esta tierra roja o

ausentes de la misma por las cosas de la vida, sean los

que den su juicio histórico sobre la actuación de cada

una de ellos. Pero, insisto, todos y cada uno de ellos,


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fueron protagonistas importantes para llevar a nues-

tro municipio hacia el grado de aceptación y presti-

gio que tiene, no sólo en nuestra patria, sino también

allende nuestras fronteras, donde el nombre de Aran-

das, suena, y suena bien, porque ya lo dijo el aran-

dense por adopción don manuel Esperón: “ese Aran-

das, no sé lo que tiene, se mete en el alma y en los

corazones”.

Juan Manuel González López


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Nuestros presidentes


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Licenciado HumbertoGascón Orozco (1965-1967)

El Lic. Humberto Gascón Orozco vino al mundo en

la ciudad de Arandas, el 30 de abril de 1929. Sus pa-

dres fueron Adolfo Gascón López –presidente muni-

cipal de Arandas de 1949 a 1951-, y la señora María

de la Luz Orozco Torres.

Como era característico de su tiempo, la familia fue

numerosa, con 11 hermanos conformando el entor-

no de crecimiento: Antonio, Gustavo, Juan, Salvador,

Luz Elba, Ana Rosa, Guadalupe, Adolfo, María Ce-

lina, Carmen y José.

Sus padres se dedicaban a la agricultura y a la in-

dustria y eran pieza clave del desarrollo económico

de Arandas, pues daban empleo a mucha gente me-

diante sus fábricas de aceite de lizana y de tequila.


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Además, asesoraban a los agricultores para producir

la linaza en sus campos, y los refaccionaban económi-

camente, con lo que poseían gran conocimiento del

campo local, apoyando su desarrollo mediante un co-

mercio justo.

En esa infancia, Humberto Gascón aprendió sus

primeras letras en el preescolar de la señorita Guada-

lupe Mora, quien le enseñó a leer y escribir. Era una

escuela humilde, porque no había más que la llama-

da escuela oficial Antonio Valadez Ramírez, donde

ahora es la Unidad Administrativa del centro y cono-

cida como “oficial” por la sencilla razón de que era

prácticamente la única en la ciudad. En cambio, ha-

bía algunas opciones adicionales y privadas, como la

de la señorita Mora, pero en condiciones precarias.

“Se trataba de una escuela que era casi un tejaban,

un corral de vacas, pero lo recuerdo con mucho cari-

ño porque fue la primera vez que compartí con mu-

chos de los que después serían mis grandes amigos”,

comparte Humberto Gascón con añoranza.

El recuerdo de su vida como estudiante ocupa un

lugar altamente privilegiado para Humberto Gas-

cón, por lo que significó ese primer aprendizaje de las


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letras. Luego ingresó a la escuela de la señorita Evelia

Martínez, “una extraordinaria maestra que por razo-

nes que desconozco, a los dos años de estar con ella,

cuando íbamos a entrar a tercero de primaria, se tuvo

que ausentar de Arandas”, recupera Gascón, y reve-

la que en ese momento su padre Adolfo contrató los

servicios del profesor Ángel Flores Cotta, quien a la

postre promovería la creación de la escuela Manuel

Martínez Valadez, centro educativo semillero de un

grupo de arandenses que prosperaron e iniciaron una

labor educativa muy importante en la población.

Continuaría sus estudios de secundaria y prepara-

toria en el en Instituto de Ciencias Jesuita en la ca-

pital del Estado, Guadalajara, Jalisco, y en palabras

de Humberto Gascón, “fue el tiempo más feliz de mi

vida”. Seguiría la licenciatura en derecho en la Uni-

versidad de Guadalajara, donde se graduó con la te-

sis “Hacienda pública Municipal”, para cursar luego

dos posgrados en derecho civil y mercantil, y un di-

plomado en derecho notarial.

El conocimiento de las leyes mexicanas y del Estado

de Humberto Gascón es amplio y profundo, herra-

mienta útil al pensar en un presidente municipal. Sin


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embargo, esa meta no ocupaba para nada la men-

te de Gascón, que concentraba sus esfuerzos diarios

al ejercio de la abogacía en sociedad con el Lic. Ho-

racio Gutiérrez Velazco, quien curiosamente era ya

candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a pre-

sidente municipal de Arandas, Jalisco. Entonces, el

PRI buscaría a su candidato para esa elección “y un

grupo de amigos me llamó –comparte Gascón-. Yo

en un principio me rehusé porque realmente no me

interesaba, pero me hicieron recordar que en el año

de 1951 murió mi padre siendo presidente municipal,

y me surgió la inquietud de continuar con la labor so-

cial que él desarrolló y que era reconocida en Aran-

das”. El trabajo que realizaría a la postre Humber-

to Gascón como presidente municipal es una de sus

grandes satisfacciones, pues como él lo dice, “creo no

haberle fallado a mis coterráneos”.

Motivación presidencial

Para que Humberto Gascón se decidiera a partici-

par en esta aventura política se combinaron factores

clave; primero el recuerdo de su padre y su gestión

inconclusa, al fallecer en julio de 1951 todavía como


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alcalde. Luego, el empuje de un grupo de aranden-

ses que insistieron en que Gascón tomara ese cargo,

insistencia que despertó en él ese fuego indispensable

para fijar la mirada en una nueva y honorable meta,

la de guiar el destino común de sus coterráneos a un

puerto mejor, en una época en la que Arandas en-

frentaba precisamente cambios esenciales como so-

ciedad, que configurarían su futuro inmediato como

pueblo o como próxima metrópoli alteña.

Ya como presidente municipal, se hizo acompañar

en su cuerpo de regidores por gente estratégica para

impulsar sus proyectos, como el vicepresidente Feli-

ciano Vivanco, entre otros. “Para los cargos públi-

cos yo busqué gente capaz, pero sobre todo honra-

da. Estaba como jefe del Registro Civil el señor Luis

Torres Segura, como tesorero Eduardo González, al

que llamé precisamente porque conocía de contabili-

dad, era cajero de Banco Industrial; en agricultura y

ganadería estaba Ernesto González Fonseca. Nunca

me fijé yo en partidismos, sino en la capacidad y hon-

radez para manejar el dinero del pueblo”.

En ese entonces el cabildo se componía de sólo siete

miembros: el presidente municipal, el vicepresidente


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y cinco regidores.

Retos de su administración

Característica tradicional de su tiempo, el princi-

pal reto a enfrentar por su administración fue la falta

de recursos económicos, pues el municipio carecía de

un presupuesto adecuado para realizar obras de re-

levancia.

El impuesto predial era recaudado por el Estado,

y el Ayuntamiento percibía únicamente una partici-

pación. El municipio cobraba solamente licencias y

permisos de plaza o de piso. Sin embargo, fue gra-

cias a la ayuda y cooperación de los arandenses que

se concretaron obras que fueron pilares fundamenta-

les para el desarrollo de Arandas. “Recuerdo que se

tiró la primera línea telefónica para Arandas, desde

Capilla de Guadalupe hacia la ciudad, con recursos

propios del Ayuntamiento. También se inició la per-

foración del primer pozo profundo en la zona de Las

Lagunitas, creo que hoy la calle se llama 5 de Febre-

ro. Lo más importante para mí fue el aspecto educa-

tivo, pues no había escuelas suficientes y menos aún

en los ranchos, para la gran cantidad de niños. Por


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eso tuvimos la intervención con el Comité Adminis-

trador del Programa Federal de Construcción de Es-

cuelas( CAPFCE) para construir escuelas en los ran-

chos”, revela.

De esas iniciativas surgió el apoyo necesario para

concretar la escuela del Panteón Viejo, que le llama-

ban “del Socorrito”, por ejemplo. Fueron construídas

alrededor de 45 aulas en las rancherías, además de

reestructurar la escuela Manuel Martínez Valadez, y

levantar -con dinero también salido de la aportación

de los arandenses- la escuela ubicada está por la en-

tonces Calzada al Panteón, la Vicente Guerrero, así

como el centro educativo de la calle Aldama –en la

colonia Mexiquito-. Ambas escuelas se construyeron

con recursos propios del Ayuntamiento y las aporta-

ciones de la ciudadanía.

Principales logros

Para Humberto Gascón, la principal obra que se

atrevió a soñar cuando ocupaba el cargo máximo de

nuestra comunidad, fue la ampliación de la calle Ál-

varo Obregón, y su continuación, la calle Francisco

I. Madero. Esa obra se autofinanció en su momento,


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para cortar alrededor de 8 metros de ancho desde el

puente del río Colorado hasta la salida de Arandas,

antes de la unidad deportiva. Las personas que se be-

neficiaban con la ampliación tuvieron que pagar, y

con ello se indemnizó a los arandenses que vieron

cortados sus terrenos, en ese tramo de más de un ki-

lómetro. “Creo que ahí fue el arranque de uno de los

progresos más importantes que ha tenido Arandas en

el aspecto económico”, indica Gascón, y tiene razón,

pues a la fecha, en la calle Obregón se pueden contar

con la mano las casas habitación, casi toda la avenida

dedicada enteramente al comercio en distintas mo-

dalidades, conformando el principal corredor de ese

tipo en la ciudad, atravesando la población hasta des-

pués de su zona centro.

El deporte simpre ha sido pasatiempo, devoción y

área de convivencia para la inmensa mayoría de los

arandenses, desde niños hasta veteranos, pasando

por la juventud. Los campos de la ciudad se pueblan

cada fin de semana tanto para el fútbol como para el

béisbol, reuniendo a miles que disfrutan de cada en-

cuentro, y conviven deliciosamente luego de cada sil-

batazo final.


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Esa pasión por el movimiento llevó a Humberto

Gascón a considerar otra de sus grandes obras, un

núcleo deportivo magno que reuniera en un mismo

espacio las ilusiones deportivas de los arandenses.

Así fue como inició el proceso de proyección para

construir la unidad deportiva Díaz Ordaz. Fue ne-

cesario pedir el apoyo del Gobierno del Estado para

su construcción, con la participación invaluable del

entonces gobernador –y orgulloso arandense- Lic.

Francisco Medina Ascencio. La condición, por otro

lado, fue que el Ayuntamiento proporcionara el te-

rreno necesario. El municipio carecía de fondos para

comprar un predio de la extensión requerida, por lo

que se gestionó directamente con las señoritas Do-

lores y Soledad Camarena Hernández, la donación

del espacio que hoy ocupan la unidad deportiva y la

casa hogar contigua a ese núcleo, con éxito, gracias

a la generosidad de las señoritas Camarena. “Creo

que ha sido, hasta la fecha, una obra que ha dado un

servicio importante a Arandas y una de las más con-

servadas en la actualidad, he de decirlo, de todo el

estado de Jalisco, de las unidades que yo he visto”,

considera Humberto Gascón.


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Y es que la unidad deportiva –nombrada en ho-

nor del Presidente de México Gustavo Díaz Ordaz,

y quien incluso estuvo presente en la inauguración

de la obra-, sirvió para incrementar el deporte entre

la juventud, “entre ellos el fútbol –recuerda Gascón-,

incluso participé yo en el equipo Arandas, porque en

ese tiempo se jugaba más el béisbol y este equipo se

formó a iniciativa del maestro José Anguiano Anzal-

do, para participar en la interzona 5 de fútbol. En

cinco años, fuimos tres veces campeones. En ese equi-

po participábamos cuatro hermanos, Antonio, Gus-

tavo, Humberto y Juan”, comparte el expresidente.

La unidad deportiva también incrementó sustan-

cialmente la práctica de otras disciplinas como el

frontón, el béisbol –mejor organizado-, el voleibol y

el basquetbol, así como el fútbol infantil. A la casa

hogar se le dotó de 30 máquinas de coser, donadas

por el arandense Francisco Aguirre, avecindado en la

Ciudad de México.

Aprendizaje personal

“Mi paso por la presidencia municipal me dejó ex-

periencias muy gratas y satisfacciones, una de ellas


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fue que me enseñó a escuchar a la gente pobre, que

va a pedir auxilio porque tienen problemas aparente-

mente sin importancia, pero que para ellos son fun-

damentales en sus vidas. Como la pérdida de una ga-

llina, por ejemplo, si a alguien se la robó el vecino,

parece algo sencillo, pero esa gallina le ponía al afec-

tado un huevo diario, y ése era su alimento principal.

Resolver necesidades de todo tipo genera una gran

satisfacción, por eso nunca cerré la puerta de mi des-

pacho, siempre estuvo abierta para atender a la gen-

te según fueran llegando. Ser alcalde me dio la opor-

tunidad de acordarme de mi padre que murió siendo

presidente, y creo que serví en algo para esta tierra

que me vio nacer”, asegura Humberto Gascón con

sentido orgullo.

En la actualidad, Gascón se dedica a su trabajo

como notario público número 5 de la municipalidad

de Tlaquepaque y la zona metropolitana de Guada-

lajara, Jalisco, cargo que ejerce desde 1974. Pero aun-

que con distancia de por medio, queda claro que su

corazón nunca ha salido de Arandas, terruño que vi-

sita cada 8 o 15 días, porque le gusta hacerlo, insis-

te: “No puedo dejar de ir a Arandas, me gusta ver a


40

los que todavía quedan de mi edad y a los jóvenes,

me satisface muchísimo saber que generaciones pos-

teriores, educados e iniciados en Arandas, han pro-

gresado y han llegado a ser profesionistas destacados

de reconocimiento inclusive nacional. Creo yo que

ese esfuerzo que hicimos en la educación contribuyó

en algo a que estos jóvenes salieran al exterior y es-

tudiaran una profesión en todas las ramas, hay mu-

chísimos muy reconocidos por su actividad y eso me

causa mucha satisfacción, porque incluso alumnos jó-

venes que yo conocí, niños que yo conocí cuando yo

era presidente, ahora son profesionistas triunfantes”.

Seguro de que los resultados y transparencia de su

administración le garantizan caminar de frente por

su ciudad con el respeto de los suyos, Gascón com-

parte además las líneas de acción que considera de-

ben seguirse para promover el desarrollo del munici-

pio. “La juventud de Arandas deberá entender que

hay un potencial intelectual y ahora educativo, para

que surjan y refuercen el progreso de Arandas. Lo

estamos viendo cada día ya sea como profesionistas,

como industriales, como comerciantes, pero para ello

necesitan querer a Arandas, que quieran sus raíces


41

y las raíces de sus padres, para que no les duela sol-

tar un centavo, para que no les duela disponer de su

tiempo para servir a los arandenses. Hay gente que

me conoció de aquellos tiempos y que aún a la fe-

cha me ve y me felicita, eso siempre me alegra el co-

razón”, concluye Gascón, mientras el recuerdo del

Arandas de ayer, cuando él se encargó de perfirlarlo

hacia la tierra roja que hoy disfrutamos, se queda en

su memoria.


42


45

Profra. María GuadalupeRamírez Ramírez (1977-1979)

*Por razones ajenas al desarrollo de este documento, no fue

posible entrevistar a la Profesora María Guadalupe Ramírez.

El siguiente texto se ha extraído del libro “Obras de nuestros

presidentes municipales”, de Ernesto González Fonseca.

En esta gestión administrativa, se amplió la red de

drenaje en San Ignacio Cerro Gordo, y se hace la

perforación de un pozo profundo para servicio de

agua potable en esa misma delegación municipal.

Se reconstruye la biblioteca pública y se dota de nue-

vos libros, sobre todo de consulta para estudiantes.

Se compra un nuevo camión para el aseo público.

Se hace la remodelación del Palacio Municipal,

adecuando oficinas a las necesidades.


46

Se sigue presionando a las autoridades superiores

para que el camino empedrado Arandas-Manuel

Martínez Valadez no se suspenda y siga adelante.

A solicitud de vecinos de la ciudad y autoridades

eclesiásticas, la zona de tolerancia existente se cam-

bia de lugar; del otro lado del Río Colorado, con be-

neplácito de la ciudadanía.

