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    Comit Cientfico GAES

    Prof. Felipe lvarez de Czar

    Prof. Primitivo OrtegaProf. Luis Maria Gil-Carcedo Prof. Pablo Gil-LoyzagaProf. Carlos Cenjor Prof. Jess Algaba Prof. Nicols PrezProf. Constantino Morera Prof. Manuel ManriqueProf. Manuel Toms Prof. ngel RamosDra. Alicia Huarte Sr. Francesc Carreo

    LIBRO BLANCO SOBRE LA

    PRESBIACUSIA

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    LIBRO BLANCO SOBRE LA

    PRESBIACUSIA

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    GAES ha creado un Comit Cientfco que ser una herramienta de consulta y avaldentro de nuestro Centro de Estudios e Investigacin GAES, para poder participaren nuestras actividades cientcas e incrementar la ormacin continua al proe-sional a nivel nacional. Uno de nuestros objetivos tambin es diundir que es laaudicin y que representa la prdida auditiva ante la sociedad para conseguir unamayor concienciacin social, as como organizar jornadas y oros para tratar estostemas, utilizando para ello las nuevas tecnologas.

    www.orl.gaes.es

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    Toda forma de reproduccin, distribucin,comunicacin pblica o transformacin deesta obra solo puede ser realizada con la au-torizacin de sus titulares, salvo la excepcinprevista por la ley. Dirjase al autor si nece-sita fotocopiar o digitalizar algn fragmentode esta obra.

    GAES

    Depsito Legal: B. 9895-2013

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    pg. 81. Presbiacusia.Introduccin. DefnicinProf. Felipe lvarez de Czar

    pg. 102. Epidemiologa de lapresbiacusia en EspaaProf. Primitivo Ortega del lamoDr. Jorge Duque Silva

    pg. 163. Fisiopatologa de la presbiacusia.Sistema auditivo periricoProf. Luis Maria Gil-Carcedo GarcaProf.a Elisa Gil-Carcedo SaudoProf. Luis ngel Vallejo Valdezate

    pg. 284. Presbiacusia: enveecimientode la va auditiva centralProf. Pablo Gil-Loyzaga

    Prof. Francisco Carricondo

    pg. 425. Rasgos clnicos e impacto socialde la presbiacusiaProf. Jess Algaba GuimerDr. Xavier Altuna Mariezcurrena

    pg. 466. Exploracin auditivaen la presbiacusiaProf. Carlos CenjorDr. Francisco Cogolludo

    pg. 547. Los mayores con vrtigoe inestabilidad: cadasProf. Nicols Prez Fernndez

    pg. 628. Prevencin y tratamientoarmacolgico de la presbiacusiaProf. Constantino Morera PrezDr. Abel Guzmn Calvete

    pg. 679. Tratamiento audioprotsicoen la presbiacusiaSr. Francesc Carreo

    pg. 8110. Tratamiento con implantescocleares en el ancianoProf. Manuel Manrique RodrguezDra. Raquel Manrique Huarte

    pg. 8611. Rehabilitacin auditivadel paciente presbiacsicoDra. Alicia Huarte IrujoSra. Beatriz Prez-Leoz

    Sra. Laura Girn Mairal

    pg. 9012 Impacto econmicode la presbiacusiaProf. Manuel Toms BarbernDr. Pedro Sarri Echegaray

    pg. 9613. Consideraciones de uturorespecto a la presbiacusiaProf. ngel Ramos MacasProf. Daniel Prez PlasenciaSr. ngel Ramos de Miguel

    ndice

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    La expectativa de vida del ser humano seha visto incrementada sensiblemente a partirdel siglo xx, sobretodo en las ltimas dcadas,como consecuencia, en la mayora de los ca-

    sos, del diseo de una poltica mejor orienta-da en los campos de la educacin sanitaria, laprevencin de la enermedad, las campaas yprogramas de diusin, etc., que han consegui-do una mayor sensibilizacin en la poblacin,y han justicado la necesidad o convenienciade chequeos peridicos en su salud.

    Pero este aumento en la esperanza de vidasupone asumir un doble reto: mayor numero

    de aos rente al mantenimiento de una cali-dad de vida igual o superior, si es posible. Yes, en estos momentos, el dilema en el que nosencontramos, al intentar responder satisacto-riamente al incremento de una patologa espe-cca de la edad, que aecta en mayor o menorgrado a la mayora de las personas por encimade los 60 aos.

    La presbiacusia est incluida en ese ca-

    pitulo de la patologa del envejecimiento. Setrata de una prdida de audicin bilateral y

    progresiva con carcter neurosensorial, debi-da a la degeneracin de dierentes estructu-ras del odo interno (rgano de Corti, estravascular, clulas ciliadas, etc.) y cuya causa

    principal al margen de otros actores heredi-tarios, traumticos o metablicos es la invo-lucin biolgica propia de la edad a partir delos 50 a 60 aos.

    La clnica de esta entidad, especialmentela dicultad de or y entender, en pacientesque, por otra parte, pueden encontrarse enuna situacin laboral de perecta actividady con un estado general bueno, plantea pro-

    blemas de comunicacin que pueden aectara distintos escenarios de su vida social, eco-nmica, amiliar, proesional y, nalmente,traducirse en un cambio notable en su per-sonalidad, carcter y conducta debido al ais-lamiento, introversin, o desconianza quepueden experimentar, en un mundo donde lasrelaciones humanas y la comunicacin sonprioritarias.

    Consciente de la importancia y magnituddel problema, el comit cientco de GAES de-

    1. Presbiacusia.

    Introduccin. DenicinProf. Felipe lvarez de Czar

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    1. Presbiacusia. Introduccin. Defnicin

    Prof. Felipe lvarez de Czar

    cidi poner en marcha una serie de iniciativas,actividades y programas en torno a la presbia-cusia. La monograa que presentamos, cuyoscaptulos han sido redactados por eminentes

    otlogos de este pas, es un complemento delas distintas jornadas que pretendemos desa-rrollar, a lo largo del ao, en torno al tema.

    Pensamos que durante bastante tiempo lahipoacusia de la edad ha sido una entidad untanto desatendida en las consultas habitualesde la especialidad, que se han limitado a unaorientacin teraputica simplista, sin dedicarmucho tiempo a la entrevista con un paciente

    que, por su especial personalidad, necesita al-go ms que el tpico: No tiene solucin, pn-gase un aparato. Esta situacin no es vlidaen el momento actual.

    Por una parte, la presbiacusia, al mar-gen de que, en la actualidad, no disponemosde ninguna terapia armacolgica resolutivapara la sordera, suele ir acompaada de unasintomatologa variada asociada, que s pue-

    de encontrar ayuda muy satisactoria con lamedicacin adecuada, con lo que el paciente

    puede asumir su situacin de una orma me-nos traumtica.

    Por otra parte los ltimos avances en mi-croelectrnica han supuesto una autntica

    revolucin en el mundo de las prtesis auditi-vas, al haber conseguido unas excelentes pres-taciones junto a una miniaturizacin notable,hechos que signican una mejor aceptacinpor parte de los pacientes.

    Finalmente, nuestro objetivo al editar estelibro es abordar de orma multidisciplinar unaentidad clnica que aecta, cada vez ms, a unapoblacin mayor, que todava mantiene ciertos

    recelos en relacin con la adaptacin de unasprtesis auditivas. En este sentido, la obra quepresentamos, as como las jornadas sobre pres-biacusia, van dirigidas a cuantos, proesionalesmdicos o no, tengan relacin con los proble-mas de la audicin. De esta orma pretendemosayudar a encontrar soluciones que respondansatisactoriamente a nuestro inicial propsito:conseguir una mejor calidad de vida.

    Estaremos muy satisechos si lo hemosconseguido.

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    ITRDCCILa presbiacusia se dene como una prdi-

    da auditiva causada por los cambios degene-rativos relacionados con la edad. Se encuentra

    determinada por actores genticos, ambienta-les, sociales y otras enermedades relacionadascon el envejecimiento.

    Se caracteriza por una prdida auditi-va de evolucin lentamente progresiva, queaecta principalmente a las recuencias agu-das as como a la inteligibilidad conversa-cional.

    Supone un uerte impacto social, es la

    tercera enermedad crnica ms recuente enlas personas mayores, y representa la etiolo-ga ms recuente las hipoacusias neurosen-soriales.

    Los principales actores de riesgo, apartede la edad, son los antecedentes genticos, elsexo masculino, el tabaquismo, la exposicincrnica a ruido, los bajos niveles de educacin,y las enermedades cardiovasculares, princi-palmente la hipertensin arterial y la diabetesmellitus tipo II.

    No existen datos precisos sobre la inciden-cia y prevalencia de la presbiacusia en Espa-a, por lo que realizaremos en primer lugar unanlisis poblacional de las personas mayores,

    concentrndonos en los ltimos aos en Espa-a, para de esta manera poder llevar a cabo unclculo aproximado sobre el nmero total deaectados por esta enermedad, extrapolandolos resultados de estudios de Estados Unidos yotros pases de Europa.

    ELCI PLCILE ESP

    La longevidad en Espaa se ha incremen-tado de orma espectacular en el ltimo siglo.

    Segn los ltimos datos poblacionalesaportados por el Avance de Explotacin delPadrn del 2012 (INE), en Espaa contina demanera evidente el envejecimiento de la pir-mide poblacional.

    El 1 de enero de 2012 haba 8.221.047 perso-nas mayores, correspondientes al 17,4% sobre

    el total de la poblacin (47.212.990). Compara-do con el ao anterior aument en 128.194 elnmero total de personas mayores de 65 aos.En la tabla 1 se expone el incremento de la po-blacin mayor desde 1900 hasta 2012, as comolas proyecciones hasta el 2049.

    El sexo predominante en la vejez es el e-menino. Hay un 33% ms de mujeres que devarones. Nacen ms varones que mujeres, porlo que existe una mayor prevalencia en la in-ancia, adolescencia e incluso en la edad adul-ta del sexo masculino. El equilibrio se alcanza

    2. Epidemiologa de la

    presbiacusia en EspaaProf. Primitivo Ortega del lamoDr. Jorge Duque Silva

    PTS CLE Evolucin poblacional en Espaa. Incidencia y prevalencia de la presbiacusia.

    Impacto social de la presbiacusia. Datos estimados de la presbiacusia en Espaa.

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    2. Epidemiologa de la presbiacusia en EspaaProf. Primitivo Ortega del lamo. Dr. Jorge Duque Silva

    alrededor de los 50 aos, para luego conver-tirse las mujeres en el sexo predominante gra-cias a la mayor mortalidad masculina.

    Existen varias explicaciones para enten-der este incremento de la edad media en lapirmide poblacional, la primera de ellas lanotable dierencia registrada en la esperanzade vida. En 1900 la esperanza de vida era de34,8 aos; ahora, 82 aos en promedio entreambos sexos.

    Las mujeres espaolas tienen una esperan-za de vida al nacer de 84,6 aos, y los varones,

    de 78,5 aos, segn los ltimos estudios reali-zados en el 2009, por lo que estn entre las msaltas de toda la Unin Europea.

