Llei de llengües 4 - La Comarca

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L as vacaciones me han deja- do medio sorda, una ines- perada consecuencia de los cambios de presión. Ahora, las palabras retumban afiladas en mi cabeza. He descubierto el abuso de las frases vacías y tam- bién de nuevos sintagmas que invaden mi mente. Cada vez hay palabras que se están convirtien- do en impronunciables. Tabús que se transforman en eufemi- sos, como si pudiesen neutrali- zar la realidad que se quiere si- lenciar. Abrir un periódico signi- fica descubrir decenas de mie- dos editoriales, políticos, econó- micos... Véase ‘regulación de empleo’ por despidos, ‘residuos sólidos urbanos’ por basura, ‘de- saceleración’ en lugar de crisis, ‘aportación puntual de agua’ y no trasvase o ‘sensibilidades di- vergentes’ en vez de enfrenta- miento o división. Hay quienes argumentan el uso del eufemis- mo como defensa del buen estilo periodístico. Pero, ¿y si nos refe- rimos a la política? “Las máqui- nas empezarán a trabajar esta le- gislatura” quiere decir que el ini- cio de las obras de la A-68 podría retrasarse más de tres años; “se están estudiando posibles traza- dos” es equivalente a afirmar “no sabemos exactamente en qué punto están trabajando los técnicos ni en manos de quién se encuentra el proyecto”. Más complicado es descifrar esto: “Ha habido problemas adminis- trativos considerados dentro de la normalidad, aunque la autovía sigue siendo la prioridad para Teruel”. Indescifrable. No me extraña la confusión que deben soportar los que nos visiten, como nuestro becario andaluz, que se queda bizco al escuchar que en Aragón se ha- blan tres lenguas, en sus diferen- tes variedades dialectales. Él, que camina tan feliz por el Mata- rraña, no comprende porqué la normativización de la lengua es polémica, cuando la realidad lingüística le ha parecido muy pacífica. Ya no me he atrevido a explicarle la vieja teoría del PP sobre el catalanismo expansio- nista del PP y su argumento acerca de las “modalidades lingüísticas”, con esta demago- gia de que “tan aragonés” es el maellano, como el fragatino o el patués. Aún sigue siendo difícil para muchos de la Franja afirmar que hablan catalán, como si esta pa- labra estuviese cargada de iras y venenos. Reconocen que se en- tienden con los pueblos de la Comunidad vecina, con la len- gua que les enseñaron sus abue- los. El lenguaje no se inventa, se hereda, y no se creó precisamen- te para ocultar el pensamiento. Desgraciadamente al final, la sa- lida a este bosque semántico se ha convertido en una mera cues- tión política. Sexto sentido | Eva Defior Eufemismos 6 VIERNES, 25 DE JULIO DE 2008 I LaCOMARCA OPINIÓN L os debates públicos sobre el catalán y el aragonés han toma- do relevancia duran- te los últimos días. Todos ellos se han focalizado en la oficialidad y el nombre de las lenguas. Pero ninguno ha tomado en serio al pacien- te, que son los hablantes y sus lenguas. Existen estudios rea- lizados por el Gobierno de Aragón al respecto. Pero han sido muy poco publicitados y escasamente analizados. Con ello, en general se tiene insufi- ciente conocimiento de la si- tuación de las lenguas y sus hablantes. La Franja es sin duda el te- rritorio de lengua catalana con el más alto porcentaje de co- nocimiento de la lengua. Nada menos que el 88.8% de la po- blación adulta declara poderla hablar. Evidentemente, se trata de una cifra ligada al relativo aislamiento del territorio res- pecto las oleadas migratorias de los años 60 y 70. Única- mente Fraga y el Bajo Cinca recibieron importantes con- tingentes de inmigración. Así, hasta hace algunas décadas, la mayor parte del territorio a ni- vel local se ha mantenido vir- gen al contacto lingüístico, y el número de castellanoha- blantes era muy bajo y focali- zado. Además, el catalán ha conservado su capital cultural como eje de integración a la cultura local. Hasta tal punto que aún actualmente se obser- van casos de hablantes de otras lenguas que han adopta- do el catalán para la interco- municación habitual. Ahora bien, aunque el terri- torio ocupe la primera posi- ción en conocimientos orales, el sistema educativo aragonés se ha despreocupado por su alfabetización. Eso ha propi- ciado que el territorio ocupe las últimas posiciones en