Literatura renacentista
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Literatura renacentista
1º Bachillerato
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LA LITERATURA RENACENTISTA (SIGLO XVI)
1. EL SIGLO XVI
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
5. MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616)
6. EL TEATRO RENACENTISTA
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1. EL SIGLO XVI
1.1. La sociedad del siglo XVI
Durante el siglo XVI el capitalismo sustituyó al feudalismo en muchos lugares de Europa. El campesino medieval,
que pagaba al señor con parte del fruto de su trabajo, es reemplazado por el obrero que trabaja por un salario.
El trabajo de los hombres se transforma en mercancía que se compra y se vende. El dinero se convierte en la
fuerza que todo lo puede. Este cambio supuso una auténtica revolución en la mentalidad de las gentes:
- Auge de las ciudades, donde es más fácil que circule el dinero.
- Auge del comercio y la circulación monetaria con el consiguiente auge de las vías y los medios de comunicación.
-Importancia cada vez mayor de los bancos, las sociedades mercantiles, las explotaciones industriales, etc.
El sistema feudal se desmorona poco a poco. Los reyes incrementan su poder político y se crean los Estados
nacionales. La aristocracia se acomoda a los nuevos tiempos e imita a la burguesía que es la nueva clase social
cuyos valores va a adoptar la sociedad.
Todas estas transformaciones se producen con fuertes conflictos: revoluciones de campesinos, guerras entre
las nuevas naciones, aparición del protestantismo, etc.
1.2. España en el siglo XVI
España fue un país muy poderoso durante el siglo XVI, dueño de un extenso
imperio. Pero la política imperial y las continuas guerras exteriores acarrearon
cuantiosos gastos que no se compensaban ni con las riquezas procedentes de
América.
La vida en España era difícil y abundaban los mendigos y los vagabundos, como
se puede comprobar en el Lazarillo de Tormes. La nobleza seguía ocupando el
rango más alto en el escalafón social, pero había grandes diferencias entre la
alta nobleza (que conservaba todos sus privilegios), los caballeros y los hidalgos.
Todos ellos gozaban del privilegio de no pagar impuestos y, por esta razón, los
burgueses y funcionarios aspiraban a conseguir al menos la categoría de hidalgo.
Uno de los grandes problemas sociales de España era el de las minorías
religiosas de judíos y moriscos. Gran parte de ellos abandonaron España tras el decreto de expulsión, los que
quedaron se convirtieron en conversos que, en ocasiones, seguían practicando su religión en secreto. Los
conversos o cristianos nuevos fueron discriminados por los cristianos viejos y muchas veces fueron perseguidos
por la Inquisición.
Con el valor de la limpieza de sangre se relacionaba el sentimiento de la honra, que consistía en la apreciación
pública de los méritos de una persona. La amenaza de deshonra exigía una vigilancia constante y, en caso de
producirse, se justificaba el recurso a la violencia.1
Teniendo en cuenta la diferente situación política y cultural de los reinados españoles durante este siglo, se
suelen distinguir dos épocas:
1) Reinado de Carlos V ( 1517-1556): España está abierta a Europa y a sus líneas ideológicas y vitales.
Se generalizan el conocimiento y la imitación de los modelos grecolatinos; la poesía entra en la corriente
italianizante; se incorporan las ideas platónicas; la moral pagana se manifiesta en una ola de sensualidad;
hay una gran preocupación religiosa.
1 La honra de los hombres de una familia dependía de la conducta de las mujeres, quienes eran consideradas una posesión masculina y sobre las que podían ejercer el control y la violencia.
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Destacan tres géneros fundamentalmente:
• La lírica: La influencia italiana, introducida por Juan Boscán llega a su perfección con Garcilaso de la Vega
(Églogas, Sonetos, Canciones). Otros poetas siguen cultivando la lírica tradicional.
• La prosa narrativa: Se siguen publicando libros de caballerías como el Amadís de Gaula . Aparece la novela
picaresca con el Lazarillo de Tormes.
• El teatro: Es un género cultivado desde fines del siglo XV. A Juan del Encina se le conoce como el "patriarca
del teatro español", porque logra la síntesis de la tradición popular medieval con la nueva estética renacentista,
destaca la Égloga de Plácida y Vitoriano. Gil Vicente muestra en sus obras la influencia renacentista (Auto pastoril castellano).
Gracias a la boyante situación política española, el concepto de la vida refleja un tono vital y optimista.
2) Reinado de Felipe II (1556- 1598) : España se cierra frente a Europa para evitar influencias de la
Reforma protestante. La Contrarreforma marca una etapa de esplendor de la literatura ascética y mística.
En esta época, el vitalismo de la primera va adquiriendo paulatinamente un tono grave y un definitivo carácter
nacional. Tenemos claros ejemplos en:
• La lírica: Destacan con luz propia Fray Luis de León y San Juan de la Cruz.
• La prosa narrativa: La novela pastoril, con La Diana de Jorge de Montemayor; la novela morisca con El Abencerraje y la hermosa Jarifa y las obras de Miguel de Cervantes.
• La prosa didáctica: Obras ascéticas y místicas de Teresa de Jesús, ascéticas de Fray Luis de Granada, y las
ascéticas y místicas de Fray Luis de León y de Juan de la Cruz.
• El teatro: Sigue la corriente tradicional. Lope de Rueda será el creador del teatro popular con sus famosos
Pasos
Hay que recordar, no obstante, que la mayoría de la población seguía siendo analfabeta y era corriente la lectura
en voz alta en grupo, sobre todo de los libros de caballerías. En el medio rural se mantenía la literatura oral
(canciones, romances) y alguna vez se podían ver espectáculos teatrales. Los grupos alfabetizados se
encontraban en las ciudades entre aristócratas, eclesiásticos y burgueses.
1.3. El Renacimiento
El término Renacimiento define el periodo cultural y social posterior a la Edad Media, cuando renace el interés
por los autores griegos y latinos. Surgió en Italia entre los siglos XIV y XVI y, desde allí, se difundió por otros
países europeos.
1.3.1. El Humanismo
El movimiento cultural más característico del Renacimiento es el Humanismo. Partiendo de
una frase del poeta latino Terencio: Soy un hombre: nada de lo humano considero ajeno, se afirma la posición central que el hombre ocupa en el cosmos, hasta el punto de ser él
mismo un microcosmos, un ser en que todo el universo está reproducido en miniatura.
El Humanismo descubre en el mundo clásico un pensamiento, un arte y una literatura
centrados en lo humano. Tal descubrimiento de lo clásico es una consecuencia del cambio
de mentalidad.
Desde esta nueva sensibilidad se trata de restaurar la cultura de la Antigüedad greco-
latina, para lo cual vuelven a poner en circulación los textos escritos que habían sido
ignorados o mal entendidos en el periodo medieval.
El Humanismo fue un auténtico movimiento liberador del hombre en todos los órdenes. La asimilación de los
clásicos no será pasiva, genera un proceso creador, que, partiendo de ellos, los supera. Así conducirá a una vida
feliz, al goce de lo natural, a la admiración de la virtud, a la activa participación en los negocios humanos con un
sentido de justicia y de libertad. Ello explica el vitalismo del arte y la literatura renacentistas y el esplendor de
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cortes y palacios, con sus fiestas y sus lujos. Se canta al amor y a los placeres, en una sociedad alejada de lo
medieval. Es una época de optimismo.
Se abandona la idea medieval del mundo como un valle de lágrimas. La naturaleza es ahora sentida como un lugar
de goce, elemento natural del hombre, que debe disfrutar de ella. De ahí el tema tópico renacentista: Carpe Diem! con el que los poetas incitaban al hombre a aprovechar la vida con todos sus placeres. La naturaleza es
ahora también modelo de belleza.
El movimiento humanístico se extendió por toda Europa gracias a los intelectuales y artistas que iban a estudiar
a Italia y regresaban después a sus países. Importancia decisiva para la difusión del Humanismo va a tener la
invención de la imprenta por el alemán Gutenberg (1400-1468). Para muchos renacentistas este va a ser un
hecho providencial ya que permitió el acceso a libros a mayor parte de la población y la secularización de la
cultura.
1.3.2. Características básicas del Renacimiento:
a) Culto a la a antigüedad clásica
Se tomaron de la antigüedad clásica modelos y formas de vida. El mundo clásico descansa sobre una concepción
antropocéntrica y materialista de la vida, y su conocimiento supuso el descubrimiento del hombre, de sus
instintos y su razón, y de la vida material con sus placeres y belleza que habían sido desterrados por la
concepción ascética del medievo.
El verdadero humanista ambiciona equipararse a los clásicos, creando una obra comparable a la que ellos
realizaron. De esa admiración nace la defensa del latín y de las lenguas vernáculas2 como medio más natural de
expresión.
b) Antropocentrismo y racionalismo
Ante a la actitud teocéntrica del hombre medieval, el renacentista se sitúa en el centro del mundo. El
renacentista se siente capaz de dominar el mundo (los descubrimientos geográficos y científicos demostraban la
naturaleza al alcance del conocimiento humano), de controlar su propia existencia. Se exaltan el poder de la
razón y el cultivo de la inteligencia, que convierten al hombre en un ser superior. La idea de la época es que la
razón debe dominar la pasión mediante el equilibrio y la mesura.
