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    REVISTABBLICA

    Ao 43 - 1981Pgs. 33-45

    [33] EL LIBRO DE JOBCOMO CLAVE HERMENUTICA DE LA TEOLOGA

    J. Severino Croatto

    El libro de Job ha suscitado siempre admiracin como pieza literaria y por las cuestionesantropolgicas que tematiza. Cunto se ha hablado sobre Job! Quin puede agotar la

    sabidura escondida en esta obra teolgica? Acaso ya est todo dicho e interpretado?

    Una interpretacin ya clsica centra la problemtica del libro en la cuestin delsufrimiento y su sentido. Esta lnea se ha hecho tan tradicional como la de los consoladores

    de Job: que su sufrimiento era consecuencia de su falta de justicia ante Dios. Sin embargo,

    ser literariamente verdadero que el problema del dolor es el tema principal del libro de Job?

    La exgesis tradicional se aproxima al libro desde la perspectiva de los enunciados,

    descuidando la de la forma o estructura de la composicin. A decir verdad, quien elige laprimera va queda al final de la lectura con bastante indecisin: los amigos de Job lo acosan y

    acusan por todos lados para convencerlo de su pecado; Dios, en dos solemnes discursos, le

    hace ver su pequeez e insolencia por tratar de demandarle en juicio (vase apelativo de

    mkij, fiscal, dado a Job en la clausura del primer discurso 40,2). Nadie defiende a Job;

    pareciera que l mismo retrocede y se abandona ante la omnipotencia y sabidura de Dios(40,3-5; 42,2-6). De qu le sirvi tanto discutir, si al final retracta sus palabras y se arrepiente

    en el polvo y la ceniza (42,6) como una aceptacin de su estado de postracin (2,8)? Pero loque es ms grave, qu sacamos en limpio como mensaje?

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    [34] Que Dios tiene razn cuando nos manda el sufrimiento, aunque no sepamos el

    porqu? Que el dolor es un misterio? Si se tratara de eso, haca falta expresarlo con una

    difcil composicin de 42 captulos? Por otro lado, uno lee el desenlace de 42,7-17 (el epilogo)

    como algo ajeno a lo que acaba de suceder en los tramos precedentes.

    Ms grave an es la teologa que est detrs de esta lectura que, a su vez, la realimenta:aunque el hombre ignore por qu sufre, Dios lo sabe: el que sufre ha de aceptar una

    misteriosa providencia, y ms irnicamente, una sabidura divina que no tiene en cuentalas causas concretas de los males (1,13-19).

    Es evidente que, como cristianos, leemos el libro de Job con la intertextualidad del NuevoTestamento, donde el sufrimiento tiene un sentido cristolgico eminente. Pero esto no ayuda

    mucho a entender el libro de Job,ni su ubicacin en el canon. Tampoco es suficiente el

    recurso a la revelacin progresiva, porque sta tiene muchas dimensiones.

    Creo que es posible abrir de nuevo el libro de Job, para leerlo desde una perspectiva

    semitica y hermenutica: por la primera, vamos a entender mejor la composicin de la obra,su mensaje como estructura literaria; por la segunda, podremos introyectarnos en la mismadesde un horizonte de comprensin explcito, cual es el sufrimiento humano denuestrapoca.

    Con esa relectura se modificar el eje mismo de la interpretacin del libro de Job y, lo que

    tambin es significativo, aparecer una severa crtica a la teologa tradicional, no slo de los

    amigos de Job, sino tambin de la nuestra. Por ltimo, el enfoque cristolgico del Jobveterotestamentario ser mucho ms coherente. Vale la pena entonces releer a Job?

    La estructura redaccional de Job

    Cualquiera sabe que Job es una obra final, que revela fases redaccionales anteriores.

