Lois - Autobiografía y autoficción en la escritura del último Alberdi

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    AUTOBIOGRAFAY AUTOFICCINENLAESCRITURADELLTIMOALBERDI1

    lida Lois*Investigadora Principal, CONICET

    Directora del Centro de Investigaciones Filolgicas Jorge Furt, UNSAM

    RRRRR E S U M E NE S U M E NE S U M E NE S U M E NE S U M E NLa autodefensa, la actitud del hombre que necesita justificarseante la opinin pblica, compromete gran parte de la literaturaautobiogrfica argentina del siglo XIX. Entre 1869 y 1874,

    autoexiliado en Francia y acusado de traicin a la patria porsu oposicin a la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay,el discurso de Alberdi un tratadista enjundioso que se habaesforzado por lograr objetividad en su escritura programtica fue dominado por la prctica de la escritura del yo. Ese procesoescritural arranca de la irrupcin espordica del yo en el anlisispoltico, pasa por la insistencia en un discurso autobiogrficoque va de la cannica autobiografa decimonnica (historia dela formacin intelectual que fundamenta la idoneidad de unhombre de Estado) al libelo autodefensivo, y culmina en unaautoficcin que exhibe los conflictos ideolgicos y las tensionesdel escritor ms parecido a un intelectual puro que conocila literatura argentina del siglo XIX.

    PPPPP A L A B R A SA L A B R A SA L A B R A SA L A B R A SA L A B R A S ----- C L A V EC L A V EC L A V EC L A V EC L A V EAutobiografa, autodefensa, autoficcin

    La autodefensa, la actitud del hombre que necesita justificarse ante la opininpblica, compromete gran parte de la literatura autobiogrfica argentina del siglo XIX.Si bien hombres del perodo independentista haban escrito diarios o memorias (Pedro

    Jos Agrelo, Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Gervasio Antonio de Posadas, JuanCruz Varela), puede considerarse una pieza inaugural del subgnero al opsculoautobiogrfico Mi defensa, publicado en Santiago de Chile por Domingo FaustinoSarmiento en 1843.

    * [email protected] Poltico, jurista, diplomtico y escritor, Juan Bautista Alberdi (1810-1884) es conocido como el autor deBases y puntos de partida para la organizacin poltica de la Repblica Argentina , la principal fuente de laConstitucin Nacional, promulgada en 1853. Aunque la programtica del liberalismo utpico, el ensayopoltico y el discurso polmico dominan su vasta produccin, incursion tambin en la literatura,particularmente en el gnero satrico. Decidido opositor al gobierno de Juan Manuel de Rosas, debiexpatriarse. Pas casi toda su vida en el exilio.

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    A partir de 1853, ao de la clebre polmica que mantuvo Alberdi con Sarmiento,2

    se ahonda una arraigada enemistad entre ambos (dos hombres pblicos que alimentaronsu distanciamiento marcando diferencias tanto en el estilo poltico como en el discursoliterario); no obstante, 15 aos despus, Alberdi comienza a practicar ese tipo de escrituradelyo que tanto haba censurado en la produccin de su enconado adversario. En tantoun gnero literario surge como una dimensin mediadora entre una produccindiscursiva y su circunstancia, puede observarse cmo las convulsiones sociales queacompaaron las dcadas de luchas polticas y guerras civiles del postindependentismofueron un caldo de cultivo para ese subgnero autobiogrfico.

    Entre 1854 y 1861, durante la escisin de Buenos Aires, Juan Bautista Alberdi sedesempe como Ministro Plenipotenciario de la Confederacin Argentina ante lasCortes Europeas. Cuando las fuerzas de Buenos Aires unificaron el pas imponiendo lahegemona poltica de la provincia ms rica, Alberdi opt por permanecer en Franciaautoexiliado. Comenz entonces una nueva etapa de su produccin literaria, que permite

    hablar de un ltimo Alberdi. La voz del tratadista enjundioso haba dominado hastaese momento en su obra; pero si bien nunca haba desdeado las ocasionales incursionespolmicas y haba cultivado en su juventud tanto el periodismo satrico como las efusionesde unyo romntico (en ocasionales piezas literarias), la irrupcin de unyo autodefensivo,impregnado de desencanto, amargura e indignacin pone un sello distintivo en la ltimaetapa de su vida escritural.

    El matizado discurso autobiogrfico que Alberdi despliega en este perodo no slova construyendo la figura de un hombre pblico ejemplar, sino tambin las figuras de losotros (tanto las de los adversarios como las de los seguidores), pero es sobre todo pormedio del anlisis de las reescrituras registradas en sus manuscritos3 que pueden

    analizarse las tensiones del yo frente a los otros.Nuestras investigaciones en su archivo personal se enmarcan en el Proyecto

    CONICET-UNSAM: Edicin del Archivo documental de J. B. Alberdi (a cargo de unequipo que dirijo).4 El hecho de encarar la reconstruccin y anlisis de procesos detextualizacin en el interior de un nutrido archivo documental permite enriquecer elconocimiento de la produccin intelectual del autor aportando datos desconocidos, noslo con respecto a cada una de las obras estudiadas sino con respecto a la redintertextual de la que esas obras forman parte y con respecto al contexto de situacincon el que interactan.

