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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA CUADRAGÉSIMOSEXTA ENTREGA 7 de diciembre de 2011 Antonio Martínez Sarrión Escaramuzas Alfaguara, 2011 Valga esta entrada referida al último dietario de Antonio Martínez Sarrión (Albacete, 1939) Escaramuzas’, porque entre sus notas aparece como posible título de un poemario venidero, y aún no escrito, ese ‘Sin anestesia’ (página 39). Cierto es, que a lo largo de las anotaciones agavilladas en el decenio 2000-2010, se agolpan otros títulos previstos y preparados para el trayecto a las imprentas. Tales como Paradero desconocido’ (pagina 108), Victoria del desollado’ (página 118) o En las heladas aguas del cálculo egoísta’ (139). Títulos en ciernes y en premisa, a los que tal vez, se podrían agregar otros más quevedianos y pesarosos, como los captados en poemas congelados y terreros. Así, Sacando tierra de tu sepultura’ (p. 128) o el doliente ‘Menos me hospeda el cuerpo que me entierra(página 149). Una suma de propuestas de trabajos venideros, que da cuenta del doble carácter de estas ‘Escaramuzas’, que no esconden su turbado carácter militar, como señala el proemio que abre sus páginas, con apoyo de Pedro Mourlane Michelena: Gané las escaramuzas y perdí las batallas”. Y de esas ganancias vitales se desprende y se despeña la escritura en su forma rápida a veces, sinuosa y pesarosa otras, que componen la armadura de un dietario honesto como pocos publicados. Y es que en el fondo, toda escritura personal comporta ambos extremos de los citados; toda escritura es siempre pérdida de uno mismo, y es siempre ganancia de lo ajeno. Toda escritura, como ensayo de la vida venidera y como recuento de la vida pasada, resume en sus líneas pulimentadas y precisas, ese doble salto de tiempos y de sentimientos. Y se concita, por ello, como una pérdida de lo sabido y como una ganancia de lo aprendido. Doble carácter, al advertirse los escarceos preliminares, como tanteos militares y como juegos prebélicos, de las escrituras que se ensayan, se meditan y se esbozan, en las notas apresuradas de un dietario. Y también, ese mismo dietario, como revisión madurada y actualizada de lo anotado en su día, y por ello la adenda, la nota postrera, la apostilla o el escolio, que emerge en el tiempo presente de la escritura, para puntualizar lo capturado hace años en los desfiladeros de la vida. Para demostrarnos que ‘solo se vive una vez’, aunque se puede escribir de lo mismo y sobre lo mismo, varias veces o veces repetidas; en un ejercicio de perfeccionamiento reiterado o de ascesis glacial hacia el pensamiento desnudo. Y en una demostración de que toda escritura es siempre una reescritura de

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Libros de CLM, entrega Nº 46

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LIBROS Y NOMBRESDE CASTILLA-LA MANCHA

CUADRAGÉSIMOSEXTAENTREGA7 de diciembre de 2011

Antonio Martínez SarriónEscaramuzasAlfaguara, 2011

Valga esta entrada referida al últimodietario de Antonio Martínez Sarrión(Albacete, 1939) ‘Escaramuzas’,porque entre sus notas aparece comoposible título de un poemario venidero,y aún no escrito, ese ‘Sin anestesia’(página 39). Cierto es, que a lo largo delas anotaciones agavilladas en eldecenio 2000-2010, se agolpan otrostítulos previstos y preparados para eltrayecto a las imprentas. Tales como‘Paradero desconocido’ (pagina 108),‘Victoria del desollado’ (página 118) o‘En las heladas aguas del cálculoegoísta’ (139). Títulos en ciernes y enpremisa, a los que tal vez, se podríanagregar otros más quevedianos ypesarosos, como los captados enpoemas congelados y terreros. Así,

‘Sacando tierra de tu sepultura’ (p.128) o el doliente ‘Menos me hospedael cuerpo que me entierra’ (página149). Una suma de propuestas detrabajos venideros, que da cuenta deldoble carácter de estas ‘Escaramuzas’,que no esconden su turbado caráctermilitar, como señala el proemio queabre sus páginas, con apoyo de PedroMourlane Michelena: “Gané lasescaramuzas y perdí las batallas”.Y de esas ganancias vitales sedesprende y se despeña la escritura ensu forma rápida a veces, sinuosa ypesarosa otras, que componen laarmadura de un dietario honesto comopocos publicados. Y es que en el fondo,toda escritura personal comporta ambosextremos de los citados; toda escrituraes siempre pérdida de uno mismo, y essiempre ganancia de lo ajeno. Todaescritura, como ensayo de la vidavenidera y como recuento de la vidapasada, resume en sus líneaspulimentadas y precisas, ese doble saltode tiempos y de sentimientos. Y seconcita, por ello, como una pérdida delo sabido y como una ganancia de loaprendido.Doble carácter, al advertirse losescarceos preliminares, como tanteosmilitares y como juegos prebélicos, delas escrituras que se ensayan, semeditan y se esbozan, en las notasapresuradas de un dietario. Y también,ese mismo dietario, como revisiónmadurada y actualizada de lo anotadoen su día, y por ello la adenda, la notapostrera, la apostilla o el escolio, queemerge en el tiempo presente de laescritura, para puntualizar lo capturadohace años en los desfiladeros de la vida.Para demostrarnos que ‘solo se vive unavez’, aunque se puede escribir de lomismo y sobre lo mismo, varias veces oveces repetidas; en un ejercicio deperfeccionamiento reiterado o de ascesisglacial hacia el pensamiento desnudo. Yen una demostración de que todaescritura es siempre una reescritura de