    Para la semitica eso no es importante, sin embargo tiene su valor el reconocer una ciertahistoria de la formacin del libro. As, el prlogo (1,1-2,13) y el epilogo (42, 7-17) en prosase distinguen del cuerpo (3,1-42,6) escrito en poesa y en un lenguaje arcaizante y difcil. La

    seccin en prosa es una tpica historieta de desenlace feliz (Job restaurado y colmado de

    bienes), la potica es un debate filosfico-teolgico que retorna una y otra vez, como en

    crculos concntricos, los mismos temas. Resulta palpable tambin que la historia folclricaaparece

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    [35] incompleta, ya que 42,7 no contina a 2,13 (faltan episodios esenciales para la

    trama), debido a la insercin del gran bloque potico. Este, por su parte, no es uniforme, ya

    que es un hecho literario reconocido que el discurso sobre la sabidura (28) interrumpe la

    discusin; que la intervencin de Elih (32-37) no est prevista en la presentacin de 2,11ss;que las teofanas de Yav (38-41) no responden a las cuestiones debatidas en las escenas

    anteriores; ms an, hay dos discursos de Yav con sendas respuestas de Job, independientesuna de otra. Todo esto significa que nuestro texto actual de Job ha tenido su historia

    redaccional. Tambin se suele discutir sobre la relacin entre las dos grandes secciones (prosay poesa): cul es ms antigua? Sobre la base de que la tradicin popular suele continuarse

    por siglos, la mayora de los exgetas consideran ms antigua la parte en prosa, ahora

    cortada por la otra, ms reciente. A decir verdad, uno puede invertir el argumento: latradicin sapiencial representada por el gran debate de Job 3-42 es conocida desde inicios de

    las culturas sumeria y babilonia1 y bien que pudo haber sido revestida por un prlogo y un

    eplogo que convierten una discusin de personajes hipotticos en una historia concreta de

    familia, aunque no menos inverosmil. Por otra parte, la teologa de la versin popular parece

    ms tarda (la figura de Satn como acusador que desdobla la de Dios, la doctrina de la

    intercesin) que la del cuerpo sapiencial, que prolonga las disputas mesopotamias o egipciassobre el sufrimiento injusto del hombre.

    Pero puede tener algn inters determinar el orden de composicin del libro de Job?Dira que s, por cuanto esa informacin puede destacar el cdigo de lectura que hay que

    aplicar al libro. Me explico: si el cdigo sapiencial de 3-41 (que conserva su propia

    autonoma, como veremos) ha sido subsumido en otro cdigo, el de un relato popular, buscar

    en este ltimo alguna clave que manifieste el sentido de toda la obra. Lo que discurra en laseccin potica ser importante, contendr la definicin de la problemtica, pero el autor que

    transform esta disputa de sabios

    1Ver W. G. LambertBabylonian wisdom literature;Oxford Univ. Press, 1960, 21ss. Id.- O. R. Gurney, en:

    Anatolian Studies 4(1954) 65-99 (texto encontrado en Sultantepe); S. N. Kramer, Man and his God. A sumerianversion of the Job motif; en: Vet. Test. Supl. 3 (1955) 170-182.

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    [36]en un cuento popular, tuvo que haber atrasadohasta el eplogo en prosael desenlace

    de todo el problema. En esa misma lnea, las dos respuestas ya aludidas de Job (40,3-5 y

    42,2-6), por la posicin misma en que estn, no son la clave del libro sino los finales de los

    dos discursos de Yav. El suspenso del libro se mantiene un tramo ms, hasta el ltimoepisodio (ver ms adelante). Qu funcin cumplira el eplogo de 42,7-17 si el sentido estu-

    viera ya entregado en las respuestas de Job? Sera una obra mal terminada; en un filme, serael equivalente de una escena complementaria que se pasa cuando los espectadores ya saben

    verdadero final y estn saliendo de la sala. Creemos que el libro de Job est bien logrado ascomo est, que es una pieza maestra desde el punto de vista del armado, suspenso y desenlace.