    2 Las Cartas sobre la prensa y la poltica militante en la Repblica Argentina, difundidas con el ttulo deCartas Quillotanas, fueron respondidas por el imputado en Las ciento y una. En Hispanoamrica, esapolmica, que sucede al cimbronazo poltico que produce en el pas la escisin de Buenos Aires, marcauno de los momentos autnticamente memorables de la literatura poltica del siglo XIX.3 Se conservan los de Peregrinacin de Luz del Day los de pginas autobiogrficas fragmentarias.4 El Archivo Alberdi se encuentra en la Biblioteca Furt (Estancia histrica Los Talas, provincia deBuenos Aires), patrocinada por la UNSAM. Este fondo documental (en su mayor parte, indito odefectuosamente editado) contiene valiosa informacin para estudiar la escritura y el pensamiento deAlberdi, as como la vida poltica y cultural de Sudamrica. Se ha iniciado ya la publicacin de edicionescrtico-genticas de sus obras (sobre la base del examen de los borradores) y de ediciones crticas delepistolario.

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    Cuando en 1865 Brasil, Argentina y Uruguay se alan contra el Paraguay y comienzanuna guerra que durar cinco aos, Alberdi expone pblicamente una oposicin tajante.Desde Pars, denuncia al Imperio Brasileo y al gobierno del presidente Bartolom Mitrecomo agresores, protesta enrgicamente contra el militarismo al que acusa de suprimirlas riquezas de la Nacin y apoya la causa del Paraguay, actitud que le valdr laimputacin de traidor a la patria. Cada trabajo publicado por Alberdi motiva ataques

    y persecuciones. La prensa de Buenos Aires no ahorra agresiones personales y lo acusande estar pagado por el gobierno paraguayo y de conspirar para el derrocamiento deMitre. En el segundo semestre de 1870, recluido en Normanda durante la guerra franco-prusiana, Alberdi escribe febrilmente folletos, tratados, esbozos de ensayos, y tambinpanfletos, que salvo excepciones no sern editados hasta despus de su muerte.

    En medio de conceptualizaciones que se reiteran en casi todos los escritos delperodo estudiado, los ataques que recibe en Buenos Aires lo impulsan a irrumpir enprimera persona en la escritura:

    No mentir jams ni adular a Buenos Aires, como no he mentido ni adulado a lasprovincias. Como no he vivido, ni vivir de empleos, no necesito buscarlos por la lisonja, laapostasa o la mentira. Yo no he desesperado jams de que una generacin ms adelantadame hara justicia en Buenos Aires algn da5

    Paralelamente, con la intencin de responder a los diarios del Plata que lo venanatacando por sus numerosos escritos acerca de la Guerra del Paraguay, la escritura deAlberdi se haba volcado insistentemente hacia el gnero autobiogrfico defensivo(aunque la irrupcin de yo y los reclamos de dilogoya haban empezado a deslizarse enescritos programticos). En su Archivo documental se conservan dos escritos inditos

    pertenecientes a ese gnero: el ms antiguo fechado en enero de 1869 lleva unttulo que delata su condicin de esbozo escritural: Para la autobiografa;6 el otro textoindito se titula Simple carta en que su autor esplica a sus deudos y amigos los motivos quelo mantienen lejos de su pas7 y fue redactado por la misma poca (Ahora 30 aos Rosasnos acus de traidores vendidos al oro del estrangero se lee en una referencia a susactividades montevideanas de 1839) y constituye un borrador primigenio (quiz, unaprimera textualizacin).8

    5 ALBERDI. Escritos pstumos, VII, p. 451.6 Biblioteca Furt, Archivo Alberdi, Caja II, 4, 4.7 Biblioteca Furt, Archivo Alberdi, Caja II, 2, 1-2. Las citas de manuscritos mantienen las grafasoriginales.8 UNSAM Edita los publicar prximamente en la Serie Alberdi. Ninguno de ellos coincide con lostextos autobiogrficos ditos.

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    ILUSTRACIN 1 - Simple carta en que su autor esplica a sus deudos y amigos los motivos

    que lo mantienen lejos de su pas.

    Fonte: Biblioteca Furt, Archivo Alberdi, Caja II, 2, folios 1-2.

