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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLIII, número 35 (2.226) Ciudad del Vaticano 28 de agosto de 2011 XXVI Jornada mundial de la juventud con Benedicto XVI en Madrid Esperanza para el futuro de la Iglesia En Madrid un «evento eclesial emocionante» con «cerca de dos millones de jóvenes» Lluvia y sol en Cuatro Vientos El Papa declarará a san Juan de Ávila doctor de la Iglesia universal GIOVANNI MARIA VIAN Probablemente aquello que más permanecerá en la memoria de los dos millones de jóvenes llegados de todo el mundo para participar en la jornada de Madrid es un momento de la vigilia. Cuando Benedicto XVI, azotado por la llu- via batiente y a duras penas prote- gido por algunos paraguas blan- cos, respondió a los colaboradores que se quedaría, como los chicos y chicas agolpados y empapados en el inmenso espacio del aeródromo de Cuatro Vientos. Casi expresan- do con un sencillo y sereno gesto de valentía la relación con sus jó- venes: la juventud del Papa, como estos días la multitud se ha pre- sentado, ritmando interminables aclamaciones. Nada más que un signo, si se quiere, pero cargado de significa- do por una verdad profunda que remite a lo esencial: el afecto por el Papa, conocido cada vez mejor en sus rasgos auténticos. Y este vínculo expresa a su vez la reali- dad de la Iglesia: en la fraternidad cristiana, que está abierta a todos, y en el misterio de la comunión de los santos, empezando por los pa- tronos del encuentro de Madrid, entre ellos Juan Pablo II, amadísi- mo, quien tuvo la intuición provi- dencial de las jornadas mundiales. El Papa con los jóvenes, por lo tanto, contra viento y marea —con- tracorriente, se podría decir—, co- mo tituló sugestivamente «La Ra- zón», el diario que más espacio ha dedicado al encuentro. Juntos bajo la lluvia y juntos bajo el sol, en la luz cegadora y en el implacable calor de la meseta, de nuevo en Cuatro Vientos, en la misa conclusiva concelebrada por el Papa con muchos cientos de sa- cerdotes y obispos, entre ellos de- cenas de cardenales. Signo ulterior de la naturaleza más auténtica de las jornadas mundiales: no sólo concentraciones de masa festivas y positivas, sino forma de presencia nueva de la Iglesia y momento de su camino en el tiempo. Después de una preparación en España y en los demás países que involucró a miles de parroquias y grupos, el regreso de los jóvenes se converti- rá para muchísimos de ellos en el comienzo de una vida cristiana SIGUE EN LA PÁGINA 14 Madrid pasa el testigo a Río de Janeiro para una JMJ 2013 que ya tiene lema Id y haced discípulos a todos los pueblos «Estad siempre alegres en el Señor» e «Id y haced discí- pulos a todos los pueblos». Las dos expresiones —toma- das respectivamente de la carta de san Pablo a los Fili- penses (4,4) y del evangelio de san Mateo (28,19)— serán los temas de las próximas dos Jornadas mundiales de la juventud —la primera ten- drá lugar el Domingo de Ramos de 2012 en las distin- tas diócesis y la segunda, del 23 al 28 de julio de 2013, en Río de Janeiro— anunciados por el Papa el 24 de agosto, durante la audiencia general en Castelgandolfo, a los tres días del final de la JMJ de Madrid. Benedicto XVI, lle- vando aún en el corazón la «extraordinaria experiencia de fraternidad y de encuen- tro con el Señor de comu- nión y de crecimiento en la fe» vivida por cerca de dos millones de jóvenes de los cinco continentes en la capi- tal española, ha querido in- mediatamente poner en mar- cha la preparación de las próximas dos «citas muy im- portantes». PÁGINA 16 San Juan de Ávila, gran predica- dor y místico, patrono del clero secular español, será declarado próximamente doctor de la Iglesia universal. Lo anunció Benedicto XVI al final de la misa celebrada el sábado 20 de agosto, por la maña- na, en la catedral de la Almudena, de Madrid. Doctor de la Iglesia es el título que el Papa otorga oficial- mente a ciertos santos, reconocién- dolos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos. El Papa Pío V , en el siglo XVI, definió formalmente las tres condiciones fundamentales: emi- nens doctrina, es decir, la eminen- cia doctrinal en materia de teolo- gía y culto; la insignis vitae sancti- tas, es decir, un elevado grado de santidad; y la Ecclesiae declaratio, es decir, una proclamación formal por parte de la Iglesia. Los últi- mos doctores de la Iglesia fueron declarados por Pablo VI, en 1970: santa Teresa de Jesús y santa Ca- talina de Siena; y por Juan Pablo II: santa Teresa de Lisieux, en 1997. PÁGINA 7

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L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año XLIII, número 35 (2.226) Ciudad del Vaticano 28 de agosto de 2011

XXVI Jornada mundial de la juventud con Benedicto XVI en Madrid

Esperanza para el futuro de la IglesiaEn Madrid un «evento eclesial emocionante» con «cerca de dos millones de jóvenes»

Lluvia y solen Cuatro Vientos

El Papa declarará a san Juan de Áviladoctor de la Iglesia universal

GI O VA N N I MARIA VIAN

Probablemente aquello que máspermanecerá en la memoria de losdos millones de jóvenes llegadosde todo el mundo para participaren la jornada de Madrid es unmomento de la vigilia. CuandoBenedicto XVI, azotado por la llu-via batiente y a duras penas prote-gido por algunos paraguas blan-cos, respondió a los colaboradoresque se quedaría, como los chicos ychicas agolpados y empapados enel inmenso espacio del aeródromode Cuatro Vientos. Casi expresan-do con un sencillo y sereno gestode valentía la relación con sus jó-venes: la juventud del Papa, comoestos días la multitud se ha pre-sentado, ritmando interminablesaclamaciones.

Nada más que un signo, si sequiere, pero cargado de significa-do por una verdad profunda queremite a lo esencial: el afecto porel Papa, conocido cada vez mejoren sus rasgos auténticos. Y estevínculo expresa a su vez la reali-dad de la Iglesia: en la fraternidadcristiana, que está abierta a todos,y en el misterio de la comunión delos santos, empezando por los pa-tronos del encuentro de Madrid,entre ellos Juan Pablo II, amadísi-mo, quien tuvo la intuición provi-dencial de las jornadas mundiales.El Papa con los jóvenes, por lotanto, contra viento y marea —con-tracorriente, se podría decir—, co-mo tituló sugestivamente «La Ra-zón», el diario que más espacio hadedicado al encuentro.

Juntos bajo la lluvia y juntosbajo el sol, en la luz cegadora y enel implacable calor de la meseta,de nuevo en Cuatro Vientos, en lamisa conclusiva concelebrada porel Papa con muchos cientos de sa-cerdotes y obispos, entre ellos de-cenas de cardenales. Signo ulteriorde la naturaleza más auténtica delas jornadas mundiales: no sóloconcentraciones de masa festivas ypositivas, sino forma de presencianueva de la Iglesia y momento desu camino en el tiempo. Despuésde una preparación en España yen los demás países que involucróa miles de parroquias y grupos, elregreso de los jóvenes se converti-rá para muchísimos de ellos en elcomienzo de una vida cristiana

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Madrid pasa el testigo a Río de Janeiro para una JMJ 2013 que ya tiene lema

Id y haced discípulos a todos los pueblos«Estad siempre alegres en elSeñor» e «Id y haced discí-pulos a todos los pueblos».Las dos expresiones —toma-das respectivamente de lacarta de san Pablo a los Fili-penses (4,4) y del evangeliode san Mateo (28,19)— seránlos temas de las próximasdos Jornadas mundiales dela juventud —la primera ten-drá lugar el Domingo deRamos de 2012 en las distin-tas diócesis y la segunda, del23 al 28 de julio de 2013, enRío de Janeiro— anunciadospor el Papa el 24 de agosto,durante la audiencia general

en Castelgandolfo, a los tresdías del final de la JMJ deMadrid. Benedicto XVI, lle-vando aún en el corazón la«extraordinaria experienciade fraternidad y de encuen-tro con el Señor de comu-nión y de crecimiento en lafe» vivida por cerca de dosmillones de jóvenes de loscinco continentes en la capi-tal española, ha querido in-mediatamente poner en mar-cha la preparación de laspróximas dos «citas muy im-p ortantes».

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San Juan de Ávila, gran predica-dor y místico, patrono del clerosecular español, será declaradopróximamente doctor de la Iglesiauniversal. Lo anunció BenedictoXVI al final de la misa celebrada elsábado 20 de agosto, por la maña-na, en la catedral de la Almudena,de Madrid. Doctor de la Iglesia esel título que el Papa otorga oficial-mente a ciertos santos, reconocién-dolos como eminentes maestros dela fe para los fieles de todos lostiempos. El Papa Pío V, en el sigloXVI, definió formalmente las trescondiciones fundamentales: emi-

nens doctrina, es decir, la eminen-cia doctrinal en materia de teolo-gía y culto; la insignis vitae sancti-tas, es decir, un elevado grado desantidad; y la Ecclesiae declaratio,es decir, una proclamación formalpor parte de la Iglesia. Los últi-mos doctores de la Iglesia fuerondeclarados por Pablo VI, en 1970:santa Teresa de Jesús y santa Ca-talina de Siena; y por Juan PabloII: santa Teresa de Lisieux, en1 9 9 7.

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 28 de agosto de 2011, número 35

Conferencia de prensa del Papa en vuelo rumbo a Madrid

Red de fe y de amistad universalPublicamos la conferencia de prensaque tuvo lugar a bordo del avión enel vuelo hacia Madrid, el jueves 18de agosto por la mañana. El directorde la Oficina de información de laSanta Sede, el jesuita Federico Lom-bardi, presentó al Papa las preguntasde los periodistas presentes.

Santo Padre, estamos en la XXVI Jor-nada mundial de la juventud, la deci-mosegunda celebrada con un gran en-cuentro mundial. Juan Pablo II, quelas instituyó, ahora es beato y es protec-tor oficial de esta JMJ de Madrid. Alinicio de su pontificado, nos preguntá-bamos si usted continuaría en el surcode su predecesor. Ahora usted está yaen su tercera Jornada mundial, des-pués de la de Colonia y Sydney. ¿Cómove el significado de estos acontecimien-tos en la «estrategia» pastoral de laIglesia universal en el tercer milenio?

Queridos amigos, ¡buenos días!Me alegra viajar con vosotros a Es-paña para este gran acontecimiento.Después de dos JMJ vividas tambiénpersonalmente, puedo decir que fuerealmente una inspiración la que re-cibió el Papa Juan Pablo II cuandocreó esta realidad de un gran en-cuentro de los jóvenes del mundocon el Señor. Diría que estas JMJ sonun signo, una cascada de luz, danvisibilidad a la fe, visibilidad a lapresencia de Dios en el mundo, ydan así la valentía para ser creyentes.Con frecuencia, los creyentes se sien-ten aislados en este mundo, casi per-didos. Aquí ven que no están solos,que hay una gran red de fe, unagran comunidad de creyentes en elmundo, que es hermoso vivir en estaamistad universal. Y así, me parece,nacen amistades que superan lasfronteras de las diferentes culturas,de los diferentes países. Este naci-miento de una red universal deamistad, que une al mundo conDios, es una realidad importante pa-ra el futuro de la humanidad, parala vida de la humanidad de hoy. Na-turalmente la JMJ no puede ser unacontecimiento aislado: forma parte

servicio del trabajo económico paratodos y pensar que el mañana estambién el hoy. Si los jóvenes dehoy no encuentran perspectivas ensu vida, también nuestro hoy estáequivocado, está mal. Por tanto, laIglesia con su doctrina social, con sudoctrina sobre la responsabilidad an-te Dios, abre la capacidad de renun-ciar al máximo beneficio y de ver lascosas en la dimensión humanística yreligiosa, es decir, estamos hechos eluno para el otro. De este modo esposible también abrir caminos. Elgran número de voluntarios que tra-bajan en diferentes partes del mun-do, no para sí mismos sino para losdemás, y encuentran precisamenteasí el sentido de su vida, demuestranque es posible hacer esto y que unaeducación en estos grandes objeti-vos, como trata de hacer la Iglesia,es fundamental para nuestro futuro.

Los jóvenes del mundo de hoy viven ge-neralmente en ambientes multiculturalesy multiconfesionales. La tolerancia recí-proca hoy es más necesaria que nunca.Usted insiste siempre mucho en el temade la verdad. ¿No piensa que esta in-sistencia en la verdad y en la únicaVerdad que es Cristo, es un problemapara los jóvenes de hoy? ¿No piensaque esta insistencia los impulse a lacontraposición y a la dificultad de dia-logar y buscar junto a los demás?

La relación entre verdad e intole-rancia, monoteísmo e incapacidad dediálogo con los demás, es un argu-mento que con frecuencia vuelve aldebate sobre el cristianismo de hoy.Y naturalmente es verdad que en lahistoria se han dado también abu-sos, tanto del concepto de verdadcomo del concepto de monoteísmo;pero han sido abusos. La realidad estotalmente diferente. El argumentoestá equivocado, pues la verdad sóloes accesible en la libertad. Se pue-den imponer con la violencia com-portamientos, observancias, activida-des, pero no la verdad. La verdad seabre sólo a la libertad, al consenti-miento libre y, por eso, libertad yverdad están íntimamente unidas,una es condición de la otra. Por lodemás, buscar la verdad, los valoresauténticos, que dan vida y futuro,no tiene alternativa. No queremos lamentira, no queremos el positivismode normas impuestas con una ciertafuerza. Sólo los auténticos valoresllevan al futuro y es necesario, portanto, buscar los valores auténticos yno permitir el arbitrio de algunos,no dejar que se imponga una razónpositivista que nos dice, sobre losproblemas éticos, sobre los grandesproblemas del hombre: no hay unaverdad racional. Esto significa expo-ner el hombre al arbitrio de cuantostienen el poder. Debemos buscar

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de un camino más grande. Debe serpreparado por este camino de lacruz que transmigra a diferentes paí-ses y ya une a los jóvenes con el sig-no de la cruz y con el maravillososigno de la imagen de la Virgen. Deeste modo la preparación de la J M J,mucho más que una preparación téc-nica de un acontecimiento con mu-chos problemas técnicos, natural-mente; es una preparación interior,un ponerse en camino hacia los de-más y, juntos, hacia Dios. Y así secrean grupos de amistad. Este con-tacto universal abre las fronteras delas culturas y de los contrastes hu-manos y religiosos, y de este modose convierte en un camino continuo,que después lleva a una nueva cum-bre, a una nueva J M J. En este senti-do, me parece que la JMJ debe consi-derarse como un signo, como partede un gran camino: crea amistades,abre fronteras y hace visible que esbello estar con Dios, que Dios estácon nosotros. En este sentido, quere-mos seguir con esta gran idea delbeato Papa Juan Pablo II.

