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    Con la colaboracin de

    Libro Dorado

    El envejecimientoen Espaa

    RETOS Y OPORTUNIDADES

    PARA LA INNOVACIN Y EL

    EMPRENDIMIENTO

    Diciembre 2013

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    Diciembre 2013

    Aribau, 185, 5, 708021 Barcelona

    www.edad-vida.org

    e-mail: [email protected]

    Tel. informacin: 93 488 27 20

    Libro DoradoEl envejecimiento en Espaa

    RETOS Y OPORTUNIDADES PARA LAINNOVACIN Y EL EMPRENDIMIENTO

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    No podemos anticipar el futuro, pero si trabajar para que estesea mejor para las generaciones venideras. Esta reflexin seasocia, para la mayora de las personas, con la preservacin delmedio que nos rodea pero, casi nunca, con el hecho de que laspersonas cada vez viviremos ms aos.

    El cambio demogrfico es mucho mas predecible, que elcambio climtico, pero raramente se escuchan voces recla-mando una accin decidida sobre las actuaciones que debe-mos emprender hoy para afrontar el reto del envejecimiento

    de nuestra poblacin.Si sabemos anticiparnos podemos convertir estos retos enoportunidades, con este fin hemos decidido publicar el LibroDorado. El envejecimiento en Espaa, fruto de ms de 12 aosde trabajo de la Fundacin.

    Si bien, en nuestros inicios, centramos nuestros esfuerzos encolaborar para ayudar a crear un marco de mejora en la aten-cin a las personas mayores con algn grado de dependencia,desde Edad&Vida siempre hemos credo que la previsin y pre-vencin son factores clave para lograr una mejor calidad de

    vida para cuando las personas sean mayores.

    Creemos que slo a partir de un dilogo responsable entre em-presas, organizaciones, Administracin y ciudadanos seremoscapaces de actuar a tiempo y convertir el predecible cambiodemogrfico en una fuente de innovacin y emprendimientopara todos los sectores de la actividad econmica de nuestropas.

    A partir del anlisis de las necesidades bsicas de las personas yla labor continua desarrollada por las 11 comisiones de trabajode la Fundacin Edad&Vida, proponemos aqu una serie dereflexiones dirigidas no slo a la Administracin y a los diver-sos agentes econmicos, sino tambin a las personas comoresponsables de nuestro propio futuro.

    Quiero dar las gracias a todos los que han hecho posible esteLibro Dorado: profesionales, comisiones de trabajo, miembroscolaboradores, empresas y personas que han contribuido con

    su opinin, esfuerzo y conocimiento. Agradecer tambin elapoyo de la Direccin General del Trabajo Autnomo, de laEconoma Social y de la Responsabilidad Social de las Empre-sas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Muy espe-cialmente quiero mencionar a nuestro Presidente de Honor:Higinio Ravents, que desde nuestra creacin ha contribuidoa que Edad &Vida fuera una gran plataforma de dilogo de laque forman hoy parte 34 empresas, 29 instituciones univer-sitarias y asociaciones y las dos mayores confederaciones deorganizaciones de personas mayores.

    Que el cambio demogrfico sea una oportunidad depende-r de que todas las partes interesadas sigamos colaborando enla construccin de soluciones sostenibles a largo plazo.

    Eduardo Rodrguez RoviraPresidente de Edad&Vida

    Carta del Presidente de Edad&Vida

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    Introduccin 7

    Parte I. Estado de la situacin 9

    Parte II. Las necesidades de las personas mayores 21

    1. Alimentacin, nutricin e hidratacin 21

    2. Salud y sanidad 27

    3. Farmacia 35

    4. Las nuevas tecnologas para la informacin y comunicacin TIC 39

    Parte III. Financiacin y colaboracin pblico-privada 43

    5. Financiacin de las personas mayores 43

    6. Colaboracin pblico-privada 51

    Parte IV. Principales Conclusiones 53

    Parte V. Retos y oportunidades 55

    Notas 61

    Bibliografa 63

    Anexo 1. Cuestionario 65

    Anexo 2. Descripcin de la muestra 69

    Anexo 3. Mesas de dilogo 71

    Anexo 4. ndice de grficos, tablas y resultados de la encuesta 73

    ndice

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    Nuestro pas va a ser el primero en enfrentarse a la revolucindemogrfica que nos espera en las prximas dcadas. Espaava camino de convertirse en uno de los pases ms longevos,pero tambin en uno de los ms envejecidos. En el ao 2050

    se prev que casi el 32% de la poblacin, 16,5 millones depersonas, tenga ms de 65 aos, lo que supone 3 puntos msque la media de la Unin Europea (1).

    Los ciudadanos van a vivir ms aos y quieren hacerlo con lamejor calidad de vida posible.

    Sin embargo este buen propsito est totalmente condiciona-do por una serie de circunstancias que guardan relacin con lasituacin de crisis que estamos viviendo.

    Antes de que la crisis nos afectara, nuestra sociedad estabainstalada en el modelo del consumo, en el que el crecimientoera un estado normal de las cosas, las generaciones sobreve-nidas vivan mejor que las que les precedan y el estado delbienestar nadie lo cuestionaba.

    La crisis ha conculcado estas creencias y ha supuesto un cho-que con la realidad, condicionando las polticas de gasto y laeconoma de las empresas y de las familias.

    Independientemente de cundo volveremos a salir de la situa-cin que vivimos desde el ao 2008, lo que parece bastante

    claro es que el escenario de futuro poco tendr que ver con laexperiencia vivida hace unos pocos aos.

    Para asegurar que las actuales y prximas generaciones pue-dan vivir un futuro con la mxima calidad de vida tras la etapalaboral, se hace necesario no slo incidir en las reformas quegaranticen la sostenibilidad del sistema y de sus servicios, sinoque adems se revela como necesario un nuevo marco en elque la Administracin y los poderes pblicos, las empresas ylos ciudadanos sean corresponsables a la hora de asegurar esefuturo y colaboren en la identificacin de nuevas oportunida-

    des y soluciones que contribuyan a lograr el mayor bienestarposible.

    En el Libro Dorado mostramos cmo el envejecimiento puedeconstituir una oportunidad para empresas, emprendedores,organizaciones de la economa social y tambin para las admi-nistraciones con el fin de dar respuesta a las necesidades de laspersonas mayores autnomas en aquellos mbitos que estnms relacionados con su bienestar: el consumo de productosde alimentacin, salud, sanidad, farmacia y nuevas tecnolo-gas.

    Introduccin

    El Libro Dorado no ahonda en las necesidades de las personascon dependencia, sino que focaliza sus esfuerzos en identifi-car las necesidades de las personas mayores autnomas querepresentan la gran mayora del colectivo, con el fin de identi-

    ficar retos y oportunidades para la Administracin, las empre-sas, las organizaciones y los propios ciudadanos.

    Este colectivo, el de las personas mayores autnomas constitu-ye un mercado potencial para la creacin de riqueza y empleo.El reto de satisfacer sus demandas y necesidades puede cons-tituir una verdadera oportunidad para crear valor compartidotanto para la industria como para los ciudadanos.

    En el Libro Dorado, mostramos cules son las necesidades delas personas mayores a partir de una investigacin realizada

    mediante cuestionario a 1.200 personas mayores. Los datos dela encuesta se desgranan en cada captulo. Puede consultar ladescripcin de la muestra en el Anexo 2.

    Adems, a travs de mesas de dilogo, las empresas, organi-zaciones y universidades que forman parte de Edad&Vida hanabordado, desde su perspectiva, cuales son les necesidades delas personas mayores ahora y en el futuro y qu oportunidadespueden derivarse de ellas. Los componentes de estas mesaspueden encontrarse en el Anexo 3.

    As, en el Libro Dorado apuntamos una serie de retos y opor-tunidades para crear un nuevo marco de corresponsabilidadentre empresas, poderes pblicos y ciudadanos con el fin deasegurar la sostenibilidad futura del sistema y el bienestar delos ciudadanos.

    El libro que ahora tiene en sus manos no debe entendersecomo un punto final, o una conclusin con propuestas cerra-das, sino como el primer paso en un proceso de reflexin quequiere poner en el centro a las personas mayores, que se con-vertirn en el colectivo ms numeroso de la sociedad espaolaen pocas dcadas.

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    El concepto de edad y la demografa han evolucionado brus-camente en el siglo XX en la mayora de los pases desarrolla-dos, aunque con una cronologa diferente. En Espaa, estoscambios se han producido con cierto retraso, pero ahora estn

    teniendo una intensidad mayor: la poblacin envejece tantopor la bajada de natalidad como por el aumento de los aosque vivimos. Como si de un efecto domin se tratara, la evolu-cin demogrfica va a ser la palanca que activar un autnticorediseo de la sociedad, que enfrentar a las empresas, a lasadministraciones pblicas, a las instituciones y entidades y alos propios ciudadanos ante el reto de ajustar sus objetivos aesa nueva realidad.

    As pues, a medida que esta sociedad del siglo XXI avance y seconsolide, aparecern nuevas necesidades que satisfacer para

    un colectivo cada vez ms numeroso y que cobrar mayor pro-tagonismo, el de las personas mayores. Y estrechamente liga-das a esas necesidades se generarn nuevas oportunidades.Emerge, pues, una nueva etapa dorada para los ciudadanosseniors como demandantes de productos y servicios y tam-bin para las empresas y administraciones como proveedorasde soluciones para dar respuestas a sus necesidades. Este es elpunto de partida.

    La revolucin demogrfica

    Espaa va camino de ser uno de los pases ms longevos, peroesta buena noticia tiene la contrapartida de que va a ser tam-bin uno de los ms envejecidos del mundo. A inicios de siglo,en el ao 2003, ya haba 7.276.620 de personas de 65 aoso ms, lo que representaba un 17% de la poblacin total (1).

    Si se mantuvieran en un futuro las tendencias demogrficas,en 2052, el porcentaje de la poblacin espaola que ser ma-yor de 64 aos alcanzar el 37% (2).

    Para entender la velocidad a la que se estn produciendo esos

    cambios y sus implicaciones hay que remontarse unos aosatrs. Durante un siglo y medio, el peso de las personas ma-yores en la sociedad ha aumentado desde poco ms del 5%de principios del siglo XX hasta el porcentaje actual. Antes de1980, el grupo de edad ms numeroso dentro de la poblacinespaola corresponda siempre al de los nios de entre 0 y 4aos. En cambio, en la actualidad, el grupo con ms individuoses el de 30 a 34 aos y, para 2052, est previsto que sea el delas personas de 70 a 74 aos.

    Pero no slo los nmeros cambian: el significado de ser ma-

    yor es algo muy diferente respecto a lo que fue para nuestros

    antepasados. Hasta ahora, se defina al conjunto de las perso-nas mayores como un colectivo con escaso poder adquisitivo,con mala salud y gustos anticuados (De Grande 2003). El este-reotipo no corresponde al perfil actual de mayores. Muchas de

    estas personas ya no se consideran ancianas, algunas tienenrentas altas y slo un pequeo porcentaje tiene sus facultadesdisminuidas.

