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c / t t t a < ^ \ / [ o n t a ñ a

A L G U N V E R A N OOfcwvc

Este viaje tuvo lugar hace casi un año, durante Ju lio del 94, y lo c o n ta m o s a h o ra con la sana

intención de animar a la gente del club a realizarlo o por lo menos a dar una idea delo que se puede hacer en verano.

Nuestra intención era pasar unas vaca­ciones en las que pudiéram os conjugar nuestro hobby preferido "la montaña" (la alta montaña) con las ganas de conocer lugares nuevos y visitar sitios tan intere­san tes h is tó rica y cu ltu ra lm e n te com o Florencia, Pisa y Venecia.

Con esta idea en la mente la decisión fue fác il: la m itad de las vacaciones en Alpes subiendo montañas y la otra mitad en el N orte de Ita lia "cu ltu rizándonos . Como en casi todas nuestras salidas nos trazamos un plan de viaje muy apretado en el que planteábamos hacer muchas cosas, tanto en uno como en otro sentido, pero con objetivos principales muy claros. En cuanto a cumbres el MONT BLANC y en cuanto a lugares Florencia y Venecia; los dem ás o b je tiv o s se re a liza ría n según transcurrieran las circunstancias (tiempo,

2

a ^ M o n t a ñ a

dinero, etc.).Nuestra salida hacia Alpes tuvo lugar

el 2 de Julio desde Durango. Después de un agotador viaje de 1 . 1 0 0 km. y 1 2 horas llegam os a CHAMONIX, pueblo rey del a lp in ism o y base para m uchas de las grandes aventuras alpinas, nada más lle­ga r, v is ita a l pu e b lo y v is ta z o a "la METEO " (jun to a la casa de G uías de Chamonix). Nuestra intención era aprove­char el primer espacio de buen tiempo que tuviéram os para subir, aclimatarnos a la altura y sin más demora, atacar el Mont Blanc.

(Conviene decir que previo a este viaje es conveniente realizar varias salidas al Pirineo para que después de conseguidos unos cuantos tres miles, nuestro cuerpo se vaya acostumbrando a la altura y sobre todo, al esfuerzo).

El caso fué que la meteo dio prediccio­nes favorables para los siguientes días 3,4, 5 y 6 , por lo que el día 3 cogimos el pri­mer te le fé rico en C ham onix (1.050 m.) hacia Alguille du Midi (3.842 m.), el que sale a las 7:00 A.M., lo que supone estar en la cola desde las 6:00 A.M. ¿Que por qué tan temprano?, pues porque nuestra intención era ascender en ese día al Mont B lanc du Tacu l (4 .248 m.) y después, plantar la tienda en el Vallée Blanche para pasar la noche a una altitud aproximada de 3.600 m. y de esta forma, aclimatarnos a la altura.

La subida al Mont Blanc du Tacul es muy sencilla, técnicamente; tan sólo cabe destacar que, según la época, puede exis­tir alguna grieta que además suele estar equipada y es fácilmente sorteable. Desde el Vallée Blanche hasta la cima, se tarda

aproximadamente 2:30 horas. No se debe estar mucho tiempo en la cima, pues sus 4.248 m. se notan y más si, como noso­tros, permaneces más de una hora en la cum bre, pues la sensación de mareo y e m b o ta m ie n to m en ta l e m p ie za a se r patente y tomar la decisión de bajar es lo mejor. Subir en una jornada desde 1.000 m. a 4.200 m., es un buen test físico.

El regreso al Vallée Blanche se realiza a primeras horas de la tarde, con lo que se tiene todo el resto de la misma para disfru­tar del magnífico escenario que nos rodea, los grandes Jorases, el Dent du Géant, los corredores y goulottes del Mont Blanc du Tacul, las paredes rocosas de Aiguille du Midi y como no, al fondo hacia el sur, el majestuoso Mont Blanc.

Durante la noche, se tienen los típicos dolores de cabeza como consecuencia de la altitud, pero que normalmente, deberían remitir después de un buen sueño y un par de aspirinas.

Al día siguiente, nos levantam os sin mucha prisa para perm anecer el mayor tiempo posible en altura y cogimos el tele­férico de descenso a Chamonix, a media tarde. Al llegar al pueblo, de nuevo vistazo a la meteo y comprobación de que el buen tiempo seguiría.

El d ía 5 to c ó m a d ru g a r y desde Chamonix, nos dirigimos en coche hasta SAINT-G ERVAIS , para tom ar el prim er tren crem allera que nos dejaría en NID D'AIGLE (2.386 m.), lugar donde comien­za la ascensión al Mont Blanc. El recorrido es realmente precioso y merece la pena hacerlo sólo por las vistas de las que se puede disfrutar. Una vez en Nid d'Aigle y junto con aproximadamente otras 50 per­

k.

a ^ M o n t a ñ a

sonas, in ic iam os la ascensión hacia el refugio de Goüter (3.817 m.). El inicio del cam ino es pedregoso, pero claro y muy fácil de seguir. Después de unas 2 horas llegamos a la altura del refugio de Tête Rousse (3.167 m.), pero lo dejamos a un lado y segu im os sub iendo (ex is te otra alternativa a la aclimatación que nosotros hicimos y es la de subir al Mont Blanc en tres jornadas, pernoctando la primera de ellas en este refugio; pero de la forma en que n o s o tro s la lle va m o s a cabo , se asciende una cumbre más y se cambia de paisaje, conociendo el Vallée Blanche).

Sobre los 3.300 m., nos encontramos con el paso más complicado de la ascen­sión y no precisamente por su dificultad técnica, sino por la continua cáida de pie­dras que se produce. Nuestro paso fue bastante complicado, pues el día era muy caluroso y con mucho viento, lo que facili­taba la caída de piedras. De hecho, poco antes de pasar nosotros habían tenido lugar dos accidentes.

Una vez sorteado este paso, la subida sigue entre piedras con tramos en los cua­les hay que trepar. La llegada al refugio de Goûter es algo después del medio día, pues la ascensión viene a durar aproxima­damente 5 horas. Allí descanso, un buen avituallamiento y en cuanto sea posible a la litera, mesa, suelo o el rincón que se pueda coger para dormir (conviene reser­var sitio con antelación).

