Los 5 Lo Pasan Estupendo - Enyd Blyton

8/14/2019 Los 5 Lo Pasan Estupendo - Enyd Blyton

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LOSCINCOEnid Blyton

ENID BLYTONLOS CINCO LO PASAN ESTUPENDO


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ARGUMENTO:

Los Cinco se van de nuevo a pasar las vacaciones en unos carromatos, y elcamino los lleva cerca de las ruinas del castillo

Faynights Castle. Por all tambin

acampan unos feriantes, nada simpticos con los nios hasta que aparece la sobrina deuno de ellos, que resulta ser su vieja amiga Jo.

Pero cuando las cosas empiezan a ir bien, los muchachos ven una cara en laventana del abandonado castillo. Quin ser y qu est sucediendo en las ruinas?


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NDICE

I. Jorge est solaII. Todos juntos de nuevo

III. Una maana agradableIV. Llegan los saltimbanquisV. De la noche a la maanaVI. Gente hostilVII. Una carta, un paseo y una mala jugadaVIII. Dnde estn los carromatos?IX. Una gran sorpresa

X. De nuevo con los feriantesXI. Algo muy extraoXII. El tragallamas y otras cosasXIII. Excursin al castilloXIV. Faynights CastleXV. Una jornada interesanteXVI. Pasadizos secretos

XVII. Intriga y emocinXVIII. Jo vive sola una extraordinaria aventuraXIX. Jo vuelve a actuarXX. Un montn de emocionesXXI. En el cuarto de la torreXXII. Beauty y Jo se divierten de lo lindoXXIII. Unos das maravillosos


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CAPTULO PRIMERO

Jorge est sola

No hay derecho! exclam Jorge fieramente. Por qu no puedo ir yo sivan los dems? Llevo quince das en casa, sin haber visto a los otros desde queterminaron las clases. Y ahora se han ido a pasar dos semanas maravillosas y yo hetenido que quedarme.

No te portes mal, Jorge le contest su madre. Podrs ir a reunirte conellos en cuanto mejores de tu resfriado.

Ya estoy mejor insisti Jorge, cejijunta. Mam, t sabes que digo laverdad.Basta ya, Jorgina intervino su padre, levantando la vista del peridico.

ste es el tercer desayuno en que sostenis la misma cuestin. Calla de una vez.Jorge jams contestaba cuando le llamaban Jorgina..., a pesar de tener la

respuesta en los labios. Cerr la boca y volvi la cabeza.La madre se ech a rer.Oh, Jorge, querida! No pongas esa cara de fierecilla. Agarraste ese resfriado

por tu propia culpa. Te empeaste en baarte en el mar y nadaste largo tiempo, cuandotan slo estamos en la tercera semana de abril.

Siempre me bao en abril replic Jorge, enojada.He dicho que te calles! interrumpi su padre golpeando la mesa con el

peridico. Una palabra ms, Jorge, y no irs con tus tres primos estas vacaciones.Guau! intervino Tim desde debajo de la mesa. No poda sufrir que nadie

gritara con enfado a Jorge.Qu significa esto? T tampoco has de discutir conmigo dijo el padre de

Jorge, dando un puntapi a Tim y frunciendo el entrecejo exactamente igual que su hija.Su mujer volvi a rerse.Vaya! Callaos los dos exclam. Jorge, querida, ten paciencia. Te dejar

ir con tus primos tan pronto como pueda... maana, si te encuentras bien y si hoy notienes mucha tos.

Mam...! Por qu no me lo dijiste antes? contest Jorge, desapareciendosu enfado como por encanto. No he tosido en toda la noche. Hoy me encuentrocompletamente bien. Si maana puedo ir a Faynights Castle, prometo no toser ni unasola vez!

Qu es eso de Faynights Castle? pregunt su padre levantando de nuevolos ojos. Es la primera vez que oigo hablar de ello.

Pero, Quintn, querido! Te habl de ello por lo menos tres veces ltimamente

dijo su mujer. A Julin, Dick y Ana les han prestado dos hermosos y antiguoscarromatos unos amigos de la escuela. Con ellos acampan cerca del pueblo de Faynights


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Castle.Ah! De manera que no estn hospedados en un castillo? Menos mal

repuso el padre de Jorge. No podra sufrirlo. No tolerara que Jorge regresase a casaaltanera y engreda.

No es posible queJorge

se vuelva jams altanera y engreda observ sumujer. Con lo que me cuesta conseguir que se limpie las uas y que lleve los shortsdecentes! S comprensivo, Quintn. Sabes perfectamente que a Jorge y a sus primos lesgusta pasar juntos las vacaciones.

Y correr juntos aventuras aadi riendo Jorge, que ahora estaba de muybuen humor pensando en la alegra de reunirse con sus primos al da siguiente.

No, esta vez no viviris ninguna de vuestras antipticas aventuras replic sumadre. Sea como sea, no veo cmo podrais correr ninguna, acampando en un lugartan pacfico como es el pueblo de Faynights Castle y viviendo en un par de viejoscarromatos.

Creo a Jorge capaz de todo dijo su marido. Dale un simple sorbo deaventura y correr tras ella. Jams he conocido a nadie como Jorge. Gracias a Dios queslo tenemos una hija. Creo que no sera capaz de convivir con dos o tres Jorges a lavez.

Hay mucha gente parecida a Jorge observ su mujer. Julin y Dick, porejemplo. Siempre se encuentran enredados en una u otra... con Ana tras ellos, tratandode conseguir una vida tranquila.

Bien, basta de discusiones exclam el padre de Jorge empujando la silla allevantarse.

Descuidadamente dio un pisotn a Tim, el cual solt un aullido.Este perro no tiene pizca de juicio observ el hombre, impaciente. Sepasa las horas de las comidas debajo de la mesa y se figura que yo he de recordar queest aqu. Bien, voy a trabajar un rato.

Sali de la habitacin dando un portazo. Se oy golpear la puerta del estudio.Luego se cerr una ventana de golpe. Los leos de la chimenea fueron revueltosvigorosamente. Cruji un silln y se oy el ruido de alguien que se sentabapesadamente. Al fin, rein el silencio.

Ahora tu padre estar ausente del mundo hasta la hora de comer coment lamadre de Jorge. Querida, creme, al menos le he contado tres veces lo de FaynightsCastle, en donde acampan tus primos. Es un bendito...! Bien, Jorge, creo que realmentemaana podrs irte con tus primos... Hoy tienes un aspecto mucho mejor. Puedespreparar tus cosas y ya las empaquetar esta tarde.

Gracias, mam grit Jorge dndole un apretado abrazo. De todos modos,pap se alegrar de tenerme fuera de casa durante una temporada. Le soy demasiadomolesta.

Sois una buena pareja exclam su madre, recordando los numerososportazos y otras cosas. Los dos me causis a veces grandes problemas, pero no sabraarreglrmelas sin vosotros. Tim, an sigues bajo la mesa? Por qu encoges tanto el

rabo? Acaso te he hecho dao?No est resentido contigo, mam opin Jorge generosamente. Voy a


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preparar mis cosas ahora mismo. Cmo ir a Faynights Castle? En tren?S. Te llevar a la estacin de Kirrin y all podrs tomar el tren de las diez

cuarenta. Habrs de transbordar en Liming-Ho, donde enlazars con el tren que se dirigea Faynights. Si envas una postal a Julin, la recibir maana y podr ir a esperarte.

Ahora mismo la escribo contestJorge,

feliz. Ay, mam! Ya me temaque este antiptico resfriado durase hasta el final de las vacaciones. Nunca ms mebaar en das tan fros de abril.

Ya lo dijiste el ao pasado... y el anterior tambin observ su madre.Qu mala memoria tienes, Jorge!

Ven, Tim llam Jorge. Y los dos salieron como un torbellino por la puerta.sta se cerr de golpe, sacudiendo toda la casa.

En seguida se abri la puerta del estudio y una voz grit con fuerza:Quin da portazos mientras yo trabajo? Es que en esta casa nadie es capaz

de cerrar una puerta con suavidad?Jorge hizo una mueca y vol escaleras arriba. Su padre era quien daba los

portazos ms fuertes, pero slo oa los que daban los dems. Jorge revolvi su escritorioen busca de una postal. Tena que enviarla inmediatamente para que Julin la recibiera atiempo... Sera tan bonito encontrar a los tres primos en la estacin!

Nos vamos maana cont a su amigo Tim. ste la miraba atentamente,agitando el rabo. S, t vendrs conmigo, desde luego... para que los cinco estemos denuevo juntos. Los famosos cinco! Te alegras, Tim, verdad? Yo tambin.

Escribi rpidamente la postal y corri escaleras abajo para echarla al buzn.Pam! Golpe la puerta de la casa y su padre peg un brinco de indignacin. Era un

hombre muy listo, un cientfico que trabajaba incansablemente. Impaciente, colrico,pero tambin benvolo y muy olvidadizo. Cmo deseaba que su hija no se le pareciese,que fuera como su sobrinita Ana, quieta, gentil y amable!

Jorge lleg a tiempo para la recogida de cartas. Su misiva era escueta:

Curado el resfriado. Llego maana. Espero encontraros

a todos en la estacin a las doce y cinco.

Tim y yo agitamos el rabo, figuraos.JORGE.

A su regreso a casa, Jorge abri el armario y la cmoda. Sac todo lo que querallevarse. Su madre acudi para ayudarla. Siempre discutan al empaquetar, porque Jorgequera guardar tan poco como fuera posible, y ninguna prenda de abrigo, desde luego.Su madre, en cambio, opinaba todo lo contrario.

Sin embargo, entre las dos lograron llenar la maleta de cosas tiles. Comosiempre, Jorge se neg a meter en ella ningn vestido.

Quisiera saber cundo te sentirs mayor y dejars de querer ser un chiquillo yde actuar como tal suspir su madre, exasperada. Conforme, conforme...Empaqueta estos horrorosos shorts viejos que tanto te gustan. Y el jersey rojo. Pero

tambin has de llevar estas camisetas de abrigo. Las met antes en la maleta, pero t lashas vuelto a sacar. Tambin has de llevar una buena manta, segn Julin. Los


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carromatos no resultan muy calientes con este tiempo.Tengo curiosidad de saber cmo son dijo Jorge metiendo las camisetas.

Julin dijo que eran antiguos y graciosos. A lo mejor, son como los de los gitanos... ocomo los remolques aerodinmicos modernos.

Maana los vers observ su madre.Jorge,

ya vuelves a toser!Es slo el polvo, nada ms replic Jorge, ponindose colorada al luchar

contra el escozor que senta en el cuello.Rpidamente bebi un vaso de agua. Sera horroroso que su madre se volviera

atrs y no la dejara partir!Pero su madre estaba convencida de su curacin. Haba permanecido en cama

toda una semana, originando un gran trastorno, pues era una paciente muy difcil.Ahora, despus de llevar varios das levantada, volva a ser ella misma.

Le har bien pasar unos das en Faynights, donde el aire es puro pens sumadre. Necesita compaa de nuevo. Adems... no resiste estar sola sabiendo que los

dems disfrutan de las vacaciones sin ella.Jorge se sinti feliz aquella tarde. Slo una noche ms, y luego gozara de

quince das de camping. Con tal que el tiempo fuera bueno, pasaran unos dasmaravillosos.

