Literatura hispanoamericana contemporánea
-
Upload
rodrigo-torres -
Category
Documents
-
view
22 -
download
0
Transcript of Literatura hispanoamericana contemporánea
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Ingeniería
Semestre 2014-2
Literatura Hispanoamericana Contemporánea
Grupo 25
Profesor: Lic. Ana Yantzin Pérez Cortés
Ensayo “Sobre Saturno, sus anillos y sus lunas”
Galeano Torres Rodrigo
El motivo de este trabajo nace hace más de diez años, cuando empecé a ver las primeras
representaciones del sistema solar en la primaria. Realmente me maraville al ver un planeta
tan peculiar, diferente a todos los demás: gigante, imponente, de tono anaranjado y con un
adorno que le daba su sello característico, sus anillos. Esto me llevo a ser un aficionado de
este planeta, investigando y estando al pendiente de las misiones que la NASA ha enviado
con el fin de visitar a nuestro vecino del sistema solar. Ahora 10 años después, inscrito en
la Facultad de Ingeniería, mi intención es escribir este ensayo con el fin de que sea
entendible para cualquier persona, utilizando un lenguaje ameno y empleando los números
en casos verdaderamente necesarios. Bueno, en realidad esto va dirigido solo a las personas
curiosas.
En el segundo planeta más grande del sistema solar la lluvia llega una vez cada 10 siglos,
en forma de torrentes de metano líquido. El pernicioso aire es tan denso que opaca la luz
solar, congelando el paisaje en un eterno, suave y colorido crepúsculo. El frio, de -179°C,
es letal. A través del brumoso cielo se puede ver el enorme planeta legendario: Saturno.
Aunque no lo parezca a simple vista, Titán, la luna más grande se Saturno, es un orbe
extrañamente parecido al nuestro, cuenta con todo el material y los elementos para
desarrollarse como la Tierra, pero nunca ha tenido la oportunidad de crecer. La densa
atmosfera está llena de hidrocarburo. Los esporádicos monzones de metano crean abruptos
que han abierto cauces muy hondos en las colinas de Titán y que descienden a una gran
planicie arenosa. Al igual que la Tierra, Titán puede llegar actividad geológica y volcánica,
solo que de manera más lenta y fría, presentando erupciones de una mezcla parecida a la
lava, compuesta de aguanieve y amoniaco. Lo más llamativo de Titán es que sus vientos
suaves transportan una rica mezcla de moléculas orgánicas.
Durante años estábamos acostumbrados a solo imaginarse el aspecto de esta luna. Pero
ahora la hemos visitado. Desde Julio de 2004 hemos tenido un mensajero de buenas
noticias, su nombre es Cassiani, una nave espacial que se aproxima a las lunas y los anillos
de Saturno y se ha hospedado en el segundo planeta más grande del vecindario. El
compañero fiel de Cassiani es Huygens, una pequeña sonda que fue lanzada por su
compañera para explorar la superficie de Titán.
El encuentro con Titán fue uno de los momentos más emocionantes de esta travesía, la cual
también ha sido una especie de viaje al pasado. Desde el exótico hidrogeno metálico en su
interior hasta sus lunas y los finos escombros de sus anillos, Saturno nos aporta
información sobre cómo se formó el sistema solar hace 4,600 millones de años y cómo
surgió la vida. Según el científico Jeff Cuzzi, del centro de investigaciones Ames de la
NASA, el planeta y su sequito en órbita “nos conectan con la estructura más grande del
sistema solar y la evolución en la más grandiosa de las escalas”.
Saturno ha sido una de misterios. En 1610, Galileo descubrió lo que aún constituye su
característica más sorprendente, sus anillos. Sin embargo al observarlos a través de su
rudimentario telescopio los confundió con dos cuerpos menos, y no fue sino hasta 1656
cuando el astrónomo holandés Cristian Huygens se percató que eran anillos.
Desde entonces los astrónomos han descubierto otras lunas: 56 hasta el día de hoy. En la
década de 1940, con mejores telescopios, se pudo discernir una fabulosa franja alrededor de
Titán, la primera señal de que, a diferencia de los demás lunas observadas en el vecindario,
tenía una atmosfera densa. Con esto ya podemos afirmar que nuestra amiga es un astro muy
peculiar y de gran interés. Finalmente las primeras sondas espaciales que pasaron junto a
Saturno –la Pionner 11 y las Voyager 1 y 2 a finales de los setenta y principios de los
ochenta del siglo pasado- tomaron fotografías en vivo y en directo del planeta, sus anillos y
lunas.
Ahora los científicos pueden estudiar con mayor entendimiento al anillado planeta. El
orbitador Cassini y la sonda Huygens, diseñados y construidos por la NASA y las agencias
espaciales Europea en colaboración con la Italiana, consisten en un cilindro metálico de 6.7
metros de altura, equipado con una gran cantidad de instrumentos científicos y una antena
blanca en forma de plato en la parte superior. Despegó rumbo a Saturno en 1997 y llegó el
30 de junio de 2004 para iniciar una exploración que durará al menos cuatro años.
Al acercarse al final de su viaje de 3 500 millones de kilómetros, Cassini descendió a 20
000 kilómetros de altura, sobre las nubes color caramelo del planeta, pasando entre los
anillos exteriores. Desde los telescopios terrestres los anillos lucen bien definidos pero en
realidad son acumulación de escombros. Si el más pequeño de estos fragmentos hubiera
chocado contra la sonda, que paso entre los anillos a una velocidad de 110 000 kilómetros
por hora, la misión de 3 400 millones de dólares habría terminado allí.
