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Después de los excelentes resultados de la seguridad democrática, el país avanza hacia la seguridad ciudadana, una nueva estrategia con dos pilares: la prevención del delito y el control, unidos por un enorme esfuerzo político de coordinación entre las diferentes instituciones del Estado. 12-13 7 6 Avances del Plan Cuadrantes Para lograr los objetivos de convivencia y seguridad ciudadana, el Plan Cuadrantes exige un cambio cultural del talento humano de la Policía Nacional. 2 y 3 18 A combatir estructuras criminales La Policía Nacional trabaja con los demás organismos del Estado para combatir, desarticular y afectar los grupos criminales. Sodoma: inteligencia policial Detrás de muchos resultados positivos contra el narcoterrorismo, como la Operación Sodoma, está la inteligencia de la Policía Nacional. Policía Nacional de Colombia: modelo para policías de la región La Policía Nacional de Colombia es reconocida por su calidad técnica y académica, tanto, que capacita a funcionarios de toda América. Información Institucional Edición No. 4 - Octubre 2010 www.policia.gov.co - ISSN 0122-0411 Llegó la hora de la seguridad ciudadana

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Después de los excelentes resultados de la seguridad democrática, el país avanza hacia la seguridad ciudadana, una nueva estrategia con dos pilares: la prevención del delito y el control, unidos por un enorme esfuerzo político de coordinación entre las diferentes instituciones del Estado.

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7

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Avances del Plan CuadrantesPara lograr los objetivos de convivencia y seguridad ciudadana, el Plan Cuadrantes exige un cambio cultural del talento humano de la Policía Nacional.

2 y 3

18

A combatir estructuras criminalesLa Policía Nacional trabaja con los demás organismos del Estado para combatir, desarticular y afectar los grupos criminales.

Sodoma: inteligencia policial Detrás de muchos resultados positivos contra el narcoterrorismo, como la Operación Sodoma, está la inteligencia de la Policía Nacional.

Policía Nacional de Colombia: modelo para policías de la regiónLa Policía Nacional de Colombia es reconocida por su calidad técnica y académica, tanto, que capacita a funcionarios de toda América.

Información InstitucionalEdición No. 4 - Octubre 2010 www.policia.gov.co - ISSN 0122-0411

Llegó la hora de la seguridad ciudadana

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2 / Edición No. 4 - Octubre 2010 / 3Edición No. 4 - Octubre 2010

Juan Manuel Santos CalderónPresidente de la República

Nuestro escudo nacional tiene dos palabras que a primera vista pueden parecer contradictorias: libertad y orden. Sin embargo, lejos de ser contradictorias, son complementarias. De la misma manera que el orden sin libertad resulta en dictadura, la libertad sin orden es la anarquía. La liber-tad que tenemos los colombianos de caminar por la calle, por ejem-plo, o de ir con nuestros hijos a jugar a un parque, pierde senti-do si en ese trayecto nos atracan o si dejamos de ir al parque por miedo a la delincuencia. Nadie entiende esto mejor que nuestra Policía Nacional, la institución encargada, día tras día, de mante-ner la libertad y el orden.

En campaña tuve el privilegio de recorrer el país y conocer a miles de compatriotas. Todos es-taban agradecidos con la Política de Seguridad Democrática, que ha disminuido dramáticamente el número de homicidios, secues-tros y atentados terroristas, pero también preocupados por el nú-mero de atracos y robos a hogares en las ciudades. La situación de violencia en Medellín, por citar un solo ejemplo, si bien comien-za a mejorar, es preocupante. En este momento resulta indispen-sable complementar la Seguridad Democrática con una estrategia comprehensiva de Seguridad Ciu-dadana que proteja a los colom-bianos de la delincuencia común.

Una estrategia de seguridad ciudadana debe tener dos pila-res. Primero, una campaña de prevención del delito, para evi-tar que los jóvenes se conviertan en delincuentes. Segundo, un pi-lar de control que refuerce las ta-reas de la Policía, aumentando su pie de fuerza, modificando su es-quema territorial, y modernizan-do sus capacidades investigativas. Para que sea verdaderamente in-tegral, ambos pilares requieren de

DIRECTORMAYOR GENERAL

ÓSCAR ADOLFO NARANJO TRUJILLO

SUBDIRECTORMAYOR GENERAL

RAFAEL PARRA GARZÓN

DIRECTOR NACIONAL DE ESCUELASBRIGADIER GENERAL

EDGAR ORLANDO VALE MOSQUERA

JEFE OFICINA DE PLANEACIÓNBRIGADIER GENERAL JANIO LEON RIAÑO

JEFE COMUNICACIONES ESTRATÉGICASCORONEL

LEÓN GUILLERMO BARÓN CALDERÓN

COORDINACIÓN EDITORIALTENIENTE CORONEL

EDWIN CHAVARRO ROJAS

JEFE GRUPO IMPRESOS Y PUBLICACIONES

SUBTENIENTENIDIA ESMERALDA AMADOR RODRÍGUEZ

COMITÉ EDITORIALCOMISARIO JAIRO ABEL SOLER AMAYADRA. CLAUDIA PATRICIA GÓMEZ ROJASDRA. MARÍA VICTORIA PERÉZ POVEDAWILSON LEONARDO BAQUERO MICAN

FOTOGRAFÍAPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA

SUBINTENDENTEWILLIAM MEDINA FLOREZ

PATRULLERALINA MARCELA CRISTANCHO LOPEZ

IMAGEN VISUAL COEST

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN:

MICHEL RIVEROS CASA EDITORIAL EL TIEMPO

CORRECCIÓN DE ESTILOLUZ ESTELLA BETANCURT

PRODUCCIÓN E IMPRESIÓNCASA EDITORIAL EL TIEMPO

LAS OPINIONES EXPRESADAS POR LOS AUTORES Y SUS FUENTES NO COMPRO-METEN LOS PRINCIPIOS DE LA POLICÍA

NACIONAL DE COLOMBIA.

PAGINAWEB: www.policia.gov.co Carrera 59 N° 26-21 CAN

Conmutador 3159000

La Operación Sodoma quedará grabada en los anales de gloria de nuestras Fuerzas Armadas como un ejemplo de lo que puede lograrse cuando nuestras instituciones policial y militar trabajan unidas, en perfecta coordinación.

SUS PILARES: PREVENCIÓN Y CONTROL DEL DELITO

Hacia una estrategia de seguridad ciudadana

un enorme esfuerzo político para coordinar diferentes instituciones estatales.

PilaresEl primer pilar es la preven-

ción. Es necesario desarrollar una estrategia nacional para la prevención social del delito. Co-menzando en la primera infancia –entrenando a las madres comu-nitarias, por ejemplo, a corregir el comportamiento antisocial en ni-ños–, el programa debe continuar en el sistema escolar a través de una educación básica en civismo y convivencia. Es necesario iden-tificar a los niños y jóvenes en riesgo de abandonar la escuela y diseñar políticas para mantener-los en el colegio con programas deportivos y culturales. Una cul-tura ciudadana de la legalidad tie-ne que enseñarle a la ciudadanía a rechazar el crimen a través de la presión social.

Bajo la dirección del Mayor General Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, la Policía Nacional ha sido pionera en el tema de poli-

logramos, y hoy la Policía está pre-sente en todos los municipios del país. El reto ahora es acercarla a los ciudadanos y a sus comunida-des. Por eso vamos a apoyar ente-ramente al Plan Cuadrante.

El segundo componente del control policial es la investiga-ción. En la última década el por-centaje de agentes de la Policía Nacional dedicados a la investi-gación ha aumentado del 3% al 5%. Sin embargo, sigue siendo muy inferior a las policías inter-nacionales donde la proporción de investigadores oscila entre el 14% y el 20%. Vamos a invertir en educación y a mejorar la capaci-dad de investigación de la DIJIN y el CTI de la Fiscalía para que los arrestos de los criminales deriven en condenas efectivas.

Seguridad integralAplicando los principios del

Buen Gobierno, vamos a desa-rrollar, implementar y monitorear una eficaz política de Seguridad Ciudadana. La seguridad ciuda-dana tiene que ser una estrategia integral, que demanda coopera-ción entre los entes relevantes a nivel nacional –Policía Nacional, Ministerio de Defensa, Ministerio del Interior y de Justicia, Ministe-rio de Educación, Fiscalía, DAS– y entre el Gobierno Nacional y los municipios. La seguridad ciuda-dana no es una tarea exclusiva del Gobierno Nacional y de la fuerza pública; tiene que ser una meta de todos los colombianos.

Como Ministro de Defensa tuve la buena fortuna de trabajar de cerca con los hombres y mu-jeres de la Policía Nacional y es un honor volver a estar al lado de ellos como Presidente de la Re-pública. Antes de posesionarme estuve en Haití, donde la Policía está acompañando la misión in-ternacional para la estabilización de dicho país. Me llené de orgullo cuando los haitianos me dijeron que la Policía colombiana se des-tacaba por su dedicación y profe-sionalismo.

Y los motivos de orgullo y gra-titud siguen acumulándose. No acabábamos de celebrar la Opera-ción Fortaleza II –en la que la ac-ción combinada de la inteligencia y los comandos jungla de la Policía con las Fuerzas Militares dio como resultado la neutralización de alias Domingo Biohó y la destrucción de varios campamentos del frente 48 de las FARC en el Putumayo– cuando, pocos días después, el 22 de septiembre –y otra vez con de-cisiva información recolectada por la inteligencia policial–, el trabajo coordinado de la Policía, el Ejér-cito, la Armada y la Fuerza Aérea entregó a los colombianos el más contundente resultado contra el narcoterrorismo, poniendo fin a la carrera criminal de alias “Mono Jojoy”, el más caracterizado símbo-lo del terror en el país.

La Operación Sodoma queda-rá grabada en los anales de glo-ria de nuestras Fuerzas Armadas como un ejemplo de lo que puede lograrse cuando nuestras institu-ciones policial y militar trabajan unidas, en coordinación perma-nente.

También nos satisface poder congratularnos, con todos los co-lombianos, por el reconocimien-to que la Asociación Internacio-nal de Jefes de Policía (IACP) ha hecho al mayor general Óscar Naranjo, Director General de la Policía, al designarlo como el “mejor policía del mundo”. Es un título que ratifica una carrera de servicio a los valores ciudadanos, y una distinción merecida para la Policía Nacional y para todas las Fuerzas Armadas. No en vano las recientes encuestas la sitúan como una de las instituciones de mayor favorabilidad en la opi-nión pública de los colombianos.

Felicito a los policías de Co-lombia, de todo corazón, por su acción permanente por nuestra seguridad, por su heroísmo y pro-fesionalismo, y por mantener una institución con visión cívica y hu-manística, que es hoy un ejemplo para el mundo.

cía comunitaria, trabajando de la mano de las comunidades para que crezca la confianza en la ins-titución y se facilite la prevención del crimen. Sin embargo, la rela-ción debe ser de doble vía. Por un lado, la Policía debe responderle a la comunidad por sus resulta-dos, pero, por el otro lado, las co-munidades deben colaborar con la Policía, informándole qué está pasando en el vecindario.

El segundo pilar de la seguri-dad ciudadana es el control poli-cial. Este pilar tiene dos compo-nentes. El primero es la vigilancia disuasiva y el segundo, la investi-gación criminal. El Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, que va a reformar el sistema de patrullaje a nivel na-cional, es un gran avance. Con este Plan la Policía podrá enfo-car sus esfuerzos en los cuadran-tes más peligrosos y optimizar sus recursos para proteger mejor a la ciudadanía.

En los últimos años, el Gobier-no trabajó por llevar el Estado a las regiones apartadas del país. Eso lo

Rodrigo Rivera SalazarMinistro de Defensa Nacional

Como no ocurría quizás des-de la gesta libertadora, los co-lombianos vivimos una época de esperanza gracias a los avances de nuestra Fuerza Pública. Dia-riamente, los soldados y policías de la Patria entregan resultados que nos hacen pensar en un nue-vo horizonte en el que todos po-damos disfrutar plenamente de nuestros derechos y libertades, y en el que el Estado pueda dedicar cada vez más su atención a buscar el desarrollo económico y social para toda la población sin descui-dar los aspectos que garanticen la seguridad necesaria para la pros-peridad.

La seguridad democrática nos ha permitido combatir con efi-cacia y grandes sacrificios las amenazas del narcotráfico, el te-rrorismo y el secuestro, que com-prometían la supervivencia mis-ma de Colombia como Estado y como sociedad. Golpes históri-cos y contundentes como la baja en combate de alias el “Mono Jo-joy”, en el que el profesionalismo de la Policía Nacional tuvo un pa-pel decisivo en coordinación con las Fuerzas Militares, le demues-tran al país que no hemos bajado la guardia y que estamos cada vez más cerca de la victoria en esta lu-cha admirada y reconocida por el mundo entero.

El país ha avanzado en los úl-timos años en elevar la concien-cia pública sobre la importancia y el valor de la seguridad. Nues-tros éxitos han permitido que la ciudadanía se sienta más tranqui-la frente a las anteriores amena-zas y adquiera mayor conciencia de otros aspectos más cercanos con su seguridad personal, redu-ciendo su umbral de sensibilidad con respecto a delitos que afectan directamente la seguridad ciuda-dana como el homicidio común –que se ha reducido significati-vamente–, el hurto callejero, la extorsión y el microtráfico, entre otros.

Este nuevo foco de atención coincide con las transformacio-nes que ha debido adoptar el cri-men organizado para tratar de mantener sus ingresos ilegales ante la eficacia del Estado con-tra sus fuentes de financiación. Hemos pasado de una criminali-dad que se lucraba cómodamen-te del narcotráfico, el secuestro y

Golpes históricos y contundentes como la baja en combate de alias el “Mono Jojoy”, en el que el profesionalismo de la Policía Nacional tuvo un papel decisivo en coordinación con las Fuerzas Militares, le demuestran al país que no hemos bajado la guardia y que estamos cada vez más cerca de la victoria en esta lucha admirada y reconocida por el mundo entero.

el robo de combustible a una que busca sobrevivir alimentándose de actividades ilegales largamen-te arraigadas –y en ocasiones to-leradas por algunos sectores de la misma ciudadanía– como el mi-crotráfico de estupefacientes y la extorsión.

El Gobierno Nacional cree que, habiendo avanzado mucho el país en el tema de la seguridad democrática –en la cual no baja-remos la guardia–, llegó la hora de contar de manera especial con una política integral y coordina-da de seguridad ciudadana, en la que entendamos estos fenóme-nos, contemos con información criminalística clara para tomar decisiones correctas, y donde to-das las instituciones relacionadas concurran de manera integral.

Contrario a como se conside-ró en el pasado, la seguridad ciu-dadana no es un asunto exclusi-vamente policial o judicial, y así lo ha entendido el Gobierno. Por eso en esta política, que será nues-tro nuevo frente de batalla lidera-

do por el presidente Juan Manuel Santos, convocaremos a todas las instituciones relacionadas con el tema a nivel nacional, departa-mental y municipal, incluyendo a la Policía Nacional, la Rama Ju-dicial, la Fiscalía, los Ministerios del Interior y de Educación y el ICBF, así como las gobernacio-nes y alcaldías, entre otros, para aplicar un enfoque que articule a todo el Estado y a la sociedad, y nos permita enfrentar de manera integral y eficaz este desafío.

El aporte de la Policía será fun-damental a través de una mayor gerencia y sofisticación en sus la-bores, incluyendo una inteligen-cia y un trabajo operativo aún mejores que nos permitan antici-parnos al crimen y judicializar a los delincuentes, optimizando el trabajo coordinado con otras en-tidades y con la ciudadanía.

Es necesario además, gestar un cambio cultural para acabar con la tolerancia que algunos secto-res han asumido frente al delito, especialmente en lo que respecta

a la extorsión. No podemos per-mitir que mientras numerosos ciudadanos y empresas víctimas de esta actividad cumplen con su deber de denunciar a los extorsio-nistas, otros toleren sus deman-das e incluso busquen a los delin-cuentes para pagarles cualquier cantidad de dinero, haciendo via-ble y lucrativo este infame nego-cio. Como en cualquier parte del mundo, la colaboración ciudada-na es esencial en la lucha contra el delito.

Los colombianos esperan mu-cho de sus instituciones. Cada éxito es un punto de referencia más alto que nos obliga a mante-ner nuestra efectividad, y el tra-bajo de los hombres y mujeres de la Policía Nacional, liderados por el General Óscar Naranjo, nos de-muestra a diario que esto es po-sible. Esperamos, con el esfuerzo de todos, superar los altos están-dares que hemos alcanzado para garantizarles a los colombianos la tranquilidad que merecen en las calles de sus ciudades.

Seguridad ciudadana: nuevo frente de batalla

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Claudia Patricia Gómez RojasPolitóloga de la Universidad Javeriana Asesora del Programa Departamentos

y Municipios Seguros

En los últimos años el Esta-do Colombiano ha logrado dar una serie de avances contunden-tes con relación a la lucha contra aquellos actores que, durante al-gunos períodos de tiempo, desa-fiaron la autoridad del Estado y cuestionaron la legitimidad de las instituciones. Estos avances han sido posibles gracias a decisiones de política que favorecieron los procesos de modernización de las instituciones, Fuerzas Militares y Policía, así como también, a la asignación de mayores recursos para la lucha contra los actores armados ilegales, que operaban en ciertas zonas del territorio. Así mismo, durante esta última dé-cada ha sido vital el liderazgo y concurso de todas las autoridades político-administrativas de elec-ción popular en los tres niveles de gobierno en esta materia.

No obstante, estos adelan-tos dejaron entrever nuevos re-tos frente a las necesidades que los ciudadanos tienen en su vida cotidiana respecto a las dinámi-cas propias de la convivencia y al derecho a la seguridad. Retos que se configuran de manera más evidente en los centros urbanos debido a la modificación de las estructuras criminales, al creci-miento de las ciudades, que en la mayoría de las oportunidades se ha dado de manera desorgani-zada y bajo complejos procesos de desarraigo y reencuentro por parte de diferentes miembros de la sociedad, lo que ha implicado apropiaciones no adecuadas del territorio.

Así mismo, dichos retos son más evidentes toda vez que se ha dado un proceso de visibilización de delitos que en el pasado no eran denunciados por los ciuda-danos y en algunas oportunidades

ES PRECISO INVERTIR MÁS EN PROGRAMAS Y ACCIONES DE PREVENCIÓN

La seguridad ciudadana: prioridad para la prosperidad democráticaLos colombianos hoy más que nunca esperar tener seguridad en su vida cotidiana, no temer a agresiones violentas en los espacios públicos ni en los privados y ver respetada su integridad física y su dignidad

no recibían la atención necesaria por parte de las autoridades, tal es el caso de: los delitos contra el pu-dor sexual, la violencia intrafami-liar, la micro extorsión y el micro expendio de estupefacientes. A lo que se suma, una mayor vincula-ción de ciudadanos menores de edad y adolescentes a estructuras criminales o actividades ilegales; además de los fenómenos de van-dalismo por parte de ciertos gru-pos sociales, las diferentes formas como hoy se expresa el sicariato y por supuesto, los delitos propios del crimen organizado como es la trata de personas.

