Libro Aprender a Pensar Sara Melgar

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  • Melgar, Sara Aprender a pensar: lar bases para l a alfabetizacin avanzada l0 ed. - Buenas Aires: Papers, 2005. 176 p.; 20x14 cm: (Educatin/dirigida por Ins Aguerrondo; 9) ISBN 987-20570-5-2

    1. Alfabetizacin Escolar 1. Titulo CDD 372.241

    0 2005, Papers Editores. Av Santa Fe 1229, 7 O M (1059) Capital Federal Buenos Aires, Argentina e-mail: [email protected] www.papers.com.ar

    Primera edicin: febrero de 2005 ISBN: 987-20570-5-2 Coleccin Educacin - Papers Editores

    Editora: Mnica Aguerrondo Directora de coleccin: Ins Aguerrondo Diseo de tapa: Carola Herrera

    Queda hecho e l depsito que establece la Ley 11.723 Pnnted i n Argentina /Impreso en Argentina

    Todos Los derechos reservados. No puede reproducirse ninguna parte de este Libro por ningn medio electr- nico o mecnico, incluyendo fotocopiado, grabado y xerografiado, o cualquier almacenaje de informacin o sistema de recuperacin, sin permiso escrito del editor.

    INTROOUCCION: DATOS ALARMANTES Y MIRADAS CORTAS 7 Sara Melgar

    CAP~TULO I: ENFOQUE Y PUNTOS DE PARTIDA 9 DOS CASOS Y UN SOLO PROBLEMA EL PUNTO DE PARTIDA

    C A P ~ L O II: CUANDO VEA QUE ESTO NO SE HE0 ANTES, ~HGALO! 29 CONDICIONES DE LA ALFABETIZACI~N INICIAL PARA PROCEDER A LA ALFABETIZACIN AVANZADA

    CAP~NLO 111: UNA CLAVE PARA LA ALFABETIZACI~N AVANZADA: 43 LA ENSENANZA TRANSVERSAL DE LA LENGUA

    CAPTULO N: LA LECTURA. LEER ES UN VALOR 53 PRIMERA PARTE: CONCEPCIONES PARA REVISAR

    CAPTULO V: LA LECTURA, DESDE LA ALFABETIZACI~N INICIAL ... Y PARA SIEMPRE 63

    SEGUNDA PARTE: TRANSVERSAUDAD DE LA LECTURA. i(lU PUEDE HACER CADA UNO DE NOSOTROS? i(llJ PODEMOS LOGRAR ENTRE TODOS?

  • Aprender a pensar - Las bases para lo ~Fobetizacin avanzada

    C ~ p f T U l 0 VI: LA ESCRITURA: PROYECTO PERSONAL O CASTIGO? - 89

    C n ~ r u ~ o VII: LA ESCRITURA, SEGUNDA PARTE 1 2 1 DEL BOSQUE NARRArmO A LA MONTANA EXPOSITIVA NARRAR Y EXPONER, CLAVES DE ESCRITURA PARA EL PRIMER PASO EN LA ALFABETIZACIN AVANZADA

    CAPITULO VIII:.HABLA Y ESCUCHA 139 CLAVES DE LA ORALIDAD

    CAP~TULO I X : LAS RUTINAS DE ESTUDIO DE U N ALFABETIZADO AVANZADO 1 5 1

    Introduccin DATOS ALARMANTES Y MIRADAS CORTAS

    Todos los febreros de los ltimos aos asistimos al mismo des- pliegue informativo acerca de miles de jvenes que no pueden ingresar en las universidades por dficit de competencias basi- cas. Los jvenes no son capaces de resolver problemas matema- ticos ni de sostener lecturas extensas y no entienden lo que leen; adems, su expresin oral es lastimosa. para no mencionar su expresin escrita ininteligible y anormativa.

    Ano tras ao se vuelve la mirada hacia las instituciones del ni- vel medio, sus objetivos y programas, sus reformas o su inmovi- lismo. Se critica su carcter enciclopdico o se extraa la enci- clopedia. Se victimiza a los docentes y se demoniza a los jvenes, y viceversa. La cuestin parece consistir en encontrar quin tiene la culpa, que hay que hacer, hacerlo rpido y pasar a otro tema. Lo que se llama "mirada corta y solucin al toque".

    Si usted cree en ese conjunto de urgencias, no lea este libro. Aqu vamos a tener miradas largas e intentaremos proponer alker- nativas realistas. Vamos a pensar con calma en uno solo de esos problemas: cmo se forma un buen lector y escritor en la escuela bsica. Y lo que es peor, vamos a considerar que esto es apenas un primer paso, aunque imprescindible, porque un lector competen- te y escritor experto no se forma rpido. Formarlo es una tarea de toda la escolaridad, nivel medio incluido, y -por qu no?- de to- da la vida, y requiere gran esfuerzo por parte de todos los impli- cados en su formacin, empezando por el alumno mismo.

    iHorror! Tiempo y esfuerzo sostenido? Es as, sin lugar a dudas

    Es que muchos aos de experiencia docente e investigacin educativa hacen que desconfiemos de las soluciones mgicas y que, en cambio, hayamos podido mirar con atencin cmo pro-

  • Sara Melgar

    ceden los docentes y los alumnos que s logran hacer buenas mi- gas con la lectura y la escritura y tambin, lamentablemente, qu actividades (o ausencia de ellas) ayudaron a fracasar a muchos.

    As que si Ud. quiere compartir conmigo esa mirada, con calma y viendo cmo se forma un buen lector y escritor capaz de plan- tearse los problemas bsicos de la escritura desde chico, tal vez lo veamos entrar en la Universidad entendiendo lo que lee, hacitndo- se buenas preguntas y comunicando claramente lo que piensa.

    Este libro est destinado a todos los maestros y profesores, pe- ro especialmente a aquellos que trabajan en contextos de riesgo pedaggico, en escuelas difciles y empobrecidas, donde parece que nada queda por hacer. Hemos conocido a muchos de esos docentes y tambin, por otros rumbos y otras actividades ligadas a nuestra curiosidad por el trabajo en centros de apoyo escolar de la sociedad civil, hemos conocido la labor de voluntarios que trabajan con chicos en riesgo.

    Todos ellos, pero especialmente los chicos de los sectores ms vulnerables, nos han enseado a ordenar las secuencias de tra- bajo y formas de enseanza que esperamos compartir con nues- tros lectores, porque lo que aqu se dice fue puesto en prctica a lo largo de treinta aos en distintos mbitos: el aula, la formacin de formadores, la capacitacin de voluntarios, la investigacin y la tarea tcnico-educativa. Esa experiencia fue volcada en algu- nos escritos de los ltimos aos, realizados para editoriales y pa- ra instituciones como la Secretara de Educacin de la Ciudad de Buenos Aires, la formacin docente en el Proyecto Promesba de la provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Educacin de la Na- cin, la Universidad y la Oficina Internacional de Educacin Unesco ([BE). Aqu recuperamos y sistematizarnos los contenidos de algunos de esos trabajos.

  • Apirndcr a pensar - Lar barpr p r o la
  • Sara Melgar

    Una estudiante de nivel terciario debe responder a la consigna de resumir el cuento de Haroldo Conti "Perfumada nche". Este es el re- sultado de su trabajo:

    El cuento se trata de un hombre llamado Pelice; l contaba como era el pueblo donde el vivia. El estaba enamorado de una mujer llamada Ai- de, pero jamds se entero, porque E1 nunca le hablo. Hasta que un da de- cide mandarle una carta; que la escribe durante la noche; trata de que se le entienda lo que l le quiere transmitiu, pero esa carta nurica le lleg a las manos de Aide. A Pelice se le muri un pez que l apreciaba y le hi- zo unluneral. El se enfermo y quedo postrado a la cama (2000. Texto del mes de marzo de una alumna del programa Promesba "Mejores egresados de la escuela media". Provincia de Buenos Aires).

    Estos dos alumnos tienen conocimientos acerca de la escritura: saben que se escribe de izquierda a derecha, tienen una razonable conciencia de los lmites y la funcin de las palabras y del empleo de los signos de puntuacin. Colo que los conocimientos que tienen no parecen suficientes para estar plenamente alfabetizados. Porque ah se manifiesta el problema: no basta estar alfabetizado ms o me- nos. Para lograr una comunicacin escrita adecuada, hay que estar plenamente alfabetizado.

    En ambos casos, los escritos exponen las dificultades de sus au- tores para elaborar un texto que desarrolle claramente el tema soli- citado, un texto coherente, bien conectado, sin errores normativos. La segunda autora, a pesar de que la consigna que se le propuso po- dra parecer ms sencilla -se trata de resumir el relato de otro- y a pesar de que se ha beneficiado con cinco aos ms de escolaridad, no parece ser capaz siquiera de recuperar y jerarquizar eficazmente el entramado de los sucesos del cuento que ley.

    Esto es algo alarmante: los cinco aos ms de escolaridad de la segunda escritora no han significado superacin de los problemas que manifiesta el escrito deficiente del alumno de sptimo grado.

    iQu les sucede a estos alumnos? Estn alfabetizados? Estn al- fabetizados pero su actuacin concreta es deficiente debido al poco uso de la lectura y la escritura? Con alfabetizados pero iletrados?

    En general, resulta relativamente fcil reconocer el analfabetismo absoluto de quien no puede leer carteles ni documentacin de uso

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzado

    cotidiano o no puede escribir una nota sencilla. Pero jcmo se con- sidera a la persona que no puede leer un texto y comprender su sig- nificado, pero s puede leer palabras en carteles y firmar? Y la per- sona que puede, con dificultad (es decir, cometiendo algunos errores de interpretacin). leer un texto y comprender su significa- do? Y si puede escribir un texto breve, aunque anormativo, en una lengua oficial?

    Por lo que vemos, el dominio del principio alfahtico es simple- mente un primer paso. A ese nivel de alfabetizacin siguen otros que es necesario completar para convertirse en un usuario pleno de la lengua escrita, tanto en la lectura como en la escritura.

    Desde la prctica concreta, es analfabeta la persona que no pue- de leer y escribir los textos necesarios para desempearse en mbi- tos como el mundo del trabajo, la economa del consumidor, la sa- lud, la vida ciudadana, segn definicin de la Unesco en 1978. En estos contextos sociales, la incomprensin o la comprensin frag- mentaria del escrito y la incapacidad de gestionar una escritura co- municable equivalen al fracaso del proyecto alfabetizador que la es- cuela haya implementado para esa persona y, adems, equivale a marginacin social.

    As pues, parece evidente que hay niveles en el dominio de la len- gua escrita: un nivel de alfabetizacin inicial, que establece las ba- ses para la apropiacin del sistema de la lengua escrita y la habili- dad lectora, y un nivel de alfabetizacin que consolida los conocimientos adquiridos y deja al alfabetizado en condiciones de gestionar por si mismo lecturas y escrituras diversas, cada vez ms extensas y complejas. Este nivel de logro en el conocimiento de la lengua escrita, que llamaremos alfabetizacin avanzada, previene el analfabetismo por desuso y el consiguiente fracaso del proyecto al- fabetizador. La alfabetizacin avanzada permite que los alumnos permanezcan en la escuela y evita el desgranamiento y la repitencia, en la medida en que fortalece sus habilidades de lectura y escritura y los capacita para seguir aprendiendo contenidos disciplinares ca- da vez ms exigentes.