    Muy particularmente, despus de 1869 el deseo de responder simultneamente asus adversarios polticos de Buenos Aires y a sus admiradores ha fomentado en Alberdila prctica reiterada de escrituras del yo. El discurso autodefensivo se incrementa en elepistolario y la proyeccin personal irrumpe en los ensayos y en otros textos(particularmente en los de sesgo panfletario), tanto en forma implcita como explcita,

    y tanto en 1 persona (No mentir jams ni adular a Buenos Aires) como en 3 (El

    autor teme que la juventud de Buenos Aires...).La Nacin el diario de Bartolom Mitre se ensaa particularmente con Alberdi,9

    y sus admiradores emprenden polmicas acaloradas contra ese medio. Estas not iciasvan llegando a Normanda con un mes de retraso por lo menos; pero Alberdi emprendesu autodefensa redactando de inmediato un estudio mordaz sobre la figura de su agresor(aunque ste no firme siempre los ataques), donde el jurisconsulto y tratadista no desdeala vibracin del discurso panfletario. Le interesa, sobre todo, hablarle a la juventud:

    Este escrito encontrar sus lectores predilectos si la juventud de Buenos Aires quieredarle un momento de esa atencin viril de que es capaz y a que est obligado el hombrede libertad para encarar el examen de toda publicacin procedente de un campo disidente

    o tenido por tal. (...)10

    El autor teme que la juventud de Buenos Aires haya cado un poco en este casocuando parece haber abdicado en el general Mitre el cuidado de leer y de juzgar susescritos.

    Alberdi acusa a Mitre no slo de falsear sus ideas sino tambin de apropiarse deellas dndoles otro nombre. Y analiza sus actos y su discurso para volverlos contra su

    9 LA NACIN (Buenos Aires), 7, 13, 14, 18, 19 y 21 de agosto de 1870.10 ALBERDI. Mitre, p. 339.

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    autor: El primer inconveniente que hallamos al general Mitre para ser jefe de un partidoliberal es que no entiende con precisin lo que es la libertad.11

    Tambin las notas sueltas sobre Sarmiento agrupadas en los Escritos pstumoshabran sido escritas hacia 1870,12 y en medio de todo ese despliegue escritural, el Dr.Alberdi que ya ha construido una figura pblica de legislador e intrprete,y que ya seha consagrado como polemista sobresaliente siente la necesidad de decir lo mismode otro modo. As, a la manera de un acompaamiento en sordina, decide recuperar(parcialmente) en un texto ficcional la voz satrica de Figarillo,13 aunque el chispeanteFigarillo del semanario La Moda de Buenos Aires se ha transformado en un Fgaroamargado y pesimista. Sobre todo, el humor se ha vuelto cido y las propuestas destilanel ms absoluto desencanto. Esa proyeccin subjetiva se disemina en todas direcciones,

    y en una coyuntura personal ms conflictiva, el autor se expresa en ms de un alter ego.Pero es precisamente esta narracin ficcional (titulada inicialmente La Gata Parda) elnico texto entre la prolfica produccin de 1870 que ser publicado en vida de Alberdi,

    aunque cinco aos despus.14

    Durante el transcurso de las penurias de la posguerra 15 se haban ido disipandoen Argentina las exaltaciones belicistas. Y con respecto a los intereses argentinos a razde la Guerra del Paraguay, pronto los hechos dieron la razn a las advertencias deAlberdi. La diplomacia del Imperio del Brasil no tard en apartarse de los tratados de laTriple Alianza. El barn de Cotegipe, enviado a Paraguay, firm en enero de 1872 tratadosque consagraban los lmites sobre el ro Apa y la apertura de la navegacin fluvial(objetivos buscados por el Imperio en la guerra), y adems, aadan la oferta de ayudamilitar al Paraguay ante la eventualidad de reclamos argentinos.16

    Cuando esos tratados se conocieron en Buenos Aires, estall la indignacin y el

    rechazo se reencauz retrospectivamente contra la Triple Alianza. En forma paralela,haba crecido exponencialmente la reivindicacin de la figura de Alberdi entre suscompatriotas, y tanto sus amigos como figuras prominentes con las que no habaestablecido antes una relacin personal y jvenes de las nuevas generaciones reclamabansu presencia en el pas.

    11 ALBERDI. Mitre, p. 348.12 ALBERDI. Escritos pstumos, XI, p. 513-798. Por otra parte, en la redaccin de Peregrinacin de Luz delDa comenzada durante la presidencia de Sarmiento , las turbulencias de nimo del autor se descarganparticularmente sobre Tartufo (la personificacin caricaturesca de Sarmiento en el mundo f iccional);as, en el primer apartado de la Parte Segunda no duda en calificarlo como el ms malo de todos ellosdespus de haber encarnado en un conjunto de bribones a figuras protagnicas de la vida polticanacional.13 En el periodismo satrico que Alberdi cultiv en su juventud, adopt este seudnimo en homenaje asu modelo: el espaol Mariano Jos de Larra, quien firmaba sus artculos de costumbres con el seudnimoFgaro.14 Aunque se imprimi en Pars en 1874, empez a distribuirse en Buenos Aires en 1875.15 La Guerra del Paraguay no slo se cobr vidas y dej una enorme cantidad de lisiados, fue seguida deuna terrible epidemia de fiebre amarilla que sum ms dramas a la tragedia concluida.16 MAYER.Alberdi y su tiempo, II, p. 976-1.020.