Santidad, los tiempos cambian. Europay el mundo occidental en general vivenuna crisis económica profunda, quemanifiesta también señales de un grave

malestar social y moral, de gran incer-tidumbre para el futuro, particularmen-te doloroso para los jóvenes. En losdías pasados hemos visto, por ejemplo,los sucesos acontecidos en Gran Breta-ña, con manifestaciones de rebelión yagresividad. Al mismo tiempo, hay sig-nos de compromiso generoso y entusias-ta, de voluntariado y solidaridad, dejóvenes creyentes y no creyentes. ¿Quémensajes puede ofrecer la Iglesia paradar esperanza y aliento a los jóvenesdel mundo, sobre todo a los que hoysienten la tentación del desaliento y lare b e l i ó n ?

Sí. Se confirma en la crisis econó-mica actual lo que ya se ha visto enla gran crisis precedente: que la di-mensión ética no es algo exterior alos problemas económicos, sino unadimensión interior y fundamental.La economía no funciona sólo conuna auto-reglamentación mercantil,sino que tiene necesidad de una ra-zón ética para funcionar para elhombre. Puede constatarse lo que yahabía dicho Juan Pablo II en su pri-mera encíclica social: que el hombredebe estar en el centro de la econo-mía y que la economía no debe me-dirse según el máximo beneficio, si-no según el bien de todos; incluye laresponsabilidad respecto del otro, yfunciona verdaderamente bien sólosi funciona de una manera humana,respetando al otro. Y con sus dife-rentes dimensiones: responsabilidadpor la propia nación, y no sólo porsí mismos, responsabilidad por elmundo. Una nación no está aislada;tampoco Europa está aislada, sinoque es responsable de toda la huma-nidad y debe pensar siempre en losproblemas económicos con esta clavede responsabilidad, también por lasdemás partes del mundo, por lasque sufren, tienen sed y hambre, yno tienen futuro. Y, por tanto —ter-cera dimensión de esta responsabili-dad— es la responsabilidad por elfuturo. Sabemos que debemos prote-ger nuestro planeta, pero tenemosque proteger el funcionamiento del

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número 35, domingo 28 de agosto de 2011 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

En el monasterio de El Escorial, encuentro del Santo Padre con las jóvenes religiosas

La vida que custodia la PalabraEn su segunda jornada en tierra española, el viernes19 de agosto, alrededor del mediodía, el Papamantuvo un encuentro con cerca de dos mil jóvenesreligiosas en el Patio de los Reyes delante de labasílica del monasterio de San Lorenzo, parte delcomplejo monumental de El Escorial, simbólico lugarfundido en piedra y uno de los más famosos del país.Tras las palabras de bienvenida de una de lasreligiosas y la presentación del cardenal RoucoVarela, Benedicto XVI pronunció el siguiente discurso.

El Papa y Platón

Queridas jóvenes religiosas:Dentro de la Jornada mundial de la juventud

que estamos celebrando en Madrid, es un gozogrande poder encontrarme con vosotras, que ha-béis consagrado vuestra juventud al Señor, y osdoy las gracias por el amable saludo que me ha-béis dirigido. Agradezco al señor cardenal arzo-bispo de Madrid que haya previsto este encuentroen un marco tan evocador como es el monasteriode San Lorenzo de El Escorial. Si su célebre Bi-blioteca custodia importantes ediciones de la Sa-grada Escritura y de Reglas monásticas de variasfamilias religiosas, vuestra vida de fidelidad a lallamada recibida es también una preciosa manerade guardar la Palabra del Señor que resuena envuestras formas de espiritualidad.

Queridas hermanas, cada carisma es una pala-bra evangélica que el Espíritu Santo recuerda a suIglesia (cf. Jn 14, 26). No en vano, la vida consa-grada «nace de la escucha de la Palabra de Diosy acoge el Evangelio como su norma de vida. Eneste sentido, el vivir siguiendo a Cristo casto, po-bre y obediente, se convierte en “exégesis” viva dela Palabra de Dios... De ella ha brotado cada ca-risma y de ella quiere ser expresión cada regla,dando origen a itinerarios de vida cristiana marca-dos por la radicalidad evangélica» (Verbum Domi-ni, 83).

La radicalidad evangélica es estar «arraigados yedificados en Cristo, y firmes en la fe» (cf. Col 2,7), que en la vida consagrada significa ir a la raízdel amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sinanteponer nada a ese amor (cf. San Benito, Regla,I V, 21), con una pertenencia esponsal como la hanvivido los santos, al estilo de Rosa de Lima y Ra-fael Arnáiz, jóvenes patronos de esta Jornadamundial de la juventud. El encuentro personalcon Cristo que nutre vuestra consagración debetestimoniarse con toda su fuerza transformadoraen vuestras vidas; y cobra una especial relevanciahoy, cuando «se constata una especie de “eclipsede Dios”, una cierta amnesia, más aún, un verda-dero rechazo del cristianismo y una negación deltesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder

aquello que más profundamente nos caracteriza»(Mensaje para la XXVI Jornada mundial de la ju-ventud 2011, 1). Frente al relativismo y la mediocri-dad, surge la necesidad de esta radicalidad quetestimonia la consagración como una pertenenciaa Dios sumamente amado.

Dicha radicalidad evangélica de la vida consa-grada se expresa en la comunión filial con la Igle-sia, hogar de los hijos de Dios que Cristo ha edi-ficado. La comunión con los pastores, que ennombre del Señor proponen el depósito de la ferecibido a través de los Apóstoles, del magisteriode la Iglesia y de la tradición cristiana. La comu-nión con vuestra familia religiosa, custodiando sugenuino patrimonio espiritual con gratitud, yapreciando también los demás carismas. La comu-nión con otros miembros de la Iglesia, como loslaicos, llamados a testimoniar desde su vocaciónespecífica el mismo Evangelio del Señor.

Finalmente, la radicalidad evangélica se expresaen la misión que Dios ha querido confiaros. Des-de la vida contemplativa que acoge en sus claus-tros la Palabra de Dios en silencio elocuente yadora su belleza en la soledad por él habitada,

hasta los diversos caminos de vida apostólica, encuyos surcos germina la semilla evangélica en laeducación de niños y jóvenes, el cuidado de losenfermos y ancianos, el acompañamiento de lasfamilias, el compromiso a favor de la vida, el tes-timonio de la verdad, el anuncio de la paz y lacaridad, la labor misionera y la nueva evangeliza-ción, y tantos otros campos del apostolado ecle-sial.

Queridas hermanas, este es el testimonio de lasantidad a la que Dios os llama, siguiendo muyde cerca y sin condiciones a Jesucristo en la con-sagración, la comunión y la misión. La Iglesia ne-cesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edifi-cada en Cristo. Gracias por vuestro «sí» genero-so, total y perpetuo a la llamada del Amado. Quela Virgen María sostenga y acompañe vuestra ju-ventud consagrada, con el vivo deseo de que in-terpele, aliente e ilumine a todos los jóvenes.

Con estos sentimientos, pido a Dios que re-compense copiosamente la generosa contribuciónde la vida consagrada a esta Jornada mundial dela juventud, y en su nombre os bendigo de todocorazón. Muchas gracias.

GI O VA N N I MARIA VIAN

A la mitad de la segunda jornada de la visita pa-pal —en un Madrid invadido pacíficamente porun número impresionante de muchachas y mu-chachos provenientes de todas las partes delmundo— llegan desde El Escorial las palabras deBenedicto XVI que cita a Platón: «Busca la ver-dad mientras eres joven, pues si no lo haces,después se te escapará de entre las manos». Lainvitación de este filósofo que vivió antes deCristo, evocado en la antigüedad por judíos ycristianos en apoyo de la revelación bíblica, re-sume bien el sentido de la presencia del sucesorde Pedro en la Jornada mundial de la juventud.

Como docente universitario, desde hace casisesenta años Joseph Ratzinger está acostumbra-do al diálogo con las nuevas generaciones ycomprende sus inquietudes. Por eso el Papa haquerido dedicar un discurso a la cuestión crucialde la búsqueda de la verdad al encontrarse conjóvenes docentes —algunos días después del con-greso mundial de las universidades católicas, or-ganizado por la de Ávila en la ciudad de santaTeresa de Jesús, a la que Pablo VI proclamó doc-tora de la Iglesia—: una novedad en la historiade las Jornadas mundiales, como recordó el car-denal arzobispo de Madrid en sus palabras desaludo.

Y el encuentro no ha sido una añadidura pos-tiza al itinerario papal, como no lo ha sido elque mantuvo con las jóvenes religiosas que hanacogido a Benedicto XVI con afecto entusiasta yconmovedor. En ambos momentos —que tuvie-ron lugar en el escenario espléndido y austero

del monasterio de San Lorenzo del Escorial,pensado por Felipe II, el soberano que entre lu-ces y sombras tal vez representa más a la monar-quía católica española— el Papa ha continuadosu razonar con la juventud, y no sólo con la quese reconoce en la Iglesia.

La búsqueda de la verdad atañe a todos y esinagotable. Esto lo explicó Benedicto XVI, en elcorazón de días que se van delineando con evi-dencia como un acontecimiento de primeramagnitud. Y de esto se están dando cuenta losmedios de comunicación internacionales. Conalgunas excepciones, a causa de prejuicios o delógicas que no respetan la más elemental jerar-quía de las noticias. Como en un programa dela BBC, que ha dado espacio a contestacionesrealmente minoritarias en detrimento de la infor-mación sobre el acontecimiento madrileño, hastael punto de atraerse los reproches del «Guar-dian».

En cambio, la noticia está allí, y muchísimosse están dando cuenta de ello. El Papa ha sabi-do reunir en Madrid a jóvenes de todo el mun-do para animarlos en la fe, con la esperanza detocar el corazón incluso de quienes están lejos ose han alejado de la Iglesia. En una sociedad in-quieta que está en busca de fundamentos sóli-dos, que ciertamente no se pueden encontrar enla mediocridad y en el utilitarismo aparentemen-te dominantes. Mientras hay una referencia se-gura, y está en la persona de Cristo, intuido porPlatón según los Padres de la Iglesia: el únicoamigo que no defrauda nunca, y que BenedictoXVI no se cansa de señalar.

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página 4 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 28 de agosto de 2011, número 35

Encuentro con los jóvenes profesores universitarios

En la casa donde se busca la verdad

Señor cardenal arzobispo de Ma-drid, queridos hermanos en el epis-copado, queridos padres agustinos,queridos profesores y profesoras, dis-tinguidas autoridades, amigos todos:

Esperaba con ilusión este encuen-tro con vosotros, jóvenes profesoresde las universidades españolas, queprestáis una espléndida colaboraciónen la difusión de la verdad, en cir-cunstancias no siempre fáciles. Ossaludo cordialmente y agradezco lasamables palabras de bienvenida, asícomo la música interpretada, que haresonado de forma maravillosa eneste monasterio de gran belleza ar-tística, testimonio elocuente durantesiglos de una vida de oración y estu-dio. En este emblemático lugar, ra-zón y fe se han fundido armónica-mente en la austera piedra para mo-delar uno de los monumentos másrenombrados de España.

Saludo también con particularafecto a aquellos que en estos díashabéis participado en Ávila en elCongreso mundial de universidadescatólicas, bajo el lema: «Identidad ymisión de la Universidad Católica».

Al estar entre vosotros, me vienena la mente mis primeros pasos comoprofesor en la Universidad de Bonn.Cuando todavía se apreciaban lasheridas de la guerra y eran muchaslas carencias materiales, todo lo su-plía la ilusión por una actividad apa-sionante, el trato con colegas de lasdiversas disciplinas y el deseo de res-ponder a las inquietudes últimas yfundamentales de los alumnos. Esta«u n i v e rs i t a s » que entonces viví, deprofesores y estudiantes que buscanjuntos la verdad en todos los sabe-res, o como diría Alfonso X el Sabio,ese «ayuntamiento de maestros y es-colares con voluntad y entendimien-to de aprender los saberes» (Siete

Partidas, partida II, tít. XXXI), clarifi-ca el sentido y hasta la definición dela Universidad.

En el lema de la presente Jornadamundial de la juventud: «Arraigadosy edificados en Cristo, firmes en lafe» (cf. Col 2, 7), podéis también en-contrar luz para comprender mejorvuestro ser y quehacer. En este senti-do, y como ya escribí en el Mensajea los jóvenes como preparación paraestos días, los términos «arraigados,edificados y firmes» apuntan a fun-damentos sólidos para la vida (cf. n.2).

Pero, ¿dónde encontrarán los jóve-nes esos puntos de referencia en unasociedad quebradiza e inestable? Aveces se piensa que la misión de unprofesor universitario sea hoy exclu-sivamente la de formar profesionalescompetentes y eficaces que satisfa-gan la demanda laboral en cada pre-ciso momento. También se dice quelo único que se debe privilegiar enla presente coyuntura es la mera ca-pacitación técnica. Ciertamente, cun-de en la actualidad esa visión utilita-rista de la educación, también launiversitaria, difundida especialmen-te desde ámbitos extrauniversitarios.Sin embargo, vosotros que habéis vi-vido como yo la Universidad, y quela vivís ahora como docentes, sentíssin duda el anhelo de algo más ele-vado que corresponda a todas las di-mensiones que constituyen al hom-

bre. Sabemos que cuando la solautilidad y el pragmatismo inmediatose erigen como criterio principal, laspérdidas pueden ser dramáticas: des-de los abusos de una ciencia sin lí-mites, más allá de ella misma, hastael totalitarismo político que se avivafácilmente cuando se elimina todareferencia superior al mero cálculode poder. En cambio, la genuinaidea de Universidad es precisamentelo que nos preserva de esa visión re-duccionista y sesgada de lo humano.

En efecto, la Universidad ha sido,y está llamada a ser siempre, la casadonde se busca la verdad propia dela persona humana. Por ello, no escasualidad que fuera la Iglesia quienpromoviera la institución universita-ria, pues la fe cristiana nos habla deCristo como el Logos por quien todofue hecho (cf. Jn 1, 3), y del ser hu-mano creado a imagen y semejanzade Dios. Esta buena noticia descu-bre una racionalidad en todo locreado y contempla al hombre comouna criatura que participa y puedellegar a reconocer esa racionalidad.La Universidad encarna, pues, unideal que no debe desvirtuarse nipor ideologías cerradas al diálogoracional, ni por servilismos a una ló-gica utilitarista de simple mercado,que ve al hombre como mero consu-m i d o r.

