Libro de los trips

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Rolando Campins, poesia. Editorial Red espacioGuia. Proyecto Guia Comunidad Creativa.

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Edita:RED espacioGuíaC/ Marqués del Muní, 735450 Sta. Mª de Guía - Gran [email protected]+(34) 928 55 39 92 - 667 58 56 30

Bajo el proyecto: GUÍA COMUNIDAD CREATIVA colección Poesía

Maquetación y diseño: BELC comunicaciónhttp://borjaelcasado.iespana.es

© Rolando Campíns 2009

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Rolando Campíns (Palma Soriano-Santiago de Cuba, 1940), reside desde 1974 en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad a la que llego procedente de Nueva York, dónde vivió durante más de quince años. En Nueva York fundó y dirigió “Vanguardia”, primera revista de poesía en castellano publicada en los Estados Unidos, y la revista “La Nueva Sangre”, también de poesía.

Entre sus poemarios publicados, destacan: “Vecindario” (Zarauz, 1966; premio CEPI en Nueva York), “Sonsonero mulato” (Nueva York, 1969; premio Ateneo de Bellas Artes de Nueva York), “Habitanta de tanta esperanza” (Palencia, 1969), “Árbol sin paraíso” (Madrid, 1971; premio del Instituto Nacional del Libro), “Acerca de algo inefable” (Las Palmas de Gran Canaria, 1992; premio Tomás Morales del Cabildo Insular de Gran Canaria) e “Isla” (Las Palmas de Gran Canaria, 2001).

En Las Palmas de Gran Canaria también a publicado en formato fascículos: “El Iniciado” (1977), “Heredad de no olvidos” (1982), “Hundimiento del agua” (1983), “Estudio” (1984), “Visita” (1985), “Buscada” (1986) y “Abuela Luisa” (1987).

Ha sido antologado en varias ediciones. “Poesía Hispánica” de Luis Jiménez Martos (Edi-ciones Aguilar, Madrid, 1967), “Poesía en éxodo” de Ana Rosa Núñez (Miami, 1970), “Última poesía cubana” de Orlando Rodríguez Sardinas (Madrid, 1973) y “Poetas cubanos en España” de Felipe Lázaro (Madrid, 1988).

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LIBRO DE LOS TRIPS

ROLANDO CAMPÍNS

Trip: viaje psicodélico, experiencia inefable, diabólica, o ambas cosas a la vez.

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6 Rolando Campíns

TRIP Nº 1

Heredad de no olvidos.

Para yo recordar dijo silencios.

Los silencios que dijo no se borran.

Cada hombre a su modo, muchas veces,

dice las mismas cosas.

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Al mediodía regresaba, aseándose;y empijamado como cualquier honesto de familia

comía. Se retiraba.

Nadie se atrevía a ruidos si él dormía,aunque a veces le iban a dar quejas

de mí, y me decía:

‘No quiero saber lo que pasópero siéntate ahí, ¡sin lloriqueos

...si interrumpes la siestavas a oler el fuete¡’

Pequeño, ante sus ojos azuleantesyo me achicaba, quietecito, brusco;

y me sentaba ‘ahí’, junto a su cama, y oía a los que pasan apurados

a esa hora de sol alucinante.

Me contaba los dientes con la lengua, descubría figuras en el techo

o perseguía el vuelo de una moscaque se coló en la habitación...

entonces, a hurtadillas, lo espiaba,hasta que se dormía sin rencores, sin sudores,

y parecía un ángel derribadosu cuerpo esplendoroso sobre el lecho.

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8 Rolando Campíns

En aquel tiempoyo había oído muchas cosas;

secretos, venganzas, maldiciones,planes de suicidio

de gente que vivía -flaca por dentro-para quien todo era mal presagio,

y gente que moría -viva por fuera-llenas de un agrio y una angustia.

Vivir, aquella fiebre mía de vivir;aquella sensación de estar viviendo;

de escucharlo todo, todo oreja; de espiar los símbolos ambiguos,

debajo de la mesa,desnudo por los techos,

y a través de rendijas con mi ojomirando al que se cree que no lo están mirando

y se lleva la nariz al dedo,y se expurga los pies, con fruición,

o eructa y se sopla, o se hueledebajo de los brazos.

Vivir en tiempo de vivir,afrentado en un mundo carnicero

donde el ser hace el mal y se deleita,donde todo es oscuro. Un día

fuí al fondo en soledad de un río y al salir:

-Blanco, ¿qué hace usté por aquí donde no hay nadie?

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Lava la tierra hendida en el tejidocon puños afanados,

masculladora de rezongos al pie del agua,y la tierra, amasada, se escurre jabonosa

hacia el lomo lampiño del aguay dibuja una estela.

Matices movedizos acuden a esa estela;alas gomosas casi transparentes;

y frijoles creciendo desde el fondo con lenta prisa dicotiledónea.Nadie lava con tanto esmero humano

firme y enérgica,arrodillada bajo un sol gigantecomo bajo una hoguera.Dedos lechosos de humedad

con yemas que se arrugan,humedad jabonada que hace del aire espuma,

sol que la espuma tornasola en nácar.

Veo su obstinación rugiente y veocómo le da la luz en torno, y veo

un sudor abocado sobre el labio,y la boca afeada;

masculladora de rezongos al pie del agua.

-Blanco, ¿qué hace usté?

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10 Rolando Campíns

Vine a venderle al agua lo que he oído;vine a limpiarme la cabeza

de órdenes, regaños, improperios;de gritos irritados que me arden,

de pavores que me contaminan...

y doblegado me limpié por dentrodándome golpecitos con

el contrafuerte de una manoen un oído, y dando saltos

para vaciarme por el otro.

Vine a quedarme mudo, sordo, ciego;a raspar mi memoria de lo visto,

de aquello despreciableque no hubiese jamás querido ver.

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He visto un mundo de ojos en acecho,-ojos pendencieros y ladinos-

he visto dedos torpes que señalan;lenguas trabajadoras, bífidas,

y vi cabezas llenas de vacío.

Vi casas que se iban de su casay pueblos que se iban a otros pueblos;vi un camino encima de otro,

lo he visto caminar;

por el camino,nueve lunas crúzanse conmigo

y no me ven, lanzadosin voz hacia la luz hacia la voz

tras convulsiones,dejando atrás las nueve lunas y

oliendo a sangre, a susto:

Grito.Llego.

Vine.Veo la luz.

La oigo.

Desdoblándome como una sábanapara no herir el vuelo antes del ángel.