De pronto son el telfono. R-r-r-r-r-ring! R-r-r-r-r-ring!La madre deJorge cogi el auricular.Hola! grit. Eres t, Julin? Todo en orden?

Jorge irrumpi corriendo en el vestbulo.Que no ocurra nada malo! pensaba. No es posible que ocurra nada! No

es posible que Julin llame para decirme que no vaya!Escuch conteniendo la respiracin.Qu dices, Julin? No entiendo de qu me hablas, querido. S, desde luego,

tu to se encuentra bien. Por qu no haba de estarlo? No, no ha desaparecido. Julin, aqu te refieres?

Jorge escuchaba, impaciente. De qu se trataba? Pareca que de nadaextraordinario, a fin de cuentas. Cuando, por ltimo, su madre colg el auricular,explic aJorge:

No temas nada, Jorge. Todo marcha bien, puedes irte maana. Julin tan slollam para convencerse de que tu padre no es ninguno de los cientficos que handesaparecido repentinamente. Por lo visto, los diarios de esta tarde traen la noticia dedos que se han esfumado... y el pobre Julin quiso cerciorarse de que tu padre seencuentra a salvo.

Cmo si pap pudiera esfumarse! espet Jorge, indignada. Julin debede estar loco. Sin duda se trata de otros dos de esos malvados cientficos desleales a supas, que desaparecen para vender nuestros secretos al extranjero. Eso es lo que podashaber contestado a Julin.


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CAPTULO II

Todos juntos de nuevo

A la maana siguiente, en una ladera cuajada de roco, situada a buena distanciade Kirrin, el lugar donde viva Jorge, dos muchachos descendieron de un carromato y sedirigieron a otro que haba contiguo. Golpearon la puerta.

Ana, ests despierta? Hace un da delicioso.Claro que estoy despierta contest una voz infantil. La puerta est

abierta. Entrad. Estoy preparando el desayuno.

Julin y Dick empujaron la puerta pintada de azul. Ana se hallaba frente a unacocinita en un rincn de su carreta, hirviendo huevos en un cazo.No puedo volver la cabeza advirti. Tengo que estar atenta al reloj. Falta

un minuto.El cartero acaba de traer una postal de Jorge comunic Julin. Dice que

tanto ella como Tim agitan el rabo de contentos. Me alegro de que venga al fin... lomismo que Tim.

Iremos todos a su encuentro prepuso Ana con los ojos fijos an en elreloj. Slo faltan veinte segundos.

Total, slo llevamos tres das aqu puntualiz Dick. De manera que no ha

perdido gran cosa. Esos huevos van a quedar duros, Ana.Ana levant la vista.No, no quedarn duros. Estarn en su punto exactamente los fue sacando

del cazo con un cucharn. Colcalos en las hueveras, Dick. Estn all, justamentedebajo de tus narices.

Sin ms ni ms, Dick cogi un huevo del plato en que los haba colocado Ana.Pero se quem y hubo de soltarlo, dejando escapar un grito. El huevo se estrell en elsuelo y la yema se sali de la cscara y se derram.

Pero Dick! No viste como los sacaba yo del agua hirviendo? se lament

Ana. Ahora tendr que cocer otro huevo. Lstima que no est Tim aqu. Habralamido el suelo con toda rapidez y yo no tendra que fregarlo.

Por qu no tomamos el desayuno sentados en los peldaos de tu carromato?propuso Julin. El sol brilla que da gusto.

Y all se sentaron para comer huevos pasados por agua, rebanadas de panuntadas con mantequilla, despus mermelada casera y, por ltimo, unas jugosasmanzanas. El sol calentaba y Julin se quit la chaqueta.

Los dos carromatos haban sido emplazados en un prado verde en declive. Unalto seto se alzaba a sus espaldas, protegindolos del viento. A los pies del seto florecan

doradas prmulas y las brillantes campanillas inclinaban sus cabezas a los rayos del sol.Algo apartados de all haba otros tres carromatos, aunque stos eran remolques


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modernos. La gente que los habitaba an no se haba levantado y sus puertas estabanhermticamente cerradas. Nuestros tres muchachos no haban tenido ocasin de haceramistad con ellos.

Sobre la colina opuesta se elevaba un viejo castillo en ruinas, cuyos altos murosdesafiaban todava al viento que a veces soplaba por encima de las colinas. Tena cuatrotorres. Tres de ellas se hallaban derruidas, pero la cuarta pareca estar completa. Enlugar de ventanas tena aspilleras, construidas en la poca en que arqueros disparabansus flechas desde ellas.

Un sendero muy empinado conduca hacia el castillo. Terminaba ante un enormeportaln de grandes sillares blancos. Dicho portaln se encontraba cerrado actualmentepor una madeja de hierros retorcidos que impeda el paso. La nica entrada practicablequedaba al pie de una torre ms pequea. Haba all una pequea puerta giratoria, por laque haban de pasar los habitantes del castillo.

Un muro alto y grueso rodeaba toda la construccin, en pie an despus de

tantos aos. Muchas piedras de su remate se haban desprendido y yacan mediofragmentadas sobre la hierba. Haba sido en otros tiempos un magnfico castillo,levantado en la cumbre de la escarpada colina como refugio, un lugar desde el que losguardas del castillo podan otear el pas en muchos kilmetros a la redonda.

Segn deca Julin, cualquier persona subida en una de las torres o en la murallasera capaz de descubrir al enemigo avanzando desde siete condados. Sobrara tiempopara atrancar el gran portaln, ocupar los muros y preparar la resistencia para un largositio, si fuera necesario.

Terminado el desayuno, los tres siguieron sentados en los peldaos, ganduleando

al sol. Miraban hacia las ruinas del viejo castillo y contemplaban los grajos querevoloteaban alrededor de las cuatro torres.En esas torres hay por lo menos unos mil grajos afirm Dick. Lstima no

tener unos buenos prismticos para seguir sus evoluciones. Sera como en el circo. Meencanta cuando todos juntos levantan el vuelo para girar por el aire sin chocar nuncaentre s.

Es que anidan en el viejo castillo? pregunt Ana.Desde luego... Llenan las torres de palitroques explic Dick, y

construyen sus nidos encima. Apuesto a que cuando subamos encontraremos el suelojunto a las torres cubierto de palos. Seguro que nos llegan hasta los tobillos.

Muy bien, iremos cualquier da, cuando ya Jorge est aqu repuso Ana.La entrada tan slo cuesta seis peniques. Me gustan los castillos antiguos. Me gusta elambiente de lugares de otras pocas.

A m tambin asegur Julin. Espero que Jorge se traiga los prismticosque le regalaron por su cumpleaos. Podramos llevrnoslos al castillo para observardesde all el paisaje a muchos kilmetros de distancia. Podramos ver los sietecondados.

Bueno. Tengo que fregar suspir Ana levantndose. Quiero dejar limpioslos carromatos antes de que llegueJorge.

No esperars que Jorge se d cuenta de si estn limpios o no, verdad? observ Dick. Vas a perder el tiempo, Ana.


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Pero a la pequea Ana le gustaba hacer la limpieza y guardar todas las cosas enarmarios y estantes. Presuma de tener los carromatos como tacitas de plata. Se habapreocupado de darles sabor de hogar y quera causar buena impresin a Jorge.

Corri hacia el seto e hizo un gran ramo de prmulas. Al volver, lo dividi endos. Coloc una mitad en un jarrito azul, rodeando las flores de sus hojitas verdes, yluego puso la otra mitad en un segundo jarro.

Haris juego con las cortinas amarillas y verdes murmur.Rpidamente barri y limpi el polvo. Dud en enviar a Dick al arroyo a lavar

los platos del desayuno, pero desisti. Dick era algo torpe con la loza y sta no lesperteneca... Era de los propietarios de los carromatos.

A las once y media, ambos quedaron listos y relucientes.Las sbanas y mantas de Jorge estaban en el estante sobre su cama, que, de da,

se plegaba adosndose a la pared para ocupar menos espacio. La cama de Ana estabaenfrente.

stas son las vacaciones que a m me gustan se dijo Ana en voz alta. Unrincn donde cobijarse, rodeado de campos y montaas, buenas merendolas... y slo unpoquitn de aventuras.

Qu ests murmurando, Ana? pregunt Dick asomando la cabeza por laventana. Me pareca or algo sobre aventuras. Ya ests tras de alguna?

Ni pensarlo! exclam Ana. Es lo ltimo que deseara. Y es lo ltimoque puede ocurrir en este lugar tan apacible, gracias a Dios.

Dick sonri burlonamente.Bien, nunca se sabe observ. Ests lista para ir a recibir a Jorge, Ana?

Ya va siendo hora de marchar.Ana baj corriendo los escalones y se reuni con Dick y Julin.Ser mejor que cierres la puerta con llave le indic Dick. Nosotros ya

hemos cerrado la nuestra.Ana dio vuelta a la llave y los tres se pusieron en camino por el verde prado

hacia el portillo que daba paso a la carretera. El viejo castillo, en la cumbre de la colinaopuesta, pareca subir y subir sobre el horizonte mientras ellos se alejaban en direccinal pueblo.

Ser estupendo volver a ver a Tim dijo Ana. Y me alegro de poder tener aJorge conmigo en la carreta. No me importa estar sola de noche..., pero siempre es msagradable tener aJorge cerca y a Tim gruendo en sueos.

Pues debieras dormir con Dick si te gustan los gruidos, los ronquidos y losgemidos se burl Julin. Qu es lo que sueas, Dick? Debes de tener mspesadillas que cualquier otra persona en todo el pas.

Jams gruo, ni ronco, ni gimo contest indignado Dick. Deberas orte ati mismo. Porque...

Mirad... no es se el tren que llega? No es aquel que toma la curva alllejos? interrumpi Ana. Tiene que serlo. Aqu slo pasa un tren por las maanas.Corramos! No llegaremos a tiempo.

Los tres emprendieron una carrera salvaje y arribaron al andn en el mismoinstante en que el tren entraba en la estacin. Una cabeza de cabellera rizada asomaba


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por una ventanilla... y luego apareci otra de color castao oscuro debajo de la primera.Jorge... y Tim!grit Ana.Hola! exclamJorge, que por poco se cae por la portezuela.Guau! ladr Tim, y salt al andn derribando casi a Dick.De un salto baj tambin

Jorge,con los ojos brillantes. Abraz a Ana y dio unas

palmadas a Julin y Dick.Ya estoy aqu dijo. Me senta triste al saberos de campingsin m. Hice

pasar muy malos ratos a mi pobre madre.Me lo figuro asinti Julin cogindola del brazo. Djame llevar la

maleta. Iremos primero al pueblo para celebrar nuestro encuentro con unos mantecados.Hay una tienda que los hace bastante aceptables.

Estupendo! Me siento dispuesta a tomar un helado agradeci Jorge,feliz. Mira, Tim ha comprendido lo que dices. Saca la lengua pidiendo un helado.Tim, no te alegras de que volvamos a estar todos juntos?

Guau! aprob Tim, y lami la mano de Ana por vigsima vez.Habr de pensar en traerme una toalla cada vez que me encuentre con Tim

observ Ana. Tiene la lengua tan hmeda! Oh, no! Basta ya, Tim! Anda, vete alamer un poco a Julin!

