LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

22
Page | 1 LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA POEMA DE MIO CID . ANÓNIMO CONTEXTO HISTÓRICO. Convencionalmente se da como inicio de la Edad Media el siglo V d. C., con lo que se llama, también convencionalmente, “la caída del Imperio Romano”. Esta desaparición del Imperio como entidad política, en realidad, es un lento proceso de paulatinas incursiones de las tribus germánicas en las zonas fronterizas del Imperio, unidas a la debilidad política de éste. La organización militar y política desaparecen y las provincias imperiales son ocupadas por los pueblos germánicos (los romanos los llamaban “bárbaros”, es decir, extranjeros), que se constituyen en reinos autónomos, generalmente hostiles entre sí. La consecuencia cultural más importante fue la pérdida de la comunicación con una metrópoli unificadora. A esto se le agrega el hecho de que estas antiguas provincias romanas, ocupadas ahora por las monarquías germánicas, eran pueblos conquistados por Roma, cuya lengua oficial era el latín y cuya lengua popular estaba en distintos grados de latinización. A este estado lingüístico y a la desmembración se le suma la influencia de las lenguas germanas, de modo que el latín de cada provincia comenzó a evolucionar en forma independiente dando origen a las llamadas “lenguas romances”. En el plano económico, continuó la tendencia de los últimos años del Imperio, en el sentido de la decadencia de las ciudades y el comercio y la acentuación de la vida rural.

Transcript of LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

Page 1: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 1

LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA

POEMA DE MIO CID. ANÓNIMO

CONTEXTO HISTÓRICO.

Convencionalmente se da como inicio de la Edad Media el siglo V d. C., con lo que se llama, también convencionalmente, “la caída del Imperio Romano”. Esta desaparición del Imperio como entidad política, en realidad, es un lento proceso de paulatinas incursiones de las tribus germánicas en las zonas fronterizas del Imperio, unidas a la debilidad política de éste. La organización militar y política desaparecen y las provincias imperiales son ocupadas por los pueblos germánicos (los romanos los llamaban “bárbaros”, es decir, extranjeros), que se constituyen en reinos autónomos, generalmente hostiles entre sí.

La consecuencia cultural más importante fue la pérdida de la comunicación con una metrópoli unificadora. A esto se le agrega el hecho de que estas antiguas provincias romanas, ocupadas ahora por las monarquías germánicas, eran pueblos conquistados por Roma, cuya lengua oficial era el latín y cuya lengua popular estaba en distintos grados de latinización. A este estado lingüístico y a la desmembración se le suma la influencia de las lenguas germanas, de modo que el latín de cada provincia comenzó a evolucionar en forma independiente dando origen a las llamadas “lenguas romances”.

En el plano económico, continuó la tendencia de los últimos años del Imperio, en el sentido de la decadencia de las ciudades y el comercio y la acentuación de la vida rural.

Como acontecimiento geopolítico importante sobresale el fenómeno islámico. En el siglo VII, los árabes, un pueblo hasta entonces nómade y habitante del desierto, concibe un nuevo ideal religioso: el Islam, en nombre del cual se lanza a la conquista de nuevos territorios para convertirlos a su fe; se transforma en un pueblo conquistador y constituye el Imperio Islámico, que a fines de ese siglo ya abarcaba el Asia Menor y el norte de África. En el siglo siguiente conquistaron la península ibérica y entraron en el reino franco (Francia), del cual fueron expulsados (Poitiers, 732) pero permanecieron en España, en estado de beligerancia con sus habitantes, durante toda la Edad Media.

Page 2: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 2

La Edad Media europea, y especialmente la española, está marcada por el ideal guerrero y esto responde a una realidad social y política: las continuas incursiones y saqueos de otros pueblos (húngaros, musulmanes, normandos) hace que se presente un frente de batalla disperso y que los distintos “señores”, dueños de las tierras, armaran su propio ejército para defenderlas y extender sus límites. Surgen así y se amplían y afianzan los “señoríos” o feudos, que, además, rivalizaban y batallaban entre sí. El poder no reside ya en un monarca, sino que está parcelado entre los señores feudales y depende de la eficacia militar. En España, este ideal guerrero se hace particularmente fuerte y dura más que en otros países europeos porque su territorio está ocupado por el invasor. Pero la lucha por la reconquista no es un ideal nacional porque no existía un concepto de nación, sino que es llevada a cabo por los distintos reinos romano-germánicos en forma parcializada.