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lo vivido, de lo soñado, de lo escrito yde lo pensado.Doble carácter de estas ‘Escaramuzas’,al igual que la anestesia, que fija tantoun padecimiento patológico de lossentidos, como una técnica quirúrgicaque propicia una intervención médicaindolora. Escribir para la insensibilidaddel presente, para su atonía yabotargamiento atontado, haciendo usode las letras como si de un útilquirúrgico se tratara; o, tal vez, laescritura yerta, sin dolor y sin anestesia,que propicia toda escritura fría ydespojada de sensiblería, desde la mesade operaciones de la vida inoxidable.Porque toda escritura es de hecho unretorno a la ventana caliente de lovivido, desde la frialdad que depara larememoración postrera de su capturaescrita. Y también un aviso paranavegantes impíos y lectores doliente, ala manera que lo hiciera FrançoisVillon, cuando fijaba: “no tengáiscontra nosotros el corazón endurecido”.Un corazón endurecido, que no siente nipadece; adormecido como está, por elsueño implacable y azul de la anestesia.Hijos míos, ¡No tengáis el corazónendurecido! , que impide los pesares dela vida y que oculta y elude eseimpreciso pero “áspero hocico delmastín de la muerte”. Por eso laescritura de ‘Escaramuzas’ se producesin anestesia, con el dolor negro de lavida y con el brillo blanco de laslágrimas.La propuesta de Martínez Sarrión, entreotras posibles, es la de darnos cuenta ensu escritura diaria, tanto de sus olvidos,como de sus rememoraciones, paracomponer una liturgia explicativa dequién es y de cómo siente y piensa.Bastaría recorrer las páginas citadas,para ir cerrando la foto-fija delescribiente: Preferencias, obsesiones,temores, despechos, amores,esperanzas, quebrantos, capturasquietas, imágenes sagradas y estampaspalpitantes. Todo ello elaborado desde

los sentidos avizorados de la mente envigilia. Todo ello para eludir la modorravital de esa gris anestesiacontemporánea.

José Rivero

Cien años de Escuela de Artes deCiudad Real (1911-2011)Carmen López-Salazar Pérez yJavier Herrero GómezDiputación de Ciudad RealBiblioteca de Autores Manchegosnº 175; 304 pags. 12 €

En 1911 comenzó la andadura de laEscuela de Artes ‘Pedro Almodóvar ‘–conocida durante muchos años como laEscuela de Artes y Oficios-, auspiciadapor el alcalde de la capital en aquellaépoca, Ceferino Saúco y con la ayudadel ministro Rafael Gasset.Concretamente, el 24 de octubre de1911 se celebró la primera reunión delclaustro de profesores en el edificio quealbergó la escuela hasta 1961, en lacalle Mata. Por eso, hoy, 100 añosdespués, la Escuela de Arte ha acogidoun acto al que ha asistido la comunidadeducativa del centro, antiguosprofesores y alumnos y muchosciudadrealeños ligados de algunamanera a este importante centro de la

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capital, por el que han pasado artistas detan reconocido prestigio como ManuelLópez-Villaseñor, Antonio López oJoaquín García Donaire.Su director, Vicente Ruiz, recordó queen aquel 1911 se matricularon en laescuela 240 alumnos y que, entonces, elobjeto del centro era «»formar y educartécnicamente a los obreros y prepararlospara entrar en las escuelas industriales».En estos 100 años, en los que la escuelaha jugado un importante papel enCiudad Real -siendo un destacadomotor cultural-, el centro haevolucionado hasta llegar a impartir elBachillerato en la rama artística, variosciclos formativos y enseñanzas deGrado.Web de la Biblioteca de AutoresManchegos

EL PORQUÉ DE...ANAQUELES SIN DUEÑO

Este libro, como casi todos los que hepublicado hasta la fecha, surge a lolargo de un largo periodo que hadurado más de 6 años. Como ya hedejado escrito en alguna ocasión, para

mí la poesía es como el vino: elresultado de un lento y largo proceso. Ya lo largo de ese tiempo, los poemas deAnaqueles sin dueño han ido surgiendoincluso, en algunos casos, contra mipropia voluntad. Quizás ello se deba asu escabroso tema: el del suicidio. Másde una vez me han preguntado por quéelegí precisamente ese tema y mirespuesta ha sido siempre la misma:algunas veces no es uno quien elige lostemas, son los temas los que nos eligena nosotros.En este sentido debo decir que elmotivo del suicidio, en principio, nonace de ningún hecho puntual yconcreto, sino que aparece más biencomo una prolongación temática (yhasta cierto punto lógica) de mi poesíaanterior. Es decir, el tema no nace deningún impulso autodestructivo(consciente al menos), y habría querecordar aquí que el yo lírico – oficcional - no tiene por quécorresponderse necesariamente con elyo real del autor. Cuando el poetaescribe, ya sea utilizando la primera ocualquiera de las otras personas delverbo, su voz no tiene por quéconsiderarse, en sentido estricto,autobiográfica. Sin embargo, tambiéndebemos admitir que la escritura tienemucho de catarsis, y probablemente elsolo hecho de hablar o de escribir sobreel suicidio viene a ser un modo deconjurarlo. De manera que Anaquelessin dueño tal vez sí pueda considerarsecomo algo parecido a un acto deexorcismo.

En cualquier caso, he de confesar quealgunos de estos poemas sí estánmotivados por unos hechos de caráctervivencial, es decir, por dos suicidiosreales que me resultaban próximos.Quien lea con cierta atención los dosnombres que figuran en la dedicatoriadel libro, comprobará que ambos llevanmi segundo apellido, y es fácil deducir,por tanto, que aunque no se digaexplícitamente, los nombres de esas dos