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Vi, en el segundo cuarto de una casa,un cadáver por primera vez.

Una muchacha era aquella tardemuerta de pronto y yo vivía enfrente.

Como mueren las luces entre lucesde velas, algodones

tenía en la nariz.

Había murmullos.Hacía calor.

Olían las flores funerarias.

La casa estaba llena de vecinos abanicándose y bebían, mucho,

mucho café.

Ella estaba tranquila oscuramente.

Hubo lluvia ese día por la noche.

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‘Murió electrisada’.Dijo alguien detrás de un abanico.‘Ella solita se quitó la vida’.

‘Si lo tenía todo’.

Me acordé de mi madre, que decía:‘La vida

es lo único que tenemos’.

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14 Rolando Campíns

Como gira la tierra sin descanso, giro.Mi ojo derecho se raja tal objeto.En su interior, notar cientos de hormigas

en lucha carnicera, llenas de sangre.

-En el aire de un ojo al otro, viajan peces-

Mi ojo izquierdo, movido, pare sapos;los sapos se devoran a las moscas.

Giro.Soy la onda que pierde el equilibrio

y gira sin moverse. ¿Giro?Responde con serpientes mi ojo derecho;

las serpientes se tragan a los sapos.

-En el aire de un ojo a otro, notar,se han salido los peces-

Entran llamas.Giro.

Mi ojo izquierdo se cierra y de repente

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el párpado me duele, atravesadopor feroces halcones que regresan

llenos de garras llenas de serpientes.

Giro entre un humo.Devoro los halcones.

-De un ojo al otro ya no hay aire-

Mi rostro se desprende de míhecho de duda o profunda niebla;

los ojos se me caen hacia dentro,emiten una ira sus bocas de volcanes,

grito al girar,giro gritando ante esa muerte

...con estos algodones que molestany tanta gente a verme...

giro entre cuatro velas y unas flores.

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16 Rolando Campíns

Hay rostros que no podemos olvidar,que están ahí por mucho tiempoguardados con recelo del hiriente

ojo diario,

y hay díasen que esos rostros vienen a buscarnos

sin hacer leve ruido, dobladitosde estar en lo más hondo,

claros;

se nos suben despacio como un éterhasta posesionarnos,

y abstraídosnos vamos por un rumbo

desenterrando fechas, sitios,rostros,...rostros queridos y empolvados.

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TRIP Nº 2Hundimiento del agua.

Por el agua se llega al universo.

Víctor Fragoso.

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En días de tormentaalgunos árboles quieren entrar por las ventanas

y me arrodillo en medio de relámpagosa ayudarlos con misericordia.

Entran en amistad esplendorosa, recién volados;al calor de los libros se calientan

-maravillosos- y se van.

Árboles magos que se asoman a uno,oyen el sonido de uno

y se van, vuelan, florecen.

Si llueve el viento trae el rayo y huyen.Hay lluvias que trastornan los caminos

y hay ríos que se suben a los árboles.

Pero si llueve es primavera.

Llueve.

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Paso la lluvia de ventana en ventanasocorriendo a la lluvia, secando las ventanas;

la lluvia me hunde paños en la piely aparece un árbol viejo (*) donde a diario

me trepaba a orinar, a ver caer la transparenciabrillosa amarillenta

de mi vientre al vacío,al tronco,

a las hormigas...

Recuerdo que después de ver lloverveía sol, y a la vez, luna y estrellas

al mediodía, sobre el árbol,

y oía las palabras angustiosas que se dicenlos difuntos, día tras día,

y hablaba con los que iban a nacer.

Orinaba.

Yo veía el orine en el presagio.Cuando iba a morir algún vecino,

era el primero en sospecharlo porque el orine me salía negro.

(*) Ver “Nota de un árbol viejo”.

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Vi a una negra volar desde los cielosy posarse en el techo de la casa

de un enfermo, y sanarlo-con su sola presencia-

para asombro infinito de los médicos;y vi pasar un hombre sano y vivo

a quién se suponíagrave de muerte en una clínica,

y yo le dije autoritario: tienesque volver a la clínica;

y supe luego que a esa hora el médicolo declaraba ido a los difuntos

en su lecho de enfermo,y yo le dije entonces suave: tienes

que volver a tu casa;pero él se fue al espacio, muy despacio,

y ya no me miraba;y ya no se cansaba de crecer

vuelto cometa al infinito.

Una vez,aguando desde el tronco conocido

las hormigas subieron a mi chorroy me hicieron correr por todo el árbol.

Debí caer. Caía. Llovía.Lluvia entonces

y ahora.

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El agua...tú la escuchas caer y luego la oyes

subir por las habitacionespiso tras piso tras,

con su cloro sonando por los tubosantigua nube resabiosa el agua;

vamos a ver qué pasacon estos alambres viejos de la lluvia,

qué lengua se alambró de tan resecaen esta lluvia,

qué lluvia pasa.

El agua...la hueles, la conoces,

es el agua,es el río volando en mi cabeza,

estos murciélagos-he visto luz-

tantos colores vivos, tantos peces...

El agua...la sueltas bocarriba y salta,le abres el ombligo iluminado

y veo un chorro de alucinaciones.

Mira cómo da vuelta,cómo da lástima,cómo levanta al mar y lo sacude,

y lo exprime...como una gran camisa negra.

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A la vuelta del éxtasisjibosa o lisa se sumerge y fluye

y no jadea;

hociquea con tacto húmedo el aireoh dragón luminoso

espíritu del cielopor el alto aire,

y pasa por dentro y fuera de mí.

La he visto en la ciudad por los incendiosarrancándole tiras al incendio;

la he visto por el aire, como río,cristal rameado –relámpago-

vena de plata.

Me acaracolo a oír pacientelo difuso y no holgado de su vuelo

cuando se arrima al aire donde tiembla,

pero si cae la noche se echa a un árboly se duerme bonita, tal un trozo

de tul, y cuelga libre, remansada,

a la vuelta del doble resplandor.

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¿Quién oye al agua secarse, la oyesubir a ennubecer el firmamento,

enfriarse y bajar por entre el aire?¿quién oye al agua hundirse sin remedio

acuosa, el agua vaporosa?

Agua que hace sangre y sudory lágrimas, y hace

la leche de las recién paridas.

Don, antiguo, subiendo, bajando.

La misma agua del principiousada de gente,

envejecida y restaurada.

¿Quién oye al agua?

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Oigo al agua secarse.La oigo evaporada.