La visión totalizada del hombre dio lugar al concepto del cortesano: hombre que desarrollaba por igual sus
facultades físicas y espirituales y armonizaba el dominio de las armas y de las letras con las buenas maneras
cortesanas.
c) Neoplatonismo
La filosofía de Platón dominó sobre el aristotelismo medieval. Este neoplatonismo
señala que la belleza de los seres naturales y materiales es un reflejo de la belleza
divina. Según Platón, existe un “mundo de las ideas” donde reside la esencia ideal,
perfecta, de cada cosa existente. La belleza de un objeto natural o artificial será
mayor cuanto más se parezca a la esencia ideal. En la Edad Media esa idea se
cristianizó y se convirtió el mundo de las ideas en algo parecido al cielo. El
neoplatonismo va a ser básico en la consideración nueva del amor. Al defender la
belleza de los seres naturales como reflejo de la divina, el amor a lo individual nos
lleva al amor a Dios
d) Nuevo concepto de belleza
La belleza se basa en la armonía, el equilibro, la contención y la serenidad: herencia del mundo clásico.
2 vernácula: dicho de una lengua, nativo, propio, de nuestra casa o país.
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e) Religiosidad
El Renacimiento se caracteriza por el desarrollo de una religiosidad interior que se basaba en la pureza de las
costumbres y relegaba a un segundo plano los ritos externos. El humanista holandés Erasmo de Rótterdam
(1467-1536) fue el principal defensor de esta espiritualidad interior. En el marco de esta mentalidad nueva
surgió la Reforma Protestante, que compartía la religiosidad interior y la libre interpretación de la Biblia, pero
que discrepaba abiertamente de la Iglesia Católica en otros aspectos, cuestionando su poder tanto espiritual
como terrenal.
En respuesta a la Reforma protestante, la Iglesia católica inició la Contrarreforma. A partir del Concilio de
Trento (1545-1563), la Inquisición española será inflexible y perseguirá todas las ideas consideradas
sospechosas. Así en 1558 se prohíbe a los españoles seguir estudios en universidades europeas. Al año siguiente
se publica el Índice de libros prohibidos. Comienza entonces la censura de los libros, que tenían que pasar una
serie de controles antes de ser publicados. Los libros son vistos ahora como peligrosos medios de difusión de
ideas. Se persiguen con saña libros y pensadores.
2. LA LITERATURA RENACENTISTA. RENOVACIÓN DE TEMAS Y FORMAS
2.1. Temas
a) Amor
El tema habitual de la poesía renacentista es el amor, influido por la lírica del amor
cortés, cultivado por los trovadores, por la poesía petrarquista y la filosofía
neoplatónica, los poetas conciben ahora el amor como una virtud que hace mejores
a los seres humanos. Mediante al amor el hombre se eleva de lo material a lo
inmaterial, superando la sensualidad, que es pura “materia”.La contemplación de la
belleza femenina le permite llegar al conocimiento de la Belleza Absoluta. La mujer
se idealiza como reflejo de la belleza divina y es descrita mediante metáforas y
comparaciones basadas en los elementos de la naturaleza3.
Pero el amor se presenta también como un intenso anhelo insatisfecho, fuente de
melancolía y tristeza, y un doloroso impulso lleno de espiritualidad. Se profundiza
en los sentimientos llegando a un fino análisis de los estados de ánimo y se
descubre la belleza del cuerpo humano.
b) Tópicos vinculados con el amor: Carpe diem y Collige, virgo, rosas La constatación de que la juventud y la belleza son bienes fugaces y perecederos, se
manifiestan en dos aspectos: por una parte, se intentar fijar la belleza y la juventud por
medio del arte de tal forma que persistan más allá de la muerte física y, por otra, se produce
la aparición de los tópicos Carpe diem y Collige, virgo, rosas. En ambos, el poeta anima a una
mujer joven y bella a que aproveche la juventud y la belleza mientras éstas duren, ya que el
tiempo de los placeres es muy breve. Se identifica la juventud y la belleza con las estaciones
(la primavera es la juventud, el otoño o el invierno, la vejez) o con las flores, en especial la
rosa, cuya belleza dura poco.
c) Tópicos vinculados con la naturaleza: Locus amoenus La Naturaleza, olvidada durante la Edad Media, aparecerá en el Renacimiento bellamente
estilizada como reflejo de la Belleza divina y como marco de incidencias amorosas, en armonía
y reposo, que contrasta con su agitado espíritu. Esta naturaleza descrita tiene una serie de
características: arboleda, sombras, corrientes de aguas cristalinas, flores, serenidad
3 El tópico de la descriptio puellae proporciona un modelo de descripción tópica de la belleza de la amada. La mujer aparece como un ángel y su descripción se basa en metáforas de la naturaleza que mezclan los conceptos del espíritu (frialdad) y materia (calor). Así, la piel será mármol, hielo, nieve; el cabello de oro; los labios de rubí, las mejillas son rosas, etc.
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climatológica, prados de hierba fresca…el tópico del locus amoenus, procedente de Virgilio.
d) Tópicos vinculados con la alabanza de la vida sencilla: Beatus ille y Aurea mediocritas Fuera de la literatura bucólica y pastoril, el campo y la aldea se contraponen a la ciudad y la Corte, como un
refugio de paz frente a los embates de la vida. El tópico de la Aurea mediocritas (la feliz mediocridad) alaba la
vida moderada, alejada de las ambiciones y pasiones que sólo acarrean preocupaciones e infelicidad. Junto a este
tópico, el Beatus ille (Feliz aquel) muestra la añoranza de la vida apartada del mundo, generalmente en contacto
con la naturaleza, lugar apropiado para encontrar la paz y la armonía.4
e) La mitología
Los mitos sustituyen a las alegorías de la Edad Media y son utilizados como símbolos de las fuerzas de la
Naturaleza y de la pasión amorosa. La principal influencia será de Ovidio con su obra las Metamorfosis.
f) La religiosidad
La paganización propia del primer Renacimiento se transforma en religiosidad en época de Felipe II. Los temas
siguen siendo el amor y la naturaleza, pero, ahora, los escritores ascéticos y místicos los divinizan y los aplican a
la exaltación del sentimiento religioso.
2.2.Innovaciones formales
a) Géneros literarios
El Renacimiento supone una renovación: queda arrinconados muchos géneros medievales y aparecen géneros más
acordes con la nueva sensibilidad.
b) Nuevas estructuras métricas
La utilización de los versos y las estrofas italianas por parte de Juan Boscán y Garcilaso de la Vega supone el
mayor cambio producido hasta hoy en la historia de la poesía castellana. Se incorporaron el endecasílabo y el
heptasílabo y nuevas estrofas como el soneto5, la octava real, la lira6, la estancia7, la silva8 y el terceto.
3. PRINCIPALES POETAS RENACENTISTAS
3.1. Garcilaso de la Vega
3.1.1. Biografía
Nació en Toledo, en el seno de una familia noble. Fue miembro de la corte de Carlos I,
a cuyo servicio dedicó gran parte de su vida.Tras su matrimonio con Elena de Zúñiga,
acudió a Granada a las bodas del emperador Carlos. Allí el embajador italiano Andrea
Navagero le animó a él y a Juan Boscán a que compusieran versos al estilo italiano y
conoció a la mujer que inspiraría sus más bellos poemas: la dama portuguesa Isabel
Freire.
En 1529 realizó su primer viaje a Italia, donde vivió el ambiente cultural renacentista.
4 Estos tópicos suelen combinarse con la descripción de la naturaleza ideal o Locus amoenus. 5 Soneto: Poema estrófico compuesto por dos cuartetos y dos tercetos. De origen italiano y perfeccionado por Petrarca, había sido cultivado ya en el siglo anterior por el marqués de Santillana, pero fueron Boscán y Garcilaso quienes lo implantaron de modo definitivo. 6 Lira: Estrofa de 5 versos con la siguiente estructura: 7 a, 11B, 7 a, 7 b, 11B. Su nombre procede de la estrofa inicial de la Oda a la flor de Gnido de Garcilaso de la Vega. Esta estrofa fue muy usada por Fray Luis y san Juan de la Cruz. 7 Estancia: Es la estrofa propia de la Canción. Cada estancia contiene un número variable de versos heptasílabos y endecasílabos, que se combinan a voluntad del poeta. Una vez fijado el esquema en la primera estrofa, ésta se repite a lo largo de la canción. 8 Silva: Serie de versos heptasílabos y endecasílabos que se combinan sin ninguna estructura prefijada.
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En 1531 y a causa de una desavenencia con el emperador fue desterrado primero a una isla del Danubio y luego a
Nápoles, donde entró en contacto con el humanismo italiano.
En 1536, recuperado el favor del emperador, fue herido en el asalto a la fortaleza de Le Muy en Provenza. Murió
en Niza poco después.
3.1.2. Evolución poética de Garcilaso
Garcilaso de la Vega fue el prototipo del cortesano renacentista: muy culto, elegante, valeroso y hombre de
letras. Garcilaso vivió, como él mismo dice, “tomando ora la pluma, ora la espada”. Su escasa producción
(cuarenta sonetos, cinco canciones, tres églogas, dos elegías y una epístola) modificó el rumbo de la lírica
castellana.
La obra de Garcilaso arranca de la poesía cancioneril del siglo XV. En su primera etapa Garcilaso cultivó una
poesía arraigada en el cancionero. En este período, junto con composiciones en octosílabos, practica ya las
formas italianas, pero sus versos carecen de elementos petrarquistas. Sus poemas de esta época se caracterizan
por el silencio intimista, la austeridad imaginativa, la desatención de la naturaleza y, en general, de todo lo
exterior y que formalmente presentan artificios (juegos de palabras, derivaciones, antítesis…) muy del gusto de
la poesía cancioneril.
Al entrar en contacto con el ambiente cultural italiano, la poesía de Garcilaso se adentró en el petrarquismo.
