Libro Castigo INTERIOR-Final

7/18/2019 Libro Castigo INTERIOR-Final

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CONTRA EL CASTIGO FÍSICO Y HUMILLANTE: VOCES DE

LOS NIÑOS Y NIÑAS



Coordinación generalMaximiliano C. Estigarribia, Equipo de Trabajo e Investigación Social (ETIS)

Cecilia Delaney, Save the Children

Trabajo de campoBuenos Aires: Lic. Cecilia Cámpora (coord.), Lic. Sebastián Kunica, Agustina Coto,María Cecilia Mugica, Ricardo Benítez, Nancy López, Facundo López, Soledad Bóveda,Fernanda Villalba, Ricardo López PereyraChubut: Diana E. García (coord.), Alejandra Medina, Cecilia Yuriga y Grisel QuiñoneroCórdoba: Juan Carlos Perea (coord.), Sandra Bassi, Carolina PizzarroMendoza: Lic. M. Alejandra del Campo (coord.), Lina Tichelli, Lic. Analía L. Quiroga, Lic. Laura Romito,Lic. Andrea AdroverTucumán: Valeria Contreras (coord.), Silvana G. Martín, Lorena Pérez Reid, Lidia Rosalía Ibarra,Carlos Rocha, Blanca E. del Valle Contreras

Diseño de base de datosLic. M. Alejandra del Campo

Procesamiento de datosViviana Zalazar (SPSS v.5.0 en español)

Análisis de datos y redacción de contenidoMaximiliano C. Estigarribia, Cecilia Delaney, Henry Chiroque Solano, Mariana Pérez Segovia,Myriam L. Serulnicoff y Virginia Tedeschi.

Ilustraciones

Eugenia Suárez (www.elmundodeeugenia.blogspot.com / [email protected])Diseño y armadoVanina D. Salz ([email protected])

Producción editorialTres Almenas (www.tresalmenas.com.ar)

Impreso en la Argentina - Printed in ArgentinaQueda hecho el depósito que previene la ley 11.723Impreso en Gráfica MPS - Santiago del Estero 338, Lanús, Buenos Aires, en enero de 2009

Tirada: 1.000 ejemplaresISBN: 978-987-24881-0-9

EstigarribiaContra el castigo físico y humillante : voces de los niños y niñas / Estigarribia y Cecilia

Delaney. - 1a ed. - Beccar : Asoc. Civil ETIS - Equipo de Trabajo e Investigación Social, 2009.56 p. : il. ; 28x20 cm.

ISBN 978-987-24881-0-9

1. Violencia Infantil. I. Delaney, CeciliaCDD 362.829

Fecha de catalogación: 12/01/2009



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Índice

PRIMERA PARTE: PLANTEO DEL TEMA

Encuadre institucional

ETIS y la promoción del buen trato

¿Por qué abordar el tema del castigo físico y humillante?

Marco conceptual: ¿Qué entendemos por castigo físico y trato humillante?¿Por qué erradicarlos?

Marco normativo: algunas aproximaciones

SEGUNDA PARTE: LA VOZ DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS

¿Cómo hicimos este estudio?

¿Qué nos dicen los niños y las niñas sobre las formas de castigo?

Algunas conclusiones sobre lo que nos dicen los niños y las niñas

TERCERA PARTE: LA POSIBILIDAD DEL CAMBIO

Algunas ideas para promover el cambio

Guía para la acción

A modo de cierre

Instituciones donde encontrar orientación e información

ANEXO

Declaración de Buenos Aires sobre Violencia contraNiños, Niñas y Adolescentes. Junio de 2005

Bibliografía consultada

Bibliografía recomendada

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El ejercicio de la violencia contra los niños, las niñas y los adolescentes constituye una

seria vulneración de sus derechos. El castigo físico y humillante es una forma de violencia

que debe erradicarse como práctica social legitimada y debe reemplazarse por métodos de

crianza y disciplina basados en el diálogo, el afecto y el establecimiento de medidas positi-

vas para poner límites y respetar los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes.

El presente estudio, fruto del esfuerzo y la dedicación del Equipo de Trabajo para la

Investigación Social (ETIS), Save the Children y los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de

Buenos Aires, Córdoba, Chubut, Mendoza y Tucumán que han participado, pretende consti-

tuir un aporte para una mejor comprensión del tema, para el entendimiento de las visiones y

opiniones de los niños y las niñas en tal sentido, y para construir un camino de conocimien-

to y mejora que pueda plasmarse en los programas, proyectos y las políticas públicas en los

niveles nacional, provincial y local.

Consideramos que las conclusiones derivadas del presente documento pueden resultar

de suma utilidad a las organizaciones de la sociedad civil y a las agencias públicas que tra-

bajan en el ámbito de infancia, y conllevan la oportunidad y el desafío de hacer realidad la

protección integral de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes en la Argentina

desde la práctica cotidiana.

Buenos Aires, Argentina

noviembre de 2008

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Primera parte: planteo del tema

ENCUADRE INSTITUCIONAL

ETIS es una asociación civil1 que promueve el cambio social en la Argentina mediante elfomento de la educación y la participación comunitaria. En sus diez años de existencia hapromovido una serie de programas socioeducativos en los barrios urbano-marginales yrurales, donde concentra sus esfuerzos, como forma de contribuir a alcanzar una mayor

igualdad en el acceso a las oportunidades de los miembros de las comunidades.Entre las principales acciones de ETIS se destacan:

Programa “Mejora de la Calidad Educativa”: se desarrollan materiales de trabajoy formación para docentes y educadores comunitarios que operan en contextos depobreza.

Programa “Grupos Comunitarios de Estudio (GCE)”: para el acompañamientoeducativo de adolescentes y jóvenes de barrios urbano-marginales y el desarrollo desus capacidades de acción comunitaria.

“Programa de Inclusión Sociolaboral”: para el acompañamiento de jóvenes de ba-rrios urbano-marginales en su inclusión en el mercado laboral.

Convocatoria de proyectos “Educación para la Participación Comunitaria”: pro-moviendo el diseño y la ejecución de proyectos en beneficio de la comunidad por lospropios alumnos de las escuelas de la provincia de Córdoba.

ETIS es una organización que, a partir de la investigación y de su propia experiencia detrabajo, pretende incidir en el diseño de políticas públicas. Participa para ello en diversosespacios de articulación con otras entidades 2 y con organismos públicos.3 Asimismo pro-

mueve una serie de campañas para contribuir a la incorporación, en la conciencia de las per-sonas, de temas que considera claves para el cambio social.En todas sus acciones, ETIS busca escuchar las voces de los participantes de sus pro-

gramas y proyectos, tanto en la etapa de diseño como en la implementación y la evaluación,punto de partida de un enfoque de derechos humanos en el cual la comunidad, y especial-mente los niños, las niñas y los adolescentes, participan activamente.

1 Para mayor información, visitar la página web www.etis.org.ar.2 Entre los espacios asociativos que integra ETIS se destacan: la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE,

www.derechoseducacion.org.ar), la Red Iberoamericana de Aprendizaje-Servicio (www.clayss.org), la Red Iberoamericana de Animación Sociocultural (www.rianimacion.org) y la Red de Apoyo Escolar (www.rae.org.ar).

3 ETIS integra la Mesa de Organizaciones Solidarias con la Educación (Ministerio de Educación de la Nación) y diversos espaciosprovinciales y nacionales de diálogo entre organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil.

Todas las personas grandes han sido niños antes(pero pocas lo recuerdan).

El Principito.



En el ámbito del saber, postula el derecho de todo ser humano, no solo a saber, conocery aprender —ya formulado y plasmado en el derecho internacional y en las legislacionesnacional y provinciales de la Argentina—, sino también a ser productores de conocimiento.Sobre una base metodológica de investigación-acción participativa se asientan las produc-ciones teóricas institucionales que contribuyen a formular y/o reformular las intervencionesen la comunidad que la entidad lleva adelante.

En este sentido, la propia práctica investigativa pretende consolidarse en ETIS como unaestrategia innovadora de producción de conocimiento, promoviendo en los propios desti-natarios de nuestras acciones el derecho a producir el conocimiento que como sociedadnecesitamos. En la medida en que formulemos políticas y proyectos sociales con las per-sonas, estas acciones responderán más adecuadamente a las necesidades y característicasde la población sobre (y con) la que queremos intervenir.

ETIS Y LA PROMOCIÓN DEL BUEN TRATOEn el transcurso de 2006 y 2007, ETIS participó activamente en acciones vinculadas con

la promoción del buen trato, entre las cuales se destaca la “Campaña de Promoción delBuen Trato” en escuelas y organizaciones comunitarias.

Esta campaña busca promover la reflexión sobre los modos de relación que estable-cemos en nuestro contexto. De esta manera, los padres reflexionan acerca de la relaciónque mantienen entre ellos y la que establecen con sus hijos. Los docentes reflexionansobre el modo de vincularse con sus alumnos, pero también entre sus pares. Los propiosniños y niñas reflexionan y generan propuestas de mejora en la relación entre sí y con losadultos. La promoción del buen trato ha sido una herramienta muy adecuada para pre-

venir y avanzar en la erradicación de la violencia en los entornos familiares, escolares ycomunitarios.En el marco del proyecto “Iniciativas para Mejorar la Calidad de la Educación en las

Provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santiago del Estero”,4 se han realizado talleres decapacitación destinados a educadores comunitarios y tutores de lascomunidades barriales donde trabajamos, así como a docentes de lasescuelas que han tomado contacto con la iniciativa y manifestaroninterés por participar.5

También se efectuaron talleres con adolescentes y jóvenes de losbarrios a partir de cuyas conclusiones se elaboró una serie de mate-riales de difusión (afiches y folletos) y sugerencias de actividades que

fueron (y son) utilizados en la campaña. A pedido de escuelas y organizaciones comunitarias, ETIS

envía estos materiales junto con una guía de trabajo para abordarel tema con niños, jóvenes y adultos.6

ETIS asumió también una activa participación en la Mesa deOrganizaciones para la Erradicación del Castigo Físico y el Trato Humillante en la Argentina,7

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Contra el castigo físico y humillante: Voces de los niños y niñas

4 Proyecto realizado con el apoyo de Save the Children y la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID) 2006-2008.5 Como resultado de estos talleres se ha capacitado a sesenta y cinco promotores en dieciocho comunidades de las tres provincias

donde se implementó el proyecto.6 Las solicitudes pueden hacerse por escrito a [email protected]. Mayor información en: www.etis.org.ar.7 Participan de este espacio: Asociación para los Derechos de la Infancia (ADI), Periodismo Social, Asociación Civil Defensa de Niños

y Niñas Internacional DNI-Sección Argentina, Save the Children y ETIS.



convocada por la organización Save the Children. En ese espacio hemos acordado llevaradelante una serie de acciones para que el tema en cuestión se instale en la agenda pública.

El presente trabajo tiene como objetivo, entonces, contribuir a una mejor comprensión delproblema, dimensionarlo en el contexto argentino y conocer las visiones y opiniones de los niñosy las niñas al respecto. Esperamos, de este modo, colaborar en la generación de un nutridodebate a nivel de la sociedad civil, así como también incidir públicamente ante los organismosgubernamentales dedicados a la promoción y protección integral de la niñez y la adolescencia.

¿POR QUÉ ABORDAR EL TEMA DEL CASTIGO FÍSICO Y HUMILLANTE?

El castigo físico y el trato humillante constituyen modalidades de crianza habitualesen la Argentina, pero que son una violación a los derechos humanos de los niños ylas niñas. Ellos son los más expuestos a situaciones deviolencia, de acuerdo con un relevamiento de las

Naciones Unidas (ONU) realizado en diecisiete paísesde América latina y publicado en 2005. Este estudiomotivó una serie de intervenciones y análisis más pro-fundos que mencionaremos más adelante. Nos intere-sa señalar, por el momento, la creciente concienciamundial acerca de la importancia del tema.

En la Argentina recientemente se publicó uninteresante y completo trabajo que incluyó un apartadoreferido a las formas de enseñanza y castigo que reciben los niños y las niñas en nuestro país.

La tarea fue realizada por el Observatorio de la Deuda Social Argentina,8 que desde 2004

lleva a cabo la Encuesta sobre la Deuda Social Argentina (EDSA) y que, a partir de 2006, haincorporado un módulo especial, el Barómetro de la deuda social de la infancia (Fundación Arcor, 2008), donde se presentan las condiciones de vida de la niñez y adolescencia en la Argentina.

La encuesta tuvo la participación de la población adulta (mayores de dieciocho años)según estratos socioeconómicos divididos en: muy bajo, bajo, medio bajo, medio y medioalto, considerando la clasificación de los conglomerados residenciales de los hogares y elperfil educativo predominante de los jefes de hogar. 9

Entre las dimensiones generales que aborda este estudio referido al desarrollo humanode la niñez encontramos: a) condiciones materiales de vida (hábitat material, acceso a lasalud, a la alimentación y la vestimenta, propensión al trabajo infantil); b) proceso de crian-

za y socialización (estimulación emocional e intelectual, relación con el grupo de padres,actividades extraescolares, formas de enseñanza/castigo); c) proceso de formación (esco-larización, oferta educativa, capacidad básica de lectoescritura, percepción de la calidadeducativa).