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personas tienen algo que ver conmigo.Por otro lado, poco sentido tendríahaber dedicado un libro sobre suicidas apersonas que, a su vez, no se hubiesensuicidado. De modo que ahí, en el doblesuicidio que sugiere la dedicatoria, estála génesis de algunos poemas, aunqueello no sirve para explicar el proyectoglobal del libro.La obra, a partir de unos cuantospoemas iniciales, fue creciendo yadquiriendo vida propia, como unorganismo vivo que se regeneraba y sealimentaba con cada una de las nuevasmuertes con la que, en la literatura o lavida, iba topándome. Por eso, y muyexagerada o metafóricamente, podríadecir que de la vida extraje el alma deeste libro y fue la literatura quien meayudó a ponerle el cuerpo.Decía anteriormente que, más allá deesa motivación “vivencial”, la temáticadel libro está en una línea muy acordecon mi poesía anterior, marcada por unfuerte acento existencial. Desde miprimer libro, Señales de ceniza (1986)hasta Calendario de sombras (2005),en mis versos ha habido siempre unafascinación por la pérdida, por ladestrucción, por la muerte. La antologíaLa erosión y sus formas (2007), donderecogí parte de mis cuatro poemariospublicados, refleja también, desde sumismo título, esa fijación en un mundoque se caracteriza por la miradaelegíaca, por la devastación y por lapérdida. Anaqueles sin dueño viene aser, por tanto, la culminación de esapoética que es uno de los ejesprincipales de mi lírica, aunque llevada,eso sí, a una situación límite como es ladel suicidio.A partir de ahí, y cuando ya teníaelaborados unos cuantos poemas que noconstituían aún un proyecto unitario, lospropios suicidas vinieron en mi ayuda.O dicho más literariamente, sentí sullamada, escuché su voz. Como digo enel primer poema del libro (el que actúacomo prólogo), entre las desordenadas

baldas de mis estanterías, tengo unamuy especial que está repleta de librosde suicidas. Poetas y escritores,básicamente. Y al asomarme de vez encuando a esa balda, sentía extrañamenteque sus voces, en efecto, me reclamabanaunque no sabía muy bien por qué nipara qué.Ahí comenzó a fraguarse, realmente, elproyecto del libro. El recurso de lasbaldas me sirvió, técnicamente, paraestructurar la obra, y fue entoncescuando comencé a sentir, casi en carnepropia, los pistoletazos de Maïakovsky,de José Asunción Silva o de Larra; elroce de las sogas de Marina Tsvietàievao de Nerval; me sumergí en las mismasaguas de Celan, de Virginia Woolf, deAlfonsina o de Crane; compartí lassobredosis de Trakl, de Pavese o deAlejandra Pizarnik; respiré el mismoaire envenenado de Silvia Plath o deAnne Sexton; comprobé, con DylanThomas, el sabor de la última ydefinitiva borrachera... En fin, meapropié, en algún modo, no sólo de susvidas sino también, y sobre todo, de susmuertes. Y reconozco que fue turbador,y fascinante al mismo tiempo, compartircon ellos esos últimos instantes en losque, cada uno a su manera, “hicieron dela muerte / una bella y amargaceremonia / de cordura...”Era consciente de que corría un dobleriesgo: por un lado, el de apropiarmetambién de su voz; y por otro, aún máspeligroso, que ellos se apropiaran de lamía. Pero al final logré – o al menos esafue mi intención- que mi vozsobreviviera, más o menos intacta, alpoderoso magnetismo de las suyas.La experiencia llegó a ser tanperturbadora como gratificante, por loque tenía de inmersión en unas vidasajenas a mí, pero con las que meidentificaba plenamente. Tal vez esto loque plantea, en el fondo, es el viejotema de la alteridad, es decir, laposibilidad de desdoblamiento delsujeto poético; y es que resulta muy

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fácil, en el espejo del poema, ser unomismo y el otro al mismo tiempo.Así, unas veces conmigo y otras contramí, los suicidas (que ya se habíanapoderado de las baldas de mi casa) sefueron adueñando también de esas otrasbaldas de este libro, unas baldas – realeso imaginarias- de las que yo no soy yasu único dueño, porque es a ellos aquienes ahora, realmente, pertenecen.En fin, lo que este libro supone, muyprobablemente, es un cierre (no sé sitemático, formal o estético, o quizástodo eso a la vez) de mi obra poética. Odicho con mayor precisión, el cierre deuna etapa de mi trayectoria poética. Elhecho de que el libro se abra y se cierrecon el mismo verso (“entre mis libros”)es bastante significativo, ya que esaspalabras no solo delimitan el espaciolírico, sino que remiten también a unmundo cerrado sobre sí mismo, unmundo que es como un laberinto sinsalida posible.Ello no significa que mi obra poéticaquede definitivamente cerrada pero síque, en el caso de que continuara,tendría una textura y unas tonalidadesdiferentes.Pedro A. González Moreno

José Luis GARCÍA DE PAZPatrimonio desaparecido deGuadalajara2.ª edición, corregida y aumentada,Guadalajara, Aache Ediciones, 2011,264 p.

Hubiese sido mejor para todos,especialmente para el patrimonio histórico-artístico de la provincia de Guadalajara, queeste libro no se hubiese escrito. Sería señalde que dicho patrimonio habría llegadohasta hoy completo, íntegramente, tal ycomo lo heredamos de nuestros antepasadosque, a su vez, también lo heredaron de lossuyos a través de una larga cadena degeneraciones y tiempos, que vienen a ser lamisma cosa y coincidir. Pero,desgraciadamente -por una parte- yafortunadamente -por otra-, aquí lotenemos, con sus páginas llenas dedesaguisados, barbaridades, expolios,latrocinios y destrucciones, para vergüenzade algunos.Y digo desgraciadamente puesto quemuchas, quizás demasiadas,manifestaciones de nuestro (es decir, detodos) más rico patrimonio cultural hadesaparecido o ha sido mutilado. De eso,precisamente, trata el libro; de lasdesapariciones que, por unos u otrosmotivos, ha sufrido ese patrimonio de todosal que me he referido antes y, a la vez digoafortunadamente, en este caso, por tener lainmensa suerte de poder contar entrenosotros con una persona como el profesorGarcía de Paz, el autor de este libro quecomentamos, profundamente enamorado deesta pobre tierra alcarreña que vio nacer asus antepasados.Un inmenso amor a la historia de la patriachica, a su arte y a sus tradiciones, llenaeste ameno, aunque amplio, trabajo. Amorcon el que, por ser auténtico, se puede sercapaz de llamar “al pan, pan y al vino,vino” y no morderse la lengua cuando hayque dejar constancia de la dejadez deaquellas instituciones cuya primera misiónconsiste en custodiar y salvaguardar esteinmenso patrimonio que a todos nospertenece, como bienes que constituyen yconforman una parte muy importante de esoque llamamos Cultura (de la Cultura de

