LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo?...

37
INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA UNIDAD 3

Transcript of LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo?...

Page 1: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

LICENCIATURA

EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

UNIDAD 3

Page 2: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

4. Axiología Pedagógica 4.1 El planteamiento Axiológico de la educación 4.2 Los rasgos de valor: fundamento de la educación 4.3 Las jerarquías axiológicas

4.1 El planteamiento Axiológico de la educación Como bien podemos deducir de los temas anteriores hemos analizado el quién (Ontología Pedagógica) y el Para qué (Teleología Pedagógica). Sin embargo muy unido a este último tema se encuentra el de los valores en la educación y el como conseguir esos valores. A ello le denominamos Axiología Pedagógica. Hasta este momento espero que quede claro que nuestro educando solo puede ser la persona humana en quien sobresalen sus capacidades espirituales: la inteligencia y la voluntad, mismo que lo hacen libre, único, irrepetible. Por otro lado sabemos que los agentes educativos tenemos la obligación de ayudar a alcanzar el máximo de perfeccionamiento a éste ser humano. Así mismo sabemos cual es su fin último objetivo y subjetivo y hemos distinguido a éste último del placer y la alegría. Sin embargo queda la incógnita ¿Cómo se que mi educando o yo mismo como educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida en que observo que ha alcanzado bienes parciales que le ayudan a llegar a ese Bien absoluto, y de manera subjetiva, por la “alegría de vida” que encuentro en mi educando. En otras palabras, para educar bien, hay que educar en valores. El siguiente texto amplía esta exposición. El mismo fue obtenido del Instituto Panamericano de la Familia en la siguiente referencia electrónica: http://www.ipef.com.ve/articulo/index.asp “EDUCAR EN VALORES

Page 3: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

El ambiente y el entorno en que vivimos hoy es diferente al ambiente en el que fuimos educados en nuestra infancia, al que vivieron nuestros padres o al que recogen en un documental de televisión Nuestros padres, y los padres de nuestros padres vivieron una sociedad en la cual las formas externas se cuidaban bastante. La gente recibía una educación más o menos similar, y tenía comportamientos bastantes parecidos. La sociedad de ahora se ha especializado en presentarnos TODO, desde la mañana a la noche, como un menú de televisión en donde basta cambiar de canal para descubrir algo nuevo. Y este cambio tan profundo de nuestra sociedad lleva a que nuestros hijos, tengan que tomar, desde muy pequeños, una posición en la vida y un criterio propio Nuestros padres maduraron poco a poco, rodeados de un entorno profundamente proteccionista en sus formas, que hacía que la vida de todos pareciera similar. A los jóvenes de hoy, les toca decidir desde muy temprano. Tienen que decidir si ven eso o no lo ven. Antes, no existía simplemente, y por lo tanto no había la posibilidad de escoger. Nuestros hijos, apoyaran una idea u otra, tomaran partido en esta causa o en aquella otra tan distinta, saldrán con una gente o con otra… Lo que a Uds., padres les toca hacer irremediablemente y pronto, es:

ENSEÑARLES A TOMAR UNA POSICIÓN Y UN CRITERIO PROPIO EN LA VIDA

Según David Isaacs, la inteligencia del hombre le permite descubrir lo que es bueno y, usando su voluntad, actuar congruentemente con lo que ha visto como bueno para llegar, en un estadio superior y más maduro a un reconocimiento, aprecio y disfrute sereno de la vida. Convendría distinguir qué cosas o placeres pueden constituir una felicidad cada vez más estable porque sólo a eso se puede llamar felicidad: a lo que colma y a lo que dura más. Todo esto significa que para que los hijos sean felices tendrán que tener contacto con lo que es bueno, llegar a ser conscientes de que efectivamente hay cosas buenas y malas, y luego habrá que educarle para que sean capaces de seguir descubriendo lo que es bueno y distinguirlo de lo que no lo es. Y también habrá que capacitarles para que sepan actuar congruentemente con lo que hayan descubierto.

HACER EL BIEN DA FELICIDAD

Y, para eso, hace falta mucha valentía en los padres, porque va a representar un esfuerzo continuo para profundizar en lo que es bueno para ellos mismos, para no contentarse con poco, y para actuar congruentemente con lo que ya saben es bueno para sus hijos. Y, por tanto, exigirles para que sigan el mismo proceso.

EDUCAR BIEN REQUIERE: PADRES VALIENTES, PADRES EXIGENTES,

SABER LO QUE ES BUENO,

Page 4: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

PERO SOBRE TODO REQUIERE SACRIFICIO.

Educar es acompañar a conocer la realidad. Ésta, ni se puede imponer ni se puede dejar al arbitrio de la suerte porque en uno y otro caso, nuestros hijos sacaran una visión deformada. Cada hijo necesita ser preparado con ayudas educativas para una vida honesta en los diferentes ámbitos de la existencia, de forma que ésta sea feliz. No se trata de información, sino de formación. Información tendremos, quizá más que nunca. Pero la formación para ser mejores padres, hay que buscarla, tener el deseo de saber de verdad qué es aquello que más nos conviene y qué resulta adecuado en cada momento del desarrollo de cada uno de los hijos. En nuestros tiempos, los títulos universitarios y las experiencias laborales son compartidas por cantidades de personas, todas académicamente bien preparadas... • ¿Cómo entonces podemos ayudarlos a diferenciarse para competir por buenas posiciones laborales cuando llegue su momento? • ¿En que se basaran los empresarios para escoger a sus candidatos para las vacantes? • ¿Quienes serán los líderes de la sociedad justa y próspera? • ¿Quiénes fundaran familias estables, hogares luminosos y alegres? Las personas que vivan los valores que faciliten la convivencia en su sociedad; que ejerzan las virtudes como propias y luchen por hacerlos vida en el día a día

Esto sólo se consigue: Si una familia da ejemplo y exige a sus hijos: orden en las cosas, obediencia, ayuda en la casa, responsabilidad en los encargos, horarios de estudio. Si no suelen gritar, ni pegar. Reconocen los esfuerzos por ser mejores y hay alegría en la familia. Si esto lo hacen normalmente como una costumbre, cuando llega el período sensitivo, el hijo recibe los mismos estímulos de siempre pero los aprovecha mejor, y adquiere el hábito que luego en un ambiente de cariño y amor él mismo convierte en virtud. La familia vive en un clima propicio para el desarrollo de valores(1). En el siglo XX lo principal han sido los conocimientos, las carreras y los títulos. En el siglo XXI se apreciará más lo que una persona es, sus valores como persona. De ahí, la importancia de educar la voluntad ya que la persona quiere por medio de la voluntad. Los padres aspiramos a que nuestros hijos quieran estudiar; quieran ser constantes; quieran ser ordenados; quieran ser obedientes; quieran ser responsables

Page 5: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

EDUCAR LA VOLUNTAD ES

EDUCAR LA LIBERTAD, ES ENSEÑAR A ELEGIR EL BIEN

Si esto se consigue, no habrá problema con el saber. Si quieren estudiar y tienen hábitos de orden, constancia y responsabilidad, las buenas notas serán una consecuencia y los títulos académicos otra(2).

LA PERSONA QUIERE POR MEDIO DE LA VOLUNTAD

Voluntad no es simplemente querer, o poder hacer... es querer hacer el bien, que es lo que enriquece a la persona. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- (1) Fernando Corominas, La educación de la voluntad, p.28. Hacer Familia.. (2) Ibid. p.15”

Page 6: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

4.2 Los rasgos de valor: fundamento de la educación

Hasta aquí esta reflexión. Seguramente somos concientes que en la actualidad, como indica el artículo, en el S. XXI han surgido una gran variedad de iniciativas con el fin de educar en valores.

Una institución, de alto reconocimiento en este ámbito es EDUMAS, quien ha probado durante más de 15 años y comprobado de manera experimental la eficacia de su Sistema. A Edumas le interesa crear las bases, por así decirlo, para que el niño pueda construir los hábitos que le permitirán alcanzar los

bienes que se propone.

Nos hemos permitido transcribir de su fundamentación a la que denominan “Tecnología Educativa” el siguiente texto, mismo que nos permitirá profundizar

en el tema.

“La metáfora de la lancha.

Para entender cómo opera la persona es oportuno valerse de la siguiente comparación: Sabemos que para que una lancha navegue correctamente mar adentro y llegue lejos, debe haber un equilibrio entre todos estas funciones: que el bote flote y que sus dos remos estén fuertes y vayan a la par, porque si un remo jala más que otro la lancha se va para un lado, o bien la lancha sin

remos no podría avanzar. Ni que hablar de que la nave carezca de flotabilidad.

Comparemos ahora a la persona con tal embarcación:

Nivel físico o corpóreo: es la lancha.

Sentimientos y emociones: sería un remo.

Razones y motivaciones1: sería el otro remo.

La capacidad de elegir: el timón.

La primera tarea – no en orden de importancia sino en jerarquía de prioridades - es cuidar es que la lancha flote: por lo que es importante cuidar el cuerpo, comiendo lo necesario y a sus horas; cuidar el sueño, hacer deporte, cuidar que las funciones biológicas se conserven en forma. Si el cuerpo funciona mal (si hace agua la lancha) se dificultará mucho la labor de los remos o será inútil, sucumbiendo todo el esfuerzo. Si se logra mantener la flotabilidad después habrá que tener nuestros remos fuertes y bien agazapados, cuidar que estén coordinados: sin sólidas razones y motivaciones, nuestro esfuerzo se cargaría al “remo” constituido a base de sentimientos y emociones y nos quedaríamos dando vueltas y si sólo nos moviéramos a base de razones, sin el motor de las pasiones (sentimientos y emociones), nos quedaríamos dando vueltas en otro sentido. Sin embargo nadie se conforma con sólo poder emprender la travesía: sin tener una dirección a donde ir (de ahí la importancia del timón) ¿de qué serviría todo el esfuerzo? A través de una reflexión diaria, podemos corregir el

1 Cuando mencionamos las razones y las motivaciones en un mismo remo estamos subrayando tanto la inteligencia racional como

la inteligencia emocional.