Qu os deca yo? Mirad, Jorge ha trado sus prismticos dijo Dick, aldarse cuenta de que la correa que su prima llevaba en bandolera no corresponda a unamquina fotogrfica, sino al estuche de cuero de los anteojos. Qu bien! Ahorapodremos observar los grajos del castillo. Y tambin algunas urracas que he visto por elpantano.

Magnfico! Me figur que deba traerlos replic Jorge. Sern lasprimeras vacaciones en que tendremos ocasin de usarlos. Mam no me dej llevarlos alcolegio. Pero... falta mucho para llegar a la tienda de helados?

Es aqu mismo, en esta lechera dijo Julin conducindola al interior. Yte recomiendo que empieces con vainilla, sigas con grosella y termines con chocolate.

Vaya plan fenmeno! aprob Jorge. Espero que tengis dinero amontones para tanto festn de helados. Mam no me dio demasiado para los pequeosgastos.

Se sentaron a una mesa y pidieron helados. La lechera, regordeta y pequea, lessonri. Ya los iba conociendo.

No os quejaris del tiempo que hace, eh? coment. Hay muchascarretas en el campingde Faynights?

No, no muchas contest Julin atacando su helado.Bueno, no tardaris en tener ms compaa les revel la regordeta

lechera. O decir que estn a punto de llegar saltimbanquis... Suelen acampar en aquellugar. Si es verdad, os divertiris de lo lindo.

Anda, qu bien! exclam Dick. Ser estupendo hacernos amigos deellos. Nos gustan los saltimbanquis, verdad, Tim?


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CAPTULO III

Una maana agradable

Va a celebrarse una feria por aqu? pregunt Jorge, olvidando su heladode grosella. Qu clase de feria? Acaso un circo?

No. Tan slo unas variedades aclar la lechera. Habr un tragallamas,que por s solo har que casi todo el pueblo asista al espectculo. Un tragallamas!Osteis jams algo semejante? No comprendo cmo nadie puede hacer de algo as suprofesin.

Habr algo ms? pregunt Ana, a quien no le pareci muy interesante vera alguien tragando fuego.Pues s. Un hombre que se desata en menos de dos minutos, sin importarle el

tamao de las cuerdas ni la presin de las ligaduras continu la mujer. Debe de seralgo extraordinario! Luego hay un hombre llamado Mister Goma, de la India, porquese encoge y estira como la goma, se mete por cualquier tubo y se introduce por unaventana con slo que tenga un resquicio abierto.

Vaya gracia! Muy a propsito para un ladrn interrumpi Jorge. Megustara ser como el hombre de goma. Rebota cuando se cae?

Hay otro hombre con serpientes continu la mujer gordinflona

estremecindose. Yo no parara de correr en un kilmetro si viera que se me acercabauna serpiente.

Son venenosas sus serpientes? Me extraara! intervino Dick. No megustara ver nuestros carromatos rodeados de serpientes venenosas.

No digas eso exclam Ana, que me marcho a casa.Entr otro cliente y la lechera tuvo que abandonar a los nios para servirle. Los

cuatro se sentan muy excitados. No era poca suerte tener a gente tan emocionante ensu mismo camping!

Un tragallamas! coment Dick. Siempre dese ver a uno de cerca.

Apuesto a que en realidad no se traga el fuego. Se quemara la boca y el cuello.Habis terminado todos? pregunt Julin sacando unas monedas del

bolsillo. Es hora de llevar a Jorge al campamento y ensearle nuestros alegrescarromatos. No son como aquellos modernos en los que fuimos de excursin una vez,

Jorge... stos son anticuados como los carromatos de los gitanos. Te gustarn! Sonalegres y muy pintorescos.

Quin os los dej? pregunt Jorge cuando salieron de la tienda. Algncompaero de colegio, verdad?

S. l y su familia van con ellos de excursin en las vacaciones de Pascua y de

verano explic Julin. Pero estas Pascuas las pasan en Francia y, antes de dejarlosdesocupados, prefirieron prestarlos a alguien. Y resultamos nosotros los favorecidos.


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Fueron caminando carretera arriba hasta llegar al portillo. Jorge se quedcontemplando el castillo, con su torre que brillaba al sol coronando la cercana colina.

Faynights Castle declam, con centenares de aos a cuestas. Cmo megustara saber las cosas que ocurrieron tras sus murallas a lo largo de los siglos. Meencantan las antigedades. Propongo que subamos a explorarlo.

Lo haremos. La entrada slo vale seis peniques aclar Dick. Creo quevale la pena gastarlos en verlo. Seguramente tendr alguna mazmorra oscura, hmeda,triste y terrible.

Subieron la pendiente cuajada de hierbas hacia el campo en donde estaban suscarromatos. Jorge exclam, entusiasmada:

Son stos nuestros famosos carromatos? Si son maravillosos! Sonexactamente iguales a los que usan los gitanos, slo que stos parecen ms limpios yalegres.

El carromato rojo, con adornos negros y amarillos, es el nuestro dijo

Dick. El azul, con iguales adornos, es el tuyo y el de Ana.Guau! protest Tim.Perdn! Tambin tuyo aadi Dick. Y todos se echaron a rer.Tena gracia cmo Tim intervena en la conversacin con su ladrido, como si

efectivamente entendiera todas cuantas palabras se decan. Jorge, desde luego, estabaconvencida de ello.

Los carromatos se alzaban sobre ruedas altas. Tenan una ventana en cada lado.La puerta estaba en la parte trasera, lo mismo que los peldaos para alcanzarla, como esnatural. Alegres cortinas colgaban de las ventanas y un borde esculpido asomaba en las

esquinas por debajo del saliente del techo.Verdaderamente son antiguos carromatos de gitanos, remozados ymodernizados explic Julin. Por dentro son muy confortables... unas literas que deda se pliegan contra las paredes... un pequeo fregadero, aunque solemos llevar lavajilla en el ro para no tener que acarrear tanta agua... una pequea despensa, alacenasy estantes... pavimento de corcho en el suelo y alfombras de colorines que impiden lascorrientes de aire...

Parece como si trataras de vendrmelos dijo Jorge rindose. No hacefalta que los alabes. Me gustan los dos y los encuentro mil veces ms bonitos queaquellos remolques modernos de all abajo. stos parecen, en cierto modo, autnticos.

Bueno, los otros tambin lo son prosigui Julin, y tienen mucho msespacio... Pero nosotros no necesitamos espacio, puesto que la mayor parte del tiempo lapasamos fuera.

Tenemos fuego de campamento? preguntJorge, ansiosa. Ah, s! Ya loveo. All estn las cenizas donde ardi la hoguera. Julin, por favor, encendamos unahoguera esta noche, para sentarnos a su alrededor en la oscuridad.

Con mosquitos que nos piquen y murcilagos volando alrededor observDick. Pero la encenderemos. Entra, Jorge.

Primero ha de entrar en mi carromato invit Ana empujando a Jorge

peldaos arriba.Jorge se mostr verdaderamente entusiasmada. Se senta feliz pensando en que


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iba a pasar dos semanas llenas de paz en compaa de sus tres primos y de Tim. Abatiy volvi a plegar su litera para estudiar su funcionamiento. Abri las puertas de ladespensa y de la alacena. Luego, fue a ver el carromato de los muchachos.

Qu limpio! exclam sorprendida. Esperaba que el de Ana estuvieralimpio... pero el vuestro resplandece tambin de limpieza. Ay, amigos...! Espero que nohayis emprendido un nuevo camino, transformndoos en modelos de pulcritud. Yo nolo he hecho!

No te preocupes advirti Dick con amplia sonrisa. Ana hizo una de lassuyas... Ya la conoces, tiene la mana de tener todo arreglado. No necesitamospreocuparnos cuando ella se pone a trabajar. Nuestra buena madrecita Ana!

De todos modos, Jorge tendr que ayudarme intervino Ana firmemente.No espero que los chicos limpien, cocinen o hagan cosas de stas... pero Jorge s ha dehacerlo, puesto que es una mujer.

Lo que dara por haber nacido chico! suspir Jorge. Conforme, Ana,

aportar mi granito de arena... alguna vez. Qu te parece, habr sitio para Tim en militera cuando duerma?

Lo que es en la ma no se acostar contest Ana. Puede dormir en elsuelo, sobre una alfombra, verdad, Tim?

Guau! contest Tim sin agitar el rabo. No pareca estar muy conforme.Ya lo veis... dice que ni pensar en tal cosa tradujo Jorge. Est

acostumbrado a dormir sobre mis pies.Volvieron a salir al exterior. El da era extremadamente agradable. Las prmulas

abran cada vez ms sus florecillas amarillas y un mirlo silb repentinamente su cancin

melodiosa desde las ramas de un espino en el cercano seto.Alguno de vosotros ha comprado un peridico en el pueblo? preguntDick. Ah! T pensaste en ello, Julin. Estupendo! Djame ver el pronstico deltiempo. Si es bueno, daremos un buen paseo esta tarde. El mar no queda muy lejos deaqu.

Julin sac el peridico doblado de su bolsillo y se lo entreg a Dick. ste sesent en los peldaos de su carreta y lo abri.

Buscaba el boletn meteorolgico cuando unos titulares captaron su atencin. Sele escap un grito.

Anda! Aqu vienen ms detalles sobre los dos cientficos desaparecidos,Julin.

Oh! exclam Jorge, recordando la llamada telefnica de Julin la nocheanterior. Julin, cmo demonios pudiste creer que mi padre fuera uno de loscientficos desaparecidos? Cmo si l fuera capaz de traicionar a su patria y vendersecretos a otro pas!

Bueno... yo no pensaba tal cosa protest Julin. Desde luego que no.Qu barbaridad! Jams cre que to Quintn hiciera algo por el estilo. No... los diariosde ayer slo decan que dos de nuestros ms famosos cientficos haban desaparecido, yyo me figur que quiz los hubiesen raptado. Y pensando que to Quintn es muy

famoso, se me ocurri llamar para estar seguro.Eso es otra cosa acept Jorge. Bien, como mam no saba nada del


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asunto, se qued boquiabierta cuando le preguntaste si pap haba desaparecido. Sobretodo porque en aquel momento estaba en el estudio armando un ruido tremendo albuscar algo que haba perdido.

Algo que llevara encima, como de costumbre, supongo intervino Dickriendo. Pero escuchad esto... No parece que los dos hombres hayan sido raptados...Ms bien da la impresin de que huyeron llevndose documentos importantes.Canallas! Abunda demasiado esta clase de gente hoy en da, creo.

Ley un par de prrafos:

Derek Terry-Kane y Jeffrey Pottersham han sido dados por

desaparecidos hace dos das. Se encontraron en casa de un comn amigo para

discutir cierto aspecto de su trabajo y luego se despidieron ambos para tomar el

metro. Desde entonces no se les ha vuelto a ver.

Ha podido comprobarse que Terry-Kane haba renovado su pasaporte y

haba comprado un pasaje para volar a Pars. No ha habido noticia alguna de

su llegada a aquella capital.

Lo veis? Es lo que dije a mam exclam Jorge. Se han escapado paravender sus secretos a otro pas. Por qu les dejamos?

A to Quintn no le gustar esto advirti Julin. No es verdad quecolabor una vez con Terry-Kane?