El período medieval que conforma el contexto histórico de la poesía guerrera es el denominado Alta Edad Media y comprende los siglos IX al XIII. El período anterior, o sea la temprana Edad Media, no ha dejado literatura en lengua castellana y la Baja Edad Media (siglos XIV y XV) se caracteriza no por su ideal heroico, sino por la intención didáctica.

La organización social de la Alta Edad Media está representada por el feudo o señorío, conformado por una fortificación, generalmente un castillo, y sus tierras adyacentes. Es un área cerrada que obedece al poder político omnímodo del Señor, cuyo título de nobleza depende de sus éxitos guerreros; económicamente, el feudo se autoabastece con la producción rural y artesanal que depende del trabajo de los colonos (ocupantes libres de las nuevas tierras conquistadas o reconquistadas por el señor, pero obligados a él y a la Iglesia por fortísimos impuestos y por el trabajo personal) y los siervos (especie de esclavos). La subordinación al Señor era absoluta, ya que él ejercía también el poder judicial sobre los habitantes del señorío. Además de una unidad política, militar, económica y judicial, el feudo era también una unidad religiosa, ya que dentro de él se construía una iglesia o capilla cuya jurisdicción coincidía con la del feudo. Éste es un núcleo social fuertemente estratificado, jerarquizado y sin fluidez, donde el señor mantiene tanto con sus caballeros (los que combaten a su servicio montados a caballo), como con sus colonos, un vínculo de vasallaje, que él mantenía con el rey. El vasallaje consistía en que el Señor se comprometía a defender y preservar a sus vasallos; éstos, a su vez, juraban fidelidad a su señor, obligándose a combatir a su lado. El vínculo vasallático era tan fuerte que el vasallo debía combatir contra sus propios parientes o amigos, si eran enemigos de su señor.

Page 3: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 3

Todos los derechos correspondían a la clase militar y terrateniente y a las jerarquías eclesiásticas, cuyos individuos provenían de la aristocracia y que constituían también señoríos feudales con propiedad territorial, poder social y tantos privilegios como la aristocracia guerrera. Las clases no privilegiadas sólo podían tener deberes hacia los guerreros y hacia el alto clero, principalmente el deber de alimentarlos con sus cosechas. En estos plebeyos fue donde arraigó el sentimiento cristiano impulsado desde los monasterios. Frente a una realidad lacerante: guerras, hambres colectivas, pestes y miseria, los religiosos no jerarquizados (párrocos y monjes) ofrecían el consuelo de otra vida donde la justicia divina recompensaría todos esos males con una inefable felicidad. Por lo tanto, la vida terrenal no era más que un tránsito hacia otra más plena, que era la que verdaderamente contaba. De este modo todo lo humano estaba referido a lo divino y en cada cosa se evidenciaba un sentido religioso y la voluntad de Dios. El clero mantiene una constante excitación religiosa organizando peregrinaciones y cruzadas y predicando el fin del mundo y la penitencia. La cosmovisión se hace así teocéntrica y jerarquizada, hasta tal punto que la religión absorbe el ideal heroico del guerrero que lucha en nombre de la fe para expulsar a los infieles de Tierra Santa (Cruzadas) o de los territorios cristianos (España). Por otra parte, también la sociedad rígida, piramidal y estratificada tiene una justificación divina: esa organización es fundamentalmente válida en cuanto está ordenada por Dios.

El caballero o el señor feudal que defendía al mismo tiempo los territorios y los ideales cristianos (aunque en realidad no cumpliera estos últimos) es una figura heroica admirada, a veces legendaria, y sus acciones dignas de ser contadas para que todos las conozcan y las recuerden. Surgen así, como la literatura característica de esta época, los cantares de gesta, largos poemas que narran las hazañas de los señores.