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    En cuanto al proceso textual autobiogrfico comenzado en 1869, continu hasta1874. Entre 1870 y 1873, Alberdi escribi autobiografas que slo se conocieronpstumamente: Memoria sobre mi vida y mis escritos17 y Mi vida privada, que se pasa todaen la Repblica Argentina18 un ttulo que responde a las acusaciones de ajenidad quealgunos connacionales comenzaron a dirigirle cuando llevaba ms de tres dcadas fueradel pas ; pero a comienzos de 1874 (confiando otra vez en un inminente retorno juntocon el prximo recambio presidencial) publica Palabras de un ausente en que explica a susamigos del Plata los motivos de su alejamiento, que en el mes de abril ya se distribua enBuenos Aires. Pero tanto los textos que permanecieron inditos como el que vio la luzen 1874 son etapas textuales de un mismo proyecto escritural: esas pginas construyenun personaje pblico que se ofrece como modelo a la sociedad, cosa habitual en lasescrituras del yo del siglo XIX; sin embargo, a diferencia de su enemigo Sarmiento (unautopropagandista inveterado), no se propone como actor poltico sino ms bien comomentor ideolgico.

    ILUSTRACIN 2 - Portada de la 1 edicin de Palabras de un ausente.

    Fonte: ALBERDI. Palabras de un ausente en que explica a sus amigos del Plata los motivos

    de su alejamiento. Paris: Imprenta Pablo Dupont, 1874.

    Ahora bien, aunque la actitud defensiva que prevalece en Palabras de un ausenteno puede soslayar la identificacin de los impugnadores ms poderosos, Alberdi se esmera

    por retomar esa apariencia de ecuanimidad (sin duda, esforzada) de las Cartas Quillotanas,que tanto contribuy a convertirlo en el vencedor intelectual durante la famosapolmica con Sarmiento. Otra vez trata de mantener las formas: insiste en que noataca la persona de Sarmiento sino sus escritos, o ubica a Mitre en la lnea genealgicade Rosas sin nombrarlo.19

    17 ALBERDI. Escritos pstumos, XV, p. 239-259.18 ALBERDI. Escritos pstumos, VII, p. 261-312.19 ALBERDI. Palabras de un ausente en que explica a sus amigos del Plata los motivos de su alejamiento,p. 22-23.

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    Sin embargo, ese mismo ao decide enviar tambin a la imprenta la narracinsatrico-doctrinaria Peregrinacin de Luz del Da o Viaje y aventuras de la Verdad en elNuevo Mundo, donde en pginas por las que dispersa jirones del yo en diversospersonajes (la Verdad, Fgaro, don Quijote), Alberdi agrede brutalmente a sus enemigospolticos a travs de la parodia farsesca y analiza una realidad social que le despiertapasiones encontradas; de este modo, valindose de otro registro literario, complementa

    y desestabiliza a la vez el escrito autodefensivo prototpico que acaba de publicar. Peroes sobre todo por medio del examen de las reformulaciones registradas en sus manuscritosque pueden detectarse los conflictos discursivos que traducen la problemtica del yofrente a los otros. Al mismo tiempo, la existencia de reescrituras ldicas indudablementeposteriores a 1871 (la fecha que se lee al final de la 1 edicin) demuestra que el estadoanmico de Alberdi tampoco es exactamente el mismo de unos aos atrs; pero esacoexistencia de humores aade tensiones al texto.

    En el caso especfico de Peregrinacin de Luz del Da,20 la investigacin en el interior

    de un nutrido archivo personal, no slo ha permitido examinar en borradores inditossu compleja gnesis textual; la revisin de la cronologa de los borradores de textos quefueron publicados en los Escritos pstumos a partir de los manuscritos mismos permitehacer ajustes en el establecimiento de la red intertextual alberdiana, en tanto que elacceso al archivo epistolar (en gran parte indito) hace posible reconstruir lainterrelacin con la situacin histrica desde la perspectiva del sujeto. As, ese tipo deinvestigaciones no slo aporta testimonios acerca de la gnesis de una obra tal como sela registra en manuscritos que nunca haban sido estudiados antes, sino que permiteprofundizar el anlisis de posturas polticas y conflictos personales que gobiernan eldesarrollo de un proceso ficcional.

    En suma, mientras Alberdi intenta en la escritura ensaystica atrapar la realidadde su pas y se propone interpretarla (encontrar una verdad desde la pticapresuntamente objetiva del intelectual), en este hbrido literario impone su verdadpor medio de una construccin simblica en la que estalla la complejidad de su yo(tanto el ntimo como el construido para los otros).

    A lo largo del texto de Peregrinacin de Luz del Da se reiteran referencias a unproceso escritural que transcurre durante 1870, y al final del ltimo pargrafo de laprimera edicin, se consigna una datacin que no figura en los manuscritos y que,presuntamente, sealara la fecha de conclusin de la obra: (Londres, febrero de 1871).En efecto, desde el 18 de diciembre de 1870 Alberdi se haba instalado en Londres, ya

    que durante la guerra franco-prusiana y durante el levantamiento de la Comuna dePars se movi entre Saint Andr de Fontenay (en Normanda) y Londres.21 De todosmodos, muchas de las reescrituras analizadas parecen haberse producido despus de1871, y muy particularmente, las que se leen en la 1 edicin pero no se registran en losborradores conservados.