La jornada siguiente com ienza a las 2:00 a.m. Con la cara som nolienta y el cuerpo todavía entumecido, desayunamos fuerte y sobre las 2:45 a.m. y bien abriga­dos, in iciam os la ascensión. La primera parte de la marcha es muy bonita y senci­

lla, el camino viene indicado por las huellas de otros montañeros que han salido antes que nosotros y a los cuales podemos dis­tinguir por los juegos de luces que produ­cen sus fron ta les ; es como un baile de luciérnagas en la oscuridad, como un fir­mamento que correteara por la superficie helada de la montaña. Con la mente ocu­pada en diseñar constelaciones, llegamos a la cima del Dome du Goüter (4.304 m.); eran ya las 5:00 a.m. y las s ilue tas del Alguille du Midi, Mont Blanc du Tacul, Mont Maudit, etc. empezaban a recortarse hacia el N oroeste . D esde aquí nos d irig im os hacia el refugio Vallot (4.362 m.) donde hacem os una parada para descansar y comer algo. Cuando salimos de nuevo, la cima del Mont Blanc ya comienza a intuirse sobre nuestras cabezas. Superamos Los Bosses, primero el grande (aunque más bajo) con sus 4.513 m. y posteriormente el pequeño de 4.547 m. y nos dejamos impre­sionar por la magnífica arista cimera que en poco tiem po nos llevará a la cumbre (7:45 a.m.). En ese instante, nos sale sola la frase de guerra tantas veces repetida en las ascens iones a los tres m iles con el Club, "LORTU DUGU", sí, lo hemos conse­guido estamos en la cima del Mont Blanc (4.807 m.) y tenem os a nuestros pies a casi toda Europa. Todo el macizo monta­ñoso del Mont Blanc se confunde con el cielo que está de un color entre rojo y rosa, precioso. Junto a nosotros, una expedición sueca que celebra su llegada a la cima nos pide que les saquem os unas fotos y por supuesto, se produce el ritual de intercam­bios de cámaras de fotos, saludos y felici­taciones.

Disfrutamos de unos momentos sensa­

4

< # t t a ^ M o n t a ñ a

cionales que com pensan con creces el esfuerzo de la ascensión.

De todas maneras, no nos podemos relajar todavía, pues queda toda la bajada y ya suponem os que ésta será la rga. Tanto es así, que cruzaremos la parte final del glaciar de Bossons al filo del mediodía con la n ieve ya muy b landa y con los puentes de nieve rompiéndose bajo nues­tros pies. Como ya os habréis imaginado, nuestra ruta de descenso siguió en toda su longitud el Glaciar de Bossons, con lo que al no pasar de nuevo por el refugio de Goüter, llevamos a la cima todos los bártu­los (si la idea es bajar por el mismo cami­no de subida, se puede dejar en el refugio, todo lo que no nos sea necesario para ascender, saco y demás bultos y recoger­los a la bajada).

Nuestra ruta de descenso se desvía de l ca m in o de asce n so en el re fu g io Vallot. Desde éste se encara el glaciar de Bossons y a través de sus platos se llega al refugio les Grands Mulets (3.057 m.) y desde aquí, en aprox im adam ente otra hora y media, nos ponemos en Plan de l'A iguille (2.310 m.), estación intermedia del teleférico de Aiguille du Midi. Tiempo total de la bajada 5 horas. El teleférico nos dejará de nuevo en Chamonix, por lo que si como hicimos nosotros, se deja el coche en Saint-Gervais, tendréis que tom ar el fe rro c a rr il nac iona l fra n cé s (SN C F) o hacer autostop, para ir a recogerlo.

El día siguiente, nos lo tom amos de relax, visita a Ginebra (Suiza) para lo cual es necesario el pasaporte, y también visita a Annecy, precioso pueblo al que denomi­nan "la Venecia francesa" debido a la infi­nidad de canales que tiene. Merece la

pena una visita tanto al pueblo, como al lago del mismo nombre.

El día 8 , ya de vuelta en Chamonix, lo pasamos en el Glaciar de la Mer de Glace, donde estuvimos gozando en sus magnífi­cas grietas de hielo practicando con los piolets y los crampones. Para acceder a este g la c ia r se sue le coger el tren de Montenvers y después, mediante un tele­férico o bien por un pequeño sendero, se llega hasta él.

Esa misma tarde, tuvimos la grata sor­presa de encontrarnos en Chamonix con tres am igos del Tabira, PEDRO, ENR I­QUE y S AN TI, que ten ían tam b ié n la intención de ascender al Mont Blanc, cosa que conseguirían en los siguientes días. Mencionaremos aquí, que su aclimatación a la altura, la llevaron a cabo en Suiza, ascendiendo el ALLALINHORN (4.027 m.) subida que podéis encontrar en el número 101 de KATAZKA (3 - 1994).

Al día siguiente, pasamos a la vertiente ita liana de los A lpes y después de un vivac a 2.800 m. (en las inmediaciones del re fug io V itto rio Em anuelle) coronam os también las dos puntas del monte Gran Paraíso (4.061 m.), con lo que dimos por concluida la parte montañera de nuestras vacaciones y en los siguientes días, hasta el 2 1 de julio, nos dedicamos a recorrer diferentes ciudades del norte de Italia tales como Pisa, Florencia, Venecia, Verana o Milán.

Con la esperanza de que esto os sirva alguna vez de ayuda en vuestra vacacio­nes os dejamos hasta la siguiente.

IDURRE GARCIA -------------------------------- TXEMA MARTIN

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s u t u r a

L A S C A N A R IA S5Nempre había asociado este nom­

bre con tu r is ta s , re s ta u ra n te s , hoteles, d isco tecas... y por qué

no, con la hora menos; pero dentro de mí, sentía la necesidad de desm itificar todo esto. Sabía que el turismo no podía haber acabado con tantos siglos de vida en soli­tario.

Con estos pensam ientos me em bar­qué, junto con mi am igo Juan, rumbo a T ene rife . Nos esperaban dos "co rtas" semanas para poder aclarar mis dudas".

El vuelo apenas duró tres horas. Lo primero que hicimos, fue quitarnos la ropa de más que teníamos puesta; y es que... ¡Estábamos en el trapico!

Desde el principio, nuestra ¡dea había

sido la de recorrer, lo mejor posible, las Islas de Gomera y El Hierro, dejando tres o cuatro días, para subir a la cima de El Teide y cami­nar, por alguno de sus senderos.

Esto significaba, que no podíamos per­der el tiempo; así que, tras cargar nues­tras mochilas, nos encaminarnos al Puerto de los C ris tia n o s , pa ra co g e r el fe rry rumbo a La Gomera.

El viaje, por las ya aguas del Océano A tlán tico , fue co rto y tranqu ilo . S iendo amenizado por los delfines que, de vez en cuando, surgían de las aguas.

En San S e b a s tiá n , C a p ita l de La G om era, a lquilarnos una habitación, ya que iba a ser la base para nuestros reco­rridos.

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GOMERAEsta es una isla que se puede recorrer

perfectamente andando, debido a la multi­tud de antiguos caminos rurales que la atraviesan de norte a sur y de este a oeste. Esto permite al visitante descubrir los mil y un secretos que esconde la isla.

La geografía de Gomera está constitui­da por una m eseta central: El Parque Nacional de Garojanary, y en cuyos alre­dedores se encuentra el punto mas alto de la isla: El Pico Garojanay de 1.487 m.

Desde esta meseta, el terreno se vuel­ve árido y abrupto, conformando multitud de barrancos junto al mar.