    Uno de los actores que ms ha contribuidoen el incremento de la esperanza de vida es eldescenso de la mortalidad inantil, que se cal-cula segn el total de muertes de menores deun ao por cada mil nacidos vivos. En 1900 seestimaba una tasa alrededor de 35, y actual-mente est alrededor de 7.

    Otro actor que contribuye a este aumentode la esperanza de vida es la disminucin de la

    os

    Total Espaa 65 y ms 65-79 80 y ms

    bsoluto bsoluto% respecto

    al total bsoluto% respecto

    al total bsoluto% respecto

    al total

    1900 18.618.086 967.774 5,2% 852.389 4,6% 115.385 0,6%1910 19.995.686 1.105.569 5,5% 972.954 4,9% 132.615 0,7%

    1920 21.389.842 1.216.693 5,7% 1.073.679 5,0% 143.014 0,7%

    1930 23.677.794 1.440.744 6,1% 1.263.632 5,3% 177.112 0,7%

    1940 26.015.907 1.699.860 6,5% 1.475.702 5,7% 224.158 0,9%

    1950 27.976.755 2.022.523 7,2% 1.750.045 6,3% 272.478 1,0%

    1960 30.528.539 2.505.165 8,2% 2 .136.190 7,0% 368.975 1,2%

    1970 34.040.989 3.290.800 9,7% 2.767.061 8,1% 523.739 1,5%

    1981 37.683.362 4.236.740 11,2% 3.511.599 9,3% 725.141 1,9%1991 38.872.268 5.370.252 13,8% 4.222.384 10,9% 1.147.868 3,0%

    2001 40.847.371 6.958.516 17,0% 5.378.194 13,2% 1.580.322 3,9%

    2011 47.150.819 8.092.863 17,2% 5.688.528 12,1% 2.404.325 5,1%

    2021 47.111.888 9.221.878 19,6% 6.456.179 13,7% 2.765.699 5,9%

    2031 47.600.362 11.450.819 24,1% 8.027.182 16,9% 3.423.637 7,2%

    2041 47.959.400 14.020.292 29,2% 9.517.427 19,8% 4.502.865 9,4%

    2049 47.966.653 15.325.273 31,9% 9.680.933 20,2% 5.644.340 11,8%

    Tabla 1. De 1900 a 2011 los datos son reales; de 2021 a 2049 se trata de proyecciones.Fuente: INE: INEBASE:

    1900-2001: Cifras de poblacin. Resmenes provinciales de poblacin segn sexo y edad desde 1900 hasta2001.2011:Avance del Padrn municipal a 1 de enero de 2011. Datos provisionales. Consulta en septiembre de 2011.2021-2049: Proyecciones de la poblacin a largo plazo. Consulta en septiembre de 2011.

    Tomado de: Abelln Garca, Antonio; Ayala Garca, Alba. Un perl de las personas mayores en Espaa 2012. Indica-dores Estadsticos Bsicos. Informe Anual Portal Mayores.

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    mortalidad en personas jvenes. Actualmente,

    el 83,5% de todos los allecidos en Espaa sonpersonas de edad. Al principio del siglo XX nollegaba al 30%. La principal causa de muerteactualmente est relacionada con enermeda-des cardiovasculares, la segunda es el cncer y,en tercer lugar, se encuentran las muertes porenermedades respiratorias, aunque a gran dis-tancia del cncer.

    Otra explicacin a este incremento de la

    edad media es el enmeno conocido comola generacin baby-boom, que comprendelas personas nacidas entre 1957 al 1977. En-tre estas echas nacieron casi 14 millones denios, 4,5 ms que en los 20 aos siguientesy 2,5 ms que los 20 aos anteriores. La gene-racin del baby-boom iniciar su llegada a lajubilacin en torno al ao 2020, lo que incre-mentara la presin en los sistemas de protec-cin social.

    Se han identicado las comunidades au-tnomas en las que existe un mayor nmero

    de personas mayores. As pues, Andaluca,

    Catalua y Madrid son las que encabezan lalista.

    En comparacin con la Unin Europea,Alemania, Italia, Francia, Reino unido y Espa-a son los pases con la cira ms alta de per-sonas mayores.

    EPIDEILI DEL PRESICSI

    La presbiacusia es la tercera enermedadcrnica ms prevalente en personas mayoresdespus de la hipertensin y la artritis en Es-tados Unidos, y es la causa ms recuente dehipoacusia.

    Aunque su incidencia es variable, existenbastantes estudios en los que se ha realizadoun clculo aproximado sobre el total de perso-nas mayores que padecen de presbiacusia enEstados Unidos.

    Uno de los estudios ms reconocidos paraestimar la prevalencia en esta poblacin es el

    Tabla 2. Evolucin de la poblacin mayor, 1900-2049.De 1900 a 2001 los datos son reales; de 2010 a 2049 se trata de proyecciones.

    Fuente: INE: INEBASE:1900-2001: Cifras de poblacin. Resmenes provinciales de poblacin segn sexo y edad desde 1900hasta 2001.2011: Avance del Padrn municipal a 1 de enero de 2011. Datos provisionales. Consulta en septiembre de 2011.2021-2049: Proyecciones de la poblacin a largo plazo. Consulta en septiembre de 2011.

    Tomado de: Abelln Garca, Antonio; Ayala Garca, Alba. Un perl de las personas mayores en Espaa 2012. Indicado-res Estadsticos Bsicos. Informe Anual Portal Mayores

    24.00022.00020.00018.000

    16.00014.00012.00010.0008.0006.0004.0002.000

    01900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970

    1981 1991 2001 2011 2021 2031 2041 2049

    80 aos y ms

    65-79 aos

    Poblacinenm

    iles

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    2. Epidemiologa de la presbiacusia en Espaa

    Prof. Primitivo Ortega del lamo. Dr. Jorge Duque Silva

    Blue Mountains Eye Study, publicado en el2009, en el que adems de otras variables desalud se analizaba la prdida auditiva neuro-sensorial en personas mayores.

    Se trata de un estudio observacional pros-pectivo de tipo cohorte en el que se examina-ron 3.654 pacientes mayores de 49 aos entrelos aos 1992 y 1994 (82,4% de los participan-

    tes). Se realiz un seguimiento durante cincoy diez aos, y se obtuvo un total de 2.335 pa-

    cientes a los cinco aos (85% de sobrevivientesy 543 allecieron) y 1.952 pacientes a los diezaos (75,6% y 1103 murieron).

    Entre los aos 1997 y 2000, se analizaron2.956 personas mayores de 50 aos. Se les rea-liz una historia clnica detallada teniendo encuenta variables socio-econmicas y de calidadde vida. Se preguntaron adems actores de

    riesgo ambientales, como la exposicin a ruidoen el trabajo.

    Factor de riesgo (FR) % pacientes con FRPresbiacusia leve

    (65 aos 25-40% 8.092.182 17,2% 2.589.488

    >75 aos 40-66% 5.688.528 12,1% 3.014.919

    >80 aos 80% 2,404,325 5,1% 1.923.460

    Tabla 4. Prevalencia estimada de la presbiacusia en Espaa.

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    Se les realiz tambin una audiometra tonalen 500, 1.000, 2.000 y 4.000 Hz, y se diagnosti-c de presbiacusia leve a aquellos pacientes que

    presentaban una perdida mayor de 25 dB HL ymoderada mayor de 40 dB HL.Como resultado, de los 2.956 participantes

    ueron diagnosticados de presbiacusia un 33%.La prdida de audicin ue ms recuente enhombres que en mujeres hasta los 80 aos, conunaodds ratio ajustada de 1,7 (IC 95%: 1,42).

    La prevalencia de presbiacusia se duplicpor cada diez aos en los pacientes, con unaodds ratio 3,5 (IC 95%: 3,13,9).

    Se observ una prdida bilateral en el 17%de las mujeres y el 28,7% de los hombres, en elgrupo de 60 a 69 aos.

    Se estableci una relacin signicativa en-tre la presbiacusia y diversos actores de ries-go. El primero de ellos, haber trabajado en unambiente de ruido, que aumentaba la proba-bilidad de padecer presbiacusia en un 70%para los casos moderados y en un 90% para

    los casos severos; otros actores relacionadosson sexo masculino, tabaquismo, bajo nivel deeducacin y diabetes mellitus tipo II. No se lo-gr demostrar una relacin signicativa entrepresbiacusia e hipertensin arterial.

    Exponemos en la tabla 3 los resultados deeste estudio detallados por edad y actores deriesgo.

    En otros estudios, se estima que alrededor

    de 25 millones de norteamericanos tienen unaprdida auditiva signicativa. Ms de 2,2 mi-llones de adultos mayores de 70 aos padecende presbiacusia.

    Segn el Centro Nacional de Salud de Es-tados Unidos se estima una prevalencia del63% de presbiacusia en la personas mayores

    de 70 aos, de las cuales un 27% correspondea un grado moderado o severo.

    Su incidencia aumenta exponencialmente

    con la edad. En el estudio de Framingham, larecuencia de participantes entre 65 y 69 aos,y entre 85 y 90 aos ue del 34% y 72% respec-tivamente.

    Con el cambio poblacional se espera queaumente la prevalencia.

    El 15% de los pacientes de 55 a 64 aos, el30% de los de 65 a 74 aos y el 40% de los ma-yores de 75 aos tienen una prdida auditivaque aecta su comunicacin.

    La Organizacin Mundial de la Salud esti-ma que 299 millones de hombres y 239 millo-nes de mujeres padecen de hipoacusia.

    PRELECI ESTIDE ESP

    No se dispone de datos epidemiolgicossobre la prevalencia de la presbiacusia en Es-paa. Realizaremos un clculo aproximado

    segn el anlisis poblacional con base en datosaportados por estudios norteamericanos.

    Exponemos en la tabla 4 la prevalencia dela hipoacusia distribuida por grupos de edadesy su respectiva estimacin en Espaa.

    CCLSIESLa presbiacusia es una enermedad de alto

    impacto, pues es la tercera enermedad crnica

    ms prevalente en personas mayores luego dela hipertensin arterial y la artritisNo existen datos precisos sobre la inciden-

    cia y prevalencia de la hipoacusia en EspaaSe estima una prevalencia global de un

    63% en adultos mayores de 70 aos, segn elInstituto Nacional de Salud de Estados Unidos.

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    2. Epidemiologa de la presbiacusia en Espaa

    Prof. Primitivo Ortega del lamo. Dr. Jorge Duque Silva

    Bibliografa1. Abelln GArcA, A.; AyAlA GArcA, A.. Un perl de las

    personas mayores en Espaa 2012. Indicadores Esta-dsticos Bsicos.Inorme anual Portal Mayores.