    Para comprenderlo, hay que prestar atencin precisamente su forma estructural, para ubicar

    los contenidos.2

    Los cdigos del libro de Job

    Hemos hecho referencia al cdigo sapiencial usado en nuestro poema, de varias maneras

    se expresa:

    1. por la temticatratada, segn la tradicin sapiencial del antiguo oriente: la vida delhombre, el curso de la naturaleza, las relaciones con Dios;

    2. por el mtodode la observacin-reflexin usado; la sabidura configura una filosofa

    natural, un aprender a vivir y a estar en el mundo a partir de lo que sucede en l, un saber serhbil y exitoso por la comprensin de la realidad como es: una sabidura de la vida, dada por

    la experiencia. El libro de Job est cargado de este estilo sapiencial que recuerda el de otras

    composiciones;

    3. por ellenguajey el gnero literario sapienciales: uso de refranes, de sentencias breves ysintticas, masal, que nos remiten, por ejemplo, al libro de los Proverbios; un lxico que

    maneja con detalle los campos semnticos de la sabidura/necedad, etc.;

    4. por hacer delasabidura como tal un motivo del discurso (vase el elogio de aqulla en

    el captulo 28). Como el cantor sabe cantar a su instrumento musical (como la guitarra) o alpropio canto (por ejemplo la zamba), o el poeta ensalza el verso, o el sacerdote brahmn recita

    un himno a las mantras o frmulas

    2

    Ver Luis Alonso Schkel, Hermeneutical problems of a literary study of the Bible; en:Vet. Test. Supl. 20(1975) 1-15.

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    [37] litrgicas cuya recitacin es tan vital para l, as el sabio elogia a la sabidura,

    personificacin de todo lo que l es. Job 28 es paralelo, en ese sentido, con Proverbios 8, Sirac

    24 o Sabidura 6-9, etc.

    5. Dentro de la gran corriente sapiencial del Oriente, el libro de Job se encuadraespecficamente en el gnero literario llamadoLudlul bl nmeqi(lit. Alabar al Seor de la

    Sabidura), frase con la que empiezan esas obras que discuten el tema del sufrimientoinjusto.3Esto en cuanto a la seccin potica ya comentada.

    Como veremos ms adelante, Job establece una crtica a la sabidura tradicional; ahora

    bien, para ser eficaz, esa crtica es hecha con un cdigo sapiencial, o sea, desde dentro de latradicin que critica. De la misma manera, cuando la teologa es enjuiciada desde fuera (por

    ejemplo, por las ciencias sociales), el telogo se resiste, apelando a la no-pertinencia del

    discurso opositor; no puede hacer lo mismo si ste surge del propio mbito de la teologa.

    Otro cdigo que hay que tener en cuenta es el de las narraciones populares, representado,

    como ya sabemos, por los dos tramos de la obra en prosa. Como obertura y final de la

    composicin, le dan el encuadre esencial de una historia (en el sentido literario del trmino)transmutando tambin en historia concreta el gran debate sapiencial, la parte ms extensa

    del poema. De reflexin reservada al crculo de los sabios, nuestro Job pasa a ser una

    historia popular, que se transmite tambin en los crculos menos cultivados y cuyo mensajeser menos esotrico.

    Podemos descubrir tambin un cdigo dramtico en el libro de Job.4 Qu pasa si leemos

    este libro como un drama? Leer a Job sera como asistir a una representacin teatral, donde

    hay un escenario con personajes que actan, y espectadores que reciben el mensaje. Al

    escenario hay que imaginarlo doble, o en dos planos, o que se modifica segn las escenas.Veamos algunos detalles: en la primera parte (1-2), mientras en la corte de Yav uno de sus

    ministros, el fiscal (satn es el acusador, no el demonio!), juega una apuesta con Dios

    sobre la integridad de Job, en otro cuadro, o en el plano inferior del escenario, acontece la

    desintegracin de Job, desde sus bienes hasta su cuerpo. El espectador ve simultneamente losdos planos, pero Job no sabe lo que pasa en el escenario de arriba. Y no lo sabr a lo largo de

    toda la representacin. Ese desconocimiento hace a la trama de la obra, destacando la

    3

    W. G. Lambert,Ibidem.4

    Ver Luis Alonso Schke1, Toward a Dramatic Reading of the Book of Job; Semeia n. 7 (1977) 5-61.