co- nocimiento escrito. No más de un tercio de los que hablan la lengua saben expresarse por escrito en la misma. Y la situa- ción es grave hasta el punto que incluso en territorios con muy baja competencia oral, como el País Valenciano (57,6 % en la zona valencianoha- blante), los porcentajes de co- nocimiento escrito son simila- res a los de la Franja (32,5 %). Ta m b i é n en los usos lingüísticos se hacen eviden- tes las limitaciones del ca- talán. Pero no así en el caso del castellano. La mayoría de la población es de primera lengua catalana y la utiliza en gran parte de su actividad más comunitaria, junto al castella- no en algunas de las activida- des más institucionales. Este grupo tradicional, más enveje- cido, y con niveles de estudios bajos, sobretodo se concen- tran en el Matarraña, la Litera y la Ribagorza. Además, en el Bajo Cinca se concentra un grupo más joven que incorpo- ra el castellano en sus relacio- nes sociales próximas, como por ejemplo con los amigos. Aún así, fuera de este núcleo central de población, destacan dos grupos más: unos que uti- liza en mayor medida el ca- talán y otros que utilizan úni- camente el castellano. Los pri- meros (12%) hacen un uso del catalán bastante más extenso de lo habitual, pero no llegan a utilizarlo en todos los campos. La oportunidad de hacerlo no Tribuna | Natxo Sorolla* La precariedad sociolingüística del catalán y el aragonés existe. Por el contrario, un grupo aún más nutrido, un 20 % de la población, utiliza el castellano en todos los cam- pos. Hasta tal punto que no utilizan nunca el catalán. A pe- sar de esta situación de desi- gualdad, el núcleo principal de cualquier lengua es su trans- misión intergeneracional. Y en el caso del catalán parece que se mantiene: el 70,4 % de la población habla catalán con sus padres, y el 71,7 % lo sigue hablando con sus hijos. Los datos son optimistas para la población adulta, pues. Pero en las últimas investiga- ciones que hemos llevado a cabo en centros escolares del Bajo Cinca y la Litera, los re- sultados indican que en algu- nas zonas se ha disparado la chispa de la sustitución lingüística. Entre los alumnos de último curso de primaria hemos detectado una reduc- ción muy abrupta de la pre- sencia del catalán como len- gua inicial. El catalán no sólo ha dejado de ser la lengua pre- ferente, sino que su posición ha sido relegada a segundo lu- gar. Sólo el 28,5 % de los alum- nos de último curso habla ca- talán con sus dos progenito- res. Y la mayor parte habla o bien castellano, o bien caste- llano y catalán por igual. Además, el contexto socio- lingüístico se hace más com- plejo ante la presencia de un contingente de alumnos que con sus padres hablan otras lenguas (14,9 %). En definitiva, todo ello llega a reflejarse en un contexto de completa mi- norización: si bien un tercio habla el catalán con sus dos progenitores, tan sólo una dé- cima parte habla más catalán que castellano con sus com- pañeros. La situación de la lengua aragonesa es aún peor. Poco más del 10% de la población del Altoaragón la habla con al- guno de sus progenitores. Pero los que la siguen hablando de manera predominante con sus hijos sólo son el 4,7 %. Esa paulatina desaragonesización de las familias no ha sido úni- camente un proceso urbano, focalizado en Huesca y las ciu- dades medias. También en los municipios pequeños los que hablan en aragonés con uno o los dos progenitores llegan al 16 %. Y los que la hablan pre- dominantemente con sus hijos no superan el 10 %. Las perdi- das de efectivos en una gene- ración para el aragonés son de entre un tercio y la mitad de los hablantes. Con todo ello, en los mismos estudios hemos detectado unos efectos muy positivos de la educación en catalán. En Fraga se realizan proyectos bilingües en los que los alumnos imparten no más de una o dos asignaturas en catalán. Pero este pequeño gesto ha producido que la ma- yor parte de los alumnos que anteriormente hablaban en castellano entre sí, redescu- bran que su compañero es ca- talanohablante. Así, recuperan la lengua familiar para hablarla con sus compañeros. Un gesto educativo tan simple es capaz de detener la inminente susti- tución lingüística. La Admi- nistración debería adecuar sus políticas a la situación de las lenguas y sus hablantes. *Sociólogo