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verdad, que no del espectáculo, con el quecon inusitada frecuencia suele confundirse).El libro va ya por su segunda edición dadoel éxito que la primera, del año 2003,alcanzó en su día. Creo, sinceramente, queeste debería ser uno de esos libros decabecera que todos deberíamos tener amano para que, tras su atenta lectura,aprendamos de una vez por todas lo quesignifica todo este patrimonio perdido. Nosólo por lo que representa en sí mismo, sinopor lo que podemos leer en su“materialidad” acerca de la forma de ser yde pensar de otras gentes que, en otrostiempos vivieron en estas mismas.Un prólogo, de gran interés por sucontenido, del cronista provincial doctorHerrera Casado, sirve de entrada a unmanojo de páginas llenas de importantesdatos sobre este mundo tan atractivo delpatrimonio, eso que, cuando se trata deedificios en mal estado de conservación,casi siempre en ruinas -castillos y murallas,palacios y casonas, etc.- algunos llaman“piedras”, despectivamente, demostrandocon ello su ignorancia.Vayamos al contenido del libro. “Piedrasrotas” es el título de la introducción delautor a este libro testimonio que abarcadesde la Edad Media hasta el momentoactual y en el que analiza brevemente lasdiferencias, cambios y deterioros (orecuperaciones, en su caso) sufridos por elpatrimonio a los largo de esos años quemedian entre el 2003, fecha de la primeraedición, y finales del 2011, fecha de estasegunda.También se refiere a la desaparición o alcambio que algunos ejemplos concretos delpatrimonio aún existente pueden sufrir,como por ejemplo la presencia humana enla cueva de Los Casares que contribuye alprogresivo deterioro de sus grabados, o a lafrecuencia cada día mayor del uso ilegal delos detectores de metales por parte de losfurtivos, que tanto contribuyen a ladesaparición de yacimientos de gran valorarqueológico. La acción antrópica esimparable, y eso está claro tras tantosavatares bélicos: las guerras de Sucesión, dela Independencia, las Carlistas y, por ahorala última, la Incivil (36-39), dieron al trastecon una gran parte del patrimonio entoncesexistente, aunque hay quien asegura (GayaNuño) que “lo destruido mediante las

indicadas guerras ha sido mucho menoscuantioso que lo perdido en siglo y mediode paz, a consecuencia de que se estabarealizando un atentado".Seguidamente da a conocer algunosexpolios modernos que han tenido comoprotagonista nuestra provincia; “expolios”no considerados en el sentido que de lapalabra ofrece el Diccionario de la RealAcademia, sino en el que le asigna la Leyde Patrimonio de 1985: como “...todaomisión u omisión que ponga en peligro depérdida o destrucción todos o alguno de losvalores de los bienes que integran elPatrimonio Histórico Español o perturbe elcumplimiento de su función social.”Así, en 1996, varios ornamentos dellavadero de Villaverde del Ducado; piezasde la cancela del castillo de Corduente; untríptico y una ventana con pinturas de lossiglos XVIII y XVII, respectivamente, deGalápagos; una talla de Atienza, y doscolumnas de Alcocer, del siglo XVII; en1997, un cuadro de Galápagos; en 1998,tres lienzos y una imagen barroca del XVI,en Riofrío del Llano; en 1999, cuatrocolumnas barrocas y dos tallaspolicromadas, de La Yunta, dos columnasmás de Tortuera y la Virgen de las Nieves,en Rueda de la Sierra... Y asísucesivamente, suma y sigue, de modo quela tabla de atentados contra el Patrimoniopublicada por Adelaida Arabaolaza,actualmente se queda pequeña.Atentados que como puede comprobarse seperpetran en pueblos retirados y de escasa yenvejecida población, especialmente de lazona molinesa, como muy bien puedentestimoniar los habitantes de Labros, que(no) vieron como, uno de los capiteleshistoriados de la portada románica de suiglesia parroquial, desaparecía de la noche ala mañana (nunca mejor dicho), al igual quesucedió con la imagen de San Mamés, quefue sustraída de su ermita de Mazarete ytantos otros más.Y ya sí, el libro entra en el grueso de sucontenido, que se ha dividido en tresgrandes bloques, dedicado al patrimonioreligioso, el primero, en el que se da noticiade los atentados y robos que han tenidolugar, a lo largo de treinta subapartados, yque afectan a monasterios como los deÓvila, Santa Ana de Tendilla, La Salceda,Bonaval, Sopetrán, San Antonio de

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Mondéjar, Monsalud en Córcoles, y otrosmás, e incluso algún otro ubicado enpueblos que, hasta no hace mucho (1955),pertenecieron al obispado seguntino, comoel de Sacramenta (Segovia), que siguió losmismos pasos que el de Óvila, o laspinturas murales de San Baudelio deBerlanga (Soria), además de sepulcros,pinturas, ermitas enteras, órganos, retablos,esculturas y mausoleos; al patrimonio civil,el segundo, al que pertenecen castillos deDiempures y Tendilla; torreones como elcalatravo del Cuadrón, que hace pocoapareció totalmente derrumbado, “cuandotodos sabemos que los castillos no se caensolos”, y murallas, como las de Hita yCogolludo, además de numerosos palaciosy casonas, entre ellas la de Goyeneche enIllana; los jardines de Pastrana, Mondéjar yel del palacio del Infantado de Guadalajara;archivos como el de Zorita de los Canes ymanuscritos, como el Fuero de Guadalajara,aparecido en Estados Unidos, puentes, víasromanas, fábricas, baños y balnearios, yhasta boticas entre las que pueden contarsela del hospital de San Mateo de Sigüenza yla del monasterio de Lupiana, etc., y otrotipo de patrimonio, el tercero y último, queaquí se considera como menor y en el quese incluyen casas rurales, rollos y picotas,pairones, fuentes, escudos nobiliarios,artesonados y otros tipos de carpintería dearmar, piezas de forja y hasta los edificiosde madera como el de las salinas de Imón.(A los que habría que añadir algunoselementos más como lavaderos, molinos deviento e hidráulicos y santísimas otrasmuestras en trance de desaparición,pertenecientes a la arquitectura pastorilcomo son chozos y chozones, tainas,parideras, abrevaderos, pozos de agua y denieve o neveras y, si se me apura, hastacuadras, establos y corrales de ganado).El autor ofrece en cada ficha una serie dedatos acerca de cada una de las piezasanalizadas, que nos habla de su pasadahistoria y de sus valores artísticos, a los queañade la particular “odisea” que cada unade ellas ha sufrido. Por ejemplo, laperipecia que siguieron las piedras deldesmantelado monasterio de Óvila, o elhallazgo por parte de la Guardia Civil dealgunas otras en el comercio deantigüedades…