Page 7: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

rumbo de nuestra vida e ir hacia donde queremos; debemos recordar que tanto en el mar como en la vida, existen corrientes fuertes que nos desvían de nuestra ruta y será necesario ir corrigiendo el rumbo. En la navegación todos los elementos son necesarios y lo más importante es que estén perfectamente armonizados y equilibrados en función al sentido de la travesía. Lo mismo sucede con una persona equilibrada en todos los niveles, navega feliz y eficazmente hacia su meta, evitando dar vueltas sin llegar a ningún lado.

Cuando una persona adquiere el autodominio y esfuerzo, sincroniza sus remos con la dirección de la navegación y llega a manifestar su naturaleza y vocación de perfección humana en forma de hábitos de excelencia, que son el resultado de una formación y entendimiento que actúa sobre la base de su carácter y que

enriquece su capacidad crítica.

El carácter está al gobierno de los remos y al servicio del sentido de la vida lo cual lleva a equilibrar naturalmente los remos y logra que la nave navegue por el rumbo trazado por verdaderas razones y motivaciones auténticas, y a que sea capaz de responder a los golpes del timón, a pesar del cansancio, la rutina,

la adversidad y la tentación.

Los hábitos de excelencia, a través de los valores, actúan como principio de unidad que permite al hombre integrar las razones, motivaciones y sentimientos, en una dirección, para que el corazón de la persona actúe guiado por la verdad que le presenta la inteligencia global, y no sólo por el capricho, o

el bien pasajero cuya motivación se sustenta por el simple gusto o placer.

A) Por naturaleza hemos sido dotados de todas las herramientas necesarias para la consecución de la felicidad, estás herramientas son capacidades innatas que poseemos por el hecho de ser seres humanos. Tales capacidades nos disponen a actuar o a ser de una manera especial y específica, pues al mismo tiempo que nuestras capacidades corresponden con lo que somos, cuando actualizamos dichas capacidades nos volvemos mejores o peores personas. Por estas acciones específicas y especiales es como logramos encarnar los valores.

B) Una capacidad nos ha sido dada por naturaleza y nacimiento para realizar

determinadas acciones. El número y la diversidad de las capacidades se llegan a conocer a través del análisis de la diversidad de acciones que el ser humano puede realizar: diversas acciones exigen la existencia de diversas capacidades. Así por ejemplo, las acciones de ver, oír y gustar, exigen la existencia de la vista, el oído y el gusto respectivamente.

C) Existe un orden de prioridad en relación a la generación y el tiempo entre

las diversas capacidades: la vida biológica precede a la vida sensitiva y ésta, a su vez, precede y prepara la vida intelectual y volitiva.

D) Según el orden de la naturaleza, existe otro orden de prioridad entre las

diversas capacidades: la vida biológica se ordena a la vida sensitiva y ésta, a su vez, se ordena a la vida intelectual y electiva. Por eso, las facultades biológicas del ser humano —aun siendo las mismas genéricamente— se

Page 8: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

muestran superiores a las de los vegetales, pues sirven de sustento a la vida sensitiva. De manera similar, la vida sensitiva del ser humano se muestra superior a la de los animales, pues sirve de soporte —junto con la vida biológica— a la actividad de la inteligencia y de la capacidad de elegir.

E) La persona no se reduce a sus capacidades: éstas no son sino sus

principios de actuación o acción. LAS MOTIVACIONES -AFECTIVIDAD- Son dos en específico: la capacidad que permite tender hacia lo que ha sido

percibido como lo benigno sensible o a rehuir lo nocivo. Y la capacidad que permite rechazar, por una parte, lo que se opone a la consecución de lo que es percibido como conveniente y, por otra, lo que ocasiona perjuicio. El objeto de esta última motivación es lo benigno arduo, pues tiende a superar lo adverso y a prevalecer sobre ello.

Las pasiones son las tendencias de las motivaciones sensibles. Las

pasiones se originan como resultado del conocimiento sensible. En toda pasión están presentes tres elementos: a) el conocimiento sensible que origina la tendencia y que puede deberse a la percepción de algo o a su representación imaginativa; b) la tendencia sensible o pasión propiamente; y c) la modificación corporal consiguiente. Las pasiones sensibles tienen por sí mismas a manifestaciones fisiológicas —aceleración del pulso, temblor, etc.— y sus efectos pueden ser beneficiosos o nocivos para el organismo.

La diversidad de situaciones afectivas que se presenta en la vida del ser

humano y a las que se alude el lenguaje ordinario parecen encontrar su lugar en los once tipos de estados afectivos mencionados, donde cada uno de los cuales comprende una pluralidad de subtipos.

LA RAZÓN La razón permite conocer lo que es constante en la multiplicidad y

diversidad de las realidades singulares y concretas que son percibidas por los sentidos. La razón permite captar el contenido universal que hace posible el conocimiento de la unidad que se oculta tras la diversidad de los rasgos individuales de los objetos singulares.

La razón es una capacidad que no se observa en los animales superiores:

su objeto no puede ser alcanzado por el conocimiento sensible. La razón no es una facultad diferente de la inteligencia, sino una manera de

ser y de proceder de ésta. Razonar consiste en argumentar pasando de una noción a otra hasta llegar al conocimiento de verdades no evidentes.

La conciencia no es una facultad más, sino un acto de la inteligencia por

medio del cual: a) reconocemos que hicimos o no hicimos una cosa, entonces decimos que "atestigua"; b) juzgamos que una cosa debe o no hacerse, entonces se dice que la conciencia "incita" o "liga"; c) juzgamos

Page 9: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

que una cosa ha estado bien o mal hecha, y entonces "excusa" o "remuerde".

LA CAPACIDAD DE ELEGIR Es la facultad que permite tender a los bienes que son presentados por la

razón. No es una tendencia ciega, sino un apetito racional que se mueve hacia lo que la inteligencia le presenta como algo benigno. No acepta de manera necesaria las propuestas de la razón: puede quererlas o rechazarlas.

La capacidad de elegir mueve a todas las demás capacidades—excepto las

capacidades biológicas, sobre las cuales su dominio es casi nulo— a la ejecución de sus respectivos actos.

La función de los valores: ¿qué son?

Los valores cuya característica básica es despertar y darle forma a nuestros actos, son los “blancos” necesarios para lograr este despliegue personal al que llamamos excelencia y que se constituye de hábitos de vida. Sabiendo que los valores poseen la fuerza para dejar su impronta en las personas, es de suma importancia que prevalezcan únicamente aquellos valores de probada autenticidad humana, aquellos que correspondan fielmente con las coordenadas de excelencia que humanicen y fortalezcan la autonomía y el carácter.

Necesitamos acopio de valores que nos configuren desde dentro y desde lo hondo, para que nos lleven en forma natural a educarnos para lo real: valores pertenecientes a una vida de calidad personal. En el mismo sentido en que

debemos buscar una vida lograda debemos buscar educarnos para la vida.

La verdadera educación se propone formar a la persona humana para que se desarrolle en profunda correspondencia con su ser personal y pueda insertarse con éxito en la sociedad haciendo uso de su libertad responsable, la cual significa hacer lo que entiendo debo de hacer, evitando dejarse llevar por lo que se experimenta sentimentalmente o aquello que dicta el ambiente. El hecho de que nos descubramos en nuestra dimensión personal implica conocerse más momento a momento y por lo tanto, contar con la posibilidad de autogobernarse con eficacia y acercarse a las propias metas trazadas como proyecto de vida.

Como bien se sabe, todas las partes de la persona (la lancha) se encuentran interrelacionadas, y se requiere armonía entre ellas para que el hombre realice su potencial (o sus capacidades) en orden a una meta o sentido. Quien sigue una correcta sensibilidad valoral (ve el brillo del valor) encontrará la puerta que conduce a la vida auténtica. Por otra parte la actitud valoral no consiste simplemente en aprender de memoria las reglas de lo que conviene o no; sino que es una rectificación total de nosotros mismos en pro de lo que nos conviene. Esta auto-rectificación suele llamarse comúnmente «madurez» que significa tener la capacidad para discernir entre un tiempo y otro, y para saber

Page 10: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

lo que conviene en cada ocasión, viviendo entre las coordenadas de de una inteligencia emocional que se mueve por amor a la realidad.

La madurez sintetiza e integra los valores humanos en un todo orgánico unificado por el respeto a la finalidad o sentido de la vida, «madurez» significa cumplimiento o perfección de nuestra naturaleza, el punto más alto de un proceso de crecimiento y desarrollo. Esta cúspide personal es un proceso unidireccional, progresivo y relacional, no de un simple <<cambio>>, sino específicamente, es la transformación de las normas y reglas externas desprendidas de los valores, en convicciones y principios internos que se vuelcan al mundo. Es así como hemos de comprender el hacer lo que entiendo debo hacer y quererlo; así este proceso de asimilación se irá dando de forma consciente y libre en la medida en que la persona aprenda gradualmente a reconocer y apreciar ciertos valores radicales, esforzándose poco a poco para tender puentes entre la apreciación y la acción.

La madurez humana, en su sentido pleno, consiste en la armonía de la persona pero además en su ordenamiento íntegro hacia una finalidad descubierta a la luz de la libertad responsable. Armonía-orden más que una cualidad aislada, es un estado global que consiste en la integración de muchas y muy diversas cualidades; es un compendio de valores cuya unión depende de su cooperación con el sentido. Podemos comparar la madurez con una obra de arte, con un cuadro de Rembrandt o de Velázquez. Los colores se combinan perfectamente, yodo está en su punto, las líneas, las figuras y las formas, la proporción y la perspectiva. Cada pincelada tiene su valor y cada color resulta indispensable para completar y perfeccionar la obra, pero además su finalidad es clara: La belleza como bien final o último.

Lo mismo sucede con la madurez, es armonía-orden: proporción moderada por la visión de su finalidad. Es combinación e integración de cualidades humanas muy diversas en un conjunto orgánico: motivaciones, razón, capacidad de elegir, emociones, memoria e imaginación; todas las capacidades de una persona. Pero no bastará que estén presentes todos estos elementos; tendrá que haber un orden y una armonía entre ellos. Sobre la paleta del artista descansan todos los colores, pero no por eso forman una obra de arte, cabe decir que la madurez es más que la suma de elementos que la componen.

