LORETO. UN EJEMPLO DE CONSERVACIÓN CULTURAL La lucha …

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a22 l País ___ El Comercio ___ domingo 12 de febrero del 2012 recursos naturales y recuperar su biodiversidad y cultura”, explica José Álvarez, biólogo del Institu- to de Investigaciones de la Ama- zonía Peruana (IIAP). Ahora, tras seis años de es- fuerzos, el sábado 4 de febrero de este año los maijunas lograron que las autoridades del gobierno regional reconocieran 390.000 hectáreas loretanas como el área de conservación maijuna. Gra- cias también al apoyo del Pro- grama de Conservación, Gestión y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica del Gobierno Regional de Loreto, la ONG Naturaleza y Cultura Internacional y el IIAP. La oportunidad que ahora tie- nen es aquella que otorga la pro- tección. Ya no están indefensos a merced de los explotadores. Vi- ven en un área protegida. “¿Viviremos mejor?”, pregun- ta Hermelinda Mosoline, de 38 años y con 12 hijos, mientras se deja retratar sentada en un árbol. Ella quiere proteger a su estirpe. Los maijunas, nunca es tarde, tie- nen una oportunidad para prote- ger a su estirpe. π La lucha de los maijunas por recuperar su estirpe El último maijuna que llevó dis- cos en los lóbulos de las orejas murió en 1982, y con él toda una tradición. El adorno era símbolo de dignidad, pero ser maijuna en- tonces no era un honor. Desde 1682, cuando sus an- cestros fueron contactados por los jesuitas, los maijunas sufrie- ron la presión de las misiones, la esclavitud de la época del caucho, las imposiciones del sistema edu- cativo y la intolerancia de la socie- dad. Decidieron que para sobre- vivir, debían occidentalizarse. Por eso dejaron sus ropas tra- dicionales, cambiaron las cerba- tanas por escopetas y no volvie- ron a construir malocas. También olvidaron su idioma y dejaron de colocarse discos en las orejas, su característico distintivo. Sin embargo, cuando en la década pasada varias ONG y el Estado empezaron a valorar las culturas ancestrales, ellos com- prendieron la dimensión de su fortuna. “Descubrimos que éra- mos ricos por nuestra cultura, por nuestra naturaleza”, ase- gura Romero Ríos Ushiñahua, presidente de la Federación de Comunidades Nativas Maijunas. TERRITORIOS DEPREDADOS Hoy solo existen 487 maijunas re- partidos en cuatro comunidades de la región baja del río Napo. El más antiguo de sus nuevos pue- blos se estableció en 1968. Desde entonces vivieron desprotegidos, a merced de taladores, cazadores y pescadores industriales. Mauro Mera, maijuna de 48 años, cuenta lo que fue vivir así. “Los taladores se llevaron nues- tros cedros, los cazadores las sa- chavacas, y los pescadores en sus botes todo el tucunaré”. La depredación acaba con los recursos, y sin recursos una po- blación migra, se desintegra y la cultura se diluye. NUEVO REFUGIO En el 2006, ya federados y con la asesoría del etnobotánico Mi- chael Gilmore, iniciaron la ges- tión para declarar su territorio como área de conservación. “Solo así ellos podrían forta- lecerse para tomar control de sus LAS MISIONES Desde el siglo XVII la presencia de los misioneros disminuyó a los maijunas por la llegada de nuevas enfermedades, las pobres con- diciones de vida en la misión y las guerras internas, según el espe- cialista Michael Gilmore. LA FIEBRE DEL CAUCHO Durante el siglo XIX el Gobierno Peruano promovió la migración de colonos a la selva, quienes escla- vizaron a las etnias amazónicas. Entre finales de ese siglo y princi- pios del XX, la explotación del cau- cho arreció la esclavitud. GUERRA CON ECUADOR Durante la guerra con Ecuador entre 1941 y 1942, el Ejército Pe- ruano usó a los maijunas para car- gar municiones y provisiones. LA EDUCACIÓN OCCIDENTAL De 1955 a 1975 el gobierno firmó un convenio con los misione- ros protestantes. La educación impuesta por ellos erosionó las creencias tradicionales y el len- guaje de los maijunas. “Los taladores se llevaron los cedros, los cazadores las sachavacas, y los pescadores todo el tucunaré” LOS APUS. Son los líderes de las comunidades y quienes impulsaron la defensa de sus territorios. EL NUEVO MAIJUNA. En el rostro de Guanda, Rosita y Gina se aprecia el mestizaje. Representan el futuro maijuna. HOGAR. La comunidad más cercana a Iquitos se encuentra a 5 horas. NIÑOS. Los pequeños maijunas no conocen su lengua ancestral. Sus pa- dres intentan recuperar su conocimiento tradicional y prácticas culturales. LAS MAIJUNAS. Jesusa Mosoline tiene 49 años y 6 hijos; Hermelinda Mosoline, 38 años y 12 hijos; y Helena Mugica, 43 años y 1 hijo. Se calcula que hay 95 familias maijunas. LORETO. UN EJEMPLO DE CONSERVACIÓN CULTURAL La etnia consiguió que su territorio sea declarado área de conservación Los últimos 500 estarán protegidos de la depredación de su hábitat 300 años sometidos RODRIGO RODRICH PORTUGAL TEXTO Y FOTOS

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a22 l País ___ El Comercio ___ domingo 12 de febrero del 2012

recursos naturales y recuperar su biodiversidad y cultura”, explica José Álvarez, biólogo del Institu-to de Investigaciones de la Ama-zonía Peruana (IIAP).