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Las vacaciones me han deja-do medio sorda, una ines-perada consecuencia de

los cambios de presión. Ahora,las palabras retumban afiladasen mi cabeza. He descubierto elabuso de las frases vacías y tam-bién de nuevos sintagmas queinvaden mi mente. Cada vez haypalabras que se están convirtien-do en impronunciables. Tabúsque se transforman en eufemi-sos, como si pudiesen neutrali-zar la realidad que se quiere si-lenciar. Abrir un periódico signi-fica descubrir decenas de mie-dos editoriales, políticos, econó-micos... Véase ‘regulación deempleo’ por despidos, ‘residuossólidos urbanos’ por basura, ‘de-saceleración’ en lugar de crisis,‘aportación puntual de agua’ yno trasvase o ‘sensibilidades di-vergentes’ en vez de enfrenta-miento o división. Hay quienesargumentan el uso del eufemis-mo como defensa del buen estiloperiodístico. Pero, ¿y si nos refe-rimos a la política? “Las máqui-nas empezarán a trabajar esta le-gislatura” quiere decir que el ini-cio de las obras de la A-68 podríaretrasarse más de tres años; “seestán estudiando posibles traza-dos” es equivalente a afirmar“no sabemos exactamente enqué punto están trabajando lostécnicos ni en manos de quién seencuentra el proyecto”. Máscomplicado es descifrar esto:“Ha habido problemas adminis-trativos considerados dentro dela normalidad, aunque la autovíasigue siendo la prioridad paraTeruel”. Indescifrable.

No me extraña la confusiónque deben soportar los que nosvisiten, como nuestro becarioandaluz, que se queda bizco alescuchar que en Aragón se ha-blan tres lenguas, en sus diferen-tes variedades dialectales. Él,que camina tan feliz por el Mata-rraña, no comprende porqué lanormativización de la lengua espolémica, cuando la realidadlingüística le ha parecido muypacífica. Ya no me he atrevido aexplicarle la vieja teoría del PPsobre el catalanismo expansio-nista del PP y su argumentoacerca de las “modalidadeslingüísticas”, con esta demago-gia de que “tan aragonés” es elmaellano, como el fragatino o elpatués.

Aún sigue siendo difícil paramuchos de la Franja afirmar quehablan catalán, como si esta pa-labra estuviese cargada de iras yvenenos. Reconocen que se en-tienden con los pueblos de laComunidad vecina, con la len-gua que les enseñaron sus abue-los. El lenguaje no se inventa, sehereda, y no se creó precisamen-te para ocultar el pensamiento.Desgraciadamente al final, la sa-lida a este bosque semántico seha convertido en una mera cues-tión política.

Sexto sentido | Eva Defior

Eufemismos

66 VIERNES, 25 DE JULIO DE 2008 I LaCOMARCA

OPINIÓN

Los debates públicossobre el catalán y elaragonés han toma-do relevancia duran-te los últimos días.

Todos ellos se han focalizadoen la oficialidad y el nombrede las lenguas. Pero ningunoha tomado en serio al pacien-te, que son los hablantes y suslenguas. Existen estudios rea-l izados por el Gobierno deAragón al respecto. Pero hansido muy poco publicitados yescasamente analizados. Conello, en general se tiene insufi-ciente conocimiento de la si-tuación de las lenguas y sushablantes.

La Franja es sin duda el te-rritorio de lengua catalana conel más alto porcentaje de co-nocimiento de la lengua. Nadamenos que el 88.8% de la po-blación adulta declara poderlahablar. Evidentemente, se tratade una cifra ligada al relativoaislamiento del territorio res-pecto las oleadas migratoriasde los años 60 y 70. Única-mente Fraga y el Bajo Cincarecibieron importantes con-tingentes de inmigración. Así,hasta hace algunas décadas, lamayor parte del territorio a ni-vel local se ha mantenido vir-gen al contacto lingüístico, yel número de castellanoha-blantes era muy bajo y focali-zado. Además, el catalán haconservado su capital culturalcomo eje de integración a lacultura local. Hasta tal puntoque aún actualmente se obser-van casos de hablantes deotras lenguas que han adopta-do el catalán para la interco-municación habitual.