Se elabora un órgano informativo del Ayuntamien-

to “Gaceta Informativa Municipal”, que se distribu-

ye gratuitamente entre los ciudadanos para que estén

enterados de proyectos y obras del municipio.

En agosto de 1978 se inicia la escuela de música,

y se hace la electrificación de la escuela secundaria

“Agustín Yáñez” por cooperación, y por promesa del

Profr. Ramón García Ruíz, jefe del Departamento

de Educación Pública del Estado, en su visita a ésta,

para el año de 1979 sería oficial.

A fines de este año, se insiste ante la Secretaría de

Recursos Hidráulicos el recubrimiento de los canales

de la presa “El Tule” para un mejor aprovechamien-

to del agua.

Se abren al servicio de la niñez dos nuevos jardines

de niños, y el Dr. J. Raúl y su hermano Leopoldo To-


47

rres González, donan un terreno atrás de la unidad

deportiva para la construcción de un nuevo kínder, el

cual se pone a trabajar en este mismo período.

A fines de 1978, y siendo insuficiente la unidad que

se tiene para el aseo público, se compra una nueva

unidad, y se dona una camioneta a la delegación mu-

nicipal de San Ignacio C.G. para los mismos fines.

En el año de 1979 se hacen trabajos de perforación

de un pozo profundo en Santiaguito de Velázquez.

En este mismo año se construye el puente sobre el

Río Colorado en la calle Morelos y se inician los tra-

bajos de pavimentación de la misma calle.

Se hacen las gestiones ante las autoridades del Esta-

do, para la construcción en esta ciudad de una escue-

la normal para educadoras.

Se construye un parque infantil en la delegación

municipal de Manuel Martínez Valadez.

En esta misma época el Sr. José Hernández Rizo,

oficial mayor de la Secretaría de Salubridad y Asis-

tencia, dona por conducto del Ayuntamiento, instru-

mental quirúrgico, ropa de cama, y una estufa para

servicio del sanitario del Sagrado Corazón (hospital

civil). En el mes de diciembre de este mismo año, el


48

Sr. Luis Barrera González, dona una ambulancia y se

destina al mismo hospital.

Cabe hacer notar que fue un trienio difícil para

la maestra, en primer lugar, por ser la primera au-

toridad municipal del sexo femenino, y el machismo

acendrado de nuestra región no lo aceptaba, pero

tuvo un fuerte apoyo moral y económico de parte del

gobernador Lic. Flavio Romero de Velasco.


51

Sr. Jaime Antonio GonzálezTorres (1980-1982)

*Por razones ajenas al desarrollo de este documento, no fue

posible entrevistar al señor Jaime Antonio González Torres.

El siguiente texto se ha extraído del libro “Obras de nuestros

presidentes municipales”, de Ernesto González Fonseca.

En esta administración se construye la casa hogar

para niños desamparados “Albergue Infantil”, y se

termina la pavimentación de la calle Morelos y ad-

yacentes. Se amplía el cementerio municipal hacia el

lado oriente y se pusieron en servicio los pozos 4 y 5

de agua potable para la población.

Se pone el nombre a cinco nuevas calles de esa ca-

becera municipal, que son Macedonio S. Barrera,

Francisco Aguirre Jiménez, Antonio Valadez Ramí-


52

rez, Salvador Torres Pérez Vargas y Profr. José María

González Cruz.

El primero de septiembre de 1980, la tromba que

hizo desabordar el Río Colorado afectó un sinnúme-

ro de casas, y lo más lamentable, causó la pérdida

de varias vidas humanas, pero logró en verdad una

unión fraterna entre ciudadanos, autoridades ecle-

siásticas y civiles, tanto de esta ciudad como de Ja-

lisco y de varios Estados de la República, trabajando

hombro con hombro para llevar consuelo, alimento,

vestido y albergarlos bajo techo.

La parroquia dona terreno y el Gobierno del Esta-

do construye las casas en lo que se llama la colonia

“Providencia”, además de reconstruir 147 casas que

fueron afectadas, en tiempo récord, pues fueron en-

tregadas totalmente amuebladas el 15 de noviembre

de ese mismo año, sin costo alguno para sus propieta-

rios, y las casas nuevas de la ya mencionada colonia,

fueron entregadas también gratuitamente a personas

que rentaban casa en la zona de desastre. Así mismo

el ayuntamiento sirve de aval ante el fondo de auxilio

social, para que otorgue créditos con bajos intereses

y largo plazo a las pequeñas industrias afectas, y que


53

pudieran seguir trabajando.

Se amplía el Lienzo Charro Municipal y la Plaza

de Toros, en terrenos anexos a la colonia multicitada.

Gracias a la intervención del Lic. Francisco Medina

Ascencio, se inician los trabajos de construcción del

plantel CONALEP en el año de 1981.

El Gobierno Federal cede el terreno que se encuen-

tra en la calle Obregón, que siempre fue la antigua

escuela oficial, para construir una unidad administra-

tiva municipal, para reunir en ella todas las oficinas

prestadoras de servicios federales, estatales y munici-

pales, para mayor comodidad de la ciudadanía.

Se sigue la pavimentación de la calle Francisco

Mora hasta el final de la población, frente al templo

de San Pedro.

Se da nombre a tres nuevas calles, perpetuando así

la memoria de las maestras María Ramírez, María

Guadalupe Mora y Josefina Ramírez, así mismo se le

da el nombre de “Sofía Camarena de Jiménez” al al-

bergue infantil.

A fines de este mismo año, se hace una cisterna y

depósito con capacidad para 50,000 litros en esa mis-

ma delegación para el servicio de agua potable.


54

En el mes de diciembre se hace el aforo del pozo en

la ranchería de Los Dolores, con muy buenos resul-

tados, y se consigue del Comité de Planeación para

el Desarrollo Estatal (COPLADE) una aportación

de $3´499,000.00 para el equipamiento y parte de la

red de agua potable para esa ranchería y la de Cerro

Gordo. En esas mismas fechas se consiguen también

$2´000,000.00 para la ampliación de la red en San

Ignacio Cerro Gordo.


57

Lic. Raúl ÁlvarezPérez (1983-1985)

Raúl Álvarez Pérez llegó al mundo en esta ciudad de

Arandas, Jalisco, el 9 de marzo de 1953.

Sus padres son Matías Álvarez Navarro (QEPD) y

Juana Pérez Rodríguez, en una familia de 11 inte-

grantes, completada por sus ocho hermanos y él: An-

gélica, Luz Elba, Luis, Carmen Leticia, José María,

María de los Ángeles (QEPD), Víctor Manuel y Ge-

rardo.

Raúl pasó la niñez disfrutando de un parquecito,

donde jugaba con sus amigos y vecinos a la ola, a los

columpios, pasamanos, resbaladeros y al béisbol, su

deporte de elección durante el crecimiento, en un en-

torno limpio y sin mayores preocupaciones.

Su madre se dedicaba al cuidado del hogar, mien-


58

tras su papá atendía un bar en la ciudad.

Raúl cursó la primaria, como tantos otros niños, en

la escuela conocida como oficial, hoy ubicada frente

al Parque Hidalgo, dirigida por el profesor José Ma-

ría Gomar. La secundaria –aunque cursada en el mis-

mo edificio- se llamaba Licenciado Agustín Yáñez, y

funcionaba por cooperación. Luego pasó a la prepa-

ratoria, que se estudiaba donde hoy se ubica la Uni-

dad Administrativa 1. “Ahí hice la preparatoria, que

de igual forma funcionaba por cooperación y tam-

bién se llamaba Licenciado Agustín Yáñez”, recuer-

da Álvarez Pérez.

Los proyectos y el trabajo social y político, iniciaron

precisamente en la preparatoria, donde Raúl Álvarez

buscó la presidencia de la sociedad de alumnos, ob-

jetivo que conseguiría y marcaría el inicio de sus as-

piraciones.

Estudiando en la Universidad de Guadalajara la li-

cenciatura en Administración Pública, inició el con-

tacto con el comité directivo estatal del PRI, gracias

a su trabajo como oficial mayor apoyado por el Lic.

Andrés Gómez Rosales. Raúl alternaba sus estudios

y su trabajo en el PRI, cerca del presidente del co-


59

mité, el Lic. Rodolfo Flores Zaragoza, quien al poco

tiempo de conocer al arandense lo nombró secreta-

rio auxiliar.

Su paso por la cúpula priísta en Jalisco le dejó gran-

des recompensas, pues fue diputado local suplente de

la profesora Amparo Rubio de Contreras por el dis-

trito 7, cuando Arandas pertenecía a ese distrito.


“Creo que cualquier político tiene una inspiración

nata, muy propia, de ser presidente municipal de su

pueblo”, considera Álvarez Pérez, a su vez convenci-

do de que buscar la presidencia era un objetivo moti-

vado totalmente por el sueño de intentar de la mejor

manera servirle al pueblo.

Raúl contaba 27 años de vida y se encontró con

el apoyo de un gran número de amigos y políticos

priístas que respaldaron su propuesta, era gente de

amplia experiencia y trayectoria intachable, asegura

Raúl. Agrega que fueron bastantes los jóvenes que

en ese momento tuvieron la oportunidad de partici-

par para crear un grupo adecuado para la adminis-

tración pública.


60

“Es preciso mencionar que a partir de mi primer año

como presidente, y hasta la fecha, he contado con el in-

valuable apoyo de la mujer que Dios envió a mi vida,

mi esposa Delia Margarita González Villaseñor, quien

con su fortaleza y decisión ha enfrentado junto con mis

hijos Raúl, Nora, Matías Israel e Isabel, todos aquellos

retos que se han presentado”, comparte Álvarez Pérez,

y agrega que “en ese tiempo tratamos de buscar a las

personas adecuadas para que nos acompañaran en la

formación del cabildo, y siento que todos mis colabo-

radores, tanto regidores como funcionarios, fueron per-

sonas que de muy buena voluntad buscaron servirle a

Arandas, y siempre estuvieron apoyando nuestros pro-

yectos”, indica Raúl.


Al comenzar la administración, Raúl y su equipo

detectaron la gran necesidad de los arandenses por

contar con trabajo, pues el municipio atravesaba

una etapa de escaso desarrollo industrial, orientada

casi de forma exclusiva a la producción tequilera y

a los tacones, con lo que no se generaban suficientes

fuentes de empleo. “Mi gran reto fue conseguir pre-


61

supuesto en el Gobierno del Estado para crear em-

pleos”. El Ayuntamiento mismo se conformaba por

alrededor de 160 trabajadores, tanto administrativos

como de confianza. “En ese primer año y con el apo-

yo del entonces gobernador, Lic. Enrique Álvarez del

Castillo, obtuvimos un gran presupuesto, el doble de

la suma inicial, para dar trabajo a 300 personas”, re-

cuerda Raúl Álvarez.

Tampoco contaban con suficientes policías en ese

entonces, por lo que la seguridad pública representa-

ba otro reto a enfrentar. Desde que el Lic. Francisco

Medina Asencio fue gobernador, envió un destaca-

mento del ejército al municipio, soldados que ayu-

daron en gran medida a mantener el orden duran-

te la administración. Por otro lado, la mayoría de los

campesinos poseían vehículos de procedencia extran-

jera, ante la falta de recursos económicos para com-

prar vehículos nuevos en el país. Por ello, cada cierto

tiempo visitaban la ciudad una comitiva del Registro

Federal de Automóviles, que llenaba de multas a los

arandenses. “Yo tuve el valor de hablar con ellos para

que no vinieran a extorsionar a los campesinos, con

la ayuda del señor gobernador, y jamás volvieron a


62

venir a Arandas”.

Principales logros

Durante su periodo como alcalde, se construyó el

libramiento sur, casi por completo durante esos tres

años. También se hizo el mercado municipal -don-

de hoy en día se ubica la unidad administrativa 2 y

la central camionera-, detectando otra necesidad cla-

ve en el pueblo, de contar con un espacio adecuado

al entrar a Arandas, para comercializar los productos

locales. “Iniciamos también la que hoy es la unidad

administrativa número 1, ubicada en la calle Álvaro

Obregón, donde estaba la escuela secundaria Agus-

tín Yáñez”.

En la calle Marcelino Álvarez se ubicaba un tirade-

ro de basura, excremento y animales muertos, por lo

que los vecinos sufrían de condiciones de insalubri-

dad. Para combatir ese foco de infección, apoyado

en el Programa Regional de Empleo (PRE) vigente,

Raúl Álvarez le dio trabajo a la gente para hacer el

mamposteo de toda esa calle, tapar el zanjón con lo-

zas, y que los vecinos vivieran limpios.

El río que atraviesa Arandas, justo por el centro de


63

la ciudad y que sale a Las Peritas, generaba proble-

mas en tiempo de lluvias, pues junto a la entonces pa-

nadería de Salvador Martínez se inundaba la zona.

Con el mismo esquema de apoyo al empleo local, se

hizo el mamposteo del río. “Recuerdo que cuando

estuvimos limpiando por debajo del pueblo, la casa

de Doña Merceditas, que vendía los famosos pam-

bazos se nos cayó, se cayó la bóveda y su refrigera-

dor y estufa se cayeron al suelo. Gracias a Dios que a

la señora no le pasó nada, ahí estaba en ese momen-

to sólo que estaba en un rincón. Les platico esa anéc-

dota porque supe de muchas personas que tuvieron

una opinión negativa, que decían que la casa estaba

fincada dentro de un cauce de río y que los cauces de

los ríos son federales, pero les expliqué que no, que el

problema lo tuvimos nosotros y le hicimos su bóveda,

le levantamos lo que se cayó y todo salió bien”, con-

firma. Hasta la fecha, no se han vuelto a presentar

inundaciones en la zona conflictiva por causa de las

lluvias y el mencionado río. “Quienes vivieron en ese

tiempo deben recordar que desde el mercado muni-

cipal, desde la calle Juárez hasta la calle de Riva Pa-

lacio se inundaba mucho y ahora no. Aunque siento


64

que con el tiempo se deberá limpiar de nuevo, pero

hasta ahora no ha sido necesario”.

También se encargó el presidente de construir dos

líneas de colectores para aguas residuales a la par del

río Colorado, una gran obra oculta, para que no con-

taminaran el cauce del río, pues en ese tiempo llevaba

siempre mucha agua. Se crearon además dos depósi-

tos de agua potable principalmente para las colonias

que apenas iniciaban, como Infonavit, y las calles

Allende y Matamoros, que también fueron empedra-

das con la ayuda de los programas de empleo. Prác-

ticamente todo el sector Mexiquito, Panteón Viejo y

Lagunas fueron empedrados en esa época, una tarea

difícil porque la zona de Mexiquito estaba llena de

piedra nacida, lo que complicaba el trabajo de forma

importante. En las Lagunas, también se hicieron ma-

chuelos y banquetas, pues como su nombre lo dice,

la zona se llenaba de “lagunitas”, enormes charcos

de agua que incluso imposibilitaban el paso peatonal

por sus calles. También se gestionó ante las autorida-

des pertinentes, las primeras 150 casas para construir

el Infonavit Lagunitas.

“Gracias a esos programas de fomento al empleo se


65

realizaron estas obras sin cobrarle un peso a los bene-

ficiarios y dando empleo a un promedio de 500 aran-

denses en la realización de los proyectos planeados.

También ayudamos mucho a la zona de Las Peritas,

el barrio más pequeño, detrás del Santuario”, recuer-

da, y agrega: “Hicimos bastantes escuelas en las ran-

cherías y terminamos la segunda parte de la Escue-

la Normal”.

Enlista Raúl Álvarez entre sus logros el desarrollo

en la electrificación de la colonia Mexiquito, pues “la

mayor parte de la red eléctrica que todavía funciona,

se consiguió mediante el apoyo del Gobierno del Es-

tado y la participación del Ayuntamiento, y tampoco

se lo cobró un centavo a los vecinos de Mexiquito”.

