LISBOA

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LA REVISTA DEL EMPRESARIO | 23 AZ VIAJES LA REVISTA DEL EMPRESARIO | 22 AZ VIAJES Escenas lisboetas La capital de Portugal está tan cerca de nosotros que muchas veces pasa desapercibida. Ella siempre guarda un halo de misterio, una pizca de timidez y un montón de sorpresas. Es hora de devolverle su protagonismo a través de un recorrido por algunos de sus lugares con más encanto. El resto corre a cuenta del lector: es un destino perfecto para una escapada. Por Marta Copeiro del Villar Fotografía: Álvaro Viloria

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Escenas lisboetas

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Escenaslisboetas

La capital de Portugal está tan cercade nosotros que muchas veces pasadesapercibida. Ella siempre guardaun halo de misterio, una pizca detimidez y un montón de sorpresas.Es hora de devolverle su protagonismoa través de un recorrido por algunosde sus lugares con más encanto.El resto corre a cuenta del lector: esun destino perfecto para una escapada.

Por Marta Copeiro del VillarFotografía: Álvaro Viloria

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Tan cercana y tan distante a lavez, Lisboa, que mira hacia el Atlántico,parece recordar siempre su pasado marine-ro y su época de los grandes descubrimien-tos por mundos hasta entonces desconoci-dos. Nos lo recuerdan casi a cada paso susescenas y su arquitectura, con la Torre deBelén, el Monumento a los Descubrimientosy el Monasterio de los Jerónimos al frente.Nada más llegar, el impresionante CristoRey saluda al otro lado del puente del 25de Abril. Hay algo en Lisboa que destila esearoma nostálgico que tanto caracteriza anuestros vecinos y que ellos denominanmelódicamente saudade. Es un sentimientoque aflora fácilmente cuando uno tiene laoportunidad de escuchar un buen fado enel barrio de Alfama. Son como suaves llan-tos que caen calle abajo en busca del Tajo ydel océano abierto, a donde fueron muchosde los protagonistas de estas canciones. Lamujer que las interpreta en esta ocasiónparece arropar esas vivencias con las notasde las ocho cuerdas de una guitarra.Nosotros les recomendamos diluirlas en unbuen Porto. Es una estupenda forma decomenzar este viaje y de entregarse al firmepropósito de redescubrir sus encantos.Al día siguiente se puede comprobar queLisboa es mucho más que morriña. Estállena de movimiento. Sus tranvías parecentejer continuos viajes en los que se mez-clan diversas épocas, repartidas entre sussiete colinas. Como apoyo, en esta ciudadsiempre hay un mirador al que asomarsepara respirar y ver el devenir del tiempo.Muchos de esos viajes a través de la ciudadtambién se pueden hacer en sus funicula-res, como el de Gloria o el de Bica, quetransporta muy despacio a los pasajeroshacia la zona alta o baja de la ciudad. Haymodernísimos locales que conviven juntoa antiguas mercerías que parecen sacadasde un tiempo ya olvidado. Pero esta mez-cla no resulta estridente, sino que se pre-senta como otra de sus señas de identidad.En el centro, detrás de la Plaza delComercio, las fachadas de los edificioslucen rejuvenecidas y las terrazas están ani-madas casi a cualquier hora, pues el climaen Lisboa es muy generoso. Uno de los

mejores sitios para tomarse algo y disfrutarde excelentes vistas se encuentra en lo altodel Elevador de Santa Justa, que une elBarrio Alto con el de Baixa Pombalina. Elnombre le viene del marqués de Pombal,pues él fue quien reconstruyó la zona trasel grave terremoto de 1755. Y, todo seadicho de paso, no ha sido ni el único terre-moto y ni la única cicatriz que le ha que-dado a la ciudad. El intelectual y artísticobarrio de Chiado sucumbió más reciente-mente a las llamas, en 1988, y ha debidoser reconstruido de nuevo. Esto, unido alhecho de que por ella hayan pasado roma-nos, visigodos, árabes y cristianos, haceque Lisboa presuma de varias caras. Y lamejor forma de contemplarlas en unaúnica panorámica es desde lo alto delCastillo de San Jorge. Para lo que, denuevo, es muy práctico recurrir al tranvíay atravesar de paso los barrios antiguos deAlfama, Castelo y Mouraria. Son de origen

medieval y están compuestos principalmen-te por pequeñas viviendas y sinuosas -a lapar que despiadadas- calles en escalera. Perotodo acaba al llegar a la antigua fortifica-ción y residencia de los monarcas portugue-ses. Allí la vista se libera de la sensaciónlaberíntica y se pierde por toda la inmensi-dad de la ciudad, alcanzando hasta los con-fines donde el Tajo parece tocar el mar.Tras un exhausto recorrido por su fisonomía,Lisboa le deja a uno la certeza de que las jor-nadas aquí no sólo siguen siendo ricas ensaudade sino que también son muy intensas.De ahí la sugerencia de dejar para el final unacena en uno de los restaurantes más solicita-dos del momento, Eleven, y zanjar la visitaalojándose en uno de los hoteles con másencanto y que fue residencia privada delConde de Valenças, el Lapa Palace. Y así, conun local nuevo y otro clásico, elegimos nues-tro particular toque de antigua modernidad,binomio constante de esta ciudad.