    20 La edicin crtico-gentica de Peregrinacin de Luz del Da o Viaje y aventuras de la Verdad en el NuevoMundo (a cargo de lida Lois) ser publicada prximamente por UNSAM EDITA (San Martn, 2010).21 MAYER.Alberdi y su tiempo, 1983, p. 968-973, t. II.

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    La 1 edicin no consigna el ao de publicacin (1874) y tampoco identifica alautor, aunque en este presunto anonimato hubo algo as como un juego entre decir y nodecir, ya que en Buenos Aires se saba de quin se trataba. Por una parte, la inicial A(ya utilizada por Alberdi en escritos periodsticos de juventud), 22 unida a la mencinde su carcter de Miembro Correspondiente de la Academia Espaola, daban pistaspara la identificacin; Alberdi haba sido designado acadmico en 1874 y el dato fuedivulgado en Buenos Aires porque lleg all la comunicacin antes que a Pars. 23 Porotra parte, a partir de la puesta en venta de la obra hubo repercusin escrita: hasta eldiario La Nacin public, el 24 de junio de 1875, una resea titulada Luz del Da,ltima produccin del Dr. Alberdi, 24 y ese mismo ao, Jos Manuel Estrada dio aconocer un anlisis de la obra en la Revista del Plata.25

    Esta pieza, inclasificable desde la preceptiva de los gneros discursivos, combinauna ficcin caricaturesca (una stira feroz contra el poder poltico de Buenos Aires ysus protagonistas ms emblemticos: Tartufo-Sarmiento, Basilio-Mitre, Gil Blas-Adolfo

    Alsina)26 con una exposicin doctrinaria del ms ortodoxo liberalismo (la conferenciafinal de la Verdad). La hibridez genrica se impona al proyecto escritural que en suprimera versin, sugestivamente, se titul La Gata Parda o La metamorfosis27 de la viejaEuropa en la moderna Amrica, sintetizando en esa denominacin despectiva unaconcepcin de la realidad social sudamericana en trminos de fusin de componentesdisarmnicos. Este fue el concepto disparador de un proceso textual que fue cambiandode enfoque a travs de sucesivas versiones que representan vueltas de tuerca dentro deun proceso conceptual. Por ltimo, se reescribi la disyuncin en originales de imprentaque no se conservan y el ttulo definitivo concentra en la imagen del periplo (laperegrinatio del personaje alegrico de la Verdad) un itinerario investigativo hecho a

    partir de una creacin literaria a la par que destaca la carga autoficcional del subtexto:Alberdi se autopostula como la voz de la Verdad.

    22 CRDOBA. Bibliografa de Juan Bautista Alberdi, p. 23.23 Ver la carta de Antonio Gervasio de Posadas enviada a Juan Bautista Alberdi desde Buenos Aires enabril de 1874 (BF, Archivo Alberdi, 6024).24

    Est firmada por M. A. P., iniciales de Mariano A. Pelliza, que el ao anterior haba publicadoAlberdi,su vida y sus escritos (Buenos Aires, Carlos Casavalle, 1874). Teniendo en cuenta la virulencia con queBartolom Mitre es atacado en Peregrinacin de Luz del Da, se hizo un notable alarde de libertad deprensa brindando espacio a un confeso admirador de Alberdi; no obstante, el diario marc distanciacon esta aclaracin: Se nos remite para publicar el siguiente artculo que acogemos y damos simplementecomo un trabajo que se refiere a una novedad literaria.25 ESTRADA. Examen crtico del libro Peregrinacin de Luz del Da, p. 86-139.26 Alberdi elige al famoso prototipo molieresco y a dos personajes de novelas picarescas (el traicioneroBasilio de El barbero de Sevilla de Beaumarchais y el protagonista de Gil Blas de Santillana de Lesage)para encarnar las calamidades que Europa ha enviado a Amrica.27 Finalizada ya la primera versin de la obra, Alberdi tach el vocablo metamorfosis y lo sustituy pormetempsicosis, incorporando con la imagen de una transmigracin el concepto de pecado original.

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    Indudablemente, el ttulo definitivo (que no se lee en las portadas de las libretasconservadas) se decidi en una etapa posterior. Lo testimonia esta anotacin autgrafaque Alberdi realiz en el reverso de la primera pgina de la Libreta I para dejarconstancia, antes de archivar sus borradores,28 de que se haba cambiado el ttulo en lapublicacin: Se public al fin con el ttulo de Peregrinacin de Luz del Da o Viaje yaventuras de la Verdad en el Nuevo Mundo.29

    Un ttulo es siempre la carta de presentacin de una obra y una incitacin paraleerla de determinada manera. El primer ttulo se asociaba al inicio del proceso detextualizacin: un estado de desencanto frente a los acontecimientos presenciados enEuropa se une al propsito de describir el panorama poltico sudamericano en trminosde prolongacin histrica de un proceso de corrupcin. Pero la dinmica escritural vallevando progresivamente a un primer plano al autor, cuya interpretacin de la realidad

    y su programtica conocidas ya por el pblico se sintetizan en la conferencia finalde la Verdad, y a medida que se afianza la aspiracin de proponerse como un faro

    ILUSTRACIN 3 - Manuscritos de La

    Gata Parda.