Según este estudio, “las diversas formas de enseñanza y castigo que reciben los niños ylas niñas son claves en la construcción de su identidad”, de manera tal que todas las “opi-

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Planteo del tema

8 Dependiente del Departamento de Investigación Institucional de la Universidad Católica Argentina, con el apoyo de Fundación Arcor.

9 Bajo el diseño estratificado el margen de error total en la muestra del Barómetro de la deuda social de la infancia (para una esti-mación proporcional de la población del 50% y un nivel de confianza del 95%) es de +/- 2,97%.



niones, apreciaciones y críticas de las que sean receptores los/as niños/as, sobre su per-sona o actuación, de parte de los adultos significativos, influyen en la construcción de laautoestima”. Señala también que “el maltrato y el castigo suelen ejercer influencias negati-vas en el desarrollo y crecimiento de las personas”.

De acuerdo con los datos presentados en el informe, las principales formas de enseñan-za y castigo que se utilizan sobre todo en la primera infancia (de 0 a 5 años) son las peni-tencias (65,1%), seguidas por los retos en voz alta (65%), golpes, cachetazos y/o chirlos(31,8%) y, en menor medida, agresiones verbales (9,1%).

Con relación al grupo de 6 a 12 años, las formas de enseñanza y castigo que suelen uti-lizar los padres con mayor frecuencia son las penitencias y las sanciones por medio de

gritos o voz alta (77,4% y 72,8%, respectivamente), en menor medida están losgolpes o cachetazos (27,5%) y las agresiones verbales (10,5%).

En el grupo de adolescentes (13 a 17 años) los modos de enseñanza ycastigo más utilizados son principalmente: el reto en voz alta

(66,6%) y la penitencia (60,6%), el golpe o el cachetazo (14%)y la agresión verbal (5,9%) (Fundación Arcor, 2008: 88).

Cabe aclarar que las prácticas más habituales, re-gistradas en todos los rangos etáreos, como las peniten-cias o las sanciones mediante gritos, no presentan dife-rencias sustanciales entre los estratos bajos y medios,pero tienden a disminuir significativamente en los hoga-res medios altos, mientras que “la sanción a través de los

golpes o cachetazos presenta una mayor diferenciaciónsocial regresiva para los niños más pobres y negativa en términos de género para los varones”.

En este mismo informe se reconoce como imperioso y urgente contar con mayor cantidadde recursos humanos capacitados, medios económicos y un Estado más activo que lleve acabo políticas públicas de prevención y concientización con respecto a esta temática.

MARCO CONCEPTUAL: ¿QUÉ ENTENDEMOS POR CASTIGO FÍSICO Y TRATOHUMILLANTE? ¿POR QUÉ ERRADICARLOS?

El castigo físico es una forma de violencia generalmente aceptada por la sociedad, uti-lizada con el fin de educar o corregir una conducta no deseable en el niño o la niña. Estaforma de castigo suele manifestarse con golpes (con la mano o con algún objeto), patadas,sacudidas, tirones de pelo y hasta provocación de daños por quemaduras, entre otras.

En la Observación general Nº 8 del Comité Internacional de los Derechos del Niño(Naciones Unidas, 2006: 5), se define el castigo físico como “todo castigo en el que se uti-lice la fuerza física y que tenga por objeto causar cierto grado de dolor o malestar, aunquesea leve. En la mayoría de los casos se trata de pegar a los niños (manotazos, bofetadas,palizas), con la mano o con algún objeto (azote, vara, cinturón, zapato, cuchara de madera,etc.). Pero también puede consistir, por ejemplo, en dar puntapiés, zarandear o empujar alos niños, arañarlos, pellizcarlos, morderlos, tirarles del pelo o de las orejas, obligarlos a po-nerse en posturas incómodas, producirles quemaduras, obligarlos a ingerir alimento hirvien-do u otros productos (por ejemplo, lavarles la boca con jabón u obligarlos a tragar alimen-tos picantes). El Comité opina que el castigo físico o corporal es siempre degradante.

Además, existen otras formas de castigo no físicas, pero igualmente crueles y degradantes,

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y que por lo tanto resultan incompatibles con la Convención sobre los derechos del niño.Entre estas se cuentan, por ejemplo, los castigos en los que se menosprecia, se humilla, sedenigra, se convierte en chivo expiatorio, se amenaza, se asusta o se ridiculiza al niño”.

Es decir que el castigo físico, y cualquier forma de castigo humillante o degradante,son modalidades social y legalmente aceptadas de violencia contra los niños y las niñasque vulneran sus derechos fundamentales a la integridad física y la dignidad humana. Elcastigo físico y humillante puede adoptar diversas maneras y pueden ocurrir juntas oseparadas:

Castigo físico, o la amenaza del mismo, que incluye golpear a un niño con la manoo con un objeto (como un palo, un cinturón, un látigo, un zapato), patear, sacudir o lan-zar a un niño, tirarle del pelo, forzarlo a estar en una posición humillante o dolorosa oforzarlo a hacer excesivo ejercicio físico o quemarlo.

Trato degradante o humillante, que toma diversas formas, como el castigo psi-cológico, el abuso verbal, las amenazas, la ridiculización, aislar o ignorar a un niño oniña (Save the Children Suecia, agosto de 2007). También denominado castigo emo-cional, se caracteriza por degradar y humillar a quien lo padece. Generalmente, estaforma de trato ocurre juntamente con el castigo físico (Save the Children, 2008).

Es de suma importancia el trabajo orientado a erradicar el castigo físico y humillante aniños, niñas y adolescentes, sobre todo si se tiene en cuenta el alto grado de aceptaciónsocial y cultural del que goza, pese a constituirse en una forma de violación a los derechosde los niños y las niñas. Se trata de un modo de educar que se va transmitiendo de ge-

neración en generación (lo evidencia la permanencia de frases comúnmente repetidas como“Más vale un chirlo a tiempo…”, “La letra con sangre entra” y otras tantas).En sociedades que se esfuerzan por reconstruir y fortalecer la democracia y el sentido y

la práctica activa de la ciudadanía, resulta fundamental abordar este tema en la medida enque el castigo físico y humillante intenta, equivocadamente, educar desde la sumisión y elmiedo, enseñando que la fuerza y la humillación son válidas para resolver los conflictos eimponer las normas.

El estudio del castigo físico y humillante puede realizarse desde diversos enfoques:legales, históricos, biopsicosociales, etc. Diversas manifestaciones literarias abordaron estetema: cuentos tradicionales como Cenicienta (Charles Perrault), donde vemos a una malva-da madrastra que humillaba a su hijastra; o el niño Tom, que en Príncipe y mendigo (Mark

Twain) recibía crueles golpizas de sus padres y abuela; así como en los relatos de la vida deNicholas Nickleby, explotado por su tío; y de Oliver Twist, maltratado en el inter-nado (ambos personajes de Charles Dickens). También en los más actualesMolly Moon (Georgia Byng), la niña tímida que sufre castigos e insultos tanto

en el hogar como en el colegio, y el mismo HarryPotter (J. K. Rowling), cuyos parientes direc-tos lo desprecian.

A lo largo de la historia, las agresiones delos adultos hacia los niños y las niñas fueron justificadas de diversas maneras, con argu-

mentos religiosos (sacrificios para agradar a

Planteo del tema

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los dioses), seudocientíficos (para mejorar la especie humana) o educativos (como un modode imponer disciplina) que avalaron estas formas de maltrato.

El reconocido historiador Felipe Pigna cuenta, por ejemplo, que “entre los espartanos, laeducación era muy dura, con rígidas normas de disciplina y obediencia. Los padres no erandueños de educar a sus hijos, esto era tarea del Estado. A partir de los siete años, el niñocomenzaba su instrucción militar, que continuará hasta los sesenta años. Les enseñabantécnicas de lucha y de caza, se les daba la comida estrictamente necesaria y la ropa indis-pensable. Se les aconsejaba hablar lo menos posible y obedecer todas las órdenes aunqueno estuvieran de acuerdo con ellas. Esta educación formaba ciudadanos obedientes yfanáticos guerreros que defendían a un Estado autoritario y conquistador”.

Este mismo autor, refiriéndose a nuestra propia historia, en el artículo “Después deMayo”, donde comenta la forma de vida de los niños hacia 1810 (año de la Revolución deMayo), incluye el testimonio del prócer Manuel Belgrano que cuenta que “las escuelas deaquella época eran muy aburridas y severas. Para los que ´se portaban mal´ estaban los cas-

tigos corporales y muchos padres no se quejaban ¡porque pensaban que eso les iba a hacerbien a los chicos! Pero no todos los padres eran iguales: doña Guadalupe Cuenca, la mujerde Mariano Moreno, retiró al hijo de la pareja, Marianito, de su escuela porque le pegabandemasiado y con su ejemplo logró que se dictara un decreto prohibiendo el castigo de losalumnos”.

En este sentido, entendemos que el maltrato y el castigo son fenómenos que surgen enla vida en sociedad y que, por ende, se vinculan con las diversas formas de organizaciónsocial, con variada carga de legitimidad según las épocas. A su vez, debemos reconocer queeste fenómeno no se presenta en forma aislada, sino que involucra una gran variedad de fac-tores biopsicosociales como las costumbres de la época, el desconocimiento de otras for-

mas de educar, el ser un “fusible de descarga” de los padres o tutores que no saben cómoresponder de otra manera a situaciones o conductas de los niños y las niñas, entre otros.

Desde nuestra posición institucional, priorizamos una mirada centrada en el enfoque dederechos y desde la perspectiva de los propios niños y niñas.

La Convención sobre los derechos del niño (CDN), de rango constitucional, determinaclaramente que el respeto de los derechos de niños, niñas y adolescentes

debe ubicarse en el mismo nivel que el de los adultos, y no comouna versión reducida de estos. Ya no pueden entenderse comomeros objetos de derecho sino como sujetos de un conjunto indi-visible e interdependiente de derechos.

La CDN establece claramente que, además de los derechos decualquier adulto, los niños, las niñas y los adolescentes cuentancon algunos propios, que se definen en su texto. Los adultos, enlos distintos ámbitos e instituciones (la familia, la escuela, la policía,los hospitales, etc.), deben respetar siempre sus opiniones, así como garantizar el cumplimiento de sus derechos.

Es importante detenernos sobre este tema, ya que el castigofísico y humillante atenta contra la integridad física y la dignidad

humana de los chicos. Por eso debemos expresar con énfasis queel respeto por los derechos no surge solo frente a un problema grave, sino que hace refe-

rencia también a cuestiones más simples y cotidianas —y por ello esenciales— como es

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la forma de acompañarlos en su proceso de desarrollo, con los derechos y las respon-sabilidades que conlleva cada etapa.

Las formas de educación y castigo no son cuestiones que quedan reservadas al ámbitoexclusivo de la vida privada. No es solo un tema familiar: como comunidadpodemos (y debemos) decir algo. Regular las formas de educación y casti-go es una responsabilidad del conjunto social e involucra, por ello, alEstado en sus distintos niveles, como entidad garante de los derechosde los niños y las niñas.

El castigo físico y humillante es un problema silen-cioso, continuo y extendido en diversos contextosculturales, económicos y sociales. Afecta la dig-nidad humana y la integridad física de los niños ylas niñas, y el derecho a un desarrollo completo yarmonioso de su personalidad. Hacer visible la pro-

blemática permite que todos y cada uno de nosotrosnos planteemos la posibilidad de incidir en nuestros lugares de pertenencia, y también enla agenda pública, para promover el cambio.

Es necesario sensibilizar al conjunto de la población para que, visualizando la pro-blemática, cumpla con la función protectora y respetuosa de los derechos de los niños, lasniñas y los adolescentes.

MARCO NORMATIVO: ALGUNAS APROXIMACIONES

La Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño (Unicef, 2008) es un

tratado internacional de 1989 en el cual se protegen los derechos de los niños, las niñas ylos adolescentes en los Estados que la han ratificado y que, por lo tanto, se han obligado alestricto cumplimiento de sus disposiciones como garantes de dichos derechos. Junto aotros importantes instrumentos legales internacionales, constituye el sistema universal deprotección de derechos humanos.

La Convención consagra a los niños, las niñas y los adolescentes derechos civiles, políti-cos, sociales, económicos y culturales. En su artículo 9, establece el derecho a la dignidady la integridad personal, y explicita que:

(…) las niñas, los niños y los adolescentes tienen derecho a la dignidad como sujetosde derecho y de personas en desarrollo; a no ser sometidos a trato violento, discrimi-

natorio, vejatorio, humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a ninguna forma deexplotación económica, torturas, abusos o negligencias, explotación sexual, secues-tros o tráfico para cualquier fin o en cualquier forma o condición cruel o degradante.Las niñas, los niños y los adolescentes tienen derecho a su integridad física, sexual,psíquica y moral. La persona que tome conocimiento de malos tratos o de situa-ciones que atenten contra la integridad psíquica, física, sexual o moral de un niño,niña o adolescente, o cualquier otra violación a sus derechos, debe comunicar a laautoridad local de aplicación de la presente ley. Los organismos del Estado debengarantizar programas gratuitos de asistencia y atención integral que promuevan larecuperación de todas las niñas, los niños y los adolescentes.