Garcilaso imitó los temas, el vocabulario, el estilo y el repertorio de imágenes de la belleza y los elementos de la
naturaleza empleados por Petrarca para retratar a la amada y describir su vivencia amorosa. Además de
Petrarca, el autor que mayor influencia ejerció en la poesía de Garcilaso fue Sannazaro. La lectura de La Arcadia9 llevó al poeta toledano a incluir en sus composiciones pastores caracterizados por su melancolía en un
entorno idealizado. El contacto con el humanismo fomentó también que Garcilaso leyera a los autores clásicos:
Virgilio, Ovidio, Horacio…
La obra de Garcilaso no es, sin embargo, una mera imitación. Garcilaso tomó los materiales previos y los convirtió
en su propia voz poética, alcanzando una plenitud en la expresión raras veces conseguida.
3.1.3. Los metros italianos
A Garcilaso se le puede considerar como el definitivo adaptador de las formas italianas, introducidas por su
amigo Juan Boscán. Utiliza el endecasílabo italiano y las estrofas y recursos propios de la poesía italiana (el
soneto, el tercero, la canción, la lira..) en los que logra una extraordinaria flexibilidad y armonía.
3.1.4. Obra
Las Églogas condensan toda la riqueza de su mundo poético y donde su sinceridad se aproxima a la confidencia.
Las tres Églogas fueron compuestas durante su estancia en Nápoles y son composiciones líricas en las que unos
pastores exponen sus quejas amorosas en un entorno idealizado (locus amoenus).
La Égloga I, escrita en estancias, contiene los monólogos de los dos pastores, Salicio y Nemoroso. La voz de un
narrador introduce las tristes quejas de Salicio, rechazado por su amada Galatea. Nemoroso, por su parte, llora
la muerte de su querida Elisa. En los personajes de Salicio y Nemoroso podemos ver el desdoblamiento del “yo”
del poeta, que plantea así el debate sobre qué pena de amor es más intensa: la del que es rechazado o la del que
ha perdido a su amada para siempre.
Hay que resaltar la frecuencia de las exclamaciones y preguntas, la hipérbole al tratar el proceso amoroso y la
identificación de la naturaleza con el sentimiento de dolor del poeta. Hay una mezcla de sincera confesión y
9 La Arcadia es una obra del italiano Giacoppo Sannazaro, en la que pastores que se comportan y hablan como cortesanos relatan sus desdichas amorosas en el marco de una naturaleza idílica. La Arcadia fue descubierta como espacio ideal (locus amoenus) por Virgilio. En realidad, era una región áspera y fragosa del centro del Peloponeso, en Grecia. Virgilio la eligió porque era un país remoto, desconocido e “intacto” y la transformó en un paisaje idealizado. Así, la Arcadia salió del tiempo real y se convirtió en un espacio atemporal.
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contención sobria y, a pesar de lo convencional del artificio pastoril, se percibe en el poema la emoción y la
pasión de un amor vivido.
La Égloga II, se centra en el amor no correspondido de Albanio hacia Camila. Albanio intenta suicidarse y relata
sus desventuras. Su amigo Nemoroso, además de referirse a sus experiencias amorosas, elogia las hazañas del
duque de Alba, protector del poeta.
La Égloga III describe un paisaje del Tajo, bellamente idealizado, al que acuden
cuatro ninfas que tejen en ricas telas escenas mitológicas de amores trágicos
(Orfeo y Eurídice, Dafne y Apolo, Venus y Adonis) y la historia de la muerte de la
ninfa Elisa, con lo que se introduce la amada del poeta; en la segunda parte los
pastores Tirreno y Alcino cantan sus respectivos amores.
Esta Égloga —escrita en octavas reales— sobresale por la soltura en el uso de los
recursos literarios, por su perfecta estructura y, si la comparamos con las otras
dos, por un mayor distanciamiento y convencionalismo en la expresión del
sentimiento amoroso.
Los treinta y ocho sonetos de Garcilaso desarrollan básicamente el sentimiento amoroso. Se trata de un amor
neoplatónico en el que no falta la indiferencia de la dama, el dolor del amante, la esperanza y la desesperanza.
Garcilaso habla del amor que siente por una mujer, Elisa, que es la inspiradora de la mayor parte sus versos. Está
imitando en esto a Petrarca, cuya amada se llamaba Laura: ambos, Garcilaso y Petrarca, muestran su melancolía y
analizan los sentimientos provocados primero por el amor no correspondido y luego por la muerte de la amada. De
la dama se describen pocos rasgos físicos; en cambio, el mundo interior del poeta, marcado por el sufrimiento y
la alegría del amor, es analizado muy a fondo. En sus poemas de madurez aparece ya la nueva sentimentalidad
renacentista, suave y melancólica.
3.1.5. Estilo de Garcilaso
El estilo de Garcilaso responde a los ideales renacentistas de naturalidad y elegancia. Su lenguaje es
sencillo y el tono de su poesía es dulce, triste y melancólico, como revelan los adjetivos antepuestos, uno de los
rasgos más característicos de su estilo: dulces prendas, dulce nido, triste canto, triste y solitario día, cansados
años… A este tono contribuye también la novedosa métrica, con predominio del endecasílabo, verso muy musical
por la combinación de acentos y rimas; musicalidad a la que contribuyen también las aliteraciones, los hipérbatos,
etc.
3.2. Fray Luis de León (1527-1591)
3.2.1. Biografía
Nació en Belmonte (Cuenca) en 1527. Muy joven ingresó en la orden de los agustinos. Fue
catedrático de Teología en la universidad de Salamanca. Su carácter, justo, pero
agresivo, le granjeó numerosos adversarios, los cuales, con el pretexto de que había
desobedecido un acuerdo del Concilio de Trento al traducir el bíblico Cantar de los Cantares, lo denunciaron. Estuvo preso durante casi cinco años. Al recobrar la libertad,
es fama que reanudó sus explicaciones con estas palabras: “Decíamos ayer…” Dejó la
cátedra para desempeñar altos cargos en su orden, y murió en 1591.
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3.2.2. Obra poética10
Sus versos no se publicaron en vida11. La primera edición la hizo Quevedo en 1637. La obra poética original de
fray Luis es escasa. No llegan a cuarenta los poemas que compuso.
Encuentra su camino, como poeta, cuando siente la vida como sufrimiento y contempla el cielo como liberación. Y
así, el ansia de huida de este mundo y la contemplación ideal del otro constituirán los temas de sus mejoras odas.
Oda a la vida solitaria: Recrea el “beatus ille”. El poeta alaba la vida sencilla que se vive en el campo
lejos de las preocupaciones de la ciudad y la Corte. Oda a Francisco Salinas: Dedicada a su amigo Salinas, músico ciego. Al oírle tocar el órgano, su alma,
liberada por la música, se evade a la busca de Dios, con quien entabla un diálogo. Noche serena: Empieza con una descripción del cielo por la noche, resplandeciente de estrellas. El
espectáculo mueve al poeta a despreciar la tierra, convoca a los hombres a contemplar los cielos y volver
sus espíritus a la visión de la paz y belleza eternas.
Su poesía es sencilla sólo en la apariencia, ya que, aunque siempre dentro de la norma renacentista de la
elegancia y de la naturalidad, su estilo es muy elaborado, como prueba el uso de muchas figuras retóricas:
asíndeton, polisíndeton, hipérboles, aliteraciones, hipérbatos, encabalgamientos abruptos, metáforas,
personificaciones, etc. Un rasgo peculiar de su poesía es que muchos de sus poemas están dirigidos a una
segunda persona. Ello explica el carácter conversacional que suelen tener: abundan las enumeraciones, las
exclamaciones e interrogaciones retóricas, las exhortaciones…
3.3. La mística española: San Juan de la Cruz
3.3.1. La mística española
Existen en la segunda mitad del siglo XVI y en el XVII dos variedades de literatura religiosa:
a) La ascética (etimológicamente, ejercicio), que trata del esfuerzo que el hombre ha de realizar para alcanzar
la perfección moral y acercarse a Dios.
b) La mística (etimológicamente, sabiduría secreta), que intenta describir el don gratuito que Dios concede a
algunas almas al fundirse con ellas y llenarlas de su amor. El proceso místico por el que el alma se funde con Dios
atraviesa tres fases o vías:
- Vía purgativa: por la cual el hombre se libera del pecado mediante la
penitencia y la práctica de la virtud.
- Vía iluminativa: mediante la cual el alma se somete a Dios, renuncia a la
razón y a la inteligencia humanas y recibe una sabiduría especial que la
ilumina. La culminación de la unión mística es el éxtasis, que supone la
anulación total de los sentidos y un sentimiento tal de felicidad y gozo que es
inefable, no puede expresarse con palabras.
- Vía unitiva: que supone la fusión, la unión mística entre el alma y Dios.
Las dos primeras son comunes a ascetas y místicos; a la tercera sólo llegan
almas privilegiadas, los místicos, por una gracia especialísima de Dios.
Las figuras más representativas de la mística española son Teresa de Jesús
y Juan de la Cruz.
10 Fray Luis escribió varias obras en prosa. De los nombres de Cristo es un diálogo sobre los distintos nombres que se dan a Cristo en la Biblia. La perfecta casada es una obra en forma epistolar, sobre el ideal de la esposa cristiana y la Exposición del Libro de Job, que traduce y comenta el libro bíblico y que le sirvió de desahogo de su problemas personales. 11 Corrían copiados de mano en mano, especialmente entre los estudiantes, que lo adoraban. Un poema del Brocense, compañero suyo de claustro, lo describe rodeado siempre de jóvenes, escuchando los poemas que le leían, o recitándoles él los suyos.