    2. Abelln GArcA, A.; AyAlA GArcA, A. Un perl de laspersonas mayores en Espaa 2011. Indicadores Esta-

    dsticos Bsicos.Inorme anual Portal Mayores.3. HA-SHenG li-KorotKy, AuD, PhD, MD*. Age-Related

    Hearing Loss: Quality o Care or Quality o Lie. De-partment o Otolaryngology, University o PittsburghSchool o Medicine, Pennsylvania. Department o Com-munication Science and Disorders, University o Pitts-burgh, School o Health and Rehabilitation Sciences,Pennsylvania.The Gerontologist, Vol. 52, No. 2, 265271.

    4. Prevalence o Age-Related Hearing Loss in OlderAdults: Blue Mountains Study.Arch. Intern. Med., Vol.169 (N. 4), FEB 23, 2009.

    5. PAcAlA, J.t., MD, MS; yueH, bevAn, MD, MPH. Hea-ring Deicits in the Older Patient I Didnt NoticeAnything Clinicians corner. American Medical Asso-ciation. JAMA, March 21, 2012, Vol. 307, No. 11

    6. Kiely, K.M.; Gopinath, Bamini; Mitchell, Paul; Luszcz,Mary, and Anstey, Kaarin J. Cognitive, Health, andSociodemographic Predictors o Longitudinal Declinein Hearing Acuity Among Older Adults.J. Gerontol. A.

    Biol. Sci. Med. Sci., sept. 2012;67(9):9971003

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    ITRDCCIDnde,cmo yporqu se establece el dete-

    rioro auditivo en el anciano son las preguntas

    undamentales que nos planteamos al comienzode este captulo. Eldnde se conoce bien, aun-que existen puntos por dilucidar; el dao ocurretanto en la regin peririca como en la central,es decir, participan todos los estratos del siste-ma auditivo. Elcmo se estudia en este captuloy en el que le sucede; en ellos se reeren las alte-raciones en las distintas localizaciones.

    Ms dicil de contestar es elporqu. No se

    puede discernir categricamente esto desdeel momento en que los actores genticos, lainfuencia de rmacos y otros txicos no ar-macolgicos, los mecanismos celulares queinvolucionan con la edad, el ruido laboral, losactores ambientales y las enermedades aso-ciadas originan una gran disparidad tanto en elmomento de aparicin como en la proundidadde la sordera en el anciano. La edad es la consi-

    deracin bsica, pero no nos atrevemos a decirque la undamental; de hecho, etiquetamos co-mo presbiacusia una hipoacusia neurosensorialque empieza a evolucionar alrededor de los se-senta aos, pero no ser una neurosensorialgentica tarda? Cmo infuye en la audicindel paciente el haber trabajado con ruido trau-matizante o txicos laborales? En qu estilo devida ha transcurrido su existencia? Tambin nosimpacta ver cmo algunas personas octogena-rias tienen una audicin prcticamente normal.Es entonces la edad el actor undamental?

    Puede ser, pero desde luego emparejndola conotros tambin muy a considerar.

    Vamos a centrar el captulo tratando de

    contestar a las dos primeras cuestiones, eldnde y el cmo ocurren las alteraciones queoriginan la involucin de la uncin auditivaen el paciente de edad avanzada, rerindonossiempre a las que aectan al sistema auditivoperirico.

    En el excelente trabajo de la doctora Rive-ra,1 en nuestros captulos de las tres edicionesde Otologa2, 3 y 4 y en multitud de publicaciones,

    este tema se contina apoyando en la base un-damental de los criterios de Schuknecht.5 Esteautor describe cuatro tipos de alteraciones delsistema auditivo peririco que ocasionan pres-biacusia, estn determinadas por el lugar enque se establece la lesin anatomo-patolgica.Distingue entre presbiacusia sensorial (tipo 1),neuronal (tipo 2), estrial (tipo 3) y de transmi-sin coclear (tipo 4). Esta tipicacin no est

    perectamente individualizada en la prctica,pues en la mayora de los casos se combinanestos distintos tipos de localizacin lesional,pero la utilizamos porque su sistematizacintiene ecacia didctica al relacionar el daocon su expresin clnica.

    Omos e interpretamos con el cerebro loque omos. Pero el cerebro no tiene capacidadpara comprender la realidad tal como es y porello se vale de los rganos de los sentidos, ven-tanas a travs de las cuales puede asomarse almundo que nos rodea. La ventana que aporta

    3. Fisiopatologa de la presbiacusia.

    Sistema auditivo perifricoProf. Luis Maria Gil-Carcedo GarcaProf.a Elisa Gil-Carcedo SaudoProf. Luis ngel Vallejo Valdezate

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    3. Fisiopatologa de la presbiacusia. Sistema auditivo perifrico

    Prof. Luis Maria Gil-Carcedo Garca. Prof.a Elisa Gil-Carcedo Saudo. Prof. Luis ngel Vallejo Valdezate

    inormacin al cerebro acerca de los sonidoses la cclea. En ella se convierten las sealesacsticas de energa mecnica en impulsos

    elctricos capaces de ser interpretados por elsistema nervioso central (SNC). Tambin en lacclea se discriminan los distintos sonidos se-gn su recuencia, se codican los estmulos enel tiempo segn su cadencia y se ltran para sumejor comprensin.

    ICRECIC CCLER.LTERCIES DE L FCI DELR DE CRTI E EL CI.

    PRESICSI SESRILEn la micromecnica coclear, la activacin

    de las clulas neuroepiteliales CCE y CCI (clu-las ciliadas externas y clulas ciliadas internas)est ligada a los desplazamientos que surensus estereocilios, debidos a la excitacin me-cnica consecuencia de la onda viajera u ondamigratoria. Estos desplazamientos son movi-mientos de cizallamiento entre las membranas

    tectoria y basilar.Con la ondulacin de la membrana ba-

    silar, el rgano de Corti, que se asienta sobreella, se ve desplazado sucesivamente arriba yabajo. Este movimiento es ms amplio cuantoms externo es el punto de la membrana quese considera. Con estos movimientos, los ciliosde las CCE, anclados en la tectoria, se angulan,recuperando luego su posicin.

    Pero esta hiptesis es vlida slo para los ci-lios de las CCE anclados en la tectoria, no paralos de las CCI que no tienen dicho anclaje (gu-ra 1). En la actualidad se admite que los movi-mientos del rgano de Corti con relacin a lamembrana tectoria provocan una deormacindel espacio subtectorial, que origina corrientesde endolina en la supercie del rgano de Cor-ti. Son estas micro-corrientes las que ocasionanel movimiento de los cilios de las CCI que noestn unidos a la tectoria, lo que desencadenala despolarizacin de la clula; as se origina el

    enmeno bioelctrico (bioacstico), ya que sonrealmente las CCI las encargadas de transportarla inormacin sonora que ha llegado a la cclea

    hasta la primera neurona del nervio coclear.Ms del 90% de las bras aerentes del ner-vio coclear hacen sinapsis directas con las CCI,mientras que solo la minora restante contactacon las CCE. Por el contrario, la mayora delas bras eerentes terminan en las CCE. Es-ta distribucin de las terminaciones nerviosasnos hace recapacitar an ms acerca de la die-renciada uncin de las CCE y las CCI. Las CCIreciben la inormacin sica como una vibra-

    cin y la transorman en impulsos elctricosque enviarn a las reas corticales relaciona-das con la audicin por bras aerentes; por elcontrario, las bras eerentes que terminan enlas CCE son necesarias para acilitar el infujomodulador del SNC al que estn sometidas.

    La uncin de las CCE no termin de acla-rarse hasta que se supo que estas clulas po-seen capacidad contrctil. Se han propuesto

    dos mecanismos como posibles reguladores enlas propiedades mecnicas de las CCE.6 Uno deellos est relacionado con la acetilcolina (neu-rotransmisor de la va eerente) cuyo estmuloreduce el tamao del las CCE porque se con-

    Figura 1. rgano de Corti. Se aprecia la membranatectoria (MT). En las tres hileras de CCE los ciliosse unen a la MT (1, 2, 3). Entre la CCI y la MT existe

    un amplio espacio, los cilios de la CCI no contactancon la MT.

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    traen en el sentido de su eje mayor, mientrasque el otro est propiciado por un aumentodel calcio intracelular libre, lo que ocasiona

    una elongacin de las CCE, que recuperan sulongitud. Esto explica por qu los niveles bajosde calcio protegen rente al trauma sonoro alreducirse la capacidad contrctil de las CCE.Sea cual sea el mecanismo que origina la con-traccin-recuperacin de las CCE, el eectornal es una protena (prestina) que acta comomotor de esta contraccin.7

    El trabajo de las CCE es undamental comoacilitadoras de la activacin de las CCI, pero

    tambin ejercen una importante uncin comocreadoras de un segundo ltro recuencial.8

    Este complejo sistema es uncional graciasa que las clulas neuroepiteliales estn inmer-sas en lquidos de dierente composicin i-nica, por lo que se mantiene de este modo unpotencial intracelular de reposo. As, mientrasla porcin apical de las clulas ciliadas est encontacto con endolina (rica en potasio y pobre

    en sodio) su polo basal se relaciona con la peri-lina (rica en sodio y pobre en potasio). Comoveremos al estudiar otro modo siopatolgicode promover presbiacusia, la estructura encar-gada del mantenimiento de esta dierente com-posicin inica es la estra vascular.

    El mecanismo de transduccin en la c-clea est, por tanto, ntimamente ligado al fujoendolintico de potasio. Parte de este potasio

    se transporta de clula a clula a travs de lasuniones celulares (tipogap-junctions) existen-tes en las clulas intermediarias de la estra

    vascular. Las alteraciones estructurales en estasuniones celulares, como ocurre cuando algunasde las protenas que las orman conexinas 26,30 y 43 estn genticamente deterioradas, danlugar a hipoacusias neurosensoriales de inten-sidad variable.

    En estas unciones peculiares de las clulasciliadas y sobre todo en el umbral de energamecnica capaz de estimular las CCI, puedeencontrarse una explicacin a la aparicin del

    reclutamiento (recruitment). Adems, tras laprdida de clulas ciliadas se elevan los um-brales de excitacin de las ibras del nerviococlear, lo que parece tener tambin impli-caciones en la creacin de este enmeno. Elenmeno del reclutamiento es un dato diag-nstico de sustancial importancia que ocurreespeccamente en sorderas originadas por le-siones cocleares que aectan a las CCE, que es

    parte de lo que ocurre en la presbiacusia.En la presbiacusia sensorial (el tipo 1 de

    Schuknecht) ocurre una degeneracin y poste-rior desaparicin de clulas ciliadas (gura 2);esta involucin comienza en la espira basal dela cclea y desde ella va progresando hacia lasrampas superiores. Esta degeneracin del rga-no de Corti, como decimos, es siempre ms pa-tente en las zonas basales, por ello la prdida de

    Figura 2. A) rgano de Corti normal. B) En este espcimen solo persiste la primera hilera de las CCE (echa).

    A B

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    audicin aecta inicialmente ms a las recuen-cias agudas (4-8 kHz) mientras que se conser-van aceptablemente las graves. La degeneracin

    de las clulas neurosensoriales comienza a unaedad media de la vida, aecta primero a las CCEy se contina al evolucionar el trastorno conaectacin de las CCI.