Menciona además que no se dejó ningún adeudo a la

siguiente administración municipal.


“Ser presidente ha sido una de las experiencias más

grandes en mi vida, porque yo siento que servirle al

pueblo fue fundamental para mi formación, princi-

palmente como arandense, pero también como po-

lítico. Pude ver la necesidad real de cada colonia,


66

con las personas necesitadas, y en ese tiempo tuve la

oportunidad de contar con grandes apoyos tanto del

gobernador del estado Don Enrique Álvarez del Cas-

tillo como de personajes arandenses que querían mu-

cho a su tierra, y ese apoyo desinteresado de grandes

arandenses hizo más bonita la experiencia. Gracias

a Don Pablo Jiménez Camarena, a Don Francisco

Martínez y Don Pancho Aguirre, Don Antonio Vala-

dez Ramírez. Me ayudaron a presidir una adminis-

tración lo más correcta posible, pues eran personas

bien intencionadas que siempre estuvieron conmi-

go”, rememora Raúl Álvarez Pérez.

Raúl sigue al cargo de sus distintos negocios y ac-

tividades comerciales, además de fungir –desde el 30

de septiembre de 2011- como presidente de la Fun-

dación Isidro Fabela en Jalisco, organismo de pro-

moción social y cultural. Nunca se ha alejado de

la política, ni de su partido de siempre, el PRI. Es

un arandense interesado en el acontecer municipal,

con ideas específicas para el desarrollo constante de

Arandas: “Hemos luchado por que exista un centro

universitario público aquí en Arandas, pues hay mu-

chas personas necesitadas que no pueden mandar a


67

sus hijos a estudiar a Tepatitlán, Atotonilco o Guada-

lajara, falta esa obra. Siento que debemos apoyarnos,

unirnos y buscar que el presidente en turno y todos

los comerciantes e industriales promuevan más fuen-

tes de empleo en la ciudad, porque estamos basados

principalmente en el desarrollo de la industria tequi-

lera y nos hace falta diversificar el sector. Hasta traer

maquiladoras para darle desarrollo y empleo a nues-

tros habitantes; así evitaríamos que los jóvenes aran-

denses emigren a Estados Unidos y estén batallando.

Además, la gente de Arandas es honesta, trabajado-

ra y si logramos unirnos, lograremos un desarrollo to-

tal”, considera Raúl Álvarez, con una sonrisa que en-

cierra mucho del orgullo y satisfacción que le dejan el

deber cumplido sin manchas, cuando tuvo ante sí la

responsabilidad de cambiarle el rostro a la población

que lo vio nacer, y que tanto quiere.


68


71

Sr. Alfonso LópezGarcía (1985)

Alfonso López García vino al mundo en Arandas, Ja-

lisco, en la casa ubicada en la calle Constitución N°

68, el día 12 de julio de 1937.

Es hijo de José María López Lozano y María de

Jesús García Velázquez, acompañado en la vida fa-

miliar por su hermano José María y sus hermanas

María Guadalupe, María de Jesús, María de Luz y

María Dolores.

Pasó la infancia en medio de travesuras inocentes,

hasta quebrándose la cabeza en medio de sus aven-

turas, como él mismo refiere, considerando que al ser

el más pequeño de la familia recibía chiqueos de todo

mundo, haciendo aún más placentera su niñez.

Sus padres se dedicaron siempre al comercio, acti-


72

vidad tradicional de Arandas en esa época. “Me tocó

conocer a mi padre y disfrutarlo. Él gozaba mucho su

tienda, que comenzó llamándose “El Zafiro”, nombre

que le puso Don Antonio Valadez Ramírez. En segui-

da se llamó “El Paje”, nombrada así por Don Macedo-

nio S. Barrera, para luego renovar la tienda y llamarla

“Almacenes López Lozano”, su último nombre.

En ese entonces era complicado acceder a la educa-

ción formal, como lo asevera Alfonso López. “Yo cur-

sé parte de la primaria en Arandas, y luego estudié

en el seminario algunos años. Me faltó preparación,

pero la vida le da a uno conocimientos no por los li-

bros, sino por las experiencias que vivimos. Yo estu-

ve primero con el profesor Ángel Flores Cotta y luego

con el profesor Cordero, un año. Después cursé dos

años en el seminario, con el padre Avelino Sánchez

Ruiz, que era de Arandas”, relata Alfonso.

Algo que tiene sumamente claro es su vocación po-

lítica, pues –en sus palabras- “desde que nací, nací

priísta, porque mi padre lo fue toda su vida, enton-

ces yo lo fui desde que abrí los ojos y lo sigo sien-

do. No porque se pierda o se gane, dejaré de serlo.

Sin embargo sé reconocer cuando nosotros los priís-


73

tas hemos cometido algunos errores, porque no so-

mos perfectos, así como en otros partidos lo hemos

visto. Creo que somos humanos y como tales estamos

expuestos a errar”, refiere.


Con esa claridad en su filiación partidista, el pano-

rama a seguir fue evidente. En una comida que se

realizó en La Paja, un terreno de José Antonio Her-

nández Orozco, se convocó a los militantes del PRI

para realizar un análisis sobre un proyecto para apro-

vechar la paja de linaza. Ahí, el ingeniero Felipe Jor-

ge Camarena le pidió a Alfonso que lo acompañara

en su planilla, porque tenía inquietudes de postular-

se como candidato a presidente municipal. “Yo le dije

que sí, que estaba a sus órdenes porque era mi cono-

cido y amigo”. Luego se acercó Raúl Álvarez Pérez

y también le pidió que fungiera como vicepresiden-

te en su planilla. “Dije ¡ah caray! ¿Pues entonces voy

con los dos? Pensé que al ser amigo de ambos, les da-

ría gusto a todos acompañándolos a los dos”.

En la contienda interna salió victorioso Raúl Álva-

rez, por lo que Alfonso formó parte de su planilla,


74

luego de confirmar ese puesto tras una reunión don-

de se analizaron todos los integrantes del posible go-

bierno municipal.

Alfonso López fue designado presidente municipal

hacia el final de la administración de Álvarez Pérez,

por un período de sólo tres meses, luego de que el go-

bernador del Estado –Lic. Enrique Álvarez del Casti-

llo- se llevó al edil Raúl Álvarez Pérez a formar parte

del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado del Es-

tado de Jalisco (SAPAJAL) en Guadalajara. El gober-

nador ordenó que en cabildo se definiera quién supli-

ría a Raúl, y así fue como se definió la breve alcaldía

de Alfonso. “Todos votaron por mí, así es que quedé

de presidente. En ese tiempo no hice más que arre-

glar la administración para luego entregarla, y así de

fácil”.

La experiencia al frente del municipio, para Alfon-

so, aunque breve, le lleva a reconocer el trabajo que

realizó desde un principio el Ayuntamiento del que

formó parte, y que lo tuvo como líder en su etapa fi-

nal. “Yo como amigo de Raúl y amigo de todos los

arandenses, puedo decir que fue uno de los periodos

en los que más se hizo, nada más que no se tomó mu-


75

cho en cuenta. Gestionamos ante el gobernador para

que nos ayudara en el desazolve del río que atraviesa

la ciudad, con la condición de efectuar la obra con-

forme a lo presupuestado, sin buscar ahorros para

utilizar los recursos en otros proyectos, pues el gober-

nador quería que esa obra fuera una fuente de em-

pleo. En ese periodo también se construyó la prime-

ra unidad administrativa, y las oficinas del Gobierno

Municipal, así como el libramiento carretero sur.


La experiencia fue reconfortante para Alfonso Ló-

pez, porque, como atinadamente lo considera, “todo

mundo como arandense quisiéramos formar parte

de nuestro pueblo como gobernantes, unos más que

otros, pero yo quise desde el principio ser honrado y

creo que lo logré, y lo he sido hasta la fecha. Hubo

un dinero que donó Don Pablo Jiménez Camarena al

hospital, con el que hice varias obras para terminar

el período de Raúl. Y di en donación 3,100 metros

de terreno, lo acabo de donar a la Casa de la Mujer,

para que así se invierta el resto del donativo de don

Pablo”, argumenta Alfonso López.


76

En la actualidad Alfonso se dedica a disfrutar de lo

que su padre le dejó, pues supo cuidar lo que le fue

heredado, aumentando el capital lo suficiente. “Po-

quito más, pero no me gusta presumir lo que trabajo

no me costó”, indica con la humildad y sencillez que

lo caracteriza.

Finalmente comparte sus puntos de vista para que

el municipio nunca detenga su avance. “Es necesario

unirnos, siento que es lo único que nos falta porque

capacidad la hay, la prueba está en que en Arandas

comenzamos con caballos, y ya no se ven. Seguimos

con bicicletas, que yo vendía incluso, y ya no se ven.

Luego las motocicletas y ahora prácticamente todos

somos de coche. Así que en Arandas tenemos la capa-

cidad de administranos, no somos de los que despilfa-

rramos el dinero, sólo falta esa unión para sacar ade-

lante los grandes proyectos”, finaliza Alfonso López,

seguro de que fue parte de un proyecto trascendente

para esta tierra que lo vio nacer, y consciente además

del cierre digno que consiguió cuando la responsabi-

lidad recayó en su persona.


79

Sr. Guillermo HernándezMartínez (1986-1988)

En el domicilio de Ponciano Arriaga 78, Arandas

recibió a Guillermo Hernández Martínez el 26 de

mayo de 1946, como hijo de Juan Hernández Sán-

chez y Herminia Martínez Patiño, en una familia que

se integró además por José de Jesús, Ramón y Raúl.

“Mi niñez fue muy bonita, yo siempre tratando de

colaborar y trabajar en lo que mi padre nos ponía”,

recuerda con cariño Guillermo Hernández, pues el

negocio familiar era una granja con distintos anima-

les y ganado, por lo que Guillermo y sus hermanos se

encargaban de ordeñar, llevar las vacas a pastar, todo

lo que fuera necesario para apoyar a la familia. “Mi

papá también tenía su negocio, y por supuesto lo ayu-

daba. Fue una niñez que disfruté mucho, aunque en


80

edades estábamos un poco espaciados los hermanos,

pues yo era el más chico. De cualquier forma, siem-

pre tuve una infancia bonita, al lado de mis padres,

hermanos y primos”, asegura.

Entre los negocios de sus padres estaba un moli-

no de nixtamal, industria que luego perdería mercado

frente a las tortillerías modernas. En esa época, sin em-

bargo, las familias llevaban a moler su nixtamal para

cocinar tortillas.

Guillermo inició sus estudios en la escuela particu-

lar de la maestra Josefina Ramírez, por la calle Mar-

celino Álvarez. “Era una escuelita muy humilde, una

casa, para estudiar lo que se llamaba en ese tiempo

‘párvulos’, que hoy viene siendo el kínder”. Luego se

formaría en la escuela primaria Antonio Valadez Ra-

mírez, para posteriormente estudiar con el afamado

escritor arandense Raúl Navarrete, en la academia

que instaló en Arandas, llamada “Academia Comer-

cial Remington”. “Manejaba dos o tres carreras, la

que yo elegí en ese momento fue contador privado

con leyes fiscales”, detalla.

La política llegó a la vida de Guillermo Hernández

por conducto de su tío materno Salvador Martínez


81

Patiño, conocido como “el chato Martínez”, quien

siempre participó en la política. La convivencia coti-

diana con Guillermo, desde niño, generó admiración

hacia Salvador, pues incluso fue presidente de Aran-

das en dos ocasiones. “Desde muy niño yo ya andaba

al menos conociendo y tratando de ver cómo es que

se servía a Arandas, y Dios me dio la oportunidad

de participar en muchos Ayuntamientos como pre-

sidente de las fiestas patrias, promoviendo el depor-

te”, comparte Guillermo. En 1965 fue representante

del PRI en una de las casillas electorales, y desde ese

momento ha sido un militante activo en el Partido

Revolucionario Institucional. En el trienio de 1977

a 1979, la presidenta municipal fue María Guadalu-

pe Ramírez Ramírez, cuñada de Guillermo, lo invitó

a su administración, para colaborar en la promoción

del deporte. Luego sería regidor en el Ayuntamiento

de 1980 a 1982, con Jaime Antonio González Torres,

encargado de las comisiones de Hacienda Municipal,

Deportes y Alumbrado Público.


Fue un caso muy peculiar y triste el que llevó ori-


82

ginalmente a Guillermo Hernández llegar a la pre-

sidencia municipal. Guillermo fue candidato a re-

gidor, acompañando en su planilla al profesor José

María López Barba, quien fue electo alcalde. Con él

inició la administración en enero de 1986, y duran-

te seis meses Guillermo trabajó en las comisiones de

Deporte, Hacienda y Vehículos. Desafortunadamen-

te, el 13 de junio de ese año, el profesor José María

López Barba falleció a consecuencia de un derrame

cerebral. Entonces fue necesario convocar al cabil-

do en funciones a una reunión especial, para anali-

zar ante la ciudadanía y ante los regidores el perfil

de quien debería seguir al frente del municipio por el

resto del periodo de López Barba. Por unanimidad,

Guillermo fue el elegido para tomar el timón de la

nave arandense, como presidente sustituto en funcio-

nes a partir del 13 de junio de 1986, concluyendo su

periodo el 31 de diciembre de 1988.


Al llegar prácticamente de un día para otro a la pre-

sidencia municipal, fue importante para Guillermo

Hernández contar con un equipo de regidores que le


83

demostraran su apoyo y respaldaran el proyecto que

preparaba para dar salida a las necesidades del mu-

nicipio. El apoyo también se sintió a nivel estatal, por

parte del entonces gobernador Enrique Álvarez del

Castillo, y su esposa, Virginia Baeza. El reto princi-

pal estaba muy claro: preparar el proyecto y rendir

homenaje al profesor López Barba mediante la dig-

na y exitosa administración del tiempo que le queda-

ba al trienio.

Principales logros

Las estrategias de desarrollo social ocuparon un lu-

gar prioritario en el esquema de Guillermo Hernán-

dez, a través del trabajo del DIF, en mancuerna con

su esposa María Elena Ramírez y gracias al contac-

to con Virginia Baeza, esposa del gobernador del Es-

tado. “Iniciamos con 86 despensas en el municipio,

para cuando terminamos nuestra administración ya

teníamos 640 familias que cada semana recibían este

gran apoyo, además de que se trataba de despensas

muy completas, con los alimentos básicos para las fa-

milias”, recuerda. Mediante el DIF también se ofre-

cía atención a personas de escasos recursos, apoyados


84

por distintos médicos que apoyaban con sus servicios.

La perspectiva de trabajo para Guillermo fue de un

gestor para su gente, por lo que dedicó muchos de sus

esfuerzos a tocar puertas en las dependencias estata-

les y federales que le pudieran otorgar recursos para

llevar para mayores beneficios al municipio.

Destacan entre sus proyectos la ampliación y con-

tinuidad del pozo cercano a la Escuela Normal para

Educadoras de Arandas, que en su momento solucio-

nó en gran medida las necesidades de abasto de agua

potable para la ciudadanía.

Las delegaciones también fueron parte del proceso

de atención. Tanto San Ignacio como Santiaguito de

Velázquez contaron con un jardín central, construido

gracias al valioso apoyo de los ciudadanos beneficia-

dos. Las escuelas del municipio también se tomaron

en cuenta, para proveerles de lo indispensable, como

la construcción de aulas y sanitarios, así como la re-

modelación de caminos vecinales.

Con los antecedentes como regidor de Guillermo

Hernández, es lógico que el deporte fuera tan rele-

vante para su gobierno. “Llegamos a ser la segunda

fuerza deportiva del Estado de Jalisco”, confirma, al


85

hablar de su visión para impulsar proyectos y prepa-

rar gente para poner en alto el nombre de Arandas.