LISBOA ESTÁLLENA DEMOVIMIENTO.SUS TRANVÍASPARECENTEJERCONTINUOSVIAJES EN LOSQUE SEMEZCLANDIVERSASÉPOCAS,REPARTIDASENTRE SUSSIETECOLINAS.COMOAPOYO, ENESTA CIUDADSIEMPRE HAYUN MIRADORAL QUEASOMARSEPARARESPIRAR YVER ELDEVENIR DELTIEMPO.

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Guía prácticaCómo llegar. Lisboa es fácilmente accesible desde España por aire, portren y por carretera. Existen varias líneas aéreas que conectan diferentes ciudadesespañolas con Lisboa, como las portuguesas TAP Air Portugal (www.flytap.com),Portugalia (flypga.com) o la de bajo coste Vueling (www.vueling.com). Por otraparte, desde la estación madrileña de Chamartín parte un tren-hotel todas lasnoches a las 22.45 que llega a la estación de Lisboa Santa Apolonia a las 8.15 dela mañana, realizando a la vuelta un trayecto similar. Por carretera, desde Madridhay unos 630 kilómetros siguiendo la autovía de Extremadura y enlazando con laautopista de peaje portuguesa que lleva hasta Lisboa.

Cuándo ir. Cualquier época es buena para escaparse unos días a Lisboa.Su clima es suave y moderado.

Alojamiento. Lapa PalaceNada como un precioso palacio en lo alto de una de las colinas lisboetas para hacerinolvidable la visita a la capital portuguesa. Cuenta con una larga historia que se con-centra en sus salones y 109 habitaciones, de las cuales 20 son suites y 89 guestrooms. En ellas le agasajan a uno con todos los servicios imaginables, prestandoespecial atención a los detalles y cortesías reservadas a sus huéspedes. Las estan-cias tienen vistas hacia el Tajo, hacia la ciudad o hacia su particular jardín, con pis-cina incluida. Fiel a su espíritu Orient Express, su restaurante es heredero del míti-co Hotel Cipriano de Venecia, del que toma el nombre y muchas de las recetasservidas, ofreciendo una doble especialidad gastronómica: la portuguesa y la italia-na. También es famoso su Bar Rio Tejo por su variada carta de tés, los chás enportugués. Pero sus encantos no finalizan aquí, pues alberga uno de los mejoresspas de Lisboa, con los exclusivos productos de La Prairie. Es un hotel histórico,lujoso, cómodo y muy romántico. Para una estancia se puede recurrir a sus múlti-ples paquetes, con opciones adaptadas para parejas, familias o viajes de negocios.Rua do Pau de Bandeira, 4.Tel.: +351 21 394 94 01www.lapa-palace.comwww.orient-express.com

Consejos.- Un buen sitio para tomarse algo al atardecer es la terraza del Hotel Bairro Alto,en la Plaza de Luis de Camoes, 8. www.bairroaltohotel.com- El Clube de Fado es el lugar perfecto para dejarse embriagar por los fados.Está en la Rua de S. João da Praça, 94, muy cerca de la catedral Sé.www.clube-de-fado.com- Para una apuesta por los sabores nuevos de Lisboa, Eleven, situado en la RuaMarqués de Fronteira, jardín Amalia Rodrigues, 1070. www.restauranteleven.com- Una especialidad que no se debe pasar por alto son los pasteles de Belém, dul-ces tartaletas de crema y hojaldre con un ligero toque de canela y azúcar glaseada.El mejor lugar para probarlos es la Antigua Confitería de Belém, muy cerca delMonasterio de los Jerónimos.- Es fundamental llevar un calzado cómodo, resistente a las calzadas adoquinadasy las resbaladizas escaleras de sus colinas.

Más información: Oficina de Turismo de Lisboa: www.visitlisboa.com

POR ELLA HANPASADO

ROMANOS,VISIGODOS,

ÁRABES YCRISTIANOS;

ESTO HACEQUE LISBOA

PRESUMA DEVARIAS CARAS,

Y LA MEJORFORMA DE

OBSERVARLASEN UNA ÚNICA

PANORÁMICAES DESDE LO

ALTO DELCASTILLO DE

SAN JORGE,RECURRIENDODE NUEVO AL

TRANVÍA YATRAVESANDO

LOS BARRIOSANTIGUOS DE

ALFAMA,CASTELO Y

MOURARIA.