A la hora de hablar de Gomera, no lo voy a hacer detallando cada día, como sucederá con El Hierro y la ascensión al Teide; sino que haré una descripción general de sus paisajes. Esto es conve­niente por la semejanza entre los diferen­tes lugares y de este modo se evitan las repeticiones.

Los caminos que recorrimos eran muy variados: Pistas, sendas, carreteras... pero sobre todo, yo destacaría los viejos cami­nos empedrados, a modo de pequeñas calzadas, que enlazan toda la isla. Esta es una obra de un gran mérito, teniendo en cuenta lo difícil del terreno por el que han sido realizadas.

El terreno, salvo la parte central, es bastante árido y pedregoso, sin apenas vegetación y con constantes subidas y bajadas.

Caminando, frecuentemente, encontra­mos los restos de pasadas erupciones lo que denota el origen volcánico de la isla, así como de antiguos poblados, deshabi­tados ya, por sus pobladores.

Con todo esto, podría pensarse que el paisaje era desolador, pero nada mas

lejos de la realidad: Todo era bello; y la soledad en la que estaba, no hacía sino resaltar más aún esa belleza.

El P. N. De Garojanay es el contraste a la aridez del resto de la isla, sorprendien­do por la abundante vegetación que lo compone.

El Parque se puede recorrer en un día, perfectamente, debido a sus pequeñas dimensiones; aunque yo quisiera resaltar dos excursiones: La 1a, al Pico Garojanay, máxima cima de la isla. La 2-, la senda que atraviesa el bosque del cedro siguien­do el curso de un rio. Aquí podremos apre­ciar la variada vegetación que compone este lugar; sobre todo, los bosques de lau- risilva, auténtica reliquia del pasado, y también los de brezal.

Como podéis apreciar, no he escrito mucho de esta esla, limitándome a descri­birla brevemente. Esto lo hago por no haberla visto y conocido en su totalidad, por lo que he creído que lo mejor es espe­rar a conocerla bien y en profundidad. Antes de hablar con mas detalles, sobre ella. Osea que habrá que esperar a que vuelva a visitarla, disponer de más infor­mación, o animaros vosotros mismos a visitarla.

HIERROTras haber recorrido una buena parte

de Gomera, nos encaminemos o, mejor embarquemos hacia la pequeña y miste­riosa Isla de El Hierro.

Y, si Gomera nos resultó sorprendente, El Hierro fue especial. Allí la paz y la tran­quilidad se apoderan de uno. La diversi­dad de paisajes es tal, que uno no puede más que estar continuamente maravillado de lo que descubre a cada paso.

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c /j- u m t i n a

ISLA DEE EL HIERRO

s FARO Ot GRCHiuh

▲

PUEBLOS

PUNTO DE INTERES

MIRADOR

MONTAÑA

_ CARRETERA

. _ . SENDEROS Y RUTAS RECORRIDAS

Lo apartado de esta isla, considerada hace siglos como el fin del mundo conoci­do, ha hecho que no sea un destino fre­cuente para los turistas, lo que ha permiti­do que conserve su identidad, sin apenas cambios.

Quisiera destacar la amabilidad, hospi­talidad y generosidad de los herreños. Puede que esto sea lo que mejor recuerdo le deja a uno, de su paso por la isla.

Al igual que Gomera, El Hierro es una isla que se puede recorrer enteramente caminando; mejor dicho: es una isla que yo recomendaría hacer andando.

Tras esta pequeña ala­banza de la isla, me detendré en explicaros cu áles fueron nuestros recorridos.

PRIM ER DIADesde Valverde, Capi­

tal de El Hierro, tomamos un autobús (Cuagua para los isleños) hasta Cuaza- roca; a partir de aquí, co­menzamos a caminar con la idea de llegar al Faro de Orchilla, en el otro extre­mo de la isla.

Al principio, la ruta transcurrió entre verdes prados, sep arad o s por muros de piedras, algunos de ellos, con ovejas en su interior. Esto, junto con la bruma que había, nos record ab a a E sco cia o Irlanda.

A medio día, llegamos al Mirador de Jinama, un lugar perfecto para con­templar el Valle del Golfo.

Este valle está formado por los restos del cráter de un enorme volcán que formó la isla. Sus paredes alcanzan, en algunos puntos, los 1.000 m. de longitud; lo que provoca que las nubes, forzadas por los vientos aliseos, no puedan superar esta barrera, teniendo que dejar su humedad, en las laderas del valle, originando así un espeso bosque.

Dejando atrás el mirador, al que días mas tarde volveríamos, encam inam os nuestros pasos hacia el Pico Malpaso (1.500 m.), el punto mas alto de la isla.

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Ibamos casi a la par de las grandes cimas Herreñas; por entre grandes exten­siones de pino canario.

Ascendimos al pico sin ninguna dificul­tad, aunque debido a la niebla que había en la cumbre, no pudimos divisar nada. Casi seguido, comenzamos a descender para dirigirnos al Faro de Orchilla.

La intensa niebla, movida a ráfagas por el viento, daba a los bosques de lauri- silva un aspecto enigmático; la vegetación iba desapareciendo a medida que descen­díamos, mientras, a lo lejos, iban surgien­do las siluetas de viejos conos volcánicos.

Como el día había sido pródigo en "aventuras", el final no pudo ser menos; y así, en un cruce de caminos, cogimos el equivocado, andando en sentido contrario unos cuantos kilómetros.

Con la noche ya encima, tuvimos que retroceder sobre nuestros pasos hasta el cruce y desde allí, tomar la otra dirección "Quien sabe hacia donde".

Al cabo de andar un rato, vimos la silueta de una iglesia: El Santuario de Nuestra Señora de los Reyes.

Como estábamos bastante cansados, decidimos quedarnos a dormir en él; para ello, buscamos un sitio que nos protegiera del intenso viento que hacía. Descubrimos un refugio para peregrinos junto a la igle­sia: "Allí nos quedaríamos".

Cenamos frugalmente a la luz de unas velas, y con el sonido del viento golpean­do en nuestra puerta, nos dormimos hasta el día siguiente.

SEG U N D O DIAEl día amaneció radiante, con el mar a

lo lejos, inmenso y azulado. Repuestos del día anterior y tras un "copioso" desayuno (una manzana a medias) continuamos

c / j - v z n t u z a

rumbo al Faro de Orchilla.El paisaje era, ahora, completamente

volcánico: Lavas solidificadas, conos vol­cánicos... casi como estar en la luna.

Tras casi dos horas, llegamos al famo­so Faro. Considerado el fin del mundo hasta el descubrimiento de América. Allí permanecimos un buen rato, contemplan­do las brillantes ag u as del océan o Atlántico: en aquel momento parecía que eramos los únicos habitantes de la isla... o del mundo ¿Porqué no?