RetosPor esta razón, en el marco

del XIV Congreso Nacional de Casuística Policial que se llevó a cabo entre los días 15 al 17 de sep-tiembre del presente año, en la Es-cuela Postgrados de Policía “Mi-guel Lleras Pizarro”, se realizó un panel con el fin de discutir los re-tos que tiene el nuevo gobierno en materia de seguridad ciudadana.

El panel contó con la partici-pación del Profesor Alejo Var-gas, politólogo, Doctor en Cien-cia Política y Magíster en Política Social. Profesor titular de la Uni-versidad Nacional y Director del Grupo de Investigación sobre Se-guridad y Defensa. De igual for-ma, participó el Doctor Juan Car-los Palou, Coordinador del Área de Construcción de Paz y Pos-conflicto de la Fundación Ideas para Paz, Abogado de la Univer-sidad del Rosario y Magíster en Políticas Públicas en América La-tina de la Universidad de Oxford.

La participación de los pane-listas estuvo guiada por cuatro grandes interrogantes: primero, ¿sobre qué elementos debe con-figurarse la nueva política pú-blica de seguridad ciudadana en

Colombia? Segundo, debido a la importancia que reviste la Se-guridad Ciudadana en el nuevo Plan de Desarrollo, ¿se requieren nuevos recursos para financiar la política? ¿Quizás es momento de pensar nuevas fuentes financia-ción para los temas de seguridad en los tres niveles de gobierno, más allá de los dispuestos por la Ley 418 de 1997 prorrogada en varias oportunidades y de los es-casos recursos de inversión que las autoridades destinan a estas temáticas?

Teniendo como referente los interrogantes antes mencionados, los panelistas coincidieron en se-ñalar que en Colombia, debido a la situación de conflicto que se vive desde mediados del siglo XX, resulta sumamente complejo establecer qué problemáticas son propias de los asuntos de segu-ridad nacional, qué otras hacen parte de la dimensión propia de la seguridad pública y a qué nos referimos cuando hablamos de seguridad ciudadana. Por lo an-terior, las acciones que adelan-tan las autoridades político-ad-ministrativas de elección popular, a saber, gobernadores y alcaldes, dependiendo de su capacidad institucional, pueden aportar ele-mentos al desarrollo de solucio-nes integrales y sostenibles en te-mas de seguridad pública y por supuesto, en materia de seguri-dad ciudadana.

Más recursosAhora bien, toda vez que las

acciones que se realizan en el ám-bito municipal en materia de se-guridad ciudadana están media-das por la capacidad institucional de las autoridades, los panelistas coincidieron en reconocer que es necesario invertir cada día mayo-res recursos en la capacitación y especialización de servidores pú-blicos en estas materias, así como en la puesta en funcionamiento de sistemas de información que permitan a las autoridades tener información oportuna, veraz y organizada sobre los diferentes fenómenos que afectan a los ciu-dadanos. De tal forma, que se lo-gre realizar una acertada carac-terización de los mismos y por ende, se les puede dar el trata-miento adecuado.

El Profesor Alejo Vargas lla-mó la atención acerca de la inte-

gralidad que debe tener la Polí-tica de Seguridad Ciudadana, así como, de la conveniencia de que ésta incluya entre sus componen-tes uno de política criminal y otro en materia penitenciaria y carce-laria. Por su parte, el Doctor Juan Carlos Palou hizo énfasis en el ca-rácter urbano que debe tener la nueva Política de Seguridad Ciu-dadana, además, planteó la nece-sidad de que la política brinde un trato diferencial a las ciudades de acuerdo con la complejidad de las problemáticas que las afectan en materia de violencia, inseguridad y crimen.

Más inversiónDe igual forma, el Doctor Pa-

lou reconoció la imperiosa ne-cesidad que existe en Colombia de realizar una mayor inversión en programas y acciones en ma-teria de prevención. Así mismo, recordó a los participantes la ne-cesidad de sacar del letargo en el que se encuentran los mecanis-mos alternativos de resolución de conflictos, con el fin de que se conviertan en una herramien-ta útil para todos los ciudadanos sin ninguna distinción de tipo económico y social. Sumado a lo anterior, el panelista sugirió que la política que adopte el Gobier-no Nacional tenga dos grandes derroteros: el primero, disminuir la violencia y el segundo, afrontar las actividades ilegales y la cultu-ra a la que ésta conlleva.

Por su parte, el Profesor Ale-jo Vargas consideró que es apro-piado que la política esclarezca las zonas grises que existen entre las competencias del nivel nacio-nal en materia de seguridad y las obligaciones y funciones de las autoridades locales. En este sen-tido, el experto llama la atención acerca de la necesidad de que la política pública que adopte el ni-vel nacional tenga el carácter de marco, de tal forma que dé espa-cio para las iniciativas locales y trace una hoja de ruta en la que todos los niveles de gobierno se sientan representados.

Finalmente, los dos analistas concordaron en afirmar la im-portancia que reviste la participa-ción de los ciudadanos en la cons-trucción de esta política pública, no obstante reconocen que en Colombia hay una baja propen-sión de los mismos por partici-par; motivo por el cual uno de los mayores retos de las autoridades político-administrativas es dise-ñar iniciativas e incentivos a tra-vés de los cuales los ciudadanos sientan la necesidad e importan-cia de participar en los temas de seguridad ciudadana.

En Colombia resulta sumamente complejo establecer qué problemáticas son propias de los asuntos de seguridad nacional, qué otras hacen parte de la dimensión propia de la seguridad pública y a qué nos referimos cuando hablamos de seguridad ciudadana

Para reflexionar

En la actualidad se visibilizan unos delitos que en el pasado no eran denunciados por los ciudadanos y en algunas oportunidades, no recibían la atención necesaria por parte de las autoridades, como delitos contra el pudor sexual, la violencia intrafamiliar, la micro extorsión y el micro expendio de estupefacientes.

Tercero, la Política de Segu-ridad Ciudadana genera una tensión entre dos disposiciones constitucionales: “la autonomía de los entes territoriales y la jerar-quía para el manejo del orden pú-blico”, en este orden de ideas, ¿de qué forma se debe manejar esta tensión en el marco de la política? Y finalmente, ¿cómo puede arti-cularse la Política de Seguridad Ciudadana con la política crimi-nal y la reforma a la justicia en Colombia?

Alejo Vargas VelásquezProfesor titular de la Universidad Nacional

El gobierno del Presidente Santos pre-sentó formalmente su Política de Segu-ridad Ciudadana, decisión que debe ce-lebrarse porque es llenar un vacío que la Política de Seguridad Democrática siem-pre tuvo al centrar toda la preocupación exclusivamente en la lucha contra la gue-rrilla –especialmente las FARC-. Es una política complementaria para buscar me-jorar la seguridad de los ciudadanos, que son la base de la sociedad y del Estado, pero que desafortunadamente habían sido ‘olvidados’ por las políticas de seguridad al focalizar como prioridad la seguridad del Estado y sus instituciones.

En la parte motiva del documento se plantean como objetivos: “Eliminar la im-punidad, luchar contra la criminalidad organizada y el terrorismo, aumentar la efectividad del procedimiento penal, la extinción del dominio y la responsabili-dad juvenil y vincular a la comunidad con la prevención del delito”. Igualmente in-cluirá la vinculación de veinte mil nuevos agentes de policía en todo el país y un cos-to presupuestal de 3,64 billones de pesos. Y dirigiéndose a los alcaldes, les dijo el Presidente Santos “la seguridad depende de manera crítica del liderazgo y el com-promiso que asuman en el tema las autori-dades locales, y este apoyo es esencial para lograr el éxito en cada ciudad y cada po-blación”.

Lo penalLo anterior muestra algunos de los én-

fasis de la misma, pero que al tiempo son vacíos. Si bien busca combinar aspectos proactivos con reactivos y zanahoria con garrote, la iniciativa parece enfatizar la di-mensión normativa –cambios en los códi-gos penal, de procedimiento penal y del menor-, con lo cual la política se parece más a una reforma a la normatividad pe-nal, que a una política de seguridad ciu-dadana y puede caer en la tendencia de creer que los cambios en la norma produ-cen efectos mágicos en la realidad. Si bien pareciera tener sentido crear tipos pena-les como pertenencia a banda armada, en otros casos, dichas modificaciones al Có-digo de Procedimiento Penal deberán ser objeto de un análisis más reposado y segu-ramente lo serán durante el trámite en el Congreso. Especialmente hay que cuidar-se de una mirada exclusivamente peligro-sista de los jóvenes y suponer que la ma-

yor parte del problema es la delincuencia de jóvenes y que por lo tanto, la respues-ta debe ser aumentar el tratamiento penal sancionatorio.

El documento parece adolecer de un análisis en el que se valoren amenazas y riesgos, de tal manera que haya prioridades claras a las cuales apunte la política y no se pretenda colocar en un pie de igualdad fenómenos delincuenciales diferenciados.

Una preocupación asociada a esta ini-ciativa hace referencia a la iniciativa plan-teada, aunque no explicitada, de crear un nuevo delito, la apología al terrorismo (al-gunos consideran que en su trámite en el Congreso podría introducirse); se ha planteado que esta iniciativa sería muy útil para luchar contra los ideólogos de la subversión, pero que justamente suscita gran preocupación en sectores políticos de oposición y de ONGs defensoras de los derechos humanos y que promueven ini-ciativas de búsqueda de la paz negociada, porque consideran que podrá ser un me-canismo para criminalizar a la oposición o a voces disidentes de los discursos ofi-ciales. Probablemente va a ser uno de los aspectos más polémicos de esta iniciativa de política.

Acción policialEsta iniciativa de Política de Seguri-

dad Ciudadana, no enfatiza lo suficiente en algo que es fundamental para enfrentar la inseguridad ciudadana y que tiene que ver con el aspecto de inteligencia criminal –que implica análisis de fenómenos delin-cuenciales, estudio de tendencias en com-portamientos delictivos, penetración de grupos delincuenciales, entre otras accio-nes-, que conlleve respuestas anticipatorias a los fenómenos delincuenciales que afec-ten a los ciudadanos. Igualmente la conso-lidación de grupos policiales especializa-dos por tipos de delitos, que se encarguen de dar respuestas preventivas y/o reactivas a las diversas amenazas que afecten la se-guridad ciudadana. El componente de vin-culación de la comunidad que tiene todo que ver con la legitimidad de la política que es fundamental para su éxito, pero por lo mismo no puede basarse exclusivamente en modalidades de pago de recompensas a informantes. Fortalecer este componente de acción policial, que ya se ha venido de-sarrollando es fundamental.

Hay que avanzar hacia la consolida-ción de una estrategia de orden público democrático donde la policía, la justicia y los derechos humanos jueguen un pa-pel central.

La Política de Seguridad Ciudadana pretende: “Eliminar la impunidad, luchar contra la criminalidad organizada y el terrorismo, aumentar la efectividad del procedimiento penal, la extinción del dominio y la responsabilidad juvenil y vincular a la comunidad con la prevención del delito”.

OPINIÓN

Política de seguridad ciudadana: un inicio que habrá que mejorar

Juan Carlos PalouCoordinador Área de Postconflicto

y Construcción de Pazde la Fundación Ideas para la Paz

En Colombia, desde la expedición de la Constitución de 1991, las políticas pú-blicas han creado una simbiosis entre los conceptos de seguridad y convivencia ciu-dadana. Al establecer esta estrecha articu-lación, en muchas ocasiones, se han des-dibujado las fronteras que deben existir entre una y otra. La seguridad ciudadana es la protección de todos los ciudadanos contra los delitos que afectan la integridad personal y la libertad. La convivencia con-siste en que las interrelaciones entre los ciudadanos y de éstos con las autoridades se desenvuelvan por cauces regulados por la ley, avalados por la moral y la cultura. La interrelación entre ambas dimensio-nes existe, desde luego, en la medida en que las condiciones extremas de inseguri-dad- cuando el delito campea sin control- imposibilitan la convivencia. Igualmen-te, altos niveles de convivencia potencian la eficacia de los mecanismos diseñados para combatir el crimen. Pero la distin-ción permite afirmar que la convivencia no se logra con la aplicación del Código Penal y la delincuencia no se combate con estrategias orientadas a fortalecer la cultu-ra ciudadana o la cultura de la legalidad.

“Pactismo”Las políticas de seguridad ciudadana se

diseñan pensando en los riesgos que re-presenta para el ciudadano la acción de los delincuentes. Las políticas de fomento de la convivencia deben diseñarse pensan-do en las razones por las cuales el ciuda-dano incumple las reglas, aunque no in-curra en delito. En Colombia este último tema ha sido tratado en profundidad por el sociólogo Mauricio García (“Normas de papel”, Siglo del Hombre Editores, 2009). El punto de partida de este investigador es la “omnipresencia” del incumplimiento de reglas en Latinoamérica y en Colom-bia. Esta circunstancia la explica por una arraigada tradición cultural de origen me-dieval que él califica como “pactismo”.

Esta ideología “crea una concepción flexible y negociable de la ley que propi-cia el incumplimiento y el surgimiento de conflictos” En contraposición a este pac-tismo anacrónico, se encuentra el moder-no constitucionalismo de origen liberal que, aunque se fundamenta en la noción de “contrato social”, sostiene que una vez promulgada la constitución política ésta se convierte en “una ley superior” que obliga a todos y no puede “ser cuestiona-da”. Este sería un proyecto inconcluso en Colombia.

Los incumplidores Desde la perspectiva de una políti-

ca pública de convivencia tiene interés el análisis que hace Mauricio García sobre las que denomina “mentalidades incum-plidoras” en Colombia. Este sociólogo su-giere tres puntos de vista para entender la lógica de quienes incumplen las reglas: a) El estratégico, que corresponde a quien hace un cálculo de costos y beneficios de la obediencia. Si las sanciones por el des-acato son leves o es improbable que sean aplicadas, optará por incumplir. b) El po-

OPINIÓN

Las políticas de convivencia:¿para ángeles o demonios?

Las instituciones no están diseñadas para los ángeles sino para seres humanos, cuya tendencia a parecernos a demonios resulta siempre reiterada por los hechos

lítico, que considera que el poder político es ilegítimo y el incumplimiento es, por tanto, un justo acto de resistencia contra la autoridad. c) El cultural, que considera que los valores que transmiten las normas jurídicas son menos importantes que los valores –morales o religiosos - “arraigados en la cultura de los pueblos”. El primero es el “vivo”, el segundo, el “rebelde” y el terce-ro, el “arrogante”.

Al realizar la combinación entre las tres motivaciones descritas, que nunca aparecen en estado puro en la realidad, surgen otras figuras intermedias de in-cumplidores: el “taimado”, que combi-na la viveza y la rebeldía; el “despótico”, que integra la viveza y la arrogancia y el “restaurador”, que expresa a un tiempo los motivos del rebelde y del arrogante. Más allá de todos ellos, se encuentra el incumplidor “prosaico”, que simplemente incumple las reglas sin mayor reflexión ni justificación racional.

Instituciones y convivencia Aunque cada tipo de mentalidad debe

ser abordada con estrategias diferenciadas acordes con sus lógicas y motivaciones, hay una causa común del incumplimien-to de las reglas: el fracaso en la aplicación de las sanciones previstas para quien las viole. Este fracaso es una expresión de la ineficacia, de la distorsión de las institu-ciones o de la insuficiente institucionali-

zación. Por ello, siguiendo la lógica de la aproximación que hemos esbozado, las políticas de convivencia o de cultura ciu-dadana deberían, en primera instancia, mejorar la eficacia de las instituciones allí donde el Estado está bien consolidado, construir instituciones en dónde el Esta-do está ausente y liberar al Estado de las garras de los poderes legales o ilegales allí donde éste ha sido capturado.

Sin demeritar el potencial de la peda-gogía y la persuasión para transformar el comportamiento humano – en las que se centra la vertiente “mockusiana” de la convivencia – es preciso recordar la idea clásica de que las instituciones no están diseñadas para los ángeles (caso en el cual serían superfluas) sino para seres huma-nos, cuya tendencia a parecernos a de-monios resulta siempre reiterada por los hechos. Las instituciones imponen res-tricciones estratégicas al comportamien-to humano, de manera que el demonio que todos llevamos dentro no pueda dar-le rienda suelta a sus perversas inclinacio-nes. La convivencia, por lo tanto, se logra con pedagogía e institucionalización.

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6 / Edición No. 4 - Octubre 2010 / 7Edición No. 4 - Octubre 2010

Fundación Ideas para la Paz

La Policía Nacional de Co-lombia inició este año la imple-mentación del Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cua-drantes (PNVCC), con el fin de prestar un mejor servicio a la ciu-dadanía y mejorar las condicio-

El Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes enfrenta diversos retos dentro y fuera de la Institución, que exigen la atención y compromiso por parte del Gobierno Nacional, de las autoridades locales y las comunidades

dades como el talento humano y los recursos logísticos y tecnoló-gicos, buscando optimizar su ser-vicio. De igual manera se ha ini-ciado un proceso de capacitación a sus funcionarios policiales con el objetivo de cualificar y desarro-llar nuevas competencias que les permitirán facilitar el proceso de cambio y alcanzar prontamente sus objetivos.

Por otro lado, el PNVCC vie-ne acompañado y soportado con el desarrollo de un componente tecnológico que le permitirá a la Institución sistematizar su servi-cio a través de dispositivos móvi-les (PDA) que harán parte de la dotación de los policías. De igual manera, en las estaciones de poli-cía se están creando espacios des-tinados al análisis estratégico y la planeación de su servicio. Esto sin duda, brindará un salto cuali-tativo en la prestación del servicio de policía que hasta hoy conoce-mos todos los colombianos.

Más recursosPara que esta revolucionaria

estrategia policial surta los efec-tos deseados, será necesario que

Acciones de Reacción

Buscan responsables o móviles de un hecho ya perpetrado, mediante actividades que permitan un apoyo o accionar policial.

Su accionar se da siempre a partir de la comisión de un hecho punible.

Requieren capacidad de respuesta ágil y oportuna.

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6

57

3 4

Integración Policía - Comunidad- AutoridadesPresencia permanente de la Policía.

1 2

34

Acciones de Prevención

Énfasis en los programas de participación ciudadana.

Fortaleza con Unidades de Inteligencia Comunitaria -UNICO-.

Participación ciudadana en su propia seguridad.

Respuesta oportuna y atención permanente al

requerimiento ciudadano.

Acciones que permitan desistir la ejecución de un propósito delictivo.

Acciones de Disuasión

1 23

4

5

Su acción es antes de la comisión de un hecho punible y después de éste, para evitar su reincidencia.

Es un producto de análisis georreferenciado, que permite

identificar puntos críticos o vulnerables en un sector.

Fluidez de la información (fuertes y ágiles canales de comunicación).