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Planteo del tema



La implementación progresiva de esta ley abrió nuevos escenarios para la atención de laniñez y la adolescencia con relación al maltrato, las formas de castigo y la violencia familiar.

A su vez, generó la obligación de denunciar y comunicar a las autoridadescuando se tome conocimiento sobre malos tratos, situaciones que atentencontra la integridad psíquica, física, sexual y/o moral de un niño, una niñao adolescente y cualquier otro tipo de violación a sus derechos.

La Argentina ha ratificado la CDN (4 de diciembre de 1990)con dos reservas, y la misma ha sido elevada a rangoconstitucional a partir de la reforma de nuestra cartamagna en 1994. Así se constituye en una de las nor-mas fundamentales que rigen la vida en nuestro país,con jerarquía superior a las leyes.

En su artículo Nº 19, expresa que:

1. Los Estados Parte adoptarán todas las medidas legislati-vas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contratoda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malostratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo lacustodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lotenga a su cargo.2. Esas medidas de protección deberían comprender, según corresponda, proce-dimientos eficaces para el establecimiento de programas sociales con objeto de pro-porcionar la asistencia necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para

otras formas de prevención y para la identificación, notificación, remisión a una insti-tución, investigación, tratamiento y observación ulterior de los casos antes descritosde malos tratos al niño y, según corresponda, la intervención judicial.

Asimismo, el Comité de los Derechos del Niño,10 en su calidad de órgano compuesto porexpertos independientes, supervisa la aplicación de la CDN por parte de los Estados. Cadapaís debe presentar ante el Comité informes periódicos sobre la situación de la infancia ensu jurisdicción y la manera en que se garantiza el ejercicio de sus derechos. Hemos citadoanteriormente la Observación general Nº 8 de este Comité, realizada en 2006 y de impor-tancia fundamental en el tema que estamos desarrollando. El Estado argentino, por su parte,ha presentado, en marzo de 2008, el Tercer informe periódico al mencionado Comité, mien-

tras que el Informe alternativo, elaborado con la contribución de la sociedad civil, se encuen-tra en fase de preparación.

En la Argentina, la ley 26.061 de “Protección integral de derechos de las niñas, los niñosy adolescentes”,11 ha inaugurado un cambio de paradigma en materia de protección deestos derechos, ya que representa el pasaje, no exento de desafíos transicionales, desde unenfoque tutelar (donde el niño se consideraba un objeto de tutela) a un régimen basado enla protección integral de derechos de los niños (donde estos se constituyen como sujetosde derechos que deben ser garantizados por el Estado y cuyo cumplimiento es correspon-

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10 Para más información, www2.ohchr.org/english/bodies/crc/comments.htm11 Puede consultarse en: www.infanciayderechos.gov.ar/files/txt_ley26061.php. (visitado en diciembre de 2007).



sabilidad de la familia, la comunidad y la sociedad civil en su conjunto). La ley, creadora deuna nueva institucionalidad, fue sancionada el 28 de setiembre de 2005 y promulgada el 21de octubre. Reemplaza a la ley 10.903 de “Patronato del menor” (1919) ligada a la doctrinade la “situación irregular”.

Sin embargo, restan aún importantes desafíos en torno a la reglamentación e imple-mentación efectiva de dicha legislación, el funcionamiento regular de los órganos del sistemade protección integral, así como el desarrollo y la adecuación de las legislaciones provincialesy la normativa en los niveles locales.

La República Argentina cuenta asimismo con una serie de normas referidas al tema queseñalamos a continuación.

El Código Civil de la República Argentina establece las facultades de los padres para conlos hijos. En su artículo 266, menciona que “los hijos deben respeto y obediencia a suspadres”. En el artículo 278, afirma que “los padres tienen la facultad de corregir o hacer corre-gir la conducta de sus hijos menores. El poder de corrección debe ejercerse moderadamente,

debiendo quedar excluidos los malos tratos, castigos o actos que lesionen o menoscaben físi-ca o psíquicamente a los menores. Los jueces deberán resguardar a los menores de las co-rrecciones excesivas de los padres, disponiendo su cesación y las sanciones pertinentes sicorrespondieren”.

El mencionado Código prevé asimismo la máxima sanción a la autoridad de los padres,que es la privación de la patria potestad, en caso de castigos corporales que pongan en peli-gro la seguridad y salud física o psíquica del niño o la niña. Lo señala en el artículo 307:

El padre o madre quedan privados de la patria potestad: 1) por ser condenadoscomo autor, coautor, instigador o cómplice de un delito doloso contra la persona o

los bienes de alguno de sus hijos, o como coautor, instigador o cómplice de un deli-to cometido por el hijo; 2) por el abandono que hiciere de alguno de sus hijos, parael que los haya abandonado, aun cuando quede bajo guarda o sea recogido por otroprogenitor o un tercero; 3) por poner en peligro la seguridad, la salud física o psíquicao la moralidad del hijo mediante malos tratamientos, ejemplos perniciosos, incon-ducta notoria o delincuencia.

La ley nacional Nº 24.417, de “Protección contra la violenciafamiliar”, promulgada el 3 de enero de 1995, estipula la obligato-riedad de efectuar la denuncia ante casos de vio-lencia doméstica y actos delictivos que tengan

como víctimas a niños niñas y/o adolescentes.El artículo 126 (inc. d) de la “Ley Nacional de

Educación” (26.206) afirma que “los/as alum-nos/as tienen derecho a ser protegidos/as con-tra toda agresión física, psicológica o moral”.

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Planteo del tema



Segunda parte: la voz de los niños y las niñas

¿CÓMO HICIMOS ESTE ESTUDIO?

Producto de la experiencia institucional de ETIS a partir de la “Campaña de Promocióndel Buen Trato”, de los intercambios en la “Mesa de Organizaciones para la Erradicación delCastigo Físico y el Trato Humillante en la Argentina” y de los recientes estudios sobre eltema, surgió la inquietud y la necesidad de contar con información sobre la mirada de los

chicos referida a las formas de castigo que reciben por parte de los adultos. Esta necesidadse basa asimismo en un enfoque de derechos, cuyo eje fundamental es la participación delos niños y las niñas en cuestiones que a ellos les conciernen.

En este sentido, y como una primera aproximación, decidimos llevar a cabo un estudioexploratorio12 que nos permitiera identificar las percepciones de los niños y las niñas sobreel tema, con el objetivo de que se constituya en un aporte al debate sobre el castigo físicoy humillante hacia niños, niñas y adolescentes en la Argentina.

La palabra y visión de los chicos constituyen una fuente privilegiada de información sobrela naturaleza y la experiencia de ellos mismos en relación con el castigo físico y humillante.Consideramos que nos pueden brindar puntos de vista que ayuden a comprender la com-plejidad de sus experiencias sociales, los dilemas que encaran y las decisiones que toman,

de las cuales los adultos podemos no saber nada o no querer saberlo.La estrategia adoptada fue recopilar testimonios de los niños y las niñas acerca de su

experiencia en relación con el castigo físico y humillante en la escuela y en el hogar, parapoder comprender mejor, desde sus propias vivencias, su gravedad, magnitud e impacto, ydarles la oportunidad de presentar sus puntos de vista.

Este estudio no tuvo como finalidad obtener datos para el análisis estadístico, por lo queno pueden realizarse inferencias hacia la población total del país o de las provincias en lasque se realizó. Se diseñó de un modo tal que, mediante encuestas, pudieran conocerse lospuntos de vista y las percepciones de los niños y las niñas sobre las formas de castigo queutilizan los adultos.

En la elaboración del instrumento de recolección de la información y en la formación de losencuestadores se procuró reducir al mínimo el efecto deimposición que ejerce toda acción de interrogación.Por eso, hemos buscado involucrar a jóvenes parti-cipantes (de entre 18 y 22 años) de las comunidadesdonde se implementan los programas de ETIS en el pro-ceso de indagación, buscando ampliar con ellos la mira-da desde la etapa de diseño y asegurando un acuer-do con respecto a los contenidos y las formas de comu-nicación con los futuros encuestados.

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12 Para el desarrollo de dicho estudio contamos con la colaboración de la Lic. Myriam L. Serulnicoff.



Las encuestas a niños y niñas fueron realizadas, en la medida de lo posible, porestos jóvenes de las comunidades barriales, para lo cual participaron de un taller de

capacitación.13 Luego se seleccionaron las escuelas y organizaciones donde serealizarían las encuestas y se entregó a cada encuestador un instructivo elabora-do a partir del cuestionario y del taller realizado.

En todas las provincias, los coordinadores locales de ETIS trabajaron con elequipo de encuestadores sobre el instructivo elaborado y que se remitió juntocon los cuestionarios, antes de iniciar el trabajo de campo.

Creemos que la participación de los jóvenes ha permitido enriquecer elintercambio, en la medida en que asegura dos condiciones de toda comuni-cación no violenta: la proximidad social y cierta familiaridad, en el sentido deque los niños y las niñas encuestados/as comparten con el encuestador un“nosotros” que supera la distancia

generada por el acto mismo de la encuesta y pro-

mueve la franqueza del hablar claro.De esta manera hemos intentado romper la

asimetría (Bourdieu, 1999) entre el encuestador y elencuestado, “reduciendo al mínimo la violencia sim-bólica que puede ejercerse a través de ella”.

Se consultaron 310 niños y niñas de entre 9 y 12años que asisten a escuelas de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chubut, Mendoza yTucumán, en la República Argentina.

Hemos buscado integrar las miradas de niños y niñas de diversos sectores sociales. Paraello, al momento de definir las escuelas y organizaciones donde realizaríamos las encuestas,

tuvimos en cuenta el contexto en el que se ubican. Por tal motivo, y apoyándonos en losconocimientos de los referentes locales, acudimos a establecimientos situados en diversosbarrios —de distintos estratos socioeconómicos— de las diferentes ciudades.

En la provincia de Buenos Aires se tomaron 64 encuestas y las localidades en las quese relevó la información fueron: Quilmes, Bernal, San Fernando, San Isidro y Tigre,todas pertenecientes al Gran Buenos Aires.

En la provincia de Mendoza se trabajó en: Mendoza Capital, Guaymallén, Luján deCuyo y Godoy Cruz. Se tomaron 60 encuestas.

En Chubut, las encuestas realizadas fueron 66, en las localidades de ComodoroRivadavia y Rada Zilly.

El relevamiento en la provincia de Córdoba se llevó a cabo en: Córdoba Capital, Dolores,Capilla del Monte, Charbonier, Carrizal y Cruz Grande. Se completaron 60 encuestas.

Finalmente, en la provincia de Tucumán las encuestas fueron 60 y se realizaron enSan Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Banda del Río Salí.

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13 A cargo de la Lic. Serulnicoff, en el taller se trabajaron los objetivos de la encuesta, los resultados que se pretendía alcanzar y

el uso del cuestionario, trabajando pregunta por pregunta y considerando todas las alternativas posibles de respuesta.Finalmente, se dejó un espacio para que los jóvenes realizaran preguntas, hicieran comentarios y probaran el cuestionario con ungrupo de niños, lo que permitió que se familiarizaran con el cuestionario y aclararan dudas.

“Los adultos no tienenque pegarle a un niño,

porque es un ser humano y hay que respetarlo.”

(V., Tucumán, 11 años)



Las encuestas se efectuaron entre mayo y junio de 2008, mientras que el procesamientode datos e informes tuvo lugar de julio a setiembre del mismo año.

Habida cuenta de la edad de los encuestados, que el tema aabordar presenta cierta complejidad y que la forma de preguntarpuede resultar intimidatoria, optamos por comenzar la encuestacon una pregunta filtro que nos permitía saber si realmente la per-sona a ser encuestada quería participar o no. Quienes contestaronesta pregunta de manera afirmativa continuaron luego la encuesta.

Para crear un clima de comodidad, comenzamos el cuestionariocontando una pequeña historia para que, a partir de ella, los/asencuestados/as brindaran sus opiniones. Decía así: “Ahora, te voya contar una cosa: ´Un día, un chico tenía que hacer la tarea, perose fue a jugar sin permiso de los padres y llegó muy tarde a casa. Cuando llegó a su casa,recibió un castigo de sus padres...´”. Luego de esta breve narración se iniciaban las pre-

guntas, planteadas de menor a mayor complejidad en términos de comprensión y de posi-bilidad de internalización. Iniciamos entonces la encuesta con preguntas referidas a la situaciónexterna relatada en el cuento para luego ir llevando las preguntas al plano personal.

¿QUÉ NOS DICEN LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS SOBRE LAS FORMAS DE CASTIGO?

A partir del cuento, se indagó a los niños y las niñas sobre: “¿Cuál creés que fue el cas-tigo que ese chico ha recibido?”.