    Esta nueva definicin parece haber alcanzado a las empresasy administraciones con el pie cambiado. Muchas de las necesi-dades de este grupo no se encuentran satisfechas. De hecho,el 41,1% de estas personas considera hoy que las empresas notienen en cuenta sus necesidades y preferencias para el diseode productos y servicios. Es slo un dato. Los nuevos mayoresno son slo ms sino que son conscientes de ese peso y recla-

    man protagonismo como consumidores de bienes y servicios,pero tambin como usuarios y ciudadanos.

    Al vivir ms aos, llegamos en mejor estado de salud y situa-cin econmica a la vejez, y por tanto, tenemos ms posibili-dades de seguir consumiendo. Pero el mercado debera teneren cuenta que, para que el consumo sea satisfactorio para estegrupo de edad, es necesario que el diseo y definicin de losproductos y servicios sean los adecuados a sus necesidades yexpectativas. Por ejemplo, superada la edad adulta, empiezaun deterioro fsico que podra condicionar la compra y que

    debera ser tenido en cuenta como tambin se deberan con-siderar sus valores generacionales cuando se piensa en elloscomo consumidores.

    El descenso de la fecundidad y la natalidad

    Los expertos sealan como causa fundamental de estos gran-des cambios en la estructura por edad la cada gradual de lafecundidad a lo largo del siglo XX y su progresivo desplaza-miento hacia edades ms altas. As, el ndice de fecundidaden nuestro pas pas de 2,8 hijos por mujer en 1976 a 1,32 en

    2012. Es uno de los ms bajos, pero son muy pocos los pasesdesarrollados que tienen una fecundidad cercana al nivel ne-cesario para el reemplazo de la poblacin.

    Esta situacin no debe considerarse un fenmeno pasajerosino ms bien un rasgo estructural, si se tienen en cuenta laincorporacin de la mujer al mercado laboral y cmo han cam-biado las expectativas de las personas.

    En los prximos aos, se continuar registrando un descensode la natalidad. De hecho, segn el INE, a partir de 2018 habrms defunciones que nacimientos. Si la proyeccin contina

    tal como est previsto, en 2021 naceran 375.159 nios, casi

    Parte I.Estado de la situacin

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    un 20% menos que en el ltimo ao. Hasta 2031, se regis-traran 7,7 millones de nacimientos, un 9% menos que en losltimos 20 aos. Y, en los prximos 40 aos, naceran en Espa-a 14,6 millones de nios, un 24% menos que en los ltimos40 aos.

    La baja natalidad afecta al nmero de jvenes, pero tambina la poblacin en edad laboral. En el ao 2003 el nmero demayores por cada 100 personas en edad de trabajar era de 5y se pronostica que, para el 2051, ser de 25. Durante ciertotiempo, los fuertes flujos migratorios han ayudado a paliar esta

    situacin en el mercado de trabajo. Segn las proyecciones delINE, en 2051 ms de la cuarta parte de la poblacin en Espaahabr nacido fuera del pas(2).

    El aumento de la esperanza de vida

    La consecuencia directa de este cambio demogrfico es unrpido envejecimiento de la poblacin. Pero ese envejecimien-to no es principalmente causa de la falta de jvenes, sino delgran nmero de personas mayores debido al aumento de lalongevidad. En las prximas dcadas, los mayores crecimientosde poblacin se concentrarn en las edades avanzadas. Con-

    cretamente, en 2052 el grupo de edad de mayores de 64 aosse incrementar en 7,2 millones de personas. Por el contrario,Espaa perder 9,9 millones de personas de edades compren-didas entre 16 y 64 aos y casi dos millones en el grupo depoblacin de 0 a 15 aos.

    En paralelo al envejecimiento de la poblacin, se ha producidoun alargamiento de la esperanza de vida. La longevidad de lapoblacin en Espaa se ha doblado en el siglo XX y se acerca alas ms altas del mundo. Se reduce la mortalidad infantil y des-ciende la mortalidad entre los 70 y 80 aos. Muchos son los

    factores que han contribuido a este cambio en las pirmidesdemogrficas no slo de nuestro pas sino de todos los pasesdesarrollados. Entre los ms destacables figuran la mejora delas condiciones de salud y los progresos realizados en el trata-miento de muchas enfermedades.

    Si se mantienen los ritmos actuales de reduccin de la mor-talidad por edad, la esperanza de vida al nacer sera de 86,9aos en los varones y de 90,7 aos en las mujeres en 2051.La esperanza de vida a los 65 aos aumentara en 24 en losvarones y en 27,3 aos en las mujeres, casi seis y cinco aos

    ms que hoy en da (2).

    Cualquier cambio en la demografa, adems de cambios so-ciales como ya hemos comentado, comporta cambios econ-micos. El aumento de los aos que vivimos est alterando elequilibrio entre, por una parte, los aos en que el individuogenera ganancias econmicas netas (capacidad de ahorro) ypor otra, los aos en que slo consume (perodo que se alarga,al vivir ms tiempo). Pero, adems, en esos aos, los gastospueden aumentar para poder cubrir necesidades de asistenciaque hasta entonces no se tenan.

    >95

    91-95

    86-90

    81-85

    76-80

    71-75

    66-70

    61-65

    56-60

    51-5546-50

    41-45

    36-40

    31-35

    26-30

    21-25

    16-20

    11-15

    6-10

    0-5

    0 05001.0002.000 1.5002.500 2.5002.0001.000 1.500500

    2050

    2011

    Mujeres Hombres

    Mujeres Hombres90+

    85-89

    80-84

    75-79

    70-77

    65-69

    60-64

    55-59

    50-5445-49

    40-44

    35-39

    30-34

    25-29

    20-24

    15-19

    10-14

    5-9

    0-4

    0 05.00010.00020.000 15.000 20.00010.000 15.0005.000

    EU27 2060

    EU27 2008

    Espaa (2012-2050)

    EU27 (2008-2060)

    Grfico 1. Pirmide de poblacin en Espaa y en laUnin Europea (miles de personas)

    Fuente: (2013) Antonio Argandoa, Javier Daz-Gi-mnez, Julin Daz-Saavedra y Beltrn lvarez (IESE yFundacinEdad&Vida) El reparto y la capitalizacin de laspensiones espaolas. Pg. 14.

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    Calidad de vida y dependencia

    La cuestin clave de la vida en la etapa de madurez no es tanto

    el nmero de aos de ms que se vivir a partir de cierta edad,sino cuantos de ellos se vivirn con salud. Al respecto, el his-toriador ingls Peter Laslett(3)hablaba de la tercera y la cuartaedad. Se refera a la primera como una especie de otoo do-rado de la vida y a la ltima como un perodo de discapacidady dependencia.

    La dependencia tiene su origen en un problema de salud y noest exclusivamente asociada a la vejez; es una contingenciaque comporta riesgo social como consecuencia del aumentode la proporcin de personas mayores y muy mayores. Junto

    a este factor demogrfico de envejecimiento hay que tener encuenta el cambio que se ha producido en el papel de la familiacomo principal responsable del cuidado de los mayores. Apesar de la adopcin de la Ley de Dependencia en Espaa en2006, esta se aprob apenas sin fondos y, en la prctica, no seaplica todo lo que debiera. No existe, por tanto, conciencia-cin colectiva de los cambios que transforman sta en uno delos principales retos sociales del siglo XXI(4).

    En Espaa, a da de hoy, el 53,5% de la poblacin de ms de65 aos no tiene ningn tipo de dependencia funcional. Eso

    significa que no dependen de otro para el cuidado personal,

    para las tareas del hogar o para su movilidad. Hay que destacarque, en esta franja de edad, la autonoma es ms frecuenteentre los hombres (61,3%) que entre las mujeres (47,7%) (5).

    Desde 1993 hasta el 2006, esta autonoma funcional de lapoblacin mayor fue descenciendo: en 1993 el 70,1% de loshombres y 58,0% de las mujeres era capaz de realizar sin ayu-da las actividades de la vida diaria. En el 2006, la media depersonas autnomas en la vida diaria era de 514%. En los l-timos aos se ha producido una mejora en este porcentaje. Enel 2012, este porcentaje es del 53,5% (61,3% de los hombresy 47,7% de las mujeres).

    Si hay algo bsico en las actividades del da a da son los gestos

    relacionados con el cuidado personal. El 65,8% de la pobla-cin se declara capaz de realizarlos. En el caso de los hombres,el porcentaje es muy elevado, ya que sobrepasa el 73%, y en elde las mujeres es sensiblemente menor, ya que llega al 60,3%de las mujeres).

    Para ellos, la dependencia ms habitual es en las tareas delhogar (reconocida por un 306%) mientras que para ellas losproblemas ms frecuentes son de movilidad (con un 43,7%de dependencia). En cambio, los hombres se declaran capacesde realizar las actividades relacionadas con la movilidad en un

    725% frente al 56,3% de las mujeres.

    La mayora del colectivo de personas mayores de 50 aossita la esperanza de vida en Espaa entre los 81-85 aos,seguido de un 22% que la sita entre los 76-80 aos. Seobserva una corriente de personas (un 15%) ms optimistaque sita la esperanza de vida por encima de los 86 aos.Por el contrario, una minora de poco ms de un 3% depersonas la sita en datos ms caractersticos de pocas pa-sadas (menos de 75 aos).

    Si analizamos en trminos de percepcin, observamos cmoms del 40% del colectivo sita su propia esperanza de vidapor encima de los 86 aos. La evolucin de la ciencia ayudaa mejorar las perspectivas de las personas mayores en cuan-to a los aos que creen que van a vivir.

    Resultados de la encuesta 1.Percepcin de la esperanza de vida

    Conoce usted la esperanza de vida en Espaa? Y hasta qu edad piensa que vivir usted?

    cc

    bb

    aa

    66-70 (2,89%)71-75 (6,98%)

    76-80(18,64%)

    81-85(30,01%)

    86-90(23,73%)

    91-95(9,77%)

    96 o ms (7,98%)

    66-70 (1,16%)71-75 (2,42%)

    76-80(22,41%)

    81-85(57,81%)

    86-90(13,19%)

    91-95 (2,42%)

    96 o ms (0,58%)

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    De hecho, el 62,5% de los mayores de 65 aos son capaces deocuparse de las labores del hogar. Una vez ms, la autonomade los hombres es superior a la de las mujeres: 69,4% de loshombres y 57,4% de las mujeres apuntan en esta lnia.

    Cmo son y previsiblemente sern las personasmayores

    La transformacin de los estilos de vida de las personas mayo-res, que cada vez gozan de mayor salud y quieren disfrutar desu tiempo libre, as como la diversificacin del hbitat en el que

    viven (su propio domicilio, el de un familiar, una institucin, ouna comunidad de residentes mayores con servicios comunes)son un fiel reflejo de la transformacin acelerada e imparableque se est operando en la sociedad del siglo XXI.