Responde a las nuevas demandas sociales

de seguridad ciudadana en el país.

La Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes optimiza el talento humano y el

recurso logístico.

Logra tener un Policía más cercano a la comunidad,

transparente y comprometido con su servicio.

Incrementa la productividad a través de herramientas de

seguimiento y control del desempeño de los policias.

CóMO BENEFICIAEL PLAN POR CUADRANTES A LA CIUDADANíA

El Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes -PNVCC- es un sistema que la Policía Nacional está implantando para prestarle un mejor servicio a los colombianos, aprovechando al máximo los recursos disponibles.

Es un espacio geográfico en el cual pueden confluir varias cuadras o barrios en una localidad.

Sirve para dinamizar el servicio de Policía bajo los principios de eficacia, eficiencia y efectividad.

QUé ESUN CUADRANTE

PARA QUé SIRVE UN CUADRANTE

CóMO SE DEFINENLOS LíMITES DE LOS

CUADRANTES

EN QUéCONSISTE

De acuerdo a tres criterios de acción: prevención, disuasión y reacción; por lo tanto, en una misma área se puede contar con los tres tipos de acciones, solamente varían de acuerdo a su misionalidad.

C

M

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pancarta cuadrantes.pdf 25/10/10 06:16:00

las entidades del gobierno con responsabilidades específicas en la producción de seguridad ciu-dadana, respondan de manera efectiva a la nueva demanda de la comunidad, expresada a través del policía del cuadrante, cuya oportuna respuesta afectará no solamente la legitimidad de la ac-ción policial, sino la confianza y credibilidad en el Estado.

Es importante definir que el PNVCC tiene el potencial para lograr la transformación de la re-lación ciudadano-Policía-Estado y para mejorar progresivamente la seguridad y convivencia ciuda-dana, por ahora, en las ciudades en las que se está implementando.

Sin embargo, requiere una se-ria y comprometida inyección de recursos que permita fortalecer el talento humano y los medios lo-gísticos y tecnológicos, al igual que el desarrollo de herramientas legales que garanticen la aliena-ción de las demás entidades pú-blicas, en torno a la producción conjunta de las condiciones de seguridad ciudadana que espera la sociedad.

Retos y compromisos del Plan Cuadrantes: Formación integral y disponibilidad de

policías con capacidad moral, ética y profesional para comprender sus funciones de prevención, disuasión y reacción.

Desarrollo de procesos de difusión, capacitación y acciones de intervención social con las comunidades.

Compromiso directo de las autoridades territoriales como corresponsables de la gestión y administración de las políticas públicas de convivencia y seguridad ciudadana.

nes de seguridad y convivencia ciudadana. Su proceso de imple-mentación se viene adelantando en las ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Cúcuta, Cartagena, Bucaramanga y Perei-ra generando, no sin razón, gran expectativa dentro y fuera de la Institución.

El PNVCC es la principal es-trategia operativa de la institu-ción que busca la optimización del servicio, mediante la asigna-ción de responsabilidades con-cretas a los policías que prestan su servicio en un territorio pe-queño, denominado cuadrante.

Esta propuesta de trabajo re-coge las mejores experiencias na-cionales e internacionales en ma-teria de vigilancia policial y las integra en un modelo de gestión ajustado a las expectativas y rea-lidades de las ciudades colom-bianas. Es así como el PNVCC incorpora los procesos y meca-nismos requeridos para organizar el trabajo policial de una manera efectiva, con diagnósticos locales, tablas de acciones ajustadas a las problemáticas identificadas, mo-nitoreo y seguimiento permanen-

Dirección de Seguridad Ciudadana

La violencia y la inseguridad son los problemas que más afec-tan la vida cotidiana de los co-lombianos, sobre todo aquellos que habitan las zonas margina-les de algunas ciudades impor-tantes, como Medellín, en donde vienen aumentando las cifras de delitos como el homicidio (prin-cipalmente de desmovilizados), el homicidio colectivo y el hur-to común; tres comportamientos delictivos que tienen como pun-to en común el ser consecuen-cias directas del posconflicto, en el que antiguos cabecillas de las Autodefensas Unidas de Colom-bia -AUC-, desmovilizados y de-lincuentes comunes, conforman la base de la criminalidad.

De vieja dataLa existencia de este proble-

ma en las comunas urbanas no es reciente. Su origen se remonta a comienzos del siglo XX, cuando por un lado los reformadores de viviendas y los primeros urbanis-tas se apoderaron de grandes ex-tensiones de tierras, obligando a que la clase menos favorecida se ubicara en lo más alto de los ce-rros y las afueras de las grandes metrópolis del mundo industrial.

Por eso en las ciudades de Co-lombia podemos ver una prolife-ración de barrios y comunas don-de los grupos al margen de la ley logran reclutar jóvenes para con-vertirlos en pandilleros y grandes generadores de violencia, quienes organizan encuentros violentos entre ellos mismos y con otros bandos, produciendo cambios circunstanciales en materia de se-guridad.

Posterior al recrudecimiento de la crisis que atravesó el país en años anteriores, la Política de Defensa y Seguridad Democráti-ca, así como también la Política de Consolidación de la Seguridad Democrática condujeron al cam-bio en el escenario de la seguri-dad mediante el fortalecimien-to del Estado, una mejora en las condiciones de orden público; lo que se hizo visible en la reduc-ción sustancial de los niveles de violencia en el país.

Es por esto que la Institución ha identificado como priorita-ria la consolidación de un en-torno de seguridad y confianza ciudadana, como base para una paz justa y duradera, que sea el cimiento del desarrollo social y

El Centro Integrado de Intervención es una de las estrategias que creó la Policía en Medellín con el propósito de garantizar el ejercicio y goce de los derechos de los habitantes de la Comuna 13, brindando soluciones concretas y específicas a los problemas que generan inseguridad en este sector.

ESTRATEGIAS INTEGRALES DE SEGURIDAD CIUDADANA EN LOS CENTROS URBANOS

El objetivo es combatir, desarticular y afectar las estructuras criminalesLa Policía Nacional viene generando reformas sustanciales en su interior y creando estrategias de trabajo articulado entre organismos de seguridad, justicia, administraciones locales y regionales y el sector privado, para combatir, desarticular y afectar las estructuras criminales que vulneran los derechos de los ciudadanos y confrontan a las autoridades legalmente constituidas.

económico; definido como una política basada en un compromi-so entre Policía-Comunidad, con el fin de transitar hacia un esta-do más participativo, fortalecien-do el tejido social y construyendo la paz tan anhelada que queremos todos los colombianos.

Existen ya mecanismos de control y acciones de carácter in-tegral a corto, mediano y largo plazo, de prevención, disuasión-control, investigación-judiciali-zación y evaluación-seguimiento, aplicados a la problemática que se viene presentando en las comu-nas urbanas, logrando un cambio

Las siguientes acciones se hacen efectivas mediante mecanismos cotidianos y permanentes que permitan lograr un cambio de actitud, con instrumentos tendientes a dismi-nuir la difícil situación que afrontan los sectores vulnerables, buscando que el servicio de policía este basado más en la prevención que en la reacción y se apoyen el bienestar, en la igualdad de los derechos individuales y en la responsabili-dad de cada ciudadano en la lucha contra el delito.

PLAN CONTRA EL MICROTRÁFICO: se realizan planes tendientes a la incautación de sustancias estupefacientes, el allanamiento de sitios dedicados al expendio y la extin-ción del dominio de los mismos.

PLAN CONTRA EL HOMICIDIO: judicializar de manera efectiva los casos de homicidio producidos en la jurisdic-ción y capturar los responsables de los mismos.

PLAN CONTRA EL TRAFICO DE ARMAS: realizar allanamientos en varios sitios a la vez, con la finalidad de incautar las armas de fuego que son utilizadas por las dife-rentes bandas delincuenciales y capturar los responsables de este delito.

PLAN OBJETIVOS DE ALTO VALOR INVESTIGATIVO: ju-dicializar y capturar cabecillas e integrantes de las bandas delincuenciales que perturben la seguridad ciudadana.

en materia de convivencia y segu-ridad ciudadana.

Se trata de una serie de herra-mientas y propuestas basadas en la conciliación, la prevención y la reacción, cuyo propósito no es sólo constituirse en un plan de in-versión, sino también en una pro-moción del avance de la gestión en materia de seguridad y convi-vencia por parte de las autorida-des político administrativas, de Policía

Así, y de acuerdo con esta serie de planteamientos, le permite a todos aquellos que se encuentran comprometidos con la restaura-

ción del orden público y social, actuar proactivamente y capitali-zar experiencias, para reducir los índices de criminalidad, a través de la aplicación de procedimien-tos y coordinaciones con las de-más autoridades, contribuyendo a reducir este flagelo.

Seguridad y convivenciaCuando hablamos de insegu-

ridad, existe una directa relación entre la seguridad ciudadana y el tema de la convivencia, ya que al presentarse sensaciones o per-cepciones de intranquilidad, des-asosiego y zozobra, las normas y

principios básicos de convivencia tienden a deteriorarse y en cier-to modo a relegarse a un segun-do plano. Este es un indicador de la relación existente entre grupos de desmovilizados no acogidos al proceso de reintegración y las estructuras de crimen organiza-do dedicado al narcotráfico y mi-crotráfico; grupos que vienen su-friendo una paulatina mutación, dando paso a comportamientos delictivos propios de los objetivos que los mueven, como la preten-sión de llenar el vacío estratégico dejado por las Autodefensas Uni-das de Colombia (AUC) y hacer-se al negocio de la droga, apare-ciendo con mayor frecuencia el sicariato como modus operandi característico del narcotráfico, los homicidios colectivos y el ajuste de cuentas.

Una de las estrategias que tiene la Policía en Medellín es el Centro Integrado de Intervención, crea-do con el propósito de garantizar el ejercicio y goce de los derechos de los habitantes de la Comuna 13, brindando soluciones concre-tas y específicas a los problemas que generan inseguridad en este sector.

De igual forma, el accionar de las autoridades que hacen parte de este centro permite combatir, desarticular y afectar las estruc-turas criminales que vulneran los derechos de los habitantes y con-frontan las autoridades legalmen-te constituidas; alcanzando con esto una muy buena articulación entre los organismos de seguri-dad y justicia, las administracio-nes locales y el Ministerio Públi-co, entre otros.

Acciones de fortalecimiento

PARA LA OPTIMIZACIÓN DEL SERVICIO

El Plan Cuadrantes es una responsabilidad compartida

te y evaluación externa. Esto ga-rantiza que el trabajo policial se desarrolle de manera organizada y su seguimiento por parte de la ciudadanía sea posible.

Adicionalmente, el PNVCC asegura mayor acercamiento e integración con la comunidad, el cual, además de facilitar las ac-ciones educativas y de prevención que desarrolla normalmente la Po-licía, también permite que se iden-tifiquen acertadamente los proble-mas más arraigados y que afectan la seguridad, la convivencia y la calidad de vida de los vecindarios; incentivando de esta forma al po-licía a participar en la efectiva so-lución de los problemas.

Grandes retosNo obstante, el PNVCC en-

frenta diversos retos dentro y fue-ra de la Institución, que exigen la atención y compromiso por par-te del Gobierno Nacional, de las autoridades locales y las comuni-dades.

A nivel interno, es claro que para el montaje e implementación del PNVCC, la Policía demanda de la reasignación de sus capaci-

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8 / Edición No. 4 - Octubre 2010 / 9Edición No. 4 - Octubre 2010

Claudia Patricia Gómez RojasPolitóloga de la Universidad Javeriana Asesora del Programa Departamentos

y Municipios Seguros

Una de las funciones más im-portantes que tiene el Estado es la expedición de leyes a través de las cuales regula el comporta-miento y las relaciones entre los ciudadanos, y entre éstos y las au-toridades. En este sentido, la la-bor que cumple el Congreso de la República es no sólo necesaria sino trascendental para atender los problemas públicos que afec-tan a los ciudadanos. Así las co-sas, es ineludible garantizar una permanente comunicación entre el Legislativo y el Ejecutivo, por intermedio de las diferentes car-teras ministeriales, de forma tal que se logre el desarrollo de una agenda legislativa adecuada a las necesidades de las autoridades y que responda a la garantía de los derechos de los ciudadanos.

Por esta razón, en el marco de la política “Seguridad Ciudada-na: una Política Nacional para la Prosperidad Democrática” el Go-bierno Nacional ha determinado varios temas que requieren espe-cial atención por parte del Legis-lativo, los cuales pueden agrupar-se en cuatro grandes categorías: el primero, compuesto por los ajus-tes que se requieren en las dispo-siciones normativas a través de las cuales se expresa la política crimi-nal del Estado; el segundo, rela-cionado con la prórroga y modi-ficación de la Ley que posibilita la existencia del Fondo Nacional de Convivencia y Seguridad Ciuda-dana -FONSECON- y los fondos cuenta territoriales de seguridad, que pierde vigencia el presente año; el tercero, que está compues-to por la normatividad que regula el porte de armas por parte de los ciudadanos. Y el cuarto, relacio-nado con la vida cotidiana de los ciudadanos en comunidad y con el cumplimiento de los deberes propios de los mismos en un Es-tado Social de Derecho, conocido comúnmente como Código Na-cional de Policía, que se debería denominar Código de Conviven-cia Ciudadana

Ajustes normativosEl primer grupo, que está com-

puesto por las reformas a todas aquellas normas que determinan la política criminal en Colombia, ha sido considerado una priori-dad del Ejecutivo; motivo por el cual se presentó al Senado el Pro-yecto de Ley N° 164/2010, “Por medio del cual se reforma el Có-digo Penal, el Código de Proce-dimiento Penal, el Código de In-fancia y Adolescencia, las reglas sobre extinción de domino y se dictan otras disposiciones en ma-teria de seguridad”. Este proyecto de ley recoge una serie de cam-bios que deben realizarse a los códigos antes mencionados, con el fin de que las autoridades pue-dan hacer frente a las transforma-ciones que se han suscitado en el curso de los últimos años en las diferentes estructuras criminales.

AJUSTES PARA FACILITAR LA SEGURIDAD CIUDADANA

Cambios normativos que fortalecen al Estado

Respecto al proyecto de ley, vale la pena resaltar que éste in-corpora nuevos tipos penales, que permiten dar un tratamien-to adecuado a las nuevas con-ductas criminales, así mismo, incorpora una serie de reformas al Código de Procedimiento Pe-nal Ley 906 de 2004 relaciona-das con los tiempos asignados a los procedimientos, las disposi-ciones existentes para la realiza-ción de las órdenes de registro y allanamiento, los procedimientos en caso de flagrancia, los tiempos permitidos para la interceptación de comunicaciones telefónicas y similares, así como también, la posibilidad de recuperar la in-formación dejada al navegar por internet u otros medios tecno-lógicos que produzcan efectos equivalentes, toda vez que la dis-posición actual está limitada a la aprehensión de equipos físicos, lo que genera una dificultad pro-batoria, en el entendido que no siempre es posible acceder a los computadores o sistemas físicos.

Fondos de seguridadEl segundo grupo de cambios

normativos tiene como eje cen-tral la prórroga a la Ley 418 de 1997, modificada y adicionada por las Leyes 548 de 1997, 782 de 2002 y 1106 de 2006, debido a la importancia que ésta reviste con relación a la existencia de los fon-dos cuenta territoriales de seguri-dad y al Fondo Nacional de Con-

vivencia y Seguridad Ciudadana. Al respecto cabe anotar que hoy más que nunca se hace necesario establecer de manera más clara la destinación de los recursos que se reciben producto de la contri-bución especial de obra pública y del porcentaje que sobre el re-caudo deben pagar las concesio-

un sistema de seguimiento a di-chos fondos desde lo nacional, que no sólo permitirá conocer los montos de recursos con los que cuentan los entes territoriales sino también el tipo de proyectos que se financian con los mismos.

Unido a lo anterior y debido a la peculiaridad de este fondo, que depende del Ministerio del Inte-rior y de Justicia, no obstante, las inversiones que realiza sólo pue-den ser ejecutadas por la Fuerza Pública, la cual pertenece al Mi-nisterio de Defensa (Artículo 119 de la Ley 418 de 1997), es necesa-rio que en los debates en la Co-misión del Senado y en Plenaria se considere la posibilidad de in-cluir en el Comité Evaluador de los proyectos del FONSECON, que actualmente existe, la partici-pación del Director General de la Policía Nacional.

Porte de armasRespecto a los cambios nor-

mativos con relación al porte de armas, estos son necesarios debi-do al elevado número de armas de fuego que reposan en manos de los ciudadanos; motivo por el cual hoy más nunca es inevitable tramitar ante el Congreso un pro-yecto de ley que fortalezca y re-afirme el control de armas, muni-ciones y explosivos para el Estado Colombiano; en el se privilegie el permiso de tenencia sobre el por-te, de tal forma, que el permiso de porte sea excepcional para perso-

nas que demuestren un nivel de riesgo alto. Así mismo, hay que considerar la posibilidad de es-tablecer la obligatoriedad de una póliza de responsabilidad civil frente al porte o tenencia de las armas de fuego y una edad mí-nima de 25 años para el otorga-miento del permiso en cualquiera de los casos.

ConvivenciaIgualmente, con el fin de cum-

plir con uno de los fines esencia-les del Estado, que es asegurar la convivencia pacífica y la vigen-cia de un orden justo, es inelu-dible lograr la aprobación lo más pronto posible del Código Nacio-nal de Convivencia Ciudadana, Proyecto de Ley N°113 de 2010 presentado en la Cámara de Re-presentantes, de forma tal que las autoridades político-admi-nistrativas y la Policía Nacional cuenten con las herramientas ne-cesarias para atender todas las di-ficultades y faltas a la norma que se presentan a partir del compor-tamiento de los ciudadanos en sus vidas cotidianas.

Finalmente, resulta evidente que los cambios y ajustes norma-tivos que se requieren imponen al Legislativo un arduo trabajo, que dará sus frutos en la medida en que las autoridades en Colombia tengan las herramientas suficien-tes para hacer cumplir las leyes y para garantizar los derechos de los ciudadanos.