Esta armonía-orden se traduce en la correspondencia perfecta entre lo que uno es y lo que uno profesa ser, y su expresión más convincente es la fidelidad a los propios compromisos. En una persona madura difícilmente hay hipocresía ni apariencia, porque las faltas se tratan con honestidad, perdón y amor a sí mismo porque tales errores representan la oportunidad de situarse con más fuerza y eficacia en el ideal de la vida.

La madurez consiste en aceptar la tarea de crear una correspondencia creciente entre el modo en que somos y aquel que debemos desarrollar, en una espiral interminable en pos de la realidad y la dignidad. Entre otras cosas, esto implica aceptar el propio estado de vida y actuar con coherencia. Las personas maduras son capaces de comprometerse sin temor, porque se sostienen en el descubrimiento interior de la inagotable e incólume excelencia

Page 11: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

humana –fuente de todo bien- y esta conciencia les permite evitar esclavizarse bajo el yugo de las mudables circunstancias y su capricho.

Educar con actitudes valorales y reflexión valorativa

Las actitudes valorales como disposiciones a lo correcto, están orientadas hacia lo exterior, la realidad, el mundo y a los demás, sin embargo aun cuando son disposiciones a lo otro, al ser valorales indican un aspecto interior, el cual es la configuración de la propia personalidad. Tal personalidad que se forma mediante la educación del carácter debe atender a una reflexión valorativa. Nos damos cuenta que podemos elegir entre caminos distintos y, nos damos cuenta que las consecuencias de cada camino serán distintas; y sabemos que la libertad conlleva responsabilidad. Por ello hay que atender que cuando hay que elegir debe haber una reflexión valorativa, así sabremos elegir mejor. La reflexión valorativa tiene que ver con la captación de consecuencias, con lo correcto e incorrecto, con lo nocivo y lo benigno; cuyo poder e influjo no es artificial, toda vez que proviene de una función real de las cosas en dicha captación, mediante una reflexión valorativa de lo “futuro posible”, está el origen de la valoración de nuestros actos, nuestros hábitos de excelencia o nuestro proyecto de vida. La reflexión valorativa es también intuición valoral sobre la libertad, puesto que no todas las posibilidades de elección son igualmente valiosas.

Por eso es especialmente importante plantearnos qué son y como funcionan las actitudes valorales en la educación: estar atento significa darse cuenta –ser sensible, intuitivo y reflexivo- de lo que ocurre alrededor y en el caso que nos ocupa debemos sensibilizarnos a percibir los valores auténticos e intuir las actitudes valorales que debemos comenzar a ejercer para la consecución del valor a modo de configuración interna.

Para que se entienda mejor, la reflexión valorativa es una forma de conocimiento o de intención refleja, donde se ve la correspondencia entre la intención de la actitud y la realidad del valor, es una luz propia de la inteligencia y la motivación enfocándose en lo que vale, en lo que merece la pena obtener o hacer para vivir, en lo que nos conviene y por ende evidenciando lo perjudicial o inconveniente. Precisamente cuando hacemos esto, nos fijamos en la conexión causal entre las acciones y los efectos que se producen, esa conexión nos lleva al concepto de responsabilidad nuevamente; y en dicho concepto no sólo subyacen entendimientos intelectuales sino también huellas emocionales que en su conjunto forman la sensibilidad personal a los valores. Sólo cuando somos libres en el sentido positivo de la palabra -es decir, autónomos, conscientes-, nos damos cuenta de la repercusión de nuestras acciones y podemos ser excelentes.

Los niños necesitan que se les supervise, incluso a veces que se les “obligue” -de alguna manera- para que hagan la tarea o asistan a clase. Los papás tienen que poner un límite al tiempo que dedican los niños a ver televisión (ya que ellos no tienen la madurez suficiente para exigirse a sí mismos lo que conviene). Si un niño pudiera consumir a diario una dieta apetecible, seguramente terminaría deteriorando seriamente su salud, por esas razones

Page 12: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

debemos ubicar los deseos y motivaciones de los niños en el contexto de normas de conducta (enseñar actitudes valorales), porque de otro modo sus inclinaciones espontáneas e impresiones del momento podrían llegar a amenazar su dignidad y hasta su existencia. Con el tiempo, las actitudes valorales se irán interiorizando, hasta ser configuradas como hábitos firmes que en su conjunto denominamos “carácter”. Tener “el carácter forjado” no es otra cosa que la capacidad de actuar siempre de la misma forma, ya sea en presencia patente o en ausencia de la autoridad; con la paciencia, seguridad y certeza de que tal comportamiento incrementará momento a momento la aparición del bien y la felicidad en la propia vida.

Este carácter significa entonces una intuición y reflexión del valor en la experiencia que sirve para lograr sacrificar un placer inmediato en vistas de un mejor futuro. Por tanto se requiere de una instancia orientadora que -llena de sabiduría, amor y entrega- se solidarice con las necesidades valorales que toda existencia humana reclama para realizarse.

Hábitos de excelencia

Es muy importante darnos cuenta que las actitudes valorales constituyen el único camino posible para adquirir los preciados hábitos de excelencia que llamamos comúnmente “valores”, esto es así porque la percepción de los valores requiere de cierta intuición del valor que permita captarlos y por ende desearlos. La sensibilidad necesaria para captar en un primer momento los valores se llama “sensibilidad valoral” (sentimientos, emociones y motivaciones) y ésta se desarrolla cuando –en un principio- imitamos o aprendemos ciertas actitudes conducentes a “ver” el valor en cuestión, por ejemplo, el valor de la sinceridad lo obtendremos en la medida que “practiquemos” ser sinceros y que siempre hagamos de la sinceridad un ejercicio en nuestra vida diaria diciendo la verdad y actuando conforme a ella aún a pesar de cierta tensión y esfuerzo, más con el tiempo veremos con gran claridad que una vida humana sin sinceridad no vale la pena de ser vivida, es decir tendremos –ahora sí- la sensibilidad valoral para apreciar el valor de la

sinceridad.

Habiendo entendido que las actitudes valorales son pequeñas enseñanzas y esfuerzos estratégicos enfocados a orientar hacia una intuición valoral, ahora es importante que entendamos lo que es un hábito y cómo se obtienen para que al practicar cualquier actitud valoral sepamos cual es nuestro objetivo final:

conducirnos con la mayor naturalidad en la vida valoral a través de los hábitos.

Los hábitos de excelencia actúan como un principio radical interno de unidad que permite al hombre integrar razones, motivaciones, capacidad de elegir, sentimientos y emociones, en su operar en el mundo dentro de las coordenadas de la realidad y la dignidad. En otras palabras integra los

diferentes aspectos de la persona en un solo corazón.

La excelencia hace posible que el corazón de la persona actúe guiado por la verdad, y no sólo por el posible capricho. Es excelencia el poder superar la baja tendencia al bien efímero que suele presentar el gusto y que compite con

Page 13: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

el bien mayor y duradero. Para trascender y ser feliz es crucial que forjemos

nuestro carácter en pos de los hábitos de excelencia.

La metáfora del jinete.

Para entender mejor pongamos un ejemplo: un jinete que quiere domar su

caballo, para llegar a un destino.

El jinete debe utilizar un freno que le coloca en el hocico, el fuete, las espuelas, etc. Estos elementos son los medios que tendrá que usar con inteligencia, habilidad y energías, si quiere domar la fuerza bruta del caballo. Si el jinete cumple con su cometido el caballo acabará obedeciendo las indicaciones y hará lo que el jinete vea conveniente. Si el jinete fracasa en esta etapa y gana el caballo, ¡pobre jinete! estará a merced del capricho del caballo dando de tumbos sin ir a ningún lado (al menos a ningún lado conocido por el jinete) Así es la dinámica entre la razón y el cuerpo: La razón es el jinete quien utilizando los medios de doma con esfuerzo, inteligencia y consonancia con la naturaleza del caballo, logrará la obediencia del animal (autodominio), cuya máxima expresión es la docilidad de las energías y pasiones corporales con las finalidades que la inteligencia dispone. Poder “domar la fuerza bruta del cuerpo”, permite ordenar los sentimientos y motivaciones, y “dominar” también el cansancio, el capricho, y la desesperación, para hacer lo conveniente. Si es al revés, si el cuerpo gana, ya podemos imaginar la suerte de esa persona: estará a merced del capricho del cuerpo: flojera, querer tenerlo todo sin hacer nada, enojos, pleitos… y con el tiempo: alcohol, droga, sexo con riesgo e irresponsabilidad, fracasos escolares y un largo etc.

La persona es tanto cuerpo físico -con dinamismos biológicos y emociones- como “inteligencia sentiente” orientada por razones y deseos; y aunque estos aspectos forman una unidad inseparable, estamos sometidos necesariamente a impulsos que tiran de nosotros en función de la necesidad y de las circunstancias, como decía Ortega y Gasset “ Yo soy yo y mis circunstancias”, esto muy frecuentemente se experimenta como un “jaloneo” en direcciones opuestas, en donde compiten la obtención de aquellos bienes sensibles – patentes- con la búsqueda de la verdad y del bien – no tan patentes-. Es la lucha de quién domina a quién no debe haber ganadores ni perdedores sino un equipo que trabaje y coopere con lo que es más prometedor. Gracias al autodominio, que se adquiere con el orden, la sinceridad y la moderación, la razón puede domar al cuerpo. Esto es tener carácter.