S, creo que s contest Jorge. Me alegro de no estar hoy en casa... Papestar inaguantable contndole centenares de veces a mam lo que piensa de los

cientficos traidores.As lo creo dijo Julin. Y lo comprendo! Es algo que no concibo:traicionar a su propio pas. Slo pensar en ello me produce mal sabor de boca. Bueno...pensemos en la comida, Ana. Qu comeremos?

Salchichas fritas y cebollas, patatas, melocotn en almbar y, adems, voy ahacer un flan.

Yo freir las salchichas se ofreci Dick. Encender el fuego aqu fuera ysacar la sartn. A alguno le gustan sus salchichas partidas mientras se fren?

A todos les gustaban.Yo quiero las mas bien pasaditas pidi Jorge. Cuntas hay para cada

uno? Slo he tomado aquel helado desde el desayuno.Hay doce cont Ana mientras las entregaba a Dick. Tres para cada uno.

Ninguna para Tim. Pero he comprado un gran hueso grasiento para l. Julin, querrstraerme algo de agua, por favor? All detrs est el cubo. Voy a pelar las patatas. Jorge,querrs abrir la lata de melocotones sin cortarte un dedo, como hiciste la ltima vez?

S, mi capitn contest Jorge haciendo un guio. Ah...! Es como ennuestros viejos tiempos. Buena comida, buena compaa y un buen tiempo. Tres vivaspor nosotros!


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CAPTULO IV

Llegan los saltimbanquis

El primer da de estar todos juntos result agradabilsimo. Disfrutaron de lolindo, especialmente Jorge, que haba padecido sola, en su casa, los quince dasanteriores. Tambin Tim se senta muy feliz. Persegua conejos, en su mayoraimaginarios, a travs del campo y dentro del seto, hasta quedar extenuado.

Despus de sus correras, se tumbaba junto a los cuatro nios, jadeando comouna locomotora cuesta arriba, su larga lengua rosada cayendo fuera del hocico.

Me das calor con slo mirarte suspir Ana apartndolo de s. Mira,Jorge... Tiene tanto calor que hasta echa humo. Un da de stos, Tim, te derretirs.Al atardecer dieron un paseo, pero no llegaron a la orilla del mar. Lo vieron

desde un altozano, brillando a lo lejos con un azul intenso, pareciendo las olas desdelejos cisnes con alas extendidas. Tomaron el t en una granja, admirados por un grupode nios de grandes ojos curiosos.

Queris llevaros un poco de jamn casero? pregunt la simptica granjerade cara colorada cuando los nios le pagaron la merienda.

S, desde luego acept Dick. Y quiz nos quiera vender tambin un pocode tarta de frutas. Estamos de campamento con unos carromatos en Faynights Field,

justo enfrente del castillo... Por eso hemos de prepararnos merienda todos los das.S, podis llevaros una tarta entera replic la granjera. Ayer encend el

horno, por lo que tengo en abundancia. Queris tocino? Tambin tengo exquisitascebollas en vinagre.

Qu estupendo! Hicieron su compra a buen precio y se llevaron satisfechos lasprovisiones a casa.

A medio camino, Dick cogi el manojo de cebollas y se dedic a olerlas.Mejor que cualquier perfume exclam. Huele,Jorge.La cosa no qued en oler, desde luego. Cada uno se apoder de una cebolla,

excepto Tim, que se apart haciendo muecas. Las cebollas eran un manjar que lerepugnaba. Dick volvi a guardar el manojo.

Creo que ser preferible que cualquier otro se haga cargo de las cebollas paraque no estn al alcance de Dick propuso, preocupada, Ana. No quedara apenas unacuando llegsemos al campamento.

Mientras suban la cuesta que llevaba a la entrada del campo, el sol se estabaponiendo. La estrella vespertina haba aparecido en el cielo y brillaba con todo suesplendor. Cuando se dirigieron hacia sus carretas, Julin se detuvo de pronto.

Hola! Mirad seal. Ah hay otros dos carromatos parecidos a los

nuestros. Sern ya los saltimbanquis?Y por all se ve otro... Avanza por la carretera observ Dick. Debe de


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dirigirse hacia el portaln del campo, ya que no puede subir la cuesta por donde hemosvenido nosotros. Por all viene.

Pronto tendremos vecinos emocionantes exclam Ana alegremente.Se acercaron a sus propios carromatos y contemplaron curiosos el que estaba

ms prximo a los suyos. Era de color amarillo, con adornos azules y negros, ynecesitaba urgentemente una nueva capa de pintura. Se pareca mucho a los suyos, perosu aspecto era ms viejo.

Hay una gran caja debajo del carromato ms prximo observ Julin.Qu contendr?

La caja era larga, plana y ancha. En los costados tena taladrados agujerosredondos, repartidos regularmente. Jorge se acerc y se agach para ver mejor la caja,deseosa de averiguar si contena algn animal vivo.

Tim la acompa y olfate lleno de curiosidad en los orificios. De pronto, dio unsalto atrs y comenz a ladrar con fuerza. Jorge lo agarr por el collar y trat de

apartarlo, pero el perro no la obedeci. Ladraba sin parar.Del interior de la caja sala un ruido sordo, crujiente, susurrante, que provocaba

ladridos an ms furiosos de Tim.Calla, Tim, calla! gritaba Jorge forcejeando con el perro. Julin, ven,

aydame. Hay algo en esta caja que Tim no conoce... Quin sabe lo que ser...! Timest medio intrigado y medio asustado. Sus ladridos expresan desconfianza... y noparar hasta que logremos apartarlo.

Una voz colrica se oy en el extremo del campo junto al portillo:Eh, vosotros! Apartad ese perro. Qu pretendis con meteros en mis

asuntos...? Vais a alborotar a mis serpientes.Ay, serpientes! grit Ana corriendo hacia su carromato. Jorge, ahdentro hay serpientes. Aparta a Tim.

Julin y Jorge se esforzaron por llevarse a Tim tirando del collar hasta casiasfixiarle, pero el perro no pareca darse cuenta. La voz colrica sonaba ahora a susespaldas.

Jorge se volvi y vio a un hombrecillo oscuro, de mediana edad y con ojosnegros muy brillantes. Mientras vociferaba, agitaba los puos.

Lo siento se disculp Jorge, sujetando con ms fuerza a Tim. Por favor,deje de gritar, o mi perro se lanzar sobre usted.

Vaya frescura! Que se lanzar sobre m? Conque un perro peligroso, eh?Espanta a mis serpientes y despus se lanzar sobre m grit el hombrecillo, furioso,saltando sobre uno y otro pie como un boxeador. Ahhh...! Esperad a que suelte a misserpientes... y tu perro echar a correr, a correr... y jams volver.

La amenaza era alarmante. Con un supremo esfuerzo, Julin, Dick y Jorge sehicieron, finalmente, con Tim, lo arrastraron hasta la carreta de Ana y cerraron la puertatras l. Ana trat de tranquilizarlo, mientras que los dems volvan junto al enfadadohombrecillo.

ste, entre tanto, haba sacado la caja de debajo de la carreta y abierto su tapa.

Los tres miraban fascinados. Qu clase de serpientes habra all dentro? Serpientescascabel? Culebras? Estaban dispuestos a correr todo lo que pudieran si los bichos


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resultaban tan furiosos como su dueo.Una gran cabeza surgi de la caja y se tambale de un lado para otro. Dos ojos

fijos y oscuros relucieron... y, luego, un cuerpo largusimo rept hacia fuera y se deslizpor las piernas del hombre hacia arriba, rodeando su torso y su cuello. ste la acarici yle habl con voz dulce y cariosa.

Jorge se estremeci. Julin y Dick se mantenan alerta.Es una boa pitn advirti Julin. Hay que ver, qu monstruo! Jams he

visto una tan de cerca. No me extraara que estrujase a este individuo y lo aplastase.Se ha enroscado alrededor de l hasta la cola observ Dick, atento. Anda,

ahora sale otro bicho.En efecto, otra serpiente pitn se deslizaba fuera de la caja, anillo tras anillo.

Tambin sta se enrosc alrededor de su amo, produciendo un fuerte sonido de roce alhacerlo. Su cuerpo era ms grueso que la pantorrilla de Julin.

Ana contemplaba la escena desde la ventana de su carromato, incapaz de creer a

sus ojos. Nunca en su vida haba visto serpientes como aqullas. Ni siquiera saba dequ clase eran. Dese que su carreta estuviera a una distancia de miles de kilmetros.

Por ltimo, el hombrecillo tranquiliz a sus serpientes. Casi lo ocultaban bajosus grandes anillos. Por cada lado de su cuello asomaba la cabeza de uno de losanimales, plana y reluciente.

Tim tambin se asom a la ventana, manteniendo su cabeza al lado de la de Ana.Se asust al ver cmo se deslizaban las serpientes y comenz a ladrar de nuevo. Baj dela ventana y se acurruc debajo de la mesa. Por lo visto, no le haca gracia la presenciade tales bichos.

El hombre acarici a las serpientes y luego, hablndoles siempre suavemente, lasvolvi a introducir en la caja. Las dos reptaron al interior y se enrollaron, anillo sobreanillo. El hombre baj la tapa y la cerr.

Despus se volvi hacia los tres nios que le contemplaban.Habis visto cmo alborotasteis a mis serpientes? dijo. Ahora, quitaos

de delante, habis odo? Y cuidado con vuestro perro. Ay, nios, nios! Siempremetiendo las narices en todas partes, curioseando. No me gustan los nios y tampoco lesgustan a mis serpientes. No volvis a acercaros, entendido?

El hombrecillo escupi las ltimas palabras tan enfurecido que los tres chiquillosdieron un brinco.

Oiga usted dijo Julin, nosotros slo venimos para decirle que sentamosque nuestro perro ladrara de aquella manera. Los perros siempre ladran en presencia decosas raras que no entienden. Es algo natural.

Tambin odio a los perros aadi el hombrecillo entrando en sucarromato. De manera que mantenedlo apartado de aqu, especialmente mientrassaque a mis serpientes, o una de ellas ser capaz de darle un abrazo demasiado amorosoy aplastarlo. Ja, ja, ja!

Desapareci en su carromato, cerrando de un portazo la puerta.Qu asco! coment Julin. Parece que nuestras relaciones con los

saltimbanquis han empezado de mala manera... Y yo que esperaba hacer amistad conellos y lograr descubrir alguno de sus secretos!


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No me gusta nada lo que dijo al final observ Jorge, molesta. Unabrazo amoroso de una de esas dos pitones supondra el final de Tim. Desde luego losujetar cuando vea que ese extrao hombrecillo saca a sus serpientes. Parece que lasquiere de veras, verdad?

En efecto, eso parece contest Julin. Bien, qu clase de personajevivir en el otro carromato? Me temo que no voy a atreverme a echarle ni una mirada,por si contiene gorilas o elefantes, o hipoptamos, o...

No seas idiota! interrumpi Jorge. Anda, ven, est oscureciendo. Ah!Ya llega el carromato que vimos venir por la carretera.

ste iba subiendo lentamente la ladera del campo, dando trompicones. En sucostado llevaba pintado un nombre con grandes letras rojas.

Mster Goma, de la India.Oh... el hombre de goma! exclam Jorge. Dick, ser el conductor?

Qu te parece?