    Dnde quieren vivir

    El aumento de la longevidad aboca a que una parte de laspersonas mayores desarrollen enfermedades que las vuelvandependientes, mientras que la prevencin de las enfermeda-des y los avances mdicos han logrado que otra parte viva enbuenas condiciones de salud prcticamente toda su vejez. Por

    esta razn, cada vez son ms las personas mayores que deseanalargar durante el mximo tiempo posible su autonoma per-sonal e independencia y eso incluye el diseo de las mejorescondiciones de habitabilidad para que, en unos casos, puedanseguir residiendo en su casa de toda la vida y, en otros, si aslo desean o se encuentran en una situacin de dependencia,comiencen una nueva etapa en un hbitat ms adecuado parasu caso.

    En los prximos aos el nmero de hogares formados slo porpersonas mayores, as como el nmero de mayores que viven

    solos seguir en aumento(5).

    Ante el escenario de futuras limitaciones para realizar las acti-vidades de la vida diaria, la mayora de los espaoles mayoresde 55 preferiran vivir en su casa con servicios asistenciales adomicilio. Por el contrario, vivir en una residencia es la opcinmenos preferida por los mayores de 75 aos. Los que preferi-ran vivir en casa de un familiar en caso de dependencia tienenms de 75 aos. Llegado el caso, vender la vivienda actualpara poder acceder a una vivienda o servicios asistenciales deapoyo a la dependencia se visualiza como una opcin posible,

    esencialmente entre el colectivo ms joven(6).

    Con quin viven

    El matrimonio es, hoy por hoy, la forma ms extendida de con-vivencia entre las personas mayores espaolas. Segn datosdel 2001 del Instituto Nacional de Estadstica, una gran mayo-ra estaban casados, pero no hay duda de que la soledad au-menta conforme aumenta la edad, en la mayora de los casosdebido a la prdida del cnyuge, mientras que la separacino el divorcio es muy poco significativo entre este colectivo.

    Prueba de ello es que ese mismo ao el 30,9% eran viudos,

    el 8% estaban solteros y solo el 1,4% estaban separados odivorciados.

    El ndice de viudedad entre las mujeres es ms alto, del 44.2%y, a partir de los 70 aos o ms, el problema de soledad em-peora notablemente: ms de la mitad son viudas y viven solas.En cambio, el 77% de los hombres siguen casados.

    De estos datos, se desprende que la soledad es un hecho ob-jetivo y un riesgo tambin objetivo y persistente en el caso delas mujeres maduras y que aumentar a medida que cumplanaos. Esta realidad y este riesgo inevitable, debido a la mayor

    longevidad de las fminas respecto a los varones, debe animartanto a los poderes pblicos como a las empresas a crear es-pacios de relacin social y servicios formales comunitarios parapaliar esta situacin, es decir, que eviten el aislamiento de laspersonas mayores y fomenten su inclusin social.

    Cmo emplean su tiempo libre y el ocio

    La llegada de la madurez, casi siempre asociada a la jubilacin,ya no tiene por qu vivirse de forma traumtica. De hecho,la disposicin de tiempo libre y la capacidad de estructurarlo

    como uno quiera y dedicarlo a aquello que prefiera abre unhaz de posibilidades para las personas mayores, as como paralas asociaciones, empresas y organismos pblicos que desarro-llan actividades y servicios especficos para ellos.

    Los individuos de 65 y ms aos son los que disponen de mstiempo libre, casi siete horas por da, de las cuales ms decuatro las dedican a los medios de comunicacin. Ellos y los j-venes son los que ms tiempo disfrutan en actividades de vidasocial y diversin (una hora y doce minutos al da). Tambindestaca la prctica de ms de una hora de deportes y activida-

    des al aire libre, como caminar, por parte de las personas de65 y ms aos.

    Es importante destacar que adems de disponer de ms tiem-po libre para dedicar al ocio, las personas mayores cuentancon una buena capacidad econmica para disfrutar de l, so-bre todo en los primeros aos tras su jubilacin. Disfrutan desu pensin y, en la mayora de los casos, ya no tienen quehacer frente a la hipoteca o gastan menos en transporte.

    Tienen especial inters o preferencia por la salud (83,7%), lanaturaleza y la ecologa (82,6%), y de los viajes y la cultura

    (71%)(7). Es previsible que el gasto en ocio aumente durantela etapa de jubilacin, pues durante su etapa activa, muchaspersonas suean con viajar cuando se jubilen, aunque otrasdeciden dedicar su tiempo a pasear o a cuidar de su familia(8).

    Sin embargo, durante los primeros aos despus de jubilarse,muchos jubilados se encuentran en plena forma y con tiem-po libre, para llevar a cabo sus deseos de viajar y consumircultura. La ausencia de cultura del ahorro y la falta de previ-sin dificultan, en muchos casos, asumir los gastos asociadosa los hobbies e intereses citados. El 41% declara no conocer

    ningn mtodo de ahorro, solo el 18% ha calculado durante

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    su vida activa los recursos que necesitar para hacer frentea sus gastos, incluyendo sus intereses y hobbies, durante laetapa de jubilacin. No obstante, la capacidad de ahorro delos jubilados tiene que ver con su nivel de ingresos. A mayornivel de ingresos, mayor es el ahorro, puesto que entre losque cobran menos de 600 euros al mes, solo ahorran el 10%,mientras que este porcentaje sube hasta casi el 50% entre losque cobran 1.500 euros.

    Entre los que s ahorran sistemticamente, ms de tres cuartaspartes han empezado a hacerlo entre los 30 y los 40 aos. Y el69% esgrime como principal razn que lo hace para comple-mentar su pensin de la Seguridad Social(9).

    Cmo desean verse tratados los mayores? Losvalores clsicos como reclamo

    En las ltimas dcadas, las sociedades ms desarrolladas hantendido a valorar la juventud, el xito rpido y fulgurante y eldinero, en detrimento del gran valor que aporta a la sociedadla experiencia y los conocimientos profesionales y vitales de losmayores, a los que se venera y se respeta ms en las socieda-des ms tradicionales.

    En paralelo a la expansin de esos valores, la masa crtica depersonas mayores en plenas facultades mentales y fsicas, quequiere formar parte activa de la sociedad, ser escuchada, res-petada y considerada ha ido creciendo de forma notable. Ol-vidarlo e ignorarlo puede resultar peligroso y a la vez un costepara la sociedad, pues supone desperdiciar un gran capital hu-mano. En cierto modo, el crecimiento de este colectivo impelea rescatar valores que estaban y siguen estando muy arraiga-dos en las sociedades tradicionales y que podran resumirse en

    el respeto por los mayores, pero adaptndolos a la sociedaddel siglo XXI.

    Segn expertos procedentes de distintos sectores, los mayoresquieren ser considerados(10):

    Rechazan que se les llame o se les considere ancianos enel sentido clsico: muchos de ellos han llegado a la madu-rez en plena forma fsica e intelectual, la conservan duran-te muchos aos, se mantienen activos bien porque ejercenprofesiones liberales que les apasionan o bien porque, tras

    retirarse, deciden reservar una parte de su tiempo para pres-tar servicios a su comunidad. En sntesis, estn mucho mejorque las generaciones previas.

    Quieren ser respetados: tanto como personas como consu-midores, desean ser respetados y sentirse parte integrantede la sociedad al desempear un rol importante en todoslos mbitos de la vida (profesional, familiar y social). Quierensentirse incluidos, en lugar de excluidos y apartados; y de-testan y temen la soledad tanto como la enfermedad.

    Incluidos en el nuevo sistema educativo y en la sociedad: lasociedad en su conjunto deber aceptar el hecho de queel esquema clsico secuencial de la vida de una persona,segn el esquema educacin carrera profesional, etapa demadurez y retiro dejar paso a un esquema mucho ms di-nmico, educacin una primera carrera profesional edu-cacin una segunda etapa en la carrera profesional, y assucesivamente. Las oportunidades de reciclaje, adaptaciny reorientacin de la vida de las personas ser posible cadavez ms en cualquier etapa de la vida, tambin en la madu-rez. Esto explica que cada vez haya ms personas dispuestas

    a realizar una transicin hacia el retiro, adoptando planes de

    Grfico 2. Distribucin de actividades en un da promedio. Personas de 65 ms aos (horas:minutos)

    Fuente: Elaboracin propia a partir de (2010)INE. Encuesta de Empleo del Tiempo 2009-2010

    Dormir (09:33)

    Comidas y bebidas (02:02)

    Otros cuidados personales (00:55)

    Trabajo remunerado (00:04)Estudios (00:02)

    Otros medios de comunicacin (01:12)Ver televisin, DVD o vdeos (03:40)

    Trayectos (00:41)

    Mantenimiento del hogar (00:40)

    Actividades culinarias (01:15)

    Otras actividades del hogar (01:02)

    Compras y servicios (00:28)

    Deportes y actividades aire libre (01:02)Aficiones e informtica (00:22)

    Voluntariado y reuniones (00:20)Vida social (00:42)

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    jubilacin parciales o permitiendo transferir sus conocimien-tos y su saber hacer a las generaciones ms jvenes.

    Las personas mayores como consumidores

    Los ciudadanos senior forman en la actualidad un colectivoheterogneo, configurado por individuos de diferentes estra-tos econmicos; personas que se mantienen en forma y go-zan de una salud de hierro y otras que han empezado a sufrirachaques propios de la edad; muchas que siguen muy activasy prestan distintos servicios a la sociedad y otras, en cambio,inactivas y que se han vuelto dependientes. Cada una de estassituaciones debe ser vista como un reto a resolver para satis-facer sus necesidades y, al mismo tiempo, una oportunidad decrear valor compartido.

    En cada una de sus circunstancias, estos ciudadanos senior t ie-nen unas necesidades que deberan ser escuchadas y cubiertaspor los sectores pblico y privado. Por lo tanto, desde la visinde una sociedad moderna y madura, como la que se est cons-truyendo, es preciso desterrar la idea de que los mayores sonuna carga para el sistema y, en su lugar, pensar firmementeque son una fuente inagotable de oportunidades para ellosmismos y para el rediseo de la sociedad en su conjunto.

    Para definir esas necesidades que genera este colectivo en au-mento y las oportunidades que brinda a la sociedad, antes serequiere conocer cmo son y cmo desean ser consideradosen el siglo XXI. Una sociedad compleja, viva y que, concep-tualmente, se puede definir al mismo tiempo como sociedadde consumo, del conocimiento y de la informacin, altamen-te tecnificada, gracias a la irrupcin de Internet y las nuevastecnologas, y donde cada vez va a haber ms ciudadanos

    mayores cuya experiencia y sabidura no pueden caer en sacoroto y desperdiciarse, pues supondra derrochar un importantecapital humano.

    As, en el ao 2047 habr dos mil millones de consumidoresmaduros en todo el mundo(10).

    Perfil actual de los consumidores mayores

    Este es el retrato robot de los consumidores y compradores dems de 65 aos (10):

    Fieles a las marcas: el 63% de estos consumidores en pases

    de Europa occidental son leales a ciertas marcas, mientrasque slo lo son el 45% en otros pases.