    En su forma plena, la alfabetizacin avanzada garantiza el domi- nio de los procesos de comprensin y las formas de produccin de

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    los textos de circulacin social, que permiten autonoma y eficacia de las personas en su desempeo lector y escritor y que a la vez po- sibilitan acrecentar el aprendizaje en los distintos campos del cono- cimiento.

    Estas dimensiones de la alfabetizacin, ms all de la constmc- cin del principio alfabtico. "postulan la relacin entre el uso de la lengua, especialmente los usos formales, y los conocimientos expl- citos sobre ella [en la medida en que] se da una interrelacin entre composicin escrita y conocimiento y control conscientes del texto y de los procesos de produccin" (Camps - Milian, 2000).

    Sin embargo, para que esta interrelacin sea posible, en la mayor parte de nuestras escuelas es necesario vencer un severo obstculo: para muchos escolares, los usos formales del lenguaje y los proce- dimientos de control consciente de su propia actividad comunicati- va en el nivel formal han pasado a ser totalmente extraos, dado que no existe continuidad entre sus prcticas familiares y cotidianas y aquellas que reclama la escuela. Estos alumnos conforman el gm- po cada vez ms numeroso de los vulnerables, de los que fracasan.

    Este libro se propone encarar la ensefianza de la lectura y la escritu- ra comoforma de resistencia a la vulnerabilidad. "La vulnerabilidad es una frontera de la organizacin social contempornea que se carac- teriza por la precariedad en relacin con el trabajo y por la fragili- dad de las relaciones entre las personas. Se trata de una frontera riesgosamente prxima a la zona de exclusin, de gran marginali- dad y desafiliacin, en la que se mueven los mas desfavorecidos, to- talmente desprovistos de recursos econmicos, de soportes relacio- nales y de proteccin social" (R. Castel, 1992).

    La vulnerabilidad hace visible el desgaste y debilitamiento de los lazos sociales. La manifestacin educativa ms fcilmente reconoci- ble de la vulnerabilidad muestra fragilidad y socavacin de los vincu- los de los alumnos con la escuela. Su cara evidente es la repitencia que conduce a la sobreedad, que a la vez est emparentada con el desgranamiento y la expulsin del sistema.

    Estos son los indicadores reconocidos. Sin embargo, una de las caractersticas ms complejas de las nuevas formas de vulnerabi- lidad y exclusin es que no solo profundizan las desigualdades so-

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    Aprender a pensar - Las bases para la olfobetizacin avonzoda

    ciales que ya existen, sino que provocan la emergencia de otras nuevas

    "A m, mi ttulo secundario no me sirve ni pa'palear", manifest cer- teramente el adolescente de un hamo formoseo en una encuesta relacionada con la autopercepcin de jvenes en situacin de riesgo (el testimonio surgi en una entrevista personal en el marco de las actividades del Proyecto AECU de "Apoyo escolar comunitario y uni- versitario" que diseamos en Formosa, en el ano 1999). Es que la so- ciedad actual, definida como sociedad del conocimiento, exhibe con crudeza la existencia de diferentes niveles de acceso al conocimien- to, algunos de los cuales estn ms ligados a la marginacin, la vul- nerabilidad y la exclusin social que a la promocin de las personas.

    En el plano educativo, las manifestaciones ms reconocibles y fa- miliares de la vulnerabilidad conducen claramente a la exclusin, pero existen otras fronteras de vulnerabilidad. Me refiero a las dife- rencias en la posibilidad de acumulacin de capital educativo por parte de los alumnos, especialmente de aquellos que no son exclui- dos, de los que permanecen dentro del sistema. Y aun dentro de esas fronteras generales de vulnerabilidad debidas a la iniquidad en la distribucin del capital cultural, hay una parcela central, la del capital lingiistico, la del dominio de la oralidad y de los procesos de lectura y de escritura.

    "No solo hay que ensear a aprender y a pensar mejor sino aprender a hacer y a emprender. Estos tipos de aprendizajes se DO- tencian mutuamente y plantean la necesidad de conceptualizar pro- blemas y disear soluciones que ponen en juego competencias b-

    ~ ~~

    sicas como abstraccin, pensamiento sistmico, gestin de pro- yectos, experimentacin y colaboracin. Junto con esto, ha de for- talecerse en los alumnos la formacin de actitudes que los lleven a valorar la convivencia armoniosa y el respeto por las diferencias, a travs de contenidos y concepciones pedaggicas que apunten a en- riquecer las capacidades individuales de las personas y la coopera- cin entre ellas, en contextos donde la diversidad constituya un dato diagnstico y no una dificultad insalvable" (Braslavsky, 1999).

    Estas metas educativas no podran pensarse sin un patente domi- nio de estrategias lingsticas y comunicativas.

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    Este libro sostiene que la enseanza de las estrategia lingsticasy co- municativas imprescindibles para superar la vulne?abilidad escolar su- pone necesariamente atencin a la diversidad.

    El panorama educativo actual muestra el crecimiento de la pro- blemtica de la diversidad, y muy especialmente de la diversidad lingstica, como determinante de la necesidad de cambios en la en- seanza. Cmo podemos los docentes ubicarnos de una manera realista frente a los contextos complejos y heterogneos en los que nos toca actuar y donde tenemos que ensear a leer y escribir?

    Para la mayor parte de los sistemas educativos de las sociedades occidentales, se plantea el desafo de "tener que dar respuestas a un alumnado cuantitativa y cualitativamente pluricultural, porque la evolucin econmica y cultural a fines del siglo xx se caracteriza por la globalizacin e internacionalizacin que necesariamente afec- ta a todos los sistemas educativos" (Sigun, 1986). "Las intensas mi- graciones de estas ltimas dcadas en los paises del primer mundo, las migraciones internas y la movilidad de trabajadores en pases li- mtrofes de Sudamrica, configuran variados contextos culturales, adems de generar fenmenos propios de las lenguas en contacto, como por ejemplo la existencia de comunidades con fuerte sustra- to de lenguas indgenas en contextos urbanos" (Jordn, 1994).

    Llegu del Paraguay muy chica. En mi casa se hablaba guaran exclu- sivamente. Mis padres eran analfabetos. No me pudieron mandar a un jardin, de manei-a que ingres directamente en primergrado. No sabe los esfuerzos que haca para entender Miraba todo, absorba todo ... Y me iba bastante bien hasta que empezaron las malas notas porque tena Incompleto en los deberes.

    Es que la maestra deca: "Tienen que ilustrar los deberes", y ni yo ni nadie en mi casa saba qu quera decir "ilustrar".

    Recupero aqu este testimonio de mi alumna Elba r), estudiante de Formacin Docente en el ISFD No 111 de Moreno, porque ella plantea la dimensin cotidiana, tantas veces inadvertida, de la di- versidad. Desde su propia experiencia, esta futura docente tuvo que aprender a plantearse las preguntas y los enfoques que tal vez su maestra de entonces no se plante y que son versiones lingsricas, siempre vigentes, del problema de "las otras mentes". Qu sabe o

    Aprender a pensar - Las bases para la a!fabetizacfn avanzada

    no sabe el otro-alumno? Cul es su patrimonio lingstico y comu- nicativo! iA qu distancia lingstica se encuentra, respecio de los usos escolares? Cmo "no dar por sentado" sin subestimar? [Cmo organizar el trabajo en una clase donde todos saben distintas cosas?

    En este libro proponemos encarar la enseanza de la lectura y la es- crihlra teniendo en cuenta 10 dqerencin y la interferencia. Para los do- centes es claro que, en un sentido amplio, bilinge es todo aquel que maneja dos o ms lenguas: la materna y otrals. Desde el senti- do comn, cuando se piensa en un bilinge, nos remitimos al bilin- ge equilibrado, que es el que usa dos lenguas completas en los contextos adecuados sin dificultad. Pero hay otra situacin posible, la diglosia, en el caso en que el sujeto restringe una de las dos len- guas al mbito familiar o privado y emplea la otra cuando el mbi- to es formal. En los casos extremos de distancia entre lo privado y lo pblico, la diglosia deriva en acallamiento lingstico, siiuacin que se da cuando el hablante se niega a hablar e incluso niega co- nocer su lengua materna porque la asocia con marginalidad o des- prestigio.

    La situacin de distancia entre la lengua escolarizada y la lengua de los alumnos tiene distintas manifestaciones que explicaremos, si- guiendo una investigacin sobre diversidad que tuvimos la oportu- nidad de compartir en el Ministerio de Educacin de la Nacin en 1998 y sobre cuyos aportes nos apoyaremos frecuentemente a lo largo de este captulo (Ministerio de Educacin, Fuentes).

    En la actualidad. aun en las escuelas de las grandes ciudades, se encuentran alumnos que han mantenido, e incluso mantienen con- tacto con lenguas indgenas, hay hablantes de lenguas de frontera y diversos exponentes diglsicos, sobre todo en escuelas con alto n- mero de migrantes de otras zonas del pas y pases limtrofes.

    Pero hay ms matices que es necesario aprender a observar en las escuelas porque la alternancia lingstica no se da solo entre lenguas netamente diferentes. En general, aun dentro de la misma lengua, los diversos contextos de uso requieren por parte del hablante la habilidad de elegir un cdigo u otro segn la ocasin familiar o formal, el rol social del interlocutor, el tema u otras variables. Estas circunstancias determinan grados de competencia lingstica y co-

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    municativa, es decir que los hablantes tienen que ser hbiles para cambiar de lengua o de variedad de manera adecuada y flexible se- gn los requerimientos del contexto.

    Los alumnos que provienen de un nivel socioeconmico muy ba- jo emplean, frecuentemente, una variedad dialectal oral que se en- cuentra a gran distancia lingistica respecto de la variedad estndar, especialmente de la variedad escrita que se emplea en los libros de texto y otros materiales de lectura. Para estos alumnos hay un cam- bio notable entre su lengua oral y las variedades y registros de la lengua escrita. Tienen dificultades para cambiar de su variedad oral a la variedad estndar escrita, tanto en la comprensin como en la produccin. Por ejemplo, escriben en forma de transcripcin direc- ta a partir de lo que oyen, y no de lo que leen; componen las frases con todos los sobreentendidos y lagunas de la comunicacin oral, que se apoya en informacin proveniente de los gestos y del con- texto compartido por hablante y oyente. Esto es lo que sucede en los dos casos de redaccin que examinamos ms arriba.

    Cuando la mayor parte de los alumnos habla una lengua o varie- dad diferente respecto de la escolarizada, la distancia linguistica ac- ta como barrera, retardando en general el progreso escolar de to- dos. Aunque se los promocione para evitar la repitencia y el aban- dono, estn por debajo del nivel requerido. En este caso, se promo- ciona al alumno hacia aos o niveles ficticios o se lo hace repetir hasta que es demasiado grande para continuar.