Debemos entender a la persona como un ser de hábitos, lo cual es evidente: si el hombre desea es porque nace teniendo nada y con la capacidad de quererlo todo, esta circunstancia radical le determina siempre a “salir de sí mismo” para poder sustentar su vida. El sustento de la vida humana depende de numerosos objetos que provienen de otras personas y de las cosas del mundo así que para vivir hay necesidad de actuar de conformidad con el ser de las cosas; para obtener cosecha habrá que sembrar, para recolectar habrá que caminar, para cazar habrá que acechar y para tener una familia, habrá que amarla y protegerla. Con estos ejemplos se deduce fácilmente que el hombre actúa y que de su actuación depende la efectividad que sus actos tengan sobre la

Page 14: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

obtención de objetos de subsistencia, en otras palabras, el ser humano depende de hábitos para vivir. Por ello toda práctica cotidiana representa el desarrollo de hábitos y estos dependen de apreciaciones y ensayos a los que debemos llamar actitudes valorales ya que la distinta obtención de objetos de deseo tiene necesariamente un valor porque no todos los objetos que se obtienen valen igual. Por eso existen hábitos buenos y viles, prometedores y perjudiciales. A los hábitos inefectivos o perjudiciales les llamamos

antagónicos.

¿Pero que son los hábitos de excelencia?

Los hábitos de excelencia son la luz que alumbra los valores, sin hábitos de excelencia los valores no se pueden vivir, y se puede llegar a claudicar, llegar a la incoherencia y entonces perderlos. Los hábitos de excelencia, mediante actitudes diarias y constantes, se arraigan a lo más propio de la persona y nos actualizan hacia el bien. Son hábitos de conducta que se han hecho propios y que permiten vivir efectivamente los valores auténticamente humanos.

Los hábitos de excelencia dan a la persona, más que la simple capacidad de obrar bien una sola vez, la de obrar como se debe y cuando se debe, le dan a la persona esa bondad inteligente y sagaz que le hace feliz y es lo que de manera inconsciente hace despertar una cierta atracción y simpatía en las personas que le rodean.

Los hábitos de excelencia configuran profundamente la personalidad pues nos hacen: ordenados, alegres, fieles, responsables; o -si son viciosos- la persona será: egoísta, floja, soberbia, desordenada, etc. Los hábitos de excelencia hacen a la persona, “la poseen”, la persona depende de sus hábitos y actitudes valorales no para seguir siendo persona, sino para ser una persona cuya elevación natural y destino superior no es motivo de lamento sino de alegría: si una persona tiene el hábito del orden es felizmente ordenada, piensa y actúa siempre en orden y le disgusta profundamente el desorden. Así podemos decir que los hábitos de excelencia nos hacen actuar con facilidad, con gusto y sin error, y que cuando se adquieren se mejora la persona completa, gracias al principio de armonía de los hábitos, que nos dicen que están interconectados y al adquirir uno, se perfecciona indirectamente todos las demás hábitos de excelencia. Lo anterior nos obliga a subrayar que un hábito de excelencia no es una mera compulsión –una repetición ciega de un patrón de conducta - más allá la interconexión de todo el universo de hábitos de excelencia hacen que la persona sea creativa, adaptativa a nuevos entornos y con una inteligencia ágil que le permite seguir siendo autónomo en medio de la novedad y la aventura, gracias al temple de su carácter. No se pueden conquistar nuevas alturas y nuevas riquezas sin un corazón fuerte y claro, sin un carácter forjado por hábitos de excelencia.

Los hábitos de excelencia se adquieren –eso sí- a base de un diseño inteligente de repetición conciente y creativa de actos que se derivan de la apreciación, enseñanza y modelado de actitudes valorales iniciales, proceso que puede durar muchos meses – años-, hasta que sea algo natural

Page 15: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

comportarse de ese modo. Para que podamos hablar de hábito es necesario querer adquirirlo a modo de hábito de excelencia, es decir, que se conozca lo que significa el valor correspondiente, y se quiera poseer juzgando su

aportación a la felicidad.

Por último hay que tomar en cuenta que al interactuar con la sociedad en que vive, el ser humano es impactado por la serie de creencias, ideales y valores que lo constituyen, y con ello sufre un proceso de intuición valoral que generalmente le pasa inadvertido y que, en caso de ser negativo, puede llevar a un lento y gradual empobrecimiento y hasta atrofia de su estructura psíquica y afectiva. Son muchos los padres que se preocupan más por la buena preparación técnica de los hijos que por la formación de su carácter, desconociendo la interacción necesaria entre ambos aspectos para vivir con éxito y la necesidad que existe de contrarrestar “desde adentro” lo efectos nocivos de la inercia y el prejuicio culturales (machismo, consumismo, opiniones no pensadas, modas estériles etc.) Elegir la escuela de los hijos no es tarea fácil y debe contemplar la capacidad de ésta para forjar hábitos de excelencia que les permita una vida digna donde los conocimientos adquiridos contribuyan al enaltecimiento de las personas y no sea un conducto más para el envilecimiento y la Banalización.

Técnología del valor

El término valor tiene su origen en el verbo latino VALERE que significa estar sano y fuerte, hoy en día esta significación versa sobre la ética, lo social, la economía e incluso el arte.

Podemos partir de la afirmación que el valor representa algo importante

en la vida humana.

Filosóficamente los valores se estudian mediante la axiología, ésta es una teoría filosófica que conceptualiza las nociones de lo valioso en el campo de lo

bello, lo bueno y lo verdadero.

Al parecer los valores pueden ser mucho más objetivos de lo que pensamos o mejor dicho universales. Si bien el valor es un ALGO que es captado subjetivamente por una persona, esto no significa que el valor de origen sea meramente subjetivo. A lo que nos referimos es que para todo valor hay un cotejo de objeto real del cual emana. En otras palabras todo valor surge de la existencia real de un objeto cualquiera. Y no nos referimos únicamente a un objeto material, sino a un objeto de conocimiento o de deseo.

Para explicarlo mejor, vamos a acudir a las operaciones de nuestra vida

cotidiana.

Page 16: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Toda persona conoce y toda persona deseo en términos de decidir algo a lo cual tiende o se inclina. Y esto corresponde con lo que hemos estudiado en relación a la inteligencia y la capacidad de elegir. Un objeto en tanto que conocido con la inteligencia es apropiado por nosotros en la medida en que se deja conocer, y este dejarse conocer le surge desde sí mismo, es decir, todo lo que conocemos es posible conocerlo porque en él -en lo real- hay un motivo de verdad y este motivo de verdad es el objeto de mi inteligencia. Lo mismo sucede con la capacidad de elegir y lo benigno; yo deseo un objeto -ALGO- en la medida que este ALGO es benigno en sí y por ello lo deseo.

Un objeto en tanto que conocido con la inteligencia es apropiado por nosotros en la medida en que se deja conocer, y este dejarse conocer le surge desde sí mismo, es decir, todo lo que conocemos es posible conocerlo porque en él -en lo real- hay un motivo de verdad y, este motivo de verdad es el objeto de mi inteligencia. Lo mismo sucede con la capacidad de elegir y lo benigno; yo deseo un objeto -ALGO- en la medida que este ALGO es benigno en sí y por ello lo deseo. Pues estos motivos de verdad o de benignidad que residen en el objeto, son lo que nosotros a través de un brillo o un resplandor logramos captar como valioso o como valor. Dicho de otro modo; aquello que etiqueto como valor, es un brillo o resplandor de ALGO, una actividad, un objeto, una

relación, etc., que en sí mismo es benigno y verdadero - real- .

De aquí que definamos el valor como; el brillo o resplandor de una realidad que es en sí misma correcta o benigna. Y por ser así yo lo percibo como valioso.

4.3 Las jerarquías axiológicas

Características del valor

1.- Polaridad, significa en tanto que las cosas son, los valores operan en

razón de un valor positivo y su valor negativo correspondiente, al que también se le denomina disvalor o contravalor.

2.- Gradación, significa el grado de intensidad o abundancia en que se presentan los valores, ya sea que se dirijan a lo positivo o negativo, de acuerdo a como el ser humanos produzca o los reproduzca, conforme a su concepto de identidad entre ambos extremos.

3. Modalidad, significa que cada valor se ubica en un bien cultural, en

que cada uno soporta su propio valor y cada valor se dimensiona en el bien que lo contiene, lo que implica una dependencia recíproca. Las diferentes clases de bien designa las diferentes clases de valores, lo que indica que el valor toma el enfoque de lo científico, moral, artístico, etc.

Según el campo de cultura en que se halla el bien.

4. Jerarquización, que los valores tienen un orden jerárquico, indica que hay valores inferiores y valores superiores y que estos se conforman en

Page 17: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

listados de valores, a los cuales el ser humano se adhiere como

integrante de una comunidad y un grupo cultural.

Sensibilidad valoral e intuición del valor

Primeramente debemos decir que, aquellos valores que buscamos como configuradores y facilitadores de un carácter recio o autónomo – aquellos que verdaderamente forjan el carácter- poseen un valor real.

Lo primero con lo que topamos ante algo benigno es percibido con los sentidos externos y los sentidos internos, en esta percepción encontramos un sentido de apreciación por el cual concedemos valor a lo apreciado por nosotros como algo valioso puesto que hay una captación de lo benigno a partir de la percepción valoral junto con la tendencia; a esto lo llamamos percepción de lo correcto o sensibilidad valoral. Inmediatamente esta sensibilidad valoral es captada ya como intuición del valor, a partir de la

apreciación emocional y la inteligencia práctica que da cuenta de aquello que ha de conocer para actuar; la razón práctica sabe que ese valor en conveniente realizarlo, encarnarlo, vivirlo. Tal intuición valoral la captamos cuando vemos reflejado en alguien a modo de ejemplo en un primer momento (ya sea en un padre, un maestro o un personaje) una actitud valoral. Por ejemplo cuando al leer un cuento intuimos valoralmente en un

personaje que la justicia es lo más conveniente para la amistad.

Actitud valoral y Reflexión valorativa

Una actitud valoral es cuando aquel brillo de lo benigno o el valor, nos mueve en camino a realizar el valor en la propia vida, también dota de sentido a la actuación en pro de un valor determinado a encarnar. De este modo el valor deja de ser algo fuera de mí, deja de ser una simple representación de un brillo; se convierte a través del esfuerzo en lo

pequeño en una actitud valoral y posteriormente en un hábito de excelencia.

Las actitudes valorales como disposiciones a lo correcto, están orientadas hacia lo exterior, a la realidad, al mundo y a los demás, sin embargo aun cuando son disposiciones a lo otro, al ser valorales indican un aspecto interior, el cual es la configuración de la propia personalidad. Tal personalidad que se forma mediante la educación del carácter debe atender a una reflexión valorativa.