    Compran poco, caro y de calidad: en el contexto europeo,la mayora prefieren comprar pocas cosas, pero gastar mspor cada una de ellas, un ejemplo es su preferencia por losvehculos de alta gama. Adems, disponen de tiempo parair a comprar. Por ello, les basta adquirir slo lo que nece-sitan para uno o dos das, a fin de evitar malgastar y tirarproductos que son rpidamente perecederos y porque por smismos no pueden transportar grandes cantidades de pro-

    ductos hasta su domicilio.

    Habituales de comercios prximos y pequeos: el 68% delos consumidores prefieren comprar en pequeos comerciosy que estos se encuentren prximos a su hogar. Esta tenden-cia es ms acusada conforme aumenta la edad. Asimismo,tienden a ir andando a comprar en lugar de hacerlo condu-ciendo o utilizar un transporte pblico.

    Gastan ms en comida, bebida y productos de salud: a di-ferencia de los consumidores menores de 60 aos, los querebasan esa edad no gastan tanto en ropa o transporte, sinoms en comida, bebidas y productos de salud de no pres-cripcin, como las vitaminas o suplementos, as como eninstalaciones para acondicionar su vivienda, como la cale-faccin.

    Desconfan de las ofertas: las ofertas tipo 2x1 no suelen lla-mar la atencin de los consumidores ms mayores, porqueno necesitan tantas cantidades de producto, por lo expuestoanteriormente, y porque a priori desconfan de las ofertasespeciales. De hecho, el 43% de los encuestados, segn elcitado estudio, slo adquieren los productos o servicios deofertas si perciben que tienen la misma calidad que aquellosque compran habitualmente.

    No se identifican con los anuncios y campaas de marketingactuales: Una encuesta realizada en el Reino Unido (la U.K.sAgeConcern) ha revelado que hasta dos tercios de los con-sumidores mayores afirman que los retratos que se ofrecende ellos en los anuncios son negativos y tres cuartas partesopinan que no tienen nada que ver con ellos. De hecho, unabuena parte de los anuncios que se emiten por televisinensalzan la juventud y los valores propios de esa etapa vi-tal, porque a menudo resulta difcil realizar estos anuncios y

    campaas de marketing sobre artculos concernientes a losmayores con un tono adecuado. Sin embargo, hay una grancantidad de productos y servicios que las personas mayorespueden requerir y, por lo tanto, saber llegar hasta ellos es unautntico reto que las compaas deben resolver.

    En definitiva, los consumidores mayores son ms austeros des-de el punto de vista de la cantidad, pero fieles a marcas detoda la vida, aquellas que les merecen confianza. Adems, noquieren ser tratados como ancianos, aunque s que se reco-nozcan las necesidades que tienen debido a su edad avanzada,

    como la habitual prdida de altura, que les obliga a pedir ayu-da en los supermercados para que alguien les alcance los pro-ductos situados en los lineales ms altos, o la disminucin dela visin, que les dificulta la lectura de las etiquetas con letrasmuy pequeas. Ello implica que las compaas de productosy servicios tengan ante s el reto de adaptarse para atraer yfidelizar a un colectivo de la sociedad creciente, con capacidadde compra y dispuesto a gastar en artculos y servicios de altacalidad, puesto que en muchos casos es ms solvente econ-micamente que los ciudadanos ms jvenes, a pesar de haberperdido poder adquisitivo debido a la jubilacin.

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    La salud y la calidad de vida de los mayoresLa edad ya no es una limitacin para vivir con salud hasta prc-ticamente el final o para vivir con la mayor calidad de vida posi-ble, a pesar de tener ciertas limitaciones. Las personas mayoresno slo viven cada vez ms, sino que cada vez demandan tenerms calidad de vida. De hecho, ms de la mitad de los mayoresde 65 aos no tiene ningn tipo de dependencia funcional nipara el cuidado personal, ni para las tareas domsticas, ni demovilidad(5).

    La autonoma es ms frecuente en hombres (61,3%) que en

    mujeres (47,7%). La dependencia funcional ms frecuente enhombres es para las tareas domsticas (30,6%), mientras queen mujeres la ms frecuente es para la movilidad (43,7%). Asi-mismo, el 65,8% declara que puede realizar actividades relati-vas al cuidado personal (el 73,1% de los hombres y el 60,3%de las mujeres); el 62,5% que es capaz de realizar labores do-msticas (69,4% de las mujeres y 57,4% de los hombres) y el63,8% declara que es capaz de realizar las actividades relacio-nadas con la movilidad (el 72% de los hombres y el 56,3% delas mujeres).

    No obstante, la poblacin mayor adolece de los mismos pro-blemas de salud que la poblacin general en su conjunto, perocon una mayor prevalencia a medida que avanza la edad. Unode los principales problemas es la obesidad, que afecta a lasociedad moderna.

    Este importante trastorno va asociado al sedentarismo, quees muy notable en estos grupos de edad: El 36,03% de loshombres y el 47,52% de las mujeres en edades comprendidasentre los 65 y los 74 aos se declaran sedentarios; porcentajeque asciende al 49,48% de los hombres y el 60,8% de las mu-

    jeres entre los 75 y los 84 aos; y que crece alarmantemente apartir de los 85 aos.

    Ambas condiciones, la obesidad y el sedentarismo, se asociana otros factores de riesgo cardiovasculares, como la diabetes,la hipercolesterolemia o la hipertensin, factores todos ellosque constituyen el principal riesgo para padecer un evento car-diovascular y fallecer por esta causa. Y todos esos factores deriesgo aumentan con la edad. Muchos pacientes mayores, porlo tanto, sufren de comorbilidad, esto es, varias enfermedadesa la vez.

    El gran caballo de batalla de la mejora de la salud y la atencinsanitaria en el siglo XXI ser la prevencin de las enfermedadescrnicas, mediante la promocin de estilos de vida adecuadosque incluyan una dieta saludable, una buena hidratacin y elejercicio fsico. Una dieta nutritiva y saludable podra basarseen los pilares de la Dieta Mediterrnea, declarada patrimonioinmaterial de la Humanidad. La hidratacin forma parte de ladieta, aunque a menudo tienda a olvidarse, y debe cuidarsetodo el ao. En las personas mayores es especialmente impor-tante porque tienen deteriorado el sentido de la sed y se las

    debe invitar a beber, aunque no tengan ganas. Y el ejercicio

    fsico no est reido con la edad, sino que puede adaptarse asta y a sus capacidades fsicas.

    Con estos tres pilares se pueden prevenir dolencias muy co-munes en etapas maduras, como las cardiovasculares, entreellas el ictus, regular la presin arterial, los niveles de colesteroly de glucosa en sangre, el cncer, la osteoporosis o el estrei-miento.

    Al margen de las medidas que las personas mayores puedanadoptar a ttulo individual para mejorar su salud, el contex-to epidemiolgico actual de las enfermedades de los mayores

    obligar a los sistemas sanitarios (pblicos y privados), anmuy enfocados a la atencin de las enfermedades agudas,a reconvertirse para atender la cronicidad y la pluripatologa,mediante recursos asistenciales para pacientes subagudos,crnicos y de media y de larga estancia.

    Adems, muchas personas mayores no slo padecen una en-fermedad crnica, sino que para controlarla y evitar que stavaya a ms necesitan tomar varios medicamentos al da.

    Los mayores ante las nuevas tecnologas

    La edad avanzada no es en s misma un obstculo para laadopcin rpida de las nuevas tecnologas y de las tecnolo-gas de la informacin y la comunicacin (TIC). A menudo, sesubestima la capacidad de los usuarios de TIC ms mayorespara adoptarlas e integrarlas en su vida cotidiana y utilizarlascon asiduidad y cierta soltura. Esta capacidad de aprender amanejar las TIC en el da a da depende ms de cmo seael individuo (curioso, flexible y predispuesto a aprender cosasnuevas en vez de inflexible y reticente al cambio) que de teneruna edad avanzada.

    En Espaa, el porcentaje de personas mayores de 65 aos queutiliza Internet es del 29,6%, mientras que el de usuarios detelefona mvil es muy superior, el 86,5%. El 32,4% disponede un ordenador personal(11).

    En un futuro prximo, en el 2020, el 95% de estos mayoresutilizarn el telfono mvil, por lo que se puede hablar de uni-versalizacin, mientras que el aumento del uso de Internet sermuy pobre, ya que solo habr ascendido al 31%. Adems, deese 31% de mayores que en el futuro accedern a Internet

    slo el 46% lo har para realizar trmites de e-administracin,por lo que este escenario plantea la existencia de grandes des-igualdades entre los mayores respecto al uso de las TIC.

    Otros datos de inters son que slo el 5,6% de los usuarios ma-yores acceden a Internet a travs de un smartphone, costumbreque en cambio s se ha extendido mucho entre la poblacinms joven y con mayor formacin acadmica. El 23% de losconsultados declara que s querra tener un telfono inteligen-te, para buscar las mismas utilidades que pretenden utilizar sususuarios, tales como el acceso a Internet o el uso de las redes

    sociales y el 38% deseara tener un terminal mvil fcil de usar.

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    Este escenario de presente y de futuro denota que las TIC sonuno de los sectores con mayores oportunidades de crecimientoen los prximos aos, pero tambin uno de los sectores en elque se hace ms patente la heterogeneidad y divisin de losusuarios mayores. Respecto a su utilizacin, estos se encuen-tran radicalmente divididos entre usuarios muy activos, queviven muy conectados tanto a Internet como al mvil, y los quenunca han llegado a conectarse.

    Es crucial, por esta razn, romper la brecha digital que dificultaa muchas personas mayores el acceso a las nuevas tecnologas,es decir, la lnea divisoria que separa a aquellos usuarios bienformados y capacitados con habilidades para utilizar las TICde aquellos que no renen estas condiciones. En su lugar, sedebe favorecer la inclusin digital de los mayores, ofreciendola informacin y la formacin necesaria a las personas mayorespara que stas conozcan el verdadero partido que les puedensacar a las TIC en su vida diaria.

    Para las empresas del sector TIC las posibilidades de diseary desarrollar artculos y servicios para los mayores es enorme,desde portales y sitios web, aplicaciones (apps para mviles)o telfonos mviles, adaptados a sus necesidades y con undiseo, accesibilidad y usabilidad ptimo para ellos. Asimismo,la e-administracin tiene un largo camino que recorrer parallegar hasta los usuarios ms mayores.

    Los mayores ante la jubilacin y el sistema depensionesLa palabra jubilacin proviene de jbilo, que significa felici-dad. Cada vez son ms los seniors que aguardan con anhelo elmomento de jubilarse para empezar a disfrutar de su tiempolibre y que desean sacarle ms partido a esta etapa vital. Hastaahora, tanto en Espaa como en otros pases de nuestro en-torno, el Estado de Bienestar, diseado tras la Segunda GuerraMundial, ha garantizado las pensiones a travs de un sistemade reparto basado en la solidaridad intergeneracional, para cu-

    brir la contingencia de la jubilacin.Sin embargo, estos sistemas fueron diseados cuando la me-dia de la esperanza de vida se distribua alrededor de los 50aos, mientras que ahora la esperanza de vida prcticamentese ha doblado y es de 80 aos. Esto significa que el gasto p-blico en pensiones no ha dejado de crecer, debido a que cadavez hay ms personas mayores jubiladas y que stas tienenque cobrar sus pensiones durante ms aos. As, segn lasprevisiones actuales, el gasto pblico de las pensiones en Es-paa habr aumentado de un 8% del PIB en 2005 a un 16%

    en 2050, esto es, se habr duplicado en unas pocas dcadasy, segn esta proyeccin, nicamente Japn tendr una evolu-cin peor que Espaa.