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    [38]personalidad de Job, quien obra y habla por lo que es y no por lo que podra saber del

    absurdo juego del palacio celestial. Pero el espectador/lector tiene desde el principio un dato

    importante, que deber tener en cuenta para comprender el espectculo.

    Despus de este primer acto en varias escenas fcilmente irreconocibles, que sirven para

    presentar el caso, sigue un acto largo y fundamental, dividido en tres escenas, en cada una delas cuales los tres amigos dan explicaciones sobre por qu Job sufre, y ste responde

    afirmando su inocencia y justicia, ante su interlocutor de turno y ante Dios, a quien considerasu rival y a quien, al mismo tiempo, pide justicia. Es notable la insistencia de los amigos en

    los recursos tradicionales de la teologa sapiencial: la divina providencia, el orden csmico, la

    sabidura y el poder de Dios, la figura del Dios que hiere para corregir, etc. No haydesperdicio en la locuacidad de estos telogos consoladores. En comparacin con el tono

    elevado y sereno de la primera rueda de discursos (4-14), en la segunda (15-21) y tercera

    (22-31) el tono es ms agresivo y fuerte: Job es, para sus consejeros, un malvado que sufre su

    castigo, y lo acusan de pecados concretos (vase por ejemplo la severidad del discurso deElifaz en el cap. 22, al abrirse la tercera escena de este segundo acto). Job reafirma su justicia

    en un crescendo impresionante, que estalla al final (29-31) en un grito al Dios que no responde(30,20 y 31,35) en una declaracin jurada de su inocencia (el clebre captulo 31), y en unemplazamiento solemne de Dios para un juicio con l (31,35-37), en el que el tema es la

    justicia al prjimo (vv.38-40a).5 El v. 40b dice: fin de las palabras de Job. Estamos en el

    climax de la representacin, y esta confesin de Job es una estaca clavada en el escenario, que

    quedar all hasta el desenlace.

    De pronto, al abrirse el acto tercero, un espectador salta al escenario: es el joven Elih,enojado porque Job pretenda tener razn frente a Dios (32,2) y porque los tres argidores

    de Job, al no tener ya nada que replicar, haban dejado mal a Dios (v.3). Despus de su

    autopresentacin (32) y de sus cuatro discursos en defensa de Dios (33-37), nada nuevo

    aprendemos de la teologa sapiencial tradicional. Desde el punto de vista literario y de laredaccin, esta seccin no tiene mucho que ver con las tres ruedas del debate anterior. Elih

    no est en la lista de los visitantes de 2,11ss, es ignorado en la conclusin de 42,7-9, y Job no

    le

    5

    Reponemos en su lugar estos versos que la BJ coloca despus del v.16 por motivos de continuidad temtica,pero perdiendo la estructura narrativa de fondo.

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    [39] responde como en el esquema precedente: sus discursos son monlogos en el

    escenario. Esta constatacin de la crtica de la redaccin, banal de por s, se convierte en muy

    significativa para la semitica narrativa. Por un lado, en efecto, Elih no dice nada nuevo,

    porque su teologa de fondo es la misma que la de los consoladores que quiere superar; porotro, la interpolacin de estos discursos produce un doble efecto de sentido: muestra el

    fracaso de esta teologa tradicional que se repite al infinito, y demora el desenlace, creando asuna mayor tensin en el drama que se est representando. En tercer lugar, la falta de una

    respuesta de Job realza la que diera en 29-31, y que fue su taw (31,35b), es decir, su ltimapalabra, que vale tambin para la perorata de Elih.