Con todo el día por delante, encamina­mos nuestros pasos hacia el oeste de la isla. Lo mas destacado de esta zona es la Dehesa: llanadas usadas antiguamente como pasto por los pastores, y el Sabinal: un bosque de Sabinas de formas variadas, producto de la acción del viento.

Luego el camino empezó a descender hacia la costa. El viento era muy fuerte, casi nos impedía andar. La carretera apa­recía sembrada de rocas que caían de las laderas del Golfo. ¡Qué maravilla, verdad! Bueno, hay que saber aceptar las "derro­tas".

Continuo: La costa se nos mostraba agreste, salvaje, mientras el mar embrave­cido, golpeándola, la desafiaba a la lucha; una lucha de miles de años y con un claro vencedor.

Con nubes en el cielo, llegamos a la civilización, nombre dado en este caso al pequeño y balneárico pueblo de Sabinosa. Anduvimos mirando por entre las calles para ver si encontrábamos un bar o una tienda, en dónde saciar nuestra hambre y sed ; pero fue inútil: no había nada. Seguimos, entonces, por la carretera de la costa, rodeados de plantaciones de vides y plátanos, hasta Frontera: el mayor pue­blo de esta zona, y lugar en el que daría­

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mos por terminado el día.

TERCER DIALo primero que hicimos, fue desayunar

"como Dios manda": Café, bollos y zumo de naranja. Además, íbamos a necesitar energías puesto que nos esperaba la subi­da al Mirador de Jinama. Esta es una de las excursiones mas bonitas y expectacu- lares, por no decir la que mas, de la isla.

Se trata de una senda que sale de Frontera y va ascendiendo, suavemente, por las laderas de El Golfo, para acabar en el Mirador de Jinama. Resulta sorpren­dente, comprobar como puede haber un camino entre unas paredes verticales, cubiertas de una espesa vegetación, pero asi es; uno camina sobre viejas piedras, pulidas por los pies que las han atravesa­do durante siglos.

Y si el día anterior transcurría, en su mayor parte, por zonas casi desérticas, hoy nos veíamos rodeados de plantas. ¿Quién da mas?

Los 3,5 km. de subida se hacen sin dificultad; parece como si sus constructo­res lo hubiesen preparado, de forma que pudiésemos apreciar la belleza del recorri­do, sin cansarnos: toda una maravilla, de verdad.

Llegados al Mirador, continuam os hasta Valverde: unas veces por carretera, otras por los antiguos caminos vecinales. Todo ello está enclavado en la llamada: Meseta de Nisdafe; una zona agreste por su vegetación y por los escarpados picos que la forman, y a la que la niebla da un cierto aire de misterio.

En Valverde dejamos nuestras mochi­las en una pensión y nos fuimos al Mirador de la Peña a tomar otra senda que iba desde la cima de el Golfo hasta la costa.

Es una ruta interesante, aunque menos que la de Jinama, siendo lo mas destaca- ble las amplias vistas que se tienen del Golfo y de la isla; también, la e sc a sa vegetación que ostenta, en comparación con Jinama. Una vez en la costa, nos fui­mos, a dedo, al pueblo de San Andrés, con la idea de ver el lugar donde se encontraba el árbol sagrad o de los Bimbaches (un pueblo que habitó la isla) o Garoe. Este árbol, tenía la particularidad de guardar el gua de las nieblas; este agua se condensaba en gotas, que luego caían, alm acenándose en unos hoyos abiertos en el suelo, de donde se recogía para su uso.

Pero debido a que estaba anochecien­do y a la intensa niebla, no pudimos llegar a verlo, quedándonos con las ganas. Con este pequeño fracaso a cuestas regresa­mos a Valverde para ver la cabalgata de los Reyes Magos (era 6 de Enero).

CUARTO DIAEste iba a ser nuestro último día en El

Hierro, por lo que quisimos aprovecharlo al máximo, para los cual trazamos un plan con lo sitios mas interesantes que nos fal­taban por conocer. El primer lugar fue un pequeño pueblo de p e sca d o re s : La Restinga, situado en el otro extremo de la isla. El recorrido nos permitió apreciar con claridad los diferentes paisajes de la isla, puesto que pasamos por prados, espesos bosques, campos de lava...

De La Restinga cabe d estacar sus pescados, el pequeño puerto, su playa de arena fina y negra y, sobre todo, su tran­quilidad.

Visitado el pueblo, nos fuimos a los Lajiales para ver las variadas y espectacu­lares formas que adopta la lava al petrifi-

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estoy seguro de que me lo agradecerán.carse.Seguido, partimos al pueblo de Isora.

De allí, tomamos una senda empedrada, que nos condujo hasta la playa del Roque de la Bonanza. Este era nuestro último objetivo: Conocer la parte este de la isla... y ya estaba hecho.

Mientras caminabamos por la carretera de la costa, una pareja de amigos, a los que habíamos conocido al llegar a El Hierro, nos pararon, invitándonos a subir a su coch e; con ellos nos fuimos hasta Valverde, comentando los encantos de la isla.

Mas tarde recogimos nuestras mochi­las de la pensión y nos dirigimos al puerto para coger el barco que nos llevaría a Tenerife.

Para acabar, destacaría que esta es una isla que merece la pena visitarla y si se animan, piérdanse por sus caminos;

PARQUE NACIONAL LAS CAÑADAS DEL TEIDE

Vueltos ya, de nuestro periplo por las Islas de Gomera y El Hierro, iniciamos la visita a este Parque Nacional, con la ilu- sión-intencíón de ascender a la cima de El Teide: Techo Canario y Peninsular con sus 3.718 m. "Esto se ría un buen punto final para nuestras vacaciones".

Antes de relatar la subida, quisiera describir este lugar. El parque, no es más ni menos que el cráter hundido de un enorme y antiguo volcán; su interior está formado por dos gigantescas calderas, de las cuales brotaron despues otros conos volcánicos y uno de ellos fue El Teide.

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Este volcán está aun formándose, y es el resultado de la superposición de varios volcanes.

Bordeando las paredes del parque, encontramos unas llanuras, denominadas cañadas y que antiguamente eran utiliza­das por los pastores guanches, cuando subían sus rebaños de la costa, al llegar el verano, para abastecerlos de pastos fres­cos.

Ahora, algunos de ellos, se usan como itinerarios para la gente que visita el par­que.

ASC ENSIO N AL TEIDETenemos tres opciones para hacerlo:

Coger el teleférico que nos situara a 3.600 m.); ir por la pista de la Montaña Blanca (la mas utilizada por los que suben andan­do); o ir por el camino viejo: esta era la senda que se usaba antiguamente (antes de construir el teleférico) para subir al Teide.

Nosotros elegimos esta última opción, por considerar que era la mas atractiva... y por que no, la correcta.

Se sale o, salimos desde el Centro de Información de El Portillo (2.000 m.); al principio fuimos por una buena pista, que al cabo de unos dos kilómetros debimos abandonar para tomar la senda de "El camino viejo", marcada por un cúmulo de piedras.