    Esta situacin genera tensiones sobre el sistema pblico depensiones y apunta a su insostenibilidad si se pretenden lograrlos siguentes objetivos:

    Garantizar unos mnimos vitales por debajo de los cualesno se debe permitir que nadie caiga.

    Minimizar la prdida de poder adquisitivo de los individuos

    cuando se produce la contingencia de jubilacin. Evitar el progresivo empobrecimiento de los segmentos pa-

    sivos de la poblacin con respecto a los activos.

    Atendiendo a estos objetivos, la evolucin en los lti-mos aos se ha caracterizado por una prdida del valoradquisitivo:Desde 1990, la base mxima de cotizacin, es de-cir, de las categoras de 1 a 4 del rgimen general, ha perdidoun 20% de poder adquisitivo relativo al incremento del IPC yun porcentaje ligeramente superior relativo a la evolucin delos salarios medios(12).

    Para resolver los problemas de financiacin de las pensionespblicas a largo plazo, bastara con seguir permitiendo la pau-latina reduccin en trminos reales de las bases de cotizacin.Pero, por esta va, los principales afectados por la prdida delpoder adquisitivo y el empobrecimiento en el momento de la

    jubilacin son y van a ser las clases medias, mientras se man-tenga el sistema actual de pensiones pblicas y los planes derentas vitalicias contratados con las empresas privadas siganrepresentando una parte muy modesta del total.

    Los ciudadanos de clase media, aquellos que cobran entre

    Grfico 3. Proyeccin del gasto pblico en pensiones(porcentaje del PIB)

    Fuente: (2011) Csar Molina, director. (Papeles de laFundacin n24 de la Fundacin de Estudios Financieros).Instrumentos financieros para la jubilacin. Pg. 15.

    0%

    2%

    4%

    6%

    8%

    10%

    12%

    14%

    16%

    Australia

    Estados

    Unidos

    Irlanda

    Nueva

    Zelanda

    Reino

    Unido

    Japn

    Espaa

    Alemania

    Francia

    Italia

    2050

    2005

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    25.000 y 100.000 euros anuales, son los ms perjudicadospor el mantenimiento del actual sistema pblico de pensiones,porque mientras siguen en activo estn pagando las pensionesde sus padres a la par que soportan la mayor parte de la car-ga redistributiva de los Presupuestos Generales del Estado. Ycuando se jubilen, cobrarn unas pensiones muy inferiores alos salarios que estn percibiendo durante su vida laboral. Ha-brn sufrido un empobrecimiento muy significativo. Es decir,cuanto ms se desvinculen las pensiones futuras de los sala-rios que realmente cobran en la actualidad los trabajadores yprofesionales de clase media en activo mayor ser lo que se

    conoce como deriva beveridgeana.En cambio, los ms ricos no se vern afectados, mientras quelos ms pobres son los ms beneficiados, porque el sistema ga-rantiza en el lmite la percepcin de las pensiones por encimade ese mnimo vital al que alude Beverdige gracias a la accinconjunta del sistema de reparto y los complementos mnimos.

    Algunos Estados, incluido Espaa, ya estn en el camino deacometer una reforma del sistema pblico de las pensionespara poder garantizarlas. El retraso de la edad de jubilacin,que se ha fijado en los 67 aos en Espaa, ha sido una delas medidas adoptadas por el Gobierno en 2013, as comodejar de vincular el incremento de las pensiones al ndice dePrecios al Consumo (IPC). Pero estas medidas son a todas lucesinsuficientes para cumplir los objetivos de Beverdige, merassoluciones parciales para un sistema que requiere solucionesprofundas. Adems, la evolucin de la demografa espaola,segn la cual se prev, en 2050, que haya una persona depen-diente (de 0 a 14 aos y de ms de 65 aos) por 1,2 ciudada-nos activos tambin afectarn a la sostenibilidad del sistemapblico de pensiones.

    La mejor manera de afrontar el reto que plantea la evolucinde la pirmide demogrfica espaola, con una poblacin cadavez ms envejecida, es lograr una transferencia amplia yasequible del riesgo de longevidad de los individuos al sectorfinanciero y que esta transferencia, que an est lejos de ma-terializarse, debera ser propiciada por el sistema complemen-tario de pensiones privadas(13).

    Espaa cuenta con un sistema complementario de pensionesprivadas de carcter voluntario desde hace veinte aos que, a

    pesar de gozar de incentivos fiscales parecidos a las pensionespblicas, sigue siendo muy modesto.

    Ante esta situacin, en nuestro pas existe un margen paraponer en marcha un sistema complementario de pensionesobligatorio de la mano de las empresas privadas.

    Este planteamiento ya ha sido adoptado por algunos pasesde nuestro entorno. Dos ejemplos paradigmticos al respectoson Suecia y el Reino Unido. Estos modelos de pensiones sefundamentan en dos pilares:

    El primer pilar es mantener el sistema pblico de reparto

    de las pensiones, pero complementndolo con aportacionesde los Presupuestos Generales del Estado y, de esta forma,garantizar el objetivo de mantener las condiciones de vidadel conjunto de todas las personas pensionistas por encimadel umbral de la pobreza.

    El segundo pilar complementario y obligatorio, para todoslos individuos con actividad laboral, consiste en contribu-ciones de ahorro previsin para un plan de capitalizacin,para obtener pensiones vitalicias que complementen laspensiones pblicas. En Suecia, este sistema complementariopara garantizar las pensiones es pblico, porque el privadoestaba poco desarrollado, mientras que en el Reino Unido espblico-privado, porque ya contaba con uno de los sistemasde pensiones privadas ms desarrollados del mundo.

    Pero, actualmente, los planes de pensiones individuales lamodalidad ms extendida para completar los sistemas pblicosde pensiones- apenas representan el 8% del PIB, cuando enotras economas desarrolladas como el Reino Unido asciendeal 73%, en Estados Unidos, un 67,8% y en Japn, un 25,2%.Una de las razones que explica la reticencia de los ciudadanosa contratar un plan de pensiones individual para ir ahorrandoposiblemente sea que carece de la suficiente cultura financierapara llevar a cabo esta planificacin a largo plazo y, por lotanto, sta debera incrementarse.

    El reto para garantizar el sistema de pensiones a personas cadavez ms longevas es, pues, ingente; la necesidad de resolverloes crucial, especialmente para las clases medias y no admitedemoras si se quiere mantener la sostenibilidad del sistema.

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    Resultados de la encuesta 2.Aspectos para mantener una buena calidad de vida

    Los aspectos relacionados con la salud son los ms valoradospor el colectivo de personas mayores. Entre ellos se priorizadisponer de una buena salud, tener garantizado el accesoal sistema pblico de salud, frente a tener acceso al siste-ma privado de salud, que figura en las ltimas prioridades ymantener las capacidades intelectuales como forma mante-ner una buena calidad de vida durante la jubilacin.

    En segundo trmino figuran los aspectos relacionados con

    el mbito afectivo. Entre los aspectos ms valorados cabedestacar el sentimiento de seguridad, el tener una via afec-tiva tanto en el mbito familiar y del hogar, como a nivel deamistades. En este sentido, cabe destacar que las personas

    mayores priorizan por este orden vivir en su propia casa, viviren casa con la familia y vivir en una residencia.

    Respecto a los aspectos ms materiales como disponer delos ahorros suficientes, la capacidad para comprar produc-tos para dar respuesta a las necesidades, o la posibilidad derealizar actividades como viajar figuran en tercer lugar.

    Por ltimo los aspectos relacionados con la espiritualidad,

    la formacin y el reconocimiento social figuran en el ltimolugar de las prioridades de las personas mayores como acti-vidades para mantener una buena calidad de vida durantela jubilacin.

    De la siguiente lista valore la importancia que usted da a los siguientes factores paramantener una buena calidad de vida a partir de la edad de jubilacin

    50-55 aos 56-65 aos 66-75 aos

    Muyimportante

    Nadaimportante

    Tener una buena saludDisponer de un sistema pblico de salud garantizado

    Mantener la capacidad intelectual

    Tener una higiene adecuadaSentirse seguro

    Tener una vida activa tras la jubilacinTener una alimentacin equilibrada

    Disponer de ahorros y una capacidad econmica adecuadaTener vida afectiva

    Vivir en la propia casaEncontrarse en un ambiente familiar

    Tener amigosComprar productos adecuados para cubrir mis necesidades

    Ser generoso y altruista con los demsVivir en casa con la familia

    Practicar deporte

    Tener el reconocimiento de los demsViajarVivir con espiritualidad

    Tener acceso al sistema privado de saludSeguir estudiando

    Vivir en una residencia

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    Resultados de la encuesta 3.Factores que influyen en la compra de productos y servicios

    Los aspectos que ms influyen, segn la propia percepcindel colectivo de personas mayores, en el momento de lacompra de un producto o servicio son que stos aportenbeneficios para la salud y que sean respetuosos con el medioambiente. Tambin valoran la proximidad de la tienda al do-micilio. Por otro lado, afirman que la publicidad no les afectaen sus decisiones de compra.

    Los encuestados se muestran crticos con las empresas, al

    considerar que estas no piensan en las personas mayores en

    el momento de disear sus productos. Por ejemplo, no de-sarrollan productos para personas que vivan solas o envasesque realmente sean fciles de abrir.

    A pesar de todo esto, y aunque no existen diferencias signi-ficativas entre los grupos de edad, se otorga mayor impor-tancia a la proximidad de la tienda, a la informacin clara ytransparente sobre los productos, al asesoramiento y aten-cin del personal comercial y a los formatos de los envases.

    Pensando en el momento de comprar cualquier tipo de producto o servicio, por favor,valore su grado de acuerdo con las siguientes frases

    Endesacuerdo

    Muy deacuerdo

    50-55 aos 56-65 aos 66-75 aos

    Que los productos aporten beneficios para la salud y el bienestarQue los productos sean respetuosos con el medio ambiente

    La proximidad de la tienda al domicilio es un factor importante a la hora de comprarLa informacin en las etiquetas de los productos es clara, completa y se entiende

    El personal de los comercios est bien formado y responde adecuadamente a mis necesidadesLos formatos de los envases de los productos son adecuados

    Las empresas piensan en las personas mayores a la hora de disear sus productosLa publicidad influye en mi decisin de compra

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    El alargamiento de la vida y el envejecimiento de nuestra socie-dad presenta toda una serie de retos y oportunidades de cam-bio y de mejora para todos los actores del sistema: las entida-des privadas, los poderes pblicos y, tambin, los ciudadanos.