“En primer lugar me quedo con el agradecimien-

to para los ciudadanos, que siempre participaron y

me apoyaron cuando estuve a cargo. Además aprendí

mucho al darme cuenta de que todos los arandenses

debemos servir a nuestro municipio, y que no se debe

confundir servirnos con servir. Cuando participamos

en una administración municipal debemos ir con la

intención y convicción de beneficiar a la ciudadanía

exclusivamente”, afirma.

La agricultura es el espacio de trabajo en el que se

ha desarrollado siempre Hernández, pues, como él lo

argumenta, “es lo que mi padre me enseñó, por eso

me dedico aún al campo, a la ganadería también y a

un negocio de servicios”.

Con el contacto social tan cercano que genera el

trabajo en el campo, su visión sobre las necesidades

de Arandas se mantienen vigentes. “Sugiero primera-

mente la concientización de la ciudadanía, para que

participe con las autoridades en turno, pero que tam-


86

bién las autoridades tengan esa intención de servir a

Arandas, para que el municipio se mantenga como

ejemplo en la región de Los Altos, con una proyec-

ción y desarrollo enorme”, comparte Hernández, a

quien el destino y la voluntad de sus compañeros de

cabildo responsabilizaron para tomar un proyecto

municipal y hacerlo crecer hasta que el orgullo y la

satisfacción marcaron la llegada a la meta.


89

Sr. José Guadalupe TejedaVázquez (1989-1992;

1995-1997; 2007-2009)

José Guadalupe Tejeda Vázquez, el único arandense

que ha sido alcalde de este municipio en tres ocasio-

nes, nació en esta tierra el 16 de enero de 1950, hijo

de José Guadalupe Tejeda Torres y Beatriz Vázquez

Álvarez.

La familia Tejeda se complementó con sus cinco

hermanos, José de Jesús, Imelda, Hilda Josefina, José

María (QEPD) y Guillermo.

Cuando niño, no existían aún las unidades depor-

tivas ni los espacios adecuados para el esparcimien-

to infantil. Así que la calle fue su gran área de juegos,

con recuerdos gratos para Guadalupe Tejeda. “Casi


90

no había vehículos, y todavía estaba empedrada la

calle Colón, donde nos criamos de toda la vida. Es-

taba el Parque Hidalgo en aquellos años todavía de

tierra, iluminado con un foquito del número 20. Ahí

nos íbamos a jugar al trompo, balero, canicas, a las

ligas”, recuerda mientras agrega que la esquina de

Colón y Constituyentes era su diamante beisbolero,

donde armaban los partidos con sus amigos y veci-

nos, pues en esa época podía transcurrir hasta una

hora antes de que circulara un auto por ahí.

Los juegos típicos de la niñez le ganaban también

sus primeras reprimendas, de manos de la maestra

Tulita y sus hermanas, “que vivía por enfrente y eran

las que de repente nos regañaban”.

Eran otros tiempos, más tranquilos, más sencillos.

En vacaciones, la familia se mudaba al rancho, don-

de vivían durante el temporal de lluvias, “disfrutando

todo muy bonito, ni se nos antojaba venir a Arandas,

la verdad. Mi papá se venía en caballo del rancho al

mandado y a misa, y nosotros allá nos quedábamos,

divertidos y felices”, recuerda Tejeda.

Su madre fue ama de casa, mientras su papá ejercía

la agricultura y ganadería. “Él nos dio estudios a pe-


91

sar de que era gente del campo, inmerso en la activi-

dad económica tradicional de Arandas”.

José Guadalupe Tejeda estudió la primaria en el

Colegio La Salle, entonces conocido como escue-

la del señor Cura. Luego despertó en él la inquietud

por definir su vocación, por lo que ingresó al semina-

rio auxiliar de San Juan de Los Lagos, que entonces

dependía de la diócesis de Guadalajara, para buscar

eventualmente el sacerdocio. Luego de tres años de

estudios llegó a Guadalajara, al Colegio Boloña, de

los hermanos Lasallistas.

Sin embargo, su vocación estaba en otro lado.

Como en el seminario no daban certificado de estu-

dios, y habiendo cursado ahí hasta el segundo grado

de filosofía, al salir del seminario realizó estudios pri-

vados con la maestra Cecilia Plascencia, de taquigra-

fía, mecanografía, distintas disciplinas comerciales y

administrativas. Cursó después la preparatoria en el

módulo de la Universidad de Guadalajara ubicado

en la ciudad, mediante el sistema de cooperación, en

la escuela oficial frente al Parque Hidalgo. “Recuerdo

que algunos maestros no cobraban su sueldo, como el

Ingeniero Camarena y el Licenciado Liborio Martí-


92

nez, gustosos de compartir sus conocimientos con la

juventud arandense”.

En esa época iniciaron las inquietudes políticas de

Tejeda, con la idea de trabajar por los demás, como –

refiere- se lo inculcaron en el seminario, siempre con

la idea clara de que debemos cumplir una misión en

esta vida. “Me di cuenta que si no fui sacerdote, tenía

que buscar otro escenario para cumplir mi misión.

Sin mayor interés que el bien común, inicié tareas en

1988 con un grupo de amigos, enfocado al progreso

local”, detalla José Guadalupe Tejeda.


Impulsado por la noción clara de que estaba obliga-

do moralmente a realizar algo distinto con su vida, el

grupo social que conformó en ese entonces trabaja-

ba para preparar un proyecto válido de gobierno. Lo

primero que enfrentó fue la incredulidad de los aran-

denses, pues sus aspiraciones no estaban afiliadas al

PRI, partido que ostentaba desde siempre la admi-

nistración pública.

“Conformamos una planilla con un grupo muy re-

ducido de colaboradores, porque pocos creían que


93

podríamos llegar en realidad hasta la presidencia.

Fuimos cuando mucho diez personas, todos con muy

buena voluntad, trabajando como regidores y como

colaboradores y haciendo de todo, porque había po-

cos recursos y poco sueldo”, recuerda Tejeda, consi-

derando además que la administración salió adelan-

te, y la gente notó la diferencia. “Yo creo que no les

fallamos, porque además de ese primer periodo, fui

presidente municipal en 1995-1997, y luego por ter-

cera ocasión en 2007-2009”.


El principal reto de Tejeda y su equipo de funcio-

narios fue atender a la sociedad al mismo tiempo que

proponían una administración diferente. “Trabajá-

bamos desde muy temprano y hasta muy tarde, in-

cluso en bicicleta. Mucha gente no cree que andába-

mos hasta en la patrulla, pero era importante mostrar

un proyecto distinto”, comparte José Guadalupe, al

tiempo que revela lo grato de la experiencia, sobre

todo porque consiguieron la terminación de distintas

obras sin contar con recursos generosos.


94

Principales logros

Para Tejeda, su logro principal fue la mejora en la

atención a la ciudadanía, así como varias obras indis-

pensables para las rancherías y el trabajo en colonias

desatendidas, que carecían de infraestructura esen-

cial, como agua potable, drenaje y energía eléctrica.

Los caminos vecinales y sacacosechas fueron otra

prioridad, pues las rancherías estaban prácticamente

incomunicadas en esa época. Además, gestionó fon-

dos con empresarios y el Gobierno del Estado para

apoyar escuelas y educación, al darse cuenta de las

grandes necesidades de los planteles del municipio,

incluso para contar con sanitarios en forma.

La tarea fue ardua, buscando siempre cubrir todos

los servicios municipales tanto en la cabecera como

en las delegaciones, pues San Ignacio fue apoyado de

manera importante con iluminación y servicios bási-

cos, así como el resto del municipio. En San Ignacio,

además, se gestionaron una unidad deportiva y una

secundaria federal, junto a un notable avance en la

pavimentación de la ciudad.

En Arandas reforzaron la red de agua potable con

la perforación y equipamiento del pozo número 7,


95

con apoyo del Gobierno del Estado.

El desarrollo clave para Tejeda estuvo en los servi-

cios básicos, como drenaje, agua potable y electrici-

dad, en las colonias marginadas de la cabecera mu-

nicipal. En sus palabras, “Arandas estaba cubierto al

70% en las colonias con estos servicios, y considero

que dejamos la ciudad cubierta al 90%”.

En su segunda administración, a pesar de que se

topó de frente con una crisis nacional de graves con-

secuencias, consiguió mayores apoyos gubernamen-

tales para concretar distintas obras en beneficio de la

comunidad, como electrificaciones en varias ranche-

rías, redes de agua potable en distintas comunidades,

caminos vecinales, concretos hidráulicos en la cabe-

cera municipal, entre otras obras de servicios ciuda-

danos.

Ya en la tercera administración los proyectos se

orientaron a beneficiar a comunidades más grandes,

como lo prueba el colector construido en la Rincona-

da de Los Vázquez, donde la gente tenía fosas sépti-

cas. El colector de 3 millones de pesos conectó el dre-

naje a la planta tratadora de Tequila Centinela, con

apoyo de particulares y del Gobierno del Estado.


96

También se construyó el rastro municipal, obra de

gran importancia para promover el consumo cárni-

co de calidad en la ciudad, tanto como la producción

hacia el exterior.

En el listado aparecen proyectos de todo tipo, como

el auditorio municipal y los apoyos a la educación

en distintos frentes. “En la preparatoria regional de

Arandas tenían un terreno que no era ni cancha ni

nada. Ahí se hizo un módulo deportivo, y apoyamos

con la barda perimetral y el estacionamiento, que los

alumnos disfrutan y que disfrutarán las nuevas gene-

raciones”, rememora Tejeda.

Y siguen las obras. Avenidas con concreto hidráuli-

co, puentes, la construcción de la Escuela de Artes y

Oficios, la preparatoria CBTIS –de la que a la fecha

ya egresó su primera generación-. “Pusimos la pri-

mera piedra de los nuevos Centros de Salud, y do-

namos un terreno para el asilo de ancianos. En las

comunidades rurales hicimos redes de agua que be-

nefician hasta a 500 familias, en la comunidad de Pie-

dras Amarillas”, enlista José Guadalupe Tejeda.

También fue responsabilidad suya gestionar y ejecu-

tar proyectos de gran importancia como la semaforiza-


97

ción de la ciudad, la remodelación de la Plaza de Ar-

mas, el jardín principal de Arandas; la construcción y

puesta en marcha de la unidad administrativa 2, don-

de se ubica la central camionera, y remodelar el piso

de la unidad deportiva Gustavo Díaz Ordaz.


“Mi paso por la presidencia municipal dejó una

gran enseñanza y satisfacción, porque entras con cin-

co amigos y sales con 20. Fue una experiencia bo-

nita, mucha gente hasta la fecha me dice presidente

cuando me ven en la calle, gente muy respetuosa. En

aquellos años no pensaban que sería presidente, pero

gracias a Dios eso se logró y esa es mi gran satisfac-

ción, el reconocimiento de la gente”, asegura el tres

veces alcalde de Arandas.

En la actualidad, José Guadalupe Tejeda se dedica al

comercio, a la agricultura y a la ganadería, además de

algunos negocios en la ciudad. “Pero sobre todo, me

dedico a disfrutar de la vida y a estar en familia, pa-

seando, con mi esposa Ana Rosa Velázquez y mis hi-

jos Ricardo Guadalupe, María Rosa y Ángel de Jesús.

“Considero que sí valió la pena haber servido a la


98

gente, y esperaría que se apoyara mucho a la juven-

tud, como en su momento lo hicimos, porque debe-

mos apostar por ellos, pero todos los arandenses, eso

no es una responsabilidad absoluta del presidente

municipal”, concluye Tejeda, seguro de que por su

parte, la ilusión de cumplir con una misión importan-

te en su vida se ha cumplido con creces, hasta en tres

oportunidades distintas.


101

Lic. Juan Antonio GonzálezHernández (1992-1995)

Juan Antonio González llegó al mundo el 3 de agosto

de 1958, precisamente en Arandas, Jalisco, hijo de Si-

món González Escoto y Esperanza Hernández Gar-

cía, en una familia integrada por sus padres, Juan An-

tonio y seis hermanos: María Concepción, Benjamín,

Carlos, Martín, Rafael y Juan Manuel.

Los primeros años de vida de Juan Antonio pasa-

ron entre risas y juegos infantiles, por la calle Zara-

goza y la calle de San Juan, hoy Dr. Escobedo, justo

en la orilla de la población. “Era igual que los niños

de siempre, iba a la escuela y luego jugaba con el ba-

rro, haciendo presitas, resorteras, jugando al béisbol

con un palo de colorín y una pelota toda desgarrada

que zumbaba; el juego dependía de la temporada”,


102

recuerda, y comparte que pasaba mucho de su tiem-

po como niño con su bisabuelo Ambrosio García “el

pollo”, que fabricaba teja y le vendía a todos los mu-

nicipios vecinos.

“Primero me levantaba temprano para ordeñar va-

cas con una tía de mi mamá, luego iba a la escuela y

enseguida al rancho de mi bisabuelo a desquelitar y

cuidar animales. Me críe en el campo, y ayudando a

hacer teja y ladrillo de jarro”, indica sobre su infancia

llena de ocupaciones.

Y es que en esa niñez sin preocupaciones, bastaba

salir en familia a la plaza, atender la tradicional sal-

ve y luego esperar que le compraran un vaso de leche

con chocolate, para ser feliz.

Su madre era ama de casa y cosía ajeno, “con lo

que le sobraba nos hacía camisas y calzoncitos”. Su

papá tuvo distintos oficios, desde chofer de trocas

hasta cargador. Posteriormente trabajó en las taque-

rías de sus tíos en la Ciudad de México, a donde Juan

Antonio se mudó para estar con sus papás. Lamenta-

blemente ambos fallecieron jóvenes; su madre murió

de 33 años y su padre de 44, cuando Juan Antonio te-

nía 11 y 15 años respectivamente.


103

Cursó la primaria todavía en Arandas, en la escue-

la La Escoba, construida por Don Antonio Bravo,

en la zona centro, y luego en la escuela oficial en el

Parque Hidalgo, frente al templo. Terminó la prima-

ria en México capital, en una escuela cerca del aero-

puerto. Allá inició la secundaria, y volvería a Arandas

para terminar esos estudios en la secundaria noctur-

na para trabajadores, cuyas clases también se impar-

tían en la escuela oficial.

Siguió la preparatoria en Guadalajara y después,

cuando Arandas tuvo un módulo de bachillerato re-

gional que dependía de Atotonilco, terminó aquí esa

etapa, para luego estudiar administración de empre-

sas de nuevo en la capital del Estado, así como distin-

tos cursos y la especialidad en Alta Dirección de Em-

presas por la Universidad Panamericana.

“El estudio fue una experiencia grata, con la for-

tuna de contar con muchos amigos y buena relación

con maestros y compañeros. En Arandas recuerdo a

muchísima gente que me acompañó en una juventud

sana, con actividades artísticas y de servicio comu-

nitario. En todos lados conocí gente buena, grandes

amigos. En México, siendo yo provinciano, llegué de


104

huaraches a la primaria y la maestra me preguntaba

cuándo llevaría zapatos. Le pedí a una tía que me hi-

ciera gelatinas para vender los domingos en los cam-

pos llaneros de fútbol, y así junté como 42 pesos y me

compré unos zapatos Canadá cerca de La Merced,

que todos los días boleaba y cuidaba, para que me

duraran. Recuerdo el detalle porque fue importante

superar la imagen de huarachudo, aunque no anda-

ban ellos de corbata, pero me insistía la maestra que

usara zapatos. Yo era feliz, de niño no te preocupas

por lo que traes, así que fue una infancia con caren-

cias, pero feliz”, recuerda Juan Antonio, en un claro

ejemplo de su vocación empresarial y de lucha.