Incluye García de Paz unos anexosreferentes a expolios de obras de pinturaespañola, de pintura española en España yotros perpetrados por el coleccionismoprivado, amén de una “lista roja” o relacióndel patrimonio mal conservado deGuadalajara, que afecta a dieciocho bienes,de un total de cincuenta y dos quecorresponden a Castilla-La Mancha, y queno nos resistimos a trasladar paraconocimiento del lector: la atalaya árabe deLos Casares (Riba de Saelices); la casa-fuerte de La Bujeda (Traid); los castillos deGalve de Sorbe, Peregrina (Sigüenza) yTorresaviñán (Torremocha del Campo); elconvento de San Francisco (Atienza); lasiglesias románicas de Querencia (Sienes) yVillaescusa de Palositos (Peralveche); losmonasterios de Bonaval (Retiendas), LaSalceda (entre Peñalver y Tendilla), SanAntonio (Mondéjar), San Bartolomé(Lupiana), San Blas (Villaviciosa deTajuña, Brihuega), el femenino de SanSalvador (Pinilla de Jadraque), Santa Maríade Óvila (Trillo), Sopetrán (Hita) y SantaAna (Tendilla), y el palacio del Virrey(Molina). Finaliza este interesantísimo librocon una amplia bibliografía temática, queha sido la que el autor ha consultado paraofrecer los datos más sobresalientes de cadauna de las piezas estudiadas, en cuanto a suarte e historia se refiere, y un utilísimo ymanejable índice topográfico.

José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS

Gabriela Cañas

Torres de fuego

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Roca. Barcelona, 2011; 348 pás. 18 €

Gabriela Cañas: nacida en Cuenca en1957; es periodista. Trabaja en El Paíscomo articulista y editorialista.

La edición que se nos presenta por suformato y sus ilustraciones insinúa queestamos ante un thriller convencionalen el que predomina la acción. Nadamás lejos de la realidad. Gabriela Cañas(Cuenca, 1957) ha confeccionado unestudio de caracteres en el que variospersonajes se enfrentan o se unen pararesolver problemas que principian conun asesinato anunciado en la primerafrase. Se trata de una mujer triunfadoraen el mundo de los grandes negocios.Ella nunca perderá protagonismo puesla dilucidación de su vida y carácterserá la preocupación de familiares yamigos. El narrador ofrece en ceñidasfrases detalles precisos captados con laintención de vislumbrar el perfilpsicológico de cada personaje pero,asimismo, muestra la opinión que sobreél tienen el resto de personajes.Información muchas vecescontradictoria que el lector deberá irajustando para llegar a algunaconclusión. La realidad humana esescurridiza. No se dispone a ser captadade un golpe de vista. A lo más,poseemos las piezas de unrompecabezas que después hay quemontar para saber (y quizás soloaproximadamente) qué es lo querealmente sucedió. Creo que la autorapresenta de esta manera una imagensencilla y clara de la profesiónperiodística que tan bien conoce. El ejecentral de la intriga detectivesca es elpavoroso incendio de la torre Windsorque en su día originó un enigmaperiodístico, las dos figuras humanas(reales o no) que en pleno incendioestaban en el piso 13 del rascacielos. Latrama parte de una especulación sobreesa situación. Intervienen en algunasescenas muy bien descritas altos

ejecutivos, políticos de postín,consejeros y diplomáticos y,rodeándoles, la profesión periodística, aveces haciendo coro y otras no sabiendobien a qué carta quedarse. Elperiodismo y las mujeres de hoy en día(ganan por goleada a los hombres en lanovela) son preocupaciones bienvisibles de la autora, pero la calidad deesta primera novela se muestra en esospersonajes bien dibujados como yahemos comentado y en la elipsisbrillantemente usada como ejeestilístico sobre el que se monta elrelato. Ello permite graduarperfectamente la información que llegaal lector y permite la audacia deconvertirlo en un ser privilegiadocuando llega a conocer (página 81 ysiguientes) una escena dramáticafundamental, una clave resolutiva quelos personajes ignoran.

Babelia El país LLUÍS SATORRAS12/11/2011

Historia de la Universidad deToledoMatilde Teresa Pajarín Araujo yAlberto José Lleonart Amsélem

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Almud ediciones de Castilla-La ManchaBiblioteca Añil nº 52; 2011; 232 p; 18 €