Ahora bien, aunque el terri-torio ocupe la primera posi-ción en conocimientos orales,el sistema educativo aragonésse ha despreocupado por sualfabetización. Eso ha propi-ciado que el territorio ocupelas últimas posiciones en co-nocimiento escrito. No más deun tercio de los que hablan lalengua saben expresarse porescrito en la misma. Y la situa-ción es grave hasta el puntoque incluso en territorios conmuy baja competencia oral,como el País Valenciano (57,6

% en la zona valencianoha-blante), los porcentajes de co-nocimiento escrito son simila-res a los de la Franja (32,5 %).

También en los usoslingüísticos se hacen eviden-tes las l imitaciones del ca-talán. Pero no así en el casodel castellano. La mayoría dela población es de primeralengua catalana y la utiliza engran parte de su actividad máscomunitaria, junto al castella-no en algunas de las activida-des más institucionales. Estegrupo tradicional, más enveje-cido, y con niveles de estudiosbajos, sobretodo se concen-tran en el Matarraña, la Literay la Ribagorza. Además, en elBajo Cinca se concentra ungrupo más joven que incorpo-ra el castellano en sus relacio-nes sociales próximas, comopor ejemplo con los amigos.Aún así, fuera de este núcleocentral de población, destacandos grupos más: unos que uti-liza en mayor medida el ca-talán y otros que utilizan úni-camente el castellano. Los pri-meros (12%) hacen un uso delcatalán bastante más extensode lo habitual, pero no llegan autilizarlo en todos los campos.La oportunidad de hacerlo no

Tribuna | Natxo Sorolla*

La precariedadsociolingüísticadel catalán y el

aragonés

existe. Por el contrario, ungrupo aún más nutrido, un 20% de la población, utiliza elcastellano en todos los cam-pos. Hasta tal punto que noutilizan nunca el catalán. A pe-sar de esta situación de desi-gualdad, el núcleo principal decualquier lengua es su trans-misión intergeneracional. Y enel caso del catalán parece quese mantiene: el 70,4 % de lapoblación habla catalán consus padres, y el 71,7 % lo siguehablando con sus hijos.

Los datos son optimistaspara la población adulta, pues.Pero en las últimas investiga-ciones que hemos llevado acabo en centros escolares delBajo Cinca y la Litera, los re-sultados indican que en algu-nas zonas se ha disparado lachispa de la sust i tuciónlingüística. Entre los alumnosde último curso de primariahemos detectado una reduc-ción muy abrupta de la pre-sencia del catalán como len-gua inicial. El catalán no sóloha dejado de ser la lengua pre-ferente, sino que su posiciónha sido relegada a segundo lu-gar. Sólo el 28,5 % de los alum-nos de último curso habla ca-talán con sus dos progenito-

res. Y la mayor parte habla obien castellano, o bien caste-l lano y catalán por igual .Además, el contexto socio-lingüístico se hace más com-plejo ante la presencia de uncontingente de alumnos quecon sus padres hablan otraslenguas (14,9 %). En definitiva,todo ello llega a reflejarse enun contexto de completa mi-norización: si bien un terciohabla el catalán con sus dosprogenitores, tan sólo una dé-cima parte habla más catalánque castellano con sus com-pañeros.

La situación de la lenguaaragonesa es aún peor. Pocomás del 10% de la poblacióndel Altoaragón la habla con al-guno de sus progenitores. Perolos que la siguen hablando demanera predominante con sushijos sólo son el 4 ,7 %. Esapaulatina desaragonesizaciónde las familias no ha sido úni-camente un proceso urbano,focalizado en Huesca y las ciu-dades medias. También en losmunicipios pequeños los quehablan en aragonés con uno olos dos progenitores llegan al16 %. Y los que la hablan pre-dominantemente con sus hijosno superan el 10 %. Las perdi-das de efectivos en una gene-ración para el aragonés son deentre un tercio y la mitad delos hablantes. Con todo ello,en los mismos estudios hemosdetectado unos efectos muypositivos de la educación encatalán. En Fraga se realizanproyectos bilingües en los quelos alumnos imparten no másde una o dos asignaturas encatalán. Pero este pequeñogesto ha producido que la ma-yor parte de los alumnos queanteriormente hablaban encastellano entre sí, redescu-bran que su compañero es ca-talanohablante. Así, recuperanla lengua familiar para hablarlacon sus compañeros. Un gestoeducativo tan simple es capazde detener la inminente susti-tución lingüística. La Admi-nistración debería adecuar suspolíticas a la situación de laslenguas y sus hablantes.

*Sociólogo