    Llegamos de esta manera al acto nmero cuatro (38-42,6), con cambio de escenario: Yavhabla a Job desde el seno de la tempestad (38,1 y 40,6): el Dios creador y poderoso apabulla a

    Job con una lista de preguntas: Dnde estabas t cuando fundaba yo la tierra? (38,4), etc.

    Job calla, se humilla ante este Dios tan extraordinario. Los dos discursos casi simtricos, pero

    incompletos cada uno de ellos, dan la impresin de ser una antologa extractada de algunaobra mayor para ser insertada en este drama de Job. En tal sentido, como ya lo insinuamos, las

    dos respuestas de Job (40,3-5 y 42,1-6) se corresponden con cada uno de los dos discursos deYav, pero no aportan nada de especial o decisivo a nivel de la estructura narrativa total dela obra. Vamos a volver sobre estos discursos.

    Por ltimo, llegamos al acto quinto, al desenlace. Una breve y desconcertante frase de

    Yav respecto a los largos discursos de los tres amigos de Job: No habis hablado converdad de m, como mi siervo Job (42,7). Qu es eso de no haber hablado con verdad

    (nekn,la raz que da en acdico la voz kittum,verdad, justicia, tan usada en contextos

    jurdico-religiosos)? Job termina siendo el intercesor de sus acusadores, y Dios lo restaura ensu condicin anterior, aumentndole al doble sus bienes y su vida (muere a los 140 aos, el

    doble de lo que el salmo 90,10 seala como vida media del hombre). Como ya indicamos al

    comienzo, todo termina en un final feliz, segn las reglas de la estructura profunda de losrelatos populares.

    Hemos sintetizado de esta manera la secuencia de los actos y escenas de un drama (Job no

    es una tragedia!)6 transmutado

    6

    En Job no hay un aniquilamiento del hroe, ni la teo enceguecimiento provocado por los dioses y quelleva a la hbris (desmesura). Lo dramtico de Job est en su reclamo humano de justicia.

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    [40] estructuralmente, por su superposicin de un cuadro narrativo popular, en una

    historia en la que el protagonista queda en el mejor de los mundos. El que haba sido

    despojado de todo, hasta de su piel (2,7ss), el que haba maldecido su cumpleaos (3,lss),

    muere anciano y colmado de das (42,17).

    De la estructura al sentido

    Muchas preguntas se agolpan en este momento. Recordemos que para entender el libro deJob no hay que desmontar las secciones literariamente distintas; ms bien, hay que prestar

    suma atencin al montaje actual de las piezas, ya que cada una aporta al sentido, dado por la

    totalidadde la obra. Esta es una estructura, un tejido (eso significa el vocablo texto) cuyatrama y movimiento de los dibujos se captan en perspectiva. Para entender el libro de Job hay

    que leerlo de punta a cabo, como se presencia una obra de teatro o se ve un filme. El

    significado de tal o cual enunciado (como las respuestas de Job en 40,3-5 y 42, 1-6) debe

    estar subordinado al de la obra como unidad. Discutir sobre si los discursos de Elih sonoriginales o una interpolacin, es empobrecer la narracin, ya que el lugar donde estn

    ubicados y su contenido refuerzan la teologa sapiencial de sus predecesores en el escenario.Ms aun si no dicen nada nuevo, como destacamos.

    Es de esperar que en una obra sapiencial, el tema de la sabidura y del poder de Dios sea

    central; de hecho, aparece afirmado por casi todos los actores: Elifaz, el representante de los

    tres consoladores (5,8-16), Job (9,4-10; 12,11-25), Elih (36, 22-37, 24), Dios (38-41), elredactor que inserta el elogio de la sabidura (28) en un punto estratgico, como coronando la

    elocuencia de los acusadores tan versados en sabidura.. . En fin de cuentas, es la teologa de

    la tradicin, que es borrada por el gran testimonio de Job en 29-31! Realmente, el autor delLibrode Job es un sabio que critica con gran habilidad la sabidura acadmica y filosfica,

    que no sabe dar razn del sufrimiento injusto del hombre.