Cuando hay que elegir debe haber una reflexión valorativa, así sabremos elegir mejor. La reflexión valorativa tiene que ver con la captación de

consecuencias, con lo correcto e incorrecto, con lo nocivo y lo benigno; cuyo poder e influjo no es artificial, toda vez que proviene de una función real de las cosas en dicha captación, mediante una reflexión valorativa de lo “futuro posible”, está el origen de la valoración de nuestros actos, nuestros hábitos de excelencia o nuestro proyecto de vida. La reflexión valorativa es también intuición valoral sobre la libertad, puesto que no

todas las posibilidades de elección son igualmente valiosas .

Page 18: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Es especialmente importante plantearnos qué son y como funcionan las actitudes valorales en la educación: estar atento significa darse cuenta –ser sensible, intuitivo y reflexivo- de lo que ocurre alrededor y en el caso que nos ocupa debemos sensibilizarnos a percibir los valores auténticos e intuir las actitudes valorales que debemos comenzar a ejercer para la consecución del valor a modo de configuración interna.

Para que se entienda mejor, la reflexión valorativa es una forma de conocimiento o de intención refleja, donde se ve la correspondencia entre la intención de la actitud y la realidad del valor, es una luz propia de la inteligencia, la capacidad de elegir y la motivación enfocándose en lo que vale, en lo que merece la pena obtener o hacer para vivir, en lo que nos conviene y por ende evidenciando lo perjudicial o inconveniente. Cuando hacemos esto, nos fijamos en la conexión causal entre las acciones y los efectos que se producen, esa conexión nos lleva al concepto de responsabilidad nuevamente; y en dicho concepto no sólo subyacen entendimientos intelectuales sino también huellas emocionales que en su conjunto forman la sensibilidad personal a los valores o la apreciación y de ahí la elección. LA PERSONA Y LOS HÁBITOS:

Page 19: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

EDUCACIÓN DEL CARÁCTER:

PERSONA, HÁBITOS Y ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DEL VALOR:

Page 20: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Etapas del proceso de la adquisición de un hábito de excelencia.

Debemos comprender a fondo, que la solución a todo fracaso está en la adquisición de hábitos de excelencia y que éstos a su vez requieren de sustentarse en etapas previas a su apropiación llamadas “actitudes valorales” que en realidad son un diseño estratégico y pedagógico para orientar y forjar el carácter personal. La única manera que tiene el ser humano de actuar en pro de su propia persona y la de los otros, es cooperar al cuidado y exigencia puntual de sus mentores y padres para después poder descansar en su propia autonomía y excelencia.

Ya conscientes de la importancia de la adquisición de hábitos de excelencia, seguiremos la exposición con un ejemplo concreto. Durante su desarrollo podremos advertir la relación que guardan entre sí: La razón, la capacidad de elegir y la sensibilidad en la adquisición de un hábito.

Page 21: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Ejemplo: El desarraigo de un mal hábito.

Existen distintas etapas en las que una actitud valoral y un hábito de excelencia se adquieren, cada una es especialmente importante y hay que saber reconocer y atender.

ETAPAS:

1. Punto de partida

El punto de partida es la existencia de un hábito contrario al que se desea adquirir, hay que tomar en cuenta que la situación real suele ser la ausencia de un hábito de excelencia que se interpreta como la presencia de un hábito

antagónico (vicio).

Por ejemplo el ser desordenado es lo contrario al ser ordenado.

Los vicios, como todo hábito de vida, conforme pasa el tiempo se van arraigando y nos configuran desde dentro hasta hacerse “un segundo Yo”. Este segundo Yo toma el control y pasa a ser una naturaleza “alternativa”, con tal fuerza que la única esperanza que se tiene de escapar a su influencia es llegar a desarraigarle para darle paso a la auténtica naturaleza humana: la

excelencia.

En esta sucesión de ideas lo importante es reconocer que cuando se vive desordenadamente, no sólo se “hacen cosas desordenadas” como si permaneciéramos ajenos e impermeables a nuestras acciones, sino que en realidad nos conformamos o “somos” ya desordenados, pues el desorden se ha

instalado en nuestro interior funcionando para toda ocasión a manera de un Yo.

Afortunadamente lo mismo pasa con los hábitos de excelencia. Aquí esa “segunda naturaleza” que representan los hábitos, no sólo se instala dentro sino que potencia y complementa todo bien que exista previamente: Eso es la excelencia: constancia y espontaneidad en el sentido del hábito adquirido; la persona que posee un hábito de excelencia actuará sin pensar demasiado, resultándole natural orientarse a los bienes que ofrece la realidad de la vida pues los aprecia con claridad y sin distorsiones. Debemos notar aquí que para toda persona lo naturalmente conveniente y prometedor siempre es la excelencia y no el vicio, circunstancia que tiene una comprobación empírica

universal y que no exige, debido a su evidencia, mayor análisis.

Cómo adquirimos un hábito.

Un hábito se adquiere tras la repetición de actos con sentido y conciencia, sabiendo bien qué se obtiene de tal patrón o disposición y percatándose al menos vagamente de cual es la relación entre la acción y la consecución del deseo. Un hábito no es una mera repetición de actos al azar o una compulsión obsesivamente estúpida. Lo anterior significa que un hábito envuelve y compromete a toda la persona en su actuar –especialmente su inteligencia- y le conforma desde dentro por lo que dicha pauta puede llevarse a cabo constante

Page 22: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

e indefinidamente, sin más limitaciones que la propia fatiga o la imposibilidad. En la anatomía de un hábito encontramos los mismos elementos que los de un acto libre: razón, capacidad de elegir, intención, emociones y afectos, sensibilidad, memoria e imaginación. Cualquier hábito o pauta de comportamiento habitual genera siempre una inercia que llega a afectar el modo de ser de las personas -para bien o para mal- y para introducir otro que le compita y erradique tendrá que entrar en juego toda la persona y durante todo el día: Será muy importante no dispersar la lucha, insistir en la repetición de actos en la dirección elegida y acompañarlos de mucha reflexión y juicio crítico. Este proceso dura en los adultos de 3 a 5 años de lucha, siempre y cuando no se quite le dedo del renglón.

2. Inicio del proceso:

La persona tiene al menos la intuición de que “algo le falta” y cae en cuenta de que no posee determinado hábito de excelencia, por ejemplo, que no es ordenado y que es conveniente ser ordenado en función de tener éxito en la vida, lo cual se corresponde con la realidad empírica (la de todos los días). Esa persona se entera que “algo” tiene que cambiar y se interesa en cómo sería esto posible, sin embargo está aún ubicado en la teoría, es decir en un pre-saber teórico e imitativo, en esta etapa podemos aplicar el dicho popular que

sigue: “del dicho al hecho hay mucho trecho”

En este momento la información, la razón y la presencia de un “ejemplo encarnado” juega un papel muy importante, ya que ésta dinámica le presenta a la persona la nueva opción como verdadero valor, algo “concreto y palpable” a

obtener al menos como iniciación: llegó el momento de la actitud valoral.

Es bueno ser ordenado.

Existe la necesidad que la persona descubra y medite todas las razones que pueda para cambiar, para lo cual es esencial el diálogo y la reflexión, pues son estos elementos los que van a sostener la primera parte de la lucha que es la

más árida y difícil.

Es muy importante que la razón conozca a detalle la meta y los beneficios, así como los medios y los principios que gobiernan el proceso, de manera que el corazón quiera con fuerza. Es importante esforzarse por dar ejemplo amoroso, por informar y dialogar, por presentar las cosas de manera que seanmotivantes y realistas –sin exageraciones-, no se vale intentar manipular, suplir la libertad personal, o ignorar las reglas de la realidad, so pena de destruir el esfuerzo

cancelándolo desde el principio.

Ser realmente el protagonista de esa historia.

La elección y su origen -la motivación- llevan a cabo una tarea relevante en la construcción de la excelencia, ya que ellas son las que “llenan” de valor al hábito que se persigue.

Page 23: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Los padres y los maestros han de hacer el papel de sostener en la lucha, motivando y ayudándose de las razones descubiertas en el camino, o en aquellas que son útiles. Hay que tener habilidad para presentar el éxito futuro como una meta accesible y digna, cuidando de no convertir el esfuerzo personal en simple moneda de cambio.

La elección no se puede llevar a cabo sin presentar antes una finalidad del esfuerzo – un objetivo concreto y pequeño- y esta finalidad de nada vale si no se reconoce como algo enriquecedor. El arte está en saber presentar lo que ya de por sí es bueno, simplemente relacionándolo con situaciones previas y familiares que causaron satisfacción. En este momento se empieza a desarrollar la nueva “sensibilidad valoral” en base a la “antigua” lo que facilita el gusto por la lucha, la deportividad y el entusiasmo, aunque no será suficiente. Todos hemos hecho propósitos de año nuevo; o hemos prometido mejorara al tomar un curso de superación; en ciertas situaciones queremos comernos el mundo y estamos muy convencidos que aquello vale la pena e iniciamos la lucha con fuerza. Lo difícil es sostener día a día los propósitos y para ello los educadores deberán temperar y serenar los entusiasmos para convertirlos en una “economía de motivación”, donde el capital del entusiasmo no se invierta de golpe en un solo proyecto que puede sucumbir lo que puede conducir a una decepción mayor y a una sensibilidad valoral “en bancarrota”. Hay que evitar la “vacuna antivalor” mediante la objetividad y la dosificación del esfuerzo, la motivación y el éxito. Siempre hay que hablar con claridad y amor por lo real, educar con filosofía: La lucha no será fácil, habrá que ir poco a poco y tardaremos tiempo porque así es lo que vale la pena y perdura.