Hasta poblar de nubes lo infinitola oigo con truenos,

la veo descender;llega,

me lame la nariz, la ignoro;hago que estoy profundamente quieto:

me levanto, me sacudoy me elevo hacia el fondo de la tierra.

Agua, vida,agua,

llueve.

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Con sus muchos dedos me tantea el rostroy hago que estoy fingiendo

-con dedos humectantes-y en un letargo quedo contemplándola

lleno de luz;

moja la habitación, hace que truena,hace que llama tempestad,

y se deja caer con aspaviento;se dobla para mí

a que le rasque el techo lleno de piojos-oh jaula viva-

y me moja, y reímos.

Aupándose los pechoshace como que crece

y crece.

Y se mira crecer, hilada, vista;luego la miro poseerme unta

que untasu boca con mi boca.

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¡Podrida!Su boca está podrida.

Su cuerpo es una masa de basuracorrompida en los bordes del planeta.

Su frescura se extingue irremisible; verla,ver que se asfixia negra, y huye,

y se echa a morir,sucia, tristísima.

Es el río volando en mi cabeza.Es esta vida eterna momentánea nuestra

vivos en ella y por ella móviles.

Se va a morir.

Se hunde el agua.Agua, vida, agua, truena.

Vamos a tenderle una manoa las aguas que se ahogan;

vamos a lavarle el agua al agua.

Agua, vida, agua. Agua.

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Nota de un árbol viejo:

Este tronco antiguo ha entrado varias veceslleno de hormigas blancas

que dicen que se acuerdan de mí.Yo las escucho.

Yo me dejo saludar,y miro, esa luminosidad que crece

más arriba de las hojas más altasentre hilillos que flotan y que fluyen.

Este tronco que aún lleva mis pisadas.

No es como el viento envejecidoque entra y se echa una siesta, aventanado,

y se queda tan fresco,

ni tampococomo

la desolación;

no es como el tímido de mirada gangosaque se junta a mirar, sin beneficio,

con el pérfido de palabra tullida;

no es como la mano de un soldado tocando el agua,ni como la mano de mi madre

tocándome la espalda con un tubo.

Es...

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TRIP Nº 3Estudio.

No hay sol.

Los niños y los pájaros apenas se oyen.

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En días grises las ventanas se van;mi estudio acoge unas penumbras dobles,

plúmbea la casa tal si fuera a llovery enciendo luces.

Las ventanas entonces regresan de repente,oigo el rumor de alas de madera

y se acomodan a invitarnos, fijas;ventanas que parecen que nos miran...

y nos están mirando.

Es triste en días asíver los libros como amorriñados,

sin chispa,y ver al cuarto todo sin afanes.

Uno se queda igual a bestiaechadita y sumisa ante el relámpago;

como pulga que olvidó su perroo libro olvidado;

como peces que vuelven al origena deshovar, a morir,

y se han llevado el ríoo ha volado.

Días en que el ser se sobrecogey ordena edades polvorientasno por antiguas menos transparentes,

memorias de otros aires ya pasadosvivos en la memoria:

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sueños recuperables;y echa la vista por la habitación

en donde todo yace adormilado,en éxtasis;

se pone a detallar la casa, clara,tan irreal, tan familiar, curioso,

en día tan irreal. Lo irreales lo real no realizado, piensa;

la familiaridad hace perder irrealidada lo irreal, lo hace realidad,

realidad ilusoria, familiar,irrealidad realizada.

Lo real es vacío transitorio;la realidad es una irrealidad

aquí e inexistente,es lo no real en acto;

si sólo existe lo que siempre existelo que pasa no existe, es ilusorio (1)

Lo único existente es esta Mente. Ilusoria,inmutable, infinita;...la menta familiar

que hace real las cosas.

Y se queda serenamente pálidoliberado por un frío directo

hasta que el fino continuar de un ruido

(1) Heráclito de Efeso (siglo VI a.J.C.) afirma ‘que nada es’.Trece siglos más tarde, Hüi Neng, el 6ºy último Patriarcadel budismo Zen, dice lo mismo: ‘Desde el principio nada es’.

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un ruido de partículas cayentesme acerca a una ventana.

En un cielo que tiende a desplomarselleno de planetoides apagados,

distingo un delgado aromacomo de flor menuda y mustia

prendida a corpiño ajeno.

En la parte de afuera del cristalgolpeando, dedos, muchos, pequeños.

Llaman.Dedos tamborileantes que me llaman.

Está lloviendo.¿O nieva?

Avejento.

El baño sin secar.La toalla mojada en una silla.

La colonia mal tapada.

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34 Rolando Campíns

Este cuarto tiene la costumbrede estar sin niños;ni solo ni asolado,

con un ser vivo dentro, sólotiene

dos ventanas.

Es un vientre quieto que me cuidaen un punto del infinito espacio,es una ostra grande donde vivo

en un sueño perlado; dédalodonde yo soy el minotauro.

Cuando lo vi por vez primeracomenzadas las lluvias invernales,

el techo goteaba tic, tic, ticy las gotas venían a lamer

mi mano extendida,el tintinear monótono de un cubo

y algunas cosas salpicadas.

En primavera florecía aromas; más,se afeitaba con reflejos verdes;

en el verano su aire se tejíade estrellas vivas casi respirables,

y amanecíamos yo y un fulgorsobre la cama, desnudos,

y las estrellas no se iban.

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Tanto he vivido en este cuarto.Hasta me sé la forma en que entra el ruido

y sale, sin hacer ruido,y qué suave sonido pertenece

o noa esta pieza. Me sé cada sonido.

Por su huella en el aire veo si ha estadoen mi ausencia algún viento, alguna mosca;

sé qué cosa está a punto de moverse;

y he logrado observar cómo me mira,de qué modo se ajusta a mi existir,

y cómo cada objeto ha ido acomodándoselogrando una armonía.

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Entrecruzados vientos finos mutanun olor ambaroso de fruta confitadaa plátano maduro y frito en aceite

y al olor aromado de unas floressecas desde mi cumpleaños.

Olor no decreciente de plátanos madurosque sale a conquistarte, apetecido;

olor a caripeinada mulata vieja sonriente,mulata que recién se lavó el pelo, olor

a flor almibarada,a pelo frito y plátanos mojados,

a mano con aroma de jabón de cabellopegándote sin odios en la mano

‘hasta que no se sirva la mesa’delicada;

olor inestimable que no espera,florecido, a que lo huelan

y entra sin avisar,sin que lo peinen,

frito.