    Los sectores econmicos afectados por el agequake, peroal mismo tiempo beneficiados por este, podrn desplegarnumerosas iniciativas y mejorar su posicin en mbitos comola alimentacin e hidratacin, las nuevas tecnologas de la in-formacin y la comunicacin (TIC), la sanidad y la salud y lafarmacia, junto al sector asegurador y financiero. Todos ellosdeben asumir la responsabilidad de satisfacer las necesidadesde las personas mayores con productos y servicios adaptadosa sus necesidades.

    1. Alimentacin, nutricin ehidratacin1.1. La importancia de una alimentacin sana

    Que sea tu alimento tu medicina y que tu medicina sea tualimento. Esta mxima de Hipcrates, famoso mdico de laGrecia clsica, recoge desde la antigedad la importancia quetiene seguir una alimentacin sana y equilibrada para mante-ner la salud y evitar el desarrollo de diversas enfermedades. Lamejor medicina para el organismo es la preventiva, y uno delos pilares de la prevencin es la buena alimentacin, para nu-trirse e hidratarse correctamente. Un organismo bien nutrido ehidratado puede realizar bien sus funciones, mientras que unoque no lo est, se resiente y acaba enfermando.

    Una correcta nutricin e hidratacin, a travs de una alimenta-cin sana, es la clave para prevenir numerosas enfermedades.Se sabe que con unas normas bsicas de alimentacin equili-

    brada, enmarcada dentro de un estilo de vida saludable queincluya el ejercicio fsico, es posible prevenir enfermedades car-diovasculares, que constituyen la primera causa de mortalidaden Espaa y en las sociedades desarrolladas y diversos tipos decncer, que es la segunda causa de mortal idad en nuestro pas.

    Una mala alimentacin y la carencia de una hidratacin ade-cuada pueden, por lo tanto, generar problemas de salud acualquier edad. Pero, en el caso de las personas mayores, lasconsecuencias pueden ser muy graves, al tener un sistema in-munitario ms debilitado. La calidad de vida y la longevidad

    estn muy relacionadas con el cuidado de la nutricin e hi-

    dratacin. Asimismo, si las personas mayores subestiman laimportancia de ambos aspectos no slo pondrn en riesgo susalud, sino la del sistema sanitario, que tendr que afrontarcostes muy elevados para tratar los procesos patolgicos de los

    que enfermen. Y la repercusin econmica de las enfermeda-des ir en aumento, puesto que cada vez habr ms poblacinlongeva.

    1.1.1. Alimentacin recomendada para las personasmayores

    No realizamos la misma actividad ni precisamos la misma ener-ga a los 20 que a los 60 o a los 80 aos. Nuestro cuerpo noresponde igual, ni tiene las mismas necesidades. Por eso, haygrupos de alimentos ms adecuados para una edad que para

    otra y las cantidades necesarias de consumo son diferentes.Para nutrir correctamente a nuestro cuerpo y que pueda rea-lizar sus funciones de la mejor manera posible, es importanteelegir lo que ms nos conviene consumir. Algunas recomen-daciones(1):

    Lpidos y grasas: se consideran la energa o combustible queel organismo necesita para llevar a cabo las actividades dela vida diaria. En este grupo de alimentos figuran grasassaludables para el organismo como las del aceite de oliva(3-6 raciones al da)* y de los frutos secos (3-7 raciones a lasemana), y otras grasas que pueden resultar nocivas y cuyoconsumo debe ser ocasional y moderado, como las de lascarnes grasas y embutidos, as como la bollera industrial, lamantequilla y la margarina.

    Glcidos e hidratos de carbono: tambin son fuente deenerga. En este grupo figuran el pan, el arroz y la pasta(4-6 raciones al da en formas integrales), las legumbres (2-4raciones a la semana), los frutos secos (3-7 raciones a la se-mana) y los dulces, refrescos y snacks, cuyo consumo debeser ocasional y moderado.

    Las protenas: son materia que ayudan a construir nuevasestructuras y a mantener la musculatura. Entre ellas figuranla leche y sus derivados (2-4 raciones al da), pescados (3-4raciones a la semana), carnes magras, de aves y huevos (3-4raciones de cada a la semana), las legumbres (2-4 raciones ala semana) y los embutidos y las carnes grasas, cuyo consu-mo debe ser ocasional y moderado.

    Vitaminas y minerales: son sustancias reguladoras que per-miten mantener todos los procesos del organismo y una

    importantsima fuente de antioxidantes. Estn presentes en

    Parte II.Las necesidades de las personas mayores

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    las frutas (3 o ms raciones al da), las verduras y hortalizas

    (2 o ms raciones al da), las legumbres (2-4 raciones a lasemana), los frutos secos (3-7 raciones a la semana).

    Fibra: es una sustancia reguladora que permite controlarla funcin intestinal, crucial en las personas mayores, ten-dentes al estreimiento. Son ricos en fibra alimentos comolas frutas, las verduras y hortalizas, las legumbres, los frutossecos, el pan, la pasta y el arroz en formas integrales, quese deben consumir con la frecuencia y en las cantidades ex-puestas anteriormente.

    El agua: acta como vehculo de transporte de las sustanciasque se ingieren para que lleguen a las clulas y partes quelas requieren del organismo. Hay que consumir 4-8 racionesal da, es decir entre 4 y 8 vasos al da.

    (*) Nota aclaratoria: En el caso del aceite de oliva, una racines una cucharada sopera, en el caso de los alimentos a granel(legumbres, arroz, frutos secos, etctera), una racin es un pu-ado o 15-20 unidades; en el caso de las carnes y los pescados,una racin corresponde a un filete; en el de las frutas, una ra-cin equivaldra a una pieza; en el del pan, a un panecillo; y en

    el del agua y otros lquidos, a 200 ml., es decir, a un vaso.La dieta mediterrnea sigue los criterios expuestos anterior-mente. Es una de las dietas ms sanas del mundo y fuente deenormes beneficios para la salud, hasta el punto de que hasido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humani-dad. Esta se fundamenta en el consumo de frutas y verduras(la suma entre unas y otras debe ser de cinco raciones al da),alimentos ricos en antioxidantes que ralentizan el envejeci-miento del organismo; pescado azul (rico en cidos Omega 3,muy buenos para el cerebro y prevenir enfermedades como lade Alzheimer); y grasas saludables como las que contienen elaceite de oliva y los frutos secos, que ayudan a prevenir enfer-medades cardiovasculares.

    Estos alimentos se complementan con los de otros grupos, quese deben consumir con la frecuencia y cantidades expuestaspreviamente. En los ltimos aos se han hecho importantesdescubrimientos respecto a la buena nutricin y alimentacin.As, se ha descubierto que el consumo de una copa de vino alda (muy arraigado en la cultura mediterrnea) tambin prote-ge de las dolencias del corazn y que el chocolate (negro) no

    es tan malo como se postulaba hace aos, sino que el con-sumo de una onza al da es bueno para el corazn y para elcerebro.

    1.1.2. Hbitos de las personas mayores en Espaa

    Hoy en da, los ciudadanos tienen a su alcance informacincorrecta sobre nutricin. Eso no significa que su dieta y com-portamientos alimenticios respondan a aquello que saben quees ms conveniente. Los mayores no son una excepcin(2).

    Respecto al consumo de fruta fresca, casi el 75% de los va-

    rones y el 80,2% de las mujeres de entre 65 y 74 aos dicenconsumirla a diario y estos porcentajes se mantienen en la mis-ma lnea a partir de los 75 aos. Sin embargo, el consumo delas raciones recomendadas (3 piezas al da) dista mucho deldeseado, pues slo el 16,77% de los hombres y el 10,9% delas mujeres de 65-74 aos consumen esta cantidad y estosporcentajes tambin son parecidos a partir de los 75 aos.

    El consumo diario de verduras cocinadas, ensaladas (crudos) yhortalizas es menor. Las toman cada da el 53,1% de los hom-

    bres y el 58,24% de las mujeres con edades comprendidasentre los 65 y los 74 aos. Este consumo diario decrece a partirde los 75, pues es del 49,7% entre los varones y del 54,9%entre las mujeres. De nuevo, como ocurre con la fruta, los ma-yores se alejan del consumo diario de raciones recomendadas,aunque experimenta un repunte muy leve con la edad, puestoque consumen 3 raciones al da el 30,5% de los hombres y el30,12% de las mujeres entre los 65 y 74 aos y el 33,16% delos hombres y el 31,47% de las mujeres a partir de los 75 aos.

    En cuanto al consumo de pan y cereales, indispensable para

    la buena funcin intestinal de los mayores, el 86,71% de losvarones y el 85% de las mujeres entre 65 y 74 aos los consu-men a diario, pero slo el 8,93% de los hombres y el 8,91%de las mujeres lo hacen en las cantidades de 3 o ms racionesrecomendadas. No obstante, es posible que el resto comple-menten el aporte de fibra que necesitan al consumir otrosgrupos de alimentos, aunque no toda la poblacin los tomacon la frecuencia deseada. As, las legumbres slo las toman 3veces por semana porcentajes situados alrededor del 25% delos mayores de 65 aos.

    En referencia a las protenas, un porcentaje de slo el 5% delos mayores dicen consumir carne a diario. En cambio, cercadel 50%, y en el caso de los varones de 65-74 aos algo ms,el 51,01%, la consumen 3 veces o ms a la semana. El pesca-do es la siguiente protena que se consume con ms frecuen-cia, pues lo toman 3 veces a la semana en torno al 44% de losmayores, aunque en el caso de las mujeres de 65-74 aos esalgo superior, situndose en el 48,75%. Finalmente, el huevoes una protena que se consume con menos frecuencia, si bienal menos el 62% de los mayores lo consumen dos veces a la

    semana.

    En el caso de los productos lcteos y sus derivados, important-simos para prevenir la osteoporosis, el consumo diario es muyalto, del 82,57% de los hombres y el 88,6% de las mujeres delos 65 a los 74 aos y crece ligeramente a medida que aumen-ta la edad. Sin embargo, el porcentaje de los que consumen las3 raciones aconsejadas contrasta notablemente con el de losque dicen consumirlos diariamente, pues es muy inferior: del6,98% entre los hombres y el 5,45% de las mujeres, porcen-

    tajes que decrecen con la edad.

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    Ms de la mitad de los mayores de 65 aos consumen 3 ra-

    ciones o ms, de hidratos de carbono como el arroz, la pastay las patatas.

    La ingesta de productos que debera ser ocasional y modera-da vara. As, los mayores consumen ms dulces de la cuenta,puesto que el 22,88% de los hombres y el 24,15% de lasmujeres con edades entre 65 y 74 aos toman dulces a dia-rio y este porcentaje sube con la edad, ya que a partir de los65 aos los consumen un tercio de los mayores cada da (el30,08% de los hombres y el 30,84% de las mujeres).