“Al respecto cabe anotar que hoy más que nunca se hace necesario establecer de manera más clara la destinación de los recursos que se reciben producto de la contribución especial de obra pública y del porcentaje que sobre el recaudo deben pagar las concesiones viales”

nes viales. De igual forma, el Pro-yecto No. 026 de 2010 -Cámara-, “Por la cual se prorroga la vigen-cia de la Ley 418 de 1997 prorro-gada y modificada por las Leyes 548 de 1999, 782 de 2002 y 1106 de 2006, se modifican algunas de sus disposiciones y se adicionan otras”, contempla la existencia de

Mayor Raúl VeraExperto en Derecho de Policía

La doctrina del derecho de po-licía, establece que su objeto es, garantizar el más amplio ejercicio de los derechos, las libertades y el cumplimiento de los deberes de las personas, con el fin de alcan-zar la convivencia, que está com-puesta por los siguientes elemen-tos: la seguridad entendida como la protección de vidas y bienes; la tranquilidad definida como el es-tado de paz, calma o sosiego de las personas; la moralidad vista como el respeto por las costumbres y re-glas de comportamiento validas para una comunidad; la salubri-dad entendida como la protección integral del cuerpo humano y la ecología vista como la protección al medio ambiente La convivencia como fin de la policía es integral y el Estado debe procurar y la pros-peridad de la comunidad (demo-crática)

En 1994 se iniciaron las acti-vidades para actualizar el Código Nacional de Policía, pero en 2007, en la Escuela de Posgrados de la Policía Nacional, se inició un tra-bajo de amplia difusión, bajo el li-derazgo del entonces ministro de Defensa Nacional, hoy presidente de la República, y el director ge-neral de la Policía, quienes convo-

El código nacional de policía pilar de la convivencia

• El proyecto de Código Nacional de Policía los siguientes lineamientos esenciales:

• Adaptación a las exigencias normativas de la Constitución Política de 1991 y a los pronunciamientos de la Corte Constitucional.

• Enunciación de definiciones y principios propios de la doctrina moderna del Derecho de Policía.

• Regulación del ejercicio de los derechos, dentro del marco de los deberes y requisitos establecidos por la Constitución y la ley.

• Actualización del régimen de policía, para determinar nuevos motivos de policía de conformidad con los actuales fenómenos de convivencia.

• Establecer medios y medidas de protección para facilitar a la policía garantizar la convivencia; apartándose de los

conceptos administrativos y penales de la sanción y la pena, pues su inclusión en el ámbito policial desconoce el principio de prevención que debe regir al régimen de policía y le lleva al ámbito represivo, regido bajo un razonamiento jurídico ineficaz para la atención de los fenómenos que afectan la convivencia

• Propender por la aplicación de mecanismos alternativos de solución de conflictos, con lo que contribuye, a la descongestión de la administración judicial y facilita el acceso a la administración de justicia en la nación.

• Regula las condiciones mínimas de la convivencia con una visión moderna de la función de policía y más eficiente del papel de la autoridad local en la resolución de los problemas cotidianos que inciden en la tranquilidad, seguridad, moralidad, salubridad y ecología

Líneas de convivencia

“En el marco de la política Seguridad Ciudadana el gobierno nacional ha determinado un conjunto de temas que requieren especial atención por parte del legislativo:

3. Porte de armas

4. Código Nacional de Convivencia

1. Ajustes a las disposiciones normativas a través de las cuales se expresa la política criminal;

2. Prórroga y modificación de la Ley que posibilita la existencia del FONSECON y los fondos – cuenta territoriales de seguridad;

Actualización del régimen de policía, para determinar nuevos motivos de policía de conformidad con los actuales fenómenos de convivencia.

caron a expertos jurídicos y aca-démicos de la ciencia de policía, para que conjuntamente presenta-ran un anteproyecto de código que mantuviera las actuales faculta-des que otorga el Decreto 1355 de 1970, se ajustara a la norma cons-titucional, se recogiera la legisla-ción dispersa y se perfeccionaran los procedimientos para decidir en materia de policía.

Existen códigos locales expe-didos por las asambleas departa-mentales o los concejos distrita-les o municipales que tuvieron su origen en la Carta Política de 1863, llamada la Constitución de Rione-gro, que proclamaba la organiza-ción federal y, con ella, los Estados miembros tenían la facultad de darse sus códigos penales y de po-licía . Pero en vigencia de la actual constitución política y por expresa disposición de la corte constitucio-nal (sentencia C-593 de 2005) es-tos códigos no pueden ser el fun-damento para aplicar sanciones o regular derechos y libertades, son inaplicables, ya que las personas residentes en Colombia, sólo res-ponden ante las autoridades por infringir la constitución y las leyes, no frente a los reglamentos.

El proyecto de Código Nacio-nal de Policía fija las condiciones generales bajo las cuales se puede desarrollar el derecho de policía, reconociendo las particularidades

que pueden tener las normas de policía, en las diferentes regiones del país. El actual proyecto de le-gislación para la convivencia, que será sometido al examen del Ho-norable Congreso de la República, pretende unificar la doctrina y ju-risprudencia en materia policiva con la realidad social del país, ac-ción que se evidencia en la enun-ciación de: definiciones, princi-pios, derechos, deberes, medios, medidas y procedimientos; que tienen como objeto garantizar de-rechos y libertades, con el fin de alcanzar la convivencia.

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Teniente Coronel Fernando Augusto Torres Guzmán

Proyecto CTI - JPM.

De acuerdo con los cinco ob-jetivos estratégicos establecidos por el CONPES 3460/2007 que contiene la Política de Consoli-dación de la Seguridad Demo-crática se dispuso una atención especial a las “Reformas estructu-rales a realizarse al interior de la Fuerza Pública”. Ahora bien, una de las bases de dichas reformas se relaciona con los cambios que de-ben surtirse al interior de la Jus-ticia Penal Militar, con el fin de garantizar cada día una mayor le-gitimidad para la Fuerza Pública. En este sentido, la Dirección Eje-cutiva de la Justicia Penal Militar formuló en su Direccionamiento Estratégico cinco objetivos espe-cíficos, con miras a lograr, en el menor tiempo posible, los ajustes pertinentes y anhelados al inte-rior de la Jurisdicción Castrense.

Fortalecimiento de las relacio-nes interinstitucionales y la co-operación internacional: con el fin de dar cumplimiento al princi-pio de la coordinación interinsti-tucional dispuesto por la Consti-tución Política y realizar mejoras a los sistemas de información que existen al interior de la Justicia Penal Militar, de tal forma, que se puedan depurar los datos al iden-tificar aquellos que se encuentran duplicados y al mismo tiempo, mejorar los parámetros bajo los cuales se recoge la información. En cumplimiento de dicho obje-tivo, la Justicia Penal Militar ha logrado consolidar relaciones in-terinstitucionales y alianzas es-tratégicas con diferentes entes de control e investigación del Es-tado, tal es el caso de la Fiscalía General de la Nación, el Cuerpo Técnico de Investigaciones -CTI-, el Instituto Nacional de Medicina Legal, la Procuraduría General de la Nación y el Consejo Superior de la Judicatura.

Optimización de la Infraes-tructura Física y Tecnológica: se han iniciado ambiciosos proyec-tos que buscan dotar a la Justicia Penal Militar de una adecuada in-fraestructura física, herramientas tecnológicas y de comunicación que faciliten la labor judicial. Un ejemplo de lo anterior es la cons-trucción del Palacio de la Justicia Penal Militar, donde se concen-trarán los principales servicios de Justicia para los Miembros de la Fuerza Pública. Al respecto es importante resaltar que estos proyectos han sido posibles gra-cias al incrementó en un 74 % del presupuesto asignado a la JPM en el último año por parte del Mi-nisterio de Defensa Nacional

Cifras de la Justicia Penal Militar

16.385 expedientes en la actualidad

En el 2009 se profirieron 2.096 sentencias

De ellas. 1.710 fueron condenatorias y 386 absolutorias

En lo que va corrido del 2010 se han proferido 808 sentencias

De ellas, 664 fueron condenatorias y 144 absolutorias

LA DIRECCIÓN EJECUTIVA DE LA JPM FORMULÓ CINCO OBJETIVOS

Una Justicia Penal Militar fortalecida, prioridad del Estado

La Fuerza Pública Colombiana ha realizado en el transcurso del último año ingentes esfuerzos para tener una Justicia Penal Militar efectiva y oportuna, que goce de credibilidad y confianza, objetivo que la Dirección Ejecutiva se ha propuesto alcanzar y en el que ha avanzado significativamente.

Realizar una mejor y mayor la-bor de seguimiento y control ju-dicial que redunde en más pro-ductividad en la prestación de este servicio y en la existencia de información veraz, de calidad y oportuna para la toma de deci-siones. Para garantizar su desa-rrollo se diseñó una Plataforma de Seguimiento a la Gestión Ju-dicial, que se implementó a partir del mes de enero de este año. El funcionamiento de la Plataforma permite conocer de manera opor-tuna y veraz la carga laboral de los servidores públicos que tra-bajan en la Justicia Penal Militar, así como la gestión y situación ac-tual de cada uno de los procesos adelantados. Así las cosas, actual-mente existen 16.385 expedientes en la JPM. En el 2009 se profirie-ron 2.096 sentencias, de las cua-les, 1.710 fueron condenatorias y 386 absolutorias. Y en lo que va corrido del 2010, se han proferido 808 sentencias, de las cuales 664 fueron condenatorias y 144 abso-lutorias.

Capacitación y entrenamiento de los servidores públicos de la Justicia Penal Militar: para lo cual se han realizado un sinnúmero

de capacitaciones en la aplicación del Protocolo para el reconoci-miento e investigación de casos de violaciones a los Derechos Hu-manos -DDHH- y al Derecho In-ternacional Humanitario -SIH-., formación de servidores públicos en investigación y sanción por violaciones a los DDHH e infrac-ciones al DIH en asocio con la Vi-cepresidencia de la República y el Proyecto de Lucha Contra la Im-punidad. De igual forma en ma-teria de prevención, se continúa capacitando a miembros de la Fuerza Pública en cursos de Pri-mera Autoridad Respondiente, para el manejo de la escena de los hechos y la preservación del ma-

terial probatorio. Así mismo, se han firmado convenios de capaci-tación y cooperación interinstitu-cional con centros de educación superior, tales como las univer-sidades La Sabana, Católica y el Rosario, entre otras.

Iniciar de manera organizada y sostenible la implementación del Sistema Penal Acusatorio al interior de la Justicia Penal Militar; el cual proporcionará mayor celeridad, oportunidad, eficacia, eficiencia y más resul-tados en las investigaciones. Para lograr esta importante ta-rea se elaboró un plan estratégi-co para la implementación del sistema en cuatro fases.

Finalmente, una vez pase a sanción presidencial el nuevo Có-digo Penal Militar por parte del Presidente de la República, entra-rán en funcionamiento la Fiscalía y el Cuerpo Técnico de Investiga-ción de la JPM. Para responder de manera eficiente a este gran reto, la Dirección ya capacitó en el Sis-tema Penal Acusatorio a la plan-ta de personal que lo sumirá en la primera fase, que se desarro-llará en Bogotá. Además, ya está en funcionamiento el Sistema de Información Jurídico -SIJUR- y en Bogotá se cuenta con tres salas de audiencias completamente do-tadas tecnológicamente, para dar inicio a la aplicación del sistema.

Jean Carlo Mejía Azuero PhD Abogado y docente universitario

Director de investigaciones de IDEAMÉRICA y C&D consultores

Al escribir estas letras Colombia se encuentra ad portas de un nue-vo debate en la Comisión Intera-mericana de Derechos Humanos. Sin posar de Nostradamus es claro que los principales señalamientos esgrimidos por las organizaciones citantes se enderezarán nuevamen-te a demostrar que la justicia mili-tar colombiana no cumple con los estándares internacionales sobre lucha contra la impunidad. Surge entonces una pregunta ¿Cuántos Colombianos vinculados directa-mente con las consecuencias de ese debate conocen realmente lo que pasa en estos escenarios interna-cionales? Muy pocos.

La despreocupación por años sobre la defensa del Estado y de sus servidores la advertí hace algunos años en mi obra “situación, pers-pectivas y estrategias frente a la de-fensa del Estado”, algunas de esas letras han caído en tierra fértil.

OPINIÓN

El conocimiento acaba con el prejuicioFalta realmente conocer y entender qué significa la Justicia Penal Militar y por ende, el fuero, en una situación de violencia como la de Colombia.

Hemos cambiado mucho en cor-to tiempo, pero por ejemplo falta realmente conocer y entender que significa la Justicia Penal Militar y por ende el fuero en una situación de violencia como la de Colombia. La justicia castrense en el mundo se ha estudiado diferencialmente. Un escenario post dictaduras por ejemplo en América Latina buscó amén de la transición hacía la de-mocracia una justicia militar limi-tada al máximo y en casos como el Argentino su verdadera elimina-ción. Igualmente la cercanía de la justicia especializada con la disci-plina militar generó que en algu-nos casos se siguiera una tesis or-ganicista, indicando que los jueces militares no proferían sentencias sino verdaderos actos administra-tivos al ubicarse en la rama ejecu-tiva. Hemos sido víctimas de lo su-cedido en otros países.

En Colombia el primer están-dar de lucha contra la impuni-dad en tribunales militares (co-nocidos como los principios de Decaux) evidencia los prejuicios de parte y parte. El estándar in-dica que la justicia militar debe-ría pertenecer a la justicia ordi-naria. ¿Cómo se ha entendido en Colombia? Como una forma abierta de acabar con el fuero. En eso estoy de acuerdo ¿Este están-dar puede aplicarse en Colombia bajo el contexto del derecho hu-manitario? No. La razón princi-pal estriba en la realización dia-ria de operaciones militares y el desconocimiento del juez ordi-nario sobre el derecho operacio-nal. ¿Pero en la práctica estamos

alejados del estándar pensado para otras circunstancias fácti-cas? Casi en nada por la acepta-ción de presiones malsanas. Basta decir por ejemplo que los gene-rales y almirantes desde tiempos son juzgados por los magistrados de la Corte Suprema (sin cono-cer de temas operacionales); que igualmente se llega a casación y revisión a un tribunal civil. (Sí seguimos la tesis organicista se-ría impensable una casación para un acto administrativo). Y que en materia de violaciones a los DDHH la competencia la tiene la justicia ordinaria. (Lo cual no ad-mite duda salvo en caso de duda, donde se debe respetar la Consti-tución y el conflicto de jurisdic-ciones). Es decir, el órgano límite de la justicia penal militar es un tribunal ordinario. Por otro lado, también hay que indicar que la Ley 1407 independiza aún más el Tribunal Militar del mando y que cómo si fuera poco desde el año 2000 cuando se creo la Direc-ción ejecutiva de la Justicia Penal Militar, ella ha contado financie-ra y presupuestalmente con los beneficios que otorga la Ley 489 de 1998. Estos temas aún hoy día son desconocidos. Y enton-ces vuelven las preguntas ¿Cómo se puede defender el fuero con tanto desconocimiento? ¿Sirve el apasionamiento propio de una guerra para conseguir nuestros objetivos? ¿En qué medida los in-tereses personales han cedido a los institucionales?

Estas preguntas y otras las tra-tamos de resolver desde la acade-

mia en dónde durante cinco años colocamos las bases argumenta-tivas suficientes para defender la justicia castrense y el fuero pero desde el conocimiento. En la Fa-cultad de Derecho de la UMNG, acreditada en calidad, creamos dos maestrías esenciales para de-fender al estamento militar y po-licial, una de ellas la de derecho público militar enderezada a for-mar investigadores que analicen el sector defensa. Igualmente or-ganizamos la especialización en derechos humanos y su litigio ante tribunales internacionales para formar profesionalmente en un área llena de oportunidades más que de amenazas. Más 142 empleados de la Justicia castrense capacitados con altos estándares de calidad en diferentes temas, incluyendo el sistema de tenden-cia acusatorio, en donde fuimos reconocidos nacional e incluso internacionalmente. En ese pe-ríodo de tiempo en educación no formal brindamos apoyo efecti-vo y eficiente al sector defensa con más de cuatro mil hombres y mujeres formados en temas tras-cendentales para su desempeño. Lo anterior sin incluir los foros de DDHH y DIH, las semanas de DDHH del sector defensa, el apo-yo con conferencias y la capacita-ción en Corte Penal Internacional a todos los generales y almirantes de las Fuerzas Militares.

Finalmente, en la Facultad de Derecho fuimos acabando los prejuicios internos contan-do con juristas de altas calidades que investigaron los temas más

trascendentales para las Fuerzas Armadas. De allí surgieron dos publicaciones fundamentales so-bre el tema de la justicia castren-se. La primera investigación en derecho comparado realizada por la red de seguridad y defensa de América Latina (RESDAL); y el análisis del cumplimiento de los principios de Decaux en unión con El Comando Sur de los Esta-dos Unidos. Sí a esto se le suma la capacitación que hemos reali-zado ya desde la empresa priva-da y en unión con la Presidencia de la República sobre protocolos de investigación a infracciones al DIH para funcionarios judiciales de la rama ordinaria, encontra-mos una labor trascendental en muy corto tiempo. Obviamente la academia debe ser crítica, en oca-siones vertical y así lo hemos ve-nido haciendo para despertar una conciencia de cambio y evolución en ciertos sectores.

Definitivamente el conoci-miento y la investigación aca-ban con los prejuicios, así como la justicia llega cuando se respe-ta el debido proceso, la igualdad procesal, al juez natural y cuando un buen juez escucha a todas las partes. La justicia penal militar hay que defenderla con argumen-tos de esa forma evitaríamos que la quieran pasar a la rama judicial y podríamos defender un fue-ro más amplio desde el derecho internacional humanitario. De-finitivamente somos esclavos de nuestros prejuicios y de las pre-siones indebidas.

La justicia penal militar hay que defenderla con argumentos, jamás con apasionamientos

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Esta operación conjunta con las Fuerzas Mi-litares, constituye tras la operación contra Raúl Reyes en el sur del país, el golpe de mayor repre-sentatividad estratégica que el Estado colombiano le haya propinado a la amenaza terrorista de las FARC a lo largo de sus 46 años de existencia.

La operación se diseñó replicando el modelo de inteligencia contra el terrorismo de la Fuerza Públi-ca, e inició con la misma información suministra-da por guerrilleros que integraron el mismo bloque oriental y que abandonaron esa organización, can-sados de malos tratos, de la distancia con sus fami-lias y de concluir que el camino de la violencia no contribuiría a la construcción de la paz.

Posteriormente se inició un largo proceso que permitió, con la paciencia propia de las mujeres y los hombres de inteligencia, lograr acceder a las zonas campamentarias del Estado Mayor del Bloque Oriental. En este propósito las labores de operaciones se extendieron un año, dada la com-plejidad de la ubicación exacta del campamento “madre” de alias “Mono Jojoy”.

Uno de los aspectos que había dificultado cap-turar a este cabecilla, era la extrema crueldad y te-mor que inspiraba al interior de los guerrilleros, si-tuación que le había permitido depurar sus anillos

de seguridad, rodeándose exclusivamente de su ex compañera y cabecillas de ascendencia cercana al extinto Manuel Marulanda Vélez.

El “Mono Jojoy” pensó que la ubicación en una zona histórica de formación de las guerrillas de mitad de siglo e igualmente inaccesible como es la región que circunda la serranía de La Macarena entre El Pato y El Guayabero, garantizaría la per-manente evasiva a la Fuerza Pública; pero no por mucho tiempo.

Precisamente circundar esa zona, que conocía desde su formación criminal hace más de 35 años en las FARC, se convirtió en el centro de la inteli-gencia del Estado y de frecuentes desmovilizacio-nes de guerrilleros, que suministraron información valiosa, evaluada y analizada sistemáticamente, para que luego de una planeación cuidadosa, se fracturara la barrera que había conformado a su al-rededor y lograr neutralizar al más cruel cabecilla del terrorismo que Colombia había conocido.