    En otros casos, se procede en los hechos como si todos los alum- nos manejaran el dialecto estndar. Cuando alguno manifiesta de manera ms notable una variedad diferente suele transformarse en el alumno con problemas. el que no entiende. En general, es comn que se le atribuyan problemas cognitivos, de desarrollo o de falta de madurez. Como seala Halliday (19861, se tiende a pensar que el aprendizaje es un proceso estrictamente cognitivo, desconociendo la gravitacin de los aspectos lingisticos en la cognicin.

    Ante estas situaciones, los docentes de cualquier nivel "raramen- te poseen respuestas pedaggicamente adecuadas, ya que la forma- cin actual, tanto universitaria como terciaria, no suele incluir la preparacin necesaria para evaluar situaciones lingisticas de diver-

    Aprender a pensar - Las bases para la alfobetizafln avanzada

    sidad, ni para desarrollar estrategias que pongan al alumno hablan- te de alguna de estas variedades en situacin similar a la de quienes deben recorrer una distancia ms corta y directa entre su lengua de panida y las demandas lingsticas y comunicativas del contexto es- colar El xito o el fracaso de los alumnos depende ms de las cua- lidades y la sociabilidad del docente que de la especificidad de su formacin y de las politicas institucionales" (Ministerio de Educa- cin, op. cit.).

    En las propuestas de este libro tendremos muy en cuenta la difi- cultad de los alumnos -muchos ms de los que pensamos- que ma- nifiestan problemas propios de la diversidad lingistica respecto de la lectura y la escritura en lengua estndar y propondremos una en- seanza de la lectura y la escritura que est muy precisamente rela- cionada con la reflexin oral sobre lo que se lee, que sea detallada y guiada con fuerte andamiaje y modelada por parte del docente, que ponga a disposicin de los alumnos estrategias para procesar informacin y ampliar su enciclopedia personal y sus conocimien- tos y que optimice el tiempo para trabajar lo que se escribe.

    Este libro se propone contribuir a una interpretacin no prejuiciosa de la dqerencia.

    Respecto de los problemas vinculados a la diversidad, en la d- cada de 1970 Basil Bernstein analiz el desempeo lingstico de hablantes provenientes de distintas clases sociales y distingui entre el "cdigo linguistico restringido" o "lenguaje pblico" de los dialectos ingleses de las clases bajas en Gran Bretaa y el "cdigo lingistico elaborado" de los dialectos de clase media y alta.

    Desde ese enfoque, quienes no manejan la lengua estndar, por- que no han estado expuestos a ella, estn en dficit lingstico en relacin con los que s tuvieron esa oportunidad.

    Al respecto, apunta Halliday: "Como el fracaso educativo se suele asociar con la clase trabajadora urbana inferior, en la prctica eso sig- nifica un dialecto sociorregional particular y, en ese terreno, encon- tramos versiones de la teona delfracaso lingistico, a veces conocidas como teada del dficit. De acuerdo con la teora del dficit, todo el dialecto es simplemente deficiente; carece de algunos elementos esenciales: es deficiente, quizs, en sonidos, o en palabras, o en es-

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    tructuras; ahora bien, eso no solamente es una tontera: es una ton- tera peligrosa. Desgraciadamente, pocas veces se la ha refutado de manera explcita; probablemente porque [ . ] los lingistas l...] con- sideran ese concepto del lenguaje tan ahsurdo que les hace pensar que nadie puede creer en l y que, por tanto, refutarlo no sena ms que una gran prdida de tiempo" (Halliday 1986).

    Sin embargo, el aprendizaje escolar se basa centralmente en la comunicacin a travs del lenguaje, por lo que es necesario que los doccntes reconozcan el papel crtico que tiene la lengua en la edu- cacin, y cun estrecha es la relacin entre enfoques mas o menos adecuados de los problemas lingtisticos y las posibilidades concre- tas que se brindan a los alumnos para que puedan aprender.

    En la dcada de 1980, el lingista y antroplogo \Valter Ong re- toma los conceptos de cdigo elaborado y restringido a la luz de sus investigaciones en torno del impacto cultural de la escritura. Segn este autor, el cdigo restringido, de origen y uso oral, opera en re- lacin con el contexto inmediato. La manera de expresarse de los hablantes que emplean este cdigo tiene caractersticas de frmula que se manifiestan, por ejemplo, en el predominio de frases hechas y usos de cliss, y coordina los pensamientos de manera acumula- tiva, con dbil empleo de la subordinacin y la jerarquizacin. Se- ala Ong que el grupo que Bemstein analizo como usuario de ese cdigo estaba formado por hablantes sin educacin primaria.

    El cdigo elaborado, en cambio, se forma con la ayuda de la es- critura y especialmente de lo impreso. La escritura extiende la po- ~encialidad del lenguaje casi ilimitadamente; da una nueva estruc- tura al pensamiento y en ese proceso convierte ciertos dialectos en "grafolectos", es decir, en lenguas transdialectales, lenguas estanda- rizadas, que representan a muchas variedades dialectales. y que es- tn formadas por una profunda dedicacin a la lectura y la escritu- ra (Ong, W, op. cit.). Un grafolecto, como por ejemplo el espaiol escrito, es la lengua escrita correspondiente a variedades orales co- mo el espanol de Lima, de Madrid, del Rio de la Plata, y tiene un vocabulario registrado de por lo menos un niilln y medio de pala- bras. de las cuales se conocen el significado actual y cientos de mi- les de acepciones anteriores.

    Aprender a pensar - Las bases para la aljobetizacin avanzada

    Observa Ong que el grupo que Bemstein analiz como usuario del cdigo elaborado provena de las seis escuelas que proporcio- nan la educacin ms intensiva en lectura y escritura en Gran Bre- taa. En consecuencia, propone que los cdigos restringidos y ela- borados deberian reclasificarse como "basados en el lenguaje oral" y "basados en textos" pues en una lengua la escritura crea cdigos distintos de los cdigos orales. Inclusive el dominio de la escritura influye en el desempeiio oral, porque modifica la oralidad primaria hacia la oralidad secundaria propia de los hablantes que dominan la escritura. En conclusin, el dficit es resignificado como depriva- cin respecto de la cultura escrita de la comunidad.

    Todava ms, advierte Ong: "muchas culturas y subculturas, aun en ambientes altamente tecnolgicos, conservan gran parte del mol- de mental de la oralidad primaria". En estos casos, la vulnerabilidad como debilitamiento de lazos relacionales consiste en no haber po- dido amarrar en el muelle de la cultura letrada. La vulnerabilidad toma forma intrapsquica (molde mental) inhabilitante respecto de la sociedad de los que leen y escriben.

    Leamos, segn lo expuesto, el texto de la alumna. egresada de la escuela media, que se postulaba como futura docente:

    El cuento se trata de un hombre llamado Pelice; l contaba como era el pueblo donde el vivia. El estaba enamorado de una mujer llamada Ai- de, perojams se entero, porque l nunca le hablo. Hasta que un da de- cide mandarle una carta; que la escribe durante la noche; trata de que se le entienda lo que l le quiere transmitir, pero esa carta nunca le lleg a las manos de Aide. A Pelice se le muri un pez que l apreciaba y le hi- zo unjuneml. El se enfermo y quedo postrado a la cama.

    Vemos: dificultades de comprensin, de textualizacin, de trans- ferencia de un formato a otro, para no abundar en los fallos morfo- sintcticos y normativos en general.

    Dficit llano y simple? iDefectuosa alfabetizacin avanzada? Alumrios como esta estudiante estuvieron expuestos a formas de

    hablar y recibieron ensenanza respecto de la escritura hasta el mo- mento de llegar al nivel educativo terciario. iDe qu "circuitos dife- renciales" proviene su formacin?

    'El sistema educativo ha respondido a su masificacin diferen-

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    ciando sus unidades de acuerdo con el origen social de la poblacin que atiende. Conceptos tales como diferenciacin, segmentacin y circuitos diferenciales dan cuenta de esta realidad. Sin embargo, hay dos aspectos complementarios que contribuyen a la segmentacin: por un lado, la diferente calidad de la oferta educativa, por otro, la homogeneidad o uniformidad que tambin conducen a la segmen- tacin.

    "Los colegios argentinos estn segmentados, no solo porque ofre- cen condiciones distintas para aprender, sino porque operan de la misma manera con poblaciones sociales de orgenes diferentes" (Filmus - Braslavsky, 1988).

    Cmo revertir estas condiciones educativas en que se han desen- vuelto los alumnos? Cmo formarlos para que no reproduzcan sus propias historias de vulnerabilidad permanente apenas superan las exigencias lingusticas y comunicativas de su entorno inmediato?

    Al buscar la solucin por va de la teona del dficit, explcita o encubierta, exponemos a los alumnos a dos derivaciones: el fraca- so-expulsin o el fracaso-inevitabilidad. En el primer caso, los alumnos no permanecen en el sistema educativo porque, en la me- dida en que son deficitarios, se los expulsa. En el segundo caso per- manecen, pero como son deficitarios se les exige menos y se les en- sena menos, entonces transcurren sin aprender.

    Las estrategias que se implementan en estas circunstancias ten- drn casi con certeza un parentesco fuerte respecto de las teoras de la tabula rasa. Como se considera que los alumnos estn totalmen- te depnvados, urge llenar el vaco. Frecuentemente se pretende que lean en un perodo escolar lo que no leyeron en su vida, razn por la cual tampoco construyeron estrategias de lectura. Adems tienen que escribir textos ms complejos. Por cierto, los plazos para ma- durar estos cambios son inflexibles: cuanto ms tiempo haya perdi- do el alumno en la etapa anterior de su formacin, menos tiempo tiene para cambiar.

    Las estrategias pueden variar, pero en general se caracterizan por- que no son selectivas de problemas clave sino acumulativas. Ade- ms, y centralmente, se caracterizan porque no suelen tomar en cuenta el punto de partida, las experiencias previas, los inclusores

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    Aprender a pensar - Las bases para lo alfabetizacin avanzada

    de los alumnos y menos los tiempos de decantacin y los procesos de construccin. As las cosas, lo raro es que no haya ms fracaso.

    EL PUNTO DE PARTIDA Veremos algunos de los pasos que se deben seguir que, sin pre-

    tender exhaustividad, podran constituirse en puntos de partida pa- ra la concrecin de la alfabetizacin avanzada.

    Primer paso: entender que lo inesperado es lo normal En primer lugar, es necesario hacerse a la idea de que el trabajo

    con la diversidad es connatural a la enseanza de la lengua materna. En efecto, si se ampla el concepto de diversidad lingstica con el objeto de incluir las diversas manifestaciones de las variedades dia- lectales del espaol, se obsewa que el muitilingismo es la situacin sociolinguistica ms frecuente en las aulas. Si la sociedad es multi- lingiie, en la escuela todo grupo es plural, toda clase es multilectal y manifiesta diferentes grados de diversidad cultural y lingstica.