Todos se quedaron mirando fijamente al conductor. ste era largo, flaco ymarchito, y daba la sensacin de que iba a romper a llorar de un momento a otro. Sucaballo produca un parecido efecto lamentable.

Pue... puede que sea el propio Mster Goma opin Julin. Pero, desdeluego, no parece ser muy elstico que digamos. Mirad... ahora baja.

El hombre descendi de un salto gil y gracioso que no cuadraba con su cuerpoencogido. Desenganch el caballo y lo dej suelto en el campo. El animal se alejmordisqueando la hierba aqu y all, con su figura tan seca y marchita como la de suamo.

Bufflo llam el hombre de pronto. Ests dentro?Se abri la puerta de la segunda carreta y se asom un hombre joven... unenorme mozo con un mechn de cabello rubio, una camisa roja y una amplia sonrisa.

Hola, Goma! contest. Hemos llegado primero. Anda, entra...!Skippy ha preparado algo para comer.

Mster Goma, de la India, subi corriendo los peldaos del carromato deBufflo y la puerta se cerr tras l.

Es emocionante, verdad? exclam Dick. Un hombre de goma de laIndia... Y quines sern Bufflo y Skippy...? Y un domador de serpientes a nuestroalrededor. Qu ms vendr?

Ana los llam:Venid, Tim est impacientsimo.Subieron los peldaos de su carreta y encontraron que Ana les haba preparado

una cena ligera: un bocadillo de jamn, un trozo de tarta de fruta y una naranja paracada uno.

Quisiera tambin una cebolla en vinagre con mi bocadillo, por favor pidiDick. La aplastar sobre el jamn y estar riqusimo. Se me ocurre cada ideta!


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CAPTULO V

De la noche a la maana

Despus de la cena hablaron de los molestos recin llegados. Tim se arrim aJorge, tratando de expresarle su sentmiento por haber causado tanto trastorno. sta leacarici y le ri al mismo tiempo:

Comprendo perfectamente que no te gusten las serpientes, Tim..., pero,cuando yo te mando callar y te ordeno marcharte, has de obedecerme, comprendes?

Tim agit el rabo y coloc la cabeza sobre las rodillas de Jorge, emitiendo un

ligero lamento.No creo que vuelva a acercarse jams a aquella caja, ahora que vio sucontenido de serpientes opin Ana. Tenas que haber visto lo asustado que estabacuando se asom conmigo a la ventana y vio las serpientes. Se escabull y se escondidebajo de la mesa.

Es una lstima que nuestro primer encuentro con saltimbanquis haya sido tandesafortunado se lament Julin. No creo que a ninguno de ellos les gusten losnios, porque ya se sabe que los chiquillos suelen ser molestos... metindose por todoslados.

Me parece or que llegan ms carromatos observ Jorge. Tim enderez sus

orejas y se puso a gruir. Qudate quieto, Tim. No somos los nicos con permiso parainstalarnos en este campo.

Dick se acerc a la ventana y mir al exterior en penumbra. Distingui unassombras grandes en un rincn del campo, destacndose en la oscuridad. Una pequeahoguera arda frente a una de ellas, descubriendo a una figura menuda, inclinada sobrelas llamas.

Qu ricos son estos emparedados, Ana! dijo al retirarse de la ventana.Que os parece otra cebolla en vinagre para cada uno?

No Dick contest Ana con firmeza. Ya te has comido tu bocadillo.

Bien, pero creo que puedo comerme una cebollita sin bocadillo opinDick. No te parece, Ana?

Ana se neg rotundamente.Las he escondidodijo. Supongo que querrs alguna maana, verdad? No

seas insaciable, Dick. Toma un bizcocho, si an sientes hambre.Antes os quera pedir que encendiramos una hoguera de campamento en el

exterior record Jorge. Pero ahora me sienta tan fatigada y tengo tanto sueo quetemo que me dormira frente a la hoguera.

Yo tambin tengo sueo suspir Ana. Recojamos, Jorge, y metmonos

en nuestros camastros. Los chicos pueden ir a su carromato a charlar o a jugar siquieren.


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Dick bostez;De acuerdo Pienso leer un ratito dijo. Espero que tendrs suficiente

agua, Ana... porque yo no pienso ir al ro a travs del campo a oscuras, para tropezarcon serpientes y dems bichos que los saltimbanquis hayan dejado diseminados por lahierba.

No creers que esas serpientes andan sueltas por ah, verdad que no? pregunt Ana, asustada.

Claro que no intervino Julin. De todos modos, Tim se cuidar dedespertar a todo el campo con sus ladridos con slo que se acerque un ratn, de maneraque no te preocupes por las serpientes.

Los muchachos dieron las buenas noches y se retiraron a su carromato. Laschicas vieron encenderse una luz y unas sombras que se movan tras las cortinas quecubran la ventana.

Dick ha encendido su lmpara advirti Ana. La suya ya estaba encendida y,

a su luz, la carreta ofreca un aspecto acogedor y hogareo. Ana ense a Jorge cmo seabata su litera. sta encaj en su sitio, quedando slidamente sujeta. Aparentaba serblanda e invitaba al reposo.

Ambas hicieron sus camas colocando sbanas, mantas v colchas.Dnde est mi almohada? pregunt Jorge. Ah! Es un cojn, verdad?

Buena idea!Ana y ella quitaron las fundas de colores de los cojines que haba sobre las sillas.

Debajo encontraron las fundas blancas, dispuestas para la noche.Se desnudaron, se lavaron con un poco de agua en la pequea palangana, se

limpiaron los dientes y se cepillaron el pelo.Si quito el tapn, el agua se vierte a tierra? pregunt Jorge. All va!El agua sali gorgoteando y se extendi por tierra, debajo de la carreta. Tim

enderez las orejas y escuch. Se convenci de que tendra que acostumbrarse a unaserie de nuevos ruidos en este lugar.

Has trado tu linterna? pregunt Ana, cuando finalmente las dos se habanmetido en sus literas. Voy a apagar la lmpara. Si necesitas algo durante la noche,tendrs que encender tu linterna, Jorge. Mira, Tim an est en el suelo. No se da cuentade que nos hemos acostado. Tim!, esperas a que subamos escaleras arriba?

Tim agitaba el rabo, dando golpes con l en el suelo. S, esto era precisamente loque esperaba. Cuando Jorge se iba a la cama siempre tena que subir unas escaleras,tanto en el colegio como en casa... Sin embargo, no haba logrado descubrir ningunaescalera en la carreta, aunque confiaba en queJorge supiese dnde estaba.

Tim tard algn tiempo en comprender que Jorge dormira en la litera que habaabatido junto a la pared. Luego, de un bote, salt encima de ella y se acost sobre suspiernas.Jorge solt un chillido.

Ay, Tim! No seas bruto. Bjate de mis piernas... ponte ms abajo... detrs delas rodillas.

Tim encontraba la litera demasiado estrecha para que fuese cmoda. Sin

embargo, se las arregl para ocupar el menor espacio posible, coloc su cabeza sobreuna de las rodillas de Jorge, suspir lnguidamente y se durmi.


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No obstante, mantuvo las orejas abiertas por si acaso... Con una escuchaba a unarata, que, por alguna razn slo de ella conocida, corra sobre el techo del carromato...Con otra oa el ruidito que haca un conejo mordisqueando la hierba debajo delvehculo... Pero lo que ms le intrigaba era un moscardn que volaba hacia la ventanade la derecha, hasta que choc contra el vidrio, justamente sobre la litera de

Jorge.Plang! El choque fue violento y el moscardn cay al suelo. Tim no lleg acomprender de lo que se trataba y volvi a dormirse, pero siempre con una oreja alerta.El mirlo que cantaba en el espino le despert temprano. Haba estudiado una nuevameloda y la ensayaba a toda potencia. Un tordo cercano se sum a su canto.

Mira lo que dices, mira lo que dices!, cantaba el tordo con el timbre ms altode su registro. Tim se levant y se estir. Jorge se despert repentinamente, porque Timpesaba demasiado sobre su cuerpo.

Al principio, no comprenda dnde se hallaba. Luego record y sonri. Claro...en un carromato, con Ana. Qu bien cantaba aquel mirlo...! Bastante mejor que el

tordo. Unas vacas mugan a lo lejos y los primeros rayos del sol penetraban por laventana y hacan abrirse las flores de las prmulas.

Tim se volvi a tumbar. Si Jorge no se levantaba, l tampoco lo hara. Jorgecerr los ojos y volvi a dormirse. En el exterior, el campamento empez a despertarse.Se abrieron las puertas de varios carromatos. Fueron encendidos fuegos. Alguien bajhacia el ro en busca de agua.

Los chicos llamaron a la puerta de las nias.Despertad, dormilonas! Son las siete y media y tenemos hambre.Santo Dios! exclam Ana sentndose en su cama, con los ojos an medio

cerrados de sueo. Jorge, despierta.No tardaron mucho en estar todos sentados alrededor de una pequea hoguera,de la que se desprenda un olor apetitoso. Dick frea tocino y huevos, y el olorestimulaba el apetito. Ana haba hervido un puchero de agua en su cocinita y estabapreparando el t. Baj los peldaos, llevando una bandeja sobre la que haba colocado latetera y un pote con agua caliente.

Ana siempre hace lo ms conveniente observ Dick. Toma, Julin,acerca tu plato... Oh!, tu tocino ya no vale. Aparta el hocico, Tim, perro estpido... Telo volver a pasar por la sartn. Has de vigilar a Tim, Jorge, mientras yo cocino. Ya harobado una lonja de tocino.

Bueno, as te evitas el tener que frerla contest Jorge. Fijaos, verdadque hay ahora una buena coleccin de carromatos? Deben de haber llegado durante lanoche. Es una verdadera caravana.

Echaron una mirada alrededor del campo. Al lado del carromato del hombre delas serpientes, de la de Bufflo y de Mster Goma haba cuatro o cinco ms.

Una de ellas interes sobremanera a los nios. Era de un color amarillo brillante,con llamas rojas pintadas en los costados. Tambin llevaba un nombre: Alfredo, elTragallamas.

Me figuro que ser un to alto y gordo opin Dick. Un tipo que come

fuego, con un temperamento terrible, un vozarrn enorme y que camina a grandeszancadas.


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Probablemente ser un hombrecito pequeo y flaco, que camina a pasitosmenudos, como un pony rechaz Julin.

Alguien sale ahora de su carromato advirti Ana. Su mujer, supongo.Qu menuda es... casi una mueca! Parece espaola, con la tez tan oscura (1).

Y se debe de ser el tragallamas, el que sale tras ella opinJorge

.Seguramente es l. Y es tal como te lo imaginabas, Dick. Eres la mar de listo.

Un tipo alto y gordo bajaba los peldaos tras una menuda mujercita. Tena unaspecto bastante fiero, producido por una melena de pelo tostado como la de un len yuna cara roja, con ojos grandes y brillantes. Daba unos pasos enormes al andar y sumujer, como era tan menuda, tena que correr para no quedarse atrs.

Corresponde exactamente a la idea que yo tena de un tragallamas confirmDick, satisfecho. Creo que no debemos acercarnos a l hasta averiguar si a l tampocole gustan los nios, como al hombre de las serpientes. Qu mujer tan pequea tiene!Apuesto a que la tiene dominada y la hace trabajar como a una esclava.