Me persiguen olores macilentos;me persigue, acechándome entre el nítido

estable olor a cochambre,a basura necrosa en las aceras,a descarga de perro que alguien pisó,

un olor abundante a manos sucias,manos que lo han tocado todo,

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a cabellos rancios malpeinados,a lavamanos secos.

El lavamanos hace de pecera, mira;saco los peces, sirve de bañera;

la cocina es jardín y tiene insectosinteligentes, amistosos;

en el horno unos móviles, mi pasaporte,cartas de casa;

en la mesa plegable de madera-un alón verde otro a su lado-sobre la mesa, digo, una discreta

lámpara policromada muy de plásticoobsequio de una amiga que soñaba

ser muchacho, un radio transistortraído alguna vez por Víctor Fragoso,

un griego vaso,y cerca de las secas, lindas flores,

seis recuerdos que se movilizanemitiendo candores.

Para vivir no necesito tanto.

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La puerta es mensajera y es abismo-escribo memorandums tras la puerta-

bajo un techomuy negro abrillantado

escribo.

Allá cuadros diversos que nos miran-fríos paisajes que no cambian-colores envolventes, cacharros

tres espejos;(en uno de los cuadros

una notade quien nunca volvió:

‘Mañana vuelvo’)

...le regalé mi mejor camisa,una radio caset, la grabadora,la matita de yerba que por meses

cuidó mi esmero,un pomo muy bonito de esencia,

un pañuelo azul, para el cuello,de Dior...

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He vuelto a releer aquellos versosque enmarqué:

‘Donde una mano que citasteincita y se desplaza deseosa

sin tú verlahacia el cuello embriagado,ese cuello todo compatible, todo música

donde la mano ansiosa y atrevida bajaatizada cual fogón al fuego y quema

la rosa lacia de una espalda alertacreída solitaria

y roza el ámbito de un escalofríoallí, precisamente allí,

donde se intensifica un perceptiblecontento evocado, ahí... te necesito.

Donde dócil al sueño que te invitaa través de algún gesto conocido

te dejas ver sin prisaestamos juntos pero sigo solo

y la mano que busca su contentose alza al cuello invisible todo música

de nuevo sin que pueda yo tocarte

ahí... te quiero.’

Y más abajo la notita:‘Mañana vuelvo’.

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40 Rolando Campíns

En estas partes, junto al armario, ciertashuellas de antiguos pasos vibran.Debí limpiar mal los recuerdos.

Los muebles, nobles, sí recuerdan.Callan.

El silencio, esa enormevaca echada, multiforme; útil

nos acompaña familiar;la casa es esto.

Hacia un borde del aire ventanerolos calores se amagan insistentes

y uno es zurdo. Fuera,en lomos de la externa superficie,

agolpándose fríos e insistentessiguen golpeando diminutos

dedos húmedos.

Ah, ¿qué hacer en estos días reumáticos,lloviosos, lloviznosos, días de niebla?

Rostros transfigurados se insinúandesde uno o dos de los espejos.

Algunas palabras no dichastiemblan.

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Cuando he vuelto y has olido a encierrohe corrido a abrirte las ventanas

y he perfumado tu aliento.

Parecido a una fruta que se abreal encender la luz te desperezas

en orden y estregado,revestido de cierta majestad,

y me miras con labios oidores,con manos habladoras que me huelen,

con ruidos que me tactan al tocarlos,

y me dices las cosas sucedidasen mi ausencia: una tarjeta

de alguien que me recuerda o recordó,un frasco de luz, volcado, roto;

si polvo arrellanado sobre un vidrio,si el libro adolorido

que dejé mal cerrado;

cuarto que emanas entre enanos astrossuspendidos

barcos de vela,más apaciguador o luminoso

mientras más visitado por silencios;eres lo que hace que uno vuelva.

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42 Rolando Campíns

Hoy sé, y sabes, que aquellosque fueron y vinieron eran sólosimples seres experimentando;

que cada cual está en lucha perennee indefenso ante el sólido ejercicio;

que todo es espejismo, sueño, vano (*).

Sé, sabes,que el hombre es pasajero y vulnerable,

sólo es eterno el cambio;que nadie fue jamás de nadie; nadie

nunca algo poseyó, si sólo es nuestrolo que no puede destruir el fuego.

Sé, sabes, aunque no llegue el olvido,que hay que olvidar o enloquecer;

o iluminarse;sé que vivir es aguantar.

Como roca que la mar abate,y pule.

En días grises tus ventanas se van,los objetos difuman sus relieves

y yo me quedo solo, nos quedamos,

mirándonos con pausa minuciosaen un silencio diferente,

largo.

(*) entiéndase vacío.

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TRIP Nº 4Visita.

Cuando venga la muerte

sea la muerte. Cuando no venga nada

sea la nada.

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Me visita una lengua parecidaa una tela labiada;sus contornos, apenas manifiestos,

silban, ruido desigual y zumbanen mi oído más alerta,

mientras me fundo todo en un silencio.

Oigo intermitentes, bisbiseantes vocesarrimadas, giradoras, nimbándola;

sombras telarañosas espejeany algunos libros vuelan, se adelantan

mecidos por el viento de la noche.

Se ha quedado, esmaltando el sitio donde posa,suspendida en el aire. Me vigila, sospechosa,

escoltada por enanos astros,y yo lanzo mis manos a ese encuentro

sorprendedor; pero en rechazo rápido se encogehurtándose a mi gesto,

y en el huir se deja unas heridasflotantes, (parecen peces rojos,

bocas chicas que hablaron por milenios)aunque regresa de repente

y se pone de nuevo las heridastal se pone un guante fino, lleno

de boquitas que sangran.

Más sereno, despreocupado y cariñoso,le he ofrecido mis manos otra vez

para que no se sienta sola;y me deja tocarla.

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46 Rolando Campíns

y de un solito aliento cálidounto con tibio ungüento las heridas

volátiles, pequeñas,las miro con calor y las caliento.

Poco a poco se abren, neblinosasde visión, y miran, lanzan,

mirada o luz, un frío fuego oleoso,vaporoso,

que ni quema ni mancha,y me anega grácil, suave, quietamente

mientras mi cuerpo en susto se relajainvadido por la luz que crece.

Beso la llama violácea, largo;la llama voladora de esa luz;

choco mucho con enanos astros.

Sin vaguedad en medio de las cosas,todo mi cuerpo, ingrávido,

en una nueva atmósferaavanza muy despacio;

no bípeda raíz nacida en tierraacomodada siempre en su poltrona,

y sí la viva sensación de ángelque, junto a otros, cánticos entona;

no el penoso arrastrar de un grande cuerpoy sí el hondo mirar hacia lo alto;

ascendiendo del polvo a la quietudcomo a tierra el marrajo.