    Esta desaparicin de CCE y CCI ocurre enun contexto de involucin general del rganode Corti, hasta su completa desaparicin (-gura 3). En el entorno de las clulas ciliadasprobablemente ocurrirn tambin alteracionesinicas del Na, K y Ca endo y exocelulares, dis-

    turbios cuantitativos y cualitativos de los neu-rotransmisores, etctera. Dentro de la diusaanatoma patolgica de la presbiacusia, quecomo veremos aecta a distintas estructurasdel sistema auditivo peririco, estas lesionesdel rgano de Corti son las ms tpicas, cons-tantes e importantes.

    L TRSDCCI. CRECI

    DE PTECIL DE CCI EL FIR ERIS. PRESICSIERL

    La permeabilidad de la membrana celularen las zonas apicales de las clulas ciliadas semodica en relacin directa con la defexin delos cilios. Es decir, cuando se angulan los ciliosal ser proyectados contra la tectoria, vara laresistencia elctrica de la membrana celular,

    con lo que ocurren enmenos de despolariza-cin en las clulas ciliadas que conducen a unamodicacin de su potencial de reposo.

    Se sabe que esto ocurre de la siguientemanera: al angularse los cilios en direccin ala estra vascularse abren canales localizadosen la porcin apical celular y penetra K+ al in-terior celular. Se produce entonces una ondade despolarizacin que llega a la base o polobasal de la clula (gura 4). En esta base exis-ten unos canales para el calcio de aperturavoltaje-dependiente, durante la despolariza-

    cin estos canales se abren, y penetra calcio

    en la clula; esto hace que las vesculas presi-npticas se usionen con la membrana celular

    Figura 4. Al deformarse los cilios (echa) aumen-ta la permeabilidad de la membrana celular parael paso de iones, lo que induce fenmenos de des-

    polarizacin en la CCI y la activacin del polo basal(echa doble).

    Figura 3. La desaparicin del rgano de Corti quese observa en la imagen, que puede inducirse conruido traumatizante, se asemeja a lo que ocurreen los puntos ms afectados por la presbiacusia.

    El rgano de Corti es sustituido por un epitelio derevestimiento (echa).

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    para despus abrirse al exterior liberando sucontenido (glutamato) en el espacio sinptico,donde se encuentra con las dendritas de lasneuronas aerentes (bra nerviosa) (gura 5).Por el contrario, el movimiento opuesto de loscilios cierra los canales impidiendo el paso deK+ a la clula, se hiperpolariza la membranay se inhibe el sistema. En ausencia de estmu-lo, cuando los cilios permanecen inmviles,

    hay un equilibrio activo con algunos canalespara calcioabrindose y cerrndose, con loque continuamente hay vestigios de neuro-

    transmisin en el espacio sinptico. Como yahemos mencionado, el neurotransmisor entrela CCI y la primera neurona es el glutamato.Este neurotransmisor posee la caractersticade que puede llegar a ser neurotxico si selibera en exceso, ya que avorece la aperturade canales de calcioen la clula postsinptica,con la consiguiente entrada al interior celulardonde causa su eecto txico.9

    Como hemos visto, cuando la modicacin

    del potencial de reposo alcanza su umbral,en el polo sinptico de la clula se libera unneurotransmisor glutamato que es captadopor el elemento postsinptico y va a originarun potencial de accin en la bra nerviosa. Poreste sistema, las clulas ciliadas han transor-mado la energa mecnica que acta sobre suscilios en energa bioelctrica que, tras la trans-misin sinptica, induce la aparicin de un po-

    tencial de accin en el nervio coclear (gura 6).El trmino transormarno es completamentecorrecto porque la energa elctrica producidaen las clulas ciliadas no es la conversin dela energa acstica/mecnica; esta nicamenteorigina la liberacin de la primera. Como laclula ciliada, adems de transducir, acta amodo de amplicador biolgico, necesita unagran cantidad de energa; por ello, el rgano de

    Figura 5. El cambio elctrico en la CCI origina laliberacin de neurotransmisores en el polo basal(glutamato), que actan sobre las sinapsis de lasterminaciones nerviosas de las bras del nervio co-clear en el rea postsinptica.

    Figura 6. La imagen muestra el rea pre-sinptica con el ncleo de una CCI (echa)y el botn sinptico del rea postsinpticaen la primera neurona (echa doble). Lasneuronas bipolares del ganglio espiral deCorti (primeras neuronas de la va auditi-va) emiten una rama perifrica hacia lasCCI o CCE y un axn hacia la segunda neu-rona de la va. Cada CCI est inervada por

    al menos una neurona a la que enva infor-macin aferente.

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    quido cealorraqudeo, con el que compartegran parte de sus caractersticas qumicas y

    composicin inica. El lquido cealorraqu-deo alcanza la rampa timpnica a travs delacueducto coclear; en cambio, la perilina ves-tibular se origina a partir de un ultraltradoplasmtico, por lo que la concentracin enK+, protenas y glucosa es ms elevada que lade la perilina coclear. Este doble origen ex-plica la dierente composicin de la perilinasegn se obtenga de la rampa vestibular o de

    la timpnica, a pesar de su comunicacin porel helicotrema.La perilina es parcialmente transormada

    en las clulas marginales de la estra vestibu-lar y las clulas oscuras y del planum semilu-natum vestibulares para ormar endolina. Enesta transormacin es esencial el transportetranscelular de K+ realizado por una bombaNa+/K+ ATPasa-dependiente situada en lasporciones basales de las membranas de lasclulas citadas. La endolina ser reabsorbidanalmente en el saco endolintico.

    De este modo, la estra vascular mantiene(como una batera elctrica) el potencial delconducto coclear o rampa media que es de +80

    mV. En cuanto a las clulas ciliadas, en condi-ciones de reposo, las CCE tienen un potencialde -70 mV y las CCI de -40 mV. Por ello, entreel potencial endolintico positivo de la rampamedia y el intracelular negativo de las clulasciliadas se establece una dierencia de poten-cial de aproximadamente 120 mV (potencialesmicronico coclear y de sumacin).

    La presbiacusia estrial (el tipo 3) se desen-cadena por la atroa de la estra vascular (gu-

    ra 9), hecho comprobado por varios estudioshisto-patolgicos. Esta atroa origina una al-teracin inica que causa anomalas en el po-tencial elctrico del conducto coclear o rampamedia. La alteracin estrial se acompaa decambios en el ligamento espiral que son con-secuencia de ella.

    La involucin de la estra vascular puedecomenzar a edades tempranas, pero evoluciona

    muy lentamente, de modo que su atroa produ-ce un dcit auditivo en edades muy avanzadas.Aparece en grupos amiliares, es ms recuenteen mujeres y se caracteriza por una prdida deaudicin que es igual para todas las recuencias.

    ECIC CCLER.CTECIIETS HIDRLICS ECICS. PRESICSI DE

    CDCCI CCLERLos movimientos del estribo producen unaonda lquida en la perilina de la rampa vesti-bular (onda viajera). La membrana vestibularde Reissner es tan sutil y se desplaza tan cil-mente que no diculta el paso de esta onda so-nora de la rampa vestibular a la rampa media;por ello, la rampa vestibular y la rampa mediao conducto coclear se consideran desde elpunto de vista de la mecnica hidrulica comoun todo, como una rampa nica en cuanto ala transmisin del sonido se reere (gura 10).

    Figura 8. Las diferentes concentraciones inicas

    originan distintas cargas elctricas: +80 mV enla endolinfa y 40 mV en las clulas ciliadas. Conello se crea una diferencia de potencial de unos120 mV. El control de las concentraciones inicasdepende de la transferencia de electrolitos entreendo y perilinfa, y de la circulacin de los lquidosen el odo interno.

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    La onda de lquido producida por el estri-bo se desplaza a lo largo del conjunto rampavestibular-conducto coclear y pone en vibra-cin la membrana basilar. Esta adquiere unmovimiento ondulatorio que es sincrnico conla recuencia del estmulo sonoro. La ondula-cin de la membrana basilar viaja desde laventana oval hacia el helicotrema.

    Esta onda viajera tiene unas caractersti-

    cas particulares. La amplitud de onda aumen-ta progresivamente hasta alcanzar un punto

    mximo o amplitud mxima. Sobrepasado es-te, la amplitud de la onda disminuye muy r-pidamente hasta alcanzar una amplitud 0,cuando desaparece el movimiento ondulatorio.

    As, cualquier estmulo sonoro ocasionaun movimiento ondulatorio de la membranabasilar. El punto de mximo desplazamientode la onda, la amplitud mxima, se localizaen distintos lugares de la cclea, en uncin

    de la recuencia del sonido que la ha creado.En los sonidos agudos (de alta recuencia), elmovimiento ondulatorio se agota enseguida, yel mximo desplazamiento ocurre en un puntoprximo a la ventana oval; en los sonidos gra-ves (de baja recuencia) la onda viaja ms y suamplitud mxima se sita en un punto prxi-mo al pex, cerca del helicotrema.

    Las caractersticas de la onda viajera estn

    notablemente infuenciadas por una serie depeculiaridades de la membrana basilar: sicas(longitud, grosor, masa, rigidez) (gura 11),histolgicas y uncionales (igura 12). En lapresbiacusia, el grosor, la masa y, sobre todo, larigidez de esta membrana se modican, con loque disminuye su capacidad de movimiento alpaso de la onda viajera.

    No esta claro porqu ocurre prdida precozde recuencias agudas en la presbiacusia, pro-bablemente varios actores intervienen en el ori-gen del evento; uno de ellos es la alteracin de

    Figura 10. La membrana vestibular de Reissner(echa) es inapreciable desde el punto de vista hi-drulico, por ello la rampa vestibular (RV) y la ram-pa media o conducto coclear (RM) se consideran

    como una rampa nica en cuanto a la transmisinde la onda viajera se reere.

    Figura 9. La estra vascular es el nico epitelio que tiene vasos. A) Estra vascular normal (echa) y bajo ella elligamento espiral (echa doble). B) Estra vascular atrca.

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    la conduccin coclear por aumento de la rigidez

    de la membrana basilar. Hasta el momento pre-sente, se acepta que solo el punto de amplitudmxima de la onda viajera estimula el rganode Corti, aunque la onda origina distintos picosde amplitud cuya signicacin desconocemos.Recordamos que la mxima amplitud para losagudos se localiza en la zona basal de la ccleay, para los graves, en la zona del pex; asimis-mo, esta mxima amplitud se localiza en puntosintermedios para las distintas recuencias suce-sivas. Por este mecanismo se discriminan en lacclea los diversos tonos del sonido. Es proba-

    ble que el aumento de rigidez del sistema seams patente en rampas de la base de la cclea.