El día era de un azul intenso, lo que realzaba aún más, el paisaje y su gran variedad de colores. El suelo que pisába­mos estaba formado por miles de peque­ñas piedras volcánicas, desgastadas por el sol, el frió, el viento... La vegetación era escasa: formada por unos cuantos arbus­tos de frágil apariencia.

Había una gran belleza y magnetismo

en todo lo que teníamos a nuestro alrede­dor. ¿Y qué era? Aridez, campos de lavas, restos volcánicos... Alguien podría pensar que era desolador pero aunque esto es cierto, uno no puede más que sentirse poseído por todo ello; especialmente por la silueta de El Teide, que se yergue majestuosa ante nosotros, como dicíéndo- nos: yo soy el dueño y señor de todo esto. Respétalo.

Fuimos subiendo lentamente por la senda: "No hay prisa”. Además, así nos adaptamos progresivamente a la altura aunque con lo que habíamos caminado anteriormente, no creíamos tener proble­mas.

A los 2.600 m. conectamos con la pista que sube hasta el Mirador de Montaña Blanca. Seguimos su curso durante casi un kilómetro, y luego la abandonamos para retornar a la antigua senda. Un poco mas arriba, encontramos unas enormes piedras dispersas por el terreno: Eran "bombas" que el volcán había lanzado durante alguna erupción.

Por doquier se distinguían y aprecia­ban las diferentes coladas de lava solidifi­cada: unas rojas, otras oscuras, otras negras,...

Sobre los 3.000 m. un cartel nos seña­ló la dirección hacia el Refugio de AltaVista (3.250 m.). La senda discurría, en zigzag, por una empinada ladera, lo que nos hizo tomarla con calma y pausadamente. De vez en cuando, nos cruzamos con otros montañeros que descendían despues de haber hecho la cumbre: "Hola"... "Helio".

Al llegar al refugio, comprobamos que estaba cerrado (tal como nos habían dicho en El Portillo) asi que, nos tuvimos que instalar en una especie de "chabola" que había junto al refugio, haciendo las funcio­

12 Kdfcazka

nes de éste cuando permanece cerrado pero se encontraba en muy precarias con­diciones.

En principio, nuestra idea fue la de per­noctar en el refugio y, al día siguiente, levantarnos temprano para ver amanecer desde la cumbre... pero, las ganas pudie­ron con la paciencia, lanzándonos a reco­rrer los, apenas, 2 kms. que nos separa­ban de la cima de El Teide. Cada paso que dábamos, hacía aumentar nuestra excitación: "Ya queda menos". Llegamos al teleférico, lo pasam os y cogimos el camino de losas que nos conducía a la cumbre; apenas eran 100 m... "Está ahí... tan c e r c a ... un último esfu erzo ...! Lo hemos conseguido. Estamos arriba!

Descansamos felices, observando el inmenso paisaje que teníamos a nuestro alcance; se estaba tan bien allá arriba. Sentados y en silencio, permanecimos un buen rato; queríamos disfrutar de ese momento en la intimidad de cada uno.

Al volver al refugio, nos encontramos con que teníamos otro compañero: Rali, un chico alemán.

Como al día siguiente íbamos a subir de nuevo, pero esta vez al am anecer, cenamos temprano, y seguido nos acosta­mos para poder levantarnos pronto.

A eso de las 5 h. de la mañana, sonó el despertador de Rali: "Maldita sea". Desayunamos bien y nos pusimos toda la ropa que traíamos (al menos yo, así lo hice); y venga, hacia arriba.

La noche apareció repleta de estrellas que ocupaban todo el cielo. Todo parecía dormido o, en silencio; solo nuestros pasos rompían este perfecto equilibrio. La luz de la linterna nos guiaba entre la oscu­

ridad de la noche; sabía por donde dirigir­nos. ¿Habrá estado antes aquí?

Todo era mágico, especial... Si, no podía ser de otra forma. Estábamos, allí, solos, caminando entre estrellas, puede que, incluso a lo lejos, nosotros también fuésemos otra.

No nos costó mucho llegar a la cum­bre, a pesar de haber tomado un camino diferente al de el día anterior. Tras felici­tarnos por haber llegado antes de la salida de el sol, nos sentamos como si fuese un cine, observando el lejano horizonte: la función iba a comenzar.

Sobre un mar de nubes, el cielo se fue llenando de colores: amarillo, naranja, azul claro y el azul oscuro de una noche que acaba. El viento soplaba con intensidad enfriando, aún más, nuestros ya helados cuerpos... pero ver amanecer desde 3.718 m., com pensaba cualquier sacrificio. Lentamente fue surgiendo el sol, llenando de vida todo el paisaje. En ese momento, fuimos unos privilegiados por haber con­templado semejante espectáculo.

Contentos por haber subido y visto amanecer desde El Teide, retornamos al refugio; una vez allí, preparamos nuestras mochilas y tras una última mirada, a las inmensas soledades que nos rodeaban, tomamos el camino de vuelta a El Portillo.

Pronto volveríamos al ajetreo de la ciu­dad, los coches, la gente... pero eso, ya era otra historia. Entonces, sin preocupa­ciones; solo queríamos disfrutar de nues­tros recuerdos.

FRAN CISCO JAVIER RO DR IG UEZ M ATEO

KdfcdzAa 13

c ^ ftta M o n t a ñ a

BOLIVIA 1 . 9 9 4

Sajama (6 .5 4 2 )

Urriko domeka gau bat zen, Frantfurtk- eko aireportuan lo egiten saiatzen ginen, baina ezinezkoa zitzaigun. Aide batetik lekua ez zen aproposena eta, beste bate­tik, urduritasuna nabari zen, urrengo goize- an Ameriketarako abioia hartu behar genuen.

Ameriketako hainbat aireportu bisitatu ondoren (Caracas, Bogota, Lima) azkenik La Paz-era heldu ginen goizeko ordu biak inguruan (hango ordua). Berriro aireportu batean lo egin behar, baina orain dena ezberdina zen. Bidai hau prestatzen hila- bete luze batzuk igaro ondoren, azkenean Bolivian ginen.

Gure asmoetariko bat SAJAMA mendia

Repartiendo el peso

igotea zen, baina argi genuen saiaketa bat bakarrik egingo genuela, hilabete bakar baterako joan ginelako eta gauza berri asko ikusteko asmoaz gainera. Sajama Boliviako mendirik altuena da 6.542 metro dituelarik. Txileko mugatik hurbil dagoen sumendi itzali bat da, eta kokaketa orogra- fiko honek oso zaila egiten du beragana hurbiltzea. Mendi ezagun bat ez denez ia erreferentzia barik joan ginen, non zegoen età zelakoa zen bere itxura bakarrik gene- kien.