Es posible... De todos modos, ahora l est sacando agua del ro para ella replic Ana. Dos cubos llenos. Caray! Realmente tiene el aspecto de un tragallamas,no o parece?

Hay alguien ms, mirad cmo se dirige al ro... Camina como un tigre o ungato... deslizndose majestuosamente.

Es el hombre que sabe librarse de las ligaduras, no importa lo fuerte que seanopin Ana. Estoy segura de que lo es.

Era emocionante observar a los recin llegados. Parecan conocerse todos losunos a los otros. Se paraban para conversar entre s, rean, visitaban los carromatos de

los dems. Finalmente, tres mujeres se alejaron juntas llevando sendas cestas.Sin duda van de compras intervino Ana. Es lo que voy a hacer yotambin. Vienes conmigo, Jorge? Hay un autocar hacia el pueblo dentro de diezminutos. Podemos hacer la limpieza al regreso.

Me parece bien aprob Jorge. Y se levant tambin. Qu harn loschicos mientras tanto?

Muy sencillo: ir a buscar agua, recoger lea para el fuego y arreglar suspropias literas propuso Ana con aire inocente.

Todo eso esperas de nosotros? contest Dick con risa de conejo. Bien,podramos hacerlo. Por otra parte, quiz no lo hagamos. De todos modos, vosotrasmarchaos, puesto que se nos acaban las provisiones, lo cual es muy serio. Ana, querrstraerme pasta para los dientes? Y si encontris de aquellos buuelos en la lechera, traeduna docena.

S... y si podis, una lata de pia aadi Julin. No olvidis tampoco quenecesitamos leche.

Si vais a pedir ms cosas, tendris que acompaarnos para traerlas advirtiAna. Algo ms?

Pasad por correos a ver si ha llegado alguna carta pidi Dick. Y noolvidis comprar un peridico. Nos conviene enterarnos de lo que pasa en el resto del

1 En los pases anglosajones suele tenerse la errnea idea de que todos los espaoles son morenos. (N. del


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mundo. No es que me interese mucho de momento...Conforme aprob Ana. Vamos, Jorge..., no podemos perder ese autocar.Y las dos se marcharon a toda prisa.

T.)


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CAPTULO VI

Gente hostil

Los dos muchachos decidieron ir por agua y recoger lea mientras las dos chicasestuvieran de compras. Tambin arreglaron sus literas, por el simple procedimientode sacar toda la ropa y, haciendo un lo con ella, meterla en el armario, levantandodespus las literas contra la pared.

Terminado lo anterior, no tenan nada ms que hacer que esperar a las chicas.Por lo tanto, se fueron a dar una vuelta por el campamento. Procuraron no acercarse al

hombre de las serpientes, el cual estaba haciendo algo extrao a una de las boas.Parece que la est puliendo, cosa que no puedo creer opin Julin. Megustara acercarme a observar, pero un tipo de tan mal talante es capaz de azuzar a unade esas enormes serpientes pitn contra nosotros.

El hombre estaba sentado sobre una caja y tena a una serpiente extendidaencima de sus rodillas. Algunos de los anillos rodeaban una de sus piernas y los otros seenroscaban alrededor del pecho. La cabeza se esconda en una axila. El hombrecepillaba con fuerza el cuerpo liso de la serpiente y sta pareca disfrutar con ello.

Bufflo se entretena con un ltigo que tena un puo magnfico, adornado conpiedras semipreciosas, que reflejaban los rayos del sol y relucan en diversos colores.

Fjate en el ltigo dijo Julin. Alcanza lejsimos. Me gustara ver cmo lomaneja.

Como si le hubiese odo, Bufflo se puso de pie y agit el gran ltigo en su mano.Luego lo lanz y seguidamente se oy un ruido igual a un pistoletazo. La correa crujial ser lanzada por el aire. Los dos muchachos dieron un brinco, porque no esperaban unruido tan fuerte.

Bufflo volvi a hacerlo estallar. Despus silb, y una mujer pequea y ruda seasom en los escalones de su carreta.

Lo consigues ahora? pregunt.

Puede contest Bufflo. Dame un pitillo, Skippy, corre.Skippy meti la mano en el carromato, busc en un anaquel y sac una cajetilla.

No baj los peldaos; permaneci en lo alto, sosteniendo un pitillo entre el pulgar y losdems dedos.

Bufflo agit su ltigo. Crac! El pitillo desapareci como por arte de magia. Losmuchachos quedaron boquiabiertos. Era posible que el extremo de la correa arrebatarael cigarrillo de los dedos de Skippy? Pareca imposible.

All est dijo Bufflo sealando a cierta distancia. Sostnlo de nuevo,Skippy. Creo que este latigazo ha quedado ahora perfecto.

Skippy recogi el pitillo y lo coloc en su boca.No exclam Bufflo. Todava no estoy suficientemente entrenado en este


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latigazo. Sostnlo como antes.Skippy se sac el pitillo de la boca y volvi a sostenerlo con los dedos.Crac! Como un pistoletazo volvi a restallar el ltigo y de nuevo desapareci el

cigarrillo.Ay, Bufflo...! Lo has roto por la mitad reproch Skippy, sealando el lugar

en donde haba cado el pitillo partido. Esta vez no te ha salido bien.Bufflo no dijo nada. Se limit a volver la espalda a Skippy y se puso a trabajar

de nuevo con el ltigo, pero los muchachos no lograron averiguar lo que hacarealmente. Se acercaron algo ms para verlo.

Bufflo les volvi la espalda, pero debi de orles venir.Vosotros, fuera de aqu! les espet alzando la voz. No se permiten nios

en este lugar. Ahuecad... u os dar un latigazo que os arranque los cabellos!Julin y Dick no dudaron de que sera capaz de cumplir su amenaza y se

retiraron con la mayor dignidad de que fueron capaces.

Me figuro que el hombre de las serpientes le contarla el barullo que armanoche Tim con las boas dijo Dick. Uf! Espero que eso no nos enemiste con todoslos feriantes.

Cruzaron el campo. Por el camino vieron a Mster Goma. No pudieron evitarquedarse parados para contemplarlo. Efectivamente, pareca estar hecho de goma... Erade un color gris especial, el gris de una goma de borrar corriente.

Con voz furiosa les grit:Fuera de aqu! No se permiten nios en nuestro campo.Julin se enfad.

Este campo es tan nuestro como de ustedes contest. Tenemos un par decarromatos aparcados all arriba.Bueno, ste ha sido siempre nuestro campo insisti Mster Goma. Por

lo tanto, marchaos a otro camping.No tenemos caballos para arrastrar nuestras carretas, aunque quisiramos

irnos, lo que no pensamos hacer continu Julin, angustiado. De todos modos, qutienen contra nosotros? Quisiramos ser amigos de ustedes. No pensamos molestarlespara nada ni causarles ningn trastorno.

No puede mezclarse dos clases de gente se obstin el hombre. No osqueremos aqu... ni que nadie aparque sus remolques en el mismo sitio que nosotros yseal hacia los tres remolques modernos que haba en un rincn del campo. Siempreha sido nuestro campo.

No discutamos ms propuso Dick, que durante todo aquel rato haba estadomirando al hombre, lleno de curiosidad. Es usted realmente tan elstico que puededeslizarse a travs de tubos y cosas por el estilo? Usted...

Pero no consigui terminar sus preguntas, porque el hombre de goma se lanz alsuelo, hizo algunas raras contorsiones, se desliz por entre las piernas de losmuchachos... y patapn! Ambos se encontraron tumbados en tierra. El hombre de gomase marchaba tranquilamente, al parecer muy satisfecho de s mismo.

Huy! exclam Dick, palpndose un chichn que le sala en la cabeza.Trat de agarrarle las piernas y, en verdad, daba la sensacin de ser de goma. Qu pena


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que esta gente nos sea tan hostil! No es nada agradable tenerlos unidos en contra denosotros. Tampoco es justo. Nosotros hemos tratado de mostrarnos amables con ellos.

Qu le vamos a hacer! Puede que se trate precisamente de un caso de genteexclusivista objet Julin. Modernamente hay mucha gente que siente como ellos,cosa realmente desagradable. Todos somos iguales debajo de nuestra piel. Siempre noshemos entendido bien con otros feriantes.

No se atrevieron a acercarse a los otros carromatos a pesar de su deseo de ver decerca a Alfredo el Tragallamas.

Su aspecto es exactamente igual a como yo imaginaba a un tragallamas coment Dick. No me extraara que fuese el jefe de todos estos feriantes...suponiendo que tengan un jefe.

Mira... aqu viene seal Julin.Y, en efecto, corriendo como un loco, apareci Alfredo por detrs de su

carromato. Se diriga directamente hacia los muchachos y Julin crey al principio que

iba a echarles del campo. No pens en escaparse de Alfredo, pero no resultaba muyagradable quedarse quieto, viendo cmo se les echaba encima aquel enorme tipazo, demejillas coloradas como el fuego y con su gran melena flotando al aire.

Luego comprendieron por qu corra Alfredo. Tras l apareci su morenamujercita. Le estaba gritando algo en un idioma extranjero y le persegua blandiendouna cacerola.

Alfredo fren junto a los dos muchachos con cara de asustado. Baj hacia labarrera, salt por encima y desapareci carretera abajo.

La mujer menuda y morena se qued parada viendo cmo hua. Una vez que

Alfredo volvi la cabeza, le amenaz con la cazuela.Grandote malo gritaba. Otra vez quemas desayuno. Otra vez, otra vez.Yo te pegar con cacerola, grandote malo. Ven, Alfredo, ven.

Pero Alfredo no pensaba en volver. La mujercita, enfadada, se volvi hacia losdos muchachos.

l quemar desayuno repiti. l no vigilar, l siempre quemar.Parece raro en un tragallamas quemar lo que est cocinando observ

Julin. Sin embargo, pensndolo bien, puede que no lo sea.Bah! Tragar llamas es fcil manifest la apasionada mujercita de

Alfredo. Cocinar no ser tan fcil. Hacer falta cerebro y ojos y manos. Pero Fredo notener cerebro, sus manos son torpes... Slo saber tragar fuego... Para qu servir?

Bueno... supongo que con ello ganar dinero contest Dick, divertido.l ser mi grandote malo continu la menuda mujer. Dio media vuelta para

marcharse, pero gir de nuevo con una sonrisa repentina. Pero a veces es bueno aadi.

Regres a su carreta. Los chicos se miraron el uno al otro.Pobre Alfredo! coment Dick. Parece tan fiero como un len... y

verdaderamente es un gigante... pero ha resultado tan tmido como un ratn. Eschocante cmo escapa de una mujer tan pequea.

Toma! No estoy muy seguro de que yo no hiciera lo mismo, si saltase tras dem blandiendo esa cacerola tan amenazadora objet Julin. Ah! Quin es ste?


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El hombre de quien Ana haba supuesto que era aquel que saba desatarse decualquier ligadura iba acercndose al portillo. Caminaba rpido y ligero, autnticamentecomo un gato. Julin se fij en sus manos... Eran pequeas, pero parecan muy fuertes.S... No caba duda de que, con tales manos, deshara fcilmente cualquier nudo. Locontemplaron llenos de curiosidad.