    Estamos todava buscando el sentido del libro de Job. Estamos atando cabos, por ahora.Algo ms se nos plantea siguiendo la trama del espectculo. Los tres consoladores

    pretenden defender a Dios a toda costa (Elifaz, 4,7.17; Bildad, 8,3 acaso Dios tuerce el

    derecho, Sadday pervierte la justicia?; 8,20; Sofar 11,7s, y as en cada rueda del debate).

    Defender a Dios a ciegas, condenando al hombre: porque la tesis tradicional

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    [41]de la retribucin establece que el sufrimiento es castigo de Dios por el pecado. Job, a

    partir de su propio testimonio, no acepta dicha doctrina clsica: l es unjustosufriente. Ms

    bien, condena al Dios de la tradicin, ante quien no tiene salida (ver 9,19). Pero este Job, que

    no tiene nada que perder, se atreve a demandar a Dios (13,18, etc.), a pedirle razones, adiscutir con l. No es una manera de buscar un nuevo rostro de Dios, desconocido por los

    sabios de la tradicin? Llevemos las cosas hasta el extremo:

    a) Por un lado, la problemtica de la retribucin representada por los sabios, queda encrisis, como queda en crisis la sabidura tradicional y el mismo poder omnmodo de Dios,

    cuando la teologa hace de l una abstraccin independiente de la vida real de los hombres. Es

    lo que pasa con los discursos de Elih que exaltan la sabidura de Dios (36,22ss) para apoyarla tesis tradicional de que Job sufre porque es pecador. Ahora bien, los discursos de Yav en

    los captulos 38-41 permanecen en el mismo eje semntico: el Dios que habla en ellos justifica

    su propia prepotencia, habla slo del orden csmico y de las maravillas de la fauna terrestre, y

    nada de los desrdenes sociales, nada del caso de Job. Qu distraccin teolgica! A nivel deestructura de la obra, de la secuencia dramtica del espectculo, y de los contenidos mismos,

    cmo admitir que estos discursos de Yav sean la clave del libro? No es ms bien el Dios dela sabidura tradicional, negada rotundamente por la obra, quien habla en esos discursos tan

    poco convincentes a esa altura del relato? Algunos exgetas han visto en ellos una fina irona

    sobre el Dios poderoso pero poco humano, incapaz de arreglar el mundo creado por l.7 Aun

    con una simple aproximacin semitica a la obra, se capta que el Dios de estos discursos es el

    mismo Dios de los amigos de Job. Cmo Job no va a callarse (40,3-5; 42,1-6) ante ese Dios

    tremendo y misterioso! Claro que estos captulos pueden tener un profundo sentido teolgico

    ledos independientemente o en otro contexto. Pero no en esta obra! La estructura narrativadel libro modifica su orientacin.

    Por eso el desenlace, que ubicamos decididamente en 42,7, es inesperado para los sabios

    que queran forzar a Job a reprimir su

    7J.G.Williams, You have not spoken truth of me. Mystery and irony in Job: ZAW83 (1971) 231-254;

    Jorge Pixley, La irona, antesala de la teologa de la liberacin: el caso de Job: CuT3 (1973) 57-80; Id.,Comentario al libro de Job (La Aurora, Buenos Aires, en prensa).

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    [42]conciencia, pero est correctamente preparado a nivel de la estructura literaria de la

    obra: los que habandefendido a Dioscon la doctrina de la retribucin, condenando a Job, son

    desenmascarados ahora como los que no han hablado con rectitud(nekn)sobre el verdadero