Y es que siempre se dedicó a buscar el éxito en su

vida y proyectos personales, lejano al ajetreo de la

política. Fue hasta que recibió una invitación direc-

ta por parte del PAN para contender por la alcaldía

de Arandas, que eso cambió. “No tuve una activi-

dad política previa, más bien participé en grupos y

movimientos católicos en Arandas, y en organizacio-

nes y sociedades cooperativas, como presidente de las

mismas. Me costó trabajo aceptar la invitación a ser

candidato, yo atendía mis negocios, les dije aquí es-


105

toy bien, vayan a invitar otra gente, déjenme trabajar.

Supe que invitaron al Ingeniero Camarena (QEPD),

quien agradeció mucho el honor, pero declinó”, na-

rra González, y recuerda que siempre que volvía de

sus viajes de trabajo, revisaba si ya habían definido al

candidato panista, pero no. Finalmente lo convencie-

ron de lanzarse como aspirante, para buscar el bien

por el pueblo, decisión que Juan Antonio tomó luego

de consultarlo con su esposa y hermanos. “Así inicia-

mos de lleno en la campaña y asumimos luego la pre-

sidencia municipal”.


Aunque no era militante, Juan Antonio se preocupó

por conocer los principios y doctrina de cada partido

político. Poseía conocimientos de doctrina social de

la iglesia gracias a su contacto con los sacerdotes xa-

verianos, así como su participación en distintos mo-

vimientos católicos, y concluyó que los principios de

Acción Nacional y de la iglesia eran semejantes, lo

que ayudó en su decisión de buscar el progreso so-

cial desde la plataforma panista. “Yo digo sin nin-

guna pena que fui y me arrodillé ante la Virgen de


106

Guadalupe para que me orientara, que me indicara

el camino. Además pedí la opinión de dos sacerdo-

tes, el párroco de San José y el director del seminario

Xaveriano, y de tres políticos de Arandas, el Lic. Li-

borio Martínez Velázquez, José Antonio Hernández

Orozco y Juan de la Cerda Gascón. Por mis activida-

des comerciales tuve contacto previo con todos, así

que había una relación cercana y quise saber su opi-

nión. Uno de ellos me dijo que no arriesgara mi ne-

gocio y mi reputación, consideró que yo estaba muy

verde para entrarle. Al final me animó la mayoría y

acepté”.

Juan Antonio puso como condición, que en el PAN

le dieran libertad total para integrar su fórmula, así

como apoyo constante de los militantes. Hubo quienes

declinaron acompañarlo en su planilla, ante la duda

de que el PAN repitiera gobierno, pues justo termina-

ría la primera administración de Guadalupe Tejeda

y la mayoría pensaban que el PRI volvería al poder.

“Me costó trabajo porque hubo quienes no aceptaron

por distintas razones. Al final se integró una gran pla-

nilla con gente de servicio como Manuel González,

Quico Rizo “el garrapato”, don Roberto Fonseca, Lu-


107

cita Ortega, Eduardo López Camarena, Humberto

Orozco y varios más, todos importantes amigos”.

Durante la campaña tuvo el apoyo de personajes

clave del panismo nacional, como el senador Terán

Terán, Vicente Fox y la inspiración de “Maquío”

(Manuel J. Clouthier, uno de los pilares fundamenta-

les del PAN) en Culiacán, con el que mantenía una

relación comercial. “Le seguí la huella a sus discur-

sos, a lo que hablaba y me convencía, así que me metí

de lleno a la campaña”. Con el miedo de posibles fa-

llas en la votación, y respaldado por el coordinador

del PAN en la Cámara de Diputados, Diego Fernán-

dez de Cevallos, confió Juan Antonio en el resultado

del proceso, que a final de cuentas favoreció a su par-

tido y lo puso en la presidencia municipal.


Inicialmente enfrentaría su Ayuntamiento dos re-

tos clave; integrar al equipo de directores, “porque

teníamos que rogarle a todo mundo para puestos cla-

ve, como la dirección de Obras Públicas, pues había

miedo a ser públicamente reconocidos en una admi-

nistración del PAN, cuando históricamente el PRI


108

era el partido en el poder. Lo mismo pasó con la sin-

dicatura y tesorería”. José María de Jesús Hernández,

regidor suplente, se encargó de coordinar el depar-

tamento de Obras Públicas. Don Enrique Pedroza,

que ya tenía mucha experiencia política, fue el pri-

mer secretario-síndico, luego estuvo en ese puesto Je-

sús Aceves y en tesorería se quedó José Luis Magaña,

que estuvo con Guadalupe Tejeda.

También fue un reto importante el presupuesto de

Arandas en ese momento, “era raquítico y dependía-

mos totalmente de gestiones en Guadalajara, de ma-

nera muy centralista. Junto con Alberto Cárdenas Ji-

ménez, presidente de Ciudad Guzmán, presentamos

una propuesta para la municipalización del catastro

y tránsito municipal, facultad de los municipios de

acuerdo al artículo 115 constitucional. Así regulari-

zamos, y con eficiencia, incrementamos los ingresos”,

comparte Juan Antonio González. Al iniciar su pe-

riodo, Arandas dependía en un 85% de las partici-

paciones y aportaciones gubernamentales, cifra que

se redujo al 40%, y el 60% restante vino de ingresos

propios del municipio, lo que potenció casi en rela-

ción de 3 a 1 el presupuesto del primer año, para cu-


109

brir las expectativas de la gente en cuanto a obras,

servicios, caminos, educación y apoyo al DIF.

“Sin dinero no se puede, aunque haya buenas inten-

ciones. Fortalecimos la Hacienda Municipal, trabaja-

mos con la gran ventaja de una administración inclu-

yente que dejó gente de los dos partidos, y el apoyo

de los secretarios estatales del Gobierno en ese enton-

ces. Se trabajó de forma estrecha con la gente, en lo

rural y colonias siempre vimos a la gente dispuesta a

apoyar y eso permitió generar crecimiento. No había

un verdadero federalismo, y aunque el centralismo si-

gue, se ha avanzado bastante. Cuando llegué a Aran-

das las participaciones eran de 46 pesos por habitan-

te, cuando estuve en Gobierno del Estado, gracias a

Alberto Cárdenas Jiménez, ya eran de 870 pesos por

habitante en Arandas”, detalla.

Principales logros

Socialmente, el logro más importante para la ad-

ministración de Juan Antonio González fue generar

confianza en la gente, así como el fortalecimiento de

la Hacienda Municipal descrito anteriormente. En

obra pública se apoyó la construcción de caminos,


110

pozos y electrificaciones en la zona rural.

El enfoque no se alejó de las delegaciones; San Igna-

cio no tenía pavimento y el entonces delegado Artu-

ro Orozco, hoy alcalde, trabajó de cerca con el Ayun-

tamiento para pavimentar y concretar obras, como

la preparatoria, “en un terreno que intercambié con

José de Jesús Hernández “Casarín” (Q.E.P.D.), quien

muy amable aceptó intercambiarlo para construir ahí

la prepa”. Se impulsaron mejoras en el panteón de

San Ignacio y arreglos en varias escuelas. En la cabe-

cera se trabajó en las calles principales.

Definitivamente una de las obras más importantes

de su periodo fue la construcción del Parque Hidal-

go, como es hoy en día. “Me querían colgar porque

movimos los puestos y camiones del parque, lo que se

quería hacer desde hace mucho tiempo, pero no se

podía. Esa noche ahí estaban todos, echando gritos

y porras; pedimos el apoyo de Seguridad Pública del

Estado, estuve monitoreando y les dije ‘déjenlos, qui-

zá los jóvenes se van a la una de la mañana, por favor,

cero agresiones; los interesados ahí se amanecen’. Y

sí, a las 3 de la mañana estuve con una treintena de

ellos negociando esta decisión, y se logró que acepta-


111

ran, con éxito. Todos seguimos trabajando en paz”.

El trabajo con la gente y el apoyo a delegaciones y

rancherías trascendió en ese momento, junto a inicia-

tivas como el parque ecológico de la Presa del Tule,

que luego se perdió por litigios en otra administra-

ción. “Tres años no son suficientes para todo lo que

uno proyecta, no porque quiera uno eternizarse sino

porque es mucho lo que se tiene que hacer”.

22 días antes de terminar su periodo como alcal-

de, Juan Antonio pidió licencia -dejando en el cargo

a Eduardo López Camarena- para ocupar un puesto

en el Gobierno del Estado con el gobernador electo

Alberto Cárdenas Jiménez.

“Creo que ser presidente es como estar en la escue-

la, al final te califican con el 50% por tu administra-

ción y el otro 50% por el siguiente candidato, y creo

que aprobamos porque repitió Acción Nacional. Un

municipio, una sociedad, se construyen con avances

día a día, fortaleciendo sus servicios e independen-

cia”, indica.


“La presidencia es la universidad de la vida, ahí te


112

enseñas a conocer las necesidades de la gente, con-

vives con todo mundo y te das cuenta de la realidad

del municipio. Ves problemas de violencia intrafami-

liar, gente que tiene que migrar y dejar su tierra para

sostener a la familia, jóvenes que se quedaron a me-

dio camino en sus aspiraciones universitarias, gente

que vive al día, que necesita medicinas y no puede

comprarlas. Mi enseñanza más fuerte fue la forta-

leza de la gente, así como entender el federalismo,

la democracia, saber que si no estamos en un esta-

do de democracia y libertad no se puede avanzar, y

que la gente tiene que participar en la política. Ade-

más vi cómo los humanos no nos tentamos el corazón

para comprar la dignidad de la gente, al darles una

despensa para comprarles el voto, eso es algo que da

vergüenza, que den despensa o dádivas para condi-

cionar el voto. Eso lo ves y te das cuenta que la gen-

te tiene ilusiones básicas, que pavimenten sus calles,

que la recolección de la basura pase a tiempo... Piden

lo necesario para vivir mejor. Aprendí que debemos

construir oportunidades reales para los jóvenes, para

evitar el deterioro social y que debes hacer un traba-

jo con el que le des respuesta a la gente, porque hay


113

quienes piden respuestas sencillas y respuestas com-

plejas, y debes responderles a todos. Mi mayor pago

es que gané muchos amigos”, asegura con felicidad

Juan Antonio González.

Hoy en día, Juan Antonio trabaja como delega-

do federal de la Secretaría de Agricultura, Gana-

dería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SA-

GARPA) en Jalisco, un puesto de gran importancia

para el desarrollo del país, desde el que mantiene el

foco en Arandas y sus necesidades como municipio.

“Creo que Arandas es uno de los municipios con cre-

cimiento fuerte y épocas claras de desarrollo. Ante

las crisis, Arandas camina porque está diversificada

su economía, desde la producción hasta la transfor-

mación, servicios y comercios. Además tiene las re-

mesas de los arandenses en Estados Unidos. La gente

de Arandas es buena, apegada a sus valores y princi-

pios, ha habido problemas sociales traídos por la glo-

balización. Pero para que Arandas siga progresando,

no debe perder su esencia, esos valores de familia, y

la mayor parte de las actividades económicas son fa-

miliares. Si se cuida eso, la familia, los hijos, Arandas

seguirá caminando. El tema de la educación es cla-


114

ve, un pueblo sin educación no sabe caminar hacia

adelante, es esencial para toda actividad y debemos

aprovechar esas ofertas de educación superior y me-

dia superior. Si se le apuesta a la educación y prepa-

ración de la gente y a la familia, se le apuesta al futu-

ro”, concluye Juan Antonio, un arandense que pasó

de vivir alejado del mundo político, a cumplir una ta-

rea de beneficio y progreso común dirigiendo el des-

tino de su Arandas querido, siempre con alegría por

aportarle su trabajo a esta tierra colorada que tanto

significa en su vida.


117

Sr. Eduardo LópezCamarena (1998-2000)

Eduardo López Camarena, hijo de Jorge Javier Ló-

pez Arias y María del Refugio Camarena de López,

vio la luz por primera vez en Arandas, un 14 de ene-

ro de 1959.

Disfrutó de un entorno familiar numeroso, con sus

10 hermanos: Jorge, Juan, Irene, Patricia, Alejandro,

Alfredo, Ricardo, Celina, Yolanda y Hernán, con

quienes además compartió la aventura misma de la

vida infantil, pues crecieron en la orilla del pueblo,

justo en la zona de la salida carretera hacia León.

Ahí había al menos cuatro familias con más de diez

hijos, lo que generaba una verdadera tribu de ni-

ños felices, dedicando sus mañanas infantiles a pa-

sarla bien en el mejor parque recreativo del mundo,


118

el campo. Eduardo y sus hermanos y amigos juga-

ban en las zanjoneras del cerro de Mexiquito, que en

época de lluvias se llenaban de agua cristalina, crean-

do albercas de lujo para que aprendieran a nadar.

También estaban los juegos de canicas, trompo, yoyo,

todo lo que estuviera al alcance de sus manos e ima-

ginación. “Tengo recuerdos muy claros de una niñez

sana, muy divertida. La pasé muy bien”, recuerda

López Camarena.

Eduardo fue influenciado desde temprano para bus-

car un proyecto exitoso de vida, principalmente por

sus trabajadores padres; su papá manejaba un nego-

cio de tacones para calzado de dama, y su abuelo era

dueño de una granja de gallinas y un establo de va-

cas, ubicado en la zona periférica de la ciudad, mien-

tras su mamá se hacía cargo del cuidado de la familia.

La educación, herramienta fundamental para el de-

sarrollo y progreso de toda sociedad, también fue una

prioridad en el seno familiar de Eduardo López Ca-

marena, que iniciaría sus estudios primarios en Aran-

das, con la maestra María Ramírez, hasta el tercer

grado. Siguió luego su formación académica en la

ciudad de Guadalajara, a donde se mudó por deci-


119

sión de sus padres, en el Colegio Unión. Cursó la se-

cundaria en el Instituto de Ciencias –de dirección Je-

suita-, y se enroló en el Instituto CERETI para cursar

una carrera técnica. Sin embargo, justo durante su

primer año de formación técnica, la escuela enfrentó

una polémica laboral que derivó en una extensa huel-

ga. Eduardo decidió evitar el tiempo libre y sin pro-

vecho, por lo que regresó a Arandas para trabajar de

nuevo en el negocio familiar de la industria taconera,

“y ya no me moví, aquí me quedé, trabajando”, com-

parte López Camarena.

Ya viviendo en la ciudad y encarrilado con una

perspectiva de trabajo y vida, otras inquietudes cre-

cieron para Eduardo. De nuevo, el ejemplo familiar

permeó para motivar sus aspiraciones sociales, pues

tanto su padre como sus hermanos Jorge y Juan, en

distintas administraciones, fungieron como regidores

para la comunidad arandense.

Este ejemplo probó un impacto fundamental en

quien se convertiría en futuro alcalde del municipio,

junto con otros reforzadores que se sumaron al per-

fil que ya estaba desarrollando Eduardo. “Yo veía de

joven cómo se desarrollaba esa inquietud política en


120

mi familia, y cómo sentía yo también esa inquietud”,

comparte Eduardo López, a la vez que revela la im-

portancia que tuvo en sus decisiones políticas otro

personaje icónico de México en ese entonces. “Vi en

distintas ocasiones a Manuel Clouthier hablando en

televisión, y me reforzó la inquietud de participar en

la política”.

Esas incursiones políticas lo llevaron a un primer

ejercicio público en el Partido Acción Nacional, como

vicepresidente en la administración del presidente

Juan Antonio González. Su trabajo como segundo al

mando generó una semilla que germinaría dos perio-

dos después, cuando buscaría de nuevo un puesto de

elección popular, pero ahora uno mucho más prota-

gónico, un espacio clave para desarrollar los sueños

infantiles de crecimiento común y beneficio para los

suyos: la presidencia municipal de Arandas.


En el periodo de Juan Antonio González Hernán-

dez, los últimos dos meses de la administración fueron

cubiertos precisamente por el vicepresidente Eduar-

do López Camarena, ante la licencia pedida por Juan


121

Antonio para trabajar en el Gobierno del Estado, de

la mano de su amigo Alberto Cárdenas Jiménez.