Lehenengo egunetan aklimatazioari ekin genion La Paz inguruan: egun baten 5.000 metroko mendi ezezagun bat, hurrengoan Chacaltaya (5 .400) mendia

14 Ktffcazfa

a d V [ o n t a ñ a

munduko eski estazio altuena dagoen tokia. Aire falta nabaria zen, baina esan behar da oso mendi errazak zirela, eta oso gora autobusean edo kamiotan joan zite- keela. La Paz ere 3.500 eta 4.000 métro artean dagoenez eta kale guztiak aldapan daudenez, hoteletik urten bezain laster aklimatatzen ari ginen.

Egun batzuk La Paz-en igaro ondoren Sajamaruntz abiatu ginen. Il hordu autobu­sean 400 km. egiteko eta bitartean gauza berri asko ikusteko. Sajama herria 4.200 metrotara dago altiplanako mendebaldean, eta "gure" mendia bere gainean 2.300 métro gorago. Ez genuen inoiz ezer haun- diagorik ikusi,... eta gainera bera bakarrik zegoen, haunditasuna gehiago nabarmen- tzeko lelotuta eman genuen arratzalde guztia.

Hurrengo goizean asto txiki batzuk alo- katu eta KANPO BASEra (4.700) abiatu ginen, han mendiaren haunditasuna orain- dik ere nabariagoa zen. Dendak ipini, zer- bait jan, arratsalde guztia goruntz begira emon eta "ohera".

Bigarren egunean motxila handiegi ba- tzuekin goruntz abiatu ginen, gure asmoa KANPO ALTOra (5 .700) heltzea zen. Pisuak, altuerarekin batera, jota utzi gin- tuen. Eta, hau gutxi balitz. mendia harri soltez egindako izugarrizko malda bat zen, elurra oso urrin ikusten genuen. Hiru beherantza joan ziren bide erdia baino gehiago egin ondoren eta besteok han jarraitu genuen. Gau hori 5.500 métro inguruan egin genuen.

Hirugarren egunean pisu gehiena bertan itxi eta gorantza joan ginen orain- dik beste gau bat gorago egiteko asmoz. Nahiz eta piso gutxiagorekin ibili men­dia gero eta gogorragoa zen, kanteretako harri pilo horien antza hartzen zuen.

pauso bi segidan eta, zzziirrritttl, beheran­tza. Azkenik 6.000 metrotara heldu ginen. Hemen elurra hasten zen eta ibiltzea erre- zagoa izango zitzaigun. Hurrengo egunean saiatu behar ginen gailurrera hurbiltzen.

Baina gau hori ez genuen bat ere ondo igaro. Batak tripako minaz, bestea indar barik,... Ez geunden gorantza egiteko bezain ondo eta jaistea erabaki genuen. Egun guztia eman genuen CAMPO BASEra heltzeko, han lo egin eta hurrengo egunean herrirantza. Oraindik beste hiru aste genituen Boliviatik zehar ibiltzeko.

Ezln izan genuen mendi hau igo baina beste baterako gauza asko ikasi ditugu: pisua, aklimatazioa, altueraren eragina, eta abar. Mendi bat ez igotea inoiz ez da "fra- kaso" bat, mendia hor egongo da beste baterako eta zu esperientzia gehiagorekin itzuliko zara.

Bidai hau 1,994ko Urriko 9tik Azaroko 12ra egin genuen lurretako Txema Liona, Durangoko Roberto Iturralde, Javier Martínez de Musitu eta Andoni Solagaistua, eta Bilboko Aitor Urrutia eta Sorkunde Barruetak. Eskerrik beroenak Jaime Alonsori, emandako laguntza guztia- gatik.

.......... ■

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l 1

Regreso a La Paz. ¡400 km. por delante!

fá fca zkœ 15

¿E lc ju í J.E < ^ A / [ o n ta ñ a

A l p e s"ALTA RUTA

GLACIAR"

Panorámica del M ont Blanc 4.807 m. Inicio de la Alta Ruta

16 f\d frdzk.a

c ju í d s ^ M o n t a ñ a

Dicen que hay quién en el intento.......Nosotros nos organizamos, lo intenta­

mos y lo conseguimos.Por no disponer de la documentación

adecuada, solo reflejaremos un avance de esta hazaña deportiva, realizada en los ALPES, hace unas semanas.

Desde Bilbao y en compañía de Adolfo y Josefe, un viernes a las cinco de la tarde partíamos, vía GINEBRA, hacia CHAMO­NIX y a través de collados y glaciares, también ascendiendo a algunas cumbres, con toda la impedimenta de esquí, el lunes a las nueve y media de la noche, llegába­mos a ZERMATT.

En tan solo tres días, conseguimos cubrir una distancia en la que se emplea alrededor de una sem ana aproximada­

mente cuando se marcha a ritmo normal.La realización de esta travesía en tres

etapas tiene sus fórmulas, que en la próxi­ma revista o en otros medios de informa­ción expondremos al detalle, para que todo aquel que desee intentarlo, disponga de la documentación adecuada.

Esta Alta Ruta de esquí se inicia en el valle de CHAMONIX (Francia) ante la pre­sencia del Mont Blanc y transcurre por gla­ciares como, Argentiere, Saleina, Trient, Ecoul, Cheilon, Brenay y Arolla. En la ver­tiente italiana se atraviesa el Tsa de Tsan y por Tiefmatt y Smutt bajo las estribacio­nes del CERVINO, la travesía concluye allá en el lejano ZERMATT (Suiza).

--------------------------- IO SER RA BASAG UREN

Concluyendo la Alta Ruta, reverencia al Cervino 4.478 m.

Kdfcazka 17

x a u í í L a

Travesía_______________ BILBAO - MONTES CLAROS

SANTUARIO BEGOÑA

K i l K o r kREKALDE - ARRAIZ - ARTIGAS - ALONSOTEGI - SODUPE

e ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- *Oh. 1 h. 30 m. 2 h. 10 m. 3 h. 40 m.

SODUPE-ERMITA DE SAN PEDRO ZARIKETE-ERMITA SANTA ANA-BALMASEDA

Oh. 1 h. 35 m. 2 h. 3 h.

BALMASEDA - PANDOZALES - KOLITZA - ZALAMA - SAN PELAYO - AGÜERA ̂

0 h. 30 m. 1 h. 45 m. 5 h. 45 m. 6 h. 15 m. 6 h. 45 m.

AGUERA-ESPINOSA-Ntra. Sra. del REBOLLAR-CORNEJO-MONTE PAÑO-SANTELICES ̂

Oh. 1 h. 30 m. 3 h. 3 h. 30 m. 4 h. 30 m. 5 h. 30 m.

SANTELICES-SONCILLO-CILLERUELO de BEZANA_________ -_________ ARIJA

Oh. 1 h. 30 m. 2 h. 30 m. 4 h. 30 m.