La acción de la Policía Nacional soportada en su inteligencia, trasciende de la ejecución de ope-raciones contra blancos de alto valor; a la con-tención de planes terroristas y efectividad en la prevención de ataques indiscriminados contra el pueblo colombiano.

Las operaciones contra estructuras de soporte financiero y criminal han arrojado la incautación de 3.844 armas de fuego y 785.892 municiones.

una contribución a la convivencia y seguridad de los colombianosLa estrategia de seguridad que definió el Gobierno Nacional y que se viene ejecutando desde el Ministerio de Defensa ha producido trascendentales resultados hacia la normalización del país. Y detrás de todos esos logros, como los obtenidos con la Operación Sodoma, está la Policía Nacional de los colombianos.

Colombia ha registrado como ningún otro Estado una situación de violencia y terrorismo que, por décadas, ha venido incidiendo en la tranquilidad, seguridad y con-vivencia del país. La Policía Na-cional ha sido partícipe a través de su historia y en cumplimien-to de su misión constitucional, de la lucha contra esas manifestacio-nes del terrorismo y el narcotrá-fico, en función de contribuir en conjunto con las instituciones del Estado y en cumplimiento de la política gubernamental, al desa-rrollo de una acción preventiva y ofensiva contra estos factores de perturbación pública y amenazas a la seguridad del Estado y su so-ciedad.

El Gobierno Nacional ha de-finido una estrategia que apun-ta a devolverles la tranquilidad a los colombianos, y esto pasa por un trabajo articulado de la Fuer-za Pública, en función de enfren-tar con toda la decisión y efecti-vidad las principales amenazas a la seguridad, configuradas fun-damentalmente en narcotráfico y terrorismo. La Institución policial contribuye de manera significati-va a estos propósitos en un marco de acción polivalente y multifun-cional frente a amplias exigencias y retos que comprometen a los policías de Colombia con la segu-ridad integral del país.

La amenaza del terrorismo ha representado a través de la histo-ria como un espiral de violencia, con serias implicaciones para la seguridad de nuestra sociedad. Los resultados de la estrategia de seguridad que ha definido el Gobierno Nacional y que se vie-ne ejecutando bajo una estrecha conducción desde el Ministerio

La Policía Nacional y la lucha contra el narcoterrorismo:

de Defensa viene arrojando tras-cendentales resultados de des-equilibrio estratégico hacia la normalización del país y la Poli-cía Nacional está contribuyendo a estos propósitos.

SodomaLa última operación contra el

terrorismo en el marco del pro-ceso operacional código “Sodo-ma”, que permitió neutralizar a la principal amenaza terrorista del país como consecuencia de la muerte en un procedimiento de las fuerzas del estado de alias “Mono Jojoy”, significa la suma-toria de niveles de coordinación interinstitucional y de una inteli-gencia altamente calificada en sus procesos de recolección y análi-sis, que permitió la aproximación a uno de los principales blancos de alto valor de la estrategia na-cional antiterrorista del estado colombiano.

La Policía Nacional fue partí-cipe de este acierto del Estado y de la sociedad colombiana con-tra las FARC, resultado de la ex-periencia acumulada en la lucha antiterrorista y de un proceso al-tamente especializado de la Inte-ligencia Policial, que permitió la ubicación exacta y sin márgenes de error, del campamento “ma-dre” del bloque oriental donde se encontraba alias “Mono Jojoy”, con integrantes del estado ma-yor del bloque oriental, protegi-dos por más de mil guerrilleros en sus diferentes anillos de se-guridad. Este resultado tiene un valor incalculable, al representar un punto de inflexión profundo al núcleo vital del terrorismo en las FARC.

El Gobierno Nacional definió una estrategia que apunta a devolverles la tranquilidad a los colombianos con un trabajo articulado de la Fuerza Pública, en función de enfrentar con toda la decisión y efectividad las principales amenazas a la seguridad, configuradas fundamentalmente en problemas de narcotráfico y terrorismo

Alias “Mono Jojoy” se constituyó en un cabecilla de importancia estratégica en las FARC a partir de su perfil alta-mente criminal y violento, que le permi-tió al interior de las FARC ascender en jerarquías criminales del bloque Sur y Oriental hasta constituirse, en el marco de la VIII conferencia nacional guerri-llera (en 1993), como uno de los princi-pales integrantes del secretariado.

Luis Suárez ingresó a las FARC des-empeñándose como guerrillero raso, siendo nombrado como cabecilla de frente en 1983 y por último, miembro del secretariado de las FARC y máximo jefe del Bloque Oriental de la misma organi-zación. Desde el momento de su vincu-lación a las FARC, se mostró como una persona de perfil violento y guerrerista, aspecto por el cual Manuel Marulanda Vélez (a. Tirofijo), lo consideraba uno de sus hombres de confianza.

Alias el “Mono Jojoy”, constituía una persona clave dentro de la conducción terrorista de las FARC. Después de la muerte de “Manuel Marulanda Vélez”, sus decisiones tenían un peso signifi-cativo al interior del secretariado. Era

“Mono Jojoy”, un cabecilla estratégico

OPERACIÓN SODOMA

Muerte del “Mono Jojoy”: fin al símbolo del terror

Otros logros

En los últimos tres años se han capturado 4.329 integrantes de las FARC y el ELN.

La Policía Nacional ha logrado neutralizar 5.579 planes terroristas en todo el país.

Se ha realizado la activación de manera controlada de más de 4.545 artefactos y la desactivación de 1.034 más.

la persona que estaba sosteniendo las dinámicas ofensivas de las FARC como responsable “militar” de la organiza-ción. Su muerte representa un replan-teamiento profundo al interior de las je-rarquías criminales y la conducción de las FARC. Este cabecilla representaba al interior de las FARC la línea ortodoxa, radical y guerrerista.

Con más de 34 años en las FARC, se constituyó en encargado de planear y ejecutar acciones terroristas contra las instalaciones de la Fuerza Pública y es-tamentos gubernamentales, de planifi-car y coordinar las acciones terroristas de mayor impacto en violencia y vícti-mas que se haya registrado en la histo-ria del país, así como de los secuestros con fines de canje y actividad extorsiva y financiera contra múltiples empresas nacionales e internacionales.

Las acciones planificadas y ordena-das por este cabecilla terrorista, deja-ron más de 2.000 víctimas y pérdidas superiores a los 10.000 millones de dó-lares, que afectaron ostensiblemente el desarrollo social, productivo y eco-nómico del país.

Entre los atentados terroristas de su autoría se destacan el ataque a Mitú (Vaupés), Puerto Rico (Meta), Miraflo-res (Guaviare), El Billar (Caquetá), Pue-rres y Patascoy (Nariño) y Gutiérrez (Cundinamarca) y más de una veintena de secuestros masivos que común-mente se denominaron “pescas mila-grosas”. Su nivel de decisión criminal en las FARC, lo vincula como determi-nador de atentados terroristas como el del club El Nogal, además de la muerte en cautiverio del Teniente Coronel de la Policía Julián Ernesto Guevara. Fue el responsable de los secuestros con “fines de canje” y de los denominados “campos de concentración”, cauti-verio de un número importante de se-cuestrados de la Fuerza Pública.

Con su muerte, se ha generado un golpe profundo a los activos vitales del terrorismo en el país, ratificando el avance en el desarrollo de las ins-trucciones gubernamentales del alto gobierno a través del Señor Presidente de la República y del Señor Ministro de la Defensa Nacional y los diferentes componentes de la Fuerza Pública.

La Policía contribuye y se articu-la con todas las instituciones para lograr llevar la política de seguridad a procesos operacionales en dife-rentes partes del país. La experien-cia de la Institución acumulada en los golpes contra los denominados blancos de alto valor del terrorismo ha sido determinante para lograr que departamentos como Valle, Cauca, Arauca, Tolima, Valle y Antioquia fueran definidos como epicentros de la acción contra el terrorismo en lo regional, logrando los siguientes golpes de desequilibrio al terroris-mo, por mencionar algunos, que se tradujeron en la reactivación eco-nómica, agropecuaria, ganadera y turística pero, de manera especial, en tranquilidad y convivencia.

Captura de alias Santiago, cabecilla del frente Manuel Cepeda Vargas,

responsable de los principales actos de terrorismo en Cali

y Buenaventura.

Es el determinador de los aten-tados contra la sede de la Policía Metropolitana de Cali, el Palacio de Justicia y la Regional de Inteligencia Policial y de la activación indiscrimi-nada de explosivos contra la pobla-ción civil en la capital de Valle.

Neutralización del responsable de la muerte del ex gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, y de las extorsiones en el occidente de

Antioquia.

La muerte de Aycardo de Jesús Agudelo, alias “El Paisa”, cabecilla del frente 34 de las FARC, significó el fin de las extorsiones al campe-sinado de esta región, ya que era el encargado de coordinar planes delictivos y terroristas, secuestros y homicidios en el departamento de Antioquia.

“Libertad Cafetera”, fin del yugo terrorista al sector productivo del

norte de Tolima.

Esta operación, denominada así por el nivel de constreñimiento y te-mor que alias “Duván” y “Mauricio”, cabecillas del frente Bolcheviques del Líbano del ELN, tenían sobre el municipio de Líbano, fue el impulso que determinó el fin de esta estruc-tura. Ambos eran los responsables de los atentados contra la infraes-tructura eléctrica y el homicidio de comerciantes y hacendados de esta región por más de quince años.

Quiebre a las finanzas del terrorismo en Arauca.

La operación “Cazador”, desarro-llada en abril de 2009 en el municipio de Arauquita, permitió la captura de Ignacio Leal García, alias “Camilo” o “El Tuerto”, cabecilla de finanzas del frente 10 de las FARC e importante in-tegrante de la dirección y mando de esta estructura en el departamento. Es uno de los cincuenta guerrilleros solicitados en extradición por el De-partamento de Justicia de los Esta-dos Unidos, por su participación en narcotráfico.

Oriente de Antioquia proscrito de tomas guerrilleras.

La muerte del principal cabecilla del frente 9, Rubén Antonio García Gómez, alias “Danilo”, representa un duro golpe a los mandos del denomi-

nado bloque Iván Ríos de las FARC. Su ascendencia como integrante del estado mayor de esta estructura y su responsabilidad en las antiguas to-mas a las poblaciones del surorien-te antioqueño, lo convirtieron en un objetivo concentrado de la actividad policial. Hoy esta región está libre del terrorismo.

Ruptura de las líneas de control terrorista del Comando Conjunto

Central de las FARC.

La operación “Alquimia”, desarro-llada en septiembre de 2009 en Plana-das (Tolima), debilitó el componente de seguridad de alias “Jerónimo Galeano”, integrante del Estado Ma-yor Central y primer cabecilla del Co-mando Conjunto Central de las FARC, además de otros cuatro cabecillas del frente 66 y tres compañías. Esta operación es una de las más impor-tantes por el perfil de este cabecilla, su cercanía con alias Alfonso Cano y su trayectoria al interior de las FARC.

Golpe al nuevo cabecilla del narcotráfico en las FARC –

Operación Fortaleza-, muerte de Edgar Tovar.

En Putumayo se logró la neutrali-zación de Gentil Gómez Marín, alias “Edgar Tovar”, principal cabecilla de la estructura y nueve guerrilleros más del frente 48 de las FARC. Era el encargado del tráfico de drogas y armas con redes del bloque Sur de las FARC y lideró múltiples actos te-rroristas contra la población en ese departamento.

Recuperación de la vía La Línea, neutralización del principal

articulador de actos terroristas en límites de Tolima y Quindío.

En zona rural de Ibagué (Tolima), se neutralizó un campamento del frente 50 de las FARC, resultando muertos siete terroristas, entre ellos Ciro Gómez Rayo, alias “Enrique Zúñiga”, cabecilla principal de la estructura. Alias “Enrique”, tenía 35 años de trayectoria, haciendo parte del estado mayor del Coman-do Conjunto Central y guerrillero de confianza de alias “Alfonso Cano”, responsable de 119 actos terroristas y delictuales en Quindío y Tolima.

Cercamiento al principal cabecilla de las FARC Alfonso Cano,

Operación Berlín Hiperón, muerte de su jefe de seguridad.

En el municipio de Planadas (To-lima), unidades militares y de policía lograron neutralizar a Magaly Grano-bles, alias “Mayerly”, cabecilla de la columna móvil Héroes de Marquetalia y de doce guerrilleros más. Con esta operación se afectó una de las prin-cipales estructuras de apoyo militar y logístico de alias “Alfonso Cano”.

Fractura a la actividad criminal de las FARC en Putumayo,

Operación Fortaleza II.

En continuidad del proceso ope-racional contra el frente 48 luego de la muerte de Edgar Tovar, se logró la neutralización de 22 guerrilleros de esta estructura, entre ellos alias “Domingo Biohó”, cabecilla político e integrante del Estado Mayor del Bloque Sur y alias “Lucero Palmera”, cabecilla de la Emisora del bloque y compañera de alias “Simón Trinidad”.

Golpes contra el terrorismo, tranquilidad y convivencia

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14 / Edición No. 4 - Octubre 2010 / 15Edición No. 4 - Octubre 2010

Enrique ChauxProfesor en el Departamento

de Psicología de la Universidad de los Andes

En los últimos años, la violen-cia escolar ha estado permanen-temente en los titulares de los diarios y revistas nacionales y lo-cales, y con razón. Demasiados estudiantes sufren violencia de manera cotidiana en sus escue-las. En un trabajo que realizamos con 87.000 estudiantes para la Se-cretaría de Gobierno de Bogotá, encontramos que uno de cada tres estudiantes ha sido agredido con golpes, cachetadas o empujo-nes por compañeros en el último mes, uno de cada cuatro reporta que un compañero trajo armas blancas al colegio en el último año y más del 50% asegura que lo robaron en su institución educa-tiva en el último año.

Aunque la agresión entre los estudiantes está relacionada con la violencia que observan en sus barrios, familias y medios de co-municación, es posible prevenir-la, incluso en los contextos más difíciles. Eso es lo que hemos en-contrado con iniciativas como Aulas en Paz, un programa de la Universidad de los Andes y la Corporación Convivencia Pro-ductiva, que acaba de obtener el primer puesto en el Concurso La-tinoamericano de Buenas Prácti-cas en la Prevención del Delito, de la Universidad de Chile.

Empatía y asertividadAulas en Paz busca que los es-

tudiantes de primaria desarrollen competencias ciudadanas centra-les para convivir pacíficamente, como la empatía y la asertividad.

LA INICIATIVA DESARROLLA COMPETENCIAS COMO LA EMPATÍA Y LA ASERTIVIDAD

Aulas en paz: alternativa a la violencia escolar

La empatía les permite sentir lo que otros sienten, lo cual es cru-cial para evitar maltratos. Si yo me siento mal cuando veo a otros sufriendo, es menos probable que yo les cause daño. La asertividad permite que sepan cómo respon-der ante las ofensas de manera firme, pero sin agresión.

Muchos creen que ante una ofensa hay sólo dos opciones: o quedarse callado poniendo la otra mejilla o responder con un

Se trabaja también con los pa-dres de familia por medio de ta-lleres y visitas a los hogares, de manera que puedan promover estas habilidades en sus hogares. Además, se les brindan estrategias para que no sean ni padres auto-ritarios que imponen todo por la fuerza, ni padres permisivos que no fijan límites. El objetivo es que puedan llegar a acuerdos con sus hijos sobre las normas en el hogar y lograr que estos se cumplan sin recurrir al maltrato.

De manera similar, los docen-tes aprenden estrategias para ge-nerar un clima de aula en el que hay normas y límites, pero tam-bién hay afecto y cuidado, sin au-toritarismo ni permisividad.

ResultadosEn las evaluaciones recien-

tes encontramos que, después de algunos meses de implementa-ción, el porcentaje de estudian-tes que reportó haber agredido físicamente a algún compañero disminuyó de 31% a 20% y los que reportaron haber insultado a otros disminuyeron de 32% a 22%. Estos cambios no se obser-varon entre los estudiantes que no participaron en el programa y seguramente los índices serían mayores con más tiempo de im-plementación.

En conclusión, a pesar de lo difícil que pueda resultar promo-ver la convivencia en contextos de violencia, esta experiencia nos ha mostrado que sí es posible ha-cerlo. Y si promovemos las rela-ciones pacíficas desde temprano en la escuela, el beneficio no sola-mente será para los estudiantes y sus familias, sino para la sociedad en general.

Aunque la agresión entre los estudiantes está relacionada con la violencia que observan en sus barrios, familias y medios de comunicación, es posible prevenirla, incluso en los contextos más difíciles.

insulto o un golpe. La asertividad es una tercera opción más efecti-va. En Aulas en Paz los estudian-tes tienen muchas oportunidades para practicar este tipo de ha-bilidades en sus aulas y fuera de ellas. Además, aprenden a usar-las cuando ven maltratos entre compañeros, lo cual permite que pasen de observadores pasivos o incitadores de la agresión, a de-fensores asertivos.

Desde la última mitad de siglo XX la Policía Nacional ha tenido que enfrentar desde las formas más crudas del narcoterrorismo de los carteles, hasta las organiza-ciones terroristas de las FARC y el ELN, hoy constituidas en empre-sas transnacionales del crimen.

La Institución ha participado, de manera decisiva, en la desar-ticulación de componentes te-rroristas que, por referenciar una ruta de tiempo, iniciaron sus pri-meras manifestaciones desde la década de los setenta. Colombia estuvo inmersa en manifestacio-nes terroristas lideradas por el M-19 en casos como las tomas a la Embajada de República Do-minicana y el Palacio de Justicia (1985).

La Policía Nacional identifi-có las nuevas formas de generar terror en los centros urbanos, disponiendo ingentes esfuerzos para lograr, en 1986, neutralizar a Álvaro Fayad, alias “El Turco”, principal fundador y líder de este grupo, en el barrio Quinta Pare-des, de Bogotá, desequilibrando las primeras manifestaciones te-rroristas y poniendo a prueba su responsabilidad en la respuesta a la demanda ciudadana de seguri-dad.

También comenzó el empleo de explosivos con alto poder de destrucción por parte del ELN contra el sector estratégico y pe-trolero en Norte de Santander, Arauca y Magdalena Medio, afec-tando torres de energía, oleoduc-tos y vías de interés nacional que, además del secuestro de 46 pasa-jeros de un avión de Avianca, re-presentan de manera general el grado de amenaza contra el pue-blo colombiano, donde la Institu-ción, en permanente coordina-ción con todos los organismos de seguridad, concentró sus esfuer-zos en someter ante la justicia a Carlos Elker Serrano Rueda, alias “Orlando”, coordinador de la ca-pacidad armada del M-19.