No se permiten nios aqu! les dijo el hombre al llegar.Lo sentimos, pero tambin hacemos camping en un carromato replic

Dick. Dgame... es usted el individuo que se deshace de sus ligaduras?Puede que s contest el hombre continuando su camino. De pronto se

volvi. Quieres que te ate? vocifer. Conozco muchas ligaduras para ensayar.Procura no entrometerte o, en verdad, lo har.

Hay que ver...! Vaya una coleccin de gente simptica y amable! suspirJulin. Muy diferentes a las dems gentes de circo que hemos conocido. Empiezo acreer que no haremos amistades con la facilidad que me imaginaba.

Creo que hemos de tener mucho cuidado opin Dick. Parece que estnresentidos, Dios sabe por qu. Las cosas se van poniendo muy desagradables. Norondemos ms por aqu esta maana. Mantengmonos apartados de ellos hasta que seacostumbren a nuestra presencia. Entonces, puede que se vuelvan algo ms amables.

Bien, vayamos al encuentro de las chicas propuso Julin.Se dirigieron hacia el portillo y caminaron hacia la parada del autobs. ste

vena traqueteando cuesta arriba en aquel mismo instante y las chicas descendieron delvehculo, seguidas de las tres mujeres de los feriantes.

Las muchachas se acercaron a los chicos.

Hemos hecho la mar de compras exclam Ana. Nuestras cestas pesanuna enormidad. Gracias, Julin, por llevarme la ma. Dick puede coger la de Jorge. Oshabis fijado en esas mujeres que fueron con nosotras?

S contest Julin. Por qu?Veris, tratamos de entablar conversacin con ellas, pero se mostraron muy

poco amables continu Ana. Nos sentimos desairadas. Tim gru como nunca,desde luego, con lo que la cosa result peor todava. Creo que no le gust su olor. Olana sucias.

A nosotros no nos ha ido mejor con el resto de los feriantes repuso Julin. Desde luego, no puedo afirmar que Dick y yo tuviramos el menor xito. Lo nico quequieren de nosotros es que nos vayamos.

Te traigo un peridico interrumpi Ana, y Jorge encontr en Correos unacarta de su madre. Va dirigida a todos nosotros, por eso no la hemos abierto. Laleeremos cuando nos reunamos en nuestras carretas.

Espero que sea ya la hora de comer observ Jorge. Qu te parece, Tim?Tim conoca la palabra comer. Solt un alegre ladrido y peg un brinco.

Comer? No poda haber odo nada mejor.


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CAPTULO VII

Una carta, un paseo y una mala jugada

Jorge abri la carta de su madre al terminar la comida. Todos convinieron enque haba sido un almuerzo verdaderamente mgico: dos huevos duros por cabeza,lechuga fresca, tomates, berros con mostaza y patatas asadas al fuego con su piel,seguidas por el plato solicitado por Julin: rodajas de pia en conserva, muy dulces ysabrosas.

Estupendo suspir Julin tumbndose al sol. Ana, eres una magnfica

ama de casa. Ahora,Jorge, oigamos lo que ta Fanny dice en su carta.Jorge despleg la carta y la alis.Es para todos nosotros confirm. Y empez a leer:

Queridos Jorge, Ana, Julin y Dick: Espero que Jorge haya llegado sanay salva y que todos hayis ido a recibirla. En realidad escribo para recordar a

Jorge que el sbado su abuela cumple aos y que ha de escribirle felicitndola.Me olvid de advertrselo antes de partir, por lo que me apresuro a escribir esta

carta.

Jorge, tu padre est muy irritado por lo de los dos cientficosdesaparecidos. Conoce mucho a Derek Terry-Kane, con el que colabor durante

un tiempo. Dice que est absolutamente convencido de que no es un traidor a su

patria. Cree que ha sido secuestrado, lo mismo que Jeffrey Pottersham...

Probablemente llevados en avin a miles de kilmetros de aqu e internados en

un pas que quiere obligarles a revelar sus secretos. Te marchaste justamente a

tiempo, porque esta tarde tu padre no para quieto un momento, le busca tres

pies al gato y da portazos a todo pasto, el pobre.

Si escribes, por lo que ms quieras, no menciones a los cientficos, ya

que tengo la esperanza de que no tardar en recobrar la calma. En verdad est

fuera de s; continuamente pregunta que adonde va el mundo, cuando sabe sinlugar a dudas que va adonde los cientficos quieren que vaya.

Que lo pasis bien todos juntos. Y no te olvides de escribir a tu abuela,

Jorge.Os quiere vuestra madre y ta,

FANNY.

Uf! Me imagino a pap vagando de un lado para otro como un... como un...Como un tragallamas complet Julin, irnico, al ver que Jorge no

encontraba la palabra. Algn da conseguir que ta Fanny le persiga blandiendo unacacerola. Es un caso desagradable el de estos cientficos, verdad? Al fin y al cabo,


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Terry-Kane haba planeado salir del pas... Ya haba reservado su pasaje en avin y todolo dems... Por lo que, aunque tu padre tenga fe en l, el asunto no est nada claro, noos parece?

No dice nada el diario? pregunt Dick abriendo sus pginas. S, aqupone algo:

LOS CIENTFICOS DESAPARECIDOS

Ahora ya no hay duda de que Jeffrey Pottersham se hallaba a sueldo de una

potencia hostil a nosotros y que planeaba llevarse a Terry-Kane en su fuga.

Nada concreto se sabe de ambos, aunque se han recibido noticias de haber sido

vistos en diversos lugares del exterior.

Ya est interrumpi Julin. Dos tipos realmente indeseables. Mirad

aqu... sus fotografas.Los cuatro se inclinaron sobre el peridico para ver mejor los retratos de los dos

hombres.Caramba! Me parece que cualquiera que viera a Terry-Kane habra de

reconocerlo opin Ana. Estas cejas tan pobladas y arqueadas y esta frente enorme...Si yo viera a alguien con unas cejas as, pensara que son postizas.

Se las habr afeitado advirti Dick, con lo que su aspecto actual sercompletamente distinto. Con toda probabilidad, se las habr pegado debajo de la narizpara que le sirvan de bigotes.

No seas tonto ri Jorge. El otro individuo no se diferencia en nada de unhombre corriente, a no ser por su frente, tan ancha. Es una pena que ninguno de loscuatro tengamos la frente despejada. Supongo que se deber a que no somos muyinteligentes.

No hay para tanto protest Julin. Muchas veces hemos tenido que usarnuestros cerebros en nuestras aventuras... y no hemos quedado tan mal.

Recojamos las cosas y demos un paseo propuso Ana. Si no lo hacemos,me quedar dormida. El sol brilla que da gusto; noto cmo me voy tostando.

Tienes razn, demos un paseo acept Julin levantndose. Qu osparece si furamos a ver el castillo? O prefers dejarlo para otro da?

Dejmoslo contest Ana. No me siento con fuerzas para escalar aquellacuesta tan empinada. Me parece mejor hora por la maana.

Despus de recoger y de limpiarlo todo, cerraron con llave ambos carromatos yse pusieron en camino. Julin mir hacia atrs. Algunos feriantes tomaban juntos lacomida. Miraban a los nios en silencio. La cosa no era nada agradable.

No nos tienen simpata precisamente, verdad? suspir Dick. Ahoraescchame, Tim... No aceptes nada de esa gente, entiendes?

Dick! exclam Jorge, alarmada. No pensars que traten de hacer algndao a Tim!

No, no lo creo en realidad contest Dick. Pero hemos de tener cuidado.Tal como insinu el hombre de goma esta maana, los de su clase y los de la nuestra


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piensan de diferente manera respecto a ciertas cosas. Eso no tiene remedio. Pero megustara que aceptasen nuestra amistad. No me agrada esta tensin.

Bueno, sea como sea, mantendr a Tim pegado a mis pies todo el tiempo determin Jorge con toda firmeza. Tim, aqu. Escchame bien: mientras estemos enel campamento, t pegadito a mis pies, entendido?

Guau, guau! contest Tim. E inmediatamente se peg a los pies de Jorge,de manera que sta tuvo que hacer esfuerzos para no tropezar con su hocico.

Decidieron tomar el autobs hacia Tinkers' Green y, desde all, caminar hasta elmar. Tendran tiempo de ir y volver antes de oscurecer. El autobs esperaba en laesquina y corrieron para alcanzarlo. Haba unos tres kilmetros y medio hasta Tinkers'Green, una hermosa aldea con un estanque limpio y verde en el que nadaban patosblancos.

Tomamos un helado? sugiri Dick cuando llegaron a una tienda conseales de vender mantecados.

No contest Julin rotundamente. Acabamos de despachar un granbanquete, as que reservaremos los helados para la hora de merendar. Nunca llegaremosa la orilla del mar si nos sentamos a tomar helados la mayor parte de la tarde.

Fue un paseo delicioso. Descendieron por caminos pavimentados con guijarrosy, despus, a travs de brezales salpicados de prmulas e incluso de campnulas azulesmuy tempranas, que entusiasmaron a Ana.

All est el mar. Qu cala tan acogedora! exclam Ana, emocionada. Yqu azul tan intenso! Parece un campo de nomeolvides. Podramos darnos un bao, nocreis?

No te lo aconsejo la fren Julin. El agua ha de estar helada. Hala!,bajemos al muelle a echar un vistazo a las barcas de pesca.Bajaron al muelle de piedra, calentado por el sol, y entablaron conversacin con

los pescadores que all estaban. Algunos de ellos se ocupaban en remendar redes y semostraron dispuestos a charlar.

Qu agradable resulta la amabilidad de estos hombres, en comparacin con laantipata y rudeza de los feriantes dijo Dick a Julin, quien se senta igualmentecontento.

Un pescador les dej subir a su barca y les explic la mar de cosas que yaconocan y otras que ignoraban. Era estupendo estar all sentados, escuchando suconversacin franca y contemplando sus azules y profundos ojos. Tena la piel tantostada como una bellota.

Habra posibilidad de alquilar una barca? pregunt Julin. No habralguna que pudiramos gobernar nosotros mismos? Tenemos bastante prctica ennavegar a vela.

El viejo Jos tiene una barca que podra alquilaros si lo deseis les informel hombre con el que conversaron. La alquil el otro da y supongo que tambin os laalquilar si verdaderamente sabis navegar.

Gracias. Se lo preguntaremos si decidimos dar un paseo por mar prometi

Julin mientras miraba su reloj. Es hora de ir a algn lado a merendar. Hemos de estarde regreso antes de anochecer. Acampamos cerca de Faynights Castle.


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Ah, s? contest el pescador. All deben de acampar tambin losferiantes, verdad? Hace quince das estuvieron aqu. Hay que ver, ese tragallamas es unverdadero portento, ya lo creo. Y aquel hombre de las ligaduras... pues, os contar: loat con la cuerda de mi red... podis verla, ms fuerte que cualquier otra. Lo at contodos los nudos que s hacer... y en menos de un minuto se levant... libre y con losnudos deshechos.

S, as es continu el viejo llamado Jos, que se haba unido a ellos. Esuna maravilla ese hombre. Lo mismo que el hombre de goma. Pidi un tubo estrechocomo ste, lo veis?, y se desliz a travs de l, resbaladizo como una anguila. Causabaespanto ver cmo sala por el otro extremo.

Iremos a verles trabajar cuando empiecen su espectculo asegur Julin.De momento, no son muy amables con nosotros. No les gusta que acampemos junto aellos.