    En cambio, el consumo diario o con menor frecuencia de otrosproductos desaconsejados en el esquema de la dieta medite-rrnea tradicional, como los refrescos azucarados, los embu-tidos y fiambres, los aperitivos y comidas saladas para picaro la comida rpida es muy insignificante en muchos casos. Amenudo no llega al 1%, y rara vez supera el 5% del total dela muestra de mayores encuestados, salvo en el caso de losembutidos entre los varones de 65-74 aos, ya que dicen con-sumirlos a diario el 9,93% y el 6,88% a partir de los 75 aos(2).

    Estos datos reflejan que, en lneas generales, los mayores si-guen un esquema de dieta tradicional, pero alejados de lascantidades recomendadas para prevenir problemas de saludpropios de la edad como el estreimiento, la osteoporosis, lasenfermedades cardiovasculares, entre otras. Asimismo, el con-sumo de dulces a diario de un tercio de la poblacin incremen-ta el riesgo notable de que desarrollen diabetes. Por lo tanto,hay un amplio margen para mejorar los hbitos alimentariosde los mayores para que se acerquen a los estndares reco-mendados.

    1.2. Patrones de conducta de las personas ma-yores en alimentacin y nutricin

    Cuidar qu se come y cmo se hace es necesario para vivirms aos, pero sobre todo para vivir mejor. Se ha comprobadoque unos hbitos dietticos saludables reducen el riesgo deenfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, diabe-tes, osteoporosis, anemia e, incluso, algunos tipos de cncer,como se ha mencionado anteriormente.

    Sin embargo, entre las personas mayores muchas son las queno se alimentan correctamente, al haber perdido piezas den-tales, tener falta de apetito, la modificacin de los sentidosdel olfato y el gusto, la medicacin o la disminucin digestiva,por la cual las personas mayores se sienten saciadas cuandoapenas han empezado a comer. Tambin influyen otras difi-cultades propias de la edad avanzada que tienen las personasmayores como ir a comprar los alimentos y prepararlos, ascomo masticar y tragar. Es obvio que, para las personas ma-yores, comer se puede convertir en un problema y, por estarazn, muchas acaban reduciendo su ingesta o modificando

    su dieta para facilitarla, sin darse cuenta de los problemas que

    esta decisin puede acarrearles a medio plazo.

    1.2.1. Dificultades de las personas mayores paranutrirse

    Algunos de los factores que, en particular, ms inciden en laforma de alimentarse de las personas mayores son los que seresean a continuacin:

    Enfermedades de la boca o prdida de piezas dentales: setrata de un pez que se muerde la cola, pues las enfermeda-

    des de la boca o la prdida de las muelas les impiden masti-car y salivar correctamente. Durante aos, no se ha prestadoatencin a la saliva y, sin embargo, esta tiene un papel muyimportante para el organismo, al realizar funciones protec-toras y ayudar a percibir los alimentos y a tragarlos.

    Problemas de deglucin o disfagia: la dificultad para tragarlos alimentos o lquidos que muchas de las personas mayo-res padecen se conoce como disfagia y puede conducir elpaso de los alimentos hacia los pulmones o bronquios. Latos y la sensacin de ahogo pueden ser habituales.

    Para evitar estos problemas, se pueden modificar la textura,consistencia de los alimentos, apostar por los purs, yogureso cremas. Hay que tomarse el tiempo necesario para comery, en la medida de lo posible, hacerlo en compaa.

    Prdida de apetito, a pesar de la prdida de apetito o deotros problemas relacionados a la accin de comer, las per-sonas mayores deberan realizar al menos tres comidas com-pletas al da. Y no slo eso, sino seguir una dieta equilibra-da, variada, as como moderar la sal, el azcar, las grasas y

    los fritos.1.2.2. Dificultades de las personas mayores parahidratarse

    Entre otras transformaciones fsicas, al envejecer, se cambia depeso y de talla, se modifica la composicin corporal, disminuyela masa muscular, desciende la eficacia de los mecanismos decontrol regulados por el sistema nervioso y la sensacin desed se altera y es mucho menor que en etapas previas de lavida. Debido a esto ltimo, las personas de edad avanzada, amenudo no perciben que tienen sed hasta que estn al borde

    de la deshidratacin o, lo que es peor, ya se han deshidratado.

    Las autoridades sanitarias establecen en dos litros el consumodiario de lquido saludable. Pero, teniendo en cuenta esa refe-rencia de consumo, dos terceras partes de los mayores de 50aos en nuestro pas se hidratan de forma insuficiente y soloel 35,9% de este grupo poblacional alcanza el mnimo esta-blecido. Por lo tanto, el 64,1% de esta poblacin se hidratade forma insuficiente, el 32,7% consume entre litro y medioy dos litros de lquidos y el 31,4% consume menos de un litro

    y medio al da(3)

    .

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    De hecho, entre las personas de ms de 64 aos hospitalizadas

    en nuestro pas, la deshidratacin es uno de los diez diagns-ticos ms habituales. Esa mala hidratacin genera, entre otros,problemas de salud importantes como los siguientes:

    Disminucin de la absorcin

    Disgregacin de los alimentos

    Estreimiento

    Litiasis

    Sequedad de la mucosa y la lengua Piel seca

    Ojos hundidos

    Problemas de electrolitos

    Disminucin de la funcionalidad fsica

    Confusin e irritabilidad(3)

    Los efectos de la deshidratacin son muy negativos entre per-sonas mayores, pero la buena noticia es que este es un pro-

    blema que se puede prevenir fcilmente: Hidratarse bien estdirectamente relacionado con la calidad de vida y, por lo tanto,ayuda a evitar la dependencia.

    1.2.3. Patrones de compra de las personas mayores enalimentacin

    La heterogeneidad de las personas mayores tambin se pue-de ver reflejada en los patrones de consumo en alimentacin.Existe un subgrupo que sigue una dieta tradicional y basada enunos hbitos de consumo saludables, mientras que otro sigue

    una dieta hipercalrica, por lo que se hace recomendable lle-var a cabo algn tipo de accin dirigida a mejorarla(4).

    En lo que respecta a las compras de los productos de alimenta-cin, las personas mayores situadas en la franja de edad de los55 a los 75 aos constituyen un subgrupo de consumidoresinnovadores, en especial los que tienen menos de 65 aos,ya que no tienen miedo a probar los productos nuevos que selanzan al mercado y, de forma progresiva, sobre todo los resi-dentes en las grandes urbes estn comenzando a comprar ms

    en las grandes superficies y grandes supermercados, frente ala vieja y tpica imagen de la persona mayor que compra enun pequeo colmado.

    Ahora bien, la preferencia por el pequeo comercio prximosigue siendo una realidad para las personas mayores. Confor-me aumenta la edad, estas declinan probar productos innova-dores y tienden al consumo conservador, se muestran ms fie-les a las marcas de toda la vida y acuden a comercios prximospor la confianza que les transmiten los dueos de esos esta-blecimientos. Asimismo, compran menos alimentos, una ten-

    dencia que se agudiza conforme se hacen ms mayores, esto

    es, compran lo justo para pasar uno o dos das y en pequeas

    cantidades, pues no pueden transportar compras que pesenmucho hasta sus domicilios ni tampoco tienen capacidad paraconsumirlas. No obstante, las grandes superficies de las gran-des ciudades estn ganando consumidores seniors gracias a lapuesta en marcha de servicios de compras a domicilio.

    Para las personas mayores, la compra es un acto social. Unejemplo al respecto es que los hombres, una vez jubilados,se encargan de hacer las compras porque, para ellos, es unaforma de seguir activos. Pero las decisiones respecto a las com-

    pras las suelen tomar las mujeres en la mayora de los hogaresen que hay varios mayores conviviendo.

    1.2.4. Patrones de consumo de lquidos de las personasmayores

    Frente a los dos litros diarios que recomiendan las autoridadessanitarias, el consumo medio de hidratantes entre los mayoresest en 1,791 ml. al da. Tambin cabe destacar dos patronesms de consumo: esta cantidad disminuye a medida que avan-za la edad y es mayor entre las mujeres en un 3%.

    En muchos casos, se asocia la hidratacin con beber agua. Escierto que el consumo medio de agua es de alrededor de un li-tro diario en las personas mayores frente al medio litro de otroslquidos y el cuarto de litro de otros hidratantes. De hecho,casi el 99% de las personas con ms de 50 aos declara haberbebido agua el da anterior. Es curioso y cabe destacar que,conforme avanza la edad, disminuye el consumo de agua.

    Si bien el agua es el componente principal de la hidratacin,los mayores tambin eligen otros lquidos para hidratarse. Otro

    dato curioso y destacable es que el consumo de hidratantes sediferencia en funcin del gnero. Las mujeres prefieren msleche, zumos e infusiones que bebidas alcohlicas. Con losaos el consumo de frutas y sopas, otra importante fuente dehidratacin, aumenta y, en cambio, el de verduras disminuye.

    Los patrones de hidratacin de las personas mayores, respec-to a diferentes tipos de lquidos y otros hidratantes, son lossiguientes:

    Consumo de lquidos

    Leche: en contraste con el consumo de agua, conforme laspersonas se hacen mayores, beben ms leche.

    Zumos: una tercera parte de las personas mayores consumezumos y, entre estos, prefiere los naturales y, si es posible,los ctricos.

    Infusiones: una de cada cinco personas de mayor edad lasconsume, sobre todo las mujeres.

    Caf: es un clsico, aunque en pocas cantidades.

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    Cerveza: su consumo no es muy habitual y disminuye con la

    edad.

    Refrescos: su consumo est extendido entre los mayores,pero disminuye significativamente cuanto ms mayor es lapersona consultada.

    Vino: la cultura del vino est muy extendida en nuestro pas,tambin entre los mayores. An as, el consumo no es muyelevado y es ms comn entre los hombres.

    Bebidas isotnicas: las personas mayores no acostumbran abeberlas, a pesar de que los mdicos las recomiendan por

    sus beneficios para los problemas digestivos o como fuentede hidratacin.

    Consumo de otros hidratantes

    Como ya se ha expuesto, el consumo de fruta est extendido:los mayores tienen el hbito de tomar alguna pieza cada da.En cambio, slo uno de cada tres reconoce consumir sopas ocaldos(3).

    Otros patrones de conducta respecto a la hidratacin

    A tenor de los datos presentados, como tambin se ha seala-do antes, la deshidratacin es un problema entre este grupo depoblacin. Sin duda, el desconocimiento sobre cules son losniveles adecuados para tener una buena hidratacin influye no-tablemente en esta situacin. El mdico tiene un papel muy in-fluyente sobre las personas mayores, para que adopten hbitosde comportamiento correcto. De hecho, desempean un rolmucho ms importante que otros profesionales en el mbito dela salud, pero tambin que el de algunos familiares cercanos.

    Aunque la desinformacin no es el nico factor que incide en

    la mayor o menor hidratacin de las personas mayores, tam-bin hay aspectos psicolgicos o fsicos, como los destacadosal principio del captulo, que son relevantes. Por eso, al en-tender quin bebe mejor o ms, es crucial tener en cuentaalgunos aspectos positivos como los siguientes:

    La sensacin de tener sed influye positivamente.

    Las personas que aspiran a la belleza y al cuidado personal,a travs del ejercicio fsico tambin son las que ms beben.