El breve interinato marcó ideas y proyectos en la

mente de Eduardo, al darse cuenta de primera mano

de todo lo que se puede lograr en una sociedad como

la nuestra, si se tiene la oportunidad de guiar el pro-

ceso de construcción comunitaria.

Sobre todo, le quedó grabada la noción de que en

Arandas las metas pueden ser tan altas como las que-

ramos imaginar, si primero logramos motivar a los

demás. “Me di cuenta de que Arandas está lleno de

gente con gran potencial para apoyar proyectos titá-

nicos”, confirmaría Eduardo.

Esa espina se quedó enterrada, y generó en una nue-

va apuesta para López Camarena. Mientras el trienio

del alcalde sucesor, también panista, Guadalupe Te-

jeda, se acercaba a su final y las elecciones de 1997

se avecinaban Eduardo inició un proyecto de trabajo

interno con sus correligionarios, para definir la via-

bilidad de su candidatura presidencial. Fue necesa-

rio dedicar tiempo y esfuerzo a la labor de conven-

cimiento de la membresía panista, encontrar gente

que apoyó sus propuestas y, en consecuencia, ganar


122

la elección interna, para después triunfar en las elec-

ciones municipales.

Eduardo López Camarena no tiene reparo en re-

cordar el valioso apoyo de su equipo de regidores;

gente propositiva que conformó un equipo de traba-

jo fundamental para concretar los objetivos plantea-

dos por el nuevo presidente.


“Los problemas dependen del enfoque que les de-

mos”, considera Eduardo López Camarena al recor-

dar que la tarea inicia de su administración fue cubrir

las bases, dotando de servicios de calidad al muni-

cipio, en un proyecto de mantenimiento general de

Arandas.

“Lo más difícil y terrible para un alcalde, es que

por la ambición de hacer mucha obra nos sobregire-

mos, y después tengamos problemas por ello”, indica

Eduardo, a la vez que afirma que en su administra-

ción se hizo historia a nivel nacional, al proponer un

proyecto ambicioso: la construcción de una carretera

de cuatro carriles hasta Tepatitlán. “Fue una obra ti-

tánica que me llegó a quitar el sueño, pensando en la


123

manera de concretar tan enorme tarea, pero que al

final se pudo concluir satisfactoriamente”.

Y es que todos los retos, si se enfrentan con estruc-

tura y organización, son llevaderos, analiza el ex al-

calde.

Principales logros

La primera responsabilidad de un alcalde y su ca-

bildo es darle servicio integral a la comunidad. Se-

guridad, agua potable, alumbrado, limpieza, atender

los temas básicos para que los ciudadanos cuenten

con las condiciones adecuadas de vida.

Fue en ese sentido que el proyecto de López Cama-

rena tomó forma, a través de las distintas obras con-

cretadas en su trienio.

Atendiendo las necesidades de agua potable, comba-

tió las comunes fugas de agua potable causadas por la

conexión directa de los pozos profundos con las redes

de la ciudad, para construir mejores depósitos del vi-

tal líquido para generar reservas y mejorar la distribu-

ción en la ciudad, además de perforar nuevos pozos en

todo el municipio.

También se gestionó la adquisición de nuevas unida-


124

des para las rutas de aseo público, así como la renova-

ción de equipo y armamento para los cuerpos de se-

guridad pública del municipio, que además recibieron

capacitación constante para mejorar el servicio presta-

do a los arandenses.

La infraestructura de comunicaciones mediante las

vías carreteras fue definitivamente la gran apuesta

de Eduardo López. Está el proyecto de carretera a

Martínez Valadez, el trabajo en libramiento norte, la

carretera que conecta la cabecera municipal con la

población de Betania –de importantes relaciones co-

merciales para la producción de tequila-, y por su-

puesto, la obra magna: la carretera de cuatro carriles

Arandas-Tepatitlán, obra que inició en esta adminis-

tración y llegó hasta cerca de San Ignacio, en esta

etapa.

“Si analizamos en la actualidad las condiciones en

que se logró esa obra, me quedo admirado, porque

el contexto era otro totalmente. En su momento tu-

vimos una reunión en la planta alta del Club de Leo-

nes con funcionarios de la Secretaría de Promoción

Económica del Estado, ante comerciantes, empresa-

rios e industriales del municipio. En esa charla bus-


125

caban motivarnos sobre las distintas opciones para la

generación de fuentes de empleo; uno de ellos expuso

varias ideas y dijo, ¿por qué no se unen y crean una

carretera de cuatro carriles? Ahí nació la idea”, con-

firmó Eduardo.

El primer paso fue buscar ante el Gobierno del Es-

tado el visto bueno de una posible regionalización de

los recursos. Fue clave entonces la excelente relación

del alcalde con el resto de ediles de la zona Altos Sur,

a quienes contactó para democratizar la idea. Del

mismo modo fue necesario agendar reuniones con

todos los sectores involucrados, para calentar los mo-

tores y conseguir el apoyo fundamental para promo-

ver la obra.

Se creó un comité dedicado a que el proyecto fue-

ra viable. Una vez definida en todos los detalles la

obra, fue momento de tocar la puerta del gobernador

Alberto Cárdenas para exponerle la importancia del

proyecto, pues él promovía la construcción de casetas

de vigilancia en la región Altos Sur. “Platicamos con

él sobre apoyarnos, y luego de exponer con profundi-

dad nuestro proyecto, nos dieron preferencia pensan-

do en generar un futuro corredor industrial con esta


126

carretera”.

Y entonces, a remar contra la corriente. Mucha

gente se conectó con la obra carretera y apoyaron

de todas las formas posibles. La construcción se ini-

ció con máquinas del municipio y prestadas por otros

arandenses, así como recursos generales de la región

Altos Sur. El comité convenció a una importante can-

tidad de arandenses para que prestaran pipas, camio-

nes de volteo... Generar una flotilla completa de tra-

bajo. El Gobierno del Estado prestaba maquinaria y

operadores, el comité a favor de la carretera gestio-

nó el resto del parque vehicular, además de hacerse

cargo del pago del combustible total y el sueldo de los

operadores adicionales.

“Motivamos a tequileros, empresarios, el comité di-

señó una estrategia de calcomanías para pegarlas en

los vehículos que pasaban por Arandas a cambio de

una aportación voluntaria. Cuando los comerciantes

refrendaban su licencia municipal, cooperaban, tam-

bién voluntariamente. Todo mundo apoyaba, desde

el que tenía una taquería o carro de paletas hasta el

gran empresario, todo mundo se volcó a apoyar la

obra. Incluso instalamos una caseta de colaboración,


127

no de cobro, para seguir recaudando para el proyec-

to. La gente regalaba de 15 a 50 pesos, y esto se con-

virtió en una bola de nieve que creció hasta llegar a la

meta”, recuerda el entonces presidente.

No fue fácil, pues los obstáculos seguían aparecien-

do en el camino. Por ejemplo, el Gobierno del Estado

colaboró con la grava para la carretera, pero al ter-

minar la obra querían descontar el costo de ese mate-

rial del presupuesto municipal. “Casi me muero -dice

Eduardo-, porque teníamos 52 millones de pesos de

presupuesto y nos cobraban 28 millones de pesos. No

íbamos a terminar bien el ejercicio, nos iban a endeu-

dar. Los convencimos para que nos condonaran ese

pago, y lo conseguimos a final de cuentas. Una obra

de esa magnitud no hubiera sido posible, de ninguna

forma, sin la ayuda invaluable del comité, de todos

los arandenses que nos apoyaron”.

Es importante recalcar que ni el comité ni el equipo

de trabajo convocado hubiesen avanzado mucho sin

credibilidad, lo que le da más importancia al papel

que tuvo la ciudadanía en el proyecto. Así lo afirma

Eduardo López, sin rodeos: “Esta obra es de la gente

de Arandas, de nadie más. Les agradezco porque vale


128

la pena decirlo, y que quede como testimonio este li-

bro del agradecimiento que tengo para toda la gente

que nos apoyó; es gracias a ellos que se hizo todo, in-

cluso el proyecto ejecutivo hasta el crucero de Tepa-

titlán, obra que se concluiría después de mi adminis-

tración, porque gracias a Dios se le dio seguimiento

al proyecto. Lo importante es que se trata de la carre-

tera de los arandenses, de los alteños, del entusiasmo

de toda la región de Los Altos apoyados por nuestros

gobernantes, pero sobre todo por nuestra gente. La

carretera no se debe a una sola persona, sino a la so-

ciedad alteña”, recupera López Camarena, al tiem-

po que recuerda que del mismo modo se conformó el

proyecto para pavimentar el camino a la delegación

de Martínez Valadez –que conduce además a Gua-

najuato-.

La fórmula de los proyectos carreteros fue, pues, la

misma: motivar a la gente para sumarlos, y lograr en

conjunto las metas planteadas. “Así se hicieron todas

nuestras obras, como la carretera a Betania. Recuer-

do que dos mezcaleros se acercaron para pedirnos

apoyo, en ese momento contamos con la participa-

ción clave del ingeniero Andrade para desarrollar el


129

proyecto, y se hizo todo, como siempre, gracias a la

motivación de la gente”, dice Eduardo.

En su administración también se concretó –hacia

el final del trienio- el recurso para la construcción

del Instituto Tecnológico Superior de Arandas, y la

planta tratadora de aguas residuales para la cabecera

municipal, obra que se ha convertido en un elefante

blanco, sin funcionar adecuadamente. Esto lo lamen-

ta en gran medida Eduardo López Camarena, “no sé

por qué se quedó a medias, y la verdad es que se ne-

cesita mucho, debe ser prioridad darle seguimiento”.

Otra gran obra, también derivada de la aportación

directa de los arandenses, es la Casa Hogar “El Por-

tal de Belén del Niño Jesús”, que se construyó prácti-

camente en su totalidad con las utilidades generadas

por dos Expoferias de Enero consecutivas.

Por supuesto, la lista puede ser larguísima. “Hicimos

el campanil para el templo de San José, ampliamos el

banquetón de la avenida Álvaro Obregón, para gene-

rar un importante andador peatonal. Hicimos obras

importantísimas que no las podemos tapar, como las

vías alternas para la fluidez vehicular, pavimentacio-

nes, y un gran apoyo para las delegaciones de Santa


130

María del Valle y San Ignacio, donde incluso resol-

vimos problemas de inundaciones con la construc-

ción de un colector. A Santiaguito le construimos las

oficinas delegacionales, optimizamos áreas verdes en

predios que eran un verdadero pantano, construimos

una entrada digna y asfaltamos casi todo el pueblo.

Los Dolores es otro ejemplo, pues llevamos asfalto y

una red de agua potable”, recuerda López Camarena

y agrega que la atención municipal tampoco se des-

vió del campo, que recibió caminos sacacosechas y

caminos vecinales que conectaron desde Santiaguito

hasta la zona del Plan.

“Las escuelas son una gran satisfacción, pues creo

que el 80% tuvieron apoyo tanto del municipio como

recursos gestionados ante instancias federales”, agre-

ga. En esa tarea, indica, fue esencial el apoyo de todas

las inspectoras de las áreas y zonas escolares, junto al

entonces regidor José Luis Arce Lepe –hoy titular Al-

tos Sur de la Delegación Regional de Servicios Edu-

cativos (DERSE)-.

Finalmente, Eduardo López Camarena asevera que

el DIF (Desarrollo Integral de la Familia) fue un pro-

yecto de atención constante, cuidando a todas las fa-


131

milias arandenses que no vivían en las mejores con-

diciones. “Es una pena que nos vayamos a cualquier

orilla y encontremos ancianos desamparados, creo

que ese es todavía un foco de atención que se debe

atender”, revela.

Queda claro que el balance fue positivo, con arcas

municipales gozando de un promedio de 2.5 millones

de pesos de gasto corriente, sin deudas para heredar,

gracias siempre a tres puntos esenciales: gestión, tra-

bajo y colaboración.


“Es algo increíblemente hermoso tener la oportuni-

dad de ser alcalde. Te vuelve más humano, te relacio-

nas con mucha gente y entiendes que el objetivo de

todo ser humano es siempre vivir en mejores condi-

ciones, estar bien. Como presidente buscas que haya

un mejor nivel de vida, más trabajo, bienestar en ge-

neral. Te deja marcado, te puedes dedicar a lo que

sea pero no es lo mismo, nunca olvidas las problemá-

ticas de tus conciudadanos. Cualquier persona que se

mete a ser presidente y tiene esa sensibilidad, se vuel-

ve más humano en el proceso”, reflexiona Eduardo


132

López sobre su paso por la presidencia municipal.

Actualmente se dedica aún al negocio del calzado,

en sociedad con varios de sus hermanos, fabrican-

do suelas y tacones para calzado femenino. Desde su

trinchera, sin embargo, sigue al pendiente del progre-

so de la tierra que tanto ama y que alguna vez lo vio

en el puesto más alto. “Para el progreso de Arandas

sugiero involucrar a la gente joven. Que detectemos

a fondo las capacidades de nuestra gente, estudiemos

qué somos y qué tenemos, para potencializarlo. Es un

mundo distinto, hay competencia a nivel mundial así

que debemos cuidar la vocación de la industria, y de-

finir a fondo el proyecto que mejor le viene a Aran-

das”, concluye, como cuando fue presidente, con una

franca sonrisa.


135

Sr. Jorge DíazPérez (2001-2003)

Jorge Díaz Pérez nació en la ciudad de Arandas, el 6

de febrero de 1953, justo en el famoso barrio de “la

subidita”, en la calle Juárez. Esa zona genera tan gra-

tos recuerdos en Jorge Díaz, que incluso en la actua-

lidad ubica ahí su hogar.

Es hijo de José Luis Díaz Vázquez y Teresa Pérez

Rodríguez, y compartió el seno familiar con sus ocho

hermanos: Guadalupe, Rigoberto, Guillermina, Jai-

me, Ricardo, Mónica, José Luis y Adriana.

Sus primeros años los vivió disfrutando de los jue-

gos infantiles, divirtiéndose de acuerdo a los espacios

disponibles a su alrededor, lleno de amigos que com-

partían el juego en los zanjones, la roña, los encanta-

dos, el shangai, entre muchos otros pasatiempos, la


136

mayoría realizados al aire libre, “como se divertía an-

tes toda la gente, a diferencia de los medios electróni-

cos que privan hoy”, recuerda Díaz Pérez.

Mientras su mamá atendía y cuidaba el hogar y a

sus hijos, su padre trabajaba como albañil, constru-

yendo casas con un grupo de amigos por todo Aran-

das, para enseguida dedicarse a la venta de materia-

les para construcción.

Del juego de niños pasó al mundo académico. Cur-

só la primaria en la escuela Mariano Escobedo, cono-

cida entonces como la escuela del señor Cura, y hoy

como el Colegio La Salle. Estudió luego la secunda-

ria en la escuela Agustín Yáñez y posteriormente la

terminó en el CONALEP Arandas. Realizó además

estudios de contaduría privada en el instituto ICO-

SAC, de esta ciudad, así como distintos cursos em-

presariales en las ciudades de Guadalajara y México.

De su etapa de preparación recuerda con gran cari-

ño a los amigos que se hacen en el camino, así como

la sensación de crecimiento y desarrollo que va de la

mano con el estudio, pilares para fundamentar los re-

tos que vendrían en el futuro.

Y es que la juventud de Jorge Díaz estuvo plaga-


137

da de inquietudes sociales y políticas, por lo que de-

cidiría actuar en consecuencia. Inició en los años 80,

rodeándose de amigos que compartían esos intere-

ses, proceso que lo llevaría a ser presidente del comité

municipal del PRI. “Fui además delegado del parti-

do en distintas regiones y municipios; en Arandas es-

tuve cinco años como dirigente del partido, militan-

do, gustoso de compartir esa experiencia con grandes

amigos”, asevera Díaz Pérez.