    Fonte: Biblioteca Furt, Caja I, 2, Libreta

    I, folio 1, sin numerar.

    28 Esta permanencia es excepcional porque Alberdi no sola conservar en su archivo los manuscritos delas obras publicadas.29 Biblioteca Furt, Archivo Alberdi, Caja IV, 4, 1.

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    intelectual para la juventud sudamericana, se hace cada vez ms explcita laidentificacin entre Alberdi y ese personaje alegrico. Por otra parte, este designio hadejado marcas claras en el texto, como cuando en el 36 de la Parte Primera, al poneren boca de Basilio a qu normas tienen que ajustarse los diplomticos de un gobiernocorrupto, se autodefine tcitamente por oposicin:

    Deben hacer en la corte, en el saln, en la prensa, en la calle, en los paseos,guerra a muerteal enemigo natural de todos los gobiernos, que es la luz que revela sus defectos, es decir, la luz

    de la Verdad.30

    En suma, Alberdi el enemigo natural de todos los gobiernos no tiene empachoen autoconstituirse abiertamente como la luz de la Verdad.

    Como el Figarillo de La Moda y como el fugaz comedigrafo de El gigante Amapolas,Alberdi asedia la realidad poltica por otra va, y al mismo tiempo que redacta la seriede ensayos que configuran la red intertextual inmediata, encara la vida social que da

    sustento a su literatura por medio de la stira y la parodia. Claro que los mecanismos dela parodia estn muy lejos de las burlas festivas de su juventud: pretenden crear en ellector el malestar de quien al entrar en la sala de espejos deformantes de una feriapresiente que los cristales le estn revelando una verdad encubierta por la mscara delas normas cotidianas. El objetivo es el mismo de los ensayos, pero el procedimientocomunicativo bsico ya no es argumentar sino mostrar, aunque la trama vaya tejiendo elcrudo teorema social que demuestra cul es el motor de la accin poltica. De todasmaneras, no renunciar al propsito de transformarse explcitamente en el pensador-faro, ya que termina construyendo un escenario para su reaparicin en la Parte Tercerade la obra (la conferencia de la Verdad sobre la libertad y el gobierno libre).

    Las dos primeras secciones de Peregrinacin de Luz del Da (Parte Primera y ParteSegunda) se encauzan decididamente por el discurso satrico. La stira docet, es elropaje de un gesto pedaggico (a diferencia de la polmica que sale a pelear o delpanfleto que se propone destruir ), y podra pensarse que con el fin de dar un cierrea su historia el autor logra imponer una lectura programtica para todo el conjuntotextual. Pero, a la inversa, la encarnizada vena pardica de las secciones anteriores(feroz en la Parte Primera, farsesca en la Segunda, pero amarga y desesperanzada siempre)se haba empeado en demoler, y su intensidad expresiva consigue que la propuestaprogramtica no se adose como la coronacin de un encadenamiento lgico del tipodestruccin-construccin: la peculiar mezcolanza genrica verbaliza un hilo argumental

    al cabo del cual la Verdad se retira consciente de que ha perdido la partida; as, elgesto pedaggico queda anulado despus de la enunciacin de la utopa liberal. Y entrminos de irredimible desesperanza la leyeron sus contemporneos.

    La necesidad de aportar su palabra conceptuosa a lo que estima como un procesode corrupcin de la legitimidad republicana y como el fracaso parcial de su propuestaconstitucional, la acentuada vertiente irnica de su temperamento a la que sucesivosfracasos polticos y personales han sumado resentimiento y pesimismo y la vocacin

    30 El destacado es mo.

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    por el anlisis crtico de los procesos sociales, que sus amarguras anmicas no ha podidoreprimir y que conlleva siempre la elucubracin de nuevas propuestas, determinan queel discurso de Alberdi se enmarque en moldes cambiantes.

    El proceso de conceptualizacin se desenvuelve a travs de una cadena deanalogas y, buscando mantener un vnculo metafrico con la realidad y sin preocuparsepor refrenar la proyeccin emocional, la repulsa y el desprecio desembocan en unaprotoesttica del esperpento y del absurdo, y ese caleidoscopio tan inslito asombr alpblico, que no permaneci indiferente: en principio, celebr o execr la obrita.

    La hibridez genrica se impona al proyecto escritural que en su primera versinse titul La Gata Parda, sintetizando sugestivamente con esa denominacin despectivade una mezcla de razas gatuna una concepcin de la realidad social en trminos defusin de componentes disarmnicos. Por otra parte, la batalla de gneros y modalidadesdiscursivas que atraviesa la dinmica escritural de la obra acompaa la agudizacin delconflicto vital que atraviesa casi veinte aos de la vida de Alberdi: regresar o no al

    pas; y es sintomtico que acompae el proceso textual autobiogrfico que se extiendedesde 1869 hasta 1874, pasando por ocasionales irrupciones del yo tanto en tratadoscomo en libelos. La gnesis del discurso autobiogrfico desemboca en ese prembulopara el regreso que es Palabras de un ausente, enviado para su publicacin en el pas acomienzos de 1874; pero el conflicto personal contina y lo impulsa a desempolvar suGata Parda, que despus de varias reformulaciones se transforma en Peregrinacin de Luzdel Da o Viaje y aventuras de la Verdad en el Nuevo Mundo. Poco despus se imprime enPars y es remitida inmediatamente a Buenos Aires para su distribucin.