Peregrinaje realizado en 6 días unien­do dos santuarios, el actual vizcaíno del s. XVI de Ntra. Sra. de Begoña (desde 1903 patrona de Vizcaya), y el cántabro de Ntra. Sra. de Montes Claros, situado en la Merindad de Campóo. Originariamente era una capilla preromànica del s. IX atendida por un ermitaño que se ha podido recupe­rar gracias a las excavaciones.

El actual monasterio lo llevan desde el s. XVII los dominicos, que mantienen una hospedería para descanso del cuerpo y enriquecimiento de la persona, abierta todo el año previa reserva al teléfono (942) 77 05 59.

La fiesta se celebra en septiembre, el domingo siguiente a la Natividad de la Virgen, aunque la más popular se celebra

18 Ktffcaz/ça

Ü 7 ¡z a ü E í L a

el último domingo de mayo, llamada "Fiesta de la Rosa".

La travesía es de unos 125 kilómetros, que he realizado en 6 etapas cortas de un día de fin de sem ana, combinando las comunicaciones de la zona y no utilizando coche, excepto la última etapa que tiene mala comunicación. Perfectamente pue­den juntarse dos etapas en una. El recorri­do permite hacerlo seguido, ya que se pasa por pueblos y es posible abastecerse o dormir cómodamente.

RECORRIDO :Salim os de B egoña, atravesam os

Bilbao por el puente de San Antón y por Rekalde subimos al barrio de Uretamendi. Aquí, por camino carretero alcanzamos el monte Arraiz y descendemos por el basu­rero de Artigas a Alonsótegi. Por carretera tenemos que llegar hasta la ermita de la Virgen de la Guía.

Junto a ella y por su izquierda sube una pista, que nos conduce al otro lado del valle a la antigua via férrea de La Robla, la cual seguimos hasta Sodupe (se da la curiosidad de que hay 'h kilómetro que pertenece a Alava). Ahora caminare­mos por carreterilla junto al río y por su margen derecha. Cuando se acabe, habrá que empalmar con la antigua vía del tren y con pista asfaltada, que al final nos saca a la carretera general.

En el Ayuntamiento de Güeñes segui­mos por la carretera a Zalla-Aranguren- ermita de San Pedro Zarikete.

Al llegar a la estación de Ibarra, se continua por detrás de la misma por pista

asfaltada, pasando por el área recreativa, ermita de Santa Ana. Por senda camina­mos junto al canal de la central eléctrica hasta el barrio de La Herrera. Aquí segui­mos por la vieja ca rre te ra hasta B alm aseda, y se sube al barrio de Pandozales. Después cogemos el camino de la derecha con marcas de sendero de gran recorrido hasta la ermita del Kolitza, desde donde por senda y pistas llegamos hasta el monte Zalama. Descendemos por pista hasta el pueblecito de San Pelayo y por carretera a Agüera. Allí cogemos la carretera a Noceco, que suele tener poco tráfico, y la seguimos hsta el paso a nivel de Espinosa. En este paso continuamos por la vía de La Robla, con cuidado del algún tren transportando arena de Arija. Junto a la Iglesia de Quintanilla salimos a la carretera y entramos en el pueblo de Cornejo, para seguir a Villamartín y por pista subir al monte Paño y bajar por senda a Santelices.

Aquí optamos por caminar por la carre­tera hasta a Soncillo, Cilleruelo de Bezana y Arija (se va bastante tranquilo si no es hora punta). En Arija tomamos la tranquila carretera de Santa Gadea y luego subi­mos en absoluta soledad a Bustidoño donde, puede que no se vea más que algún vehículo rural. Descendemos hasta el Ebro por la carretera y después de cru­zar el río, vamos por la antigua senda a la estación de Montes Claros y por carreteri­lla llegamos al Santuario Mariano, donde somos bien atendidos.

---------------------------- JESUS DE LA FUENTE

19

(DúE-ntacíón

O R I E N T A C I O NA L G O M A S Q U E U N

_ _ _ _ _ _ C O M P L E M E N T O ______

Ahora que estamos en una época en la que parece que los deportes de alto riesgo predominan sobre otros no tan espectacu­lares, el Tabira Mendizale Taldea te brinda la oportunidad de conocer y aprender algo diferente: Orientación. Una actividad que tiene mucho de aventura pero sin riesgo, y donde la emoción la pones tú

mismo.La orientación es

una práctica intere­sante y atractiva que se desarrolla al aire libre. El conocimien­to básico de su téc­nica potencia el contacto con la naturaleza y multiplica las posibilidades del montañe­ro que busca más alternativas. Una excur­sión con salida y llegada al mismo lugar, se disfruta de otra forma si en vez de

caminar por una monótona pista, lo hace­mos campo a través, cruzando bosques y riachuelos. Esto permite además, acercar­se a lugares menos conocidos, realizar rutas alternativas, preparar la excursión desde casa y sobre todo, algo de gran

interés para los montañeros, como es conocer el lugar antes de estar en él, para evitar riesgos innecesarios.

Cualquiera pue­de practicar la Orientación, desde el atleta que entrena para competir, hasta

la familia que simplemente quiere pasar un día en el campo; el montañero que se dirige a un monte desconocido, el perretxi- kero que siempre anda a la búsqueda de sus apreciadas setas, el ciclista de moun-

20 Kcfcdzkd

('Dxímtación

tain-bike que quiere hacer nuevas rutas, el esquiador de travesía para preveer las difi­cultades que va a encontrar en su camino, e incluso los chavales que quieren jugar a

la búsqueda del tesoro.Para todos ellos, se ha creado en el

club una sección de Orientación, en la que se hallan integrados varios componentes que pretenden dar un aire más aventurero

a nuestra actividad montañera habitual. Ellos te facilitarán información sobre el tema y también organizarán algunas prác­ticas, que se podrán ampliar a medida que acudan los interesados.

Hasta ahora, se venían impartiendo los

cursillos de orientación en los propios locales del club, pero ya no será así en el futuro. Hemos decidido cambiar de táctica, puesto que lo mejor es aprender directa­mente sobre el terreno.

A todos aquellos que habéis tomado contacto con el tema de la Orientación a

través de nuestro club, (cerca de 100 en 4 años) os anunciamos que se hará una prueba práctica en Atxarte en el marco del Mendi-Kanpaketa previsto para los días 22 a 25 de Julio.

Para todos los que queráis aprender, el club dará cursillos y prácticas a lo largo del año. Solo tienes que venir y apuntarte, ya que a partir de grupos de 4 personas, quedam os un día y nos vem os para aprender esto de la Orientación.

Para más información, los martes y

jueves en los locales del club de Goienkale pregunta por Kotxi y sino, en

los locales nuevos, a los secretarios del club.

Os esperamos.

--------------------------------------- KOTXI URIARTE

KdfcazAa 21

BIBLIOTECA

p B * . n » ca „ d0Cü.

