LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

2
8/18/2019 LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ http://slidepdf.com/reader/full/llana-imagen-del-padre-que-perdi 1/2 1 LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ Al Padre Luis Rebaza Neira, desde lo alto silencioso que no rozan las palabras Pocas vidas ejemplarmente místicas preceden su merecida santidad; la misma que, o no se confirma con la beatitud y posterior santificación, o sucumbe a la sencillez de un verdadero hombre sacrificado por el prójimo. El rey como el esclavo; el campesino como el burgués capitalino, todos cabían en la mano misericordiosa del Padre Luis Rebaza Neira. Un nido de palabras justas, un cobijo para decenas de jóvenes atribulados, carentes, timoratos, de pan o de consuelo; un buen padre, un consejero espiritual como jamás lo habrá sobre esta tierra de lágrimas perdidas. La plena largueza de una túnica dorada arrastrando hasta el final las palabras anhelantes, diciendo el sermón aliviador de todas las tribulaciones; ése era el Padre Luis, el Verdadero Camino. Bastasen unas pocas cuadras para llegar hasta él, y abordar el Templo La Recoleta; mas, con una sola vez que uno lo escuchara, era suficiente para dormir en  paz, con la vigilia abierta de las alas angelicales posando en la conciencia del que vive una sola vez, habiendo escuchado a un santo. Las palabras hacen el silencio, que es de oro; pero acaso ese silencio bastaba  para que te eleve su presencia de arcangélico viejito prematuro. Estar o no estar, daría lo mismo, si uno, ileso de materia corporal asciende hasta los mismos revuelos de conciencia, donde ya cruzados los diez círculos infernales, en esta misma tierra de padecimientos, llega al verdadero paraíso. Su voz, su oro inmaterial que cual luz vespertina colmaba la conciencia de fuerza, era la brasa que seguía alimentando el fogón de lo por vivir. La materia de los milagros silenciosos, modestos, no se hace muchas veces con el acto extraordinario; más bien sí, a fuer de padecimientos, de limitaciones, de  peregrinación hacia el espíritu atribulado, que es uno cuando está perdido o a punto de rozar el abismo. Fraternal, sosegado de espíritu, en el cansino cuerpo más no le cabía amargura alguna, sino más bien las ansias poderosas de cansarse hasta dolerse amando al extraño prójimo que más lo necesitaba. Cabe precisar que el desprendimiento es tarea ardua en la conciencia del hombre contemporáneo, y la espontaneidad con la que uno da mirando a los ojos, nace como un manantial de purezas en el ser de la entrega total, absoluta. Ésa era la conciencia de dar, la filosofía del desprendimiento que el Padre Luis rebasaba en sus claras pupilas. Dueño de un carácter que iba moldeando día a día en diarios, que primero registraba a puño y tinta, de manera casi minimalista, consignando las tareas aparentemente más cotidianas, pero que iban moldeando a un verdadero  joven de

Transcript of LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

Page 1: LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

8/18/2019 LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

http://slidepdf.com/reader/full/llana-imagen-del-padre-que-perdi 1/2

1

LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

Al Padre Luis Rebaza Neira,

desde lo alto silencioso que no

rozan las palabras

Pocas vidas ejemplarmente místicas preceden su merecida santidad; la mismaque, o no se confirma con la beatitud y posterior santificación, o sucumbe a lasencillez de un verdadero hombre sacrificado por el prójimo.

El rey como el esclavo; el campesino como el burgués capitalino, todos cabíanen la mano misericordiosa del Padre Luis Rebaza Neira. Un nido de palabras justas,un cobijo para decenas de jóvenes atribulados, carentes, timoratos, de pan o de

consuelo; un buen padre, un consejero espiritual como jamás lo habrá sobre estatierra de lágrimas perdidas.La plena largueza de una túnica dorada arrastrando hasta el final las palabras

anhelantes, diciendo el sermón aliviador de todas las tribulaciones; ése era el PadreLuis, el Verdadero Camino.

Bastasen unas pocas cuadras para llegar hasta él, y abordar el Templo LaRecoleta; mas, con una sola vez que uno lo escuchara, era suficiente para dormir en

 paz, con la vigilia abierta de las alas angelicales posando en la conciencia del quevive una sola vez, habiendo escuchado a un santo.

Las palabras hacen el silencio, que es de oro; pero acaso ese silencio bastaba para que te eleve su presencia de arcangélico viejito prematuro.

Estar o no estar, daría lo mismo, si uno, ileso de materia corporal asciendehasta los mismos revuelos de conciencia, donde ya cruzados los diez círculosinfernales, en esta misma tierra de padecimientos, llega al verdadero paraíso.

Su voz, su oro inmaterial que cual luz vespertina colmaba la conciencia defuerza, era la brasa que seguía alimentando el fogón de lo por vivir.

La materia de los milagros silenciosos, modestos, no se hace muchas veces conel acto extraordinario; más bien sí, a fuer de padecimientos, de limitaciones, de

 peregrinación hacia el espíritu atribulado, que es uno cuando está perdido o a punto

de rozar el abismo.Fraternal, sosegado de espíritu, en el cansino cuerpo más no le cabía amargura

alguna, sino más bien las ansias poderosas de cansarse hasta dolerse amando alextraño prójimo que más lo necesitaba.

Cabe precisar que el desprendimiento es tarea ardua en la conciencia delhombre contemporáneo, y la espontaneidad con la que uno da mirando a los ojos,nace como un manantial de purezas en el ser de la entrega total, absoluta.

Ésa era la conciencia de dar, la filosofía del desprendimiento que el Padre Luisrebasaba en sus claras pupilas.

Dueño de un carácter que iba moldeando día a día en diarios, que primeroregistraba a puño y tinta, de manera casi minimalista, consignando las tareasaparentemente más cotidianas, pero que iban moldeando a un verdadero  joven de

Page 2: LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

8/18/2019 LLANA IMAGEN DEL PADRE QUE PERDÍ

http://slidepdf.com/reader/full/llana-imagen-del-padre-que-perdi 2/2

2

carácter , libro que, gozoso, repartía a todos los jóvenes que lo buscaban, deseosos dealcanzarlo, aproximándose a él para encontrarse, o para no perderse en su búsquedaimplacable.

De modo que el bien hacia los demás no fuera algo inalcanzable, logró sin pedirlo, en su sepelio, que partió desde el aeropuerto Armando Revoredo Iglesias,

abarrotar cientos de miles de personas en las calles de Cajamarca, perseguidas lasunas con las otras, formando una cadena común de lágrimas extraviadas que lo perseguían, sedientos de su santidad, que no se creyera, los había dejado.

Esa mañana plomiza, rasposa, bola de cemento en la garganta, no quería caerhasta lo hondo de los estómagos ayunados por la memoria del Padre Luis, yairreconocible entre los vivos, quien había dejado esta esfera celeste para partir hastaotras latitudes celestiales, donde los mismos incendios de los cúmulos divinos loesperarían, acaso, para otras tareas más sustanciosas de ayuda desde lo alto, a todaslas almas atribuladas que buscaran su bondad ilimitada.

Aquel río calmo, bañando los pastos de un argento resplandor y las montañasde negros minerales aun brillan con su voz de paisaje que se habita caminando hastaatardeceres más próximos al bien que siempre borrará al mal de la faz de la tierra, conuna sola palabra, la del que ama y se acongoja aún más por la imposibilidad de no

 poder amar hasta más allá del mismo dolor que ya no se soporta.

Jack Farfán Cedrón

Cajamarca, 8 de Abril de 2016