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Y dice mi labiada consentidasurgida del espacio:

que venía por el mar con unamano puesta en la cadera y una

escoba en la otra.Y veo el mar:el cielo es tan azul que ciega,

tan transparente el aguaque se le ve la sal.

Toca la sal. La venturosa.Camina por las olas hecha de porcelana,

vítrea, y alegra el cielo del marescoba en mano, repartiendo su hálito

de vida a toda cosa; y frágil, firme,dobladas blandamente las rodillas

sobre las olas,espanta tiburones a escobazos;

se difumina de repenteesfumada y presente, transparente,

y dice que no escuche al envidioso,que es mejor que me escuche a mí mismo.

‘Usa el instinto’, dice,y sacude suave el sueño al hablar.

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48 Rolando Campíns

Veo en ella lo próximo del prójimo,la cercanía de lo mismo; el tiempo

como transparencia irisdiscenteexpresado en la forma;

veces que el sol amaneció y se pusoen infinitas sucesiones lentas,

Natura floreció, y otros animalesalzaron las cabezas para vivir,

y veces en que el hombre alzó su brazopara cercenar, para matar.

Pienso en el mismo brazo temblorosoen abrazo fraternal y tierno

o en ayuda de algún otro animal,¿ese brazo que mata,

no es el mismo que salva?

Un brazo de pecador es un brazo de místico;la fuerza criminal sólo impulsadapor una voluntad o un odio grave,

es la fuerza que hace los milagros; bivalente,es carbón y es a la vez diamante.

El que bendice la mesa,blandió el arma porque hubiese

algo que bendecir sobre la mesa;la voz que invoca a Dios o al Diabloinvoca sin saber su propia fuerza;todo está en uno que es el Uno; ambas

cosas responden a la misma mentedemoníaca y santa.

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Libro de los Trips 49

-¿Qué es el filosofar? ¿el ejerciciode indagar las leyes

últimas del universo,diciendo con palabras lo sentido,

visto, entendido, a los otros?

Astro nº1: Un ojo mira hacia adentro,analiza, revisa,

se vuelve y avisa.Ese aviso es.

-¿Es la mente que crece abierta,librada de conceptos,

desceñida de hábitos,esa mente que no calló el aviso?

¿O es aquello nacido en el hombrea partir del minuto en que despierta?

Astro nº 1: Cuando el hombre se empieza a hacer preguntas,nace el filosofar.

-¿Cuándo el hombre se empieza a hacer preguntas?

Astro nº1: Nace el filosofar.

Astro nº2: La raíz del amor al saber es el asombro;ordenar ese asombro

al resplandor de la verdad primeraes.

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50 Rolando Campíns

-Sé que la poesía no es el poema,éste, a veces, la sugiere, la anima;

sé que está para el ojo que la vey no está para el ojo que la mira.

¿Qué hace a un poema: adjetivos precisos,sensaciones sutiles, informe, hermetismo,

...sueño?

Astro nº3: Palabras, palabras,redes podridas para atrapar lo actuante,

la inalcanzable poesía.

-¿Esas brillantes redondecesde la imaginación

que uno, empeñado en decir,no logra evidenciar

mágicamente,son la poesía?

oh fluctuante, fluctuante.

Astro nº3: Ese mago momento, la poesía,es la esencia que ves y que no ves,

indefinible, es y no es;viene de un largo y silencioso

irse hacia uno mismo,y no obedece a nada o nadie,

si ella no es librenada o nadie es.

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Libro de los Trips 51

-¿Es energía acumuladaque un día, como huevo

al nacer busca salida?

Astro nº3: Oh, fluctuante, fluctuante.

-¿Y el poema,ese malo retrato de la mente,

esa vaga ceniza de lo que ya no es?

Astro nº3: Como la poesía es nada, y es sin cánones, sin tiempo, sin espacio.

Al oír a los astros sentenciosos, giradores,calla, fúlgida, y en silenciopermite que , por sus heridas

entre yo al centro de su luz.Y entro.

Tanta claridad y mis ojos no han quedado ciegos;

tanta transparencia y ni sueños ni ataduras;

tanta serenidad y no he sentido miedo.Veo su centro primordial, solemne:

inmóvil y magnético es, ilímite,y como en línea recta avanza,

ni contento ni triste,y centro no es.

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52 Rolando Campíns

Aquí,lejos del molde rústico del símbolo,

lejos de la estrechez de la palabra,al rumor de un sonido

todo se entiende de una vez,y uno no está contento ni triste,

...es

-¿Qué me sofoca de continuo y duraen horas en que no me reconozcoregresado con ímpetu a la bestia?

¿Qué trampa o ley universal empuja?¿Qué es el sexo?

Astro nº4: -Fruto sin dueño y pan de panes.

Astro nº5: -Si se toma es amargo y no da esencia.

Astro nº6: -Si se da, consintiendo, es agradable.

Astro nº5: -Es pura actividad del cuerpo.

Astro nº6: -Es la culminación del cuerpo.

Astro nº5: -Ah, no debe padecer abstinencia.

Astro nº7: -Y no debe sufrir exceso.

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Libro de los Trips 53

-Toda hondura o relieve alongadoson continua invitación; ¿pecado

ver al dios desnudo en todas partessi ese es el beneplácito del dios?

Coro de astros: ¡Cuidado!Ese juguete pequeño,ese juguetito alado,

es la fuerza motriz del universo;es la cuna de toda cosa viva;y multiplica el sufrimiento.

¡Cuidado¡

-¿Cuál de entre los dioseses el dios Uno, único?

Astro nº8: El único dios, la intuición:(un dios inexistente y revelado)

el Uno: Nada.

-¿Quién está aquí y ahora preguntando,quién piensa estas palabras que preguntan?

¿Y para qué saber si todo es nada?

Astro nº9: Libérate de conceptos,he ahí una buena libertad.

Siempre está aquí y ahora preguntando,siempre quiere saber más;

¿Y para qué ignorar si todo es nada?

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54 Rolando Campíns

-¿A qué venimos los mortales entonces,ciegos guiando a ciegos, temerosos

unos de otros?¿De qué sirve?

Astro nº10: Venimos a recordar.

Astro nº11: Nacemos y olvidamos.

Astro nº12: Nacer es olvidar.