El cuadro Nº 1,14 que presentamos a continuación, refleja las respuestas de los niños y lasniñas. Si bien estas fueron diversas, podemos destacar que la mayoría tendió a pensar el

castigo en términos del impedimento por parte de los adultos para “salir a jugar o visitar aun amigo” (el 31%) o bien, “la prohibición de ver televisión y jugar conla computadora personal” (el 19% de los encuestados). Es decir,asociaron el castigo con la prohibición de hacer lo que les gusta.

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La voz de los niños y las niñas

Cuadro Nº 1: El castigo que recibió el niño Total En %

Lo retaron 31 10

No lo dejaron ir más a la casa de un amigo 10 3,2

Prohibición de mirar TV y/o usar la PC/chatear 59 19,0

No lo dejaron salir con amigos y/o a jugar 97 31,3

Le pegaron 33 10,6Lo dejaron encerrado (en la habitación) 12 3,9

No lo dejaron jugar más a nada 6 1,9

Penitencia/prohibición de hacer algo que le gusta 30 9,7

Lo mandaron a dormir sin comer 4 1,3

Otros 22 7,2

No sabe/no contesta 6 1,9

310 100

“Portarse

bien es noescaparsede la casa,

hacer la tarea,no pelear.”

(V., Tucumán,11 años)

14 Todos los cuadros tienen como fuente la Encuesta sobre castigo físico y humillante (Etis, 2008).



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La distribución de las respuestas entre varones y mujeresha sido similar en la mayoría de los ítems. Sin embargo,como lo muestra el cuadro Nº 2, las mayores diferencias seobservan en que a las mujeres el castigo de “no dejarlassalir” o “encerrarlas en la habitación” es más frecuenteque en los varones. Por el contrario, en los varones apareceen mayor proporción el castigo de la “prohibición de hacer algo”(jugar a la pelota, por ejemplo) que a las mujeres, lo que podríaindicar ciertas percepciones diferenciales sobre las formas decastigo según género.

De los 310 niños y niñas entrevistados, solo seis plantearon “el diálogo” como forma dedisciplina15 y puesta de límites ante la situación ficticia que se propuso al inicio de laencuesta. Algunas de las respuestas en este sentido fueron “Hablarle y hacerlo entrar en

razón” o “Le explicaron y dieron una moraleja”. Al mismo tiempo, podemos observar que 33 delos chicos y chicas entrevistados respondieronque la forma de castigo es “pegarle al niño”,siendo un porcentaje significativamente mayor

que el reconocimiento del diálogo como forma de disciplina. Se trata de una diferencia cuan-titativa y cualitativa que debemos tener en cuenta en la formulación de políticas que tiendan ala erradicación de las formas de castigo físico y humillante.

Cuando hablamos de castigo o disciplina, muchas veces solemos escuchar tanto a losadultos como a los niños y las niñas referirse al tema en términos de “portarse bien y por-tarse mal”. Generalmente, de la mano de “portarse mal” vienen los castigos y/o las repri-mendas y retos. En tal sentido, nos pareció relevante conocer qué entienden o con qué rela-cionan estas ideas, apuntando a reconocer las representaciones que los niños y las niñas

15 Nos referimos a disciplina en su concepción positiva, desde una perspectiva de derechos, que supone la construcción conjuntade normas con los niños y jóvenes. Se trata de un conjunto de medidas necesarias para el desarrollo integral de los niños y las niñas.

Cuadro Nº 2: El castigo que recibió el niño Total Varones Mujeres

Lo retaron 31 15 (48,4%) 16 (51,6%)

No lo dejaron ir más a la casa de un amigo 10 3 (30,0%) 7 (70,0%)

Prohibición de mirar TV y/o usar la PC/chatear 59 30 (50,8%) 29 (49,2%)

No lo dejaron salir con amigos y/o a jugar 97 49 (50,5%) 48 (49,5%)

Le pegaron 33 16 (48,5%) 17 (51,5%)

Lo dejaron encerrado (en la habitación) 12 4 (33,3%) 8 (66,7%)

No lo dejaron jugar más a nada 6 3 (50,0%) 3 (50,0%)

Penitencia/prohibición de hacer algo que le gusta 30 20 (66,7%) 10 (33,3%)

Lo mandaron a dormir sin comer 4 2 (50,0%) 2 (50,0%)

Otros 22 11 (50,0%) 11 (50,0%)

No sabe/no contesta 6 5 (83,3%) 1 (16,7%)

310 158 152

“Portarse mal es hacer loque nos perjudica a todos.”

(V., Córdoba, 12 años)



construyen acerca del buen y mal compor-tamiento, a partir de la interacción con los adul-tos, sus percepciones y sus significaciones.

Como se observa en el cuadro Nº 3, de los310 niños encuestados 159 (más del 50% deltotal) entienden que portarse bien es “hacercaso y obedecer”.

Las respuestas de varones y mujeres en este caso también han sido similares en variosítems. Las mayores diferencias se observan (cuadro Nº 4) en que para una mayor proporciónde varones, portarse bien está asociado a“no pegar” o “no pelear” (50% de dife-rencia porcentual), y una mayor pro-porción de mujeres —aunque no contan marcada diferencia— entiendenque portarse bien se asocia con“hacer la tarea” y “cumplir con sus

responsabilidades”.


Cuadro Nº 3: ¿Qué es portarse bien? Total En %

No hacer nada malo / Hacer las cosas bien 53 17,1

Respetar a los padres y a los adultos 16 5,1

No pelear con nadie 8 2,6

Hacer caso y obedecer 159 51,3

Hacer la tarea 17 5,5Cumplir con nuestras responsabilidades 17 5,5

Ser educado/a, respetuoso/a 23 7,4

No pegar 4 1,3

Otros 10 3,2

No sabe/no contesta 3 1

310 100

“Portarse mal es hacer lo queno corresponde o lo que no

te gusta que te hagan.”(V., Mendoza, 12 años)

“Castigar es prohibir cosas que le gustan.”

(V., Chubut, 12)

21



22


Cuadro Nº 4: ¿Qué es portarse bien? Varón Mujer Total

Hacer las cosas bien/no hacer nada malo 28 (52,8%) 25 (47,2%) 53

Respetar a los padres/adultos 10 (62,5%) 6 (37,5%) 16

No pelear con nadie 6 (75,0%) 2 (25,0%) 8Hacer caso/obedecer 74 (46,5%) 85 (53,5%) 159

Hacer la tarea 7 (41,2%) 10 (58,8%) 17

Cumplir con nuestras responsabilidades 8 (47,1%) 9 (52,9%) 17

Ser educado/a y/o respetuoso/a 14 (60,9%) 9 (39,1%) 23

No pegar 3 (75,0%) 1 (25,0%) 4

Otros 6 (60,0%) 4 (40,0%) 10

No sabe 2 (66,7%) 1 (33,3%) 3

Total 158 (51,0%) 152 (49,0%) 310

Cuadro Nº 5: ¿Qué es portarse mal? Total En %

Hacer algo malo, indebido, travesuras 54 17,4Faltar el respeto 31 10,0

Decir malas palabras, insultar 12 3,9

No hacer caso. Desobedecer 178 57,4

Pelear y/o pegar 22 7,1

Otros 9 2,9

No sabe/no contesta 4 1,2

310 100,0

“Portarse bien es tener educación, respeto,tratar bien a las personas.” (V., 11, Mendoza)

Por el contrario, cuando la pregunta estuvo orientada a conocer qué piensan que es portarsemal, casi el 60% del total (178 casos) lo relacionan con “No hacer caso y/o desobedecer”.

En general no hallamos mayores diferencias entre laspercepciones de las niñas y las de los niños sobre “portasemal”. Sin embargo, mientras que para los varones esmayor la proporción de los que opinan que portarse malestá vinculado con “pelear/pegar”, para las mujeres esmayor la proporción que considera que portarse mal serelaciona con “hacer algo indebido/malo/travesuras”.

“Portarse bien es ser obediente,ir a la escuela, hacer caso.”

(M., Mendoza, 10 años)



Una vez abordadas las opiniones sobre “portarse bien” y

“portarse mal”, comenzamos a orientar nuestras preguntashacia el castigo, sus diferentes formas, quiénes lo imparten y

si hay castigos diferenciales segúnsexo. Las respuestas obtenidasson realmente interesantes.

En el cuadro Nº 7 podemosobservar que para el 37% de losencuestados castigar es la pro-hibición de hacer lo que les gusta.En este sentido, observamos cómo en general pareciera que la idea

de castigo se vincula con prohibiciones (en mayor medida a lasmujeres) y/o penitencias (en mayor medida los varones) y en escasas oportunidades estárelacionado con violencia física, puesto que solo el 6,5% de los que respondieron la encues-ta asocia la noción de castigar con “pegar”.

Tal como podemos ver en el cuadro Nº 8, los niños y las niñas dicen que quienes usual-mente imparten los castigos son los padres. El 50,5% de los encuestados hace esta afir-mación (podían dar más de una respuesta), que se amplía al 64% si incluimos las mencionespor separado a las mamás o los papás.

23


Cuadro Nº 6: ¿Qué es portarse mal? Varón Mujer Total

Hacer algo indebido o malo/travesuras 23 (42,6%) 31 (57,4%) 54

Faltar el respeto 15 (48,4%) 16 (51,6%) 31

Decir malas palabras/insultar 6 (50,0%) 6 (50,0%) 12Desobedecer/no hacer caso 90 (50,6%) 88 (49,4%) 178

Pelear y/o pegar 16 (72,7%) 6 (27,3%) 22

No corresponde 2 (100,0%) 0 (0%) 2

Otros 5 (55,6%) 4 (44,4%) 9

No contesta 1 (50,0%) 1 (50,0%) 2

Total 158 (51,0%) 152 (49,0%) 310

Cuadro Nº 7: ¿Qué es para vos castigar? Varón Mujer Total

Poner una penitencia 59 (37,3%) 40 (26,3%) 99 (31,9%)

Pegar 11 (7,0%) 9 (5,9%) 20 (6,5%)

Retar 27 (17,1%) 27 (17,8%) 54 (17,5%)

Prohibir hacer algo que te gusta 51 (32,3%) 65 (42,7%) 116 (37,5%)

No corresponde 0 (0%) 2 (1,3%) 2 (0,6%)

Otros 9 (5,7%) 9 (6,0%) 18 (5,7%)

No sabe 1 (0,6%) 0 (0%) 1 (0,3%)

Total 158 (100,0%) 152 (100,0%) 310 (100,0%)

“Portarse bienes cumplircon lo que

se debe hacer.”

(V., Chubut,12 años)



Al momento de indagar sobre las formas de castigo (cuadro Nº 9), buscamos sondeartodas las formas que, según los chicos, usan los adultos, por lo que las respuestasfueron múltiples (cada niño podía dar más de una respuesta). El 52,3% de los chicos refi-rió la prohibición de cosas que les gustan como forma usual de castigo. El 36,5% refirió losgritos, el 31,6% los golpes con la mano y el 28,1% el hacerlos pedir perdón.

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Cuadro Nº 8: ¿Quiénes son las personas queusualmente castigan a los chicos/as?

Padres (ambos) 251 50,5

Adultos 64 12,9Maestros/as o profesores 67 13,5

Mamás 43 8,7

Papás 24 4,8

Tutores 15 3,0

Tíos 2 0,4

Hermanos 4 0,8

Otros 27 5,4

497 100

Cuadro Nº 9: ¿Cuáles son las formas que % sobre el total % sobre lausan los grandes para castigar a los chicos? de respuestas muestra

Golpes con la mano 98 13,4 31,6

Dejarlo/a sin comer 7 1,0 2,3Hacer tareas o trabajos más de lo habitual 32 4,4 10,3

Hacerlos/las pedir perdón 87 11,9 28,1

Retos 19 2,5 6,1

Golpes con un objeto 27 3,7 8,7

Gritos 113 15,4 36,5

Insultos 18 2,4 5,8

Penitencias 3 0,4 1,0

Tirón de oreja y/o pelo 41 5,5 13,2

Prohibir cosas que les gustan 162 22,1 52,3

Reparar el daño 27 3,7 8,7

Encerrarlo/a en la habitación y dejarlo/a solo/a 49 6,7 15,8

Nota, sanción escrita, amonestación 39 5,3 12,6

Otros 12 1,6 3,9

734 100%

Total %

Total



El 31,6% de los niños en sus respuestas hacía referencia a los golpes con la mano comoforma usual de castigo. Adicionalmente, un 13,2% se refiere a tirones de pelo y/o oreja,mientras que el 8,7% de las respuestas indica golpes con objetos.

Sumado a esto, el 36,5% de los chicos menciona los gritos como forma usual de casti-go; un 15,8% el encierro en soledad, un 5,8% los insultos y un 2,3% el dejarlos sin comer.

Si consideramos la suma total de respuestas, el 48% se vincula con formas de castigo

físico y humillante.

Al preguntar si en su casa los castigan (cuadro Nº 10) un 86,2% de los chicos nos dicenque son castigados.

En los casos en que afirman que a veces o siempre son castigados, indagamos las for-mas de castigo que reciben en las casas (cuadro Nº 11). Nos dicen principalmente que sonlas prohibiciones (52,5%). Solo el 16% reconoce recibir castigos físicos y humillantes comolos golpes (9,2%), los gritos (6,1%) y el encierro (1,1%).