De la mano de la iniciativa terrorista del ELN y el fortaleci-miento de las FARC en el oriente y sur del país, los carteles del nar-cotráfico articulaban actos terro-ristas sin precedentes, liderados por los nuevos capos contra fun-cionarios de Gobierno y organis-mos de seguridad, traduciéndose en magnicidios y activación de carros bomba sobre ciudades ca-pitales.

Los narcotraficantes ofrecían grandes sumas de dinero por la muerte de policías en manos de sicarios, conllevando a la Insti-tución a poner en marcha todas

INTELIGENCIA POLICIAL CONTRA EL TERRORISMO

Una lucha históricaEl aporte de la Policía Nacional, sumado al de las Fuerzas Militares, bajo la conducción del Gobierno, ha logrado obtener cada vez mejores resultados contra el narcoterrorismo.

sus capacidades de inteligencia e investigación criminal. Gracias a la creación de grupos especializa-dos contra el narcotráfico como los bloques de búsqueda, se logró frenar la “guerra del narcoterro-rismo” declarada a toda la socie-dad colombiana y sus institucio-nes. Capos como Pablo Escobar y los hermanos Rodríguez Orejue-la fueron neutralizados en desa-rrollo de operaciones planeadas y ejecutadas desde la Inteligencia Policial.

Quiebre al terrorismoCon la política de seguridad

y los pilares de cobertura terri-torial, la inversión en seguridad y el fortalecimiento de la Fuerza Pública, la coordinación interins-titucional se constituyó en el eje fundamental para enfrentar al te-rrorismo y el crimen organizado, y la inteligencia, de la mano de la investigación criminal, en colum-nas vertebrales de los logros es-tratégicos obtenidos.

La Policía Nacional aportó su experiencia, puesta a prueba en la lucha contra el narcoterrorismo de los extintos carteles del narco-tráfico, para anticipar fenómenos criminales y avanzar en la segu-ridad sobre los centros urbanos, con el fin de prevenir cualquier atentado terrorista, sobre mode-los renovados y vanguardistas, estratégicos y operacionales, ba-sados en la correcta administra-ción de la información converti-da en inteligencia.

Durante la última década, las primeras grandes operaciones

policiales de este tipo se concen-traron sobre la Capital de la Re-pública, con el objetivo de pre-venir la intención vigente de las FARC, luego de la posesión pre-sidencial de 2002, de generar un atentado de alta envergadura, ba-sado en el uso indiscriminado de explosivos contra cualquier obje-tivo representativo de gobierno, afectando a la población civil.

tes de las FARC, logrando desar-ticular varias células terroristas.

Otro de los principales resul-tados fue la captura de Rodrigo Granda, integrante de la comi-sión internacional de las FARC y uno de los cabecillas con mayor antigüedad en este grupo terro-rista.

Además, la Policía Nacional ha tenido una responsabilidad his-tórica en combatir el terrorismo urbano que ha representado la amenaza terrorista de la Colum-na Teófilo Forero Castro. Accio-nes que pasan por el carro bomba en el Club El Nogal, el secuestro en el edificio Miraflores, en Nei-va, el homicidio de Liliana Gavi-ria, entre otros.

La neutralización de la Teó-filo se constituyó en una priori-dad para el Gobierno Nacional. Primero se desarrolló la opera-ción “República 13”, en octubre de 2007 que permitió, a partir de una labor de seguimiento y control de células terroristas de manera simultánea en tres de-partamentos, desarticular una comisión conjunta de la columna Teófilo Forero y el comando con-junto central de las FARC, frus-trando un secuestro masivo de personalidades en la ciudad de Armenia (Quindío).

Producto de estas investigacio-nes vino un mes después la ope-ración “Llano verde”, evitando el atentado contra la población ci-vil con cinco carros bomba en San Vicente del Caguán (Caque-tá). Esta acción permitió capturar a once guerrilleros y develar las

coordinaciones que adelantaban tres más, recluidos en la cárcel de Cómbita (Boyacá), para realizar atentados.

A la cabezaLa Policía Nacional identifi-

có que para lograr contener defi-nitivamente la línea dura del te-rrorismo encarnada en la Teófilo Forero, necesitaba detener a los “cerebros criminales” que planea-ban los detalles de cada atentado, situación que permitió neutrali-zar de manera sucesiva a su prin-cipal nivel de mandos: “Patema-la”, “La Pilosa” y “Leyder”.

Estos tres cabecillas concen-traban el diseño y planeación de todas las acciones terroristas or-denadas desde el Secretariado contra objetivos representativos y las alianzas con organizaciones delincuenciales al servicio de las FARC. Su neutralización repre-sentó fracturar la experiencia cri-minal en el uso de explosivos y materialización de atentados de alta envergadura durante más de quince años y, a su vez, cortar la línea de ejecución de estas accio-nes con su máximo cabecilla alias “El Paisa”.

Todos estos logros significan la suma de capacidades a partir de una estrategia liderada por el Gobierno y articulada desde el Ministerio de Defensa, que fu-sionan la actividad estratégica y operacional de la Fuerza Pública. Y para ello, la Policía Nacional ha aportado no sólo sus capacidades sino la experiencia de sus mejores hombres.

La coordinación interinstitucional se constituyó en el eje fundamental para enfrentar al terrorismo y el crimen organizado, y la inteligencia, de la mano de la investigación criminal, en las columnas vertebrales de los logros obtenidos.

Se logró la neutralización de cuatro carros bomba con más de dos toneladas de explosivo, con-ducidos a control remoto, que pretendían activar en diferentes puntos de Bogotá. Producto de esta operación fueron capturados hasta 2003 más de diez integran-

A lo largo de la existencia de la Policía Nacional, la Institución ha participado de manera decisiva en la desarticulación de componentes terroristas, que para referenciar una ruta de tiempo, hizo sus primeras manifestaciones desde los años setenta y ochenta.

La iniciativa Aulas en Paz, un programa de la Universidad de los Andes y la Corporación Convivencia Productiva, obtuvo el primer puesto en el Concurso Latinoamericano de Buenas Prácticas en la Prevención del Delito, de la Universidad de Chile.

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Teniente Coronel Henry Armando Sanabria Cely

Experto en Derecho de Policía

En Colombia poco se sabe de la ciencia del derecho que, con una filosofía propia y procedimientos autónomos, atribuye y permite el ejercicio más amplio y vigoro-so de los derechos y las liberta-des ciudadanas; ese es el objeto del derecho de policía, que tiene a su vez, como fin, garantizar la convivencia democrática, cono-cida tradicionalmente como or-den público que, de acuerdo con la Corte Constitucional, debe ser entendida como el conjunto de condiciones de seguridad, tran-quilidad, moralidad y salubridad que permiten la prosperidad ge-neral y el goce de los derechos humanos (Corte Constitucional Sentencia C-825 de 2004).

El concepto de policía no es el que habitualmente se percibe: “el policía uniformado de la calle”, realmente es la institucionalidad que a través de manifestaciones jurídicas y materiales -bajo el im-perio de la Constitución y la ley- tiene como propósito garantizar el ejercicio de derechos y liberta-des públicas, asegurando, con el mismo rigor, el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares. El ente Policía lo conforman las autoridades de la rama ejecutiva del poder públi-co, encargadas de cumplir y hacer cumplir la ley, pero encuentra su mayor exponente en los jefes de policía, “es decir, los alcaldes de los municipios y en aquellos de-partamentos donde no existieren municipios, la función de Jefe de Policía la ejerce el Gobernador” (Corte Constitucional Sentencia C-024 de 1994).

Primero prevenirLa Policía Nacional es el bas-

tión que protege la convivencia democrática, por ser la institu-ción que hace posible el cumpli-miento de la ley y constituye el soporte de los jefes de policía, si-tuación que es pregonada por la Corte Constitucional en sus rei-terados pronunciamientos, argu-mentando que los poderes globa-les de policía deben ser eficaces dentro de la normalidad, ya que la insuficiencia de las atribucio-nes ordinarias de las autoridades de Policía condenaría al país a permanecer en un estado de ex-cepción permanente.

La disuasión, la prevención y demás actos de las autoridades de policía, otorgan un espacio de mayor amplitud que el presenta-do por la legislación penal. Ac-

ANÁLISIS

El alcalde es el jefe constitucional y legal de Policía

Así como el fiscal es el titular de la acción penal, los alcaldes son los titulares de la acción de policía, que no es otra cosa que la facultad de proteger la vida, el patrimonio y la integridad de las personas

tualmente se privilegia la perse-cución del delito en lugar de dar aplicación a las normas de policía de control social que reducirían sustancialmente la configuración de conductas punibles criminales.

El derecho de policía se pre-fiere al derecho penal, en el en-tendido que antes de buscar la coerción, se debe privilegiar la prevención. Así como el fiscal es el titular de la acción penal, los alcaldes son los titulares de la acción de policía, que no es otra cosa que la facultad de proteger la vida, el patrimonio y la integri-dad de las personas.

FacultadesEn este sentido, los jefes de

policía (alcaldes municipales o distritales) están facultados para participar activamente en la pre-servación de la convivencia de-mocrática. De acuerdo con el Có-digo Nacional de Policía, a ellos les corresponde dar su venia para que la Policía Nacional pueda re-querir a las personas en lugares públicos o abiertos al público con el fin de establecer la existencia de órdenes de captura emitidas por las autoridades judiciales. Ello incluye la posibilidad de utilizar hasta doce horas para identifi-car a la persona cuya individua-lización se ha dificultado (Código Nacional de Policía, artículo 71, sentencia C-024 de 1994).

Corresponde igualmente a los alcaldes ordenar a la Policía Na-cional el ingreso a domicilios para registrarlos, con la facultad de allanar en caso de oposición o resistencia, en siete especiales circunstancias contempladas en el artículo 82 del Código Nacio-nal de Policía, facultad que fue declarada exequible por la Corte Constitucional mediante Senten-cia C-024/1994 y reafirmada me-diante la Sentencia C-256/2008: “Excepciones de origen legal - allanamientos administrativos, practicados por la autoridad se-ñalada en la ley y respetando los requisitos previstos en la misma: (…) Para cumplir funciones de prevención y vigilancia en acti-vidades sometidas a la inspec-ción, vigilancia e intervención del Estado, “por razones de inte-rés general”, “cuando la ley haya habilitado a ciertas autoridades administrativas a ordenar esos registros y éstos se efectúen en protección de valores superiores, como la vida o la dignidad huma-na; como por ejemplo, por moti-vos de salubridad pública”

Líneas de acciónEn el ejercicio de la acción de

policía, entre otras, corresponde a los alcaldes ordenar a la Policía Nacional ingresar a los domici-lios donde se almacenen sustan-cias insalubres que introducidas

en el organismo pueden alterar el sistema nervioso central, reali-zando el decomiso en los térmi-nos del artículo 213 del Código Nacional de Policía. Ante la exis-tencia de un inmueble en el que se almacenan o expenden estu-pefacientes, la primera línea de acción no es la penal, debe darse curso de manera inmediata a la acción de policía, que en cabeza del alcalde prevenga que la sus-tancia insalubre sea distribuida.

Así las cosas, la mejor manera de asediar a los actores del nar-comenudeo es privándolos de la materia prima de su comercio ilí-cito. Para ello, en aplicación del literal c del artículo 82 del Códi-go Nacional de Policía, el alcalde debe ordenar el registro y allana-miento del inmueble, que no ten-drá como propósito obtener evi-dencias en materia penal, sino garantizar la salud de las personas retirando la sustancia insalubre.

Finalmente, basta con re-currir a lo pronunciado por la Corte Constitucional, que en su Sentencia T-112/1994 recogió el sentimiento de la sociedad al se-ñalar: “(…) si las autoridades co-rrespondientes ejercen negligen-temente sus competencias o se abstienen de utilizarlas, la socie-dad y cada uno de sus miembros en particular se exponen a sufrir las consecuencias negativas de la conducta oficial.”

Los jefes de policía (alcaldes municipales o distritales) están facultados para participar activamente en la preservación de la convivencia democrática.

Carlos Novoa Matallana S.J.Profesor titular de la

Pontificia Universidad JaverianaDoctor en ética. Docente en ética

de la seguridad y defensa

Aristóteles, gran maestro de la filosofía y la coexistencia humana, (384-322 A.C.), con una sólida ar-gumentación hasta hoy vigente, nos enseñó que la política es el arte de construir la polis, o sea, la organización de la convivencia de mujeres y hombres ejerciendo el bien común. Este importan-te planteamiento lo desarrolló en su libro, La Política. En este senti-do todo quehacer humano y cris-tiano es político, y jactarse de no asumir una posición política, es optar por la más lamentable de todas, porque en esta opción el empeño es mantener el orden so-cial vigente al no hacer nada por cambiarlo, cuando bien nos cons-ta que urgen profundas transfor-maciones en tal orden.

Y por favor, diferenciemos en-tre política, partidismo político y politiquería o corrupción de la cosa pública. Acá me refiero al primer significado y por ningún motivo a los otros dos. Desde esta perspectiva la Policía es el cuerpo de la polis, y por ello su etimolo-gía viene de política. Es decir, la función de la Policía es cultivar el arte de la construcción de la con-vivencia social en toda su plura-lidad y multidimensionalidad. Para los grandes maestros latinos de la política, (Cicerón, Marco Aurelio, Séneca, entre otros), la polis griega es la civitas romana, y por ende la civilidad es la política. Por esto, la Policía es un cuerpo civil y político.

Cultura y seguridadEn época reciente tuve la opor-

tunidad de participar en una bri-llante conferencia sobre el presen-te y el futuro de la Policía, dictada por el entonces subdirector de in-teligencia de este cuerpo civil, el Coronel Jairo Delgado. Nos argu-mentó cómo la o el policía debe ser una persona ante todo prepa-rada y dedicada a la interacción con todo ciudadano en la cons-

OPINIÓN

La Policía Nacional es un cuerpo civil y político

Como en toda democracia contemporánea, nuestro cuerpo policial no debe portar uniformes militares ni armas largas, su organización debe ser bien diversa a la de las Fuerzas Armadas, y no debe formar parte del Ministerio de Defensa

trucción de la polis. En esta línea el quehacer policivo actual y por venir debe cultivar la participa-ción conjunta de mujeres y hom-bres, en la conformación de una cultura y seguridad ciudadana.

Continuaba el Coronel Delga-do formulando que esta cultura y seguridad, que son el ejercicio de la política o civilidad, deben po-seer un talante integral. Habla-mos entonces de la conformación de una convivencia humana soli-daria, fraterna, participativa, don-de la comunidad entera, y la Poli-cía como parte de ella, garanticen condiciones dignas de vida para toda la población. Se trata de ase-gurar dignidad económica, polí-tica, social, cultural, barrial, edu-cativa, etc., emergiendo de esta

manera una seguridad y cultura integrales. Por esto, certificaba el conferencista, las necesidades bá-sicas insatisfechas, la indigencia social y la falta de una autentica ética ciudadana, están afectando de manera grave tal seguridad y cultura en Colombia hoy.

Por los conflictos violentos vi-vidos entre 1900 y 1950 en Co-lombia, nuestra Policía fue mili-tarizada. Se trató de una absoluta medida de excepción que esta-mos en mora, con mucho, de su-perar. El término militar viene del latín militaris, que significa con-frontación armada o guerra. Los estamentos castrenses tienen su sentido y función en la República, pero no es ésta la tarea policial, la cual, salta a la vista, es de trascen-

dental importancia para nuestra vida personal y social. Como en toda democracia contemporánea, ya sea Argentina, Costa Rica, Es-tados Unidos, Francia, Italia, Es-paña, etc., nuestro cuerpo policial no debe portar uniformes milita-res ni armas largas, su organiza-ción debe ser bien diversa a la de las Fuerzas Armadas, y no debe formar parte del Ministerio de Defensa. Si en algunas regiones colombianas nuestro cuerpo civil requiere de la táctica y la estrate-gia del manejo de las armas, para defenderse de los grupos arma-dos al margen de la ley, se podrán crear cuerpos especiales para este propósito, que de ninguna mane-ra deben marcar el común tenor de nuestra querida Policía.

la función de la Policía es cultivar el arte de la construcción de la convivencia social en toda su pluralidad y multidimensionalidad

CONTÁCTENOS www.policia.gov.co

La solicitud de constancia juramentada y extravío de documentos en línea le permitirán agilizar su denuncia, con el fin de declarar bajo la gravedad de juramento su actual situación, para optimizar sus tramites y la consecución del documento nuevo, evitando inconvenientes con las autoridades. Hágalo de modo rápido y sin contratiempos.

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Coronel Álvaro Pico MalaverJefe Oficina central INTERPOL Colombia

Históricamente países como Colombia y México han sido afectadas por fenómenos delin-cuenciales internacionales co-munes, ligados principalmente al narcotráfico y crímenes conexos, que crearon la necesidad de sus-cribir acuerdos de cooperación binacional, como el firmado el 6 de abril del año 2001, entre los presidentes de ambas naciones Doctor Andrés Pastrana Arango y Licenciado Vicente Fox Quesa-da, denominado “Declaración de los Presidentes de la República de Colombia y de los Estados Uni-dos Mexicanos sobre Seguridad y Justicia”.

En este marco la Policía Nacio-nal de Colombia, bajo la premisa de combatir la delincuencia que traspasa fronteras nacionales en un mundo donde la globalización se aplica también a los grupos ar-mados ilegales, es parte activa del Grupo de Alto Nivel de Seguri-dad y Justicia entre Colombia y México, suscribiéndose al com-

La demanda de capacitación policial solicitada por México respecto a otros países de Centro América es significativa. Para el período 2009-2010 la Policía Nacional de Colombia ha capacitado 6.383 funcionarios de los Estados Unidos de México

COOPERACIÓN POLICIAL DE COLOMBIA Y MÉXICO

Policía Nacional de Colombia: modelo para policías de la regiónLa Policía Nacional de Colombia ha capacitado a funcionarios de varios países vecinos en inteligencia, contrainteligencia, comando de operaciones especiales, protección a personas, antisecuestro, antiextorsión, investigación criminal, entre otros.

Funcionarios extranjeros capacitados por la Policía Nacional en el período 2009-2010

PAÍS 2009 CAPACITADOS

2010 CAPACITADOS

México 4530 1085

Panamá 207 85

Honduras 90

Trinidad y Tobago 29

Haití 357

Total 5123 1260

promiso en la lucha contra el nar-cotráfico, la violencia y la crimi-nalidad que afectan la seguridad en Colombia y México.

El principal énfasis de coope-ración se orientó a combatir el narcotráfico, el desvío de precur-sores químicos, el contrabando, el lavado de dinero, el tráfico de armas y las distintas formas del crimen organizado, implemen-tando programas de intercambio de información y capacitación en especialidades policiales, apoyo operativo y gestión de crisis, don-de la Policía colombiana aporta su experiencia y doctrina propia construida a partir de modelos internacionales y adaptada para contrarrestar las diversas feno-menologías atípicas que se han nutrido del narcotráfico desde la década de los 80.