    Algunas lneas de trabajo consecuentes con la admisin de este primer paso son las siguientes:

    Las dqerencias que presentan las lenguas y las variedades son sis- tematizables

    Esta observacin parece poco pertinente desde el punto de vista lingiilstico, ya que desde la ciencia no hay lenguas no sistematiza- bles, pero apunta a desmontar el posible prejuicio acerca de que pueaan existir lenguas ms o menos apropiadas para la expresin del pensamiento. "Las estructuras de las lenguas no difieren tanto L...] No es raro or hablar de lenguas simples y lenguas complejas, o de lenguas primitivas y lenguas cultas, o peor an, de lenguas con gramtica y lenguas sin gramtica. Sin embargo, la lingstica del si- glo xx ha dejado bien claro que no existe nada en la estructura de la lengua que haga que unas sean mejores o ms completas y ni si- quiera ms adecuadas para determinadas funciones. Cada lengua es un sistema que puede cumplir perfectamente la funcin para la que ha sido creado: la comunicacin. Y esta funcin, sea entre los veci- nos de un barrio o internacional, puede ser realizada por cualquier lengua; son los factores econmicos, polticos, sociales, culturales,

  • Sara Melgar

    etc., los que determinan que una lengua sea usada internacional- mente y otra tenga una base territorial restri'ngida" (Junyent, 1993).

    El prejuicio de la lengua incapaz de expresar un "pensamiento elaborado" suele operar exclusivamente respecto de las lenguas de mi- noras lingsticas. Suele declamarse respeto por las lenguas de minoras, pero frecuentemente se demora o incluso invalida la pro- fundizacin de procesos cognitivos y metacognitivos cuando la len- gua o variedad de partida de los alumnos es "sospechada de infe- rior". Por el contrario, aqu sostenemos:

    Las caractersticas superficiales de la lengua de los alumnos no de- ben impedir avanzar en aspectos sustantivos de la enseanza

    Con esto queremos decir que si en la lengua meta de la ensean- za existen determinados rasgos que en la variedad de partida de los alumnos no se dan (sean fonolgicos o fonticos, semnticos, mor- folgicos, sintcticos, pragmticos, etc.), hay que prever que los alumnos que estn aprendiendo la nueva lengua o variedad tendrn dificultades. En algunos casos, su forma de hablar o de escribir no se ajustar a las normas o convenciones de la lengua que para ellos es menos familiar.

    Desde las formas de saludar, de pedir permiso (o no hacerlo) y otras expresiones de cortesa, hasta los sobrecultismos, los barbaris- mos, las expresiones inacabadas, las prdidas de consonantes fina- les, puede manifestarse una amplia gama de realizaciones lingsti- cas que suele desmoralizar ms a los docentes cuanto ms impreciso sea su conocimiento acerca de qu subsistema dentro del sistema de la lengua presenta la anormatividad, cmo trabajar foca- lizadamente en l y cmo seguir adelante con todos los dems as- pectos.

    En efecto, estas circunstancias, por ejemplo, el hecho de que los alumnos no pronuncien determinados sonidos, alteren la morfolo- ga estndar o produzcan textos donde se manifiestan selecciones sintcticas anormativas, no deben ser obstculo para avanzar en to- dos los otros sentidos en los que estos rasgos no afectan la inteligi- bilidad o la comprensin. Si se trata de un problema relacionado con el plano fontico-fonolgico, se dice que los alumnos "hablan mal" o "se comen sonidos". En verdad, lo que sucede es que en una

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzada

    variedad de lengua hay determinados grupos consonnticos o voc- licos que en la otra no se conocen o no se emplean. Esto es una cuestin relacionada con la variacin de los hechos del lenguaje, entonces, en la medida en que se la identifique claramente, se po- dr focalizar el necesario trabajo de normalizacin referido a ese as- pecto especfico. Pero, como dijimos, esto no debe impedir que se progrese en otros planos tales como la comprensin lectora. Muy por el contrario: aunque "hablen mal", los alumnos pueden y deben leer mucho y variado; tambin pueden y deben progresar en la es- critura y el conocimiento de los formatos escritos. El hecho de que "hablen mal" no les impide experimentar la escritura. Ni siquiera estn impedidos de reflexionar sobre los hechos del lenguaje, con la gua del docente, y acercarse de este modo a la sistematizacin metacognitiva que luego les permitir diferenciar los usos orales propios de los intercambios informales, de aquellos propios de los intercambios formales. Ciertamente, a partir de este trabajo podrn decidir como hablantes informados qu variedades seleccionar de acuerdo con las circunstancias y sus propios intereses.

    La idea es ser consecuentes con un sencillo principio: las perso- nas, aun los pequeos, pueden pensar y aprender contenidos de al- ta calidad mientras se va trabajando paulatinamente con los aspec- tos ms dbiles de su actuacin lingstica y comunicativa.

    Segundo paso: considerar que la distancia lingstica puede constituirse en eje articulador de estrategias de ensenanza

    Es fundamental analizar la distancia lingstica a la que se en- cuentran los alumnos con su lengua oral y respecto de su dominio de la lengua escrita en el momento de trabajar con ellos. La distan- cia lingstica puede ser mxima si los alumnos hablan otra lengua (extranjera o indgena, por ejemplo); puede ser menor, pero impor- tante, si los alumnos hablan y entienden solo variedades dialectales del espaol muy diferentes de la estndar; y bastante menor si los alumnos entienden y hablan una variedad del espaol ms cercana a la escolarizada (Ministerio de Educacin, op. cit.).

    El concepto de distancia lingstica interesa para articular las es- trategas y los contenidos que se van a desarrollar en clase, no pa-

  • Sara Melgar

    ra hacer de ello un uso estigmatizante. Cuando la distancia lings- tica favorece el fracaso escolar, deberan perseguirse los siguientes objetivos:

    - Encarar la enseanza de la variedad estndar con metodologlas prximas a la enseanza de lenguas segundas.

    - Enfatizar la diferencia de registros. En especial, existe una distancia lingstica que es necesario ob-

    servar permanentemente: la que enfrenta al alumno que habla una lengua oral con los usos propios de la lengua escrita.

    La variedad estndar como lengua segunda Si se considera que la variedad estndar representada por la lengua

    escrita es otra lengua que los alumnos tienen que aprender, se debe- ra tener en cuenta, paralelamente, la forma de trabajar desde las tres reas interconectadas que corresponden al desarrollo de las distintas competencias: comunicativa o pragmtica, lingstica y cultural.

    Deberamos promover clases fuertemente interactivas donde los alumnos diesen informacin sobre s mismos y sobre los otros, des- cribiesen, narrasen, convenciesen, preguntasen, discutiesen y expli- casen (lo cual parece una obviedad), pero donde, centralmente, in- corporasen los protocolos y estrategias lingsticas y comunicativas para poder hacerlo al tiempo que acrecientan su capital lingustico (lo cual ya no es tan habitual).

    Para lograr que el alumno desarrolle estas competencias es nece- sario recordar que deber trabajar y ejercitar en clase aspectos de la comunicacin: cmo interactuar con otros, cmo exponer, de qu temas hablar, cmo usar los distintos registros y los distintos gne- ros discursivos. Esta intensa actividad pragmtica implica a la vez habilidades lingusticas y discursivas.

    nfasis en el registro Se trata de reconocer que no se habla de la misma manera en

    todas las situaciones posibles. "La lengua del hogar, el cdigo de interaccin familiar y cercano es uno de los factores de identifica- cin personal mhs fuertes; es la lengua de los afectos primeros, y es, por lo tanto, un derecho inalienable. Nadie debe interferir con esa lengua en su uso familiar, ni subestimarla" (Ministerio de Edu- cacin. op. cit.). 24

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzada

    Reconocer las diferentes variedades como instrumentos para fi- nes distintos puede ser el camino para una solucin ms realista. As, la variedad del aula debera ser la estndar; y la del afuera, la variedad propia de cada uno. Se habla de historia, de geografa y de ciencias en el estndar, y de los temas personales y cotidianos en la variedad de uso cotidiano.

    Aqu es donde no se advierte en la actualidad el trabajo serio y sostenido de contrastacin y elaboracin de registro adecuado, que debera comenzar desde las clases de primer y segundo ciclo, pero que tambin debe extenderse hasta el tercer ciclo y el nivel Polimo- dal. Las nociones y las prcticas de formalidad e informalidad, ade- cuacin a contextos y mbitos de circulacin e intercambio de los discursos integran ese paquete del cual se le da menos al que tiene menos. Entre los alumnos pertenecientes a las poblaciones ms vul- nerables en cuanto a su capital lingstico y comunicativo es donde menos se enfatiza la nocin de registro y donde menos se trabaja el caudal lxico.

    Sucede que la distancia lingstica y la heterogeneidad deben ser entendidas y atendidas para que, en vez de considerarlas como des- gracias inevitables, puedan ser valoradas como ocasin de aprendi- zajes significativos. Esto reclama una ajustada concepcin respecto de la alfabetizacin y la alfabetizacin avanzada, que es donde se observan los ms importantes fallos en la oferta educativa para las poblaciones vulnerables y de riesgo pedaggico. En las propuestas que siguen tendremos en cuenta estas cuestiones que consideramos ligadas a la enseanza de la lengua escrita.

    Tercer paso: comprender que la enseanza de la lengua escrita es la coyuntura de la vulnerabilidad

    En la dcada de 1940, la "hiptesis de Sapir-Whorf' (revicin en Sapir, 1964) puso de manifiesto que los distintos sistemas simb- licos y notacionales, accesibles a distintas culturas, imponen lmi- tes y constricciones a la mente humana. Las categorias de tiempo, espacio, sujeto, objeto, por ejemplo, no seran las mismas en una lengua indoeuropea que en una no indoeuropea. En la dcada 1990, observa Bruner que las verdaderas vctimas de los lmites del

  • Sara Melgar

    lenguaje son aquellas personas menos conscientes del lenguaje que hablan.

    Aadimos: y de la lengua que escriben. Efectivamente, una cru- cial frontera de vulnerabilidad se localiza en la concepcin que el docente tiene y transmite respecto de la lengua escrita.

    Sugerimos que un docente comprometido con la equidad educa- tiva y con la enseanza de la lengua escrita en contextos de vulne- rabilidad debera considerar, debatir y elaborar criterios fundamen- tados en torno de los siguientes temas y aspectos:

    - La escritra no es la transcripcin mecnica y univoca de lo que se habla.

    - Las variedades dialectales no tienen escritura diferenciada, son patrimonio exclusivo de la oralidad cotidiana. En cambio, el apren- dizaje de la escritura en la escuela es el de la escritura de la lengua estndar.

    - La lengua escrita, como lengua estndar, permite la intercom- prensin entTe las diversas variedades del espaiiol y la identificacin del espaol escrito frente a otras lenguas.

    - La lengua escrita es la forma ms analtica que puede asumir la lengua porque exige el control deliberado del orden jerrquico, del orden temporal y de las convenciones.