Las artes plásticas y la escritura, o sea la ilustración y el copiado manuscrito, se desenvolvían exclusivamente en los monasterios, que fueron los únicos centros culturales de la época. En arquitectura, el estilo que corresponde a esta época es el románico, aplicado a las grandes iglesias de los monasterios y a las primeras catedrales. Es un estilo voluminoso, serio y grave; las iglesias románicas son firmes, enormes, macizas como los castillos feudales, de formas simples. No fueron construidas tanto para los fieles, como para simbolizar la enorme autoridad de la Iglesia. La escultura no es un arte independiente, sino que está al servicio de la arquitectura, como ornamentación. Las figuras humanas son alargadas en actitudes forzadas y rígidas, con una cierta incorporeidad, evitan toda alusión a lo sensible y a lo sensual; los artistas se centraban especialmente en la expresión espiritual. Por otra parte, pretende ser un arte ilustrativo al servicio de la predicación religiosa y dentro de esta finalidad, el tema más importante y abundante lo constituye el Juicio Final, de acuerdo con la idea de una Justicia Superior que recompensará a los fieles por las injusticias sufridas en la Tierra.

Page 4: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 4

Edad Media: entre la historia y la leyenda.

El concepto de “Edad Media” fue establecido por los historiadores del siglo XVII, quienes fijaron su comienzo en la caída del Imperio Romano (476) y su término, en la caída de Constantinopla (es decir, del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino) en manos de los turcos (1453). Lógicamente, es imposible englobar con un solo término todo un milenio de historia humana, como es imposible juzgarlo en bloque. A lo largo de este milenio, Europa y la civilización del Mediterráneo (ámbito geográfico al que se refiere estrictamente este concepto histórico) pasaron por momentos de retroceso cultural y momentos de esplendor. El período medieval tuvo tantos logros y miserias como cualquier otra época de la historia. La Edad Media

como período histórico es artificial, puesto que puede dividirse en períodos independientes: el feudalismo

(modo de producción basado en la explotación de la tierra mediante contratos personales entre un señor y un vasallo) –Alta Edad Media-, el de la caballería cortesana –Plena Edad Media- y el de la burguesía ciudadana –Baja Edad Media-. Esta división tiene lugar en tanto que cada uno guarda profundas diferencias respecto de los otros períodos.

No obstante, un rasgo domina el arte y la escultura de esta época: la fundamentación metafísica de la imagen del mundo. Durante este período medieval el único “soberano” reconocido era Dios. La creencia de que éste acabaría prevaleciendo sobre la injusticia dio a los hombres fortaleza para soportar penalidades y violencia cuando no existía un Estado poderoso capaz de imponer justicia. En el plano humano, los hombres no tenían más remedio que depositar su confianza en el clan, en sus vecinos y amos, y con frecuencia, sufrir. Su religión no les permitía ambicionar la condición de dioses a causa de su heroísmo, por lo que se hacía necesario aceptar la condición humana y mirar hacia la figura divina. Por otro lado, las doctrinas de la Iglesia eran confortadoras por cuanto corroboraban que las malas acciones serían castigadas indefectiblemente en la otra vida. Entonces, la sumisión a la ley divina permitía, de alguna forma, disfrutar por lo que vendría y, las miserias del presente eran el precio necesario que comportaba el pecado. Nadie dudaba de que Dios prodigaría sus cuidados a los suyos por toda la eternidad, por corta o dificultosa que pudiera ser la vida del individuo. Estas enseñanzas fortalecían a los que trabajaban para la Iglesia y, los reyes, bendecidos por ésta, accedían a un destino especial. Así se consideraba que la Tierra era el centro del universo, y la Iglesia, el pueblo de Dios.

Page 5: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 5

Por otra parte, podría sostenerse que, desde la literatura, de alguna forma, se reflejaban ciertos caracteres de lo medieval centrados en la exaltación de algunos aspectos y temática recurrente como: los valores heroicos y aristocráticos y su relación con la guerra, el amor, el deber y la fidelidad. De la misma manera, adquirieron relevancia la aceptación de una jerarquía social y la función del clero que acompañaba a esta jerarquía. El camino hacia las verdades sólo hallaba acceso a través de la ruta de la fe. La razón, por sí misma, no podía llevarlos a ellas, puesto que comportaba una manifestación del pecado de orgullo y soberbia humanas. De allí que se considere este período de la historia como un monumento de concepción teocéntrica que ha regido, directa o indirectamente, los aspectos sociales y culturales de los hombres que de ella participaron.

Literatura medieval.

A pesar del descubrimiento de las llamadas “jarchas”, pequeñas manifestaciones líricas que constituirían las formas literarias más antiguas, se opta por el estudio de la épica, en tanto aquellas conforman fragmentos muy breves de romance mozárabe adheridos a composiciones arábigas y hebreas.