En este sentido, la Policía de Colombia ha contribuido con los organismos de seguridad me-diante el perfeccionamiento y formación policial, lo que apor-ta una ventaja competitiva soste-nible basada en el conocimiento orientado a los ámbitos de inte-ligencia, contrainteligencia, tele-

mática, operaciones especiales, protección a personas, antise-cuestro y antiextorsión, investi-gación criminal y comandos jun-gla, con los cuales se cubren los aspectos esenciales para hacerle frente a la delincuencia interna-cional.

Las capacitaciones se han ex-tendido a diversas instituciones de México en sus diferentes espe-cialidades de acuerdo a las nece-sidades de cada una, así:• Secretaría de Seguridad Públi-

ca (Policía Federal), formación en investigación criminal y de operaciones especiales jungla.

• Estado de Jalisco, en cursos de contrainteligencia.

• Agencia de seguridad (Estado de México), en cursos de ope-raciones especiales y protec-ción a personas.

• Procuraduría General de Jus-ticia (Estado de Yucatán), en cursos de antisecuestro y an-tiextorsión y operaciones es-peciales

• Procuraduría General de la República, en seminario de es-tupefacientes y lavado de acti-vos y extinción del derecho de dominio.

• Comandantes de la Policía Fede-ral de México, con un diplomado en gerencia del Servicio Policial.Los cursos han sido progra-

mados, desarrollados y evalua-dos por la Dirección Nacional de Escuelas de la Policía Nacional, enmarcado en un programa de capacitación que se ofrece a di-versos países de centro América, donde México ocupa el primer lugar de requerimientos de ca-pacitación, logrando que durante los años 2009 y 2010 participaran en los diversos cursos 6383 fun-cionarios mexicanos. Asimismo, en los centros de instrucción en Colombia se han capacitado 193 funcionarios mexicanos que han viajado a Colombia en busca de nuevas experiencias y conoci-mientos.

A partir de lo anterior, se puede concluir que la profesionalización

de la Policía de Colombia en mate-ria de lucha contra el crimen orga-nizado, ha logrado altos estándares de calidad que son reconocidos y requeridos por otras policías del mundo en la planificación y eje-cución de estrategias de seguridad, ante la amenaza de organizaciones delincuenciales con modelos simi-lares a los que se presentaban en otra época en Colombia.

Este posicionamiento y grado de profesionalización en la Poli-cía, se ha logrado gracias a una evolución dinámica en la estra-tegia integral de lucha contra los violentos, conforme los delin-cuentes avanzan en alianzas in-ternacionales y una multicrimi-nalidad compleja, se han creado los espacios de cooperación in-ternacional, como los existentes en materia de Policía Criminal Internacional con INTERPOL, de intercambio de información estratégica y operacional con EUROPOL y AMERIPOL prin-cipalmente, organizaciones de las que Colombia hace parte activa y propositiva en el desarrollo de di-versos proyectos contra la delin-cuencia.

El fin de la cooperación poli-cial se está viendo reflejado en los resultados operativos contra organizaciones delincuenciales internacionales, en la construc-ción de inteligencia estratégica para la formulación de políticas contra estos grupos y en el mejo-ramiento de los índices de segu-ridad, como contribución en la construcción de un mundo más seguro.

Las nuevas tendencias de se-guridad mundial han posibilitado la creación y fortalecimiento de bloques regionales, así como de mecanismos de cooperación que buscan una interacción armónica y de sostenibilidad de los países miembros en lo socioeconómico, político y cultural, para ofrecer respuestas oportunas a los reque-rimientos de la sociedad y preve-nir las manifestaciones del cri-men organizado transnacional.

Un claro ejemplo de estas in-tegraciones mundiales se refleja en Europa, donde existe un blo-que regional conformado por 27 estados, con modelos económi-cos, sociales y culturales estanda-rizados, que generan resultados positivos para el desarrollo de la región. Frente a lo anterior, la Unión Europea -UE-

Es así, como en 1999 se crea la Oficina Europea de Policía -EUROPOL-, una institución en-cargada de facilitar y promover la lucha contra la criminalidad, en coordinación con los Países Miembros (adscritos a la Unión Europea) y los Terceros Estados (aquellos que no hacen parte de la UE, pero poseen experiencia en la lucha contra el delito y se unen a EUROPOL).

Trabajo previoHacia el 2002 Colombia, ini-

ció la búsqueda del fomento de la seguridad nacional para con-trarrestar el accionar delictivo, a través de la firma del Acuerdo de Cooperación Estratégico orienta-do a la actualización tecnológica, capacitación y el intercambio de información.

Después de dos años de ges-tión, se firmó el 9 de febrero de 2004 el Acuerdo de Cooperación Estratégico entre EUROPOL y el Gobierno de Colombia, suscri-biendo plenos poderes a la Policía Nacional para su ejecución.

Una vez firmado dicho Acuer-do, los resultados en materia de intercambio de información, la experiencia exportable y el desa-rrollo de iniciativas contra el te-rrorismo y el narcotráfico gene-raron un importante impacto en materia de seguridad para Colom-bia y Europa, a partir de la conso-lidación de más de 3.000 produc-tos terminados de inteligencia de carácter estratégico, operacional y administrativo, así como respues-tas a más de 1.600 requerimien-tos, lo que posibilitó el comienzo para la suscripción de un nuevo Acuerdo, como una instancia de

• Informes de situación general• Resultados de análisis estratégicos• Investigación acerca de procedimientos de investigación criminal• Información relacionada con métodos de prevención del crimen• Participación en actividades de entrenamiento y capacitación• Suministro de asesoría y apoyo en investigaciones criminales

Expectativas del Acuerdo con EUROPOL

FIRMA DEL ACUERDO DE COOPERACIÓN OPERACIONAL Y ESTRATÉGICO CON EUROPOL

EUROPOL aliado estratégico de la Policía Nacional de Colombia

participación multilateral desde la óptica operacional.

Un largo caminoEn el 2004 EUROPOL invitó a

Colombia, Israel y la Federación de Rusia para que integraran esa oficina como Estados Terceros Miembros. Colombia inició su proceso mediante el envío de las primeras consultas de carácter le-gal relacionadas con el tratamien-to de la información y la legisla-ción existente, con la finalidad de proteger los datos personales y garantizar la observación de los Derechos Humanos, considera-dos elementos fundamentales dentro de los principios de nego-ciación con la UE. El envío de es-tas consultas estuvo acompañado por el desarrollo de reuniones bi-laterales en Colombia y Holanda.

Durante el proceso, la reserva parlamentaría se constituyó en una nueva etapa para la suscripción de la firma del Acuerdo, momentoen el que Francia manifestó la nece-sidad de remitir al Parlamento Francés, mediante procedimiento técnico, la propuesta del Acuerdo, actividad que fue posible gracias a la intervención del Embajador de Colombia ante el Reino de los Paí-ses Bajos, quien desarrolló las ges-tiones necesarias para restablecer la continuidad de la firma.

Las respuestas a las consul-tas fueron presentadas al Conse-jo de Administración y al Cuer-po Conjunto de Supervisión de EUROPOL, con el fin de desarro-llar el estudio, revisión y aproba-ción de los procedimientos lleva-dos a cabo en Colombia sobre la protección de la integridad y los derechos de las personas.

Tras seis años de gestión reali-zada por diez Oficiales de Enlace de la Policía Nacional de Colom-bia ante EUROPOL, con el apo-yo de la Embajada de Colombia ante el Reino de los Países Bajos y la Unidad Nacional de EURO-POL adscrita a la Dirección de In-teligencia Policial, en septiembre de 2009 fue expuesta y avalada la propuesta ante el Consejo de Mi-nistros de la Unión Europea.

FrutosEl 25 de junio de 2010 la UE

autorizó al señor Rob Wainwright, Director de EUROPOL para pro-tocolizar la firma del Acuerdo de Cooperación Operacional con Colombia. De esta manera, se consolidó como el primer país en Latinoamérica y el Caribe, y la ter-cera nación en el hemisferio, des-pués de Canadá y los Estados Uni-dos, en suscribir un acuerdo de estas características con la Unión Europea, a partir de EUROPOL.

El Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de De-fensa Nacional acompañaron permanentemente este importan-te proceso, para lo cual fue dele-gada la Policía Nacional como depositaria de este Acuerdo e Ins-titución del Estado responsable del intercambio de información y mantenimiento de los altos es-tándares de credibilidad, oportu-nidad, confidencialidad y reserva.

Desde entonces, el Acuerdo se ha constituido en una herramien-ta que permite construir nuevas instancias de cooperación en ma-teria de seguridad a la luz de la óp-tica estratégica y operacional, for-taleciendo la institucionalidad en Colombia y en la Unión Europea, a partir del respaldo político a ini-ciativas que prosperen contra las diferentes manifestaciones del cri-men organizado a nivel mundial.

El Acuerdo confirma el in-terés y la confianza de la Unión Europea en Colombia, como un país que lidera procesos trans-nacionales en materia de seguri-dad, garante del respeto por los Derechos Humanos y libertades personales, que incentiva la res-ponsabilidad compartida y re-frenda los intereses conjuntos hacia la búsqueda de la seguri-dad y la paz global.

La firma del Acuerdo de Cooperación Operacional y Estratégica entre la Oficina de Policía Europea -EUROPOL- y la Policía Nacional de Colombia se realizó el 20 de septiembre de 2010, con la participación del Presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón; el Director General de la Policía Nacional, Mayor General Oscar Adolfo Naranjo Trujillo; el Director de EUROPOL, Rob Wainwright; el Inspector General de la Policía Nacional, Mayor General Orlando Páez Barón, y el Asesor de la Oficina de Asuntos Legales de EUROPOL, Bart de Buck.

• Promoverá un nuevo aporte en materia estratégica y operacional contra el crimen regional, en especial el narcotráfico.

• Integrará el trabajo estratégico que venía realizando la Policía Nacional con las proyecciones que le puede aportar el Acuerdo en materia operacional con EUROPOL.

• Veintisiete países miembros de la UE y ocho terceros estados, se articularán operacionalmente con Colombia para el intercambio efectivo de datos en tiempo real.

• Fortalecerá el papel protagónico en materia de seguridad que viene desarrollando Colombia de manera transhemisférica en contra del crimen organizado y el delito transnacional.

• Fomentará la cooperación en materia de seguridad, en los campos estratégico y operacional con el fin de reducir las diferentes manifestaciones de crimen, especialmente para los casos de terrorismo y narcotráfico.

• Establecerá el espacio de respaldo político en materia de seguridad, orientado a promover la institucionalidad del Estado colombiano, ratificar el respeto de los Derechos Humanos, generar la responsabilidad compartida y refrendar el liderazgo de Colombia hacia la búsqueda de la seguridad global.

Alcances del Acuerdo con EUROPOL

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Todos los miembros de la Policía Nacional deben estar capacitados para asumir emergencias que involucren a menores de edad

Martha Ordóñez Vera Concejal de Bogotá

[email protected]

Desde la infancia sentimos ad-miración y respeto por la Policía. A casi todos los niños cuando se les pregunta: ¿Qué vas a ser cuan-do seas grande? Contestan: poli-cía. Las razones son muy senci-llas, encontrarnos con un policía en la calle, en un puente peatonal, cerca a los cajeros electrónicos, nos hace sentir a los adultos pro-tegidos, mucho más seguros, ¿se imaginan entonces lo que siente un niño o una niña cuando ve a un uniformado frente a su colegio ó en el parque?

Eso son ustedes señoras y se-ñores de la Policía para nosotros los ciudadanos. Sin importar la edad ni tantas otras cosas, cono-cemos su trabajo, sabemos que arriesgan su vida por protegernos y sabemos que ustedes, al igual que la mayoría de los niños, so-ñaron con portar el uniforme de tan noble Institución y gracias a Dios, a la vida y a su tenacidad, ¡lo lograron!

PIARevisando la historia de la Po-

licía Nacional encontramos que desde 1950 nació la Policía de Protección Juvenil, con la fun-ción de educar y recrear a los ni-ños y jóvenes. Dependencia que en 1978 se convirtió en una espe-cialidad dentro de la Institución, Policía de Menores. Actualmen-te y para hacer frente a los retos, peligros y las especiales necesi-dades que surgen en el campo de la protección de nuestra ni-ñez, la Ley de Infancia y Adoles-cencia le otorgó un papel prota-gónico a esta especialidad como garante de la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, en el marco del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, dándole el nombre de Policía de Infancia y Adolescencia (PIA).

Para hablar en términos jurídi-cos y no dejar duda sobre lo que significa esta responsabilidad, protección integral es el recono-cimiento de los niños como suje-tos de derechos, a quienes se les debe garantizar el cumplimiento de los mismos, la prevención de cualquier amenaza o violación a su integridad y el restablecimien-to inmediato en caso de cualquier vulneración.

La Policía de Infancia inter-viene en todo tipo de delitos en que las víctimas son menores de edad, como abuso sexual, explo-tación laboral y sexual, tráfico de niños, violencia intrafamiliar, entre otros, y a esto le sumamos actividades de prevención y las actuaciones en responsabilidad penal para menores infractores, ¡qué reto tan grande tienen para proteger a nuestros niños y niñas!

OPINIÓN

Todos los niños sueñan con ser policías

Inquietud Cuando llegué al Concejo de

Bogotá tenía poca información de la Policía de Infancia y Adoles-cencia, al investigar sobre sus fun-ciones y sobre la cantidad de po-liciales dedicados especialmente a la protección de nuestros ni-ños y niñas, empecé a preocupar-me por saber en qué condiciones trabajaban en la Capital del país, dónde hay que estar pendientes de cerca de 2 millones 300 mil ni-ños, niñas y adolescentes, que tie-nen que enfrentar a diario toda la problemática de una ciudad tan grande, tan diversa y caótica, en donde los más débiles son los más expuestos, los más desprotegidos, los más vulnerados y eso ustedes mejor que nadie lo saben y lo vi-ven día a día, hora a hora, minuto a minuto.

Reconozco que el esfuerzo que ha realizado la Institución en los últimos años ha sido grande, que ahora tenemos muchos más po-licías de Infancia y Adolescencia que hace tres años, que ahora tie-nen más herramientas para hacer bien su trabajo, pero mi inquie-tud sigue “latente”, por eso busco incansablemente estar en comu-nicación con el Comandante de la Metropolitana de Bogotá.

Capacitación especialEn días recientes, por ejem-

plo, tuve la oportunidad de tratar nuevamente el tema con el nuevo

comandante de la Policía Metro-politana de Bogotá, el Señor Bri-gadier General Francisco Patiño Fonseca y con la actual Coman-dante de Infancia y Adolescen-cia, la Capitán Rocío Melo. A los dos les compartí un episodio que me sorprendió: hace poco tuve oportunidad de presenciar como dos patrulleros aprehendían a un niño de unos diez años que aca-baba de hurtar una cartera. Apar-te de lo doloroso que es ver a un niño en esta situación, muy segu-ramente manipulado por adultos, me preocupó que los dos patru-lleros estaban muy nerviosos por-que no tenían claro qué hacer o cómo proceder en esta situación, con mucho temor sobre cómo tratar al niño para no cometer errores.

Este tipo de situaciones son muy frecuentes, razón por la que se necesita que todos los miem-bros de la Institución estén ca-pacitados para asumir emergen-cias que involucren a menores de edad. No obstante vale la pena resaltar que el Comandante de la Metropolitana de Bogotá me ma-nifestó que están haciendo gran-des esfuerzos para preparar a to-dos los policías de la ciudad para que puedan asumir este tipo de casos. Aplaudo este esfuerzo y me sumo a esta iniciativa llevando la propuesta de capacitación para todos los efectivos de la Policía al Concejo de Bogotá.

María Teresa Forero de SaadeDirectora Ejecutiva de la federación

Nacional de Departamentos

Cuando se conoce que el Se-ñor Director de la Policía Nacio-nal, Mayor General Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, fue designado el “Mejor Policía del Mundo”, por la Asociación Internacional de Jefes de Policía (IACP), es tiempo pro-picio para exaltar una labor que nos enorgullece a todos los co-lombianos.

Es razonable deducir que si su Director es un oficial ejemplar, así es igualmente la Institución que dirige, resultado de su infa-tigable labor de capacitación, en-trenamiento, innovación perma-nente, adecuación para servir a la comunidad, acorde con los cons-tantes cambios de necesidades, ajustando también las soluciones de acuerdo con ello.

No se arredra el General Na-ranjo ante las más difíciles situa-ciones, más bien las constituye en retos que lo llevan a enfrentar a los enemigos de la Patria. Inclu-so cuando, por fortuna en escasas oportunidades, hombres o mu-jeres de la Institución pierden el horizonte. Es entonces cuando él depura, excluye, no esconde errores, al tiempo que sin temor anuncia drásticas medidas.

Policía de mostrarMe es grato igualmente dar

testimonio de como todos los Departamentos de Colombia le solicitan al Señor Presidente de la República que les aumente el nú-mero de policías, para hacer pre-sencia en cada rincón de la Patria, puesto que consideran que la Ins-titución es confiable, eficiente, va-lerosa y por tanto, necesaria.

Así lo reconocen otros países del mundo, que envían sus acti-vos para ser entrenados en Co-lombia, cosa que sólo es posible porque somos paradigma que to-dos quieren alcanzar.

Propósito comúnSe empeñan cada vez más los

Gobernadores en complementar el esfuerzo hecho por la Nación y por la propia Policía Nacional de Colombia y se allegan recur-sos propios para poder alcanzar la meta de lograr la “Seguridad Ciudadana: una Política Nacio-nal para la Prosperidad Demo-crática”. Propósito en el cual las autoridades de los entes territo-riales intermedios y locales deben sumarse todos a una, con el fin de lograr la confianza de la inte-gridad personal, necesidad senti-da en las calles de cada recóndito lugar, de la misma manera que se logró la confianza en el tránsito por las carreteras del país.

OPINIÓN

Felicitaciones y agradecimiento al “Mejor Policía del Mundo”

Es razonable deducir que si el Director General de la Policía Nacional de Colombia es un oficial ejemplar, así es igualmente la Institución que dirige

No se arredra el General Naranjo ante las más difíciles situaciones, más bien las constituye en retos que lo llevan a enfrentar a los enemigos de la Patria

Vemos entonces a los miem-bros de la Policía, hombres y mujeres, abriendo espacios para atender poblaciones en riesgo, vigilando el bienestar de niños, tratando de comprender a los adolescentes y de encontrar ac-tividades físicas para ocupar el tiempo libre, de los jóvenes, es-tudiantes o no, empleados o des-empleados, además de ofrecer su vida de manera espontánea en la lucha contra el delito y el terroris-mo de los grupos ilegales alzados en armas y del narcotráfico.

FelicitacionesNo puedo concluir sin contar-

les a los lectores la imagen perso-nal que intuyo desde mi profesión médica, que me permite adivinar en el General Naranjo, un ser hu-mano íntegro, ocupado en mejo-rar las condiciones humanas de sus hombres y mujeres, atento a

evitarles el desánimo y las crisis depresivas propias de quienes en constante actividad se saben ex-puestos al peligro, arrebatando oportunidades a la muerte y de-seando para cada quien un porve-nir exitoso y una carrera próspera, hasta la cumbre que él ha alcan-zado sin dejar de ser miembro de familia ejemplar y profesional del servicio público sin tacha.