He ahí vuestra importante y vitalmisión. Sois vosotros quienes tenéisel honor y la responsabilidad detransmitir ese ideal universitario: unideal que habéis recibido de vuestrosmayores, muchos de ellos humildesseguidores del Evangelio y que encuanto tales se han convertido en gi-gantes del espíritu. Debemos sentir-nos sus continuadores en una histo-ria bien distinta de la suya, pero enla que las cuestiones esenciales delser humano siguen reclamando nues-tra atención e impulsándonos haciaadelante. Con ellos nos sentimosunidos a esa cadena de hombres ymujeres que se han entregado a pro-poner y acreditar la fe ante la inteli-gencia de los hombres. Y el modode hacerlo no solo es enseñarlo, sinovivirlo, encarnarlo, como también elLogos se encarnó para poner su mo-rada entre nosotros. En este sentido,los jóvenes necesitan auténticos

Visita de cortesía a los reyes de EspañaEl viernes 19, por la mañana, el Papavisitó a los reyes de España en el pa-lacio de la Zarzuela. Tras la presenta-ción de los familiares y del coloquioprivado con el rey en su despacho, setuvo el encuentro en el salón de laresidencia. El Pontífice obsequió alrey un cuadro, realizado con la técni-ca del mosaico, que representa unavista del palacio de España —sede dela embajada ante la Santa Sede— des-de la homónima plaza, donde se en-cuentra la columna de la InmaculadaConcepción, uno de los lugares sím-bolo de la devoción mariana de losromanos y de los españoles que vivenen la urbe. SIGUE EN LA PÁGINA 6

Tras el encuentro con las jóvenes religiosas, Benedicto XVI se trasladó al interiorde la basílica de El Escorial, donde le esperaban los jóvenes docentesuniversitarios. El Santo Padre se encaminó al estrado, acompañado de cuatroprofesores y del superior de la comunidad de los agustinos, a quienes estáconfiada la basílica. Tras una presentación musical, el saludo del cardenal RoucoVarela y de un joven docente, el Pontífice pronunció su discurso. Los profeso re sregalaron al Papa un icono al esmalte de escuela florentina que representa laVirgen con el Niño. El Papa, a su vez, donó a la comunidad de los padresagustinos un mosaico de san Lorenzo, inspirado en la imagen de la cripta delsiglo XIX de la homónima basílica romana del Verano, donde yace el jovenm á r t i r.

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número 35, domingo 28 de agosto de 2011 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

El vía crucis con el Pontífice en Madrid

No paséis de largoante el sufrimiento

La multitud y el silencio

Por primera vez en una JMJ, Benedicto XVI ha participado en toda lacelebración del vía crucis, recitando desde el palco en la plaza de Cibeles lasoraciones iniciales y finales, concluyendo con la invocación mariana ante laimagen de la Virgen de la Regla de Sevilla, que se remonta a 1675.Al caer la tarde del viernes 19 de agosto, con cientos de miles de jóvenesperegrinos, el Paseo de Recoletos —que une las plazas de Colón y Cibeles— setransformó de nuevo en un atractivo itinerario de oración y recogimiento con lasestaciones marcadas por quince Pasos de la Semana Santa española.La pasión de Cristo se plasma en ellos, de gran valor artístico y devocional,llevados a la capital española de todos los rincones del país para mostrar la fehecha arte en Murcia, Málaga, Alicante, Úbeda (Jaén), León, Jerez de laFrontera, Granada, Zamora, Cuenca, Valladolid, Segovia, Sevilla y Madrid.De una estación a otra, un pequeño grupo de jóvenes se alternaron para portarla cruz. Procedentes, entre otros lugares, de Irak, Tierra Santa, Burundi,Ruanda, Sudán, Haití y Japón, así como de un centro de detención madrileño.Cada una de las meditaciones —escritas por las Hermanas de la Cruz deSevilla, conocidas por su servicio a los más pobres y necesitados— evocaba elsufrimiento padecidos por muchos jóvenes en el mundo a causa de guerras,enfrentamientos fratricidas, persecuciones, marginación o drogadicción. Y se recordóa las víctimas del aborto, del terrorismo y de las catástrofes naturales. Al final, elSanto Padre pronunció el siguiente discurso.

Queridos jóvenes:Con piedad y fervor hemos cele-

brado este vía crucis, acompañandoa Cristo en su pasión y muerte. Loscomentarios de las Hermanitas de laCruz, que sirven a los más pobres ymenesterosos, nos han facilitadoadentrarnos en el misterio de la cruzgloriosa de Cristo, que contiene laverdadera sabiduría de Dios, la quejuzga al mundo y a los que se creensabios (cf. 1 Co 1, 17-19). Tambiénnos ha ayudado en este itinerario ha-cia el Calvario la contemplación deestas extraordinarias imágenes delpatrimonio religioso de las diócesisespañolas. Son imágenes donde la fey el arte se armonizan para llegar alcorazón del hombre e invitarle a laconversión. Cuando la mirada de lafe es limpia y auténtica, la belleza sepone a su servicio y es capaz de re-presentar los misterios de nuestrasalvación hasta conmovernos profun-damente y transformar nuestro cora-zón, como sucedió a santa Teresa deJesús al contemplar una imagen deCristo muy llagado (cf. Libro de lavida, 9, 1).

Mientras avanzábamos con Jesús,hasta llegar a la cima de su entregaen el Calvario, nos venían a la men-te las palabras de san Pablo: «Cristome amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Ante un amor tan desinteresa-do, llenos de estupor y gratitud, nospreguntamos ahora: ¿Qué haremosnosotros por él? ¿Qué respuesta ledaremos? San Juan lo dice clara-mente: «En esto hemos conocido elamor: en que él dio su vida por no-sotros. También nosotros debemosdar nuestra vida por los hermanos»(1 Jn 3, 16). La pasión de Cristo nosimpulsa a cargar sobre nuestroshombros el sufrimiento del mundo,con la certeza de que Dios no es al-guien distante o lejano del hombre ysus vicisitudes. Al contrario, se hizouno de nosotros «para poder com-padecer él mismo con el hombre, demodo muy real, en carne y sangre...Por eso, en cada pena humana haentrado uno que comparte el sufrir ypadecer; de ahí se difunde en cadasufrimiento la con-solatio, el consuelodel amor participado de Dios y así

aparece la estrella de la esperanza»(Spe salvi, 39).

Queridos jóvenes, que el amor deCristo por nosotros aumente vuestraalegría y os aliente a estar cerca delos menos favorecidos. Vosotros, quesois muy sensibles a la idea de com-partir la vida con los demás, no pa-séis de largo ante el sufrimiento hu-mano, donde Dios os espera paraque entreguéis lo mejor de vosotrosmismos: vuestra capacidad de amar

y de compadecer. Las diversas for-mas de sufrimiento que, a lo largodel vía crucis, han desfilado antenuestros ojos son llamadas del Señorpara edificar nuestras vidas siguien-do sus huellas y hacer de nosotrossignos de su consuelo y salvación.«Sufrir con el otro, por los otros, su-frir por amor de la verdad y de lajusticia; sufrir a causa del amor ycon el fin de convertirse en una per-sona que ama realmente, son ele-mentos fundamentales de la humani-dad, cuya pérdida destruiría al hom-bre mismo» (ib.).

Que sepamos acoger estas leccio-nes y llevarlas a la práctica. Miremospara ello a Cristo, colgado en el ás-pero madero, y pidámosle que nosenseñe esta sabiduría misteriosa dela cruz, gracias a la cual el hombrevive. La cruz no fue el desenlace deun fracaso, sino el modo de expresar

la entrega amorosa que llega hasta ladonación más inmensa de la propiavida. El Padre quiso amar a loshombres en el abrazo de su Hijocrucificado por amor. La cruz en suforma y significado representa eseamor del Padre y de Cristo a loshombres. En ella reconocemos elicono del amor supremo, en dondeaprendemos a amar lo que Dios amay como él lo hace: esta es la BuenaNoticia que devuelve la esperanza almundo.

Volvamos ahora nuestros ojos a laVirgen María, que en el Calvario nosfue entregada como Madre, y supli-quémosle que nos sostenga con suamorosa protección en el camino dela vida, en particular cuando pase-mos por la noche del dolor, paraque alcancemos a mantenernos comoella firmes al pie de la cruz. Muchasgracias.

GI O VA N N I MARIA VIAN

Entre modernidad y tradición, el extraordinario desa-rrollo de la Jornada mundial de Madrid demuestra queoración y silencio pueden convivir con la presencia decientos de miles de jóvenes, con toda probabilidad másde un millón, llegados de todo el mundo. Se había vis-to en otras ocasiones y la confirmación llega de la capi-tal española, donde la alegría festiva de chicos y chicasse ha mezclado con el silencio del vía crucis y el entu-siasmo suscitado por el anuncio de la declaración deJuan de Ávila —a quien ya Pablo VI había presentadocomo modelo de sacerdote para la contemporaneidad—como doctor de la Iglesia

En las calles madrileñas los teléfonos móviles hancapturado así las imágenes de los pasos, los grupos lig-narios de estilo barroco que representan la Pasión, refi-nados y a la vez populares, expresión de la religiosidadenraizada en un pueblo que permanece católico. Y eldolor del mundo lo asumieron los peregrinos de Ma-drid, subrayado por los cantos meditativos en latín deTaizé —donde tal vez nació la idea de estas jornadas— ypor un emocionante quejío según la tradición andaluza.En el día en que se venera la cruz, portada en proce-sión por jóvenes procedentes de países donde el nom-bre de Cristo implica sufrimientos y no raramente per-secuciones.

Quien critica las asambleas masivas elegidas por laIglesia como una de las formas de presencia en elmundo de hoy debería, por lo tanto, reflexionar sobreesta Jornada mundial de la juventud, contestada convergonzosa intolerancia y sin razón por minorías mar-ginales, que han conseguido demasiado espacio infor-mativo. Se trata, en cambio, de un acontecimiento quese está imponiendo como fenómeno relevante en losmedios de comunicación internacionales. Importanciaque es principalmente religiosa, como debe reconocerquien desee atenerse a la simple realidad.

Con una multitud de jóvenes desbordante y que estásuscitando simpatía en los habitantes de la capital es-pañola, la fiesta y el silencio de estos días están mos-trando, en síntesis, que la Jornada de Madrid es unmomento del camino de los cristianos. Que no es el dequien va hacia el abismo, la muerte y la nada, sino unitinerario —como dijo el Papa a los seminaristas— dequien, paso a paso, se acerca a la tierra prometida. Queno es un lugar, sino una persona: Jesús, quien ha reve-lado el rostro de Dios.

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página 6 L’OSSERVATORE ROMANO domingo 28 de agosto de 2011, número 35

Benedicto XVI tuvo oportunidad de vivir un particular momento defamiliaridad con los jóvenes de la J M J, que le ofrecieron un singular pastel enforma de piano. Fue durante el almuerzo del viernes 19 de agosto en lanunciatura apostólica de Madrid, en el que participó el cardenal RoucoVarela y doce peregrinos de distintas nacionalidades: un chico y una chicapor cada continente y dos más de España, país anfitrión de la Jornada. Losjóvenes invitados al almuerzo con el Pontífice fueron elegidos por sorteoentre los miles de voluntarios que han trabajado en las diversas fases depreparación de la J M J.

En la casa donde se busca la verdadVIENE DE LA PÁGINA 4

Con el presidente del Gobierno

En la tarde del viernes 19 de agosto, el presidente del Gobierno español,José Luis Rodríguez Zapatero, visitó al Santo Padre en la nunciaturaapostólica. Fue recibido por el cardenal Tarcisio Bertone y el nuncioapostólico en España, Renzo Fratini. Benedicto XVI y Rodríguez Zapa-tero mantuvieron un coloquio privado, durante el cual —informa unanota del Gobierno español— afrontaron temas de política internacional,deseando que se envíen ayudas «lo antes posible» al Cuerno de África,que está viviendo una «dramática situación humanitaria», y hablaron dela economía en Europa, de Oriente Medio, de la situación de algunospaíses del mundo árabe y de Cuba. Al final, el Pontífice regaló al presi-dente del Gobierno una pluma estilográfica con decoraciones inspiradasen el baldaquino realizado por Bernini en San Pedro.

Conferencia de prensa del Papa en vueloVIENE DE LA PÁGINA 2

En familia con los jóvenes peregrinos

maestros; personas abiertas a laverdad total en las diferentes ra-mas del saber, sabiendo escuchar yviviendo en su propio interior esediálogo interdisciplinar; personasconvencidas, sobre todo, de la ca-pacidad humana de avanzar en elcamino hacia la verdad. La juven-tud es tiempo privilegiado para labúsqueda y el encuentro con laverdad. Como ya dijo Platón:«Busca la verdad mientras eres jo-ven, pues si no lo haces, despuésse te escapará de entre las manos»(Parménides, 135d). Esta alta aspi-ración es la más valiosa que po-déis transmitir personal y vital-mente a vuestros estudiantes, y nosimplemente unas técnicas instru-mentales y anónimas, o unos datosfríos, usados sólo funcionalmente.

Por tanto, os animo encarecida-mente a no perder nunca dichasensibilidad e ilusión por la ver-dad; a no olvidar que la enseñan-za no es una escueta comunica-ción de contenidos, sino una for-mación de jóvenes a quienes ha-béis de comprender y querer, enquienes debéis suscitar esa sed deverdad que poseen en lo profundoy ese afán de superación. Sed paraellos estímulo y fortaleza.

Para esto, es preciso tener encuenta, en primer lugar, que el ca-mino hacia la verdad completacompromete también al ser huma-no por entero: es un camino de lainteligencia y del amor, de la ra-zón y de la fe. No podemos avan-zar en el conocimiento de algo sino nos mueve el amor; ni tampo-co amar algo en lo que no vemosracionalidad: pues «no existe lainteligencia y después el amor:

existe el amor rico en inteligenciay la inteligencia llena de amor»(Caritas in veritate, 30). Si verdady bien están unidos, también loestán conocimiento y amor. De es-ta unidad deriva la coherencia devida y pensamiento, la ejemplari-dad que se exige a todo buen edu-c a d o r.

En segundo lugar, hay que con-siderar que la verdad misma siem-pre va a estar más allá de nuestroalcance. Podemos buscarla y acer-carnos a ella, pero no podemosposeerla del todo: más bien, esella la que nos posee a nosotros yla que nos motiva. En el ejerciciointelectual y docente, la humildades asimismo una virtud indispen-sable, que protege de la vanidadque cierra el acceso a la verdad.No debemos atraer a los estudian-tes a nosotros mismos, sino enca-minarlos hacia esa verdad que to-dos buscamos. A esto os ayudaráel Señor, que os propone ser sen-cillos y eficaces como la sal, o co-mo la lámpara, que da luz sin ha-cer ruido (cf. Mt 5, 13-15).