    Dentro de la vasta obra alberdiana esta obra representa el punto ms alto de unaexplosin del yo que se disemina en conceptualizaciones y en personajes. No slo instituye

    un gesto diferente de esa instalacin de la voz de la razn que en las Cartas Quillotanasconsolida la imagen pblica de redactor de la Ley impuesta por las Bases (algo quereintent con menos xito en Palabras de un ausente); se trata de algo distinto, tambin,de la construccin literaria de un yo romntico en el Tobas.31 En Peregrinacin de Luzdel Da, la realidad humana e histrica del sujeto que escribe est siempre presente ensu discurso (de manera ms o menos explcita, en forma ms o menos encubierta).

    La presencia del sujeto no se limita a la modalizacin enunciativa, este textosuperpone a una hibridez genrica que desborda la nocin de transtextualidad uncomponente autoficcional dominante. El trmino autoficcin designa un tipo deescritura del yo que se sita en las fronteras de la autobiografa y se cuela por los

    intersticios de diferentes gneros discursivos, y convierte realidades en ficcinincorporando una estrategia de relaciones complejas entre autor real, autor implcito ynarrador.32

    31 Relato potico escrito en 1844, aunque publicado en 1851.32 El neologismo autoficcin fue ideado por Serge Doubrovsky en 1977 para caracterizar su novela Filsy su caracterizacin contina siendo objeto de teorizaciones. GASPARINI.Autofiction. Une aventuredu langage, p. 7-31.

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    Pero Alberdi no se limita a autoficcionalizarse en el personaje de la Verdad (quepara l es la luz de la razn y el faro de los pueblos), y prodiga retazos del yo no slo ensu alter ego Fgaro33 sino tambin en el personaje del Quijote emigrado a Amrica, queha enloquecido con la lectura del Origen de las especies de Darwin y funda en su estanciade la Patagonia una repblica de carneros para los que promulga una Constitucin que,aunque haga sonrer al lector, fue sin duda para l una desgarradora parodia de lasBases. Pero como su caracterizacin del quijotismo impone una polivalencia que loremite a otros personajes de la poca (tanto a amigos como a adversarios), la lnea quese abre con la intercalacin de este episodio introduce ingredientes desestabilizantes.34

    En una etapa vital en la que los ideales ilustrados y liberales de Alberdi entraronen una crisis profunda, la gnesis escritural de Peregrinacin de Luz del Da exponeconflictos discursivos que traducen tembladerales ideolgicos: en la descripcin de eseliberalismo que no respeta la libertad que enrostra a sus enemigos subyace un boomerang,

    y las reescrituras revelan vacilac iones que resquebrajan la unidad monoltica de ese

    minitratado de liberalismo utpico que pone en boca de la Verdad.A menudo, la presencia de una escritura del yo se advierte ms ntidamente en

    el devenir escritural que en los textos ya fijados por la impresin, cuyo resultado finalpuede llegar a ser objeto de una fuerte represin de la subjetividad. En los folios 82-84de la Libreta VI,35 por ejemplo, se lee un prrafo en el que la insinuacin de una secretaapetencia personal (la presidencia de la Repblica)36 podra haber sido la causa de quefuera excluido de la 1 edicin a pesar de no haber sido tachado en el manuscrito. Escierto que esas proyecciones de subjetividad que determinados autores no prodigan ydeterminados gneros textuales excluyen o intentan excluir marcan tambin otros papelesprivados del escritor como su epistolario ntimo o pueden perdurar en algn pasaje

    de las obras ditas, pero la presencia del sujeto nunca es tan palpable como en lamaterialidad de sus manuscritos.

    En su ficcionalizacin pardica, Alberdi se ha apartado de los cnones del ensayofilosfico-jurdico resucitando a un Figarillo que ha cambiado mucho desde los tiemposde La Moda; no ha cesado de acumular erudicin y experiencia ni de ejercer su particularsentido crtico, pero ahora rezuma una intensa amargura, y despus de liberar susdesencantos y su humor sarcstico canalizndolos por una mescolanza genrica, terminadando la palabra al Dr. Alberdi (ya que Luz del Da el nombre emblemtico queelige la Verdad cuando decide emigrar a Amrica pretende ser la forma ms decantada

    33 El texto lo considera el liberal favorito de Sudamrica porque ejerce la crtica consolatoria: ya queno puede remediar ningn mal, brinda consuelo con su humor inteligente y su simpata. ALBERDI.Peregrinacin de Luz del Da o Viajes y aventuras de la Verdad en el Nuevo Mundo , p. 135.34 El episodio titulado Quijotana o la colonizacin socialista en Sudamrica fue agregado en unaetapa textual posterior, y como su intercalacin altera la red significativa constituida inicialmente,marca la existencia de una segunda versin de la obra.35 Los borradores conservados en la Biblioteca Furt ocupan diez libretas.36 Alberdi jams discurri sobre esta posibilidad en la correspondencia epistolar con sus amigos msntimos. Todos los pasajes suprimidos de los borradores se publican en la edicin crtico-gentica de estaobra que he preparado.