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3.3.2. San Juan de la Cruz (1542-1591)
Poeta místico. Nace en Fontiveros (1524) y muere en Úbeda (1591). De familia humilde. A los 21 años es
ordenado sacerdote carmelita. Conoce a Santa Teresa de Jesús que le nombra colaborador en la reforma de la
Orden. Estuvo encarcelado y compuso sus poemas durante el encierro.
3.3.2.1. Obra poética
Como poeta su producción es breve. Se suele dividir en dos bloques:
Poemas menores, escritos en el verso tradicional castellano. Son las Glosas, que consiste en el desarrollo de un
poema a partir de una estrofa de origen tradicional. Son versos de tipo amoroso transformados en un sentido
espiritual.
Poemas mayores: Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva, que como toda la mística
plantea problemas de interpretación, pues tras su sentido aparente se esconde un significado simbólico y
doctrinal (De ahí los comentarios en prosa)
Noche oscura del alma. Nos describe la unión mística del alma con Dios, superadas las vías purgativa e
iluminativa.
El hecho se cuenta por medio de una escena en la que una chica describe cómo escapa de su casa, ya en
calma, por la noche, en busca de su amado, teniendo lugar la unión amorosa.
La muchacha es el alma; la noche es la negación del alma de sí misma; la casa sosegada es el dominio de
las pasiones, la luz es el amor y el Amado es Dios.
Está escrita en liras. Las dos primeras corresponden a la vía purgativa, la 3º y la 4º a la iluminativa y las
cuatro restantes a la unitiva.
Llama de amor viva. Se refiere a la unión mística, vía unitiva. Todo el poema es una exclamación.
Abundan las paradojas que contienen el sentido de esta unión. La métrica también es italiana: cuatro
estrofas de 6 versos heptasílabos y endecasílabos: a b C a b C-
Cántico espiritual. Subtitulado “Canciones entre el alma y el esposo”. Es el poema más extenso (40
liras). Tienen forma dialogada y su modelo el bíblico Cantar de los Cantares. El poema nos cuenta cómo
una muchacha, el alma, sale en busca de su amado y tras preguntar a los pastores y a las criaturas, si lo
han visto, lo encuentra, al fin. Después de un bello diálogo entre ellos, se produce la unión amorosa.
Muchos de los temas de estas composiciones proceden de la filosofía neoplatónica y de la literatura religiosa
anterior: el amor que saca de sí al enamorado y lo transporta a la unión con Dios, la luz como representación de la
divinidad, etc. La poesía bíblica del Cantar de los cantares y la poesía tradicional le proporcionan diversos
motivos amorosos. Pero, aunque los poemas de Juan de la Cruz pueden entenderse como poesía amorosa, es
indudable que, según fueron leídos desde su época, y tal como él mismo explicó en sus comentarios en prosa,
estos textos van más allá del evidente contenido erótico y tienen un significado espiritual. Al intentar explicar
sus sentimientos al producirse la unión mística con Dios, San Juan se ve obligado a recurrir a la comparación con
el amor humano. En realidad, esto ya se hacía así en el mismo Cantar de los cantares, en el neoplatonismo y a lo
largo de la Edad Media.
3.3.2.3. Influencias
La poesía de San Juan es un buen ejemplo de la lírica de su tiempo. Tres son las influencias principales en sus
versos:
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1) La poesía culta renacentista a la manera italiana: empleo del endecasílabo y la lira, uso de determinadas
imágenes.
2) La lírica castellana tradicional: temas, vocabulario, formas, motivos, estribillos…
3) La poesía bíblica del Cantar de los cantares.
3.3.2.4. Estilo
En la poesía de San Juan predomina el sustantivo y escasean verbos y adjetivos. Además, los pocos adjetivos que
utiliza aparecen seguidos y pospuestos, en vez de antepuestos como sucedía en Garcilaso. En el léxico conviven
las palabras populares con las cultas de origen latino o bíblico.
San Juan intenta expresar sus experiencias místicas por medio del lenguaje humano, que le resulta muy
limitado. Por ello, utiliza recursos literarios como las metáforas, alegorías, comparaciones, paradojas,
apóstrofes, etc. son recursos magníficamente utilizados por el poeta.
Hay que destacar la facilidad de San Juan para escribir versos que sugieren las cosas que describen — “un no sé qué que quedan balbuciendo…”
4. LA NARRATIVA RENACENTISTA
En el siglo XVI, los relatos todavía suelen ser cortos y se incluyen
dentro de otras obras, sin tener autonomía. No se puede hablar de
novela en el sentido moderno. La palabra novela, de origen italiano,
se utiliza para referirse a narraciones breves, como las Novelas
ejemplares de Cervantes. Los relatos más extensos se denominan de
modo muy variado.
Siguen editándose y siendo muy leídos durante todo el siglo XVI los
libros de caballerías y las novelas sentimentales del XV. Pero
aparecen nuevos géneros narrativos:
4.1. Los libros de pastores o novelas pastoriles
Relacionadas con el éxito de la literatura bucólica en otros géneros como la lírica (églogas de Garcilaso) o el
teatro (églogas de Juan del Encina). Las novelas pastoriles presentan la vida rústica en una naturaleza idealizada
en donde se desarrollan historias de amor entre pastores. Las obras pastoriles más destacadas son Los siete libros de la Diana de Jorge de Montemayor y la Diana enamorada de Gaspar Gil Polo. Importantes autores
escribe también novelas pastoriles: Cervantes escribió La Galatea y algunos episodios del Quijote recrean el
mundo pastoril. Lope de Vega escribió La Arcadia.
4.2. Las novelas moriscas
En un ambiente exquisito, se produce en ellas la idealización del moro, de forma
parecida a la idealización de los pastores en las narraciones pastoriles. El cercano
mundo morisco, con sus costumbres diferentes, proporciona a los escritores
material novelesco y poético, pero con un toque exótico muy apropiado al relato
realista.
La primera novela morisca es la breve Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa, de autor desconocido. Grandes escritores intercalaron relatos moriscos en
sus obras mayores: Ozmín y Daraja de Mateo Alemán, incluido en su Guzmán de Alfarache, y la Historia del cautivo del Quijote cervantino.
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4.3. Otras novelas
Las novelas bizantinas eran novelas de amor y de aventuras, donde los enamorados protagonistas, tras
pasar por diversos lugares y peripecias, terminan felizmente su viaje.
La novela celestinesca narra historias amorosas que se desarrollan con ayuda de los criados del
enamorado y de una alcahueta.
4.4. Las novelas picarescas: Lazarillo de Tormes
4.4.1. Aparición y triunfo del Lazarillo
En 1554 aparecieron simultáneamente, en Burgos, en Alcalá y en Amberes, tres
ediciones de la Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. La obra
tuvo un éxito fulminante, pero, cinco años después, fue prohibida por la Inquisición. No
obstante, siguió leyéndose en ediciones clandestinas hechas en el extranjero. En 1573
volvió a autorizarse su impresión, pero suprimiendo los tratados IV y V, y varias
irreverencias de los demás. Hasta 1834 no volvió a publicarse el texto completo en
España.
4.4.2. Problemas
Rodean al Lazarillo múltiples problemas. Las primeras ediciones conservadas son de
1554, pero ninguna de ellas es la fuente de las otras y todas proceden de ediciones
perdidas, no de manuscritos. Probablemente, la primera edición sea de uno o dos años
antes de las conservadas y el libro se compuso en torno a 1550.
Se desconoce por completo quién pudo ser el autor. Se ha atribuido a varios escritores (el diplomático Diego
Hurtado de Mendoza; el poeta y prosista toledano Sebastián de Orozco, el fraile jerónimo Juan de Ortega, el
humanista Alfonso de Valdés… ) pero ninguna atribución ha podido probarse resolutivamente. No hay constancia
explícita de las razones que tuvo el autor para ocultar su nombre, si bien se pueden intuir los motivos, dado el
carácter marcadamente anticlerical de la obra. Se trata, en todo caso, de un escritor culto, pese al tono llano y
natural que emplea.
4.4.3. Originalidad novelesca del Lazarillo
Por primera vez en la historia de la narrativa europea, hallamos en el
Lazarillo el mundo de la realidad contemporánea convertido en materia de
un relato. Y, por tanto, también por primera vez, se hace protagonista de
un relato a un personaje de condición humildísima, que va construyendo su
vida a golpes con la adversidad. Nada más lejos de los héroes de los relatos
anteriores: caballeros andantes, gentiles guerreros, aventureros
intrépidos, refinados pastores… Lázaro de Tormes sufre hambre, engaños,
burlas y explotación. Es historia del proceso “educativo” pa ra la deshonra y
la vileza, que Lázaro aceptará al final, y que es interpretable como una
amarga queja del autor contra una sociedad que impedía salir de su miseria
a los desheredados.
La crítica literaria reconoce el Lazarillo como la primera novela moderna. La novela, en efecto, género literario
de la modernidad, se caracteriza, en su diversidad de variedades por dos rasgos fundamentales: la acción
transcurre en tiempo y lugares concretos y la vida de los personajes se va modificando según los azares de su
vida. Estos dos rasgos están presentes en el Lazarillo.
El Lazarillo inaugura además un nuevo tipo de novela, la picaresca, que alcanzará sus rasgos definitorios con
Guzmán de Alfarache (1599) de Mateo Alemán:
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1) Es el relato de una autobiografía ficticia, por tanto en primera persona, de un personaje de orígenes
miserables.
2) El protagonista abandona el medio familiar siendo un niño y trabaja al servicio de varios amos.