Astro nº13: Sólo lo dicho y hecho hasta ahoraes lo único que no sabemos.

Astro nº12: Venimos, siempre venimos.La experiencia es todo lo que hay.

-¿Qué es la fama?

Astro nº8: La fama no ilumina.No hace compañia.

Y desconoce la serenidad.

-¿La libertad total del hombrees importante?

Astro nº9: Libérate de tus deseos;he ahí la suprema libertad.

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Libro de los Trips 55

Llena de labios niños, blanca, rosa,amoratada, azul, me visita

hija de ensueño o alucinaciónparca o habladora;

y de su aliento sale luminoso un fuegoconfortador, (presumo a que lo observe),

aromoso, y observo esclareciéndome;mientras dice labiada en muchas voces‘vendré cuando lo estime conveniente’,

y bendice mi casa, y canta:

“Bienvenida, oh sombra maculadaen época de sombra;

bienvenida, oh luz inmaculadaen época de luz.”

Y dice que regresa por el mar, cansada,con una mano en la cadera y una

antorcha en la otra.Y veo luz.

Entristecida o suave avanza.Rodeada de heridas luminosas,

de astros chicos no vocingleros.Piedra que cambia el curso de un río

o decide la forma de una catarata.

Coro de astros: ¡Sufrirás y darás sufrimiento!La salud de tu bien está en tu mal.

Los susurros no te serán reparo.

Los agravios no te quebrantarán.

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56 Rolando Campíns

Como manzanilla en flor en la praderaa la cual, sin querer, un árbol pisa

y moribunda se recuestay resiste, al menos ese atardecer,

por si fuera posible una vez másver las estrellas;

o como perro en la plazuelaque se echa, alejado de los niños,

cerca de una personamayor, a dormitar su siesta;

como el más humilde de los franciscanosque algún extraño resplandor padece

y entierra, en caja de madera,florecillas silvestres;

sin tener que bregar con tiempos malostantas veces, sin descanso,

ni tener que decirle a la vecina, majadera,a usted quién la ha llamado;

con ansias de ser justo a toda costa,reflejar mi tiempo de algún modo,

pasar la lámpara...como manzanilla en flor en la pradera.

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58 Rolando Campíns

TRIP Nº 5BUSCADA.

Ah, que tú escapes en el instante

en el que ya habías alcanzadotu definición mejor.

Lezama.

La poesía no importa.

Eliot.

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Libro de los Trips 59

En los antiguos corredoressólo hay un modo de saber que sueñan:

saber si están despiertos.

Cuando hay sequía, cada mañanael labrador se saca una

esperanza del pecho,junta algunas ilusionado, reza,

como empujando sueños las aúpay las echa a volar hacia las nubes;

graznan verdes, dobles grandes alasy brillan mucho hacia las nubes,

sólidas, rápidas;por la pura delicia

de lo que pueda serse transparentan cuando ascienden;

llegan, llenas de sed, en esperanza,ordeñan una a una

a las nubes, que niegan como ubres,

hasta que un viento conquistadorles pasa fina, suavemente

la mano por sus lomos,y una a una se rinden como ovejas,

...y llueve.

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60 Rolando Campíns

El sonido del día se humedecebajo esta lluvia desolada;

algunos planetas huyen en forma de pez.

Incansable, la lluvia trae el sonidode algunas muchachas, solas,

escondidas detrás de las persianasmirándose los años;

y de niños debajo de una mesahuyendo a trueno, a rayo;

y de una voz añosa canturreando:“se ’tan ‘condiendo lo muchacho...”

Veo hojas caídas sobre el fangonegándose a subir bajo las aguas;

veo las aguas en su continuadosalpicar coruscante y monótono;

veo rostros flemáticos que surgende una fiebre azul, penetrada

por los pies descalzos de un Rolandochapoteando en el lodo.

Es el sonido hipnotizantede los días cuando no me decías

y vienes a decirnos;es la sola presencia de esos días

de entonces, cuando había inocencia, candor, dubitaciones,

y vienes a tocarnos, a confundirnosmientras seguidamente llueve.

Lluvia. Eres la lluvia nuestra.

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Libro de los Trips 61

...hipnotizado,entre cientos de árboles

sedientos y doblándose.En la punta de un pino

el camino se empinadonde suben los muertos.

Cientos de pinos huyende un bosque enllamarado

a pasito ligero.Cada pino un camino.

Cada camino al cielo.

Grupo de palabrasse lavan en un río

regordete, parlanchinas:-Darle una hoguera al agua.

-El agua no se quemaporque niega a la llama.

-La llama llama al aguay no la quema.

-La llama si se apagabusca su charca.-Escoger una charca.-Desollarla.

-Curtir esa piel de agua.-Hacer con ella un gran tambor.

-Invisible.El río comienza en el cielo

y revienta en mi boca.

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62 Rolando Campíns

Solo, tal pozo en patio a medianochea la luz solitaria de una estrella,

un ahorcado,sin ser flor o ser fruto, pende

como terrible as de bastos.Río que llega al mar y no le gusta,

y se vuelve,se queda vertical, de pie,

asido a un árbol:nada le gana ni le pierde.

Lleva anillo en el dedo,otro en el cuello,

es... un ahorcado.Lo reclama la tierra,

y él, que escucha desde el aireniega.

Un anillo en el dedo,otro en el cuello.

Con qué esmero visiblesu cuerpo está colgado,

blando, triste,cuerpo de pesantez estática

que toca fin,pero ahí se queda, ahorcado,

y emana todavíaunas enormes ganas

de vida.Lacio,

podrible as de bastos.

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Libro de los Trips 63

Dos pájaros se picoteandevorándose el uno al otro.

Sólo quedan los picos.Flaca foca completamente blanca

se ha metido en mi vaso de leche,y ha salido de noche.Un barco trota por el aguay levanta una ola

de polvo.El mismo barco viaja por el aire

y levanta su olade nubes.

De flotar por el cielolograría la ola

de luces.Dos pájaros viven devorados

el uno dentro del otro,sus picos vuelan, trinan.

Hoy no vendrá la poesía;hoy no será mi compañera

en estas horas largas;el silencio será el que comparta

el verso que no llega.

Poesía:mi vida se desplaza en tu búsqueda

y tiembla en el acecho.

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64 Rolando Campíns

Un ahorcado, ¿siempre tiene remedio?