Además de preguntar sobre las formas que usan los grandes para castigar a los chicos,quisimos conocer la percepción que tienen los niños y las niñas de la acción de la escuelaen relación con las sanciones y los castigos.

De los 310 niños y niñas encuestados/as 128 (casi el 42%) respondieron que los castiganen la escuela. Un 58,4% menciona que nunca son castigados en ese ámbito. En la distribu-ción por sexos, los varones refieren en mayor proporción recibir castigo en la escuela que

las mujeres.

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Cuadro Nº 10: ¿En casa te castigan...? Frecuencia Porcentaje

Siempre 12 3,9

A veces 255 82,3

Nunca 42 13,5No responde 1 0,3

Total 310 100

Cuadro Nº 11: Forma de castigo Frecuencia %

Prohibición de salir a jugar o con amigos 48 18,4%Me ordenan hacer la tarea y/o estudiar 8 3,1%

Me gritan 16 6,1%

Me prohíben mirar TV y/o jugar con la pc/chatear 37 14,2%

Me prohíben o me quitan lo que más me gusta 52 19,9%

Me mandan a limpiar u ordenar mi cuarto 7 2,7%

Me ponen en penitencia 17 6,5%

Me pegan (con la mano o con objetos) 24 9,2%

Me retan 37 14,2%

Me encierran en el cuarto 3 1,1%

Otros 11 4,2%No sabe 1 0,4%

Total 261 100%



26


Cuadro Nº 12: ¿En la escuela te castigan? Varón Mujer Total

Siempre 6 (3,8%) 0 (0%) 6 (1,9%)

A veces 77 (48,7%) 45 (29,6%) 122 (39,4%)Nunca 74 (46,8%) 107 (70,4%) 181 (58,4%)

N/C 1 (0,6%) 0 (0%) 1 (0,3%)

Total 158 (100%) 152 (100%) 310 (100%)

16 Golpe en la cabeza con el nudillo de los dedos.

Las formas de castigo en la escuela (cuadro Nº 13) “según las opiniones de los chicos”suelen estar relacionadas con el propio ámbito educativo, como retarlos/llamarles la aten-ción (24,2%), que los docentes les coloquen notas en sus cuadernos de comunicaciones(18,8%), dejarlos sin recreo (18%) o enviarlos a dirección (6,3%).

Dos niños (1,6%) afirmaron que los docentes los zamarreaban cuando se portaban mal yotros dos dicen haber recibido tirones de orejas o “cocachos”.16 Otros tantos mencionan losgritos como forma de castigo.

Ahora bien, cuando se les pregunta en forma directa, y luego de un paulatino proceso deintrospección, si algún adulto les gritó alguna vez (cuadro Nº 14) el 85,8% de los consulta-dos dio una respuesta afirmativa. La distribución entre varones y mujeres es similar.

“Portarse mal es agredir, pegar, discriminar.” (V., Córdoba, 10 años)

Cuadro Nº 13: ¿Cómo te castigan en la escuela? Frecuencia %

Me gritan 2 1,6%

Tirón de orejas/cocachos 2 1,6%

Me dejan sin recreo 23 18,0%

La maestra me zamarrea 2 1,6%

Me sacan del aula 7 5,5%

Me retan/me llaman la atención 31 24,2%

Me mandan a dirección 8 6,3%

Me ponen en penitencia (mirando la pared, en un rincón) 12 9,4%

Nota en cuaderno de comunicaciones amonestación/firmar el libro 24 18,8%

Me dan más tarea 4 3,1%

No corresponde 2 1,6%

Otros 7 5,5%

No contesta 4 3,1%

Total 128 100,0%



Y al indagar si algún adulto les pegó alguna vez (cuadro Nº 15) el 63,9% de los consultados

dio una respuesta afirmativa. La distribución entre varones y mujeres en este caso se inclina enmayor proporción hacia los varones (72,8%) en comparación con las mujeres (54,6%). Surge elinterrogante con respecto a la percepción de esta forma de trato, si no es reconocida por ellossiquiera como castigo.

Ahora bien, ante la pregunta: “¿Te parece que a los chicos los castigan distinto que a laschicas?”, las opiniones están divididas. Tal como podemos observar a continuación, en el

cuadro Nº 16, si bien en los valores totales el 57,4% responde afirmativamente, en la desagre-gación por sexo observamos que la mayoría de los varones responde que sí (68,4%), mientrasque la opinión de las niñas se encuentra más dividida: el 46% responde afirmativamente y el50% de manera negativa.

Quienes contestaron afirmativamente, tanto varones como mujeres, nos dicen que el casti-go es diferente porque los varones se portan peor que las nenas y que las travesuras que hacenson más grandes. Sin embargo, cuando desagregamos por sexo esta pregunta, encontramosrespuestas provenientes de los varones tales como: “Ellas son más delicadas, lloronas y dócilesy por eso no se les puede pegar”; “Son mujeres y a las mujeres no se les puede pegar”; “A nosotros (los varones) nos encierran y a ellas las mandan a limpiar o les prohíben ver la tele”.Estas respuestas parecen estar asociadas con el proceso de construcción de roles de género.

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Cuadro Nº 16: ¿Te parece que a los chicoslos castigan distinto que a las chicas?

Sí 108 (68,4%) 70 (46,1%) 178 (57,4%)

No 43 (27,2%) 76 (50,0%) 119 (38,4%)

No sabe 4 (2,5%) 6 (3,9%) 10 (3,3%)

No responde 3 (1,9%) 0 (0%) 1 (1,9%)

Total 158 (100%) 152 (100%) 310 (100%)

Cuadro Nº 15: ¿Algún grande/adulto tepegó alguna vez?

Sí 115 (78,8%) 83 (54,6%) 198 (63,9%)

No 43 (27,2%) 67 (44,1%) 110 (35,5%)

No responde 0 (0%) 2 (1,3%) 2 (0,6%)

Total 158 (100%) 152 (100%) 310 (100%)

Cuadro Nº 14: ¿Algún grande/adulto tegritó alguna vez?

Sí 142 (89,9%) 124 (81,6%) 266 (85,8%)

No 13 (8,2%) 26 (17,1%) 39 (12,6%)

No responde 3 (1,9%) 2 (1,3%) 5 (1,6%)

Total 158 (100%) 152 (100%) 310 (100%)

Varón Mujer Total

Varón Mujer Total

Varón Mujer Total



Por su parte, quienes respondieron que los castigos son iguales para ambos afirman queno hay distinción pues los hombres y las mujeres son iguales y hacen cosas similares.

Los cuadros siguientes (17, 18 y 19) ponen de manifiesto que los niños y las niñas pien-san que no deben recibir castigos físicos (60%), ya que los pone muy tristes (80%) y con-sideran que “los golpes no sirven de nada” (58%).

Por otra parte, los niños y las niñas en su mayoríademuestran tener pleno conocimiento de que no escorrecto que los/as docentes les impartan castigosfísicos. El 90% de quienes respondieron la encuesta

dicen no estar nada de acuerdo con que la maestra lepegue a un/a chico/a por su mal comportamiento.

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Muy de acuerdo 185 60,0

Algo de acuerdo 78 25,0

Nada de acuerdo 47 15,0

Total 310 100,0

Cuadro Nº 17: “Los grandes no debenpegarles a los chicos ni a las chicas”




N/C 2 0,6

Total 310 100,0

Cuadro Nº 18: “Pone muy tristes a los/aschicos /as que los papás les peguen”




Total 310 100,0

Cuadro Nº 19: “Los chirlos /golpes nosirven de nada”

“Los adultos no tienenderecho a pegar, pueden

lastimarlos (a los chicos).”

(M., Córdoba, 12 años)




Total 310 100,0

Cuadro Nº 20: “¿La maestra puedepegarle a un/a chico/a que se porta muymal en la escuela?”

Frecuencia Porcentaje






29


Sin embargo, si bien el 48% comprende que el castigo físico no es una opción, debemosprestar atención a la otra mitad, que responde estar algo (34,8%) o muy (16,8%) de acuer-do con el castigo físico cuando los niños o las niñas se comportan mal.

Más preocupante aún resulta lo planteado si observamos losdos cuadros que siguen, en los que se puede observar cómolos niños y las niñas pretenden justificar las acciones violentasde los adultos. En algunos casos porque consideran que“algunos chicos se merecen un golpe” (el 45,5% dice estar algode acuerdo y el 23,5% muy de acuerdo), o porque “si la maes-tra no grita, los chicos no hacen caso” (42%).

Las expresiones de los chicos manifiestan la complejidad de la temática, ya que cambiaruna costumbre precisa no solo leyes apropiadas sino también la promoción de un adecua-do cambio de percepciones, conductas y actitudes de todos.

O un argumento aún más penoso: entienden que los padres les pegan a sus hijos porque

quieren que ellos (los hijos) sean buenas personas (39,7%).

“Portarse mal eshacer lo que nodebes hacer.”

(M., Buenos Aires,12 años)




N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 21: “Cuando los chicos o laschicas se portan mal no queda otra quedarles un buen chirlo”




N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 22: “Algunos chicos/as semerecen que los padres les peguen”




Total 310 100,0

Cuadro Nº 23: “Si la maestra no grita,los /as chicos/as no le hacen caso”






30


Paradójicamente, consideran (55,2%) que los adultos que castigan físicamente a losniños son un ejemplo de violencia para los niños.

A pesar de que hay un rechazo mayoritario de estas formas de castigo, parece que laspercepciones son diferentes si hablamos de castigar a niños varones o niñas mujeres. Sibien el 60% está muy de acuerdo en que nadie puede golpear a una chica, el nivel de acuer-do se reduce a la mitad si se trata de gritarle a un varón.

Nuevamente vemos cómo se refuerzan los estereotipos de género. Se trata de construc-ciones sociales y culturales que requieren ser señaladas como primer paso para poder mo-dificarlas.




N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 24: “Los padres que pegan asus hijos lo hacen porque quieren quesean buenas personas”




N/C 4 1,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 25: “Si la persona que cuida aun chico o a una chica le pega cuando seporta mal, ese/a niño/a aprende a pegar”

Varón Mujer Total

Muy de acuerdo 91 (57,6%) 93 (61,2%) 184 (59,4%)

Algo de acuerdo 38 (24,1%) 34 (22,4%) 72 (23,2%

Nada de acuerdo 28 (17,7%) 25 (16,4%) 53 (17,1%)

N/C 1 (0,6%) 0 (0%) 1 (0,3%)

Total 158 (100%) 152 (100%) 310 (100%)

Cuadro Nº 26: Nadie puede golpear a una chica

“Es mejor que lo hablen para quelos chicos entiendan lo que está mal.”

(M., Tucumán, 10 años,)





Finalmente, les hemos pedido a los niños y a las niñas que respondieron la encuesta quenos dieran su parecer sobre determinadas formas de castigo físico y humillante y sancionesdisciplinadoras. Nuestro objetivo era conocer cuáles consideraban que sirven para educar ycuáles no.

Si observamos los cuadros que se presentan a continuación, los niños y las niñas clara-mente nos han manifestado que no sirven los chirlos (68,4%) ni encerrarlos (69,4%).Tampoco los gritos (72,3%), dejarles de hablar (86,8%) o amenazarlos con pegarles (85,2%).

Mucho menos pegarles con un objeto (89,7%), decirles que no los quieren (92.9%) o insul-tarlos (97,1%).

31


Varón Mujer Total

Muy de acuerdo 41 (25,9%) 55 (36,2%) 96 (31,0%)

Algo de acuerdo 75 (47,5%) 62 (40,8%) 137 (44,2%

Nada de acuerdo 42 (26,6%) 35 (23,0%) 77 (24,8%)

Total 158 (100%) 152 (100%) 310 (100%)

Cuadro Nº 27: Nadie puede gritarle a un chico

Sí, sirven para educar alos chicos y a las chicas

No, no sirven para educara los chicos y a las chicas

N/C 7 2,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 28: “Dar un chirlo/paliza enla cola”



N/C 3 1,0

Total 310 100,0

Cuadro Nº 29: “Encerrarlo/a en elcuarto o en otro lugar de la casa”




N/C 4 1,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 30: “Gritarle”


91 29,3

212 68,4

92 29,6


82 26,4

224 42,3

215 69,4






N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 31: “No hablarle porvarios días”

32


269 86,8

40 12,9


No, no sirven para educar

a los chicos y a las chicasN/C 3 1

Total 310 100,0

Cuadro Nº 32: “Amenazarlocon pegarle” Frecuencia Porcentaje

264 85,2

43 13,8



N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 33: “Pegarle con un objeto(cinturón, palo, zapatilla)” Frecuencia Porcentaje

278 89,7

31 10,0



N/C 3 1

Total 310 100,0

Cuadro Nº 34: “Decir que no la /loquieren” Frecuencia Porcentaje

288 92,9

19 6,1



N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 35: “Insultarlo/la o decirlemalas palabras” Frecuencia Porcentaje

301 97,1

8 2,6



33


En cambio, los niños y las niñas consideran que algunas formas de impartir disciplina sí son adecuadas para educarlos. Algunas de ellas son: “Prohibir la TV” (70%), “Mandarlo/la ala cama a pensar” (85,2%) u “Ordenarle que repare el daño que hizo” (94%). Pero más efec-tivo para ellos es “hablarles y explicarles que está mal lo que hicieron” (98,4%).

