Libro flamenco minero de La Unión. Siglo XIX - · PDF filede la Caña flamenca...

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  • Libro flamenco minero de La Unin. Siglo XIX

    Jos Gelardo Navarro

    2014

  • CAPTULO I. Andaluca. Primeras noticias flamencas.

    El boom minero de La Unin-Cartagena, a partir de mediados del siglo XIX, se

    nutri de muchos andaluces procedentes principalmente de Almera (algo parecido

    sucedi en Mazarrn y Lorca). Tras la crisis minera del Jaroso en Almera, estos

    emigrantes, verdaderas riadas humanas de gente pobrsima, se concentraron en estas

    zonas mineras murcianas y se convirtieron en verdaderos transmisores del flamenco en

    general y, en particular, del flamenco de la tierra almeriense, es decir, de la cultura

    musical del taranto y/o de los cantes mineros.

    Sobre el flamenco en ciernes, en torno a esas primeras manifestaciones

    preflamencas, tenemos noticias de Jerez y Cdiz como centros cantaores importantes y

    con nombres que han pasado a la historia: To Luis el Cautivo, To Luis el de la Juliana, Ta

    Mara la Jaca, los Cantorales, el Cuadrillero. En Ronda, aparece Tobalo, el creador del

    polo flamenco que lleva su nombre. Estos datos los expone Antonio Machado y lvarez

    en su Coleccin de Cantes Flamencos y le son transmitidos por el cantaor Juanelo que, a

    su vez, los recoge de la tradicin oral de sus antepasados1. Por otra parte, en Sevilla,

    destacan algunos cantaores que, curiosamente, la flamencologa de corte tradicional ha

    ignorado: Diego Corrientes, el de las quejumbrosas carceleras y Juan Caballero, el de

    las coplas desesperadas, cantaores procedentes del campo de los bandoleros y

    caballistas2.

    Pero no todo es mito, leyenda y tradicin oral. Encontraremos tambin sendos

    escritos que nos hablan y dan detalles sobre los quehaceres flamencos o preflamencos

    de esta primera etapa. Tambin de elementos del folklore y de la danza en posible

    relacin con el flamenco. Vamos a elegir algunos de los que nos han parecido ms

    elocuentes:

    1 MACHADO Y LVAREZ, Antonio, (DEMFILO), Cantes flamencos, recogidos y anotados..., Introduccin por Flix Grande, Madrid, Ediciones Cultura Hispnica, 1975.

    2 Vase nuestro trabajo "Algunos datos sobre la gestacin del cante flamenco: la minora de los caballistas-bandoleros", Revista de Flamenco Candil, Jan, ao XII, n65, sept-oct. de 1989, pp.229-232.

  • - La aparicin en los archivos murcianos de la caa, a principios del

    siglo XVII!, constituye toda una novedad. La pista de esta preciosa

    informacin nos vino de la mano del escritor murciano Daz Cassou

    que nos brinda este texto: Siempre hubo saraos y bailes en Murcia,

    pero el primero pblico de mscaras tuvo lugar, y no sin grave

    escndalo, en la noche del 11 de enero de 1769. La ciudad pagaba

    de mucho antes un Maestro de danzar. En 1604 tena ttulo pero no

    sueldo de tal cargo, Francisco de Melgar, que en 11 de diciembre,

    pidi al cabildo civil de los Sres. Murcia se refiere a la ciudad de

    Murcia-, que le sealasen algn corto salario para poder

    mantenerse3. Tras esta noticia de Cassou en 1897 empezamos a

    bucear en el Archivo Municipal de Murcia por el ao de 1604 y

    encontramos lo siguiente4:

    -

    Sealaron el salario de Juan de Melgar, danzador, en

    quatro mil maraveds cada ao en propios y corra desde

    que se asiente en el libro de los salarios.

    Una primera constatacin es la confusin del nombre: el maestro de

    danzar no es Francisco sino Juan, cuestin sin importancia. Pero lo

    ms novedoso resulta el nombre de las danzas o bailes que

    enseaba:

    seguidillas, la Caa5, Contradanza espaola, Danza de

    Espadas y otras danzas nobles y bailes villanescos.

    Estamos, pues, ante la primera constatacin de un baile llamado La Caa, y que

    naturalmente se acompaara tambin de un canto. No queremos decir que se trate

    de la Caa flamenca actual; solamente que es un dato a tener en cuenta en la

    investigacin. De hecho, la aparicin de este vocablo se adelanta temporalmente de

    manera substancial a otros datos que tenemos, acerca de la caa, procedentes de

    Potocki, Botkine, Estbanez Caldern, Gautier, Davillier, Arcadio Larrea, Ortiz Nuevo

    3 DAZ CASSOU, Pedro, Pasionaria Murciana. La Cuaresma y la Semana Santa en Murcia..., Madrid, Imprenta Fortanet, 1897, p.21.