    La enseanza de la lengua escrita, por lo tanto, aparece nueva- mente en un lugar central respecto de la segmentacin educativa y de las condiciones de vulnerabilidad. Su aporte a los procesos de simbolizacin superior y al desarrollo de una de las formas ms completas de la inteligencia es fundamental a condicin de que sea rigurosa y gradualmente compleja. es decir, que al ensear la lengua escrita se reconozcan y pongan en acto niveles cada vez ms com- plejos de dominio de la escritura.

    Niveles de dominio de la escritura Siguiendo a Wells (en Cassany, 19941, se pueden identificar ni-

    veles rii la adquisicin y el dominio de la lengua escrita, que se in- tegran entre si. Estos van desde el nivel ejecutivo, que es la capaci- dad de traducir un mensaje del modo escrito al hablado y viceversa, pasando por el instrumental, que pennite buscar y registrar infor- macin escrita, al nivel epistmico, que se refiere al dominio de lo

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzada

    escrito como el de una forma de pensar y de usar el lenguaje de ma- nera que contribuya a la ordenacin del pensamiento.

    Seala Cassany que el deficitario trabajo con la gradualidad de desafios que implica cada nivel de dominio de la lengua escrita, unido a la casi exclusiva centralizacin de la educacin bsica en el dominio del nivel ejecutivo (en forma de cdigo de transcripcin del oral al escrito), conduce a la mayor paradoja escolar. Esta es la siguiente: el dominio instrumental del lenguaje, oral o escrito, es la va de acceso a los dems conocimientos y, en cambio, el proceso de aprendizaje de este instrumento como tal est poco presente en la escuela.

    Si la meta de la educacin es, de manera general, capacitar a los in- dividuos para que lleguen a ser pensadores y comunicadores creativos y crticos, solamente se puede aceptar como adecuado un modelo de alfa- betizacin avanzada que reconozca la importancia del dominio instvu- mental pleno de la escritura como paso imprescindible para el acceso a la dime~isin episltmica, y esto es mi sea ~ualluere e1 mbito cultural del cual provengan los estudiantes.

    En este libro, focalizaremos las escrituras instrumentales i o m o el resumen o la toma de notas- porque las consideramos base de la habilidad escritora del alfabetizado avanzado. Creemos que la escri- tura se nutre de un trabajo constante de lectura y sntesis de otras escrituras y que, sohre todo en los sectores ms desfavorecidos, las verdaderas herramientas intelectuales son las que permiten apro- piarse de los contenidos culturales y las formas discursivas que los vehiculizan, para usarlos segn las propias necesidades.

    No podramos terminar este recomdo por los compromisos so- ciales y lingsticos de la enseanza en la atencin equitativa de la vulnerabilidad, sin referirnos a la potenciacin del aprendizaje en- tre pares.

    La cooperacin necesaria La enorme influencia de la interaccin social en la construccin

    de conocimientos fue develada por L. Vigotsky a travs del concep- to de Zona de Desarrollo Prximo, definida como: "la distancia en- tre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de re- solver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo

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  • Sara Melgar

    determinado a travs de la resolucin de un problema bajo la gua de un adulto o en colaboracin con otro compaero ms capaz" (Vi- gotsky, traduccin espaola de 1962).

    La cooperacin permite agilizar el recomdo de la distancia entre lo que el aprendiz ya sabe y lo que puede hacer si el medio le pro- porciona los recursos necesarios. Segn Vigotsky el aprendizaje despierta una serie de procesos evolutivos internos capaces de ope- rar slo cuando el que aprende est en interaccin con las personas de su entorno y en cooperacin con algn semejante.

    Una d las caractersticas de la vulnerabilidad es. como vimos, el resquebrajamiento de los lazos sociales. Parece de maxima impor- tancia que el docente que debe ensear a leer y escribir en contex- tos de riesgo pedaggico no solamente promueva el aprendizaje cooperativo por razones cognitivas, sino que, siguiendo las obser- vaciones de Juan Carlos Tedesco (1998) comprenda que "Las refor- mas educativas mas avanzadas tienden a superar las antinomias tra- dicionales, tales como formar para la solidaridad o formar para la competitividad. La competitividad genuina implica trabajar en equipo y mantener niveles adecuados de cohesin social. La solida- ridad autntica es aquella que permite resolver eficientemente los problemas".

    Nos anima la idea de formar en la escuela, en la clase, a un alfa- betizado avanzado. Tenemos una meta: un alfabetizado avanzado es alguien que puede seguir estudiando una vez que dej la escuela bsica o el nivel medio. Qu debera poder hacer? Cmo podra- mos equiparlo desde la escuela?

    Dice Bmner (1997): "No hay reforma educativa que pueda des- pegar sin la participacin activa y honesta de un adulto: un docen- te deseando dar y compartir ayuda, confortar y andamiar, y prepa- rado para hacerlo".

  • Aprender a pensar - Lar bases para la al(abttizacin ouanzada caplrulo 11, Sara Melpai, Papers Editores. 2005

    CUANDO VEA QUE ESTO

    CONDICIONES DE LA ALFABETIZACION INICIAL PARA PROCEDER A LA ALFABETIZACIN AVANZADA

    En los casos problemticos que hemos expuesto (alumno de sp- timo grado y futura docente), los desempeos de estos estudiantes han quedado, por as decirlo, fijados en los niveles de logro corres- pondientes a un comienzo de Segundo Ciclo. Para tratar de compren- der que ha sucedido y cmo evitarlo, creemos importante referimos brevemente al aprendizaje inicial de la lengua escrita, con el fin de se- alar aquellas prcticas que promueven una slida apropiacin de los conocimientos bsicos y, correlativamente, aquellas que ponen en riesgo la continuidad y la consolidacin del proceso de alfabetizacin.

    Si bien este libro se refiere a la alfabetizacin avanzada y debera dar por sentado el primer nivel de alfabetizacin o alfabetizacin inicial, no quisiramos cometer el mismo error que hemos visto en ms de una prctica educativa. Esto es: considerar que cienos con- tenidos "Ya los debera saber el alumno", "No me corresponde a m desarrollarlos en este ao", "Yo tengo que seguir con mi programa y no me puedo ocupar de contenidos que debieron aprender antes". Por otra parte, nuestro constante contacto con la escuela nos de- muestra sobradamente que, en un nmero alarmante de casos, los alumnos llegan al cuarto grado sin los conocimientos bsicos de

  • Sara Melaar Aprender o pensar - Las bases para la alfobetizocin avanzada

    lectura y escritura esperables despus de tres aos de escolaridad. Asimismo, esta es la queja ms frecuente de-los docentes con quie- nes pretendemos trabajar en alfabetizacin avanzada.

    Sucede que en lengua, como por otra parte en todos los campos del saber, unos contenidos reposan sobre la adecuada asimilacin de otros, y si estos primeros no han sido apropiados, todo el edifi- cio del conocimiento descansa sobre bases endebles, lo cual condu- ce inevitablemente al fracaso.

    Primero: para desarrollar u n proyecto de alfabetizacidn avanzada, verifiquemos lo que sabe un alfabetizado en el primer nivel.

    Al principio, existe la lengua oral. La lengua oral de una comu- nidad es un patrimonio de sus miembros. Los ms chicos adquie- ren ese patrimonio porque oyen hablar a los hablantes adultos y porque conversan con ellos. La lengua escrita tambien es un patri- monio y en nuestra sociedad son los maestros de Nivel Inicial y Pri- mer Ciclo quienes tienen la responsabilidad de dar a sus alumnos las primeras claves para que puedan apropiarse de ese patrimonio y puedan usarlo de la mejor manera.

    Podemos empezar a pensar qu conocimientos tiene alguien que ya sabe leer y escribir y hace un uso pleno y adecuado de ese saber. Esa per- sona tiene conocimientos sobre la escritura como patrimonio cultural, en el sentido de que reconoce su lugar especfico y la acepta como sistema diferente de los lenguajes pictricos o musicales. por ejemplo. Tambin tiene conocimientos sobre el sistema de la escritura porque sabe, entre muchas otras cosas, cuales son los signos de su escritura, cmo trazarlos y con qu instrumentos. Y no solo eso: en tercer lugar, distingue una es- critura adecuada de una inadecuada porque puede diferenciar el estilo propio de la lengua escrita respecto del estilo de la comunicacin oral.

    A los docentes, estos tres tipos de conocimientos nos permiten organizar tres ejes bsicos de trabajo alfabetizador en la escuela: trabajo con los conocimientos acerca de la escritura como patrimo- nio, trabajo con conocimientos acerca del sistema de la escritura y trabajo con las caractersticas propias del estilo de la lengua escrita, diferente del oral. (Recuperamos aqu las lneas generales expuestas

    en el documento "La alfabetizacin inicial y las condiciones para la alfabetizacin avanzada", escrito en colaboracin con la Lic. Silvia Gonzalez, ME^, 2003).

    Cuando estos tres ejes estn presentes de manera sostenida, tenemos ms posibilidades de llevar adelante un buen proyecto alfabetizador. Cuando no estn o falta alguno, estamos ms cerca de que nuestros alum- nos tengan dificultades para aprender a leer y escribir. Veamos con deta- lle en qu consiste cada uno y cmo podemos hacer que los chicos que empiezan a leer y escribir se apropien, ellos tambin, de esos saberes.

    Controlemos el dominio de los contenidos de la alfabetizacin inicial indispensables para poner en marcha la alfabetizacin avanzada.

    Los conocimientos sobre la escritura nos permiten comprender que esta es una lengua, que representa a la lengua hablada y que, a ve- ces, hasta la reemplaza (por ejemplo, cuando hay que comunicarse a distancia y no hay telfono, se escribe una carta o se enva un co- rreo electrnico). Porque conocemos eso. tambien sabemos que la pa- labra dicha oralmente se puede escribir y que leyendo se puede volver a decir oralmente lo que se escribi. Tambin reconocemos qu funciones cumple la lengua escrita: sabemos, por ejemplo, de qu manera el escribir y ver escrita una idea nos impulsa a volver- la a escribir hasta que quede clara y comunicable. y de esta manera la escritura nos ayuda a ordenar nuestro pensamiento; sabemos que la escritura funciona como extensin de la memoria y por eso ano- tamos nmeros de telfono y compromisos en nuestra agenda; ca- da vez que consultamos una enciclopedia, no necesitamos decirnos que la escritura permite atesorar los conocimientos pasados y pre- sentes. Igualmente, reconocemos los distintos portadores de escri- tura (libros, carteles, soportes electrnicos, peridicos) y sabemos por dnde circulan y quines los usan.

