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Llena tu cuerno

por Francisco Mira0 comentariosLa visita de Samuel al hijo menor de Isa revela principios universales sobre el llamamiento a servir a Dios

A lo largo del texto bblico encontramos una gran variedad de llamamientos, en diferentes situaciones, con distintas personalidades y para cometidos diversos. Por todo este panorama no es posible y tampoco deseable sistematizar exhaustivamente esta cuestin.

A pesar de ello, y siendo consciente de ese riesgo, en el presente artculo, he seleccionado uno de estos llamamientos, concretamente el de David. De este caso singular trataremos de elaborar una serie de principios que por su nivel de generalizacin podran aplicarse a un buen nmero de llamamientos.

El texto bblico que he seleccionado es el de 1 Samuel 16.113. En este pasaje David se nos presenta como el hijo menor de una familia de Beln; su ocupacin es la de pastor de ovejas, el cual era uno de los oficios ms frecuentes en aquella regin. El contexto histrico es el reinado de Sal.

Me gustara destacar ocho aspectos caractersticos de este llamamiento:

1. Dios toma la iniciativa (16.1)

Dijo el Seor a Samuel Surge una necesidad: El Seor a desechado a Sal por una grave desobediencia. El Seor conoce la necesidad de reemplazarlo y en su sabidura l prepara y llama. Es interesante notar la forma tan clara en la que comunica a Samuel la urgencia de un nuevo llamamiento: Te enviar [] porque de sus hijos me he provisto rey.

2. Dios usa instrumentos humanos (16.12)

En este contexto lo vemos actuar en un doble sentido. Usa a Samuel con toda su experiencia como profeta y juez, ya que ha rechazado al actual responsable, Sal. Y Dios va a llamar a un joven, un hijo de Isa de Beln. Dios ha querido involucrar a hombres y mujeres para cumplir sus propsitos.

Por lo general Dios no nos llama de forma espectacular o misteriosa, lo hace como en el pasado, valindose de siervos probados y con experiencia en su obra. Esa es la gran responsabilidad de aquellos que sirven en la obra, como ancianos, pastores y otros lderes (2Ti 2.2). En segundo lugar, Dios sigue llamando a hombres y mujeres para que lo sirvan, ya sea de forma personal o por medio de otros.

3. Dios se revela a travs de la obediencia (16.24)

El llamamiento en este caso es un proceso en el que Dios se revela de manera progresiva y en el que demanda obediencia. Aunque la obediencia a Dios puede suponer correr ciertos riesgos, esta no es sinnimo de imprudencia (16.2b). Por otro lado, la obediencia a Dios puede conducirnos a situaciones incmodas, de soledad, de incomprensin (16.4).

Pero llegando a este punto tal vez te preguntes qu tomamos en consideracin ac, el llamamiento de David o el de Samuel? La respuesta que nos proporciona el mismo texto es clara, es el de David. Pero todo lo escrito hasta aqu expone otro punto muy importante: el hecho de que Dios usa a gente responsable ya involucrada en su obra para comunicar y afianzar un llamamiento. Este punto aparecer todava de forma ms clara en el Nuevo Testamento. As pues, Samuel desempea un papel clave en el proceso del llamamiento de David y su actitud de obediencia es imprescindible, y todo ello porque la norma bblica no es la del autonombramiento sino la del llamamiento.

4. Dios demanda santidad (6.5)

Otro aspecto importante que nos muestra este texto es la necesidad de limpieza y santidad. Por ello todos las participantes en este proceso de llamamiento: Samuel, los ancianos de Beln e Isa, junto con sus hijos, participan del sacrificio de santificacin.

Es notable que la ceremonia de ungimiento no la llevara a cabo en secreto, aunque s procedi con discrecin; el momento histrico lo requera. Dios no nos pide perfeccin moral, esa sera una demanda imposible de satisfacer; pero s busca santidad, es decir vida de arrepentimiento.

5. Dios no sigue criterios humanos (16.67)

Samuel vio a Eliab y le caus una grata impresin: era el primognito, bien parecido, fuerte, de porte adecuado, etctera. Humanamente la cosa estaba muy clara. Pero Dios tiene que reconvenirlo y corregirlo exponiendo las diferencias de criterio entre los suyos y los de Samuel: Jehov no mira lo que mira el hombre. Esto puede ser un motivo de reflexin. Nuestra tendencia nos lleva a valorar cualidades externas, son las ms obvias, tenemos ms facilidad y capacidad para ello. Pero no son las esenciales. Dios valora las cualidades internas, mira el corazn (1Cr 28.9).

6. Dios es exigente pero a la vez paciente (16.811)

Aunque parecieran dos rasgos contradictorios, no lo son; es un reflejo del carcter perfecto de nuestro Dios. Esta combinacin de exigencia y paciencia nos previene de la precipitacin y de la fiebre por lo instantneo. La seleccin fue cuidadosa hasta al extremo en que se terminaron los candidatos. Samuel, para sorpresa de los presentes, tuvo que preguntar: estos son todos? Faltaba el menor, el ltimo en quien pensar; pero Samuel, guiado por Dios, lo mand llamar y esper. l, a pesar de su experiencia, era sensible a la direccin del Seor.

7. Dios conoce a la persona a la que l escoge

David es el hombre de Dios para esta nueva etapa. Es un hombre conforme al corazn de Dios, as lo defini el Seor mismo. Nuestro Dios no es caprichoso, si l esper el proceso de seleccin hasta que llegaron a David, fue porque lo conoca y saba que, a pesar de sus debilidades, era la persona adecuada.

En este mismo orden de situaciones David no necesit hacer nada espectacular para que Dios se fijara en l. El fue fiel en su cometido: cuidar el rebao de ovejas que posea su familia. Dios lo llam de en medio del cumplimiento de sus obligaciones laborales. De seguro que en el desempeo de esta tarea se forjaran muchas de las cualidades que el mismo Seor estim como necesarias para su futuro ministerio.

Nuestra vocacin no consiste en hacer nada espectacular; ms bien, como en el caso de David, debemos ser fieles en aquello que es nuestra tarea cotidiana: cuidar del rebao. Aunque a los ojos humanos este planteamiento no impresiona, es el que Dios ha escogido, ser fieles en lo poco antes de recibir llamamientos a extraordinarias tareas.

8. Dios capacita (16.1318)

Samuel era ya mayor, Sal haba sido desechado, David estaba empezando a ser preparado por Dios. Desde aquel da el Espritu de Dios vino sobre David (vv.13 y 18). Dios a quien llama capacita: la experiencia de David fue tambin la de Abraham, Jos, Moiss, y muchos ms. David, luego de aquella experiencia tan importante, volvi a su tarea. Llama la atencin este detalle. Dios no se precipita. Su concepto del tiempo no es el nuestro.

Siempre me ha impresionado la afirmacin del apstol Pablo a los corintios: nuestra competencia proviene de Dios (1Co 3.5). Si Dios nos llama podemos estar seguros de que tambin nos capacitar. Una de las constantes que aparece en la mayora de los llamamientos registrados en la Palabra es el sentimiento de incapacidad que los llamados expresan; es sano, sabio y realista reconocer que resulta imposible llevar a cabo la obra sin que l nos capacite.

Se tom de revista Andamio IV, 1996, publicacin de Grupos Bblicos Universitarios de Espaa. Se usa con permiso.

Artculo Publicado en Apuntes Pastorales: "Apuntes Pastorales - Enero 2013" - Enero 2013

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