Les gusta estar ellos solos continu Jos. Tuvieron bastante lo en el

lugar donde actuaron antes de aqu... Alguien les denunci a la polica y ahora recelande todo el mundo.

Buenos, hemos de irnos insisti Julin.Se despidieron de los amables pescadores y se fueron. Merendaron en un

pequeo caf y luego continuaron hacia casa.Alguno de vosotros desea tomar el autobs? pregunt Julin. Nos sobra

tiempo para llegar andando antes de oscurecer... pero si las chicas estn cansadas,tomaremos el autobs desde Tinkers' Green.

Claro que no estamos cansadas se indign Jorge. Me has odo jams

decir que estoy cansada, Julin?Est bien, est bien. Solamente lo pregunt por cortesa se excus Julin.Adelante..., pongmonos en marcha.

El camino era ms largo de lo que haban pensado. Oscureca ya cuando llegaronal portillo que cerraba el campamento. Treparon por encima de l y caminaronlentamente hacia su rincn.

Repentinamente se quedaron parados, atnitos. Echaron una mirada alrededor,sin acabar de comprender.

Sus dos carromatos haban desaparecido. Vean el lugar en donde haban estadoy donde encendieron la hoguera. Pero los carromatos no estaban all.

Bueno! exclam Julin, asombrado. Esto es el colmo! No veo sealninguna de nuestras carretas por ninguna parte.

S... pero..., cmo es posible? balbuce Ana, extraada. Si no tenamoscaballos para arrastrarlas. No es posible que se fueran por s solas.

Silencio absoluto. Los cuatro no salan de su asombro. Cmo podanvolatilizarse dos carretas slidas y pesadas?

Mirad... all hay huellas de ruedas en la hierba seal Dick de pronto.Ved, nuestras carretas pasaron por aqu. Sigamos las huellas. Bajan por la ladera, mirad.

Con el mayor asombro, los cuatro nios y Tim siguieron las huellas de las

ruedas. Julin volvi una vez la cabeza, presintiendo que los vigilaban. Pero no se vea aninguno de los titiriteros. Puede que nos vigilen escondidos tras las cortinas de sus


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carromatos, pens, molesto.Las huellas de las ruedas se dirigan campo abajo y llegaban al portillo. Ahora

estaba cerrado, pero debi abrirse para dejar paso a los carromatos, puesto que lashuellas continuaban en la hierba por el otro lado y se perdan en la carretera.

Qu hacemos? pregunt Ana, asustada. Han desaparecido. No tenemosdonde dormir. Oh, Julin! Qu haremos ahora?


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CAPTULO VIII

Dnde estn los carromatos?

Por una vez, Julin se qued sin saber qu decir. Segn todas las apariencias,alguien haba robado ambos carromatos... se los haba llevado a alguna parte.

Creo que deberamos dar parte a la polica logr decir al fin. Recuperarlos carromatos y detendr a los ladrones. Pero esto no nos solucionar la noche. Hemosde buscar un lugar donde dormir.

Yo opino que debiramos tratar de sonsacar algo a cualquiera de los feriantes

propuso Dick. Aunque no tengan nada que ver con lo ocurrido, tienen que habervisto cmo se los llevaban.S, me parece que tienes razn asinti Julin. Tienen que saber algo de lo

que ha pasado. Jorge, qudate aqu con Ana, por si acaso esos saltimbanquis se vuelvengroseros. Nos llevamos a Tim... Podra sernos til.

Jorge no deseaba permanecer aparte, pero comprendi que Ana lo necesitaba.Por eso se qued con ella, siguiendo con la vista a los dos muchachos, que volvan asubir la cuesta acompaados por Tim.

No nos acerquemos al hombre de las serpientes previno Dick. Podraestar jugando con ellas en su carromato.

No s a qu se puede jugar con serpientes reflexion Julin. O acasopiensas en el juego de las serpientes y las escaleras?

Pues es un juego bastante divertido contest Dick sin inmutarse. Mira,aqu hay alguien junto a una hoguera... Supongo que se trata de Bufflo. No, es Alfredo.Bueno, sabemos que no es tan fiero como aparenta... interrogumosle sobre loscarromatos.

Se acercaron al gran tragallamas, que fumaba sentado frente a la hoguera.El tragallamas no los oy aproximarse y se estremeci cuando Julin le habl.Seor Alfredo comenz Julin, podra decirnos adonde han ido a parar

nuestros carromatos? Los encontramos a faltar al regresar de nuestro paseo hace uninstante.

Preguntad a Bufflo contest Alfredo speramente, sin mirarlos.Pero usted no sabe nada de lo ocurrido? insisti Julin.Preguntad a Bufflo repiti Alfredo soltando bocanadas de humo.Julin y Dick se volvieron disgustados y se dirigieron hacia la carreta de Bufflo.

Estaba cerrada. Llamaron a la puerta y apareci Bufflo, con su melena rubia brillando ala luz de la lmpara.

Seor Bufflo empez de nuevo Julin amablemente, el seor Alfredo

nos indic que le preguntramos a usted por nuestros carromatos. Han desaparecido y...Preguntad al hombre de goma ataj Bufflo, y cerr la puerta de golpe.


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Julin se enfad y volvi a llamar.Se abri la ventana y Skippy, la menuda mujer de Bufflo, se asom.Id a preguntar a Mster Goma les dijo, y cerr la ventana, haciendo una

mueca que les pareci burlona.Nos estarn tomando el pelo? exclam Dick, a punto de reventar.Eso parece confirm Julin. Bien, lo intentaremos con el hombre de

goma. Vamos. Ser el ltimo con quien probemos suerte.Se acercaron a la carreta del hombre de goma y llamaron suavemente a su

puerta.Quin hay? pregunt el hombre de goma.Salga, por favor; queremos preguntarle algo contest Julin.Quin hay? repiti el hombre de goma.Sabe muy bien quines somos contest Julin levantando la voz.

Nuestras carretas han sido robadas y queremos saber quin nos las ha quitado. Si usted

no puede ayudarnos, vamos a telefonear a la polica.La puerta se abri y el hombre de goma se plant en el ltimo peldao, mirando

a Julin desde arriba.Nadie las ha robado asegur. Nadie en absoluto. Preguntad al hombre de

las serpientes.Si usted se figura que vamos a ir preguntando a cada uno en particular en el

campamento, se equivoca afirm Julin, enfadado. No tengo ningn deseo dedenunciarles a la polica... Queramos ser amigos de ustedes, los feriantes, no enemigos.Todo esto es muy desagradable. Si los carromatos han sido robados, no tenemos ms

remedio que dar parte a la polica... Y me imagino que no desearn ustedes tenrselasque ver de nuevo con ella. Sabemos que les molestaron hace pocas semanas. Sabis demasiado contest el hombre de goma con voz muy insolente.

Vuestros carromatos no han sido robados. Voy a ensearos dnde estn.Baj rpidamente los peldaos de su carromato y ech a andar delante de los

muchachos en la oscuridad. Atraves la ladera de hierba hacia el lugar en que habanestado las carretas de los nios.

Adonde nos lleva usted? grit Julin. Sabemos perfectamente que lascarretas no estn ah. Por favor, no nos tome el pelo, que ya estamos hartos.

El hombre no contest y sigui andando. Los chicos y Tim no pudieron hacerotra cosa que seguirle. Tim no se senta feliz. Todo el tiempo grua por lo bajo,haciendo un ruido como de un trueno lejano. El hombre de goma no dio muestras deenterarse.

Julin pens si su falta de temor a los perros no se debera a que pensaba questos no son capaces de morder la goma.

El hombre los condujo hasta el seto que limitaba un lado del campo, detrs dellugar en que haban estado los carromatos.

Julin empezaba a perder la paciencia. Saba perfectamente que los carromatoshaban sido llevados al portillo del campo y de all a la carretera. Entonces, por qu

este individuo les conduca en direccin contraria?El hombre de goma se abri camino a travs del seto y los muchachos le


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siguieron... Y all, justamente al otro lado, dos sombras grandes y oscuras se destacabanen la penumbra... Los carromatos!

Bueno exclam Julin, sorprendido. Qu se proponan con traer loscarromatos a este lugar, al campo vecino?

Nuestra clase y vuestra clase no deben mezclarse contest el hombre. Nonos gustan los nios entrometidos. Hace tres semanas haba entre nosotros un hombrecon canarios, con ms de cien pjaros adiestrados para un espectculo... y unos chicosabrieron una noche todas las jaulas y los dejaron escapar.

Caramba! exclam Julin. Morirn, desde luego, en libertad... No sabenbuscarse la comida. Fue una mala jugada. Pero nosotros no hacemos cosas as.

No queremos nios entre nosotros continu el hombre de goma. Por esohemos enganchado caballos a vuestros carromatos, los condujimos al portillo y de all alcampo vecino... y aqu estn. Cremos que volverais de da y los verais.

Bien, es agradable descubrir que usted sabe mostrarse hablador, as de

sopetn coment Julin. No gruas ms, Tim. Todo est en orden. Hemosencontrado nuestros carromatos.

El hombre de goma desapareci sin aadir palabra. Oyeron cmo se meta por elseto. Julin sac la llave de su carreta, subi los peldaos y abri la puerta. Tantealrededor y hall su linterna. La encendi y dirigi el haz hacia todos los rincones. Nadahaba sido tocado.

Bien, as est la cosa medit. Justamente una pequea venganza de losferiantes, supongo... castigndonos por lo que aquellos gamberros hicieron con loscanarios. Desde luego, fue algo vergonzoso eso de abrir las jaulas... La mitad de esas

pobres aves habrn muerto. No me gustan los pjaros enjaulados... pero como loscanarios son incapaces de vivir en este pas fuera de sus jaulas, es cruel darles lalibertad. Es igual a condenarlos a muerte.

Pienso lo mismo que t se adhiri Dick.Caminaron ladera abajo en busca del hueco en el seto por el que pasaron los

carromatos.Jorge y Ana se sentiran aliviadas al saber que los haban encontrado.Julin emiti un silbido y Jorge contest con otro.Seguimos aqu, Julin. Qu ocurri?Hemos recuperado las carretas les hizo saber Julin alegremente. Estn

en este campo.Las chicas se reunieron con ellos y quedaron sorprendidas ante lo que Julin les

explicaba.Resulta que los feriantes tienen antipata a los nios explic. Al parecer,

haba entre ellos un adiestrador de canarios, cuyo espectculo consista en canarioscantores... y unos nios los soltaron a todos durante una noche... por lo que la mitad semuri. Y ahora los feriantes no quieren tener de ninguna manera a chiquillos cerca deellos.

Supongo que el hombre de las serpientes teme que soltemos a sus animalitos

cloque Dick. Bueno, a Dios gracias, hemos encontrado las carretas. Ya me temaque tuviramos que dormir esta noche en un pajar.


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No me habra importado intervino Jorge. Me gustan los pajares.Encenderemos fuego para cocinar alguna cosa propuso Julin. Me siento

hambriento despus de tanto lo.Yo no se quej Ana. Me duele que los feriantes no sean amables. Son

malos. No nos lo merecemos.S..., pero ellos mismos son casi como chiquillos replic Julin. Si

a

Los 5 Lo Pasan Estupendo - Enyd Blyton

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