Ahora, tras seis años de es-fuerzos, el sábado 4 de febrero de este año los maijunas lograron que las autoridades del gobierno regional reconocieran 390.000 hectáreas loretanas como el área de conservación maijuna. Gra-cias también al apoyo del Pro-grama de Conservación, Gestión y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica del Gobierno Regional de Loreto, la ONG Naturaleza y Cultura Internacional y el IIAP.

La oportunidad que ahora tie-nen es aquella que otorga la pro-tección. Ya no están indefensos a merced de los explotadores. Vi-ven en un área protegida.

“¿Viviremos mejor?”, pregun-ta Hermelinda Mosoline, de 38 años y con 12 hijos, mientras se deja retratar sentada en un árbol. Ella quiere proteger a su estirpe. Los maijunas, nunca es tarde, tie-nen una oportunidad para prote-ger a su estirpe. π

La lucha de los maijunas por recuperar su estirpe

El último maijuna que llevó dis-cos en los lóbulos de las orejas murió en 1982, y con él toda una tradición. El adorno era símbolo de dignidad, pero ser maijuna en-tonces no era un honor.

Desde 1682, cuando sus an-cestros fueron contactados por los jesuitas, los maijunas sufrie-ron la presión de las misiones, la esclavitud de la época del caucho, las imposiciones del sistema edu-cativo y la intolerancia de la socie-dad. Decidieron que para sobre-vivir, debían occidentalizarse.

Por eso dejaron sus ropas tra-dicionales, cambiaron las cerba-tanas por escopetas y no volvie-ron a construir malocas. También olvidaron su idioma y dejaron de colocarse discos en las orejas, su característico distintivo.

Sin embargo, cuando en la década pasada varias ONG y el Estado empezaron a valorar las culturas ancestrales, ellos com-prendieron la dimensión de su fortuna. “Descubrimos que éra-mos ricos por nuestra cultura, por nuestra naturaleza”, ase-gura Romero Ríos Ushiñahua, presidente de la Federación de Comunidades Nativas Maijunas.

TERRITORIOS DEPREDADOSHoy solo existen 487 maijunas re-partidos en cuatro comunidades de la región baja del río Napo. El más antiguo de sus nuevos pue-blos se estableció en 1968. Desde entonces vivieron desprotegidos, a merced de taladores, cazadores y pescadores industriales.

Mauro Mera, maijuna de 48 años, cuenta lo que fue vivir así. “Los taladores se llevaron nues-tros cedros, los cazadores las sa-chavacas, y los pescadores en sus botes todo el tucunaré”.

La depredación acaba con los recursos, y sin recursos una po-blación migra, se desintegra y la cultura se diluye.

NUEVO REFUGIOEn el 2006, ya federados y con la asesoría del etnobotánico Mi-chael Gilmore, iniciaron la ges-tión para declarar su territorio como área de conservación.

“Solo así ellos podrían forta-lecerse para tomar control de sus

LAS MISIONESDesde el siglo XVII la presencia de los misioneros disminuyó a los maijunas por la llegada de nuevas enfermedades, las pobres con-diciones de vida en la misión y las guerras internas, según el espe-cialista Michael Gilmore.LA FIEBRE DEL CAUCHODurante el siglo XIX el Gobierno Peruano promovió la migración de colonos a la selva, quienes escla-vizaron a las etnias amazónicas. Entre finales de ese siglo y princi-

pios del XX, la explotación del cau-cho arreció la esclavitud.GUERRA CON ECUADORDurante la guerra con Ecuador entre 1941 y 1942, el Ejército Pe-ruano usó a los maijunas para car-gar municiones y provisiones.LA EDUCACIÓN OCCIDENTALDe 1955 a 1975 el gobierno firmó un convenio con los misione-ros protestantes. La educación impuesta por ellos erosionó las creencias tradicionales y el len-guaje de los maijunas.

“Los taladores se llevaron los cedros, los cazadores las sachavacas, y los pescadores todo el tucunaré”

LOS APUS. Son los líderes de las comunidades y quienes impulsaron la defensa de sus territorios. EL NUEVO MAIJUNA. En el rostro de Guanda, Rosita y Gina se aprecia el mestizaje. Representan el futuro maijuna.

HOGAR. La comunidad más cercana a Iquitos se encuentra a 5 horas.

NIÑOS. Los pequeños maijunas no conocen su lengua ancestral. Sus pa-dres intentan recuperar su conocimiento tradicional y prácticas culturales.

LAS MAIJUNAS. Jesusa Mosoline tiene 49 años y 6 hijos; Hermelinda Mosoline, 38 años y 12 hijos; y Helena Mugica, 43 años y 1 hijo. Se calcula que hay 95 familias maijunas.

LORETO. UN EJEMPLO DE CONSERVACIÓN CULTURAL

La etnia consiguió que su territoriosea declarado área de conservación

Los últimos 500 estarán protegidos de la depredaciónde su hábitat

300 años sometidos

RODRIGO RODRICH PORTUGAL TEXTO Y FOTOS