    Los individuos que se preocupan por su salud tambin tie-nen interiorizados estos hbitos.

    Los factores ambientales tienen su peso, pues, aunque seaobvio, es bueno recordarlo. All donde hace ms calor, lapoblacin bebe ms para refrescarse. All donde hace fro,la gente opta por beber para calentarse. Pero la hidratacindebe ser la correcta todo el ao.

    El nivel de formacin tambin est relacionado de formapositiva con hidratarse, al igual que tambin lo est el hechode convivir con personas jvenes.

    No obstante, cabe resear tambin algunos aspectos negati-vos:

    La compra de algunos productos plantea dificultades a laspersonas mayores, por su peso, cantidad y manera de abrir-se.

    El avance de la edad conlleva problemas que afectan a lascapacidades fsicas y a los sentidos. Y la prdida del gustoy el olfato inciden negativamente en el hbito de consumirlquidos.

    Grfico 4. Actitudes de los mayores frente a la necesidad de hidratarse

    Etapa 1 Etapa 2 Etapa 3 Etapa 4 Etapa 5

    Ignorancia delproblema

    Reconocimientodel problema

    Toma dedecisin

    Adopcin decambios

    Accin ymantenimiento

    No creo necesariobeber una deter-minada cantidadde lquido al da

    S que deberabeber al menosdos litros al dapero no lo hago

    Me he propuestobeber al menosdos litros al da

    Empiezo a beberms, aunque nollego a dos litros

    al da

    Bebo comomnimo dos litros

    al da

    14,2%

    12,3%

    11,9%

    25,7%

    35,9%

    Fuente: (2010) Manuel Alfaro Faus, Ismael Valls Lpez, directores. (Observatorio del Comportamiento: Sociedad y Consumo de ESADE)Estudio sobre las actitudes y comportamientos saludables de la gente mayor en su hidratacin. Pg. 34.

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    Reaccin del consumidor

    Es importante que el consumidor mayor sea consciente de quesu bajo consumo de hidratantes conlleva problemas de salud yde dependencia. Un 12,3% reconoce el problema que entraano seguir las pautas correctas, pero no acta en consecuen-cia. Existe un grupo ligeramente inferior, del 11,9%, que seest planteando comportarse correctamente, pero no lo hace.

    Resultados de la encuesta 4.Necesidades en el sector de la alimentacin, la nutricin y la hidratacin

    La calidad es el factor ms importante a la hora de contratarproductos de alimentacin y nutricin entre el colectivo depersonas mayores. El concepto de calidad se asocia princi-palmente a la composicin de los alimentos, pero tambin

    al formato de sus envases. Demandan que los productos dealimentacin sean lo ms naturales posibles, minimizandola cantidad de aditivos y conservantes. Adems, piden a lasmarcas ms sensibilidad hacia las personas con intoleranciaa productos como, por ejemplo, la lactosa o el gluten. Res-pecto al diseo del envase, reclaman una mayor oferta deformatos para adaptarse a las necesidades de familias msreducidas y que el material usado sea ms respetuoso conel medio ambiente.

    La informacin del producto debe ser clara y fcil de enten-

    der. Consideran que el etiquetado en los productos deberaser ms claro, legible, con una letra de mayor tamao y quela fecha de caducidad sea ms fcil de localizar para el con-sumidor.

    Los precios se consideran abusivos, no perciben su dismi-nucin al mismo ritmo que los salarios y por lo tanto venreducida su capacidad adquisitiva. Adems echan en faltams ofertas para compras de poco volumen, que no slo

    sean ofertas por ejemplo de tres productos por el precio dos.Las personas mayores aprecian un buen asesoramiento nu-tricional mediante una mayor oferta de cursos sobre alimen-tacin gratuita o a precios razonables.

    En cuanto a las diferencias entre grupos de edad, destaca lamayor importancia que las personas de 66-75 aos dan a laproximidad del establecimiento respecto al resto de colecti-vos. Entre los otros factores no se observan grandes diferen-cias a medida que avanza la edad excepto una progresivadisminucin en la importancia de que las marcas generen

    confianza.

    Pensando en el momento de comprar cualquier tipo de producto o servicio, por favor,valore su grado de acuerdo con las siguientes frases

    Pocoimportante

    Muyimportante

    50-55 aos 56-65 aos 66-75 aos

    La calidad (que sea bueno para mis necesidades)La informacin sobre el producto (que sea clara y fcil de entender)

    El precio (que sea asequible)

    Un buen asesoramiento nutricionalLa recomendacin de un profesionalLa marca (que genere confianza)

    Que el envase sea cmodoEl establecimiento (que est prximo al domicilio)

    La recomendacin de un familiar o amigo

    Pero no todo son resultados negativos: Un 25% de los en-

    trevistados se hidratan, aunque no en el nivel adecuado y un35,9% consume, como mnimo, los dos litros recomendados.Pero no hay que perder de vista que mantener regularmenteeste consumo no es fcil. Se requiere esfuerzo, teniendo encuenta todos los condicionantes, ya explicados, que operanen su contra(3).

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    2.Salud y sanidad2.1. Diagnstico del estado de salud de laspersonas mayores

    El gasto sanitario en Espaa mantiene su tendencia al alzapor razones demogrficas y de inversin tecnolgica. Su dis-tribucin vara en funcin del gnero y la edad de los usuariosdel sistema y sigue un patrn conocido en forma de J(1). Elgasto por persona y ao es ms elevado en los dos extremosde la vida, durante el primer ao tras el nacimiento y en las

    etapas de madurez, y ms moderado en las etapas jvenes eintermedias de la vida, salvo en el caso de las mujeres, en quese observa un gasto ms alto que el generado por el hombre,debido a su funcin reproductiva. A partir de los 55 aos, losgastos comienzan a diferenciarse de nuevo y son ms elevadosen el hombre, probablemente por episodios graves con riesgode muerte. Y, a partir de los 61 aos, se observa que el gas-to sanitario comienza a ascender de forma ms importante ysigue creciendo hasta alcanzar cantidades, a partir de los 76aos y ms, de 4.282 euros anuales en el caso de los hombreso 3.546 al ao, en el de las mujeres.

    No obstante, el escenario de futuro que se dibuja desde ahorahasta el 2052, segn la evolucin estimada por el INE, quees de descenso de la poblacin, podra mitigar el incrementosobre el PIB, que podra bajar del 7% del gasto sanitario res-pecto al PIB en la actualidad al 4,5% a lo largo de los prximoscincuenta aos (1).

    De cumplirse estas proyecciones, el factor aumento de la lon-gevidad quedar compensado por el factor descenso del n-

    mero de habitantes en Espaa iniciado debido a la emigracinrelacionada con la crisis econmica, y, por lo tanto, a diferenciade lo que ocurre con el sistema de pensiones, habr una opor-tunidad de gestionar mejor el gasto sanitario, si se aplican lasmedidas correctoras adecuadas.

    El sistema sanitario espaol est muy bien valorado por losciudadanos, 6,57 puntos sobre 10 en 2011, slo un 4,2% opi-na que debe reformularse por completo y un 48% que debenhacerse algunos cambios, segn datos del Barmetro Sanitario(1). Esta buena valoracin del sistema, junto a la buena dota-

    cin de equipos tecnolgicos y personal bien formado son susprincipales fortalezas.

    Sin embargo, estas fortalezas no bastan para compensar nu-merosas debilidades o deficiencias que tiene el sistema: de-ficiencias de gobernanza; falta de corresponsabilidad de losusuarios de la sanidad, que a menudo realizan visitas innecesa-rias; falta de benchmarking y de transparencia informativa; fal-ta de evaluaciones rigurosas de coste-efectividad, por ejemploal comprar tecnologa; rigidez de los sistemas retributivos y delrgimen de personal; ausencia de relacin entre los sistemas

    de pago y los resultados de la asistencia; deficiencias en el

    aprovisionamiento de los proveedores farmacutico y hospita-lario, aunque poco a poco se van solucionando con centralesde compras; reducida inversin en salud pblica; y, sobre todo,que sigue siendo un modelo orientado a los pacientes agudos.

    Las principales amenazas que se ciernen, por lo tanto, sobreel sistema sanitario espaol son el envejecimiento de la po-blacin, puesto que se espera que, en 2049, el 31,9% de losespaoles sean mayores de 65 aos, frente al 17,31% queactualmente superan esta edad(1); el aumento de las enferme-dades crnicas, que motivan un 80% de las consultas de aten-cin primaria, el 60% de los ingresos hospitalarios y el 72%del gasto sanitario(1); la inflacin sanitaria, debido a duplicida-des, equipos que no se utilizan o introduccin de tratamientosnuevos y ms caros, entre otros factores; y, finalmente, el ajus-te del gasto, que no siempre se realiza adecuadamente.

    A pesar de este marco, el sistema sanitario espaol cuenta desu lado con factores que suponen importantes oportunidadespara su transformacin. En primer lugar, la innovacin rela-cionada con las TIC y el desarrollo de la mHealth, un sector

    an muy por detrs de otros pases (un 40% por debajo depases como Dinamarca, Suecia, Holanda, Finlandia o ReinoUnido), y que puede contribuir a reducir en un 50% las visi-tas hospitalarias o un 50% las reacciones adversas a medica-mentos(1); nuevos actores con inters de tener protagonismoen el sistema sanitario, como el sector financiero, retailers oempresas de telecomunicaciones; y un marco legal favorableal fomento de las frmulas de colaboracin pblico-privada yun sector privado, tanto proveedores de la sanidad como delsector asegurador que puede contribuir a descongestionar elsistema pblico a travs del doble aseguramiento y a reducir lapresin asistencial, dispuesto a colaborar con el sistema sani-tario pblico. No obstante, esta oportunidad puede verse limi-tada por la existencia de un sistema nacional de salud divididoen diecisiete autonomas que dificulta la unidad de accin y lacolaboracin pblico-privada.

    2.1.1. Necesidades del modelo sanitario pblico enEspaa

    Ante la menor capacidad de gasto de la Administracin p-blica en sanidad, el sistema sanitario pblico espaol deberaaplicar medidas para ganar eficiencia. La experiencia del sectorprivado puede resultar de ayuda para ello.

    Mejorar la eficiencia

    La sanidad pblica es la columna vertebral del Estado del Bien-estar y, hasta ahora, se ha fundamentado en los principios deuniversalidad de la prestacin, financiacin pblica, gratuidadde los servicios y garanta de calidad (2). Como ya se ha ex-puesto para otros pilares del Estado de Bienestar, como las

    pensiones pblicas, este modelo no puede seguir ignorando

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    su insostenibilidad y necesita profundas reformas estructurales

    y de reduccin de costes.

    La insuficiencia financiera que arrastra el sistema y la crisis eco-nmica que ha afectado recientemente a Espaa ha propicia-do que, en nuestro pas, ya se hayan tomado algunas medidasde reduccin de costes de la sanidad, como reducir el gastofarmacutico (RD8/2010 del 20 de mayo de 2010): estableceruna central de compras, evitar la variabilidad (mediante unagua farmacoteraputica activa y protocolos de actu