¿Qué sienten los niños con las diversas formas de castigo? Para los chicos, los gritos sologeneran en ellos tristeza y ganas de llorar (33,5%), bronca (20%) y miedo (12,3%).



N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 36: “No dejar ver la T V poruna semana” Frecuencia Porcentaje

93 30

216 69,7



N/C 2 0,6

Total 310 100,0

Cuadro Nº 37: “Mandarlo/a a su camaa pensar” Frecuencia Porcentaje

44 14,2

264 85,2



N/C 2 0,6

Total 310 100,0

Cuadro Nº 38: “Ordenarle que repare

el daño que hizo”Frecuencia Porcentaje

17 5,5

291 93,9



N/C 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 39: “Hablarle y explicarleque está mal lo que hizo” Frecuencia Porcentaje

4 1,3

305 98,4



Y sin embargo, el 85,8% de los niños encuestados recibió gritos de laspersonas que los quieren (véase cuadro 14). Ellosnos dicen a los adultos que es mejor hablarque gritar (21%), que no les gritemos más(20%), que entendamos que a los chicos leshace mal que les gritemos (12,3%).

34


Ganas de llorar / Tristeza 104 33,5

Que me está educando 12 3,9

Que me está poniendo límites 18 5,8

Vergüenza 8 2,6

Dolor 3 1,0

Nada 2 0,6

Miedo 38 12,3

Culpa 27 8,7

Bronca 62 20,0

Ganas de salir corriendo 2 0,6

Ganas de gritar 10 3,2

Ganas de pegar 7 2,3

Ganas de tirar algo 5 1,7

Que está haciéndome un bien 4 1,3

Otros 6 1,9

No sabe 1 0,3

No contesta 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 40: ¿Qué sentirías si unapersona grande te grita?

“Portarse bien es ser obediente,ir a la escuela, hacer caso.”





Y también nos dicen que no está bien que los adultos lespeguen a los chicos (79%) porque les genera tristeza y ganas de

llorar (36,1%), bronca (23,2%) y miedo (17,7%).

35


“No tienen que pegar, porquelos chicos son chicos y tienen

derecho a que se les explique.”

(V., Buenos Aires, 12 años)

Sí 55 17,7

No 245 79,0

No responde 10 3,2

Total 310 100,0

Cuadro Nº 42: ¿Está bien que los

grandes les peguen a los chicos?


Que eso no se hace. Que está mal 33 10,6

Que así se aprende/educa 6 1,9Que sean buenos/comprensivos (por oposición, que no sean malos) 5 1.6

Que no les griten más 62 20,0

Nada (en ocasiones porque no se animan) 32 10,3

Que solo griten si es necesario/si se portó mal 12 3,9

La/lo insultaría 2 0,6

Que es mejor hablar que gritar 65 21,1

Que a los chicos les hace mal que les griten (se ponen nerviosos) 38 12,3

No me metería 4 1,3

Que no es una buena forma de educar 10 3,2

No corresponde 4 1,3

Otros 23 7,4

No sabe 14 4,5

Total 310 100,0

Cuadro Nº 41: ¿Qué le dirías a un papá o una mamá que lesgrita a sus hijos? Frecuencia Porcentaje



36


“El que pega para enseñar enseña a pegar.”


Ganas de llorar / tristeza 112 36,1

Que me está educando 6 1,9

Que me está poniendo límites 10 3,2

Dolor 16 5,2

Vergüenza 2 0,6

Odio 2 0,6

Miedo 55 17,7

Culpa 9 2,9

Bronca 72 23,2

Ganas de salir corriendo 6 1,9

Ganas de gritar 4 1,4

Ganas de pegar 4 1,4Ganas de tirar algo 4 1,4

Que está haciéndome un bien 1 0,3

Otros 6 1,9

No sabe 1 0,3

Total 310 100,0

Cuadro Nº 43: ¿Qué te parece quesentirías si un grande te pega?

Los niños y niñas encuestados piden que no se les pegue más (22,9%) y que es mejorhablarles (13,2%).





Según el cuadro Nº 15, el 63,9% de los chicos y laschicas recibió alguna vez un golpe de un adulto. Es unaexperiencia compartida por niños y niñas de todos lossectores de la sociedad.

Cuadro Nº 44: ¿Qué le dirías a un papá o una mamá que les pegaa sus hijos/as?

“Si un grande les grita mucho alos chicos, estos cuando sean grandes

les van a gritar a sus hijos.”

(M., Chubut, 11 años)


37

Que no lo haga más. 71 22,9

Que no le pegue más porque después los chicos les pegan y les gritan a otros chicos 3 1

Que no lo haga porque así no aprende/no sirve 15 4,8

Que no lo haga porque cuando sean grandes serán violentos 10 3,2

Que no lo haga como hábito/ ni mucho 3 1

Que busque otro castigo, no es necesario pegar 15 4,8

Que es mejor hablarle que pegarle 41 13,2

Nada (en algunos casos no se animan) 26 8,4

Que está mal 28 9

Nada porque es el padre y puede hacer lo que quiere 5 1,6

Que con violencia los perjudica/daña/maltrata/pone tristes 17 5,5

Que lo puede lastimar/duele 20 6,5

Que no le pegue porque son chicos/as 3 1Que solo le pegue si es por una buena razón/causa 15 4,8

No corresponde 2 0,6

Otros 20 6,5

No sabe 12 3,9

No contesta 4 1,3

Total 310 100,0



38


ALGUNAS CONCLUSIONES SOBRE LO QUE NOS DICEN LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS

1. El castigo físico y humillante es una práctica que se encuentra muy arraigada en todoslos sectores de nuestra sociedad.

2. A partir de la información recabada identificamos tres modos de determinar el buencomportamiento por parte de los niños.

Una primera concepción determina lo que es portarse bien a partir de su contrario.Es el caso de los niños y las niñas que contestaron: “No hacer nada malo”, “No pelear”,“No pegar”, “No hacer lío”.

Una segunda concepción define el buen comportamiento a partir de describir “Loque se debe hacer”. El niño que se porta bien es el que obedece y hace caso. Si bien

la mayoría de las veces se refieren a los padres,también reconocen otros referentes adultos: fami-liares como el tío, el abuelo; los adultos en general;el maestro. Esta parecería ser una mirada máspositiva que la anterior porque los niños y lasniñas logran definir el buen comportamiento sinnecesidad de citar a su contrario. El problema deesta concepción es que las respuestas tienden a

ser acotadas y no expresan una actitud reflexivacon respecto a su propia acción. Con ello queremos

decir que los adultos, sean los padres, otros familiares

y/o los maestros, tienden a ser ubicados como la autoridad incuestionable, mientrasque los niños y las niñas se ubican a sí mismos enel lugar de la obediencia y el sometimiento, másallá de la valoración del comportamiento deambos. Esta postura se hace visible en algunasde las respuestas con respecto al buen compor-tamiento, “Hacer lo que dicen los padres”, “Hacercaso a las órdenes de los adultos”, “Obedecer a la maestra”, “Hacer caso a padres,tíos, abuelos”, “No contradecir lo que dicen los padres”.

Una tercera concepción que aparece en los niños y niñas define el buen compor-tamiento en un sentido más amplio, reconociendo en la sociedad un conjunto de nor-mas, valores y prácticas que regulan y mejoran la convivencia social. Las respuestaspresentan mayor complejidad y expresan un razonamiento de la acción fundamentán-dola y valorándola desde una perspectiva de derechos. Es decir que los niños y lasniñas que identificamos en esta concepción tienden a valorar el comportamientoteniendo en cuenta los derechos, tanto individuales como sociales. Compartimos algu-nas respuestas en relación con el buen comportamiento: “Hacer cosas que no afectena algo o alguien”, “Ser buena persona, responsable”, “Hacer buenos actos, darbuenos ejemplos”, “Ser solidario, respetar”, “Portarse bien es ayudar a la sociedad ycumplir con nuestros deberes”.

“Portarse bien es nohacer lo que no debes.”

(V., Buenos Aires, 11 años)



39


3. Respecto de la definición del mal comportamiento, también podemos identificar tresconcepciones correlativas a las previamente mencionadas.

Una primera concepción define lo que es portarse mal a partir de su contrario. Es así

como uno de los chicos entrevistados explica el mal comportamiento como “Lo con-trario de portarse bien”.

Una segunda concepción determina el mal comportamiento en sí mismo, sin necesi-dad de citar a su contrario. Algunas respuestas en este sentido fueron: “Faltar elrespeto a los grandes”, “Contestarle a la madre o a la maestra”. En esta concepción,como lo planteamos anteriormente,los chicos y las chicas identifican alos adultos con la autoridad, con loincuestionable. Asimismo, es notable

que los niños y las niñas reconozcanel mal comportamiento como la con-testación a un adulto, al margen del modo en que se dirijan a ellos. Esto sugiere la faltade diálogo entre niños y adultos y manifiesta el modo en que, nuevamente, los chicosy las chicas se ubican en el lugar del sometimiento y la subordinación.

Una tercera concepción ubica el mal comportamiento en relación con la sociedad ensu conjunto, desde una perspectiva de derechos. En este sentido, algunos chicos ychicas manifiestan que portarse mal es “Hacer lo que nos perjudica a todos”, “Haceralgo que no corresponda, que haga mal a otra gente”, “Hacer lo que no correspondeo lo que no te gusta que te hagan”.

4. Se manifiestan concepciones diferenciadas sobre el castigo según el género. Esto lovemos en que:

Los varones se inclinan por una concepción del castigo vinculada con la “prohibiciónde hacer” y las mujeres lo vinculan con el “encierro”.

En general, relacionan “portarse bien” con “hacer caso y obedecer”. Sin embargo, losniños se inclinan más por el “no pelear” y las niñas por “cumplir” con sus obligaciones.

“Portarse mal” aparece mayoritariamente vinculado con “no hacer caso, desobede-cer”. Pero para los varones es sinónimo de “pelear” y para las mujeres se relacionamás con “hacer algo indebido”.

5. La mayoría de los niños encuestados fue castigado físicamente alguna vez; los niñosen mayor proporción que las niñas.

6. Los chicos encuestados reciben castigos físicos en casa, en general de los adultos queson sus progenitores, familiares directos o tutores.

7. Los niños y las niñas tienden a “justificar” a los adultos que ejercen castigos físicos yhumillantes sobre ellos.

“No hay que pegar, porque sonchicos y todos nos equivocamos.”

(M., Córdoba, 11 años)



40


8. Los niños y las niñas reconocen que esto configura un modelo a reproducir.

9. Los niños y las niñas encuestados afirman que no sirven como formas de castigo loschirlos ni el encierro. Tampoco los gritos, el dejarles de hablar o la amenaza de un golpe.Mucho menos pegarles con un objeto, decirles que no los quieren o insultarlos.

10. El castigo físico y humillante entristece a los niños, les hace tener bronca y miedo.

11. Los niños y las niñas nos dicen que las formas más adecuadas de castigo son:“Prohibir la TV”, “Mandarlo/la a la cama a pensar”, “Ordenarle que repare el daño que hizo”,pero fundamentalmente “Hablarles y explicarles que está mal lo que hicieron”.

12. Los niños y las niñas encuestados no vinculanmayoritariamente la violencia física ejercida sobre

ellos con una forma de castigo. Reconocen que losgrandes les pegan, pero en ocasiones no lo percibencomo una forma de castigo. ¿Qué sentido, entonces, ledarán a estas acciones de los adultos sobre su cuer-po? ¿Cómo interpretarán estas acciones de los adul-tos sobre ellos?

A partir del análisis de la información recabada observa-mos que, si bien existe una legislación que promueve unaimagen positiva del niño y de la niña como sujetos de dere-

chos civiles, sociales y políticos, en la sociedad aún tienen pre-dominancia construcciones negativas del niño que se encuentran arraigadas y tienden a ubi-carlo, en la relación con el adulto, en un lugar de inferioridad, sometimiento y subordinación.

Es notable, y alarmante, que los niños y las niñas tiendan a definir el comportamientobueno o malo a partir de la obediencia a los padres en primer lugar, y a los adultos en ge-

neral. Son pocos los niños y las niñas que reflexionany definen el comportamiento a partir de la valoracióndel acto según las normas y los valores sociales y cul-turales de la sociedad en la que viven. Consideramosque las definiciones que se inscriben en esta perspec-tiva más amplia, que contempla las normas, valores y

derechos sociales, marcan el camino que nos permiteeducar y concebir a los niños y las niñas como sujetos de derechos, ya que pueden así adop-tar una posición crítica frente a las situaciones que se les presentan y decidir sobre sus actos.