No hace mucho años, en 2002, laUniversidad de Castilla-La Manchatuvo a bien llevar a cabo una exposicióna la que dio por título Los Arzobispos deToledo y la Universidad española,evento que tuvo lugar en la Iglesia deSan Pedro Mártir el Real, antigua sedeconventual y académica de losdominicos, y que ahora forma parte dela Facultad de Ciencias Jurídicas ySociales de la citada Universidad. Nique decir tiene que la muestra fue degran interés dado que en ella eranexpuestos los orígenes y la tradiciónuniversitaria de Toledo y de otrasimportantes ciudades bajo el mecenazgode algunos arzobispos de su IglesiaCatedral Primada. Sobresalían, entreotros, los señeros nombres de ÁlvaroGil de Albornoz, Francisco Jiménez deCisneros, Pedro González de Mendoza,Alonso de Fonseca Acebedo yFrancisco Antonio de Lorenzana (1). Esdecir, todo un largo tiempo de siglosque iba desde la Baja Edad Media,pasando por el Renacimiento, hasta elSiglo de las Luces. En el siglo XIX,Toledo y Alcalá verán clausuradas susviejas Universidades, la de Toledo,definitivamente, en el curso académicode 1844-45. Felizmente, hoy, la ciudadha vuelto a recuperar su universidadperdida, por Ley de 30 de junio de 1982.Este libro se inspira y retoma la Tesis(sic) de Licenciatura que años hapresentó mi mujer, Matilde TeresaPajarín Araujo, en la Facultad deFilosofía y Letras, sección de Pedagogíade la Universidad Complutense deMadrid (entonces Universidad"Central"), curso 1958-59. Lleva portítulo La Universidad de Toledo, y,como si fuera a modo de subtítulo, dice:“Asesor: Dra. María Ángeles Galino”.Matilde Teresa Pajarín vivió entre losaños 1931 y 1985, habiendo fallecido enplena vida profesional cuando ejercía

como Inspectora Técnica de Educacióndel Estado en Guadalajara.Mucha tinta se ha vertido en el papel delos investigadores desde entonces.Quiero decir que la historiografía sobrela Universidad de Toledo se ha vistoenriquecida y ampliada por notables ymeritísimos trabajos, habida cuenta lomucho que ha avanzado la investigaciónhistórica de estos últimos 40 años. Coneste nuevo libro hemos puesto ungranito de arena sobre el conjunto deestas recientes produccionesbibliográficas, a fin, así, de poner elénfasis en otras dimensiones, yapedagógicas, ya político-jurídicas, yasociológicas, sin ignorar del todo el artey las letras.En tres partes diseñado, introducimos enla Primera la historia del Toledomedieval, referido especialmente a lacultura, a través de los godos, losmoros, los judíos y los cristianos. En laSegunda parte, la historia de lasfundaciones de las primerasinstituciones universitarias (el Colegiode Santa Catalina y la Universidad),tales y como fueron creadas, -en elúltimo tercio del siglo XV el Colegio y,en las primeras décadas del siguiente, laUniversidad. Y una Tercera relativa a laCatedral contemplada en el estricto yamplio sentido, cuna que fue donde semecieron estas academias. Pues hablarde Toledo y no hablar de su famosísimaCatedral gótica no tendría razón de ser,siendo una y otra como ramas y raícesde un mismo árbol. Contemplarla yverla detenidamente es un granespectáculo, tanto de arte y de culturacomo de espiritualidad. Con la Catedraldelante es obvio hacer las inevitablescomparaciones (algo muy tópico) y eneste caso con otras muy célebrescatedrales patrias. Dice así el refraneropopular referido a cuatro de las másfamosas:

De Toledo la riqueza,De Sevilla la grandeza,

De León y Santiago, la delicadeza.

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Julio Caro Baroja, en su erudito librosobre Toledo, escribe entre las primeraslíneas, no sin un cierto toque poético,que los que "vamos a Toledo, vamos asoñar". Nada más cierto y verdadero esesto, porque ir a Toledo es de algúnmodo abandonarse a una ciertaensoñación o fantasía. Ciudad-Museo,acercarse a ver la Catedral, por fueracomo, sobre todo, por dentro, y perdersepor la laberíntica y quebrada geografíacallejera, admirar su arte, sus museos,casonas y palacios y otras iglesias yconventos, y recorrer con la mirada losverdes paisajes, colinas y espesuras que,como jardines, rodean la gran montañaurbana ceñida al fondo por el río,(“alegrando la vista y el oído”, comoentre mil versos cantó el gran poetatoledano), es adentrarse por regionesoníricas en que historia y leyenda seyuxtaponen, se mixturan y forman untodo inextricable. En estos sentidos, estelibro podría ser, en último análisis, unaguía y una interpretación de estossueños del antiguo, histórico, asombrosoToledo en relación, particularmente, a lafundación y desarrollo de los primerosColegios y Universidades.Ciudad hecha historia -con más de dosmilenios a sus espaldas y con elprecedente cultural que alumbró aEuropa, la Escuela de Traductores-Toledo se suma a los llamados TiemposModernos bajo los Reyes Católicos,Carlos I y Felipe II. Era el alborear deun Toledo universitario que comenzabaa incorporarse tanto a sus hermanasmayores de la vieja Castillauniversitaria (las clásicas de Salamanca,Valladolid, Alcalá, Sigüenza, entreotras), cuanto a la vieja Europa de lasUniversidades, ya medievales (Paris,Montpellier, Bolonia, Oxford, etc.), yamás modernas (Leyden, Heidelberg oPraga).Del prólogo de Alberto José LleonartAmsélem

El Toledo desparecido deFernando Aranda

Se ha presentado recientemente en elpalacio de Benacazón el libro Rinconesdel Toledo desaparecido de FernandoAranda. Muchísima gente se reunió eneste acto acompañando a una personamuy conocida y querida en Toledo. Poreso no era raro que Benacazón sequedara pequeño (fuimos muchos losque nos quedamos en el patio por faltade sitio). La presentación estuvo a cargode Andrés Sánchez Escobar, Prioste dela Cofradía Internacional deInvestigadores.

El libro, que tiene 522 páginas, es unapreciosidad. Se compone de 261 dibujoshechos a plumilla donde se ponen en pierincones y sitios de Toledo que ya handesaparecido o que han sidomodificados con el paso del tiempo. Eneste sentido el libro es un excelentetestigo visual de muchas zonas y lugaresde Toledo que ya no existen (como laiglesia de san Isidoro, el Hospital de sanAntón y la Escuela de Magisterio), yque muchos si no desconocíamos, almenos nos costaba imaginar cómo eran.Además, al lado de cada dibujo seofrece una breve nota explicativa de losavatares históricos de ese edificio orincón toledano, ayudando acontextualizar el dibujo. FernandoAranda hasta ahora había esparcido suquehacer artístico en diferentespublicaciones fragmentarias (sobre todoen folletos, programas y carteles).Ahora no sólo reúne gran parte de lasilustraciones que estaban dispersas, sinoque ofrece una obra que se convertirá enun referente imprescindible paraquienes queremos que la historia deToledo no sólo se cuente a través de laletra impresa, sino que nos entre sobretodo por los ojos.