3. El surgimiento de una mayor conciencia.

Si es relativamente fácil interesarse por una vida de mayor calidad o plantearse superar un vicio que complica la vida, no lo es así el convertir este planteamiento inicial en un proyecto. Cabe preguntarse porqué y la respuesta radica en que las personas vivimos entre coordenadas de espacio y tiempo que nos ofrecen resistencia, pero además realizamos nuestras actividades en medio de la tensión natural que provocan las distintas esferas de la vida: necesidades físicas, psicológicas y espirituales, las cuales tironean entre sí. Cuando existen tantos elementos implicados para llevar a cabo un proyecto la única solución posible es una buena gestión: es lo que se conoce como tácticas y estrategias. Si la batalla es difícil y en terreno enemigo, entonces la logística es muy necesaria para triunfar. Cuando se intenta adquirir hábitos o erradicarlos, la falta de visión estratégica da por resultado lo que comúnmente se llama “llamarada de petate” o ser “como agua de tamarindo”. En tales circunstancias la retirada del campo de batalla es dolorosa y con sabor amargo a derrota.

Al poco tiempo del inicio del proceso, la sensibilidad –encargada del gusto o no gusto por aquello- deja de prestar su apoyo, esto requiere un respaldo estratégico para sostener la lucha en medio de la aridez. No hay que olvidar

Page 24: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

que cualquier nuevo hábito de excelencia compite con uno antagónico y que éste al ser “una segunda naturaleza” casi indetectable e invisible para el que lo posee, porque se dan casos en donde el hábito antagónico se identifica –equivocadamente- con la personalidad: “así soy y que le voy a hacer” o “es mi destino, así nací”. Construir la propia excelencia es en cierta medida ir contra mi “otro Yo”, el “Yo” de la inercia, el de la compulsión lo que puede hacer que la nueva sensibilidad valoral pueda comenzar a aparecer como un lastre en vez de un logro: ¡que bonito el orden pero qué difícil! De esta manera desaparece el entusiasmo inicial que facilitaba la decisión. Empieza a desvanecerse la claridad que la razón tenía anteriormente, obscurecida por la fuerza del hábito antagónico indeseable. Estamos en el momento más arduo del proceso. ¿Qué

hacer?

Combatir la aridez y la compulsión: la magia de las pequeñas victorias.

Los que nos dedicamos a la educación, reconoceremos lo descrito en todas las personas que tenemos a nuestro cuidado. Lo delicado estriba en que si no rebasamos esta etapa, nuestro único papel se limitará a seguir descubriendo las fallas, o en volver a motivar, una y otra vez, para empezar a luchar... como una carrera en círculo. Llegó el momento de construir el puente sobre el segundo abismo.

Reconocer la etapa.

En esta etapa la desesperanza y, cada vez, con mayor fuerza, la patente experiencia de que "no se puede" hace su aparición, aún que se vea con cierta claridad las ventajas de salir de tal situación. Todavía la balanza no se inclina y hay una fuerte competencia entre el hábito de excelencia y su antagónico, lo cual se experimenta como tensión o estrés para después convertirse en aburrimiento y fatiga. Otros factores deben incluirse entonces en la lucha y tienen que ver con las diferencias personales, es decir con la singularidad humana, pero también con la selección de objetivos.

La singularidad.

El temperamento, y la estructura nerviosa, conforman respuestas emocionales de distinta manera en cada cual, por lo que las actitudes valorales que en este momento constituyen la condición para alcanzar el hábito de excelencia, deben ajustarse hasta corresponder fielmente a la persona en cuestión. Nada es peor en esta etapa que la estandarización.

Aquí es importante la observación puntual de las personalidades mediante el trato cotidiano. En general, el panorama formativo en esta etapa no es muy halagador, debido a que los hábitos –constructivos y antagónicos- se asientan en respuestas condicionadas que presentan –por regla- una explosión geométrica justo antes de extinguirse, como lo han demostrado investigaciones recientes. Esta resistencia del hábito antagónico finalmente inclina la voluntad a ceder a la inercia. Como resultado de tal resistencia, tanto los padres y profesores como los alumnos –los hijos- relacionarán la dificultad y estrés con

Page 25: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

los valores creando un efecto inverso al que ya aludimos como “vacunación”, dificultando además el adquirir en el futuro hábitos convenientes.

Si para los alumnos los valores serán siempre lo difícil y la inercia lo fácil, podemos adivinar que la mayoría terminará optando por los caminos del placer, del materialismo, del egoísmo, dependiendo del ambiente y ciudad donde se desenvuelva aunque conozcan los valores. ¿Es familiar esta situación? Es lo que solemos llamar buenas personas -porque tiene buen corazón y reconocen lo que vale- pero finalmente no llegan a sostenerse en esa forma de vivir, porque no ha desarrollado hábitos que les permitan obtener lo prometedor en forma espontánea y natural. Al no tener cimientos tal forma de vivir, será fácil que la “casa” se caiga.

Si es en la capacidad de elegir donde finalmente recaerá la cancelación o continuidad del esfuerzo, debemos recordar que dicha elección siempre apuntará a un objeto tangible y no a una quimera por buena que sea. En este momento debemos buscar metas acordes a la situación y a la persona, pequeños logros accesibles e importantes. Objetivos concretos que apuntalen la actitud aunque sea en detalles pequeñísimos y aprender a hilvanar –como collar de perlas- estas pequeñas victorias con el “hilo” de la excelencia. Pero también la elección responde a las fuerzas no racionales que conforman nuestro interior: sentimientos, emociones y pasiones. Toda enseñanza de valores debe tomar como principio de operación la expresión de la vida interior a manera de guiarla mediante el cariño, la empatía y el diálogo: “Juan, gracias por hablarlo… sé como te sientes y lo desanimado que podrás estar, a mí me pasa lo mismo, pero estás más cerca de lo que nunca has imaginado y me siento orgulloso de ti…” Como anotamos anteriormente una de las características esenciales del Sistema de Valores EDUMÁS es el ESFUERZO EN LO PEQUEÑO y justo en esta etapa de aridez propensa al desánimo es donde la importancia de lo concreto –lo tangible-por sobre lo conceptual se hace patente. Para motivar será muy importante el ir logrando pequeñas victorias “visibles”, para que vaya probando el sabor de la victoria y las ventajas claras de vivir la nueva sensibilidad valoral. No se buscan "actos heroicos” sino actos en situaciones personalizadas, concretas, medibles y accesibles.

Concretos, para que sean sencillos y claros a la hora de ponerlos en práctica o verlos en práctica en otras personas, evitando ambigüedades y equívocos. Medibles, para que resulte clara la victoria –propia y ajena- a la hora de examinarlos, y también el camino que falta recorrer. Accesibles, para que estén a la mano sin una constante escasez de recursos y sin necesidad de circunstancias exóticas que dificulten las cosas, hay que escoger situaciones que se puedan sacar adelante con un pequeño esfuerzo constante.

Es importante saber frenar los ímpetus para “ir despacio pero sin pausa”. La maestría en las tácticas y el carácter logrado permitirán, poco a poco, construir hábitos más complejos con mayor rapidez. Si logramos que la capacidad de elegir decida adquirir el nuevo hábito, y ésta decisión es renovada constantemente, entonces la persona comienza un interesante itinerario:

Page 26: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Interiorización de las actitudes valorales: la cristalización de una nueva sensibilidad valoral.

Este itinerario conduce a la persona a una mayor conciencia de la carencia del hábito que se ha propuesto adquirir. Lo que comenzó como “algo” vago y difuso en el ámbito teórico, comienza a ser advertido con mayor claridad y precisión en el ámbito práctico. Se hace más firme la convicción de la carencia del hábito propuesto y la abundancia y fuerza del hábito antagónico indeseado. Si la persona llega a esta etapa, suele ocurrir un hecho que conviene señalar: Comienza a descubrir en otras personas el valor “vivido” que está procurando adquirir. La transformación que comienza a obrarse en la persona, le permite advertir ese valor en los demás. Esta situación es importante, pues deja una impresión de realidad que aglutina la vida emocional con la racional en una sola dirección: “la cognición intencional”. De esta manera puede comenzar a remontar el claroscuro que enfrenta y sin abandonar a la capacidad de elegir a su suerte. La cognición intencional:

Cuando la persona es finalmente atraída por los valores – que ahora ya reconoce- ésta acepta tal atracción convirtiéndole en un propósito querido y reflexionado a la luz de la realidad –unión de cognición e intención- se decide entonces, irrevocablemente, a adquirir el nuevo hábito de excelencia contemplándole como tarea a realizar (esta unión de cognición e intención patente en la firme decisión, se conoce ya como “sensibilidad valoral activa”). Tal sensibilidad activa es capaz de advertir el valor en actos concretos –propios y ajenos- incluso después de verlos realizados, dotando de creatividad y ajuste a las estrategias encaminadas a adquirir los hábitos de excelencia, los que ahora anhela.

4. Punto de inflexión:

Al continuar nuestro proceso, se presenta otra etapa. Ahora la sensibilidad adquirida es activa (cognición intencional) y exige –para realizar su acción- una nueva condición para establecer los nuevos hábitos: la capacidad de detenerse "un instante" antes de actuar. En este punto el juicio crítico se suma a la sensibilidad valoral haciéndole más honda y firme, pero también más adaptativa. Ya no cabe actuar sin pensar, llega la hora de la abolición de lo mecánico y lo compulsivo, ahora los hábitos antagónicos ya no son "transparentes" sino que contrastan claramente haciéndose blancos más vulnerables. Sin embargo, “la pausa crítica” no es suficiente, los antagónicos están aún dentro de la persona a manera de fuerzas opositoras (aunque en pleno proceso de extinción) capaces de inclinar la fuerza tendencial a los

antivalores.

La sensibilidad valoral activa (cognición intencional) comienza a descubrir en la práctica las oportunidades de vivir el valor: lo que al principio sólo era plano teórico ahora es importante en la práctica. La cognición intencional se ve

Page 27: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

reforzada por esa claridad y la sensibilidad comienza a intensificarse, ahora

aparece el deseo de instaurar los valores donde faltan

Llamamos a esta etapa punto de inflexión porque en ella comienzan, poco a poco, a predominar los actos propios del nuevo hábito de excelencia, aunque aún estén presentes las acciones características del hábito anterior. Comienza a salir el viejo hábito y a entrar el nuevo, una nueva sensibilidad valoral ahora completamente activa. Se ve con claridad la necesidad de reforzar la conjunción cognición-intención-juicio mediante “la reflexión nocturna” la cual

alimenta la nueva sensibilidad.