3) El carácter picaresco del protagonista: astuto, versátil, prudente y receloso. Es un personaje listo,
sin oficio, que urde tretas para robar o vivir a costa del prójimo, con escaso sentido moral y que suele
ser víctima de su propios ardides.
4) El protagonista tiene afán de medro, es decir, aspira a ascender socialmente y a mejorar su situación
económica y su puesto en la sociedad.
5) Explicación de un estado final de deshonor, aceptado o superado, a partir del pasado del
protagonista.
4.4.4. Argumento
Lázaro, un personaje de baja clase social, nacido en una aldea próxima a
Salamanca, hijo de padres sin honra, cuenta su vida, en primera persona, por
medio de una carta, a un noble y desconocido señor, a quien se dirige en el
prólogo con el tratamiento de “vuestra merced”, para explicarle los detalles de
un “caso”, que no es otro que la explicación de los rumores sobre las posibles
relaciones de la mujer de Lázaro con el Arcipreste de San Salvador. Para ello,
Lázaro habla de su vida desde su nacimiento y cuenta cómo, desde niño, sirve
sucesivamente a un ciego astuto y miserable, a un clérigo avaro, a un escudero
pobre y preocupado por su honra, a un fraile de la Merced, a un farsante
vendedor de bulas y a un alguacil. La novela termina cuando Lázaro, a los
veintitantos año y en Toledo, se casa, de modo deshonroso, con la criada del
Arcipreste de San Salvador. La gente murmura que la boda ha sido un “apaño” y
que la mujer de Lázaro es la amante del Arcipreste. Aunque Lázaro lo niega
todo, ciertas afirmaciones suyas no dejan lugar a dudas, y él justifica su vida
actual porque en ese momento él se encontraba “en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena fortuna”.
4.4.5. Estructura
La novela es un relato de corta extensión escrito en forma autobiográfica, que consta de un prólogo donde se
indica que toda la novela es una carta dirigida a “vuestra merced” y siete capítulos a los que el autor denomina
“tratados”. Estos siete tratados pueden dividirse en dos partes:
a) Los tres primeros tratados muestran el aprendizaje de Lázaro en la adversidad y están dominados por la
crueldad de los amos y por el hambre.
b) Los tratados IV, V, VI y VII exponen cómo Lázaro empieza a mejorar su nivel de vida; ha aprendido lo
suficiente para sobrevivir, lo que explica que consienta las relaciones adúlteras de su mujer con el
arcipreste, pues este le ha proporcionado un modesto empleo. El último tratado revela que el propósito
de la carta dirigida a “vuestra merced” es explicar el “caso”, es decir, las habladurías en torno a las
relaciones de la mujer de Lázaro con el arcipreste de San Salvador.
Muchos de los elementos que aparecen en la obra proceden de la tradición folclórica. Cuentecillos y personajes
como la pareja del ciego y del mozo son habituales del folclore popular. Lo novedoso en el Lazarillo es que su
autor no se limita a ensartar anécdotas, sino que crea un relato compuesto por una serie de episodios
perfectamente organizados gracias a la autobiografía y a la epístola: todos los elementos adquieren un sentido
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porque forman parte de la historia de la vida de un personaje contada por el mismo (autobiografía) siguiendo el
modelo de una larga carta (epístola) dirigida a un desconocido vuestra merced.
4.4.6. Espacio y tiempo en el Lazarillo
El espacio de la novela no es el anacrónico de los libros de caballerías, ni
el arcádico de la novela pastoril, tampoco se sitúa en el viaje por tierras
lejanas como en la novela bizantina. El Lazarillo se localiza en un espacio
urbano, que facilita la práctica de comportamientos irregulares.
En cuanto al tiempo ya se ha señalado que en el Lazarillo se producen
desfases entre el tiempo que duran los hechos narrados y el que dedica
el narrador, Lázaro adulto, a narrarlos. La infancia de Lázaro, hasta los
doce años, ocupa solo unos pocos párrafos. Sin embargo, al corto
periodo que pasa con el ciego se le dedican bastantes páginas, así como
su estancia de seis meses con el escudero. Con este último es
significativa la extensión adjudicada, al principio del tratado III, al
tiempo que transcurre desde la mañana hasta la hora de “comer”.
Indudablemente, el narrador-protagonista selecciona los
acontecimientos que considera relevantes para la explicación del “caso”.
4.4.7. Temas
Los temas fundamentales del Lazarillo son la honra y la religión:
a) Honra: La honra dependía de la consideración que los demás tuvieran acerca de una persona, y era un
fenómeno típico de la época. El Lazarillo comienza y concluye con un caso de honra (el “caso”) y en el
tratado III constituye el asunto principal, encarnado en la figura del escudero. El protagonista habla
de su situación final como un éxito —“la cumbre de toda buena fortuna”—, pero en realidad, sólo ha
conseguido una aceptable tranquilidad económica y una vida aparentemente honrada.
b) Religión: Cinco de los amos de Lázaro pertenecen al estamento eclesiástico, en general a sus estratos
interiores. Todos ellos se mueven por avaricia o por lujuria y todos explotan a Lázaro. Las citas de los
Evangelios o las alusiones a cosas sagradas en contextos burlescos, añaden al anticlericalismo de la
obra ciertos detalles irreverentes.
4.4.8. La ironía y la crítica social en el Lazarillo
La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las intenciones del emisor y de la capacidad de
interpretación del interlocutor. En el Lazarillo, todos llegan a ser irónicos: narrador, personajes y autor.
En numerosas ocasiones, el narrador protagonista dirige la ironía hacia sí mismo. Por ejemplo, cuando el
escudero le dice que para vivir mucho lo mejor es comer poco, piensa: “Si por esa vida es —dije entre mí—, nunca yo moriré, que siempre he guardado esa regla por fuerza, y aún espero, en mi desdicha, tenerla toda mi vida”. La ironía de los amos tiene como destinatario al propio Lázaro. El ciego, por ejemplo, dirá a Lázaro cuando le
lava con vino las heridas que le ha hecho propinándole un jarrazo: “Lo que te enfermó te sana y da salud”. O el
clérigo de Maqueda quien, al darle los huesos que él ha roído antes, le dice: “Toma, come, triunfa, que para ti es el mundo”. O el escudero que, al encontrarse con Lázaro y ofrecerle trabajo le dice: “Pues vente tras mí, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy”, sabiendo que, con él, Lázaro
pasará hambre.
Por último, el autor dirige su ironía hacia Lázaro adulto. Al comenzar el relato dice: “Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca oídas ni vistas”, donde señaladas no tiene el sentido elogioso de
“famosas” sino que se refiere a “comentadas, criticadas”.
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La novela es, por otra parte, una dura crítica de la sociedad de su tiempo,
tanto que los comportamientos de los personajes, siempre hipócritas e
interesados, como del sistema social que los obliga a ser así. Dos mitos
centrales de la España del XVI son el objeto central de esa c rítica: la obsesión
por la honra y la religiosidad. Por un lado, el episodio del escudero pone en
evidencia la falsedad del sentimiento del honor de la nobleza. Por otro, la
mayor parte de los amos de Lázaro son clérigos y todos explotan, más o menos
cruelmente al muchacho. El anticlericalismo de la obra es, pues, evidente. Si la
nobleza y la Iglesia son satirizadas, tampoco otros estamentos se libran de la
censura del autor anónimo: la justicia o los miliares, por ejemplo, son también
criticados.
En la novela no aparecen valores como el amor o la amistad, predominan la
ambición, la avaricia, el dinero, el provecho propio, las apariencias, la astucia, el
cinismo… El autor del Lazarillo pone así al descubierto la cruel vida española de
mediados del siglo XVI.
4.4.9. El lenguaje del Lazarillo
El Lazarillo está escrito en un lenguaje llano, sin artificios, directo. Los personajes se expresan de acuerdo con
su condición individual y se ajustan a lo que pide el momento: júbilo, tristeza, cólera, etc. El uso de refranes, el
vocabulario mismo, guardan relación con el estrato social al que pertenece el protagonista narrador. La frase
corta, pero vivamente expresiva y ágil, o extensa, según la función narrativa que realice, y la precisión en captar,
a veces con un toque de ironía o humor lo esencial y revelador, manifiestan un dominio del lenguaje y del arte de
narrar.
Destaca especialmente el sentido del humor, con el empleo humorístico de algunos pasajes del Evangelio o con el
uso de juegos de palabras, como cuando Lázaro habla del ciego: “este me dio la vida y, siendo ciego, me alumbró y adentró en la carrera de vivir”; o cuando habla de sí mismo: “Lázaro, lacerado”. Para conseguir el efecto irónico,
se recurre al diminutivo y a la antítesis: “Fue tal el golpecillo que me tuvo fuera de mí por espacio de tres días” o
“No era yo señor de asirle una blanca todo el tiempo que con él viví o, por mejor decir, morí”.
5. MIGUEL DE CERVANTES (1547-1616)
5.1. Biografía
Nació Cervantes en 1547 en Alcalá de Henares. En 1570 marchó a Italia y
quedó impresionado por su arte, su literatura y su vida. Participó como
soldado en la batalla de Lepanto y permaneció como militar en diversos
lugares italianos. Cuando regresaba a España, en 1575, fue apresado por los
turcos y conducido a Argel. Allí permaneció cautivo durante cinco años.
Rescatado, volvió a España, donde llevó hasta el final de sus días una vida
difícil y azarosa (fue excomulgado y encarcelado varias veces). Vivió en
Esquivias (Toledo) en diversos lugares de Andalucía, en Valladolid y en
Madrid, donde murió el 23 de abril de 1616.
5.2. Obra
Cervantes fue poeta, dramaturgo y novelista.