Por otra parte, determinar la prioridad de aparición entre la épica y la lírica se hace prácticamente imposible dado que es muy difícil precisar cuál de los dos géneros poéticos nació primero. Lo más probable es que surgieran a la vez, y que ni siquiera se distinguieran en sus comienzos. Así, no se sabe a ciencia cierta cuáles serían las primeras obras escritas en romance (castellano primitivo surgido del latín), pues estas primeras manifestaciones no han llegado hasta nosotros. Sólo se cuenta con el Poema de Mío Cid, primera obra épica de extraordinario valor.

La epopeya surgiría de esta manera contemporáneamente con los héroes que en ella se cantan. El Cid, los Infantes de Lara, el conde Fernán González inspiran a los anónimos autores dando origen a estas primitivas gestas heroicas.

El Mester de juglaría. Los juglares.

Page 6: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 6

Esta épica (poesía o narración en la que se relatan hazañas heroicas) primitiva que no era compuesta para ser difundida por escrito sino por vía oral, debe su difusión a la persona del juglar. La palabra juglar proviene del latín iocularis (iocus= juego, alegría). Estos juglares recorrían los pueblos recitando relatos de variada índole y cantando composiciones líricas que acompañaban con instrumentos musicales, y recibían su paga de los oyentes; alegraban a todas las clases sociales, atendiendo a una variedad de público que contemplaba desde reyes y grandes señores hasta la gente de pueblo, en plazas y mercados. Sin embargo, ejercían muy diversas actividades en el entorno cultural medieval con su carga de relatos y de noticias, representaban al mismo tiempo, el espectáculo y el informativo. Existían muchas especies de juglares según sus habilidades y públicos: hacían pantomimas, acrobacias, baile, canto, juegos y muchas veces, se acompañaban de mujeres que complementaban las actuaciones haciéndolas más atractivas.

El trabajo, oficio o arte de estos juglares es lo que se conoce con el nombre de Mester de juglaría.

No es lo mismo juglar que trovador, porque si bien pueden aparecer como figuras similares, el juglar generalmente no componía las obras que recitaba –aunque hacía negocio con ellas-, mientras que el segundo escribía pero no hacía de su recitación una profesión al modo juglaresco. Además, la poesía trovadoresca aparecía más refinada y cortesana, mientras que la juglaría era más ruda y popular.

Los Cantares de gesta.

Los cantares de gesta (nombre particular que recibe la poesía épica medieval española) son poemas primitivos que daban noticia de los sucesos bélicos coetáneos con los que se comprometía el pueblo entero. En España, el entorno lo otorgaban las luchas de reconquista por el dominio árabe que tuvo lugar durante ocho siglos. En estas largas narraciones se contaban las hazañas de los héroes nacionales. De ahí su denominación (del latín, gesta= hazaña).

Estos cantares se transmitían de generación en generación, e iban variando por la incorporación de elementos ficticios o imaginativos que modificaban el contenido histórico, pero que daban unidad artística al cantar y, además, operaban como movilizadoras del interés de los oyentes.

Estas gestas reciben el nombre de “cantar” porque no se componían con el objetivo de ser leídas, sino para ser cantadas por un juglar, quien de alguna manera, concentraba la misión de darle al pueblo un sentido a su identidad político-histórica.

Page 7: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 7

Es rasgo fundamental de estos cantares su carácter anónimo, puesto que esta anonimia es general en toda época de orígenes literarios y sólo más tarde comienzan a aparecer obras con autoría. A ésto debemos añadir el realismo, ya que la epopeya española se ocupa de sucesos reales sujetos a datos topográficos y ambientales, y donde los elementos poéticos están muy cercanos a esta realidad. Por otra parte, esta épica medieval se caracteriza por su tradicionalidad o, dicho de otro modo, su capacidad de resistencia al tiempo y perduración.

Origen de los cantares de gesta.

Existen distintas teorías sobre el origen de los cantares de gesta:

Tradicionalista (Gastón Paris): Las gestas proceden de los cantos épico-líricos y eran manifestaciones individuales de los distintos pueblos. Los romances, característicos de la literatura castellana (series indefinidas de versos octosílabos con rima asonante en los versos pares, quedando libres los impares), precedían a las gestas

Individualista (Joseph Bédier): El estudioso anuncia que las gestas son producto de la creación de un autor individual, dependiente de un monasterio , y que los textos no son primitivos.