    Dios. Slo Job, menospreciado y descalificado por la teologa de la tradicin, merece el elogiodel Dios que habla en el momento decisivo. Por tanto, el Dios que Job tanto buscara, slo

    ahora revela su rostro autntico. El no habis hablado con verdad de m,como mi siervo Job(42,7.8) debe remitir a alguna parte de la representacin anterior. Y sera poco coherente

    referirlo a las respuestas de Job en 40,1-3 y 42,1-6. Job ha hablado de Dios a lo largo de todossus discursos, cuando fue desmoronando la teologa del orden divino que desconoce al

    hombre concreto. Desde su experiencia personal fue reclamando un nuevo rostro de Dios, que

    al final se manifiesta ratificando la protesta y la queja de Job. Y el Job del acto final es laratificacin del Job sufriente del prlogo, que no profiri la menor insensatez contra Dios

    (1-22). A su vez, la actitud de los sabios queda equiparada con la del Satn de 1-2, el acusa-

    dor y el que desconfiaba de la integridad del pobre Job.

    b) Por otro lado, la obra nos muestra por su estructura que el eje no es el tema del

    sufrimiento sino el de lajusticia, tanto del hombre como de Dios.

    La enfermedad y el despojo de Job del primer acto introducen el debate teolgico

    ofreciendo un caso para discutir sobre un temade fondo, que se distribuye a lo largo de la

    representacin. De lo que se discute, a la base de todo, es de la justicia de Dios.Desde el

    planteo de Job en 3,20 (por qu dar la luz a un desdichado?) y el de los amigos por turno(Elifaz: qu inocente jams ha perecido? 4,7a; Bildad: Acaso Dios tuerce el derecho

    (mipat),Sadday pervierte la justicia(sedeq)?8,3 etc.) y en cada una de las ruedas de la

    disputa, Dios est en el medio. Job no puede entender cmo puede ser justo un Dios que sehace enemigo (13,24; 19,11), que manifiesta su fuerza contra el dbil, que no escucha el

    gemido del que clama a l (27,8s; 30,20 grito hacia ti y tu no me respondes). En qu queda

    el maravilloso Dios de la tradicin sapiencial sustentada por los elocuentes consejeros de Job?En defensa de Dios decs falsa... as luchais en su favor, y de Dios os hacisabogados?(13,7s). Por eso Job quiere abrir un proceso a Dios, tan seguro est de tener razn

    (13,18; 23,4; 31,35s). El tono jurdico del debate permite aflorar aqu y all el motivo del

    pleito. Eso es importante para centrar el

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    [43]tema. Si los amigos de Job argumentan por el lado de la retribucin (porque sufre,

    debeser un impo, y Dios es justo al castigarlo), l lo hace por el lado de la justicia,que no es

    lo mismo. En los juicios no se distribuyen mritos, sino que se repone la justicia transgredida.

    Lo expresan tantos textos jurdicos de la literatura cuneiforme! Y esto enlaza perfectamentecon el final del libro. Si Dios restaura a Job en su primera situacin, eso no significa una

    vuelta a la doctrina de la retribucin como la entendan sus adversarios. Dios devuelve a Jobaquello de que haba sido despojado. Este final se corresponde, aunque no mencione el tema

    del juicio, con la bsqueda de justicia por parte de Job.

    A la luz de estas observaciones toma un relieve particular la insistencia, en toda la obra,

    sobre el motivo de la justicia social, que en ltima instancia es un aspecto de la justicia deDios manifestada en el orden humano. Los contrincantes de Job lo acusan repetidas veces

    porque exigas prendas a tus hermanos sin razn, arrancabas a los desnudos sus vestidos...,

    no dabas agua al sediento, al hambriento le negabas el pan..., despachabas a las viudas con las

    manos vacas y quebrabas los brazos de los huertanos (Elifaz, en 22,6-9); no hacas justiciade los malos, defraudabas el derecho del hurfano (Elih, en 36,17). Job por su parte remarca

    su praxis de justicia social, sobre todo en la gran defensa (el climax de la obra) de 29-31: yolibraba al pobre que clamaba, y al hurfano que no tena valedor...; me haba puesto la justicia(sedeq)y ella me revesta, como turbante y manto, mi equidad(mipat); era yo el ojo del

    ciego y los pies del cojo; era el padre de los pobres... (29,12ss), con ideas afines en 30,24-26