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5.2.1. Cervantes, poeta
Como poeta, debió de escribir bastantes poemas de carácter culto, pero muchos se han perdido. Sólo publicó una
obra en verso, El viaje del Parnaso (1614), en la que presenta en conflicto a los buenos y malos escritores.
5.2.2. Cervantes, dramaturgo
Como dramaturgo, escribió Cervantes numerosas obras, de las que conservamos más de una decena de comedias
y ocho entremeses. Sus comedias, de muy diversos temas, siguen las normas clásicas y se distinguen por ello de
las que triunfan en la época. Títulos de comedias cervantinas son Los baños de Argel, La casa de los celos… Su
única tragedia conocida es La Numancia.
Muy interesantes son sus entremeses, certero retrato de las clases populares de la época. Partiendo de Lope de
Rueda, Cervantes hace más complejos a los personajes y dignifica al simple o bobo, personaje básico del
entremés. La construcción de las piezas y la trama argumental son también más sólidas. Entre los más famosos
entremeses cervantinos, figuran El retablo de las maravillas, El viejo celoso…
5.2.3. Cervantes, novelista
Cervantes sobresale especialmente como novelista. Escribe novelas de casi todos los tipos conocidos en su
tiempo. Su primera novela, La Galatea (1585), desarrolla el tema de los amores entre pastores. Su última novela,
El Persiles, publicada póstuma en 1617, es una novela bizantina. Cervantes sigue de cerca este modelo, pero
procura que los hechos narrados resulten creíbles.
Si no hubiera escrito el Quijote, es muy posible que Cervantes hubiera pasado a la
historia literaria por ser el autor de las Novelas ejemplares. Esta colección de doce
relatos cortos fue publicada en 1613. Cervantes es el primero que compone estos
relatos al modo italiano con argumentos originales. El adjetivo ejemplares del título
expresa su conexión con el género de los ejemplos medievales: se presenta una
historia breve de la que se extrae una moraleja. Pero no todos estos relatos tienen
una ejemplaridad moral, sino que son modelos o ejemplos de creación literaria.
Suelen agruparse las Novelas ejemplares en dos conjuntos: las novelas realistas y
las novelas idealistas.
a) Novelas realistas: Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera, El celoso extremeño, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros.
b) Novelas idealistas: El amante liberal, La española inglesa, La fuerza de la sangre, Las dos doncellas y La señora Cornelia. c) Combinan rasgos de ambos grupos las dos restantes: La gitanilla y La ilustre fregona.
5.3. El Quijote
5.3.1. Edición de la obra
La novela más célebre de Cervantes se publicó en dos partes:
a) Primera parte. Apareció en 1605 con el título El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha;
consta de un prólogo, de poemas burlescos iniciales y finales y de cincuenta y dos capítulos agrupados en
cuatro partes.
b) Segunda parte. Se publicó en 1615, con un cambio en el título: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha; se compone de un prólogo y de setenta y cuatro capítulos, sin división en partes.
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Un año antes, en 1614, había aparecido el Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha,
firmado por Alonso Fernández de Avellaneda. En el prólogo de este Quijote apócrifo se insultaba a Cervantes;
éste respondió en el prólogo de la segunda parte de su libro, e incluyó, dentro de la ficción misma, numerosas
referencias a la falsedad de la novela de Avellaneda.
5.3.2. Estructura de la novela
Está determinada por las andanzas de don Quijote: las salidas de su casa y de su pueblo por tierras de La
Mancha, Aragón y Cataluña en busca de aventuras.
El Quijote desarrolla una acción principal organizada en tres salidas: la primera y la segunda se narran en la
primera parte; la tercera abarca toda la segunda parte.
El esquema narrativo básico de cada salida es el siguiente:
a) Salida de la aldea: La primera vez don Quijote deja su casa
solo; en las otras dos le acompañará su fiel escudero Sancho
Panza; en los preliminares de la tercera salida aparece el
bachiller Sansón Carrasco, que irá en su busca y le causará su
última derrota.
b) Serie de aventuras: Las aventuras del caballero se suceden
también de un modo semejante: don Quijote se enfrenta con la
realidad porque la percibe deformada (molinos= gigantes) y
fracasa, además de recibir con frecuencia golpes y palos. En la
tercera salida hay un cambio: el protagonista ya no se equivoca,
sino que los demás desfiguran la realidad por su conveniencia o
para divertirse a su costa.
c) Regreso a la aldea: Las tres salidas concluyen con el regreso
a casa de don Quijote: las dos primeras, en condiciones penosas;
la última, para morir.
El camino desempeña un papel fundamental, pues favorece el encuentro con personas de todo tipo y estrato
social. Los encuentros de los protagonistas con otros personajes originan episodios ajenos a la acción central,
con la cual se relacionan de diverso modo.
Las historias intercaladas destacan por su variedad formal y responden a los estilos de la narrativa anterior:
novela pastoril, sentimental, morisca, de aventuras y novela corta de tipo italiano. Cervantes justificó su
presencia para que no faltase variedad a su novela, pero en la segunda no incluyó novelas, sólo algún episodio que
enlaza con el eje argumental.
5.3.3. Argumento
a) Primera parte:
El caballero manchego don Alonso Quijano, llamado por sus convecinos el Bueno, enloquece leyendo libros de caballerías. Concibe la idea de lanzarse al mundo, con el nombre de don Quijote de la Mancha, guiado por los nobles ideales la caballería. Con armas absurdas y un viejo caballo, Rocinante, sale por La Mancha y se hace armar caballero en una venta que imagina ser un castillo, entre las burlas del ventero y de las mozas del mesón. Libera a un muchacho a quien su amo está golpeando por perderle las ovejas (pero apenas se marcha, prosigue la paliza). Unos mercaderes lo golpean brutalmente; un conocido lo recoge y lo devuelve a su aldea. Ya repuesto, convence a un rudo labrador, Sancho Panza, ofreciéndole riquezas y poder, para que lo acompañe en sus aventuras. Y siempre sale mal parado: lucha contra unos gigantes que no son otra cosa que molinos de viento; es apaleado por unos arrieros; da libertad a unos criminales, que luego lo apedrean, etc. Sus amigos, el Canónigo y el Barbero, salen en su busca y lo traen engañado a su pueblo, metido en una jaula.
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b) Segunda parte:
Don Quijote, obstinado en su locura, sale otra vez acompañado de Sancho Panza. En sus correrías por tierras de Aragón, llegan a los dominios de unos Duques, que se burlan despiadadamente de la locura del señor y la ambición del criado. Mandan a este como gobernador a uno de sus estados; Sancho da pruebas de un excelente sentido, pero cansado de la vida palaciega, organizada en son de burla por los Duques, se vuelve a buscar a don Quijote. Tras constantes aventuras, marchan a Barcelona, y allí es vencido por el Caballero de la Blanca Luna, que es su amigo Sansón Carrasco disfrazado así para intentar que don Quijote recobre su cordura. Sansón Carrasco, vencedor, le impone la obligación de regresar a su pueblo. El caballero, física y moralmente derrotado, vuelve al lugar y allí muere cristianamente después de haberse curado de su locura.
5.3.4. Espacio
Los protagonistas se desplazan por los caminos y pasan por distintas localidades
pero, aunque se citan algunos lugares, no se una información geográfica
detallada. Las descripciones físicas son imprecisas y se limitan a lo más
importante.
En la primera parte los protagonistas recorren La Mancha hasta Sierra Morena;
cuando se detienen, la venta se convierte en un núcleo espacial, lugar de paso
donde se mezcla gente de distintos grupos sociales.
En la segunda parte, los personajes se desplazan por Aragón y Cataluña y son
menos “andantes”, pasan más tiempo detenidos. El espacio más importante es el
palacio de los duques, donde se relacionan con la alta nobleza, que ha leído la
primera parte de la obra y trama una serie de burlas para entretenerse y
divertirse a su costa. Don Quijote se siente tratado como un caballero y, por
primera vez, amo y escudero se separan.
5.3.5. Tiempo
La narración es cronológica y lineal: el caballero sale un día de julio de un cierto verano y en ese mismo verano
(por licencia poética, demasiado largo) ocurren las tres salidas y su muerte.
Las alusiones temporales a lo largo de la obra son escasas e incoherentes. Estos disparates cronológicos no
afectan a la progresión regular del relato que percibe el lector: el período que abarca la historia comienza con la
locura del protagonista y acaba, poco tiempo después, con su muerte.
5.3.6. Personajes
Los numerosos personajes que pueblan las páginas del Quijote pertenecen a
todas las categorías sociales, desde las más altas a las más humildes.
Uno de los grandes valores de la novela de Cervantes es la creación de la pareja
protagonista. Los protagonistas, don Quijote y Sancho, son dos figuras distintas
y complementarias, que llegan a hacerse amigos gracias al diálogo. Juntos
recorren los caminos y se influyen mutuamente: sus caracteres se van
modificando por el hablar y el hacer de cada uno. Sus relaciones cambian: de la
autoridad de don Quijote y la obediencia de Sancho, a la crítica y el
enfrentamiento; pero los unen, como en la vida, la amistad y la lealtad.
a) Don Quijote
El personaje es descrito como alto y delgado, viejo, colérico, culto y gran lector, soltero, solitario, valiente e
impulsivo. Hidalgo rural y pobre, su locura lo lleva a convertirse en caballero.
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El tema de la locura es central en la obra, ya que constituye la base del conflicto permanente entre el héroe y la
realidad que se le presenta. Quiere y cree ser caballero andante, pero sabe que finge (“Yo sé quién soy”, dirá).