    Las estructuras huecas del odo interno es-

    tn completamente repletas de lquido, y al serlos lquidos incompresibles, para que la platinadel estribo pueda introducirse cmodamenteen el laberinto se necesita una zona elsticaque se desplace en sentido opuesto al movi-miento de la platina (oposicin de ase). Estauncin la cubre la ventana redonda, obtura-da por su membrana elstica o also tmpano.Por ello, a un movimiento del estribo haciadentro (hacia el odo interno) corresponde un

    abombamiento de la membrana de la ventanaredonda hacia uera (hacia el odo medio) y vi-ceversa, el llamadojuego de ventanas. Para queeste juego ocurra debe permanecer perecta-mente activa la movilidad del estribo y la elas-ticidad del also tmpano. En este punto podraverse aectada la actitud hidrulica de la ondaviajera; en la presbiacusia existen cambios enla elasticidad de las membranas y en la movili-

    dad de la cadena, como veremos ms adelante.Por lo expuesto en este esquema de la mec-

    nica e hidrulica coclear vemos que la membranabasilar hace de ltro, y se comporta como unanalizador mecnico de recuencias: distribuyela onda sonora segn su recuencia por distintoslugares de la cclea. Se cree que la onda, aunquees activa solo en el lugar de mxima amplitud,estimula todava un espacio excesivo del rga-

    no de Corti, por lo que no puede realizarse unaexquisita discriminacin de recuencias; en esteprimer ltro se eecta solo una dierenciacinelemental inicial. Hace alta un segundo ltrorecuencial para obtener la perecta percepcinindividualizada de las recuencias; este segundoltro se halla ligado a la capacidad contrctilde las clulas CCE, cuyos cilios se anclan en lamembrana tectoria, traccionan de ella cuando secontraen y aproximan de este modo la tectoria alas clulas ciliadas internas, de modo que acili-tan la descarga de un potencial de accin.

    Figura 12. La membrana basilar tiene mayor capa-cidad de movimiento bajo las CCE (echas azules)que bajo las CCI (echa roja).

    Figura 11. El mantenimiento a travs del tiempo dela longitud, grosor, masa y rigidez de la membranabasilar es fundamental para una ecaz mecnica

    coclear.

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    La presbiacusia de conduccin coclear(el tipo 4) ocurre por la suma de varios en-menos, pero singularmente por disminucin

    de la elasticidad de la membrana basilar. Conel transcurso del tiempo, acontecen acmu-los de calcio, hialinizacin, depsitos de l-pidos y, en general, enmenos que abocana un engrosamiento y endurecimiento de lamembrana basilar. Esta membrana, al serms rgida, aumenta su impedancia y trans-mite con mayor dicultad la onda viajera alrgano de Corti.

    En su tipicacin, Schuknecht5 describe

    tambin cambios en el ligamento espiral rela-cionados con la edad, undamentalmente dis-minucin de la concentracin de brocitos enla porcin del ligamento prxima a la membra-na basilar.

    TRS LTERCIES DELSISTE DITI PERIFRICqE IFLE E L FISIPTL

    DE L PRESICSIAdems de las lesiones descritas, ya clsicas

    y sistematizadas inicialmente por Schuknecht5,que son las responsables de la hipoacusia neuro-sensorial, en el odo medio tambin ocurren cam-bios degenerativos tpicos del envejecimiento.

    En las personas mayores, en toda la peri-eria de la membrana timpnica se sedimen-ta un depsito clcico que, a modo de crculo

    blanco, bordea todo el contorno, y se conocecomo arco senil. Este y otros enmenos de mi-ringosclerosis disminuyen la elasticidad de lamembrana timpnica y su actividad uncional.

    La miringosclerosis y la timpanosclerosiscuando existen se hacen ms patentes enla ancianidad; las placas de timpanosclerosisatrapan la cadena de osculos y, principalmen-te, el estribo, y dicultan su desplazamiento.

    Como en todo el sistema osteo-articular dela economa, la ancianidad ocasiona que en lososculos de la cadena (gura 13) aparezca os-

    teoporosis, y que en las articulaciones ocurranalteraciones degenerativas en las supericiesarticulares tpicas de la artrosis11, 12 (gura 14).Estos cambios que ocurren en la involucinosteo-articular limitan la movilidad del con-junto de los sistemas de transmisin mecnica

    de la energa sonora, sistemas cuya concepcinuncional ha surido cambios signicativos traslas recientes aplicaciones computadorizadas de

    Figura 13. El sistema mecnico del odo medio es-ta sometido a los mismos cambios involutivos queotros sistemas osteo-articulares del organismo:

    osteoporosis, artrosis, rigidez de membranas

    Figura 14. En la presbiacusia, la involucin ms in-vocada es la desaparicin de clulas ciliadas, perola disminucin de la elasticidad de la membranatimpnica, del ligamento anular de Rdinger, del

    falso tmpano y las disfunciones del reejo del es-tribo deben ser tenidos en cuenta.

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    investigacin (gura 15) y con la aplicacin enestos estudios del mtodo de los elementos ni-tos (gura16).13, 14 y 15

    A estos cambios producidos por enme-nos artrsicos y de desmineralizacin se su-man alteraciones del tono, que disminuyen la

    ecacia de la contraccin de los msculos delodo medio.16

    En la membrana timpnica, adems de losposibles depsitos minerales, ocurren alteracio-nes vasculares con disminucin del aporte san-guneo y una prdida de elasticidad por rigidezde la capa conectiva media de la membrana.17

    Se han descrito otros cambios debidos a

    la involucin por la edad. Los publicados porKrmpotic-Nemanicet al.18 se reeren a una hi-perosteosis en la criba espiroidea de la cclea.Segn estos autores, la osicacin del cuadran-te coclear del ondo del conducto auditivo in-terno comprime y destruye las bras coclearesa su paso por los pequeos oricios de la criba.Otros autores han encontrado delecciones enel ADN mitocondrial que aparecen con la edad,

    y que probablemente pueden estar en relacincon el desarrollo de presbiacusia.19

    En conclusin, parece claro que la disminu-cin de clulas neurosensoriales, que comienzaprecozmente con la desaparicin de CCE20 ycontina cuando avanza la involucin con ladesaparicin de todo el rgano de Corti, quees sustituido por un epitelio de revestimiento,21es el enmeno siopatolgico undamental enla creacin de hipoacusia en el anciano. Peroterminamos el captulo insistiendo en que nose deben considerar independientemente los

    Figura 15. Clculo computadori-zado de la siologa de la transmi-sin en el odo medio.

    Figura 16. Modelo 3D nal del odo medio. En losmodelos computadorizados 3D realizados porel mtodo de los elementos finitos, se puedenintroducir modicaciones que simulen los acon-

    tecimientos que ocurren en el odo medio en lapresbiacusia.

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    3. Fisiopatologa de la presbiacusia. Sistema auditivo perifrico

    Prof. Luis Maria Gil-Carcedo Garca. Prof.a Elisa Gil-Carcedo Saudo. Prof. Luis ngel Vallejo Valdezate

    distintos mecanismos siopatolgicos que ori-ginan la presbiacusia. Varias de las alteracio-nes descritas en el sistema auditivo peririco

    se suman y producen de manera multiactorialla sordera que aecta al anciano. Adems otrosmuchos disturbios ms o menos independien-tes de los descritos aqu pueden infuir, comoveremos en el prximo capitulo, que relata loque ocurre con el paso del tiempo en el sistemaauditivo central.

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    Todas las imgenes que aparecen en este captu-lo se han realizado en la Ctedra de ORL de la UVapara distintos trabajos de investigacin. Se han uti-lizado cobayas del animalario de la UVa.

    Los autores, de acuerdo con el Real Decreto1201/2005 sobre proteccin de los animales uti-lizados para experimentacin, poseen la Homolo-gacin como personal competente para trabajarcon dichos animales (N. de registro del centrousuario AE 4718614 AB).

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    ITRDCCILa posibilidad de envejecer es, en s misma,

    un autntico triuno, sobre todo si se cuentacon una buena calidad de vida y escaso dete-

    rioro sensorial (visual y auditivo, especialmen-te). A este respecto, el lsoo Frank Notestein(1954) armaba que: Analizado en conjunto,el envejecimiento no es un problema en abso-luto, es solo la orma pesimista con que se ana-liza un gran triuno de la civilizacin.

    Como dato relevante cabe destacar que en1998 haba en el mundo 66 millones de octo-genarios, y alcanzarn los 370 millones en el

    entorno del ao 2050 (lvarez Perell, 2001).La espaola, como las dems sociedades occi-dentales, est experimentando un proceso deincremento de la expectativa de vida, inclusode la calidad de vida en los mayores, y de suesperanza de vida libre de discapacidad (Gil-Loyzaga y Gil Prez, 2009). Datos recientesindican que en Espaa los nacidos en 2009 ten-drn una esperanza de vida de 50 aos ms que

    si hubieran nacido en 1870; que ser el doble dela que hubieran tenido en 1910 (entonces erade 40 aos). Los mayores de sesenta y cinco osetenta aos desean gozar de un buen nivel desalud y actividad; constituyen un segmento so-cial importante y creciente que ha sido bautiza-do como lasociedad longevital (Gaullier, 2003).El mantenimiento de la actividad uncional delsistema nervioso central juega un papel muy re-levante para evitar el envejecimiento global delindividuo, de su relacin con el entorno, de suintegracin social, etctera.

    EEjECIIET DELSISTE ERIS CETRL

    El proceso de envejecimiento aecta a to-dos los organismos pluricelulares mediante

    mecanismos de degeneracin celular progre-siva e irreversible, por procesos de desgastey por la progresiva reduccin de la actividadsica e intelectual, y concluye en la muertecelular (Jazwinski, 1998; Nagley y Wei, 1998).Aunque se trata de un proceso panorgnico,no aecta por igual a todos los rganos o sis-temas, dado su dierente metabolismo o sumuy distinta capacidad de regeneracin. En

    el envejecimiento intervienen numerosos ac-tores genticos y amiliares pero, sobre todo,actores epigenticos, siolgicos o patol-gicos, que actan a lo largo de la vida y quellevan a que existan importantes dierenciaspoblacionales tanto en la longevidad como enla calidad de vida de los ancianos (Jazwinski,1998; lvarez Perell, 2001).

    Uno de los sistemas ms aectados por el

    envejecimiento es el sistema nervioso centralya que las neuronas carecen de una capacidadde regeneracin que tenga realmente relevanciauncional. Las alteraciones derivadas del enve-jecimiento en el sistema nervioso central sonespecialmente complejas. No solo comportanla muerte neuronal, sino tambin la desorgani-zacin y reorganizacin de circuitos neurales,incluidos los contactos sinpticos, y diversasmodiicaciones de los neurotransmisores delos sistemas activadores y de los moduladores einhibidores (Mora y cols., 2010). La plasticidad

    4. Presbiacusia: envejecimiento

    de la va auditiva centralProf. Pablo Gil-LoyzagaProf. Francisco Carricondo

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    4. Presbiacusia: envejecimiento de la va auditiva central

    Prof. Pablo Gil-Loyzaga. Prof. Francisco Carricondo

    neural permite el mantenimiento, incrementoy recuperacin de los circuitos neurales (Gil-Loyzaga, 2007, 2009, 2011; Gil-Loyzaga y cols.,

    2009, 2010). Tambin durante el envejecimientoel sistema nervioso solo cuenta con mecanis-mos de plasticidad neural para mantener unaactividad uncional adecuada y compensar lasinevitables prdidas neuronales. El progresivodeterioro senil que se maniesta a nivel neurales, sin duda, el aspecto que ms infuye en el l-mite de la vida de un individuo.