    A los que sabemos leer y escribir, estos conocimientos nos parecen obvios, pero los maestros experimentados saben que no todos los chi- cos conocen estas cosas cuando ingresan en el Nivel Inicial y en la EGB. ES posible que los nios de sectores medios que viven en casas donde hay libros, dondc sc lee y comenta el diario, aquellos a los que

  • Sara Melgar

    se les leen cuentos y con quienes se desarrollan otras actividades le- tradas, adquieran estos conocimientos antes de iniciar su escolaridad y, casi siempre, estos aprendizajes no formales contribuyen a su xi- to en el aprendizaje de la lectura y la escritura una vez producido su ingreso en la escuela. Por el contrario, otros nios de sectores desfa- vorecidos o que habitan en zonas rurales han desarrollado otros co- nocimientos relacionados con su subsistencia o su responsabilidad fa- miliar, pero no cuentan con tanta experiencia de lectura y escritura antes de su ingreso en la escuela. En este sentido. el rol del Nivel Inicial, respecta de los nios de clases ms desfavorecidas, es fundamental. Sin embargo, aun en los casos de nios que no hayan asistido al Nivel Inicial, el Primer Ciclo debe asumir con toda energa el trabajo para el logro de estos conocimientos sobre las funciones de la lengua escrita.

    Si en el Primer Ciclo no se ha hecho nada de esto, en el Segun- do Ciclo de la escolaridad, en acuerdo institucional con directivos y docentes, hay que hacer una seleccin inteligente de actividades e instancias de reflexin que conduzcan a los alumnos a responder y responderse esta pregunta: para qu sirve / me sirve leer y escri- bir?, y reservar por lo menos un mes de trabajo para desarrollarla con los estudiantes. aunque sea en el cuarto grado.

    Se puede integrar este trabajo con diversos contenidos de las reas: - Se puede indagar en Lengua y Ciencias Sociales cmo se inven-

    t la escritura, cundo, para qu fines y qu ventajas signific para los pueblos que la desarrollaron.

    - Se puede analizar la escritura como tecnologa de la comunica- cin y ver qu otras tecnologas posibilit.

    - Se puede confrontar la escritura de lenguas naturales y de len- guaje matemtico.

    - Se puede hablar de la alfabetizacin como derecho humano. Es decir que la escuela ha de brindar a los ms chicos las opor-

    tunidades de construir estos conocimientos para que entiendan cul es la importancia de aprender a leer y escribir y por qu vale la pena que hagan un esfuerzo grande y sostenido para lograrlo.

    Entonces, de ninguna manera perdemos el tiempo en la EB cuando in- dagamos qu saben los chicos mbrr la escritura y, siguiendo este primer eje de conocimientos. los ayudamos para que descubran las Funciones que

    Aprender a pensar - Las bases paro la o[fabetizacfn avanzada

    cumple la escritura como instrumento social de comunicacin, cmo se la uca, qu hemmientas y tiles necesita, qu productos escritos circulan en la &edad, para qu, con qu propsitos lee y escribe la gente y qu ac- tividades especficas realizan las personas cuando leen y &ben

    Ahora bien, jcmo trabajamos este eje para que conduzca a la apro- piacin de la escritura? En primer lugar, de manera activa. Sabemos que no es suficiente contarles a los chicos las caractensticas de la len- gua escrita que hemos enumerado antes. Es el trabajo sostenido con la escritura el que lleva a desarrollar el conocimiento de las formas de re- presentacin, comunicacin y circulacin social de la lengua escrita, por ejemplo, a travs del contacto permanente con material grfico (li- bros, revistas, diarios, carteles, manuales, diccionarios). Pero tambin sabemos que el contacto, el manipular los materiales, si bien es abso- lutamente necesario, no es suficiente. Los chicos se involucran real- mente y comprenden qu es la lengua escrita y cmo se la usa, a tra- vs de su implicacin en las actividades que desarrollan los que leen y escriben. Es ms, sin este ejercicio activo de participacin en el tipo de actividades que llevan a cabo los que caben leer y escribir, a los chicos se les dificulta el aprendizaje puntual del sistema de escritura y de las estrategias de lectura, porque en realidad, no comprenden de que se trata la tarea que se les propone ni para qu sirve hacerla.

    Por eso, desde el comienzo del Nivel Inicial y aunque no escriban to- dava de manera autnoma, aprenden mucho si participan en las a c t i~ - dades escritas que su docente les propone. Desde luego, todas las acti- vidades dan lugar a la constmccin del conocimiento cuando se realizan en un clima de curiosidad intelectual, donde los docentes a la vez que muestran cmo x hacen, alientan a los chicos para que las hagan, res- ponden a sus preguntas y formulan ellos mismos nuevos interrogantes.

    De los maestros ms experimentados, que logran involucrar a los chicos en la tarea escolar y que por eso mismo pueden crear un clima de respeto y orden que permite el trabajo creador en el aula, pudimos aprender que leen a los alumnos y leen con los alumnos, especialmen- te cuentos. Comentan las lecturas y propician la participacin oral de los chicos en esos comentarios y en las renarraciones de los cuentos que han ledo. Tienen presente que leer no es solo descifrar letras, sino comprender, relacionar, comentar, compartir el contenido de la lectura.

  • Sara Melgar anrender a oensar - Las bases Dara la alfabetizacin avanzada

    Por eso organizan actividades como las siguientes: Desde un comienzo, se muestran ante.sus alumnos leyendo para

    resolver situaciones cotidianas: consultando libros, catlogos. agen- das de reunin. Plantean mltiples situaciones para que los alum- nos exploren variados textos. Les proponen aproximaciones a dis- tintos textos escritos y los alientan a hacer anticipaciones a partir de los portadores (diario. libro, formulario, etc.), de las siluetas de los textos (carta, receta, publicidad, etc.), del paratexto, es decir, la ta- pa, el ttulo, las ilustraciones, las fotografas, la tipografa (tipo, tama- o y ubicacin de palabras), los nmeros insertados.

    Estn atentos al hecho de que en el transcurso de estas actividades los alumnos activarn lo que saben de la lengua escrita. Si bien es cierto que la exploracin libre de los textos no produce automticamente el apren- d i j e de la lectura convencional, este tipo de actividad permite a los alumnos avances muy importantes en el aprendizaje de estrategias de comprensin lectora, de aproximacin a las caractersticas de los conte- nidos de los distintos tipos de texto y de sus situaciones de uso.

    Los maestros que crean un clima de inters y comprensin en tomo de la lengua escrita se muestran escribiendo delante de sus alumnos pa- ra resolver situaciones tales como redaccin de comunicaciones, infor- mes, notas a los padres. Les deccriben la tarea, les explican para qu lo hacen y cmo lo hacen. Se dedican, junto con los alumnos y desde los primeros das de clase, a organizar y textuar el aula a travs de activida- des tales como la cartelera con los nombres de los alumnos y el maes- tro o la maestra; el control conjunto de la asistencia; la identificacin de las personas que trabajan en la escuela (ordenanza. directora, otros do- centes. etc.); la rotulacin de tiles; las pautas de convivencia; el calen- dario y la agenda del curso; la lista de eventos sociales para agendar (cumpleaos, festejos); la organizacin de la biblioteca del aula.

    Y si no hacemos eso, iqu hacemos? La experiencia nos dice que, para muchos docentes, todo lo que

    acabamos de enumerar ingresa en el temible index de la prdida de tiempo. Tal vez, guiados por la mejor intencin, piensan que estas actividades desordenan la clase, no permiten graduar eficazmente los contenidos por ensear y promueven la dispersin.

    La experiencia tambin nos dice que muchos, muchisimos ms chicos de los que creemos no saben para qu sirve leer y escribir, ni siquiera en sus aspectos utilitarios: recordar. recuperar informacin diferida en tiempo y espacio, ordenar, planificar; no hablemos de leer, informarse, comunicar.

    Hemos conocido personalmente, en todo el pas, chicos que re- pitieron hasta por cuatro anos el primer ao, sin saber para qu de- ban hacer el esfuerzo de copiar listas de letras, a qu dominio del saber conduca esa tarea. No se "perda el tiempo" con ellos com- paniendo los aspectos ms tiles, desafiantes, socialmente vlidos y creadores del aprendizaje de la escritura, pero s se les proponan aburridas reiteraciones de copias interminables de letras sueltas. Luego eran los que no entendan, los de "aprendizaje lento", los fra- casados, muchas veces los dislxicos. Ciertamente, estos son los alumnos que nunca llegan a la etapa de la alfabetizacin avanzada, porque no superan la de alfabetizacin inicial.

    En relacin con el segundo eje organizador del proyecto de alfabeti- zacin escolar, un alfabetizado posee conocimientos sobre el sistema de escritura, aunque si le preguntramos sobre ellos, nos mirara asombra- do. Es que cuando alguien ha logrado convertirse en un usuario pleno de la lengua escrita, ha automatizado muchos de estos saberes y ya no necesita recuperarlos de manera consciente. Cuando lee o escribe, su pensamiento se puede concentrar en los conceptos porque reconoce y produce claramente y con velocidad las palabras y las letras.

    Para lograr esta pericia que los maestros queremos para todos los alumnos, en algn momento este lector y escritor competente tuvo que aprender cmo funciona el sistema de la escritura. Especfica- mente, la comunidad confa en el poder experto de los maestros pa- ra que, en la escuela, los chicos desarrollen las actividades especial- mente pensadas que les permiten construir esle conociiniento.

    Es en la escuela donde los chicos toman conciencia de que los dis- cursos orales estn formados por palabras y que las palabras orales estn formadas por unidades que permiten diferenciar significados (cara / cama / cana /capa). A la vez, tambin en la escuela sistemati- zan su reflexin sobre el hecho de que esas unidades. que ellos per- ciben como sonidos de su lengua oral, son represenradas por las gra-

  • Sara Melgar

    fas o letras de las palabras escritas. Este es el principio alfabtico, es decir, la comprensin de que hay una relacin sistemtica entre le- tras y unidades diitintivas o fonemas. No es sencillo sistematizar es- ta relacin, porque se trata de saber qu unidades del lenguaje-so- nidos, slabas o palabra* representan las grafas. Recordemos algunos de los fallos en el escrito del alumno de sexto grado: todava tenia dificultades en la identificacin de palabras.

    Para lograr la cabal comprensin del principio alfabtico, los maestros han creado mltiples estrategias, de las cuales destacamos:

    Las actividades de reflexin de los ninos sobre su propia len- gua oral y las unidades que la constituyen. Para ello los ayudan a discriminar oralmente cuntas palabras hay en una frase, cuntas s- labas hay en una palabra y cuntas unidades (sonidos) hay en la sila- ba. Estas actividades, resueltas en forma de juegos con rimas, can- ciones, agregados de finales, omisin de finales, ayudan a constmir el principio alfabtico, es decir la conciencia de las unidades abs- tractas que son los fonemas de la lengua y la reflexin acerca de c- mo las grafas o letras representan a esos fonemas.

    La invitacin permanente a escribir de forma espontnea y a la vez acompaada. Los docentes que logran mejores resultados en la al- fabetizacin abren este espacio de exploracin, pero lo acompaan con la disponibilidad tambin permanente para ayudar a los alumnos a escribir de forma convencional, proporcionndoles modelos, ejem- plos, lecturas y orientaciones para la escritura. Es el docente el que los ayuda a interrogarse para leer y escribir las palabras, para verificar si estn todas las letras o hay alguna omisin. Estos maestros actan hbilmente, porque desde el comienzo a la vez alientan a los chicos a escribir sin fmstrarlos, pero tambin promueven la reflexin grupa1 sobre la escritura convencional y su relacin con la lengua hablada.