La locura de don Quijote está limitada al mundo de lo caballeresco; en los momentos en que no aparece este
tema, el protagonista es admirablemente cuerdo, generoso, culto, tolerante y mesurado, como reconocen muchos
de los que le tratan.
b) Sancho
Representa al hombre llano, con una enorme sabiduría popular, práctico y materialista. Es lo opuesto a su amo:
bajo y barrigudo, prudente, analfabeto, casado y pacífico. Acepta servir a don Quijote por su simpleza y por la
recompensa prometida de una ínsula. El personaje, síntesis del tonto de la tradición folclórica, del bobo del
teatro y parodia del escudero de las narraciones caballerescas, se transforma durante la narración en un ser
complejo, independiente, que duda y cree, miente y es engañado, ríe y llora, se muestra discreto y tonto; pero es
siempre bueno y compasivo.
5.3.7. La narración y los narradores del Quijote
En la novela cervantina se distinguen un narrador básico o principal, distintos autores ficticios y varios
narradores-personajes:
a) Narrador principal: Cuenta desde un nivel superior y externo a la historia, es omnisciente y, en
ocasiones, usa la primera persona para designarse a sí mismo como responsable directo de lo narrado
b) Autores ficticios: El narrador interrumpe el relato en un momento clave de un episodio en plena
pelea con un vizcaíno y dice que aquí se acaba el documento que le servía de base. Pero entonces, el
narrador principal explica que, casualmente, ha encontrado el texto original en árabe, de un tal Cide
Hamete Benengeli, y se lo hace traducir por un morisco aljamiado (que habla castellano) con lo que puede
continuar la narración. Todo esto constituye una parodia de los pseudoautores y traductores que
aparecían en las novelas de caballerías. Este artificio permite a Cervantes un alejamiento irónico, ya que
puede comentar su propia obra.
c) Narradores-personajes: El narrador principal cede la palabra a los personajes que cuentan relatos de
distinto tipo en los que desempeñan diferentes funciones. En las historias intercaladas hay narradores-
personajes que son simples testigos, otros que participan en las historias contadas y algunos son sus
protagonistas.
5.3.8. Lenguaje y estilo
El lenguaje del Quijote es un acabado resumen de la variedad de estilos típica
del Renacimiento. En él se combina el estilo elevado con el propio de la parodia
burlesca, el habla culta con la popular conformes ambas con la condición social
de los personajes, las disquisiciones eruditas con los refranes y dichos de
profundo saber popular, etc. Su dominio del castellano fue portentoso: utiliza en
sus obras más de doce mil palabras distintas, aspecto relevante, ya que una
persona culta puede utilizar entre cinco y seis mil.
Es significativa dentro de la obra la presencia de recursos de la tradición oral:
la dualidad de los narradores, la ambivalencia del léxico, las sonoridades y los
ritmos, el uso de deícticos y el recurso al apóstrofe, la proyección del gesto o de
la imagen…
Cervantes contribuye con todo ello a gestar un nuevo lector entendido y
cómplice, a quien dirige prólogos y preliminares que reclaman su connivencia, que
se deja llevar, pero no engañar, por tantos embaucadores cervantinos maestros
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en el arte de hablar Cide Hamete Benengeli, el ficticio y burlón narrador arábigo que, supuestamente, escribe
casi toda la novela. Estamos ya ante la creación del lector moderno: un lector escéptico que erigirá la duda en
sistema.
5.3.9. Propósito de la novela
El propósito del Quijote es la parodia de los libros de caballerías, y como libro casi exclusivamente cómico fue
leído durante los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, desde el Romanticismo se interpreta la novela como la
defensa de un ideal en un mundo en el que los grandes ideales han perdido su sentido.
El Quijote es también un libro de crítica y teoría literaria: no sólo los personajes hablan constantemente de
literatura, sino que el conjunto de la obra es en sí mismo un ejercicio de experimentación literaria; en ella se
encuentran relatos de todo tipo (pastoriles, moriscos, cortesanos…), poemas, diálogos, etc. Además, la novela
cervantina retrata bastante fielmente la vida española de su tiempo: por sus páginas desfilan grandes nobles
poseedores de títulos; hidalgos que desean recuperar una posición social digna, labradores ricos o míseros
labriegos, criados, curas, cabreros, presos, moriscos, etc.
6. EL TEATRO RENACENTISTA
6.1. Primera mitad del siglo XVI
Lucas Fernández escribió varios dramas muy próximos todavía al teatro medieval, como es el caso de su Auto de la Pasión.
Gil Vicente fue un escritor portugués que escribió también en castellano. En su producción alternan las obras
religiosas (Trilogía de las Barcas, Auto de la Sibila Casandra) con las profanas (Don Duardos). Características
del teatro de Gil Vicente son la sátira de los eclesiásticos, la incorporación de elementos folclóricos y la gran
calidad de las poemas y canciones que se incluyen en sus dramas.
Bartolomé de Torres Naharro debe a su estancia en Italia el buen conocimiento del teatro clásico y el
renacentista. Dividió sus comedias en dos tipos: las comedias a noticia y las comedias a fantasía. Las comedias a
noticia (Soldadesca y Tinellaria) tienen un carácter realista y en las comedias a fantasía (Serafina e Himenea) se
deja vía libre a la imaginación. Rasgos generales de su teatro son la variedad de tipos y clases sociales, su
dominio del diálogo y de las técnicas dramáticas, su vitalismo y el fuerte anticlericalismo.
6.2. Segunda mitad del siglo XVI:
Se produce la consolidación del teatro, pero desaparecen de las obras los contenidos satíricos por la presión que
ejercía la censura de la Inquisición.
En esta segunda mitad conviven muchos tipos de teatro. Junto al teatro religioso y profano, que se representaba
en las iglesias, palacios o en la calle en determinadas fiestas religiosas, se desarrolla a lo largo del siglo XVI un
teatro popular, representado de forma rudimentaria en los pueblos o puesto en escena en los corrales de
comedias que van surgiendo en las ciudades más importantes.
Dentro de este teatro sobresale la figura de Lope de Rueda. Actor, director de escena y autor al mismo tiempo,
escribió muchas comedias en prosa al modo italiano, pero introdujo muchas novedades, como la utilización de
numerosos elementos cómicos para adaptar la comedia culta italiana al ambiente popular en que se
representaban las obras. Muy conocido son sus pasos, breves piezas cómicas representadas en los entreactos de
las comedias, cuyo éxito popular se debe a su cercanía al folclore. Los pasos de Lope de Rueda darán lugar a los
entremeses, caracterizados por su brevedad, su comicidad y el dominio del lenguaje.
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ANTOLOGÍA DE TEXTOS – LITERATURA RENACENTISTA
TEXTOS DE GARCILASO DE LA VEGA
La primera etapa de la producción poética de Garcilaso estuvo enormemente influenciada por la obra del poeta valenciano Ausias
March hasta el punto de parafrasear algunos de sus versos. El cuarteto inicial de este soneto traduce estos versos de Ausias March: “Amor, amor, un ábit m’e tallat/ de vostre drap, vestint-me l’esperit; /en lo vestir, ample molt l’e sentit,/ e fort estret quant sobre mi-s posat”.
Amor, amor, un hábito vestí el cual de vuestro paño fue cortado; al vestir ancho fue, mas apretado y estrecho cuando estuvo sobre mí. Después acá de lo que consentí, tal arrepentimiento me ha tomado que pruebo alguna vez de congojado, a romper esto en que yo me metí; mas, ¿quién podrá de este hábito librarse, teniendo tan contraria su natura que con él ha venido a conformarse? si alguna parte queda, por ventura, de mi razón, por mí no osa mostrarse, que en tal contradicción no está segura.
El viaje a Italia de Garcilaso lo puso en contacto con el humanismo italiano y, sobre todo, con Petrarca. Lee y compara estos poemas:
En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. GARCILASO DE LA VEGA
¿Dónde cogió el Amor o de qué vena, el oro fino de tu trenza hermosa? ¿En qué espinas halló la tierna rosa del rostro, o en qué prados la azucena? ¿Dónde las blancas perlas con que enfrena la voz suave, honesta y amorosa? ¿Dónde la frente bella y espaciosa, más que el primer albor pura y serena? ¿De cuál esfera en la celeste cumbre eligió el dulce canto que destila al pecho ansioso regalada calma? y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre de aquellos ojos, que la paz tranquila para siempre arrojaron de mi alma? PETRARCA
Una de las ideas básicas del concepto neoplatónico del amor es que la figura de la amada permanece en el espíritu del poeta como guía espiritual y modelo de conducta. Garcilaso de la Vega recrea este tema en un soneto famosísimo, el Soneto V:
Escrito está en mi alma vuestro gesto y cuanto yo escribir de vos deseo: vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto, que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero.
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El entusiasmo por la literatura grecolatina significa también una revitalización de los mitos. Se seleccionan aquellos que expresan mejor los distintos matices del sentimiento amoroso. Veamos varios sonetos donde va a utilizar los mitos de Dafne y Apolo y de Hero y Leandro para expresar estos matices: A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos brazos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba.
Pasando el mar Leandro el animoso, en amoroso fuego todo ardiendo, esforzó el viento, y fuese embraveciendo el agua con un ímpetu furioso. Vencido del trabajo presuroso, contrastar a las ondas no pudiendo, y más del bien que allí perdía muriendo que de su propia vida congojoso, como pudo, esforzó su voz cansada y a las ondas habló de esta manera, mas nunca fue su voz de ellas oída: “Ondas, pues no se excusa que yo muera, dejadme allá llegar, y a la tornada vuestro furor ejecutá en mi vida
Un amigo de Garcilaso, estando en Nápoles, le pidió que le escribiera una canción dedicada a una dama de quien estaba enamorado. El poeta accedió: invoca a la dama rogándole que corresponda a su galán y le recuerda a la ninfa Anaxárete, a quien los dioses convirtieron en piedra por no amar. Esta canción es el primer poema español escrito en liras, la estrofa recibió el nombre porque la palabra lira aparece en el primer verso.