SANTIAGO SASTRE en ABC Toledo28/11/2011

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Luisa Abad González,Juan Antonio Flores MartosEmociones y sentimientos.La construcción social del amor

Ediciones de la Universidad de CastillaLa Mancha. Cuenca, 2010472 pags.; 32 €

En 1965, Jean-Luc Godard hacía hablar enPierrot le fou a un Jean Paul Belmondo quehabitaba la piel de Ferdinand, un profesorde Lengua Española que viaja huyendo sinrumbo junto a la joven Marianne,interpretada por Anna Karina.-¿Por qué estás triste?-Me hablas con palabras y yo te miro consentimientos.-Imposible hablar contigo. No tienes ideas.Sólo sentimientos.-¡En los sentimientos hay ideas!Las palabras de Ferdinand recogen unavisión en torno a las emociones que se hamantenido hegemónica durante siglos. Lairrupción del paradigma cartesiano trazó lasfronteras de un mundo partido en dos, lametáfora fundamental para la constitucióndel dogma occidental del dualismo.Cuerpo y mente remitían a espacios,acciones, ideologías y lenguajes diferentes.El logos, la razón, y a partir de entonces, lasemilla positivista que afianzaba la visiónburguesa del mundo, estaban obligados adeshacerse de las emociones, los impulsos yla subjetividad que se revolvían inquietasen el cuerpo. El mundo emocional deobjetos y sujetos debía sufrir el destierro delo subjetivo, el estigma de un lenguaje conel que resultaba imposible hablar. Ideas y

sentimientos perfilaban mundosinconmensurables.Los sociobiólogos de principios y mediadosde siglo XX sonreirían satisfechos alcontemplar esa escena, que recrea tambiénesas correspondencias hasta hace poco“naturales” entre emociones, ideas ygéneros. Posiciones esencialistas donde lahegemonía y la subalternidad de estoslenguajes estaban férreamente marcadas.Algunos años después del estreno de aquellargometraje, las ciencias sociales se abríana pioneros trabajos que inauguraban lo quese ha denominado como el campo de laantropología o la sociología de lasemociones, recogiendo la voz de Mariannepara afirmar que el lenguaje de lossentimientos se articulaba, también, con lasintaxis de lo social. En Antropología,existe un elevado consenso en citar lostrabajos de Michelle Rosaldo (1980, 1984)y su noción de “embodied thoughts”(1984:143) como el punto de arranque deeste nuevo enfoque que situaba lasemociones como un campo de sumaimportancia para la teoría de la cultura,perspectiva que ya había recibido un fuerteempujón con el célebre ensayo de Geertzsobre la riña de gallos y las dimensionessimbólicas de la emotividad. El trabajorevisionista de Lutz y White (1986)apuntaba algunas de las causas de larenovada atención por el campo de lasemociones en trabajos marcados por uncomponente constructivista, como lainsatisfacción generada por las visionesexcesivamente cognitivistas/ mecanicistasde la acción social o el auge de lasaproximaciones interpretativas. El giro dela disciplina a las posicionesfenomenológicas y la narratividad de laexperiencia, la herencia de los trabajosdeslegitimizadores de la naturalidad de ladesigualdad social en general y los trabajosfeministas en particular, y el boom de laantropología del cuerpo marcarían entoncesun itinerario nada sorpresivo haciaconfigurar las emociones como un objetode atención privilegiado. La sociología sefijaría en las emociones a partir del últimocuarto del siglo pasado, obviando lasposiciones universalistas o esencialistaspara enfocar este objeto dentro del sentidoque les proveen las relaciones sociales,especialmente a partir del trabajo de

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Hochschild (1975) y su concepto de“emotion work”. Los sentimientos seconformaban en privilegiados campos decultura.El libro coordinado por Luisa Abad y JuanAntonio Flores recoge los resultados de laprimera reunión científica interdisciplinarcentrada de manera monográfica en elabordaje de las emociones y lossentimientos, con un papel protagonista delamor como objeto de estudio. El trágicoerror que señalaba Marlen Haushofer deconsiderar al amor como un asuntosecundario parece – al menos para lasciencias sociales- estar en vías de solucióny las monografías sobre este asunto semultiplican de un tiempo a esta parte. Nohace mucho que Jankowiak afirmaba sinambages que la antropología había ignoradoel fenómeno del amor romántico (1995:4),pero los últimos años parecen conducir acierto contexto de emergencia del amor.Las reglas de parentesco o institucionescomo el matrimonio han dado paso a unaatención creciente a la intersubjetividad delos sentimientos, a una arqueología deprocesos y estructuras a través del mundoemocional de los sujetos. Sin embargo, lasinvestigaciones en esta línea han sido muyescasas hasta hace no mucho tiempo enEspaña.El carácter pionero de este volumen loconvierte en una lectura imprescindiblepara acercarse al estado de la cuestión en elterritorio nacional. La selección y el ordende los trabajos presentados recibe lainevitable herencia multidisciplinar deaquella reunión científica, y los directoreshan estructurado la obra en cuatro grandesapartados: la parte central aborda lacuestión de las emociones y el amor desdela perspectiva de la antropología y lafilosofía, un segundo apartado que enfocaestas cuestiones desde una perspectivapsicoeducativa, una tercera desde la historiay la historia del arte y una últimaaproximación desde la literatura infantil.El carácter diverso de estos enfoques puedegenerar, en algún momento, una sensaciónde dispersión del objeto de análisis, aunqueno es menos cierto que este particularbarroco metodológico y epistemológicohabla también de ciertas incertidumbresactuales del género. Como antropólogo queescribe esta reseña en una revista