El volumen de Saturno, el segundo planeta más grande del vecindario sólo atrás del colosal
Júpiter, es 700 veces mayor que la Tierra. Pero este cuerpo celeste está compuesto casi en
su totalidad de hidrogeno y es más liviano que el agua. Si se le dejara caer en un océano lo
suficientemente grande para contenerlo, flotaría. Gira a tal velocidad que el diámetro en su
ecuador es 11 800 kilómetros mayor que en los polos. Tan rápido, que un día dura menos
de once hora.
Debido a su composición primordialmente gaseosa, no tiene ningún raso geológico que
pueda revelar con exactitud su velocidad de rotación. Pero su denso interior genera un
potente campo magnético que gira con el planeta. Saturno surgió en la nube de polvo y gas
con forma de disco que giraba alrededor del Sol recién nacido, hace 4 600 millones de años.
Las partículas empezaron a unirse trozo a trozo hasta que la gravedad entro en acción,
atrayendo el material hacia los grupos de hierro y roca. Uno de ellos, quizá varias veces
mayor que la masa de la Tierra, fue la semilla de lo que hoy conocemos como Saturno.
Con el tiempo, la gravedad del núcleo rocoso de este planeta atrajo grandes nubes de gas de
hidrogeno, las cuales se agruparon de aquel, y la masa del planeta creció rápidamente. La
presión aumentó y comprimió la capa de hidrógeno más interna con tal fuerza que, se
infiere, la convirtió en un metal líquido, un excelente conductor de electricidad. Las
corrientes que surgieron a través del hidrógeno metálico son las que generan el intenso
campo magnético de Saturno.
Han transcurrido más de 4 000 millones de años y el núcleo aún conserva el calor de su
formación, el cual provoca enormes y calientes corrientes ascendentes en la capa
atmosférica interna del planeta, el cual provoca enormes y calientes corrientes ascendentes
en la capa atmosférica del planeta. Estas alientan vientos supersónicos de hasta 1 500
kilómetros por hora y generan gran cantidad de sistemas meteorológicos: tormentas,
relámpagos, zonas de nubes.
El diámetro de los principales anillos externos es de unos 265 500 kilómetros. Sin embargo,
el grosor de estas bandas de escombros congelados, en promedio, es de unos 40 kilómetros.
Nadie sabe con certeza como es que se formaron los anillos, aunque existe la hipótesis que
fue la gravedad de Saturno la que destrozó una luna helada o un cometa. Sea cual fuere su
origen, los anillos son nuevos en la escala temporal del cosmos. Si hubiesen existido
durante toda la vida del sistema solar, el brillo de estos sería más opaco.
Actualmente, en los anillos de Saturno, diminutas lunas harían las veces de los planetas de
nuestro sistema solar. La fuerza gravitacional de cada luna, si bien minúscula, ayuda a que
los anillos se conserven, al hacer que las partículas se mantengan unidas a sus orbitas. Una
luna también puede crear un hueco entre los anillos, ya que su gravedad puede mandar
ondas de densidad a través de un anillo cercano.
Una de las reliquias de nuestro sistema solar en sus comienzos todavía orbita Saturno: la
luna Febe. Este satélite gira en dirección opuesta a la mayoría de las demás luna, indicio de
la suya es una historia excepcional. En 2004, Cassini descubrió que la luna, de 220
kilómetros de diámetro, es una mescolanza de hielo, roca y compuestos de carbono, muy
similar a los objetos del cinturón de Kuiper: pequeños cuerpos de hielo en el exterior del
sistema solar que, se piensa, son los restos de los bloques que constituyeron los planetas. Es
tan hermoso pensar que en algún momento todo lo que conocemos alguna vez fue parte de
un ente y todo lo que lleguemos a conocer parte de este mismo y el trabajo de los
científicos es reconstruir este enorme rompecabezas cósmico.
Otras de las principales lunas de Saturno probablemente nacieron en la misma masa de gas,
polvo y roco que dio origen al planeta mismo, pero en la actualidad son muy diferentes.
Cassini reveló que algunas son poco más que una colección de escombros que apenas se
mantienen juntos, como Hiperión, una masa en forma de papa de 360 kilómetros de largo.
Las lunas más grandes tienen mayor densidad y características distintivas en su superficie,
ocasionadas por diversos accidentes o por su calor en este y la actividad geológica por este.
La más fascinante de las lunas de Saturno es la mayor, Titán. El 25 de diciembre de 2004,
seis meses después de su llegada a Saturno, Cassini lanzó a su compañera empedernida,
una pequeña sonda en forma de platillo llamada Huygens. Tres semanas después, Huygens
entró en la turbia atmosfera de la que es mi luna favorita, Titán.
Bibliografía
Ben Evans, D. M. (2004). NASA's Voyager Missions: Exploring the Outer Solar System and Beyond. Springer. Recuperado el 2 de 04 de 2014, de http://books.google.com.mx/books?id=MW4zvCyjHtQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
Harland, D. M. (2007). Cassini at Saturn: Huygens Results. Springer. Recuperado el 20 de 04 de 2014, de http://books.google.com.mx/books?id=ScORNbV0E8wC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
Ingo Müller-Wodarg, C. A. (2014). Titan: Interior, Surface, Atmosphere, and Space Environment (Vol. Volumen 14 de Cambridge Planetary Science). Cambridge University Press. Recuperado el 30 de 03 de 2014, de http://books.google.com.mx/books?id=ab4gAwAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
Russell, C. (2003). The Cassini-Huygens Mission: Overview, Objectives and Huygens Instrumentarium. Springer. Recuperado el 28 de 03 de 2014, de http://books.google.com.mx/books?id=IKnHwcOC-D4C&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false