    4 Actas Capitulares del Ayuntamiento de Murcia, ao 1604, 11 de diciembre, folio 142 vuelto. 5 La negrita es nuestra.

  • - Un texto fundamental del preflamenco o flamenco en ciernes entre

    la gitanera de Triana que, mediando el siglo XVIII y segn testimonio

    de un Bachiller Revoltoso6, sufre hambre, vive miserablemente, es

    perseguida, pero tambin se divierte. Veamos esta acta fundacional

    del flamenco:

    Ao 1742. La gente iba a la Gitanera para distraer el

    ocio con la cuadrilla de la Jimena, que prepara la danza del

    Cascabel Gordo. Una nieta de Balthasar Montes, el gitano ms

    viejo de Triana, va obsequiada a las casas principales de Sevilla

    a representar sus bailes y la acompaan con guitarra y tamboril

    dos hombres y otro le canta cuando baila y se inicia el dicho

    canto con un largo aliento a lo que llaman queja de Galera

    porque un forzado gitano las daba cuando iba al remo y de este

    pas a otros bancos y de estos a otras galeras... [Nos cuenta que

    tambin se bail] el Manguindoi por lo atrevida que es la danza

    y autorizada por el Regente a suplicas de las Seoras, la bail,

    recibiendo obsequios de los presentes ()

    Otra gitana llamada Dominga Orellana y autora de

    danzas y con ellas va a los pueblos en las fiestas y este ao de

    [17] 50 ha cantado los villancicos en la Parroquia de Santa Ana.

    Otra gitana que llaman La Flaca que tambin es autora de

    danzas est ahora en la Corte para pedir la libertad de su

    marido y dos hijos que fueron a la Carraca el ao pasado de 49

    y no han vuelto con los que devolvieron.

    Resultan evidentes los rasgos flamencos que aqu aparecen, a saber: el hecho

    de pedir la libertad de los condenados y encarcelados en el arsenal de La Carraca y

    que, como tal hecho histrico y documentado, est plasmado asimismo en coplas

    flamencas que todava se cantan por los palos de siguiriyas, carceleras o tons7. Y lo

    6 ALBA Y DIEGUEZ, Jernimo, Libro de la gitanera de Triana de los aos 1740 a 1750 que escribi el Bachiller Revoltoso para que no se imprimiera, Sevilla, Antonio Castro Carrasco, 1995, (edicin facsmil), pp.4 y 22-24. La negrita es nuestra. 7 Algo ms de un siglo despus, estos hechos histricos, relativos a la persecucin y trabajos forzados de los gitanos en el puerto de Cdiz, se mantienen en la tradicin flamenca. Son recogidos por MACHADO Y LVAREZ, Antonio, Ibdem, pp.204-205, que cita las coplas siguientes interpretadas como martinetes o carceleras: Sacan a sincuenta hombres / De aentro e la Carraca, / Y er trabajo que le dieron / Fue sac pieras d'el agua. Y a la se Comandanta / E lstima que le dio /

  • ms flamenco que aparece es ese largo aliento, el quejumbroso Ay! que perdura en

    la mayora de los cantes flamencos y que denota el dramatismo propio de esta cultura

    de la pobreza, pues no otra es la naturaleza social de los individuos que aparecen en

    este libro de la gitanera de Triana.

    - Veamos un texto de Jos de Cadalso, en sus Cartas Marruecas. El

    hecho transcurre finalizando el siglo XVIII. La escena (episodio del To

    Gregorio, de profesin carnicero y perseguido por la justicia8) se

    desarrolla en Cdiz, en una especie de fiesta en honor de gentes de

    clase y crianza para quienes cantan y bailan gentes andaluzas

    humildes. Hace acto de aparicin la guitarra y el cante flamenco

    denominado el polo.

    - Tambin de finales del siglo XVIII es la escena que nos describe

    Potocki9 en el Manuscrito encontrado en Zaragoza. En Andaluca y

    entre gitanos y/o moriscos se canta y baila el polo, lo cantan y bailan

    gente del bajo pueblo andaluz y lo hacen acompasadamente,

    cantando y acompandose de sus sonajas y cascarras (castauelas)

    (...) Despus llamaron a sus compaeras y empezaron a bailar ese

    polo tan conocido que dice:

    Cuando mi Paco me alce

    Las palmas para bailar

    Se me pone el cuerpecito

    Como hecho de mazapn.

    Mand que los relebaran / Y los sacaran ar s. Y, ms adelante : Y a siento sincuenta hombres / Nos yeban a la Carraca / Nos yeban a currel / Y a sac pieras d'er agua, p.213. 8 CADALSO, Jos de..., Cartas Marruecas, prlogo, edicin y notas de Lucien Dupuis y Nigel Glendinning, Madrid, Editorial Castilla, 1976; Tamesis Books Limited, London, 1976, pp.29-30. Para ms detalles vase nuestro trabajo El cante flamenco en su etapa primitiva en Rito y geografa del cante, ed. al cuidado de Antonio Parra Pujante, Murcia, Alga Editores, 1997, pp.12-68.

    9 POTOCKI, Jan, Manuscrito encontrado en Zaragoza, Madrid, Palas Atenea, 1989, pp.113-114.

  • - Ms aleccionadores, todava, son los datos que podemos extraer del

    poema La Quicaida del Conde de Noroa10 publicado en 1779. Aqu

    se canta la tirana, la malaguea y sevillana, el fandango de Cdiz,

    la jota de Valencia, el quejumbroso polo agitanado, seguidillas

    manchegas y de Murcia las rpidas boleras.... El flamenco, pues,