Neotradicionalista (Ramón Menéndez Pidal: A partir de la segunda versión de la teoría tradicionalista, Pidal dice que los textos de las gestas son primitivos. Su reconstrucción sólo es posible si se sustenta en los tradicionales textos perdidos y que son aunados por un juglar que los recoge, limpia y compone. Esta es la teoría más acorde con la realidad.

Períodos de la épica castellana.

Menéndez Pidal divide en cuatro períodos a la épica castellana. El Poema de Mío Cid pertenece al segundo período.

Época primitiva: desde los orígenes hasta 1140. Se caracteriza por cantares breves sobre el Conde don Julián, el conde Fernán González, la condesa traidora enamorada del moro Almanzor, los hechos de Zamora con la muerte de Sancho II por Vellido Dolfos, etc.

Page 8: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 8

Segunda época: desde el 1140 hasta 1236. En este período Lucas de Tuy acaba su “Chronicon Mundi”. En ella se sintetizan las historias de Bernardo del Carpio, la Mora Zaida, la peregrinación del rey Luis de Francia, etc.

Tercera época: desde 1236 a 1350. Es el momento más importante de la poesía narrativa, juglaresca y docta. La clerecía adquiere preeminencia sobre la juglaría. Ya no se compone sino se arregla y funde.

Cuarta etapa: desde 1350 a 1480. Aparición de los juglares de romances.

La literatura europea medieval.

Cuando se lee un texto medieval en un libro impreso, se está realizando una actividad absolutamente impensable en la Edad Media. En principio, porque no existía la imprenta en aquel tiempo (precisamente la invención de la imprenta y la difusión de los libros impresos fueron acontecimientos culturales que marcaron, entre otros, el final de este período histórico). Toda obra literaria se originaba en la oralidad o en la manuscritura, es decir, que la actividad literaria dependía completamente de la voz y de la mano. Sí, además, se tiene en cuenta que la gran mayoría de la población era analfabeta, se comprenderá la enorme importancia de la difusión oral. Casi toda la literatura medieval fue compuesta para ser escuchada, ya fuera mediante la recitación o la lectura en voz alta.

La composición de las obras.

El hecho de saber que la obra literaria que se compone no va a ser leída sino que va a ser escuchada, forzosamente afecta el modo de componerla: la expresión será más enfática, se apelará a diversos tipos de repeticiones, en fin, se usarán todos los recursos para dejar una impresión fuerte en la imaginación de la audiencia y para asegurar una correcta comprensión del sentido (puesto que no existe la posibilidad de volver la página atrás y releer hasta entender lo que se quiere decir). Por supuesto que el público medieval tenía una memoria auditiva muchísimo más desarrollada, y ésta fue una condición fundamental para que el fenómeno literario fuera posible.

Page 9: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 9

A esto habría que agregar que la palabra pronunciada y la palabra escrita no tienen la estabilidad y la exactitud mecánica de la palabra impresa. Cada vez que un poema oral se recitaba, cada vez que una obra escrita se copiaba –a mano-, inevitablemente se producían cambios y variaciones involuntarios o premeditados. En consecuencia, la obra literaria medieval era muy inestable; estaba en proceso de variación permanente. Por supuesto que esta inestabilidad no era la misma para todos los géneros. Si se trataba de transmitir la Biblia o los autores clásicos de la Antigüedad escritos en latín, el prestigio y la relevancia de estos modelos provocaba en los copistas un afán por respetarlos minuciosamente y no introducir la menor modificación. En cambio, si se trataba de una obra escrita en lengua vernácula (es decir, en la lengua moderna de raíz latina o germánica, según los países, hablada por cada nación y que comenzaba a consolidarse en la Alta Edad Media), se la consideraba parte de un patrimonio común en cuya elaboración podían participar todos los que se considerasen dignos de hacerlo.

La actuación juglaresca.

Los juglares fueron durante este período toda una institución cultural porque cumplían la función de intermediarios entre la memoria colectiva y la comunidad, de custodios del patrimonio cultural comunitario. Su recitación y canto servían no sólo para entretener al público, sino que constituían un acto de celebración compartida.

La poesía épica medieval.

Sus características son las siguientes.

Es una poesía centrada en la figura de un héroe, a través del cual se exaltan las virtudes más apreciadas por una comunidad (fuerza, valentía, voluntad, ingenio, astucia). El héroe épico otorga dignidad al género humano porque muestra lo que es capaz de lograr el hombre; ensancha los límites de su experiencia, encarna el afán de superar la fragilidad humana para alcanzar una vida más plena. El héroe épico no posee poderes sobrenaturales sino las capacidades propias de cualquier mortal, sólo que en grado superlativo.