Por ello, la valoración del comportamiento de los niños y niñas debería centrarse en laacción y sus consecuencias en un contexto sociohistórico determinado, y no en la obedien-cia o no a las órdenes que imparten los adultos. Desde ETIS promovemos una construccióndel niño como sujeto crítico y potencial agente de cambio y transformación de la realidadsocial. Por ello cobra relevancia el abordaje sobre las representaciones sociales, como ele-mentos organizadores del pensamiento, la acción y las relaciones en la sociedad.

Es así como podemos observar que las visiones predominantes de los niños, que se ubi-

can en un lugar de inferioridad respecto de los adultos, refieren a formas de castigo que se

“Portarse bien es ayudara la sociedad y cumplircon nuestros deberes.”




41


inscriben en esta línea de relaciones de poder. Es decir, son formas de castigo que apun-tan a la imposición de un reto, una privación, una prohibición, sin contemplar el diálogocomo un proceso de enseñanza-aprendizaje , que supone la construcción conjunta denormas con los niños. Consideramos que los límites y las normas son necesarios para eldesarrollo e inclusión de los niños en la sociedad, pero desde una perspectiva de dere-chos deben ser propuestos y acordados con ellos si queremos formar ciudadanos críti-cos y participativos.

Por lo mencionado hasta aquí, es importante reconocer que las formas de castigo físicoy humillante constituyen un problema social, político y cultural. Social, en tanto la interven-ción para erradicar estas formas de maltrato infantil requiere un proceso de desnatura-lización y deconstrucción de las representaciones sociales predominantes que involucratanto a los niños como a los jóvenes y adultos. Es un proceso simbólico y político porquesupone la autopercepción de los niños y jóvenes como sujetos de derechos con posibilidadde reflexionar y decidir con responsabilidad sobre sus acciones, al mismo tiempo que exige

el reconocimiento y la legitimación por parte de los adultos. Es también cultural, ya quesupone el aprendizaje de otras formas de enseñanza y socialización de los niños donde pre-dominan el diálogo, la comunicación y el acuerdo. Se trata de construir y legitimar prácticasalternativas que impliquen el reconocimiento de los niños como sujetos de derechos y desle-gitimen toda forma de castigo físico y humillante por parte de los adultos (padres, maestros,familiares, otros adultos).

Lejos de concluir el tema, este estudio se plantea como una aproximación y exploraciónde la problemática del castigo físico y humillante hacia los niños y las niñas y aporta algu-nas líneas para profundizar los aspectos cualitativos y formular políticas públicas que con-tribuyan al ejercicio efectivo de los derechos contemplados en la Convención de los dere-

chos del niño.



43

Tercera parte: la posibilidad del cambio

ALGUNAS IDEAS PARA PROMOVER EL CAMBIO

Para comenzar a cambiar y educar en un marco de respeto porlos derechos de los niños y las niñas, proponemos utilizar estrate-gias alternativas que reemplacen definitivamente la violencia y lahumillación como formas de educar y tratar a los niños, lasniñas y los adolescentes. Por eso es fundamental, en primer

lugar, desnaturalizar esta modalidad y desterrarla de las prácti-cas sociales cotidianas.

Algunas propuestas son:

Acordar las normas del hogar o del aula entre todos/as. Evaluar el cumplimiento de las normas en grupo. Detener situaciones de agresión en forma inmediata. Elaborar propuestas para reparar el daño causado, si lo hubo. Rechazar y repudiar el daño causado pero no a los niños o a las niñas.

Generar instancias de diálogo. Conocer a los niños y las niñas, sus puntos de vista y motivaciones para el obrar.

Específicamente en el hogar, creemos muy importante manejar normas claras y no exce-

sivas, que sean discutidas con los hijos y las hijas o que se les expliquen, pues de esta ma-nera será más sencillo el manejo del incumplimiento (y el necesario reconocimiento de sucumplimiento).

En esta línea, es esencial que los padres y las madres puedan centrar la atención en lasconductas positivas de los niños y las niñas más que en las negativas.

Enfáticamente afirmamos que en la medida en que exista una mayor y mejor comuni-

cación entre los miembros de la familia, se verá fortalecida la capacidad de diálogo y el

entendimiento, dejando así de lado el castigo físico y humillante (Merchán, 2003).De ninguna manera estamos diciendo que no hay que establecer límites y sanciones a los

niños y las niñas. La disciplina, la sanción y los límites son necesarios para los chicos en suproceso educativo, pero disciplina entendida como un conjunto de medidas que impartenlos adultos para corregir algunas conductas de los niños y las niñas, estableciendo normasy límites sin usar la violencia y generando aprendizajes.

Crecer sin límites es como crecer sin protección: hace daño, genera inseguridad y faltade soporte social y emocional; puede ser vivido como una falta de amor: “No les importa loque hago... No me quieren”. Sería importante pensar menos en el castigo y más en unanecesidad de límites que nos estructuran, que nos permiten comprender el sentido de lo que

hacemos así como orientar nuestra vida de modo más pleno.



44


17 Psicóloga. Responsable de los programas de violencia e infancia de Save the Children España.

CASTIGO FÍSICO Y HUMILL ANTE

Es una forma de violencia física y/o psicológica.

Cuestiona la dignidad de la persona,no su conducta.

No ofrece el aprendizajede una conducta alternativa.

No es proporcional con la conductaequivocada que se pretende corregir y produce miedo

y sumisión, no aprendizaje.

Está basado en el abuso de poder.

Es más rápido y más fácil,no requiere tiempo para planificarlo.

No contempla la participación infantil en elestablecimiento de la sanción.

Los padres no se comunican con el niño

o la niña. No hay diálogo.

Transmite al niño o niña que las personasque han de quererlo y protegerlo lo hieren(relación entre amor y violencia) y que las

personas que tienen autoridad pueden abusarde ella (relación entre autoridad y violencia).

DISCIPLINA POSITIVA

Nunca incluye forma alguna de violencia.

Cuestiona la conducta,nunca la dignidad de la persona.

Ofrece siempre el aprendizajede una conducta alternativa.

Siempre es una sanción proporcionaly relacionada con la conducta a corregir,produciendo un aprendizaje en el niño.

Está basada en el ejercicio de la autoridad.

Requiere tiempo para planificarlo e imponerlo.

El niño o la niña participan tanto como es posibledel establecimiento de la sanción.

Los padres se comunican con ellos/as dando a

conocer la norma previamente, explicándolespor qué la acción está mal, cuáles son lasconsecuencias y por qué no deberán repetirla.

Puede incluir alguna forma de castigo no violenta:una penitencia, la prohibición de un gusto.

Tal como sostiene Pepa Horno Goicoechea (2005),17 “la autoridad es necesaria para laeducación de los niños y las niñas, para evitar que crucen un semáforo en rojo, que subana un árbol del que pueden caerse. La responsabilidad de educación y protección, así comola necesidad biológica de cuidados y crianza, hace que socialmente se les haya otorgado alos padres la autoridad sobre sus hijos, pero esta autoridad implica en sí misma un poder delque pueden abusar cuando lo ejercita la autoridad de forma violenta”.

Podemos hablar entonces de disciplina positiva, enfatizando que es necesaria para eldesarrollo de los niños y las niñas y la construcción misma de su personalidad. Contrariamente,el castigo físico no solo vulnera los derechos de los niños y las niñas, sino que implica for-mas de violencia contra ellos/as. Pero ¿por qué? Porque el castigo físico castiga a la per-sona y no la conducta y genera en las víctimas baja autoestima e inseguridad. Sumado aesto, enseña que la violencia es una forma de resolver los conflictos y de relacionarse conla gente. Finalmente, los especialistas coinciden en que estas formas de castigo no corrigenen absoluto la conducta no deseada.

Por otro lado, la violencia es considerada como un continuo de conductas graduales, quepuede comenzar, por ejemplo, con una mirada o una palabra y continuar hasta formas másextremas. Por ello es necesario intervenir a tiempo.

Veamos ahora las diferencias (Horno Goicoechea, 2005: 21) entre castigo físico y humi-llante y disciplina positiva.



45

Sabemos que la práctica del castigo físico y humillante es difícil de modificar y que muchasveces estos cambios involucran temas sensibles y personales como las pautas de crianza yla educación que hemos recibido con anterioridad. Por eso es importante plantearnos cómoacompañar el crecimiento de los chicos de acuerdo con su grado de desarrollo.

Habilidades para la vida

Durante la infancia se adquieren aprendizajes varios y se incorporan y desarrollan distin-tas habilidades y recursos personales que les permitirán más adelante afrontar situacionesdifíciles o de riesgo. Como adultos podemos acompañarlos en su crecimiento, reconocien-do la importancia de las siguientes fortalezas: la autoestima, la autonomía personal, laresponsabilidad y las relaciones interpersonales positivas.

¿Cómo podemos hacerlo? Animándolos, planteándoles desafíos acordes a su edad, ofre-

ciéndoles ayuda y apoyo, felicitándolos, haciéndoles ver sus esfuerzos y logros, ayudandoa conformar una imagen positiva de sí mismos.En definitiva, se trata de que niños, niñas y adolescentes aprendan a entender la realidad

con todas sus contradicciones, a pensar por sí mismos, es decir, buscar, criticar, decidir yresponsabilizarse por sus elecciones.

Desde los diez años, aproximadamente, los chicos actúan intentando coordinar susdeseos, necesidades y capacidades según las características de cada situación. Adquierenmayor autonomía y acuerdo social. La integración social en el colegio resulta esencial en lamedida en que se trata de uno de sus espacios de convivencia donde tienen oportunidadespara relacionarse con otros adultos y con sus compañeros, más allá de su hogar.

A medida que los chicos van formando su personalidad y que comienzan a interactuarcon otros, en el barrio y en la escuela, por ejemplo, se ponen en juego las habilidades queposeen en relación con el respeto mutuo y la construcción de normas y límites junto a otrosy otras. En este camino es positivo que podamos transmitirles la necesidad de:

Tolerancia: escuchar, conocer, entender otras versiones. No aguante, sinocomprensión del/de la otro/a, aceptación de la diferencia. Control de los impulsos: ante la frustración, hacer surgir la posibilidad depostergar esa gratificación deseada o encontrar otra alternativa. No represión,sino canalización de los deseos por otro lado.

Autoestima: valoración de sí misma/o y sus criterios propios.

Contención con afecto

La conducta de los adultos se diferencia de la infantil, entre otras cosas, porque la acción esposterior a haber pensado qué hacer frente a una situación, y no actuar por impulso. Por eso, esfundamental evitar responderles sin pensar a los chicos, especialmente a los adolescentes, omolestarnos por lo que nos dicen o nos hacen. Tenemos que mostrarles formas diferentes de pen-sar las cosas y de relacionarse con los otros. Los adolescentes muchas veces sienten que notienen salida, y acompañarlos en su desarrollo significa ayudarlos a pensar alternativas posibles.

En todas las etapas de crecimiento de los chicos a veces es necesario decir “no”. Así como es imprescindible reconocer lo que se hace bien y explicar por qué está bien hecho,

La posibilidad del cambio



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resulta igualmente importante corregir lo que no se ajusta a la convivencia, explicando porqué está mal y estableciendo alternativas posibles, siempre desde un lugar de afecto.

La tarea de poner límites es ardua y requiere creatividad y cariño. “Firmeza con ternura”,nos gusta decir en ETIS. El “no” es explicado de acuerdo con la edad de los chicos y pre-cisa siempre ser predicado con el ejemplo, lo cual implica aceptar por parte de los adultosla propia equivocación.

Se presentan distintos tipos de “no”: con relación a las rutinas y la cotidianeidad, comoenseñanza para transmitir y formar valores y actitudes y ante situaciones de riesgo. Cuandodejamos pasar algunas transgresiones, les estamos diciendo que las reglas y los pactos notienen importancia y que pueden no cumplirse. En cambio, si manejamos la situación dialo-gando, les brindamos la confianza y seguridad que precisan. También es importanteescuchar el “no” de los chicos, valorarlo y entenderlo frente a las situaciones. Ellos son suje-tos de derecho y es nuestra obligación como adultos respetarlos y protegerlos, también enla construcción de sus criterios para la acción.

GUÍA PARA LA ACCIÓN

Si los temas hasta aquí abordados te movilizan, te invitan a cambiar, te mueven a laacción, te proponemos que:

1. Si sos padre/madre, converses estos temas con tu pareja, incluso con tus hijos, quizálleguen a acuerdos y posiciones que ayuden a una mejor vida familiar.

2. Si sos docente, ¿por qué no pensar en un taller con padres sobre el tema… o con los

propios niños y niñas? Podés ver actividades para trabajar estos temas en el Cuadernillo detrabajo para la formación y educación de niños, niñas y adolescentes mediante la promoción

del buen trato, elaborado en el marco del proyecto “Promoviendo los derechos de la niñeza través de la formación de una red de protección contra la trata, el tráfico y la esclavitud enlas provincias de Formosa y Misiones”, por Save the Children y el Centro de EstudiosMigratorios Latinoamericanos.18

3. Si sos periodista, ¿no te parece necesario promover una corriente de opinión favorablea erradicar el castigo físico y humillante en nuestro país? ¿Qué artículo, nota, comentariopodés publicar sobre el tema? Podés pedir colaboración de organismos públicos y ONGsespecializadas en el tema.