Todo esto nos invita a volversiempre la mirada a Cristo, en cu-yo rostro resplandece la Verdadque nos ilumina, pero que tam-bién es el Camino que lleva a laplenitud perdurable, siendo cami-nante junto a nosotros y sostenién-donos con su amor. Arraigados enél, seréis buenos guías de nuestrosjóvenes. Con esa esperanza, ospongo bajo el amparo de la Vir-gen María, Trono de la Sabiduría,para que ella os haga colaborado-res de su Hijo con una vida col-mada de sentido para vosotrosmismos y fecunda en frutos, tantode conocimiento como de fe, paravuestros alumnos. Muchas gracias.

siempre la verdad, los verdaderos va-lores; tenemos un núcleo de valores,en los derechos humanos fundamen-tales. Los derechos fundamentales re-conocidos nos ponen en diálogounos con otros. La verdad como tales dialogante, pues busca conocermejor, comprender mejor, y lo haceen diálogo con los demás. De estemodo, buscar la verdad y la dignidaddel hombre es la mejor defensa de lalib ertad.

Las Jornadas mundiales de la juventudson un tiempo hermosísimo y suscitanmucho entusiasmo, pero los jóvenes lue-go al volver a casa encuentran un mun-do en el que la práctica religiosa está endisminución muy fuerte. A muchos deellos probablemente no se les verá ya enla iglesia. ¿Cómo se puede dar continui-dad a los frutos de la Jornada mundial

de la juventud? ¿Piensa que dará efecti-vamente frutos de larga duración másallá de los momentos de gran entusias-mo?

La siembra de Dios siempre es si-lenciosa, no aparece inmediatamenteen las estadísticas. Y esa semilla queel Señor siembra con las JMJ es comola semilla de la que habla el Evange-lio: una parte cae en el camino y sepierde; una parte cae en la piedra yse pierde; una parte cae entre las es-pinas y se pierde; pero una parte caeen tierra buena y da mucho fruto.Esto es precisamente lo que sucedecon la siembra de la JMJ: mucho sepierde y esto es humano. Con otraspalabras del Señor, la semilla demostaza es pequeña, pero crece y seconvierte en un gran árbol. Cierta-mente se pierde mucho, no podemosdecir que desde mañana comienza ungran crecimiento de la Iglesia. Diosno actúa así. Crece en silencio y mu-

cho. Sé que otras JMJ hansuscitado numerosas amista-des, amistades para toda lavida; muchas nuevas expe-riencias de que Dios existe.Y nosotros confiamos en estecrecimiento silencioso, y es-tamos seguros de que, aun-que las estadísticas no ha-blen mucho de ello, la semi-lla del Señor crece realmen-te. Y para muchísimas perso-nas será el inicio de unaamistad con Dios y con losdemás, de una universalidadde pensamiento, de una res-ponsabilidad común querealmente nos muestra queestos días dan fruto. Gracias.

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Misa de Benedicto XVI con los seminaristas en la catedral de Santa María la Real de la Almudena

Servidores de los hombresEl sábado 20 de agosto, en la catedral de Madrid,dedicada a Santa María la Real de la Almudena,Benedicto XVI celebró la misa para los seminaristasespañoles —presentes dentro y fuera del templo—,acompañados de sus familiares. Concelebraronnumerosos obispos españoles. Publicamos la homilíadel Papa.

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San Juan de Ávila, doctor de la Iglesia universal

Inscripción en cerámica en la casa del santo sacerdote español

Señor cardenal arzobispo de Madrid, veneradoshermanos en el episcopado, queridos sacerdotes yreligiosos, queridos rectores y formadores, queri-dos seminaristas, amigos todos:

Me alegra profundamente celebrar la santa mi-sa con todos vosotros, que aspiráis a ser sacerdo-tes de Cristo para el servicio de la Iglesia y de loshombres, y agradezco las amables palabras de sa-ludo con que me habéis acogido. Esta santa igle-sia catedral de Santa María La Real de la Almu-dena es hoy como un inmenso cenáculo donde elSeñor celebra con deseo ardiente su Pascua conquienes un día anheláis presidir en su nombre losmisterios de la salvación. Al veros, compruebo denuevo cómo Cristo sigue llamando a jóvenes dis-cípulos para hacerlos apóstoles suyos, permane-ciendo así viva la misión de la Iglesia y la ofertadel Evangelio al mundo. Como seminaristas, es-táis en camino hacia una meta santa: ser prolon-gadores de la misión que Cristo recibió del Padre.Llamados por él, habéis seguido su voz y atraídospor su mirada amorosa avanzáis hacia el ministe-rio sagrado. Poned vuestros ojos en él, que por suencarnación es el revelador supremo de Dios almundo y por su resurrección es el cumplidor fiel

de su promesa. Dadle gracias por esta muestra depredilección que tiene con cada uno de vosotros.

La primera lectura que hemos escuchado nosmuestra a Cristo como el nuevo y definitivo sacer-dote, que hizo de su existencia una ofrenda total.La antífona del Salmo se le puede aplicar perfec-tamente, cuando, al entrar en el mundo, dirigién-dose a su Padre, dijo: «Aquí estoy para hacer tuvoluntad» (cf. Sal 39, 8-9). En todo buscabaagradarle: al hablar y al actuar, recorriendo los ca-minos o acogiendo a los pecadores. Su vivir fueun servicio y su desvivirse una intercesión peren-ne, poniéndose en nombre de todos ante el Padrecomo Primogénito de muchos hermanos. El autorde la carta a los Hebreos afirma que con esa en-trega perfeccionó para siempre a los que estába-mos llamados a compartir su filiación (cf. Hb 10,14).

La Eucaristía, de cuya institución nos habla elevangelio proclamado (cf. Lc 22, 14-20), es la ex-presión real de esa entrega incondicional de Jesúspor todos, también por los que le traicionaban.Entrega de su cuerpo y sangre para la vida de loshombres y para el perdón de sus pecados. La san-gre, signo de la vida, nos fue dada por Dios co-mo alianza, a fin de que podamos poner la fuerzade su vida, allí donde reina la muerte a causa denuestro pecado, y así destruirlo. El cuerpo desga-rrado y la sangre vertida de Cristo, es decir, su li-bertad entregada, se han convertido por los sig-nos eucarísticos en la nueva fuente de la libertadredimida de los hombres. En él tenemos la pro-mesa de una redención definitiva y la esperanzacierta de los bienes futuros. Por Cristo sabemosque no somos caminantes hacia el abismo, haciael silencio de la nada o de la muerte, sino viajeroshacia una tierra de promisión, hacia él que esnuestra meta y también nuestro principio.

Queridos amigos, os preparáis para ser apósto-les con Cristo y como Cristo, para ser compañe-ros de viaje y servidores de los hombres. ¿Cómovivir estos años de preparación? Ante todo, debenser años de silencio interior, de permanente ora-ción, de constante estudio y de inserción paulati-na en las acciones y estructuras pastorales de laIglesia. Iglesia que es comunidad e institución, fa-milia y misión, creación de Cristo por su SantoEspíritu y a la vez resultado de quienes la confor-mamos con nuestra santidad y con nuestros peca-dos. Así lo ha querido Dios, que no tiene reparoen hacer de pobres y pecadores sus amigos e ins-

trumentos para la redención del género humano.La santidad de la Iglesia es ante todo la santidadobjetiva de la misma persona de Cristo, de suEvangelio y de sus sacramentos, la santidad deaquella fuerza de lo alto que la anima e impulsa.Nosotros debemos ser santos para no crear unacontradicción entre el signo que somos y la reali-dad que queremos significar.

Meditad bien este misterio de la Iglesia, vivien-do los años de vuestra formación con profundaalegría, en actitud de docilidad, de lucidez y deradical fidelidad evangélica, así como en amorosarelación con el tiempo y las personas en medio delas que vivís. Nadie elige el contexto ni a los des-tinatarios de su misión. Cada época tiene sus pro-blemas, pero Dios da en cada tiempo la graciaoportuna para asumirlos y superarlos con amor yrealismo. Por eso, en cualquier circunstancia en laque se halle, y por dura que esta sea, el sacerdoteha de fructificar en toda clase de obras buenas,guardando para ello siempre vivas en su interiorlas palabras del día de su ordenación, aquellascon las que se le exhortaba a configurar su vidacon el misterio de la cruz del Señor.

San Juan de Ávila, gran predicador y místico,patrono del clero secular español, será declaradopróximamente doctor de la Iglesia universal. Loanunció el Papa al final de la misa celebrada elsábado 20 de agosto, por la mañana, en lacatedral de la Almudena, Madrid.

Queridos hermanos:

bir un día la sagrada ordenación. Invito a todosa que vuelvan la mirada hacia él, y encomiendoa su intercesión a los obispos de España y de to-do el mundo, así como a los presbíteros y semi-naristas, para que perseverando en la misma fede la que él fue maestro, modelen su corazón se-gún los sentimientos de Jesucristo, el Buen Pas-tor, a quien sea la gloria y el honor por los si-glos de los siglos. Amén.

Con gran gozo, quiero anunciar ahoraal pueblo de Dios, en este marco de lasanta iglesia catedral de Santa María LaReal de la Almudena, que, acogiendo losdeseos del señor presidente de la Confe-rencia episcopal española, eminentísimocardenal Antonio María Rouco Varela, ar-zobispo de Madrid, de los demás herma-nos en el episcopado de España, así comode un gran número de arzobispos y obis-pos de otras partes del mundo, y de mu-chos fieles, declararé próximamente a sanJuan de Ávila, presbítero, doctor de laIglesia universal.

Al hacer pública esta noticia aquí, deseoque la palabra y el ejemplo de este eximiopastor ilumine a los sacerdotes y a aque-llos que se preparan con ilusión para reci-

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número 35, domingo 28 de agosto de 2011 L’OSSERVAT

La vigilia de oración en la gran explanada del aeródromo de Cuatro Vien

Como amigos de Cristo en la socied

Queridos amigos:Os saludo a todos, pero en particular

a los jóvenes que me han formuladosus preguntas, y les agradezco la since-ridad con que han planteado sus in-quietudes, que expresan en cierto modoel anhelo de todos vosotros por alcan-zar algo grande en la vida, algo que osdé plenitud y felicidad.

Pero, ¿cómo puede un joven ser fiela la fe cristiana y seguir aspirando agrandes ideales en la sociedad actual?En el evangelio que hemos escuchadoJesús nos da una respuesta a esta im-portante cuestión: «Como el Padre meha amado, así os he amado yo; perma-neced en mi amor» (Jn 15, 9).

Sí, queridos amigos, Dios nos ama.Esta es la gran verdad de nuestra viday que da sentido a todo lo demás. Nosomos fruto de la casualidad o la irra-cionalidad, sino que en el origen denuestra existencia hay un proyecto deamor de Dios. Permanecer en su amorsignifica entonces vivir arraigados en lafe, porque la fe no es la simple acepta-ción de unas verdades abstractas, sinouna relación íntima con Cristo que noslleva a abrir nuestro corazón a este mis-terio de amor y a vivir como personasque se saben amadas por Dios.

Si permanecéis en el amor de Cristo,arraigados en la fe, encontraréis, aun enmedio de contrariedades y sufrimientos,la raíz del gozo y la alegría. La fe no seopone a vuestros ideales más altos; alcontrario, los exalta y perfecciona.Queridos jóvenes, no os conforméiscon menos que la verdad y el amor, noos conforméis con menos que Cristo.

Precisamente ahora, en que la cultu-ra relativista dominante renuncia y des-precia la búsqueda de la verdad, que esla aspiración más alta del espíritu hu-

mano, debemos proponer con coraje yhumildad el valor universal de Cristo,como salvador de todos los hombres yfuente de esperanza para nuestra vida.Él, que tomó sobre sí nuestras afliccio-nes, conoce bien el misterio del dolorhumano y muestra su presencia amoro-sa en todos los que sufren. Estos, a suvez, unidos a la pasión de Cristo, parti-cipan muy de cerca en su obra de re-dención. Además, nuestra atención de-sinteresada a los enfermos y posterga-dos, siempre será un testimonio humil-

«Buenas noches»del Papa

Al despedirse de los jóvenes, al finalde la vigilia de oración, el SantoPadre pronunció el siguiente saludo:

Queridos jóvenes:Hemos vivido una aventura

juntos. Firmes en la fe en Cristohabéis resistido la lluvia. Antes demarcharme, deseo daros las bue-nas noches a todos. Que descan-séis bien. Gracias por el sacrificioque estáis haciendo y que no du-do ofreceréis generosamente alSeñor. Nos vemos mañana, siDios quiere, en la celebración eu-carística. Os espero a todos. Osdoy las gracias por el maravillosoejemplo que habéis dado. Igualque esta noche, con Cristo po-dréis siempre afrontar las pruebasde la vida. No lo olvidéis. ¡Gra-cias a todos!

En el aeródromo de Cuatro Vientos de Madrid tuvo lugar elsábado 20 de agosto, al caer la tarde, la vigilia de oración de laJMJ con el Papa. Una inmensa multitud de jóvenes felices—cerca de dos millones— le esperaba desde horas antes, primerodesafiando el intenso calor; después, la fuerte tormenta en plenacelebración, que había iniciado con la procesión de la cruz,portada por jóvenes de los cinco continentes. Tras la liturgia dela Palabra, las ráfagas de viento e intensa lluvia impidieron alPapa durante veinte minutos pronunciar su homilía —cuyo textoíntegro ofrecemos en estas páginas—. A pesar de que leaconsejaban que se retirara, prefirió estar junto a los jóvenes. «Siellos permanecen, me quedo también yo», susurró Benedicto XVIa sus colaboradores. «Gracias por vuestra alegría y resistencia.

Vuestra fuerza es mayor que la lluvia», dijo a la multitud,suscitando una explosión de júbilo. La vigilia culminó con laexposición y adoración del Santísimo Sacramento, custodiado enel magnífico ostensorio de la catedral de Toledo realizado porencargo del cardenal Cisneros en el siglo XVI. El Papa consagróa los jóvenes al Sagrado Corazón de Jesús, y al final impartióla bendición eucarística. Se entonó entonces el himno «Cantemosal Amor de los amores», compuesto con ocasión del XXIICongreso eucarístico internacional, celebrado en Madrid haceexactamente un siglo, en 1911. Benedicto XVI se despidió citandoa los jóvenes para la misa conclusiva de la Jornada,a la mañana siguiente. Fueron multitud los que decidieron pasarla noche en la explanada.

de y callado del rostro compasivo deD ios.

Queridos amigos, que ninguna ad-versidad os paralice. No tengáis miedoal mundo, ni al futuro, ni a vuestra de-bilidad. El Señor os ha otorgado viviren este momento de la historia, paraque gracias a vuestra fe siga resonandosu Nombre en toda la tierra.

En esta vigilia de oración, os invito apedir a Dios que os ayude a descubrirvuestra vocación en la sociedad y en laIglesia, y a perseverar en ella con ale-gría y fidelidad. Vale la pena acoger en

nuestro interior la llamada de Cristo yseguir con valentía y generosidad el ca-mino que él nos proponga.