    En estos casos, los maestros procuran que los chicos vean con frecuencia, escritas en forma convencional, las palabras que presen- tan dificultades ortogrficas. Estos maestros saben que desde muy pequeos los chicos pueden desarrollar conciencia ortogrfica, esto es, conciencia de que en las palabras hay sonidos que se perciben iguales, pero que pueden escribirse de distinta manera. Adems, asi como nuestro cerebro tiene almacenadas y registradas en la memo-

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzada

    ria las palabras habladas que usamos, tambin a medida que apren- demos a escribir, registra la escritura de las palabras.

    Muchas veces, los chicos manifiestan sus dudas sobre las corres- pondencias entre letras y sonidos -"Va con b o con v?"- y la ortogra- fa apropiada. Los chicos preguntan, piden ayuda. Los maestros que logran mejores resultados consideran que las preguntas tienen que ser siempre valoradas y respondidas porque revelan las reflexiones de los alumnos sobre el lenguaje y su inquietud por encontrar la informa- cin que necesitan para continuar con su proceso de aprendizaje.

    Los chicos, a travs de actividades con variados textos, obser- van la relacin entre la lengua hablada y la lengua escrita y, guiados por su docente, reconocen las correspondencias entre los sonidos de las palabras orales y las letras de la escritura. Tambin guiados por sus maestros reconocen la variedad y especificidad de estas relacio- nes: aprenden que hay casos en que una letra corresponde claramen- te a un sonido, como en el caso de la /p/; que existen otros en que un sonido es representado por dos o ms letras, como en el caso de "S", "c" y "2"; y a veces una letra no corresponde a ningn sonido, como sucede con la " h . Este tipo de actividades ayuda a los nios a formarse como activos observadores de su propia habla y escritura, y productores cada vez ms avezados, lo cual, sin duda, permite que vayan adquiriendo ms fluidez, precisin y velocidad en la lectura y escritura, condicin indispensable para que, liberados del deletreo y las vacilaciones, puedan concentrar su atencin en el contenido de los textos y no trabarse con la forma de las palabras y las letras.

    Los alfabetizados tienen un tercer tipo de conocimientos, sobre los cuales se conforma el tercer eje de trabajo del proyecto alfabetizador. Estos son los conocimientos sobre el estilo de lenguuje escrito. Las penonas alfabetizadas han aprendido que la escritura no es una copia directa de lo que se habla, sino que para escribir con propiedaddeben estar aten- tos a las leyes especificas de const~ccin de la escritura, a las nomas que rigen la escritura y a los formatos convencionales de los textos.

    Cmo aproximar estos conocimientos a los chicos que se inician en la escritura?

    Los maestros que se preocupan por que sus alumnos compren-

  • Sara Melgar

    dan la diferencia de estilos entre la lengua oral y la lengua escrita organizan actividades donde los chicos *e comuniquen oralmente, pudiendo hacer seas, gestos, sealamientos a objetos que no nom- bran, y las comparen con otras actividades mudas donde solo se pueda escribir. En este ltimo caso, ayudan a los chicos a comple- tar toda la informacin faltante. Por ejemplo, los ayudan a observar la diferencia entre el oral "Eso es lindo" y el escrito "El oso es lin- do". Esto es, reconocer la diferencia entre comunicacin oral, de- pendiente del contexto, en este caso donde se ha podido sealar el juguete, y comunicacin escrita no dependiente.

    Estos maestros saben que no es sencillo para los chicos entender que la situacin de escritura es diferente de la comunicacin oral, ca- ra a cara, en la que los interlocutores comparten el tiempo y el espa- cio y tienen la posibilidad de reparar las iallas en la comunicacin. Los alumnos tienen que reflexionar sobre el hecho de que el lector, en cambio, no puede pedir aclaraciones si no entiende algo mientras lee. Por eso, el que escribe debe prever la cantidad y calidad de infor- macin que debe incluir en funcin del destinatario; debe crear con palabras el "contexto" necesario para que el lector comprenda el men- saje, ordene la informacin y la conecte. Estas previsiones no son sen- cillas y desvelan al escritor ms avezado, por lo cual los maestros que logran mayor comunicabilidad en los escritos de sus alumnos son los que acompaan la produccin con preguntas orientadoras que los ayu- dan a no perder de vista a quin va dirigido el texto que escriben y cunta informacin hay que incluir para que el lector entienda.

    Tambin los maestros ayudan a los chicos para que presenten la informacin en forma organizada, clara y explcita, utilizando voca- bulario preciso. Los maestros que trabajan con profundidad las di- ferencias entre los estilos orales y escritos se preocupan por que sus alumnos hagan planes y esquemas antes de escribir los textos defi- nitivos y los alientan a redactar borradores hasta que el texto estt' completo y claro. Esto lo hacen aun con los textos breves que los chicos escriben en sus primeros intentos, de modo que adquieran tempranamente las estrategias de los escritores.

    En estos casos, los maestros aprovechan para ayudar a los chicos a integrar la informacin y relacionarla a travs del uso de conectores,

    38

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzada

    explicndoles cmo se usan y qu relacin establece cada conectar. Estos maestros saben que para ensear a escribir tienen un podero-

    so aliado en la lectura porque la escritura es un proceso comunicati- vo, constructivo e interactivo que se alimenta de la lectura, as como de la escucha y del habla. En efecto, las personas alfabetizadas no s- lo adquieren conocimientos a travs de la escritura, sino que adems usan, cuando piensan y hablan, formas ms elaboradas de sistemati- zar la informacin que han aprendido a travs de la lectura, de la fre- cuentacin asidua del lenguaje escrito. Los chicos a los que se les leen muchos cuentos incorporan rpido las frases "Haba una vez" para el comienzo y el "entonces", "de pronto", "de repente" para indicar el con- flicto; es decir, incorporan recursos de escritura a partir de lo que leen o de lo que les leen. Esto implica el dominio de recursos lingusticos y de formas de pensar y de organizar la informacin que estn asocia- dos con la escritura, aunque se usen tambin al hablar.

    Los maestros que logran un buen nivel de trabajo con este tercer eje saben que los chicos "se alfabetizan" desde pequeos cuando en las conversaciones relatan en colaboracin con adultos alfabetizados he- chos que han sucedido y cuando son alentados a explicar las causas y los motivos de sus propias acciones y de las acciones de los otros. Por ejemplo, cuando estn contando algo que les pas, se los ayuda mu- cho a ordenar su pensamiento y su exposicin si se les pregunta "Cundo pas?", "iDnde fue!", "iQuines estaban?", "Qu pas?", "Por qu?? Se apropian literalmente de la lengua escrita cuando par- ticipan en situaciones diarias de lectura de cuentos y otros textos bien eccritos. Los chicos continan con el aprendizaje de un uso alfabetiza- do del lenguaje cuando la enseanza de la lectura y la escritura pro- mueve gradualmente habilidades ms complejas que las necesarias pa- ra aprender a leer y escribir textos muy breves y sencillos. Al aumentar la extensin y complejidad de sus escritos, con la ayuda de sus maes- tros, los chicos perfeccionan su comprensin y produccin de textos.

    El aprendizaje de los conocimientos incluidos en los tres ejes mencionados no se produce en etapas sucesivas, sino que es un proceso que se da simultneamente, aunque con distinto grado de apropiacin segn el alumno y segn la tarea. Esto quiere decir que no se espera que se logren los aprendizajes incluidos en el primero

  • Sara Melgar

    o segundo grupo para recin despus comenzar con el siguiente. Los ms serios problemas, que ponen en riesgo la alfabetizacin

    desde sus comienzos, se manifiestan cuando los distintos tipos de contenidos de los tres ejes mencionados no se incluyen y articulan en el programa alfabetizador de la escuela.

    Por ejemplo, en relacin con el primer grupo. conocimientos sobre la escritura, sucede que an en la actualidad algunos docentes implemen- tan prcticas de alfabetizacin inicial que se centran exclusivamente en la apropiacin del cdigo, por ejemplo, a travs de actividades de repe- ticin y copia de las letras o nmeros, sin explicar a sus alumnos para qu sirve y aun para qu existe la escritura o la numeracin.

    En estos casos, no se est prestando atencin a la motivacin para aprender a leer y escribir; y deberamos reflexionar acerca de que una alta motivacin es necesaria para encarar el esfuerzo que deben sos- tener los que aprenden. El cumplimiento de actividades alfabetizado- ras basadas exclusivamente en la repeticin y la copia pasiva, sin que est presente el estimulo de saber qu significan y para qu sirven, puede bloquear severamente las vas de acceso a la apropiacin de la escritura como sistema simblico y no permite que los alumnos en- tiendan que la escritura es una forma de acceso a un patrimonio y pertenencia a la comunidad cultural de los que leen y escriben.

    En relacin con el segundo grupo. conocimientos sobre el sistema de escritura, an hoy se manifiesta considerable disenso respecto de cules son las estrategias de enseanza ms adecuadas para que los nios adquieran conocimiento acerca del sistema de escritura. En las aulas se pueden observar prcticas que remiten a distintos m- todos -alfabtico, fnico, de la palabra generadora, global, etc.-, es- to es, la convivencia de algunas metodologas eficaces con otras que ya han dado suficientes testimonios de ineficacia, muchas veces adaptadas a pretendidas propuestas innovadoras.

    Al respecto, sin pretender zanjar la cuestin en estas lneas, recu- rrimos una vez ms al conjunto de actividades que hemos reseado antes y que fueron el producto del trabajo en las aulas de maestros que logran buenas sistematizaciones en este eje. La observacin atenta de ellas permite ver que promueven la reflexin constante de los alumnos sobre las caractersticas de los sonidos de la lengua oral

    Aprender a pensar - Las bases para la alfabetizacin avanzada

    y de las grafas que les corresponden en la lengua escrita, que los alumnos reflexionan a partir de las frases, palabras y sonidos que estn en los textos de circulacin social que ellos estn tratando de leer y producir, que siempre tienen presente el producto esperado y la importancia de la tarea. que el docente y el gmpo de alumnos intercambian ideas, se corrigen mutuamente, buscan informacin en lecturas y escrituras variadas.

    En relacin con los conocimientos sobre el estilo de lenguaje escrito, hay que subrayar que un enfoque de alfabetizacin inicial an existente en muchas escuelas sostiene que hasta que los alumnos no conocen las le- tras y logran leer y escribir con autonoma y fluidez no estn en condi- ciones de acceder a textos completos, temticamente ricos. vinculados a contenidos significativos y relevantes, asociados a campos del cono- cimiento (las ciencias, la literatura). No hay que confundir la posibili- dad de escribir textos completos con autonoma, proceso que lleva tiempo de trabajo a tenido, con la posibilidad de acceder a textos completos, valiosos y significativos para los nios y para su aprendiza- je, a travs de la mediacin del docente entre el alumno y la escritura.