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    de su conciencia crtica), que no est dispuesto a claudicar de ese papel analtico yprogramtico que hace de l un consejero del Prncipe virtual, papel que lo convirtien lo ms parecido a un intelectual puro que tuvo el pensamiento poltico argentino delsiglo XIX.

    El anlisis de las reescrituras revela cmo se pone en acto un pensamiento crticoque incluso se autocuestiona. Alberdi no teme pensar en contra de s mismo porque, sibien ms de una vez medit para actuar polticamente, se hace evidente que, al menosen sus papeles de trabajo escritural, privilegia el ejercicio de pensar para comprender.Despliega un pensamiento que incluso a travs de la deformacin satrica quiere ponerseen orden o encontrar un orden; al igual que en sus tratados, la escritura literariaalberdiana busca reestructurar una conciencia y en la complejidad coreogrfica de susreiteraciones y de sus vaivenes va creando otro conocimiento. Por eso la lectura linealdel resultado final (sin observar las supresiones, agregados y vacilaciones) enmascara laaprehensin de ese proceso.

    El hbrido genrico que acomete en Peregrinacin de Luz del Da es mucho msque la relectura de smbolos de la Modernidad a travs de la reescritura de personajesemblemticos de obras literarias paradigmticas: la gnesis del pasaje sobre Quijotana(intercalado en una segunda versin) y la evolucin de la funcin actancial de personajesfinalmente suprimidos (donde las tensiones discursivas traducen tembladeralesideolgicos), y el complejo despliegue de autoficcionalidad, junto con la orientacinzigzagueante del intertexto alberdiano, revelan las vacilaciones del pensamiento de unintelectual que no evit la autocrtica y que nunca se resign a entender la filosofapoltica como un programa sin respuestas para las necesidades de la poca.

    RRRRR E S U M OE S U M OE S U M OE S U M OE S U M OA autodefesa, a atitude do homem que necessita justificar-sediante da opinio pblica, ocupa grande parte da literaturaautobiogrfica argentina desde o sculo XIX. Entre 1869 e 1874,autoexilado na Frana e acusado de traio ptria por suaoposio Guerra da Trplice Aliana contra o Paraguai, odiscurso de Alberdi um tratadista vigoroso que havia seesforado para conquistar objetividade em sua escrituraprogramtica foi dominado pela prtica da escritura do eu.Esse processo escritural parte da irrupo espordica do eu naanlise poltica, passa pela insistncia em um discurso

    autobiogrfico, que vai da cannica autobiografia do sculoXIX (histria da formao intelectual que fundamenta aidoneidade de um homem de Estado) ao libelo autodefensivo,e culmina em uma autofico que exibe os conflitos ideolgicose as tenses do escritor mais parecido com um intelectualpuro da literatura argentina do sculo XIX.

    PPPPP A L A V R A SA L A V R A SA L A V R A SA L A V R A SA L A V R A S ----- C H A V EC H A V EC H A V EC H A V EC H A V EAutobiografia, autodefesa, autoficco

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    RRRRR E F E R N C I A SE F E R N C I A SE F E R N C I A SE F E R N C I A SE F E R N C I A S

    ALBERDI, Juan Bautista. Escritos pstumos. Buenos Aires, 1895-1901, 16 v.: ImprentaEuropea, 1895-1897, I-V; Imprenta Alberto Monkes, 1898-1900, VI-XI; Imprenta Juan

    Bautista Alberdi, 1900-1901, XII-XVI.ALBERDI, Juan Bautista. Tobas o La crcel a la vela . Produccin americana escrita enlos Mares del Sur. Valparaso: Imprenta del Mercurio, 1851. 54 p.

    ALBERDI, Juan Bautista. Cartas sobre la prensa y la poltica militante en la RepblicaArgentina. Valparaso: Imprenta del Mercurio, 1853. 123 p.

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    ALBERDI, Juan Bautista. Mi vida privada, que se pasa toda en la Repblica Argentina.In: ____. Escritos pstumos. v. VII. p. 439-473 [1872-1873?]. 51 p.

    ALBERDI, Juan Bautista. Palabras de un ausente en que explica a sus amigos del Plata losmotivos de su alejamiento. Paris: Imprenta Pablo Dupont, 1874. 71 p.

    ALBERDI, Juan Bautista. Peregrinacin de Luz del Da o Viajes y aventuras de la Verdad enel Nuevo Mundo. Cuento publicado por A**, Miembro Correspondiente de la AcademiaEspaola. Buenos Aires: Carlos Casavalle Editor, s. f. [1874]. 296 p.

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    SARMIENTO, Domingo Faustino. Las ciento y una. Santiago de Chile: Imprenta de J.Belin i Compaa, 1853. 135 p.

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