A muchos, el Señor los llama al ma-trimonio, en el que un hombre y unamujer, formando una sola carne (cf. Gn2, 24), se realizan en una profunda vidade comunión. Es un horizonte lumino-so y exigente a la vez. Un proyecto deamor verdadero que se renueva y ahon-da cada día compartiendo alegrías y di-ficultades, y que se caracteriza por unaentrega de la totalidad de la persona.Por eso, reconocer la belleza y bondaddel matrimonio significa ser conscientesde que solo un ámbito de fidelidad eindisolubilidad, así como de apertura aldon divino de la vida, es el adecuado ala grandeza y dignidad del amor matri-monial.

A otros, en cambio, Cristo los llamaa seguirlo más de cerca en el sacerdocioo en la vida consagrada. Qué hermosoes saber que Jesús te busca, se fija en tiy con su voz inconfundible te dice tam-bién a ti: «¡Sígueme!» (cf. Mc 2, 14).

Queridos jóvenes, para descubrir yseguir fielmente la forma de vida a la

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TORE ROMANO páginas 8/9

ntos

dad y en la Iglesia

Los jóvenes confían sus inquietudes

que el Señor os llame a cada uno, esindispensable permanecer en su amorcomo amigos. Y, ¿cómo se mantiene laamistad si no es con el trato frecuente,la conversación, el estar juntos y elcompartir ilusiones o pesares? SantaTeresa de Jesús decía que la oración es«tratar de amistad, estando muchas ve-ces tratando a solas con quien sabemosnos ama» (cf. Libro de la vida, 8).

Os invito, pues, a permanecer ahoraen la adoración a Cristo, realmente pre-sente en la Eucaristía. A dialogar conél, a poner ante él vuestras preguntas ya escucharlo. Queridos amigos, yo rezopor vosotros con toda el alma. Os su-plico que recéis también por mí. Pidá-mosle al Señor en esta noche que,atraídos por la belleza de su amor, vi-vamos siempre fielmente como discípu-los suyos. Amén.

Queridos amigos: Gracias por vues-tra alegría y resistencia. Vuestra fuerzaes mayor que la lluvia. Gracias. El Se-ñor con la lluvia nos ha mandado mu-chas bendiciones. También con estosois un ejemplo.

A continuación, el Papa saludó a losjóvenes en francés, inglés, alemán, italiano,portugués y polaco.

Queridos jóvenes de lengua francesa,estad orgullosos por haber recibido eldon de la fe, que iluminará vuestra vi-da en todo momento. Apoyaos en la fede aquellos que están cerca de vosotros,en la fe de la Iglesia. Gracias a la fe es-tamos cimentados en Cristo. Encon-traos con otros para profundizar enella, participad en la Eucaristía, miste-rio de la fe por excelencia. SolamenteCristo puede responder a vuestras aspi-raciones. Dejaos conquistar por Diospara que vuestra presencia dé a la Igle-sia un impulso nuevo.

Queridos jóvenes de lengua inglesa,en estos momentos de silencio delantedel Santísimo Sacramento, elevemosnuestras mentes y corazones a Jesucris-to, el Señor de nuestras vidas y del fu-turo. Que él derrame su Espíritu sobrenosotros y sobre toda la Iglesia, paraque seamos promotores de libertad, re-conciliación y paz en todo el mundo.

Queridos jóvenes de lengua alemana.En el fondo, lo que nuestro corazóndesea es lo bueno y bello de la vida.No permitáis que vuestros deseos y an-

helos caigan en el vacío, antes bien ha-ced que cobren fuerza en Cristo. Él esel cimiento firme, el punto de referen-cia seguro para una vida plena.

Me dirijo ahora a los jóvenes de len-gua italiana. Queridos amigos, esta Vi-gilia quedará como una experiencia

inolvidable en vuestra vida. Conservadla llama que Dios ha encendido envuestros corazones en esta noche: pro-curad que no se apague, alimentadlacada día, compartidla con vuestros coe-táneos que viven en la oscuridad y bus-can una luz para su camino. Gracias.Adiós. Hasta mañana.

Mis queridos amigos de lengua por-tuguesa, os invito a todos a establecerun diálogo personal con Cristo, expo-niéndole las propias dudas y sobre to-do escuchándolo. El Señor está aquí yos llama. Jóvenes amigos, vale la penaescuchar en nuestro interior la Palabra

de Jesús y caminar siguiendo sus pasos.Pedid al Señor que os ayude a descu-brir vuestra vocación en la vida y en laIglesia, y a perseverar en ella con ale-gría y fidelidad, sabiendo que él nuncaos abandonará ni os traicionará. Él estácon nosotros hasta el fin del mundo.

Queridos amigos procedentes de Po-lonia. Esta vigilia de oración está col-mada de la presencia de Cristo. Segu-ros de su amor, acercaos a él con la lla-ma de vuestra fe. Él os colmará de suvida. Edificad vuestra vida sobre Cristoy su Evangelio. Os bendigo de cora-zón.

Al inicio de la liturgia de la Palabra, cinco jóvenes se pre-sentaron al Papa para hacerle algunas preguntas.

El inglés Paul Hitchings le dijo: «Me convertí a la Igle-sia católica hace pocos años, gracias a la ayuda de algunosamigos y estudiando la historia de la Iglesia de mi país.Descubrí que quien encuentra a Cristo se encuentra a símismo, descubre su propia identidad. Pero en el mundo ac-

La filipina Kritzia Santos dijo: «Estoy haciendo un más-ter de desarrollo comunitario y aspiro a metas grandes enmi vida, como usted, Santidad, dice en su Mensaje. Pero,en mi ambiente, se entiende por «metas grandes» el dinero,el poder, tener puestos de fama y prestigio. Parece difícilaspirar a grandes ideales si uno quiere ser fiel a su fe y vivircomo cristiano. ¿Qué hacer para no renunciar a mis idea-

tual, la fe cristiana se equipara a otros cre-dos, religiones, y resulta difícil entenderque Cristo es el salvador de todos loshombres. ¿Quién es Cristo realmente?¿Vale para todos los hombres o sólo paralos cristianos?».

Sucesivamente habló la keniana Rosely-ne Warau Mwangi, que trabaja en la S t ra -hmore Univeristy. «Yo dedico mucho tiem-po —contó— a colaborar en el campo so-cial, con marginados y gente muy pobre.Recientemente en mi universidad hemospuesto en marcha una campaña especialpara ayudar a las víctimas del hambre enKenia, Etiopía y Somalia. Usted, Santi-dad, ha dicho que en los pobres podemostocar a Cristo. Es verdad, pero hay vecesque no resulta fácil porque, ante el sufri-miento del mundo, especialmente en estacrisis económica, nos preguntamos por elsentido del dolor en el plan de Dios.Cuando los que sufren nos preguntan so-bre esto, nos cuesta responder. ¿Cómo ha-cerles comprender que en ellos está Cristovivo y sufriendo? ¿Cómo decirles queellos son muy importantes a los ojos de Dios?».

Después fue el turno del estadounidense Robert de Si-mone, que se va a casar dentro de unos meses. «El matri-monio cristiano —afirmó— es una hermosa vocación y minovia y yo buscamos ser felices. Nos damos cuenta, sin em-bargo, de que esta vocación es muy exigente y vemos quemuchos matrimonios cristianos, y los jóvenes, no siguen lasorientaciones de la Iglesia en el campo de la moral sexual ymatrimonial. No nos sentimos bichos raros, pero da la im-presión de que la moral cristiana es para pocos, o que esmuy difícil cumplir lo que Cristo y la Iglesia nos piden.¿Cómo vivir la vocación al matrimonio con fidelidad?».

les, a mi fe, sin alejarme de la sociedad, y luchando paraser testigo de Cristo en nuestro mundo?».

Por último, intervino la alemana Kathleen Hromek: «Meparece que yo soy la menos cristiana de todos los que hanhablado. Me llamo Kathleen, soy de Berlín, aún no estoybautizada. Me atrae la persona de Cristo, pero no sé sirealmente quiero ser cristiana, pues, aunque usted ha dichoque Cristo da todo y no quita nada, me cuesta mucho ima-ginarlo. Si quiero ser cristiana de verdad tengo que renun-ciar a muchas cosas, y no siento que Cristo se interese mu-cho por mí. Quisiera pedirle que rece por mí y que me di-ga qué tengo que hacer, por dónde debo empezar».

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Encuentro con el comité mixto organizador de la Jornada mundial de la juventud en Madrid

Colaboración eficaz entre Iglesia e instituciones civilesLa tarde del sábado 20 de agosto, en la nunciaturaapostólica, el Papa mantuvo un encuentro con elcomité mixto organizador de la Jornada, compuestopor el de la archidiócesis de Madrid y el delGobierno español, coordinado por el ministro de lapresidencia Ramón Jaúregui y por la subsecretaria

Soledad López. En esta ocasión, Benedicto XVIsaludó personalmente, además, a dos ancianasreligiosas. Se trata de Teresita Brajuen (en lafotografía) de 104 años, monja cisterciense deBuenafuente del Sistal (Guadalajara) que entró alclaustro exactamente el día del nacimiento de Jospeh

Ratzinger —Sábado santo, 16 de abril de 1927—, yde la otra religiosa del Sagrado Corazón, en silla deruedas, que trabajó mucho tiempo en la Congregaciónpara la doctrina de la fe cuando el Pontífice era suprefecto. Ofrecemos el discurso que dirigió el el Papaal comité organizador.

VIENE DE LA PÁGINA 7

Misa del Papa con los seminaristas

Configurarse con Cristo comporta, queridos semina-ristas, identificarse cada vez más con Aquel que se hahecho por nosotros siervo, sacerdote y víctima. Confi-gurarse con él es, en realidad, la tarea en la que el sa-cerdote ha de gastar toda su vida. Ya sabemos que nossobrepasa y no lograremos cumplirla plenamente, pero,como dice san Pablo, corremos hacia la meta esperan-do alcanzarla (cf. Flp 3, 12-14).

Pero Cristo, Sumo Sacerdote, es también el BuenPastor, que cuida de sus ovejas hasta dar la vida porellas (cf. Jn 10, 11). Para imitar también en esto al Se-ñor, vuestro corazón ha de ir madurando en el semina-rio, estando totalmente a disposición del Maestro. Estadisponibilidad, que es don del Espíritu Santo, es laque inspira la decisión de vivir el celibato por el reinode los cielos, el desprendimiento de los bienes de latierra, la austeridad de vida y la obediencia sincera ysin disimulo.

Pedidle, pues, a él, que os conceda imitarlo en su ca-ridad hasta el extremo para con todos, sin rehuir a losalejados y pecadores, de forma que, con vuestra ayuda,se conviertan y vuelvan al buen camino. Pedidle que osenseñe a estar muy cerca de los enfermos y de los po-bres, con sencillez y generosidad. Afrontad este reto sincomplejos ni mediocridad, antes bien como una bellaforma de realizar la vida humana en gratuidad y enservicio, siendo testigos de Dios hecho hombre, mensa-jeros de la altísima dignidad de la persona humana y,

por consiguiente, sus defensores incondicionales. Apo-yados en su amor, no os dejéis intimidar por un entor-no en el que se pretende excluir a Dios y en el que elpoder, el tener o el placer a menudo son los principa-les criterios por los que se rige la existencia. Puede queos menosprecien, como se suele hacer con quienes evo-can metas más altas o desenmascaran los ídolos antelos que hoy muchos se postran. Será entonces cuandouna vida hondamente enraizada en Cristo se muestrerealmente como una novedad y atraiga con fuerza aquienes de veras buscan a Dios, la verdad y la justicia.

Alentados por vuestros formadores, abrid vuestra al-ma a la luz del Señor para ver si este camino, que re-quiere valentía y autenticidad, es el vuestro, avanzandohacia el sacerdocio solamente si estáis firmemente per-suadidos de que Dios os llama a ser sus ministros yplenamente decididos a ejercerlo obedeciendo las dis-posiciones de la Iglesia.

Con esa confianza, aprended de Aquel que se defi-nió a sí mismo como manso y humilde de corazón,despojándoos para ello de todo deseo mundano, demanera que no os busquéis a vosotros mismos, sinoque con vuestro comportamiento edifiquéis a vuestroshermanos, como hizo el santo patrono del clero secularespañol, san Juan de Ávila. Animados por su ejemplo,mirad, sobre todo, a la Virgen María, Madre de los sa-cerdotes. Ella sabrá forjar vuestra alma según el mode-lo de Cristo, su divino Hijo, y os enseñará siempre acustodiar los bienes que él adquirió en el Calvario parala salvación del mundo. Amén.

Queridos amigos:Me complace recibiros en esta

nunciatura apostólica para agradece-ros vivamente todo lo que habéis lle-vado a cabo para la organización deesta Jornada mundial de la juven-tud. Sé muy bien que, desde el mo-mento que se hizo pública la noticiade que la archidiócesis de Madridhabía sido elegida como sede de estainiciativa, el señor cardenal AntonioMaría Rouco Varela puso en marchalos trabajos del comité organizadorlocal, en el que, con un profundosentido eclesial y extraordinario afec-to al Vicario de Cristo, han colabo-rado los responsables de las diversasáreas que se hallan implicadas en unacontecimiento de esta magnitud,coordinados por monseñor CésarAugusto Franco Martínez. Sólo elamor a la Iglesia y el afán por evan-gelizar a los jóvenes explican estecompromiso tan generoso en tiempoy energías, que dará un abundante

fruto apostólico. Durante meses ha-béis entregado lo mejor de vosotrosmismos al servicio de la misión de laIglesia. Dios os lo premiará con elciento por uno. No sólo a vosotros,sino a vuestras familias e institucio-nes, que con abnegación han soste-nido vuestra dedicación y esmero.Si, como dice Jesús, ni un vaso deagua dado en su nombre quedarásin recompensa, ¡cuánto más la en-trega diaria y permanente a la orga-nización de un hecho eclesial de tan-to relieve como el que estamos vi-viendo! Gracias a cada uno de voso-t ro s .

De igual modo, quiero manifestarmi gratitud a los miembros de la co-misión mixta, formada por el arzo-bispado de Madrid y las administra-ciones del Estado, de la Comunidadde Madrid y del ayuntamiento de laVilla, que, también desde el iniciode la preparación de esta Jornadamundial de la juventud, se constitu-yó con la mirada puesta en los cien-tos de miles de jóvenes peregrinosque han llegado a Madrid, ciudadabierta, hermosa y solidaria. Cierta-mente, sin esta colaboración solícita,no se habría podido realizar unevento de tanta complejidad y tras-cendencia. A este respecto, sé bienque las diversas entidades se hanpuesto a disposición del comité or-ganizador local, sin escatimar esfuer-zos y en un clima de amable coope-ración, que honra a esta noble na-ción y al reconocido espíritu de hos-pitalidad de los españoles.