5. Nacimiento de un hábito de excelencia:

Ahora son más frecuentes las ocasiones en las que “la cognición intencional” (sensibilidad valoral activa) ya no se une al juicio mediante un acto reflexivo, que sería más o menos así: “iba a dejar esto fuera de su lugar, tengo este propósito, y aunque me cueste esfuerzo, venceré”. En este punto ya se actúa con más rapidez y el valor se realiza en la mayoría de las situaciones. La cognición intencional busca ocasión de practicar el nuevo hábito para obtener el valor. Ahora la persona empieza a actuar “sin pensar” en la dirección del hábito de excelencia; ahora el valor le resultará natural o "transparente" como anteriormente le eran transparentes los antivalores o hábitos antagónicos. Presenciamos el surgimiento del “Yo” espejo de excelencia.

La persona es ahora -por ejemplo- ordenada con naturalidad, espontaneidad y constancia en gran número de circunstancias singulares y concretas. De nuevo se hace presente la "transparencia" característica de un hábito pero esta vez de excelencia. El protagonismo de la razón comienza a declinar; ya no es necesaria una cognición intencional, sino de nuevo una sensibilidad valoral pasiva. La capacidad de elegir se inclina por obrar en la dirección del nuevo hábito. La afectividad colabora reforzando el querer del corazón, pues la persona comienza a encontrar gusto y placer en los actos propios del nuevo

hábito de excelencia.

La adquisición de un hábito de excelencia conlleva un proceso de integración en el interior de la persona. Recordamos que al poco tiempo de iniciar, la afectividad reclamaba lo arduo y se resistía al cambio: no le agradaba la lucha. Por otra parte se presentaban las razones y experiencias de conveniencia para el cambio. La capacidad de elegir podría optar por el gusto y haber parado el proceso, u optar por la razón y el apoyo que recibía desde el exterior por parte de sus formadores, y continuar la lucha. Una vez adquirida la nueva sensibilidad valoral –a base de un diseño de actitudes también valorales- se configura el interior de la persona en torno al recién adquirido hábito de excelencia, los sentimientos ahora colaboran otorgando sentido emotivo a la nueva situación. Cuando se ha adquirido un hábito de excelencia y se actúa en esa dirección fácilmente experimenta gusto y se minimiza el error.

Page 28: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Etapas del proceso en la adquisición de un hábito.

Page 29: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Page 30: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Page 31: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

PERSONA Y HÁBITOS DE EXCELENCIA:

Educar para la vida

Consiste en forjar (otorgar firmeza, consistencia y forma) hábitos de excelencia que se logran gracias a dos momentos interdependientes: uno teórico y otro práctico. Esta idea exige llevar a cabo un proceso que consiste en conocer, practicar y adquirir la excelencia y nobleza que está patente en la dignidad y elevación natural del ser humano, cualidades que permiten vivir al hombre en completa autenticidad con su ser, y por lo tanto, alcanzar la felicidad que le es propia. Por eso la Educación de los valores es “el arte de las buenas costumbres”, donde el calificativo “buenas” hace referencia a aquellas que le dan madurez y perfección en consonancia con la naturaleza de la realidad

¿En qué consiste la educación del carácter? En primer lugar: hay que adquirir valores dignos de la persona; después tenemos que acostumbrarnos, con un ejercicio continuo, a obrar según nuestros nobles ideales de valor en cualquier circunstancia de la vida. La vida valoral del hombre sin hábitos está toda ella expuesta a continuas sacudidas y es como la caña azotada por la tempestad. Hoy obra de un modo, mañana se deja llevar por otro parecer. Antes de todo, pues, pongamos valores firmes en nuestro interior; después adquiramos fuerzas para seguir siempre lo que hemos juzgado justo y recto.

El primer deber que nos incumbe es formar valores propios para la persona. El segundo deber -ya más difícil- es seguir tales valores, es decir, educar-se para una vida de carácter.

Tener carácter implica una decisión firme y una férrea capacidad de elegir para proponernos objetivos y alcanzarlos en la medida de nuestras posibilidades, el cultivo de los buenos hábitos, la actitud positiva hacia el autodominio y el esfuerzo por dominar nuestros impulsos y egoísmo. Una persona con carácter

Page 32: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

tiene retos constantes, no contra los demás, sino para consigo mismo. Cada reto personal es una manera de forjar un carácter recio, firme y decidido, incapaz de detenerse ante los obstáculos, de lamentarse por el cansancio o

cuando las cosas salen mal.

Nadie es capaz de vivir bien con sólo desearlo. Hace falta, primero tener claro en qué consiste vivir bien, y después adquirir los hábitos necesarios para llevar a la práctica ese conocimiento: un buen pianista no se hace si toca al capricho, tiene que hacerlo técnicamente, y si cultiva hábitos contrarios a la finalidad de la belleza y el buen gusto musical después le significará un muro entre su arte y el éxito. En le ser humano no hay acciones neutras, en realidad toda acción propia y libre forja, o bien un hábito de excelencia o uno antagónico, un vicio.

Para que la vida tenga sentido y merezca la pena ser vivida, es preciso reflexionar con frecuencia -tal como se dice a veces- “tener 20 razones”, de modo que vayamos eliminando en nosotros los detalles de contradicción o de incoherencia que vayamos detectando y que reconvierten en obstáculos que nos descaminan de ese itinerario que nos hemos trazado hacia el buen vivir. Si con demasiada frecuencia nos proponemos hacer una cosa y luego hacemos otra, es fácil que estén fallando las pautas que conducen nuestra vida. Muchas veces lo justificaremos diciendo que «ya nos gustaría hacer todo lo que nos proponemos», o que siempre «del dicho al hecho hay mucho trecho», o alguna que otra frase lapidaria que nos excuse un poco de corregir el rumbo y esforzarnos seriamente en ser fieles a nuestro proyecto de vida.

Este arte del buen vivir, es tan opinable como cualquier otro arte… el culinario tiene sus técnicas, que deja cierta libertad de sazón pero tienen que respetarse los pasos de la receta; en forma similar para lograr la realización del hombre hay ciertas reglas y “recetas”. Por eso la ética no depende de los gustos de cada uno y se considera ciencia universal. No es algo que cada uno pueda crear según le apetece y no es cuestión de opiniones: la razón nos lo dice: ¡No da lo mismo comportarse de cualquier modo! si ingiero demasiado alcohol me puedo volver alcohólico o me enfermo de cirrosis, aunque yo no lo considere. Si como de más me puedo indigestar, a pesar de haber disfrutado del banquete, si abuso del sexo me puedo contagiar o meter en serios problemas personales, con esfuerzo, saldré adelante más fácil que sin é; si soy ordenado encontraré lo que busco y si anoto el pendiente o la tarea, es más difícil que se me olvide.

Es cierto que los viejos hábitos ejercen sobre nosotros una inercia muy fuerte, y que romper con modos “segundos” de ser o de hacer -muy arraigados- puede resultarnos verdaderamente costoso. A veces, no nos bastará con sólo una firme resolución y un corazón fuerte, sino que necesitaremos de la ayuda de otros. Para superar hábitos negativos, como por ejemplo los relacionados con la pereza, el egoísmo, la insinceridad, la susceptibilidad, el pesimismo, etc., puede resultar decisiva la ayuda de personas que nos aprecian, y que mejor que la de los maestros y los padres. Si se logra crear un ambiente de diálogo en el que resulte fácil comprender al otro y al tiempo decirle lo que debe mejorar, todos se sentirán comprendidos y ayudados, y eso es siempre muy

eficaz.

Page 33: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

La reflexión sobre la propia vida aleja al hombre de la visión superficial de las cosas y le hace recorrer su propio camino, lo que el griego Sócrates llamaba “vida examinada”. La vida presenta numerosos interrogantes, de los que normalmente sólo se obtiene respuestas parciales e incompletas, pero con una reflexión frecuente se puede lograr que la multitud de preocupaciones, afanes y

aspiraciones de la vida diaria no desvíen su atención de lo realmente valioso.

Vivir con acierto exige una disposición de búsqueda solícita de lo que nos conviene como personas, un compromiso claro y firme de dirigirse hacia lo mejor, a lo que es de calidad y excelencia. Cuando se actúa así, pronto se comprueba que la libertad se ensancha cuando se uno compromete con lo que uno verdaderamente es y hace lo que es conveniente.

El ser humano necesita saber, sin trivializaciones, lo que le conviene y lo que no le conviene. Cuando reflexiona con profundidad, comprende que la vida fácil sólo proporciona satisfacciones fugaces en medio de una insatisfacción general, descubre que su acierto en el vivir está necesariamente ligado a su desarrollo de excelencia.

Sin embargo, la mayoría de las personas suelen dedicar poco tiempo a reflexionar. Quizá se deba a que la reflexión se atrofia con los estilos de vida enajenantes donde la banalización y el sinsentido van muy unidos a la conducta diaria, existe además miedo a cambiar algo en nuestra vida porque se intuye lo nos costará hacerlo. Sin duda, errar es muy humano, pero también es muy humano —y quizá más— el empeño por superar los errores, si en nuestra vida hay una ruptura, sobre la que casi ni nos atrevemos a pensar, debemos alertarnos y buscar respuestas. Si la vida va muy por delante de nuestro pensamiento y nos encontramos actuando sin habernos dado casi tiempo a hacer elecciones razonadas, de todos modos elegiremos pero sin bases, lo cual es riesgoso. Resulta entonces urgente que alguien nos diga: necesitas reflexionar.

Lo queramos o no, la vida supone un reto muy exigente y permanente donde la mayor parte de los fracasos humanos son causados por una precipitada cancelación del esfuerzo. Hay que esforzarse, luchar, correr..., y tanto si pensamos estar en el papel del león (peleando por alcanzar un objetivo) como si nos vemos más bien en el puesto de la gacela (intentando evitar un desastre. Por ello es tan importante que los hábitos de excelencia se posean verdaderamente. Hay que forjar con acierto el propio carácter, educarnos para la vida, lo que no representa una tarea fácil ni rápida. Sin embargo es posible y asequible esta meta para todos y su acción es decisiva para el resultado global

de nuestra existencia.