Page 10: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 10

Es poesía de acción porque el héroe manifiesta sus virtudes en la acción, de eso resulta una poesía esencialmente narrativa que atrae el interés hacia su héroe mostrando lo que hace: busca el honor a través del riesgo. En ésto aprovecha la tendencia general de todo público a disfrutar de un relato bien contado y a rechazar las moralizaciones y los adoctrinamientos; por eso, la poesía heroica carece, por lo general, de comentarios e intromisiones del narrador en la historia contada.

Su narración es objetiva y de carácter realista, por lo tanto, no hay introspección psicológica de los personajes y sus acciones transcurren no en ámbitos fantásticos, sino en ambientes cotidianos para el público: castillos, bosques, caminos, monasterios, poblaciones.

Posee linealidad y unidad de acción, es decir, que el argumento relata las hazañas del héroe en forma continua sin distraerse en digresiones ni abordar argumentos secundarios.

Su unidad de composición es le verso y no la estrofa; la versificación se organiza en tiradas de versos de extensión muy variada.

Se trata de poesía de génesis oral, de allí su carácter lineal y su versificación no estrófica, porque para hacerla comprensible y memorizable debía tener una estructura simple.

Remite a una edad heroica, es decir que los hechos que narra se ubican en un tiempo pasado (reciente) en que esa comunidad habría alcanzado su máxima gloria. Ese tiempo heroico sirve de modelo que los hombres de cada comunidad intentan alcanzar y es motivo de orgullo y de afirmación de un identidad cultural. La referencia a una edad heroica está ligada a la función social que cumple la poesía épica consistente en la exaltación de los valores de un pueblo o de los valores de un grupo social (los guerreros, por ejemplo) que se ofrecen como modelo para toda la comunidad (además, por supuesto, de la función recreativa y la conmemorativa). La épica también es una forma popular de la historia.

POEMA DE MIO CID

Anónimo

Page 11: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 11

La Edad Media en España.

En España se superponen las dos grandes cultural medievales, pues en el 711 los musulmanes la invaden por el sur. Rodrigo, último rey visigodo, no puede detenerlos siendo derrotado.

La Península Ibérica queda dividida en dos partes cuya línea fronteraza fue el Río Duero. El norte cristiano de vida retrasada sin una estructura coherente, y el sur islámico, progresista y abierto.

Después de un primer momento de verdaderos enfrentamientos entre invasor e invadido, comenzó la convivencia de ambos pueblos al margen de los enfrentamientos por la Reconquista que se extendieron por ocho siglos, “la historia de la Edad Media española es la historia de las relaciones y luchas contra el Islam”. La superioridad militar de los invasores era destacable, a pesar de la oposición de Fernán González, los Infantes de Lara, etc., quienes por su valor en las luchas por la Reconquista, se convirtieron en personajes de gestas.

La importancia de Castilla.

La Reconquista fue impulsada por los reinos de Navarra y Castilla.

Esta última representa la fuerza avasalladora, dueña de una actitud liberadora que tomó cuerpo desde el siglo X, y por la que instituyó sus reyes y creó su propia legislación de justicia. La innovación castellana se produce en todos los órdenes, desde los aspectos lingüísticos hasta los sociales –aparece la pequeña nobleza, los infanzones-. La población de Castilla permanecía libre con sólo entrar bajo la protección de un señor escogido. Las diferencias entre la Castilla innovadora y el León tradicionalista, se van acentuando, pero existen matices que hacen a la unidad. Uno de ellos es el sentido de emperador cristiano que tiene Fernando I, en cuya corte se crió el castellano Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador del poema futuro.

La gesta del Cid.

Page 12: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 12

El llamado Cantar de Mío Cid, que está basado libremente en la parte final de la vida de un personaje histórico, Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador, famoso guerrero que vivió entre los años 1403 y 1099; sirvió al rey Alfonso VI de Castilla, fue desterrado en dos oportunidades, y con un ejército propio conquistó la ciudad y reino de Valencia en poder de los moros. Su actuación tuvo como marco histórico la guerra de la Reconquista que enfrentó a cristianos y moros en España durante siete siglos.