-Si el viento entre las ramas suenadespacito, y oye, despacio,

la voz del viento;

si la noche dormita y él dormitapenduleante, con sed;

si todo está en su sitio, adormilado;muestra la oscuridad su pulpa henchiday los demás dormidos sueñan,

entre sueños se baja de la soga,somnoliento,

se quita los zapatos, andael aire, asustado,

se baja del aire,llega a su casa con el árbol dentro,

e inocente, como toda criatura,se acuesta acariciándose la nuca.

Sueña que se despierta de ese sueño.

Hipnotizado,entre barcos hundiéndose

en mi vaso.

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Libro de los Trips 65

Lento, parecido a una sábana,el cielo empieza a descender.

Las nubes, ubres, se derraman.El sonido del día es este olor

a campo, a zona verde, a hierba,a lluvia fresca.

Tus ojos, que se igualan a las gotas,no podrían decirme más angustia;

tu boca, afanada en que te oiga,no es el duende de efímera dulzura;

tu cuerpo asemejado a los cristales,se parece a la lluvia.

-¡Estás muerta!, te digo,como si muerta no existieras;

estás llorando.‘Desde días lejanos y sus noches

estoy gimiendo; pavorosa;rodeada de opacidades fuljo, surjo,helada, hasta salir; no importo’.

-Estás lloviendo.

Y me asedian los años de ignoranciacuando queríamos y no nos atrevíamos;

los años imborrables de la graciacuando quisimos y ya no nos tuvimos.

Y no sabe, lo jura, qué recuerdos borrarse.

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66 Rolando Campíns

Ah, te alumbra un relámpago.El cielo y el relámpago

te derriten la cara.

El sonido del díame deja helado, lacio,

podrible as de bastos.

Focas completamente vivasse zambullen en mi boca;

barcos extraños flotan nube a nube.Devorando sus muertes, ambos pájaros

vuelven a renacer;sin picos esta vez.

Un cuello está cogido entre unas olas;hacia su entraña se hunden puertos

y levantan la olade sombras.

Aguas rellenas de palabrasy llamas, vienen, llegan

llenas de sed y ordeñanuna a una, hipnotizado,

cientos, cientos de cielosabriéndose, y nublados.

Abriéndose y nublados.

-Qué pena estar aquí, tan lacio,y sentir esta soga áspera al cuello,

que tanto aprieta.

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Libro de los Trips 67

Y ahora , ¿quién traerá la lámparapor los antiguos corredores

levantando la mano para ver más allá?

¿Quién, entre columnas reiteradas,capiteles ornados, arcos voluptuosos,

o simplemente recostado a un fuste,se afanará, perdido entre fulgores,

trémulo ante el paisaje defectuoso?

¿Quién de tu boca elevará su cantotrascendente, entretenido, lleno

de una energía luminosa, joveny a la vez hondo?

¿Quién multiplicará sus pocas devocionespara que todos participen

en tu convitede consideraciones?

¿Y quién, deseoso de luz para los otrosse sacará la luz del cuerpo,

prodigándose a chorroentre listos y lerdos?

Pese al agua que cae melancólica,desnuda y como acompasada,

pese a estos muchos húmedosconceptos llenos de asfixia,

entre polvos de naves y de nubes,se deja oler una sequía larga.

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68 Rolando Campíns

Graznen verdes, grandes alas enormesuna nota de buena voluntad,

en estos días flacos e indefensos,

en esta hora dura, plagadade contaminaciones,

en este aire manido que hablade gente seca, y días

secos y genteahorcada;

vuelen alto hacia las minas altasde claridad y sea

ella en nosotros,

pues me pregunto en medio de sudores,quién traerá la luz por estas nieblas,

quién dirá la palabra de reposo;

quién, ignorando rumores,pasará la lámpara,

alzando un poco más la manopor los antiguos corredores.

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70 Rolando Campíns

TRIP Nº 6Con los ojos le digo adiós a un árbol.

Nubes cargan ramas.

Una azul, estampadaen grandes hojas;

otra rosada, vieja. Viajan.

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Libro de los Trips 71

Los árboles me siguen por la tardecuando salgo del parque, misteriosos;

cruzan la calle en un raspar acerasy se deslizan, osados, como barcos,

o como el bosque andante de Mcbeth;suben las escaleras de mi casa

sin permiso; se meten en mi cuarto,jadeante; se esconden con abejas.

Los encuentro en el fondo del armarioprobándose camisas;

en gavetas doblados casi a tiempo;algo triste debajo de la cama;saben mis planes de partir, y al rato,

cuando ya no se escuchan las abejas,salen despacio; ramas voltean

con lentitud entre mis piernas,se asen a mi pecho,

y rodean mis brazos largamentesujetándome porque no me vaya;

pero me voy, poco a poco,sin darme cuenta

he dado en desprendermede todo cuanto amaba:

libros, enseres, plantas, inventos,cuadros de recortitos que reciclé,

paredes familiares tantos añosel centro de mi vida;

aire que he recordado tantas vecesy he recorrido palmo a palmo.

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72 Rolando Campíns

Siento correr la savia en la maderaverde;

también la sangre corre en mi sistema...y veo en cada árbol rodeándome

algo de mí;e invadido por un presentimiento,

huelo el sudor verdoso de las hojas,toco más las hojas que más huelen,

y a los leñosos recios me abrazotal si fuera a morir.

Hojitristes me sienten asustados-también me oyen tristes las abejas-

ramibajos se angustian.

Alguna melodía de George Harrisonha venido a que la oiga, oigo

melodía, vibración; el aire,socarrón, me ha tocado

la punta de una uña.

Y oigo un sueño que viene.

Doy vueltas como un perro.Me rasco como un mono.

Me rindo sueño a sueño;

apacible, gastado, entre amigos,duermo entre hojas.

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Libro de los Trips 73

Sueño que me levito de las hojasdejando atrás la curva de mi cuerpo.

El cuerpo se me cubre de una blancamuselina sedosa,

se va quedando lejos.Un calambre menudo me recorre

y asciendo suave, inmersoen un gas helio;

oigo el sonido de los sonidos,oigo los movimientos de lo vivo,

soy la energía que me está invadiendo.

A velocidades increíbleslas uñas se me escapan de los dedos;

los dedos se me escapan de las manos;indefensas las manos se me zafan;

no hallo mis manos ni mis piespero tampoco encuentro

mi casa.

Mi forma se licuaavanzando hacia todas direcciones;

me dirijo hacia esas direcciones.Desaparezco y aparezco.

Inconsciente, consciente, inmutable,convertido en un árbol gigantesco;

clara, oigo a mi propia voz decir:

‘No he benidoa que bieran mis defegtos, bine

a que sumen mi lámpara’

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74 Rolando Campíns

Entro a una isla hipnotizada,bella y menesterosa,revestida de un antiguo esplendor.