La eficacia de esta comisión mani-fiesta que no sólo es posible la cola-boración entre la Iglesia y las insti-tuciones civiles, sino que, cuando seorientan al servicio de una iniciativade tan largo alcance, como es la quenos ocupa, se hace verdad el princi-pio de que el bien integra a todosen la unidad. Por ello, quiero expre-sar a los representantes de las res-pectivas administraciones, que hantrabajado denodadamente por el éxi-to de esta Jornada mundial, mi mássentido y cordial agradecimiento ennombre de la Iglesia y de los jóve-nes que disfrutan en estos días devuestra acogida y solicitud.

Para todos vosotros, vuestras fami-lias e instituciones, invoco del Señorla abundancia de sus dones. Muchasgracias.

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Visita del Papa al Instituto San José

Ningún sufrimiento puede borrarla dignidad de cada vida humana

«Fiesta del Perdón»La penúltima jornada del viajede Benedicto XVI a Madrid, el 20 deagosto, se abrió en el parque delBuen Retiro, donde confesóa cuatro jóvenes.El lugar, desde el 14 de agosto,acogió doscientos confesionariosmóviles donde sacerdotes denumerosas lenguas estuvierondisponibles para la que en la JMJ seha llamado «Fiesta del Perdón».Con el Papa se confesaron dos chicosy dos chicas, elegidos por sorteoentre quienes lo desearan, peroteniendo en cuenta las expresioneslingüísticas. Pudieron vivir con elSanto Padre la celebración delsacramento en un momento que seprotegió de serenidad y discreción.El Pontífice se acomodó en uno delos doscientos confesionarios blancos.Un evento sin precedentes en unaJM J, si bien Benedicto XVI habíarealizado este gesto en una liturgiapenitencial en San Pedro, confesandoa seis jóvenes romanos el 13 de marzode 2008.

El sábado 20 de agosto, después de cenar en lanunciatura apostólica, el Santo Padre visitó laFundación Instituto San José, donde los religiosos dela Orden Hospitalaria de San Juan de Diosatienden a personas con discapacidades físicas ypsíquicas. Antonio Villuenda, un estudiante dearquitectura sordo, le dirigió unas palabras de saludoen nombre de los presentes, entre ellos un grupo dejóvenes discapacitados que participaban en laJornada. Publicamos el discurso que pronuncióBenedicto XVI en el encuentro, durante el cual saludóa varios enfermos.

mo fruto de un encuentro personal con Cristo.De ello sois muy conscientes vosotros, religiosos,familiares, profesionales de la salud y voluntariosque vivís y trabajáis cotidianamente con estos jó-venes. Vuestra vida y dedicación proclaman lagrandeza a la que está llamado el hombre: com-padecerse y acompañar por amor a quien sufre,como ha hecho Dios mismo. Y en vuestra hermo-sa labor resuenan también las palabras evangéli-cas: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos,mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicis-teis» (Mt 25, 40).

Por otro lado, vosotros sois también testigosdel bien inmenso que constituye la vida de estosjóvenes para quien está a su lado y para la huma-nidad entera. De manera misteriosa pero muyreal, su presencia suscita en nuestros corazones,frecuentemente endurecidos, una ternura que nosabre a la salvación. Ciertamente, la vida de estosjóvenes cambia el corazón de los hombres y, porello, estamos agradecidos al Señor por haberloscono cido.

Queridos amigos, nuestra sociedad, en la quedemasiado a menudo se pone en duda la digni-dad inestimable de la vida, de cada vida, os nece-sita: vosotros contribuís decididamente a edificarla civilización del amor. Más aún, sois protagonis-tas de esta civilización. Y como hijos de la Iglesiaofrecéis al Señor vuestras vidas, con sus penas ysus alegrías, colaborando con él y entrando «aformar parte de algún modo del tesoro de compa-sión que necesita el género humano» (Spe salvi,40).

Con afecto entrañable, y por intercesión de sanJosé, de san Juan de Dios y de san Benito Menni,os encomiendo de todo corazón a Dios nuestroSeñor: que él sea vuestra fuerza y vuestro premio.De su amor sea signo la bendición apostólica queos imparto a vosotros y a todos vuestros familia-res y amigos. Muchas gracias.

(Spe salvi, 38). Estas palabras reflejan una largatradición de humanidad que brota del ofrecimien-to que Cristo hace de sí mismo en la cruz por no-sotros y por nuestra redención. Jesús y, siguiendosus huellas, su Madre dolorosa y los santos sonlos testigos que nos enseñan a vivir el drama delsufrimiento para nuestro bien y la salvación delmundo.

Estos testigos nos hablan, ante todo, de la dig-nidad de cada vida humana, creada a imagen deDios. Ninguna aflicción es capaz de borrar estaimpronta divina grabada en lo más profundo delhombre. Y no solo: desde que el Hijo de Diosquiso abrazar libremente el dolor y la muerte, laimagen de Dios se nos ofrece también en el rostrode quien padece. Esta especial predilección delSeñor por el que sufre nos lleva a mirar al otrocon ojos limpios, para darle, además de las cosasexternas que precisa, la mirada de amor que nece-sita. Pero esto únicamente es posible realizarlo co-

Señor cardenal arzobispo de Madrid, queridoshermanos en el episcopado, queridos sacerdotes yreligiosos de la Orden Hospitalaria de San Juande Dios, distinguidas autoridades, queridos jóve-nes, familiares y voluntarios aquí presentes:

Gracias de corazón por el amable saludo y lacordial acogida que me habéis dispensado.

Esta noche, antes de la vigilia de oración conlos jóvenes de todo el mundo que han venido aMadrid para participar en esta Jornada mundialde la juventud, tenemos ocasión de pasar algunosmomentos juntos y así poder manifestaros la cer-canía y el aprecio del Papa por cada uno de voso-tros, por vuestras familias y por todas las perso-nas que os acompañan y cuidan en esta Funda-ción del Instituto San José.

La juventud, lo hemos recordado otras veces, esla edad en la que la vida se desvela a la personacon toda la riqueza y plenitud de sus potenciali-dades, impulsando la búsqueda de metas más al-tas que den sentido a la misma. Por eso, cuandoel dolor aparece en el horizonte de una vida jo-ven, quedamos desconcertados y quizá nos pre-guntemos: ¿Puede seguir siendo grande la vidacuando irrumpe en ella el sufrimiento? A este res-pecto, en mi encíclica sobre la esperanza cristiana,decía: «La grandeza de la humanidad está deter-minada esencialmente por su relación con el sufri-miento y con el que sufre (...). Una sociedad queno logra aceptar a los que sufren y no es capaz decontribuir mediante la compasión a que el sufri-miento sea compartido y sobrellevado también in-teriormente, es una sociedad cruel e inhumana»

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SIGUE EN LA PÁGINA 13

Benedicto XVI preside la misa conclusiva de la JMJ de Madrid

El mundo necesita la alegría de la feLa celebración final de la XXVI Jornada mundial de la juventud presidida por elPapa en el aeródromo de Cuatro Vientos —el domingo del 21 de agosto, a las9.30 horas— se vivió como una «fiesta de la fe». No sólo por la multitud dejóvenes (cerca de dos millones) que colmaron la base aérea equivalente a 48estadios, sino en especial por la alegría de los jóvenes brasileños que, sobre elpalco papal, recibieron la gran cruz y el icono mariano símbolo de la JMJ demanos de sus coetáneos españoles, cantando juntos «unidos venceremos», epílogode la gran fiesta. En la muchedumbre, joven y gozosa, se alternaban coreografíasde estadio y momentos de recogimiento y reflexión. Y así, pese al intenso calor delagosto madrileño, esta nueva generación reunida participó en la misa de clau s u ra ,con la liturgia del XXI domingo del tiempo ordinario, animada por el coro y laorquesta sinfónica de la JMJ. En el vehículo panorámico el Santo Padre hizo unitinerario entre la multitud de peregrinos. Cerca del palco, le esperaban los reyesde España. Después del saludo del cardenal Ruoco Varela, en la misa la liturgiade la Palabra —el Evangelio de la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo (Mt16, 13-20)— fue una coincidencia significativa, pues muchos jóvenes percibenactualmente teorías y falsas doctrinas que generan confusión. Sin embargo—recordó el Pontífice en la homilía— la revelación no viene de la carne ni de lasangre, sino de Dios. Después de la comunión, Benedicto XVI entregó a cincojóvenes una cruz como signo del mandato misionero. Un gesto extendido a todoslos presentes, a cuyos lugares de origen deben llevarla en continuidad con laexperiencia vivida en la JMJ.

Palabras del Santo Padre al inicio dela celebración eucarística:

Queridos jóvenes:He pensado mucho en vosotros

en estas horas que no nos hemos vis-to. Espero que hayáis podido dormirun poco, a pesar de las inclemenciasdel tiempo. Seguro que en esta ma-drugada habréis levantado los ojosal cielo más de una vez, y no sólolos ojos, también el corazón, y estoos habrá permitido rezar. Dios sacabienes de todo. Con esta confianza,y sabiendo que el Señor nunca nosabandona, comenzamos nuestra cele-bración eucarística llenos de entu-siasmo y firmes en la fe.

Homilía del Papa:

Queridos jóvenes:Con la celebración de la Eucaris-

tía llegamos al momento culminantede esta Jornada mundial de la juven-tud. Al veros aquí, venidos en gran

número de todas partes, mi corazónse llena de gozo pensando en elafecto especial con el que Jesús osmira. Sí, el Señor os quiere y os lla-ma amigos suyos (cf. Jn 15, 15). Élviene a vuestro encuentro y deseaacompañaros en vuestro camino, pa-ra abriros las puertas de una vidaplena, y haceros partícipes de su re-lación íntima con el Padre. Noso-tros, por nuestra parte, conscientesde la grandeza de su amor, desea-mos corresponder con toda generosi-dad a esta muestra de predileccióncon el propósito de compartir tam-bién con los demás la alegría quehemos recibido. Ciertamente, sonmuchos en la actualidad los que sesienten atraídos por la figura deCristo y desean conocerlo mejor.Perciben que él es la respuesta a mu-chas de sus inquietudes personales.Pero, ¿quién es él realmente? ¿Cómoes posible que alguien que ha vividosobre la tierra hace tantos años ten-ga algo que ver conmigo hoy?

En el evangelio que hemos escu-

la persona de Cristo en su profundi-dad.

Pero la fe no es fruto del esfuerzohumano, de su razón, sino que es undon de Dios: «¡Dichoso tú, Simón,hijo de Jonás!, porque eso no te loha revelado ni la carne ni la sangre,sino mi Padre que está en los cie-los». Tiene su origen en la iniciativade Dios, que nos desvela su intimi-dad y nos invita a participar de sumisma vida divina. La fe no propor-ciona sólo alguna información sobrela identidad de Cristo, sino que su-pone una relación personal con él, laadhesión de toda la persona, con suinteligencia, voluntad y sentimien-tos, a la manifestación que Dios ha-ce de sí mismo. Así, la pregunta deJesús: «Y vosotros, ¿quién decís quesoy yo?», en el fondo está impulsan-do a los discípulos a tomar una deci-sión personal en relación a él. Fe yseguimiento de Cristo están estre-chamente relacionados. Y, puestoque supone seguir al Maestro, la fetiene que consolidarse y crecer, ha-cerse más profunda y madura, a me-dida que se intensifica y fortalece larelación con Jesús, la intimidad conél. También Pedro y los demás após-toles tuvieron que avanzar por estecamino, hasta que el encuentro conel Señor resucitado les abrió los ojosa una fe plena.

Queridos jóvenes, también hoyCristo se dirige a vosotros con lamisma pregunta que hizo a los após-toles: «Y vosotros, ¿quién decís quesoy yo?». Respondedle con generosi-dad y valentía, como corresponde aun corazón joven como el vuestro.Decidle: Jesús, yo sé que tú eres elHijo de Dios que has dado tu vidapor mí. Quiero seguirte con fideli-dad y dejarme guiar por tu palabra.

Tú me conoces y me amas. Yo mefío de ti y pongo mi vida entera entus manos. Quiero que seas la fuerzaque me sostenga, la alegría que nun-ca me abandone.

En su respuesta a la confesión dePedro, Jesús habla de la Iglesia: «Yyo a mi vez te digo que tú eres Pe-dro, y sobre esta piedra edificaré miIglesia». ¿Qué significa esto? Jesúsconstruye la Iglesia sobre la roca dela fe de Pedro, que confiesa la divi-nidad de Cristo. Sí, la Iglesia no esuna simple institución humana, co-mo otra cualquiera, sino que está es-trechamente unida a Dios. El mismoCristo se refiere a ella como «su»Iglesia. No se puede separar a Cris-to de la Iglesia, como no se puedeseparar la cabeza del cuerpo (cf. 1Co 12, 12). La Iglesia no vive de símisma, sino del Señor. Él está pre-sente en medio de ella, y le da vida,alimento y fortaleza.

Queridos jóvenes, permitidmeque, como Sucesor de Pedro, os in-vite a fortalecer esta fe que se nos hatransmitido desde los Apóstoles, aponer a Cristo, el Hijo de Dios, enel centro de vuestra vida. Pero per-mitidme también que os recuerdeque seguir a Jesús en la fe es cami-nar con él en la comunión de laIglesia. No se puede seguir a Jesúsen solitario. Quien cede a la tenta-ción de ir «por su cuenta» o de vivirla fe según la mentalidad individua-lista, que predomina en la sociedad,corre el riesgo de no encontrar nun-ca a Jesucristo, o de acabar siguien-do una imagen falsa de él.

Tener fe es apoyarse en la fe detus hermanos, y que tu fe sirvaigualmente de apoyo para la de co-

chado (cf. Mt 16, 13-20),vemos representados co-mo dos modos distintosde conocer a Cristo. Elprimero consistiría en unconocimiento externo,caracterizado por la opi-nión corriente. A la pre-gunta de Jesús: «¿Quiéndice la gente que es elHijo del hombre?», losdiscípulos responden:«Unos que Juan el Bau-tista, otros que Elías,otros que Jeremías ouno de los profetas». Esdecir, se considera aCristo como un persona-je religioso más de losya conocidos. Después,dirigiéndose personal-mente a los discípulos,Jesús les pregunta: «Yvosotros, ¿quién decísque soy yo?». Pedro res-ponde con lo que es laprimera confesión de fe:«Tú eres el Mesías, elHijo del Dios vivo». Lafe va más allá de lossimples datos empíricoso históricos, y es capazde captar el misterio de

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número 35, domingo 28 de agosto de 2011 L’OSSERVATORE ROMANO página 13

Anuncio del Papa tras la misa en Cuatro Vientos

En Río de Janeirola JMJ 2013

Queridos amigos:Ahora vais a regresar a vuestros

lugares de residencia habitual. Vues-tros amigos querrán saber qué es loque ha cambiado en vosotros des-pués de haber estado en esta nobleVilla con el Papa y cientos de milesde jóvenes de todo el orbe: ¿Quévais a decirles? Os invito a que deisun audaz testimonio de vida cristia-na ante los demás. Así seréis fermen-to de nuevos cristianos y haréis quela Iglesia despunte con pujanza enel corazón de muchos.