    En el ser humano, el envejecimiento delsistema nervioso no solo aecta a aspectos pri-

    marios del individuo, como la recepcin deinormacin o la motilidad, sino sobre todo alos procesos intelectuales y de comportamien-to. Es bien conocido que en los ancianos laprdida auditiva asociada a su edad combinaeectos centrales y periricos; para el sistemaauditivo esta combinacin supone dicultadesde procesamiento del sonido y, en especial,del lenguaje (Caspary y cols., 2008). Pero este

    tipo de hipoacusia puede no encontrarse ais-lada, sino asociada con alteraciones psicol-gicas, como aislamiento, depresin, e inclusodemencia, etc. (Gates, 2005), socio-laborales(Resnick y cols., 1997) y tambin un deteriorointelectual, ms o menos acusado, del com-portamiento, de la personalidad, etc. (Zarit yKnight, 1996). Las alteraciones centrales aec-tan sobre todo a la memoria, al procesamiento

    de la inormacin y la toma de decisiones, lareduccin signicativa de las destrezas y ha-bilidades y de la velocidad de ejecucin de losmismos, y a una muy notable alteracin delos sistemas sensoriales. Esta regresin de lossistemas sensoriales aecta, en mayor o menormedida, a ms de la mitad de los individuosmayores de 65 aos y en un alto porcentaje seacompaa o est agravada por el desarrollo depatologas psiquitricas o neurolgicas (porejemplo, Parkinson, Alzheimer, etc.) (Katz-man, 1988; Selkoe, 1991).

    PRESICSI PERIFRIC PRESICSI CETRL

    Se dene la presbiacusia como la prdida

    progresiva, bilateral y, casi siempre, simtricade la audicin, que se relaciona con el enveje-cimiento del individuo, es decir, con el de susistema auditivo (Schuknecht y Gacek, 1993).Quedan, por lo tanto, excluidas las hipoacusiasque tengan un origen traumtico del crneo,gentico (sndromes de sordera congnita, porejemplo), o patologas que aecten de maneraespecca al receptor auditivo (trauma acsti-co, ototoxicidad, patologas cocleovestibulares,

    etc.) (Ciges y cols., 1999; Martn del Campo ycols., 2012; Willott y cols., 2001), o patologasgenerales como las metablicas (hipotiroi-dismo, diabetes, hipertensin) o las patolo-gas vasculares (arteriosclerosis, trombosis) ehipxico-isqumicas (ms recuentes en losancianos). En cuanto a estas ltimas, diversostrabajos experimentales han mostrado que lahipoxia coclear avorece la generacin del es-

    trs oxidativo, con los consiguientes daos enlas mitocondrias (Seidman, 2000).

    Sin embargo, esto no excluye que en la sio-patologa y en la evolucin de la presbiacusia,adems de la edad haya que tener en cuenta,en primer lugar, aspectos gentico-hereditarios(antecedentes amiliares de hipoacusia), que ha-gan ms susceptible al receptor auditivo al en-vejecimiento (Gates y Myers, 1999). Y tambin

    el sexo representa una dierencia notable entanto que este tipo de alteracin es ms recuen-te en varones, mayores de 60 aos, que en muje-res (Ciges y cols., 1999; Patterson y cols., 1981).Es muy probable que dierencias en el ADN, osecuencias genticas heredables, tengan que vercon una cierta predisposicin que avorezca, ono, el envejecimiento auditivo (Ensink y cols.,1998). Es muy evidente que el componente ge-ntico ayuda a entender las muy amplias die-rencias de aectacin auditiva que se observanen los ancianos (Weinstein, 2000). Tambin la

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    exposicin al ruido continuado a lo largo de lavida, u otros actores (ototxicos, etc.), puedenser aspectos coadyuvantes que avorezcan el en-

    vejecimiento auditivo (Howarth y Shone, 2006).Al combinar estos hechos con lo conocidoa partir de los datos clnicos y experimentaleses cil entender cmo, en el momento actual,se ha decidido denir la presbiacusia como unproceso multiactorial que, adems, aecta demanera dierente a los distintos pacientes (Ga-tes, 2005). De hecho, actualmente se consideraesta aectacin auditiva como secundaria aldeterioro senil global del individuo, sobre el

    que se superponen las principales alteracionespadecidas a lo largo de la vida (estrs auditivo,ruido, hipoxias, etc.) que, con el perl genticoindividual, permiten justicar las dierenciasobservadas entre individuos (Gates, 2009).

    Los sntomas ms precoces de presbiacusiapueden presentarse, solo en algn individuo, ala mitad de la cuarta dcada de vida; aunquela mayora de los pacientes no tienen deterioro

    signicativo hasta los 60 a 65 aos. La prdidaauditiva aumenta con la edad de orma progre-siva, y se pierden unos 9 dB/dcada a partir delos 55-60 aos (Jennings y Jones, 2001). A partirde los 65, ms del 35% de los adultos estn aec-tados por presbiacusia, ms o menos intensa, yalcanzan el 45% a partir de los 75 aos (Gates yMills, 2005; Proupn y cols., 2007). En Inglate-rra, la situacin parece an peor cuando en 1998

    se indicaba que el 53% de los hombres y el 41%de las mujeres mayores de 75 aos tenan algunaalteracin auditiva (Howarth y Shone, 2006)

    Hace ms de seis dcadas el Pro. Harold F.Schuknecht (Schuknecht, 1955) describi loseectos de envejecimiento del receptor auditivoaportando, en aquella y en otras publicacionesposteriores, una clasicacin etiolgica basadaespecialmente en las alteraciones auditivas peri-ricas vinculadas al envejecimiento. As, desdeaquellos estudios se dierencia la presbiacusiade origen sensorial (que aecta inicialmente a

    las clulas receptoras o ciliadas), neural (de ma-yor incidencia sobre las neuronas ganglionaresy bras del nervio auditivo), metablica o estrial

    (con aectacin bsica en la produccin de en-dolina por la estra vascular), conductiva (poralteraciones diversas de la membrana basilarque algunos autores discuten), y mixta (que tie-ne caractersticas de varias de las anteriores, enespecial de las dos primeras (Ciges y cols., 1999;Rivera, 2007; Gates, 2009). En este sentido, pa-rece evidente que muchas de las alteracionesauditivas del anciano pueden tener un origenen el receptor peririco, aunque no cabe duda

    de que los eectos ms importantes son los queimplican a la va auditiva (del receptor hacia lacorteza). Esto resulta evidente al comprobarque el procesamiento del mensaje auditivo, so-bre todo en lo que se reere a sonidos comple-jos (lenguaje, por ejemplo), aecta a un nmeroimportante de ancianos, sobre todo cuando seencuentran en ambientes ruidosos.

    El hecho de que los individuos mayores

    (sobre todo a partir de los 60 aos), inclusolos que tienen una alteracin auditiva peri-rica discreta, presenten en mayor o menormedida una capacidad reducida para la com-prensin del lenguaje, especialmente en am-bientes ruidosos, parece indicar la existenciaconcomitante de un componente de aecta-cin en el procesamiento central (Weinstein,2000). No cabe duda de que la aectacin del

    sistema auditivo peririco provoca problemasde recepcin y transmisin del mensaje, peroest claro que la alteracin de la va auditivacentral (sobre todo de la corteza auditiva) con-lleva el deterioro del procesamiento complejoy la comprensin de dicho mensaje. El proce-samiento del lenguaje humano, el habla, re-quiere mucho ms que la simple percepcin delos sonidos. El mantenimiento correcto de laactividad lingstica requiere la uncionalidadcombinada de numerosos circuitos de asocia-cin, ubicados en el sistema nervioso central,

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    4. Presbiacusia: envejecimiento de la va auditiva central

    Prof. Pablo Gil-Loyzaga. Prof. Francisco Carricondo

    entre los que destacan la memoria de corto ylargo plazo, los sistemas de alerta y atencin,el ltrado de inormacin, los sistemas de to-

    ma de decisiones, etc. (Gates, 2012). Resultarelevante comentar aqu que se ha evidenciadoque al menos el 70% de los mayores de 60 aospresentan algn dcit auditivo que no puedeser explicado por la alteracin en la percepcintonal peririca (Weinstein, 2000). Esto es loque se ha denido como presbiacusia central.

    Los estudios clnicos ms recientes se vuel-ven a plantear la existencia de la presbiacusiacentral como entidad nosolgica nica e indi-

    vidualizada. Algunos investigadores airmanque, al menos en la actualidad, no existe inor-macin suciente que conrme la existencia dela presbiacusia central como una patologa in-dependiente (Humes y cols., 2012). Se proponeque, en realidad, la presbiacusia central es unaalteracin de etiologa multiactorial (Humes ycols., 2012) en la que, obviamente, la edad y lasalteraciones del sistema nervioso central (inclu-

    so otras enermedades degenerativas) jueganpapeles muy relevantes pero que no se puedeseparar de las alteraciones del sistema auditivo.