    A su vez, dentro de esta concepcin suele ignorarse el desarrollo oral de los nios y a veces se subestima su capacidad de escuchar y hablar de temas importantes, porque se subordina a su conocimien- to precario de las letras y la escritura el acceso a los textos. Es decir, porque todava puede escribir poco, lee poco. Pensemos con senti- do comn. Aunque escriba poco, se le puede leer a un nio un tex- to completo desde muy temprana edad. Lo disfruta mucho. Cuando est empezando a leer, ese texto puede dar motivo al reconocimien- to y escritura de palabras clave, pequeas frases, altemativas para los sucesos que plantea el cuento. De esta manera, la exposicin a los tex- tos y estilos escritos, a la vez que posibilita el aprendizaje de la len- gua escrita, modifica, enriquece la oralidad de los chicos.

    Por otra parte. se suele subestimar el papel protagnico del docente alfabetizador como mediador entre la cultura escrita como un todo y el alumno, y no meramente entre el sistema alfabtico y el alumno. En un proyecto alfabetizador, el docente asume tareas de lectura y escritura que va delegando a los nios a medida que estos adquieren autonoma.

    Pero entonces, volvamos a los ejemplos que encabezaron estos

  • -saiur111-iq seui sol ap ou X opc12 1asis1 un sp IEUY [e '![11 i~oiepanb rinisal el u o m ~ ~ i s n p o i d oiseiuos ns uaqtiiei X s o i ~ i s -sa soixai 113npoid ap sapep!q~q!sod sns -sarezlpuside so1 ap eiaqairi E[ ap ssiuauodxa solels uos oldwala oiisanu ap souunle sois3

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    unlns!ilns ~ a p sesi? seiu~islp se1 ap sn~dold pepiblduios X ug~suaix-a iodeui s p soixsi so1 ap o p ~ u a i u o ~ 1s aiuauileio n oi -11ssa lod ies~unuios ' ie~pniss 'iapuaidiuns ~ i e d sapeilnsijip sriias urliuan3ua 'sa!iz~puaide soiaw!id sns apsap pepa ns e sopensape soia[duios soixsi s p elni!lssa X einiial 'uo!snss!p 'uoisesla.\uos ap s s u o ~ s r n i ~ s ua oped!>~ilcd ucq u souiunlc sol opuen3 op!duriul -aiul epanb soirsi s p uol2inpi-iid X u~!suaiduios ap sapep~llqpq ap o1loi~rsap la *saAalq sauo~srlo X seiqrled ~!qllssa sou!u sol e si -1uiiad snb oslijqejle o!d!iii!id lap uo~suaidwos E[ uos uo~selai ua salr131~1 s a k z ~ p u a ~ d r sol soprzuesle zsn euii 'snb sa oisx 01'13 op un%s I S ~ s31~21pu~ido 5nI ua nlas?ui ouios asouos as snb el sa aluaui

    -1enis.e eiuaijua rlanssa e1 ~ n b seuoiou sapeilnsyIp se1 ap e u n o!pnu laA!u lap epesai4a vun r 'opun4as la !pep!i

    -o10ssa ap sour slas uos ouuinlr un e apuodsa~los oixai ~ s u i ~ l d isoursndxa anh o1 poi souuinle soisa 110s opr~eqcii c i q ~ q . a ~ ? DWU? DI o opo~lsod openb Xowa/ua as 12 loraunjun oz~y al Xaqvl?~rdo

    I? mb 22d un n!inu JI as a311ad ti ,ap!v ap souou ml o oZall a[ o3unu o1 -io? osa 0~2d >111usutz

  • ,AVANZADA: ENSEANZA TRANSVERSAL DE LA LENGUA

    el primer capitulo expusimos el enfoque de este trabajo y en gundo cules son las condiciones que promueven un buen o a la primera alfabetizacin. Vimos que el docente que tiene

    ceptos claros en relacin con la diversidad y la heterogeneidad, y lo tanto trabaja de manera sostenida los conceptos de los alum- acerca de que es la escritura, para que sirve, cmo est formado

    go de la escritura y qu diferencia la comunicacin escrita de municacin oral, tiene ms posibilidades de que los alumnos n el esfuerzo de aprender a leer y escribir con clara conciencia a meta y los pasos necesarios para alcanzarla. Adems, de esta

    contribuye de manera ptima para que en los tres aos del er Ciclo sus alumnos cumplan con la apmpiacin de los conte- S del primer nivel de la alfabetizacin o alfabetizacfn inicial.

    partir del segundo ciclo se termin el juego? n nuestras mltiples experiencias de investigacin y capacita-

    n docente, constatamos que para resolver las actividades que se onen en todas las reas a partir del cuarto grado los alumnos n que leer, escribir, comunicar y realizar distintas operaciones

    mo por ejemplo: describir y explicar procesos a partir de la ob- 43

  • Sara Melgar I I semcin de un dibujo; recuperar datos e informaciones desde la lectura autnoma de la pgina de un mahuak comprender el plan- teo de un problema, aislar los datos relevantes para resolverlo y de- sechar los datos irrelevantes; justificar puntos de vista; formular preguntas; responder a preguntas literales, que son aquellas que se contestan con los datos evidentes y disponibles, y tambien a pre- guntas inferenciales, es decir, aquellas que requieren que el que contesta recupere informacin no presente explcitamente en el tex- to, sino en su propio conocimiento ... y solo hemos enumerado al- gunas habilidades necesarias a partir del cuarto grado.

    Bafio de realismo Algunas voces docentes registradas en diversos encuentros UK

    perfeccionamiento nos recuerdan, sin embargo: "De entrada, un porcentaje cada vez mas grande de alumnos no

    puede utilizar la lectura para el trabajo escolar, o por lo menos la usan con mas dificultad que los dems".

    "Leen y escriben con mucha lentitud, tienen dificultades, inclu- so para unir los sonidos que escuchan a partir de la lectura, con su significacin".

    Los especialistas que analizan los problemas de aprendizaje de la lectura, como Stanovich (1989) o Perfetti (1989). piensan que, ms o menos, el cinco o seis por ciento de la poblacin escolar en cada segmento de edad tiene dificultades para vincular las actividades ce- rebrales de reconocer palabras y darle significacin a lo leido. Es de- cir que un cinco o seis por ciento de los alumnos lee con mucha lentitud, tiene dificultades para memorizar lo ledo y para unir los sonidos que escuchan con su significacin.

    Por qu la apreciacin de los docentes parece generalilar esta dificultad a un nmero cada vez mayor de alumnos?

    "Nadie lee en las casas. Es intil lo que haga la escuela. No hay apoyopoyo. Hay que considerar el impacto de la creciente vulnerabilidad so-

    cial en la vida escolar y hay que escuchar a los maestros cuando ex- ponen sus dificultades para ensear, especialmente a nios que vi- ven en condiciones de extrema precariedad, frecuentemente nios trabajadores y a veces vctimas de diversas formas de violencia. 44

    nifestaciones ms extremas de la vulnerabilidad conducen nte a la exclusin social. Sin duda, hay una poblacin po- ente escolar que ya no est dentro, de la escuela, pero res-

    de la poblacidn que s esta dentro de la escuela existen otras eras de vulnerabilidad sobre las que todava es posible actuar. bemos ser realistas respecto de la tramitacin de herencias cul-

    a travs de la lectura y la escritura en estos contextos. Nues- Pobjetivo es l o p r que los alumnos comprendan lo que leen y es- @+Jan con claridad, pero para hacerlo en tales condiciones de ries-

    daggico, debemos reconsiderar nuestras certeras acerca de se ensea a comprender lo que se lee y a escribir para posi-

    tar la alfabetizacin avanzada, tamKn en esas condiciones

    "Tenemos que mejorar la ptactica de la lectura y la escritura, nos os cuenta de que se necesita una lectura y una escritura de una

    @dad distinta. Las pruebas de evaluacin de la calidad nos mues- &n dificultades persistentes". r. Tendremos que tener muy en cuenta la dificultad de los chicos que

    uuiestan problemas con la lectura e implementar estrate@ espe- ,im para ellos. Muchos alumnos mantienen por largo tiempo dif- mltades para la segmentacin de fonemas dentro de la palabra, para

    -zder a vocabulario amplio, para reconocer construcciones oracio- les que tienen sintaxis compleja. Segn Stanovidi (1989), el acceso

    S la alfabetizacin determina la relacidn posterior con la lectura y la es- hnira. Este autor considera que aun las dificultades visuales de los blexicos seran consecuencia y no c a w de su Fracaso en la lectura.

    Diversos ejemplos, aportados por escuelas que hemos conocido, y 3 n cuyos docentes hemos trabajado en distintos lugares del pas, -mifiestan en general el mismo tipo de problemas. Evidentemetl-

    persisten dihltades para concretar la gua docente de la lectura icomo el monitoreo y reformulacin de la escritura aun de textos sicos y elementales, por lo cual deberemos examinar y perfeccio- r el modelado de la lectura y la constitucin del docente como :ter experto, capaz de explicitar las formas de pensar y las estra-

    @@as lectoras que permiten extraer informaci6n y aprender a par- *e de la lectura, as como las estrategias que permiten dar forma

    45

  • Sara Melgar

    normativa a los escritos. Consideramos que los docentes, solicita- dos actualmente por mltiples demandas extraprogramticas, pero a la vez responsables de la enseanza de lalectura y la escritura, han de recib~r ms indicaciones concretas, esquemas de accin detalla-

    I dos que les permitan llevar adelante la tarea elemental y b6sica de que sus alvmnos aprendan a leer y escribir en la escuela. En suma, si analizamos las exigencias que se plantean a partir del segundo ciclo y las cruzamos con algunas de las observaciones

    1 ms frecuentes en las escuelas (como la que consignamos) e inclu- sive con ms de un diagnstico de ingreso a instituciones de nivel medio, observamos que aqu empieza una historia de desencuen- tros que profundiza la brecha entre lo que deberian poder hacer los alumnos y lo que efectivamente hacen en materia de lectura y es- critura.

    Las observaciones de los docentes respecto de las dificultades de los alumnos a partir del Segundo Ciclo coinciden en que:

    - Su lectura es sildbica y vacilante, en algunos casos hasta muy avan- zado el Tercer Ciclo de la EGB.

    - Las redacciones son incoherentes, con muchas vacilaciones en cuan- to a la forma de las palabras y faltas de ortografia.

    - No comprenden las consignas escritas. - Manifiestan severas d$cultades en el manejo de tcnicas de estudio. - L.a expresin oral es muy simple. - El vocabulario es escaso y, muchas veces, mal empleado. - Los alumnos no estn muy habituados a estudiar: - Les cuesta reconocer las ideas principales o las palabras clave en un

    taio de estudio. - No elaboran respuestas a partir de lo lerdo. Lo ms grave es que estas dificultades se mantienen mucho tiem-

    po. iRecordamos los textos de nuestros ejemplos en el captulo l? Este somero listado evidencia que ex