_ ,,p0nocer el valle de Aiztondo V va de ° 2a" estanterías:

Sín9ü,ares d* Guipuzkoa",- "Rntac ra'tZU SalaZar ■ '

, También de A,ava"

— . »3.a lirmado po7','omn¡„ . „ J ^ e n nos ha ^

ALTA MONTAÑALos días 29 y 30 de Abril y 1 de Mayo, se completó con éxito una actividad

en la que se superaron dos importantes montes que fueron Bachimala de 3.177 m. y Posets, el cual con sus 3.375 m. es el siguiente en altitud al techo de Pirineos, el Aneto. Más de treinta montañeros en la cumbre, avalaban con su presencia este pequeño triunfo.

En el descenso del Posets, se instaló una cuerda fija para mayor seguridad en el tramo de mayor pendiente. Salvo cierta precaución necesaria en el paso por la crestería, no puede hablarse de grandes dificultades en el recorrido.

Mientras el grupo mayoritario batallaba en el Posets, otros dos montañeros ascendieron a Elmontó de 2.478 m. a través de un corredor enteramente cubier­to por nieve.

No podemos dejar de mencionar que una climatología muy benigna suavizó la dura jornada, y nos permitió una estancia agradable en la cumbre. También es obligado recordar, la excelente acogida y el trato familiar recibido en el refu­gio de Viadós.

Más recientemente, los días 10 y 11 de Junio, anduvimos por tierras palenti­nas. En la primera jornada, la totalidad del grupo asistente formado por 50 per­sonas, ascendió al Curavacas de 2.525 m. Tras pasar la noche en un improvisa­do campamento, al día suguíente 46 montañeros llegaban a la cumbre del Espigúete de 2.450 m. La ascensión se realizó por la arista oeste, de gran longi­tud y fuerte pendiente, pero que dejó en todos los participantes un recuerdo especial por su inhóspita belleza. El desnivel superado cada día fue de más de 1.100 m.

! B > E x ú a ( z I j B T£(7£ l

años.

FIESTA DEL FINALISTAEl día 21 de Mayo celebramos la

fiesta del club con la monumental paella que todos conocem os y la entrega de trofeos a los finalistas del año anterior. El acierto en la elección del lugar y el día soleado, contribuye­ron a la buena marcha de la fiesta, pero lo que realmente la hizo memo­rable, fueron las prácticas de escala­da en las p aredes ro co sas de la escuela de Urdúliz. Un éxito sin pre­cedentes que asombró a los propios organizadores.

Debemos agradecer la inestima­ble colaboración de los miembros del comité de escalada, que trabajaron a destajo para poner diversas vías al alcan ce de todo aquel que quiso intentarlo. Fue también una oportuni­dad gloriosa, y esperam os que no irrepetible, para ver con el arnés puesto, incluso a aquellos que habían jurado no atarse jamás a una cuerda. Nunca es tarde para rectificar.

mendi kanpaketak

necesitáis alguna 2 %i k ? r s ' Tablra de D u Z g o ^ o r . ' P™* N o el lema ?« xl " 0a™a -Atxarte b ir ia " txarte Qarbia, tarame l o ™ a s " " a a« mPat(a a 25 d e j°« „ aSquera" < » 2 2

c ta sHp o fef p “ o u " P o c e :mar.

U-kiola orlemi„7 a aNa™ al *e s ca/ad a, char pc u es de temas que máq n Sobre Ios

an yPositivas... etc nes de dia-

Para a S p a ^ d o n d e d ^ Z° na * '°s ré,scomo de una ecesan°s, asi la sed Unatxozna Para calmar

Ks&dzkd 23

^ = ?U T £ f l a Í Q .

G U R E J A I A

Pasa den maiatzaren hogeita batean Urdulizen Alpino faldearen jaia ospatu zen. Goizeko zortziretan Ezkurdin lagun mor- doa elkartu ginen, egun on bat pasatzeko asmoarekin eta hórrela izan zen, denoi esker eta noski eguraldiari esker, egun oso polita egin zuen eta.

Bederatzietarako Faduran geunden eta handik hasi genuen ibilaldia. Ordu baten buruan Munarrikolandara heldu ginen eta tontorrean hamarretakoa egin genuen ez betikoa egun horretakoa berezia eta oso goxua izan zen eta, Mariliren pastelari, Eduren ogi bereziari eta Lourdesen erros- kilei esker, dena primeran zegoen.

Tripa bete ondoren, eguzkitan egon, farre batzuk egin eta garaikorrak nork eman behar zituen erabaki (Andresek), ondoren, berriz martxan jarri ginen. Santa Marinara abiatu baino lehen, gailur horre- tan zegoen gauza interesgarri bat ikusi genuen, bunker bat zen. Badirudi guda garaian, inguru hori "Burdinezko gerrikoa" izenarekin ezaguna zela. Bunkera ikusi ondoren eskalatzaileak ikustera joan ginen. Heldu ginenean eskalatzaileak oso lanpetuta zeuden eta bertan zegoen jen- dea oso animatuta zegoen parte hartzeko; batez ere jende gaztea, denek eskalada egiteko gogo handia zeukaten. Ikustea oso

polita izen zen. Joserra, Gaizka. Bego eta besteak ekintza honen arrakasta ikustean pozez beteta zeuden.

Konturatu gäbe, eguerdiko ordubiak ziren eta garaikorrak emateko ordua zen. Aurten, iaz bezala Benjari zegokion ema- tea, Begoren laguntzaz.

Hau amaitu ondoren, dena prest zego­en paella jateko. Denok g ose ginen, bakoitzak bere platera eta sardesk a eskuan genituela ilarara abiatu ginen. Talde bakoitzak bere lekua hartu zuen lagun guztiok elkarrekin egoteko. Paella jäten genuen bitartean ez zuen inork hitz egin, oso goxua zegoelako. Beti bezala Wolpiri età bere laguntzaileei eskerrak eman behar dizkiegu. Bazkaldu ostean, batzuk lasai -lasai lagunekin hitz egin genuen bitartean, beste batzuek eskalada egitea erabaki zuten. Hauetariko batzuk: Alex, Manolo e ta gure lehendakaria, Benja, ahaztu gäbe izan ziren. Hauek eskaladaren munduan euren bataioa eduki zuten eta honen ondorioz lagunok oraindik txanpaina itxaroten gaude.

Honela pasatu genuen eguna. Datorren urterako anima zaitez eta etor zaitez gurekin, ez zara damutuko eta.

--------------------------------------------------- LOURDES

24 K tffcazka

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Arduraduna: Isabel-Pedro-Victor-Bego - Argitaratzailea: TABIRA MENDIZALE ELKARTEA - Diseinua ta Fotomekanika, Fotokonposizioa et3 Imprimatzailea: GRAFICAS AMOREBIETA - Aleak: 1.750 (Dohaimk) - Legezko Gordailua: BI-2598-89