    EFECTS CETRLES DE LPRESICSI ERL PERIFRIC

    Como indica Gates (2009), la divisin entrepresbiacusia central y peririca es til a eectosdidcticos pero, en realidad, los problemas de

    alteracin auditiva (por ejemplo, la compren-sin del lenguaje) implican a todos los nivelesde la va, y por ello las alteraciones auditivasperiricas deben ser consideradas como un po-sible origen de alteraciones centrales. Se puedehablar de una presbiacusia peririca que aec-tara sobre todo a la cclea, al nervio auditivoy su proyeccin a los ncleos cocleares y unapresbiacusia central, desde el tronco cerebral ala corteza (Ciges y cols., 1999). En este sentido,la denominada presbiacusia neural puede tenereectos directos claros y evidentes en el procesa-

    miento auditivo central. Sin embargo, aunqueen ambos casos de presbiacusia con aectacinneural marcada, central o peririca, la inteligi-

    bilidad est reducida, se pueden establecer al-gunas dierencias entre ambas. Tal vez la msclara y relevante sea que cuando la alteracin dela percepcin del lenguaje se detecta en silencio,la lesin debe ser undamentalmente peririca(en el binomio clulas receptoras-neuronas gan-glionares), mientras que si en silencio la percep-cin del lenguaje es razonablemente buena perose diculta mucho en entorno ruidoso es que laalteracin auditiva tiene un marcado compo-

    nente central (Gates, 2009).El eecto clnico undamental es la denomi-

    nadaregresin onmica, que se dene como unamenor capacidad de discriminacin del lenguajehablado que lo que correspondera a la prdidasensorial, representada en la audiometra tonal.La regresin onmica se justica por la prdidade neuronas ganglionares, pero se responsabi-liza tambin a la aectacin de la va auditiva,

    derivada o primaria. Los principales problemasderivados de la prdida neuronal, base de la re-gresin onmica, seran el grave deterioro dela transmisin del mensaje neural, memoria yprocesamiento central (Weinstein, 2002; Gates,2009). Para completar la problemtica de latransmisin neural en la presbiacusia no se de-ben obviar las posibles alteraciones gliales y delas vainas mielnicas del nervio auditivo y de los

    ascculos de la va auditiva hasta la corteza.Como ya se ha indicado, la presbiacusianeural (peririca) puede provocar alteracio-nes ascendentes importantes en la capacidadde procesamiento del mensaje auditivo, sobretodo cuando se trata de sonidos complejos (Ar-nesen, 1982; Pichora-Fuller y Souza, 2003). Lapresbiacusia neural, la ms recuente en hu-manos (Suga y Lindsay, 1976), aecta especial-mente al ganglio espiral o de Corti y a sus brasnerviosas, que constituyen el nervio auditivo.Generalmente, se considera vinculada y secun-

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    daria al envejecimiento sensorial (Schucknechty Gacek, 1993), aunque no se puede descartarque pueda ser tambin primaria. Los habitua-

    les procesos de plasticidad neural permiten quela aectacin percibida por el individuo no seamuy importante hasta que se haya producido,al menos, la prdida de un 50% del total de lasneuronas del ganglio de Corti.

    La reduccin del nmero de neuronas (gu-ra 1) es un enmeno claramente vinculado alenvejecimiento, como tambin lo son otras al-teraciones orgnicas. Hasta el punto de que ladegeneracin neuronal del ganglio auditivo, que

    aecta a todos los individuos en mayor o menormedida, podra ser de ms de 2.000 neuronaspor dcada (Arnesen, 1982; 1985). La muertecelular aecta a un notable nmero de neuronasganglionares, que se inicia por una progresivareduccin de tamao, y que conlleva prdidasde clulas de los ncleos cocleares (gura 1)(Arnesen, 1982; Chisolm y cols., 2003). Las le-siones neuronales del ganglio auditivo no son

    homogneas y aectan ms a las neuronas de labase coclear (gura 1), lo que justica la mayorprdida de percepcin de las recuencias agudas(Castillo y cols., 2006). A medida que avanza elproceso, degeneran tambin las neuronas de laespiral media (recuencias medias) y luego delpex (recuencias graves).

    La reduccin del nmero de neuronas gan-glionares es progresiva, y se ha identicado en

    modelos experimentales (gura 1) (Gil-Loyza-ga, 2002; Castillo y cols., 2006) y en humanos;no obstante, el proceso siopatolgico a nivelcelular que lleva a este deterioro neuronal noha sido aclarado. Se ha propuesto que en es-tos mecanismos podran estar implicadas lashormonas esteroideas y el IGF-1, pero tam-bin la lesin progresiva de los sistemas me-tablicos, especialmente de las mitocondrias(Bao y Ohlemiller, 2010), la acumulacin deradicales libres (Luxon, 1981) y la neurotoxi-cidad (Pujol y Puel, 1999). Tambin se ha im-

    plicado en este proceso, y en los mecanismosde supervivencia de las neuronas, el calcio, losglucocorticoides y ciertas protenas como las

    ubiquitinas (Bao y Ohlemiller, 2010). Otra delas cuestiones que an est sin resolver es sa-ber si este tipo de degeneracin neuronal sedebe a un proceso de muerte neuronal progra-mada (apoptosis) u otro tipo de lesin celular(Bao y Ohlemiller, 2010).

    El principal problema de la degeneracinde las neuronas del ganglio espiral coclear es laconsecuente reduccin de las bras aerentesde tipo I (gura 1). Estas bras se originan en

    dichas neuronas ganglionares y alcanzan losncleos cocleares, que son los nicos elemen-tos que transmiten el mensaje auditivo desdeel receptor a la va auditiva (Gil-Loyzaga, 2005;Gil-Loyzaga y Poch Broto, 2007; Gil-Loyzagay Pujol, 2010). As, la inormacin sonora quellega al receptor pasa a los ncleos del tronco,y alcanza luego la corteza cerebral, donde seanalizan sus caractersticas acsticas (recuen-

    cia, intensidad, ase, etc.) pero, sobre todo enlos humanos, se realiza un proundo anlisisde los sonidos complejos (por ejemplo, dellenguaje), lo que permite su comprensin, in-teraccin polimodal y almacenamiento en lamemoria (Pocock y Richards, 1999).

    Los estudios de presbiacusia se basan en lainvestigacin clnica de pacientes aectados y,sobre todo, en modelos animales que permitan

    un anlisis siopatolgico y experimental msproundo de estas alteraciones, pero estos da-tos experimentales deben ser bien escogidospara que los resultados sean extrapolables alser humano (Masoro, 1990; Gil-Loyzaga, 2002).Desde un punto de vista isiopatolgico, lasalteraciones centrales seniles podran ser con-secuencia de una hipoactividad del receptorauditivo peririco que, progresivamente, pro-voque la degeneracin de cadenas de neuronas(gura 1). No obstante, no se descarta la exis-tencia de procesos primarios de envejecimiento

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    Prof. Pablo Gil-Loyzaga. Prof. Francisco Carricondo

    en el sistema nervioso central, que podran serderivados o concomitantes, y tambin vincula-dos al envejecimiento del individuo (Martn del

    Campo y cols., 2012). En cualquier caso, parecetratarse de un crculo lesional en el que no sepuede descartar que, al menos, parte de las le-siones de las neuronas del ganglio auditivo sederiven de proundas alteraciones que se hanobservado en los sistemas de modulacin y pro-teccin, como el sistema eerente olivococlear(Bartolom y cols., 2009). Estas alteracionespodran ser de signicacin uncional similar alo observado en las neuronas GABArgicas dela corteza auditiva durante el envejecimiento(Martn del Campo y cols., 2012). Las neuro-

    nas GABArgicas de la corteza auditiva estnimplicadas en la modulacin del procesamien-to temporal rpido de la inormacin auditiva

    (Atencio y Schreiner, 2008), muy importante enel anlisis del lenguaje en los humanos. Tam-bin, las neuronas olivares que constituyen elsistema olivococlear eerente tienen un claropapel modulador y de probable proteccin delas neuronas primarias; por tanto, sus altera-ciones, o simplemente su hipouncin, podraser responsable de la degeneracin de las neu-ronas cocleares (Pujol y Puel, 1999). De estaorma, las lesiones presbiacsicas periricaspodran derivar, en alguna medida, del enveje-cimiento del sistema nervioso central.

    Figura 1. Efectos de la presbiacu-sia en los ncleos cocleares en unmodelo animal experimental (ratnC57/BL/6j). A: Espira basal coclear

    (izquierda) de un ratn adulto joven(6 meses de edad). El receptor au-ditivo (RA) est indemne y el gan-glio espiral (GE) est ocupado porneuronas en su totalidad. El nervioauditivo (VIII par), con abundan-tes fibras, penetra en los ncleoscocleares (derecha) para dividir-se formando V tonotpicas en suprofundidad (codicacin de tonosagudos). B: Espira basal coclear (iz-quierda) de un ratn al inicio de lasenectud (12 meses de edad). El re-

    ceptor auditivo (RA) ha degeneradoy el ganglio espiral (GE) solo tienealgunas neuronas. El nervio auditi-vo (VIII par) tiene muy pocas brasque penetren en los ncleos coclea-res (derecha) hasta la profundidad(tonos agudos). Se aprecia unafuerte reduccin de las neuronas delos ncleos cocleares, en concretode la zona de proyeccin de las -bras afectadas.

    CD = Ncleo coclear dorsal C = Ncleo coclear ventral anteriorP = Ncleo coclear ventral posterior euronas: E = bushyesfrica

    lo= bushyglobular Es = estrellada = octopus r = granos = gigante F-P= fusiformes o piramidales

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    PRESICSI CETRLLa presbiacusia central se dene como la

    discapacidad auditiva que no se relaciona con

    una lesin del nervio auditivo, sino que aecta,especialmente, a la uncin de los centros de lava auditiva y sus conexiones y a la corteza cere-bral auditiva (Welsh y cols., 1985; Stach y cols.,1990). Se trata de una discapacidad auditivaque aecta al sistema receptor, pero tambin ala percepcin, es decir, al procesamiento com-plejo de la seal auditiva. Las dierencias entrela presbiacusia peririca y la central se ponende relieve en la sintomatologa y la exploracin,

    de orma que la presbiacusia central es aquellaen la que las dicultades de comprensin dellenguaje se maniestan sobre todo en ambien-te ruidoso, aunque en silencio la percepcin dellenguaje sea claramente mejor, o incluso casinormal (Gates, 2009). Y tambin en el mbitoteraputico, ya que la utilizacin de audonostiene un mejor resultado en la presbiacusia peri-rica que en la central (Welsh y cols., 1985). No

    obstante, la presbiacusia central se superpone alas alteraciones periricas, dada la complejidadde la va auditiva y la intrincada participacinen el procesamiento del lenguaje de cada nivelde la misma.

    El resultado de las alteraciones concomi-tantes del sistema nervioso central y periricoes que un buen nmero de personas mayorestienen serias dicultades para la comprensin

    del lenguaje (Pichora-Fuller y Souza, 2003).Las alteraciones centrales de la presbiacusiaaectan a los centros y sus conexiones, lo queconlleva una serie de modicaciones psicolgi-cas y comportamentales (Cooper y cols., 1974),el aislamiento y la discapacidad percibida porel paciente (Resnick y cols., 1997), al tiempoque aectan a los mecanismos centrales dela discriminacin auditiva. En estos ltimosdestacan los problemas de localizacin de lauente de sonido y del procesamiento de soni-dos complejos como el lenguaje (Zhong y cols.,

    2012), as como la prdida de inteligibilidaddel lenguaje hablado (Schuknecht y Gacek,1993). Por estos motivos, entre otros sociales

    y sanitarios, el estudio de la presbiacusia cen-tral tiene un inters creciente, tanto desde unpunto de vista clnico como para la investiga-cin bsica. Es muy relevante poder arrojar lasuciente luz sobre su etiologa y sus caracte-rsticas, sobre todo en cuanto a la correlacinentre las alteraciones seniles del procesamien-to auditivo con las concomitantes disuncionescognitivas (Gates, 2012).