A LA FLOR DE GNIDO Si de mi baja lira tanto pudiese el son que en un momento aplacase la ira del animoso viento y la furia del mar y el movimiento, y en ásperas montañas con el suave canto enterneciese las fieras alimañas los árboles moviese y al son confusamente los trujese, no pienses que cantado sería de mí, hermosa flor de Gnido, el fiero Marte airado, a muerte convertido, de polvo y sangre y de sudor teñido […]
Mas solamente aquella fuerza de tu beldad sería cantada, y alguna vez con ella también seria notada el aspereza con que estás armada […] Hablo aquí de aquel cativo de quien tener se debe más cuidado, que está muriendo vivo al remo condenado, en la concha de Venus amarrado […] Hágale temerosa el caso de Anaxárate, y cobarde, que de ser desdeñosa se arrepintió muy tarde, y así su alma con su mármol arde. […] ÉGLOGAS
En ellas culmina el talento poético de Garcilaso. La Égloga I es la obra más famosa del poeta. En ella, Salicio se duele por la infidelidad de su amada Galatea; y Nemoroso cuenta el amor que sintió por Elisa y llora su muerte:
El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso he de cantar sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores de pacer olvidadas, escuchando […] Saliendo de las ondas encendido rayaba de los montes el altura del sol, cuando Salicio, recostado al pie de una alta haya en la verdura, por donde una agua clara con sonido atravesaba el fresco y verde prado,
él, con canto acordado al rumor que sonaba del agua que pasaba
se quejaba tan dulce y blandamente como si no estuviera de allí ausente la que de su dolor culpa tenía; y así como presente razonando con ella le decía:
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SALICIO ¡Oh más dura que el mármol a mis quejas, y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve, Galatea! Estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas: que no hay sin ti el vivir para qué sea. Vergüenza he que me vea ninguno es tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo me avergüenzo ahora. ¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo della salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas , corriendo. […] …..Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba. ¡Ay ,cuánto me engañaba! ¡Ay, cuán diferente era y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía! Bien claro con su voz me lo decía la siniestra corneja repitiendo la desventura mía. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena? tus claros ojos ¿a quién los volviste? ¿por quién tan sin respeto me trocaste? Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste? ¿Cuál es el cuello que, como en cadena de tus hermosos brazos anudaste?
No hay corazón que baste aunque fuese de piedra viendo mi amada yedra
de mí arrancada, en otro muro asida y mi parra en otro olmo entretejida que no se esté con llanto deshaciendo hasta acabar la vida. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] ……Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan; los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan, con diferente voz se condolecen y mi morir cantando me adivinan.
Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado
sueño por escuchar mi llanto triste. Tú sola contra mí te endureciste, los ojos aun siquiera no volviendo a los que tú hiciste. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] NEMOROSO
Corrientes aguas puras, cristalinas; árboles que os estáis mirando en ellas, verde prado de fresca sombra lleno, aves que aquí sembráis vuestras querellas, hiedra que por los árboles caminas, torciendo el paso por su verde seno; yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento, que de puro contento con vuestra soledad me recreaba, donde con dulce sueño reposaba, o con el pensamiento discurría por donde no hallaba sino memorias llenas de alegría.
Y en este mismo valle, donde agora me entristezco y me canso, en el reposo estuve tan contento y descansado. ¡Oh bien caduco, vano y presuroso! Acuérdate durmiendo aquí algún hora, que despertando, a Elisa vi a mi lado, ¡Oh miserable hado! ¡Oh tela delicada antes de tiempo dada a los agudos filos de la muerte! Más convenible fuera aquesta suerte a los cansados años de mi vida,
que es más que el hierro fuerte, pues no la ha quebrantado tu partida
¿Dó están agora aquellos claros ojos que llevaban tras sí, como colgada, mi alma, doquier que ellos se volvían? ¿Dò está la blanca mano delicada, llena de vencimientos y despojos que de mi mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que veían con gran desprecio al oro como a menor tesoro
¿adónde están? ¿adónde el blanco pecho? ¿Dó la columna que el dorado techo con proporción graciosa sostenía? Aquesto todo agora ya se encierra,
por desventura mía, en la oscura, desierta y dura tierra.
¿Quién me dijera, Elisa, vida mía, cuando en aqueste valle al fresco viento andábamos cogiendo tiernas flores, que había de ver con largo apartamiento venir el triste y solitario día que diese amargo fin a mis amores?
El cielo en mis dolores cargó la mano tanto que a sempiterno llano
y a triste soledad me ha condenado; y lo que siento más es verme atado a la pesada vida y enojosa,
solo, desamparado, ciego sin lumbre en cárcel tenebrosa. Después que nos dejaste nunca pace en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena. No hay bien que en mal no se convierta y mude: la mala hierba al trigo ahoga, y nace en lugar suyo la infelice avena la tierra que de buena gana nos producía flores con que solía quitar en solo verlas mis enojos produce agora en cambio estos abrojos, ya de rigor de espinas intratable: yo hago con mis ojos, crecer, llorando , el fruto miserable
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TEXTOS DE FRAY LUIS DE LEÓN
Fray Luis de León va a ser otro de los poetas renacentistas en quienes el mundo clásico va a tener más influencia. Lee este poema donde aparecen los tópicos del “Beatus ille” y el “Locus amoenus”: ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero: no quiero ver el ceño vanamente severo del que la sangre sube o el dinero.
Despiértenme las aves con su cantar süave, no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo, de pasada, de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruïdo, que del oro y del cetro pone olvido.
Ténganse su tesoro los que de un flaco leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada, sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando con sed insacïable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado
Fray Luis de León no es un poeta místico, sin embargo, en sus poemas habla de que la contemplación de la belleza eleva su alma hacia Dios. En esta Oda a Salinas expresa los sentimientos que le produce oír la música tocada por Salinas, organista ciego amigo del poeta:
El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada, por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida, de su origen primera esclarecida. y como se conoce, en suerte y pensamientos se mejora; el oro desconoce que el vulgo vil adora, la belleza caduca, engañadora. Traspasa el aire todo hasta llegar a la más alta esfera, y oye allí otro modo de no perecedera música, que es de todas la primera.
Ve cómo el gran maestro, a aquesta inmensa cítara aplicado, con movimiento diestro produce el son sagrado con que este eterno templo es sustentado. y como está compuesta de números concordes, luego envía consonante respuesta; y entrambas a porfía mezclan una dulcísima armonía. Aquí el alma navega por un mar de dulzura, y, finalmente, en él ansí se anega, que ningún accidente extraño o peregrino oye o siente. ¡Oh, desmayo dichoso! ¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido
¡Durase en tu reposo sin ser restituido jamás a aqueste bajo y vil sentido! sobre todo tesoro; que todo lo demás es triste lloro. A aqueste bien os llamo, gloria del apolíneo sacro coro, amigos a quien amo ¡Oh!, suene de contino, Salinas, vuestro son en mis oídos, por quien al bien divino despiertan los sentidos, quedando a los demás amortecido
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TEXTOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ
La poesía mística de San Juan de la Cruz debe ser leída de acuerdo con la clave que proporciona el conocimiento de las distintas fases de la mística. Lee el siguiente poema titulado Noche oscura del alma:
En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a escuras y en celada, estando ya mi casa sosegada. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche , amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidados
El Cántico Espiritual, inspirado en el bíblico “Cantar de los Cantares”, desarrolla una alegoría: la esposa, el alma, sale en busca del amado, Cristo, y pregunta a las criaturas por él, en un marco bucólico.
AMADA ¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste habiéndome herido; salí tras ti clamando y eras ido.
Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes aquél que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. PREGUNTA A LAS CRIATURAS ¡O bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!, ¡o prado de verduras de flores esmaltado!, decid si por vosotros ha pasado. RESPUESTA DE LAS CRIATURAS Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura; y, yéndolos mirando con sola su figura vestidos los dejó de hermosura. ESPOSA ¡Ay! ¿quién podrá sanarme? Acaba de entregarte ya de vero; no quieras enviarme de hoy más mensajero que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cuanto vagan de ti me van mil gracias refiriendo, y todos más me llagan, y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo. Mas ¿cómo perseveras, ¡oh vida!, no viviendo donde vives y haciendo por que mueras las flechas que recibes de lo que del Amado en ti concibes? ¿Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste? Y, pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste y no tomas el robo que robaste? Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos; y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos y sólo para ti quiero tenellos. Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura. ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados! (...) ESPOSA Mi Amado, las montañas, los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos, la noche sosegada en par de los levantes de la aurora,
la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora. Nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado, en púrpura tendido, de paz edificado, de mil escudos de oro coronado. (...) A las aves ligeras leones, ciervos, gamos saltadores, montes, valles, riberas, aguas, aires, ardores, y miedos de las noches veladores: Por las amenas liras y canto de sirenas os conjuro que cesen vuestras iras y no toquéis al muro, porque la esposa duerma más seguro. Mi alma se ha empleado, y todo mi caudal, en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio que ya sólo en amar es mi ejercicio. Pues ya si en el ejido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido, que, andando enamorada, me hice perdidiza y fui ganada. De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor floridas, y en tu cabello mío entretejidas.(...) Gocémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura al monte y al collado do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura
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