Sea entonces oportuno decir fe-licitaciones Señor General por ser el mejor del mundo y por la Ins-titución que todos desean imitar.

Salud HernándezColumnista invitada

Fue bueno que se quedara el general Óscar Naranjo en la Po-licía Nacional. Ningún otro ofi-cial tiene hoy día su liderazgo, en una institución que requie-re una reforma en profundidad así como seguir conquistando credibilidad y confianza entre la ciudadanía.

La policía no puede seguir siendo un cuerpo que parece te-ner como prioridad combatir a la guerrilla, con unos altos man-dos que aparecen en Bogotá ves-tidos de monte, como si a los de-lincuentes se les atrapara en las selvas. Tal vez sea por la influen-cia de las películas, pero uno querría ver menos camuflados y más investigadores de gabardi-na. La inseguridad se trasladó de las carreteras y los pueblos ale-jados a las ciudades y para per-seguirla, hace falta un revolcón dentro de la Institución, además de incrementar el pie de fuerza. Lo que pasa es que un país que ya cuenta con casi medio millón de efectivos entre militares y po-licías, resulta preocupante in-crementar una cifra tan elevada. Quizá la solución sería ir restan-do soldados y sumando agentes, aunque no creo que el Presiden-te actual pueda hacerlo todavía. Salvo que acaben con Alfonso Cano y de verdad parezca que las Farc están en caída libre, no creo que mueva ficha. Por tan-to, tendrá que ser imaginativo el general Naranjo para hacer el triple con muy poco más, a fin de tranquilizar a una ciudadanía que siente que los atracadores le echan el aliento en la nuca.

Como no soy experta, no me atreveré a dar consejos sobre la

Las sociedades deben someter a sus cuerpos de seguridad a un análisis más serio. No es lo mismo encontrar un trabajo de secretaria que de mujer policía. Para jugarse la vida recuperando una cartera, para perseguir criminales que le pueden tapar a uno de plata si les deja libre, para trabajar horas y horas sin descanso en estaciones deficientes y lugares peligrosos, es imprescindible algo más que la legítima necesidad de ganar un salario

No es un trabajo cualquiera

Para ser policía hace falta vocación

forma de mejorar la Policía, sólo a insistir en que tenemos un problema y que la solución hay que encontrarla pronto, porque los citadinos no tienen la mis-ma capacidad de aguante que los labriegos y, además, sus vo-ces sí las escuchan los políticos y los medios de comunicación.Pero también en las zonas rura-les el cambio es imprescindible. La policía estacionada en pue-blos remotos tiene que cambiar el chip y pensar en que su prio-ridad, más que buscar cabecillas subversivos, es encontrar niñas

Cuando escribo estas líneas me encuentro en Quito, cubrien-do lo que no sé si fue una inten-tona golpista –que no lo creo- o una sublevación que se salió de las manos y que alcanzó unos niveles absurdos de violencia. Lo más aterrador, desde mi pun-to de vista, fue ver unos agentes cometiendo los desmanes y deli-tos que normalmente combaten, irrespetando a un Jefe de Estado y pegando a transeúntes con la excusa de protestar por un a ley que les afecta. Difícil recuperar la confianza de una ciudadanía que ve transformarse al doctor Jeckyl en mister Hyde por re-cortes de beneficios laborales. Quizá, después de todo, nos ol-videmos que los agentes son se-res humanos y les exijamos de-masiado. Pero si quienes aspiran a vestir un uniforme quieren ver en la institución solo una salida laboral y no tienen ni vocación ni mística, caerán en los mismos errores que los agentes ecuato-rianos, que se metieron en una espiral de violencia descontrola-da que no tenía ni justificación ni lógica.

Las sociedades deben some-ter a sus cuerpos de seguridad a un análisis más serio. No es lo mismo encontrar un trabajo de secretaria que de mujer po-licía. Para jugarse la vida recu-perando una cartera, para per-seguir criminales que le pueden tapar a uno de plata si les deja libre, para trabajar horas y ho-ras sin descanso en estaciones deficientes y lugares peligrosos, es imprescindible algo más que la legítima necesidad de ganar un salario. Igual que médicos o maestros, son profesiones o vo-caciones diferentes al resto aun-que, por desgracia, no siempre lo parezca.

perdidas, atrapar ladrones de poca monta y maridos salvajes. Tendrían que encontrar la fór-mula mágica de premiar las co-sas pequeñas, para motivar a los uniformados y que se ocupen de ellas.

No puede ser que una escu-che por esos lugares a sus habi-tantes añorar los tiempos de las limpiezas sociales.

La inseguridad se trasladó de las carreteras y los pueblos alejados, a las ciudades, y para perseguirla, hace falta un revolcón dentro de la Policía, además de incrementar el pie de fuerza.

En la actualidad, la Ley de Infancia y Adolescencia le otorgó un papel protagónico como garante de la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, en el marco del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, dándole el nombre de Policía de Infancia y Adolescencia (PIA).

Un poco de historia

de la PIA

En 1950 nació la Policía de Protección Juvenil, con la función de educar y recrear a los niños y jóvenes.

En1978 se convirtió en una especialidad dentro de la Institución, Policía de Menores.

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Oficina de Comunicaciones Estratégicas

Manejo del correo electrónico

Los servicios actuales de Internet facilitan la creación de un sinnúmero de cuentas en servidores gratuitos, entre los más populares gmail, hotmail y yahoo, en los que lo más im-portante es garantizar la confidencialidad y privacidad de las comunicaciones.

Es necesario diferenciar el uso al cual será destinada la cuenta de correo, aquellos que se creen o se administren con fines laborales

deben ser compartidos con personas o con cuentas de correo del entorno laboral y así mismo aquellos de índole familiar, con perso-nas cercanas al círculo de familia, amigos, etc.

Lo anterior ayuda a identificar contactos, redes de amigos seguras y tener la posibili-dad de filtrar los correos que estamos intere-sados en abrir. El uso indiscriminado del co-rreo electrónico conlleva a que riesgos como el spam y los programas espías infecten las máquinas y se incrementen las ventanas de exposición al fraude, al robo de información, a la suplantación de identidad, entre otras amenazas que a diario comprometen la se-guridad informática.

En caso de ser víctima de alguna agresión a través de las redes sociales, usted puede contactar al Grupo de Investigaciones Tecnológicas de la DIJIN, a través del portal institucional www.policia.gov.co enlace atención al ciudadano o en la cuenta de correo [email protected] y en los teléfonos 4266301 y 02.

Recomendaciones de seguridad informáticaCon el avance de las tecnologías muchas amenazas y riesgos han hecho transición al espacio virtual. A continuación se detallan los aspectos más importantes para adoptar mejores prácticas de seguridad

Principales riesgos:

• Spam: es el correo electrónico no solicitado o no deseado, que se envía a múltiples usuarios con el propósito de hacer promociones comerciales o proponer ideas. Generalmente, suele ser publicidad, ofertas o enlaces directos a una página Web. Son enviados a cientos de miles de destinatarios cada vez y en muchas oportunidades traen consigo virus, troyanos, gusanos, etc.

• Virus: pueden dañar o eliminar archivos o incluso borrar todo el disco duro. Si el software de protección contra virus no está actualizado, ofrece una protección muy débil contra nuevos virus.

• Spyware: son programas espía que se instalan en un ordenador sin el conocimiento del usuario, para recopilar información del mismo o de su ordenador, enviándola posteriormente al que controla dicha aplicación.

• Existen dos categorías de spyware: el de vigilancia y el publicitario. El primero se encarga de monitorear todo el sistema mediante el uso de transcriptores de teclado, captura de pantallas y troyanos. El segundo, también llamado “Adware”, se instala de forma conjunta con otra aplicación o mediante controles ActiveX, para recoger información privada y mostrar anuncios.

Uso de contraseñas seguras

• Diariamente hay miles de intentos para conseguir entrar en cuentas de correo, dominios, comunidades, entre otros. Estos intentos, en su gran mayoría, se producen probando combinaciones de usuarios y claves mediante el método de brute force (fuerza bruta). Los siguientes son consejos prácticos que permiten crear una contraseña más segura.

• Utilice como mínimo 6 caracteres o dígitos, en especial combinaciones alfanuméricas. Ej.: elj87yht62f.

• Nunca use palabras que estén en el diccionario, sin importar el idioma o lo difícil que estas palabras puedan parecer.

• Evite emplear como contraseña el mismo nombre de la cuenta.

• Nunca utilice datos e información personal como nombres y apellidos, fechas especiales, documentos de identidad, suelen ser fácilmente descifrables.

• Si es necesario anotar sus contraseñas, no las deje en un lugar visible, almacénelas bajo llave.

• Cambie periódicamente sus claves. Es recomendable como mínimo cada treinta días.

• Evite las claves cortas. Cada letra que se añada, cada símbolo, cada cambio de mayúscula a minúscula, encamina un enorme aumento de seguridad.

• Si usa un administrador de correo (Ej.: Outlook, Lotus) vacíe la papelera si borra ficheros o archivos adjuntos con claves, ya que la seguridad de este gestor será lo único que necesitarán pasar para entrar a sus cuentas.

Redes sociales

Este fenómeno brinda a los usuarios de Internet la posibilidad de interactuar con un sin número de personas con quienes comparten gustos, aficiones, credos, intereses, reencontrarse con viejos amigos e incluso crear grupos afines a ideologías, pensamientos, juegos, además de compartir fotografías, videos, comentarios, entre muchas otras aplicaciones.

El auge de estos servicios virtuales y la masificación de accesos con la consecuente creación de usuarios, así como el creciente número de quejas y denuncias por abusos en la red, conlleva a la adopción de normas mínimas de seguridad que se deben tener en cuenta en el momento de hacer parte de ellas o de orientar a nuestros hijos cuando participan en sitios como Facebook, Myspace, Hi5, Sonico, Orkut, entre otros.

• Cyberbulling: en ella confluyen los abusos verbales mediante el uso de medios electrónicos, principalmente manifestaciones de odio, burlas, fotomontajes, ciberacosos, que también pueden incluir amenazas (algunas de connotación sexual y peyorativas), trayendo consigo destrucción moral, daños psicológicos irreversibles y deserción escolar.

• Grooming: hace referencia al engaño por parte de un delincuente adulto quien simula a través de medios electrónicos ser un menor de edad niño o niña con el ánimo de contactar con fines de agresión o abuso sexual a menores utilizando las redes sociales y haciéndoles creer una nueva amistad.

• Suplantación personal: creación de perfiles falsos en las redes sociales y cuentas de correo con los datos personales de las víctimas, con el fin de atentar contra la integridad moral, la intimidad, el buen nombre o el honor, llegando incluso a presentarse otros delitos como la injuria cuando se habla mal de una persona por Internet, mediante imputaciones deshonrosas que no son delito, como por ejemplo decir que es prostituta, homosexual, etc. O la calumnia, que consiste en hablar mal de una persona, mediante la imputación falsa de haber cometido un delito.

CAI virtual

Modalidades de abuso

Recomendaciones de seguridad• Al ingresar o hacer uso de los servicios web de las

redes sociales, lea las instrucciones, condiciones de uso y privacidad de las aplicaciones a utilizar.

• Cuando configure el perfil de usuario, asegúrese de hacer uso de contraseñas robustas para acceder a la cuenta de correo predeterminada.

• No utilice datos propios de su perfil para la configuración de la contraseña, podría ser vulnerada fácilmente. Internet permite el anonimato, por ello no toda información que allí se encuentra debe tomarse

por cierta o verdadera.

• Al subir fotografías y videos de carácter personal, es importante restringir el acceso a nuestros contactos o a quienes nos interese que las vean.

• Uno elige quien le puede contactar en las redes sociales. Sólo se debe admitir a personas conocidas o restringir el acceso a la información personal.

Ante la realidad de las socie-dades contemporáneas, que vi-ven inmersas en múltiples formas de desequilibrio social, político y económico, que producen cri-minalidad, corrupción y todo tipo de conflictos, es preciso que los valores que sostienen las ins-tituciones, no se pierdan. Por lo tanto, es necesario buscar meca-nismos para evaluar y asegurar transparencia, verdad e idonei-dad de quienes protegen estos mismos baluartes.

Esta tarea de develar la verdad, no sólo en forma reactiva o per-suasiva, sino también preventiva, cuenta con una gran técnica de reconocimiento: la poligrafía.

Qué esEn resumen, la poligrafía es

la ciencia que estudia las reac-ciones humanas para determinar si se dice la verdad. Se efectúa a través del polígrafo, instrumen-to técnico-científico que registra en tiempo real los cambios fisio-lógicos de una persona y mide la discordancia de los pensamien-tos con las emociones provocadas ante un tema específico. Registra la presión arterial, el ritmo car-díaco, los ciclos respiratorios y la respuesta galvánica de la piel.

La discordancia del contenido de emisión de datos y su correla-ción con pensamientos alternos en su evocación emotiva, provo-can la variación de las constantes orgánicas. Las medidas de estas disparidades, son valoradas en cada prueba.

En ColombiaEn 1998 (cuando el país en-

frentaba a los principales carteles del narcotráfico), la Policía Na-cional comprendió la importan-cia de esta herramienta y decidió capacitar con agentes especiales de los Estados Unidos a tres ofi-ciales de la Policía Nacional, para que luego implementaran una unidad especializada en la confia-bilidad de los hombres y mujeres

El ejercicio de develar la verdad tiene su origen en las estrategias que utilizaban filósofos y pensadores como Platón, Aristóteles, San Agustín, Kant, Maquiavelo y Santo Tomás de Aquino, quienes hicieron aportes sobre cómo

detectar el engaño de las personas. Luego, científicos e investigadores como Lombroso, Krapol y Raskin encontraron respuestas fisiológicas involuntarias de las personas cuando mienten. Después, en 1930, Leonard

Keeler, un oficial del Departamento de Policía de Chicago, en Estados Unidos, implementó un equipo análogo capaz de registrar todas las variables para interpretar los movimientos corporales durante un examen poligráfico.

SE CONFORMÓ LA COMUNIDAD INTERNACIONAL DE POLICÍAS POLIGRAFISTAS

Poligrafía, una herramienta para la credibilidad y confianza institucional

que trabajaban para la Dirección de Inteligencia Policial.

En una década de experiencia en el proceso, la poligrafía insti-tucional ha fortalecido varios ob-jetivos primarios que se trazaron desde su concepción: primero, blindar la Institución como una forma de ayudar a contrarres-tar la capacidad permeadora de grupos ilegales y, segundo, gene-rar altos niveles de credibilidad y confianza que sean palpables para los ciudadanos.

Utilidad Aunque la poligrafía comen-

zó en la Policía Nacional con el objetivo de determinar la confia-bilidad de los funcionarios que tienen cargos de responsabilidad en cuanto a la administración de

información reservada y relacio-nada con asuntos de seguridad y administración de presupuestos; posteriormente se empezó a apli-car también a personas cuyo tra-bajo exige la mayor seguridad por la información que manejan y que es parte de la seguridad de la co-munidad o de los mismos hom-bres y mujeres de la Institución.

Por ejemplo, la poligrafía es un modo de recolectar informa-ción de posibles fugas de infor-mación o de intereses mezquinos que afectan la integridad de la Po-licía Nacional. De igual manera, es una herramienta preventiva y reflexiva, pues es una invitación a que cada miembro de la Institu-ción que presenta la prueba, auto diagnostique su rol, la construc-ción de sus valores y su mismo

El pasado mes de agosto se celebró el Congreso Internacional de Policías Poligrafistas, evento que contó con la presencia del Ministro de la Defensa Nacional, Doctor Rodrigo Rivera Salazar, en compañía del Di-rector General de la Policía Nacional, Mayor General Óscar Naranjo, y la participación de 130 funcionarios de la Policía Nacional, las Fuerzas Militares, el Departamento Administrativo de Seguridad y delegaciones internacio-

nales de 24 países.

Además de avances y experiencias a través de tipología de casos, en el Congreso se dejó ver la relevancia de la Poligrafía en el mundo, sobre todo, en la lucha contra todo tipo de delito o violencia transnacional.

Por parte de Colombia, una de las ponencias de mayor impacto fue presentada por el Jefe de la Unidad de Credibilidad y Confianza de la Policía

Nacional. El Capitán Julián González explicó la importancia de haber imple-mentado un protocolo de control de calidad a los exámenes que efectúan sus poligrafistas en todo el país.

El oficial fue concluyente al manifestar que, por encima del valor del examen, está garantizar los derechos humanos y la dignidad de las personas que deben someterse a esta valoración técnica-científica, que sólo se alcanza cuando se revisa el

desempeño de cada operario, tenien-do en cuenta que la objetividad de un examen es la garantía de un resultado de confiabilidad sobre los miembros de la Institución.

La propuesta de mayor relevancia acogida por los asistentes, fue la con-formación de una Comunidad Inter-nacional de Policías Poligrafistas. Su objetivo será intercambiar información sobre aspectos procedimentales, des-plegar protocolos para la unificación

de técnicas y fortalecer los criterios en los métodos de recolección de información que contribuyan en el desarrollo de operaciones policiales contra las grandes amenazas a la seguridad como el narcotráfico y el terrorismo.

La Policía Nacional indicó su dis-ponibilidad para asumir la Secretaría Ejecutiva de esta Comunidad. Su res-ponsabilidad inmediata será diseñar el plan que concreta el proyecto.

comportamiento y tome las deci-siones para trasformar sus accio-nes y destacarse por ser un líder de valores supremos.

El polígrafo es un apoyo tec-nológico en la restauración de la confianza y el acertado direccio-namiento sobre el talento huma-no. Por otra parte, por la amplitud de sus aplicaciones, se emplea para que grupos especializados com-batan el crimen organizado para descartar fuentes humanas que re-gularmente se acercan a ofrecer in-formación estratégica y operacio-nal a los organismos de seguridad.

De igual manera, esta activi-dad es necesaria para detectar traficantes de información, que se dedican a visitar tantas agen-cias de inteligencia y sus diferen-tes unidades como les sea posible

para brindar información. Tam-bién sirve para identificar fuentes dobles, que intentan desinformar a los funcionarios con el ánimo de desviar la orientación de los pro-cesos de inteligencia y cuando es-tás fuentes entregan información pero con un interés criminal para filtrar organismos de inteligencia y conocer funcionarios que ade-lantan las pesquisas en contra de narcotraficantes o terroristas y luego, intentar permearlos o pla-near estrategias para atentar con-tra sus vidas.

El polígrafo permite confirmar las intenciones y motivaciones de una fuente de información, lo que contribuye a garantizar el de-sarrollo de operaciones de inteli-gencia tanto como la protección de quienes las coordinan.

I Congreso Internacional de Policías Poligrafistas

Un poco de historia

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