Una vez echado a andar el engranaje político en

Jorge Díaz, el siguiente paso natural era buscar un es-

pacio apropiado para servir a la gente. “Mi inquietud

mayor era ayudar a la gente desde un lugar donde es

posible hacerlo. Claro que existen otros espacios ade-

cuados, pero estar dentro de la presidencia apoyando

a adultos, jóvenes, a la comunidad en general, conlle-

va una enorme satisfacción” refiere Díaz Pérez, aun-

que lamenta que ni el tiempo ni los recursos son nun-

ca suficientes para concretar todo lo que se sueña al

iniciar tal aventura, incluso si las jornadas laborales

no terminan nunca. “Te dedicas a ser alcalde desde


138

la mañana hasta la noche, incluso en el sueño piensas

en cómo resolver los pendientes, las necesidades de tu

gente”, dice Jorge.

Así, la decisión de contender por la alcaldía aran-

dense se respaldó en un proyecto favorecido por la or-

ganización del PRI. En el transcurso del tiempo Jorge

supo quiénes eran sus amigos, aquellos que se suma-

ron al proyecto para apoyarlo. Una vez tomada la de-

cisión de ser el candidato tricolor, y con el respaldo

de sus amigos, padres, hermanos, hijos y esposa, así

como la militancia priísta, fue momento de definir

los perfiles adecuados de quienes serían su fuerza de

trabajo, durante la campaña presidencial. Recuerda

claramente Jorge Díaz que su esposa fue su mano de-

recha en ese aspecto, trabajando ambos con ahínco

para sacar adelante su proyecto de presidencia.


Conscientes de la cantidad de problemas que en-

frenta de forma cotidiana la gente de Arandas, gra-

cias al conocimiento adquirido desde su campaña,

Díaz Pérez y su equipo llegaron al Ayuntamiento dis-

puestos a promover soluciones claras para necesida-


139

des esenciales, pues la gente pedía mejoras urgentes

en seguridad, agua potable y servicios municipales.

“Tuvimos que trabajar en conjunto con todos los

que me apoyaron, para hacer gestiones ante el Go-

bierno y sacar adelante los servicios públicos muni-

cipales, nuestro principal reto. Afortunadamente pu-

dimos hacer mucho de lo que esperábamos lograr”,

considera Jorge Díaz.

Principales logros

Fue necesario replantear la estrategia, al darse

cuenta que no recibirían un Ayuntamiento con todos

los recursos y condiciones deseables para conseguir

logros de inmediato. Por ello, el timón viró hacia la

gente misma que conforma la ciudad. Recuerda Jorge

que “nos enfocamos mucho con los comités vecinales

y comités de cada zona, para promover las obras me-

diante la participación ciudadana, herramienta fun-

damental en la búsqueda de resultados de trascen-

dencia para la ciudad”. De esta manera se promovió

el desarrollo del libramiento norte y la carretera a Be-

tania, por ejemplo, siempre integrando a gente “tra-

bajadora y luchona, de empuje”, indica Díaz Pérez.


140

Otra necesidad de resolución prioritaria y urgente

fue el agua potable. Para ello se perforaron cinco po-

zos más, así como uno más en San Ignacio, con re-

cursos compartidos entre el Ayuntamiento y los bene-

ficiarios de cada obra.

Seguridad pública representaba otra situación de

pronta respuesta, así que la elección adecuada de un

director de policía experimentado y capaz, fue clave

para resolver sin conflictos esa gestión. Los cuerpos

policiales del municipio se vieron beneficiados ade-

más con capacitación constante. “Le dimos primaria

y secundaria a los policías, mediante clases imparti-

das en el DIF, apoyados por esa institución. Nuestros

guardianes del orden estuvieron correctamente uni-

formados, equipados y capacitados”.

Volviendo al tema del contacto con la gente, la ad-

ministración de Jorge Díaz instrumentó un espacio

muy importante en ese sentido. Se trata de los miér-

coles ciudadanos, foros de atención poblacional en

los que el alcalde y su equipo de trabajo visitaban

las distintas colonias de Arandas y sus delegaciones

y rancherías para hablar con la gente y escuchar de

primera mano sus necesidades apremiantes. “La ciu-


141

dadanía nos manifestaba su apoyo en esos foros, por-

que consideraban que estábamos haciendo bien las

cosas”, comparte Jorge.

Como en cada administración, la lista a detalle de

las obras realizadas podría llenar por sí misma un li-

bro. Jorge Díaz resume su trabajo recordando dis-

tintos casos, como el apoyo para pavimentaciones y

caminos vecinales –aprovechando el parque de ma-

quinaria propia del Ayuntamiento-, así como obras

de trascendencia en distintos plazos, como la com-

pra del terreno adherido al panteón municipal, para

su expansión oportuna, pues el camposanto mostra-

ba ya signos claros de saturación.


“Estar ahí, en la presidencia, te enseña infinidad de

cosas. Por ejemplo, saber y enterarme de tanta gen-

te de empuje que tiene Arandas, tanto empresario jo-

ven que ha salido adelante. Aprendes a sentir empa-

tía con las necesidades de tu gente; vas con ellos y los

apoyas con sus propios recursos, bien administrados,

y aprendes a sensibilizarte y a buscar la superación

en comunidad”, analiza con alegría en el rostro Jor-


142

ge Díaz.

Ahora el expresidente Díaz se dedica, como lo ha

hecho desde hace 45 años, a la venta de materiales

para construcción. “Me dedico a vender concreto, y

a realizar pavimentos en conjunto con los Ayunta-

mientos de toda la región. Mi negocio se ubica en el

kilómetro 2.5 de la carretera a Tepatitlán, produci-

mos artículos relacionados con el concreto y ya tene-

mos ahí 10 años. Mientras tanto, mis hijos se prepa-

ran estudiando, para crecer profesionalmente”.

Finalmente, comparte Jorge Díaz sus impresiones

de los pasos que debe tomar en cuenta cada alcalde

para mantener un ritmo de progreso imparable para

Arandas. “Yo recomendaría aprovechar la oportuni-

dad que tienen los nuevos candidatos, que se eligen

desde seis meses antes, para que se organicen y pre-

paren su arranque. Y sobre todo que le den segui-

miento a los proyectos de otras administraciones, que

se quedaron en gestión ante el Gobierno. Es nece-

sario que nos quitemos de celos, incluso entre gen-

te del mismo partido, para sentarse con el equipo en

funciones y revisar juntos los proyectos que se van a

quedar pendientes, para darles seguimiento, así como


143

aterrizar obras que datan de seis o hasta nueve años

atrás”. Recuerda Jorge Díaz que el Gobierno del Es-

tado aporta los recursos cuando los tiene disponibles,

y eso no necesariamente sucede durante la adminis-

tración que los gestionó. Por eso es tan importante

el seguimiento, para que nunca se pierdan obras por

el simple hecho de que no fueron promovidas por el

alcalde en funciones. La clave, insiste Jorge Díaz, es

“que los actores involucrados se sienten a platicar de

los proyectos y los aprovechen”, preocupado todavía,

como buen presidente, porque la ciudad crezca y se

parezca más al Arandas que él mismo soñó cuando,

hace ya un tiempo, durmió pensando en su aventura

como presidente municipal.


144


147

LCP José Luis MagañaCoss y León (2004-2006)

José Luis Magaña nació en Arandas, Jalisco, el 16 de

noviembre de 1961, hijo de Luis Magaña Guzmán

y María de Jesús Coss y León, en una familia nume-

rosa, con 10 hermanos -Patricia, Martín, Francisco,

Juana, José de Jesús, María Concepción, Felipe, Gre-

gorio, Mónica y Germán-, tradicional y típica en la

sociedad arandense.

La infancia de Magaña transcurrió feliz, jugando

con los vecinos afuera de sus casas al trompo, al yo-

yo, o deportes como béisbol, fútbol y voleibol. “De

todo lo que juegan los niños, fue una infancia feliz y

alegre y tengo buenos recuerdos de esa época”, com-

parte José Luis Magaña.

Su padre fue maestro del Colegio La Salle, y luego


148

trabajó durante mucho tiempo con el licenciado Li-

borio Martínez, en el molino de linaza instalado en la

ciudad. Su mamá cuidaba el hogar y a los hijos.

José Luis Magaña inició sus estudios en la prima-

ra de La Salle, para cursar luego la secundaria en el

Colegio Nueva España. Ingresaría después a la Pre-

paratoria Regional de Arandas, dependiente de la

Universidad de Guadalajara, casa de estudios donde

después estudiaría la licenciatura en Contaduría Pú-

blica, profesión formal de Magaña.

Precisamente fue su profesión la que le abrió las puer-

tas de la política arandense, pues en 1988 trabajaba

en Guadalajara como contador de distintas empresas.

Hasta allá fue a invitarlo Humberto Lozano cuando

el PAN ganó por primera vez la alcaldía con Guada-

lupe Tejeda, en diciembre de 1988, para que trabaja-

ra como tesorero del municipio, puesto que eventual-

mente aceptó José Luis Magaña, iniciando funciones

en diciembre de 1989. “Realmente así empecé, pues

yo no pertenecía previamente a ningún partido, ni era

una persona tan metida en la política. Mi papá fue

miembro del PAN de toda la vida, considero que por

ahí me llegó la invitación”, refiere Magaña.


149

“Yo quería ver un cambio real en la política, que

se acabaran las injusticias con la gente, así como ma-

yor calidad de vida con programas adecuados y faci-

lidades para crear fuentes de empleo. Siempre tuve el

sueño de cambiar a Arandas, promover ese cambio

social y a través de la política se me dieron los medios

para conseguirlo”, agrega.


Desde la infancia acariciaba Magaña el sueño de

dirigir los destinos del municipio, tarea que se le an-

tojaba imposible, por el contexto tan cerrado de los

grupos políticos en Arandas. Consideró siempre que

servir al pueblo desde la presidencia municipal era

un gran orgullo y responsabilidad, en conjunto con

un equipo de trabajo eficiente y dedicado. “Siempre

tuve el apoyo de mi familia y colaboradores, pero fue

difícil decidirme, porque en el proceso interno ha-

bía desconfianza de que yo pudiera ganar las eleccio-

nes generales. Me decían que no tenía las tablas, que

me faltaba carácter, muchas cosas”, recuerda Maga-

ña, y agrega que fue necesario entonces unir al par-

tido, pues una vez superada esa barrera inicial de la


150

elección interna, para ganar la elección constitucio-

nal era clave trabajar como un partido en sincronía.

“Le echamos ganas, hicimos campaña casa por casa,

trabajamos desde la mañana hasta la noche para ga-

nar”, asegura.

La invitación inicial vino del panista Tomás Corde-

ro, argumentando la necesidad de llevar gente dife-

rente a la contienda. Es un hecho que una campaña

presidencial requiere de una cantidad impresionan-

te de apoyo y dinero, por lo que Magaña quedó im-

presionado al darse cuenta del numeroso grupo que

se generó como plataforma para cimentar sus aspira-

ciones, “con la idea de que no sólo los ricos y pode-

rosos podrían ser presidentes municipales, sino que

también la gente humilde podíamos ocupar un pues-

to como ese y generar el cambio que buscábamos”,

asegura José Luis.

En ese proceso interno se registraron también Gua-

dalupe y Chema Tejeda (Q.E.P.D.) y Marco Tulio Gu-

tiérrez Bravo. Luego por motivos personales se retira-

ron los hermanos Tejeda, y Magaña fue el ganador

en la votación interna. Con el apoyo de San Ignacio,

que era todavía delegación -y de mayoría panista-, y


151

con el soporte de las rancherías, de su familia y ami-

gos, Magaña también se hizo del triunfo en la elec-

ción constitucional. “Invité a muchos empresarios a

mi planilla, pero la mayoría se negaron por descon-

fiar en la posibilidad de que ganáramos. Al final se

conformó el equipo y fue posible hacer campaña y

trabajar en conjunto, con unidad, para ganar”.


Magaña refiere que al llegar a la presidencia, se

topó con un problema inicial de no pocas implicacio-

nes: una deuda considerable, así como distintos pro-

blemas heredados desde hacía ya varias administra-

ciones. Por ejemplo, resolver acertadamente un litigio

pendiente en el libramiento norte, a la altura de una

fábrica de tequila, con un costo de tres millones de

pesos. De no cubrirse la cantidad, los dueños podrían

generar un desafuero, pues ya existía una orden judi-

cial, así que fue necesario pagar, afectando el de por

sí limitado presupuesto de arranque.

También se enfrentó su administración a la contro-

versia constitucional promovida para evitar que San

Ignacio se convirtiera en municipio. “Le dimos segui-


152

miento para defender a Arandas, pero por otra par-

te tenía que gobernar al mismo en Arandas y en San

Ignacio, sabiendo de sus intenciones. Hubo muchos

roces con ellos pero al final salimos bien, a pesar de

que su municipalización fue un gran reto, pues hasta

se presentaron a mi segundo informe con una mani-

festación”, recuerda.

También se manifestaron los habitantes de la ran-

chería de San Judas, que se negaban rotundamente a

la construcción de un vertedero sanitario en esa zona,

lo que derivó en la cancelación del proyecto, a pesar

de que ya se contaba con el presupuesto y básicamen-

te con todo el proyecto. “Al final siempre estuvimos a

favor de la gente, no podíamos dejar de escucharlos”,

considera José Luis.

Así, su primer año de gobierno fue complicado por

los compromisos para pagar deudas y las limitacio-

nes del presupuesto. “Era difícil hacer obra, teníamos

que buscar y gestionar apoyos distintos para concre-

tar los proyectos, con problemas heredados, pero aún

así hicimos realidad obras como la electrificación

pendiente del Valle de San Antonio de las Jícamas,

que costó más de 5 millones de pesos y ya estaba con-


153

tratada desde antes, mismo caso de la terminación

del proyecto carretero a Betania, que también estaba

contratado desde antes”.

Principales logros

En la administración de José Luis Magaña resal-

ta la responsabilidad que tuvo para dar conclusión a

la obra que inició Eduardo López Camarena: la ca-

rretera de cuatro carriles Arandas-Tepatitlán, lleva-

da hasta su etapa final. “Debo reconocer aquí el gran

apoyo del gobernador Francisco Ramírez Acuña

para realizar tan importante obra, así como al enton-

ces senador Diego Fernández de Cevallos, quien nos

prestó su maquinaria para avanzar significativamen-

te. Yo me encargué de gestionar y apoyar con toda la

fuerza del municipio este proyecto, pero es un hecho

que sin el apoyo del Gobierno del Estado y del sena-

dor Fernández de Cevallos, no se hubiera concretado

nunca la carretera, que ahí está y la disfrutamos to-

dos, gratis, sin cobrar peaje”, recuerda Magaña.

Es necesario situar la obra carretera en el contex-

to adecuado, para dimensionar con justicia la impor-

tancia de su gestión y desarrollo, pues fue tarea mo-


154

numental concretar los recursos para terminarla. El

presupuesto anual de Arandas en el trienio de José

Luis Magaña fue de 110, 120 y 130 millones de pesos

en cada año, y el costo total de la carretera es más in-

cluso que el presupuesto total de los tres años combi-

nado, afirma.

“Vinieron más empresas y desarrollo gracias a esta

vía carretera. Es un orgullo como alcalde que Aran-

das la tenga, ahora que he trabajado en el Gobierno

del Estado, he visto que en pocos lugares de Jalisco

hay una carretera como ésta, que además ha genera-

do tantas cosas”.

En su administración también se realizó la amplia-

ción carretera de La Barca hacia San Miguel, y el

último tramo de carretera a Martínez Valadez y a

Betania, junto con el puente para Betania, zona que

conduce a Ayotlán y Michoacán y cuyos habitantes

mantienen importantes relaciones comerciales con

Arandas.

Las vías de comunicación vieron entonces un am-

plio desarrollo durante el trienio de José Luis, junto

con el crecimiento de otros aspectos esenciales de la

sociedad “gracias al apoyo de los comerciantes y em-


155

presarios, que siempre estuvieron al pendiente del de-

sarrollo local”, recuerda.