Transitado por un antiguo sueñoentro a ese sueño, deleitándome.

Un sueño que regresa al mismo sueño.

Entro en aires que pesan muy despacio(hijos de estos aires sudorosos),

y entro en calles que mueren de silencio.

Casas viejas de puertas cerradasy ventanas de cortinas viejas;barrios al borde del colapso,

y otros nuevos;parques donde no están los árboles queridos,

calles donde no están los mismos kioskos.

El cielo debe ser azul intenso pero hay bruma;hay sol y no lo veo, o me evita;

hay seres con sonrisas hace tiempo olvidadas,seres visibles por el sufrimiento;

y hay un calor conocido, otro reconocible,y hay un frío nuevo.

Pero la bruma no se va,ni el aire que pesa

o ese ojo presente en todas partescomo sabido secreto.

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Libro de los Trips 75

Con la curiosa idea de tocarme,el oído listo para el sonido de mi cuerpo,

y el deseo de aspirar el mismo aire,me persigue un grupo de angelitos

a todas partes.

Hacen que les sonría y me cambian el nombre,yo les digo que yo soy yo y no ese

por quien ellos me toman;pero no ven al que ven y piden pruebas,

pruebas de ese que no soy;y agoto explicaciones.

Tres veces al día, bajo un calor húmedo y fuego,debo ponerme una camisa

para repartir sonrisasa esos ángeles, o gente

agrupada, gruposa,que se junta en la puerta de mi estancia

para que les sonría.

Y a veces, a la hora de la siesta,dormido me levanto a sonreír, sin prisa,

y oigo la voz alerta de mi padredesde su cuarto: ponte una camisa!

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76 Rolando Campíns

-Yo soy hijo de Vicenta ‘la viuda’,¿te acuerdas de mí?

-Vicenta... ¿la hermana de Don Soilo,nieta del famoso Goyo

que cuando aquello del triunfotrajo la noticia en burro?

-Mi abuelo se murió y mi madre,toj murieron.

¿Te acuerdas de Nubitacon su cógelo que aquí lo llevo?dos veces se casó y dejó dos nietos.

Yo toco la guitarra, ron, y duermo.

Habla bajo. Escucha alto. Nopreguntes por los que no están;

con pellejo o sin él todos se fueron.

A muchos los guardaron a la sombra.Los que ambulamos ‘tamos viejos.

¿Y pa’ qué meterte en nuevos líos?

Yo toco la guitarra, ron, y duermo.

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Libro de los Trips 77

Qué alegría verte, manín,es como tener la misma edá de antes.

Oye, estás hecho un pollo;tienes que dedicarme un tiempo.

¿Verdá que no he cambiado? Me casé.Tengo una hembra y me volví a casar;

tengo un varón.

Chichita la sobrina de Valeriosiempre te está nombrando.

Papá murió,Lilia vive con mi hermana pequeña.

Yo en lo mío, siempre cosiendo.

¿Te acuerdas de culo ‘e goma?,por poco nos mata por decir eso.

Ay, manín, yo me decía tantas vecesese puñetero vuelve, lo sé;

¡porque mira que nos reíamos!

Rosa se va a alegrar como hace tiempocuando le cuente que te vi.

¿Te acuerdas de Justico? Le echaron 20 años.

A Monga la mataron en un pleito.

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78 Rolando Campíns

Descubro que me duele la cabezay me echo a un lecho. Es mediodía,

me tomo una aspirina.

Un caballo me muerde todo el cráneoy vuela por las casas que revisa;

el aire verde que despide cansa.

Medio dormido o aliviadosueño que me levito de la cama,

pero la cama llega antes que yo al techo,se vuelve y caigo en el lecho.

Cuando la cama quiere irse a la camacaigo estrepitoso hacia abajoatraído por un círculo negro,

grito,se transparenta el rostro de mi madre

y sus brazos me abrazan con esmero;la piedad de mi padre, cauteloso,

nos abraza con largura;yo los beso,

yo los bienvengo,y se suman –cansados- mis hermanos e hijos

al amor,y todos nos tocamos.

Dulce y amargo es este sueño.

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Libro de los Trips 79

Sin que sepas, ha prendidola candela que te llevará a donde ibas;

el borde de la candela en sueño,en un hilo

que alumbrará tus noches y tus díasoh Teseo.

La candela,la luz angelicada de la gracia,

el ángel que dará luz con su cuerpo,la santa unión bisémica.

El sueño hermano, el sueño.

Coro: Sueña hondo, despacio;el sueño puro, duroestá en el fondo, lacio.

Sueña bajito, como si durmieras;y despierta al que pasa pesaroso

tras su miope cabeza, asombradode oírte hablar en sueño

con palabra que aclara y no vulnera.

Coro: Sueña hondo, despacio;el sueño puro, duro,

está en el fondo, lacio.

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80 Rolando Campíns

Como el hallazgo sin lo halladoes el vivir, dormir, sin sueño;

en el soñar está lo revelado;todo lo revelado es como un sueño.

Coro: Sueña hondo, despacio;el sueño puro, puroestá en el fondo , lacio.

A donde ibas vas. Pero primero el ara,el sacrificio. Lo dice la candela,

la candela en un hilo en sueño, holgada,que alumbrará tus noches y tus días,

oh Teseo.

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Libro de los Trips 81

Por la mañana tempranitoregreso al parque pastoreando árboles;

ni los apuro ni reprendo;apurados o jóvenes y asfixiados o enfermos

buscan el lago; algunos vuelven solosrodeados de insectos y abejorros,

otros, llenos de pájaros;se echan un momento

y les paso la mano como si fueran niños viejos.Árboles, maravillosos árboles.

Por la tarde me siguen cuando salgodel parque, hojosos y troncudos,iluminaciones que trasuntan formas;

posibilidades que se mutan;

árboles, indescriptibles árboles.Acompañan mi estar en el planeta.

-Cada árbol póngase de pie,florezca.

Todo árboltiene lo suyo que decir.

De pronto muchas nubes negras pasanespantándose los insectos;

irá a llover.

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INDICE

Trip Nº1 - Heredad de no olvido 6 Trip Nº2 - Hundimiento del agua 18 Trip Nº3 - Estudio 30 Trip Nº4 - Visita 44 Trip Nº5 - Buscada 58 Trip Nº6 - Con los ojos le digo adióa a un árbol 70

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