4. Si sos miembro de una ONG que promueve los derechos del niño, ¿podés difundirestos temas en tu comunidad, en tu entorno? ¿Querés sumarte a la red de organizacionesque en la Argentina estamos juntando fuerzas para que estas cosas cambien?

5. Si sos legislador nacional, provincial, municipal, ¿qué medidas legales podrías pro-poner para garantizar a los chicos y chicas de tu comunidad un desarrollo pleno en el marcodel respeto de sus derechos?

18 En www.savethechildren.org.ar se puede encontrar el cuadernillo completo.



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6. Si sos un funcionario de programas sociales o educativos, ¿de qué manera podésincorporar este tema en las políticas públicas?

7. Si sos un joven comprometido con tu comunidad, ¿querés sumarte a una campaña dedifusión de este tema en la sociedad? Llamanos, que en ETIS tenemos material de difusióny material para promotores comunitarios de esta campaña.

A MODO DE CIERRE

Toda modalidad de castigo físico y humillante es unaforma de violencia contra la infancia que debe ser erradica-da de las prácticas de crianza, deslegitimada socialmente ysancionada legalmente.

A nuestro entender, el Código civil faculta a los padres a co-

rregir a los hijos, pero la advertencia de que “el poder de correccióndebe ejercerse moderadamente, debiendo quedar excluidos los malostratos, castigos o actos que lesionen o menoscaben física o psíquicamente a los menores”y que “los jueces deberán resguardar a los menores de las correcciones excesivas de lospadres” resulta insuficiente, pues la norma citada puede dar lugar a interpretaciones que nocumplan con el fin de suprimir toda forma de castigo.

En función de lo expuesto, consideramos fundamental promover una corriente de opiniónen relación con la temática que permita converger esfuerzos en la erradicación de estas for-mas de castigo a niños y niñas, mediante:

a) modificaciones legislativas que reflejen una prohibición explícita del castigo físico y eltrato humillante,

b) la elevación de sanciones al castigo físico yc) la realización de campañas nacionales acerca de los derechos de los niños y las con-

secuencias de estas formas de castigo físico y trato humillante.

Los antecedentes a nivel mundial de este tipo de campañas, que la organización Save theChildren viene acompañando, nos permiten afirmar que es posible la prohibición de todaforma de castigo físico y humillante contra la infancia.

El sitio de internet www.acabarcastigo.org brinda información sobre estas iniciativas así

como diversos materiales e investigaciones respecto del tema.Confiamos en que, de la misma manera que en estos días, generalmente, nos horro-

rizamos con los relatos sobre las formas de castigo que encontramos en la literatura o en lahistoria o nos indignamos cuando la sección policial informa abusos y formas de maltratoinfantil, las generaciones futuras se indignen frente a las prácticas violentas que lassociedades de principios del siglo XXI mantenemos en la educación de los niños. Para ello,el cambio debe comenzar ahora, en nuestras conciencias y percepciones.

Y escuchemos a los niños. Ellos seguramente pueden orientarnos sobre las mejores for-mas de incorporar normas y corregir errores.

Es nuestro deseo, nuestra intención, con este trabajo, que en el futuro puedas contarles

a tus hijos y nietos, a las nuevas generaciones, que has sido uno de los protagonistas delcambio.




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INSTITUCIONES DONDE ENCONTRAR ORIENTACIÓN E INFORMACIÓN

Si te quedaron cosas en el tintero, si querés profundizar el tema o deseás pedir ayudapara protagonizar el cambio en tu propio contexto familiar o comunitario, podés ponerte en

contacto con las siguientes organizaciones que trabajan en materia de desarrollo social, pro-moción y protección de derechos de los niños en sus diferentes esferas de especialidad ycompetencia.

ORGANISMOS PÚBLICOS

Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y FamiliaMinisterio de Desarrollo Social de la Naciónwww.desarrollosocial.gov.ar

Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos

Secretaría de Derechos Humanoswww.jus.gov.ar

Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos AiresSubsecretaría de Niñez y Adolescenciawww.desarrollosocial.gba.gov.ar

ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Alianza Internacional Save the Children

www.savethechildren.net

Save the Children SueciaSede Regional para América Latinawww.scslat.org

Save the Children Españawww.savethechildren.es

Save the Children en Argentina

www.savethechildren.org.ar

UNICEFwww.unicef.org.ar



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ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES

Equipo de Trabajo e Investigación [email protected]

www.etis.org.ar

Save the [email protected]

Colectivo de Derechos de Infancia y AdolescenciaRivadavia 2057, 10º piso, CABA Tel. (011) [email protected]

www.colectivoinfancia.org.ar

Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ)Piedras 730, CABA Tel. (011) 4361-5745 / [email protected]

Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)Piedras 547, CABA Tel. (011) [email protected]

www.cels.org.ar

Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia (EDNA)Obispado de San Isidro, Provincia de Buenos AiresItuzaingó 90 (B1642DPB), San IsidroBuenos Aireswww.ednaobsi.com.ar




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Anexo

DECLARACIÓN DE BUENOS AIRES SOBRE VIOLENCIA CONTRA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES. JUNIO DE 2005

Representantes políticos suscribieron el 1 de junio de 2005 la Declaración de Buenos Aires sobre Violencia contra Niños, Niñas y Adolescentes, durante la “Consulta regionalsobre violencia contra los niños en América latina” que se realizó entre el 30 de mayo y

el 1 de junio en Buenos Aires, y reunió a más de doscientos cincuenta expertos en la regiónlatinoamericana con el objetivo de analizar la violencia en la región y elaborar recomenda-ciones para prevenirla y eliminarla.

La declaración aborda las diferentes formas de violencia y advierte que América latina esuna de las regiones más violentas del mundo, siendo los niños y las mujeres las principalesvíctimas. El documento recomienda cambiar los parámetros sociales, culturales, políticos y

jurídicos en aspectos importantes como la edad de imputabilidad y las penas, establecerleyes de prohibición de castigos físicos y psicológicos como método de disciplina, yasegurar la gratuidad, calidad y equidad de la educación, entre otros puntos.

Los ministros, ministras y altas autoridades nacionales e internacionales en materia

de derechos humanos reunidos en Buenos Aires, con ocasión de la Consulta para América latina, efectuada en el marco del “Estudio del secretario general de lasNaciones Unidas sobre la violencia contra los niños, las niñas y los adolescentes”,teniendo en cuenta la Convención sobre los derechos del niño y los demás instru-mentos internacionales sobre la materia, así como los principios que los orientan,formulamos la presente declaración:

1. América latina es una de las regiones más violentas del mundo y las personasmenores de edad y las mujeres son las principales víctimas. Millones de niños yniñas en nuestro continente viven bajo el temor de ser víctimas de violencia en la

casa, en la escuela y en la calle. La violencia física y psicológica que sufren los niñosy las niñas incluye las ejecuciones extrajudiciales, las torturas, los tratos o penasinhumanos o degradantes, los castigos físicos aun en el seno familiar, el abusosexual, la explotación sexual, la trata y el tráfico de personas.

2. Existe una preocupante tolerancia social a la violencia contra la niñez, agravadaa menudo por el manejo inadecuado del problema por parte tanto de los medios decomunicación como por actores políticos. En la práctica, ello se traduce en laimpunidad de los agresores, en el silencio ante el abuso sexual, en la aceptacióntácita de las condiciones inhumanas y degradantes que padecen miles de niños,niñas y adolescentes privados de libertad, en las reiteradas propuestas de rebajar

la edad de imputabilidad penal o en el establecimiento de penas de cadena per-



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petua o penas de muerte para delitos cometidos por personas menores de 18 años.En relación con tales graves problemas, consideramos de fundamental importancialo siguiente:

3. Resaltar que existe una voluntad creciente de los Estados de la región para cambiarlos modelos económicos generadores de pobreza, a los que están estrechamenteligados los fenómenos de violencia contra la niñez.

4. Cambiar radicalmente los parámetros culturales, sociales, políticos y jurídicosrelacionados con los niños, las niñas y los adolescentes, a quienes no se debeestigmatizar ni discriminar. Las políticas públicas relacionadas con ellos no debenabordarse únicamente desde la perspectiva de la seguridad pública. Aspectostales como la rebaja en la edad de imputabilidad penal y el aumento en las penasno constituyen soluciones adecuadas a la violencia relacionada con la niñez.

5. Los padres, educadores y demás personas que interactúan con los niños y las niñas deben abstenerse de aplicarles castigos físicos y psicológicos comométodo de disciplina o para cualquier otro fin. Debe establecerse por la ley laprohibición de tales castigos y promoverse el abandono de tales prácticas.

6. Es fundamental que las políticas públicas sobre niñez y adolescencia y la interac-ción de los agentes del Estado con todas las personas menores de 18 años partande la premisa fundamental de que los niños y las niñas son titulares de derechoshumanos. Los niños y las niñas tienen derecho a la protección, a cuidados y ayudaespeciales por parte del Estado, que debe prestarlos respetando los principios

generales de “interés superior” y “protección integral de la niñez”. Los niños y lasniñas deben ser escuchados en los asuntos relacionados con ellos.

7. Las políticas estatales en materia de derechos humanos de la niñez deben dirigirsea la satisfacción de las necesidades fundamentales y a la creación de oportunidadesde vida digna. Para ello deben concentrarse esfuerzos en la prevención de la violen-cia a través de políticas públicas en materia de derechos humanos de la niñez y pro-gramas y servicios de educación, salud, protección, nutrición y bienestar, tanto en lafamilia como en la comunidad.

8. La educación es uno de los factores fundamentales para la prevención de la vio-lencia. Para ello, debe asegurarse la gratuidad, calidad y equidad de, al menos, laeducación básica. En todo caso, debe suprimirse cualquier tipo de cobros, como lascuotas de padres y representantes, la requisición de libros o materiales y la exigen-cia de uniforme o zapatos para poder asistir a la escuela, dado que en la prácticaestos requerimientos niegan a la niñez el derecho a la educación. Es de igual impor-tancia que los Estados provean a los niños y las niñas pobres complementos nutri-cionales que incluyan al menos una comida en la escuela. Enfatizamos también enla importancia específica de la educación sexual como forma de prevención de laviolencia.



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Anexo

9. Es igualmente fundamental el respeto a la vida, a la integridad física, psicológicay mental de los niños, las niñas y los adolescentes; a su derecho a las garantías judi-ciales y a la presunción de inocencia. La privación de libertad no puede efectuarsesin orden judicial previa ni bajo pretexto de conceptos tales como el riesgo o la peli-

grosidad social. Cuando en circunstancias excepcionales proceda esta medida, losniños, las niñas y los adolescentes deben recibir un trato humano, caracterizado por elrespeto y garantía a todos sus derechos fundamentales, especialmente a la vida, laintegridad personal, la salud, la educación, y el mantenimiento de sus vínculosfamiliares. Los profesionales de las redes de servicios sociales que por su trabajotengan conocimiento de hechos de violencia contra niños, niñas y adolescentes,deben poner de inmediato tal circunstancia en conocimiento de las autoridadescompetentes para su debida investigación y sanción de los responsables.

10. Reconocemos y alentamos el rol que sobre la promoción y protección de los

derechos de la niñez y adolescencia efectúan organizaciones tales como UNICEF, elComité de Derechos del Niño de la ONU, la Oficina de la Alta Comisionada de lasNaciones Unidas para los Derechos Humanos, la Organización Mundial de la Saludy la Relatoría de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como las organizaciones de la sociedad civil que tienen como marco de actuación losderechos humanos, especialmente las que promueven los derechos de la niñez.



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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Fundación ARCOR (2008), Barómetro de la deuda social de la infancia, UCA, Buenos Aires.

Bourdieu, Pierre (1999), La miseria del mundo, Fondo de Cultura Económica, Bs. As.

CESIP (Centro de Estudios Sociales y Publicaciones, 2005), La disciplina con buen trato

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FAD-Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires (1997), “Material de prevención del consumo de drogas — de 6 a 12 años. PIPES (PlanIntegral de Prevención Escolar)”, Argentina.

Foucault, Michel (1989), Vigilar y castigar, Siglo XXI Editores, Buenos Aires.

Guerrero Ortiz, Luis (1993), ¿Y Ahora qué hice? Reflexiones sobre el castigo, la democracia

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Horno Goicoechea, Pepa (2005), Amor, poder y violencia. Una comparación transcultural

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Kempe, Ruth y Henry (1982), Niños maltratados, Ediciones Morata SA, Madrid.

Merchán, Leonor Isaza (2003), “Sin golpes ni gritos. Descubriendo la crianza positiva”,Manual para profesionales en el trabajo con padres y madres, Save the Children Reino Unido.

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trabajo para la formación y educación de niños, niñas y adolescentes mediante la promoción

del buen trato”, elaborado en el marco del proyecto “Promoviendo los derechos de la niñeza través de la formación de una red de protección contra la trata, el tráfico y la esclavitudsexual en las provincias de Formosa y Misiones”, CEMLA, El Amanecer, AECI.



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Anexo




BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

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UNICEF, Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño (www.unicef.org/crc).

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