antropológica, dirigiré estas anotaciones ala parte central de este volumen.La diversidad de enfoques y metodologíaspropuestas es un hecho que se desprende deforma más que sorprendente de una primeralectura: se ha rastreado la cultura emocionalen productos culturales como las cartas deamor o los exvotos, en los diarios de campode los etnógrafos, en entrevistas enprofundidad o en grupos de discusión.Existe también cierta desigualdad en lacentralidad de las emociones en las diversasinvestigaciones, mientras algunos trabajosse han centrado en las emociones ysentimientos de forma prioritaria, otros senutren de reflexiones a posteriori sobreinvestigaciones más generalistas.El libro se abre con un texto de Díaz deViana que recopila diversas narraciones de“etnografías del paraíso”, reflejos delempeño de diversas tradiciones por fijaresos espacios tras la muerte con lapresencia ineludible de las emociones. Elcorrelato inmediato es la necesidad deubicar la emotividad como base central dela condición humana, un rasgo inevitable delas relaciones afectivas de unos cuerpos conotros.El texto de López García nos invita a lareflexión sobre los problemas de lametodología etnográfica al adentrarse enespacios tan particulares como el del amorde pareja. Frente a la tradición de lostrabajos comparativos –y sus insuficiencias-el autor ensaya una mirada particularista através del privilegiado acceso a la intimidadnegada al etnógrafo que constituyen lascartas de amor, que son entonces más quemeros “informes de ausencias”, sinopensamientos encarnados que se plasmanen papel. Luisa Abad propone también uncamino original y alternativo en el análisisde la cultura emocional en Castilla LaMancha, a través del abordaje del fenómenovotivo. Las lógicas sociales ancladas en elmiedo, la incertidumbre, el sufrimiento,pero también la satisfacción o la alegría sevislumbran a través de los exvotos, suscaracterísticas, los motivos que losdesencadenan, aquellos que los ofrecen. Porsu parte, Olga Díez nos propone unacercamiento a los sentimientos de la mujerconquense en la sociedad tradicional através de entrevistas en profundidad endiferentes escenarios del ciclo de vida.

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Dos textos ligan, de manera diversa, elanálisis o las intersecciones entreemociones y procesos de salud yenfermedad. Lourdes López retoma uno delos clásicos síndromes de filiación cultural,el mal de ojo, revisado bajo la premisa de“emociones que enferman”. Por su parte,María Jesús Sánchez se acerca a lapresencia de las emociones en el particularproceso de “embodiment” de adolescentesdiagnosticadas de anorexia nerviosa. Estetexto ofrece un modelo alternativo a lasnarraciones biomédicas, al considerar loque denomina “proceso de restricción” a laluz de las relaciones de poder y losprocesos de construcción de unadeterminada subjetividad.Sergio García nos adentra en el contextosocial y los procesos de circulación de losdiscursos sobre el miedo en Carabanchel,en una cartografía urbana que huye delesencialismo emocional al ubicar laexpresividad de los sentimientos y lasrepresentaciones sociales de los sujetos y surelación con sus trayectorias de podersocial. Juan Antonio Flores y Rafael DíazMaderuelo escriben a dos manos unsugerente texto que recoge la tradicióniniciada por las posiciones de RenatoRosaldo (1984, 1989) sobre el carácterexplicativo y el potencial heurístico de lasemociones en el proceso etnográfico.Partiendo desde el desdén positivistade Levi Strauss por todo lo que huele –osienta- a emoción, nos ofrecen fragmentosde su trabajo de campo en Veracruz yRecife que siguen una alternativa“experiencialista” que acaba resultandocrucial para el análisis de la realidad social.El mercadeo de hechos y emociones debeentonces revisar sus cotizaciones y ellenguaje del etnógrafo en el campo debeabrirse a la sintaxis de la emoción, a losaperos del sentimiento, un recurso hoyinevitable en el esfuerzo por lainterpretación cultural.Los dos últimos textos se agrupan por elinterés en abordar a través de las emociones–el amor de forma más particular- lasestructuras y procesos que operan en lasdesigualdades de género. Beatriz Muñozafronta el análisis de la introducción de losnuevos discursos sobre la intimidad y lasrelaciones de pareja a través de lasnarraciones de un grupo de mujeres obreras

del ámbito rural. Al hilo de las experienciasde aquellas, la autora aborda las ideologíasque sustentan el universo emocional,atravesado por las posiciones de génerorespecto al poder. Por su parte, elclarificador texto de Mari Luz Estebanpersigue trabajar conceptualmente en lasdefiniciones y objetivos de unaantropología del amor que incorpore latradición de los estudios feministas, lateoría del género y un caráctertransformador de la realidad social. A partirde los trabajos sobre la teoría de la prácticay la antropología del cuerpo, las prácticasamorosas se afincan entonces en el cuerpo yconstituyen un objeto privilegiado para elanálisis de las asimetrías y desigualdadessociales, pero también de sutransformación. La lectura de estos dostrabajos obliga a resaltar aquí un hecho algomás que curioso en esta obra: la mayorparte de los trabajos se centra en materialesempíricos producidos con mujeres yfocalizan de manera desigual emociones ygénero, una asimetría metodológica quedebe ser revisada en el futuro enplanteamientos que no esencialicen,tampoco, las versiones emocionales de lamasculinidad contemporáneaComo antes señalaba, la densidad deenfoques, metodologías, planteamientospueden, en un primer momento, desorientaral lector, pero el volumen ofrece laposibilidad y la necesidad de generar undebate creciente en torno a las emocionesen general y el amor en particular –supotencial analítico, sus problemasmetodológicos o las propuestas deresolución- como objeto de las disciplinassociales, un compendio ineludible para losque decidan abordar este objeto de estudiodesde una perspectiva sociológica oantropológica.

LORENZO MARIANO JUÁREZUCLM

Reseña aparecida en AIBRRevista de AntropologíaIberoamericana