¡Cuánto he pensado en estos díasen aquellos jóvenes que aguardanvuestro regreso! Transmitidles miafecto, en particular a los más desfa-vorecidos, y también a vuestras fami-lias y a las comunidades de vidacristiana a las que pertenecéis.

No puedo dejar de confesaros queestoy realmente impresionado por elnúmero tan significativo de obisposy sacerdotes presentes en esta Jorna-da. A todos ellos doy las graciasmuy desde el fondo del alma, ani-mándolos al mismo tiempo a seguircultivando la pastoral juvenil conentusiasmo y dedicación.

Saludo con afecto al señor arzo-bispo castrense y agradezco viva-mente al Ejército del aire el habercedido con tanta generosidad la baseaérea de Cuatro Vientos, precisa-mente en el centenario de la crea-ción de la aviación militar española.Pongo a todos los que la integran ya sus familias bajo el materno ampa-ro de María santísima, en su advoca-ción de Nuestra Señora de Loreto.

Asimismo, y al conmemorarse ayerel tercer aniversario del grave acci-dente aéreo ocurrido en el aeropuer-to de Barajas, que ocasionó numero-sas víctimas y heridos, deseo hacerllegar mi cercanía espiritual y miafecto entrañable a todos los afecta-dos por ese lamentable suceso, asícomo a los familiares de los falleci-dos, cuyas almas encomendamos a lamisericordia de Dios.

Me complace anunciar ahora quela sede de la próxima Jornada mun-dial de la juventud, en el dos miltrece, será Río de Janeiro. Pidamosal Señor ya desde este instante queasista con su fuerza a cuantos hande ponerla en marcha y allane el ca-mino a los jóvenes de todo el mun-do para que puedan reunirse nueva-mente con el Papa en esa bella ciu-dad brasileña.

Queridos amigos, antes de despe-dirnos, y a la vez que los jóvenes deEspaña entregan a los de Brasil lacruz de las Jornadas mundiales de lajuventud, como Sucesor de Pedro,confío a todos los aquí presentes es-

te gran cometido: Llevad el conoci-miento y el amor de Cristo por todoel mundo. Él quiere que seáis susapóstoles en el siglo veintiuno y losmensajeros de su alegría. ¡No lo de-fraudéis! Muchas gracias.

Queridos jóvenes de lengua fran-cesa, Cristo os pide hoy que estéisarraigados en él y construyáis con élvuestra vida sobre la roca que es élmismo. Él os envía para que seáistestigos valientes y sin complejos,auténticos y creíbles. No tengáismiedo de ser católicos, dando siem-pre testimonio de ello a vuestro alre-dedor, con sencillez y sinceridad.Que la Iglesia halle en vosotros y envuestra juventud a los misionerosgozosos de la Buena Noticia.

Saludo a todos los jóvenes de len-gua inglesa que están hoy aquí. Alregresar a vuestra casa, llevad convosotros la Buena Noticia del amorde Cristo, que habéis experimentadoen estos días inolvidables. Con losojos fijos en él, profundizad en vues-tro conocimiento del Evangelio ydad abundantes frutos. Dios os ben-

diga hasta que nos encontremosnuevamente.

Mis queridos amigos de lenguaalemana. La fe no es una teoría.Creer significa entrar en una relaciónpersonal con Jesús y vivir la amistadcon él en comunión con los demás,en la comunidad de la Iglesia. Con-fiad a Cristo toda vuestra vida, yayudad a vuestros amigos a alcanzarla fuente de la vida: Dios. Que elSeñor haga de vosotros testigos go-zosos de su amor.

Queridos jóvenes de lengua italia-na. Os saludo a todos. La Eucaristíaque hemos celebrado es Cristo resu-citado, presente y vivo en medio denosotros: Gracias a él, vuestra vidaestá arraigada y fundada en Dios,firme en la fe. Con esta certeza,marchad de Madrid y anunciad a to-dos lo que habéis visto y oído. Res-ponded con gozo a la llamada delSeñor, seguidlo y permaneced siem-pre unidos a él: daréis mucho fruto.

Queridos jóvenes y amigos de len-gua portuguesa, habéis encontrado aJesucristo. Os sentiréis yendo contra

corriente en medio de una sociedaddonde impera la cultura relativistaque renuncia a buscar y a poseer laverdad. Pero el Señor os ha enviadoen este momento de la historia, llenode grandes desafíos y oportunidades,para que, gracias a vuestra fe, sigaresonando por toda la tierra la Bue-na Nueva de Cristo. Espero poderencontraros dentro de dos años en lapróxima Jornada mundial de la ju-ventud, en Río de Janeiro, Brasil.Hasta entonces, recemos unos porotros, dando testimonio de la alegríaque brota de vivir enraizados y edifi-cados en Cristo. Hasta pronto, que-ridos jóvenes. Que Dios os bendiga.

Queridos jóvenes polacos, firmesen la fe, arraigados en Cristo. Lostalentos recibidos de Dios en estosdías produzcan en vosotros abun-dantes frutos. Sed sus testigos. Lle-vad a los demás el mensaje delEvangelio. Con vuestra oración ycon el ejemplo de la vida, ayudada Europa a encontrar sus raíces cris-tianas.

Al final de la celebración eucarística con la que se concluyó la XXVI Jornadamundial de la juventud, el Santo Padre rezó el Ángelus con los jóvenes y sedespidió de ellos en varias lenguas. Entonces anunció la convocatoria de las dospróximas Jornadas, la primera de las cuales se celebrará en las distintas diócesisel año próximo, y la internacional de 2013 en Río de Janeiro, Brasil. Así, lagran fiesta de los jóvenes católicos de todo el mundo pasará de la ribera delManzanares a la blanca playa de Copacabana; de la vieja Europa, cuyas raícescristianas están amenazadas por la secularización, al continente de la espe ra n z a ,al país con mayor número de católicos del mundo.

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El mundo necesita la alegría de la fe

tros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia,que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado aconocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir labelleza de su amor. Para el crecimiento de vuestraamistad con Cristo es fundamental reconocer la impor-tancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias,comunidades y movimientos, así como la participaciónen la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuen-te del sacramento del perdón, y el cultivo de la oracióny meditación de la Palabra de Dios.

De esta amistad con Jesús nacerá también el impulsoque lleva a dar testimonio de la fe en los más diversosambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferen-cia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a cono-cer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo pa-ra vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegríade vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vues-tra fe, necesita ciertamente a Dios. Pienso que vuestrapresencia aquí, jóvenes venidos de los cinco continen-tes, es una maravillosa prueba de la fecundidad del

mandato de Cristo a la Iglesia: «Id al mundo entero yproclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16, 15).También a vosotros os incumbe la extraordinaria tareade ser discípulos y misioneros de Cristo en otras tierrasy países donde hay multitud de jóvenes que aspiran acosas más grandes y, vislumbrando en sus corazones laposibilidad de valores más auténticos, no se dejan se-ducir por las falsas promesas de un estilo de vida sinD ios.

Queridos jóvenes, rezo por vosotros con todo elafecto de mi corazón. Os encomiendo a la Virgen Ma-ría, para que ella os acompañe siempre con su interce-sión maternal y os enseñe la fidelidad a la Palabra deD ios.

Os pido también que recéis por el Papa, para que,como Sucesor de Pedro, pueda seguir confirmando asus hermanos en la fe. Que todos en la Iglesia, pasto-res y fieles, nos acerquemos cada día más al Señor, pa-ra que crezcamos en santidad de vida y demos así untestimonio eficaz de que Jesucristo es verdaderamenteel Hijo de Dios, el Salvador de todos los hombres y lafuente viva de su esperanza. Amén.

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El agradecimiento a los voluntarios en la nueva Feria de Madrid

Al amor de Cristo se responde con amorÚltimo día en Madrid tras la clausura de la JMJ, el domingo 21 de agostoBenedicto XVI, desde la nunciatura apostólica, se dirigió al aeropuerto de Barajaspara la ceremonia de despedida y su regreso a Roma. En su itinerario hizo etapaen la Nueva Feria de Madrid (IFEMA), donde se reunió con catorce milvoluntarios —de los más de veinticinco mil— que brindaron su tiempo en lapreparación y desarrollo de la XXVI Jornada mundial de la juventud. Unservicio discreto, pero eficaz, que recibió el más amplio reconocimiento de parte delPontífice. En un pabellón del recinto ferial, el Papa rezó con ellos y les dirigió lassiguientes palabras.

Queridos voluntarios:

Al concluir los actos de esta inol-vidable Jornada mundial de la ju-ventud, he querido detenerme aquí,antes de regresar a Roma, para daroslas gracias muy vivamente por vues-

cuadro multicolor de esta Jornada.Muchas gracias por vuestra dedica-ción. Os agradezco este gesto entra-ñable de amor.

Muchos de vosotros habéis debi-do renunciar a participar de un mo-

do directo en los actos, al tener queocuparos de otras tareas de la orga-nización. Sin embargo, esa renunciaha sido un modo hermoso y evangé-lico de participar en la Jornada: elde la entrega a los demás de la quehabla Jesús. En cierto sentido, ha-béis hecho realidad las palabras delSeñor: «Si uno quiere ser el prime-ro, sea el último de todos y el servi-dor de todos» (Mc 9, 35). Tengo lacerteza de que esta experiencia comovoluntarios os ha enriquecido a to-dos en vuestra vida cristiana, que esfundamentalmente un servicio deamor. El Señor trasformará vuestrocansancio acumulado, las preocupa-ciones y el agobio de muchos mo-

la grandeza de su amor a través delsacerdocio, la vida consagrada o elmatrimonio? Si ha surgido esa in-quietud, dejaos llevar por el Señor yofreceos como voluntarios al serviciode Aquel que «no ha venido a serservido sino a servir y a dar su vidacomo rescate por muchos» (Mc 10,45). Vuestra vida alcanzará una ple-nitud insospechada. Quizás algunoesté pensando: el Papa ha venido adarnos las gracias y se va pidiendo.Sí, así es. Esta es la misión del Papa,Sucesor de Pedro. Y no olvidéis quePedro, en su primera carta, recuerdaa los cristianos el precio con quehan sido rescatados: el de la sangrede Cristo (cf. 1 P 1, 18-19). Quienvalora su vida desde esta perspectivasabe que al amor de Cristo sólo sepuede responder con amor, y eso eslo que os pide el Papa en esta des-pedida: que respondáis con amor aquien por amor se ha entregado porvosotros. Gracias de nuevo y queDios vaya siempre con vosotros.

Lluvia y solen Cuatro Vientos

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nueva.El significado religioso y espiri-

tual, clarísimo en las palabras deBenedicto XVI, es por tanto el re-sultado principal y más auténticode la jornada mundial. Aconteci-miento que, sin embargo, tambiénha atraído, con comentarios engeneral favorables tras recelos ini-ciales, la atención de los mediosde comunicación internacionales.Como ya había sucedido en la vi-sita al Reino Unido, precedidapor una serie de artículos conprejuicios y negativos que dieronpaso a un consenso casi unánime—y es mérito indiscutible de mu-chas cabeceras británicas habersabido cambiar de opinión— alevidenciar la transparente humil-dad del Papa y su capacidadamable de dirigirse a todos, ha-ciéndose entender no sólo por losfieles católicos.

Polémicas y protestas cierta-mente ha habido, pero margina-les, o tan claramente intolerantese ilógicas que resultan desprecia-bles, comentó Yves Thréard en«Le Figaro». Las jornadas deMadrid, en síntesis, han sido tam-bién un éxito reconocido por losmedios de comunicación, sobretodo españoles. Mérito de losprotagonistas, esto es, principal-mente de Benedicto XVI y de sujuventud; además, naturalmente,de los organizadores y, last butnot least, de España: del rey JuanCarlos con la familia real, del Go-bierno y de las diversas autorida-des. Con una colaboración entreEstado e Iglesia, subrayada por elPapa, que hace justicia por enci-ma de muchos lugares comunes yse propone como ejemplar.

tro inestimable servicio. Esun deber de justicia y unanecesidad del corazón. De-ber de justicia, porque, gra-cias a vuestra colaboración,los jóvenes peregrinos hanpodido encontrar una ama-ble acogida y una ayuda entodas sus necesidades. Convuestro servicio habéis dadoa la Jornada mundial el ros-tro de la amabilidad, la sim-patía y la entrega a los de-más.

Mi gratitud es tambiénuna necesidad del corazón,porque no sólo habéis esta-do atentos a los peregrinos,sino también al Papa, a mí.En todos los actos en losque he participado, allí esta-bais vosotros: unos visible-mente y otros en un segundoplano, haciendo posible elorden requerido para que to-do fuera bien. No puedotampoco olvidar el esfuerzode la preparación de estosdías. ¡Cuántos sacrificios,cuánto cariño! Todos, cadauno como sabía y podía,puntada a puntada, habéisido tejiendo con vuestro tra-bajo y oración el maravilloso

mentos en frutos de virtudescristianas: paciencia, manse-dumbre, alegría en el darse alos demás, disponibilidad pa-ra cumplir la voluntad deDios. Amar es servir y el ser-vicio acrecienta el amor. Pien-so que es este uno de los fru-tos más bellos de vuestracontribución a la Jornadamundial de la juventud. Peroesta cosecha no la recogéissólo vosotros, sino la Iglesiaentera que, como misterio decomunión, se enriquece conla aportación de cada uno desus miembros.

Al volver ahora a vuestravida ordinaria, os animo aque guardéis en vuestro cora-zón esta gozosa experiencia ya que crezcáis cada día másen la entrega de vosotros mis-mos a Dios y a los hombres.Es posible que en muchos devosotros se haya despertadotímida o poderosamente unapregunta muy sencilla: ¿Quéquiere Dios de mí? ¿Cuál essu designio sobre mi vida?¿Me llama Cristo a seguirlomás de cerca? ¿No podría yogastar mi vida entera en lamisión de anunciar al mundo

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número 35, domingo 28 de agosto de 2011 L’OSSERVATORE ROMANO página 15

Despedida del Papa en el aeropuerto de Madrid Barajas

España puede progresar sin renunciar a su alma religiosaEl Papa reza por España, los jóvenes, las familias,quienes afrontan dificultades y quienes no encuentrantrabajo. Lo aseguró la tarde del domingo 21 deagosto, en el aeropuerto de Barajas, durante laceremonia de despedida del país, después de cuatrodías inolvidables. Acudieron a despedir al Pontíficelos reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía,así como numerosas autoridades civiles y religiosas, ycientos de fieles.

Majestades, distinguidas autoridades nacionales,autonómicas y locales, señor cardenal arzobispode Madrid y presidente de la Conferencia episco-pal española, señores cardenales y hermanos en elepiscopado, amigos todos:

Ha llegado el momento de despedirnos. Estosdías pasados en Madrid, con una representacióntan numerosa de jóvenes de España y todo elmundo, quedarán hondamente grabados en mimemoria y en mi corazón.