¿Qué es el carácter? Ya dijimos anteriormente que <<tener “el carácter forjado” no es otra cosa que la capacidad de actuar -en ausencia objetiva de estímulos valorales- de la misma forma en que se haría en su presencia patente, con la paciencia, seguridad y la certeza inteligente de que tal comportamiento incrementará momento a momento –irrevocablemente- la aparición del bien y la

Page 34: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

felicidad en la propia vida>>, entendido esto ¿Qué pasaría si no tuviéramos carácter? Quien no es capaz de guiarse en la vida, apoyado en su carácter -antes que en sus emociones o el exterior- acaba perdiendo libertad y equivocándose; deja de ser dueño de sus actos y sus decisiones defectuosas no llegan a término; su personalidad se resquebraja, el contenido de su existencia se empobrece por la incapacidad de realizar o adquirir nuevos valores, o por no desarrollar los que ya se poseen.

Un carácter fortuito está plagado de debilidades que lo hacen presa fácil, por ejemplo, de la propaganda, de los tópicos en boga, de las modas vacías; por ello no basta enseñar a los alumnos e hijos como “deberían vivir los valores”, sino que además debemos hacer viable y concreta esta tarea.

Carlos Llano ha apuntado que: “El carácter del hombre se fragua no en la armonía, sino en el combate. En su significado más verdadero, se define como una estructura (de excelencia). Si nos atenemos a las afirmaciones de Octavio

Paz, tener carácter es poseer “un denso coeficiente de autodominio”2.

Para formar el carácter, y los hábitos de excelencia que lo conforman, es necesario configurarlo con valores. Vemos como en las últimas décadas se han declarado diversas cruzadas contra diferentes problemas que amenazan nuestra sociedad: el fracaso escolar, el alcoholismo, los embarazos de adolescentes, la violencia juvenil, las drogas, la inestabilidad familiar, etc. Sin embargo, una y otra vez se comprueba que suele llegarse demasiado tarde, cuando la situación ha alcanzado ya proporciones endémicas y ha arraigado fuertemente en las vidas de las personas. La mayoría de esas campañas se centran en la información sobre los muchos males que traen consigo esos errores. Sin embargo la experiencia resultante es que la información, aunque tenga indudable utilidad, por sí sola resuelve bastante poco. Y esto sucede porque la mayoría de las veces el problema no es propiamente la droga, el fracaso escolar, etc., sino las crisis afectivas, que no se saben controlar por falta de carácter y de una adecuada educación al respecto.

Lo importante es adquirir el carácter a través de actitudes valorales y apoyarlo en una sensibilidad valoral activa; éste es un proceso arduo, como se ha visto, pero muy posible. Es preciso insistir en la necesidad de dejar de mirar el lado antipático que siempre presenta cualquier esfuerzo, y observar un poco más su lado atractivo, su rostro amable, su efecto liberador. Parece obvio que trabajar de mala gana, hacer siempre lo mínimo posible, mostrarse egoísta e insolidario, etc., es más frustrante y triste que trabajar con empeño e ilusión, ayudar en lo posible a los demás... El camino del carácter, de los hábitos de excelencia y valores es un camino que permanece oculto para muchas personas, ya que lo imaginan como algo frío, aburrido y triste, cuando en realidad la mejora personal es un camino siempre menos fatigoso, más alegre, más interesante y más atractivo, que el conflicto y el fracaso (por lo tanto, baja

autoestima). No hay que confundir la alegría con la comodidad y el placer.

2 Carlos Llano, El carácter: ¿armonía o lucha? Istmo Año 38 - Número 224 - Mayo/junio 1996.

Page 35: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

Se trata de reconciliar a la persona en su totalidad en orden a los valores auténticos, de poner en marcha el corazón, tanto en la familia como en las aulas o en las relaciones humanas. Es preciso tener en cuenta la complejidad y la riqueza de la persona, de modo que la educación en valores atienda a todas sus dimensiones, no solo a las intelectuales, sino también a las intencionales; que recoja en un solo sentido la intelección, la acción, los sentimientos y los afectos, para orbitarlos en equilibrio y armonía alrededor de la dignidad y la

excelencia concretas.

FORJAR EL CARÁCTER ARMONIZA A LA PERSONA EN SU TOTALIDAD:

El objetivo de la educación en valores es precisamente el de integrar la razón y las motivaciones con los sentimientos y la corporalidad en cada actuación de la persona, enriqueciendo así la capacidad de orientarse a la elección de valores auténticamente humanos. Sólo así la lancha se mantendrá a flote y llegará a su destino.

Formación del carácter:

Fortalecer la capacidad de elegir: educar la motivación

La capacidad de elegir crece con su ejercicio continuado y cuando se va entrenando en direcciones determinadas. Eso sólo se logra venciendo en la

lucha que —queramos o no— vamos librando de día en día.

Ejercítate cada día en vencerte, aun que sea en cosas muy pequeñas.

Recuerda aquello de que por un clavo se perdió una herradura, por una herradura un caballo, por un caballo un caballero, por un caballero una batalla,

por una batalla un ejército, por un ejército, por un ejército un imperio...

Page 36: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

En la tarea de educar, los valores son los protagonistas mientras acompañamos al niño en el proceso de ser persona. Tomamos la palabra educar en el sentido social, ético y moral que se conecta directamente a la formación del carácter, ya que se produce en la persona un movimiento de adentro hacia afuera que involucra todo su ser.

Educar el carácter es también dar un correcto sentido de autoestima que debe estar presente en todo proceso educativo, tanto familiar como escolar, y resulta fundamental para la propia maduración psicológica. Cuando la persona aprende a respetarse a sí misma, y a no compararse dañosa e inútilmente con los demás, tiene entonces mayor facilidad para tomar conciencia de su propia singularidad y dignidad. Es decisivo comprender que cada ser humano posee unas habilidades propias que sólo él mismo —con la ayuda que sea necesaria— puede llegar a hacer rendir, proponiéndose proyectos y metas a

las que se siente llamado y que llenarán de contenido su existencia.

El fomento de la autoestima no debe llevar, bajo ningún concepto, a promover un modelo de personalidad narcisista. La autoestima es un sensato y equilibrado afecto por uno mismo, que no tiene por qué conducir al egoísmo ni a la vanidad. La autoestima es respeto a la propia persona, convicción de que cada uno es portador de una alta dignidad como hombre, comprensión profunda de que cada ser humano es irrepetible, llamado a realizar en el

mundo una tarea que dará sentido a su vida y que nadie puede hacer por él.

Esta consolidación de la capacidad de elegir admite una sencilla comparación con la fortaleza física: unos tienen de natural más fuerza que otros; pero sobre todo influye la educación que se ha recibido y el entrenamiento que uno haga. Hay que seguir una tabla de ejercicios para fortalecer los músculos de nuestra capacidad de elegir, haciendo ejercicios repetidos, y que supongan esfuerzo. Ahora hago esto porque es mi deber; y ahora esto otro, aunque no me agrada, para agradar a esa persona que trabaja conmigo; y en casa cederé en ese capricho o en esa manía, en favor de los gustos de quienes conviven conmigo; y evitaré aquella mala costumbre que no me gustaría ver en los míos; y me propongo luchar contra ese egoísmo de fondo para ocuparme de aquél; y superar la pereza que me lleva a abandonarme en mi preparación profesional,

mi formación cultural

Tener carácter implica una decisión firme y una férrea voluntad para proponernos objetivos y alcanzarlos en la medida de nuestras posibilidades, constancia en el cultivo de los hábitos de excelencia, una actitud positiva hacia el trabajo y el esfuerzo continuo por dominar los impulsos de nuestro

temperamento.

Con base en todo esto, podemos afirmar que una persona con carácter:

- Tiene retos constantes para consigo mismo.

Page 37: LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA · educando estoy acercándome objetivamente hacia ese ideal educativo? La respuesta esta relacionada con lo que se ha expuesto anteriormente: en la medida

INSTITUTO AZTECA DE FORMACIÓN EMPRESARIAL

LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA PEDAGOGÍA

- Cumple con sus deberes y obligaciones sobreponiéndose a las

dificultades y al cansancio.

- Modera su estado de ánimo y el mal humor para conservar la calma en cualquier circunstancia.

Decisión, reflexión y perseverancia para alcanzar nuestros objetivos, constituyen un buen principio y una sólida base para hacer del carácter.

Hay una primera concesión de esta amplia responsabilidad que afecta a la persona del educador. Si el educador en la escuela ha de contribuir a que el hombre se descubra a sí mismo, descubra el mundo y su profundo significado, no es indiferente el concepto de hombre y de mundo que tenga. Y más que el concepto, más que la visión intelectual, importa su actitud valorativa de los demás hombres y de su inserción en el mundo; lo que él sea y el modo, incluso, de autoconocerse, constituye la aportación fundamental al proceso de

autorrealización del alumno.

Pero la educación no se reduce a la realización profesor-alumno. En el marco de la escuela como institución se da una interacción constante entre la estructura, la organización y la metodología didáctica. Estos conllevan a juicios de valor y convierten a estos medios en vehículos decisivos de esquemas de valoración y de adhesión a determinados valores. Los valores no existen sin el hombre, que con ellos está en disposición de dar significado a la propia existencia. El centro o el "lugar" de los valores es el hombre concreto que existe con los demás en el mundo para realizar su propia existencia. Las cosas adquieren valor en la medida en que se insertan en este proceso de humanización del hombre. Esta condición del encuentro con los valores reclama una actitud educativa en la que de nuevo hay que reconocer el lugar

central del hombre en la constelación de los valores, reconocimiento que nos conduce de inmediato a la esfera de la libertad humana. Y, ¿no es éste el terreno educativo por excelencia? Forjar el carácter, educar para la vida es comprometerse a forjar personas autónomas, dueñas de sí mismas y para ello necesitamos una pedagogía del valor a la altura de tal misión educativa.” (Tecnología Educativa, Edumas, Documentos Internos)