    Distinguir los eectos del envejecimien-

    to auditivo de otras hipoacusias puede sercomplejo si no se cuenta con algunas prue-bas uncionales que apoyen el diagnstico.Por otra parte, puede ser muy dicil separarlos eectos centrales derivados de una lesinprimaria del receptor auditivo peririco deaquellos que surgen de la alteracin de pro-cesamiento del propio receptor auditivo. Unaprueba diagnstica adecuada puede ser el es-

    tudio de los potenciales evocados auditivosde tronco cerebral (PEATC), sobre todo por-que no se ven aectados por otras alteracio-nes concomitantes, de memoria o atencin,entre otras (Konrad-Martin y cols., 2012). LosPEATC constituyen una herramienta simpley til para evaluar la presbiacusia en huma-nos (Boettcher, 2002) y tambin en modelosanimales (Castillo y cols., 2006). Las modi-

    caciones que se detecten tanto en el umbral,la latencia y la amplitud de los PEATC sernel refejo de las alteraciones del nervio peri-rico y de los ncleos auditivos ubicados enel tronco cerebral (Burkard y Sims, 2001). Enlos PEATC se ha detectado, tanto en modelosexperimentales (Castillo y cols., 2006) comoen humanos (Konrad-Martin y cols., 2012),de manera homognea, una reduccin de laamplitud de las ondas que se incrementa conla edad. Tambin se ha observado un alarga-miento progresivo de la latencias de las ondas

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    Prof. Pablo Gil-Loyzaga. Prof. Francisco Carricondo

    Figura 2. El Potencial Evocado de Tronco Cerebral (PEATC) en un modelo experimental de presbiacusia. El re-gistro del PEATC en el ratn de la cepa C57/BL6j a diferentes edades permite el estudio de las caractersticaselectrosiolgicas de la sordera del envejecimiento en estos animales. a) Registro del PEATC en un animal normo-yente. La disminucin de la intensidad del estmulo hace que aumente la latencia de las cinco ondas del PEATC(I-V) y que disminuya su amplitud. En roedores, la onda de referencia para la determinacin del umbral auditivocon los PEATC es la onda II, que es la que ms amplitud alcanza y, por lo tanto, la ltima que se pierde al disminuirla intensidad del estmulo. b) Progresin del umbral auditivo a lo largo de la vida del ratn C57/BL6j. Usando laonda II del PEATC como referencia de umbral auditivo se observa que, a partir de los 12 meses de edad, hay unaumento signicativo del umbral auditivo hasta los 90 dB, aproximadamente a partir de los 21 meses. c) Evolucinde la latencia y de la amplitud de las ondas del PEATC a lo largo del tiempo. Se exponen como ejemplo las ondas

    I, II y III, en las que se puede observar el paulatino incremento de la latencia de estas ondas y una reduccin de suamplitud en las diferentes intensidades de estmulo en perfecta correlacin con el envejecimiento de los animales.

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    y de los intervalos entre ellas (gura 2). Tantoen animales (Castillo y cols., 2006) como enhumanos (Burkard y Sims, 2001), la altera-

    cin ms importante de los PEATC que sevincula al proceso de envejecimiento es la re-duccin de la amplitud de la onda I (gura 2),lo que coincide con una modicacin similaren el potencial de accin compuesto del ner-vio auditivo (PAC). La dierencia es muchoms importante que la que se aprecia, porejemplo, en latencia de la onda V (Burkard ySims, 2001; Konrad-Martin y cols., 2012) que,en cualquier caso, muestra una dierencia

    muy escasa, pero signicativa en los ancianosrente a los adultos jvenes.

    Estas modicaciones del procesamientocentral del mensaje auditivo en la presbiacu-sia de tipo central pueden deberse a posiblesprdidas neuronales en el tronco cerebral,que tambin podran producirse en las par-tes altas de la va. No obstante, este tipo depresbiacusia central, ms que a una amplia

    prdida neuronal, parece aectar sobre todoal procesamiento de los haces y ascculosneurales de tipo modulador (inhibidor); yesto sera cierto para todos los niveles nu-cleares de la va auditiva. En concreto, severan aectadas las neuronas inhibidorasde tipo GABArgico como han demostra-do estudios recientes (Martn del Campo ycols., 2012). Se suelen asociar cambios de-

    generativos diusos del SNC, como prdidade sustancia blanca y gris, que se manies-tan con debilidad, incoordinacin, amnesia,temblor y deterioro intelectual (Armstrong ycols., 1992).

    EFECTS DEL EEjECIIETE LS CLES DE L DITIE EL TRC CERERL

    El envejecimiento provoca la prdida deneuronas periricas que suponen una in-evitable deaerentacin crnica de los n-

    cleos cocleares, que son la estructura dianadel nervio auditivo (gura 1) (Arnesen 1982;Chisolm y cols., 2003). Uno de los primeros

    eectos de esa deaerentacin, o del envejeci-miento en s mismo, es la prdida de neuro-nas en los ncleos cocleares (gura 1) y desus proyecciones hacia la va auditiva (Fri-sina y Walton, 2006). Esta reduccin progre-siva del nmero de neuronas de los ncleoscocleares vinculada al envejecimiento puedellegar a ser del 40% o ms del total de clulas(Arnesen, 1985). Adems, se produce un des-censo de la actividad neuroqumica generali-

    zada en las neuronas de los ncleos coclearesdorsal y ventral (Caspary y cols., 2008). Lareduccin de expresin de glicina (compro-bada bioqumicamente) en los ncleos co-cleares conlleva la reduccin de la actividadmoduladora (de la inhibicin) y, por tanto,un incremento de las tasas de descarga delas neuronas de los ncleos cocleares (Frisi-na y Walton, 2006). Estos procesos de enve-

    jecimiento modican la actividad uncionalde estas neuronas de los ncleos cocleares yalteran la percepcin de intensidad sonora yla codicacin temporal de la seal (Casparyy cols., 2008).

    En cualquier caso, como la prdida deelementos neuronales es lenta y progresiva,se ponen en marcha mecanismos compensa-torios sobre las neuronas de dichos ncleos

    (Caspary y cols., 2008); se trata de una seriede mecanismos de plasticidad neural bienconocidos en las lesiones del nervio auditi-vo o de la cclea (Gil-Loyzaga, 2007, 2009,2011; Gil-Loyzaga y cols., 2009, 2010). Es-tos sistemas de plasticidad neural, en lesio-nes sensoriales crnicas que no provoquenla deaerentacin total, pueden activar me-canismos sinpticos compensatorios quepermitan que la actividad se mantenga enunos lmites uncionales aceptables (Rich yWenner, 2007). Lo que se ha demostrado co-

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    4. Presbiacusia: envejecimiento de la va auditiva central

    Prof. Pablo Gil-Loyzaga. Prof. Francisco Carricondo

    mo muy importante es la reduccin de lossistemas de modulacin (inhibitorios) de laseal aerente, especialmente de los siste-

    mas GABArgicos (Caspary y cols., 2008),que hacen que las capacidades de ltradode dicha seal se vean muy reducidas. Es-ta situacin tambin ha sido observada enel sistema auditivo en las bras del sistemaolivococlear eerente (haz de Rasmussen),que desde el complejo olivar proyecta sobrelas bras aerentes directamente en la cclea(Bartolom y cols., 2009). La reduccin deesa proteccin podra redundar en un en-

    meno neurodegenerativo endgeno debidoa la neurotoxicidad inducida por el propioglutamato que, en condiciones siolgicasy bajo la modulacin adecuada, sera el res-ponsable del paso de la inormacin hacia elnervio auditivo.

    Aunque est claro que la mayor alteracinest vinculada a la lesin peririca del recep-tor, no hay que descartar las lesiones conco-

    mitantes a lo largo de la va auditiva. En losncleos cocleares, por ejemplo, la reduccindel nmero de bras procedentes del receptorperirico (gura 1) puede aectar de ormasignicativa a la capacidad de discriminacintemporal de los dierentes inputs (Konrad-Martin y cols., 2012). Pero, en realidad, paraque la prdida de neuronas suponga una des-organizacin signicativa del anlisis de los so-

    nidos complejos en las partes altas del troncocerebral, se requiere que la degeneracin seacrnica, ya que en los momentos iniciales, y demenor aectacin, los procesos de plasticidadneural podran ser sucientes para compensarla prdida de actividad.

    Las lesiones no se restringen a los ncleoscocleares, sino que aectan a otras regiones dela va auditiva. Ya se ha mencionado que ennuestro laboratorio hemos identicado la re-duccin sinptica de las proyecciones del com-plejo olivar superior en el receptor auditivo

    (Bartolom y cols., 2009). La prdida de neu-ronas implicadas en los sistemas de inhibicinsinptica (especialmente tipo GABArgico)

    en el complejo olivar superior y en el colcu-lo inerior (hasta un 36% de las clulas activassegn Caspary y cols. (1990), y vinculada a laalteracin de los ncleos cocleares, provocauna reduccin notable de la capacidad de lo-calizar la uente sonora en el espacio (Casparyy cols., 2008). Asimismo, esta reduccin en lossistemas de ltrado de la seal sonora provo-can un aumento de la actividad espontnea delas neuronas de los ncleos de la va, lo que

    uncionalmente se traduce en un aumento delruido neural y, por tanto, en anomalas en lapercepcin acstica.

    Los eectos del envejecimiento en el co-lculo inerior van a tener una gran tras-cendencia en la localizacin espacial de lauente sonora, en tanto que una de las misio-nes principales de este ncleo es precisamen-te identicar el origen del sonido. El colculo

    inerior es una de las estructuras ms com-plejas de la va auditiva, lo que se maniestaa travs de una compleja estructura de clu-las y circuitos implicados ampliamente en elanlisis del mensaje auditivo (Snchez Mal-mierca y Merchn Ciuentes, 2007). Entrelos procesos en los que participa el colculoinerior hay que destacar: el anlisis binau-ral y la localizacin de la uente de sonido, la

    modulacin de la recuencia y amplitud de laseal percibida, la deteccin de intervalos, laidenticacin de vocalizaciones especcasde cada especie, etc. (Walton, 2010). Duran-te el envejecimiento se ha observado que lasneuronas de los ncleos altos del tronco ce-rebral implicados en la va auditiva (colculoinerior, cuerpo geniculado medial, etc.) pue-den presentar cambios degenerativos, queaectan especialmente a neuronas de uncininhibidora (GABArgicas, etc.) (Caspary ycols., 1990, 2008).

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    EFECTS DEL EEjECIIETSRE L CRTEz CERERLDITI

    La corteza auditiva participa en todoslos procesos de percepcin, interpretacin yanlisis de las seales sonoras y, muy espe-cialmente, en los sonidos complejos, como ellenguaje (Gil-Loyzaga, 2005). Est organiza-da segn un patrn espacial y citoarquitectu-ral muy preciso (Gil-Loyzaga, 2005; SnchezMalmierca y Merchn Ciuentes, 2007) en elcual se identican mltiples campos de ac-tividad input/output con una alta selectivi-

    dad de respuesta (Martn del Campo y cols.,2012). La corteza auditiva primaria (A1),en todos los mameros, incluido el ser hu-mano, cuenta con un mapa tonotpico pro-cedente de ambos odos que proyecta sobreambos hemiserios, gracias a las comisurasde la va auditiva (Gil-Loyzaga, 2005; Sn-chez Malmierca y Merchn Ciuentes,