Majestad, el Papa se ha sentido muy bien enEspaña. También los jóvenes protagonistas de es-ta Jornada mundial de la juventud han sido muybien acogidos aquí y en tantas ciudades y locali-dades españolas, que han podido visitar en losdías previos a la Jornada.

Gracias a Vuestra Majestad por sus cordialespalabras y por haber querido acompañarme tantoen el recibimiento como, ahora, al despedirme.Gracias a las autoridades nacionales, autonómicasy locales, que han mostrado con su cooperaciónfina sensibilidad por este acontecimiento interna-cional. Gracias a los miles de voluntarios, quehan hecho posible el buen desarrollo de todas lasactividades de este encuentro: los diversos actosliterarios, musicales, culturales y religiosos del«Festival joven», las catequesis de los obispos ylos actos centrales celebrados con el Sucesor dePedro. Gracias a las fuerzas de seguridad y delorden, así como a los que han colaborado pres-tando los más variados servicios: desde el cuidadode la música y de la liturgia, hasta el transporte,la atención sanitaria y los avituallamientos.

España es una gran nación que, en una convi-vencia sanamente abierta, plural y respetuosa, sa-be y puede progresar sin renunciar a su alma pro-fundamente religiosa y católica. Lo ha manifesta-do una vez más en estos días, al desplegar su ca-pacidad técnica y humana en una empresa de tan-ta trascendencia y de tanto futuro, como es el fa-cilitar que la juventud hunda sus raíces en Jesu-cristo, el Salvador.

Una palabra de especial gratitud se debe a losorganizadores de la Jornada: al cardenal presiden-te del Pontificio Consejo para los laicos y a todoel personal de ese dicasterio; al señor cardenal ar-zobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela,junto con sus obispos auxiliares y toda la archi-diócesis; en particular, al coordinador general dela Jornada, monseñor César Augusto Franco Mar-tínez, y a sus colaboradores, tantos y tan genero-sos. Los obispos han trabajado con solicitud y ab-negación en sus diócesis para la esmerada prepa-ración de la Jornada, junto con los sacerdotes,personas consagradas y fieles laicos. A todos, mireconocimiento, junto con mi súplica al Señor pa-ra que bendiga sus afanes apostólicos.

Y no puedo dejar de dar las gracias de todocorazón a los jóvenes por haber venido a esta Jor-nada, por su participación alegre, entusiasta e in-tensa. A ellos les digo: Gracias y enhorabuenapor el testimonio que habéis dado en Madrid yen el resto de ciudades españolas en las que ha-béis estado. Os invito ahora a difundir por todoslos rincones del mundo la gozosa y profunda ex-periencia de fe vivida en este noble país. Transmi-tid vuestra alegría especialmente a los que hubie-ran querido venir y no han podido hacerlo porlas más diversas circunstancias, a tantos como hanrezado por vosotros y a quienes la celebraciónmisma de la Jornada les ha tocado el corazón.Con vuestra cercanía y testimonio, ayudad a vues-tros amigos y compañeros a descubrir que amar aCristo es vivir en plenitud.

Dejo España contento yagradecido a todos. Pero sobretodo a Dios, nuestro Señor,que me ha permitido celebraresta Jornada, tan llena de gra-cia y emoción, tan cargada dedinamismo y esperanza. Sí, lafiesta de la fe que hemos com-partido nos permite mirar ha-cia adelante con mucha con-fianza en la Providencia, queguía a la Iglesia por los maresde la historia. Por eso perma-nece joven y con vitalidad,aun afrontando arduas situa-ciones. Esto es obra del Espí-ritu Santo, que hace presentea Jesucristo en los corazonesde los jóvenes de cada época y

Se lanza news.va en lengua española

les muestra así la grandeza de la vocación divinade todo ser humano. Hemos podido comprobartambién cómo la gracia de Cristo derrumba losmuros y franquea las fronteras que el pecado le-vanta entre los pueblos y las generaciones, parahacer de todos los hombres una sola familia quese reconoce unida en el único Padre común, yque cultiva con su trabajo y respeto todo lo queél nos ha dado en la creación.

Los jóvenes responden con diligencia cuandose les propone con sinceridad y verdad el encuen-tro con Jesucristo, único redentor de la humani-dad. Ellos regresan ahora a sus casas como misio-neros del Evangelio, «arraigados y cimentados enCristo, firmes en la fe», y necesitarán ayuda en sucamino. Encomiendo, pues, de modo particular alos obispos, sacerdotes, religiosos y educadorescristianos, el cuidado de la juventud, que desearesponder con ilusión a la llamada del Señor. Nohay que desanimarse ante las contrariedades que,de diversos modos, se presentan en algunos paí-ses. Más fuerte que todas ellas es el anhelo deDios, que el Creador ha puesto en el corazón delos jóvenes, y el poder de lo alto, que otorga for-

taleza divina a los que siguen al Maestro y a losque buscan en él alimento para la vida. No temáispresentar a los jóvenes el mensaje de Jesucristo entoda su integridad e invitarlos a los sacramentos,por los cuales nos hace partícipes de su propia vi-da.

Majestad, antes de volver a Roma, quisiera ase-gurar a los españoles que los tengo muy presentesen mi oración, rezando especialmente por los ma-trimonios y las familias que afrontan dificultadesde diversa naturaleza, por los necesitados y enfer-mos, por los mayores y los niños, y también porlos que no encuentran trabajo. Rezo igualmentepor los jóvenes de España. Estoy convencido deque, animados por la fe en Cristo, aportarán lomejor de sí mismos, para que este gran paísafronte los desafíos de la hora presente y continúeavanzando por los caminos de la concordia, la so-lidaridad, la justicia y la libertad. Con estos de-seos, confío a todos los hijos de esta noble tierraa la intercesión de la Virgen María, nuestra Ma-dre del cielo, y los bendigo con afecto. Que laalegría del Señor colme siempre vuestros corazo-nes. Muchas gracias.

Simultánea a la llegada de Benedicto XVI aMadrid. A mediodía del jueves 18 de agosto selanzó la edición en lengua española de news.va,el nuevo portal vaticano dirigido por el Consejopontificio para las comunicaciones sociales.Hasta ese momento el portal se realizaba enitaliano y en inglés. Un modo —dijo elpresidente del dicasterio, el arzobispo ClaudioMaria Celli— «para acompañar al Papa en estaexaltante peregrinación en un universo juvenilque muestra cada vez más que espera su palabrade esperanza». Desde su lanzamiento el nuevositio ha ofrecido en tiempo real una ampliadocumentación sobre las jornadas de BenedictoXVI en España. «Con este nuevo y significativopaso adelante —expresó el arzobispo presidente—se hace más concreto también el objetivoprincipal que motivó, en su conjunto, losinstrumentos de comunicación vaticanos:

ampliar y hacer más incisiva, a través del uso delas nuevas tecnologías, el área de un servicioprestado a la Iglesia y al Papa, dirigido alcompromiso primario de la nuevaevangelización». El portal fue inaugurado por elpropio Benedicto XVI la víspera de lasolemnidad de san Pedro y san Pablo, haciendoclic en el teclado de un tablet. Sólo en laprimera semana de vida se contaron más demedio millón de contactos.La recién nacida edición española se activó online significativamente a la vez que se celebrabael gran acontecimiento eclesial dedicado a lajuventud de todo el mundo que, en definitiva,es el usuario más atento y asiduo de la red. Elpropósito del Consejo pontificio es precisamenteampliar los espacios de encuentro del Papa conlos jóvenes, que aprecian el mundo virtual paracompartir sus experiencias de vida.

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En Castelgandolfo, en la audiencia general del miércoles 24 de agosto, el Papa revive la JMJ de Madrid

Formidable experiencia de fe«Id y haced discípulos a todos los pueblos», lema del encuentro mundial de Río de Janeiro 2013

El cardenal Cañizares Llovera sobre los ritos litúrgicos

Un modelo para celebraciones masivas

Queridos hermanos y hermanas:Hoy quiero volver brevemente con el pensa-

miento y con el corazón a los extraordinarios díaspasados en Madrid para la XXVI Jornada mundialde la juventud. Ha sido, como sabéis, un aconte-cimiento eclesial emocionante; cerca de dos millo-nes de jóvenes de todos los continentes vivieroncon alegría una formidable experiencia de frater-nidad, de encuentro con el Señor, de compartir yde crecimiento en la fe: una verdadera cascada deluz. Doy gracias a Dios por este valioso don, queda esperanza al futuro de la Iglesia: jóvenes conel deseo firme y sincero de arraigar su vida enCristo, permanecer firmes en la fe y caminar jun-tos en la Iglesia. Expreso mi agradecimiento acuantos han trabajado generosamente por estaJornada: al cardenal arzobispo de Madrid, a susauxiliares, a los demás obispos de España y deotras partes del mundo, al Consejo pontificio pa-ra los laicos, a los sacerdotes, los religiosos y lasreligiosas, a los laicos. Renuevo mi agradecimien-to a las autoridades españolas, a las institucionesy asociaciones, a los voluntarios y a cuantos ofre-cieron su apoyo con la oración. No puedo olvidarla cordial acogida que recibí de sus majestades losreyes de España, así como de todo el país.

En pocas palabras, naturalmente no puedo des-cribir los momentos tan intensos que vivimos.Conservo en la mente el entusiasmo inconteniblecon el que me recibieron los jóvenes, el primerdía, en la plaza de Cibeles, sus palabras ricas deexpectativas, su fuerte deseo de orientarse hacia laverdad más profunda y de arraigarse en ella, esaverdad que Dios nos dio a conocer en Cristo. Enel imponente monasterio de El Escorial, rico dehistoria, de espiritualidad y de cultura, me encon-tré con las jóvenes religiosas y los jóvenes docen-tes universitarios. A las primeras, a las jóvenes re-ligiosas, les recordé la belleza de su vocación vivi-da con fidelidad, y la importancia de su servicioapostólico y de su testimonio profético. Y perma-nece en mí la imagen de su entusiasmo, de una fejoven y llena de valentía con vistas al futuro, devoluntad de servir de este modo a la humanidad.A los profesores les recordé que son verdaderosformadores de las nuevas generaciones, guiándo-las en la búsqueda de la verdad no sólo con pala-bras, sino también con la vida, conscientes de que

nes para que lo sigan con generosidad en el mi-nisterio sacerdotal o en la vida religiosa. La visitaa un Centro para jóvenes discapacitados me hizover el gran respeto y amor que se nutre hacia ca-da persona y me presentó la ocasión de dar lasgracias a los miles de voluntarios que testimoniansilenciosamente el evangelio de la caridad y de lavida. La Vigilia de oración de la noche y la grancelebración eucarística conclusiva del día siguien-te fueron dos momentos muy intensos: por la no-che, una multitud de jóvenes en fiesta, para nadaatemorizados por la lluvia y por el viento, perma-neció en adoración silenciosa de Cristo presenteen la Eucaristía, para alabarlo, agradecerle, pedir-le ayuda y luz; y luego, el domingo, los jóvenesmanifestaron su exuberancia y su alegría de cele-brar al Señor en la Palabra y en la Eucaristía, pa-ra insertarse cada vez más en él y reforzar su fe ysu vida cristiana. Por último, en un clima de en-tusiasmo me encontré con los voluntarios, a losque agradecí su generosidad; y con la ceremoniade despedida dejé el país llevando como un grandon estos días en el corazón.

Queridos amigos, el encuentro de Madrid fueuna estupenda manifestación de fe para España y,ante todo, para el mundo. Para la multitud de jó-venes, procedentes de todos los rincones de la tie-rra, fue una ocasión especial para reflexionar, dia-logar, intercambiar experiencias positivas y, sobretodo, rezar juntos y renovar el compromiso dearraigar la propia vida en Cristo, amigo fiel. Es-toy seguro de que al regresar a sus casas tienen elfirme propósito de ser levadura en la masa, lle-vando la esperanza que nace de la fe. Por mi par-te sigo acompañándolos con la oración, para quepermanezcan fieles a los compromisos asumidos.Confío los frutos de esta Jornada a la intercesiónmaternal de María.

Y ahora deseo anunciar los temas de las próxi-mas Jornadas mundiales de la juventud. La delpróximo año, que se celebrará en las diversas dió-cesis, tendrá como lema: «Alegraos siempre en elSeñor», tomado de la carta a los Filipenses (4, 4);mientras que en la Jornada mundial de la juven-tud de 2013 en Río de Janeiro, el lema será elmandato de Jesús: «Id y haced discípulos a todoslos pueblos» (cf. Mt 28, 19). Desde ahora confíoa la oración de todos la preparación de estas citasmuy importantes. Gracias.

la Verdad es Cristo mismo. Al encontrar a Cristoencontramos la verdad. Por la tarde, en la cele-bración del vía crucis, una variada multitud de jó-venes revivió con una participación intensa las es-cenas de la pasión y muerte de Cristo: la cruz deCristo da mucho más de lo que exige, da todo,porque nos conduce a Dios.

Al día siguiente, la santa misa en la catedral dela Almudena, en Madrid, con los seminaristas: jó-venes que quieren arraigarse en Cristo para hacer-lo presente el día de mañana, como sus ministros.Deseo que aumenten las vocaciones al sacerdocio.Entre los presentes se encontraba más de uno quehabía escuchado la llamada del Señor precisamen-te en las anteriores Jornadas de la juventud; tengola certeza de que también en Madrid el Señor hallamado a la puerta del corazón de muchos jóve-

«Las celebraciones presididas por el Pontífice en laJornada mundial de la juventud de Madrid han evi-denciado un sentimiento religioso profundo». Es laconstatación del cardenal español Antonio CañizaresLlovera —prefecto de la Congregación para el cultodivino y la disciplina de los sacramentos— que ha par-

ticipado en las jornadas madrileñas desde un observatorioprivilegiado como miembro del séquito papal. Durante loscuatro días de Benedicto XVI en el país natal del purpura-do, éste ha permanecido a su lado en todos los momentos,especialmente en los litúrgicos, caracterizados sobre todo—comentó a nuestro periódico— «por cantos apropiados y

por el debido recogimiento». To-dos los actos, fiesta de acogida delos jóvenes en la plaza de Cibeles,vía crucis, misa con los seminaris-tas en la catedral de la Almudena,vigilia en la explanada de CuatroVientos —a pesar de los problemascausados por el mal tiempo— y lasucesiva concelebración eucarísti-ca, han suscitado en el cardenalespañol un sentimiento positivo.«Creo que los ritos de esta JMJhan sido un modelo de cómo de-ben ser las grandes celebracionesmasivas con los jóvenes —obser-vó— para sentir el verdadero signi-ficado de la liturgia de la Iglesia ycómo debe ser el alma de toda lavida de la Iglesia».