    (Job atiende el clamor del pobre, mientras que Dios no responde a su propio grito! v.20) y en

    la automaldicin de 31,16-20. Job se retrata en la lnea del querigma proftico y del derecho

    social de la poca,8 cuyo arquetipo es colocado infaltablemente en el derecho divino. Por eso

    el desconcierto de Job cuando no halla justicia en el Dios que le pintan sus contendedores. Poreso su insistencia en el pleito con Dios. Por eso su deseo de encontrar un defensor, idea

    expresada en las tres ruedas del gran debate del segundo acto del drama. En 9,33 cree

    imposible encontrar un rbitro (mkij) entre l y Dios; en 16,19 sabe que en los cielos

    8Ver H.H. Schmid,Gerechtigkeit als Weltordnung(Mohr, Tubinga 1968) 23ss; A. Gamper,Gott als Richter

    in Mesopotamien und in Israel (Innsbruck 1966); N.P. Lemche, Andurrum and mirum:comments on theproblem of social edicts and their applications in the ancient Near East:JNES 38 (1979) 11-22.

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    [44] tiene un testigo (d)y defensor (ahad);en 19,25 afirma que su defensor (goel)

    vive. Por fin, en la apologa final exclama: Quin me diera alguien que me escuche(me

    escuchante, trmino usado tambin para referirse al juez, vase 2 Samuel 15, 1-4); h aqu

    mi taw(mi firma), que Sadday me responda, que mi rival (Dios) escriba su alegato (31,35).Ahora bien, ese defensor no es el Dios de los discursos de 38-41, como no lo era el de sus

    malos consejeros, sino el del desenlace (42,7), que atestigua que Job habl rectamente de l, yfinalmente hace justicia con l.9

    Una perspectiva hermenutica

    Una vez centrado el tema principal del libro de Job en el eje de la justiciay mostrado, a la

    luz de la estructura narrativa de la obra, que critica no solamente la enseanza tradicional de la

    retribucin (en la forma de justo: feliz/malvado: desgraciado) sino tambin al Dios delorden, de la providencia suprahistrica y del poder, corresponde que leamos a Job desde

    nosotros. Qu sugiere el textode Job, ms ac de las ideas fijadas en l por su autor?

    Sabemos que, en buena hermenutica, el sentido de un texto sobrepasa lo que su autor

    clausur en el momento de su produccin. La lectura de un texto es un acto de produccin-de-sentido y no de reproduccin de lo ya dicho otrora. Leer un texto es interpretarlo, e

    interpretar es crear sentido.

    La teologa de los amigos de Job apela a la tradicin en sentido esttico; se afirma en

    alguna revelacin (Elifaz, en 4,12) para legitimar la teora. Defiende tericamente a Dios

    (Elih, en 34,10) sin tener en cuenta el acontecimiento (la inocencia de Job en nuestro caso:

    13,7); es arrogante (Elih, en 36,4 un maestro en saber est contigo). Acusa a otro paradefender la doctrina establecida (Elih, en 36,17; Elifaz, en 22,6ss) no importndole el dbil o

    pobre (vase la fina irona de Job en una respuesta a Bildad, 26, 2-4) ni el valor humano de la

    amistad (6,27 especulis con vuestro propio amigo). Para esa teologa, la queja de Job es

    subversiva: tu destruyes aun el temor de Dios y eliminas la oracin, (Elifaz, en 15,4), ydesconfa de la justicia ajena, la misma actitud del acusador del prlogo (la ecuacin es

    tambin estructural en el texto actual de Job). Esta teologa es la que

    9

    Si 42,7 se refiriera a las contestaciones de Job en 40,3ss y 42,2ss, convalidara ipso facto los discursos delos amigos, ya que Job rectifica all sus palabras. La narracin como totalidad no permite tal lectura.

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