Pero el poema no relata con fidelidad de cronista la gran empresa política y militar del Cid, sino que selecciona algunos hechos de su vida –primeros éxitos guerreros, la conquista de Valencia- e inventa otros de acuerdo con los patrones épicos comunes a todas las obras del género.

La organización del poema.

El poema se organiza en tres cantares que la crítica ha llamado: el “Cantar del Destierro”, el “Cantar de las Bodas” y el “Cantar de la Afrenta de Corpes”; pero, en rigor, su estructura argumental tiene dos partes: se narra un doble proceso de pérdida y recuperación de la honra.

La primera línea argumental comienza con el destierro del héroe, injustamente castigado por el rey Alfonso, que ha prestado oídos a falsas acusaciones de los cortesanos enemigos del Cid (la pérdida del primer folio del único manuscrito conservado del poema, impide saber cuáles fueron esas acusaciones –aunque se suponen-). Una vez en tierra de moros, el desterrado logra una serie de victorias que van acrecentando sus riquezas y que van acercando más guerreros que quieren compartir su gloria, hasta que alcanza su mayor triunfo con la conquista de Valencia. Luego de enviar tres embajadas con regalos al rey Alfonso consigue reunirse con su familia en la nombrada ciudad y, por último, se reconcilia con su rey a orillas del río Tajo. El tema central de esta línea narrativa es la relación entre el señor y el vasallo: el Cid demuestra ser un buen vasallo y, finalmente, el rey se convierte en un buen señor.

La segunda línea argumental comienza allí mismo con la concertación de las bodas de las hijas del héroe con los Infantes de Carrión, hijos del Conde de Carrión y, por lo tanto, miembros de la alta nobleza enemiga del Cid, que como infanzón, pertenece a la baja nobleza rural. Los Infantes de Carrión se rebelan como cobardes en el palacio del Cid (episodio del león) como en la batalla y, ante tal deshonra, planean vengarse golpeando y torturando a sus esposas. El Cid reclama justicia al rey, que convoca a un juicio en Toledo. El juicio termina con unos duelos donde los Infantes son vencidos y deshonrados, al tiempo que las hijas del Cid se casan con mejores partidos: los príncipes de Navarra y Aragón. El tema central aquí es el enfrentamiento entre la alta nobleza y la baja nobleza en el marco de las relaciones domésticas de la familia del héroe.

Page 13: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 13

La figura del héroe en el “Cantar de Mio Cid”.

El héroe épico reúne en su figura las virtudes más apreciadas por la comunidad en la que surge el cantar de gesta. Encarna los deseos de la humanidad de superar su fragilidad y ampliar los límites de su experiencia vital. Sus hazañas son la prueba de lo que el hombre es capaz.

Y ésto es así, porque el héroe épico no posee poderes sobrenaturales: sus facultades son las mismas que cualquier persona, sólo que las tiene en grado superlativo. Según la cualidad que predomine en él, el héroe resultará el más valiente, el más fuerte o el más astuto de los mortales.

En el mundo épico, no hay lugar para las ambigüedades: los buenos son claramente buenos y los malos son despreciablemente malos. También son extremadas las pasiones que mueven a los personajes: el villano de la historia sufre algún tipo de ofensa que lo mueve a cumplir una terrible venganza sobre el héroe o su clan que, a su vez, el héroe castigará de manera sangrienta. Esto en el Cantar de Mio Cid, aparece atenuado. No en vano se dice que el Cid es el último de los héroes épicos: su carácter tardío (el poema se compuso a fines del siglo XIII) ha influído en la condición heroica del personaje.

Un personaje virtuoso.

El Cid aparece como un personaje virtuoso, caracterizado por la mesura (es decir, la prudencia y el buen sentido). No es un héroe definido por la ferocidad guerrera o la rebeldía, sino un personaje que enfrenta las desgracias y se lanza al combate con prudencia y sensatez: en éso reside su grandeza. El Cid asume con resignación las injusticias que sufre y evita responder de manera violenta y airada. Tanto es así, que la reparación de su honor mancillado por la terrible afrenta que recibe de los Infantes de Carrión no se logra mediante una venganza sangrienta, sino mediante un proceso judicial expresamente solicitado por el Cid. También se manifiesta esa mesura del héroe en el hecho de que, pese al injusto destierro que sufre, no desea enfrentarse con su rey y sigue respetando el vínculo de vasallaje (aunque la costumbre de la época le permitía romper el vasallaje y aún atacar las tierras del rey sin considerarse un traidor).