Por ejemplo, el tema de salud. “Estuvimos al pen-

diente del Hospital del Sagrado Corazón, que tuvo

una ampliación y nuevo quirófano. Además se cons-

truyeron cuatro Casas de Salud”.

También correspondió a su Ayuntamiento la tarea

de concretar impulsos educativos clave, pues nego-

ciaron la llegada a la ciudad de la universidad priva-

da UNIVER. El esparcimiento fue otro punto de en-

foque, con la construcción del parque vecinal de la

colonia INFONAVIT, dotado de cancha multiusos y

amplios espacios verdes. Fuera de la cabecera muni-

cipal, fue necesario trabajar para que tanto Martínez

Valadez como La Trinidad tuvieran pavimento casi

en su totalidad. “Apoyamos delegaciones y rancherías

con drenaje y agua. Estuvimos en todo el municipio

trabajando”, enfatiza Magaña.

Muchas veces, las obras más importantes no se ven,

quedan bajo tierra. Fue el caso del proyecto de rees-

tructuración del agua potable en el primer cuadro de

la ciudad, obra ambiciosa que pretendió en su mo-

mento marcar el inicio de un proceso que llevaría a la


156

disminución de pérdidas del vital líquido por una in-

fraestructura inadecuada y obsoleta. “Cuando abri-

mos la calle Álvaro Obregón para hacer el cambio de

redes de drenaje y agua potable, fue una obra impor-

tante. Trabajamos en algunas cuadras y eso tardó casi

un año. La realidad es que desde el trienio del presi-

dente Jorge Díaz Pérez existe un proyecto detallado

que contempla 20 cuadras del centro de la ciudad,

para renovar la red de agua, pues esa red es la zona

principal de fugas en Arandas, y realmente creo que

vale la pena darle seguimiento y completar el proyec-

to”, recomienda, insistiendo en que “esa obra debe

seguir pero nadie lo ha hecho, somos la única admi-

nistración que invirtió en obras ocultas como esa, que

de verdad generan infraestructura a futuro; aunque

hagamos cinco o diez pozos, el agua se desperdiciará

mientras no cambiemos las redes”.


“Mi etapa como alcalde fue muy importante para

mi vida. No tengo palabras para agradecer que el

pueblo me diera la oportunidad de servirles. Fue difí-

cil, había noches en que no dormía porque no había


157

dinero para pagar la nómina, pedíamos prestado, te-

níamos deudas y demandas, pero pudimos avanzar.

No me siento más que nadie, pero pude cumplir mi

sueño y sacarlo bien, eso fue importante, caminar por

la calle y que la gente se haya quedado con una bue-

na imagen de su servidor”, considera. “La presiden-

cia fue un reto que superé para servir y ayudar lo más

que pudimos, con apoyo de los empresarios para pro-

mover obras y acciones”.

Ahora José Luis Magaña trabaja en su despacho,

sigue ejerciendo la profesión de contador público,

mientras analiza distintas propuestas para traba-

jar en el Gobierno Federal. Y no se aleja del aná-

lisis de su ciudad: “Sugiero que sigamos trabajando

por Arandas, falta unirnos más para seguir adelante

y crecer. San Ignacio dejó de ser nuestra delegación,

tenían ese derecho, nos quedamos con menos habi-

tantes pero eso no debe impedir que seamos un mu-

nicipio próspero. Ojalá cada administración busque

obras para crecer, que le den seguimiento a las obras

inconclusas y a los proyectos que dejaron los Ayun-

tamientos previos, como terminar todo el libramien-

to, cambiar las redes de agua y drenaje en el centro,


158

y ocultar todo el cableado del centro de la ciudad. En

salud, es esencial que contemos pronto con un hospi-

tal de primer nivel, al mismo tiempo que se promue-

ve permanentemente el empleo para evitar la migra-

ción, y que así Arandas sea próspero”, concluyó José

Luis Magaña, un ciudadano de a pie que demostró

claramente que cualquier arandense que sienta pa-

sión por el servicio a sus conciudadanos puede per-

mitirse los sueños más grandes, como el de dirigir el

destino de todo el municipio.


161

Sr. José Luis ValleMagaña (2010-2012)

“Tuve la fortuna de nacer en Arandas, un 26 de sep-

tiembre de 1959”, dice José Luis Valle Magaña para

iniciar con sus recuerdos; es hijo de Jesús Valle Ra-

mírez y Esperanza Magaña Barajas, en una familia

de 16 hijos, diez hermanas y seis hombres: Esperan-

za, Ana María, Isabel, Raymundo, José de Jesús, Juan

Manuel, Victoria, Evangelina, Irma, Imelda, Anto-

nio, Guillermo (Q.E.P.D.), Serafina del Pilar, Luz Ce-

lina y Martha (Q.E.P.D.), además del actual alcalde,

José Luis.

Durante su infancia, a principios de los años 60,

no existían tantos distractores como en la actualidad,

por lo que sus juegos eran de contacto total con la

naturaleza. “Ir a caminar, subir el cerro de Mexiqui-


162

to, bañarnos en el Zapotito o jugar a los indios y a los

vaqueros”, recuerda José Luis Valle. Había que com-

binar el trabajo con la diversión, incluso desde pe-

queños, por lo que le ayudabaa a los ladrilleros, a re-

coger el material con el que encendían los hornos, así

como en la fabricación de los tabiques antes de me-

terlos a cocer al horno. “Fue una infancia muy nor-

mal, muy feliz, por haber sido numerosa nuestra fa-

milia creo que siempre eso nos aportó mucha alegría

y actividad”.

Su mamá se dedicaba de lleno a la atención del

hogar, mientras su papá buscaba en distintos nego-

cios la satisfacción de sus inquietudes empresariales.

“La primera tortillería eléctrica de Arandas la puso

mi papá, por ahí también incursionó en el ramo de

los dulces, y estuvo algún tiempo intentando fabricar

dulces en Monterrey”, reconoce de su progenitor José

Luis Valle.

Del trabajo y diversión infantiles siguió la prepara-

ción académica. El primer año de primaria lo estu-

dió en la escuela conocida como “oficial”, que actual-

mente se ubica frente al Parque Hidalgo. “Luego me

tocó estrenar la escuela “José González Martínez”, la


163

del Panteón Viejo que le llamamos. Ahí estuve los úl-

timos cinco años de la primaria. A los 11 años me fui

a la Ciudad de México a estudiar durante tres años

en un seminario, posteriormente seguí la preparato-

ria también en el seminario, pero ahora en España,

con un enfoque en humanidades”, comparte Valle

Magaña.

Dedicado de lleno a su trabajo y familia, José Luis

Valle recibió a finales de 2002 una invitación de Juan

Leonardo Hernández Guerrero para acompañarlo

en la plantilla que pretendía promover como candi-

dato del Partido Revolucionario Institucional a la al-

caldía. José Luis Valle se tomó algunos meses para de-

cidirse, y a principios del 2003 se inclinó por apoyar a

su amigo como compañero de fórmula, como segun-

do regidor, en el proceso que marcaría su inicio efec-

tivo en la política arandense.


José Luis Valle considera que siempre tuvo esa in-

quietud natural de la juventud de su tiempo por ser

parte de los movimientos de cambio social y político

que se respiraban en el ambiente, lo que fue evidente


164

con su participación en distintos comités organizado-

res de fiestas patrias, certámenes, etc.

Aunque en su primera participación activa en la

política –acompañando en su planilla a Juan Leonar-

do Hernández- no consiguieron el triunfo, sí ocupó

un puesto de regidor de oposición en el Ayuntamien-

to de José Luis Magaña Coss y León. Posteriormente

José Luis Valle fue elegido presidente del comité mu-

nicipal del PRI, en esa búsqueda de Valle Magaña

por los escenarios que le permitieran ayudar al de-

sarrollo de la comunidad, con la idea clara de conta-

giar a nuestra sociedad de una visión más moderna.

“Siempre he pensado que es una vocación, y digo que

es tal porque debes dejar muchas cosas para cumplir

con las metas que la política te va marcando”, refiere

Valle Magaña, quien participó representando al Par-

tido Convergencia por la Democracia en la más re-

ciente campaña electoral, con un importante triunfo

que lo puso directamente en la presidencia municipal

desde enero de 2010.


Para José Luis Valle, uno de los principales proble-


165

mas que ha enfrentado su administración es la fal-

ta de planeación en el crecimiento de Arandas, pues

de entrada la ciudad se caracteriza por un desarro-

llo poblacional muy rápido a comparación de otras

ciudades de la región. Ese crecimiento acelerado ha

generado que la capacidad de respuesta en servicios

públicos se rebase, por lo que “poner orden en ese

sentido es uno de los grandes retos de mi Ayunta-

miento. De hecho desde el principio hemos trabaja-

do muy fuerte con todo nuestro equipo precisamente

para que Arandas tenga un Plan de Desarrollo Urba-

no apegado a las nuevas normas en terreno del có-

digo urbano”, indica Valle Magaña, y considera que

esta situación afecta sobre todo a quienes han com-

prado en fraccionamientos irregulares, que normal-

mente carecen de los servicios básicos, o tienen una

estructura deficiente para resolverlos. Por lo tanto, en

esta administración ha sido tarea prioritaria para Va-

lle Magaña y su equipo la regularización de esos frac-

cionamientos, de manera que sus habitantes accedan

a recursos federales, estatales y municipales que les

ayuden a mejorar la infraestructura de su colonia.

“Hay que recordar que los fraccionamientos irre-


166

gulares, jurídicamente no existen, por lo tanto si yo

como presidente municipal quiero gestionar algún

recurso para ellos pues evidentemente que en la fede-

ración me lo van a negar. Por eso el trabajo de regula-

rización culminará cuando estos asentamientos sean

considerados como parte de los polígonos de Hábitat,

programa que canaliza recursos para la infraestruc-

tura básica de los municipios, especialmente en zonas

marginadas”, detalla el alcalde arandense.

Principales logros

En lo que va de la administración de José Luis Va-

lle, ya se ha avanzado bastante precisamente en el

tema de la regularización urbana. También, en re-

cuperar espacios públicos para el esparcimiento de la

población y sus familias, como las riberas del río, so-

bre todo en las partes que cruzan con el centro de po-

blación. El Parque Lineal del Río Colorado es ejem-

plo claro de este trabajo de recuperación, pues ahora

los arandenses disfrutan ampliamente de una zona

llena de vida y actividad.

“Hemos trabajado en ello con una visión a largo

plazo. En lugares que eran fuente de contaminación


167

y delincuencia, con aspecto deprimente, ahora se

nota la transformación. Tenemos un patrimonio dis-

perso, muchos terrenos donados por fraccionadores

no estaban legalizados. Ahora detectamos cada pre-

dio y lo regularizamos para que el municipio tenga

ese patrimonio a buen resguardo”, indica José Luis.

Otra tarea prioritaria para el Ayuntamiento actual

es la educación, gracias a un contacto cercano con las

autoridades, para conjugar la gestión de recursos y la

inversión del dinero municipal y cumplir una meta

muy clara: que antes de que termine el trienio, todas

las escuelas del municipio se beneficien con mejoras

en su infraestructura. La apuesta también incluye la

creación de nuevos centros educativos, trabajo que

lleva un notorio avance.

“La educación siempre será clave para que nues-

tra comunidad viva mejor. La visión de nuestro go-

bierno es respetar el espacio de cada ciudadano, ade-

más de trabajar parejo, sin distinciones, cooperando

en equipo. Por eso somos un Gobierno Ciudadano”,

recuerda.

La zona rural también recibe la atención constan-

te de José Luis Valle y su equipo de trabajo, con elec-


168

trificaciones, empedrados y asfaltos en comunidades

realmente apartadas de la cabecera municipal. “En-

tendemos que ellos tenían desde hace años la ilusión

de contar con obras de este tipo, como la red de agua

que llega hasta Rincón de Molinos, Rincón de Oco-

tes, El Humedal y Potrerillos, en los límites sur del

municipio, colindando con Atotonilco”, enlista el al-

calde, y agrega la electrificación de Los Lobos, cerca

del cerro de Ayo, entre otras obras.

“Son proyectos que no son los más costosos pero sí

los más significativos, pues se trata de arandenses que

carecían de servicios básicos y ahora ya los tienen”.

Es el caso de las recientes electrificaciones en La-

guna de Piedra, cerca de la delegación de Martínez

Valadez, justo en los límites arandenses ya en fron-

tera con Jalpa de Cánovas, Guanajuato. Ahí se bene-

ficiarán alrededor de 60 familias, y es una obra que

emociona al alcalde pues, como él mismo lo expresa,

“tendrán la oportunidad por primera vez de tener sus

arbolitos de navidad con foquitos”.

Por supuesto, la lista sigue, con enfoques orientados

a todas las áreas necesitadas de la población, como las

vialidades de la cabecera municipal, pues actualmen-


169

te se trabajó en la pavimentación de la calle Cuauhté-

moc, vía de acceso y salida para quienes vienen del

sur del municipio, junto a un extenso listado de tra-

bajos para el desarrollo constante del municipio.


“La gran enseñanza que me ha dejado hasta el mo-

mento el ser presidente, es valorar el tiempo y opor-

tunidades que nos da la vida. Las podemos tomar con

superficialidad y dejarlas pasar sin llevar beneficios a

la comunidad, pero se trata de tener un sentido de

responsabilidad y prepararnos para ello. Un servidor

tiene muchas limitaciones y bueno, nunca es tarde. Es

importante prepararnos y capacitarnos, aprovechar

tantas instituciones educativas que nos pueden llevar

a mejorar la administración pública, para poner lo

más grande que tenemos al servicio de los demás”,

concluye José Luis Valle, que mientras se escribe este

documento, se mantiene al frente del municipio, ter-

minando de escribir él también, sus logros en el gran

libro de la historia de Arandas.


170

1914-1917

Antonio Valadez Ramírez

1918, 1920

José María López González

1919

Juan Sáinz Orozco

1920

Jesús Cuéllar Guzmán

Presidentes de Arandasque ya descansan en paz


171

1921

José Antonio Morales

1922

Manuel B. Ascencio

1924-1927

Indalecio Ramírez Ascencio

1931

Adrián Aguirre Patiño

1931

Rafael Hernández Guzmán

1932, 1935

José Torres Pérez Vargas


172

1922, 1930, 1931, 1932

Macedonio S. Barrera Partida

1929, 1936

Dr. Juan José Morales Hernández

1929

J. Trinidad Orozco Gallardo

1933

Pablo Camarena Jiménez

1935

Antonio González Hernández

1937

Salvador Álvarez Valencia


173

1924, 1939, 1944

Flavio Ramírez Álvarez

1940

Luis Torres Segura

1941-1942

Constancio Hernández Rizo

1945-1946

Lic. Agustín Camarena Hernández

1947-1948

Dr. José María Martínez Camarena

1949-1951

Adolfo Gascón López


174

1951-1952

Hilarión Hernández López

1953-1955, 1968-1970

Salvador Martínez Patiño

1956-1958

Juan de la Cerda Gascón

1959-1961

José S. Domínguez Zavala

1961

José Hernández Orozco

1962-1964

Prof. Antonio L. Bravo Vázquez


175

1971-1973

José Antonio Hernández Orozco

1974-1976

Lic. Liborio Martínez Velázquez

1986

Prof. José María López Barba

1986

Gustavo López Orozco

Información tomada del libro “Monografía de Arandas,

Jalisco”, del Profesor Alfonso Fonseca Fonseca.

Fotografías tomadas del Archivo Municipal de Arandas.

Este libro se terminó de imprimir en enero

de 2012, en los talleres de Altosprint ®

Allende 284, Colonia Mexiquito.

C.P. 47180 * Teléfono 01 (348) 783-13-71

www.altosprint.com

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