Otros detalles que muestran esa sensatez primordial del héroe son su preocupación por el bienestar de los integrantes de su hueste y su generosidad con los vencidos..

Page 14: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 14

Dos aspectos más ayudan a configurar ese perfil: su piedad religiosa y su amor por la familia. En el episodio de la entrada en Burgos camino del destierro, pese a la situación de desamparo y a la comprobación del desamor del rey, momento de mayor desgracia del héroe, se mantiene su fe religiosa y acude a la Iglesia de Santa María para rezar antes de la partida. Si se añade a ésto los numerosos lugares en que el héroe invoca a Dios, a la Virgen y a los santos en demanda de ayuda o como agradecimiento, se hace evidente su religiosidad.

Entre la familia y el deber.

En cuanto al amor familiar del Cid, queda de relieve en tres aspectos que basta con mencionar: lo dramático de la despedida entre el héroe y su familia cuando parte al destierro, la alegría del reencuentro en Valencia, en la escena en que muestra orgulloso sus ricas conquistas a su mujer y a sus hijas que miran asombradas la grandeza de los dominios del Cid, y por último, el hecho de que la peor deshonra recibida sea la que le causan a través de la afrenta a sus hijas.

Ésto no anula la faceta de guerrero valeroso e inteligente que, como héroe épico, el Cid debe mostrar. Esa faceta brilla especialmente cuando vence a los reyes moros Fáriz y Galbe, y cuando personalmente mata al rey Búcar con un golpe extraordinario.

Finalmente, la superioridad de su figura y la dimensión mítica que alcanza se hacen muy evidentes en el episodio del león. Mientras que los Infantes de Carrión huyen atemorizados y los hombres del Cid rodean el escaño enrollando sus mantos en el brazo izquierdo a modo para defender a su señor del león suelto, el Cid se levanta con toda la calma y sin tomar ninguna precaución, enfrenta a la fiera. El león se humilla ante el Cid y se deja conducir mansamente de regreso a la red –no existían entonces jaula con barrotes de hierro- : este hecho extraordinario marca el agudo contraste entre la bajeza de los villanos y la estatura superior del héroe ante quien hasta la naturaleza se rinde.

El héroe y sus compañeros.

Page 15: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 15

La figura del Cid queda nítidamente delineada como un compendio de valor y habilidad guerreros junto con su mesura, prudencia y sensatez. Definido así el héroe épico, la trama del Cantar de Mio Cid se traza como un doble proceso de pérdida y recuperación de la honra por parte del héroe, que vence ambas pruebas y alcanza la cumbre de toda buena fortuna.

Al lado del protagonista se encuentran otros personajes secundarios que también poseen rasgos de heroicidad. Está, en primer lugar:

Minaya Álvar Fáñez, sobrino del Cid y su principal lugarteniente, que se destaca por su fidelidad, su valentía y su buen consejo.

Pedro Bermúdez, otro de sus sobrinos, que se encuentra en un escalón inferior, guerrero temerario e inquieto que, por su misma impaciencia y ansiedad, llega a lanzarse a la batalla sin esperar la orden del Cid, arrastrando tras de sí a toda la hueste castellana, pero también, en otros momentos de la historia, demuestra su corazón noble y una lealtad incondicional a su tío y señor.

En el poema se observan dos recursos fundamentales de la composición oral: las fórmulas y los epítetos. Estas especies de clichés (lugar común, estereotipo) expresivos sirven de comodines para ir armando los versos mientras se está recitando. El epíteto épico se aplica sistemáticamente para caracterizar a un personaje, por lo que viene a ser el equivalente de la fórmula (en la poesía épica, una fórmula es una secuencia de palabras fijas o estable, empleada con frecuencia en el poema para expresar una idea esencial; siempre en la misma posición del verso) aplicada a personas. Los más frecuentes son los referidos al Cid: “el Campeador”, “el que en buena hora nació”, “el que en buena hora ciñó la espada”. Pero también otros personajes aparecen señalados con epítetos: Alvar Fáñez, “mi diestro brazo”, Jimena, “mujer honrada y bendita”, aun puede serlo una ciudad como Valencia, “la mayor”.

Page 16: LITERATURA MEDIEVAL ESPAÑOLA CON POEMA DE MIO CID

P a g e | 16